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miércoles, 11 de enero de 2017

√ Hurt // •JiCheol•

√ Hurt // •JiCheol•




√ 001

Llevaba unas ocho horas trabajando en el café de mi familia, cada vez este era más famoso y por lo tanto teníamos el doble de clientes. Estábamos a rebosar de clientela y por lo tanto me habían dado otro turno que cubrir, cosa que no me importaba, ya que tengo vacaciones en la universidad. 
Pero el hecho de que haga otro turno no mejoraba la situación. 
- SeungCheol, ven aquí un momento. - dijo mi madre. 
Dejé los platos que estaba cargando en su sitio y fui en su dirección, la cual estaba sentado en una de las mesas con mi padre. Habíamos cerrado ya. 
Me senté en frente de ellos.
- Hemos contratado a alguien más para que nos ayude en el negocio. Mañana vendrá a primera hora y tendrás que enseñarle lo que tiene que hacer. - comentó mi padre. 
Me pasé toda la noche pensado cómo seria el nuevo empleado y si me causaría muchos problemas. Soy una persona amistosa pero con muy poca paciencia, no se por qué mis padres me han encargado enseñar a alguien sabiendo que no sirvo para ello. Realmente no me importaba siempre y cuando no interrumpiera mi trabajo. 
Al día siguiente, cuando llegué, mis padres estaban conversando con un chico de blanca piel y pelo grisáceo, no tenía cara de ser muy agradable. 
Me acerqué a ellos a paso lento hasta quedar al lado para hacer las presentaciones .
Se llamaba Min Yoon Gi, no sería mucho más mayor que yo. Su cara reflejaba cansancio y su voz estaba algo apagada, pero aún así se le veía bastante motivado.
Era un chico que aprendía rápido, muy rápido y se le

veía con ganas de trabajar. Tendríamos los mismos horarios ya que por lo que me acababa de enterar también iba a la misma universidad que yo. 
Ya llevaba una semana trabajando para nosotros, no hablaba demasiado pero era amable con los clientes e intentaba que hubiera un ambiente confortable. Siempre se le veía agotado pero no quería que lo notáramos. 
- Y dime... ¿Por qué tanta urgencia en trabajar? - le pregunté.
Había acabado nuestro turno y le había invitado a comer a un restaurante cerca del café, ya que íbamos a trabajar juntos sería mejor llevarnos bien y conocernos. 
Al principio me costó mucho convencerlo pero después de mucho insistir acepto. Se veía hambriento. 
- ¿Hum? - levantó la vista con su boca llena de fideos. Los trago y contestó.- Quiero ahorrar para mudarme. Quiero salir de mi casa. 
Lo miré extrañado por su tono tan serio en el que me contestó. No sabía si sería buena idea seguir preguntando o mejor callarme, no se le veía muy cómodo hablando de este tema. 
- Vivo con mis padres, no nos llevamos bien. Estoy ahorrado para irme a vivir con mi hermano pequeño. - respondió contestando a la pregunta que no había formulado. 
- ¿Tienes un hermano? 
- Si, tiene catorce y ... - miró la hora. - Tengo que ir a buscarlo al Instituto... comemos otro día ¿vale? 
Se levantó cogiendo sus cosas y dejando algo de dinero en la mesa. También cogiendo la comida envuelta que había pedido para llevar. 
- Si quieres te puedo llevar. No he aparcado

muy lejos de aquí. 
Vi la duda en su cara, pero al final acepto musitando un gracias casi inaudible. 
Encendió un cigarro mientras caminábamos en dirección al coche. Yo le iba mirando de reojo. 
Yoongi no era un chico que pareciera muy feliz , pero si sumamente responsable. Su cara estaba chupada. 
Me preguntaba si en su casa comían bien y si aquella comida que llevaba era para su hermano pequeño. 
De camino al Instituto de su hermano hablamos muy poco, algunas preguntas sin importancia sobre cómo le van los estudios , si le gusta lo que hace y qué le gustaría hacer en un futuro. Me enteré sin querer que tenía novio, el cual no lo veía mucho tanto por el trabajo y los estudios, pero que aún así lo quería con locura. Cuando hablaba de él se veía que realmente le hacía feliz, su cara se iluminaba dejando pasó a una sonrisa que aún no había visto. 
Me paré en frente de una edificación enorme donde cientos de estudiantes con un uniforme negro salían y venían. Era un instituto masculino, ni rastro de hembra alguna. 
Salió del coche y se apoyó en el marco de la puerta de la entrada, esperando. Yo miraba desde el vehículo. Pasaron cinco minutos, diez minutos hasta que mi amigo se acercó con una figura a su lado, algo más bajita que él. 
Le abrió la puerta trasera para que entrara. Yoongi se puso en el asiento del copiloto. 
- SeungCheol este es mi hermano pequeño JiHoon. 
Le miré, era igual a su hermano. Su piel era clara, blanca, simplemente perfecta. Su pelo estaba teñido de un rosa palo que hacia que se viera algo más pequeño de lo que era. Su expresión no era seria, más bien parecía no estar prestando atención a la conversación.
- Hola JiHoon, soy SeungCheol, soy un compañero de trabajo de tu hermano. - le tendí la mano. 
Ni siquiera me miró, ni me dijo un simple hola. Me reí ante esto. 
Escuché como Yoongi le reñía y me pedía perdón por el acto de su hermano. Justificó que siempre era así .
- Mira JiHoon, te he traído algo del restaurante. 
Le tendió la bolsa que tenía la comida y por fin pude ver una expresión de alegría en su rostro. Lo veía a través del espejo y noté como mi corazón se derretía al ver los hoyuelos que le asomaban a los lados de la sonrisa tan tierna que formaba. 
Estos hermanos eran extrañamente adorables. 
****
Hey, aquí Effy
El primer capítulo de mi nuevo Fanfic, el primero de JiCheol. Espero que lo disfrutéis y os paséis por los otros fics de Yoonmin que tengo.
Disfrutar de la lectura . Actualizaré siempre que pueda he intentaré hacerlo lo más rápido posible. 
Votar y comentar para saber lo que opináis. 
Effy. 


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√ 002

Después de casi un mes de vacaciones, volver a la universidad se me hacía difícil y por pura vagancia esa mañana casi ni me presentaba a clases, pero al final la voz de la responsabilidad se hizo presente y me obligó a levantarme de la cama. 
- ¿Cómo ha ido el día? - preguntó Yoongi subiendo al coche. 
- Más aburrido imposible... la vieja de la profesora nos ha puesto un trabajo. - dije arrancado el coche. - Espero que a ti te haya ido mejor. 
- Nos han puesto algunos trabajos para final de mes, no se de donde voy a sacar el tiempo para poder hacerlos. - dijo tirando su cabeza hacia atrás y frotándose la sien. 
Casi un mes siendo amigo de Yoongi y podía decir que es un chico un tanto peculiar pero con un carácter sumamente responsable. 
Siempre íbamos a comer juntos, recogíamos a su hermano del Instituto y los dejaba en su casa. Nunca quería salir de fiesta, poniendo de excusa sus estudios o su hermano.
Yo no quería preguntar, no era asunto mio, pero seguramente tenía miles de problemas en casa, me los podía imaginar, o al menos creía que me lo podía imaginar. 
Su hermano se montó en el coche. JiHoon aún no me hablaba, me ignoraba por completo, cosa que hacia que me diera la risa. Era tan adorable. Siempre que intentaba establecer una conversación con él giraba su cara y fingía que no me escuchaba. El pobre de Yoongi no paraba de pedir perdón por el comportamiento de su hermano pequeño pero a mi no me molestaba. Me resultaba muy divertido. 
- Bueno JiHoon... ¿Qué tal han ido las clases?
Silencio.

Me salió una sonrisa y tenía unas ganas incontrolables de reír. Por primera vez me miró a través del espejo pero por lo demás su actitud era la misma de siempre. 
- Lo siento de nuevo... Él es así. 
- No importa Yoongi. Me cae bien.- dije sonriendo al pequeño, el cual me ignoró y giró su cara hacia la ventana. 
Algún día me tendrá que hacer caso. 
Ese día librábamos en el café, por lo que no dudé ni un segundo en invitarles a comer. Después de algunas quejas del hermano mayor y la auténtica indiferencia del pequeño fuimos a un restaurante cerca de mi casa en el cual servían una pasta italiana buenísima. El sitio no era demasiado caro, así que me lo podía permitir. 
- ¿Qué vais a pedir vosotros dos? - los dos hermanos estaban en frente de mi mirando de arriba a abajo la carta. - ¿Chicos..? 
Ambos levantaron su vista y cerrando la carta a la vez. Yoongi describió un plato con diferentes tipos de pasta con salsa carbonara por encima. Se le caía la baba sólo de pensarlo. JiHoon como siempre me ignoró, jugaba con los dedos de sus manos mirando hacia otra dirección, lo más lejos posible de aquella mesa. 
A la hora de pedir, Yoongi pidió por los dos, desgarrando una vez más la posibilidad de oír la voz del pequeño. Casi un mes y no lo había oído hablar ni una sola vez. 
Solo establecía una conversación con el mayor, ya que el pelirosa estaba concentrado en comer su comida sin que nadie le molestara. Hacer una pregunta para hablar con él habría sido una pérdida de tiempo, no me contestaría de todas

formas. 
- SeungCheol.. ¿Podrías llevarlo a casa?- dijo señalando al pequeño.- He quedado con Jimin por aquí cerca y bueno, hace mucho que no lo veo... 
Yoongi me miraba suplicante. Siempre que hablaba de su novio, ese tal Jimin, su cara se iluminaba como un árbol de Navidad. Nunca tenían muchas oportunidades para verse, ya sea por el trabajo , los estudios o cosas varias que pasaban en la vida de Min. Asentí rápidamente para luego mirar a su hermano, él cual ni se inmuto. Creo yo que no nos estaba escuchando. 
El peligris se levantó de la mesa, dio un pequeño beso en la cabeza de su hermano y salió corriendo por la puerta. 
Nos quedamos nosotros dos. Momento incómodo para mi y para JiHoon, quien había seguido con la mirada como su hermano salía del restaurante dejándolo conmigo. Mas no dijo nada.
- Ha ido con Jimin. - me miró algo desconcertado. - Me ha dicho que te lleve a casa. - asintió levemente. 
Pagué la cuenta y salimos en busca del coche. Yo iba delante y notaba la presencia de JiHoon detrás de mí, como si un fantasma me siguiera. Dejé de escuchar sus pasos y giré mi cara, y pude ver que se había parado en una pastelería. Observaba el escaparate, comiéndose con los ojos todos los dulces expuestos. Caminé hacia él, parece que ni lo notó ya que se alteró al oír mi voz.
- ¿Quieres algo? - pegó un bote y bajo la mirada. - Si quieres puedo comprarte algo . - Él negó enérgicamente aún sin levantar la vista del suelo.
Suspiré, los dos hermanos eran igual de cabezotas, que

se le iba hacer. Entré en la tienda y compré un trozo de tarta de fresa y frutas del bosque. Se lo tendí, y él me miró confuso, se negó a cogerlo, apartando con ambas manos el dulce. 
- Lo compré para ti. No me hagas el feo de no aceptarlo. - sus ojos conectaron con los mío y me dedicó una pequeña sonrisa y una reverencia. 
Era hermoso. Su rostro era hermoso. 
De camino a su casa, como era de esperar no me dijo absolutamente nada, sólo sostenía en su regazo lo que le había comprado mientras su mirada se perdía por las calles de la ciudad a través de la ventanilla del vehículo. 
JiHoon, al contrario de su hermano, no escondía ni quería ocultar lo cansado que se encontraba. Sus ojos tenían ojeras lilosas que hacían un contraste extraño con su pálida piel, los pómulos los tenía algo hundidos, se le veía muy delgado, igual que su mayor. Jamás sonreía, apenas hablaba. No sólo conmigo, según Yoongi en el Instituto no tenía demasiados amigos y en casa no salía de su habitación. 
Siempre lo excusaba con que era así antes de cambiar de tema rápidamente. Yo nunca le discutía esa excusa, al fin y al cabo era su hermano, no el mio. 
Paré en frente de un edificio bastante viejo sin ascensor, donde las paredes se veían desgastadas, algunos balcones estaban en ruinas y había muchas pintadas por toda la fachada. Los hermanos vivían en uno de los peores barrios de la ciudad. Una zona poco segura. No podía parar de preguntarme si de verdad no les importaba vivir aquí. 
JiHoon se quitó el cinturón, cogió su mochila del asiento trasero y salió del coche.
- Muchas gracias por todo hyung...
Cerró la puerta para salir corriendo hasta su portal y entrar en el bloque de pisos. 
Me quedé parado. Por fin se había dignado ha hablarme. Su voz era suave y melodiosa. La voz más preciosa que había escuchado nunca. 
JiHoon era adorable. 
*****
Hey, aquí Effy, 
Espero que de momento os este gustando. 

Me esta costando hacer una historia un poco más drama de las que estoy acostumbrada hacer. Pero de momento me está gustando como me está quedando. Espero que lo disfrutéis tanto como yo al escribirla.
Votar y dejar vuestro comentario con vuestra opinión. Valoro mucho esto. 
Muchas gracias por leer. 
Effy. 


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√ 003

Entré en mi casa, intentando hacer el menor ruido posible. Todas las luces en el interior estaban apagadas, sólo la luz que se colaba por las ventanas me permitía localizar los objetos distribuidos por el piso. La televisión se escuchaba de fondo, acompañada de algunos ronquidos sonoros provenientes de mi padre. Caminé lo más silenciosamente posible hasta mi habitación y cerré la puerta de esta con sumo cuidado. Abrí la luz del escritorio, ya que mi cuarto estaba completamente sumido en la oscuridad. Aquella mañana no había abierto la ventana y la claridad no podía pasar. 
Deshice la mochila, me quité el uniforme dejando paso a una vestimenta mucho más cómoda y me dispuse a hacer los deberes, no tenía muchos y tampoco eran complicados, pero no quería dejarlos para última hora. Guardé el trozo de tarta que SeungCheol me había comprado en uno de los cajones, lo comería más tarde con mi hermano. 
El amigo de Yoongi siempre era amable conmigo, muy amable. Y yo simplemente me comportaba como con todos los demás. Sé que no era justo, pero tampoco podía hacer nada para cambiarlo, no me fiaba de nadie que no fuera mi hermano mayor. 
Pasaron las horas y yo había acabado mis tareas, incluso había empezado un trabajo para finales de la otra semana. Me tumbe en la cama leyendo un libro de los que de vez en cuando me regalaba Yoongi. Normalmente eran mangas, pero esta vez era un libro que explicaba miles de relatos mitológicos , lleno de aventuras, con monstruos y dioses de por medio. Todo tan fantástico como irreal. 
Me reí por lo bajo leyendo la torpeza de algunos

personajes y dejaba salir algunos suspiros de emoción por los actos del héroe. 
De pronto un golpe y muchos pasos se escucharon por todo el piso, pisadas fuertes acompañadas de una voz ruda y grave que no paraba de gritar mi nombre. Dejé el libro encima de mi cama y me levanté y con la máxima rapidez que me permitía mi asustado cuerpo y me escondí dentro del armario, tal y como Yoongi me había indicado que hiciera siempre qué escuchara aquello y él no estuviera en casa para poder detenerlo. 
Un golpe seco abrió mi puerta, la cual chocó contra la pared creando un gran estruendo. Las pisadas se paseaban por el viejo suelo que no paraba de crujir. Puse una mano en mi boca con el fin que mis sollozos no saliera de mi ser e indicar dónde estaba. Estaba asustado, muerto de miedo, mis extremidades temblaban y mis ojos estaban acuosos. Intenté tapar un poco más mi cuerpo con la ropa que se encontraba dentro de mi escondite. 
-JiHoon... Como no salgas ahora mismo de donde estás será mucho peor. - su voz autoritaria hizo que miles de lágrimas resbalaran por mis mejillas. - Sal ahora mismo. ¿Me quieres hacer enfadar niño del demonio? 
Mordí la manga de mi polera y encogí más mi cuerpo, pegándolo más al fondo del armario. 
Escuché cosas chocar contra el suelo y siendo descolocadas de su sitio. 
La puerta se cerró. Suspiré aliviado y empecé a levantarme. Abrí un poco la puerta del armario. 
Mala idea.
Un agarre en mi cuello hizo que cayera al suelo. Dolorido intenté ponerme de pie, pero un zapato en mi espalda me lo

impidió. Miles de fuertes golpes contra mi columna se hicieron presentes. Después el dolor se desplazó hasta mi estómago, el cual fue rudamente pateado. 
- CUANDO TE LLAME TIENES QUE RESPONDERME AL MOMENTO ¿TE ENTERAS PEQUEÑO GILIPOLLAS? - me gritó sin cesar sus golpes. 
- L-lo siento papá... N-no lo volveré hacer. L-lo p-prometo.
Cubrí mi cara con mis brazos aún sabiendo qué no me golpearía ahí. Siempre golpea en sitios que se pueden cubrir, por lo tanto el rostro no es una opción. 
Me cogió del pelo y me estampó contra la cama y de un movimiento bajo mis pantalones con mi ropa interior incluida. Un duro golpe sonó contra mi piel. Reprimí las ganas de llorar. 
Me cogió de las caderas poniéndome en cuatro. Intenté zafarme del agarre, pero lo único que conseguí fue enfurecerlo muchísimo más. Escuché como sus pantalones chocaba contra el suelo y sus manos apretaban mucho más mis caderas. 
- SUÉLTALO HIJO DE PUTA. 
Dejé caer mi cuerpo en el colchón y sorbiendo mi nariz, vi como mi hermano le acaba de dar un puñetazo a mi padre, él cual ahora estaba en el suelo. 
Lo lanzó fuera de la habitación y cerró la puerta detrás suyo. 
Miles de gritos y golpes secos se escucharon mezclados con la voz de mi madre. Jarrones rompiéndose y puertas azotadas. La vajilla del salón rota. 
Pisadas a lo largo del pasillo y el llanto de mi madre. 
La puerta de mi habitación se abrió y mi cuerpo se encogió, escondí mi cara entre mis piernas mientras no paraba de temblar. 
Una mano se posó en mi cabeza y empezó a acariciarla con mucha delicadeza. 
- JiHoon... No pasa nada soy yo. - elevé mi mirada hasta encontrarme con mi hermano. - Hoy dormirás en mi habitación conmigo, ¿Vale? 
Abracé a Yoongi, quien tenía el labio partido y unos cuantos hematomas en los brazos. Me cogió en brazos y hundí mi cara en su hombro. Cogió mis pantalones y mi mochila del colegio.
- Yoongi hyung, coge lo del segundo cajón. 
Me miró extrañado pero me hizo caso. Me dejó en el suelo mientras yo me volvía a vestir y él, sorprendido cogió el dulce que horas antes su amigo me había regalado. 
Con gran rapidez corrimos hasta su habitación y cerró la puerta con unos cerrojos que instaló desde que cumplió los dieciocho. 
Me senté en su cama, Yoongi se acercó a mí con un botiquín en mano y se sentó a mi lado. 
- No te hizo nada en la cara... Menos mal... - siguió inspeccionando mi rostro . Quité mi camiseta y miles de heridas se hicieron visibles enseguida. Comenzó a curarlas.- ¿De dónde has sacado la tarta? ¿No la habrás robado? - negué rotundamente con la cabeza. - ¿Entonces...? 
- Me la dio tu amigo SeungCheol... Me la compró cuando volvíamos a casa. Quería comerla contigo...
Me miró por unos instantes y luego sonrió, prosiguiendo con lo que estaba haciendo.
- Es muy bueno, ¿Verdad? 
- Supongo...- contesté algo dudoso. 
- Me gustaría que fueras más amable con él. Es muy buen amigo. - aparté mi vista . - Prométeme que serás bueno con él , JiHoon.
- Pero ..
- Sé que no te fías de nadie que no sea yo, pero ¿Sabes? Puede que sea tiempo de confiar en alguien más.
- Lo intentaré... 


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√ 004


Min llevaba unos días faltado a clase, intenté contactar con él por el número que me dio. No se había conectado a WhatsApp en días y por mucho que le llamara este ni me lo cogía. Yoongi no había ido a la universidad esa mañana tampoco, pero me lo encontré en nuestro turno de trabajo. Tenía una herida en el labio y sus ojeras se hacían presentes en su cara. 
- ¿Por qué no has venido a clase? - pregunté poniéndome a su lado en la barra.
- He tenido mucho lío en casa, no me ha dado tiempo de llegar a la hora... - se disculpó algo incómodo. - Por cierto, os importa que JiHoon venga todas las tardes aquí a la cafetería, al menos los días que trabajo.. 
- Emm claro, no hay ningún problema pero... ¿Por qué? 
- No quiero que este en casa. 
Dicho esto se fue a atender las mesas dejándome más confundido que antes. 
Problemas familiares que no eran de mi incumbencia pero que me importaban demasiado para dejarlo pasar. 
Una media hora después llegó JiHoon al establecimiento con su uniforme escolar que le hacía ver más adorable. Se le veía algo cansado, arrastraba los pies con pesadez y cargaba su llena mochila en el hombro derecho. Cuando me vio hizo una reverencia para luego buscar a su hermano con la mirada. Yoongi estaba preparando unos cuántos cafés para diferentes mesas y no se había percatado de la llegada de su hermano pequeño. 
Me acerqué a él y sin pensarlo le agarré de la muñeca hasta llevarlo a la sala de descanso que se encontraba entre la cocina y el almacén. Una sala donde

había un sofá viejo y una mesa de madera con cuatro sillas algo estropeadas. Él no se quiso zafar de mi agarre, se limitó a seguirme sin decir absolutamente nada, bueno como siempre. 
- Aquí estarás mejor. No hay tanto jaleo...
Asintió sin dejar de mirar hacia el suelo sentándose en un de las sillas de plástico. 
- Avísame si necesitas algo, le diré a tu hermano que estás aquí. - JiHoon asintió nuevamente dejando un "Gracias" en el aire. 
********
Pov. JIHOON
Esta semana había sido peor que las otras veces. Nuestro padre, por algún motivo que desconozco estaba hecho una furia todo el santo día. Tuve que dormir estas últimas noches en la habitación de mi hermano ya que no podíamos correr el riesgo de que mi padre viniera a mi cuarto y me volviera a forzar, o a pegarme una paliza. No se cual de las dos opciones era peor, pero en cualquier caso no quería ni que me tocara. 
Por las mañanas mi hermano me acompañaba hasta mi instituto, saltándose así él sus clases. Lo hacía para asegurarse que, en algún arrebato del hombre con quien convivimos, enviara a sus hombres a pegarme o alguna cosa parecida. La autentica fijación por hacerme daño por parte de este hacia que mi hermano tuviera que estar encima de mi todo el día. 
Estaba tumbado en la cama de Yoongi mientras este hacia un trabajo de la Universidad, que según él no lo tenia que entregar hasta la semana que viene, pero que prefería acabarlo de una buena vez. Sé que aquel no era el motivo. 
Aunque me lo negara una y otra vez sabía que se

quedaba despierto hasta que todos de la casa durmiéramos. El motivo era claro: asegurarse de que mi padre no hiciera de las suyas. 
- Mañana iré solo al Instituto. No puedes saltarte más clases o perderás la beca. - mi hermano levantó la vista de los papeles. 
- No puedes ir tú solo JiHoon...
-No me pasara nada...
El silencio se volvió a instaurar en la habitación y después de dudar varias veces vi como Yoongi asentía levemente y luego volvía a coger su boli para seguir con lo que estaba haciendo. 
Un golpe seco se escuchó en el cuarto de mis padres. Golpes acompañados con sollozos y diversos gritos. Me metí debajo de la manta y me tape con esta hasta la cabeza. Yoongi se levantó del escritorio y fue hasta la puerta. Puso todos los pestillos, cerrando bien y luego arrastró la silla para atrancar la puerta. Se acomodó a mi lado y deje caer mi cabeza en su pecho. 
- ¿Cómo han ido las clases JiHoon? - quería entretenerme de los diferentes puñetazos que se oían por el piso. 
- Aburridas...- susurré.
- ¿A qué hora has llegado al café? No te he visto entrar. - dijo acariciando mi cabeza para que desviara la atención de las pisadas rudas que hacían que el suelo vibrase. 
- Bueno.. estabas ocupado y tú amigo me acompañó hasta aquella sala.
Empezaron a aporrear la puerta violentamente haciendo que el miedo se apoderara de mi cuerpo y me pegara más a mi hermano, quien me estaba abrazando con fuerza. 
- S-si, SeungCheol es muy buen amigo y muy amable. 
Los golpes no

cesaban, y desde hace unos minutos se habían unido a ellos los gritos de mi padre. Gritaba mi nombre y todo lo que me iba hacer como me viera. 
Yoongi se levantó de la cama y por reflejo atrape su brazo. No pensaba dejar que pasara lo mismo de siempre, se enfrentará al borracho y acabará medio muerto en medio del pasillo. 
- Tranquilo. No voy a salir, me voy a quedar contigo. - dejé ir su brazo.
Cogió algo del cajón de su escritorio y volvió a subirse a la cama y enterró su cuerpo bajo las mantas. Me coloco encima de mi cabeza lo que había cogido, unos cascos de color negro que conectó a su teléfono. Puso una canción en aleatorio y subió el volumen. Limpió unas cuantas lágrimas que habían resbalado por mis mejillas y recostó mi cabeza en su pecho. 
No quería que escuchara todo aquello que me estaba diciendo. Pasaron las horas y aunque tuviera la música podía oír de fondo los gritos y los golpes. 
Al día siguiente, cuando estábamos preparados para salir a clase, quitamos toda la seguridad que tenía nuestra puerta, y Yoongi me puso detrás suyo. Salimos despacio para ver la imagen de todos los días. 
El patético hombre tirado en el pasillo con una botella entre las manos. Hicimos una mueca de asco y salimos de casa todo lo rápido que pudimos. 
Al llegar a mi instituto, solo, después de insistir bastante , me encontré a mi amigo SeungKwan, quien estaba hablando con su "amigo" Vernon.
Poda jurar que de la cabeza del pelirrojo salían corazoncitos. Sólo faltaba que se le cayera la baba literalmente para que fuera mucho

más obvio que estaba colado por el americano.
Me senté en mi pupitre y desde ahí vi como se reía a carcajadas, moviendo su cuerpo hacia los lados mientras sobaba el brazo del contrario. Levanté una ceja, dudo que Choi haya dicho algo tan divertido como para reaccionar así. 
Seungkwan me pregunto como todos los días como me encontraba y el por que de esa cara de muerto que ponía siempre. Y como siempre me tuve que inventar cualquier excusa para que dejar de hacer preguntas.
Se que sabia que me pasaba algo. Los abusos en casa siempre habían ocurrido, pero antes quedaba en casa de mis amigos y llegaba a la mía, lo suficientemente tarde como para que mi padre me ignorara. Desde hace poco más de un año, desde que Yoongi iba a la universidad, empezó a tomarla más conmigo. No me dejaba salir de casa los fin de semana para que tuviera ese tiempo reservado a sus abusos tanto físicos como psicológicos. 
Estar en clases eran de las pocas horas de mi día a día que tenia paz y tranquilidad. 
Al salir del Instituto y llegar a la cafetería donde trabajaba Yoongi lo vi muy ajetreado y tampoco encontraba a SeungCheol por ninguna parte, así que me tomé la libertad de ir hasta la zona de descanso donde hice todos los deberes y me quedé sin cosas que hacer en seguida. 
- ¿Cuándo has llegado? - pregunto SeungCheol desde el marco de la puerta. 
- Hace una hora... Más o menos. - dije encogiéndome de hombros . 
- ¿Tienes hambre? - preguntó sonriéndome. 
- No. - Mentí. - He comido antes de venir. - volví

a mentir. 
Se me quedó mirando un rato para luego desaparecer por la puerta y volver con un plato lleno de bollos de diferente tipo y un vaso de leche y los dejo delante de mi. 
- Mientes fatal JiHoon. Come todo lo que quieras. - me sonrió.
¿Por qué era SeungCheol tan amable conmigo? ¿Cuanta amabilidad albergaba este chico? La gente amable me daba miedo. No me fiaba. Toda amabilidad escondía otra intención. 
Le agradecí y luego volvió a su trabajo. 
Comí algunas y otras las guardé envueltas en papel para comerlas con Yoongi en casa. 
Cuando acabó el turno de Yoongi, ya era de noche, y como siempre su amigo nos llevó a casa.
Esa noche todo se descontroló. 
Nuestro padre nos estaba esperando en el recibidor. No nos dio tiempo de reaccionar cuando un puño voló hacia mi cara y un empujón hizo retroceder a Yoongi hasta dejarlo fuera de casa. El agresor cerró la puerta y comenzó a patearme el estómago y a escupirme mientras soltaba millones de insultos hacia mi. Me arrastró por el cabello por todo el pasillo, y por muchas súplicas que le dijera mi padre no reaccionaba. Al entrar en mi habitación me lanzó a mi cama y me bajó los pantalones para luego, sin siquiera inmutarse hundirse en mi. Tenía la sensación que miles de agujas se clavaban en mi y mi respiración se volvía pesada. Se balanceaba con rudeza ignorando mis sollozos y mis ruegos de que parase.
Cristales rotos se oyeron y mi padre desapareció de encima mío. 
Dejé caer mi cuerpo en el colchón mientras diversas lágrimas mojaban mi cara. 
-¡JiHoon, haz ahora mismo una maleta!- Yoongi intentó incorporar mi cuerpo y hacerme reaccionar. 
Me volví a vestir torpemente y metí en una bolsa de deporte algo de ropa . 
Muchos gritos sonaron por todo el piso. Acompañados de golpes que hacían que mi piel se erizara. 
Yoongi estaba discutiendo con mi madre e insultando a mi padre. Miles de pisadas se escucharon y por mi puerta apareció mi hermano. Con una bolsa en su espalda. Me hizo un gesto para que me acercara y me cogió en brazos mientras agarraba mis cosas. 
Muchas suplicas por parte de mi madre resonaron en mi cabeza, pero Yoongi las callo. 
Camino por las calles oscuras hasta alejarnos de nuestro barrio. 
Nos sentamos en una parada de autobús y sacó su móvil para marcar un número desconocido para mí. 
- Hola soy Yoongi... ¿Podemos JiHoon y yo ir a tu casa? ... ¿Hum? Bueno, luego te cuento....
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Va a ser doloroso... Sep. 
Gracias por leer, votar y comentar que os parece.
Effy. 


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√ 005

Un sonido repetitivo y molesto me despertó de mi profundo y cómodo sueño. 
Busque a tientas el causante del ruido hasta topar con mi móvil en la mesita de noche, el cual no paraba de temblar y emitir la melodía tediosa.
- ¿Si? - dije con mucho esfuerzo 
- Hola soy Yoongi...
- Hola. ¿Qué hora es? Es muy tarde...
- ¿Podemos JiHoon y yo ir a tu casa? 
- Claro, pero ¿Por qué?
- ¿Hum? Bueno, luego te cuento...
Dicho esto le di mi dirección y empecé a preparar la cama para invitados, poniendo sábanas limpias y mantas para protegerlos del frío, en momentos como aquellos agradecía vivir solo, no tenía que dar explicaciones a nadie. La habitación de invitados no era demasiado grande para los dos chicos pero tampoco tenía mucho que ofrecer.
Asomé mi cabeza por la ventana mirando el oscuro cielo, la luna estaba tapada por negras nubes que descargaban levemente el agua que transportaban. Pensé en salir a buscarlos, comenzaba a llover cada vez más y más fuerte y no estaba seguro si ellos tenían paraguas, pero unos golpes en mi puerta hicieron que esa idea desapareciera. Ya habían llegado.
Caminé hasta la entrada y al abrirla me topé con un YoonGi totalmente empapado, con diferentes bolsas distribuidas por su espalda y en uno de sus brazos. Cuando le vi mejor pude reconocer la pequeña figura de un dormido JiHoon cubierta hasta la cabeza por un impermeable y pegada al cuerpo de su hermano, apoyando su cabeza en el hombro y sus brazos posados por el cuello del mayor. Sus piernas, aunque no ejercían

la fuerza necesaria, estaban alrededor de la cintura. Gracias al agarre de YoonGi su hermano no caía. Les invité a entrar ayudándolos con las maletas. 
Yoongi se veía agotado, sin fuerzas y destruido. 
- Tienes que ducharte con agua caliente. Estas empapado.
Él negó con la cabeza. Sólo entrar en mi casa y dejar sus cosas en el suelo llevo a JiHoon hasta la cama, quitándole los abrigos y la ropa que se había mojado, cambiándole con algo más cálido. No se había separado de la cama, mientras miraba a su hermano y pasaba su mano por el cabello de este. 
- YoonGi, tu hermano está bien, yo lo vigilaré. Él que está en peligro de enfermar eres tu. Por favor.
- JiHoon está enfermo desde hace varios días. Hoy su fiebre ha subido mucho. Me necesita.- su voz sonaba algo quebrada. 
- ¿Y cómo piensas ayudarlo si tu también te pones malo? 
Por primera vez en la noche me miró a los ojos, unos ojos llenos de tristeza invadieron su mirada. Pude ver el verdadero dolor, el cansancio y el mal estar. No me dio una respuesta ni negativa ni positiva así que decidí guiarlo hasta el baño y despojarlo del abrigo frío y empapado que portaba. Le dejé que él hiciera el resto mientras yo metía sus cosas en la secadora. 
Miré la hora, eran casi las cinco de la mañana, gracias que era fin de semana y podíamos permitirnos descansar hasta la tarde, que era cuando teníamos que ir a trabajar al café. Me acerqué hasta la cama donde estaba el pelirosa, llevando un paño de agua fría y una cubeta para ir refrescandole. Este no paraba de

moverse de un lado a otro mientras pronunciaba en pequeños susurros palabras que no acababa de entender. Estaba asustado, eso estaba claro. Me quedé a su lado y vi como el pequeño estaba sudando y lágrimas descendían por sus mejillas. Por instinto agarré su mano y para mi sorpresa este la estrechó fuerte y paró de moverse tan violentamente. Se quedó totalmente quieto, dejó de llorar y su rostro no estaba tenso, parecía que llevará durmiendo plácidamente toda la noche. Me quedé en aquella posición hasta que Yoongi entro en la habitación con una toalla al rededor de su cadera y con otra más pequeña estaba secando su pelo. Su mirada fue hasta nuestras manos entrelazadas y una diminuta sonrisa se posó en sus labios. 
Hizo un gesto con su mano para que lo siguiera y hecho esto salió de la habitación. Yo miré al pequeño sin saber si dejarle en ese estado era lo mejor pero, sustituí mi mano por un peluche que tenía desde muy pequeño. Al principio JiHoon se removió, pero después se relajo y estrechó contra su pecho el pequeño juguete del zorro. Volvió a dormir como si nada hubiera pasado.
Al llegar al comedor Yoongi se acababa de vestir y estaba sentado en la mesa, con su cabeza apoyada entre sus manos mientras tenía los ojos cerrados. Me senté a su lado y repasé su rostro. Tenía muchos moratones por la cara, el labio partido y un poco hinchado. 
- No podemos volver a nuestra casa SeungCheol. - rompió el silencio aún manteniendo sus ojos cerrados. - La próxima vez seguro que matará a JiHoon. Tengo que encontrar un apartamento y rápido. 
-

¿Quién os está haciendo esto? - me atreví a preguntar.
- Nuestro padre. - suspiró abriendo los ojos.- ¿Podemos quedarnos aquí un tiempo? Solo hasta que encuentre un buen piso donde vivir. No te pediría esto si no fuese importante SeungCheol.
-Claro que os podéis quedar, todo el tiempo que necesitéis. 
Asintió agradeciendo mi hospitalidad y luego fue hasta la cama donde se encontraba su hermano y se introdujo debajo de las sábanas abrazando al pequeño cuerpo. 
Me quedé pensativo por unos momentos, pensando o intentando hacerme una idea de todo lo que han tenido que soportar y de que manera podría serles útil. Dejar que durmieran aquí no era suficiente.
Me vestí y cogí las llaves de mi piso dirigiéndome a la farmacia más cercana dispuesto a comprar algunas medicinas para bajar la fiebre y combatir el resfriado. Yo casi nunca me ponía enfermo por lo tanto no tenía estas cosas en mi casa. 
Cuando volví a mi apartamento me encontré a JiHoon acurrucado con una manta en el sofá, viendo la televisión. Me asombré al verlo fuera de la cama teniendo en cuenta que no se encontraba bien. Me acerqué a él y tenía la cara roja y pequeñas gotas de sudor descendían de su frente. Me miró con los ojos cristalizados y la boca medio abierta, haciendo un ruido muy característico al respirar. 
Me senté a su lado y este se apartó un poco , pegando cada vez más sus rodillas a su pecho en forma de defensa. 
Saqué la medicina de la bolsa de plástico ante la atenta y curiosa mirada del pequeño. Al ver que lo que había era jarabe hizo una mueca de desagrado apartando cada vez más su cuerpo de mi. Fui a buscar una cuchara para verter el desagradable líquido de un color verdoso muy poco atractivo para la vista. Me arrodillé delante de él, mostrándole , negó con la cabeza haciendo un puchero. Me pasé más de diez minutos intentando que el pelirosa se tomará la medicina. Al final agarre su mejilla y cuando hizo una mueca de indignación pude meterle la cuchara en la boca. Casi lo escupe, pero al final no lo hizo. 
- Gracias, supongo... - dijo cerrando sus ojos y recostándose en el reposa brazos. 
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Hey, aquí Effy. 
He estado un tanto ocupada estos días y no he tenido tiempo de escribir.
Espero que os guste 
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Gracias por leer.
Effy. 


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√ 006

Me desperté con mi hermano a mi lado, mi cara estaba toda mojada y mis ojos inundados dejando caer todos los sentimientos que soy incapaz de expresar con palabras. Intenté incorporarme mas solo conseguí sacar un quejido por mi espalda horriblemente magullada. Toque mi frente con la palma de mi mano y me aseguré de que si, tenia fiebre. Quería salir de el colchón, podía contagiar a mi hermano y no nos convenía a ninguno estar en mala forma. Me arrastré como pude fuera de la cama y deambule por aquellos pasillos desconocidos. Iba planteándome muchas preguntas, como ¿Cómo habíamos acabado ahí? ¿Dónde estábamos? ¿Por que no sentía el peligro que sentía todas las noches? Me iba parando por el pasillo mirando fijamente las imágenes de familiares sonrientes, llenos de vida y cargados de energía positiva.
Estábamos en el piso del amigo de mi hermano. Me asomé a su habitación o lo que suponía que era su habitación, pero no había nadie. 
Seguí mirando las fotografías colgadas por la pared decoradas con marcos de plata, haciendo que se viera todo mucho más elegante de lo que verdaderamente era. Seguro que son momentos que SeungCheol quiere atesorar toda su vida, se le ve tan alegre, rodeado de gente que le quiere, que le apoya y que no le abandonará pase lo que pase. Como le envidiaba, yo también quería eso para Yoongi y para mi. ¿Por que tuvimos que nacer en la familia equivocada? Una familia que a la mínima rebelión que vieran, al mínimo ápice de valentía que veían lo machacaban a puñetazos dejándote medio moribundo. ¿Por que?
Seguí caminado y los primeros rayos

del sol se colaban por la ventana de la cocina, un espacio pequeño donde habían unos fogones algo antiguos, un horno blanco que dejaba mucho que desear y una nevera bastante decente. Encima de la mesa que estaba pegada a la pared del comedor encontré nuestras bolsas algo mojadas. Rebusque en la mía hasta topar con una manta que nos hizo mi abuela antes de caer enferma. Era de un azul marino precioso y desprendía mucho calor aparte de aportar un olor familiar que me tranquilizaba. 
Me deslice hasta el sofá y tome el mando de la televisión, poniendo cualquier cosa, lo único que quería era romper aquel silencio que me estaba volviendo loco. Intenté ponerme en una posición lo suficientemente cómoda cómo para qué las heridas de mi cuerpo no ardieran y dolieran a rabiar. Me acurruque, abrazando mis piernas y envolviéndose en la calidez de la manta. Aún así el sueño no acudía a mi y mí cabeza se sentía como si estuviera dentro de un horno y el resto de mi cuerpo en medio del hielo. Sentía frío, pero también una calor muy desagradable. Mi respiración estaba cargada y volvía a sentir un bombeo desagradable en mi cabeza, mareo incontrolables surgieron haciendo que mi vista se nublara.
La puerta del departamento se abrió dejando paso a una figura alta de cabello moreno. Deducí que se trataba del dueño del lugar. Le seguí con la mirada, viendo como se acercaba hasta posicionarse a mi lado. Por instinto alejé mi cuerpo lo máximo que puede, intentando no mostrar una mueca de dolor al sentir tanta presión en mi pequeño cuerpo. Sacó un bote de una bolsa de plástico, estiré mi cuello

para mirar por encima de su hombro, averiguando qué era. Cuando lo supe me negué tapando mi cabeza con la manta. Cogió una cuchara y vertió el contenido del recipiente de plástico, dejando caer sobre el cubierto un líquido verdoso. 
El pobre tuvo una paciencia que hay que reconocer dándole una medalla, soy muy cabezón, pero él lo era más. Al final acabé cediendo. Aquello sabía fatal, muy mal, algo amargo y viscoso.
- Gracias, supongo...
Le agradecí, se preocupaba por mi hermano y por mi. Aún no entendía el por qué, ¿qué razones tendría para querer ayudarnos tan incondicionalmente? 
Me recosté en el sofá mientras él recogía las medicinas y las llevaba a la cocina. Estaba prestando más atención a los movimientos de mi Hyung que a la televisión, no quiera reconocerlo pero tenerlo cerca me reconfortaba. 
Se acercó una vez más a mi, se agachó hasta quedar a mi altura. 
- ¿No estarías más cómodo en la cama? - negué con la cabeza. - Aquí te vas a poner peor... Vamos te acompaño.- negué una vez más.
Estaba apunto de incorporarse e irse pero yo lo pare, agarrándole de su jersey haciendo que parara y me mirase confundido. Aparté mi vista. No sabía porque había hecho aquello pero lo había hecho y me sentía realmente avergonzado. 
- ¿Quieres que me quede? - preguntó con un tono alegre. 
Por fin me atreví a levantar la vista y me topé con una.maravillosa sonrisa dejando ver su dentadura blanca y perfecta. Sus ojos estaban con un brillo especial que ni pude entender. Supongo que estaba emocionado

de que interactuase con él y dejase de ignorarlo. A estas alturas ya no podría ignorarlo. ¿Cómo hacerlo? 
- No quiero estar solo... - fue lo único que pude decir. 
Me seguía sonriendo y más cuando dije aquella frase. Se sentó a mi lado, tapándose un poco con la manta, pero no demasiado. 
Estuvimos mirando un programa el cual ni me acuerdo del argumento ya que yo estaba más pendiente del amigo de mi hermano, al cual se le notaba cansado y con frío, ya que no paraba de tiritar. 
Me acerqué a él poco a poco, con mucho cuidado ya que aún no me creía lo que estaba apunto de hacer. Aparte la manta a un lado, me senté en su regazo, y nos envolví en ella. 
SeungCheol estaba asombrado de lo que acaba de hacer, tardó en responder pero después, con la máxima delicadeza que podía hacer rodeó mi pequeño cuerpo, abrazándome con cariño. Apoye mi cabeza en su pecho.
Me tranquilizaba. Igual o más que cuando estaba con mi hermano. Estaba tranquilo junto a SeungCheol, pero a la misma vez me encontraba algo inquieto. 
Su respiración me mecía y llamaba al sueño, el cual me empezaba a invadir de una manera lenta y suave. 
- Si volvía a la cama...- bostece. - podría contagiar a mi hermano...Y eso sería peligroso...
-¿Peligroso? ¿Por qué?- preguntó mientas trazaba círculos con la yema de sus dedos en mi espalda, la cual aún tenía con heridas terribles, pero me lo hacia con tanta delicadeza que no pude quejarme. 
- Porque si está malo no pude protegerme...- se me cerraban los ojos y mi conciencia empezaba a abandonarme.
- ¿Protegerte? ¿De qué?
Me acomodé más en su pecho.
- De mi padre...
Cesó su movimiento, pero ya no importaba , ya estaba dormido.
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Siento tardar tanto en actualizar, intentaré hacerlo más seguido.
Gracias por leer.
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Effy. 


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√ 007

Un ruido como los de un chasquido me despertaron. Cuando abrí los ojos me encontré con la pantalla de la televisión encendida y un olor enriquecedor procedente de la cocina. Elevé mi cuerpo del sofá y asomé parte de mi rostro por encima de este, dirigiendo mi mirada a la fuente del aroma. Encontré a SeungCheol friendo huevos y panceta con un delantal de lo más divertido de gatos de color azul. 
Notó mi presencia ya que giró su rostro y me sonrió a la vez que una pequeña reverencia.
-Buenos días JiHonnie. - ese apodo me irritaba, pero él lo sabia y por eso lo hacia. 
Me acerqué a él aún con la manta rodeando mi cuerpo y me posicione a su lado observando cada uno de sus movimientos. 
Me quedé totalmente prendado de sus manos. Eran grandes y blancas, y venas azuladas resaltaban en su tez. Seguía con la mirada como cocinaba aquellos alimentos mientras no paraba de sonreír como un bobo. 
Me acerqué a pasos cortos hasta la mesa donde aguardé mi comida. Cuando la tuve delante no dudé ni dos segundos en empezar a engullir los alimentos ante la atenta mirada de SeungCheol. 
- Tu hermano ha salido. Decía que tenía cosas que hacer. 
Levanté mi mirada hasta toparme con la suya. 
No me gustaba, su tono era tranquilizador pero sospechaba de las intenciones. Seguro que Yoongi había vuelto a la casa infernal de la que habíamos escapado a buscar algunas cosas o a enfrentar al hombre del que huíamos. También había una posibilidad de que fuera a ver a Jimin, hacia mucho tiempo que no se encontraban y sé que mi hermano

lo echaba de menos. Jamás llevó a Jimin a casa, bueno ninguno de los dos llevábamos a gente a nuestra casa, ya que mi padre destrozaba a todo el mundo sin excepción, y si se enteraba de que mi hermano era gay seguro que jamás habría vuelto a ver la luz del sol y no podría moverse de su cuarto de la paliza que le habría propinado. 
Sin darme cuenta había acabado mi comida y SeungCheol estaba limpiando los platos. Me arrastré una vez más hasta el sofá, para que más tarde el mayor se pusiera a mi lado y tocara mi frente. 
- Aún sigues teniendo fiebre... Hoy mejor no salgas de casa. Mejor descansa. - Se recostó en el asiento mirando la hora de su móvil y sin apartar su otra mano de mi muslo. 
Ante su tacto mi cuerpo reaccionó de una forma extraña, se estremeció y tembló mi labio sin cesar. Mis mejillas se tornaron rojizas y mis orejas ardían. Sin pensarlo dos veces volví a colocarme en su regazo como horas antes había hecho, apoyando mi cabeza en su hombro mientras el mayor rodeaba mi pequeño cuerpo entre sus musculosos brazos, acercándome más a él. Mis manos trazaban pequeños círculos en su pecho. 
Contemple el movimiento de mis dedos encima de su camiseta, creando arrugas en esta y sacándole una pequeña risa a SeungCheol. 
No se que estaría pensando de mi en aquel momento. Durante más de un mes estuve ignorándolo por completo, negaba su existencia ya que encariñarme con alguien era algo que no podía permitirme. Todos al fin y al cabo desaparecían de mi vida de una manera rápida. 
Pero no podía evitarlo, estar a su lado era algo que no

podía explicar con palabras y lo único que podía pensar es en estar cerca suyo, en abrazarle, hundir mi cara en su cuello y absorber todo su aroma. No era algo común en mi ya que normalmente no toleraba el contacto físico con ningún humano, salvo mi hermano. 
- ¿Por qué actúas así? - me preguntó.- Hace unos días ni me hablabas. ¿Por qué eres así? 
Le ignoré, seguí trazando figuras en su torso de una manera lenta y pausada. No sabia que responder ¿ qué le podía decir? ¿Que tengo sensaciones extrañas cuando estoy con él? Pensaría que estoy loco o que soy un adolescente algo perdido en esta vida, y no iría mal encaminado. No encontraba una respuesta aceptable porque ni yo mismo sabía decir que me estaba pasando. 
- ¿JiHoon? Respondeme.
Tomó mi mentón entre sus dedos y lo elevó para clavar sus ojos en los míos. Tenía una mirada peculiar y divertida y su típica sonrisa que me sacaba de mis casillas pero a la vez me encantaba. Se lamió sus labios, humedeciéndolos y haciendo que brillará por la luz de la sala . Contempló los míos, me quería besar pero no lo haría ¿No? No es gay ni yo tampoco, ¿O si? Nunca me había fijado ni en chicos ni en chicas, me sentía asexual. Pero ahora ya no lo tenia tan claro como hace unas horas. 
Su aliento empezó a chocar contra mi boca, era cálido y agradable. 
Dios, ¿Por qué tenía tantas ganas de besarle? 
- ¿Cómo se supone que soy? - dije en un susurro.
Él se encogió de brazos sin dejar de acortar al distancia entre los dos. 
- Tan reservado, tan callado... - hizo una pequeña pausa. - Tan solitario.
Antes de que llegara a rozar mis labios me aparté de él. 
Solitario.
Solitario dice.
- Si hubieras vivido un tercio de lo que yo sabrías por qué soy así. Pero es algo que jamás comprenderás. - le escupí. 
Me levanté de su regazo, librándome de su abrazo y dirigiéndome a la habitación, pero él me tomó del brazo haciendo que me detuviera en seco. 
- Si me lo explicaras, te podría entender, a ti y a tu hermano. 
- Jamás lo comprenderás.- dije zafandome de su agarre. - ¿Sabes por qué soy solitario? - carraspee un poco acercándome. - Porque es más fácil estar solo que estar acompañado y que te hieran, que es lo que me han hecho toda la vida. Uno solo puede fiarse de uno mismo, así evitas que te traicionen. 
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Hey, aquí Effy
Se que las cosas van lentas pero yo lo prefiero así, lo siento. 
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Muchas gracias por leer.
Effy. 


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√ 008

Llevaba más de una hora encerrado en la habitación, maldiciendo a la mitad de la humanidad e intentando calmarme después de mi disputa con SeungCheol. Sé que me pasé con él, no sabe nada de mi familia, no sabe nada de nosotros, no sabe nada de mi, y aún así nos acogió en su casa cuando necesitábamos ayuda. Eso no lo hace cualquiera.
Aún así, su insistencia en saber mi pasado me irritaba y me tenía inquieto. Nadie a parte de YoonGi y mi madre sabía que me había hecho aquel ser que llamábamos padre. Y quería que siguiera así, siendo un secreto que quedarían en manos de mi familia.
Tendría que disculparme. Era lo correcto. 
Aunque después de llegar a la conclusión de que tenia que disculparme empecé un debate interior de cómo me tendría que disculpar. Estaba claro que las palabras no eran lo mío , asique era mejor planificar cómo decir las cosas ya que tengo fama de ser demasiado directo y cagarla. 
Salí de la habitación con la firme intención de pedir perdón por mi comportamiento cuando él no tenía la culpa de nada de lo que me había pasado, pero mis intenciones se desvanecieron al verlo dormido en el sofá. Me acerqué a él y me senté en el suelo contemplando su cara. 
Había que reconocerlo, era muy atractivo, tenía un aire encantador y tranquilizador que me atraía. Pensé en lo buena persona que era, lo bueno que era conmigo y lo generoso que llegaba a ser con la gente. 
Las personas así me asustaban. No creo que tanta bondad fuera ofrecida a cambio de nada y yo tampoco me sentía cómodo al saber que SeungCheol no iba a recibir absolutamente

nada por lo que estaba haciendo por nosotros. Aunque bueno, él sabría sus razones para hacer lo que hacía. 
Después de estar sumergido en mis pensamientos, no me di cuenta de qué el mayor me estaba mirando con una tonta sonrisa dibujada en la cara. Los colores se me subieron a la cara y una vergüenza horrible inundó mi cuerpo, tanto que me hizo temblar y miles de corrientes eléctricas sacudieron mi columna vertebral. 
Me levanté de un salto dispuesto a huir de nuevo pero un agarre en mi brazo me detuvo en seco y me dejó caer en el sofá, con su cuerpo encima del mio. 
Acercó su cara a la mía y su agarre en mis muñecas se intensificó. Me removí intentando soltarme, aquella posición despertaba recuerdos y vivencias pasadas y no tan pasadas que no quería recordar. Pero recordé, recordé como siempre acababa pasando. 
" Escuché fuertes ruidos en la habitación de al lado. Recordé las normas que me impuso mi madre y mi hermano mayor, no levantarme después de las doce de la noche de la cama y más si escuchaba ruidos. Pero aquel día no hice caso. 
Entré en la habitación de mi hermano, y me lo encontré debajo de mi padre, medio desnudo y con la boca inundada de sangre mientras mi padre seguí pegándole por todo el cuerpo y quitándole los pantalones. 
- Papá...¿Qué le está haciendo a YoonGi-hyung? 
Los dos giraron sus rostros hasta donde yo estaba, mi padre dibujo una sonrisa maliciosa mientras mi hermano

tenía una cara de terror. 
- JiHonnie... ¿Quieres venir a jugar? - dijo mi padre alargando su mano hacia mi aún agarrando a mi hermano. 
- D-dejale... M-me tienes a mi...a él dejale en paz... - dijo Yoongi suplicándole a mi padre.
Él lo calló con un manotazo y en un intento desesperado lo empujó haciendo que chocara contra el suelo. Mi padre lleno de furia lo tiró de la cama y comenzó a propinarle patadas en su estómago mientras mi hermano me rogaba que saliera, mas yo solo podía mirar inmóvil como mi hyung recibía una paliza dejándolo medio inconsciente. 
Cuando acabó se acercó a mí, con su camisa cubierta de pequeñas gotas de sangre y atrapó mi brazo a la vez que yo intentaba zafarme de él, llevando mi cuerpo hacia atrás hasta chocar contra la pared. De un movimiento me lanzó contra la cama y se puso encima de mi. 
Intenté escapar pero sólo fui respondido con un manotazo en mi mejilla que dolió, ardió e hizo que empezará a sollozar. Dejó caer su peso encima de mi, atrapando mis muñecas y acercando su apestoso aliento a mi cara. 
- Vas a portarte bien si no quieres acabar como él. - apunto al cuerpo inconsciente de YoonGi.
Empezó a pasear su mano por todo mi cuerpo, arrojando mi ropa por la habitación mientras me iba propinando golpes

por mi intento de huir. Mis lágrimas eran presentes por todo mi rostro, y el dolor físico llegó. 
Miré a Yoongi suplicándole ayuda. "
- JiHoon, ¿Qué te pasa?- un zarandeó hizo que abriera los ojos y saliera de mi trance, de mi recuerdo. 
Mi cara estaba llena de lágrimas, mis ojos acuosos no me dejaban ver con claridad la figura que tenía delante, pero sabía que era SeungCheol. 
Me removí pensando que aún mis muñecas estaban amarradas, pero no, las manos del mayor estaban en mis mejillas limpiando el agua salada que caía con desesperación. Me incorporé como pude, quedando a pocos centímetros de la cara de mi Hyung. Él me contempló con algo de lástima y compasión, no me gustaba que me mirara así. 
Bajé mi mirada y empuje con algo de fuerza a mi mayor, intentando que se fuera. Pero no sucedió. Lo volví a intentar, pero no se movió. 
Y a la tercera vez, me abrazó. 
Intenté rechazarlo pero nunca pude. Su abrazo era tan cálido y reconfortante. No quería separarme. Elevé mis manos hasta su cuello y hundí mi cabeza en su hombro sin dejar de llorar. .
Acabé sentado en su regazo, con mis piernas a sus lados y correspondiendo a su agarré. Mis lágrimas no paraban de caer y mis sollozos eran audibles. Él masajeaba mi espalda para calmarme. Mientras repetía "Todo irá bien".
-¿Qué ha pasado? - dijo una voz grave y asustada.
Giré mi rostro para saber de donde provenía esa voz y topé con mi

hermano, quien venía cargado con un montón de bolsas en la mano las cuales, al ver mi cara mojada soltó con rapidez, cogiéndome en brazos y alejándome de SeungCheol.
- ¿Qué le has hecho a JiHoon? - su mirada llena de furia se posición en su amigo.
*****
Hey aquí Effy.
Primero, hoy es el cumpleaños de nuestro querido SeungCheol así que: 
#HappySeungCheolDay 



Y segundo: yo estaré dos semanas fuera. Intentaré subir capítulos cuando pille WiFi pero no prometo estar muy activa. 
Entonces:
Todos mis fics estarán parados y con todos me refiero a:
-Trust Me// Yoonmin 
- Transilvania//Yoonmin
- Hurt// Jicheol
Siento las molestias.
Gracias por leer. 
Comentar y dejar vuestro voto. 
Me haréis muy feliz. 
Effy. 


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√ 009

- ¿Vas a contestarme? - elevó la voz.
El ambiente se volvió tensó, Yoongi intensificó su agarre y me puso detrás de él.
Observé a SeungCheol que no entendía nada de lo que acaba de pasar, limpié mis lágrimas de la cara y tiré de la camisa de mi hermano. Yoongi se agachó hasta quedar a la altura de mi cara y comenzó a revisar mi rostro en busca de algún tipo de herida. No encontró nada, me aparté de su agarre y proseguí a explicarle. 
- SeungCheol solo me estaba reconfortado, había tenido una pesadilla y me levanté llorando... Nada más Yoongi, no me ha hecho nada.
Mi hermano levantó una ceja y luego miró a su amigo para regresar sus ojos a los míos. 
- ¿Seguro? - asentí. - Pequeño, vete a la habitación, intenta dormir un poco. 
Intenté protestar, pero sabía que solo era una excusa para hablar con su amigo con la mayor libertad posible, cosa que conmigo delante no tenía por la incomodidad que reflectia. 
Eché una última mirada al salón donde mis mayores veían como salía a paso lento y me adentraba en la oscura cambra, donde tumbe mi cuerpo en el mullido colchón para comenzar a escuchar en un susurro la conversación de mis hyungs. 
******
Pov. SEUNGCHEOL
Cuando vi que el pequeño cuerpo de JiHoon desapareció por el oscuro pasillo miré a Yoongi, quien tenía los brazos cruzados y su ceño levemente arrugado. 
La puerta de la habitación se cerró, dando libertad a tener una conversación con Min. Tenía miles de preguntas que hacerle pero

no sabía por cual comenzar, no quería agobiarle pero necesitaba saber el por qué de esa actitud hacia mi. Es decir, soy su amigo, jamás haría nada que pudiera herirle a él o a su querido hermano. 
El peligris tomó asiento en el sofá en el que minutos antes estábamos el pelirosa y yo. 
- Lo siento SeungCheol, he sacado las cosas de quicio. Perdóname ... - su tono de voz era seco y bajo, no mostraba ninguna emoción más que no fuera de arrepentimiento. 
- No tienes porque disculparte Yoongi, solo estas preocupado por tu hermano.
Dejó caer su cuerpo totalmente en el sofá y posó la yema de sus dedos en sus ojos dando un suave masaje en estos. Miré su mano, la cual estaba totalmente destrozada por la zona de los nudillos, portando en ella heridas abiertas que desprendían sangre, la cual se estaba empezando a secar. 
Quise preguntar, pero a la vez sabía que me lo tenia que contar él, yo no era quien para exigirle nada. 
Él me miró y se erigió en el sitio.
- Le he pegado a mi padre. - dijo casi en un susurro. - Sé que quieres preguntar, y lo entiendo. Puedes hacerlo, al fin y al cabo estamos en tu casa y es normal que quieras saber los motivos por los cuales estoy aquí. - me miró. Y en sus ojos pude distinguir decisión. - Adelante. 
Dudé. Dudé en preguntarle y poder reabrir heridas que puede que él no quisiera recordar, pero a la vez necesitaba saber a qué se han enfrentado estos hermanos para entenderles mejor a la hora de pensar y de actuar. 
- ¿Por qué pegaste a tu padre? - una pregunta

sencilla para comenzar. Supongo.
- Me cuesta encontrar un motivo por el que no pegar a mi padre. Ese hombre ni siquiera merece tener hijos. No se merece tener un hijo tan maravilloso como JiHoon... Por eso yo... Me cansé.
- ¿Tan malo es? ¿Tu madre no hace nada? - pregunté algo dudoso. 
- Empezó a abusar de mi cuando tenía cinco años, poco después vino JiHoon y temía que le hiciera lo mismo a él. Así que decidí contárselo a mi madre, ¿Y sabes que me dijo? - sus ojos estaba cristalizados. Negué.- Que todo era culpa mía. Mi padre era así por mi culpa. En ningún momento lo detuvo, solo insistió en el hecho de que lo que me hacía era porque yo le provocaba y que por eso había perdido el interés en ella. 
¿Sorprendido? Decir que estaba sorprendido era poco. Estaba horrorizado, petrificado por la confesión de YoonGi. ¿Qué madre le dice eso a su hijo? ¿Qué clase de padre le hace eso a su propio hijo? 
Prosiguió.
- Pude distrae la atención de mi padre durante unos años hasta que violó por primera vez a mi hermano cuando el tenia ocho años. Lo hizo delante de mi, después de meterme una paliza. - suspiró y pasó la manga de su chaqueta por los ojos, secándose cualquier rastro de lágrimas. - y así hasta ahora, donde no he podido aguantar más el hecho de que le esté haciendo esto a JiHoon.
- Yoongi, lo siento, no tienes por qué..
- Quiero contártelo. Eres la primera persona a quién se lo cuento.
- ¿Y Jimin? - su novio tenía que saber la situación de su pareja en casa. 
- No puedo decirle nada, mi padre lo mataría. No quiero perder a una de las pocas personas que me ha dado la fuerza necesaria para continuar. 
El silencio reinó la sala, yo no sabia que hacer o que decir para reconfortar a mi amigo. Jamás me habían contado cosa semejante. No creí nunca encontrar un caso como aquel. No quería ni pensar en el sufrimiento que han pasado ellos dos, sin el apoyo de nadie y viviendo con miedo de sus propios padres. 
- Gracias por todo SeungCheol. 
- No me des las gracias...
- Te juro que estoy buscado apartamento, solo necesito ahorrar un poco más y podremos irnos. 
- No tengas prisa no me molestáis ni nada parecido. Por favor, quedaros todo el tiempo que queráis.
Asintió y se dirigió hasta la habitación donde descansaba su hermano.
- Por cierto, gracias por cuidar a JiHoon, es raro que se comunique pero contigo parece llevarse bien. Cuídalo.
Cerró la puerta no antes de ofrecerme una amplia sonrisa reconfortante. 
Sonreí. 
Jamás dañaría a JiHoon.
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Hey, aquí Effy
Sé que dije que no subiría cap en dos semanas bcs estoy de vacaciones, but mira soy así y he querido subir. 
Solo subiré de este Fic porque es mi favorito, de los otros no subiré nada hasta la semana que viene.
Muchas gracias por leer. Comentar y votar, me haríais muy feliz.
Effy. 


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√ 010

Después de que fueran a trabajar y volviéramos todos al piso, Yoongi sacó sus cosas de la universidad y comenzó a hacer el trabajo para acabarlo de una buena vez. SeungCheol le dejó utilizar el escritorio de su habitación, donde podría concentrarse muchísimo mejor que en el comedor donde me tenía a mi distraído con un programa malo de televisión. Después de cerrar la puerta de su cuarto se dispuso a preparar la cena. 
Cansado de ver la misma chorrada en la caja tonta y llamado por el embriagador olor proveniente de la cocina, me envolví en la manta y con sigilo me encaminé hasta donde estaba mi hyung cocinando. Me volví a embelesar con la forma de mover sus grandes manos. Cortaba las patatas de una forma rápida y el movimiento del cuchillo no cesaba. Percató mi presencia ya que giró su rostro hacia mi y para su desgracia el cubierto acabo rajando su dedo.
- ¡Ah! - soltó un chillido un poco femenino, todo hay que decirlo. - JiHoon me has asustado ¿Desde cuándo estás ahí plantado? 
No contesté, mi mirada estaba puesta en su dedo herido que no dejaba de desprender aquella roja substancia, y mi subconsciente hizo que dirigiera mi boca hasta su herida y succionar aquello, un sabor metálico hinundo mi sentido del gusto. Él no se quejó ni se apartó. Estaba perplejo, y era normal, yo tampoco me creía lo que acababa de hacer. 
- Lo siento... - susurré. 
Moría de vergüenza, no entendía demasiado por qué hice lo que hice pero él tampoco me aparto en ningún momento, por lo cual no vi que le importara mucho. 
Se

vendo un poco su dedo y volvió a cocinar preparando una sopa de fideos y caldo de pollo para sobrellevar el frío que hacía aquella noche y mi resfriado. 
Yo seguía de pie, viendo como era ágil a la hora de cocinar. 
- Ven aquí. - dijo mi hyung.
Me tomó por las caderas y me subió en la encimera. Quise quejarme pero lo hizo tan rápido que no me dió tiempo a soltar mi protesta. Tampoco es que me hubiera molestado ni nada parecido pero no me agradaba que me tratarán como si fuera un niño pequeño. Acerco la cuchara llena de caldo hasta mi cara, sopló un poco y me lo dio para probar. 
Saboree. 
Cocinaba bien. Muy bien. 
Levanté mi mirada y vi a mi Hyung con una ceja alzada esperando un benedicto, esperando a que me hubiera gustado y le diera mi aprobación. 
- Está muy bueno... - el me sonrió triunfante.
Mis mejillas comenzaron a arder por la acción del chico. ¿Por qué estaba tan nervioso a su lado? ¿Por qué a la vez me reconfortaba su presencia? SeungCheol no se dio cuenta de mi acción ya que continuó y empezó a servir la sopa en tazones y depositarlos en la mesa y avisar a Yoongi. Yo seguía subido allí arriba y no tenía muy claro como bajar. Mi mayor se dió cuenta del intento que hacia para llegar con la punta de mi pie al suelo y se acercó soltando una risa burlona. Llené los mofletes de aire mostrando mi indignación. 
- Eres adorable...- comentó al tenerme en frente. 
- No me diga eso Hyung...- bajé mi mirada. Sus palabras hacían que mi corazón latiera muy rápido. 
- ¿Te ayudo a bajar? - su sonrisa no se borraba. Maldito seas SeungCheol. 
Asentí avergonzado. 
Me tomó de las caderas y de una manera directa me agarré a su cuello y su cadera con mis extremidades, evitando que me soltara. 
- JiHoonnie... 
Apreté mi agarre. No sabía por qué hacía aquello, pero estar abrazado a él me relajaba en un instante. 
- JiHoon, ¿Te pasa algo? 
Solté mi agarre y él me dejó en el suelo, negué con la cabeza e intenté sonreír y sin más dilación me senté en la mesa aguardando a que SeungCheol y Yoongi vinieran para poder empezar a comer la cena. 
La cena fué tranquila, Yoongi soltaba algunos comentarios sobre su aburrido trabajo mientras su amigo lo escuchaba con atención y de vez en cuando le interrumpia para preguntarle , pero por lo que respecta a toda la velada el único que habló fue mi hermano. 
Yo miraba al moreno por el rabillo del ojo. 
SeungCheol ¿Por qué no puedo sacarte de mi cabeza? 


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√ 011

Las semanas pasaron con tranquilidad, una tranquilidad que hacía mucho que ni Yoongi ni yo podíamos experimentar. 
Salíamos de casa sin temer a encontrarnos a alguien en nuestra puerta esperando a pegarnos una paliza; podíamos dormir tranquilos sin estar alerta toda la noche por si nuestra puerta era forzada; nos duchábamos tranquilos, sin hace que él otro formase guarda en esta para evitar una violación; podíamos pasearnos por la casa sin ninguna preocupación... Por fin, después de años podíamos vivir en paz. Y todo gracias a SeungCheol y su generosidad. 
Yo iba al Instituto más alegre y despreocupado, incluso mis profesores habían notado en cambio. Mi comportamiento había mejorado y ya no era tan repelente como solía serlo antes. Mi hermano ya no se tenía que preocupar de mi seguridad, solo tenía que centrarse en sus estudios y trabajo. 
Yoongi siempre repetía a SeungCheol que cuando ahorrará lo suficientemente se pondría a buscar piso para poder irnos a vivir por nuestra cuenta. En cierta manera no quería que aquello pasase en un futuro inminente, ya que había cogido un cariño que aún intentaba entender al mayor. Por parte de Cheol siempre nos recordaba que su piso era como nuestra casa y que siempre tendríamos cobijo en ella, recordándonos que para él, según lo que decía, era un placer tenernos allí y poder servir de ayuda, que no tuviéramos prisa en marcharnos ya que no le molestábamos en absoluto. 
Se acercaba Navidad, era la primera en mi corta vida que se presentaba con un poco de alegría y optimismo, pensando que el año que viene iría

mucho mejor que esté , pensando que todo mejoraría y nuestras vidas no volverían a ser un caos incontrolable. 
-¿Seguro que no te importa? - preguntó mi hermano por décima vez. 
- Seguro, vete con Jimin.
El caso es este: mi hermano por fin tiene vacaciones en la Universidad y el café donde ambos trabajan cierra por fiestas, ya que los padres de SeungCheol quieren ir para el pueblo y poder celebrar la Navidad con la familia que tienen allí. Por alguna razón que desconozco, Cheol se quedará en la ciudad, eso quiere decir que no tendremos que ir a ningún sitio ya que él permanecerá en el piso. 
Dado esto Yoongi quiere aprovechar para estar tiempo con su novio Jimin, al cual por todas sus obligaciones, durante el año le es imposible ver demasiado, pero no le parece bien dejarme al cuidado de su amigo, aunque este le haya dicho muchas veces que no le importa ya que no tenía nada más que hacer ya que no tenía compromisos que atender.
- Te debo demasiado SeungCheol... No quiero que sea una molestia, puede venir con nosotros, no nos importa. -hice una mueca de asco. - ¿Qué te pasa a ti jovencito? - espetó mi hermano.
- ¿Ir con vosotros? ¿Y ver como es metéis la lengua hasta el fondo y oíros por la noche mientras folláis Em, No gracias. - dije recostándome más en el sofá dando la conversación por zanjada. 
- Ves, no te preocupes. Él se quiere quedar y yo puedo quedarme con él. ¿Dónde está el problema? Ves y pasatelo bien. 
SeungCheol sacó a mi hermano a empujones del piso mientras

Yoongi le repetía que le llamara si yo causaba algún problema y que vendría enseguida, claro que lo veía complicado, ya que se iba con Jimin una semana a saber dónde. 
La casa se inundó de un silencio sepulcral una vez la puerta principal fue cerrada, dejando a un SeungCheol algo aturdido. Yoongi podía llegar a ser una persona sobre protectora, sobretodo conmigo, siempre intentaba cuidar de mi y no molestar a los demás, por lo que pocas voces he estado sin los cuidados de mi mayor. 
- Bien, ¿Qué quieres hacer JiHoon? ¿Ver una película, salir a dar un paseo...? Aún queda para la hora de la cena.
Me encogí de hombros mientras Cheol se acercaba a mi de manera lenta hasta posicionarse a mi lado y rodeándome con un brazo por mis hombros, atrayendo mi cuerpo hasta el suyo. Ya estaba acostumbrado a las muestras de afecto que tenía conmigo, por lo que no intenté separarme o rechazarle. 
- Me... Me apetece ver una película. - él me miró sonriente.
- ¿Quieres ir al cine o la vemos aquí en casa? 
- Prefiero en casa... Si no te importa, claro... - no tenía muy claro si a él le apetecía salir o no y por tanto salir al cine sería una buena idea, pero a mi ese día no tenía ganas de ir fuera, ya que el frío hacia que mi piel ardiese y se irritara, aveces creando heridas que tardaban en curarse. 
- Iré a hacer las palomitas, escoge una película de las que están en la estantería. 
Dicho esto se levantó hasta la cocina mientras yo con algo de vaguez me acerqué hasta el mueble que me había dicho y comencé a seleccionar películas con la vista, pensando cual sería la más conveniente para esta situación. Al final seleccione una llamada "Ju-on", la cual por la carátula que poseía tenía muy buena pinta y claro, las películas de miedo eran algo que llamaba mi atención aunque después no pudiese dormir. 
- Así que quieres ver esta ¿Eh? 
Me sobresalté por su presencia, no me había percatado que estaba justo detrás de mí. El soltó una carcajada mientras se sentaba en el sofá y dejaba el cuenco de las calientes palomitas encima de la mesa de té que teníamos en frente. 
- Si te asustas por esto, espera a ver esa película. 
Infle mis mejilla indignado por aquello dicho y después de situarme a su lado en el sofá, asegure que no pasaría miedo en el transcurso del film, ya que no me daban miedo ese tipo de cosas.
Me equivoqué, claramente.
No había ni pasado media hora desde que comenzamos a verla que yo estaba escondiendo mi rostro tras la manta que tenía encima y de vez en cuando sorprendiéndome tanto que me aferraba al brazo del mayor buscando protección. Este no paraba de burlarse de mi y me dejaba lloriquear contra su hombro mientras carcajadas salían de él. 
Tengo que reconocer que si hubiera sido al revés también habría hecho exactamente lo mismo. Yo siempre sería un miedica con afán de hacerme el valiente, pero no lo soy. 
Fue una hora y media de sobresaltos y lamentaciones, ya que aquella noche no tendría a mi hermano a mi lado para poder combatir el miedo. 
-¿SeungCheol, puedo dormir contigo? 


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√ 012

Pov. SeungCheol
-¿SeungCheol, puedo dormir contigo? - dijo el pelirosa lloriqueando.
¿Perdón? ¿Acaso JiHoon había dicho lo que yo pensaba que habia dicho? No puede ser, tiene que ser un error, al fin y al cabo es de JiHoon de quien estabamos hablando. 
- ¿Qu-Qué has dicho?.- me separé un poco de él y lo encare. Oh no, él estaba jugando con sus dedos mientras me observaba suplicante, aquella acción era de lo más tierno que había visto en mucho tiempo. 
- Por favor Hyung... - se acercó a mí. 
- No sé si es muy buena idea JiHoon...
- Por favor...
Se sentó poco a poco en mi regazo, como se había acostumbrado a hacer, pero aquella vez era distinto. Aquella imagen del pálido con sus ojos algo acuosos mirándome tan débilmente me volvía loco. Automáticamente mis manos se posaron en su cadera, intentando que se acercara un poco más a mi. 
Pero poco después recapacite de lo que estaba haciendo. 
-No JiHoon...
Algo dentro de JiHoon hizo click. 
El pelirosa se levantó un poco del sofá y su rostro cambio totalmente, como si se hubiera despertado y se hubiera percatado de lo que acababa de decir y hacer. Negó un poco con la cabeza a la vez que sus ojos se empapaban y mientras se escabullia por el pasillo hasta llegar a su habitación, donde se adentró dando un portazo. Yo aún sentado en el sitio repasaba la conversación pensando cómo acabamos en esa situación. Despejé mi mente, no podía mentir, la idea de dormir con el pequeño no me desagradaba, más bien me encantaba,

pero pensaba que no era correcto, y tampoco era correcta la forma como lo toqué. Era el hermano menor de mi mejor amigo y para empeorar la situación acababan de salir de una experiencia terrible. No era justo, JiHoon seguramente no lo decía con doble sentido ni nada por el estilo pero mi mente no me permitía procesar una inocente noche al lado del chico. No me quería aprovechar, por lo tanto una negativa era lo mejor que podía decir, pero después de negarme voy yo y le tocó como no debería tocarle para después volver a rechazar su oferta.
Pasaron las horas y se acercaba la hora de cenar y el pelirosa aun no salía de su habitación. ¿Estaría avergonzado o enfadado? ¿Se habría tomado en serio mis caricias? Mi intención no era herirle, solo intentaba ser prudente con mis actos para luego no arrepentirme de mis decisiones, ya me arrepentía ya que le había enviado señales confusas.
Intenté restarle un poco de importancia y hacer la cena.
Como no me apetecía demasiado cocinar preparé dos ramen instantáneos que había conseguido del supermercado de debajo de casa, sé que no era la mejor alimentación para un niño en crecimiento pero después de quedarme casi toda la tarde en shock se me hacia casi imposible pensar en un menú para cenar. Al dejar reposar el ramen durante tres minutos, asomé un poco la cabeza por la ventana, viendo oscuras nubes que acercaban una tormenta inminente, ante esto decidí ir a hablar con el pequeño, me encaminé hasta la habitación donde se encontraba JiHoon y di pequeños golpes con mis nudillos a la puerta, pero no recibí respuesta.

Repetí la acción, pero nadie abría. Pegué mi oreja a la extensión de madera y comencé a oír sollozos, casi inaudibles, pero aquéllos ya me alertaron y no tardé mucho en abrirme paso dentro del cuarto. 
Busqué con mi mirada al pequeño, lo escuchaba pero no lo veía, miré dentro del armario y nada, detrás del sillón tampoco, pero yo sabía que estaba allí, ya que el llanto no cesaba. Me tumbé en el suelo y miré debajo de la cama, donde el pequeño estaba hecho ovillo y tapaba su cara con sus manos. 
-JiHoon... ¿Que haces aquí? - pregunté estirando la mano para cogerlo, pero él se apartó quedando fuera de mi alcance. - JiHoon tienes que salir de ahí...
- No quiero... - dijo en un pequeño susurro. - Vete. 
Me quedé en mi posición, mirándolo, viendo como lágrimas caían por sus rosadas mejillas. 
Pasé diez, quince minutos, no lo sé con certeza, en el suelo, esperando a que el pequeño se dignara a salir, pero parecía que no tenía intención de hacerlo. 
Rompió el silencio que había en la sala .
- Hyung.. ¿Está enfadado conmigo? - su voz estaba entrecortada.
- No... ¿Por qué debería estarlo? - él se acercó un poco a mi, y estiré un poco mi brazo, a lo que JiHoon correspondió juntando sus dedos con los de mi mano. 
- Por hacerle una invitación poco apropiada y luego... Eso. - tapó su cara con su mano libre y ejerció presión en el agarre. - No quiero que por mi culpa se sienta incómodo y nos eche de su casa...
- Yo no haría eso... No has hecho nada malo,

el que se tendría que disculpar soy yo JiHoon...- dije apretando su mano y ejerciendo un poco de fuerza para acercar su cuerpo hasta donde estaba yo para sacarlo de debajo de la cama. - No debería haberte tocado así...
- No se preocupe... Estoy acostumbrado. - su voz sonó quebrada. - Aunque no me crea, es el agarre más suave que me han hecho. 
Una vez más todos los relatos que me había explicado Yoongi golpearon mi mente, todas aquellas cosas horribles que su padre les había hecho a ambos volvieron a pasar por mi cabeza y mirando a JiHoon, tan indefenso, tan pequeño, tan dulce, no podía creer que alguien fuese capaz de hacerle daño de aquella manera tan desgarradora. 
- No se preocupe por mi hyung...- dejó salir un bostezo. - estoy bien...- cerró sus ojos. 
Aún no había conseguido sacarlo de debajo de la cama, pero se apoyó su cara un poco en su brazo, mientas su mano se mantenía unida a la mía. Acaricié su cabello a la vez que él normalizaba su respiración, dando bocanadas hondas y pausadas. 
Al cabo de poco minutos había caído dormido, y con mucho cuidado lo saque de su escondite y lo deposite en su cama, tapándolo y dejando un casto beso en su frente. 
Salí de la habitación y cené un ramen frío que ya no valía la pena comer. Recogí los escasos cubiertos de la mesa, y a la vez que limpiaba los palillos me asomé una vez más por la ventana, corroborado mi pronóstico. Estaba lloviendo a cántaros, el viento era fuerte y rayos se dejaban ver en la oscura noche. Bajé las persianas, cerré las cortinas

y me encaminé a mi habitación, no sin antes pasar a echar un vistazo a como estaba JiHoon. 
Dormía plácidamente, encogido entre las mantas y abrazando un peluche entre sus manos. Su cara aún estaba algo colorada por la llorera de hace unos momentos, pero su respiración no era irregular y se le veía calmado. 
Me acosté en mi colchón, apagando las luces y dejando todo el piso en suma oscuridad. Por mi mente pasaba el menú del día siguiente, si iba hacerme cargo del pequeño hermano de mi amigo al menos le tendría que alimentar a base de comida sana y no con pizza, ramen y patatas de bolsa. 
Un sonido proveniente del exterior hizo que retumbara todo el piso, sacándome de mis pensamientos. Poco después de aquel gran treno vinieron varios más, y segundos después el llanto y pequeños gritos ahogados se escucharon por el pasillo para que después una diminuta figura entrara corriendo a mi habitación y de un salto se metiera bajo las mantas. 
Sus pequeños brazos se apoderaron de mi cintura con fuerza y parecía que a cada estruendo , ejercía más presión. Noté sus lágrimas mojar mi espalda. 
De un movimiento me di la vuelta y lo abracé, dejando su cara hundida en mi pecho mientras daba pequeños saltos ante los truenos ruidosos que perturbaban su sueño. 
Aquella noche estuve consolandole, mientras su cuerpo estaba tenso por el miedo y no se separaba de mi por nada del mundo. 
La tormenta persistió durante horas, hasta que al final cesó y JiHoon acabo sucumbiendo al cansancio. Dejé reposar mi cabeza en la suya, su olor era dulce, como si fuera una fragancia de vainilla, y su respiración estaba tranquila pero su agarre no cesó. 
Dios... ¿Por qué estoy tan a gusto contigo , JiHoon? 
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Hey, aquí Effy
Primero de todo, siento estar inactiva con este Fic, prometo que no volverá a pasar. Voy a dar prioridad a este Fic desde ahora. 
Muchas gracias por apoyarme a mi y a mi historia, lo agradezco. 
Effy. 



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√ 013

Calmarme en plena tormenta era algo que no podía ni pasarme por la cabeza. Mis sentidos estaban abrumados y no podía pensar con claridad, aquel miedo irracional hacia que no podía controlar mis movimientos y las lágrimas salieran sin control. 
Lo peor es que Yoongi no estaba ahí para consolarme. 
Un trueno hizo retumbar todo el piso y el estruendo estalló en mis tímpanos, Salí de un salto de mi cama y corrí hasta la habitación de SeungCheol. Me abracé con fuerza a su pecho y apoyé mi cabeza en su espalda buscando protección. Él no dijo nada pero estaba tenso ante mi tacto, pero no se alejó. De un movimiento, se giró y me abrazó.
Los truenos siguieron sonando durante horas, pero ya no sentía miedo. Mi oreja estaba apoyada en su pecho, y el sonido de su corazón bombeando me sumió en un trance, quedando hipnotizado. Poco a poco cerré mis ojos, ignorando el estruendo de fuera y centrándome solo en SeungCheol. 
Me calmaba, me relajaba, me sentía completamente protegido gracias a su presencia. Sus dedos se paseaban de arriba abajo por mi espalda, sus caricias eran suaves y llenas de cariño. 
Me apegué más a él, buscando más contacto. No me incomodaba, no era igual que estar igual con mi hermano, era algo completamente distinto. Mi estómago se sentía revuelto, como si un cosquilleo no parara de trepar por todo mi abdomen y me pusiera más ansioso y nervioso de lo que me encontraba con tan solo estar así con SeungCheol. 
La lluvia paro, ya no se escuchaba nada más que nuestras respiraciones tranquilas. Habíamos pasado horas abrazados, él consolandome

y yo abrazándole como si me fuera la vida en ello. Y en cierto modo era verdad. 
*****
Al día siguiente, me desperté sin sentir su calor a mi lado, había un vacío en la cama, aunque la silueta de su cuerpo aún estaba impreso en las sábanas. Me levanté despacio e inspeccione su habitación, en la cual nunca había entrado.
La cama era ancha y cómoda, esta estaba recubierta con una colcha de flores muy hogareña y los muebles de la sala eran simples, tallados en madera oscura. Las paredes estaban pintadas de un azul cielo precioso que daban al lugar un toque cálido y reconfortante. No habían fotografías ni nada por el estilo dentro de esta, supongo que todas las imágenes que tenía prefirió ponerlas en el pasillo, en hermosos marcos de plata. Un detalle que me tuvo distraído durante varios minutos fueron la fila de peluches que había encima del armario más alto, todos los amigos de trapo eran animales, sobretodo osos y conejos, de un color blanco reluciente. Me sorprendí a mi mismo aguantando la tentación de trepar hasta llegar a ellos y coger uno. 
Al salir de allí un olor exquisito embriagaba mis fosas nasales, todo el piso olía a comida casera deliciosa. 
En la cocina estaba SeungCheol, y como siempre estaba sumido en cortar y elaborar correctamente la receta, sus manos hábiles y rápidas mezclaban los ingredientes y los sazonaban a su punto. Ni se percató de mi presencia, cosa que ya no me sorprendía, la concentración de mi hyung era impresionante. 
La comida pasó tranquila, ninguno de loa dos dijimos absolutamente nada, no

hacía falta, la incomodidad se podía palpar. Era bastante extraño que hubiéramos dormido juntos porque yo soy un cagueta que no aguanta una pequeña tormenta. 
No sabía si SeungCheol estaba enfadado conmigo. ¿Estará molesto? ¿Le daré asco? ¿Pensará que lo mejor sería que viviera en otro lugar? 
Sin siquiera darme cuenta él estaba recogiendo las cosas de la mesa y lavandolas, yo me había quedado embelesado en mi propio mundo y no me había percatado de que habíamos terminado de comer. 
Me escabulli hasta el sofá y por encima de este observé al mayor, su mirada estaba fija en el jabón que esparcía por el plato y su ceño esta ligeramente fruncido. Pensé en decirle algo, pero su semblante era serio y no invitaba a entablar una conversación. 
Paso el tiempo y se acercó a mí, quedando en frente. 
Yo en ese momento ya estaba pensando en millones de discusiones posibles que podría tener con Cheol, imaginando en los lugares donde tendríamos que vivir mi hermano y yo cuando su amigo por mi culpa nos echara de su casa.
Pero nada de aquello paso. 
Su mano fría se posó en mis mejillas a las cuales estaba acariciando con sumo cariño y delicadeza a la vez que su mirada conectó con la mía. 
- ¿Quieres ir a dar una vuelta? ¿Ir de compras? - eso me tomó por sorpresa y le miré extrañado. 
- ¿No está enfadado conmigo Hyung? - él se separó un poco de mi, pero después se sentó a mi lado y palmeó sus muslos para que me sentará encima de él. Con sumo cuidado y después de vacilar un poco hice caso y me acerqué y senté.
- ¿Por qué tendría que estar enfadado pequeño? 
- por lo de esta noche...
- Pero JiHoonnie, ¿Cómo me iba a enfadar contigo por una cosa así? Tenías miedo, es normal. 
- ¿No le molestó? - susurré avergonzado. 
- Nooo...- dijo arrastrando sus palabras y acariciado mis brazos. - No te preocupes por esas cosas pequeño. No me molestan. - me dio un pequeño beso en la frente y poco después le rodeé el cuello, pegando su cuerpo más al mio. - ¿Quieres ir de compras? 
Me removí algo incómodo. - No tengo dinero...- era verdad. Nunca me compraba ropa, la heredaba de mi hermano, por lo que suponía que no podía permitirme comprar conjuntos nuevos. 
- Lo pagaré yo, no es justo que no puedas llegar ropa de tu talla. - dijo tocando aquella ropa tan ancha que se notaba que no era de mi talla. 
- Pero...
- Nada de peros, JiHonnie. Vamos a comprarte cosas bonitas. 
******


Wattpad esta fatal. Me corta y me elimina los capítulos. Lo odio.
Siento las molestias.
¿Os gusta la nueva portada? 
Effy. 


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√ 014

Fuimos en el coche de SeungCheol hasta llegar al centro de la ciudad, donde se disponía a pagar ropa nueva para mi, no se como se tomaría esa decisión Yoongi, a mi hermano no le gusta que la gente se preocupe por nosotros, pero teniendo en cuenta que vivíamos, provisionalmente, en casa de su amigo no sabía que pensar ya. 
A mi me resultaba algo incómodo el hecho de que me estuviera pagando mis caprichos, pero realmente necesitaba la ropa. La mia era vieja y alguna estaba muy rota y gastada.
Al llegar entramos en seis o siete tiendas, donde al salir de cada una de estas dos o tres bolsas de ropa nos acompañaban. 
- Ya es suficiente hyung... Ya es demasiada ropa. - dije mirando la cantidad de prendas que llevaba ya. No necesitaba nada más, había renovado todo el armario de una vez. 
- ¿Seguro? ¿No quieres algo más? Una chaqueta, una polera...
- ¡No, no! Ya llevamos de sobras. Muchas gracias pero ya es suficiente. 
SeungCheol asintió y no dijo nada más. Habíamos pasado más de tres horas comprando, y para mi teniendo en cuenta que jamás me había comprado nada ya era mucho tiempo invertido. El sol se estaba escondiendo y el frío de la noche comenzó a azotar mi tez. Muchos escalofríos aparecieron, poniéndome la piel de gallina y que temblara todo mi cuerpo. SeungCheol al ver esto me tendió su chaqueta, la cual se veía como tres veces más grande que yo. La acepté a regañadientes ya que aquello era demasiado vergonzoso para mi. 
Después de discutir sobre donde cenar al final me convenció para ir al restaurante donde

habíamos comido con Yoongi meses atrás.
Caminábamos hasta el coche en silencio, el ruido de nuestras pisadas era lo único que hacía algun tipo de sonido entre nosotros dos. Aún me sentía inseguro y avergonzado por lo de la noche anterior y aunque él le restará importancia para mi la tenía y mucha. No quería que pensara cosas que no era, no quería hacerle sentir violento con mi presencia ni nada por el estilo. 
...
Decidimos antes de ir al restaurante cambiarnos de ropa y dejar las compras en el piso. Aún con toda las nuevas prendas de la que disponía me volví a vestir con un camiseta de mi hermano, y esque aún no me sentía cómodo con la nueva y la de Yoongi me era familiar y me tranquilizaba. Y era tonto pensar así pero, aunque solo fuera una simple cena, en mi cabeza parecía una cita en toda regla con SeungCheol. 
Una cita con SeungCheol.
Los colores se me subieron y mis mejillas comenzaron a arder al pensar aquello. Es cierto que le estaba cogiendo mucho cariño, pero solo era eso ¿No? No es como si me estuviera gustando el amigo de mi hermano ¿Verdad?
Me miré en el espejo y peine mi pelo hacia un lado. Parecía un niño de primaría... ¿Cómo se iba a fijar SeungCheol en mi? Seguro que le resulta irritante hacer de niñera conmigo. 
Cogí una vez más la chaqueta que mi mayor me había prestado y como si de un auto reflejo se tratara lleve esta hasta mi nariz. Olí el olor de SeungCheol. Un olor parecido a la menta, era refrescante. Abracé la prenda una vez más y me la puse.
Cuando llegué al salón

vi como el mayor estaba hablando por el teléfono, soltando grandes carcajadas y sonriendo sin parar. Un mal estar empezó a recorrerme el cuerpo, me irritaba que estuviera tan feliz a causa de otra persona. 
¿Con quién estará hablando para que la conversación sea tan divertida? 
Cheol se dió cuenta de mi presencia y sin más se disculpó con quien estuviera hablando y colgó. Me miro de arriba abajo y acabó en mi rostro, con una sonrisa tierna que hizo que miles de mariposas se movieran en mi estómago. Se acercó hasta quedar a centímetros de mi cara y con sus grandes manos acarició mis mejillas mientras soltaba pequeños cumplidos.
- Mi chaqueta te queda muy bien pequeño. - subió la cremallera de esta y colocó el cuello de forma correcta. - Si quieres te la puedes quedar... Se ve que te ha gustado mucho. - me guiñó un ojo a la vez que abría la puerta principal y me invitaba a salir con un gesto sencillo. 
No le dije que no, tampoco le dije que si, aunque en realidad me hacía mucha ilusión quedarme con ella, era especial, era de Cheol, y solo por eso ya merecía ser conservada con cariño.
Al llegar al restaurante pedí lo mismo de la última vez. Recordé aquel día, donde SeungCheol fue un amor de persona conmigo y yo simplemente era un borde, donde me compró un dulce que compartí con Yoongi, cuando aun vivíamos en aquel infierno de lugar. Sonreí. 
- ¿En que piensas? - el pelinegro me miraba curioso. - Has sonreído, será agradable ¿No?- preguntó para llenarse la boca de comida. 
- Realmente no... Estaba pensando en la primera vez que vinimos aquí. Yo no hablaba contigo por mucho que lo intentaras. Fuiste muy bueno conmigo, jamás he podido darte las gracias por la inmensa paciencia que tuviste...
- JiHoon, No tienes que darme las gracias por nada, sabía que estabais en un momento complicado.
- Aun así... Muchas gracias por todo Hyung. Estoy eternamente agradecido. - dije tomándole de las manos y agachando levemente mi cabeza.
Él no dijo nada, elevó mi rostro con sus dedos y depósito un beso en mi mejilla. Mi cara se tiñó de rojo, un calor recorrió mi cuerpo y mi corazón empezó a ir más rápido de lo que normalmente iba. 
La cena se tornó de un ambiente agradable y lleno de bromas y risas. SeungCheol me hacía feliz, algo que en mi vida no había conseguido nadie aparte de mi hermano. 
Con él no me tenía que preocupar de nada, me sentía tan libre, tan protegido. ¿Cómo una persona podía hacerme sentir así? 
SeungCheol estaba abrazando por detrás, rodeándome con sus musculosos brazos por mi cintura mientras salíamos del restaurante.
- Espera aquí, ¿Vale? Voy a buscar el coche. - me dio un pequeño beso en la mejilla, asentí y el comenzó a andar en busca del vehículo. 
Me apoyé en la pared, rozando con mis dedos la zona donde él había posado sus labios. Una sonrisa se asomó en mi rostro. 
- ¿JiHoon? - miré en dirección donde la voz procedía. 
Me tiré unos pasos hacia atrás, pero aquella persona avanzaba con los brazos abiertos hasta mi. Sentía un horrible terror. 
- No te acerques a mi... - dije conteniendo un sollozo. 


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√ 015


Me tiré unos pasos hacia atrás, pero aquella persona avanzaba con los brazos abiertos hasta mi. Sentía un horrible terror. 
- No te acerques a mi... - dije conteniendo un sollozo. - Por favor mamá. Vete. 
- JiHonnie, ¿Sabes cómo lo estoy pasando en casa sin vosotros? - mi madre tomó mi brazo con fuerza. - Tenéis que volver, todo era mejor cuando estabais... 
La apariencia de mi madre había cambiado drásticamente, antes no es que estuviera llena de energía ni nada parecido, pero su cara parecía la de una lunática que acababa de salir del psiquiátrico. Su cabello estaba revuelto, los ojos cargaban lilacias ojeras, sus párpados estaban hundidos y su cara se veía chupada. Su ropa estaba arrugada y desprendía olor a destilería. Seguramente debajo de la ropa portaba miles y miles de golpes que mi padre le habrá propinado, y en cierta manera me sentía responsable de aquello, pero por Dios, no quería volver aquel lugar. 
Mi madre estaba mirándome de arriba abajo, e hizo una pequeña mueca.
- ¿De dónde has sacado esa ropa tan... Nueva? - tiró de mis prendas comprobando la calidad. - Tu hermano no tiene el suficiente dinero para estar en un piso, y menos para comprarte ropa. ¿Dónde estáis? - tragué duro y me separé un poco de ella, pero sus dedos en mi brazo se reafirmaron. 
- Mamá... Por favor suéltame. 
Ella no hizo caso y hundió sus uñas en mi piel, solté un gritó de dolor a la vez que intentaba escapar, pero al ver que me removía tanto atrapó mi cabello y tiró. 
- ¿Cómo

coño vivis? ¿Sois felices? ¿Por qué sois más felices que yo? - alzó mi rostro hasta clavar mis ojos en los suyos. Yo no podía parar de llorar, me estaba asustando. - Todo esto es vuestra culpa. Todo culpa tuya y de tu hermano... Vas a volver a casa, de esta manera todo volverá a estar bien... Ya no me pegará más...
- Mamá no me obligues a volver aquél lugar... Sabes lo que nos hacía... 
- Todo lo que os hacia os lo merecíais... Vosotros provocabais que estuviera así... Ahora lo paga conmigo y no es justo... 
-Mama...
Su mano alcanzó mi mejilla y un dolor que quemaba me subió por toda la zona abofeteada. 
- Todo es culpa vuestra. Tu y tu mierda de hermano sois la escoria más grande de mi vida.
Dicho aquello tiro de mi cabello para que la siguiera. Sus palabras herían y su golpe también. Yo estaba realmente cansado, jamás escaparía de mi familia. 
-Lo siento mamá...- sobe mi mejilla.
-Cállate. No puedes ser feliz. Las personas mierda como tú no tenéis derecho...
¿No tenía derecho a ser feliz? Toda mi vida me han dicho que no valgo nada, que una persona como yo no puede disfrutar de los placeres de la vida porque era un inútil, que era una mierda. ¿Todo aquello era verdad? Yoongi decía que no, pero ya no sabía que creer. ¿Por qué me había tocado unos padres así? ¿Por qué ahora que estaba empezando a sentir la verdadera y única felicidad que he experimentado en toda mi vida? ¿No me la merecía? 
- Suéltalo. 
SeungCheol agarró la mano de mi madre,

la cual estaba en mi cabeza y me liberó. Mi mamá se quedó mirando a mi hyung con cara de pocos amigos, parecía que en cualquier momento le saltaría a la cara y le arrancaría los ojos. 
Cheol me abrazaba y poco a poco me posicionó detrás de él mientras yo secaba mis lágrimas y rezaba por qué mi madre se diera media vuelta y se fuera de allí. Pero no tenía ningún indicio de que iba hacer eso. 
- Aparta. Me llevo a mi hijo. - me señaló detrás de SeungCheol. Me tense. 
- Señora, no se llevará a JiHoon, eso se lo aseguro. - la mujer iba a decir algo pero Cheol la interrumpió. - ¿Se da cuenta que puedo denunciarla por maltrato a un menor? Tengo pruebas suficientes para hacer que su marido y usted estén encerrados. Y que sepa que si no lo he hecho todavía es por su hijo. Este hijo tan maravilloso que no se merecen. - entrelazó su mano con la mía sin aún despegar su mirada de la mujer que teníamos delante. - Lárguese antes de que me arrepienta. 
Dicho esto salió disparada calle arriba, vi como su figura iba desapareciendo hasta no ver ni rastro de ella. 
SeungCheol giró su cuerpo hasta quedar enfrente de mi,yo no aguante un segundo más y me hundí en un mar de lágrimas, donde mi hyung no paraba de repetirme que todo estaría bien. 
Cuando llegamos a casa aún seguía con el disgusto encima. Lo único que me consolaba era saber que mi hermano no había presenciado aquella escena, porque conociéndolo no se habría controlado y las cosas podrían haber acabado peor. 
Me cambié de ropa poniéndome

en pijama y fui a la cama de SeungCheol, cosa que él no rechazó, ya que me recibió con los brazos abiertos. 
Pasé horas llorando, mojando la camiseta de mi Hyung y haciendo que mi hipo y mi respiración irregular hiciera que ruidos ahogados salieran de mi. Cheol acariciaba mi cabello a la vez que me tenía fuertemente abrazado, su calor me proporcionaba tranquilidad. Tranquilidad que al cabo de unas horas hizo que mi llorera cesara y estuviera algo más tranquilo. 
- JiHoonnie... ¿Estas bien? - asentí levemente. - No dejaré que te lleven.
Me gustaría creerlo, pero conocía a mi padre, y si tenía tan asustada como parecía a mí madre seguramente ella ya le dijo que me vio, que aún estábamos en la ciudad, y eso quería decir que me buscarían sin descanso hasta dar conmigo. 
- No podrás impedirlo. - mi mirada estaba totalmente perdida en la inmensidad de la pared. - Pero gracias por lo de hoy hyung... Gracias por salvarme. 
Pensado en lo que iba a hacer, me arme de valor y acerqué mi cara a la suya, y de una manera lenta besé sus labios. Él al principio se quedó totalmente quieto, pero después correspondió mi beso. Sus labios eran suaves y la sensación que me producía era totalmente indescriptible. 
Creo... Que me estoy enamorando de SeungCheol. 



























*********
- ¿Seguro que los has visto? ¿No será una de tus idas de olla? 
La mujer negó enérgicamente con la cabeza. ¿Cómo iba a mentirle? Sabia lo que pasaba si mentía a su marido, lo había visto a través de los años cuando este castigaba a sus hijos. El problema ahora es que le aplicaba los castigos a ella. 
- Te juro que era JiHoon... Estaba con un chico mayor, no se quién era. Pero lo protegió y me echo. 
Una mano chocó contra su mejilla.
- Y tu como la estúpida que eres dejaste que se saliera con la suya... Y huiste. - miró a la mujer que comenzaba a sollozar. - eres patética. 
"Al menos sabemos que siguen en la ciudad... Pronto sabré donde estáis " pensó el hombre mientras salía de la habitación, dejando a su mujer tirada en el suelo. 


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√ 016

Después del incidente con mi madre ya no me atrevía a salir de casa, porque por desgracia conocía a mi padre y seguro que nos estaba buscando. SeungCheol me decía que no pasaría nada por salir unas horas, pero yo sabía que aquello no era verdad. 
Esa tarde Cheol quería ir a dar una vuelta y hacer las compras de Navidad, me pidió que lo acompañara, ya llevábamos más de media hora discutiendo si salir o no. 
- JiHoonnie, tienes que salir, que te dé un poco el aire.
- Hyung, seguro que mi padre me está buscando. No quiero volver a aquella casa.- reprimí mis ganas de llorar. - Por favor, déjeme aquí... 
Vi la cara del mayor, en su cabeza estaba discutiendo consigo mismo que hacer. Al final, después de chasquear la lengua y acercarse hasta donde estaba tumbado en el sofá, me dio un corto beso y cogió su abrigo. 
- Está bien, si necesitas algo llámame.- señaló mi móvil, el cual me había regalado hace poco, para estar comunicados tanto con él cómo con mi hermano. - No abras la puerta a nadie, ¿De acuerdo? - asentí. 
Salió por la puerta y poco después escuché el motor de su coche. 
Mantuve mi posición durante toda la mañana, si algo sabía de SeungCheol es que tardaría en comprar todo lo que él creía necesario, eso se traducía a horas de espera por mi parte, ya que dudaba que mi hyung mirara demasiado la hora, no le importa gastar su tiempo en comprar. 
No es que me hiciera mucha gracia que Cheol saliera de casa, mi padre era vengativo y rastrero y seguro que mi madre le hizo una descripción

detallada de quien estaba conmigo la noche anterior al salir del restaurante. Seguro que aquel al que llamaba "papá" había enviado a sus hombres para rastrear la ciudad y dar conmigo. Yo esto se lo conté a hyung pero él dijo que eran paranoias mías, y puede que así sea y yo esté exagerando la situación. Aún así estaba muy asustado, ¿y si pasaba algo? Me sentiría totalmente responsable si algo le llegara a ocurrir. 
El sonido incesante de mi móvil me despertó de mi reflexión. Alargue mi mano hasta la mesita donde estaba el aparato y leí el nombre de la llamada, mi hermano. Discutí conmigo mismo el hecho de cogerlo, porque no quería contarle a Yoongi que nuestra madre sabía que aun seguíamos en la ciudad, que había visto a SeungCheol y que seguro que nuestro padre estaba en proceso de nuestra captura. Si le contaba todo aquello seguro que interrumpía sus merecidas vacaciones con Jimin para venir a estar conmigo, y aquello no era justo. Pero por otro lado si no contestaba a sus llamadas seguro que sabría que pasa algo y volvería. 
Tomé aire y contesté su llamada, saludándole de una manera y animada, intentando ocultar mi preocupación. 
"- ¿Por que has tardado tanto en contestar, JiHoon? ¿Pasa algo? "-. Empezábamos bien.
"- N-no, solo es que el teléfono lo había dejado en mi habitación y yo estaba en el salón y y Y... Y eso. "- juro que ocultar cosas no se me daba nada bien, y más a mi hermano. Intenté relajar mi voz. - "¿Qué tal lo estáis pasando?"
" -... Muy bien, estoy relajándome como nunca he podido hacer. La próxima

vez te vendrás con nosotros, esto te gustaría mucho."
Yoongi me estuvo contando las diferentes actividades que hacía con Jimin, se notaba que lo estaba pasando muy bien. También me dijo que estaba un poco quemado de la playa y que su novio no paraba de burlarse de él por aquello, comían un montón de platos de comida riquísima, según él había engordado bastante en estos últimos dos días. Dormían hasta tarde, iban a la playa comían y después de aquello salían a pasear para después tener una sesión de... "Cosquillas". 
En resumen comían, dormían y se apareaban como conejos. 
"- ¿Qué tal las cosas por ahí? ¿Cómo te estás portando?" - dijo después de acabar su monólogo de sus fantásticas vacaciones con su increíble novio.
"- B-Bien, SeungCheol y yo estuvimos ayer de compras... "- Hice una pequeña pausa donde él decía "ajá". - "Me compro ropa nueva y..."
"- ¿Dejaste que te comprara ropa? JiHoon... No quiero que piense que nos estamos aprovechando de él."
"- L-Lo mismo le dije, pero me dijo que no pasaba nada, intenté decirle que no hacía falta pero.. por favor Yoongi no te enfades..."
"- No estoy enfadado pequeño, solo preocupado, no quiero que dependamos de nadie... Te juro que en unos meses tendremos dinero para ir a un apartamento. "- aquéllas palabras no me complacían cómo mi hermano pensaba, tampoco tenía muy claro si decirle que estaba besándome con su amigo o mejor callármelo, técnicamente SeungCheol y yo no éramos nada. - "Y después de comprar, ¿Qué hiciste?"
"- Fuimos a cenar al restaurante donde comimos los tres por primera vez. Luego volvimos a casa y bueno, hace un rato SeungCheol sé fue a hacer las compras de Navidad..."
"- ¿Por que no has ido con él?"
En esos momentos odiaba que mi hermano fuera un cotilla o sobre-protector, no se cual de las dos opciones detestaba más, pero el caso es que no paraba de preguntar todo. 
"- No tenía muchas ganas de ir... "- escuché susurros de fondo y risas ahogadas. Jimin entretén a mi hermano para que deje de preguntar...
"- Bueno... si... genial. Llamaré otro día ¿Vale JiHoonnie?... Si pasa algo no dudes en llamarme, ¿Vale? Te quiero, Adiós."
No me dio la oportunidad de despedirme ya que me había colgado. Siempre estaré agradecido del calentón de Jimin que impidió que mi hermano siguiera haciendo un interrogatorio. 
Me acomodé más en el sofá, tapándome con una manta de color rojo, viendo un programa que no se ni por que lo están viendo.
La puerta se abrió, dejando paso a un SeungCheol cargado de bolsas y un gorro de Navidad que hacía que se viera cómico en él. 
Dejó las cosas en su habitación para después venir hacia mi y darme un casto beso en los labios. 
- Hola JiHoonnie,¿Me has echando de menos? 


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√ 017

Aún no me acostumbraba a que otra persona que no fuera mi hermano estuviera tan cerca de mi sin que cundiera el pánico. 
Pero aquéllas caricias de SeungCheol, el contacto de sus dedos con mi piel, sus labios posándose en los míos. No podré jamás expresar todo aquello que solo con un roce provocaba en mi. El hecho de que cuando me besa tuviera una ansia terrible de volver a sentir esos labios otra vez sin descanso. Jamás estaba saciado. Y por no hablar de cómo reaccionaba mi corazón solo con ver su rostro, me ponía tan nervioso y con solo una pequeña palabra amable de su parte hacia que se me subieran los colores a la cara. ¿Con quince años podía saber qué era estar enamorado? Nunca había sentido esto por nadie, saber que te puedes fiar, que esa persona te va a proteger y lo único que quieres es estar a su lado y que cada roce es bien recibido. 
¿Sentira él lo mismo? 
SeungCheol es mucho mayor que yo, por lo que no me extrañaría que él ya hubiera experimentado ese sentimiento denominado amor, pero ¿Sentía eso conmigo? 
Me siento inseguro al pensar que el único que puede salir dañado de aquí soy yo, por lo tanto no se qué hacer. Aparte que mi hermano ya me ha dejado claro que en pocos meses nos iremos a un apartamento, ¿Quién me asegura que volveré a ver a Cheol después de mudarme? ¿Y si pierde el interés? 
- Ey, JiHoon... - dijo el pelirrojo cachetón que tenía por amigo. - No me éstas escuchando, esto es muy serio...
Había olvidado que estaba en una cafetería cerca del centro, ya que SeungKwan quería hablar

conmigo de algo importante, pero al final acabé pensando en SeungCheol, como desde hace un tiempo siempre me pasaba.
- Perdón SeungKwan... Estaba pensando en otras cosas, repite lo que has dicho. - le sonreí un poco disculpándome, y él en cambio me dedicó una cara de susto. 
- Has... Has sonreído... ¿E-estas bien? ¿Quieres que llame a un médico o algo...? - la di un golpe en el hombro. - ¡Ey! Eso ha dolido... Pero eso es más normal... Me habías preocupado...
- Idiota... Si no me repites lo que has dicho recojo mis cosas y me voy...
- ¡Vale, vale! Que impaciente... - suspiró y se acercó más a mi. - Vernon me pidió salir el otro día, pero no supe responderle y salí corriendo... Me ha estado llamando pero no me atrevo a contestar... ¿Qué hago JiHoonnie? - hizo un puchero a la vez que bajaba la cabeza. 
¿Y me pide ayuda a mi? No se que hacer con mi vida ¿Cómo voy a darle un consejo si ni yo mismo se que hacer? 
- ¿Te gusta? - él asintió. - Pues dile que si, ¿Qué puede pasar? - elevó su rostro hasta topar con el mío e hizo una mueca bastante cómica en mi opinión. 
- Pero vamos a ver JiHoon... ¿Tu no sabes la reputación que tiene Vernon...? 
- ¿Y yo por qué iba a saberla? 
- Es verdad, me olvidé que tu vives en tu mundo... - susurró. - Bueno, ha salido con la mitad del Instituto y siempre ha sido él quien a dejado al otro u otra. Me da miedo que solo esté jugando conmigo... ¿Y si no siente lo mismo que yo? ¿Y si solo está fingiendo interés?


Me quedé pensativo, más o menos era la misma situación que con mi hyung, exceptuando que yo no sabía cuantas relaciones había tenido SeungCheol en su vida y tampoco me había pedido salir.
- Oye SeungKwan...¿Qué se siente al estar enamorado? - el pelirrojo me miró curioso, para después dibujar una sonrisa en su rostro. 
- No se si estoy enamorado de Vernon, no se si he llegado a ese punto pero ... No se, es una sensación extraña. Al principio disfrutaba con su compañía, me hacía reír y me gustaba estar con él el máximo tiempo posible. Hasta ahí se podía decir que era mi amigo, pero poco a poco solo podía pensar en él. De cierta manera me reconforta estar con él, el roce de su piel con la mía, aunque sea de forma accidental hace que quiera más. Sólo puedo pensar en estar abrazado a su cuerpo, que me acaricié y me diga lo mucho que me quiere. - suspiró. - Lo peor de sentirse así es que sientes que le necesitas en tu vida siempre, y agradeces el día que le conociste, ya que te brinda una felicidad desconocida para ti hasta el momento... - se calló, y al ver lo atento que estaba ante cada una de sus palabras, se sonrojó hasta límites insospechados. Dejó salir una risa nerviosa para luego volver a mirarme. - ¿Por qué querías saberlo? Tu no eres mucho de estas cosas...
- Curiosidad. 
SeungKwan levantó una ceja y comenzó a picarme en el torso con sus dedos índices diciendo que no se lo creía. Las cosquillas me estaban matando de la risa, haciendo que la mitad del lugar mirasen extrañados la escena que

mi amigo y yo estábamos protagonizando. 
- Vale, vale, para que me haces cosquillas. - mi amigo paró su ataque y volvió a acomodarse en su asiento cruzándose de brazos y piernas. Elevó una ceja una vez más. 
- ¿Quién es?
- ¿Quién es quien? - intenté esquivar su pregunta. 
- Vamos hyung, hay alguien, estas con demasiado bueno humor, has accedido a quedar conmigo, por Dios, ¡si sonríes y todo! Esta claro que hay alguien. 
Medité un poco sobre si contarle o no, por lo general no contaba nada a nadie, pero necesitaba desahogarme. 
- Se llama SeungCheol, es amigo de mi hermano... - hizo una "O" con su boca, pero no dijo nada. - Desde hace unos días me empecé a sentir así, o eso creo, no estoy seguro... Y me da miedo que juegue conmigo.
- Humm... Yo de ti probaría a ver qué tal. Y si no funciona siempre puedes dejar de verle. 
- Eso va a ser difícil... Vivo con él. 
- ¿QUÉ? ¿QUÉ VIVES CON ÉL? - la cara de mi amigo era un poema, estaba alterado. 
- Cálmate... Si, vivo con él 
- ¿Y Yoongi sabe esto? Porque me extraña que lo sepa, tu hermano da miedo cuando se trata de ti... 
- Mi hermano también vive con su amigo, nos fuimos los dos de casa...
No se alteró, se me quedo mirando y supongo que estaba debatiendo internamente que decir que fuera adecuado en esta situación. Él sabia que había problemas en mi casa, pero jamás le conté lo de mis abusos y malos tratos por parte de mi padre. SeungKwan solo sabía que teníamos

conflictos, pero nada más. Jamás le conté a mi mejor amigo nada del infierno vivido en aquél lugar, jamás vi necesario contárselo. Jamás creí que le importara, pero me equivoqué 
El pelirrojo tomó mis manos entre las suyas, sus ojos estaban algo rojos y su mirada era seria.
- Si algún día te sientes con fuerzas de explicármelo, hazlo. - apretó su agarre. 
- Pero...
- Oh vamos JiHonnie, ¿de verdad creías que no veía las marcas? Siempre veía nuevos hematomas en tus brazos, aveces en tu cuello, pero nunca quise forzarte a explicarme nada, pensé que cuando te sintieras preparado lo harías. Y esperaré a que lo hagas. - suspiró levemente, se levantó y me abrazó. - Soy tu mejor amigo, siempre estaré para ti Min... Te quiero, de verdad que lo hago, y espero que puedas confiar en mí para desahogarte siempre que quieras...
Mis mejillas estaban empapadas en lágrimas, jamás pensé que Boo SeungKwan fuera tan comprensivo, que me diera tanto apoyo sin saber aún exactamente lo que pasaba en mi familia, que permaneciera a la espera de que yo quisiera desahogarme. Hundí más mi rostro en su cuello.
- Te lo quería contar, pero tenía miedo de que te alejases de mi...
- Yo nunca haría eso...
Sonó mi móvil y me despegue de él, los dos nos limpiamos con las mangas las lágrimas y el rastro de estas en nuestras pieles. 
Era un mensaje de SeungCheol, que estaba fuera, había venido a recogerme. 
Salimos los dos fuera del local, donde el coche de mi Hyung estaba aparcado, nos acercamos a él. 
- ¡Hola JiHoonnie! - vio a mi amigo y salió del coche. - Hola, soy SeungCheol. - estrecho la mano con SeungKwan, quien se presentó. 
- ¿Podemos acercar a SeungKwan a su casa? - pregunté. 
- Claro, sube.- de repente me tomó el rostro y pasó sus pulgares por mis mejillas. - ¿Por qué has llorado JiHoon? ¿Ha pasado algo? - Negué con la cabeza. 
- No ha pasado nada hyung, estoy bien. 
Sin estar muy convencido me abrió la puerta del copiloto y luego entró él y SeungKwan.
Al estar en el coche quedamos con mi amigo que al día siguiente viniera al apartamento de SeungCheol y que le contaría toda la historia. 
Ya era hora de confiar en mí mejor amigo tanto como él confiaba en mí. 
- ¿Seguro qué le quieres contar todo? - pregunto Cheol aún con su vista clavada en la carretera. 
- Creo que me irá bien confiar en alguien más que no sea mi hermano o tu. - mi hyung sonrió de oreja a oreja. - Si si Cheol... Confío en ti. 


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√ 018

Contarle todo lo vivido a SeungKwan no fue fácil. Nada fácil. 
Tuve que hacer varias pausas ya que mis ojos no aguantaban las lagrimas que luchaban por salir. Por alguna extraña razón el tener a SeungCheol al lado me dió el coraje suficiente para continuar mi relato. 
La cara de mi amigo se fue transformando a lo largo de mi historia, tornándose en una de totalmente de horror. Cuando finalice me miraba con pena, odiaba que me miraran así. 
- No me mires así por favor, me hace sentir que doy pena. - dije con un tono algo enfadado. 
Mi pelirrojo amigo se levantó de su asiento y se abalanzó hacia mi, abrazandome muy fuerte. Nosotros no nos tocábamos mucho, ni abrazos, ni apretones de manos ni besos. No me gustaba ese tipo de cosas. Pero aquella vez aunque no lo reconociera necesitaba ese abrazo por su parte. Muchas lágrimas se resbalaron de mis ojos y comencé a humedecer su camiseta, pero pareció no importarle. Levanté un poco la vista, y vi como SeungCheol me estaba observando con su típica sonrisa juguetona. Estaba orgulloso de mi de haber dado el paso de contar mis problemas. 
Estuvimos hablando durante muchas horas sobre los problemas de estos últimos años y lo bien que estaba ahora viviendo en casa del mayor. En una momento dado SeungCheol salió del apartamento para buscar la cena en una pizzería cercana a nuestro hogar y yo aproveché para contar por primera vez mi atracción hacia el mayor. 
- SeungKwan... ¿Puedo contarte algo? 
El pelirrojo me miró con una ceja alzada para después posicionar su dedo índice en

su sien. 
- Te gusta SeungCheol. - Sentenció el cacheton. 
Mi boca se abrió y quise preguntarle el por qué, cómo sabía mis sentimientos. 
- ¿Qué cómo lo sé? Se te nota muchísimo, no paras de hacerle ojitos y tu actitud cambia totalmente al estar a su lado, puedo jurar que te salen corazoncitos de la cabeza. Ademas las dudas tuyas del otro día que si te gusta que no te gusta o que no lo sabes no me convencieron nada. - negó con una sonrisa . - sé te ve muy feliz a su lado, ¿Se lo has dicho? - negué enérgicamente. - ¿Y a que estás esperando? ¿Ha pasado algo ? 
- Bueno... Al principio no lo hablaba pero con el paso del tiempo le empecé a coger cariño hasta que bueno, hablaba con él y dejaba que me abrazara. He dormido con SeungCheol, y también me besa. Pero no somos nada y tampoco creo que pueda pregúntarle que tipo de relación tenemos sin que me dé un ataque al corazón. 
Mi pelirrojo amigo se me quedó mirando con una mueca divertida, y no sabía si era porque disfrutaba de verme tal que así, muerto de la vergüenza porque me gustaba alguien o por qué aquella situación se parecía peligrosamente a la suya. Fuera alguna de las dos opciones nombradas sabía que no iba a dejarme que está situación continuará así, y elaboraría uno de sus planes estrambóticos que todo Divo piensa al menos una vez en su vida. Si hombre si, eso planes que son conocidos por ser totalmente absurdos y que casi seguro que saldrían mal y me dejarían más humillado de lo que estaba por este tipo de sentimiento que sentía

hacia mi mayor. 
Pero bueno, yo soy Min JiHoon, y como buen Min no escuché una mierda de lo que me dijo SeungKwan a la hora que me relataba su plan infalible para conquistar a mi Hyung. Y es que algo era, pero no tonto para pensar que alguna ida de olla de mi amigo podría funcionar. 
Decidí sacarle el tema a Hyung después de la cena, donde Boo no paró de lanzar indirectas a SeungCheol, y una de dos, o hacia ver que no entendía que le estaba diciendo o realmente no pillaba lo que le estaba diciendo. De cualquier forma me alegro que no dijera nada de que tipo de relación teníamos, ya que mi corazoncito en ese momento no estaba preparado. 
Y bueno, veinte minutos después, cuando SeungKwan había abandonado la casa y yo estaba sentado en el regazo de SeungCheol viendo una película y tapados con una manta de topos horrorosa, me pareció un buen momento para obtener mi respuesta. 
- SeungCheol...
El mayor no me miró, solo hizo un ruido que me daba a entender que me escuchaba, pero sus ojos aún estaba fijos en la pantalla, intenté ignorar eso e ir directamente al grano. 
- SeungCheol... ¿Qué somos? 
Ahora sí. Ahora sí que me miraba, aunque no tenia muy claro si aquella mirada era de asombro o de terror. Apretó su agarre y dejó su boca medio abierto mientras dejaba salir un ruidito parecido a un "emmm....". Me crucé de brazos aguardando aquella respuesta que creía que me merecía. 
- Tu... ¿Tu que cres que somos? - dijo el mayor algo incómodo. 
- No lo sé, por eso te pregunto. - estaba comenzando a enfadarme , parecía que era una broma para él. Pero yo lo decía en serio. 
Él notó mi mueca de desaprobación y rápidamente me dio un pequeño beso en los labios, todo esto sin dejar de reír. 
- Vamos vamos JiHonnie. No te enfades... - dijo acariciando una de mis mejillas. - No es que no te quiera responder, solo que me ha tomado por sorpresa. 
- Entonces ¿Qué somos? 
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HEy, aquí Effy
Queridos/as amantes del JiCheol, os traigo otro fanfic de este ship.
La historia no es mía, yo solo he hecho una adaptación, aún así espero que le echéis un vistazo y me digáis que os parece, sería de mucha ayuda. 

Muchas gracias por leer.
Effy M. Stein


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√ 019

- Novios, por supuesto. 

Mi boca se secó, no sabía que me sorprendía más, la facilidad que utilizó el mayor o el hecho que lo tuviera tan claro desde el principio. Fuera cómo fuera me quedé en el sitio sin saber que responderle, pero no hizo falta, el acercó sus labios a los míos y planto un tierno beso que se fue transformando en uno lleno de pasión. Le tomé de la nuca y le atraje más a mi, el comenzó a saborear mi boca con ansias, y yo intenté hacer lo mismo, quería ser solo de SeungCheol, pero me daba miedo. Y para que mentir. Todo me daba miedo estos días. 

Se separó de mi para recuperar el aire perdido y paso sus manos por debajo de la camiseta que llevaba.

- S-Seungcheol...- susurre en su oído. 

Aquello parece que le gustó ya que atacó mi cuello con ansias e intentó sacarme la ropa con algo de torpeza. Intenté ayudarlo pero me paré en seco.

¿En que momento se había vuelto eso así? ¿Estaba preparando? 
No. 

Me separé de él con algo de brusquedad al ver que sus manos se estaban colando por debajo de mi pantalón, apunto de agarrar mi miembro. Lo paré, no podía hacer aquello.

- Lo siento, no puedo...

- ¿A que tienes tanto miedo JiHoon? 

Bajé mi rostro y sin decir nada más agarré mi abrigo dispuesto a salir fuera, no podía estar en el mismo sitio que estuviera mi mayor, al menos no por ahora. Él me paró antes de que tuviera la oportunidad de tocar el picaporte, no sabia que decirle, ni siquiera sabia si eramos pareja pero él lo tenia tan

claro que me asustaba lo que podía llegar a pasar. No quería fastidiarla, tampoco quería ponerle en peligro con estar tan cerca de mi, la verdad es que tenerme cariño era peligroso gracias a la maldad en mi padre. Nadie, a excepción de mi hermano, había estado tan cerca de mi y había vivido para contarlo. De verdad me importaba mi mayor, me importaba mucho, había sido de las pocas personas que había escuchado mi pasado y no había huido, me había apoyado, me estaba cuidando y supongo que me quería. 

Pero quería más por mi parte, y hasta cierto punto lo entendía, ya era adulto, él necesitaba cariño, pero yo aun tenía quince, ¿Qué podía hacer? Añadiendo el miedo que tengo a que me toquen por culpa del animal de mi padre, el miedo a ser maltratado otra vez estaba presente, aunque sabia que Seungcheol no me haría daño. Me había enamorado del amigo de mi hermano, y para ser sincero yo también quería entregarme a él, pero a la vez la inseguridad crecía en mi interior, solo podía repetirme una y otra vez que no me iba a pasar nada, todo estaría bien, Seungcheol me quería, no me abandonaría. 

- JiHoon, te quiero. Lo sabes... ¿No te fías de mi?- preguntó mirándome directamente a los ojos. Desvié mi mirada. 

- No es eso... ¿Seungcheol, qué esperas de esta relación?- pregunté antes de que lagrimas amenazaran con salir. 

El mayor abrió sus ojos y deshizo la presión que ejercía en mi muñeca, se lo estaba pensando durante unos segundos, unos segundos que a mi me parecían eternos. 

- ¿Qué espero de

esta relación? Pues... espero poder hacerte feliz, y... estar a tu lado todo el tiempo que me permitas. - una leve sonrisa se paseó por su rostro. 

Con suma delicadeza tiró de mi, hasta que nuestros cuerpos chocaron, deje descansar mi cabeza en su pecho a la vez que notaba como sus brazos rodeaban mi pequeño cuerpo. Comenzamos a ir marcha atrás, sin aun separarnos, hasta que Cheol se sentó en el sillón y yo encima de él. Dejé que me acunara, mientras yo olía aquel aroma que le caracterizaba. Me mecía, me relajaba, me gustaba estar así con él, ¿Por qué mi mente no dejaba que pudiera ser feliz? ¿Por qué no me permitía tener un minuto de paz sin estar pensando en horrores del pasado? 

Ahora mismo solo quería estar con Seungcheol. Solo quería que permaneciera a mi lado como me había prometido, que no me abandonara, si lo hacia, aquello me llevaría a la locura. 

- Habría sido más fácil que te enamoraras de mi hermano, somos prácticamente iguales. Los dos sois de la misma edad, él te podría dar lo que yo no me atrevo a darte...

- Jihoonnie, primero, me gustas tu, no tu hermano; segundo, no sois iguales, es cierto que os parecéis, pero no sois la misma persona ni de lejos; tercero, te quiero a ti, estoy dispuesto a espérate, lo sabes, joder te quiero, ¿Por qué no lo entiendes? 

- S-solo digo que no entiendo por qué yo. No soy nada Cheol, te mereces algo mucho mejor que yo, alguien que...-

Mi mayor, cansado de mi discurso, elevó mi rostro, y juntó nuestros

labios en un beso desesperado, necesitado, los dos lo necesitábamos. Las lagrimas se mezclaron en nuestras lenguas, y ese dulce besó se tornó salado. Agarré con fuerza su camiseta, aferrándome, intentando eliminar de mi la idea de que algún día se cansaría y se alejaría. No quería, lo necesitaba, lo necesitaba tanto. Apartó sus labios de mi boca y los dejó reposar en mi frente a la vez que con sus manos acariciaba mis mejillas y acercaba mi cara a su hombro, dónde no dudé en apoyarme. 

- Jihoon, la primera vez que te vi creí que eras la persona más bonita del mundo. Tu piel blanquecina y tu pelo rosado hacían que fueras lo más adorable que había visto jamas.- dejé salir una risa amarga.- No sabía lo roto que estabas, Jihoon. - hizo una pequeña pausa donde aproveché para pegarme más a su cuerpo. - Quería ayudarte, a ti y a tu hermano, y lo sigo queriendo. Te necesito pequeño, por favor, no me apartes. 

********

Hey, aquí Effy:

He vuelto. 

Quería agradecer la paciencia y la comprensión por la mayoría de las personas que leéis mis historias. 

Muchas queréis una explicación de porque me fui, del por que no estoy bien. Pero no puedo explicarlo, sólo diré que ha habido cambios en mi vida dolorosos y añadiendo mi mal estar anímico mi mente no pudo más. Aún así, estas semanas he estado reflexionando y tomándome el tiempo suficiente para recuperarme, al menos un poco, para retomar mis actividades en Wattpad. Os echaba de menos, pero necesitaba este descanso. 

Me

sorprendí al ver lo buenas que sois, lo comprensión por la mayoría y la preocupación por mi persona me emocionó. Puedo decir con algo de vergüenza que muchas veces me puse a llorar al leer vuestros comentarios, algunas me abristeis mensaje para saber cómo me encontraba, y os lo agradezco. 

Estoy mucho mejor y creo que podré volver a mi ritmo constante con mis historias. Quiero estar a la altura de todos aquellos comentarios diciendo lo "bien" que escribo. Quiero volver a sentirme orgullosa de mi trabajo. Quiero volver a disfrutar con lo que hago y espero hacerlo. 

ATENCIÓN, NOVEDADES Y NOTICIAS. 

1.- Las historias de "Transilvania", "Hurt" y "Trust Me" se acaban. Es más, los últimos capítulos ya están escritos. 

2.- Después de publicar este mensaje habré publicado dos historias nuevas. Una de YoonMin ("Sorrow") y una de VHope ("Kareshi"). 













3. - A las VKook shippers, keep calm, aun no está preparada para publicarse porque tengo que arreglar unas cuantas cosas pero publicaré una historia con este ship. Se llama "Feel", aquí os dejo un adelanto de la portada. Cuando la publique avisaré. 





4.- Me he convertido en un personaje de un fic. Si, lo digo en serio. La adorable EmilleDArtificial ha creado una historia donde salgo yo al igual que saldrán varios grupos de KPop. La historia se llama "Writers Game". Os dejo aquí la info y de paso os animo a seguir y leer las historias de ella, escribe increíble y me tiene con mucha intriga.



Dicho esto, me vuelvo a seguir escribiendo. Y no me cansaré de decírlo, gracias. 
Gracias a todos y a todas. 
Muchas gracias.

Effy M.Stein


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√ 020

-Jihoon, la primera vez que te vi creí que eras la persona más bonita del mundo. Tu piel blanquecina y tu pelo rosado hacían que fueras lo más adorable que había visto jamas.- dejé salir una risa amarga.- No sabía lo roto que estabas, Jihoon. - hizo una pequeña pausa donde aproveché para pegarme más a su cuerpo. - Quería ayudarte, a ti y a tu hermano, y lo sigo queriendo. Te necesito pequeño, por favor, no me apartes.

Después de aquello dicho Seungcheol no me soltó ni un solo segundo, tampoco quería que lo hiciera, por dios lo necesitaba más que a nadie. Me torturaba pensar que se cansaría de mi y se iría lejos, y aunque él me hubiese prometido que eso jamas me lo haría mi mente y sus malas pasadas no me dejaban pensar en otra cosa que no fuera aquella desgarradora idea. Si más no, confiaba en Seungcheol, pero en las condiciones en las que me había criado y crecido, mi instinto después de aprender por las malas no quería que depositara la confianza en nadie más que no fuera mi hermano mayor Yoongi, me dolía pensar que jamas seré capaz de estar con nadie por miedo a que me vuelvan hacer daño. ¿Pasaré toda la vida con miedo? ¿Estaré temiendo que mi padre vuelva hacer de las suyas conmigo mientras mi madre lo permite en silencio? ¿Tendré que vivir toda la vida pensando que mi muerte será a causa de un golpe mal dado? ¿O que yo mismo seré quien me mate en un corte mal hecho? ¿Qué clase de vida era aquella? Me negaba a tener miedo. 

Me encontraba en la cama de mi mayor, él me tenia fuertemente sujeto por la cintura y mi cara estaba a unos centímetros de su rostro. Su respiración chocaba

contra mis labios y su calidez me hacia sentir realmente tranquilo. La luz de los primeros rayos de sol se colaban por la ventana, iluminando levemente sus facciones, era hermoso. Se veía tan tranquilo, como si los problemas le hubieran abandonado, o de verdad careciera de problemas que resolver. Estar así con SeungCheol era de los pocos placeres de mi vida, dentro de unos días sería Navidad, Yoongi volvería y yo me volviera a sentir completo. Echaba de menos a mi hermano, y también aunque me costara reconocerlo, a su enano novio, Jimin. A él, al igual que a mi novio en un principio, le había costado horrores que le dirigiera ni siquiera un mirada. Las primeras veces que le vi me parecía de lo más irritante, su voz chillona me perforaba los tímpanos y la manera en la que miraba a mi hermano me llegaba a asquear. Pocas veces estuvo en mi casa, y por pocas veces me refiero a dos contadas, y en esas ocasiones no llegó a entrar en el apartamento a petición de mi hermano, por miedo a que mi padre le viera y una mano impactara contra su cara. 

Con el paso del tiempo me acostumbré a su compañía, cuando Yoongi aun no trabajaba muchas veces me venían a buscar a la escuela e íbamos a tomar un helado o a pasear por el parque, cualquier cosa para no estar en nuestra casa y volver a enfrentarnos al infierno que vivíamos ahí. En alguna ocasión fuimos a casa de Jimin, y su hermano Chan siempre estaba dispuesto a jugar conmigo aunque yo apenas le hablase. Las visitas a casa del novio de mi hermano habían provocado miles de discusiones, maltratos y violaciones por llegar tarde y sin avisar. Cuando Yoongi consiguió el trabajo no pudo ver a Jimin

en semanas, y con el poco tiempo que disponía lo aprovechaba para estudiar y protegerme de posibles agresiones. Por eso, no puse ninguna objeción en que mi hermano se fuera de viaje una semana con Jimin, por eso no quise avisarle del posible peligro que corríamos al haberme visto mi madre, por eso no le conté mis nuevas heridas que adornaban mis brazos. Jimin hacia feliz a mi hermano, yo no quería arrebatarle aquella felicidad. 

SeungCheol se removió un poco y apretó más sus brazos, haciendo que mi cuerpo volviera a estar totalmente pegado al suyo. Con una mano empecé ha acariciarle una de sus mejillas y a dejar suaves besos por su mentón. Él dejó salir una pequeña sonrisa acompañada con pequeñas caricias en mis brazos, nuestros pies empezaron a jugar entre ellos, entrelazándose y haciendo leves cosquillas en la planta de estos. Mi mayor abrió los ojos y una preciosa sonrisa se instauró en cara para poco después buscar mis labios. Empezó a delinear mis labios con su lengua, no tardó en introducirla en mi boca, donde la paseo por todas partes y jugando con la mía. Poco a poco fui quedando encima de él, estaba seguro de lo que venia ahora, y aunque estuviese temeroso del paso, sabía que SeungCheol no me dañaría, me cuidaría, así que simplemente me dejé llevar por sus caricias. Rompimos el beso para poder coger algo de aire y con delicadeza comenzó a sacarme la polera que llevaba, dejando al descubierto mi pálida piel, paseó sus dedos por todo mi torso a la vez que se lamia los labios. Sus ojos viajaban por todo mi cuerpo y ante esto vio las cicatrices que tenía por peleas con mi padre.

Las tocó con suavidad, a lo que yo desvié la mirada hacia la pared. Aquellas marcas me parecían repugnantes, yo lo era. Bajó sus manos de mis hombros a mis brazos, y pasó sus yemas por mis heridas más recientes, las del antebrazo de ambas extremidades. Miré su rostro de reojo, no parecía enfadado, no parecía decepcionado, no parecía asqueado. Solo contemplaba lo que me habían hecho y lo que yo mismo me hacia. 

- ¿Te dolió?

Volví a posar mi mirada en la suya, sus dedos acariciaban la piel irritada y rasgada de una herida cerca de mi muñeca, aquella en particular fue bastante profunda, pero no lo suficiente para matarme. 

Negué un poco con la cabeza, intenté poner una sonrisa en mi cara, pero creo que fue más una mueca que un signo de felicidad.- Este dolor no es nada. -

Afirmó un poco con su cabeza a la vez que volvía a las cicatrices que estaban en mis costillas, repasaba con sus ojos sus formas, donde estaba cada una situada, y supongo que en su mente se hacia una idea del causante de aquello. Posó su mano en una que no era para nada pequeña, a un lado de mi pecho, abarcaba gran parte de mi torso, a lado de las costillas. 

- Esa me la hizo mi padre a los doce años, intenté proteger a Yoongi de una de las palizas que le estaba propinando por no se que cosa, ese día él estaba borracho y me clavó una navaja, la cual me rasgó todo el pulmón. Por pura suerte no morí aquel día, Yoongi me llevó al hospital a tiempo, si estoy vivo es gracias a él. 

- Jihoon, ¿Cuántas veces has estado apunto de morir?- Preguntó sentándose en la cama, aun conmigo en su regazo.

Nos tapó a ambos con las mantas y con sus grandes y cálidas manos me acercó a su cuerpo cada vez más, hasta que apoyé mi cabeza en uno de sus hombros a la vez que el repartía mimos por mi cuerpo, sus dedos se paseaban pausadamente, a la espera de mi respuesta. 

- Demasiadas... Por eso ya no me importa. 


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√ 021

Toda mi vida me he sentido totalmente descolocado, como si mi lugar no fuera este planeta, como si todo lo que me rodeara no fuera más que producto de mi imaginación. Las personas estamos tristes o felices, no hay un término medio, a la humanidad le van los extremismos. Por eso el hecho de no querer sonreír te convertía en una persona triste y estar sonriendo todo el día ya te hacía ser alguien feliz y alegre, alguien que no le falta de nada y ama su vida. 
Pero las cosas no son así. Mi hermano sonreía, cuando sabía que quería llorar. Mi hermano no desistía cuando sabía que quería abandonar. Mi hermano parecía amar la vida, aunque en realidad deseaba morir. 
Yo no fui nunca capaz de hacer lo que él hizo, ponerme una máscara día a día para no preocupar a la gente. Jamás me importaron demasiado los demás, a excepción de YoonGi. 
Yoongi me regañaba cuando no me mostraba algo alegre cuando iba a la escuela, haciendo que los pocos amigos de los que disponía se preocuparan por mi, detestaba que no hablara a la gente y que simplemente ignorara lo que me decían, no soportaba cuando ni siquiera le dirigía la palabra a él. Pero, ¿Qué decirle? ¿Qué contarle? Nada en nuestra vida iba bien, y tampoco alegraría la vida a mi hermano el hecho de saber que me pateaban en el colegio, el hecho de saber que mi padre aprovechaba al máximo los días que por culpa de los estudios él se retrasaba y así no pudiendo protegerme. 
¿Qué alegría le podía decir a mi hermano? Ninguna. Por eso muchas veces opté por no hablar, podía estar un mes entero sin pronunciar

palabra y en esa época, sentí que estaba siendo útil. No me quejaba, no transmitía malas noticias, ni tampoco buenas,no podía decir nada que molestara a las personas de mi alrededor, por lo tanto no molestaba a mi hermano. Por lo tanto estaba siendo bueno. 

¿Qué paso? ¿Por qué tuve que cambiar cuando conocí a SeungCheol? Mi capa protectora desapareció, y por primera vez en mucho tiempo empezó a preocuparme otro ser humano que no fuese mi hermano. Era incómodo para mí. No quería volcarme en trabar una relación con alguien que seguro que en poco tiempo desaparecería de mi vida. O al menos es lo que yo pensaba. 

Pensaba que me odiaría por el hecho de ignorarle día si y día también, pero no lo hizo. 

Pensaba que huiria al saber de nuestro pasado, pero no lo hizo. 

Pensaba que le repugnaria por las miles de profanaciones que había sufrido mi cuerpo, pero no lo hizo.

Pensaba que me regañaria por las miles de cicatrices y heridas recientes que adornaban mi pálida piel, pero no lo hizo.

Pensaba que me rechazaría al ver todo mi cuerpo lleno de marcas del pasado. Un pasado que se me hace difícil superar, un pasado que me persigue en sueños y por el que desgraciadamente tendré que convivir todos los días de mi vida. 

Y ahí me encontraba ahora, sentado en sus piernas y con mi mirada atenta a los trazos que hacía en mis marcas con sus suaves manos. De vez en cuando dejaba salir un "Te quiero" que alegraba

de una manera tonta e inusual mi pecho, llenándolo de algo llamado felicidad. Quería decirle tantas cosas, tantas cosas que se quedarían cortas porque no expresarían el amor que le tengo, nada en este mundo se puede comparar. 
Sus manos bajaron hasta mi cadera y con sus pulgares las acarició con suavidad, como si tuviera un miedo atroz a romperme en mil y un pedazos, lo que él no sabía esque yo ya estaba más que roto, y lo que hacía él era repararme. De manera lenta y cuidadosa, un proceso que no se completaría de un día para otro, pero sin duda SeungCheol despertaba una parte de mi que pensaba que estaba más que sumergida en las profundidades de mi ser. 

- JiHoon, eres hermoso...- su voz ronca hizo que se me erizara la piel. 

Acerqué una de mis manos hasta su rostro y lo acaricié, poco a poco me fui acercando a él, su aliento estaba a escasos centímetros de mis labios, sus ojos conectaron con los míos y sin pensarlo dos veces uní mis labios a los suyos, el beso era tan tierno, transmitía tanto sentimiento, era demasiado abrumador. Aún así no me detuve. Amaba a SeungCheol, y no sabía ni cómo ni cuando paso, no sabía cuando había socumbiendo a él. 

Odiaba y amaba aquello, odiaba que mis sentimientos estuviera desbordados, y que sin poder controlarlos me arrastraban hasta la perdición. La más deliciosa de las perdiciones. 
Su lengua se paseo por mi labio inferior, con suavidad y lentitud, tan dulce. Sus manos se pasearon por mis brazos, dejando suaves caricias en estas y mis manos se enredaron en su nuca y jugaron con su negro cabello. Me meci de adelante hacia atrás, creando una exquisita fricción donde más de un jadeo salió de su ser. Sabía lo que estaba haciendo. ¿Estaba preparado? No lo sabía ni yo, pero amaba a SeungCheol y quería entregarme. Sus manos descendieron por mi espalda hasta colarse en mi pantalón, los quitó. Me avergonzaba estar tan expuesto ante él, pero me miraba de una manera que nadie antes me había mirado. Era el indicado. 
Quedé tumbado en el colchón, y ante mi atenta mirada comenzó a desnudarse. Se posiciono encima de mi y dejó un casto beso en mis labios para después ir descendiendo por mis cuello hasta dejar pequeñas mordidas en las clavículas. Sus manos frías estaban en mis pezones, con los cuales jugó, excitandome. Acercó sus dedos a mi boca y los tomé, ensalivandolos y lubricandolos para lo que sabía que venía ahora. 

Acercó sus largos dedos hasta mi estrecha entrada, y introdujo uno. Mis quejas inundaron la habitación, y cada vez más cuando fué añadiendo tres dedos, hasta estar completamente lubricado. Acercó su pene hasta mi entrada, y lo introdujo de manera lenta y cuidadosa. Mis ojos se llenaron de lágrimas y quejas. Era doloroso, pero a la vez placentero. Besó el agua salada que descendía por mis mejillas a la vez que se movía dentro de mi. 

La habitación presenció un acto de amor, mi primer acto de amor. 
Con mi primer amor.

- Te amo SeungCheol...- dije abrazando al mayor. 


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√022

Pov. SeungCheol

El cuerpo de JiHoon estaba encima del mío, ejerciéndo una leve presión en mi brazo izquierdo al estar apoyado en este. Su respiración era pausada y su rostro mostraba una tranquilidad inmensa, sus facciones se acercaban a lo angelical. Pasé mis ojos por cada detalle de su cara, atesorando ese momento tan perfecto que esperaba que se repitiera para toda la vida. O al menos quería pensar que JiHoon no se alejaría jamás de mi. 

El pequeño se removió un poco en el sitio cuando traté de levantarme, dentro de nada sería la hora de comer y aún no habia comenzado a hacer absolutamente nada, y estaba seguro que cuando el pelirosa despertara estaría hambriento. Conseguí salir de la cama y desplazarme hasta la cocina sin interrumpir el sueño de mi novio. Investigué en la nevera en busca de comida, pero parecía que había sido saqueada, no quedaba poco más que unas cuantas salsas y verdura algo pocha que dudaba que en ese estado fuera comestible. No me quedaba más remedio que salir en busca de alimentos, pero la vagancia que tenía para salir de casa con el frío que hacía estaba apunto de ganar la batalla. Pero un ruido molesto proveniente de mi estómago me hizo recordar que el hambriento era yo, así que con todo el dolor de mi perezoso corazón me vestí y me dispuse a salir del apartamento, dejando al pelirosa en el mundo de los sueños. 

El clima era frío, es más, solo salir de mi hogar el aire helado azotó mi cara y creí que en ese mismo instante mis labios se agrietaron de mala manera. Envolví la bufanda rojiza a mi cuello y

tapando levemente mi mentón y boca. Caminé por las calles, apenas había nadie, ya que quien estuviera en su sano juicio estaría metido en su casa con la estufa al lado, una manta calentita y comiendo sopa a la vez que ve su programa favorito. Pero no, yo soy el restante de la población que no tenemos buena memoria y somos algo desorganizados, dejándolo todo para último momento y saliendo de casa en el peor de los momentos. Tampoco se podía decir que yo viviera muy lejos del supermercado, por lo tanto la excusa de no tener uno al lado no justificaba la falta de comida en mi apartamento. Simplemente se me olvidó y cuando lo recordaba me decía a mi mismo "luego voy". Y ese "luego voy" se convirtió en un "nunca voy a ir". Por lo general siempre compraba reservas enormes de ramen para cuando cosas así sucedían, pero desde que vivo con los hermanos Min era otra cosa. Yoongi se encargaba de la compra, por lo cual yo no me tenía que preocupar de eso, pero ahora que no está no me queda más remedio que hacerlo yo. 

Pero no lo hice, estaba tan absorto en estar con JiHoon que mis que haceres desaparecieron de mi prioridades. 

El supermercado estaba desierto, la chica de la caja estaba ojeando una revista y mascando chicle, y de vez en cuando formando un pequeño globo con este. Cuando entre en la tienda ni siquiera elevó su vista hacia mi, ni una mirada, se limitó a seguir leyendo sin preocuparse de mi presencia. 

Cómo soy un gran chef, directamente me dirigí a la zona donde el ramen instantáneo se encontraba, y hoy justamente que tenía muy pocas ganas de moverme decidí solo llevarme cuatro botes de ese delicioso manjar. Ya vendría al día siguiente a comprar cosas sanas y eso, y vendría con JiHoon, para saber que le gusta y que no, y poder cocinarle sin problemas. 
Cuando pague y salí del establecimiento me dirigí directamente a mi hogar. Me preguntaba una y otra vez si aquella comida le gustaría a mí enano. No nos habíamos sentado jamás a charlar de nuestros gustos, por lo tanto desconocía las preferencias del pelirosa. 
Puede que fuera por estar tan sumergido en mis asuntos, pero cuando estaba apunto de llegar al edificio donde me encontraba viviendo con JiHoon y Yoongi sentí una presencia que por lo que puede comprobar me estaba siguiendo. Intentando despistarlo, giré por callejones que ningún ser humano se metería, aquel personaje iba detrás de mí, ya ni siquiera ocultaba su presencia, su mayor preocupación era no perderme de vista, cosa que no hizo en ningún momento. 

Algo me decía que tenía que ver con los padres de los Min , por lo tanto ¿Qué podía hacer? No podía ir a refugiarme en el apartamento, directamente sabrían donde vivo con sus hijos, cosa que no podía permitir de ninguna de las formas. 
Miré levemente por el rabillo del ojo para saber de quién se trataba, más no puede ver más que una persona no muy alta, vestida con una gabardina de color negro y su rostro tapado gracias a un gorro y una máscara que le cubría toda la cara. 
Con todo el valor que pude reunir me pare y giré a enfrentarlo cara a cara, más cuando lo hice no había nadie. 

Un golpe. 


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√023

Me desperté en el sucio suelo, un dolor punzante trepó de mi columna vertebral hasta mi cabeza. Intenté incorporarme poco a poco, ya que no podía enfocar del todo bien y un mareo contante no me permitía moverme demasiado. Con mucho trabajo me senté con mi espalda apoyada en la pared, toque con la yema de mis dedos la herida abierta que estaba en el lado izquierdo superior de la cabeza, había sangre seca ¿Cuánto tiempo llevaba inconsciente? La luz del sol habia desaparecido, se escuchaba el tráfico a lo lejos y pequeñas luces se veian al final de aquel callejón. Ascendí mi mirada y comprobé que la noche habia llegado, habia estado varias horas tendido allí, eso estaba claro. Miré hacia los lados, estaba en la misma calle donde me habían golpeado, miré mis bolsillos esperando encontrar todas mis pertenencias. Mi móvil estaba, mi billetera y algunos chicles también estaban. Pero las llaves del apartamento habían desaparecido, busque en todos los bolsillos que portaba, los de mi chaqueta y mis pantalones, incluso miré en el suelo para asegurarme de que no se me hubieran caído con la agresión. Pero no estaban. 

Cuando pude ponerme en pie y me estabilicé , salí corriendo de aquel lugar, ninguna calle no me sonaba de absolutamente de nada, pero aun así conseguí volver por donde había venido. Llegué hasta mi apartamento, y con todos mis temores a flor de piel vi lo que no quería ver, lo que rezaba por que ni hubiera pasado, habían entrado dentro de mi hogar. La puerta estaba abierta de par en par. Con

mucho cuidado entré dentro, y contemple todas las cosas esparcidas por el suelo, jarrones rotos, los papeles desperdigados y el sillón completamente destrozado. Todas las fotografías de mis familiares que estaban cuidadosamente colgadas en las paredes del pasillo ahora estaban rotas. Fui hasta la habitación, y me encontré las mantas en el suelo, el espejo roto y con restas de sangre y muebles descompuestos a causa seguramente de un forcejeo. El miedo invadió todo mi cuerpo, empecé a temblar y los sudores comenzaron. 

- JiHoon...- mi voz sonaba más cortada de lo que quise. - ¿JiHoon?

Mi nerviosismo comenzó y como si me poseyesen comencé a correr por el apartamento en busca de mi pequeño novio. Busque en los armarios, debajo de la cama, escondido entre rincones de cualquier hueco accesible. Pero no hallo nada más que su móvil, con la pantalla rota y el aparato totalmente destrozado. 

Me senté en una de las sillas de la cocina y apreté un poco mi sien con el afán de que el dolor de cabeza cesase un poco, estaba al borde del llanto. Quería creer que aquello era una pesadilla, un mal sueño del cual despertaría en mi mullido colchón al lado de mi querido novio, JiHoon. 
Me propuse buscar cualquier pista que me diera una idea de quien se había llevado al pequeño Min, aunque yo ya sabia de sobra quien había sido. Su padre, seguro que había sido su padre, ¿Por qué no le hize caso cuando me lo advirtió? ¿Por qué no le protegí mejor? Todo esto era culpa mía, lo peor es que no había tenido la más mínima posibilidad de poder detenerlos. Seguro que el muy cobarde no vino solo, seguro que había traído a más de uno de sus hombres, tal y como me habían contado los hermanos Min. 
No quería ni pensar que le estarían haciendo. Aunque viniendo de aquel monstruoso hombre me esperaba lo que fuera. 

Intenté hayar cualquier pista que aquellos brutos hubieran dejado en el lugar, pero no había nada. 

- ¿Seungcheol? - esa voz se me hacia muy conocida. Giré y tope con Yoongi, acompañado de un pelinaranja. - Seungcheol, ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Jihoon? 


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√ 024

Pov. YoonGi 

Estar con Jimin era algo tan hermoso que ni en miles de años podré explicarlo, jamás podré describir la sensación que me produce estar con él. 
Estas vacaciones habían sido medio obligadas por mi novio y por mi hermano pequeño, cosa que me hacia que pensara que los dos estaba compinchados para hacer que aceptase el plan. Fuera como fuera, en aquellos momentos agradecía que me arrastraran hasta aquí. 

Todo era paz y tranquilidad. No había tenido este tipo de cosas en mi vida, siempre tenía que estar con un ojo abierto, atento a que mi borracho y despreciable pare no estuviera, pensado en la seguridad de JiHoon, a la vez que me centraba en mis estudios para no perder mis becas y al mismo tiempo intentaba mantener el contacto con Jimin. Creo de verdad que irme de aquella horrenda casa era de lo mejor que había hecho en mi vida, JiHoon ahora era feliz, o al menos es lo que me parecía a mi. 

Acaricie la suave y anaranjada melena de Jimin, quien dormía plácidamente apoyado en mi pecho. 

¿Cómo alguien tan perfecto como él se había fijado en alguien como yo? No logro entenderlo. 

Admiraba a Jimin por permanecer al lado de alguien tan desastre como lo era yo, y si, en este mismo viaje le había contado la situación en mi casa. Él escuchó todo mi relato sin interrumpirme,y yo pude ver como su cara se iba transformando a medida que las palabras salian de mi boca. Al terminar mi historia, yo pensaba que terminaría conmigo, ya que es problemático estar con gente como yo.

Yo se lo conté sabiendo que aquella posibilidad era probable, pero lo hice porque quería a Jimin, amaba a Jimin. Lo necesitaba en mi vida, pero lo quería a salvo y sabiendo que en nuestra relación no hay ningún tipo de secretos. Incluso los problemas familiares. 

Pero en contra de mi pronósticos no me dejo, sólo me abrazó durante un buen rato a la vez que lloraba y repetía una y otra vez "Te amo Min YoonGi". 

Decir que aquel momento no fue el más bonito y reconfortante de mi vida sería decir una burda mentira. 
Por fin me había liberado de la pesada carga de mentir sobre por qué no conocer a mis padres, el por qué me mude a casa de Seungcheol, el por qué no puedo quedar más a menudo y el por qué de todos aquellos golpes y heridas visibles de mi blanca piel. 

Al fin tenía un apoyo para JiHoon y para mi. Alguien con quien construir mi vida, alguien con quien comprar una casa y criar a mi hermano, alguien con quien compartir alegrías y tristezas, alguien con quien compartir experiencias, alguien con quien estar el resto de mi vida. 

Un tono incesante proveniente de mi móvil me despertó de mi ensoñación. Jimin abrió levemente sus ojos, se removió molesto y desocupó mi cuerpo para dejarme contestar.

"JiHoonnie"

El nombre de mi hermano se iluminaba en la pantalla y justo cuando iba a contestar, desapareció. Extrañado por aquello le llamé yo, pero no obtuve respuesta. Lo intente un par de veces más, pero

nada. En un último intento por comunicarme con JiHoon, llame a su ahora cuidador Seungcheol, quien tampoco respondía. 
Un mal presentimiento trepó por mi estómago. Me levanté a toda velocidad y comencé a vestirme. 
Mi novio extrañado me vio algo somnoliento. 

- ¿Qué pasa Yoongi? - dijo soltando un leve bostezo. 

- Es JiHoon, no puedo contactar con él. 

Solo decir eso se levanto del colchón y comenzó a recoger sus cosas. Agradecía que Jimin entendiera porque estaba tan preocupado, puede que no fuera nada, pero tantas vivencias horribles he vivido que no puedo ni dejar pasar por alto una situación que me parece muy sospechosa. Quiero decir, mi hermano es aun pequeño, y mi fallo fue estar en la misma ciudad que mis padres. Conocía a mi padre,y aunque la posibilidad de que él tuviera algo que ver fuera mínima no pensaba correr el riesgo. 

En menos de veinte minutos el coche de Jimin estaba cargado con todas nuestras cosas y ya nos dirigíamos al apartamento donde ahora vivíamos con Choi. 
El viaje se le hizo eterno y aunque no estábamos a mas de dos horas de la ciudad, mi preocupación aumentaba a cada minuto que pasaba. De mientras Jimin conducía yo seguía intentando hablar con mi hermano o con Seungcheol, pero ninguno de los dos respondía. 

Al llegar vi el coche de Cheol en su sitio, corrí dentro del edificio hasta llegar a la planta donde vivíamos, con Jimin intentando seguir mi frenético ritmo. 
Nos encontramos con la puerta abierta de par en par, y desde el marco de esta se contemplaba el interior del lugar, el cual estaba destrozado. 

- ¿Seungcheol? - mi voz sonó más ahogada de lo que pretendí. Mi amigo se giró y vi su cara descompuesta, al borde del llanto. - Seungcheol, ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Jihoon? - mi amigo no supo responderme, miró al suelo y vi como gotas descendían . - ¿Dónde esta mi hermanito? ¿Dónde está JiHoon? 

- Se lo han llevado... No sé... 

- ¡Se suponía que lo ibas a proteger! - me abalancé sobre él y comencé a golpearle con toda la furia que mi ser me ofrecía, estaba cegado.


Note un brazo tirando de mi y separándome de mi víctima, y antes de que pudiera volver a golpear, Jimin me abrazo por la espalda con fuerza, hundiendo su rostro en esta , estaba sollozando. 

- Por favor Yoongi, basta...

- Mi hermano... Mi JiHoon...

- Lo sé Yoongi, lo sé....

Su voz me relajó, mi cuerpo ya no estaba tenso, solo me dejaba abrazar por mi novio mientras veía a Seungcheol recomponerse de mis golpes. 

Mi móvil sonó. 



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√ 025

Pov. JiHoon 

La luz del sol impactó contra mi cara, seguro que estaba haciendo miles de muecas de desagrado. Por un momento me preocupe por que Seungcheol me viera poner aquella cara tan fea, pero palpé para encontrar su cuerpo y solo sentí su sitio frío. Abrí perezosamente los ojos, mi mayor no estaba. 
Sonreí como un tonto por el acto de amor que aquella habitación habia presenciado, por mi primer acto de amor, más bien por la primera vez que me enamoraba.Volvió a mi memoria todas las caricias, los besos y las palabras que Seungcheol me dedicó. Lo mejor de aquello es que toda su atención fue para mi, y mi mayor me miraba como si yo fuera la única persona en este mundo, como si solo tuviera ojos para mi, y a decir verdad, yo en aquel momento sólo podía pensar que mi mundo sin Cheol no habría valido la pena. 
Desperté de mi trance y un sonrojo se posó en toda mi cara, mis mejillas estaban coloradas y mis orejas ardían. No podía pensar en aquello sin sentir una inmensa felicidad pero a la vez una ridícula vergüenza de todo aquello. Rasqué mis ojos y decidí levantarme de la cama y ver donde estaba Cheol. 
Al llegar al salón no encontré a nadie, en el aire no se podía oler el rico aroma de la comida de Seungcheol, solo se podía contemplar un lugar solitario, donde yo esperaba encontrarme a Cheol, pero que para mi desgracia no fue así. Mire el reloj de la pared para saber que hora era, y ya pasaba de la hora de la comida. Intente calmarme, pensé que seguramente había salido a comprar,

ya que nuestra nevera estaba totalmente vacía. Me tumbe en el sofá y decidí distraerme viendo un programa hasta que mi novio llegara para saciar el hambre que provocaba los rugidos de mi Estómago, eran muy molestos.

Pasó una hora.

Y otra. 

No había indicios de que él viniera. 

Mis nervios estaban a flor de piel, al haber vivido tantas situaciones límites en mi corta vida, miles de ideas pasaron por mi cabeza, haciendo que mi cuerpo se estremeciera del miedo a saber que a mi novio le hubiera pasado algo. Fui en busca del móvil que me había regalado, antes de perder la poca cordura que me quedaba quería saber si mi mayor tenía alguna excusa para llegar tan tarde. Esperé, el móvil estaba sonando, los "Bips" incesantes que avisaban de la llamada, pero que aquella llamada jamás fue atendida. 

Sin pensarlo dos veces me puse mi abrigo dispuesto a salir a buscarlo, pero en el momento en el cual me acerqué a la puerta, esta fue abierta. Al principio una gran sonrisa se poso en mi cara, pero esta se fue apagando a medida que la persona que estaba delante de mi se hacia ver. Retrocedí por miedo a que algún golpe impactara contra mi, pero aquello no paso. Mi padre tenía en su boca una sonrisa escalofriante, era terrible, su dentadura incluso parecía estar afilada como la de los monstruos de los cuentos Que Yoongi me leía de pequeño. 
Por su puesto mi progenitor, como buen cobarde que es no vino solo, unos hombre altos y corpulentos le acompañaban, uno a cada lado, me miraban esperando a que su "jefe" les diera alguna orden, pero por el momento permanecían en el sitio, como si fueran

estatuas. 

- JiHoon... - su voz grave se hizo presente en todo el piso, mi cuerpo comenzó s temblar. - ¿Cómo os atrevisteis tu hermano y tu a largaros de casa? Nos abandonasteis a tu madre y a mi. ¡A MI! .- su grito hizo que saliera disparado por el pasillo y entrara en la primera habitación que encontré. - Vamos vamos JiHoonnie, ya hemos jugado a este juego muchas veces, tu siempre acabas perdiendo. 

Estaba escondido debajo de la cama donde Seungcheol una vez me intento sacar. Aquella vez estuve escondido allí por vergüenza a dar la cara ante mi mayor, pero ahora estaba allí debajo porque de verdad estaba asustado. Temía a mi padre más que nunca, y el miedo hacia que mi cuerpo no reaccionara y mi cerebro no actuara con coherencia. Los pasos de mi padre impactaban con el suelo del apartamento con dureza, haciendo que temblara. Me encogí más en mi pobre escondite, mientras escuchaba cada vez más su cercanía. 

La única verdad es que me atraparía, y cuando aquello sucediese, yo no lo contaría. 
Con manos temblorosas tomé mi móvil y marque a Seungcheol, el cual no me respondió. 

La cama fue

elevada de un empujón , revelando​ donde estaba, y antes de que mi padre pudiera atraparme corrí hasta la habitación de Cheol y cerré esta con seguro. No tarde en escuchar los golpes para abrirla de parte de los hombres que acompañaban a mi padre. La puerta comenzaba a romperse, y en un último intento de contactar con alguien llamé a Yoongi. 

Tampoco obtuve respuesta. 

Y la puerta ya estaba abierta. 

Al ser al cual llamaba padre me tomó del cuello y sin más me empujo a la cama, dejándome totalmente estirado en esta. Obligó a sus acompañantes a esperar fuera y mi teléfono que no paraba de sonar lo rompió de un pisotón para luego lanzarlo contra un espejo, haciendo que este se partiera en miles de trozos. 
Lo que hizo después no hace falta explicación. Hizo lo que me hacia siempre que podía. Me violó, pero aquella vez fue especialmente bruto con cada uno de sus movimientos para asegurarse que aquello me dolía de verdad. Mi sangre no tardo en manchar el suelo y las sabanas. Los golpes sonaban contra mi piel, y algún hueso me crujió de mala manera, seguro que tendría que ir al hospital después de esto. 

Cuando término de satisfacerse con mi cuerpo me subió los pantalones y me agarró del brazo obligándome a seguirle. Mis caderas dolían y las heridas me pinzaban en cada parte de mi cuerpo. Mi ojo estaba hinchado y lagrimeaba, cosa que hacia que no pudiera ver demasiado. 

Me encerró en su coche, ignorando mi llanto condujo como si nada malo hubiera pasado, pero la realidad es que me acababa de destrozar en mil y un trozos. 
Lo peor es que los de mi alrededor se

preocuparan, yo no quería que nada de aquello sucediese. 
Sé que íbamos lejos, ya que mi madre estaba en el asiento copiloto y como siempre no decía nada, el maletero estaba repleto de maletas y pertenencias nuestras. 

No volvería a ver más a Seungcheol. Quería despedirme de él, quería al menos volver a sentir sus labios sobre los míos y decirle el último te quiero.

Pero nada de aquello seria posible. 

¿Nunca más? 



Fin

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