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miércoles, 11 de enero de 2017

La noche cambia.

La noche cambia.



La noche cambia.

La noche cambia. Tengo miedo de lo que pueda suceder, te busco con desesperación pero no puedo encontrarte ¿dónde estás? El frío de la noche de invierno me hace sentir sola e indefensa ¿Por qué te fuiste? Habías prometido que no lo harías ¿Es que acaso he hecho algo incorrecto? ¿Algo que no me haga merecedora de tu amor? ¿Habré entrado en un tiempo paralelo en dónde nunca existió un nosotros? Acabo de despertar y te extraño en mi cama, sin tus brazos rodeándome no encuentro el sol, la noche cambia porque no escucho tu voz.

- ¿Está todo bien?-su voz es apenas perceptible a mis espaldas mientras siento como un escalofrío recorre cada parte de mi columna.

-Él no ha llegado -dije con la voz quebrada mientras luchaba por no dejar salir las lágrimas ya acumuladas en mis ojos, mi madre me mira con tristeza ¿tanta lástima daba?

Mi vestido rojo se encuentra deslucido mientras vuelvo a dirigir mi mirada al camino, estoy sentada en el banco en el porche de mi casa como todas las noches, esperando que vengas por mí. Han pasado dos horas y el maquillaje que con tanto cuidado había depositado alrededor de mi cara se encuentra desparramado debido a las constantes veces que he pasado la mano por mi rostro para tratar de aliviar un poco el frío, mi madre se sienta a mi lado y supe que esperaría conmigo.

-No vendrá ¿no es así? -dije al cabo de otros quince minutos, mi mirada se encontraba en la falda de mi vestido y mis dedos jugueteaban nerviosos entre ellos.

-Algo tuvo que haberle

pasado -respondió ella mientras colocaba un brazo en mi hombro, tratando de excusarte, tratando de que alguna forma de que me sintiera mejor.

-Hubiese llamado, él siempre llama -una lágrima caía a la altura de mi mejilla y con rabia me la sequé- Ha roto su promesa, me prometió que nunca me dejaría sola y mucho menos en la víspera de Navidad.

¿Recuerdas esas noches? Solíamos pasar las Nochebuenas juntos, habrían sido tres vísperas hermosas a tu lado, pero esa noche no llegaste y yo no sabía por qué.

La noche cambia. El teléfono sonó en el interior de la casa y me sentí palidecer, tenía esa sensación en mi interior, de esas que solo llegan cuando un mal presagio se acerca, los pelos de mis brazos y cuello se erizaron cuando mi madre a mi lado se levantó a atender. Pasaron los minutos, y ella aun no salía del interior de la casa, definitivamente algo no estaba bien.

Una lágrima tras otra caían por mis mejillas, mi nariz tapada me hacía respirar con dificultad, el sonido que hace el teléfono al ser colocado nuevamente en su base, me alertó. Ella sale de la casa caminando lentamente hacia mí, como si cada paso que daba le doliese en el alma, no me volteó, no quiero ver su expresión, no quiero saber que ha pasado, quiero levantarme y correr, pero mi cuerpo está estancado en el banco y mis piernas se sienten débiles. Vuelve a sentarse en mi lado y lanza un profundo suspiro, uno helado, como a quien le tiran una bandeja de hielo por dentro de la camisa:

se que tiene que decirme algo y gracias a sus manos temblorosas se que se trata de ti ¿de quién más sería? Cierro los ojos con fuerza mientas busco con toda desesperación desaparecer y al abrirlos estar a tu lado y que todo vuelva a estar bien otra vez.

La noche cambia. Y todo pasó en cámara lenta mientras sentía a mi corazón golpear con fuerza sobre mi pecho, sus palabras no tenían sentido, se enredaban en mi cabeza, como aquellas ecuaciones en la clase de matemáticas hasta que dejé de escuchar ¿Por qué? ¿Por qué habrían de ser las cosas de esta manera? Dicen que todo pasa por alguna razón, pero no podría hablarse de justicia alguna cuando esa noche tu auto se volcó en la avenida principal y te dejó en estado de coma en el hospital.

No recuerdo el momento en que mi madre me ayudó a levantarme del banco y puso un abrigo sobre mis hombros así como tampoco recuerdo haberme subido a su auto y llegar al hospital. Esa no era yo, la chica que acompañó a mi madre a través de esas grandes puertas no fue más que una sombra de lo que alguna vez fui, yo estaba en el banco, yo te estaba esperando.

Mi vestido rojo está deslucido ¿cómo me voy a presentar ante ti así? Freno de golpe, encajando mis pies en el suelo cuando veo a tus padres, tu hermana y hermano frente a una puerta de la que supe era tu habitación, sus rostros lucen demacrados como el de aquellos que no han parado de llorar. No, no...esto no puede ser real.

La noche cambia. Los brazos de tu madre me rodean con fuerza justo en el momento en que me ve y yo no sé qué hacer, mis brazos caen a mis lados por más que intento devolverle el abrazo pero por alguna

razón mi cuerpo ya no responde a las débiles órdenes de mi cerebro ¿qué hago en este lugar? Yo estoy en el banco, estoy en el porche de mi casa, con mi vestido rojo y mi maquillaje recién puesto, esperándote.

Podrían haber pasado horas o incluso días y yo no hubiese notado diferencia alguna cuando me dijeron que podía pasar a verte y de repente ahí me vi, caminando paso por paso adentrándome en lo que podía ser la muerte de mi pobre alma. Ahí te vi, te encontrabas postrado en una pequeña cama... ¡Pero NO! No podía tratarse de ti, tú estabas en tu auto, vistiendo tu esmoquin negro, con una sonrisa en tu rostro y un ramo de girasoles en el asiento de al lado, porque sabes que son mis flores favoritas y estás en camino a buscarme, es imposible que seas tú aquel chico pálido con cables alrededor de su cuerpo, con tu pelo revuelto y los ojos cerrados. Pensé que me había quedado ciega pero no, las lágrimas infernales me quemaban los ojos y con un fuerte dolor en el pecho caí en la silla que estaba a tu lado y sin poder hacer otra cosa: lloré, lloré y volví a llorar con mi rostro en tu regazo, empañando la pesada cobija que te cubría.

La noche cambia. Mis ojos se sienten cansados pero no voy a ir a ningún lado, aun estoy en la silla, aun estoy a tu lado, acaricio tu cabello con ternura como lo había hecho todos los días al amanecer cuando buscaba despertarte de tu sueño, cuando estabas junto a mí en la cama y tus brazos rodeaban con dulzura mi cintura, pero esta vez no abriste tus ojitos con pesadez mientras tratabas de adaptarte

a la luz de sol, esta vez no sonreíste cuando me viste junto a ti, esta vez no depositaste tus labios sobre los míos, esta vez no me sentía llena de dicha, esta vez tu sueño pudo más que yo.

- ¿Darío? -Te llamó en un susurro pero no te inmutas, tu respiración es pausada y tus ojos continúan cerrados.

Que injusta en la vida ¿Por qué entre todos a ti? ¿Por qué no pudo pasarme esto a mí? Tú no mereces esto, tienes que estar despierto, tienes que estar lleno de vida, tienes que cumplir tus sueños y amar sin medida. Solías decirme que Dios le pone a las personas pruebas u obstáculos en su camino pero que nunca pondrá nada tan fuerte que la persona no pueda superar, que solo puede en nuestra vida prueba factibles que nos hará crecer como personas: aferrándome a ese hecho sé que tienes que despertar porque no conozco a alguien más fuerte que mi Darío, si alguien puede con esto...eres tú. No me dejes te lo pido porque a diferencia de ti no soy tan fuerte y sé que no podría soportar tu pérdida, simplemente no podría vivir en un mundo en donde tú no existieses.

La noche cambia y no dejes que se lleve contigo los recuerdos, porque esos que comparto contigo son lo más preciados que tengo, aun recuerdo el día en que nos conocimos como si tratase de ayer, yo solo era una niña de diecisiete años que aun en secreto aun creía en las historias que Disney le contaba. Era una tarde julio, había salido tarde de la escuela aquel día ya que había pasado mi período

libre en la biblioteca y bueno...recuerdas lo que me pasa cuando me sumerjo en un libro ¿no? Pueden pasar horas y horas y pierdo la consciencia de lo que es la realidad así que cuando caí en cuenta de que el período escolar había acabado ya hacía dos horas que todos habían partido a sus respectivos hogares, eran alrededor de las cinco con treinta minutos de la de la tarde. Caminaba lo más rápido que mis piernas me permitían ya que sabía que mi madre me mataría cuando no llegase a casa para la hora cena que había organizado para todos los vecinos, así que debido a mi torpeza y la tendencia a no fijarme por los lugares en los cuales camino cuando me encuentro apurada choqué contra alguien con tanta fuerza que hubiese terminado en el suelo de no ser porque unos brazos rodearon mi cintura con fuerza impidiendo así de esta manera mi caída, podía sentir como mis cachetes se tornaban de un tono rojizo mientras la vergüenza comenzaba a tomar posesión de mí, tenía miedo de levantar la vista pues no quería encararme a quien sea que hubiese golpeado que por la altura y contextura debía de tratarse de un hombre joven ¿Por qué de repente hacía tanto calor?

- ¿Te encuentras bien? -una voz ronca proveniente de la persona que había evitado mi caía hizo que se me erizaran los pelos de la piel, suspiré, tendría que encararlo.

Levanté la vista quedándome muda al instante, el nerviosismo creció en cada parte de mi cuerpo cuando mi mirada se cruzó con la de unos profundos ojos color ámbar que me observaban con suma atención, efectivamente

se trataba de un muchacho de tal vez unos veinte años y uno de los más hermosos que alguna vez hubiese visto...¿uno? Quise decir el más hermoso que alguna vez hubiese visto, si mis cachetes se habían tornado rojizos para aquel entonces en este momento estarían de un rojo manzana cuando caí en cuenta de que sus brazos aun se encontraban rodeando mi cintura y él no parecía tener intención de quitarlas de ahí y no es que a mí me importase mucho tampoco, el joven me observaba con una ceja arqueada como si estuviese esperando alguna respuesta de mi parte, si tan solo pudiese recordar lo que me había preguntado...

- ¿Qué? ¡Ah, sí! Estoy bien -dije rápidamente entre una palabra y otra mientras de mala gana me separaba de él, sus cachetes también se tornaron un tanto rojizos cuando se dio cuenta de donde habían estado sus brazos hasta aquel momento y yo quise reír por lo extraño de la situación- Lo siento mucho -continué- iba muy apurada y no me fijé por dónde iba -concluí con un sincero arrepentimiento.

El chico soltó una ligera carcajada mientras que con su mano derecha hacia un gesto de desentendimiento, restándole importancia al asunto.

-No te preocupes por eso- respondió- yo tampoco estaba muy al pendiente por donde estaba caminando, así que nadie tiene la culpa- sonrió, la sonrisa más maravillosa que alguna vez me hubiese tocado presenciar, los últimos rayos de sol se escondían tras los altos edificios que nos rodeaban- Mi nombre es Darío -habló ahora presentándose- ¿Cuál es tu nombre? - el interés en su voz hizo que bajara la vista al piso, otra vez ruborizada.


-Mi nombre es Cassandra -me presenté olvidando por completo las advertencia de mi madre de darle datos personales a un completo extraño, pero por alguna extraña razón sabía que podía confiar en él- encantada de conocerte Darío -dije extendiendo mi mano a modo de presentación, el estrechó su mano junto a la mía y sentí como una corriente eléctrica recorría cada uno de mis dedos.

-Encantado de conocerte, Cassie -mi corazón dio un vuelco ante el diminutivo de mi nombre.

Pasaron unos segundos en los que nos quedamos observando mutuamente ajenos a todo lo demás que nos rodeaba, nuevamente. Fue el sonido del claxon de un auto los que nos hizo salir de manera brusca del trance en el que nos encontrábamos haciéndome recordar así la cena para la que tarde ya llegaba.

- ¡Oh rayos! -Exclamé- debo irme, llego tarde- miré a Darío nuevamente sintiendo una extraña tristeza por tener que dejarlo en mi interior- Adiós Darío.

-Oh, de acuerdo -dijo él con ¿tristeza?- nos veremos por ahí Cassie.

Él comenzó a caminar en dirección contraria en la que yo me encontraba haciendo que una desesperación naciera dentro de mí y fue esa desesperación la que hizo que le gritara:

- ¡Darío, espera! - él se paró de golpe como si le hubiese sorprendido que lo llamara, se volvió hacía mi- este yo... -continué ahora un poco más nerviosa- tengo una especie de cena con todos los vecinos de mi calle, eh... ¿te gustaría acompañarme? - ¿Qué rayos estaba haciendo? ¿Yo había preguntado eso? - Digo, si...no tienes nada que hacer, claro -concluí hablando rápidamente, él pareció

meditar mi invitación durante algunos instantes par finalmente asentir.

-Me encantaría acompañarte -una sonrisa inconsciente comenzó a formar parte de mi rostro cuando él se acercó nuevamente a mí y me sonrió de vuelta, podría acostumbrarme fácilmente a esa sonrisa.

-Vamos -dije indicándole el camino a nuestra derecha y en silencio él me siguió, lo miré de reojo y lo atrapé mirándome causando que ambos nos sonrojáramos, pero que tierno chico.



......

Han pasado tres años desde ese día ¿lo recuerdas? La noche cambiaba y nos habíamos enamorado sin saberlo. Dicen que todos tenemos alguien que ilumine nuestro camino y ese alguien en mi vida eres tú, eres quien me hace querer ser una mejor persona, eres quien me hace querer ser yo misma, eres quien me hace querer sonreír todo el tiempo, eres ese alguien.

¿Volveré a verte sonreír? Te lo suplico, no prives al mundo de esa hermosa sonrisa que tienes, vuelve a reír una vez más por favor, no prives a mis oídos del sonido más melodioso que existe. Una vez prometiste que no me harías llorar nunca, estoy llorando ahora... ¿Por qué esto tenía que pasar? ¿Por qué así? ¿Por qué ahora? Mi vestido rojo está arrugado y manchado de lágrimas, perdona por haberlo arruinado, sé que es tu favorito.

La noche cambia una tras otra y el tiempo pasa sin que pueda detenerlo, ya no tengo mi vestido rojo, ya ni ganas tengo de ponérmelo. Han pasado las navidades e incluso la celebración el año nuevo,

peo no hay nada que celebrar más cuando no estás aquí para celebrarlo junto a mí. Tu respiración sigue siendo constante y los doctores dicen que ahora despertar depende solo de ti y que si no lo has hecho es porque simplemente no quieres hacerlo... ¿es verdad eso? ¿No quieres despertar? ¿Por qué no habrías de hacerlo? Extraño tus ojos color ámbar mirarme con tanta ternura, extraño tus regaños por no llevar abrigo a pesar del frío. Has tenido muchas visitas ¿lo sabías? Todos esperan que te mejores pronto, te han traído flores e incluso algunos regalos.

He leído para ti cada noche, se que te gusta que lo haga, dicen que cuando una persona entra en coma puede escuchar todo lo que dicen las personas que se encuentran alrededor... ¿Podrás escuchar entonces mi voz leyéndote tus historias de ficción favoritas? ¿Mi voz pidiéndote que regreses conmigo?



......

La noche cambia y pienso en las historias de princesas de Disney ¿Despertarías por un beso de amor verdadero tal cual la bella durmiente solo que con los roles de manera invertida? ¿No vale la pena intentarlo si quiera? Acerco mis labios a los tuyos y deposito en ellos un tierno y casto beso, espero unos segundos...tus ojos siguen cerrados y un quejido de dolor escapa de mis labios mientras una ligera lágrima cae de mi mejilla hasta la tuya, me derrumbo y nuevamente lloro sobre tu pecho.



......

Pasan los meses y todavía no despiertas, prácticamente no me separo de tu lado a pesar de las miles insistencias de mi madre de que salga de vez en cuando a tomar aire

fresco, estamos en mayo y han hablado de posibilidad de que nunca despiertes. ¡No! Sé que lo harás, te conozco bien, sé que no me dejarás.



......

La noche cambia cuando unas caricias en mi cabello me hacen despertar, estamos en junio y me he quedado dormida nuevamente sobre tu regazo ¿Pero qué...? el mundo se detiene y creo que estoy soñando, tus hermosos ojos color ámbar me observan con atención y una ligera sonrisa en el rostro.

-Hola mi amor...-dices con una voz débil y una lágrima tras otra caen de mis mejillas, tu semblante se frunce un poco - hey, no llores- ruegas tiernamente mientras que con muchos esfuerzo levantabas tu brazo derecho, secándolas con cuidado con uno de tus dedos.

-Tú...-dijo aun sin dar crédito a lo que mis ojos ven- despertaste, Darío, lo hiciste, volviste- casi doy un grito repleto de emoción y me observas con diversión.

La noche cambia cuando me acercó mis labios a los tuyos y te beso, una y otra vez y por primera vez en meses son correspondidos.

-Te prometí que no te dejaría sola y yo siempre cumplo mis promesas -hablaste en un leve susurro entre la corta distancia de nuestros labios.

La noche cambia y las enfermeras entran para atenderte, tu familia grita y se abraza, todos llorando de felicidad, la noche cambia y has vuelto a nosotros.

Sonrío cuando te veo observarme entre el tumulto, gesticulando un ''te amo''.



......

Oh Darío, es Nochebuena de nuevo, mi vestido rojo está lavado y reluciente, estoy sentada en el banco del porche de mi casa con mi maquillaje recién puesto, esperándote.



Minutos más tarde un auto se para justo en la entrada y tu bajas de el mismo con una sonrisa cubriéndote todo el rostro, vas en esmoquin y tienes un ramo de girasoles en la mano derecha. La noche cambia y se que te amaré toda la vida.



......

Buenas, aquí les dejo una pequeña historia corta como regalo por Navidad, espero les guste.

Una muy Feliz Navidad para todos. Espero que sea un día colmado de bendiciones y que puedan estar junto a su familia y seres queridos. Coman y disfruten, es una fecha que llega una vez al año pero que siempre debemos llevar en el corazón.



Ana




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¡Ganadora de concurso!

 ¡Hola! Solo pasaba para comentar algo que me tiene muy contenta y la verdad también muy conmovida, la historia corta que escribí por Navidad: ''La noche cambia'' resultó ganadora en el micro-concurso: Historias cortas (Concursos Generales) en la categoría de romance. Esto me tiene de muy buen ánimo, la verdad es que no me lo esperaba, significa mucho. Quería compartirlo con ustedes.

 Saludos
Ana.




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¡Una reseña!



Reseña hecha por @VictoriaGlez sobre mi relato corto ''La noche cambia''.

¡Todavía no me lo creo!

Verdaderamente hermosa y me ha dejado muy sentimental. Muchas Gracias.

Les dejo el link de la reseña en un comentario.

http://mirincondelibrosycafe.blogspot.mx/2015/01/talentos-de-wattpad-anamalpica.html

Saludos, Ana.


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Gracias.

¡Hola! bueno vengo a compartir con ustedes algo que me tiene realmente conmovida y feliz. Cuando inicié sesión en Wattpad hoy, vi que tenía varias notificaciones en mi historia ''La Noche Cambia'' y yo no entendía por qué, cuando una chica que comentó me explica que la youtuber Carolina Jaramillo en su especial de escritura colocó el link de mi historia en la descripción de su video y efectivamente era cierto.

Posteriormente me enteré que mi querida amiga, mi tocaya, había enviado mi escrito para que ella lo viera.

Solo quiero dar las gracias, a todas aquellas personas que leyeron o leerán en un futuro, que han comentado y prestado su apoyo, no tienen idea de lo mucho que eso significa para mí.

Quiero darle las gracias a Carolina Jamarillo por haberme dado una oportunidad de dar a conocer lo que más me gusta hacer en el mund que es escribir, simplemente gracias.

Y a mi tocaya, @heyitsgaaby , eres lo mejor de la vida, muchas gracias por haber pensado en mí y darme la oportunidad, eres y siempre serás una de las mejores amigas de este mundo ¡Siempre estaré para ti!



Muchas gracias a todos nuevamente, 

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