
Virgen En Subasta®™
by Dylan2415
Sinopsis
Conozcan a Colton Drake...
No tengo idea de por qué ella subastó su virginidad por un millón de dólares. Sin embargo, ahora soy el orgulloso propietario de un himen perfectamente intacto. Mucho bien que eso me hará. Tengo ciertos gustos, ciertas preferencias sexuales. Mi pene es un poco más discriminatorio que la mayoría. Y entrenar a una virgen toma delicadeza y paciencia, las cuales me faltan.
♥virgen en subasta~™★.
Virgen en subasta~®™♥
Sophie Evans está acorralada en una esquina. Con la vida de su hermana en juego, la única opción es abrirse camino, incluso si eso significa vender su virginidad al mejor postor en un exclusivo club erótico. Cuando Colton Drake la lleva a casa, rápidamente aprende que nada es lo que parece con este hermoso hombre problemático. Estar con él plantea retos que nunca esperó y que la llevan a querer cosas que nunca imaginó.
♥virgen en subasta~®™★.
~
todo derechos reservados ©,
Dylan2415~®™★
=================
Prólogo ~®™♥
Esta noche seré vendida al mejor postor. Mientras estoy en esta tranquila habitación, trato de encontrar esa vocecita de la razón en mi cabeza diciéndome que estoy haciendo lo correcto. Pero no la encuentro en ninguna parte.
Zorra traidora.
Encuentro mi tenue mirada azul en el espejo y me recuerdo a mí misma que estoy entrando en este acuerdo a sabiendas, y por decisión propia. No es la decisión que anhelo tomar, ciertamente no es la ambición de mi vida, pero es una decisión que debo tomar para poder salvar a alguien que amo.
En otra hora le perteneceré a alguien -un hombre con necesidades enfermizas y fetiches que lo impulsan a comprar compañía en vez de salir con una chica normal.
Que el cielo me ayude.
=================
cap 1 "vendida por... "~®™♥
Me dijeron que podía obtener más de doscientos cincuenta mil dólares, y quizás más, dado que todavía soy virgen. El dinero significará la diferencia entre la vida y la muerte de mi hermana gemela y mejor amiga en todo el mundo. Significará poder pagar la tarifa para meterla en el programa de tratamiento experimental de cáncer de ovario en etapa avanzada. Ambas tenemos veintiún y apenas hemos vivido. Cuando contrajo cáncer a los diecinueve años y le extirparon el útero, le prometí que algún día llevaría sus bebés, una promesa que pretendía mantener. Y ahora, está a punto de morir, en cuestión de meses, si yo no intervengo, es por eso que estoy en este camerino poco iluminado aplicando mi tercera capa de rímel y llevando solo unas bragas.
Descubrí este lugar totalmente por casualidad. Hace unas semanas, no hubiese creído que existían lugares como este. Había estado buscando en línea ideas para hacer dinero, algo, cualquier cosa que pudiera ayudarme a recaudar los trescientos mil dólares que necesitábamos. Mis padres llegaban a fin de mes, pero con lo justo. Así que sabía que dependía de mí. Mi búsqueda de trabajo resultó ser una broma. Mis habilidades podían asegurarme un salario mínimo sirviendo mesas. Es ahí cuando mi búsqueda en internet se volvió más interesante y mi actitud más atrevida.
Concerté una entrevista en un club nocturno. Como si la entrevista no fuese lo suficientemente vergonzosa, al pedirme que me desnude frente al dueño de bar y que pruebe mis inexistentes habilidades
para el baile, cuando me preguntó cuánto dinero esperaba hacer bailando y dije: trescientos mil dólares en los próximos meses, se rio en mi cara y me dijo que me vistiera. Era obvio para ambos, basados en mis habilidades para el baile, que nunca ganaría esa cantidad de dinero. Mucho menos en mi pequeña ciudad en California del Norte.
Cuando vio mis ojos llenos de lágrimas y me preguntó por qué necesitaba el dinero, le conté, a un completo desconocido, toda la triste historia. Una vez que me vestí, me llevó a su oficina y me hizo prometer que lo estaba por decir se quedaría entre nosotros. La forma sospechosa en que sus ojos vagaban por la habitación me dijo que lo sea que fuese, probablemente no era legal. No me importó. Nunca hice más que pasarme la luz roja, pero me encontraba dispuesta a todo, a hacer cualquier cosa para salvar a Becca. Le prometí discreción total. Me preguntó cuan dispuesta estaba a salvar a mi hermana y me advirtió que no me gustaría lo que estaba a punto de decirme. Fue así como me enteré de la subasta de esta noche.
Bill, el dueño del club, me metió en la subasta de esta noche, arregló todo para quedarse con un diez por ciento de mis ganancias. Vi a un médico, quien me hizo una prueba de embarazo y de enfermedades de transmisión sexual, y comprobó mi virginidad. Bill también me había hecho una cita en un salón de belleza local, para una depilación de todo el cuerpo y un cambio de imagen, un corte de cabello en capaz largas y mechas color caramelo sobre mi cabello castaño,
además de manicura y pedicura. Lo cual también saldría de mis ganancias. Si no me vendía, sería responsable de pagarle. Pero Bill, prácticamente garantizó que me vendería. Dijo que las vírgenes eran muy raras y que alguien tan natural y bella conseguiría un precio alto. Solo espero mantener mis nervios bajo control, para así poder seguir con esto. Siento ganas de vomitar y ni siquiera he comido en todo el día.
Me vuelvo ante el sonido de un ligero golpe en mi puerta, y Bill asoma la cabeza. Mis brazos vuelan sobre mi pecho mientras trato de cubrir mis senos. Mi modestia no tiene sentido y una risita histérica burbujea en mi garganta. Muy pronto estaré en una habitación llena de hombres, esperando entregarle mi cuerpo a uno de ellos, pero me concentro en mantener mi inocencia mientras pueda. Bill levanta una ceja hacia mí.
-¿Estas lista?
Me miro en el espejo por última vez y respiro para tranquilizarme. Bajo la mirada a mis tonificadas piernas, gracias a las horas que pasé trotando -mi única forma de aliviar el estrés- a mi estómago que es un poco más blando de lo que me gustaría, a mis pechos que se sacuden cuando me muevo. Los ojos que me regresan la mirada son más duros que antes. Bien. Necesitaré esta fuerza exterior para sobrevivir los próximos seis meses.
No había sabido que este lado del mundo existía y ahora estaba metida en él. Estoy haciendo esto por Becca, me recuerdo. Reuniendo cada gramo de fuerza que puedo, descruzo los brazos de mis senos
y asiento hacia Bill.
-Estoy lista.
Sus ojos me dan un vistazo rápido una vez más. Me siento agradecida de que no me mire lascivamente. -Luces bien. Muy natural. Eso debería funcionara tu favor -comenta, sacándome de la seguridad del camerino.
Veo lo que quiere decir mientras avanzamos por el pasillo. Hay algunas otras mujeres que oscilan de entre los tempranos veinte hasta los treinta y tantos y cada una parecía haber adoptado la apariencia de una desnudista, gran cabello y capas de maquillaje espeso, labios teñidos de rojo, medias de red y zapatos de tacones muy altos. Todas están usando hilo dental. Me dijeron que la única prenda de vestir permitida eran las braguitas, así que escogí la más cómoda que tenía, una braguita azul claro con encajes a lo largo del dobladillo. Es linda, femenina y cómoda. Nunca se me ocurrió tratar de hacerme ver sexy. El arrepentimiento revuelve mi estómago. ¿Qué pasa si nadie me quiere? Haría esto para nada, además le debo a Bill el caro cambio de imagen que me proporcionó. El piso de concreto contra mis pies descalzos envía un escalofrío a todo mi cuerpo, endureciendo mis pezones. Mis brazos, una vez más, se cruzan sobre mi pecho mientras aprieto mis senos.
Puede que esté más cubierta que las otras mujeres, pero de alguna manera me siento más expuesta. Completamente vulnerable para que todo el mundo me vea. Estoy vestida como yo, no como alguna versión sexy de mí que puede hacer el papel que esperan los hombres al otro lado de la puerta. De repente, no quiero que vean mi verdadero yo. Quisiera estar cubierta de maquillaje, tal vez con una larga peluca
rubia, con cubre pezones. Podría ser quien quiera que deseen que sea. En cambio soy solo yo, Sophie, y eso parece ser más peligroso para mí. No puedo dejar que mi nuevo dueño se meta en mi cabeza. Puede comprar los derechos sobre mi cuerpo, pero sin duda, nunca tendrá a la verdadera yo. Necesito recordar eso.
Cuando nos detenemos frente a una puerta de acero, el pánico fluye por mis venas y mi garganta se contrae, mis arcadas amenazan con disparar bilis por mi boca. Tomo una respiración profunda por mi nariz y abro la boca para decirle a Bill que he cambiado de opinión, cuando su mano de pronto se extiende y gira el pomo de la puerta. La puerta se abre, revelado una habitación grande y poco iluminada. La única luz viene de un foco que cuelga directamente sobre la tarima, tipo escenario, en el centro de la habitación. Los hombres se encuentran sentados en los sillones frente al pequeño escenario circular, sus rostros completamente ocultos en las sombras. Soy incapaz de distinguir algún rasgo, lo cual sé que es el propósito. La naturaleza de las actividades de esta noche indica que quieren anonimato. Y la cantidad de dinero que sería gastado compraba ese derecho.
Bill me da un suave empujón y murmura algo de ánimo, pero la sangre golpeando en mis oídos distorsiona el mensaje. Mis pies se mueven por la habitación, mis brazos siguen cruzados en un apretón de muerte sobre mis pechos. El ligero olor a humo de cigarro asalta mis sentidos mientras me muevo hacia la tarima. Mantengo mis ojos fijos en el suelo, dejando que la franja de luz de la única bombilla
que cuelga en el techo me lleve hacia adelante. Mis rodillas tiemblan mientras doy los últimos pasos.
Finalmente doy un paso a la plataforma elevada y enfrento el pequeño grupo de hombres. Mantengo la mirada baja. En este momento sé que nunca hubiera sido lo suficientemente valiente como para desnudarme para toda la audiencia. Apenas puedo pararme aquí sin que mis rodillas choquen, y simplemente recordar introducir aire a mis pulmones y soltarlo de nuevo parece estar más allá de mis capacidades. Pero una subida oleada de determinación me recorre. Me encuentro aquí para salvar a Becca.
Un hombre de pie en las sombras al lado del baño se aclara la garganta. -Les ofrezco a la novena y última chica de la noche. Y créanme cuando les digo, caballeros, que dejamos lo mejor para el final. Es tan pura e inmaculada cómo ninguna. Viene a nosotros virgen, dispuesta y completamente de acuerdo con las condiciones de seis meses. Ahora, ¿a quién le gustaría iniciar las ofertas?
Está tranquilo por un momento y espero a que suceda algo.
-Quita tus manos de tus tetas, ángel -dice un hombre en la multitud.
Levanto la mirada hacia el sonido de la voz, pero mis manos se quedan dónde están. Una vena desafiante que no sabía que tenía asoma la cabeza. Nadie me posee todavía. Ni una sola oferta había sido hecha. Sigo controlando mi destino.
Cambio mi peso, sintiendo una sensación de hormigueo que significa que mi pie está adormeciéndose y agarro fuertemente mi pecho como si me aferrara a la vida. Mi corazón se acelera y pequeñas gotas
de sudor se forma debajo de mis brazos a pesar de la baja temperatura de la habitación. Puedo hacer esto. Tengo que hacer esto.
-Doscientos. -La voz del hombre que me ordenó que me descubriera hace la primera oferta. Espero que sea doscientos mil y no doscientos dólares. Nunca se me ocurrió que tenía que tener un mínimo establecido antes de que esto comenzara. No iba a dormir con un viejo extraño por doscientos dólares. Pero luego recordé a Bill diciendo algo acerca de seis cifras como mínimo, y me relajo un poco.
-Dos cincuenta -dice otra voz. Suena joven y tiene un ligero acento español.
-Trescientos -gruñe una tercera voz. Pronto, el precio sube a quinientos setenta y me siento mareada escuchando todo el intercambio. Debo salir de este escenario antes de que me desmaye o vomite, o haga algo igualmente aterrador, como ir a casa con uno de estos enfermos.
Sé fuerte, Soph.
-Seiscientos mil -contrarresta el admirador de mis tetas. No me quiero ir con hombre a quien ya he desafiado al negarme a mostrar mis pechos. Conociendo mi suerte, su prioridad será castigarme por ese acto de desobediencia.
-Estás codicioso esta noche. Ya tienes una y quieres otra más. -Se burla el presentador.
El hombre quien sube mi precio, aparentemente ya compró una chica y ahora me quiere, también. Llámenme anticuada, pero asumí que sería la única esclava en este tipo de acuerdo. Pensé que estaba contratada para la típica experiencia de un hombre-una-mujer.
Esto no era como imaginé que perdería mi virginidad, ciertamente nunca imaginé ser parte de una orgía, o lo que sea que hubiera planeado. Me alteraba pensar que podía comprarnos como ganado y forzarnos a hacer cosas la una con la otra y con él. Todo este proceso va de mal en peor.
Levanto la mirada hacia el centro de la sala, al único hombre que ha permanecido completamente en silencio hasta ahora. Cruza su tobillo sobre la rodilla y se recuesta en su silla, ocultando totalmente su rostro en las sombras. Su comportamiento distante e informal golpea algo en mí. Tengo un cuarto lleno de hombres pujando por mi virginidad, pero de alguna manera no me gusta la idea de que este hombre no esté interesado. ¿Hay algo malo en mí? Es vergonzoso y estúpido, pero algo acerca de estar principalmente desnuda en una habitación llena de extraños pone pensamientos extraños en tu cabeza.
Nadie contrarresta al hombre de mi izquierda, quien me llamó ángel y quiso ver mis pechos, mi estómago se retuerce. Ofreció quinientos setenta y cinco mil dólares, más que suficiente para pagar el tratamiento médico de mi hermana, darle a Bill el diez por cierto y pagarle en dinero que gastó en mí en salón. Debería sentirme aliviada y feliz. Esto es lo que quería, ¿cierto? Pero la idea de irme con él y la otra chica que compró esta noche desencadena una amarga sensación dentro de mi pecho.
-Sí no hay ninguna otra oferta... -comienza el locutor. Mi tráquea amenaza con cerrarse. No puede terminar así...
-Setecientos mil -dice
el hombre en frente de mí. Su voz es intensa y calmada. De algún modo, profunda e hipnótica. Me inclino hacia adelante en puntillas, tratando de verle la cara. El pie que cruza sobre su tobillo, rebota mientras se mueve nerviosamente, la única señal que ahora encuentra involucrado en esta guerra de ofertas. Mi corazón salta en mi pecho, duplicando su ritmo, mientras espero ver qué pasará.
Sin ser capaz de percibir otra cosa en la habitación, me concentro en su zapato. Es grande, de cuero negro resplandeciente, un zapato de vestir de aspecto caro. Por los precios que estos hombres ofrecen, supongo que tienen que ser sumamente ricos para comprar a otro ser humano. Su pie se mueve nerviosamente otra vez y mi mirada se dispara a donde imagino que se encuentra su rostro.
El otro hombre gruñe algo en voz baja, capto la palabra sobrevalorada. Luego vocifera otra oferta.
-Setecientos veinticinco.
Mierda. No quiero ser parte del trio fetiche de este tipo raro y no tengo idea si ir con el Señor Zapatos de Vestir Resplandecientes sería mejor, miro directamente hacia adelante, rogándole en silencio que suba la oferta. Una dosis de una cruda fuerza de voluntad me mantiene de pie.
-Un millón de dólares -dice después de lo que se siente como una eternidad.
Mi cabeza da vueltas y me siento débil. ¿Un millón de dólares?
¿Por mí? No hay forma que valga eso como esclava sexual. Una vez que se dé cuenta cuan inexperta soy, no solamente en el sexo, sino en todo, se arrepentirá de la compra, y quizá trate de devolverme. Todavía quieta, contengo el aliento, rezando para que nadie supere su oferta. Algo dentro de mí, intuición femenina, un presentimiento, me dice que de todos estos hombres de esta noche, se supone que debo ir a casa con él, pero la idea de realmente entregarme a uno de estos hombres por seis meses es aterradora.
No me queda de otra más que ir con el pulcro y elegante, zapato de cuero negro... él emite una buena vibra. Quizá por lo menos estaría bien cuidada. El pánico amenaza con abrumarme. Respira, Soph.
-Es tuya. Ningún coño vale tanto -vocifera el otro hombre, moviéndose en su asiento.
Mis pulmones se llenan de oxigeno mientras inhalo una respiración muy necesaria, llenando mi caja torácica.
-Nuestro último objeto de la subasta ha sido vendido. Caballeros, gracias por su participación de esta noche. Si fueran tan amables de dirigirse a salón por la puerta trasera para ultimar los pagos y recoger sus compras anteriores. Las bebidas están disponibles en algún lugar de la casa de entretenimiento si están de buen humor.
La voz del presentador zumba en mi cabeza.
Fui vendida.
Los hombres se levantan de sus sillas y oigo
pasos retirándose mientras salen de la habitación. Una puerta se cierra a la distancia, dejándonos a mi nuevo amo y a mí, solos en la silenciosa habitación.
Quiero bajar del humillante escenario donde he estado parada. Quiero mi ropa. Pero permanezco clavada en el lugar, dándome cuenta, por primera vez que mis acciones ya no me pertenecen.
-Avanza -ordena.
Trago y bajo de la tarima, mis piernas pesan por permanecer en un solo lugar por tanto tiempo. Doy pasos lentos por la habitación como si estuviera acercándome a un animal peligroso. Quizá lo estoy. ¿Qué clase de hombre compra a una mujer?.
-No voy a hacerte daño -me alienta y doy otro paso tentativo más cerca, parándome directamente delante de su silla-. Luces -dice a nadie en particular y todas las luces del techo parpadean a la vez. Parpadeo muchas veces por el repentino asalto de luz, mis ojos permanecen caídos mientras luchan por adaptarse.
Desorientada, continúo con la mirada baja, estudiando sus zapatos, ahora ambos descansan directamente en el suelo. -Mírame -dice.
Levanto la barbilla y asimilo al hombre sentado ante me. Traje negro. Camisa blanca almidonada. Fina corbata negra anudada flojamente en su cuello.
Inhalo nuevamente, forzando otro aliento dentro de mis pulmones y finalmente miro a los ojos del hombre que acaba de gastar un millón de dólares para cómprame. Unos ojos
azul cielo enmarcados por unas pestañas gruesas me regresan la mirada, robando el aliento de mis pulmones. Es impresionante. Alto, en forma y atractivo. La confusión me invade. ¿Qué está haciendo un hombre como ese aquí? Podría entrar en cualquier bar en los Estados Unidos y conquistar a una chica con bastante facilidad. Mi estómago se retuerce con compresión. Lo único que esto puede significar es que sus gustos son tan particulares que requieren obediencia total. Querrá cosas que ninguna chica normal haría. Oh Dios, siento que voy desmayarme. No puedo dejar que este monstruo atractivo me seduzca.
-Solo respira -dice, tranquilizando mis temores.
Obedezco como una buena esclava, abriendo mi boca y aspirando aire ávidamente.
-Eso es -dice tiernamente, su propia postura relajándose solo un poco-. ¿Cómo debo llamarte?
Esa es una manera interesante de formular una pregunta. No me preguntó mi nombre. Quizá esté asumiendo que le daré una identidad falsa. Y probablemente lo hubiera hecho si hubiese estado pensando claramente. En su lugar, susurro-: Sophie. -Y tan pronto como sale de mis labios, me arrepiento momentáneamente de decirle mi verdadero nombre, pero luego me doy cuenta que estaré viviendo con él por seis meses y no creo que pueda mantener una falsa identidad todo el tiempo. Ya les mentiré a mi familia y amigos sobre donde estoy. No tiene sentido hacerme esto aún
más difícil. Inclina su cabeza de lado y continúa estudiándome.
-Llámame Drake - dice finalmente. Me pregunto si Drake es su verdadero nombre.
Justo cuando empiezo a pensar que va hacer que me quede de pie toda la noche, se levanta de su silla. Tener toda su estatura delante de mí es abrumador. Soy de estatura promedia, y él por lo menos es treinta centímetros más alto que yo, por encima del metro ochenta y dos. Retrocedo un paso.
-Ven conmigo. -Se vuelve y se dirige hacia la salida, y como una mascota obediente, lo sigo de cerca. Cuando llegamos a la puerta de acero por la que entré hace unos minutos, se siente como si estuviera saliendo como una persona totalmente diferente. Drake se gira hacia mí antes de abrir la puerta. -¿Quieres mi chaqueta?.
Bajo la mirada hacia mí misma, a mi braga de color azul pálido que ahora se siente infantil y mis manos que no se han apartado de mis senos. Asiento débilmente.
Al sacarse la chaqueta, es incluso más musculoso de lo que me di cuenta al principio. Su camisa de vestir hecha a medida se adhiere a sus anchos hombros y a su pecho definido. Eso envía una ola de miedo por de mis entrañas. Sí, es atractivo, pero también es fuerte. Lo que significa que no tendré oportunidad de defenderme si se pone demasiado rudo.
Ignorando mi inspección visual a su cuerpo, coloca la chaqueta sobre mis hombros, cerrando las solapas sobre mi pecho y abrochando el primer botón. Pensé que podría exigir verme, inspeccionarme por sí mismo, pero solo parece preocupado por sacarnos rápido de aquí. Lo cual está bien por mí.
Una vez que me encuentro cubierta por la chaqueta, dejo que mis manos caigan y bajo mis brazos, mis adoloridas articulaciones se encuentran llorando por estar en la misma posición por mucho tiempo. Mis brazos cuelgan inútilmente a mis costados y lo sigo hacia el vestíbulo. Tan agradecida como estoy por su chaqueta, no puedo confundir esta pizca de bondad con algo que no es. No quiere los ojos de otros hombres en algo que acaba de comprar para sí.
Pasamos a varias personas a la salida, y mantengo mis ojos en los zapatos de Drake mientras lo sigo por el pasillo con una falsa sensación de seguridad se asentándose en mí.
Hay mis cachorr@s. he aquí el cap 1
Voten y comenten que esta servidora le agradece
=================
cap 2 "marcando como... "~®™♥
Él se detiene fuera del vestidor que usé antes. -¿Está tu ropa ahí? Asiento y murmuro una respuesta incomprensible. -Vístete -ordena con tono suave.
Agacho mi cabeza y camino dentro del pequeño vestuario. Una vez dentro, no puedo evitar que mis ojos pasen rápidamente hacia el espejo donde me encontraba aplicando rímel hace poco tiempo. Ya puedo ver que la chica que me mira es alguien diferente. La chaqueta del traje negro me engulle, proclamándome a pertenecer a alguien que no sea yo misma.
Me la quito de los hombros, pero no antes de tomar un segundo para apreciar el fino tacto de la lana ligera como una pluma entre mis dedos, y el aroma fresco de la colonia ligera impregnando la tela. Hay algo masculino y evocador sobre la chaqueta y no puedo dejar de pensar en su verdadera intención tras vestirme en ella. Como un perro marcando su territorio con su olor.
Sacudiendo esos pensamientos, doblo cuidadosamente la chaqueta y paso a mi ropa, un par de vaqueros y una camiseta de algodón de manga larga, junto con unas bailarinas. Me siento un poco mejor una vez estoy de vuelta en mi ropa vieja. Metiendo mi bolsa de maquillaje en mi bolso, lo paso a través de mi cuerpo y volteo hacia el espejo. Tomo un último vistazo, preparándome mentalmente para enfrentarme a él de nuevo, y decir un adiós silencioso a la chica de pie delante de mí.
Me detengo en la puerta, mi mano apoyada en el pomo. Es ahora o nunca. Puedo ir y encontrar a Bill, rogar que me dejen salir de este contrato, y hacer frente a las consecuencias, o puedo salir de esta
sala, y aceptar lo que tengo que hacer. De cualquier manera, sé que mi vida cambiará.
Enderezando mi columna y robando un aliento ansioso en mis pulmones, empujo la puerta.
Me encuentro con Drake en la sala donde se halla de pie esperando por mí con una expresión aburrida.
Siento sus ojos examinar rápidamente mi nuevo conjunto y, de repente, me siento mal vestida al lado de este hombre rico y poderoso con su traje caro y zapatos brillantes. Toma la chaqueta de mí y comienza a caminar hacia la salida sin decir una palabra. Se supone que debo seguirlo, así que lo hago.
Una vez en el estacionamiento detrás del edificio, escaneo los pocos coches que quedan en el solar, tratando de memorizar sus matrículas por si acaso resulta ser un psicópata, al menos tendré alguna pieza de información con la que ir a la policía, ya que estoy bastante segura de que su nombre real no es Drake.
La moto en la cual se detiene al costado es inesperada y causa una pequeña ondulación de miedo en cascada a través de mí.
Drake pone su chaqueta en el compartimiento debajo del asiento y saca un casco extra para mí. Su pulgar suaviza lejos la línea de preocupación grabada sobre mi frente.
-Estarás a salvo -dice, y coloca el casco en mi cabeza. El peso del casco contra mi cuero cabelludo es extraño. Ésta será mi primera vez en una moto. Al parecer, estoy en un montón de novedades esta noche.
Después de asegurar su propio casco, se sube en la moto y tiende la mano para ayudarme. El calor de su enorme mano contra la mía me sobresalta. Trago una ola de nervios, luego balanceo una pierna
sobre el asiento y me coloco detrás de él. El ángulo del asiento estrecho hace que me deslice hacia adelante hasta que mi pecho se presiona contra su espalda. No hay espacio para nada más que un cercano contacto entre nosotros. La intimidad es inquietante.
Me pregunto brevemente si lo planeó de esta manera, traer su moto en lugar de un coche para mostrarme justo desde el principio que no tengo control y acostumbrarme a estrechar el contacto físico. Porque sin duda, un hombre capaz de gastar un millón de dólares posee un coche, si no varios. Algo en su naturaleza tranquila y seria me dice que todo lo que hace es deliberado y mi mente está catalogando todas estas cosas para unir las piezas del rompecabezas del hombre a quien pertenezco ahora.
Enciende la moto y mis brazos vuelan alrededor de su cintura. Siento su pecho retumbar y estoy bastante segura de que acaba de reírse de mi respuesta. Cogemos velocidad a medida que toma la rampa de la autopista y el aire frío de la noche corriendo por delante de mi cara enfría el calor que permanece entre los dos cuerpos. Aprieto mis ojos cerrados en un intento de escapar de la sensación de pánico creciendo en mi pecho, pero lo único que hace es marearme y los abro una vez más. Acelera y me aferro a él desesperadamente, uniendo mis dedos delante de su abdomen.
Mientras estoy rezando que no tengamos un largo viaje en esta moto, comienza a reducir la velocidad y levanto la mirada para ver que estamos en una unidad de servicio en el medio de un campo oscuro.
Mis sentidos están en alerta máxima ya que me pregunto lo que estamos haciendo aquí en el medio de la nada. Nunca imaginé que volaríamos a alguna parte, así que cuando nos detenemos junto a un pequeño jet privado estacionado en una pista de aterrizaje abandonada, ácido amargo quema su camino hasta mi garganta.
Pánico pasa volando por mis venas ante la idea de dejar todo lo que sé detrás. Incluso mi código postal, que en realidad nunca significó mucho para mí, de repente se siente como algo que me define, está siendo arrancado.
Con no más que una bolsa de equipaje de mano, lo sigo hasta el estrecho conjunto de escaleras que llevan dentro del avión. Es un pequeño avión privado con un interior sofisticado y elegante. Un grupo de cuatro sillas de cuero tipo capitán se encuentran a un lado del centro y Drake se desliza en una cerca de la ventana. Insegura de dónde sentarme, me siento en la silla frente a él. El cuero es acogedor y suave bajo mis dedos y me relajo un poco en el asiento, contemplando mi entorno. La noche ha caído rápidamente y está casi completamente oscuro afuera. El interior del avión está iluminado por pequeñas luces LED que bordean el camino en la alfombra, emitiendo un débil resplandor.
Drake levanta una jarra de cristal de una mesa cercana y vierte un poco de licor ámbar en un vaso de cristal, luego toma un largo sorbo. Lame su labio inferior completo y cierra los ojos, apoyando su cabeza contra el asiento de cuero de lujo.
No hay anuncio arriba, ni demostración de seguridad, ni ninguna advertencia. De repente, todos los motores del jet rugen a la vida y salimos disparados hacia la pista de aterrizaje. Busco a tientas la hebilla de mi cinturón de seguridad, enganchándolo mientras tomamos el vuelo. Puedo sentir los ojos de Drake en mí, mirándome con curiosidad, pero no me atrevo a levantar la mirada.
Cuando finalmente alzo la vista, Drake sirve una copa de alcohol para mí y la sostiene hacia mí.
-Podría ayudar.
No soy mucho de beber, y sobre todo directamente licor, pero sé que tiene razón. No tengo idea de lo que ha planeado para mí, y esta será probablemente la única oportunidad que tengo para manejar el dolor si voy a perder mi virginidad después.
Parece tan tranquilo y en control, me pregunto qué podría estar oculto bajo la superficie de ese porte sereno y traje caro. Un cálido escalofrío corre a través de mí y tomo un largo sorbo de la bebida, acogiendo el camino ardiente que el licor crea en mi garganta.
Si, ya se. Soy todo un encanto. Tres cap en un día solo yo hago eso.
Y para que vean que os amo el próximo cap lo narra Drake.
Mua mis cachorr@s.
Voten y comenten
=================
cap 4"relajate"~®™♥
(Cap dedicado Yayita_Sherazade)
"Antes que, quiero que sepan que el cap 3 ya esta en linea. El problema es que wattpad lo a clasificado como privado por cierta escena que ellos clasifican como indebida. Para leer el cap anterior deben borrar la historia, ir a mi perfil seguirme y volver a agregar la historia en su biblioteca personal." es su decisión. Que la disfruten.
Colton
Esta no era una primera cita, no había una orden para apegarme. No tenía necesidad de saltar la primera base y besarla así antes de que me chupara la polla. Ella es mía para hacer lo que me plazca. Podría haberla jodido con el culo sobre la mesa de la cocina si hubiera querido. Y créeme, el pensamiento cruzó mi mente. Cuando vi su curva por encima de mi moto y coloqué el casco en el asiento, quería morder su culo como una manzana. Luego tomar esas mejillas regordetas en mis manos y mecerme en el centro de ellas, tal vez
golpear su culo por hacerme tener tales pensamientos depravados. En su lugar, actué como un novio, besando sus labios y asegurándome de que se encontraba en el estado de ánimo adecuado antes de usarla para mi placer. Y joder, su boca fue perfecta. Cálida y suave y con ganas de satisfacer. Supongo que saber que alguien acababa de pagar una pequeña fortuna para tu empresa aseguraba un buen servicio.
Venirme en su lengua no era suficiente. Después, quería desnudarla y follarla duro, terminando por masturbarme en sus tetas para marcarla y demostrarle que era mía. Pero ya habrá tiempo para eso más tarde.
Quiero saber su historia. Parece una chica buena y normal, demasiado agradable para la mierda enferma que estoy planeando para ella. Pero sus razones para estar aquí no son de mi incumbencia. Así como mis razones para comprarla no están en ninguna de las suyas. No necesita saber de mi pasado, las únicas cosas que necesita saber son que me gusta mi polla siendo mamada regularmente, tengo un apetito sano para el sexo y no molestarme cuando estoy trabajando. Y tengo que recordar que ella está aquí con un propósito. Si es así, este acuerdo se resolverá muy bien, y nos dejará satisfechos a ambos.
-Vamos a ir a la cama, mañana será un día largo y necesitarás tu descanso.
Sus asustadizos ojos azules miran fijamente los míos de nuevo y asiente tímidamente. Quiere saber cuándo la voy a follar. Supongo que tendrá que esperar y ver.
Sophie
Una vez arriba pasamos por varias
puertas y seguimos por el largo pasillo. Cuando llegamos a la recámara principal, me quedo callada, absorbiendo todo. La habitación es enorme, con una cama king size y una cabecera tapizada, mesas con lámparas y una tumbona frente a la fogata de gas. La decoración es contemporánea y simple en tonos gris claro y crema con destellos de acentos azules. Todo parece completamente nuevo.
-Baño principal. -Señala al lado de la habitación.
Sus respuestas de una palabra y gruñidos desde que lo conocí están espesando mis nervios.
¿Por qué está actuando desinteresado y raro?
- Lamento si hice algo mal... -comienzo.
Los ojos de Drake van disparados hacia los míos. -Desnúdate, Sophie.
Un jadeo pica mi garganta. -¿Qué?.
-Me escuchaste.
Nos encontramos de pie en el centro de su habitación con todas las luces encendidas y sus oscuros ojos están vagando sobre mí. Aunque sigo completamente vestida, nunca me he sentido más expuesta. Su mirada tiene el poder de hacerme sentir vulnerable y desnuda como nadie lo hizo antes.
Con manos temblorosas, desabotono mis vaqueros y los deslizo por mis piernas, dejándolos hacer un charco en el suelo a mis tobillos, donde los pateo y los coloco a un lado. Olvido intentar ser sexy. Nunca he hecho un estriptís sexy en mi vida, y tengo la sensación de que si intento comenzar ahora, solo luciré como una niñita tonta. Luego levanto mi blusa sobre mi cabeza
y la quito, depositándola con los vaqueros. Intento meter el estómago y pararme más alta para mostrar mejor mis ventajas. Dios, me siento como una pieza de arte enexposición.
Y peor, ¿por qué estoy tan desesperada por la aprobación de este hombre?.
-No -dice, en voz baja.
Trago y libero la respiración que he estado conteniendo, mis hombros se relajan y mi cuerpo regresa a su estado natural. Miro hacia enfrente. Algo dentro de mí se siente rebelde y fuerte, aun cuando obviamente soy yo quien está en una posición más vulnerable.
-Quítate el sostén -dice a continuación, su voz es un fuerte gruñido.
Mis dedos se estiran detrás de mi espalda y libero el broche, mi corazón golpeando contra mi caja torácica mientras dejo caer mi sostén. Mi instinto es cubrir mis pechos otra vez, poner un escudo de su vista, pero decidiendo que eso sería inútil y le mostraría cuán débil e inútil me siento, dejo que el sostén caiga al suelo entre nosotros. Mis pezones se endurecen por el frío de la noche, rogando por atención. No he sido dejada sin aliento desde que chupé su polla, mis bragas levemente mojadas y mi cuerpo doliendo y confundido. No debería querer esto, no debería ansiar este momento entre nosotros, pero saber que lo hemos construido toda la noche solo me hace querer pasar por ello.
-Las bragas también, dulzura -susurra duramente, su voz enviando pequeños dardos de electricidad picando mi piel.
Inhalando, presiono mis dedos
en mis bragas, bajándolas por mis caderas y dándole a mi trasero un leve balanceo mientras rodean mi parte trasera y caen al suelo.
Sus ojos siguen enfocados en los míos. No ha bajado la mirada a mí ahora completamente cuerpo desnudo y algo de su control me perturba. No siento tal restricción cuando examina con detenimiento mi cuerpo. Mis ojos han absorbido cada detalle.
Nunca esperé estar físicamente atraída a un hombre que me comprara, y sé que solo complicará las cosas para mí. Es descorazonador saber que no tengo el mismo efecto en él. Tal vez no se encuentra impresionado.
Pero finalmente, sus ojos comienzan a bajar, ondeando en mi cuerpo como si tuviéramos todo el tiempo del mundo, y su lengua sale para encontrar su labio inferior.
Su mirada cae en mis pechos, se sienten tan llenos y pesados que prácticamente vibran. ¿Me desea? No estoy segura de por qué me importa, pero de pronto sé que lo hace. Mi autoestima nunca ha sido completamente fuerte, pero nunca he sido completamente delgada, tampoco. Aún así hay algo en estar de pie desnuda delante de un hombre rico, poderoso, inmoralmente atractivo que me hace querer juzgarme. Drake traga, el bulto en su garganta meneándose, antes de bajar sus ojos a la unión desnuda entre mis muslos. Quiero juntar las piernas, pero permanezco firme. Calor pasa a través de mí mientras su mirada sube,
levantando la mirada para encontrar mis ojos de nuevo.
¿Es todo? ¿Me ordenó desnudarme para solo mirarme?
Pero luego mi mirada baja y veo la gran erección gruesa creciendo en sus pantalones. La única indicación de que le gusta lo que ve.
¿Entonces por qué no haces nada al respecto?
El pensamiento constante destella en mi cerebro, junto con un catálogo de imágenes eróticas, toda su boca en mi garganta, el sentir sus largas palmas acunando mis pechos, y sus pulgares moverse sobre los picos sensibles. Sujetaría sus sólidos brazos, descansaría mi cabeza contra su cálido pecho y me vendría desatada mientras su polla, que sé por experiencia es caliente y dura, empuja sin descanso en mi centro. Un escalofrío cálido sube por mi espina dorsal y trago un gemido impotente.
-¿Con qué te gusta dormir? -pregunta, su voz completamente compuesta e inquebrantable.
-Usualmente en camisa y pantalones de pijama -digo, empujando mi dedo del pie en la alfombra afelpada.
Asiente y se dirige al armario, sacando una camisa gris y un par de pantalones de algodón para mí. Ambos de gran tamaño, pero son suaves y cómodos mientras los deslizo por mi sobrecalentada piel. Hago una bola de mi ropa descartada en una pila y me pregunto dónde se supone que las ponga. No tengo nada aquí, sin pertenencias, sin sentido de determinación y darme cuenta
es aturdidor. No debería estar enfocada en tentarlo con mis curvas. Necesitaba tener la mente clara y descubrir cómo sobrevivir a mi nueva vida.
Drake entra al baño y cierra la puerta detrás de él, dándome la oportunidad de vagar por la gran suite sin interrupciones. Ando sin hacer ruido por el suelo hacia el armario y me doy cuenta de que nunca he sentido una alfombra tan gruesa y suave antes. Es como tener debajo almohadas de algodón. Es celestial. Una ligera sonrisa curva mis labios. Al menos soy capaz de encontrar un rayo plateado en toda esta loca situación. Vivo en una jodida mansión. Y además, podría ser mucho peor.
Mientras vago hacia el armario, no puedo evitar notar la desvanecida esencia del perfume de una mujer que se adhiere a la habitación. La esencia es vieja, pero sigue presente. Ligada como un misterio. Me pregunto brevemente a quién perteneció el perfume.
El gran armario es más grande que mi habitación en casa. La mitad está llena de trajes de diseñador en varios tonos de negro, marino, gris y rayados, un gancho de corbatas de todos colores cuelga en el interior de la pared, ordenadas camisas de algodón descansan en las gavetas junto con varios artículos
masculinos. Un reloj, un portafolios de cuero, gemelos, cambio suelto. Pero la principal cosa que sobresale es que la mitad del armario ha sido vaciada, solo unos pocos ganchos
permanecen junto con una camisola de seda roja colgando de uno de ellos desordenadamente.
Me pregunto qué le pasó a la dueña del perfume y la camisola. Dijo que yo era su primera esclava sexual, así que tal vez ella era una ex novia. Mi cerebro se llena de detalles, dándole demasiado el beneficio de la duda, estoy segura, pero imagino que su relación romántica fallida es debido a su vigorosa agenda de trabajo y su cerrada personalidad. Entra su necesidad por alguien como yo. Sexo regular sin compromiso de una verdadera relación. Presiono las inútiles teorías de mi cabeza, sabiendo que no me harán nada bien. Estoy atrapada aquí con él, indiferente de su pasado y asuntos, tengo que hacer lo mejor de ello.
Una gran parte de mi quiere creer que es lindo, un chico normal quién ha pasado por algo trágico que lo empujó a contratar una esclava sexual, pero la verdad es que no tengo idea. Podría ser un psicótico con predilección por sexo demasiado rudo y manías que nunca imaginé. Bravo por mí.
Hago bolita mi ropa y la meto en una canasta vacía en el estante del armario y regreso a la habitación. Agarro mi teléfono de mi bolsa y me siento en la cama.
Le envío un texto rápido a mamá, y luego a Becca haciéndoles saber que he decidido visitar a un amigo en LA y estaré fuera del pueblo por un tiempo. Sé que es bajo, hacerles saber por un texto que prácticamente
huí, pero espero que entiendan, hay demasiada presión en casa. Tomar algo de las vacaciones de minuto no está fuera del reino de lo posible. De hecho, ambas estarán felices, probablemente.
La respuesta de Becca es una cara feliz, seguida de una nota de que debería tener una ardiente aventura amorosa con un surfista y luego le dé todos los detalles morbosos. Mi mamá solo responde el texto para preguntar cuándo voy a regresar y respondo honestamente, que no sé, pero probablemente no en un tiempo. Me asusta pensar lo que podría pasarle a Becca en el tiempo que esté lejos. En la mañana, le haré saber del dinero.
Las puertas del baño se abren y Drake se encuentra parado ahí expectante. Se encuentra vestido solo con sus bóxer negros y tengo un vistazo remoto y su cuerpo sigue teniendo la habilidad de hacer que mi mandíbula se desquicie, pero me hallo más preparada para él esta vez. Mantengo mi expresión neutral, incluso cuando nunca he visto pectorales tan esculpidos y un paquete de ocho fuera de las revistas de cuerpos de hombres. Es positivamente lamible.
Dejo mi teléfono de regreso en la bolsa y subo a la cama. Tengo curiosidad en cuanto a los arreglos para dormir que tiene pensados.
Estamos en su recámara principal... entonces ¿eso significa?
Aleja el edredón de apariencia suave y esponjosa y dobla las sábanas.
- La compañía es parte del trato para mí. No me gusta dormir solo
-dice, como si leyera mis pensamientos.
Así que ¿el gran Director General le teme a la oscuridad?
Una pequeña parte de mí se siente consolada por este hecho, lo hace más humano de alguna manera. La cama es bastante grande para acomodarnos los dos y si hubiera estado encerrada en una para mí sola toda la noche, me derrumbaría en un desastre histérico mientras la gravedad de mi nueva situación de vida me golpeaba. Hallarme cerca de él significa mantener mi cuidadosa máscara en su lugar. Además, estoy acostumbrada a compartir la cama con Becca desde que éramos niñas, y la idea de dormir sola en un lugar desconocido no me encanta. Me encontraba segura de que los sonidos y rugidos de la casa me mantendrían despierta la mayor parte de la noche, mi mente revolviéndose. Al menos tendré a alguien cerca si algo pasa. Por supuesto es la misma persona que podría rodar hacia mí en la noche esperando sexo. Pero algo me dice que el sexo no pasará esta noche. Tengo que tomar mis oportunidades, no es que tenga opción, me recuerdo. Soy suya para lo que le plazca.
Gateo al lado más apartado de la cama y me hago una bola pequeña, rogando que el sueño llegue fácil.
-De ninguna jodida manera -gruñe-. Por aquí, dulzura.
Exhalo lentamente y deslizo mi cuerpo más cerca de él manteniendo mi espalda hacia él, solo deteniéndome cuando una pared firme de calor varonil me detiene. Envuelve un pesado brazo alrededor de mi cintura y me sujeta más cerca, hasta que mi espalda se encuentra presionada contra su pecho. Mi corazón corre más rápido en mi pecho. Hay algo sobre esta cercanía, el contacto íntimo que me deshace. Aunque estoy acostumbrada a compartir habitación con Becca, ciertamente no estoy acostumbrada a hacer cucharita con un hombre toda la noche. Por no hablar de que yo apenas conozco a quién ya me hizo un charco de hormonas. Dios.
Sus manos fuertes se detienen en mi cadera desnuda y mi respiración instantáneamente flaquea. Sus dedos de abren en mi abdomen, ligeramente acariciándome. Mis músculos se ponen tiesos mientras espero que sus manos presionen entre mis piernas, tomando todo lo que he guardado la mayor parte de mi vida.
-Relájate -anima, su voz es un susurro suave y dormilón-. Nada más va a pasar esta noche. -Sigue acariciándome, mi cadera, mi panza, la parte alta de mi muslo, casi como si me estuviera probando, entrenado para que esté cómoda con él El calor de su aliento contra mi cabello y su mano acariciando mi piel hace difícil relajarme, pero eventualmente lo hago, acostumbrándome a las nuevas sensaciones. Mis ojos se cierran y disfruto del reconfortante toque que me entrega antes de quedarme dormida.
=================
cap 5"¿hay tres de él?"~®™♥
(Cap dedicado a Daiiana06)
No estoy segura de lo que esperaba, pero a la mañana siguiente cuando ruedo en la enorme cama, Drake ya se ha ido. Las sábanas blancas de algodón egipcio arrugadas son el único pedacito de evidencia de que él había estado allí en absoluto. Fue un buen compañero para dormir. Tranquilo y fiel a su palabra, no intentó nada conmigo.
Me estiro perezosamente y me tomo mi tiempo rodando por la cama. En el lujoso cuarto de baño, debato el tomar una ducha, me muero por usar la lujosa ducha de vapor con seis cabezales, pero en su lugar decido hacerlo breve en caso de que Drake me esté esperando abajo.
Después de alisar mi pelo en el espejo, deambulo hacia abajo en busca de café. La casa está completamente silenciosa. Mientras paso por una habitación tras otra en mi camino a la cocina, se siente como si estuviera caminando por un museo.
Drake está sentado en la barra de desayuno, inclinado sobre su iPad con una taza de humeante café expreso colocada cerca.
-Buenos días -digo.
Levanta la mirada para encontrar la mía, su boca curvada hacia abajo en una mueca. Siento como que estoy interrumpiéndolo. Golpea unas cuantas teclas más en su Tablet y luego levanta la vista de nuevo, su ceño fruncido ahora está ausente.
-Buenos días.
-¿Hay café? -Me dijo que debería sentirme como en casa, y por lo tanto, trato de luchar contra la sensación de que debería retirarme a un rincón oscuro de la casa y dejar de interrumpirlo.
Apunta con su cabeza hacia un complicado sistema de preparación de acero inoxidable instalado en una pared. Eso no es una cafetera. Podría muy bien ser una máquina del tiempo por todo lo que sé.
-Mi personal: el ama de llaves y el cocinero son conscientes de tu presencia aquí. Piensan que eres una amiga que se está quedando conmigo. Así que si necesitas algo, no dudes en preguntar. Marta es mi favorita. Puedes confiar en ella, ¿de acuerdo?.
Asiento. -Así que, ¿cuál es nuestra historia? Sobre cómo te conozco.
Una arruga penetra su frente mientras piensa en eso. -Eres la hermana menor de un amigo de la universidad. Estás en Los Ángeles tratando de ser modelo y te ofrecí un lugar para quedarte hasta que consigas un trabajo. ¿Cómo suena eso?.
-¿Una modelo? -¿Yo? Me echo un vistazo a mí misma y casi ruedo los ojos. No tengo los requisitos de altura o peso para ser modelo-. Vamos a hacer que al menos nuestra historia sea un poco creíble.
-Sí. Una modelo. Y es creíble.
Muerdo mi labio inferior, internalizando esta información de la forma en la que me él ve. -Está bien. -Lo que sea-. ¿Ese hermano mío tiene un nombre?. Piensa en eso.
-Anthony.
-No soy italiana.
-Muy bien, John.
-¿A dónde fueron John y tú a la universidad?
-Harvard -afirma sin pestañear.
Vaya. Impresionante. Supongo
que la casa de varios millones de dólares ubicada directamente en la playa en Malibú y las dos empresas funcionando tiene sentido. Tiene una educación de primera clase. Es inteligente, poderoso y sexy. En conjunto, una combinación letal. Aun no entiendo cómo está soltero.
- ¿Eres originalmente de la costa oeste? -pregunto.
Asiente. -Connecticut.
Justo en ese momento, suena el timbre, es una campana odiosa que continúa por lo que parece una eternidad. Mis ojos van a los suyos.
-¿Esperas a alguien?
Pone la taza de porcelana con café sobre el mostrador.
-Supongo que es una buena cosa que se nos ocurriera esa historia -dice, luego se dirige a abrir la puerta.
¿Qué demonios?
Estoy de pie en su cocina usando una camiseta holgada que me dio anoche, sin sujetador, y pantalones de algodón delgados sin bragas, y aparentemente, estoy a punto de conocer a alguien de su vida. Perfecto.
Segundos después, Drake vuelve a entrar en la cocina, flanqueado por dos hombres que comparten sus mismos rasgos. El parecido es asombroso. Mi primer pensamiento es:
¿hay tres de él?
Es abrumador tenerlos a todos en la misma habitación, todos sus brillantes ojos azules mirándome.
-¿Quién es? -pregunta uno de los parecidos a Drake con una sonrisa arrogante. Sus ojos me están devorando y su boca se curva en una sonrisa torcida. Parece ser un par de años más joven que Drake, lo que hace que me dé cuenta por primera vez que Drake tiene que tener un par de años más
que yo.
-Sophie, estos son mis hermanos. -Apunta a la versión más joven con la sonrisa engreída de sí mismo-. Pace. -Y luego a la versión un poco más alta con ojos amables-: y Collins.
-Hola. -Tiro del dobladillo de la camiseta que estoy usando, demasiado consciente de mi estado sin sujetador. Mierda, y estoy segura de que mi pelo también es un desastre malvado-. Encantada de conocerlos.
-¿Tu conquista de anoche sigue aquí? -La boca de Pace se curva en otra de esas sonrisas desiguales que ya estoy llegando a amar.
-Sophie es la hermana menor de John.
-¿John? -preguntan ambos al unísono. Aquí vamos. Tiempo para probar la historia.
-John... de Harvard. Era uno de los amigos de Derek.
Ambos hermanos asienten como si esto tuviera mucho sentido. Supongo que hay un montón de Johns en Harvard, y ya que no tienen ninguna razón para dudar de él, aceptan rápidamente la historia. Exhalo un pequeño suspiro de alivio mientras Drake termina de explicar que acabo de mudarme de Los Ángeles y estoy buscando un trabajo como modelo, así que me ofreció un lugar para quedarme, ya que tiene como quince habitaciones vacías.
-¿De dónde eres originalmente? -pregunta Collins.
-Boston -suelto sin pensarlo. Ahí es donde está la Universidad de Harvard, pero me estremezco dándome cuenta de que me falta totalmente el acento indicador de Boston. Bien hecho, Sophie.
-¿Así que ustedes no son, como, un elemento, entonces? -presiona Pace. Mira mi atuendo, es obvio que he dormido con la ropa de Drake.
-No -responde Drake sin ofrecer nada más.
-La aerolínea perdió mi equipaje -explico, señalando mi ropa.
-Bastardos. -Pace me sonríe de nuevo.
-Soy Collins. Es un placer conocerte. -El mayor de los tres extiende su mano hacia la mía y le da un cálido apretón, su enorme mano encierra por completo mi propia palma. Sus ojos azules se arrugan en las esquinas y parecen ver demasiado, es la misma sensación que siento al mirar directamente los ojos de Drake.
-Igualmente.
-Ignora a estos dos idiotas. Bienvenida a la Ciudad de los Ángeles. Si necesitas algo... por favor, házmelo saber -dice.
-¿Tatianna no es una modelo, hermano? -pregunta Pace mientras mira a Collins.
-¿Quién? -Los ojos de Collins aún no se han desviado de los míos.
-Tu novia -le recuerda Pace-. Tu muy comprometida y seria novia. Drake casi se atraganta con su risa.
-Cierto. Sí, eso es lo que quise decir. -Collins endereza sus hombros-Si necesitas algo mientras estás aquí tratando de establecerte, házmelo saber, y veré si puedo ayudar.
Pace y Drake se están riendo de su hermano mayor. Al verlos interactuar, puedo ver que son una familia muy unida y de inmediato extraño a Becca. A pesar de que ha pasado un tiempo desde que ella y yo pudimos simplemente divertirnos y bromear de una forma tan despreocupada. Últimamente han habido demasiados hospitales, demasiado estrés, y también demasiadas cuentas para recordar siquiera cómo reír, mucho menos respirar.
-Gracias, te lo haré saber. -Inclino mi cabeza hacia el suelo. Mi deseo por el café se ha ido, todo lo que quiero hacer es huir de esta cocina y de estos tres
hombres grandes que están observándome de cerca. Quiero tomar una ducha, ponerme un maldito sujetador y vestirme.
-Qué demonios, Coco, ¿no tienes nada de Stella que ella pueda ponerse hasta que la aerolínea encuentre su equipaje? -pregunta Pace, lanzándole un puñetazo fingido a Drake.
La mirada que él le dispara es similar a una bomba atómica explotando en la cocina. Nota mental: No enfadar a Drake, o Coco... o como sea que se llame.
Quienquiera que sea ella, el lenguaje corporal de Drake grita que el nombre de Stella no debería ser mencionado en su presencia. Por supuesto, esto sólo me pone más curiosa.
-Llamaré a Marta -dice Drake, en lugar de responder la pregunta directa.
-¿En su día libre? -Collins levanta una ceja.
Observo su intercambio con fascinación, tengo la sensación de que hay mucho que no está siendo dicho y que necesito un traductor para ponerme al día.
Drake se gira hacia mí, su expresión suavizada.
-Sube y dúchate, si quieres. Puedo darte ropa limpia para que te cambies hasta que Marta pueda llegar aquí. Olvidé que hoy tengo planes para ir a jugar golf con mis hermanos. Pero ella te llevará de compras y te conseguirá todo lo que necesites. Hasta que llegue tu equipaje -añade, dándome una sonrisa.
-Está bien -murmuro. Odio sentirme tan indefensa, pero no puedo hacer nada más que depender de él, mi nuevo y confuso amo. Antes de retirarme por las escaleras, les doy a ambos hermanos otro apretón de manos e intercambiamos despedidas. Luego me dirijo a la seguridad de la habitación principal, necesitando unos minutos a solas para recuperarme de toda la testosterona tomando lugar en la cocina.
⭐✏✏✏
Si lo se soy malditamente un amor, dos cap en un día. solo yo lo algo por mis cachorr@s Os amo... Muuuua.
Les exhorto a que se den una vuelta por mis otras historia las cuales encontraran en mi perfil.
Si quieres el próximo solo haz me lo saber por un comentario o mensaje que yo gustosa les complasco.
Voten y comenten que su fiel servidora le agradece✏✏✏⭐✏✏✏
=================
cap 6"mi propiedad"~®™♥
Una vez que estoy sola en el piso de arriba, sé que no puedo retrasar más la llamada telefónica que necesito hacer. Me siento en el sillón tapizado en la suite principal y marco al celular de mi mamá, esperando ansiosamente que conteste.
-¿Sophie?
-Sí, soy yo mamá. -Con todo lo que ha pasado en las últimas veinticuatro horas, es más palpable de lo que creía el sólo escuchar su voz.
-¿Dónde estás? -pregunta.
-En Los Ángeles, en casa de un amigo. Necesitaba un tiempo lejos, un descanso.
Está tranquila y sé que está procesando lo que le he dicho. No tengo amigos en Los Ángeles, pero no me cuestiona.
-Este amigo con el que me estoy quedando... es dueño de una empresa y amablemente se ofreció a um... -me tropiezo con mis palabras, tomando una respiración profunda. Dios, soy muy mala mintiendo-. Se ofreció a der el dinero para poner a Becca en el programa de prueba.
-¿Qué has hecho, Sophie? -su tono es desesperado y más duro de lo que recuerdo.
No es la reacción que estoy esperando.
-El dinero está en tu cuenta. Úsalo para darle a Becca los cuidados que necesita. -Mi voz es casi clínica mientras lucho para mantener mis emociones juntas. Ni una sola vez en mi imaginación más salvaje pensé que mi madre sospecharía de mí. Por supuesto que sabía que preguntaría de dónde salió el dinero, pero pensé que estaría muy agradecida y que aceptaría la historia de un generoso donante anónimo, sin argumento.
No dijo
nada más sobre el dinero, pero la escucho sorber. -¿Hasta cuándo vas a estar fuera?
-Un tiempo -confirmo. -Cuídate.
-Lo haré. Sólo cuida de Becca. Las amo.
-¿Sophie? -Oigo la voz de Drake en la sala antes de que entre al cuarto.
Lanzo mi teléfono abajo sobre la silla y me pongo de pie, secándome rápidamente mis mejillas con el dorso de las manos. -¿Sí?.
Sostiene una taza de café en un platillo y con un cántaro en miniatura de crema. -No tuviste tu café.
El gesto es dulce e inesperado. Acepto la taza de él, la bebida aromática es exactamente lo que necesito ahora mismo. Hay un paquete de azúcar y una cuchara pequeña en el platillo.
-No sabía cómo lo tomas.
-Con crema y azúcar.
-Así es perfecto. Gracias.- Asiente.
-Todo... ¿bien?.
-Sí. -Enderezo mi columna vertebral. No pagó por el drama y estoy segura de que no quiere oírme hablar de mis problemas en casa-. Acabo de llamar a mi mamá. Todo estará bien ahora. -Al menos eso es lo que estoy diciéndome a mí misma.
Un ceño fruncido momentáneamente arruga su frente, antes de que su expresión se vuelva la relajada y neutral que he llegado a esperar. -Marta debería estar aquí en una hora. Probablemente querrás prepararte.
-Gracias de nuevo. -Me llevo el café a los labios y veo cómo sale de la habitación.
Después de terminar mi café, decido prepararme para la llegada de Marta. Arreglo un baño de burbujas
en la bañera extra grande y me hundo en el calor, dejando el agua caliente alejar mi tensión de antes.
La canasta junto a la bañera está equipada con todo lo que pudiera necesitar y más; sales de baño de lujo, champú, acondicionador, exfoliante facial, máquinas de afeitar, jabones líquidos y en varios olores diferentes. Me pierdo en el proceso, enjabonando mi cabello y piel, y disfrutando del momento tranquilo y el fragante aroma de las hierbas que me envuelven.
Hasta que escucho la puerta del baño abrirse.
Chillo y buceo para cubrirme bajo las burbujas cuando la perezosa sonrisa de Drake ilumina toda su cara y hace que mi vientre se vuelque.
-Nada que no haya visto, dulzura. Relájate. Voy a darme una ducha. ¿Tengo que usar otro cuarto de baño, o estás bien con esto?.
Umm, vamos a ver. ¿Estoy bien con el hecho de que ahora vivo con un hombre que está aparentemente cómodo compartiendo un baño conmigo mientras los dos estamos desnudos como aves?. La privacidad solía ser algo que yo valoraba. Me limito a asentir.
Retuerce uno de los pomos de la ducha cerrada de cristal gigante y el agua brota de la cabeza de ducha tipo lluvia desde el techo, entonces tira su camisa por su cabeza y sale de los pantalones de algodón que está usando. Vislumbro un firme culo duro antes de cerrar mis ojos de golpe. Jesús...
¿Se pasa todo su tiempo libre en el gimnasio?
La necesidad de mirar su cuerpo desnudo y musculoso me está volviendo loca. Puedo oír el agua contra el suelo de la ducha de piedra y el
sonido es enloquecedor. Es como que te digan que hay una pintura al óleo que no tiene precio en la pared y está prohibido mirarla. Básicamente, es la tortura. Ya sé cómo se ve su virilidad, pero el deseo de robar un vistazo al resto de su cuerpo es casi abrumador. Resisto la tentación, pero apenas.
Termino rápidamente mi baño, agradecida de que ya me había lavado antes de que Drake decidiera unirse. Aseguro la enorme toalla mullida blanca alrededor de mi cuerpo y salgo del baño tan pronto como me es posible, dejando un charco de agua en el suelo en mi estela.
En lugar de vestirme con la ropa de ayer, sigo el ejemplo de Drake y me pongo la ropa que dejó para mí; otra gran camiseta, esta vez pantalones de deporte, luego me aventuro abajo para una recarga en mi café.
Sus hermanos están todavía en la cocina y Pace está saqueando la nevera mientras Collins se sienta en la isla, hablando por su teléfono celular y viéndose perturbado.
-Así que, jugarán al golf hoy, ¿eh? -Intento hacer una pequeña charla.
-¿Quieres venir con nosotros? -pregunta Pace.
Miro mi conjunto. -No creo que esté vestida para ello.
Se ríe.
-Es cierto. Pero le daría a los ancianos en el country club de Collins algo de qué hablar que no sea el desempeño de las acciones.
Miro con nostalgia la máquina de café y luego abajo en mi taza vacía.
La sonrisa de Pace está de vuelta. Dios, esa cosa se está volviendo adictiva. -Ven aquí, hermosa. Te voy a enseñar.
Toma la taza de mí y la pone abajo en la pequeña plataforma abierta y me muestra qué botones apretar mientras murmura
para sí mismo acerca de la maldita máquina pretenciosa. Las opciones son abrumadoras para una simple taza de café. Nunca he sido buena con los gadgets y esto es como un tener un barista en vivo. La pantalla LED confirma mi pedido; café pequeño, y toco servir en la superficie táctil. Soy recompensada con el sonido de satisfacción del café comenzando a verterse en mi taza y otra de las sonrisas adorables de Pace.
Después de añadir un chorrito de leche y un poco de azúcar en mi café, veo a Drake entrar en la cocina. Está vestido con elegantes pantalones color caqui gris oscuro y una camisa blanca que se extiende a través de su pecho musculoso. Caray, son como un equipo de polo o un anuncio de colonia masculina. Ya sabes, uno de esos en los que están con los pantalones blancos y los pies descalzos navegando en un yate, sonriendo con relucientes dientes rectos. La intensa mirada de Drake que puedo sentir muy dentro de mí, junto con la sonrisa torcida de Pace es, abrumador.
Pongo mi café en la isla con manos temblorosas mientras Drake camina hacia mí.
Colton
Me acerco a Sophie donde está de pie cerca de la isla de la cocina, es imposible evitar que mis ojos se deslicen hacia abajo por sus curvas. Sus pezones se han endurecido en contra de la camiseta que lleva puesta. Mi camiseta. No me gusta que esté en exhibición delante de mis hermanos. Y Pace necesita mantener sus malditos ojos para sí mismo. Si veo esa sonrisa tonta idiota en su cara una vez más, voy a quitársela de un
golpe.
Mirándola, e imaginando lo que hay bajo esa camiseta, lucho por mantener mis pensamientos limpios. Mi mente se distrae de nuevo a la noche anterior cuando se desnudó para mí.
En la subasta cuando mantuvo los brazos cerrados sobre sus pechos, asumí que había algo que se encontraba escondido. No pensé que fuera algo tan grotesco como un tercer pezón, pero había pensado que tal vez tenía una marca de nacimiento, o un lunar, o alguna otra imperfección que quería mantener oculta a los hombres ofertando sobre ella. Pero no había tal imperfección.
Sophie era malditamente deliciosa. Desde sus completas tetas pesadas con pequeños pezones de color melocotón, con su largas y bronceadas piernas hasta su desnudo coño, que había sido bastante inesperado. Mi pene duele de sólo pensarlo. Se había desnudado a sí misma para mí anoche. Su valor era casi abrumador. Pensó que yo era el que tenía el poder en nuestro pequeño cambio, pero fui lo suficientemente inteligente como para saber, sin lugar a dudas, que era ella.
Acecho más cerca y sus temblorosas manos ponen la taza y el plato en la mesa, pero sus ojos se quedan en los míos, como si hubiese recordado lo de anoche. Me alegro de que no se encoja hacia mí, y menos delante de mis hermanos.
-Marta se hará cargo de ti hoy, va a conseguirte lo que necesitas, ¿de acuerdo?.
Asiente, su postura insegura. No había planeado dejarla
hoy. Tengo que trabajar el resto de la semana, así que planeé disfrutar de ella en las muchas habitaciones de mi casa, pero si echo a mis hermanos ahora, nunca voy a escuchar el final de ello.
-¿Qué tal después? -Levanta la mirada y guiña esos hermosos ojos azules hacia mí. Trato de leer su mirada. ¿Vacilación? ¿Interés? Me encojo de hombros. Estoy seguro que no es nada más que una mera curiosidad de cuando voy a tomar su virginidad. Eso sería lo único obvio en su mente. Es su propósito de estar aquí.
Me inclino para susurrar cerca de su oído, con cuidado de que mis hermanos no escuchen. -Disfruté de mi polla en tu boca anoche.
Traga y deja escapar un pequeño suspiro, inaudible para nadie más que yo. El sonido hace que mi pene crezca en mis pantalones. Joder.
Levanto una mano y le acaricio la mejilla con el dorso de los nudillos. - Eres muy buena en chupar pene, lo sabes, ¿verdad?.
Busco sus ojos por su reacción, pero esta información se ve como nuevas noticias para ella. Está bien, quizás es sólo buena chupando el mío. Incluso una mejor noticia. Sus mejillas son de color de rosa y sus ojos miran alrededor, revisando para ver si mis hermanos nos escuchan. Lo están, pero estoy seguro de que están actuando como si no lo estuvieran.
Lame sus labios, completamente inconsciente de cuán erótica es esa vista para mí. ¿Es posible jugar al golf con una erección rabiosa? Al parecer, estoy a punto de averiguarlo.
-Disfruta de tu día con Marta, pero luego estate lista para mí esta noche. -No es una petición y simplemente asiente.
Salgo con mis hermanos, lanzando mis palos en la parte posterior de la SUV de Collins y después subo al asiento del copiloto. Había olvidado por completo el golf hoy. Odiaba el golf, pero Collins se había unido al Beverly Hills Country Club para cortejar a algún cliente, y estuvo sobre mí y Pace para unirnos a él en el golf y así poder sentir que su dinero valía en el caro club.
-Entonces, ¿estás follándola o qué? -pregunta Collins antes de que estemos incluso fuera de mi casa, sin perder ni un segundo.
-¿De verdad vamos a hablar de esto como si estuviéramos de vuelta en la escuela secundaria? -pregunto, manteniendo mi expresión de aburrimiento y fija en la carretera.
-Maldita sea, sí que lo haremos. -Pace se inclina hacia adelante entre los asientos, descansando sobre la consola-. Es caliente y lo sabes. Lo suficientemente caliente para que Collins se olvidara de su novia supermodelo.
Eso era jodidamente divertido. Nada hacía temblar a Collins.
-Nadie te culparía si lo estuvieras -continúa Collins. -Después de lo que esa perra pelirroja te hizo.
¿Por qué en la mierda todo el mundo hablaba de Stella? Me muerdo, saboreando la sangre.
-No estoy follándomela -contesto. Al menos no todavía-. Es la hermana de mi amigo -les recuerdo.
-Correcto, John de Harvard. -Collins sonríe. Sabe tan bien como yoque Sophie no es de la costa este. ¿Por qué carajos dijo que era de Boston?.
-Bueno, no es la hermana de mi amigo, y tengo una habitación en mi apartamento. Me quedo con ella si no la quieres -responde Pace, completamente distraído.
No la va a llevar a ninguna parte, pero no estoy a punto de participar en una discusión infantil sobre mi propia propiedad.
Ya sabéis qué que quiera una dedicatoria para el próximo cap
Sólo haga me lo saber por comentario✏✏ o mensaje privado
Un besote enorme para mis cachorr@s. (love)
=================
cap 7"Stella"~®™♥
Con un nombre como Marta, esperaba una desaliñada anciana ama de llaves con un moño gris y zapatos cómodos, ciertamente no a la rubia de veintitantos años que aparece en un lindo vestido y sandalias de tiras con un bolso Chanel colgado del hombro.
-¿Sophie? -pregunta, quitándose las enormes gafas de sol que cubren sus ojos.
-Sí. ¿Marta, supongo?.
Asiente y extiende su mano.
-Necesitas vestuario, ¿no? -Su mirada viaja por mi cuerpo, notando la ropa holgada de Drake y se muerde el labio. Luego saca un par de pantalones cortados y una camiseta sin mangas de su bolso y me los entrega. -Colton dijo que necesitarías algo prestado por hoy.
-¿Colton? -pregunto, aceptando la ropa.
Frunce las cejas. -¿Colton Drake? El hombre en cuya casa te estás quedando.
Asiento. Colton Drake. Incluso su nombre es sexy. No me había dado exactamente un nombre falso después de todo. Sonrío cuando recuerdo a Pace llamándolo Coco esta mañana.
-La mayor parte de su personal lo llama señor Drake. -Se encoge de hombros-. Pero él es sólo Colton para mí.
Interesante. Me pregunto qué más es de él. Es pequeña y hermosa, con su piel bronceada y rizos rubios, me siento cohibida en su presencia.
Cuando regreso del baño de invitados por el pasillo, estoy vestida en los pantalones cortos y camiseta, sintiéndome agradecida por algo que usar, incluso si es un poco apretado, y luego recupero mi
bolso y zapatos del piso de arriba.
-¿Lista? -pregunta.
Asiento y la sigo hacia afuera en la brillante luz del sol.
Me subo al pequeño auto deportivo rojo descapotable a su lado, tirando de los pantalones demasiado cortos.
Presiona un botón cerca del espejo retrovisor y el techo baja y se pliega perfectamente en el maletero. Supongo que tendré que acostumbrarme a mi nueva vida en Los Ángeles.
-¿Cómo dijiste que conocías a Colton? Él fue un poco vago en los detalles -pregunta, saliendo del camino de entrada privado.
Repito la historia que él y yo acordamos y ella asiente sin cuestionarme.
-¿Qué te dijo Drake, quiero decir, Colton sobre mí? -pregunto.
-Dijo que te quedarías por un tiempo y que necesitarías casi de todo.
-Oh.
Me quedo tranquila mientras miro el camino escénico por el que estamos cruzando, recordando la llamada telefónica con mi mamá.
-Escucha, Sophie, sé que no es mi es de mi incumbencia curiosear, pero si estás en algún tipo de problema, si necesitas algo... incluso una amiga que te escuche... estoy feliz de ayudar.
Supongo que sonó sospechoso. Que apareciera de la nada sin ninguna prenda de ropa. -No, no es nada así. Sólo un nuevo comienzo -Sonrío, tratando de aligerar el ambiente.
-Bueno, la oferta sigue en pie. Y conozco a Colton mejor que nadie. No es como si él simplemente deja que una mujer se mude.
Trago y me pregunto qué quiere decir. Me doy cuenta de que Marta
podría darme información sobre él, probablemente más que cualquier persona.
-¿Cuánto tiempo has trabajado para él? -Quiero preguntar acerca de qué hace exactamente, pero no estoy segura de sí hay una forma educada para la palabra.
-Oh Dios, Colton y yo tenemos bastante historia. ¿Por dónde empiezo? -Se ríe y le echo un vistazo. Su sonrisa es preciosa, y sus ondas rubias derivan alrededor de su rostro con la suave brisa, pero todo en lo que soy capaz de concentrarme es su familiaridad implícita con mi nuevo propietario.
¿Han dormido juntos?
¿Están actualmente durmiendo juntos?
No sé por qué no se me ocurrió antes, pero Colton no tiene la obligación de serme fiel. Un pensamiento que hace que se me acalambre el estómago. Mientras estoy dándole una mamada en privado y dándole la parte más preciada de mí, él podría estar fuera follando a otras mujeres. Mujeres hermosas y confiadas como Marta. Sabía que esta situación no iba a ser ideal, pero nunca imaginé que estaría viviendo con un elegible hombre soltero como Colton Drake. Ya está afectándome de maneras que no anticipé.
-Mm, vamos a ver. He sido su asistente personal por... -Frunce los labios-. Seis años ahora. Empecé en su oficina como recepcionista, pero nuestras personalidades hicieron clic y comencé a trabajar para él personalmente un breve período de tiempo después de eso. Tener a alguien en quien pueda confiar en su casa y vida privada es importante para él.
Asiento, pero la verdad es
que no lo conozco en absoluto. Es extraño pensar que sé cómo se ve desnudo, pero en realidad no lo conozco conozco. Y quiero hacerlo. ¿Por qué es tan exitoso a una edad tan joven, y por qué en el mundo fue a la subasta en primer lugar?. Las preguntas queman a través de mi mente como un rugiente infierno.
Pasamos la tarde en varias tiendas boutique, donde intento comprar vaqueros, pantalones cortos, vestidos de verano y camisetas, todo con la tarjeta dorada de Colton Drake que Marta azota en cada transacción. Por una vez, realmente tengo dinero, pero después de que Marta me reprendió por intentar pagar y dijo que Colton ordenó que todo fuera a su tarjeta, dejé de luchar contra ello.
Ya tenemos varias bolsas de compras llenas de ropa y estamos en nuestra última parada del día. una boutique de lencería por algunos sujetadores y bragas muy necesarios.
Estoy rebuscando en un aparador de sencillas bragas de algodón, de esas que llenan mis cajones en mi casa, cuando tengo la sensación de la presencia de Marta a mi lado. Mira el bonito par de pantaletas de color amarillo pálido adornado con encaje y frunce los labios.
-Colton prefiere los colores oscuros - dice.
Mi estómago se retuerce otra vez por su implícita familiaridad con el hombre con quien actualmente estoy compartiendo una cama. Quiero discutir, decirle que no es así entre él y yo, pero en su lugar, dejo caer la prenda olvidada en el recipiente y sigo buscando. Por el rabillo de mi ojo, puedo verla mirándome con recelo. Tal vez esa era una
prueba, y acabo de responder su pregunta acerca de mi relación con él sin decir ni una sola palabra. Oh, bueno. Tengo una relación sexual con él, o por lo menos voy a tenerla pronto, y no tendrá sentido ocultarlo.
Abasteciéndome de bragas negras y azul marino y sujetadores a juego, encuentro a Marta navegando en el área de liquidación de la tienda. No parece el tipo de persona que necesite comprar en la sección de descuento, pero en secreto me gusta que sea ahorrativa. Yo también lo soy.
No se me olvida que es probablemente mi mejor fuente de información sobre Colton. Quiero decir, vaya, ni siquiera sabía su primer nombre antes de que me lo dijera. Me pregunté qué más podría conseguir que soltara.
Cuando me ve acercarme, me sonríe de nuevo.
-¿Lista?.
-Creo que sí... -Tengo un brazo lleno de ropa interior- Pero tómate tu tiempo. -Hoy ha sido todo sobre mí, algo a lo que no estoy acostumbrada. Puede deambular si quiere-. Eso es lindo. -Asiento hacia el sujetador rojo que sostiene.
-No tienen mi talla. -Lo mete de vuelta en el estante y sigue mirando. Reúno mi valor.
-¿Marta?
-¿Hm? -dice, sosteniendo una camiseta sin mangas con lentejuelas.
-¿Quién es Stella?.
Sus ojos se encuentran los míos.
-¿Te contó sobre Stella?.
Mierda
Su tono acusatorio y mirada fría es demasiado, eso, o mi conciencia es demasiado grande. Mi mirada cae al suelo.
-No exactamente. Sus hermanos se pasaron en la mañana, y su nombre podría haber salido... -...Y su habitación huele a perfume
rancio y la mitad de su armario parece como si hubiera sido vaciado a toda prisa, añado mentalmente.
Marta sigue buscando en el estante de los sujetadores con descuento, sus cejas fruncidas como si estuviera recordando un mal recuerdo. -Él no ha sido el mismo desde Stella. Ella le hizo un maldito número -murmura en voz baja.
Realmente no puedo imaginar a alguien lastimando al siempre controlado Colton Drake, pero por otra parte, no tengo idea de su pasado, al igual que él no tiene idea del mío. Pero pretendo averiguarlo.
Varias horas más tarde, Marta me deja en casa de Colton. Compramos tanto, todas mis bolsas de compras apenas caben en su pequeño asiento trasero y maletero. Marta me ayuda a llevarlas para adentro y subir las escaleras. Marcha con propósito hacia el dormitorio de Colton, como si fuera una ruta familiar. La pequeña punzada de curiosidad está de vuelta. También noto que no hay duda acerca de donde me voy a quedar, ni siquiera fingió suponer que me quedaba en una de las habitaciones para invitados.
Pone las bolsas en el suelo dentro del gigantesco armario y se gira hacia mí. Me ofrezco a cambiarme la ropa que me prestó por el día, pero hace un gesto para descartarlo.
-Gracias por todo lo de hoy.
Asiente. -Por supuesto, como amiga de Colton, estoy segura de que nos veremos un montón la una a la otra. Y en serio quise decir lo que dije antes, si necesitas algo, una amiga para tomar un café o beber, o simplemente una mujer con quien hablar cuando él te vuelva loca... llámame.
Acepto su número de teléfono, preguntándome qué quiere decir acerca de él volviéndome loca.
Una vez que Marta me deja sola, me siento un poco incómoda poniendo mi ropa en el lado vacío del armario una vez ocupado por las cosas de Stella. Pero tal vez esa es la intención de Colton al traerme aquí: que yo reemplace los malos recuerdos que ella dejó atrás.
Si eso es lo que quiere, lo haré. El cielo sabe que también estoy huyendo de mi propio equipaje. Estoy aquí por el dinero, pero a medida que el nudo que había tomado residencia permanentemente en mi estómago disminuye con cada hora que pasa, me doy cuenta que no es lo único que esta nueva forma de vida me puede proporcionar.
Estar aquí en Los Ángeles, en esta mansión, me trae una sensación de alivio de la constante preocupación y el dolor con el que vivo cada día. Extraño a mi familia, bueno, en su mayoría a Becca y por supuesto que me preocupo por su salud, pero no está girando sin descanso en mi cabeza como antes.
Debería sentirme culpable por esta comprensión, pero honestamente, es un alivio.
=================
cap 8" ¿estas durmiendo con ella?"~®™♥
Colton
Antes que dejemos el club campestre, me detengo en la tienda boutique de regalo. El conjunto de camisola y panty con volantes de encaje azul colgando en la ventana llama mi atención, me hace recordar las bragas azul pálido de Sophie de anoche. Y como un barco a un faro de luz, me encuentro dirigiéndome directamente hacia ellos.
-¿Puedo ayudarle a encontrar algo? -La vendedora me pregunta detrás del mostrador, dejando su mirada vagar por mi pecho tonificado y detenerse en el área directamente debajo de mi cinturón -Algo para su novia, ¿quizás? -pregunta.
Carece de su sutileza. Todo lo que ella ve cuando me mira es una polla gorda y una billetera más gorda. Si estoy en este club, significa que tengo dinero, pero después del monstruo rojo del infierno, me repulsa pensar en estar con una mujer así otra vez. Sólo porque ella lanza una sonrisa bonita en mi camino y se caería a sus rodillas a mis órdenes no significa que puede tener mi corazón.
Chicas como ella solo están interesadas en el estilo de vida que les puedo proveer (la riqueza, el estatus) no el hombre de adentro. Lo cual es por qué no estoy interesado en nada más que lo que he arreglado con Sophie. Limpio y separado del resto de mí. Sexo e intimidad no tienen lugar juntos.
-Estoy bien, gracias. -Sé que Marta tendrá todo cubierto hoy, pero eso no me detiene de mirar alrededor mientras espero por Pace y Collins a que terminen en el vestuario.
Estoy caliente y cansado después de jugar treinta y seis hoyos de golf, pero me gustaría mucho ducharme en la casa donde puedo ponerme ropa limpia después, que aquí con un montón de hombres. Y yo no estaba bromeando cuando le dije a Sophie para que esté lista para mí cuando llegue a casa. El preludio de anoche no fue suficiente. No he dejado de pensar en su boca deliciosa o sus exuberantes tetas una vez.
Moviéndome más allá de las filas de las bragas de seda y camisolas de encaje me detengo al lado de un escaparate de lociones y aceites. Agarrando uno de las botellas, me dirijo a la caja a pagar.
-Buena elección. -La cajera me sonríe ampliamente.
Ignorándola, compruebo mi Rolex. Me pregunto si Sophie y Marta están de vuelta ya. La vendedora, obviamente molesta por mi falta de atención, a pesar de su top ajustado desabrochado para mostrar la parte superior de su sujetador, mete mi compra en una bolsa de regalo y lo empuja hacia mí.
Encuentro a Pace y a Collins en el gran vestíbulo del club, rehidratándose con botellas de agua. -¿Están listas, señoritas? -pregunto.
Collins me lanza una botella de agua.
-Vamos -le dice a Pace-. Tenemos que llevar a la princesa a casa a tiempo para su mamada.
Sí, por favor.
***
La casa está silenciosa cuando regreso y deambulo por las habitaciones de abajo, comprobando la cocina y el comedor antes de ir arriba. La decepción me recorre con la idea de que ella no ha regresado todavía. Por lo menos puedo conseguir ducharme antes que ella vuelva. Lo menos que puedo hacer es lavarme antes de que espere que devore mi polla.
Quitándome la camisa sobre mi cabeza mientras me dirijo hacia mi habitación, me sorprendo al encontrar a Sophie sentada en el centro de mi cama con su teléfono en su regazo y un ceño fruncido en su rostro.
-¿Todo bien?.
Se sobresalta al oír mi voz y deja caer el teléfono sobre la cama. Su mirada vaga perezosamente hacia mi pecho desnudo y su ceño fruncido desaparece.
Buena chica.
-Está bien. -Pone su teléfono a su lado en la mesita de noche. Me pregunto si estaba hablando con alguien de su casa otra vez-. ¿Cómo estuvo el golf?.
-Caliente. Voy a ducharme.
Ella asiente, sus ojos no atreviéndose a alejarse de los míos, aunque puedo decir que está atraída a mi cuerpo.
Me lavo rápidamente, sin esperar a que el agua se caliente, enjabonando mi pecho, abdominales, debajo de mis brazos y por supuesto las partes de mí que quiero en su boca.
Envolviendo una toalla alrededor de mis caderas, entro una vez más al cuarto, pero esta vez Sophie se ha ido.
¿Qué diablos?
Aparentemente necesitamos cubrir algunas reglas básicas. Como regla número uno, estar desnuda y esperando en mi cama para mí todo el tiempo.
Soltando un suspiro frustrado, dejo caer la toalla y me visto antes de ir abajo para encontrarla.
Sophie está sentada en el comedor, el mismo lugar en el que nos sentamos anoche. Sus piernas están dobladas debajo de ella y está sosteniendo un libro en su regazo. Todo en lo que puedo pensar cuando entro a este cuarto es ella en sus rodillas enfrente de mí, tomando mi polla profundamente en su caliente boca. Cristo, ha sido un largo tiempo desde que me he acostado.
Sus ojos se levantan del libro y se fijan en mi cuando me siento al otro lado de ella.
-¿Encontraste algo bueno? -Asiento hacia el libro en sus manos, el cual asumo ha venido de mi biblioteca personal.
-Charlotte Bronte. -Sostiene la portada de Cumbres Borrascosas para mí para ver. Es una oscura y retorcida historia de amor. La historia de mi maldita vida -¿La has leído antes?.
-En la escuela secundaria. Pero no recuerdo mucho de ella. -Baja el libro sobre el cojín junto a ella, dobla sus manos en su regazo y me mira expectante. Está curiosa
acerca de qué va a pasar a continuación
-¿Tienes hambre? -la sorprendo preguntándole.
Asiente con cuidado. Estoy muerto de hambre después de la larga tarde en el curso y cuando alcanzo su mano, con cuidado coloca su palma contra la mía. Me digo que es importante que la tenga cómoda conmigo, pero en realidad, me gusta tocarla.
La conduzco a la cocina. Domingo es el único día que no tengo un personal aquí para preparar las comidas, pero Beth usualmente me deja con suficientes sobras para sobrevivir un día sin ella. Encuentro los ingredientes para sándwiches en envases de plástico etiquetados por la eficiente letra de Beth. Pavo, tiras de tocino crujiente, aguacate, queso gruyere y rodajas de tomate marinado en vinagreta.
Armamos los sándwiches en la isla y tomamos nuestros platos de vuelta al comedor.
-Estoy curioso acerca de por qué estás aquí... -Hago una pausa, mirando su reacción. Obviamente es por el dinero, pero no puedo comprender por qué una chica como Sophie estaría lo suficientemente desesperada para venderse. Es una chica normal de corte limpio para todas las apariencias exteriores, dudo que tenga deudas de juego o una adicción a drogas para financiar. Tomo un mordisco de mi sándwich y espero por su respuesta. Honestamente, tengo sentimientos encontrados acerca de descubrir más sobre ella y haciendo de esto algo personal, pero también soy demasiado curioso como para no preguntar.
Ella parece vacilante al principio
y mastica su comida lentamente, tratando de ganar tiempo.
-Mi hermana está enferma -dice suavemente, tan suave que apenas puedo oírla-. Su cuidado es muy caro -continúa. No es lo que estoy esperando y me sorprende su honestidad.
-El dinero... ¿ayudará? -pregunto.
-Mucho -susurra. Puedo decir que ella tiene sentimientos encontrados acerca de todo esto. Tan aliviada como se ve por cuidar de su hermana, percibo que hay un persistente sentimiento de culpa por dejar la casa durante un tiempo de dificultades.
No tengo intenciones de desnudar mi alma completamente como ella lo ha hecho. No puedo. Dudo que se quedara si conociera la verdadera razón por la que estaba aquí. Y ciertamente no estoy listo para dejarla ir, especialmente antes de que haya cumplido con la promesa de su dulce, tentador cuerpo.
Su respuesta me hace sentir un poquito menos egoísta. Podría haber gastado un millón de dólares para traerla aquí por mis propias necesidades egoístas, pero sabiendo que el dinero va hacia una causa digna ayuda a mi conciencia lo más mínimo.
-Así que vendiste lo único de valor que tenías para salvarla. -Es una declaración más que una pregunta, pero Sophie asiente.
Ella es una chica interesante, y nada como asumí que sería, verla levantarse en esa subasta, desafiándonos a todos nosotros cubriéndose a sí misma. Es dulce y tímida y algo en mí sabe que debería ser cuidadoso
con ella. Recuerdo la manera en que durmió contra mí anoche, dejándome cucharear mi cuerpo alrededor suyo y agarrando mi pulgar como un recién nacido se aferra a su madre una vez encontrado dormido. Su desinteresada decisión de venir a vivir aquí conmigo, un virtual desconocido, golpea algo dentro de mí. Ella es audaz. Una mujer que vale la pena conocer.
Comemos en silencio pesado, cada uno de nosotros procesando esta nueva revelación sobre la naturaleza de nuestra relación.
-¿Cómo perdiste tu virginidad? -pregunta.
Trago el último mordisco de mi sándwich y tomo un trago de agua.
Mierda.
¿Está seriamente preguntándome eso?
Aunque supongo que preferiría contestar preguntas acerca de mi pasado que explique por qué la había comprado.
-Tenía diecisiete. En vacaciones en Italia con mi familia antes de que empezara mi último año de secundaria. Conocí a una chica local y... - Levanto una ceja y Sophie se ríe entre dientes. ¿Qué más se puede decir? Todavía trae una sonrisa a mi boca pensar en yubraine. Ella era cuatro años mayor y no tenía miedo de su abierta sexualidad. El sexo había sido fenomenal. Aunque para ser justos, cualquier sexo habría sido fenomenal para el yo de diecisiete años.
-¿Cómo fueron las cosas hoy con Marta? ¿Confío en que conseguiste todo lo que necesitabas?.
Ella asiente. -Sí, gracias. Marta es...
agradable.
La manera en que la palabra sale vacilante de su lengua me dice que hay más que quiere decir.
-Ella lo es -confirmo. Ella puede también ser dura como bolas cuando lo tenga que ser, que es la razón por la que confío en ella con mis asuntos personales. Ella está constantemente aquí. Está a cargo de mi personal doméstico y también hace cualquier trabajo personal que necesite.
Levanta sus ojos a los míos. -¿Estás durmiendo con ella?
-No creo que eso sea de tu incumbencia, Sophie. -Mi voz sostiene un borde de advertencia. Solo porque estoy siendo amigable y agradable no significa que voy a discutir mi vida personal con ella y ella bien podría acostumbrarse a eso. Está aquí por un propósito y quizás es tiempo de que ambos recordemos eso.
Su mirada se cae de la mía y se mueve incómodamente en su asiento.
-¿Recuerdas lo que te dije justo antes de salir hoy? Asiente. -Sobre mi... mi boca.
Levanto una mano a su mejilla y quito una miga perdida de pan, dejando a mi pulgar frotar contra su labio inferior. Su boca se abre a mi toque y absorbe un respiro. Sostengo sus ojos con los míos, dirigiendo mi pulgar a lo largo de su regordete labio inferior.
-La única cosa que quiero que te preocupes cuando se trata de mi polla es cuán profundamente puedes tomarla. -El doble sentido hace que su pecho enrojezca de calor.
Como una virgen, ambos sabemos que mi tamaño será difícil para ella para acomodarse al principio. Una idea que al principio me molestaba, pero que ahora me excita malditamente. El desafío de ella, la idea de ser el primero para conquistarla, saca a relucir los instintos cavernícolas dentro de mí. Gran jodido tiempo.
-Ve arriba y prepárate para mí. -Me levanto del sofá y le ofrezco mi mano. La toma y se levanta a sus pies. Maldita sea, el diminuto short de jean hace que sus piernas se vean malditamente largas. Es imposible no imaginar cómo se verían envueltas alrededor de mi espalda mientras empujo en ella. La veo alejarse, su culo redondo balanceándose suavemente mientras se retira.
Santo infierno.
Después de llevar nuestros platos a la cocina, me uno a ella arriba.
Sophie está de pie en el centro de la habitación, luciendo completamente perdida como si estuviese esperando por mi instrucción. Solo la manera en que me mira me hace estar medio duro.
Cristo.
Entro a la habitación y me detengo varios metros en frente de ella.
- Quítate la camiseta.
Levanta la camiseta sobre su cabeza y cae al piso al lado de sus pies. Sin esperar a que le diga, sus dedos buscan alrededor para encontrar el broche de su sostén y cae demasiado
lejos. Esa es una buena chica.
Sus tetas son preciosas. Alegres y llenas copas-C. Sé que se sentirían cálidas y pesadas en mis manos y mis dedos picarían para tocar sus curvas suaves. Soy muy consciente de que no la he tocado todavía, pero sabiendo que probablemente se alejaría o se endurecería bajo mi toque me hace dudar. Cuando finalmente la toque, quiero que se arquee en mí y gima mi nombre.
Tiro de mi camisa y luego abro el botón de mis pantalones para hacer más espacio para mi creciente polla.
-Ven aquí.
Alcanzo su mano y ella camina hacia delante, deslizando su mano contra la mía. Tirándola fuertemente contra mí pecho, rodeo una mano alrededor de la parte posterior de su cuello, levantando su rostro hacia el mío.
Presiono mi boca en la suya y sus labios se abren suavemente, aceptándome. Ruedo mi lengua a lo largo de la costura de su boca hasta que se abre contra mí, entonces barro mi lengua dentro, reclamándola con un profundo beso. Su cuerpo se relaja en mis brazos y me encanta la deliciosa sensación de sus pechos aplastados contra mi torso. El contacto de piel a piel es exquisito.
Mi lengua frota a lo largo de ella y Sophie encuentra mi beso empuje por empuje. La intensidad del beso envía un golpe de lujuria directo a mi ingle. No soy capaz de detener que mis caderas se balanceen contra las suyas, mi pene buscando la fricción contra su vientre caliente. Sin romper nuestra conexión, alcanzo abajo y me ajusto, entonces encuentro la mano de Sophie y
la llevo al bulto en mis pantalones. Sin alguna persuasión, su mano comienza frotando mi longitud envuelta en dril, persuadiendo un estruendo bajo en mi garganta cuando ella lo aprieta.
-Muéstrame qué puede hacer esa boca otra vez -gruño, rompiendo el beso.
Ella cae de rodillas en la alfombra y parpadea hacia mí. Joder, ella es hermosa. La urgencia de llegar abajo y acariciar sus tetas, para sentir sus pezones endurecerse bajo mi toque es casi inaguantable. Pero en lugar de eso desabrocho mis pantalones y empujo los vaqueros y pantaloncillos abajo en mis piernas, tomando mi polla en mi mano derecha y ofreciéndosela a Sophie.
Su boca se abre y sus ojos permanecen en los míos. No tengo idea por qué eso es tan caliente, pero joder, lo es. Coloco la cabeza de mi polla entre sus labios y Sophie hace un suave sonido de succión, el calor de su lengua lamiéndome brevemente antes de que me aleje.
-Muéstrame tu lengua.
Lo hace, su lisa, rosada lengua esperando por mí tan seductoramente. Froto la cabeza de mí polla en contra de ella, dejando que su saliva me cubra, sensibilidad dispara directamente a mis bolas. Placer rasga a través de mis venas y ahogo un gemido.
-Eso es. Ábrela más amplia, nena.
Su mandíbula se ensancha y me empujo en la caverna caliente de su boca, tomando cada trozo de placer que
me puede dar. Bombeando mis caderas adelante, me encuentro a la parte posterior de su garganta, arrastrándome dentro y fuera de su boca.
Sophie es una maldita campeona en chupar pollas. Yo no había estado exagerando antes. Su arcadas son prácticamente inexistentes, una habilidad que no he encontrado con muchas mujeres, especialmente teniendo en cuenta mi tamaño. Sus manos se unen a la diversión, envolviéndose firmemente alrededor de mi base y acariciándome mientras su boca sigue llevándome profundo. Dios, esta chica será mi perdición. Aprieto los músculos de mi culo, luchando contra el inminente orgasmo que se dispone a salir de mi cuerpo. Me voy a venir en su boca, y no hay ni una maldita cosa que pueda hacer para evitarlo.
Gruño su nombre y enredo mis manos en su pelo, empujándome más profundo en su garganta mientras exploto. Los ojos de Sophie encuentran los míos y me observa atentamente mientras me vacío en su boca. Es la vista más erótica y aun mientras me arrastro afuera, mi erección se niega a desaparecer.
Cristo, eso fue intenso. Si el sexo oral es fuera de serie con ella, no puedo imaginarme lo que será la penetración. Y ese simple pensamiento bombea una nueva ronda de sangre hacia el sur y estoy totalmente duro y listo otra vez en una fracción de segundo.
Tomando su mano en la mía, la levanto a sus pies. Su boca está hinchada y rosada, sus labios llenos.
La beso ligeramente. -Quédate aquí.
Cruzo la habitación y recupero la bolsa de regalo de la parte superior de mi mesa. Retiro la pequeña
botella de aceite de la bolsa y los ojos de Sophie se ubican en la botella y entonces se precipita hasta mi erección aún ansiosa y traga ásperamente. Su cuerpo entero se paraliza. Se ve aterrorizada.
¿Qué diablos?
-¿Todo está bien? -No entiendo su reacción.
Miro abajo a la botella de aceite que compré más temprano y me doy cuenta que ella cree que es lubricante. Como si solo ásperamente lubricara mi pene y empujara en ella antes de que estuviese lista. Mi estómago cae al piso. Me siento como un imbécil de grado A. la última cosa que quiero de ella es que sienta miedo.
-Es aceite de masaje. -Levanto la botella para mostrarle-. No vamos a follar esta noche, dulzura.
Su alivio es instantáneo. Ella deja salir un profundo suspiro tembloroso y sus hombros caen.
¿Cómo diablos hubiera pensado alguna vez que podría ir a través con esto?
La idea de forzarla a tener sexo conmigo es deplorable.
Cristo ¿qué estaba mal conmigo?
Pero esto es exactamente por qué no había querido a una virgen. Había querido a una chica que fuese para follar, no algo joven y aterrorizado que tendría que tratar con guantes de seda.
Extrayendo una bocanada de oxígeno en mis pulmones, empujo lejos todos los pensamientos eróticos de llevármela y tiro de mis calzoncillos. No la tocaré hasta que sepa que
es lo que quiere. Pero no creo que pueda estar sin su boca caliente alrededor de mi polla. Ahora que sé que está bien chupando mi polla y como de bien ella sobresale en eso, no hay manera de que esté renunciando. Yo no soy tan generoso.
Tengo necesidades y he pagado magníficamente para hacerlos atender.
-Recuéstate sobre tu estómago. -Señalo a la silla chaise lounge. Quizás no esté lista para mí para tocarla sexualmente, pero planeo devolver el placer físico que me ha dado de otra manera.
Se establece en el centro, y levanto su cuerpo hacia un lado, haciendo espacio para sentarme junto a ella. Vuelve su cabeza al lado por tanto puede echar un vistazo a mí, curiosa de lo que voy a hacer.
Vertiendo parte del aceite en la mano, me froto las manos juntas para calentarlo antes de aplicarlo a la espalda de Sophie. Su piel es suave, pero sus músculos están tensos. Que es exactamente por qué tengo que empezar lentamente mi contacto físico con ella y dejarla ir acostumbrándose a mí tocando su cuerpo.
Ella se siente pequeña y delicada bajo mis manos. Froto el aceite en su piel, hundiendo mis dedos en su carne y frotando los nudos entre sus omóplatos. Sophie lanza un gruñido suave al aplicar más presión.
-¿Esto está bien? -Mi voz sale más ronca de lo que me propongo.
-Sí -respira ella.
Dirijo mis dedos
por la pendiente de su columna vertebral, admirando los hoyuelos gemelos en su espalda por encima de su firme culo redondo.
-Colton... -respira ella, su boca curvándose en una pequeña sonrisa feliz.
Marta debe haberle dicho mi nombre. Me gusta el sonido de ello en sus la bios.
Después de frotar todos los nudos, ligeramente masajeo su cuello, clavando mis dedos en su cuero cabelludo. Ella estaba tensa cuando comencé, pero ahora su cuerpo está blando y relajado para mí. -¿Esto se siente bien?.
-Mmmm -gime. El sonido va directo a mi erección siempre presente, y la bestia se flexiona en mis calzoncillos, como para recordarme que existe todavía. Parece que va a ser un accesorio permanente cuando Sophie esté cerca.
Bajando la mirada a su piel cremosa y sabiendo que está en topless hace difícil concentrarse, pero hago mi mejor esfuerzo en frotar su espalda, trabajando en su columna vertebral hasta que estoy masajeando la espalda baja. Los ruidos entrecortados que hace son una distracción como el carajo y los diminutos shorts que lleva me provocan. Quiero darle la vuelta y empujar mis dedos dentro de ella, sentir cómo de apretada y caliente es ella. Por supuesto que no puedo. Todavía. Si primero gano su confianza, el sexo será mucho mejor. Al menos eso es lo que me digo.
Sophie
Cuando me meto en la cama junto a Colton esa noche, me siento sin huesos y relajada.
Nunca se me ocurrió que, luego de dos días en mi nueva situación de vida todavía sería virgen, tendría todo un armario lleno de ropa nueva y estaría en el extremo receptor del mejor masaje que he tenido en mi vida.
Me deslizo debajo de las sábanas, agradecida de que son frescas contra mi piel recalentada. Darle placer así, sintiendo sus músculos tensos bajo mis dedos, inhalando su olor almizclado, viéndole desarmarse, no puedo negar que es excitante. Está tan controlador, tan masculino, es una potente combinación, que mi libido se levanta y toma nota.
Colton se acerca y con una mano, me arrastra más cerca, al igual que lo hizo la noche anterior, cuchareando su cuerpo grande y firme alrededor del mío. Siento que libera un suspiro contra mi oído.
-Buenas noches, dulzura - murmura, sonando medio dormido.
Sé que es totalmente extraño y que no debería bajar la guardia tan rápidamente o fácilmente, pero confío en él. Simplemente lo hago. Tal vez sea la forma en que me mira, o tal vez es porque no ha tenido nada que no sea suyo para tomar, pero sin tener en cuenta, un poco de sentido de la facilidad ha formado su camino en mi cabeza, que me permite relajarme en su presencia. Tal vez sea porque sé que las cosas podrían haber resultado mucho peor. Dios, parte de mí aún no puede creer que había seguido adelante con esa subasta. Sabía que sería una locura, pero el intercambio de seis meses de mi vida para dar a Becca una oportunidad en la vida que merece lo hizo una obviedad. Sería
estúpido no hacerlo. Y, honestamente, nunca había sido una de esas chicas que mantuvieron su virginidad por principio. No había tenido un novio serio con toda la agitación de mi vida familiar y no iba a sólo dársela a cualquiera. Supongo que resultó para lo mejor, ahora que el hombre sería Colton, que no era necesariamente una mala cosa, era malditamente magnífico, y estaba ayudando a mi hermana en el proceso.
Estoy a punto de conciliar el sueño, sintiéndome en paz con mi decisión, cuando un repentino pensamiento de mi ensueño aparece. Y si todo esto... la bondad, la cosa del no-sexo, tal vez estaba tratando de calmar a una falsa sensación de seguridad, para conseguir que confíe en él para que me someta a él por completo. El misterio de su pasado todavía me molesta demasiado. Están Marta y Stella, ambas de las cuales quiero entender su relación.
Y no es como si fuera un santo, lo he complacido dos veces a sus órdenes, cayendo de rodillas para mamarle la polla. Dios, no es un príncipe azul. Contrólate, Sophie. Voy a necesitar permanecer en guardia un poco más después de todo.
Al darme cuenta de todo esto al tiempo que estoy cómodamente en sus brazos, me distancio un pequeño espacio, esponjando la almohada debajo de mi cabeza para sentirme más cómoda. Tomo una respiración profunda, sintiéndome más tranquila y más en control casi de inmediato. No voy a dejarme estar tan absorta en su mundo que no pueda ver bien. Pude haber vendido mi cuerpo
como una esclava sexual, pero mi corazón, mi mente, mi espíritu todos siguen siendo míos. Todavía quiero ser Sophie cuando todo está dicho y hecho. Si voy a sobrevivir seis meses que con él, tengo que recordar que estoy jugando un papel, viviendo una fantasía muy cara que ha creado, nada más. Ignorando el dolor de placer que se creó entre mis muslos, cierro los ojos y trato de relajarme.
La reacción física natural de mi cuerpo y mi creciente atracción por él hace que mi sangre silbe en mis oídos. No es algo que pueda controlar, que tanto me excita y confunde. Tal vez sea mi limitada experiencia, pero la respuesta sexual de mi cuerpo a su cercanía es inesperada y frustrante, especialmente porque parece no tiene prisa para hacer nada al respecto. Compartiendo su cama, siendo la que le da placer me hace querer descubrir el placer de mi propio cuerpo. Pero por ahora, aprieto mis muslos muy juntos y rezo que el sueño me lleve.
Colton
No debería haber forzado Sophie a ponerse de rodillas anoche. Todo el placer, ha sido eclipsado por la culpa, que crece más con cada hora que pasa. Me siento como un maldito idiota.
Cuando se encogió lejos de mi contacto ayer por la noche, se puso todo en perspectiva. Tengo remordimientos o auto-odio, así que no hace falta decir que estoy distraído y nervioso todo el día. Ladro órdenes a mi ayudante, soy seco con los clientes y salto varias de mis reuniones. Todo debido a mi estado de ánimo de mierda. Lo extraño es que no me arrepiento de comprarla. Ese imbécil en la subasta la habría llevado a su casa si no lo hubiera hecho. Y no quiero ni saber las cosas enfermas que ese bastardo había planeado. Lo había escuchado fanfarronear antes de que la subasta comenzara sobre su cuarto de juegos, completo con látigos, el control y los bastones. Una chica tan suave y pura como Sophie no hubiera durado la noche en su compañía. Por lo menos hay consuelo en saber que no la he arruinado. Todavía.
Mientras cruzo por el camino montañoso hacia mi coche privado, miro hacia fuera en el sol que se hunde en el Océano Pacífico. Es una vista de la que nunca me cansaré, incluso si esta casa está contaminada con los recuerdos del error más grande de mi vida adulta. Stella.
Sólo de pensar en ella pone un mal sabor en mi boca y obligo a mis pensamientos a volver a mi situación con Sophie. Viendo el último trozo de color naranja en el horizonte, me comprometo a ejercer más autocontrol. El hecho de que la he comprado no quiere decir que necesito violarla con cada pensamiento que pasa. Cristo. Hago un gesto de dolor al darme cuenta de que es exactamente lo que he estado haciendo.
Sé muy bien lo que es tener tu confianza y sentido de bienestar totalmente jodido y destrozado y no voy a ser responsable de tomar cualquier cosa de Sophie que no esté dispuesta a dar. y cuando follemos, será porque ella lo quiere. Mi mente tortuosa se lanza inmediatamente en varios escenarios donde puedo atraerla a que lo quiera... Mierda.
Abstenerse va a ser más difícil de lo que pensaba.
=================
cap 9"¿por qué no tienes una novia? "~®™♥
Mientras mis pies golpean el pavimento, mi aliento empuja a través de mis labios separados, y mis axilas y la parte baja de mi espalda se humedecen con transpiración. He estado aquí una semana y se siente bien estar de vuelta en la familiar rutina de trotar. Me pierdo en el ritmo de mis pies golpeando sordamente contra el pavimento. A pesar del calor, se siente bien usar mi cuerpo. Mis pulmones me gritan, mis músculos llevados al límite y aún así, me hago a mí misma una promesa silenciosa.
Un kilómetro más.
Mientras troto, mi mente vaga hacia Colton como hace con frecuencia. Mi cerebro recuerda y cataloga un millón de pequeños hechos sobre él. Cuan cálido es abrazado a mí alrededor en la noche, el pesado golpeteo del latido de su corazón contra mi espalda mientras se queda dormido, la curiosa forma en que me ve moverme sobre su casa como si disfrutara viendo a alguien (yo) en su espacio. Hay algo que me gusta sobre esto también. Me siento libre de la constante preocupación por Becca. Por supuesto, aun pienso en ella constantemente, preguntándome sobre su tratamiento y rezo porque vaya a estar bien, pero a una parte de mí le gusta no tener que enfrentarse a esto cada día.
A pesar de su silencio y su relativa indiferencia por mí, hay muchas pequeñas cosas sobre mi nuevo maestro a las que me estoy volviendo aficionada. El profundo tono rasposo de su voz adormilada en la mañana, la forma en la que siempre coloca una taza y un platillo para mi café de la mañana antes de irse al trabajo, la lenta forma en que su boca en levanta cuando me regala
una rara sonrisa.
No es un hombre súper ansioso, ni torpe en nada de lo que hace. Es seguro, calculador y fuerte. Lo que para mí es increíblemente sexy. Recordando el suave roce de su boca contra la mía las pocas veces que me ha besado, y la forma confiada en la que suele manejar su gran polla, colocándola en mi lengua y gruñendo silenciosamente su liberación... Todos los músculos bajo mi ombligo se contraen y lucho por mantener mi balance.
Aunque sé que no debería dejar que mi mente vaya allí, sé que él no sería nada como los adolescentes con los que salía en el pasado, con aliento de pizza y manos torpes. Él era confiado y seguro cuando me tocaba. Es magnético, carismático y encantador. Esta es una combinación irresistible y una contra la que no tendría defensas, si esto alguna vez pasaba.
Incluso si no entiendo a este hombre, o sus razones para traerme aquí, aprecio su inesperada ternura hacia mí. Mi situación de vivienda podría ser mucho peor y estoy agradecida por él y por el dinero que significa que mi hermana tiene una oportunidad de luchar en la vida.
Una lenta sonrisa se forma en mis labios cuando me doy cuenta me he pasado el marcador del kilómetro. Con pensamientos de Colton para distraerme, correr es una brisa.
Mientras doy la vuelta de regreso a la casa, veo el pequeño carro deportivo rojo de Marta alejándose y me da un saludo antes de acercarse a la entrada de coches. No sabía
que ella venia hoy. Normalmente viene en las mañanas, chequea el trabajo del personal de la casa y luego se va a hacer lo que sea que haga para Colton.
Cuando alcanzo la casa. Me tropiezo dentro, agradecida de sentir el frío del aire acondicionado contra mi sobrecalentada piel. Me tiro al suelo en el espacio del perchero de la entrada, respirando profundamente, y tirando de mis zapatos. El abrigo de Colton está en una banca.
¿Está en casa?
A lo mejor eso explica la visita de tarde de Marta. Acomodo mi cola de caballo que ya está con la mitad afuera, pero mientras me siento allí tratando de calmar mi entrecortada respiración, tengo la sensación de ser observada.
-Hola, dulzura -La rica voz de Colton raspa sobre mi sonrojada piel y mis ojos se levantan hacia él. Se está inclinando casualmente contra el marco de la puerta, con un tobillo cruzado sobre el otro. Su camisa esta desabotonada en el cuello y luce feliz y relajado. Mis ojos son desafortunadamente dirigidos hacia el frente de sus pantalones de vestir, los cuales se rehusaban a quedarse planos sobre el impresionante bulto que luce. Calor vuela sobre mi espina mientras me pregunto en que estaban él y marta. Nunca ha estado en casa tan temprano antes, y no puedo evitar pensar que ella estando aquí es más que una repentina coincidencia-. ¿Tuviste una buena carrera? -pregunta, con su hoyuelo asomándose hacia mi desde su mejilla.
-Ajá
-Asiento, aún completamente sin aliento.
Entra en la habitación, acercándose y frunciendo a los zapatos deportivos que me quité. Hice que mi mamá me enviara un paquete con algunas cosas que extrañaba de casa. Básicamente estos zapatos y mi iPod para correr. Toca con la punta del pie uno de los zapatos, dándole la vuelta, con los llenos labios fruncidos.
-¿Estos son lo que usas para correr?.
Observa mi reacción y asiento de nuevo.
-Son cómodos -Sé que son viejos pero hacen el trabajo. Están usados en todos los lugares correctos.
-Ya no tiene suela. Nada de soporte. Necesitas un nuevo par cada varios kilómetros. ¿Cuánto tiempo has estado corriendo en estos?.
Creo que "desde la escuela" es la respuesta incorrecta. Mis padres me compraron estas cuando me uní al equipo de maratón en mi último año.
-Por un tiempo.
-Te daré mi tarjeta de crédito, puedes ordenar un nuevo par y hacer que te lo envíen. -Su tono es directo y hay algo que no me gusta sobre el hecho de que me digan que hacer. Estoy aquí por lo propia cuenta, tomando mis propias decisiones. Correr es una de ellas.
-Si quiero un nuevo par de zapatos, los compraré. No necesito que me compres nada.
Sus cejas se juntan como si este fuera un concepto extraño
para él. Jesús. Solo porque tiene dinero, no quiere decir que estoy bien usándolo o sacando ventaja de su hospitalidad.
¿Con que tipo de mujeres salió en el pasado?
-Estoy ofreciendo la ayuda, ¿por qué rechazarla? -pregunta.
-Porque me gusta cuidar de mi misma -Silenciosamente agrego que no necesito un hombre para que me provea todas mis necesidades. A pesar de vender mi cuerpo en su mal habido acuerdo, soy una mujer fuerte, inteligente, e independiente. No comprometería eso.
Levanta sus manos en frente de él en una oferta de paz silenciosa.
-Está bien. Lo siento. Sólo no quiero que te tuerzas el tobillo. Estas no tienen soporte en ellas.
Su preocupación me suaviza. Me ofrece una mano, y la acepto, dejándolo levantarme del suelo a mis pies. Ahora que estamos de pie cara a cara, estoy consciente sobre mi piel sudada, las gotas de transpiración que aún cuelgan de mi labio superior y entre mis pechos. Quiero preguntarle por qué está temprano en casa, pero me distrae, levantando un mechón húmedo de mi cabello desde mi cuello y metiéndolo cuidadosamente detrás de mí oreja. El roce de sus dedos contra mi cuello envía escalofríos pasando por mi espina. Su tacto permanece ahí, acariciando la columna de mi garganta y mi clavícula como para probar mi reacción. Sus dedos corren desde mi cuello hacia abajo a la parte de arriba de mis senos los cuales se elevan con cada entrecortada respiración que tomo con
mis sobre trabajados pulmones.
-Necesitas entender que eres mía para cuidar de ti -dice, con su voz ruda y llena de necesidad.
Eso nunca ha sido explícitamente parte de nuestro acuerdo y ambos lo sabemos. Pero de alguna manera, a lo largo del camino, su preocupación por mí ha crecido, no voy a quejarme, solo me quedo aquí de pie, trasfigurada por estos nuevos y en desarrollo sentimientos creciendo entre nosotros.
El correr de sus dedos contra mi piel caliente fuerza mis párpados a cerrarse. La mayor parte de mi vida, el foco y atención de todo el mundo ha estado en Becca, como debería ser, pero aquí, en su presencia, soy la que importa. Su atención se siente bien.
Pero justo tan rápido como comenzó a tocarme, sus manos caen alejándose y toma un paso hacia atrás.
-Voy a tomar una ducha -exhalo.
Asiente, aun mirándome como si hubiese más que quisiera decir. Dejo el espacio del perchero y me encamino a las escaleras.
Colton
Ver a Sophie después de correr, respirando con fuerza por el esfuerzo y rosada como una baya me hace querer cosas que me dije a mi mismo no podía tener. No es realmente mía, así que nada de esto debería importarme, aun así lo hace, tremendamente.
Me encamino a mi oficina, necesitando liberar algo de tensión sexual. Sería tan fácil caer en las familiares rutinas. Podría hacer una llama de teléfono. Maldición.
Incluso podría tan solo enviar un mensaje de texto y tener a Marta de vuelta aquí, lista y dispuesta a chupármela. El señor sabe que lo haría. Probablemente dejando todo y saltando a la oportunidad. Aunque ha pasado un jodido largo tiempo desde que hemos hecho algo como eso, la forma en que aun ocasionalmente me mira, sus ojos vagando sobre mi tonificado pecho y abdomen me decía que estaría dispuesta a algún contacto genital-en-genital. Incluso después de que le hubiera dicho que lo pasado quedaba en el pasado, ella y yo necesitábamos mantenernos en un nivel profesional, ella se había mantenido soltera todos estos años, esperando, silenciosamente mirando mi relación con Stella crecer, y luego venirse abajo. Pero sabía que si hacia esa llamada, no conseguiría la satisfacción que estaba buscando, y terminaría sintiéndome peor. El arrepentimiento se revolvería en algún lugar profundo dentro de mí. No quería a Marta. Quería a Sophie. Y nunca desde que mi vida, o al menos mi vida amorosa, se vino abajo dos años atrás, juré vivir sin arrepentimiento, por lo que estaba de vuelta al plan original.
Esta línea de pensamiento me recuerda la conversación que había tenido con Sophie la otra noche. La enfermedad de su hermana, justo como mi previa experiencia horrenda coloca tu vida en perspectiva. Te hace sopesar las cosas en tu vida, y colocar todo bajo un microscopio, lo que estás haciendo, como pasas tus días. Después de que descubrí la verdad sobre Stella, podría
haberme fácilmente convertido en un alcohólico y promiscuo. En vez me lancé a mí mismo más allá en mi trabajo y mi caridad. Haciendo todo lo demás que me pusiera en el mismo nivel de ella.
Quería ser mejor que eso, mierda, lo necesitaba.
La conversación de mi hermano viene parpadeando de nuevo a mi primer plano. Estaban sorprendidos de escuchar que no estaba acostándome con Sophie, pero no saben la mitad de esto. Estarían impresionados de saber que no he tenido una sola compañera en dos años. Que he estado viviendo una vida de celibato, dedicándome solo a mi trabajo. Estarían incluso más impresionados de saber que Stella no era quien estaba aun sosteniendo cosas entre nosotros. Era yo. Y tenía mis razones, razones que esperaba descubrir y lidiar pronto con ellas. Quizás ellas podrían finalmente poner el pasado detrás de mí y construir un futuro, un concepto que me emociona y me asusta jodidamente.
Me hundo en la silla de mi oficina y hago clic en mi computadora. El primer orden de negocios es conseguir algo de liberación sexual.
Sophie
Después de salirme de la ducha, limpia y con el cabello pulcramente peinado, me visto y me encamino hacia abajo a encontrar a Colton. Cada momento insignificante que compartimos. Como más temprano en el vestíbulo cuando rechacé su oferta de nuevos zapatos y me miró con reverencia en sus ojos, como si fuese alguna extraña criatura que nunca antes se había encontrado, puedo
sentirnos acercándonos. Nuestra conexión, de cualquier manera extraña e indefinida, está creciendo más profundamente con cada día que he pasado aquí. Es la última cosa que esperaba. Y mi reacción está fuera de cuadro, haciendo las reacciones de mi cuerpo hacia él más intensas y difícil de ignorar.
Cuando me acerco a su oficina, escucho su voz desde adentro. ¿Hay alguien ahí con él? La puerta ha sido dejada parcialmente abierta, por lo que golpeo una vez y la empujo abierta el resto del camino, registrando los sonidos justo cuando entro a la habitación. Dobles gemidos femeninos viniendo desde su computadora. El cliquea un botón en su teclado, silenciando el sonido en un instante.
Oh Dios mío.
¿Estaba viendo porno?
Este sentado en su escritorio en la enorme silla de cuero, pero su cara no demuestra nada. Sus ojos latentes en los míos son la única cosa que puedo ver.
Mi cara se calienta con el conocimiento secreto que mientras había estado arriba en su ducha, él había escapado a aquí para ver algo de acción chica-chica.
¿Se estaba dando el mismo placer aquí en los confines de su oficina?
No mires abajo.
Me niego a dejar que mis ojos caigan a su regazo. Mi curiosidad me va a meter en problemas un día. Lo que él hace aquí
es su problema. ¿Pero si tiene necesidades y deseos, por qué no solo venir a mí como hizo al principio?. Seguramente, incluso una mala mamada es mejor que su propia mano ¿verdad? Aparentemente, no. El rechazo pica más de lo que tiene ningún derecho a hacer. Pero la extraña noción de que me está engañando penetra dentro de mi cabeza, de cualquier manera irracional.
-¿Necesitabas algo? -pregunta, su voz profunda y ligeramente sin aliento.
-Yo... -¿Por qué había venido aquí? Cuando no lo encontré en la cocina, o en el estudio, mis pies me guiaron a su oficina. No se puede negar que buscaba su compañía en las noches. Me detengo y comienzo de nuevo-. ¿Sólo me estaba preguntando por que estas tan temprano en casa?.
Deja un profundo suspiro y empuja sus manos en su cabello.
-Tenía algo de lo que necesitaba encargarme.
Tan pronto como lo dice, mi mente se sumerge en el arroyo. ¿Había venido a casa temprano para hacer esto?
-¿Tienes hambre? -pregunta, con su postura enderezándose.
-Seguro.
Se levanta de su escribió y me guía al comedor. Aparentemente no vamos a discutir su intento de masturbación fallida, o que lo había escuchado viendo porno.
-Siéntate -dice, señalando a la mensa de comedor-. Ya regreso.
Normalmente llevamos los platos de la cena que Beth deja para nosotros juntos
al comedor, pero el sirviéndome se siente bien. Saco mi silla usual, la que está al lado de su lugar a la cabeza de la mesa, y me siento.
Colton pronto regresa con nuestros platos y vasos de agua mineral con gas, cubierto con rodajas de limón. Después de mi carrera, me siento como que puedo comer casi cualquier cosa, pero la comida huele increíble.
Cada uno de nosotros volvemos al cómodo silencio de rutina establecido sobre nosotros.
Por la noche es la oportunidad que tengo para hacerle preguntas y ver dentro de su cabeza un poco. Estoy pensando en lo que voy a preguntarle esta noche, cuando lo noto frunciendo el ceño.
-¿Por qué no estás comiendo? -pregunta.
Bajo la mirada a la pasta primavera en mi plato. Tiene razón. Apenas la he tocado.
-¿Está todo bien con tu hermana? -pregunta, dejando su propio tenedor al lado de su plato.
Tomo un sorbo de agua y lamo mis labios. -Sí. Las cosas están bien. Comienza su primera ronda de tratamiento esta semana.
Asiente, pensativo.
No puedo dejar de pensar que me he infiltrado su vida, sus rutinas, con mis propios problemas. Tal vez nunca debería haberle hablado de Becca, porque la forma en que me mira ahora es como una chica triste explotada.
-¿Te arrepientes de traerme aquí? -balbuceo.
-¿Por qué habría de hacerlo? -pregunta,
las cejas uniéndose.
¿Por qué no has puesto un dedo sobre mí en días? ¿Por qué a pesar que me compraste para tomar mi virginidad, yo sigo siendo tan pura como vine?
Me encojo de hombros.
-No importa, olvida que dije nada. -Un incómodo silencio llena la habitación y cada uno de nosotros sigue jugando con la comida en nuestros platos-. Por lo tanto, me he estado preguntando. ¿Por qué no tienes una novia? -pregunto.
Toma un sorbo de su bebida, tratando de ganar tiempo.
Colton
Sophie me está mirando con expectación, esperando a oírme hablar de mi estado civil. No es algo que estoy dispuesto a discutir con ella ahora, o tal vez nunca. Cada maldito músculo de mi cuerpo se encadena tan apretado que me siento como que voy a hacer combustión espontánea. Había estado distraído como mierda en el trabajo de nuevo hoy, y volví a casa para conseguir un poco de alivio en la forma de un orgasmo. Sólo que había fallado en eso también.
Levando la mirada al par más dulce, más inocente de ojos azules que he visto en mi vida y tomo un aliento estremecedor. Claro, mi última relación había terminado en desastre, pero sólo porque una hermosa bien hablada y dulce mujer está compartiendo mi casa, no me debería convertir en una pila hormonal por una pregunta básica.
Necesito
al hombre controlado. Es siete años más joven que yo. Yo la había comprado, joder. Me hace sentir un poco como un hombre viejo. Aunque algo me dice que no es como ella me ve. No, cuando me mira puedo ver el repiqueteo del pulso en su cuello, sus mejillas sonrojándose como una baya madura. Hay una cierta reacción química, una atracción básica entre nosotros. Lo siente. Lo siento. Sin embargo, los dos nos ignoramos.
En mis fantasías más oscuras, me gustaría comer a una chica como ella para el desayuno, pero como he llegado a conocerla y me obligué a tomar las cosas con calma, comenzaba a surgir un lado diferente de mí. Es más amable, más paciente, y abierto a explorar la posibilidad de una mujer en su vida por primera vez en mucho tiempo.
Me cae bien.
Sophie está todavía mirándome a través de la mesa, a la espera de escuchar mi respuesta acerca de por qué estoy solo.
-Creo que no ha habido nadie atrapando mi interés por un tiempo - respondo. Es la verdad. Yo no había estado buscando nada serio. Sexo habitual era la única cosa que me estaba perdiendo, por lo tanto, mi impulso a comprar en la subasta. Había estado en San Francisco por negocios cuando me enteré de la subasta, y aburrido, o simplemente solo, hubiera ido sólo para ver el alboroto. Yo nunca esperé terminar con una mujer en mi brazo. Pero los confiados ojos de Sophie me habían implorado, en silencio rogándome que sacarla de allí.
-Vamos, ¿cuál
es la verdadera razón por la que estás solo? -presiona.
-No discutiré eso.
-Sígueme el juego. Sólo déjame entrar un poco, y, a su vez, voy a responder a todo lo que quieras saber. -Sonríe con adoración, batiendo sus pestañas.
Su oferta es tentadora. No me importaría conseguir llegar más profundo dentro de su cabeza. Si quiere la verdad, la llenaré con ella.
-En mi experiencia, las mujeres están interesadas en dos cosas. Dinero y poder.
Abre la boca para protestar y levanto una mano deteniéndola.
-Tú querías saber.
Hace un gesto para que yo continúe, luego pliega sus manos en su regazo.
-Se puede discutir todo lo que quieras, pero yo no voy a hablar más de las mujeres de mi vida. Es biología. ¿Alguna vez ha estudiado la ciencia de la evolución? -Niega con la cabeza-. Las mujeres están buscando al más grande, más malo hombre de las cavernas por ahí. Un proveedor para protegerlos a ella y a su descendencia. Es ciencia simple.
Parece aceptar mi línea de pensamiento y me sigue, después de tomar otro trago de mi bebida.
-Quieren un bien dotado, marido devoto cuya riqueza pueda pagarles el tipo de estilo de vida que sueñan. Trabaja todo el día, trabajando como un burro para ganarse la vida, mientras que su novia trofeo está follando al chico de la piscina. -O jardinero.
Por así decirlo -Un niño recién salido de la escuela secundaria que no sabría qué hacer con su polla en la mano. Tiene todo lo que siempre soñó, pero se aburre de gastar el dinero de su querido marido durante todo el día y pronto necesita un nuevo juguete. Algo divertido y peligroso para distraerse con él. Confía en mí, Sophie, este es el mundo en el que yo crecí. Lo conozco bien.
Ese último comentario la hace mirarme como si estuviera cuestionando mi propia crianza. De hecho, mi mamá estaba tan enamorada de mi papá que nunca se apartó, según lo que yo sabía, y murió demasiado pronto. Mi papá desafortunadamente era el mujeriego que no podía dejar de follarse a su secretaria. Justo otra razón por la que no creo en la santidad del matrimonio.
Yo había hecho todo lo que podía pensar para hacer a Stella feliz. Las mejores ropas, joyas caras, coches llamativos, teniéndola ella en unas vacaciones de ensueño, sin embargo, nada la hizo verdaderamente feliz. Incluso cuando llegué a casa del trabajo temprano para sorprenderla, se quejó de que estaba interrumpiendo su ritual de la tarde. Me dejó en mal estado la cabeza. No podía hacer una cosa bien cuando se trataba de mujeres. Excepto en el dormitorio. Nunca tuve ninguna queja allí.
-Los hombres piensan que las mujeres son complejas -y lo son- pero en su mayor parte, ellas solo quieren que las dejen jodidamente solas con sus tarjetas de crédito. -Se me
cae la servilleta sobre la mesa y empujo lejos mi plato, mi apetito ha desaparecido.
Su postura se endereza.
-Eso no es cierto en absoluto. Tal vez para algunas mujeres. Algunas mujeres engañosas horribles, pero la mayoría, quieren pasión, ser deseadas, ser amadas y apreciadas. -Su voz cae en susurros, y me doy cuenta que me está dando un vistazo a lo que ella misma desea de un compañero.
-¿Puedo hacerte una pregunta? -pido. Asiente. -Cuando me preguntaste si me arrepentí de traerte aquí... ¿te arrepientes de ir a la subasta? ¿De ir a casa conmigo?.
-No. -Su voz es seguro, estable-. Hice lo que tenía que hacer por mi hermana, y... -Deja caer su barbilla a su pecho como si no quisiera seguir.
Levanto su barbilla con dos dedos y fuerzo a sus ojos de vuelta a los míos.
-Dime.
Traga, la larga columna de su garganta se mueve de una manera bonita.
-Esto va a sonar raro.
-Pruébame.
Inhala una respiración profunda y la libera lentamente.
-Nunca he tenido el lujo del tiempo y el espacio como esto antes, algo sólo para mí.
Puedo ver lo que quiere decir. Dormir y trotar y nadar todos los días ha sido bueno para ella. Su piel está bronceada y su cuerpo es a partes iguales relajado y tonificado.
Es un aspecto que le conviene.
Sophie pesca la rodaja de limón de su vaso de agua y lo lleva a los labios, chupando el jugo amargo de la manera más distractora.
Jooooder.
Deja la rodaja de limón abajo. Gracias a Dios. Y continúa.
-Siempre fui la hermana gemela de la chica que tenía cáncer. Nunca tuve mi propia identidad. Y a pesar de que ya no estoy allí, estar fuera me ha dado un poco de perspectiva muy necesaria. Es como que hay vida más allá de las salas de hospital y el estrés agobiante. Me hace ver que ni siquiera estaba verdaderamente viviendo antes. Y yo debería hacerlo. Si la enfermedad de Becca me ha enseñado algo, es que la vida puede ser arrebatada de nosotros, en un instante. Yo he estado perdiendo la mía. Y a pesar de que no sé lo que viene, sé que no quiero seguir viviendo como lo he hecho.
Es más profundo de lo que yo tenía intención de ir, pero me gusta escuchar todos sus pensamientos internos.
-¿Qué otra cosa? -pregunto.
-Quiero tener una carrera que me apasiona, quiero enamorarme, viajar por el mundo, hacer amistades duraderas... Ya sabes, básicamente conquistar el mundo y tener la mejor vida. Espero que Becca esté justo al lado de mí, pero incluso si tengo que hacerlo sola, lo haré por ella. -Sonríe tristemente hacia mí.
-Suena como un plan brillante. Déjame
saber cómo puedo ayudar.
***
Después de la cena, me dirijo hacia el lugar de Collins a tomar una copa a mitad de semana con mis hermanos, quienes necesitan la distracción. Mi polla se siente a punto de estallar cada vez que estoy en la habitación con Sophie.
Los encuentro sentados fuera de la piscina, una botella de whisky caro en la mesa entre ellos. Parece que no soy el único que ha tenido una larga semana.
Me deslizo en el sillón y Pace me entrega un vaso, llenándolo generosamente con licor.
-Hasta el fondo, bebé.
-¿Cuál es la ocasión? -pregunto. Collins se encoge de hombros.
-Tatianna hablaba sobre que desea un anillo de compromiso. Ha dejado imágenes de enormes anillos de diamantes en toda la maldito casa.
-¿Y? -No me había dado cuenta de que su relación era tan seria, a pesar de que ha vivido con él durante unos seis meses. Me imaginé que era más una relación de conveniencia. Cuando empezaron a salir, ella necesitaba un lugar para quedarse, y él necesitaba sexo regular.
Problema resuelto.
Mira hacia su vaso pensativamente.
-¿Cómo van las cosas con la compañera de cuarto? -pregunta
Collins en lugar de contestar.
-Bien.
-¿Y cómo va su búsqueda de trabajo?.
-Bien.
Collins pone los ojos. Mis respuestas de una palabra no van a funcionar con él. Él lo empezó, esquivando mi pregunta sobre Tatianna.
-¿La has jodido ya? -pregunta Pace, y con mucho menos tacto.
Me ahogo en un trago de bourbon y aclaro la garganta.
-No -Mi voz es ronca. No es que no hubiera pensado en ello. Lo hago. Casi constantemente. La imagino elevándose con su culo en mis manos hasta que sus piernas se abrazan a mi cintura. Presionando mis dedos a su cálido centro, mientras muerdo la piel suave en su garganta. La espera y el deseo es pura tortura.
Cristo, estoy jodido.
¿Cómo no pensé en esto cuando me la traje a casa?
-¿No me digas? -Tanto él como Collins giran para mirarme, como si esto fueran noticias de última hora.
-Por favor, dime que no estás todavía colgado por Stella -pide Collins, con los ojos simpáticos fijos en los míos.
-Joder, no. No voy a reprimirme por ella. Sólo estoy tratando de hacer lo correcto-sin tener una puta idea de lo que eso significa.
Ellos me miran, catalogando mi estado de ánimo contemplativo y Pace se muerde el labio inferior.
-En serio, amigo, Stella es historia antigua. Incluso si ella se niega a salir de tu vida, no hay nada de malo en seguir adelante.
-Lo sé -me quejo. Yo mismo he dicho lo mismo, una y otra vez, sin embargo, una fuerza desconocida me detiene. Por supuesto que no saben que han pasado dos malditos años desde que he intimado con una mujer, y estar tan cerca de una chica hermosa como Sophie es el peor tipo de tortura.
-Así que, ¿cuál es el problema, hombre? Yo estaría golpeando ese dulce coño todas las noches. -Pace me da una sonrisa tonta.
-Es una virgen. -Tan pronto como lo he dicho, quiero retractarme. Es un pedazo de conocimiento demasiado íntimo para compartir con ellos. Es un asunto personal de Sophie. Yo no les digo cómo he llegado a poseer esta información, o que me había comprado el derecho a ese privilegio especial; Me siento allí mirando hacia mi vaso ya vacío, preguntándome cuando voy a hacer algo al respecto.
-Guau -dice Collins mientras la arrogante sonrisa de Pace se ensancha. Gilipollas-. No es lo que estaba esperando que dijeras -continúa Collins-, yo pensé que nos mentirías con ese pretexto de que ella es la hermana menor de tu amigo.
Oh, sí. Casi había olvidado la historia que les di. Sólo otro testimonio de cómo de perdida mi cabeza está en este momento.
-Todos
sabemos que las cosas no están totalmente terminadas con Stella, así que no voy a fingir que lo están, pero en realidad, ¿qué es honestamente lo que te detiene? -pregunta Pace, con los ojos llenos de genuina confusión.
-No lo sé. -En parte es así. En parte que no estoy seguro de si Sophie me quiere, o si siquiera merezco tomar algo tan precioso de ella. Parte de ello es su inocencia, la manera dulce en que sus ojos me siguen por la habitación, su naturaleza confiada, el desinterés que aparece para salvar a su hermana en primer lugar... ella es demasiado buena para que yo la use para mi propio placer. Ya me siento culpable, pero después, sé que me voy a sentir culpable como la mierda. Y a pesar de que les digo a mis hermanos casi todo, mi participación en esa subasta es algo que me llevaré a la tumba. No es por mi propio bien, sino porque dudo que Sophie quiera que alguien sepa que ella se había vendido a sí misma de esa manera.
-Necesitas entenderlo, hermano. -Pace me da una palmada en la espalda antes de verter otra medida de licor en mi vaso-. De lo contrario, tengo la sensación de que estás en un caso masivo de bolas azules.
No está bromeando. Estoy seguro de que tengo suficiente esperma reprimido como para sobre poblar tres cuartas partes de la población mundial. Mi polla duele constantemente y mi cerebro se arremolina con pensamientos lo que no puedo tener, pero lo peor de todo es la forma en que mi corazón late más rápido cuando está cerca y todos mis sentidos se sintonizan completamente con ella.
Mi vida en los últimos dos años ha sido una lección de orden y autocontrol. He trabajado duro, y me concentré en largas horas en el gimnasio, pero no he estado realmente viviendo. Sophie sacó un lado diferente de mí. El solo hecho de ella estando cerca de mí en la noche me había ablandado, me hizo recordar que la vida no era sólo acerca de lidiar. Había cosas por las que vale la pena vivir.
Quería más de eso.
=================
cap 10"Y-Yo... te deseo"~®™♥
El sol de media mañana y el hecho de que aún hay un hombre caliente acostado a mi lado me recuerdan que es sábado. Me estiro tranquilamente en la cama, ya soñando despierta con el delicioso capuchino espumoso que me voy a preparar. Me siento orgullosa de haber dominado esa maldita máquina de café excesivamente pretenciosa.
Sólo me tomó tres semanas.
Colton me sorprende al estirarse y jalarme contra él. Soy saludada por una impresionante erección empujando contra mi trasero. ¡Gah! Es cálida y sólida, y mi cuerpo se contrae inútilmente, respondiendo automáticamente a la sola idea de él.
Aparte de esas dos primeras noches, no hemos tenido ningún otro contacto sexual. Debería sentirme aliviada, pero en su lugar me encuentro cada vez más frustrada y confundida. Casi ha pasado un mes. Había imaginado que él tomaría mi virginidad de inmediato, pero después de varios días y luego semanas, me he vuelto cada vez más ansiosa y curiosa al respecto. Ahora sólo quiero acabar con eso, estoy cansada de esperar y preguntarme cuándo va a hacerlo. Fui comprada como una esclava sexual y sé que no estoy a la altura de mi parte del trato. Por las noches, él se queda despierto hasta tarde, trabajando en su oficina y todo, ignorándome.
¿No me encuentra atractiva?
¿Es gay?
¿Eran mis mamadas tan malas?
La espera es desesperante.
¿Hay algo malo en mí que
mi amo se niega a follarme?
El vientre agitándose con anticipación es peor que el hecho en sí. Tengo que terminar con esto. A menudo había sospechado que él se hacía cargo de sus necesidades durante su ducha de la mañana, pero nunca he sido lo suficientemente valiente para aventurarme en el baño para confirmarlo.
Al principio me preguntaba si él estaba esperando que hiciera un movimiento, subir a su regazo, o besarlo... pero sé que no es eso. Él no fue tímido al decirme lo que quería de mí las dos primeras veces. Él me había ordenado ponerme de rodillas, deshaciendo sus pantalones y acariciándose mientras yo observaba. Sabía que no era tímido, lo que hacía todo esto aún más confuso.
Podías cortar la tensión sexual entre nosotros con un cuchillo, es una necesidad real y visceral que impregna el aire alrededor de nosotros. Y cada noche se supone que me acurruque con un musculoso hombre sin camisa que huele delicioso, que yazca en sus brazos y sea la perfecta compañera de cama obediente.
¿El problema con todo esto?
Es jodidamente confuso. Él ha gastado un millón de dólares para traerme aquí, y estoy muy consciente del dinero, cada vez que llamo a casa, cuando oigo hablar de progreso de Becca, cada vez que vago por las distintas habitaciones de su mansión, o atrapo mi reflejo en el espejo y recuerdo de dónde vino mi nuevo vestuario de diseñador, eso envía otra ola de confusión. Necesito saber lo que se espera de mí, dónde estamos, lo que implica este acuerdo.
Su polla es la única parte de él que claramente entiendo. Es menos discreta en sus deseos.
Pero su mente es como un maldito laberinto. Uno que no tengo esperanza alguna de resolver. He pensado en confrontarlo. Pero en este momento, sintiendo su excitación caliente presionada contra mí quiero algo completamente distinto.
Un ruido sordo se escapa de su garganta mientras se presiona más cerca, su polla clavada en contra mis nalgas. La cálida necesidad empapa mis bragas, haciendo que se aferren a mis sensibles pliegues. Él empuja sus caderas más cerca de nuevo, robando mi aliento cuando siento cada borde duro de él. Su mano se mueve a lo largo de mi vientre, subiendo poco a poco y contengo mi respiración, preguntándome dónde aterrizará.
Mis ilusiones se afianzan y acomodo mi cuerpo hacia el suyo, queriendo sentir su firme mano acunar mis pechos, frotarse contra mis pezones sensibles. Sus dedos se extienden y acarician la parte inferior de mi pecho.
Su respiración se mantiene uniforme y constante detrás de mí cuello y él está haciendo pequeños ruidos de sueño, eso sólo me alienta. Por mucho que me gustaría poder ver su rostro, tengo demasiado miedo para moverme, demasiado miedo de romper el hechizo. Considero quitar mi camiseta del camino para ayudarlo, anhelando el contacto piel a piel contra mis pechos y pezones, pero en cambio, sigo presionando mi trasero de nuevo en su dura excitación y él libera un gruñido. El sonido hace que todos mis músculos internos se aprieten.
-¿Soph? -pregunta, su voz soñolienta y áspera.
Oh, Dios. Él todavía estaba dormido, y ahora me siento mortificada.
Ruedo hacia él y bajo la mirada entre nosotros
a donde su polla está presionando contra su bóxer, tratando de salir y saludarme.
Sólo déjame ocuparme de eso por amor de Dios.
Pongo mi mano sobre su corazón y siento su latido constante.
-Lo siento, es solo una erección matutina -dice, notando mi fascinación con lo que está por debajo de su ombligo.
-Está bien -susurro-. ¿Quieres...? ¿Estás...? -Escúpelo, Soph. Mi falta de experiencia significa que no tengo idea de cómo pedir lo que quiero. Considero sumergir mi mano por debajo de la cintura del pantalón, tomar su firme polla en mi puño y acariciarla. Quiero que me bese y me sujete a la cama con su gran cuerpo. En cambio, él continúa mirándome con una pequeña arruga entre sus cejas. Me mira como si yo fuera una niña traviesa con la que no tiene idea que hacer.
-Yo me encargo de eso -dice, saliendo de la cama y dejándome mojada y tan encendida que podría gritar de frustración.
Estoy aburrida.
***
En las semanas desde que me mudé, he desarrollado una rutina, una que me aburre hasta las lágrimas pero por lo menos es una rutina. Me despierto a media mañana cuando Colton se ha ido a trabajar por horas, desayuno y bebo café en la isla de la cocina mientras hablo con Bet (el cocinero personal de Colton) luego me cambio y me siento afuera en el sol, acurrucándome en una de las tumbonas en el balcón mientras leo.
Más tarde, o voy a nadar en la piscina o a correr en una de las cintas en el gimnasio. A partir de ahí, mi día transcurre
de a poco. Vago por la casa, tomo una siesta, le escribo a Becca, y básicamente sólo espero que Colton llegue a casa. Es una existencia insípida. Quiero conseguir un trabajo, necesito algo para ocupar mis días además de los pensamientos de Colton y mi extraña vida nueva.
El aspecto positivo de todo esto es que Becca ha entrado en el programa de prueba y está recibiendo dosis agresivas de medicación que la hacen sentir débil y enferma, pero parece estar funcionando. Es demasiado pronto para decir si va a funcionar, pero todos estamos esperanzados. Y aunque no me arrepiento de mi decisión, tengo todavía cinco meses más, y no creo que pueda aguantar otro día de este completo aburrimiento mental y emocional. Necesito más estimulación.
A las seis de la tarde, todo el personal de la casa se ha ido, y estoy bañada y vestida, esperando que Colton llegue a casa del trabajo. Agarrando el pequeño control remoto de la pantalla LED, toco el panel de botones, trayendo a la vida los altavoces de sonido y cambiando la música a algo inspirador. Una banda de jazz, un ritmo que nunca he oído antes llena la habitación. Subo todo volumen, deseando algo diferente, algún estímulo, entonces entro a la cocina con mis pies descalzos.
Abro la puerta del gabinete de vino que siempre está fresco a once grados, y agarro una botella de vino blanco. La etiqueta se complace en anunciar que se llama Vino Naughty Girl. Suena perfecto. Después de luchar con el corcho, me sirvo un vaso grande y me siento en la isla de la cocina para esperar la llegada a casa de mi amo.
______________________________
Naughty
Girl: Chica traviesa.
______________________________
Tan ausente como nuestro contacto físico ha sido, él domina mis días y noches. Mi programa gira en torno suyo. Soy muy consciente de cuando se despierta y se prepara para su día de trabajo, duchándose y moviéndose por la habitación en la penumbra, dejando caer su toalla y vistiéndose en el armario para no despertarme. Cuando regresa en la noche es el momento más feliz de mi día. Para prepararme para su llegada, me baño, peino mi cabello, me aplico maquillaje y lo saludo como si estuviera viendo a un amigo perdido desde hace mucho tiempo.
Es patético, pero es mi vida.
Me siento y bebo mi vino, esperando que la combinación del alcohol con la música de jazz saliendo por los altavoces levante mi estado de ánimo. Mi estómago retumba con fuerza. Dios, ¿dónde está? Echo un vistazo al reloj. Es más tarde de lo habitual. Me sirvo otra copa de vino y sigo esperando. La cena está lista y en la bandeja de calentamiento, como de costumbre, y no puedo dejar de mirar a escondidas para ver qué lo que Beth nos dejó esta noche. Es pescado al vapor adornado con rodajas de naranja, vegetales rostizados al horno y a un lado un risotto cremoso. Mi boca se vuelve agua con sólo mirarlo y robo un par de vegetales de cada plato, asegurándome de mantener las porciones parejas, haciéndolas estallar en mi boca y masticando con avidez como si estuviera rompiendo numerosas leyes internacionales. Las zanahorias y nabos con ajo prácticamente se derriten en mi boca y robo otro bocado antes de colocar las cubiertas de los dos platos.
Después de dos copas de vino, estoy un poco mareada y agarro el control remoto para el sistema de sonido de nuevo. Este jazz me está dando dolor de cabeza. Doy vuelta distraídamente a través de las opciones de música, sin saber lo que estoy buscando hasta que lo encuentro. Un ritmo de hip hop que acelera el corazón y sacude el cuerpo llena la habitación y mis labios se levantan en una sonrisa perezosa. Tomo otro trago fortalecedor de mi vino y me levanto del taburete donde estoy desplomada, de repente necesitando moverme. Me agito y sacudo través de la cocina, girando mis caderas y doblando la letra de la canción.
Bailo mientras veo mi reflejo en la ventana de cristal de la habitación. Sacando mi culo, le doy una pequeña sacudida.
¿Cómo él no querría esto?
-¿Qué demonios estás haciendo? -La profunda voz de Colton retumba detrás de mí.
¡Gah!
Mi mano vuela a mi corazón y giro alrededor, mi columna al instante enderezándose. Me encuentro con sus ojos, asimilando su expresión divertida. Mi rostro esta rojo como llamas de bomberos y mi boca se abre inútilmente, entonces se cierra de nuevo, sabiendo que he sido atrapada en acción.
Colton está vestido como siempre está cuando regresa a casa del trabajo. Una traje oscuro a la medida, camisa clara y corbata a combinación. Esta noche la corbata cuelga libremente alrededor del cuello abierto de su camisa y sus ojos están rodeados de círculos oscuros.
Realizando una segunda decisión, deambulo hacia él, balanceándome al ritmo de la música que sigue sonando y agarro
su corbata, trayéndolo más cerca. Su cuerpo se roza contra el mío y el conocimiento de su amplia estructura muscular y de su fragancia cautivadora envía endorfinas deslizándose a través de mi sangre. Tal vez es el vino, tal vez es la música, o simplemente podría ser mi falta de control en mi nuevo entorno, pero cualquiera que sea la razón, me siento audaz. Viva por primera vez en mucho tiempo. Arrastro un dedo a lo largo de su corbata, apreciando el tacto de la seda fina contra mi piel. Los ojos de Colton siguen mis movimientos, pero permanece completamente inmóvil mientras su respiración se vuelve más irregular.
Cansada de ser ignorada, agarro su corbata y muevo mis caderas hacia atrás y hacia delante frente a su regazo, circulando mi pelvis al ritmo de la música, con cuidado de no rozarme contra él, sólo estoy tratando de mostrar que no soy una niña.
Su sonrisa divertida cae y su rostro adquiere una expresión más seria. Sus ojos caen y se deslizan más abajo, viajando lentamente por mi cuerpo. Su mirada es voraz y mi pulso se agita en mi cuello. La forma en que sus ojos están pegados a mi cuerpo es demasiado. La buena dosis de valentía, cortesía de la media botella de vino que he bebido, se evapora, y mi baile llega a su fin.
Su mano rodea mi cintura, su pulgar rozando de un lado al otro a través del hueso de mi cadera.
-Nunca te tomé por un fan de niky minaj-murmura.
Me limito a asentir y su mano cae. Me he dado cuenta de inmediato de su ausencia. Agarrando el control, toco la pantalla varias veces para llevar el volumen a un nivel más razonable.
-Naughty Girl, ¿eh? -pregunta
Colton, arrancando la botella de vino del mostrador-. ¿Estás borracha, Sophie? -Me da una mirada inquisitiva y levanto una ceja.
¿Por qué me siento como una adolescente rebelde que ha asaltado en el gabinete de licor de papá?
Él me sorprende al llevar la botella a sus labios y toma un largo trago. Miro la gruesa columna de su garganta mientras traga y un pequeño escalofrío pasa a través de mi vientre. Cuando termina, limpia su boca con el dorso de su mano.
-He tenido un mal día-Agarra otra botella de vino y dos copas limpias-. Vamos.
La cena está casi olvidada. Tengo vino y a Colton para hacerme compañía y mi aburrimiento está temporalmente a raya. ¡Aleluya!
Lo sigo a través de la casa, a su oficina a oscuras y salimos a la terraza. Tan pronto como desliza las puertas de cristal para abrirlas, el suave sonido del susurro del océano nos da la bienvenida. Instantáneamente me tranquiliza.
Se quita su chaqueta y quita la corbata sobre su cabeza, colgándolas en la barandilla de la terraza donde suavemente revolotean en la brisa. Colton se hunde en uno de las tumbonas y comienza descorchar la botella. Me deslizo en el asiento de al lado y acepto la copa de vino fresco que me pasa.
No es tan dulce como la botella que había abierto, pero los sabores sutiles mantecosos saludan mi paladar. Mmm. Dejo escapar un pequeño gemido y los ojos de Colton se disparan a los míos.
-¿Te importaría decirme que pasó esta noche? -pregunta.
-¿Qué? -Me hago la tonta.
-La música, el vino, el baile... -Levanta una ceja oscura, su sonrisa juguetona está de regreso.
-¿Qué tiene de malo mi baile?.
Luchando contra una sonrisa, aclara su garganta.
-No tenía ni una maldita cosa de malo, dulzura. Solo me sorprendió, es todo.
-Es aburrido estar aquí todo el día. Estoy pensando en buscar un trabajo -digo, mirando hacia él para ver su reacción.
-Te he proporcionado de todo lo que podrías necesitas. ¿Por qué querrías trabajar? -Parece sorprendido.
Después de pagar por el cuidado de mi hermana, todavía tengo varios cientos de miles de dólares en el banco. Y estoy viviendo libre de gastos. Debería disfrutarlo, ¿verdad? Sólo que no puedo. Esa no soy yo. Nunca he tomado una limosna en mi vida.
-No es por el dinero, sólo necesito algo que hacer. No puedo dar vueltas todo el día y que la única cosa para hacer sea ir de compras con Marta utilizando tus tarjetas de crédito. Quiero algo para mí. Un propósito -Solamente decirlo en voz alta renueva mi decisión.
Él toma otro sorbo reflexivo de su vino, sus labios carnosos descansando en el borde de la copa es más una distracción de lo que debería ser.
-Si eso es lo que quieres. ¿Qué tipo de trabajo? -pregunta.
-No lo sé. Tal vez en una cafetería, o reponiendo libros en la biblioteca. No importa. Sólo algo que me saque de la casa.
-Puedes conseguir un trabajo, siempre y cuando estés en casa
por las noches cuando estoy.
Asiento. Eso suena bien para mí también. He llegado a disfrutar de su compañía en la noche. Mi aburrimiento está aislado para las horas diurnas. No disfruto estar sentada sola en esta casa grande con tantos pensamientos corriendo sin parar por mi cabeza. No es saludable.
-Gracias.
-¿Qué hiciste hoy? -pregunta, como usualmente hace.
-Leí, fui a nadar. -Me encojo de hombros y me concentro en mi vino. No quiero decirle que en las horas antes de que llegue a casa, me ducho y me preparo, tomando más tiempo para secarme el cabello y ponerme la ropa interior de color oscuro que Marta insistió que le gustaría. Es como si incluso mis sujetadores y bragas se están burlando de mí, susurrando contra mi piel que él no está interesado.
-Oye, ¿qué pasa? -Levanta mi barbilla para encontrarme con sus ojos preocupados.
-Nada. -Enderezo mis hombros, alejando los sentimientos. No hay razón para sentirme rechazada. En todo caso, debería estar aliviada. Pero si la situación fuera diferente. Si no estuviera aquí bajo estas pretensiones, aún sin duda me sentiría rechazada por su falta de interés. Él es un hombre encantador, hermoso y rico. Supongo que fue tonto creer que un hombre como él estaría interesado en alguien como yo.
Sus ojos dejan los míos con vacilación y aunque puedo sentir que quiere presionar más el tema, cierra su boca y llena mi copa de vino.
-¿Qué pasó en el trabajo hoy? -Lo recuerdo diciendo
que había tenido un mal día.
Sus ojos se endurecen y mira al agua azul oscuro, estando tranquilo. Me doy cuenta que no sé realmente lo que hace. Él es muy privado sobre su negocio.
-Nada con el trabajo, en realidad fue algo... personal que apareció de forma inesperada. Tengo que ir a Nueva York y encargarme de eso.
-¿Nueva York? ¿Cuándo? -Por supuesto, lo que realmente quiero saber es cuál es el asunto personal que pudiera tener en Nueva York, ya que no sé prácticamente nada de su pasado. Se encoge de hombros.
-Pronto. Tal vez este fin de semana. -Su tono de voz me dice que es algo que no quiere discutir, aunque no me gusta la idea de que se vaya.
Quiero regresar a la actitud coqueta y juguetona que parece haberse desvanecido con mis quejas acerca del aburrimiento y cual sea el drama personal que tiene a Colton frunciendo el ceño hacia el océano.
-Tengo una idea -anuncio, saltando de mi silla-. Quédate aquí. Asiente, y me observa retirarme a través de las puertas de cristal.
Corro arriba y busco a través de mis artículos de tocador hasta que lo encuentro.
Estoy un poco sin aliento cuando salgo de nuevo y los ojos de Colton caen para ver lo que he ido a buscar. Sostengo la botella de aceite.
-Pensé que te vendría bien poco de relajación. -Agito el aceite de masaje tentadoramente delante de él y sonríe.
Me mira con curiosidad como si estuviera tratando de averiguar mis motivos. Nunca se me ocurrió que él asumiría que estaba haciendo esto por obligación. Fue un simple gesto, algo agradable que hacer
por un amigo, o un novio cuando había tenido un día difícil.
-Quítatelo -ordeno, señalando su camisa de vestir. No lo voy a dejar convertir esto en algo raro.
Lo hace, mirándome mientras desabrocha y sale la camisa. A pesar de que ya debería estar acostumbrada a verlo en varios estados de desnudez, su belleza masculina me golpea con toda su fuerza. Su pecho tonificado y abdominales cincelados se ven positivamente besables a la brillante luz de la luna. Enfócate, Sophie. Las cosas no son así entre ustedes dos. Tomo una respiración profunda y le hago un movimiento para que se voltee y repose sobre su estómago. Después de dejar la camisa en la cubierta, se acomoda en su tumbona, acostándose para mí.
Sin pensarlo, me pongo a horcajadas, sentándome justo en su trasero y colocando una pierna a cada lado de sus caderas.
-¿Soy demasiado pesada? - pregunto.
-Estás bien -dice. Cruza sus brazos debajo de su barbilla, haciendo que los músculos de sus hombros se abulten.
Goteando algunos aceites de lavanda perfumada en mi mano, froto mis palmas juntas para calentarlo antes de extenderlo por encima de su espalda. Su cuerpo es tan amplio que mis pequeñas manos parecen apenas hacer mella en la extensión de piel que quiero cubrir. Al principio creo que está increíblemente tenso y le digo que se relaje.
-Lo estoy -murmura él.
Y entonces me doy cuenta que él es solo roca dura con músculo. Dios. Extiendo mis manos a través de su espalda superior, frotando constantemente. No estoy acostumbrada
a tocar a un hombre tan íntimamente. Su piel es suave y ligeramente bronceada y me encanta la sensación de tenerlo bajo mis manos.
Froto mis manos por su cuello y su cabello, masajeando su cuero cabelludo y él gruñe. Soy muy consciente de que estoy sentada encima de él. Mi centro está descansando contra su firme trasero y la costura de mis pantalones cortos está presionando contra mi hendidura. Me retuerzo un poco, tratando de ajustar la forma en que estoy sentada, pero eso sólo pone una fricción adicional entre mis muslos. Mi clítoris empieza a palpitar al mismo tiempo que mi latido se acelera.
Mierda. Estoy caliente.
Culpo mucho al vino, mucha perfección masculina demasiado caliente debajo mí. Me levanto a mis pies, necesitando separarme de su cuerpo tentador.
- Date la vuelta -digo. No podía frotar sus hombros adecuadamente en esa posición. Me sitúo a horcajadas una vez más, esta vez sentada sobre sus muslos.
Con Colton acostado sobre su espalda, masajeo sus hombros, luego sus firmes bíceps. Sus ojos se cierran, su boca se ablanda cuando una expresión relajada se apodera de su rostro. Puedo comerlo con los ojos adecuadamente en esta posición. Y lo hago. Desde su hermoso rostro, sombreado con un toque de rastrojos oscuros, a la gruesa columna de la garganta, por su pecho liso, las ranuras deliciosas en su abdomen, a la estela de vello fino que desaparece bajo sus pantalones de vestir.
Tocar sus brazos sólidos no está ayudando a mi libido. En todo caso, mi núcleo se calienta aún más y me doy cuenta de que me estoy mojando. Libero un gruñido de frustración y sus ojos se abren
y encuentran mi mirada. Me doy cuenta de mis manos, pareciendo tener una mente propia, ahora están frotando su pecho, rozando sus pezones planos y más abajo rastrando sus abdominales. Él libera un suave siseo. Mi cuerpo se inunda de conciencia sexual como nunca antes. Estoy desesperada por sentir sus manos sobre mi cuerpo, por ser consumida por los profundos besos hambrientos que recuerdo.
Colton me mira con ojos oscuros, su respiración superficial y rápida, al igual que la mía.
Al mirar hacia abajo, veo su polla media dura y lo cerca que están mis manos de su regazo. Mi ritmo cardíaco se acelera a medida que este momento adquiere un significado más profundo. Estoy sentada encima de él, atendiéndolo, y estamos bañados por la luz de la luna con el suave sonido de las olas golpeando perezosamente detrás de nosotros.
Es perfecto.
Sin detenerme a pensar, echo mano a la hebilla de su cinturón y deshago el cuero tieso, mis dedos temblorosos mientras abro sus pantalones y bajo la cremallera. Su polla se dobla debajo de los límites de sus calzoncillos negros y libero un diminuto gemido. Quiero cubrir mis manos en aceite y deslizarlo hacia arriba y abajo de su longitud sólida, para oírlo gruñir mi nombre y verlo perder todo su perfecto control y venirse en su duro vientre.
Mi ropa interior se empapa y los latidos de mi corazón laten con fuerza en todos mis puntos de pulso. Justo cuando mis dedos se sumergen dentro de su cintura para llegar a su polla, me agarra la muñeca
y me detiene.
-No tienes que hacer esto. -Su voz en suave, pero el control sobre mi muñeca es firme.
Estoy sin aliento, encendida y su duro rechazo es como una bofetada en la cara. Es totalmente inesperado y más brutal de lo que nunca imaginé. Él no quiere que yo lo toque. Me levanto sobre mis piernas temblorosas, los ojos de Colton siguiendo mis movimientos. El vino crea un pozo amargo en mi estómago y mi cabeza da vueltas.
-¿Por qué me has traído aquí? Quiero la verdad. -Odio que mi voz sea demasiado alta y temblorosa.
Sus ojos se mueven lejos de los míos.
-Compañía.
-Está ocultando algo. Y quiero saber qué.
Lo miro por un segundo más. Se reacomoda, metiendo su enorme erección de nuevo dentro de sus pantalones y tirando hacia arriba la cremallera.
-¿Qué es este... este acuerdo? -Lanzo mis manos en el aire, frustrada, tanto sexual como emocionalmente más allá de la creencia.
-No me presiones, Sophie.
Mi nombre en sus labios es una advertencia, pero prosigo.
-Sólo dime que no me quieres aquí. Envíame lejos. -Puedo ver su deseo por mí tan claro como el día. Creo que me quiere, lo cual hace su negativa más confusa.
-Hay cosas de mi pasado que no entiendes -dice, con un tono bajo y tranquilo, pero su rostro tiene una expresión de agonía silenciosa.
-Entonces, dime. Estoy compartiendo tu casa, tu cama... estoy aquí por otros cinco meses. ¿De verdad vamos a seguir ignorando esto?.
-¿Ignorando qué? -gruñe, su voz áspera.
Mi mirada se pasea a su regazo e inconscientemente lamo
mis labios.
Mierda.
Si él va a actuar como si no estuviera afectado, entonces yo también. Empujando mis piernas en acción, me apresuro dentro, de repente desesperada por estar lejos de él. Me lanzo por las escaleras, cerrando la puerta de la habitación principal detrás de mí.
Este acuerdo es el más confuso del que fui parte alguna vez. No podría haber deseado una relación física cuando llegué por primera vez aquí, pero muy lentamente, el comportamiento apacible de Colton y su naturaleza tranquila me convenció.
Quiero que se sienta de la misma manera que yo. Quiero explorar estos nuevos sentimientos de excitación burbujeando dentro de mí.
Quitando mi camisa de mi piel recalentada, la dejo caer al suelo. Después de encender la ducha, empujo hacia abajo mis pantalones cortos y bragas, y me pongo bajo el chorro de la ducha tibia.
Colton es un imbécil. Un sexy, hombre malo. Ni siquiera le pedía algo a cambio, sólo quería tocarlo esta noche, inocentemente al principio, y luego también, no tan inocentemente, pero incluso eso estaba fuera de los límites. Fue una dura llamada de atención acerca de mi acuerdo con este hombre.
Cuando friego mi cuerpo bajo el agua tibia, decido mover mis cosas a una de las habitaciones. No me preocupo por su necesidad de compañía. Mientras termino de lavarme, me doy cuenta de que estoy demasiado sobrecalentada y encendida. Mis pezones están apretados y mi cuerpo está pidiendo un alivio. Dirijo una mano por mi estómago, ahuecando la sensible carne entre mis piernas y libero un gemido ahogado.
Raramente me toco así, sintiéndome insegura y torpe la mayor parte del tiempo. Esta noche no es una de esas veces. Necesito este alivio como necesito mi próximo aliento. Bajándome del banco de piedra, justo fuera del chorro de agua, abro mis piernas y toco los pliegues resbaladizos, sorprendida al sentir lo mojada que todavía estoy.
Mis dedos toman velocidad, dando vueltas y frotando mi clítoris mientras pensamientos sucios de Colton se empujan en mi mente. Froto mis pezones con una mano mientras la otra estimula el firme nudo en mi centro.
Sintiendo que ya no estoy sola, mis ojos se abren para descubrir a Colton de pie frente a mí, mirándome darme placer a mí misma a través de la pared de la ducha de cristal. Sus ojos se pierden en mi cuerpo desnudo y repentinamente en mis piernas juntas. El nivel más alto al cual me había empujado se desvanece, mi orgasmo desapareciendo antes de que tenga la oportunidad de alcanzar su punto máximo.
Colton
Santa mierda.
El espectáculo anterior cambia todo.
Había asumido desde el principio que Sophie no quería que yo la tocara. Pero después de esta noche, cuando la detuve y quité sus manos de mi regazo, ella había venido arriba para darse placer a sí misma. Apartarla había sido el momento más duro de mi maldita vida. No quería que me tocara por algún extraño sentido de obligación, o porque pensaba que me lo debía. Pero sus mejillas sonrojadas, y el coño hinchado me dijeron al instante que ella no había
hecho nada por obligación.
Sophie me quería.
La realización suena como un disparo en mis oídos. No puedo pensar, no puedo ver bien. Todo lo que puedo hacer es mirarla mientras mi sangre bombea fuera de control en mis venas. Ella es encantadora y diferente, como un animal exótico que podría observar durante horas y horas.
Antes incluso de que pueda procesar lo que estoy haciendo, mis pantalones y calzoncillos están alrededor de mis tobillos y los estoy pateando lejos. Caminando bajo el agua tibia, le ofrezco una mano y Sophie la acepta, poniéndose de pie para estar delante de mí completamente desnuda y mojada.
Maldita sea.
La sensación de su cálida piel contra la mía es la mejor del mundo. Hemos estado construyéndolo durante demasiado maldito tiempo. Viviendo en la misma casa, compartiendo una cama, comiendo juntos, evitando al mismo tiempo la tensión sexual construyéndose entre nosotros. Me pareció que era de un solo lado, pero ver la evidencia de su excitación es demasiado. Estoy duro como una jodida roca. Quiero enterrar mis bolas profundamente dentro de su cuerpo dulce y nunca dejarla ir. Esos son pensamientos peligrosos.
-Tú me querías -digo, mirando sus ojos. Ella parpadea, sus ojos azules relajándose. -Dilo -ordeno.
-Y-Yo... te deseo -respira.
Mi boca se estrella contra la suya, nuestras lenguas enredándose salvajemente. Maldita sea, me había olvidado lo suave y exuberantes que eran sus labios. Ella sabe a vino y devoro cada pedacito que puedo, mis manos deslizándose por sus
curvas para agarrar su culo y arrastrarla más cerca.
Pasando mis manos sobre los globos redondos de carne, Sophie inclina sus caderas, presionando su ingle más cerca de la mía. Mierda.
Ella quiere esto tanto como yo, lo cual no hace que nuestra situación sea más fácil o menos confusa. Es una jode-mente. Una batalla que sé que voy a perder. Soy un hombre presionándome demasiado. No puedo alejarme. No voy a dejar a Sophie afrontar las consecuencias de mi rechazo. Y eso es lo que había sido. Había estado negando mi deseo por ella por semanas. Había estado evitando tomar algo que no era mío. Pero esta noche, cuando ella había llegado a mi cinturón, ahora me doy cuenta de que había sido su decisión.
El chorro de agua tibia golpea mi espalda, trayéndome de nuevo en el momento. Mi sangre está corriendo en mis oídos y mi corazón late con fuerza. No quiero nada más que sentir el calor de sus suaves curvas moldeando mi pecho y la tiro con más fuerza contra mí.
El susurro de su aliento caliente corriendo contra mi cuello es más íntimo de lo esperado. Su cuerpo se presiona fuertemente al mío. Se está entregando a mí. Ese conocimiento es una cosa potente, pero no voy a abusar de mi poder. Inhalo una respiración profunda y decido ir lento, para tomarme mi tiempo. Si ella me está dejando tocarla, haré que esto sea jodidamente bueno para ella.
La presión de sus pesados pechos contra mi torso es demasiado para resistir, y llevo mis manos hacia la curva de sus tetas, sin poder esperar más. Son firmes y suaves al mismo tiempo y cuando mis
pulgares pasan por sus pezones su aliento se estremece contra mi cuello. Los froto hacia atrás y adelante, lentamente, dejando que se acostumbre a mi toque. Sintiendo que ella quiere más, les doy un pequeño tirón y su gemido enfatiza el silencio maravillosamente.
-Quiero verte tocándote a ti misma -respiro en su cuello.
Sus ojos vuelven a los míos y ella muerde su labio inferior. No quiero que se sienta avergonzada de que la atrapé. Mierda, ella me atrapó viendo porno, preparándome para sacudirme lejos la otra noche, aunque ninguno de los dos habló de ello.
No responde, pero yo tomo su mano derecha en la mía, la mano que había estado usando para tocarse a sí misma, y la coloco entre sus piernas. Un suspiro pesado cae de sus labios mientras presiono sus dedos en el capullo de su clítoris.
-Siente cómo de hinchado está tu clítoris. -Aprieto sus dedos unidos con más fuerza contra ella-. Toca tu coño para mí. Hazlo sentirse bien -susurro.
Sus dedos comienzan a dar vueltas y su respiración se tambalea en su pecho. Mantengo mi mano sobre la suya así los dos estamos dándole placer. Observo sus ojos cerrándose y una mirada de felicidad se apodera de su cara.
Gemidos exhalados se empujan de sus labios mientras su ritmo se incrementa. Está increíblemente lista y trabajada, sexy como el infierno.
Me siento como un maldito tonto por esperar. Había asumido todas estas semanas, desde que traje a casa la botella de aceite que ella pensaba que era un lubricante, que no le daría la bienvenida a mi tacto. No soy un enfermo dominador y sádico que se
excita con la idea de obligar a una mujer a someterse. Sabiendo que ella quiere esto exactamente igual que yo lo cambia todo. Bueno, casi todo. Ella sigue siendo virgen, y yo todavía estoy...
Aparto ese pensamiento. Me ocuparé de mi pasado después. Nada va a estropear este momento con una Sophie húmeda, desnuda y dispuesta en mis brazos.
Sus ojos son salvajes, desinhibidos como nunca los he visto. Me jodidamente encanta. Sus movimientos crecen con urgencia. Desesperados. Respiraciones irregulares se empujan más allá de sus labios. Está frotando su clítoris en pequeños círculos, haciéndome doler por asumir el control, cuando de repente sus movimientos se detienen y ella lanza un suspiro de frustración. Mi corazón golpea.
-¿Qué está mal?.
-No puedo venirme sin mi vibrador -susurra, su voz una súplica ronca y su labio inferior se volvió en un puchero.
Infierno que no puede. El macho alfa dentro de mí se anima en sus oídos y da golpes en su pecho. De repente, verla deshacerse es la única cosa en mi mente.
-Te tengo, dulzura. -Ella se vendrá con tanta fuerza que va a olvidar su propio maldito nombre. Niega.
-Lo he intentado... consigo acercarme, pero...
Encuentro sus ojos. No necesito un maldito juguete para llevarla lejos, pero si la red de seguridad de un juguete es más cómoda que invitarme a tocarla no tengo ningún problema en ir a recuperarlo.
-¿Dónde está?.
-En mi casa. No lo tengo aquí.
Bueno, eso se resuelve.
-¿Me estás diciendo que nunca has tenido un orgasmo, ya sea por tu cuenta o con un compañero?.
-Sólo hubo una pareja antes y... -Su voz tiembla.
La hago callar con la presión de mis labios en los suyos. Saber que voy a ser el primer hombre en muchos sentidos hace que toda mi sangre se agolpe en el sur.
-¿Cómo diablos aprendiste a chupar una polla de esa manera?.
Sus mejillas se colorean y baja la mirada al suelo de mármol entre nuestros pies descalzos.
-Respóndeme, dulzura. -Inclino su barbilla hasta la mía. Sus pestañas se agitan contra sus mejillas mientras lucha para hacer contacto visual.
-Podría haber visto algunos videos porno antes de la subasta, sólo para estar segura de que sabía cómo.
Santa mierda.
Entrenada por estrellas porno, pero tan pura y dulce como nadie más. No puedo evitar el gruñido de satisfacción que surge de mi garganta.
Se muerde el labio inferior regordete, haciendo que mi erección se tensione al imaginar su boca alrededor de mi pene, y la sensación del suave tirón de sus dientes contra mi piel.
-Sólo relájate y respira para mí, ¿de acuerdo?.
Asiente, sus hombros cayendo ligeramente mientras inhala.
-¿Confías en mí? -pregunto.
Parpadea con sus solemnes ojos azules.
-Sí.
Puedo decir que ella lo dice en serio y me gusta eso. Jodidamente mucho.
-Sólo relájate y déjame hacerte sentir bien, ¿sí? -Probablemente ella había puesto demasiada maldita presión sobre sí misma, o peor, escuchó algunos ex gilipollas quienes no conocían el
punto G y se había mentalizado así. Tenía que creer que no había nada malo en su anatomía. El truco sería conseguir a su cerebro tranquilo para que su cuerpo pueda relajarse y disfrutar.
Ella toma otra respiración profunda y algo de la tensión en su postura cae.
-¿Puedo tocarte? -susurro contra la piel de su cuello. Asiente con entusiasmo.
-Dios, sí.
Trago el pesado nudo en mi garganta. Tengo miedo de que si empiezo a tocarla, no voy a tener la voluntad para detenerme. Pero incapaz de evitar tomar lo que quiero, deslizo mi mano por su vientre, buscando su centro húmedo. Eso envía una sacudida de deseo directamente a mi polla, que salta con entusiasmo contra su vientre.
Con el pulgar presionando firmemente sobre su clítoris, mi dedo índice se desliza contra su estrecha abertura y la siento estremecerse. Quiero penetrarla tan mal que puedo saborearlo.
Sophie me agarra al mismo tiempo que empiezo a frotar el exterior de su apertura, molestándola. Ella mueve la mano hacia arriba y abajo de mi eje. Su férreo control es casi demasiado de manejar. He ansiado su toque durante tanto tiempo, que no tomará mucho tiempo para venirme.
-Con calma, nena, ve lento -le recuerdo. Quiero saciarla, y no voy a durar mucho tiempo si ella sigue bombeando mi polla así.
Sophie desacelera su ritmo, lo que permite que un poco de sangre fluya de nuevo en mi cabeza, y yo vuelvo a darle placer. Separando sus pliegues, encuentro su clítoris hinchado y usando su propia humedad, le acaricio una y otra vez. Un gemido entrecortado se arrastra
hasta el pecho de Sophie y se escapa de sus labios entreabiertos. La toco ligeramente, suavemente, tomándome mi tiempo y conociendo lo que le gusta. Su cuerpo tiembla contra el mío cuando lucha para mantenerse en pie.
Encerrando un brazo alrededor de su cintura, continúo mi asalto. Mi boca se mueve a sus pechos y lamo un pezón y luego el otro.
Presiono mi dedo hacia adelante. Ella está resbaladiza y mojada, y aunque es tan apretada como un guante, mi dedo se desliza fácilmente. Un gemido desigual se enreda en su garganta y mis labios se estrellan en los suyos.
Arrastro mi dedo dentro y fuera de su calor fundido y siento su flexión alrededor de mi nudillo.
-¿Quieres que folle esta pequeña abertura? -Su gemido de desesperación es demasiado. Ni quiera puedo permitirme pensar en lo bien que se sentirá alrededor de mi polla, o voy a venirme demasiado rápido y avergonzarme a mí mismo.
Ella inhala fuertemente y me mira mientras lentamente pero con cuidado añado un segundo dedo. Su cuerpo me agarra y sus ojos se cierran cuando un pequeño gemido cae de su boca.
Hundo mis dedos hacia arriba y presiono hacia abajo en su clítoris. Ella grita, su cuerpo temblando en mis brazos cuando se viene. La visión de su venida en mi mano me empuja sobre el borde, y una corriente caliente de semen sale a borbotones a las baldosas del suelo entre nosotros, marcando el vientre de Sophie en el proceso. Gruño mi liberación, enterrando mi cara en su cuello y muerdo suavemente para no gemir.
-Mierda.
Cuando levanto la mirada, ella me está sonriendo. Sus ojos azules bailan en los míos y su cara es de color rosa. Ella parece feliz, completa y absolutamente feliz y satisfecha. A pesar de que me encanta, me hace sentir como idiota aún más grande negar su tacto durante tanto tiempo. Mi boca captura la suya de nuevo y la beso con avidez, tomándome mi tiempo para explorar cada centímetro de su lengua con la mía.
Una vez que los dos bajamos desde lo alto de nuestros clímax, me doy cuenta de que el agua se ha enfriado a nuestro alrededor. Arranco el agua caliente y lavo la piel flexible de Sophie utilizando una botella de gel de baño de la estantería. Ella se relaja en mi tacto, dejándome frotar sus hombros, su espalda e incluso entre sus piernas. Sus ojos se encuentran con los míos y comparten una comprensión silenciosa. A pesar de que nuestras circunstancias son cualquier cosa menos normales, puedo decir que esta es nuestra nueva normalidad. Es lo que los dos estamos eligiendo. Me asusta pensar cuán compatibles somos.
Yo había estado tratando distanciarla, pero no hay que negarlo, ella es todo lo que pienso. Es todo lo que quiero. Aunque es del todo sincero, la comprensión me asusta. Y se siente bien ser tocado. Incluso si no es real.
_____________________________________________
Y joder con Colton. Es increíble como de idiota e ignorante puede llegar hacer un hombre. ¿lo malo? Es que haci malditamente los amamos y yo creo sufrir de ese mal por dos personas.
Hansel (mi esposo). Y el tarado de Colton. Es imposible no amarlo. Incluso cuando solo quiero darle duro contra el muro (no es lo que están pensando pervers@s).
Amo cuando le dice dulzura a Sophie.
#Teamcophie O #Teamsolton
Os amo mis cachorr@s.
Voten⭐ y comenten✏✏✏✏✏✏.enciona un usuario
=================
cap 11"¿Que coño...?"~®™♥
Estamos acostados en la cama, frente con frente en la pálida luz de la luna. Debería sentirme cohibida sobre nuestras actividades de ducha anteriores, pero me siento completamente feliz y relajada. Saber que Colton me deseaba tanto como yo a él, que su deseo hacia mí no tenía nada que ver con la transacción en la subasta y que fue la culminación de la lujuria cruda, hizo que fuera mucho mejor.
-Tengo una idea... -dice Colton, mirándome pensativamente-. Acerca de que trabajes.
Ha cambiado de opinión. No me quiere fuera de la casa, mi único propósito era encontrar un trabajo. Trago saliva con dificultad y encuentro su mirada.
-¿Qué es?.
Su pulgar se extiende para alisar la arruga grabada en mi frente.
-¿Qué piensas de trabajar para una de mis empresas?. Es sólo otra manera de estar atada a él. Yo quería algo para mí. Pero cuando abro la boca para hablar, él continúa-: Sería para mi organización de caridad. Estoy patrocinando un proyecto muy importante en África y podría necesitar ayuda extra. Trabajo de oficina principalmente... Si eres buena transcribiendo textos y archivando. Kylie es mi única empleada a tiempo completo de la oficina, y ha estado trabajando siete días a la semana simplemente tratando de mantenerse al día con el trabajo. En realidad, sería una gran ayuda.
Sabiendo que es para la caridad, y que no está simplemente dándome algún trabajo de relleno por lástima, me encuentro asintiendo.
-Está bien. Lo haré.
-Perfecto. Le haré saber
a Kylie. Puedes comenzar cuando más te convenga.
-Mañana estará bien. -No creo que sea necesario otro día de descansar bajo el sol o correr sin rumbo a través del sinuoso vecindario de mansiones de Colton.
Se ríe.
-Mañana será.
***
Colton me despierta por la mañana con besos tiernos en mi nuca y yo presiono mi trasero en su entrepierna y gimo con ambas sensaciones. Los besos húmedos y la rígida longitud de su erección situada entre mis nalgas me animan al instante. Estoy bien despierta. Y de repente, muy cachonda, recordando el orgasmo estremecedor que me dio anoche.
Pellizca la base de mi cuello, moviéndose más abajo por mi espina dorsal.
-¿Eso se siente bien, dulzura?
-Sí. -Suspiro. Dándome la vuelta para poder verlo, llevo mis brazos alrededor de su cuello y me acurruco más cerca. Me gusta nuestra nueva falta de límites a la hora de tocar. Se siente bien ser sostenida después de no tener un hombre en mi vida durante tanto tiempo. Anoche nos unimos y es obvio que nos estamos acercando más. Tengo la sensación de que lo voy a echar de menos, incluso más que antes, cuando esté en el trabajo.
Nos besamos y abrazamos durante varios minutos en la gran cama cálida, antes de que Colton se arrastre fuera, diciendo que necesita ducharse y prepararse para el trabajo. Supongo que yo también.
***
Kylie es adorable. Probablemente un par de años mayor que yo, tiene el pelo castaño ondulado atado en un moño desordenado en la cima de su cabeza,
y no usa maquillaje, pero cielos, ciertamente no lo necesita. Sus mejillas son de color rosa pálido y sus ojos verdes son enormes. Está descalza, usando pantalones de yoga y una camiseta sin mangas.
-¡Hola! -Sonríe ampliamente, mostrando sus dientes blancos perfectamente rectos. ¿Todo el mundo en Los Ángeles tiene dientes así?-. No te quedes ahí, pasa. -Me tira del brazo por la puerta, cerrándola detrás de mí.
-Yo soy...
-Sophie. Lo sé. Colton es un completo ángel por enviarte. Dios, me sentía aturdida cuando llamó esta mañana. -Me lleva más lejos de la puerta-. Perdón por el desorden. -Agita la mano en dirección a la desaliñada sala de estar y la cocina-. Soy una terrible ama de casa. Espero que no sea un problema.
-No, está bien. -Navego por la pequeña sala de estar, esquivando cestas de ropa y juguetes perdidos mientras la sigo.
Kylie me lleva hasta la puerta trasera, hacia un conjunto de escalones.
- La oficina está allí. -La señala-. Adelante, iré a agarrar el monitor del bebé.
Empiezo a subir las escaleras, preguntándome en qué me estoy metiendo. Uniéndose a mí unos segundos más tarde, me explica que cuando Colton la contrató para encargarse de las operaciones diarias de su beneficencia, le construyó una oficina en casa, encima de su cochera. Su pequeña casa de dos habitaciones no tenía espacio de sobra y no quería tener que poner a su bebé en una guardería. Fue un arreglo perfecto, y terriblemente generoso por parte de él. Quiero preguntarle cómo se conocieron, pero mantengo
mi boca cerrada y mis celos bajo control.
Estoy aquí para trabajar.
Entramos en un espacioso desván por encima de la cochera. Hay un montón de enormes ventanas que dejan entrar la luz del sol, y dos grandes escritorios de trabajo con computadoras portátiles y archivadores rebosantes de papeles.
Kylie levanta los brazos con orgullo.
-Bienvenida a la sede mundial de Highpoint Associates. -Toma un biberón y un sonajero de bebé de la mesa-. En serio. Lo siento mucho. Habría limpiado si hubiese sabido que vendrías.
-Confía en mí, está bien. Estoy feliz de tener un cambio de escenario. He estado encerrada en la casa de Colton por semanas y me estaba volviendo un poco loca.
-Guau. ¿Vives con él? Eso es... eso es... enorme... -Se gira hacia mí, con la boca abierta por la sorpresa-. Y esa casa es malditamente increíble.
Interesante. Ella ha estado dentro de su casa y parece entender que tener una mujer viviendo con él es un gran paso. Me resulta fascinante y absolutamente frustrante que Marta y ahora Kylie parezcan poseer un profundo conocimiento sobre Colton. No debe ser tan discreto como cree con sus afectos. Su restricción sólo se reserva para mí. Por supuesto, no tengo forma de saber si Kylie realmente durmió con él, pero la mirada lejana en sus ojos me dice que está soñando despierta con algún encuentro memorable. Curiosamente, me dan ganas de golpear algo. Me encojo de hombros.
-Así que, ¿que hay en la agenda para hoy?.
-Correcto. -Sacude la cabeza, apartando el pensamiento-. Primero, te daré una visión general del trabajo que hemos hecho hasta ahora, y luego te
explicaré lo que espero lograr más adelante. Puedes participar en cualquier parte que suene interesante para ti. Asiento.
-Suena bien.
Escucho mientras explica, con más detalle que Colton, sobre su misión de crear una comunidad autosustentable en una zona subsahariana del África rural. Su visión es mucho más compleja que la simple prestación de ropa, alimentos y medicinas a personas necesitadas, como él humildemente me había dejado creer. Quería hacer algo grande, algo que los residentes pudieran sostener mucho tiempo después de que él y sus generosas donaciones se fueran. Es un poco más sofisticado de lo que imaginé y estoy impresionada. No es de extrañar que esté tan ocupado.
Tiene un equipo de planificadores, arquitectos, ingenieros, profesores y médicos que están trabajando en conjunto, perforando en busca de agua potable, cultivando plantas frescas y enseñando a la población local sobre la agricultura y la ganadería, construyendo una escuela para los niños, tratando de preparar a la próxima generación para ser líderes. Lo que Kylie está describiendo es una empresa de gran envergadura. Está creando, esencialmente, una comunidad entera desde el principio. Mi piel se estremece al escucharla hablar y, de repente, estoy muy contenta de no haber encontrado un trabajo en una cafetería, esto es algo a lo que vale la pena dedicar mi tiempo.
Al final de su explicación, Kylie me ofrece una visión general de los archivos pertinentes en el portátil que voy a utilizar.
-Estoy tan contenta de que estés aquí. -Me sonríe ampliamente,
mostrándome los hoyuelos que la hacen lucir más joven-. Dios, Stella estaba loca. -Justo en ese momento, el monitor de bebé emite un sonido y ella salta de su asiento-. Vuelvo enseguida.
Me deja trabajar en la creación de etiquetas de correo y escribo una carta para los inversionistas adicionales. Mi cabeza da vueltas y el trabajo es una distracción necesaria.
Después de nuestro encuentro erótico en la ducha, mi relación con Colton adquiere un nuevo significado, un cambio de una manera sutil, pero perceptible. Me envía mensajes durante el día mientras está en el trabajo, y llama una vez que está regresando a casa.
He estado trabajando varios días a la semana con Kylie, conduciendo yo misma a su casa suburbana en uno de los coches de Colton. Es agradable sentir que estoy haciendo una contribución a algo, y ahora que Colton y yo estamos realmente encajando, me siento mucho mejor con mi situación.
Llamó hoy al mediodía, sonando melancólico, lo que es completamente fuera de su personaje. Lo presioné sobre qué iba mal y solo dijo que era un día muy duro y que ya esperaba volver a casa.
A las seis de la tarde, el personal de la casa se ha ido por horas ya y espero ansiosamente su llamada para decirme que está regresando a casa. No puedo esperar para darle una sorpresa.
Finalmente suena mi celular y atravieso la cocina para recuperarlo de la isla.
-¿Hola?.
-Estoy en camino -dice, su voz plana y sin emociones.
-Está bien. -Mi voz chilla. Será
mi misión animarlo una vez que llegue.
Cuando Colton llega a casa treinta minutos más tarde, estoy lista para él. Tuve cuidado especial preparándome también, teniendo un baño extra-largo en la bañera y afeitándome casi cada centímetro cuadrado del cuerpo, y luego le preparé una comida especial. Era lo único que podía pensar en hacer cuando me enteré de que tuvo un mal día, es lo mismo que mi madre solía hacerme cuando necesitaba consuelo.
Me lo encuentro en la puerta trasera. Su traje está arrugado y su expresión es amarga. Cuando su mirada se levanta hacia la mía, su rostro se ablanda, pero puedo ver que algo le pasa y la necesidad de ayudar burbujea dentro de mí.
-¿Pasó algo en el trabajo? -pregunto, ayudándole con su chaqueta.
Arroja la prenda en el banco esperando. Hace esto cada noche y milagrosamente termina recién lavada y de nuevo en su armario. Ni siquiera creo que se dé cuenta.
-Algo así -dice sin mirarme a los ojos.
-Soy buena oyente. Puedes decirme las cosas, ¿sabes? Puedes confiar en mí -le aseguro.
-Lo sé. Pero cuando llego a casa, hablar de mi día suele ser la última cosa que quiero hacer.
Asiento. Conozco bien el sentimiento. Cuando Becca se encontraba enferma, mis amigos me animaban a hablar de ello, y aunque agradecía el gesto, sabía que hablar de ello solo traería todas mis preocupaciones y temores a la superficie. Mejor mantenerlos encerrados. Así que mientras lo entendía, me puse aún más curiosa sobre lo que podría ser lo preocupante.
-Hice la cena -le digo.
-¿Cocinaste?
-pregunta, su voz levantada con incertidumbre.
Asiento, sintiéndome insegura por alguna extraña razón. Podría ser la forma curiosa en que me está mirando.
-¿Qué hay de Bet?.
-La envié a casa. -No tengo ninguna autoridad para liberar a su personal, pero Colton no dice nada, solo me sigue a la cocina, tirando de su corbata para aflojarla.
Ahora que está aquí, en la cocina conmigo, estoy inquieta. Usando dos agarraderas, llevo el plato que he preparado a la isla de la cocina y lo coloco delante de él. Me siento como si mostrara un experimento de ciencias en la escuela primaria. Uno con resultados muy cuestionables.
Observa con curiosidad antes de mirarme a los ojos. -¿Me hiciste macarrones con queso? -Sonríe de forma desigual.
Al instante me siento como una tonta. Este hombre tiene un gran equipo de funcionarios y un chef personal. Come cosas como remolacha orgánica y ensalada de rúcula, pez espada a la plancha y langostinos alimentados a mano. Y yo simplemente le hice macarrones cubiertos con queso americano procesado. Su expresión divertida me da ganas de meterme en un agujero y morir.
¿Por qué me molesto?
Y ahora me siento particularmente estúpida, porque he enviado a su cocinera a casa por la noche.
-No Importa. -Agarro la cazuela para limpiarla y su mano en mi muñeca me detiene.
-Detente.
-Fue un esfuerzo estúpido -Desperdiciado.
-Detente -dice de nuevo, quitando mis manos del plato-. Cocinaste para mí. -Mis ojos se mueven hasta los suyos, tratando de dar sentido
a la reverencia en sus palabras-. No he tenido una comida casera así, comida de consuelo, en... un largo tiempo. Gracias.
Leí mal su reacción. Está sorprendido. Y aparentemente feliz. Sacando un taburete en la isla, se sienta y se sirve una porción, acumulando un montón de macarrones en su cuenco, sin pretensiones.
-¿Tenemos leche? -pregunta mientras toma un gran bocado de pasta.
Me rio de él y me dirijo a la enorme nevera, y saco un cartón de leche orgánica para servirle un vaso. Observo a Colton comer dos grandes porciones del plato, e insiste en que me le una. Nos sentamos al lado del otro en la encimera, llenándonos con queso fundido y pasta empalagosa. En realidad sabe medianamente decente y estoy aliviada. Aunque si soy honesta, es su reacción la que hace que mi corazón se eleve.
Está inmediatamente más alegre y parece haber dejado escapar el estrés que lo molestaba.
-¿Cómo van las cosas con Kylie? Dice que eres un regalo del cielo.
-Están bien. Kylie es una chica dulce y es exactamente lo que yo quería, algo para sacarme de la casa.
-Bien. -Colton se mete otro bocado, aparentemente satisfecho con mi respuesta.
-¿Más leche? -pregunto, viendo el vaso casi vacío.
Lo mira pensativo por un segundo.
-En realidad... ¿Qué vino combinaría bien con macarrones con queso? ¿Pinot Grigio?.
Asiento.
-Claro. Si te gusta -Hago un ademán de levantarme y su mano en mi codo me detiene.
-Quédate quieta. Yo voy.
Echo un vistazo a la cazuela que le hemos hecho un hueco
bastante impresionante, y la cubro con la tapa, antes de colocarla dentro de la nevera.
Regresa un momento después con dos copas de vino y me entrega una.
-Gracias por esto -dice, con voz seria y sus ojos en los míos.
Asiento y lo miro a los ojos, tomando un sorbo de vino. Mmm. Colton Drake, el vino y la deliciosa comida casera.
Mi día está completo.
Colocamos nuestros cuencos en el fregadero y nos dirigimos al balcón de su oficina, acomodándonos en las sillas de la sala para disfrutar de nuestro vino. Después de varios minutos, el vino y la banda sonora de las olas me relajan.
-¿Qué hacemos ahora? -El tono sensual en mi voz es totalmente involuntario, pero su mirada oscura encuentra la mía y mis músculos sexuales se aprietan. ¡Caray! La mirada hambrienta en sus ojos es nueva y desconcertante.
-Ven aquí.
Me deslizo de mi asiento y cruzo los pocos pasos hasta que estoy de pie directamente delante de él. Mi corazón martillea en forma desigual en mi pecho y por la mirada sensual en sus ojos, me pregunto si esta noche es la noche. Aunque fui meramente curiosa antes, ahora muero por saber lo que se sentirá cuando por fin me tome. Por extraño que parezca, se trata de una invasión a la que daría la bienvenida. Ser envuelta en sus fuertes brazos, sentir sus labios carnosos en los míos y comprender finalmente todo el alboroto sobre el sexo... Me estremezco al pensar.
-¿Tienes frío? -Las yemas de los dedos de Colton acarician mis brazos.
Niego con la cabeza. Los temblores corriendo a lo largo de mi piel no tienen nada que ver con la temperatura.
-Lo
que pasó la otra noche... -Hace una pausa, su lengua perezosamente acariciando su labio inferior mientras sus ojos queman en los míos-, ¿estuvo bien para ti?.
Me trago el nudo enorme en la garganta. Debería sentirme terriblemente avergonzada de que me atrapara masturbándome en su ducha. Sin embargo, cualquiera y todos los sentimientos de vergüenza, están ausentes. Me siento liberada, libre. Y su respuesta, presionarme hacia abajo y unirse a mí, su polla dura alta y orgullosa, presionando en mi piel me demuestra que se sintió de la misma manera. Había algo profundamente reconfortante en eso.
¿Y saber que él sabía cómo darle placer a mi cuerpo mejor que yo?
Esa fue la guinda de un pastel impresionantemente grande.
-S-sí -contesto, parpadeando hacia él.
Se estira hasta coger mi labio inferior con el pulgar y luego engancha su palma alrededor de mi nuca, colocando mi boca cerca de la suya.
-Buena chica. -Se acerca más, envolviendo sus manos alrededor de la parte posterior de mis rodillas desnudas -Quítate las bragas -susurra.
-¿Aquí? -El balcón es privado, pero todavía estamos afuera.
No responde, sus ojos solo se quedan entrecerrados. Es evidente que no hay espacio para la negociación.
Estoy usando uno de los lindos vestidos de verano que compré con Marta en mi primera semana aquí, y el aire fresco de la noche me recorre a medida que llego debajo de mi vestido y deslizo las bragas por mis piernas. Dejándolas caer a mis tobillos y salgo de ellas, entregándole el trozo
de seda azul marino con una sonrisa descarada.
No tengo idea de lo que quiere, pero su mano se desliza hasta mi cara interna del muslo, quitando mi vestido del camino. Sus dedos acarician mi piel desnuda. Incluso después de que la depilación comenzó a crecer, he mantenido un afeitado suave, gustándome cuán sensual me hace sentir.
Sus ojos encuentran los míos mientras me sigue frotando ligeramente. Puedo sentir cómo me mojo mientras las endorfinas se precipitan en mi sangre hirviendo. Me pregunto si la última vez fue un golpe de suerte, o si voy a ser capaz de alcanzar el clímax de nuevo.
Dios, quiero.
Inclino mi cadera permitiéndole un mejor ángulo y la boca de Colton se contrae con una sonrisa.
-Ven. -Toma mi mano y me ayuda a bajarme sobre su regazo así estoy a horcajadas. Mis piernas están muy abiertas y mi coño desnudo está tan cerca que se inclina y comienza a frotarme una vez más. Su otra mano se envuelve alrededor de mi nuca y lleva mi boca a la suya. Sus labios son suaves, completos y exigentes.
Rápidamente se hace cargo del beso, su lengua acariciando la mía en un ritmo hipnótico. Todo mi cuerpo responde, mis caderas meciéndose más cerca y mis manos empujando en su cabello.
Leyendo las reacciones de mi cuerpo, Colton pone su ritmo, girando y frotando mi clítoris hasta que estoy empapada y justo en el borde del clímax. La necesidad de tocarlo se clava en mí. Llego entre nosotros, desabrocho su cinturón y casi rasgo sus pantalones abiertos en mi misión. Una vez que su gruesa polla caliente está en mis manos, deja escapar un gruñido suave de placer. Mi puño lo bombea arriba
y abajo, amando la manera en que sus besos se sienten desesperados a medida que avanzamos juntos hacia la liberación.
Agarrando mi culo debajo de mi vestido, me tira más cerca hasta que su longitud caliente está justo contra mi hendidura. Anclando mis caderas más cerca, me balanceo en su contra. Sus dedos aprietan mi piel rompiendo el beso, sus ojos brillando peligrosamente con los míos.
Me deslizo arriba y abajo en su polla, mi piel está tan sensible que puedo sentir cada borde duro y vena cuando lo monto. Me pregunto cómo se sentiría dentro...
-Cuidado -gruñe, su voz rasposa. Sus ojos son oscuros y medio cerrados como si se ahogara en el placer.
Haciendo caso omiso de su advertencia, me levanto y bajo sobre él, incapaz de dejar de moverme en su contra. La fricción de su polla sólida contra mi clítoris sensible es demasiado. Los pequeños gritos de placer rompen el silencio y me muevo más rápido, frotándome contra su polla dura, persiguiendo el orgasmo que tanto quiero.
Colton me mira moverme contra él, con las manos aún agarrando mi culo mientras trabajo mi cuerpo contra el suyo. Se siente tan bien. Me pregunto cómo se sentiría dejarlo finalmente empujar dentro de mí... Mi cuerpo se aprieta y grito su nombre, viniéndome en un chorro húmedo sobre él.
Cuando la falta de definición de mi orgasmo ruidoso desaparece, abro los ojos y me encuentro con los suyos. Su mandíbula se encuentra apretada, tensa y se ve enojado.
-Yo... lo siento. -Me
levanto de su regazo y me escabullo, temo que haber hecho algo mal.
Colton
Atrapo a Sophie de su muñeca y la hago girarse para mirarme. Sus mejillas están rojas y está respirando rápidamente, todavía tratando de recuperarse de su orgasmo. No llegó a provocarme, sólo monto mi polla hasta correrse y luego simplemente desapareció. No hay nada más sexy que una chica confiada que toma lo que quiere, pero no es así como funciona esto.
-No lo creo, dulzura -gruño.
Atrapa su labio inferior en la boca y lo chupa. Mi polla late, recordándome su difícil situación. Todavía está recubierta por sus jugos húmedos y ahora quiero verla caer de rodillas y lamerlos.
-¿Entiendes lo cerca que estaba? ¿Con qué facilidad podría haberte levantado y empujar dentro de tu pequeño coño caliente?.
Deja escapar un chillido de sorpresa.
Alcanzo la parte de abajo de su vestido y empujo dos dedos dentro de su sedoso canal. Sus ojos se abren y se fijan en los míos mientras bombeo mis dedos dentro y fuera.
-Y es mi trabajo asegurarme de que este pequeño coño apretado esté preparado para mí. ¿No es verdad? -Retiro mis dedos y agarro mi polla, usando su humedad para acariciarla arriba y hacia abajo -Respóndeme.
-S-sí -tartamudea, bajando la mirada al espectáculo que estoy dando.
-Podría hacerte daño. Hacerte sangrar. No queremos que eso suceda, ahora ¿no?.
No responde. Sus ojos azules
sólo arden mientras me mira en un desafío silencioso.
¿Qué coño?
Mis bolas me duelen por la necesidad de estar dentro de ella, pero no puedo. No hasta que haya resuelto mi pasado con Stella. Cuanto más cercano me vuelvo de Sophie, más la entiendo y no quiero lastimarla. La compré para pasar un buen rato y desahogarme, pero en algún lugar a lo largo del camino, se convirtió en algo más. Desde esa primera mañana cuando Pace la miró con interés absorto, algo cambio en mí.
En ella. En nosotros.
-La respuesta es no, Sophie. No quiero hacerte daño. -Fuerzo las palabras de mi boca.
Elabora un suspiro tembloroso.
-¿No se supone que una esclava sexual, no sé, en realidad tenga relaciones sexuales con su amo?.
El deseo de tomarla se convierte en un dolor físico, pero me obligo a mantener la compostura.
-Estás ansiosa, ¿eh? -Arrastro la punta de un dedo húmedo a lo largo de su labio inferior y siento como inhala bruscamente.
-Me compraste, esperando algo a cambio. Llámame loca, pero pensé que era como funcionaba esto -desafía.
-Vamos a dejar una cosa clara. No quiero una esclava sexual. Quiero una compañera. Una amante. Llámame conservador, pero no me gusta el término esclava. -Le pagué a Sophie por estar aquí... ella no está cautiva contra su voluntad.
-¿Una amante? -pregunta, levantando una ceja.
-Te conviene, eres mi pequeño secreto sucio. Una mujer mantenida -le recuerdo, alisando una mano por su trasero, mirando una vena latiendo en su
cuello. No podía dejarla cuestionar mis motivos. Eran demasiado jodidos para que incluso yo los pensara, y mucho más para admitírselos. No me encontraba dispuesto a dejar que Stella jodiera otra cosa en mi vida, planeaba arreglar las cosas con ella, y luego haría mía a Sophie.
-Quítate el vestido.
Todavía me está mirando masturbarme, por lo que le lleva un minuto responderme... su mirada atrapa la mía y sus manos se mueven para levantar el vestido por su cabeza.
Lleva un sujetador de encaje azul pálido que recuerdo de la primera noche y sin decir una palabra, lo desabrocha y lo deja caer al suelo.
Miro mi polla en la mano y luego de nuevo a su boca. Sophie cae con gracia de rodillas entre mis pies y con impaciencia lleva su boca hacia mí.
Jodeer.
La dulce calidez de su boca mientras lame la punta de mi polla envía un rayo que me atraviesa. Aprieto mis abdominales y entrelazo mis dedos en su pelo, introduciéndome más en entre sus labios.
Levantando su mirada hasta la mía, me lleva más profundo, dejando que controle el ritmo con el que penetro su boca. Empujo mis caderas hacia delante a un ritmo lento, queriendo que esto dure el mayor tiempo posible. Acuna mis pelotas, las masajea y gruño de sorpresa cuando les da un pequeño tirón.
Mierda.
Esta chica es buena.
-Tócame -suspiro, y Sophie obedece, envolviendo una mano alrededor de mi base y bombeando al mismo ritmo que su boca. Su ritmo es perfecto.
Mi tronco brilla con su saliva y las sensaciones son suficientes para enviarme en espiral hacia el límite demasiado pronto.
Apoyo una mano en mi escritorio cuando mis músculos se tensan.
-Soph... -susurro una advertencia débil. Me chupa fuertemente, ahuecando sus mejillas, y mi cabeza cae de nuevo hacia mis hombros cuando me vacío en su interior. Traga cada gota, como una maldita campeona, y no puedo resistirme a inclinarme para besar su boca experta. -Eso fue jodidamente increíble.
-Me alegra que te haya gustado.
La ayudo a ponerse de pie y beso su cuello, su barbilla, la punta de su nariz.
-Eso es un eufemismo.
Se enrosca en mí y la sostengo. El contacto físico estrecho es algo a lo que no estaba acostumbrado. Stella nunca fue cálida ni se acurrucó conmigo y perdí a mi madre cuando tenía doce años. Suena tonto, pero ansiaba la sensación tierna, y el calor de un cuerpo femenino suave. La intimidad en el sentido más básico de la palabra ha estado ausente de mi vida durante mucho tiempo. Se siente bien sólo abrazarla.
-Cocinaste para mí -murmuro contra su garganta, cuando el comienzo de nuestra noche vuelve a mí.
-Trataba de ayudar -susurra. Los sentimientos me abruman y me aferro a ella, envolviéndola con fuerza en mis brazos.
-Gracias por los macarrones. -La beso en la sien, sabiendo que estoy en un gran lío.
Sophie
Después de lavarme la cara y cepillarme
los dientes, paseo hacia la cama vistiendo sólo un par de bragas. Llámame loca, pero hay algo que me gusta de saber que lo tiento, pero por alguna razón todavía no va a hacer nada sobre ello.
Pero en lugar de mirarme desde la cama, como esperaba que hiciera, Colton tiene la mirada fija en su teléfono.
Su ceño está fruncido. Teniendo en cuenta lo duro que acabo de hacer que se corra, no tengo ni idea a que se debe su mal humor.
-¿Qué sucede? -pregunto, arrastrándome sobre la gran cama junto a el.
Baja su teléfono y levanta su mirada a la mía.
-Una de mis acciones se está hundiendo -dice.
Está mintiendo. No revisaba su desempeño de las acciones. Antes de que la pantalla se oscureciera en su teléfono, pude ver que se enviaba mensajes de texto con alguien, sus dedos volando sobre las teclas mientras la ira hervía dentro de él.
Lo dejo pasar. Quienquiera que fuese, no es algo de lo que él quiera hablar conmigo, y teniendo en cuenta el progreso que estamos haciendo, no quiero arruinarlo. Por supuesto, tengo una innegable curiosidad sobre su pasado, pero por ahora, tengo que aceptar los pedazos de sí mismo que está dispuesto a compartir.
*
**
Colton
-Necesito ir a Nueva York, a hacerme cargo de algunas cosas -le digo a Pace en medio de las repeticiones.
Me alejo de la banca y me limpió la frente con una toalla. Pace toma asiento, agarrando la barra
con una mirada de confusión en su rostro.
-Dime que esto no tiene nada que ver con ver a Stella.
-Los dos sabemos que necesito hacerme cargo de este desastre entre los dos. Esto se ha prolongado demasiado.
-Es mala idea, Colton. Nunca tuviste ninguna restricción en lo que tuviera que ver con ella. Es sólo que no quiero verte siendo arrastrado de vuelta a algo por lo que trabajaste tan duro por salir.
Está equivocado en una cosa, nunca me he salido.
-De eso se trata este viaje, te lo prometo. Cierre. De una vez por todas.
Se recuesta y le doy la barra de la banca. Hace quince repeticiones, soltando respiraciones lentas y tranquilas. -¿Y cuántas veces durante el año pasado escuché eso?.
Tiene razón. La he dejado que me afecte, que me absorba, pero esta vez se sentía diferente. Esta vez tengo a Sophie en mi vida. Puede no ser mucho, pero tengo algo en el horizonte con una chica hermosa y dulce. Y mi maldita brújula de moral no me dejará que la siga de la manera que quiero hasta que sea libre de la mega-bestia.
Nos movemos a hacer sentadillas, pero él aún me mira con curiosidad.
- ¿Vas a llevar a Sophie contigo?.
-No, joder. Ella no sabe nada sobre Stella y yo, y lo prefiero de esa manera. En realidad, te iba a pedir si podrías pasar por la casa, vigilarla.
-¿No confías en ella estando sola en la casa, eh?.
-No, no es nada de eso. Sólo no quiero que se aburra. -Ahora está trabajando con Kylie, pero sé por experiencia que las noches pueden ser
difíciles estando solo en esa gran casa.
-Hecho, jefe. -Pace me sonríe, una sonrisa tonta que inmediatamente me dice todas las maneras en que planea entretenerla. Me hace querer golpearlo.
Cristo, necesito poner mi cabeza en su sitio.
Sophie
No ha mencionado ir a Nueva York de nuevo y casi me había olvidado de ello.
Pero cuando llegamos a su habitación esa noche, se dirige directamente hacia el armario, coge una bolsa de cuero de lona de un cajón y comienza a rellenarla con artículos de ropa interior.
-¿Empacas? -pregunto, entrando en la habitación detrás de él.
Mi lado del armario se ha llenado de buena manera con los nuevos vestidos, pantalones y tops. Esa camiseta solitaria todavía cuelga al azar de una percha y aún me pregunto acerca de su propietario.
-Sí. No puedo posponer lo de ir a Nueva York por más tiempo. Me voy por la mañana.
Asiento, preguntándome si me preguntará si estoy de acuerdo, pero no lo hace.
-Es sólo una noche -dice, leyéndome la mente-. Y le he pedido a Pace que venga y mire cómo te encuentras.
-Vale -me quejo.
¿Un día y una noche entera sin la promesa de juntarme con Colton para esperar con impaciencia?
Voy a estar revolviéndome inquieta en esta gran casa, sola, incluso con Pace pasando por aquí. Un plan se concreta en mi cerebro
- Creo que voy a llamar a Marta para una noche de chicas. -Doy un paso lejos, dejando a Colton en su armario mirándome detrás con la boca abierta.
***
-¿Eres una vela? Porque quiero hacerte volar. -Aprieto los labios y soplo. Marta se atraganta con su vino, escupiéndolo fuertemente.
Nos encontramos borrachas y practicando frases de ligar usadas por los chicos. Después de la segunda botella de vino, la conversación tomó un giro hacia lo sucio, comenzando con Marta quejándose sobre su falta de vida sexual.
-¡Oh, tengo uno! -Se levanta con los pies inestables y saca su pecho-. Si te dijera que trabajé para la oficina de correos, ¿me dejarías tocar tu paquete?.
Estallo en un ataque de risa. Sonríe tan grande, que no quiero decirle que es, sin duda, la peor frase para ligar.
-Podría funcionar. -Asiento.
Se deja caer en el sofá a mi lado y agarra la botella para servirse más vino. Arqueando una ceja en mi dirección, empuja la botella hacia mí. - ¿Quieres un poco?.
Bajando la mirada a mi copa medio llena, niego con la cabeza. Será mejor que modere mi ritmo. Sólo llevo ocho y estoy decididamente zumbando.
-En serio, ¿por qué es tan difícil hablar con hombres en Los Ángeles? - Se queja, metiendo sus piernas debajo de ella.
Me encojo de hombros.
-Eres hermosa, no puedes tener graves problemas para quedar con un chico.
Su mirada atrapa la mía.
-¿Que pasa contigo?.
-¿Qué pasa conmigo?.
-Tú y Colton. ¿Cuál es la verdadera historia? -Menea sus cejas.
Me río nerviosamente.
-Nada. No hay historia -Mi corazón provoca latidos hasta con la mera mención de su nombre.
Pone los ojos en blanco. -Mentirosa. ¿Están como... juntos?.
Niego con la cabeza. No lo creo. No sé cómo clasificarnos. Nuestro precario inicio ha llevado a algo más, sólo que tengo ni idea de qué. Por mi parte, los sentimientos reales se desarrollan. Es impulsivo, generoso, totalmente sexy y considerado. Por supuesto que me estoy enamorando de él. Pero sus propios sentimientos permanecen herméticamente encerrados. Por lo que sé, podría ver a alguien más paralelamente. Aunque no sé cuándo tendría tiempo. Entre el trabajo, el ejercicio y yo, no tiene nada de tiempo libre.
Sus ojos se encuentran todavía en mí, sopesando mi reacción.
-No hay mucho que contar. Sinceramente, no tengo ni idea de cómo se siente por mí.
-¿Te has acostado con él? -pregunta, su voz cayendo más baja.
¿Lo has hecho tú?
Quiero preguntar.
-No -admito.
Se muerde el labio.
-Ummm. Eso es interesante.
Quiero preguntarle qué tiene de interesante, pero en cambio, me decido a servirme más vino después de todo. El timbre suena y Marta brinca hacia arriba desde su posición en el sofá.
-¡Voy yo!.
Momentos después, Marta se pasea de nuevo en la sala con Pace detrás de ella.
-Mira que he encontrado.
Me había olvidado de que Colton dijo que enviaría a Pace a ver cómo estaba. Los ojos de Pace se posan sobre la mesa de café donde las botellas de vino señalan exactamente lo que hemos hecho.
-¿Te unes a nosotras? -Le sonrío.
Levanta dos botellas
vacías de la mesa y parpadea hacia mí con una sonrisa traviesa.
-Preocupante.
-¿Quién, nosotras? -Marta bate sus pestañas hacia él.
-Estoy bien, pero gracias. Sólo vine a verlas, señoritas, asegúrense de no meterse en demasiadas travesuras mientras el jefe se halla ausente.
-Somos buenas. Discutíamos por qué conocer a un buen hombre es tan difícil. En serio, ¿qué es lo que tiene que hacer una chica para tener sexo en esta ciudad? -Marta se queja, dando otro sorbo de vino.
La diversión brilla en los ojos de Pace y sus labios se doblan en una de sus deliciosas características sonrisas.
-Quiero saber si puedo ayudar.
Marta pone los ojos en blanco.
-Colton te arrancaría las pelotas si me tocas y los dos lo sabemos.
La sonrisa de Pace se desvanece.
-De eso no cabe duda.
Me pregunto qué se trata todo esto, pero mi estómago se queja, recordándome que cenamos de antemano a favor del alcohol. Me dirijo a la cocina, agarrando puñados de galletas y galletitas saladas y comiéndolas mientras me dirijo de nuevo a la guarida donde Pace y Marta hablan en voz baja y susurros. Percibo que el humor de la noche ha pasado, sólo que no tengo ni idea de por qué.
-Es un gilipollas si le oculta esto -dice Marta.
-Trata de solucionarlo, así que tenemos que ser más tolerantes y dejarle hacer esto a su manera -le recuerda Pace con voz firme.
Mi crujido atrae su atención y la conversación se detiene inmediatamente.
-¿Hablan de Colton? -pregunto, tragando un bocado seco de galletas. Es obvio que sí, sólo quiero ver si van a ser sinceros o
van intentar mentirme.
Intercambian una mirada en silencio.
Me dejo caer en el sofá frente a ellos, encontrando la mirada preocupada de Pace.
-¿Por qué no le gusto? -Las palabras caen de mi boca antes de que pueda filtrarlas. Tal vez he tomado más vino de la cuenta.
-Yo sé que le gustas -dice Pace, la confianza filtrándose desde cada palabra suya.
-¿Cómo? -espeto.
-Porque finalmente lidia con esa mierda que debió haber hecho hace años.
-Pace... -advierte Marta.
-Relájate. No voy irme de la lengua. Además, ya sabes que tengo razón -dice.
Ojalá no hubiera bebido tanto, me gustaría que mi cabeza estuviera lo suficientemente clara para armar las piezas de un rompecabezas formándose delante de mí.
-Venga, vamos a salir. La operación chicos guapos entra en vigor esta noche... para las dos -anuncia Marta, con esperanza desde el sofá-. Pace, nos llevarás de juerga, ¿verdad?.
Frunce el ceño, pero asiente.
-Me aseguraré de que estén a salvo.
Sigo a Marta arriba a la habitación de Colton. Se dirige directamente hacia el armario y comienza a elegir trajes para los dos. Ha sido un largo, largo tiempo desde que he salido, pero esto es lo que hace la gente de mi edad, ¿no?.
Marta se pone una mini falda y una camiseta sin mangas justo en el armario. Sabiendo que Pace se encuentra en la otra habitación, sentado en la silla, me llevo mi vestido recto negro al baño para
cambiarme. No he bebido tanto vino.
Se pasea hacia la cama y se deja caer.
-Dios, me había olvidado de lo cómoda que es esta cama. Mierda. -Se acurruca en las almohadas-. Es como si el cielo vomitara y esta cama es el resultado.
Quiero preguntarle cuando demonios se ha acostado en su cama, pero no lo hago. Yo podría pertenecerle, pero él no es mío. Y no me quiero imaginar a nadie más que yo en su cama. Necesitando ocultar mis emociones en conflicto, me dirijo al baño para prepararme.
En el espejo, veo a una chica con los ojos curiosos, muy abiertos, azules y su gran corazón abierto. Es una combinación peligrosa. Enamorarme del hombre que me compró nunca fue parte del trato.
¿Podría ser más ingenua? Ni siquiera se ha acostado conmigo todavía, y mis sentimientos ya se clavan demasiado profundos. Un pequeño pensamiento se empuja en mi cerebro. Tal vez no se ha acostado contigo porque realmente le gustas.
No dispuesta a dejarme llevar con el pensamiento, me pongo el vestido, dejando mi ropa en un montón en el suelo del baño y luego ahuecando el plano pelo marrón en el espejo. Mis mejillas se hallan de color rosa enrojecidas por el vino, pero mis labios se ven más pálidos en comparación. Me pregunto si Marta tiene un poco de brillo de labios que pueda pedir prestado.
-¿Marta? -Salgo del baño sólo para encontrarla estirada en la cama sonando dormida.
Pace me mira desde la tumbona.
-Creo que se halla descartada de la Noche.
Marta deja escapar
un suave ronquido y se enrolla sobre su costado.
Me encojo de hombros.
-Eso está bien. -Estaría igual de feliz cambiándome al pijama y acurrucándome con el mando a distancia del televisor
-Gracias por venir esta noche -le digo a Pace.
-No pasa nada. -Se levanta de un salto-. La verdad es que quería venir y ver cómo te encontrabas. Estaba preocupado por ti. Colton te mantiene encerrada como una excava sexual.
Mis mejillas se ponen de color rojo brillante, pero me obligo a soltar una risa de mis labios. Pace no lo sabe, no podría, me recuerdo a mí misma.
- Lo llevo bien. No tienes de que preocuparte.
-Le gustas, ya sabes.
Asiento. Quiero creer eso. Es una locura lo mucho que lo puedo echar de menos. La casa es demasiado grande y se siente sin vida y vacía sin su presencia. Me muevo para acompañarlo a la salida, pero me detiene.
-Puedo cerrar yo.
-Gracias.
Justo antes de llegar a la puerta de la habitación, se da la vuelta para mirarme.
-Solo para que lo sepas, él nunca engañaría. Se enamora, da a la gente demasiadas posibilidades, es benigno y generoso en extremo. Cuídalo.
Me quito el vestido con la extraña advertencia de Pace todavía resonando en mis oídos. Me pongo una de las camisetas de Colton. Ahora que me he acostumbrado a dormir con él, con sus cálidos brazos alrededor de mí, esta noche voy a tener que conformarse con su olor.
Afortunadamente, la cama es lo suficientemente grande que casi no me doy cuenta de que Marta se encuentra acurrucada delante.
Me estoy quedando dormida cuando mi teléfono suena, informándome
de un nuevo mensaje.
Colton:
¿Estás despierta?
Recibido a las 01:45Am
Mi boca se curva en una sonrisa feliz y pulso el botón de llamar en lugar del de responder al mensaje, deseosa de oír su profunda y retumbante voz. Me cobijo bajo las sábanas para no despertar a Marta.
-¿Hola?.
-Hola -respondo
-Hola, dulzura. ¿Cómo ha sido la noche de chicas?.
Al oír el apodo reservado sólo para mí y su voz ronca, me tranquiliza más de lo que podría haber imaginado. Miro la figura dormida de Marta en la cama junto a mí.
-Ha sido divertida ¿Cómo te... va todo ahí?.
-Eh. Es lo esperado, pero espero tener todo esto resuelto pronto así poder olvidarlo.
No me gusta el no saber.
-¿Me lo dirás...?
-Todavía no. Sólo confía en mí, ¿de acuerdo?.
Asiento, antes de darme cuenta de que no me puede ver.
-Bien. -Lo más loco es que yo confío. Hasta ahora, no me ha dado ninguna razón para no hacerlo -¿Vas a estar en casa mañana?.
-Tengo que quedarme un día más -dice, con voz sombría.
Oh. Mañana es domingo.
¿En qué negocio podría estar metido posiblemente el domingo?
-¿Es trabajar o personal?
-Sophie... -Deja escapar un suave gemido -Me gustaría poder explicártelo todo, pero no quiero que me odies.
-Nunca podría odiarte.
-¿Lo prometes?.
Bostezo, incapaz de mantenerlo en un segundo más.
-Sí.
Se ríe, enviándome una pequeña vibración hormigante que me atraviesa.
-Duerme un poco, dulzura. Nos vemos el lunes.
-Vale. -Me acurruco en la almohada, odiando tener que esperar un día más para sentir sus fuertes brazos a mí alrededor.
___________________________________________
Ya les e Dicho que amo cuando Colton. Dice Dulzura a mi bella Sophie es tan kawai mmmmmmm..
Voten ⭐ y comenten ✏.
Os amo mis cachorr@s.......
=================
cap 12"¿Mi polla enterrada dentro de tu pequeño...?"~®™♥
Colton
El viaje fue un fracaso completo. Desperdicié los últimos años de mi vida con alguien que, ahora me doy cuenta, nunca fue digno de mi tiempo, y un fin de semana en su presencia no arregló una maldita cosa. No sé por qué pensé que lo haría.
Con una mujer como Sophie en mi vida, alguien tan amable, generoso y puro, abrí los ojos a algo más. Lo que tuve con Stella nunca fue la profunda conexión de alma que buscaba. Pero algo me dijo que podría haber encontrado por fin lo que buscaba en Sophie. Ella subastó su virtud para salvar la vida de su hermana. ¿Quién hace eso? Es especial y sorprendente de muchas maneras. Y ahora deseo llegar a casa, a ella.
Me pregunto, a pesar del extraño comienzo de nuestra relación amo/esclava, si tenemos alguna oportunidad de algo real.
Cuando mi avión finalmente aterriza y llega al hangar, ato mi bolsa de lona de cuero a mi moto y salgo como una bala. La única cosa en mi mente es limpiar mis pensamientos del desastroso fin de semana y poner el cálido y flexible cuerpo de Sophie en mis manos.
Mientras mi moto ruge en la autopista de la Costa del Pacífico, el deseo de ver a Sophie y estar cerca de ella se propaga a través de mí. Nunca imaginé que pasar dos noches a solas, después de pasar tantos con ella acurrucada cálidamente a mi lado, me afectaría tan profundamente. Pero ahora lo sé. Mis hermanos dirían que me volví suave, y tendrían razón, pero no me importa.
Irrumpiendo en el vestíbulo, reviso la cocina y el estudio buscándola. Encuentro la planta baja vacía de todo el mundo, excepto del personal de la casa, subo las escaleras de dos en dos y llevo mi trasero a mi dormitorio, decidiendo que de cualquier manera, es el mejor lugar posible en el que podría encontrarla.
Vacío.
Lo mismo con el baño principal. No está aquí.
Llamo a Kylie, quien confirma que hoy no está trabajando.
¿Qué diablos?
A continuación, intento con Marta. No hay respuesta.
¿Todo el mundo desapareció de la faz del planeta hoy?
Incapaz de moderar la ansiedad corriendo por mis venas, me cambio a un traje de baño y decido nadar para quemar el exceso de energía mientras espero que llegue a casa.
Me encuentro con Beth en mi camino a la piscina, quien confirma que nadie ha visto a Sophie.
Setenta y dos vueltas más tarde, mi cuerpo se encuentra cansado, pero mi mente sigue pensando. Salgo de la piscina, dejando un rastro húmedo en el trayecto y colapso en un sillón a esperar. Tiene que volver a casa en algún momento, ¿no? A menos que ya se haya enterado y ella...
No. Al menos me daría la oportunidad de explicar. Tengo que creer eso.
Cuando abro los ojos algún tiempo después, Sophie está sobre mí, su cabello largo cayendo como una ola sobre mi pecho.
-¿Colton? Despierta. Te vas a quemar aquí.
Parpadeo varias veces, la cruda luz del sol de la tarde provoca que destellos bailen en mis ojos.
Sophie
Colton me mira, parpadeando para aclarar su visión. Su traje de baño se encuentra mojado y su piel se vuelve de un tono dorado. No lo esperaba en casa a mitad del día, pensando que una vez que volara de regreso desde Nueva York, se dirigiría a la oficina. Pero en cambio, fue directamente a casa. Esto provoca que mi pecho se encoja. Quiero saltar a sus brazos, pero sigue mirándome y su boca se encuentra fruncida hacia abajo.
Parece que fue al infierno y de regreso.
-¿Qué pasa? -pregunto. Se sienta y frota una mano por su cara.
-¿Dónde estabas?.
-Fui de compras con Marta. -Señalo las bolsas de las compras y las pongo al lado de las puertas de cristal del patio.
Se levanta y anuda la toalla a la cintura antes de alejarse pisoteando.
-¿Colton? -Lo sigo-. ¿Qué pasa? ¿Tu viaje estuvo bien? -Teniendo en cuenta que no me ha dicho absolutamente nada, la pregunta se siente falsa. Lo odio.
-Estuvo bien.
Se encuentra de espaldas a mí y coloco una mano en su hombro, masajeando suavemente el músculo tenso.
-¿Te enojaste porque no me encontraba aquí?.
-Me gusta venir a casa, contigo. -Se encoge de hombros. Lo rodeo, así puedo enfrentarlo a los ojos.
-¿Me extrañaste?.
-No, la casa se hallaba demasiado tranquila. Vacía.
-Los demás seguían aquí. Me extrañaste.
-¿Podemos no hablar de esto? -Su voz es firme, pero su mirada es suplicante y suave. La combinación hace que me derrita un poco.
Suprimo una sonrisa. Saber que me extrañó tanto como lo extrañé, me hace sentir mareada.
-Ahora estoy
en casa. -Enlazo mis dedos con los suyos y su boca se relaja en una de las sonrisas que he llegado a amar en él - Entonces, ¿qué quieres hacer ahora que regresaste?.
Sus manos se envuelven alrededor de mi cintura y me acerca.
-Ven a nadar conmigo.
Mi sonrisa en respuesta ilumina todo mi rostro. Él es tan ligero y despreocupado, decido que me gusta que falte a trabajar un lunes.
-Entonces, fiesta en la piscina. Sólo tengo que ponerme mi traje de baño.
Su boca se curva en una sonrisa maliciosa.
-No, el traje de baño no es necesario. No hay nadie alrededor. -Mira hacia los imponentes arbustos verdes que crean un muro virtual alrededor de su finca, enjaulándola en privacidad. Pero olvida que el personal de la casa permanece aquí y las ventanas de piso a techo significan que tienen una línea de vista directa a la piscina.
Abro la boca para protestar cuando sus manos se deslizan a los lados de mis muslos, levantando mi vestido veraniego para exponer mis bragas negras estilo tanga y sostén de realce a juego.
Arroja el vestido a una silla cercana. -Ups.
Cuando me acerca, piel desnuda calentada por el sol acaricia la mía y mis ojos se cierran.
Sintiéndome audaz, llevo mis manos a la espalda y desabrocho mi sostén, dejándolo caer justo cuando siento los dedos de Colton doblarse a los lados de mi ropa interior. Frota los pulgares sobre los huesos de mi cadera y desliza sus manos hacia abajo, empujando mis bragas por mis piernas y dejándolas
caer a mis pies.
Estar desnuda en la brillante luz del día debería hacerme sentir cohibida, pero la forma oscura y hambrienta con la que Colton me mira, me hace sentir hermosa y especial. Sus manos se deslizan a mis costados, enviando pequeños estremecimientos sobre mi piel a pesar del calor exterior.
-Vamos a conseguir que te mojes -susurra.
Tomando mi mano, me lleva a la parte menos profunda de la piscina de borde infinito y nos metemos juntos, tomados de la mano. El agua es tan cálida y perfecta; no necesita ajuste; mientras envuelve mis tobillos, pantorrillas y luego los muslos. Aunque mi bikini no cubre mucho, nadar desnuda es una experiencia completamente diferente. El agua lame mi piel y la sensación resultante es liberadora y serena. Una vez que nos sumergimos hasta el pecho de Colton y a mis hombros, me enjaula contra el lado de la piscina y se inclina para besarme.
Su boca se mueve con urgencia contra la mía, como si persiguiera algo que está desesperado por reclamar, algo entre nosotros. Me levanto en los dedos de mis pies y envuelvo mis brazos alrededor de su cuello, pasando los dedos por su cabello.
Empiezo a darme cuenta que soy algo más que una follada casual para Colton. Y me gusta que se haya tomado su tiempo, llegando a conocerme, ganando mi confianza antes que las cosas progresaran a un punto de no retorno, a pesar de la espera enloquecedora. Por el camino, me volví una adicta a la calidez que infunde muy dentro de mí, y quiero más.
Por difícil que sea, rompo nuestro beso,
apoyando mi frente contra la de él.
-No me has follado. ¿Duermes con alguien más? -Mi voz es un susurro débil. Pero tengo que saber antes de entregarme a él. Me enamoré de él por completo y el saber que esto no es exclusivo me mataría.
Su mirada determinada encuentra la mía.
-No. No ha habido nadie más. -Besa mis labios castamente-. No he follado a nadie en dos años.
Dejo escapar un suspiro audible. ¿Dos años? ¿Por qué?
-¿Voto de celibato? -bromeo.
-Algo así. -Su expresión es sombría y su mandíbula se aprieta, como si quisiera decir algo más, pero no lo hace.
-Podríamos arreglar eso... -Las palabras permanecen en el aire húmedo entre nosotros y nuestras miradas permanecen fijas la una con la otra.
Envuelvo mis piernas alrededor de su cintura y sus manos se mueven hacia mi culo, sosteniéndome como si fuera ingrávida en el agua. Puedo sentir su erección a través de su traje de baño y me froto contra él, produciendo un gruñido de satisfacción que sale profundo de su garganta.
Presiona sus caderas hacia delante, meciéndose levemente, la presión contra mi clítoris es enloquecedora. En tan sólo unas pocas semanas, me he vuelto adicta a su contacto.
-¿Es eso lo que quieres, dulzura? ¿Mi polla enterrada dentro de tu pequeño coño caliente?.
La fricción es increíble y mis ojos se cierran.
-S-sí -admito.
Los dedos de Colton encuentran mi centro desnudo y me acaricia ligeramente, un dedo deslizándose contra mi sedoso
calor, frotándose, probando, mientras se mueve. Rodea mi clítoris sin poner allí el contacto directo. Gimo de frustración y Colton muerde mi labio inferior, atrayéndolo a su boca y chupándolo.
-Quiero probarte. Quiero follarte con mi boca y mis dedos primero. Quiero asegurarme de que estás lista para recibirme. -Su polla se aprieta en mi centro y entierra su cara en mi cuello. Me encanta poder sentir lo mucho que me quiere.
La necesidad de estar más cerca es un deseo que consume todo, y aprieto más mis piernas alrededor de su cintura como si quisiera acercarme. Sólo la idea de cuán fácilmente se deslizará dentro de mí en el agua caliente, me tiene mojada y lista.
Con mis brazos plantados sobre sus hombros, me balanceo contra él, disfrutando de la sensación de su polla rígida frotando mi centro y de los pequeños gruñidos que libera mientras besa mis labios.
Descruzo las piernas de su cintura, mis pies descalzos apoyándose en el suelo de la piscina y empiezo a desatar la cuerda que cierra su traje de baño. Colton mira trabajar mis manos bajo el agua. Su torso reluciente por el agua es demasiado atractivo. Quiero lamer cada gota de sus abdominales, pero mi objetivo en este momento es tener su hermosa polla en mis manos.
Mi corazón late irregularmente cuando comprendo que esto finalmente está sucediendo.
Él no me detiene.
Al darme cuenta que algo más captó su atención, sigo su mirada hacia la puerta de vidrio que da a la casa. Beth se encuentra de pie en la puerta abierta, mirándonos.
¿Por Dios, demasiado inoportuna?
-Señor Drake... -Comienza ella.
-Algo de privacidad, ¿por favor? -gruñe lanzándole una mirada gélida.
-Pero, señor...
-¡Salga! -grita, pero Beth no se retira.
¿Qué diablos está pasando?
-Señor Drake, su esposa está aquí -dice.
Destellos bailan en mi visión y me sacuden, desestabilizando mis pies.
Una mujer sale detrás de Beth, alta y majestuosa, con mechones de cabello rojo en cascada sobre los hombros y la mirada más glacial apuntando directamente a mí.
___________________________________________
Hijo de su ....
Ven. por cosas como estas es que a veces me dan ganas de golpearlo duro contra el muro es un gran hijo de grandísima fruta. Gilipolla.
Pobre Sophie.😢😢😢
¿que harían ustedes en la situaciones de la pobre Soph?
Yo.... Con una pera (no precisamente de fruta😁) arreglaría el problema luego de castrarlo claro esta.
Comenten que harían ustedes en esa situación.
Voten ⭐ y comenten ✏.
Os amo mis cachorr@s.......
=================
cap 13"¿C-Colton?"~®™♥
Colton
Fijo mi mirada con la de Stella y mi erección se desvanece al instante. Da un paso hacia el patio que rodea la piscina y se detiene abruptamente, notando que no estoy solo. Se ve más vieja, más dura a plena luz del día, pequeñas líneas se arrugan alrededor de sus ojos y su boca se frunce en una mueca.
Su mirada choca con Sophie y tengo el repentino deseo de proteger su cuerpo del cruel escrutinio de Stella, como si con su sola mirada dañaría a mi dulce y pura Sophie. Echo un vistazo a Soph, quien se encuentra desnuda, pálida y temblorosa.
-Bueno, ahora veo en lo que te has mantenido tan ocupado -dice Stella, su voz desprovista de cualquier emoción.
Sophie se aleja de mí, la pérdida de su tacto es desagradable e indeseado.
-¿C-Colton? -Su voz temblorosa es un susurro débil.
No respondo. No puedo. Todo lo que puedo hacer es mirar directamente al par más dulce de ojos azules que he visto nunca y orar a Dios que me dejará explicarme.
-Sí, él está casado, querida, así que sugiero que saques tu desnudez de mi piscina antes de que llame a la policía -dice Stella, colocando una mano con manicura en su cadera.
Una sola lágrima rueda por la mejilla de Sophie mientras se mueve más lejos de mí y sale de la piscina, desnuda y temblando como una hoja.
Mi corazón recién reparado se rompe en mil pedazos diminutos, mientras todo lo que pensé que gané en las últimas semanas, se pierde de nuevo.
-Soph... -Me levanto sobre el borde de la piscina y la alcanzo, pero ella se mueve por las puertas de cristal, sin pasar por las toallas en su prisa por escapar de Stella.
Joder.
El dolor en mi pecho se intensifica. La voz de Stella corta a través de los oscuros pensamientos arremolinándose en mi cabeza. No puedo perder a Sophie. Hay más sucediendo entre nosotros de lo que cualquiera de nosotros esperaba.
Me enamoré de ella.
Mientras el pensamiento corre a través de mí, sé que ya la he perdido.
____________________________________________________
Como que muy tarde para sentimientos bonito.
Este hombre va acabar Conmigo y mis nervios.. 😤😤😤😤.
¡CRUSIFIQUENLO!
Quiero matarlo pero Como sufro de incestopersonajeprincipalfilia
No podría acabar con el.
Por favor *lágrimas* hacedlo por mi en su cabeza *lloro dramática y desesperadamente mientras cubro mi rostro* para que el dolor sea menos intenso.
Os amo mis cachorr@s, aunque quieran acribillar a mi Colton. 😘😘😘
VOTEN⭐ Y COMENTEN✏✏.
=================
cap 14"devastado y roto"~®™♥
Cap dedicado a mis tres chicas favoritas...
tamaratd
keylawade
Daiiana06
Y dos chicas que se han vuelto súper mega importante en mi vida y aquí en Wattpad.
ChicaSucida14
Yayita_Sherazade
¡¡¡Que lo disfruten!!!
-¿Vas a decirme de dónde vino el dinero? -Becca me mira expectantemente sobre el borde de su tercera copa de Chardonnay.
-Colton -revela mi lengua suelta gracias al alcohol antes de que pueda filtrarlo-. Él y yo teníamos una especie de arreglo.
-¿Cómo lo conociste? -pregunta Becca, su mirada inquisitiva.
-Siguiente pregunta. -Puede que tenga varios tragos de más pero no hay manera de que le diga de la subasta. Tenía que mantener algo de dignidad en esta vergonzosa situación.
Sus ojos nunca se alejan de los míos mientras toma otro sorbo contemplativo. Estamos sentadas en un pequeño bar en el lobby de nuestro hotel. Cuando me enteré del estado civil de Colton,
huí a casa, destruida y con el corazón roto. Becca me convenció de que necesitábamos un fin de semana de chicas. Decidí mejorarlo y volamos a Roma por capricho. Así que aquí estamos, a mitad de camino alrededor del mundo y todo lo que podemos discutir es el exacto tema que me hizo huir en primer lugar. Increíble. Tomo otro saludable trago de mi bebida.
Dios, ¿no tienen nada más fuerte que el vino en este país?
-¿Qué clase de arreglo puedes hacer con un hombre que solo te da medio millón de dólares, Soph? -Su tono es acusador. Es algo bueno que no sepa sobre el resto del dinero, que está estancado en mi propia cuenta bancaria. Sé que mi familia tiene un montón de preguntas acerca de dónde vino el dinero para el tratamiento de Becca, y hasta ahora, no he dicho ni una palabra. Hasta ahora. Sus ojos se amplían y golpea una mano sobre su boca-. Oh, por Dios, ¿eras algo así como, su esclava sexual? -Se ríe.
Mis mejillas arden, pero sacudo la cabeza.
-En realidad tienes que tener sexo para que sea el caso, y creo...
Todavía se está riendo, así que sé que no tiene idea de que dio en el clavo.
Ding, ding, ding. Tenemos un ganador.
-No hablemos del dinero, Becca. No es importante. Colton estaba dispuesto a proporcionarlo, y no me arrepiento de nada porque ayudó a que mejoraras. Por favor, déjalo así -le suplico que lo deje ser. Su salud está cooperando por una vez y quiero disfrutar este viaje, solo nosotras. No quiero volver a pensar
en Colton Drake. Es demasiado doloroso.
-Si es tan sexy como dijiste, pasaría un mal momento al no arrancarle la ropa y saltar sobre él. Ups, lo siento, mi vagina accidentalmente aterrizó sobre su pene.
Fuerzo una sonrisa ante su cambio de tema. Por supuesto que es sobre sexo. Becca no es una virgen y está mucho más adelantada en el sexo que yo. Pensarías que es lo contrario, pero de algún modo, yo soy la prudente, mientras que el estar enferma desde muy joven le enseñó a agarrar la vida por las bolas y vivirla al máximo.
Le envidio eso.
Su primera experiencia sexual fue con un chico en el centro de tratamiento para el cáncer. Él tenía diecisiete años y ella apenas tenía quince. Me contó cada detalle, un brillo de orgullo en su mirada. Era inspirador cómo no dejaba que nada se interpusiera en su camino. Había invocado su fuerza interior la noche que me encontraba en ese bloque de subastas esperando ser vendida.
-¿Soph? -pregunta, alejándome de mis distantes pensamientos-. ¿Estás bien?.
-Lo extraño -admito suavemente-. Es una locura, ¿verdad?.
-No lo es. Eso es normal cuando rompes con alguien, por lo que he escuchado.
-No rompí con él. No era mi novio. Está casado, ¿recuerdas? -Le había dicho todo a Becca, sobre vivir con él, volvernos más cercanos, y sobre estar desnuda en la piscina cuando su esposa llegó una tarde. Por supuesto que Colton trató de detenerme, todo menos enfrentarme en el pasillo de su mansión que de repente se sentía fría y extraña para mí. Esperé que tratara de negarlo, que
me lo explicara todo, pero lamentablemente, era cierto. Stella era su esposa. Estuvo casado todo el tiempo.
-Técnicamente. Pero todavía pienso que necesitas el resto de la historia. Obviamente su esposa no estaba viviendo ahí. ¿Cuánto tiempo han estado separados?.
Me encojo de hombros.
-Él no había tenido sexo en dos años. -Amenos que también estuviera mintiendo sobre eso. Ya no sé qué creer.
-Maldición, esa es una larga temporada de sequía. Y si es tan sexy como dijiste que es... no es como si no hubiera tenido ofertas, ¿no?.
Yo era una de esas ofertas.
Me sonrojo, dándome cuenta de que prácticamente le puse mi vagina en bandeja de plata y repetidamente la rechazó. Es suficiente para darle a una chica baja autoestima.
-Escucha, está bien extrañarlo. Está bien estar confundida. -Se extiende a través del espacio entre nosotras y toma mi mano. A pesar de ser seis minutos más joven que yo, Becca siempre ha sido muy sabia para su edad. Su consejo es reflexivo y puntual. Bebe lo último de su vino.
-Pero estamos en la maldita Roma en un viaje de chicas por primera vez en nuestras vidas, así que no está permitido lamentarse. Vamos a divertirnos.
Yupi, diversión.
Mi corazón se siente como si hubiera pasado por una trituradora de papel. Asiento y fuerzo una sonrisa en mi rostro. Becca tiene razón. Este podría ser realmente el viaje de nuestras vidas para ambas.
Quién sabe lo que traiga el futuro. No puedo desperdiciar el tiempo en sentir lástima por mí misma. Claro que es más fácil decirlo que hacerlo.
Extraño la cama de Colton, su aroma, la sensación de su áspera barba contra mi mejilla cuando nos besamos. Extraño todo de él. Justo mientras comenzábamos a acercarnos, todo lo que había empezado a amar fue arrancado de mí, dejando un agujero en mi pecho.
Forzándome a alejar los pensamientos de él de mi mente, me tomo el resto de mi vino y miro el encantador ambiente del bar que nos rodea, esperando que este viaje sea la distracción que necesito.
***
A la mañana siguiente, el toque en la puerta de nuestra habitación nos sorprende a ambas. Becca y yo intercambiamos una mirada. Ella se encoje de hombros mientras cruzo la habitación para ver quién es. Al menos ambas estamos vestidas.
Una vez que la puerta se abre, tropiezo hacia atrás, mirando esos oscuros, intensos ojos enmarcados por pesadas pestañas que reconocería en cualquier parte.
-Colt...-murmuro, absolutamente sorprendida de verlo aquí en Italia.
-Soph...-responde, su voz ronca.
-¿Q-Qué estás haciendo aquí? -Estoy sin aliento y no sé por qué.
-Tú -dice simplemente, sus ojos quemando los míos.
Todo lo que he estado tratando de olvidar me golpea a la vez. Sus profundos ojos azules hambrientos y buscando. La masculina línea de su mandíbula, su altura, e incluso su aroma evoca un sentido de deja-vu.
Recuerdo todo con perfecto detalle, incluyendo el perverso placer que le daba a mi cuerpo. Suprimo un cálido estremecimiento.
-Hola, pastelito -dice Pace, sonriéndome desde detrás de Colton.
¿Qué en el mundo?
Recordando mis modales, dejo que mi mirada vague de mala gana de Colton para saludar a Pace y presentarle a Becca. Totalmente perdida por lo que están haciendo aquí, doy un paso a un lado para dejarlos entrar.
La amplia sonrisa de Becca mientras sacude la mano de Pace me recuerda el efecto que puede tener en una chica reunirse con él por primera vez. Sus mejillas están rosadas y sus ojos están encendidos con picardía.
Oh, esto no es bueno.
-Y esta debe ser el infame Colton Drake -dice ella, encontrando los ojos de Colton.
Mirando a mi hermana mientras aprecia la perfecta forma de Colton de la cabeza a los pies, mi pecho se aprieta y siento mis ojos llenarse de lágrimas. Luego mi rabia comienza a elevarse, recordando su traición. Pero estoy en tal estado de sorpresa que me toma un momento hacer funcionar mi boca.
-Ignóralo. Ya se va -digo, recordando lo que hemos pasado.
-Ahh, no seas así -dice Pace- Solo pasamos diez horas aprendiendo a volar para venir a verte. Lo menos que puedes hacer es invitarnos a entrar, y dejarme coquetear con tu hermana -Su sonrisa ladeada está de regreso y lo juro, prácticamente veo doblarse las rodillas de Becca.
-¿Aprendiste a volar por mí? -espeto sin pensar.
-Era la única opción. El jet no estaba disponible. Quería salir en el próximo vuelo y la primera clase se encontraba llena -explica
Colton.
Trato de imaginar a estos dos hombres, quienes miden más de dos metros de altura doblados en los estrechos asientos del avión durante horas.
-Ahora, eso es amor -declara Pace en voz baja.
-¿Aquí es donde se están quedando? -Colton echa un vistazo alrededor del pequeño cuarto, lo que le toma tres segundos.
Venir a este viaje ya era un derroche en primer lugar, no iba desperdiciar el precioso dinero que tenía en volar en primera clase o una lujosa habitación de hotel. Incluso aunque hasta ahora Becca había respondido bien al tratamiento, no había garantía de que permaneciera saludable, o que no necesitaría otra ronda en un costoso centro de tratamiento.
-¿Qué hay de malo con la habitación? ¿No satisface tus altos estándares? - declaro, cruzando mis brazos frente a mi pecho.
Frunce el ceño.
-Déjame darte una mejor. Déjenme llevarlas a un lugar más apropiado -dice Colton, sus ojos encontrándose de nuevo con los míos.
¿Cómo se atreve?.
No puede llegar aquí, interrumpir mis vacaciones y después insultar el lugar donde me estoy quedando. No lo controla todo. La urgencia de empujarlo fuera del cuarto y cerrarle la puerta en la cara es casi abrumadora. Tomo una respiración profunda, mientras él lee mi incómoda expresión y da un paso atrás.
-No importa. Mientras estén cómodas. -Mira la ropa de cama como si estuviera buscando chinches.
Imbécil.
-Lo estoy - O por lo menos lo estaba hasta que llegó
de la nada y envió mis emociones completamente en picada.
Pace cruza la habitación, saca la pequeña silla del escritorio y se deja caer en ella. Su forma empequeñece todo en nuestro cuarto. Se ve fuera de lugar, pero de buena manera.
-No me había dado cuenta de que tenías una hermana. Lo sexy obviamente corre en la familia. -Le da un guiño a Becca.
-Somos gemelas -le informa Becca.
Siempre nos hemos visto un poco diferentes, y ahora más que nunca. Con el cabello de Becca volviendo a crecer, apenas llega a sus hombros y lo lleva ondulado y desordenado. Mi cabello cae como una gruesa cortina por mi espalda y es tan liso como una flecha. También es como siete kilos más delgada que yo. La quimio te hace eso.
-Mmm -gruñe Pace, sus ojos vagando entre las dos-. Siempre he tenido una fantasía secreta con gemelas. -La mirada hambrienta en su rostro es suficiente para llevar a una mujer a sus rodillas. Becca no tiene oportunidad ante su encanto.
Colton se acerca a mi lado, sus puños tensándose cuando lanza una mirada malvada hacia Pace.
-No me hagas matarte tan pronto después de aterrizar. Eso realmente arruinaría el viaje.
-No me hagas confiscar tus bolas. Ahora ve a hablar con tu mujer -lo desafía Pace.
Abro la boca para corregirlo. No soy la mujer de nadie, pero mi cerebro regresa a la fatídica noche en que Colton me adquirió en la subasta. Acepté el dinero y gasté una buena parte de él.
¿Eso significa que todavía le pertenezco a pesar de descubrir que está casado?
Maldigo
el estúpido contrato, maldigo al hombre por sostener cautivo mi corazón. Eso nunca fue parte del plan.
Cuando encuentro sus ojos nuevamente, se ve perdido, roto, y eso tira de algo profundo dentro de mí. Por mucha rabia que sentí cuando descubrí que me había mentido todo el tiempo que estuvimos juntos, todavía tengo sentimientos por él. No puedo solo apagarlos. A pesar de sus defectos, ayudó a mi hermana, y me hizo sentir viva. Él era todo lo que nunca supe que quería.
-¿Podemos salir al pasillo y hablar por un minuto? -pregunta Colton, su voz un susurro suave.
-Escúchalo, niña. Hazlo por mí -dice Pace, sus hoyuelos a máxima potencia, como si supiera que son imposibles de resistir. El idiota.
Trago y doy un imperceptible asentimiento antes de seguirlo al pasillo. Voló medio camino por el mundo, lo menos que puedo hacer es escuchar su explicación. Tal vez me dará un muy necesario cierre. Tal vez pueda obtener las respuestas que necesito para continuar y también descubrir en dónde nos encontramos con respecto a la enorme cantidad de dinero que intercambiamos. Nunca recogió su parte del trato después de todo, todavía soy virgen.
Una vez que estamos en el pasillo, Colton se detiene delante de mí, mirándome a los ojos directamente.
-Entonces, esa es Becca, ¿eh? -Inclina su cabeza hacia la puerta.
-Sí.
-Se ve bien. Es decir, saludable.
Asiento.
-Sí, el tratamiento funcionó, hasta ahora. Va a tener otra ronda en dos semanas, pero con todo lo que ha pasado, parecía un buen momento
para escapar, para ambas. -Ninguna de las dos ha hecho nada así antes, pero era parte de mi plan de empezar realmente a vivir.
Asiente.
-Ya veo.
Nos quedamos en silencio por varios segundos y la mano de Colton se tuerce como si quisiera tocarme, pero no lo hace. Gracias a Dios.
-¿Y el hecho de que huyeras a otro país tiene algo que ver con... Stella?.
Me encojo involuntariamente. Odio que diga su nombre. Eso inmediatamente conjura la imagen de ese día en la piscina, cuando todo mi mundo se destrozó. En Italia, su nombre no existe.
-¿Me contarás la historia? -pregunto.
-Cualquier cosa que quieras saber.
-¿Te estás divorciando?
-Eso está en discusión.
-Entonces me voy. -Me giro hacia la puerta, mi mano agarrando el pomo.
-No. Quédate. Escúchame, por favor -implora Colton, alejando mis dedos de la manilla de la puerta.
Su mano sobre mi piel envía una ráfaga de calor a través de mí ante el recuerdo de lo que esas manos pueden hacer. Aún es el único hombre que me ha hecho venirme.
Me estremezco como si el recuerdo chamuscara una parte de mí.
Escucho una ronda de risa femenina detrás de la puerta. Me calienta escuchar a Becca divertirse, y eso me devuelve al momento. Girándome para volver a enfrentar a Colton, tomo una profunda, calmante respiración.
-¿La amas?.
-No. -Su voz es segura, firme-. Nunca la amé como debía hacerlo.
Mis hombros se relajan levemente. Incluso si mi cuerpo quiere correr, y mi cabeza está gritándome
que escape, mi corazón se ha ligado a este hombre. Y para bien o para mal, una parte de mí necesita escucharlo, entender esta desastrosa situación en la que me encuentro. Tal vez si puedo encontrarle sentido, entonces pueda seguir adelante.
-Por favor, déjame explicarte, eso es todo lo que pido. -Levanta sus palmas en un gesto conciliador.
Nunca lo había visto parecer tan devastado y roto. Ojeras delinean sus ojos y no se ha afeitado en días. Aunque estoy de acuerdo en escucharlo, una ola de nauseas me golpea.
¿Estoy preparada para manejar lo que sea que está a punto de decirme?
Pongo una mano contra la pared buscando apoyo.
-Solo necesito un minuto...
Deja salir un pesado suspiro y juro que parece que el arrepentimiento cae sobre sus facciones.
-Te daré todo el tiempo que necesites, dulzura -murmura.
El apodo en sus labios se presiona como un peso contra mi pecho. Mi corazón se siente pesado, latiendo sordamente contra mi caja torácica.
Otro ataque de risa de Becca nos saluda desde detrás de la puerta.
-Probablemente está tratando de meterse en sus pantalones -dice Colton.
-No creo que a ella le importe mucho.
-¿Deberíamos comprobar a nuestros hermanos mientras te tomas un minuto?.
Asiento. Bien podríamos hacerlo. No creo que esté lista para oír toda la sórdida historia acerca de cómo el hombre del que me estaba enamorando está casado, y por como suena, no necesariamente planeando divorciarse. Una bebida fuerte podría ayudar a aliviar un poco este dolor en mi pecho, también.
De vuelta
en la pequeña habitación de hotel, Becca y Pace están de pie cerca de las ventanas abiertas, enfrascados en una conversación. Nunca la había visto lucir tan feliz y animada. Está coqueteando abiertamente y acicalándose como un pavo real, torciendo un mechón de cabello alrededor de su dedo y sonriéndole brillantemente. Nuestras vacaciones están a punto de volverse más interesantes.
Notando que nos encontramos de regreso en el cuarto, Becca se gira hacia mí. -Soph, ¿sabías que Pace pasó un semestre estudiando aquí en Roma?. Va a llevarme de excursión, para mostrarme los mejores lugares que no están en esas guías de turismo que compramos.
Tanto por patear a Pace y a Colton. Se suponía que este era un viaje de chicas, pero no voy a negarle nada a Becca, y puedo decir que le encantaría pasar más tiempo en compañía de Pace. Es esa maldita sonrisa ladeada y su hoyuelo que solo te ruegan que vayas a jugar.
-¿Cómo supiste en donde estaba? -le pregunto a Colton.
-Kylie -confirma.
Comencé a trabajar con Kylie en la organización benéfica de Colton un par de días a la semana y no se sintió bien dejarla colgada. Y mientras que solo había tenido la intención de decirle que estaría fuera de la ciudad por un tiempo, ella de alguna manera me hizo soltar la sopa sobre mi viaje a Roma.
-¿Cuándo llegaron? -pregunta él.
-Anoche. -Es casi mediodía, pero con el cambio de horario y el vino que consumimos anoche, ni Becca ni yo hemos desempacado nada. En realidad es un milagro que estemos levantadas y duchadas.
-Asumo que no han almorzado todavía. Vayamos a conseguir algo de comer y lo explicaré todo. -Se gira hacia mi hermana, quien por alguna razón está apretando el bíceps de Pace mientras él le sonríe con adoración.
-Pace, Becca, ¿qué les parece un bocado rápido antes de irse de excursión?.
-Estoy dentro -dice Pace.
-Yo también -se entromete Becca, agarrando su cartera.
Quiero enfurruñarme, estampar mi pie y negarme a ir, pero negarme la comida es una infantil manera de castigarlo.
-Hay servicio de habitación. - Asiento hacia el menú ubicado encima del vestidor.
-De ninguna manera vamos a quedarnos dentro de la habitación todo el día, Soph -incita Becca-. Vamos, solo es un almuerzo.
Le frunzo el ceño. Traidora. Hago una nota mental de no ser tan buena con ella. Como ahorrarle un poco de agua caliente para la ducha esta mañana, ese era un trato de una sola vez en la vida. Puede que piense que está ayudando al interferir entre Colt y yo, pero no lo hace.
Recojo mis cosas, mi cartera, lentes de sol, los euros que cambié antes de dejar el aeropuerto, y sigo al grupo hacia el elevador. Esto debería ser interesante.
_____________________________________
1ro que todo dedico este cap a mis chicas favoritas. Las que me motivan con su apoyo incondicional. De verdad gracias por sus votos y comentarios que me alegran el día.
VOVOLVIÓ COLTON.....
YA LES E DICHO QUE AMO CUANDO LE DICE DULZURA. A. MI BELLA SOPHIE.
Y e aquí el de la semana. Se lo que dije pero no me pareció hacer pagar a todos y como el ángel que soy subí cap hoy....
=================
cap 15"no me mientas, dulzura"~®™♥
La cafetería con terraza es hermosa y discreta. Mesas negras de hierro forjado y sillas con cojines mullidos de color vino, y la hiedra que crece a lo largo de un pequeño enrejado que separa la calle de la terraza de la cafetería, completan el espacio. Por encima, el cielo azul está soleado y claro, pero no hace demasiado calor, y me resulta difícil mantenerme de mal humor.
Colton sugiere un vino blanco de un viñedo local y cuando llega, nunca he probado algo tan ligero, fresco y refrescante. Su impecable sabor es sólo una cosa más fácil de amar de él. Pero no puedo ir allí. No lo haré. Mi cuerpo ya me ha traicionado saltando a la vida cuando está cerca, al igual que cuando me ayudó con la silla y su mano rozó la parte inferior de mi espalda. Dejó un hormigueo en la piel. Y cuando deslizó la silla en frente de mí, su altura e imponente presencia causó que me aleteara un poco el pecho.
Tengo que controlarme.
Sus ojos recorren mi piel, mis hombros desnudos expuestos atisbándose a escondidas del top y mi pecho y el cuello a ras del calor. Me alegro de que nuestras hermanas vayan al grano cuando se trata de hacer una conversación, porque Colton y yo nos quedamos en completo silencio. La charla no parece encajar en mi estado de ánimo y no tengo la menor idea de qué decir independientemente. Ellas charlan a lo suyo, sin que les importe el mundo, mientras Colton y yo intercambiamos miradas serias.
-¿Cuánto tiempo llevan aquí? -pregunta Becca.
-Depende -dice Pace.
-¿De qué? -reto. En lo que a mí respecta, Colton lo ha dejado claro, mostrándose aquí en algún
tipo de alarde masculino para reclamar su propiedad. Puede enojarse ahora, muchas gracias.
Los ojos tristes de Colton se deslizan sobre los míos.
-Quiero una oportunidad -dice, su voz oscura.
¿Una oportunidad de explicarse, o una oportunidad conmigo?
Estoy agradecida por las grandes gafas de sol que me protegen los ojos de los suyos.
-¿No es eso lo que ella te ha dado todas esas semanas en LA? -pregunta Becca, viniendo a mi rescate.
Gracias, Dios.
La hermana sana y luchadora que conozco y amo está de vuelta. Miro por encima a Becca, comunicándole mi agradecimiento sin necesidad de hablar.
Colton observa la interacción que ocurre entre Becca y yo, no dudando en preguntarse lo que le he contado de mi tiempo en Los Ángeles. Espero que me conozca lo suficientemente bien como para saber que nunca habría divulgado nuestro secreto.
-La cagué. Fue un error que no te dijera... -La voz de Colton es gruesa con emoción, a diferencia de la que jamás le he oído antes.
-Stella es un mega bestia que... -comienza Pace. Colton levanta una mano, silenciando a su hermana.
-No, Pace. Este es mi problema. Voy a arreglarlo.
No tengo ni idea de por qué, pero el repentino deseo de aliviar su dolor y angustia estalla dentro de mí.
-¿Estoy aquí no? -digo, mirando a los ojos de Colton. Por supuesto, no soy lo suficientemente valiente para quitarme la cubierta de mis gafas de sol, pero aun así.
Su mirada triste se disipa muy ligeramente.
Una
hora más tarde, estamos por nuestra segunda botella de vino antes de que la camarera incluso piense en traer el menú del almuerzo. Me doy cuenta de que la sugerencia de Colton de tomar un bocado rápido se está convirtiendo rápidamente en un asunto de toda la tarde. El ritmo de la comida de este país no es nada como los EE.UU...
-Vamos a pedir algo de comer, ¿de acuerdo?-pregunta Pace, y me entrega un menú impreso íntegramente en italiano.
Nuestra comida es finalmente entregada, y mientras comemos, Becca se abre sobre su tratamiento. No puedo dejar de notar cómo Colton se inclina hacia adelante en los codos para absorber cada palabra. Él sabe que los altos precios del tratamiento fueron posibles por su generosa oferta ganadora. Y tal vez es es su lado caritativo, pero puedo ver en su expresión reverente que algo dentro de él se siente orgulloso de haber ayudado.
Cuando Becca sondea a Colton sobre su trabajo, él hace algunos comentarios improvisados acerca de la banca de inversión y luego se lanza en una discusión detallada de su fundación de caridad. Está cerca de cumplir su misión en África. La nueva escuela que ha construido tendrá su gran inauguración en breve.
Becca está asombrada escuchándolo. claramente es un buen partido que acaba de ponerse aún mejor a sus ojos.
-La obra de Sophie no está olvidada. Fue de gran ayuda esas semanas que pasamos para atrapar a Kylie. -Él alcanza mi mano y me muevo bajo la mesa.
Aunque la conversación zumba alrededor de mí, apenas puedo mantener el ritmo. Mi cabeza está llena de preguntas sobre el
matrimonio de Colton con una mujer a la que reconocidamente no ama.
¿Por qué se casó con ella?
¿Dónde ha estado mientras yo he estado durmiendo en su cama?
Toda mi relación con él ahora se siente contaminada.
A pesar de nuestro precario inicio de las cosas, empecé a creer que había sido traído a mi vida por una razón. Enviado a mí como un ángel de la guarda para sanar a Becca y mi despertar sexual. Me pasé dos meses viviendo con él, acercándome, enamorándome de él.
Me pregunto ahora más que nunca por qué no se acostó conmigo.
¿Era porque no quería ser infiel a su esposa?
-¿Sophie? -La voz de Colón corta a través de mi cabeza-. ¿Más vino?. -Niego con la cabeza.
-Preferiría ponerme en marcha de regreso al hotel -Él mira su reloj y frunce el ceño.
-Está bien. Eso debería estar bien.
Terminamos nuestro almuerzo de insalata, pan caliente, vino blanco y varias botellas de agua con gas. Después de que Colton paga la comida, Pace y Becca se levantan de la mesa, pareciendo un poco achispadas y con ganas de compensar su exploración.
Colton y yo caminamos al lado del otro en silencio todo el camino de vuelta al hotel. Pero hay tantas nuevas vistas, sonidos y olores que capturar, que apenas observo el rígido silencio incómodo que se instala entre nosotros. Simplemente el navegar por las calles empedradas desiguales con mis sandalias de tiras me lleva una concentración extra. Cuando llegamos al hotel, Colton abre la puerta y me
hace pasar con su palma caliente una vez más contra mi espalda y dejando una ráfaga de hormigueo a su paso.
Un joven vestido con un uniforme del hotel nos detiene en el vestíbulo.
-Una nueva llave para usted, señorita. -Su acento italiano acaricia las palabras, por lo que suenan mucho más sexy de lo que son.
-Tengo una llave. -La sostengo.
-Sí, pero es para su nueva suite. Planta diecisiete. -Dobla la tarjeta llave en mi mano, mientras que me quita la vieja.
Recuerdo que Colton se detuvo para hablar en voz baja con el conserje antes irnos del hotel.
¿Es esto lo que ha hecho?.
Él levanta una ceja y se encoge de hombros.
-Sólo quería que estuvieras cómoda.
Me muerdo la lengua para evitar señalar que había estado más cómoda antes de que él apareciera y comenzara a interferir, pero en el fondo, sé que está tratando de ser amable, tan molesto como eso podría ser. No puede ganarme de nuevo con gestos reflexivos y observaciones dulces. Llámame loca, pero tengo una regla sobre ir a citas con hombres, que están casados: no lo hago.
-No deberías haberlo hecho -muerdo y me doy la vuelta hacia el ascensor, golpeando el botón varias veces con mi pulgar. Me doy cuenta de que Colton está esperando a mi lado y le doy una mirada afilada-. Creo que puedes esperar en el vestíbulo a Becca y Pace para acabar la cita turística.
-Me prometiste que podríamos hablar -dice, haciendo que su tono sea claramente de desagrado.
Sí, pero eso fue antes del vino y de las miradas posesivas que él me obsequió durante todo
el almuerzo. No confío en mí misma a solas en una habitación con él ahora mismo.
-No creo que estar a solas en una habitación de hotel con un hombre casado sea lo correcto.
Lanza un gruñido de frustración a la vez que las puertas del ascensor se abren, y me arrastra dentro.
Campanas de advertencia suenan dentro de mi cabeza. Estoy a punto de estar a solas con un hombre que todavía tiene poder sobre mi corazón a pesar del estatus de no disponible de su relación.
Se fuerte. Sophie.
Colton
Fijando a Sophie en la pared del ascensor, mis manos se aprietan en puños por encima de su cabeza. Necesito invocar cada onza de autocontrol que tengo para no empujar mis caderas contra las suyas y reclamar su boca. Sé que he perdido la razón, pero mi cuerpo se niega a entender eso.
Puedo ver su pulso vibrar en el cuello mientras me agacho cerca de su oído.
-No me empujes ahora. No puedo controlar mis emociones de mierda - algo muy nuevo para mí, puedo asegurarte. Ella empuja ambas manos contra mi pecho, empujándome hacia atrás varios pasos.
-Oh, ¿no puedes controlar tus emociones? Trata de ponerte en mi lugar. - Su voz se eleva frenéticamente-. Estaba completamente desnuda en tu maldita piscina tratando de seducirte cuando tu esposa se presentó. -La palabra esposa es escupida de su boca como una agria bomba.
-Te fuiste corriendo antes de que tuviera la oportunidad de explicarte. No respondiste a mis llamadas y ahora que he volado seis mil millas sólo para establecer el récord directamente contigo. -Doy
una respiración profunda y enderezo mi postura. Discutir con ella no va a llegar a ninguna parte. Por supuesto, tiene el derecho de estar enfadada. -. Escucha, Soph. Necesitaba verte. He venido arriba para hablar contigo.
Después de una intensa disputa, su mirada cae al suelo mientras ella se da cuenta de que más negociación será inútil.
-¿En qué piso estoy?.
-Planta superior -respondo. La mejor suite que tienen. Obviamente.
Al darse cuenta de que sólo estamos de pie en el ascensor, que aún no nos hemos movido desde el nivel del suelo, con cautela se inclina y presiona el botón.
Mi boca se levanta en una sonrisa. Estamos progresando.
Por mis instrucciones, el equipaje de Sophie y de Becca se ha transportado a la suite. Hay un salón de tamaño moderado, dos dormitorios separados, cada uno con su propio baño y un pequeño balcón con vistas a la fuente del patio. Ella se da un minuto para navegar por las habitaciones, ligeramente pasando los dedos a lo largo de un dorado aparador antiguo y doblando la cintura para oler el nuevo arreglo de flores blancas en la mesa de café.
Tomo cada segundo que pueda para empaparme de ella. Aunque sólo han pasado tres días desde que la he visto, entre mis brazos, dormida con su cuerpo caliente junto a mí, se siente como si fuera mucho más tiempo. El privilegio de tocarla se ha roto, y mi cuerpo se revuelve en silenciosa agonía, mi corazón dolorido y mis puños apretados inútilmente en mis costados.
Yo odio jodidamente
esto.
Tenemos que hablar como adultos civilizados, pero joder, no sé ni cómo empezar.
-Soph... -empiezo.
-Colt... -dice ella, al mismo tiempo. Compartimos una sonrisa incómoda.
-Ven, siéntate. -Hago un gesto al sofá, territorio neutral y ella obedece, quitándose las sandalias y enrollando las piernas debajo suyo mientras se hunde en el cojín más alejado de mí.
-Pregúntame lo que quieras saber. No hay más secretos -prometo.
Rebotando una rodilla arriba y hacia abajo, ella retuerce el anillo en su dedo pulgar.
-¿Cuánto tiempo llevas casado?.
Libero un profundo suspiro y empujo los dedos por mi pelo. Mucho más tiempo del que quiero admitir.
>>Si tratas de ocultar las cosas... si vas a estar evasivo... -Ella traga.
-Todo lo que quieras saber. Aunque la verdad es dura de escuchar - confirmo. Como tanto me gustaría protegerla de la horrible verdad, no lo haré. No, si no es lo que ella quiere. -. He estado casado durante cuatro años. Durante los últimos dos, no hemos vivido en el mismo estado.
-¿Por qué estaba en tu casa ese día?.
-¿Quién coño sabe? Hemos estado tratando de resolver nuestro divorcio durante mucho tiempo. Pero ninguno de nosotros puede estar de acuerdo en nada. -Ella se lame los labios, pensando en esta información.
-¿Ella es la razón por la que te fuiste a Nueva York?.
-Sí, Stella vive en Nueva York con su novio. Fui allí para tratar de hablar con ella acerca de los términos de nuestro divorcio
en persona. No funcionó.
Su frente arruga. -¿Tiene novio?.
Asiento con la cabeza. -Nuestro ex jardinero. Me enteré de que comenzaron a follar después de que nos casamos.
Su boca se estira en un ceño fruncido.
-Oh.
-Resulta que nunca me quiso, a pesar de que mi familia me advirtió acerca de sus motivos, no pude verlo. Quería una mujer en mi vida, y no sé... -Me froto la sien distraídamente. -Tal vez tenía que ver con la pérdida de mi madre a una edad tan joven... Pero me gusta la compañía, la compañía de alguien a mi lado. Alguien cálida y amorosa para compartir mi vida con ella. -Sueno como una mariquita completa, pero así era como el yo de veinticuatro años de edad veía el mundo.
Y Stella era la esposa trofeo perfecta, acompañándome a funciones de trabajo, vistiéndose a la última moda y siempre una sonrisa de felicidad en sus labios. Lástima que todo había sido falso.
-¿Qué pasó? -pregunta Sophie, su tono ablandándose.
-Las cosas cambiaron tan pronto como nos comprometimos. Pensé que era sólo la tensión por la planificación de la boda, quería que fuera el asunto de la década, algo que la élite de Los Ángeles estuviera zumbando los años por venir, el planearlo puso mucha presión en ella. No veía que todo era para el espectáculo. Era más sobre el vestido, la fiesta y el champán francés que sobre nosotros.
Sophie muerde su labio, escuchando atentamente. No tengo ni puta idea de por qué estoy descargando todo esto... pero algo me dice que si tengo alguna esperanza en salvar las cosas entre nosotros, tengo
que desnudar mi alma.
Me aclaro la garganta y continúo.
-Y a pesar de que mis hermanos trataron de convencerme de lo contrario, me había convencido de que todo iba a estar bien. No iba a cancelar mi boda, simplemente porque mi prometida se estaba convirtiendo en una noviazilla. Me imaginé que todo se calmaría después del día de la boda.
-¿Pero no lo hizo? -pregunta Sophie en voz baja.
-No. Estaba distante y fría. Nada que ver con la sonriente chica encantadora de la que me enamoré en primer lugar. Una vez que la roca estaba en su dedo y la tinta sobre la licencia de matrimonio, estaba seca, se convirtió en una persona completamente diferente. La persona que sospechaba que ella era en realidad todo el tiempo. Había jugado conmigo. Se había casado conmigo por mi dinero y había caído en ello como un tonto enamorado.
-Lo siento, Colt... -comienza.
-No, no lo hagas. -Ella no debe ser la que se disculpe conmigo. El dolor de cabeza que sentí venir antes ahora era un gran latido en mis sienes. Continué-: Después de la fiesta Stella me atrapó, hizo difícil el siquiera pensar en confiar en otra mujer. Estando separados durante los últimos dos años, he tratado de salir en citas causalmente. No quería, pero mis hermanos de vez en cuando me presentaban una mujer. Detrás de cada sonrisa dulce y cada mirada coqueta estaba alguien interesado sólo en mi cuenta bancaria y el estilo de vida que podía proporcionar. Quería una conexión genuina, no una esposa trofeo. Pero me di cuenta de que con mi estado y mi riqueza, amor verdadero no iba a ser algo fácil de encontrar.
-Entonces, ¿por qué ir a la subasta? -Su confusión está grabada entre sus cejas mientras espera a que responda.
-¿Lo digo sin rodeos? -Sonrío. Asiente con la cabeza para que continúe -Un hombre tiene sus límites. La frustración sexual reprimida de ser célibe durante dos años... Estaba caliente como la mierda y necesitaba tener sexo.
Su boca se retuerce en una sonrisa.
-Esa es la verdad completa. Sabía exactamente lo que estaba pagando y que no habría ninguna posibilidad de sentimientos o falsas promesas.
-¿Por qué no simplemente contratar una escolta[1]?
-----------------------------------------------
[1]Dama de compañia...
-----------------------------------------------
Me encojo de hombros. La idea se me había ocurrido un par de veces.
- Supongo que no soy el tipo de persona que contrata una escolta. Quería algo más discreto. No podía tener esa información filtrándose. CEOs que se ven atrapados contratando prostitutas por lo general terminan en el noticiero de la noche.
Asintió con la cabeza comprendiendo en silencio.
-Con la subasta, me gustó la prueba médica, los acuerdos de no divulgación y confidencialidad prometidos para mí. Además, el ángulo de compañerismo que cubrimos antes.
-Pero tú nunca... nosotros nunca... -Hace una pausa.
-Nunca te cogí -termino por ella.
Levanta la barbilla con indignación.
-¿Por qué no? ¿Es porque te has sentido
como si la estuvieras engañando? -pregunta, sus grandes ojos azules se clavaron en los míos.
Alcanzo su mano, tirándola sobre mi regazo, incapaz de resistir el calor físico que proporciona.
-No, es porque me he sentido como si te estuviera engañando a ti. Te merecías más y yo lo sabía.
Su labio inferior tiembla y las ganas de chuparlo se encienden dentro de mí.
Tirando de su mano, Sophie se levanta de un salto.
-No puedes decir esas cosas. -Hay rabia en sus ojos y me quedo sin palabras. No puedo ni empezar a imaginar todos los pensamientos y emociones que pasan por su cabeza. Así que no voy a tratar. Se mueve a la ventana y mira hacia afuera solemnemente.
Levantándome, me paro detrás de ella, resistiendo la tentación de tirarla más cerca.
-No puedo perderte -susurro-. No cuando siento como si mi vida está finalmente cayendo en su lugar. Eras la pieza que faltaba. Eras el queso de mis macarrones. -Sonrío ligeramente, esperando que recuerde.
Se gira hacia mí. Su mirada suave se fija en la mía y puedo decir que los dos estamos recordando el tiempo que pasamos juntos. Se sentía bien.
-No puedo hacer esto, Colton. Estaba desarrollando sentimientos reales por ti.
¿Estaba? Sé que me estoy enamorando de ella, malditamente aterrador como lo es. Sacudo la idea alejándola, una vez más tratando de convencerme de que mi interés por ella es sólo acerca de ver cumplirse el acuerdo.
>>Estás casado -me recuerda.
Pisoteando mis emociones, trago.
-Sólo legalmente. Y si puedo conseguir que esté de acuerdo con los términos, voy
a firmar el divorcio...
-Espera. ¿Tú eres el que retrasa el divorcio? -Ira parpadea en los ojos azules normalmente tranquilos de Sophie. El cambio en ella es inconfundible. Es como si me hubiera tropezado sin querer con un alambre y una bomba está a punto de detonar. Doy un paso atrás vacilante.
-Sí.
-Pero... no entiendo...
Mierda. ¿Cómo le explico esto sin enojarla más?
-Si me divorcio, ella gana. Va a tomar la mitad de todo, además de que seré condenado a pagar la manutención del cónyuge. -No se trata de dinero. Bueno, supongo que sí, porque la división de mis millones pondrá en riesgo mi inversión en el proyecto de África. Esto significa que habré caído en su juego, gancho, línea y plomo. Stella uno, Colt cero. Pero peor que eso, los fondos para la escuela, el hospital y todos los proyectos que había planeado se detendrían mientras mi dinero está atado en una batalla legal. No voy a dejar que mi cagada personal sea la causa de tanta destrucción. Estoy canalizando cada poco de dinero que tengo en esta caridad y no voy a sacrificar un solo dólar para mantener a Stella en Manolo Blahnik mientras niños pasan hambre.
Malditamente no.
-Tú... -Sus ojos se abren y luego cierran de golpe. -No tienes un acuerdo prenupcial, y ahora tu orgullo masculino es demasiado terco para soportar el golpe financiero. -Parpadea hacia mí y algo se tuerce en el interior de mis entrañas.
Tiene razón sobre el acuerdo prenupcial, fui un maldito idiota. Veinticuatro años de edad cuando nos casamos y pensé que
estaba enamorado. Pero se equivoca sobre el resto.
-Esto no tiene nada que ver con el orgullo masculino. Mi objetivo desde el principio ha sido esperar a que salga, y completar mi proyecto en África antes de finalizar el divorcio. No tendré mi dinero atrapado en una batalla judicial, mientras que podría estar haciendo algo realmente útil con él.
La mirada escrutadora de Sophie y su postura rígida me obligan a ver que tal vez todo esto no va a terminar bien. Después de sobrevivir a Stella, necesito una mujer que entienda mi disco duro y el deseo de ver algo bueno en el mundo. Pensé que Sophie sería esa mujer. Pero tal vez me equivoqué. Tomo una respiración tranquilizadora y lucho para despejar mi cabeza.
Sophie se mueve a través del cuarto, su postura rígida mientras va a la ventana del fondo que da al patio de abajo. Cruzo la habitación en unos pocos pasos largos y estoy detrás de ella, respirando el aroma de su cabello.
-Soph... - murmuro.
Sus hombros se relajan y sorbe como si estuviera llorando.
Girándola hacia mí, veo que su cara está de color rojo y una sola lágrima cae por su mejilla de porcelana.
>>No llores. -Limpio la humedad con mi pulgar. -Eres todo lo que quiero. El resto, Stella, el papeleo, voy a resolverlo. Sólo necesito tiempo. Y necesito tu fe en mí. -No sé por qué eso es repentinamente tan importante, pero lo es. Sus ojos se cierran y no protesta.
Es un comienzo.
Nunca me arrastré así antes, pero tampoco, nunca me sentí tan atraído por una mujer como lo estoy por Sophie. Incapaz de resistir la tentación de tocarla, paso mis dedos
a lo largo de sus brazos expuestos, acariciando delicadamente su piel suave.
Sophie traga y parpadea hacia mí. Inclinándome para bajar mi boca a la suya, susurro contra sus labios. -Eres mía, dulzura.
Mi pene estuvo medio duro todo el almuerzo, pero ahora que estamos solos, la bestia está exigiendo atención. He viajado miles de kilómetros para conseguir que me escuche, y ahora lo último que quiero hacer es hablar.
Estoy deseándola como una droga.
Su boca se abre y tomo la oportunidad de besar suavemente su labio inferior, y luego la parte superior, salpicando cuidadosamente su dulce boca con besos tiernos.
Sus manos se cierran en puños en mi camisa y en un momento creo que va a alejarme, pero me arrastra más cerca y mis besos van de castos a calientes en dos segundos. El saber que no la he perdido envía una carrera de emoción a través de mí.
Mi lengua empuja más allá de sus labios entreabiertos y la acaricia. Maldita sea, he echado de menos las cosas que esta boca puede hacer. La erección que hace estragos en mis pantalones recuerda muy bien.
La necesidad de saborearla, consumir cada parte de sus llamas dentro de mí. Y sabiendo que hay una cama en la habitación contigua envía mi mente girando con posibilidades. Quiero más. Lo quiero todo, todo lo que tiene que ofrecer, pero me obligo a desacelerar y mirarla a los ojos, buscando alguna señal de disgusto. Su mirada es la lujuria desenfrenada pura.
Mi mano se desliza bajo el
dobladillo de la falda que lleva puesta. Si supiera mis oscuros pensamientos en este momento, no se habría puesto esto en mi presencia. Pero parece felizmente ignorante de que quiero follarla duro y rápido hasta que esté dolorida y con las piernas cansadas de mi polla repetidamente empalándola.
El hombre que ha llegado a conocer ejerce moderación y control en todo momento, pero ese hombre no está por ningún lado. Incapaz de contenerme de tocarla, deslizo mi mano hasta la parte exterior de su muslo y la siento temblar, pero no se aparta. No mueve un solo músculo.
Curvando mi mano alrededor, palmeo una mejilla de su culo redondo, suave y caliente en mi mano y amaso la carne suculenta. Me vuelve jodidamente loco de deseo. Quiero su culo. Quiero cada parte de ella.
Sintiéndome audaz, deslizo un dedo bajo el elástico de sus bragas y siento que suelta un suspiro tembloroso. Así es bebé. Déjame que tocarte.
-¿Quieres esto, no? -susurro contra su clavícula. Niega con la cabeza.
>>No me mientas, dulzura.
Acaricio un dedo a lo largo de sus pliegues de seda. Ya está húmeda de deseo. Arrastro mi dedo hasta su centro, separando sus labios y encontrando su clítoris. Con la yema de mi dedo índice, dibujo círculos pequeños en su manojo de nervios y siento que se hincha. Oh sí. Al recordar la primera vez que la hice acabar, mi polla se llena con sangre hasta que está dura como la roca y es casi doloroso.
Las manos de Sophie se cierran en puños a sus costados, y se ve como si estuviera luchando contra algo. Su frente se anuda y su respiración es irregular, pero no se mueve para alejarse, de hecho, se está inclinando a mi tacto, inclinando las caderas, así puedo frotar su clítoris en el ángulo correcto. Me doy cuenta de que está teniendo una batalla interna con ella misma. Su cuerpo quiere esto, pero su cabeza le está diciendo que no. Y mi opinión es que sus manos están apretadas para detenerse a sí misma de alargarlas y tocarme. Seguramente puede sentir mi erección furiosa presionando en su cadera.
Está bien, puedes tocarlo, bebé. Por favor jodidamente tócalo.
Quiero sentir su pequeño puño cerrarse alrededor de mí y apretando. Siento que me voy a morir si no me toca pronto. Estoy a dos segundos de sacar mi polla yo mismo y acariciarla hasta que me venga.
Justo cuando Sophie comienza a gemir en voz baja y puedo decir que se está acercando hacia la liberación, da un paso atrás fuera de mi alcance así que mi mano se desliza fuera de sus bragas. Sus ojos tienen hambre y nadan en emoción tácita.
Mierda.
-----------------------------------------------------------
Y he aquí el cap de la semana.
Si te gusto toca la estrellita⭐ sino deja tu comentario.
Espero y sea de su agrado.
Os amo mis cachorr@s chaoooo
٩(๛ ˘ ³˘)۶♥
٩(๛ ˘ ³˘)۶♥
=================
cap 16"¿Amigos?"~®™♥
La mirada de Colton se desliza sobre mis rasgos, como si estuviera asegurándose de que estoy bien antes de llevarla a mis ojos de nuevo. Nada de esto está bien, pero soy incapaz de detenerlo. Tengo miedo de sentir demasiado por él, y tengo miedo de dejarlo ir, así que hago lo único que puedo, me enfoco en el visceral placer corriendo a través de mí, pidiendo una dulce liberación. Mi cuerpo prácticamente está vibrando con necesidad, pero necesito un momento para procesar lo que está pasando, así que doy un paso atrás.
―No huyas de esto ―ronronea.
Acercándose, Colt ancla sus manos en mi cintura, sus largos dedos clavándose en mis caderas mientras me levanta. Mis piernas se cierran alrededor de su cintura, mi núcleo buscando fricción contra el borde duro en la parte delantera de sus pantalones.
Jadeo ante la loca mezcla de emociones y sensaciones abrumando mi sistema. Sé que debo parar, alejarlo, sólo que no quiero. Echo de menos este lado de él. De pronto, quiero estar de rodillas ante él con su caliente y pesada polla en mi boca. Los recuerdos de nuestras semanas juntos inundan mis sentidos, haciendo imposible el apartarse.
―Colt... ―susurro. No tengo ni idea de lo que estoy buscando y sus ojos suaves le suplican a los míos.
Sostiene mi peso sin esfuerzo con las dos manos descansando debajo de mi trasero. Quiero sus dedos otra vez... estaba tan cerca. Y ahora estoy excitada y confundida.
―Estoy enredado en ti. No puedo dejarte ir ―dice, colocando un beso más contra mi boca. Me mira por un momento. No puedo aceptar la calidad rota de su voz, la forma en que su cálida palma se desliza
contra el hueso expuesto de mi cadera. A pesar de que no debería, anhelo sus caricias. Las he echado de menos. He echado de menos esto. Esta creciente conexión entre nosotros. Se necesita toda la fuerza que no tengo no ceder ante él.
Antes de que todo se fuera al infierno la tarde en que su esposa apareció, sentí que estábamos construyendo algo real, si no era amor, entonces algo cercano. Yo no tenía experiencia, pero dada la oportunidad, sabía que podía enamorarme de Colton Drake. Lo que significaba que dejarlo en mi habitación de hotel, dejar que me besara y me mirara fijamente a los ojos y dejar que rompiera todos mis muros, era un movimiento peligroso. Mi corazón se encontraba en la línea. Pero él me rastreó y me persiguió al otro lado del mundo. Eso tiene que significar algo, ¿no?
―Dulzura ―murmura, con el tono ronco que he llegado a reconocer que significa que está excitado.
Mi voz desaparece mientras cualquier palabra de protesta muere en mi garganta. Tengo que decirle que no. Tengo que hacer que se vaya. Ha hecho algo que no se puede deshacer. Me hizo creer que era soltero y me ocultó la verdad durante semanas. Ahora me pregunto si me lo hubiera dicho alguna vez si Stella no hubiera aparecido. A pesar de mis sospechas, había ignorado mis instintos femeninos y me entregué a él por completo. Había estado dispuesta a darle mi virginidad.
Sus dedos avanzan lentamente por debajo de mi falda, sacándome de mis pensamientos. Mi núcleo se calienta con el conocimiento de que sus hábiles dedos están a pocos centímetros de donde quiero
que estén. Sí, sí, sí. Mi ropa interior está empapada y me balanceo contra él, pero mi voz áspera rompe el silencio y contradice todo por lo que está gritando mi cuerpo.
―No... No puedo... ―Desenredo las piernas de su cintura y las bajo al suelo.
―Quieres esto tanto como yo ―dice, su voz profunda y segura.
Mis ojos se alzan hacia los suyos, y aparentemente le dicen todo lo que necesita saber. Mi deseo por él está escrito en toda mi cara. Mis pensamientos me traicionan. Y Colton aprovecha al máximo, inclinándose para besarme de nuevo.
―Dime que todavía hay una oportunidad ―susurra contra mis labios.
Trago, pero soy incapaz de responder. No confío en mí misma para decir lo correcto. Debato conmigo misma, preguntándome si podría volver a confiar en él otra vez, si podría siquiera encajar en su estilo de vida...
Una burbuja de risa femenina y el sonido de la puerta abriéndose me devuelven a mis sentidos.
Becca y Pace entran a la habitación llevando media docena de bolsas de compras entre los dos.
Mi cordura regresa y fuerzo un tono serio mientras me vuelvo hacia Colton.
―Es hora de que se vayan.
Las despedidas se intercambian entre Pace y Becca mientras yo evito encontrarme con los ojos oscuros de Colton. Sé que si lo hago, perderé por completo mi determinación. Todavía estoy tambaleándome por ese beso, mi cuerpo sobrecalentado y bombeando sangre salvajemente.
Él
me clava con una mirada intensa, inclinándose tan cerca que puedo oler su colonia. El efecto es vertiginoso.
―Esto no ha terminado. Diviértete con Becca y hablaremos cuando llegues a casa.
Desearía poder decirle que está equivocado, que hemos acabado, pero soy incapaz de responder. Me da el espacio que necesito ahora mismo, pero no tengo ni idea de lo que viene a continuación.
Una vez que se han ido, agarro una botella de agua del surtido del minibar y doy un largo trago, necesitando enfriarme antes de volverme hacia Becca. Ella no dice nada sobre el cambio de habitación del hotel, pero veo sus ojos vagando por el espacio.
―Entonces, ¿qué pasó con Pace? No creí que regresaran tan rápido. De hecho, me preguntaba si volvería a verte en todo el viaje. Me imaginaba que echarías una mirada a esos hoyuelos y te habrías escabullido con él a una habitación privada del hotel. ―Sonrío, en un intento de aligerar el ambiente tenso.
―Confía en mí, fue tentador. Es guapísimo. ¿Y su pequeño culo apretado? ―se abanica dramáticamente― En serio, esos dos son una combinación letal para la libido.
―Hay un tercero, también. Su hermano mayor, Collins, es tan mordible como lamible.
―Maldición. Buena genética, supongo. ―Vuelca las bolsas de las compras en sofá para que yo inspeccione sus bienes― Después del almuerzo, empecé a preocuparme por dejarte sola con Colt. Pensé que no era la idea más inteligente, así que corté nuestra prqueña excursión. Dimos una vuelta por esta linda plaza y fui a un par de tiendas de moda. ―Sostiene un diminuto vestido de verano sobre
mi cuerpo―. Pensé que esto te quedaría bien.
―Es lindo. ―Lavanda y toques de hilo azul corren por la suave tela―. Puedo usarlo con mis sandalias de tiras plateadas.
―Exactamente lo que estaba pensando. ―Toma una mini falda roja de la pila de ropa para ella― Vamos, cambiémonos. Vamos a salir.
Becca y yo pasamos el resto del día haciendo turismo y ahora estamos sentadas en un pequeño bar pintoresco, comiendo aceitunas y queso y bebiendo delicioso vino. Todavía no puedo creer que Colton y Pace en realidad hubieran volado a Italia para buscarme. Y mientras me siento aquí, un poco achispada, repito nuestro breve encuentro íntimo en mi cabeza.
―Yo sé cómo podrías deshacerte de ella ―dice Becca pensativa, girando el vino en su copa.
―¿De qué?.
―Tu virginidad. Es decir, si todavía quieres.
―¿Cómo? ―pregunto, mi mente dando vueltas. Ella inclina la barbilla hacia un grupo de tres guapos italianos sentados en la barra.
―Podríamos ir a recoger algunas bellezas.
Considero eso brevemente. Estando en Roma...
¿por qué diablos no?
Porque todavía le pertenezco a Colton, por eso.
Incluso si no quiero, una extraña parte de mí sabe que es verdad. Debería ser él quien tome mi virginidad. Cuando pienso en sus ojos oscuros y hambrientos que me queman, su boca llena besando mi cuello, y su gruesa y larga polla, sé que tiene que ser él. Mi pecho se ruboriza con calor y soy transportada de regreso al momento más temprano, cuando me encontraba allí, justo en el borde, sólo
unos pocos trazos más de sus dedos y me hubiera corrido. Siempre pensé que necesitaba un juguete sexual para correrme, pero resulta que sólo necesitaba a Colton.
―Estás pensando en él de nuevo.
―Becca me sonríe.
―No debería hacerlo.
―Pero lo haces.
***
El resto de nuestro viaje es casi perfecto. El tiempo de verano es magnífico, largas tardes vagando por la bella y seductora Roma con mi mejor amiga a mi lado. Pero mis noches están plagados de recuerdos de Colton, aunque supongo que eso es inevitable dada la situación.
Después del primer día, cuando él y su hermano Pace aparecieron aquí inesperadamente, no oí nada más de Colton. Estoy agradecida de no haber optado por actualizar mi servicio de telefonía móvil para incluir llamadas internacionales. Sé que no sería lo suficientemente fuerte como para seguir ignorándolo si ese fuera el caso. Tal como es, cada mañana después del desayuno, tengo que obligarme a pasar por delante de un ordenador del hotel y evitar conectarme a mi correo electrónico. Pensar que podría haber una nota de Colton esperándome pesa mucho en mi mente. Por más que trato de convencerme de que las cosas están acabadas entre nosotros, una parte profunda en mi interior sabe que no es cierto.
Colton
De vuelta en California, me lanzo al trabajo. Es la única manera de mantener mis pensamientos alejados de Sophie. Soy brutal en las juntas, tosco
en mis comunicaciones y tenso todo el maldito tiempo. Mis emociones están por todo el maldito lugar y mi necesidad de sexo solo se ha cuadruplicado con volver a estar cerca de Sophie. Mis sentimientos de anhelo solo se intensifican al vagar en mi enorme casa solitaria en la noche.
He intentado enviarle mensajes un par de veces, pero no he obtenido respuesta. Regresó de Roma el fin de semana pasado y ha estado en contacto con Kylie, que es la única razón por la que sé algo.
Debería sentirme aliviado. Sophie sabe la verdad ahora. Todo está abierto. No hay que ocultarle más mi matrimonio deshecho y nadie nunca sabrá mi oscuro secreto de adquirir una esclava sexual. Todo este asunto podría estar terminado, somos libres de nuestro acuerdo. Solo que no quiero estarlo.
Debería solo alejarme, pero no lo haré. Todavía quiero follarla. Mierda, es más profundo que eso, si soy honesto conmigo mismo. Me gusta. Su naturaleza genuina, su desinterés al ponerse a sí misma en subasta. No es como otras chicas. Me hizo macarrones, maldita sea, y se rehúsa a aceptar mi ayuda de dinero adicional. No es como las mujeres de mi pasado. O es malditamente buena fingiendo.
Como sea, quiero hacerla mía. Me digo que es solo porque nunca la llegué a tener. Semanas gastadas esperando, mientras la tensión sexual y la anticipación entre nosotros crecía en proporciones épicas me dejaron con el más crítico en el mundo de bolas azules. Alerta de terrorcaso nivel rojo. Mi saco está por combustionar. Mierda, a este punto, me pregunto si incluso
recuerdo cómo follar.
No puede ser tan difícil, ¿no? Sacudo los hoscos pensamientos girando en mi cerebro.
Quiero reclamar su cuerpo, ser el primer hombre en penetrar su coño. Y tanto como intente negarlo, algo dentro de mí quiere más que eso también. Pero el punto de toda esta farsa fue porque me prometí que no me enredaría con una mujer de nuevo. Tanto que eso no pasará. Mis sentimientos por Sophie son profundos. Estoy completamente envuelto en una mujer que tengo cero oportunidad de tener. Pero no voy a retroceder ahora. De ninguna jodida manera.
Compré y pagué su virginidad, algo que no voy a dejar simplemente deslizarse entre mis dedos debido a un tecnicismo.
Cuando pienso en lo de la habitación de su hotel en Italia, la forma en que me dejó tocarla... antes de cerrarse completamente a mí, mi estómago se hace nudo.
No estoy acostumbrado a ser dejado fuera, y no es un sentimiento al que quiera acostumbrarme. No llegué a donde estoy hoy siendo inactivo. Decidiendo tomar al problema en mis manos, llamo a Sophie una vez más, dándole una última oportunidad antes de aparecer en la puerta de sus padres y traerla de regreso conmigo.
Tal vez tenga problemas de confianza, y aún necesite lidiar con Stella, pero nada de eso va a detenerme de tomar lo que es mío.
Y Sophie es mía.
Esperando su buzón de voz, como todas las otras veces que he llamado, me sorprendo cuando responde al cuarto timbre.
-¿Sophie? -La sorpresa es evidente en mi voz.
-Hola -dice casualmente.
-Necesitamos hablar. -Está callada por un largo tiempo, solo el suave sonido de su respiración me dice que sigue en la línea.
-¿Sobre qué? -pregunta finalmente.
-Tengo una nueva propuesta para ti.
***
Cuando la limosina que envié deja a Sophie en mi camino de entrada, luciendo desconcertada y cansada, estoy agradecido de que sus padres vivan a unas horas al norte de Los Ángeles. Significa que debo ser capaz de mantenerla aquí al menos por la noche. Tendrá que escucharme.
Saliendo a la luz del sol, le doy la bienvenida al lado del auto. Mis puños se aprietan inútiles a mis costados mientras que la idea de que no es mía para tomarla en mis brazos, se estampa contra mí. Levanto su bolsa del camino de ladrillo y fuerzo una sonrisa en mis labios.
-Gracias por venir.
Asiente.
-Gracias por enviar la limo. Eso no era realmente necesario. - Gira su anillo en su pulgar, obviamente curiosa de por qué la he convocado cuando las cosas parecían haber terminado entre nosotros.
-Entremos.
La dejo adelantarse, apreciando la forma en que su pequeño y redondo trasero se balancea seductoramente. Le sigo como un cachorro con correa.
Una vez dentro, Sophie es toda pasos tentativos y miradas inseguras. Decidiendo que lo mejor será ir al grano sobre por qué la traje aquí, la llevo al despacho. La misma habitación a la que la traje la primera noche. Recuerdos
de ella arrodillada frente a mí, tomando mi gruesa polla en su boca y chupándola con tal habilidad y entusiasmo causa que mi paquete se endurezca al instante. Joder.
Inhalo y me aclaro la garganta, esperando que sus ojos no vaguen frente a mis pantalones.
-Siéntate.
Sophie obedece, sentándose cuidadosamente en la orilla del sofá. Me pregunto si los recuerdos de esa noche están quemando en su cerebro tan vigorosamente como en el mío. A pesar de mis esfuerzos, soy incapaz de mantener la visión de su boca rosa envuelta alrededor de mi polla fuera de mi mente. La manera en que su lengua probaba la longitud de mi eje y su mano curvada alrededor de mi base, acariciándome mientras chupaba profundo en su garganta.
Mi necesitada erección borra toda mi concentración y me toma un momento darme cuenta de que Sophie está hablando.
-¿Colton? -Parpadea hacia mí, sacándome de mi espectáculo a rayos X reproduciéndose en mi cabeza.
-Estoy feliz de que vinieras -digo.
Muerde su labio inferior, casi tan nerviosa como la primera vez que la traje a casa. Su mirada barre la habitación y su espina está recta como una flecha. No quiere dejar la guardia baja, y asumo que es porque no confía en ella misma conmigo. Bueno saberlo. No confío en mí tampoco.
-¿Puedo traerte algo? ¿Vino? ¿Una botella de agua?
Sacude la cabeza.
-¿Qué querías discutir? Fuiste un poco vago al teléfono.
Tiene razón. Fui vago, básicamente porque
no tenía idea de qué podría decir para persuadirla. Sabía que necesitaba ver sus ojos, leer su expresión para trabajar mi propuesta. Y la chica nerviosa e insegura sentada delante de mí significa que tengo que proceder con precaución. Consideraría presionarla, convencerla de cuán buenos somos juntos físicamente y persuadirla de estar conmigo de la manera que sé ella quiere. Pero ahora veo que necesito emplear un método diferente, porque verla salir por esa puerta de nuevo, no es una opción.
-Sé que lo jodí por ocultarte mi matrimonio. En mis ojos, está terminado, desde hace años. La única cosa que queda son un par de firmas en un pedazo de papel. Pero de todas formas, ahora veo cómo te lastimó. Fue un movimiento idiota. -Asiente encontrando mis ojos. Lamo mis labios y continúo-: Pero no creo que mi pasado signifique que todo esto deba terminar.
-¿Qué estás proponiendo? -pregunta, su voz tentativa y un poco sin aliento.
Quiero follarte. Dominar tus días y noches, y ocupar cada despertar tuyo, así como tú ocupas los míos.
-Quiero que te quedes.
Sus cejas se juntan mientras me mira en silencio. No rechaza la idea inmediatamente, es un comienzo.
Sophie
Miro a Colton sentado delante de mí, su alta figura pulcramente doblada en el brazo de la silla. Su respiración permanece profunda y estable mientras mi propio corazón golpea como un martillo, causando mi
pecho doler.
La verdad es que no tengo idea de lo que hago aquí, por qué accedí a venir. Si soy honesta, es porque el hombre tiene algún poder magnético sobre mí. Soy total y completamente incapaz de rechazarlo, a pesar de mis intenciones de mantenerme alejada. Y por alguna extraña razón, siento la más ligera culpa que me salí de nuestro acuerdo antes de cumplir mi obligación. Nunca obtuvo lo que pagó y ese detallito es algo que no es fácil de olvidar.
Expulsa una respiración fortificante de sus pulmones y se inclina ligeramente hacia mí. Sé que si me hala en sus brazos y me besa, sería incapaz de resistirme y encuentro mi mirada aleteando entre sus labios y sus ojos mientras espero que hable.
Finalmente lo hace.
-Recuerdo que dijiste que querías algo propio, vivir lejos de casa y ser independiente por primera vez -dice Colton.
Recuerdo bien esa conversación. Fue una de las primeras veces que nos sentamos a cenar algo preparado por su cocinero en el silencioso comedor. Hablé muy libremente, desnudando demasiado de mí. Pero a algo en mí le agrada que recuerde eso con tal detalle. No es que esté sorprendida, Colton ejercita tal autoridad en cada faceta de su vida, claro que lo recuerda.
>>Y creo que sabes que me gusta tenerte aquí -admite.
Asiento en silencio mi acuerdo.
¿Qué está diciendo?
No podemos seguir saliendo, si eso es siquiera lo que hacíamos. Él está casado. Y me mintió sobre ello.
¿Puedo siquiera confiar en él?
>>Y sé que a Kylie le encantaría que regresaras a trabajar con ella.
-¿Colton? -pregunto,
finalmente mis cejas juntándose.
-No hay razón para que no podamos ser amigos.
-¿Amigos? -Mi voz sale demasiado fuerte mientras el shock de su sugerencia me azota.
Sus ojos oscuros vagan por mi rostro y asiente levemente, su boca solo tiñendo una sonrisa.
No tengo idea de qué está jugando, pero....
¿amigos?
¿Eso es siquiera una posibilidad para dos amigos que se atraen?
Como si leyera mis pensamientos, Colton sigue-: No hay razón para que esto termine, Sophie. Disfruto tu compañía, y creo que te sientes igual. Puedes seguir viviendo aquí, podemos llevar las cosas entre nosotros lentamente mientras arreglo el pasado y ver a donde va.
-¿Y nuestro acuerdo? -pregunto.
Su traviesa sonrisa enciende su rostro.
-Amigos, sin sexo. Nuestro acuerdo está descartado.
Mi barriga gira mientras me doy cuenta que ya no soy una esclava sexual contratada, y una no bienvenida sensación de decepción me sobresalta.
- Entonces, te voy a regresar el dinero.
-El dinero es tuyo. Nunca quise pagar por sexo, Sophie. Solo no quería a un idiota comprándote en la subasta para llevarte a casa. Eras demasiado buena, demasiado pura y hermosa para pertenecerle.
-Su confesión me quita el aliento. Me siento inútil y fuera de control y quiero llorar.
-He gastado una buena parte del dinero en el tratamiento de Becca, y no tengo forma de pagarte, pero el resto te lo podría regresar -tartamudeo.
-Primero, nunca aceptaría el pago. De haber conocido a Becca antes de que todo esto comenzara, habría estado feliz de inscribirla en el programa de
tratamiento experimental. Y nunca esperaría que me regresaras el dinero.
-No se siente bien quedarme con lo que queda del dinero.
-Es tuyo para hacer lo que quieras.
Esta conversación es como un juego de ping-pong y mi cerebro se siente confuso.
-¿Entonces cómo funcionaría esto? -pregunto, sorprendida de que realmente lo estoy considerando.
-Accediste a darme seis meses -me recuerda.
-También accedí a darte mi virginidad -añado.
-Pero no la tomé.
-No, no lo hiciste -concuerdo. Un hecho del que me encuentro dolorosamente consciente.
-¿Sigues intacta? -pregunta, su tono rasposo y profundo.
Una cálida corriente pasa en mí, sonrojando mis mejillas y mojando mis bragas.
-Por s-supuesto -Mi voz es rasposa y los ojos oscuros de Colton recorriendo los míos imposibilitan hablar claramente.
Veo la vena latir en la base de su garganta.
-Buena chica -advierte.
He esperado veintiún años, ¿realmente pensó que solo la aventaría por ahí con algún chico al azar en las dos semanas que estuvimos separados?
-¿Dónde dormiré? -pregunto. Su boca cae solo una fracción.
-Donde quieras.
-Supongo que una habitación de invitados -digo más para mí que para él mientras pienso en su rara propuesta.
-Si lo prefieres.
***
Él está siendo tan amable, tan servicial. El cambio es refrescante después del infierno emocional por el que me ha hecho pasar. Aún no estoy segura de qué es exactamente lo que propone y si realmente
espera que siga viviendo aquí durante los próximos seis meses, pero por alguna extraña razón, no odio la idea. Nos miramos el uno al otro en silencio durante algunos minutos, cada uno digiriendo lo que significaría para nosotros ser sólo amigos. Me duele el corazón de sólo pensarlo. Significaría que no podría tocarlo, no sentiría el calor de su cuerpo presionado firmemente contra el mío. Suelto un pequeño suspiro.
-Si insistes en que mantenga el dinero, ¿supongo que soy libre para gastarlo en lo que sea que quiera?
-Por supuesto que sí -dice.
-Entonces me gustaría donarlo a tu trabajo de caridad en África.
Una lenta sonrisa curva sus labios.
-Está bien, entonces.
***
Sólo había ido a Los Ángeles para recoger mis pertenencias de la mansión y conseguir el cierre con Colton al escuchar lo que sea que quisiera decirme. En cambio, me encuentro moviendo mi ropa de su armario a una habitación al final del pasillo que huele a polvo y cera para muebles.
La cama tiene sábanas y un edredón azul, y los muebles son modernos con líneas limpias de esmalte blanco. Un gran espejo cuelga de la pared y candelabros decorativos flanquean ambos lados del cabezal tapizado.
Abro las cortinas de gasa blanca sombreando los grandes ventanales y miro la piscina de abajo. Un temblor frío me atraviesa y envuelvo mis brazos alrededor de mi cintura. No tengo ningún deseo de
estar cerca de esa piscina y vuelvo a cerrar las cortinas, bloqueando la vista. Sólo con ver brillar el agua azul cristalina a la luz del sol trae una nueva oleada de dolor y humillación por el recuerdo de la mirada fría de Stella y el tono gélido cuando me informó, en términos muy claros, que ella era su esposa. La palabra esposa, en relación a Colton, no resuena. Especialmente viniendo de la boca de esa mujer. Nunca pude verlo con alguien como ella. Simplemente no encajan. Eso me hace preguntarme si incluso lo conozco en absoluto. Una razón aún mejor para permanecer como amigos mientras lo averiguo. Quiero más con Colton. Quiero de vuelta esa cruda sensación de energía sexual que fluye tan fácilmente entre nosotros cada vez que está cerca. Pero me conformaré con amigos, por ahora, mientras navegamos por este camino lleno de baches en el que nos encontramos.
Después de que he terminado de mover mis escasas pertenencias a mi nueva habitación, me siento aburrida y sola. Pero en lugar de ir a encontrar a Colton en esta monstruosa casa, me tiro sobre la cama y llamo a Becca.
-Hola, hola -responde ella, alegre como siempre, como si no hubiera luchado contra una agresiva etapa cuatro de cáncer en los últimos años.
-Hola. -Su fuerza y determinación para vivir me quita el aliento y de repente quejarme con ella sobre mi dilema con Colton parece infantil e inmaduro.
-¿Qué pasa? -pregunta.
-Nada. -La mentira se desliza fácilmente de mi boca-. Es solo que podría quedarme aquí más tiempo de lo que esperaba.
-¿Ah, sí? ¿El
señor Sexy, Rico y Apuesto te ha recuperado?.
-Algo así -admito. Colton había sido más abierto y expuesto de lo que esperé, y tiró de algo dentro de mí-. Me propuso que siga viviendo aquí y trabajando con Kylie.
-¿Y supongo que aceptaste? -pregunta.
-Voy a intentarlo -confirmo.
-No te culpo. Tampoco viviría con mamá y papá si no tuviera que hacerlo.
No discutimos el hecho de que no es capaz de vivir por su cuenta por razones de salud. Duele incluso pensarlo.
-¿Y qué pasa con ustedes? -pregunta-. ¿Son una pareja de nuevo, o qué?.
-No. -Esta vez mi voz es firme-. Él dijo que sólo como amigos y acepté. Vamos a tomar las cosas con calma mientras trabaja en su pasado.
-Creo que es una buena idea. Sé que eras feliz allí. Pero, ¿qué te hizo reconsiderarlo? Está dotado como un elefante bebé, ¿no?
-¡Becca! -la regaño-. Siempre con el sexo en el cerebro.
-No puedo evitarlo. Es mejor dejar que mi mente derive hacia allí que a algo más morboso. El pene es mi lugar feliz.
Puedo oír su sonrisa a través del teléfono y me gusta.
-El pene es una buena cosa.
-Así que... ¿qué vas a hacer con respecto al pene de Colton?
-Tomar las cosas con calma, como él lo propuso. Estoy bastante segura de que eso significa que no hay pene en mi futuro.
-Buu... Eres aburrida. Voy a ir a McGilroy's y conseguir
un helado con chocolate caliente.
-¿Tu apetito está de vuelta? -pregunto.
-Síp. Estaré gorda antes de que lo sepas.
Sí, claro. La idea de Becca distinta a un palo flaco sería un milagro. Tiene dificultades para retener los alimentos y por lo tanto problemas con su peso.
- Diviértete. Te quiero.
-También te quiero, pero tú eres la que necesita divertirse. Encuentra una manera de acelerar su divorcio para que puedas saltar sobre ese chico.
-Estoy en ello. -Sonrío, y finalizo la llamada.
Sostengo el teléfono en mis manos por varios minutos después de que terminamos la llamada. Dios, amo a mi hermana. Después de organizar mi habitación lo mejor que puedo, decido ir en busca de Colton.
Lo encuentro sentado en un taburete en la isla de la cocina, su Tablet frente a él con su correo electrónico lleno de mensajes que está revisando.
-¿Te interrumpo? -pregunto, agarrando una botella de agua de la nevera.
-Por supuesto que no. ¿Estás bien?
Asiento.
-Acabo de llamar a Becca para decirle que me voy a quedar.
Está tranquilo, pero su actitud calmada me dice que esto lo hace feliz.
En lugar de sentarme en el taburete a su lado, rodeo la isla de la cocina y me paro frente a él, apoyando los codos contra la losa de granito.
Se ríe de mí.
-¿Qué tienes en mente, cariño?.
No me di cuenta que era tan obvia. Enderezo mis hombros y relajo la línea arrugando mi frente.
-¿Tú y Stella...?
-No debería preguntar, sólo me estoy torturando, pero no puedo evitarlo. Necesito saber, porque no puedo imaginármelo con ella-. Quiero saber la naturaleza de su relación. ¿Era como un matrimonio normal, con todas las ventajas y beneficios del matrimonio?.
Aprieta un botón para oscurecer la pantalla de su Tablet y suelta un suspiro calmado.
-¿Qué estás preguntando?.
-Viviste aquí con ella. Asumo que esta casa está llena de recuerdos para ti, y simplemente es extraño para mí pensar en ti con otra mujer viviendo aquí, durmiendo en la cama que compartí contigo...
-¿Qué quieres saber? -pregunta Colton.
-Supongo que lo quiero saber es... ¿fuiste feliz? Stella, en mi muy breve interacción, parecía bastante diferente de mí. -Ella era toda dureza en el exterior, con bordes afilados y preocupada hasta del último centímetro de ella.
-Eras diferente. Joder, eres diferente, Sophie.
Me gusta saber que tal vez lo que él y yo compartimos fue diferente de lo que tuvo con ella.
-¿Cómo es eso?.
-Eres suave y dulce y gentil. Me haces reír.
-No me gusta que tengas recuerdos con ella de cosas que tú y yo nunca compartimos.
Estoy segura de que sabe que hablo sobre el sexo, y mis mejillas se sonrojan ligeramente. Dijo que sólo somos amigos, así que, por qué lo estoy empujando a contarme su historia sexual, no tengo idea. Sueno como una novia celosa, pero soy incapaz de detenerme.
Colton se inclina hacia mí, sus ojos oscuros inmovilizándome en el lugar.
- ¿Quieres saber por qué sólo quería sexo oral contigo?.
Asiento, incapaz de resistirme a la pizca
de información que está colgando frente a mí.
-Porque eso es algo que Stella no haría.
-¿Qué estás diciendo?
-Nunca me follé su boca. Nunca me perdí completamente con ella. Cada vez contigo... fuimos solo nosotros. No hubo recuerdos amargos para contaminar eso. Era nuestra cosa.
Sus palabras envían un torrente de emociones conflictivas a través de mí. Mi corazón retumba en mi pecho mientras recuerdo nuestros encuentros eróticos con total nitidez.
-Ella no lo haría... ¿por qué?.
Se encoge de hombros.
-Decía que no le gustaba el sabor. Por supuesto, eso es exactamente lo que la atrapé haciéndole al jardinero, tomándolo profundamente en su garganta en la biblioteca. Parecía gustarle mucho, siempre y cuando no fuera conmigo.
Me duele el corazón por él. Tan enojada como estoy, empiezo a comprender el profundo dolor y desconfianza que ha llevado con él. Recuerdo cómo nunca parecía querer entrar en esa habitación y mi corazón se ablanda un poco. Y me gusta saber que, aunque sea trivial, hacerle una mamada es algo que solo yo hice. Supongo que ahora entiendo su aversión a la biblioteca.
-Estar con ella era una mera conveniencia. Tú eres una elección. Una que quiero tomar desesperadamente... si me lo permites.
Sus palabras me inundan. No debería confiar en él, no después de que me mintió sobre su pasado, me hizo creer que era soltero. Sin embargo, ninguna parte de mí niega que lo quiero.
-Pero dijiste que somos amigos. -Mi voz es pequeña. Tomaría poco o ningún
esfuerzo de su parte convencerme de que estaríamos mejor como algo más que amigos. El zumbido de calor entre nosotros es palpable e intenso.
-Por ahora, sí. Quiero que confíes en mí otra vez. No voy a presionarte
Aún.
Aún. Esa palabra suena ruidosamente en mi cabeza. Trago con dificultad, tratando de descifrar el significado más profundo detrás de sus palabras. Él me quiere de vuelta, estoy segura de eso. Entonces, ¿por qué demonios no termina de divorciarse de Stella y sigue adelante con su vida? Dos años de espera para ser libre parece extremo. Incluso para alguien tan terco y arrogante como Colton.
-Lo siento... -me disculpo, aunque no estoy del todo segura de por qué. Odio la idea de Colt encontrando a esa bruja de rodillas, dándole a otro hombre lo que le negó a él.
-No lo hagas -dice, con frialdad. Pero sus ojos cuentan una historia diferente. Son oscuros y lejanos, como si está luchando por escapar de los recuerdos amargos que lo siguen alrededor de las habitaciones de su propia casa.
Dejo a Colton con su trabajo y me encuentro paseando por las habitaciones de su casa, terminando en la biblioteca. Odio a Stella. No puedo decir que realmente he odiado a alguien antes. Odio el cáncer de Becca, odio que Colton esté casado, pero jodidamente odio a Stella por completo. Ha hecho que un hombre dulce se endurezca y se cuestione a sí mismo y a sus relaciones. Me quedo en la biblioteca, mirando silenciosamente al vacío durante demasiado tiempo.
Cuando encuentro a Colton en su oficina más tarde,
lo convenzo de dejar su trabajo por la noche y dormir un poco. Los círculos oscuros bajo sus ojos tiran algo dentro de mí, pero resisto la tentación de envolver mis brazos alrededor de su cuello. Él no es mío para calmarlo.
Nos separamos en la parte superior de las escaleras y decimos buenas noches. El paseo a la habitación de invitados se siente demasiado largo y simplemente extraño. Mientras me arrastro entre las sábanas frescas, mis pensamientos van directamente al hombre al otro lado del pasillo.
***
El día siguiente es interesante. Una extraña sensación de malestar crece a medida que pasa el día. Comemos juntos, voy a trotar, y Colton trabaja en la isla de la cocina mientras veo una revista, pero no puedo evitar sentir que algo está mal. Estamos luchando por encontrar nuestro ritmo solo como amigos. Sigo robando miradas de él, notando la forma en que su camiseta blanca se aferra a su esculpido pecho y siento sus ojos en mi espalda cuando me alejo. Odio no poder tocarlo.
¿Es posible ser amiga de un hombre que quiero tan desesperadamente?
Cuando cae la noche, me ducho, cepillo mis dientes y termino mi ritual nocturno habitual, pero no estoy lista para ir a la cama. Mi cuerpo está demasiado tenso. Empiezo a pensar que este nuevo arreglo que he aceptado nunca funcionará.
Después de dar vueltas durante una hora, decido ir por Colton. Sé que mis acciones, ir a su habitación en medio de la noche, definirán cómo pasaremos nuestros próximos meses, pero no me importa.
Necesito verlo, hablar con él, para entender en lo que me estoy metiendo.
Me arrastro por el pasillo de puntillas como una intrusa sigilosa y golpeo suavemente su puerta.
No hay respuesta.
Tal vez ya está dormido.
Entro y mis ojos buscan por la habitación oscura. Sus sábanas están en una pila desordenada sobre la cama, pero no veo ningún movimiento.
-¿Colton? -susurro. Nada.
Me arrastro más cerca y me arrodillo en el borde del colchón. Ahora que mis ojos se han adaptado a la oscuridad, puedo ver que no está aquí. La habitación está tranquila y vacía.
Me atraviesa una punzada de decepción, seguida por llamaradas de curiosidad.
Me aventuro en busca de él.
El anochecer ha bañado la casa en la oscuridad casi total, con excepción de las pequeñas luces de camino que están colocadas estratégicamente en puntos de salida en toda la casa. Es sólo la luz suficiente para verme mientras bajo por las escaleras y me dirijo hacia la oficina de Colton. Paso el estudio en mi camino y confirmo que no está ahí. Tal vez no podía dormir bien y ha vuelto a trabajar. Sus mantas estaban esparcidas por la cama como si hubiera luchado con ellas. Mi conjetura es que él intentaba dormir, igual que yo, y perdió la batalla.
La puerta de su oficina se encuentra abierta y una lámpara proporciona una franja de luz suave. Escucho gruñidos y mi estómago se tambalea.
Doy un paso alrededor de la puerta y estoy completamente sorprendida por lo que encuentro.
Colton está sentado en su sillón de cuero, sus pantalones bajos y su polla gruesa está de pie con orgullo. Su mano se mueve de arriba abajo en movimientos cortos y desiguales y está gruñendo en voz baja.
-----------------------------------------------------------
🙀🙀🙀🙀🙀🙈🙈🙈🙈🙊🙊🙊✨
Señor jerus. El pobre de mi colton siempre es encontrado en infragantis.
cada vez que se empalma sophie tiene que llegar y el pobrecito que se muera de ganas por venirse...
Nina mala sophie. Nina mala....
Voten y comenten el cap de hoy.
¿Que tal les pareció mis cachorr@s?
=================
cap 17"Lo quiero todo"~®™♥
Estaba pensando, cosa que no pasa a menudo, y como esta sexy y hermosa historia esta casi en cap finales... Bueno lo que pense fue en un segunda parte pero no de estos empedernidos sino de unos de los sexy hermanos Drake. Pense en el pervertido y mujeriego de pace. Que me dicen se envarcan a una segunda historia junto a estos locos personajes.....
Dejen su comentarios
***
Colton está sentado en su sillón de cuero, sus pantalones bajos y su polla gruesa está de pie con orgullo. Su mano se mueve de arriba abajo en movimientos cortos y desiguales y está gruñendo en voz baja.
Mi coño se aprieta a la vista de él. Libero un pequeño gemido y sus ojos se apoderan de los míos.
-Cristo, Sophie. -Se mete a sí mismo de nuevo dentro de los pantalones, lo cual no es tarea fácil. Está tan duro y su polla llena de sangre no se ve feliz de estar metida en el espacio confinado.
Yo sólo sigo observándolo.
-¿No sabes tocar la maldita puerta? -ladra en mi dirección.
-La puerta estaba abierta -murmuro, sintiéndome una idiota.
Mira detrás de mí hacia la puerta abierta.
-Supongo que lo estaba. ¿Aunque, qué haces fuera de la cama?.
-Creo que la mejor pregunta es, ¿qué haces tú? -Me siento descarada y quiero verlo retorcerse un poco siendo capturado. Salvo que se encuentra tranquilo y sereno, y me sigue viendo con calma.
Sacude la cabeza hacia mí, obviamente, sin morder el anzuelo.
-No hagas preguntas para las que no estás dispuesta
a escuchar las respuestas.
No estoy segura de lo que quiere decir, pero cruzo la habitación y me paro delante de él, mis piernas todavía inestables de lo que acabo de presenciar.
- Estabas masturbándote. Se queda tranquilo y calmado.
No lo había dicho como una acusación, pero por suerte Colton no parece ofenderse. -Sólo tengo curiosidad...
-Tengo necesidades, Sophie, como tú sabes.
Asiento.
-Los dos las tenemos. -Doy un paso más cerca.
-Ten cuidado, dulzura. Estás jugando con fuego, tentándome, haciéndome querer algo que no puedo tener.
-¿Quién dice que no puedes? -No sé quién es la chica que se halla provocando, pero me siento audaz, inquieta y solitaria. Es una mala combinación, y me hace querer actuar.
Levanta una ceja oscura, mirándome de cerca.
-Ha cambiado tu opinión sobre todo esto, porque te voy a follar aquí y ahora, tan profundo que todavía sentirás mi polla dentro de ti mañana.
No digo nada más, sobre todo porque no sé qué decir, pero mi cuerpo zumba con anticipación. Mis pezones se endurecen contra la parte posterior de mi top y mis bragas se aferran a mis sensibles pliegues.
Colton lanza un gemido de frustración y empuja su palma contra su erección, la cual definitivamente sigue allí.
-¿Sophie, cuál es la mierda actual? - Su tono es un cruce entre juguetón y enojado.
-Siento haberte interrumpido -digo.
-A la mierda -dice, apoyando su cabeza contra la
silla de cuero y cerrando los ojos. Cuando los abre de nuevo, su ira se ha ido. Todo lo que veo es lujuria.
-¿Por qué nunca me tomaste? -pregunto.
-A medida que pasaban las semanas, comenzaste a significar más para mí. No quería tomar algo de ti que no era mío.
Es tuyo, quiero decirle.
-Pero ese día que Stella se presentó, ibas a hacerlo. -Había visto la mirada de determinación en sus ojos y supe que por fin iba a entregarse a mí.
-Porque sabía en ese momento que me pertenecías. Incluso sin la subasta, sin el acuerdo. Eras mía.
Observo sus ojos, sin estar en desacuerdo en lo más mínimo.
Todavía lo soy.
La forma en que su oscura mirada barre a la mía me dice que me quiere, pero elige no presionarme. Quiero saber por qué.
-¿Por qué sugeriste que seamos sólo amigos? -pregunto.
Toma una respiración profunda y la deja escapar lentamente. Luego hace un gesto para que me siente en una de las sillas frente a su escritorio.
Sigo su ejemplo y me siento, metiendo mis piernas desnudas debajo de mí. La parte superior de mi top y pijama corto que llevo no es rival contra el aire acondicionado frío. Eso, o mi cuerpo todavía se encuentra temblando de lo que presencié cuando entré.
-Estaba desarrollando sentimientos reales por ti, algo que asustó la mierda de mí dado mi pasado.
-No entiendo. Los dos estábamos... nos estábamos enamorando... -Es la primera vez que
he admitido mis verdaderos sentimientos, pero algo me dice que esto no es una sorpresa para él.
Colton no dice nada, solo me mira pacientemente como si tuviéramos toda la noche para sentarnos aquí y hablar en acertijos. Tal vez es sólo su discurso de sólo amigos, una solicitud hueca hecha sólo para que me quede.
-Si quieres una oportunidad real conmigo, necesito algunas cosas de ti -dice.
-¿Cómo cuáles?
-Sabes que no me ha ido bien en cuanto a las mujeres, y el dinero y la confianza.
-Sí -reconozco.
-Las mujeres por lo general sólo me quieren por mi dinero -añade.
-¿Qué tiene que ver eso conmigo? -Soy lo más lejano a ser una caza fortunas.
-Bueno, tienes que admitir que el inicio de nuestra relación no infundió mucha confianza. Sólo accediste a ir conmigo esa noche porque te estaba pagando.
-Sí, pero a medida que fui conociéndote, sabes que no fue por el dinero. Ese dinero era para Becca. Te dije que te voy a dar el resto ahora.
-Eso no es lo que quiero. -Su tono es firme y me siento como si estuviéramos dando vueltas en círculos.
-¿Entonces qué es lo que quieres?.
-Algo mucho más valioso... -Sus ojos trazan un camino a lo largo de mi escote expuesto, haciendo que mis pezones se endurezcan.
Me quedo tranquila, expectante y preguntándome lo que tiene en mente -Quiero saber que puedo confiar en ti. Necesito tu fe y tu creencia en mí de que yo puedo encargarme de mi pasado.
-Puedes confiar en mí...
-empiezo.
-Hablar es barato y me he quemado antes. Sophie, lo que pasó con Stella hace que sea difícil para mí creer en las mujeres. La falta de juicio y un matrimonio roto bajo mi cinturón puede ser comprensible, ¿pero dos? Eso no es algo que estoy dispuesto a arriesgar. Amigos es más seguro en este momento.
-¿No confías en mi?.
No responde.
-Tú eres el que ocultó la verdad -dejo escapar.
-Puede ser, pero quería saber cómo me sentía y te lo estoy diciendo -dice.
-No sé lo que tratas de decirme -admito-. Colton, tienes que saber que no soy nada como ella. -No me gusta que una mujer malvada nos haya arruinado.
La mirada que me da es de incredulidad.
-Sólo te encuentras en mi vida por razones monetarias. Te pagan por estar aquí, y saliste corriendo tan pronto como las cosas se pusieron difíciles. ¿Qué se supone que debo pensar? -dice, sujetándome con una mirada caliente.
Dios, tiene razón.
Cuando miro mis acciones a través de ese lente, puedo ver lo que quiere decir. Estuve aquí sólo por el dinero. Tan pronto como fui confrontada con su pasado, huí de él, negándome a escuchar una sola palabra.
-Tengo que ser capaz de confiar en la mujer con la que estoy -añade.
Me destroza ver nuestro acuerdo a través de sus ojos, al saber que me ve como otra mujer que sólo le interesa su riqueza. Me levanto y cruzo los brazos sobre mi pecho. Por qué había pensado alguna vez que ser amigos era una buena idea, no tengo ni idea.
-No va a funcionar para mí. Te quiero. Tú me quieres.
Sin embargo, no confías en las mujeres. Y no puedo simplemente pasar por alto tu matrimonio. Estamos en un callejón sin salida.
-Así parece. -Colton tamborilea con los dedos sobre el escritorio.
Allí, de pie en la tranquila soledad de su oficina, me pregunto qué demonios voy a hacer ahora. Considero hacer las maletas y volver a casa, pero en el fondo, sé que no es la solución. Estaría haciendo exactamente lo que Colton espera. Huir. Necesito permanecer y mostrarle que hay una manera diferente. Incluso si asusta la mierda siempre amorosa de mí.
Una idea se afianza y soy incapaz de deshacerme de ella. Mi boca comienza a trabajar antes de que mi cerebro pueda incluso ponerse al día con lo que propongo.
-Tengo normas morales. Que dictan que no me acuesto con hombres casados.
Me mira con curiosidad.
Me siento frente a él una vez más y respiro calmadamente.
-Quiero demostrarte que puedes confiar en mí. Que puedes poner tu fe en una mujer de nuevo.
-¿Cómo?.
-Dejándome de lado y sometiéndome como debería haber hecho desde el primer día que me compraste.
Sus ojos hambrientos parpadean en los míos.
-No entiendo.
-Colt, tengo miedo. De todo esto. Mis sentimientos por ti, de ser herida, de darte mi virginidad. Tengo miedo de que no puedas romper los lazos con Stella. Pero tengo fe en ti. Esta es mi forma de mostrar que confío en que hagas lo correcto y la mejor manera en que puedo demostrarte que no voy a ninguna parte es entregarme a ti.
-Sophie... -gime, frotando una mano por su cabello
-Puedes tenerme de cualquier forma que quieras.
-Sophie, quiero tu virginidad. Quiero reclamarte totalmente. Es la única manera de demostrarme que estás realmente aquí por mí.
-Pero dijiste amigos -bromeo ligeramente, sacando el delicioso enfrentamiento verbal que se parece tanto a los juegos previos.
-A la mierda lo de amigos. Quiero estar dentro de ti.
-Lo quiero también -digo-. Más que nada.
-¿Te encuentras segura de eso?.
Asiento, encontrado su mirada oscura.
-Había un hombre que conocí en un bar en Italia, era atractivo y educado y...
-¿Sohpie, querías que él te jodiera? ¿Querías que él pusiera su polla dentro de ti?.
Su lado posesivo me hace sentir caliente y nerviosa.
-Sólo escucha -le pido-. Podría haber dormido con él, y de hecho Becca me alentó. Me dijo que seguir siendo virgen era mi elección y podría haber ido adelante con ello.
-¿Pero no lo hiciste?.
Niego.
-Sabía que debías ser tú. Quiero que seas tú.
Se levanta de un salto y me tira contra él. Mi pecho queda al ras con el suyo y sus brazos se envuelven alrededor de mi cintura, aplastándome. Eso roba mi aliento y me quedo allí, inmóvil, dejando que se aferre a mí para salvar su vida. El movimiento es sorprendentemente tierno, y puedo decir que mi oferta ha golpeado algo dentro de él.
No puedo pensar en una sola cosa que decir, pero sé con claridad rotunda que esto no es algo que puede ser hablado. Tiene que ver mis acciones para entender dónde se encuentra mi lealtad. Justo
cuando contemplo mi próximo movimiento, él pone su cabeza en mi hombro, apoyando su mejilla contra la parte superior de mi pecho. Puedo sentir su aliento fantasma sobre mis pezones en mis pantalones suaves. Mi piel se calienta con su proximidad, pero esto no es sexual. Es un gesto dulce, como si estuviera reconociendo mi aceptación de él y todo su equipaje.
Empiezo a envolver mis brazos alrededor de él, pero me detiene, tomando mis manos y manteniéndolas a mis costados, enlazando sus dedos con los míos. Levanta la cabeza de mi hombro, mirándome directamente a los ojos. Nuestras palmas se presionan entre sí y ninguno de los dos dice una palabra. Se siente íntimo y familiar.
Odio cómo de dañado está, y apenas comprendo toda la profundidad de ello en este momento. Normalmente es tan seguro, tan exigente, que este lado tierno suyo es completamente inesperado.
Nuestros ojos permanecen mirándose y es como si los dos estamos compartiendo el mismo pensamiento. Estamos dando un paso gigante hacia adelante como una pareja, cada uno dejándonos al descubierto a nosotros mismos. Él, aprendiendo a confiar de nuevo, y yo tirando una cana al aire con un hombre casado. Incluso sin el contrato, él es mi dueño, y yo había sido tonta al pensar que sólo podía alejarme. Soy suya.
Inclinando su cabeza a la mía, me da un suave beso en mis labios. Mis ojos perezosamente se cerraron y separo mis labios, aceptándolo. Su lengua acaricia la mía, invitándome a jugar.
Después
de varios minutos de sus profundos besos hambrientos, me alejo, sin aliento.
-Dijiste que pasaron dos años. Eso es mucho tiempo para esperar.
Traga, su nuez de Adán moviéndose. Sus manos se liberan de las mías y se desplazan por mis brazos hasta acunar mi rostro.
-¿Qué juego juegas? - pregunta, con un tono confundido a su voz.
-No hay juegos. Sólo nosotros. Tienes que ser capaz de confiar en la mujer con la que estás.
-Por supuesto -concuerda.
-Soy suya, señor. Todo lo que quieras. Las cosas pervertidas que puedas fantasear. -Lo miro, queriendo decir cada palabra. Me siento traviesa, sexual y me gusta. Me desnudé ante él y no tengo idea de lo que piensa.
-¿y si quiero vendarte y joderte hasta que estés irritada?.
El tono hambriento en su voz es inconfundible. Quiero cumplir todos sus deseos y aliviar esta tensión entre nosotros más de lo que quiero mi siguiente respiración.
-Todo lo que quieras -murmuro.
-¿Y si quiero tomar tu pequeño trasero apretado?.
Mi estómago da una voltereta, pero mi mirada permanece en la suya. No sé si trata de asustarme, o si eso es algo que realmente desea. Enderezando mis hombros, respondo-: Entonces estoy en el juego. Creo en ti. Y creo en nosotros.
-¿Te encuentras segura de esto? Porque una vez que me encuentre enterrado dentro de ti, no seré capaz de parar.
-Me encuentro segura de esto. -Al menos eso creo-. ¿Cuando empezamos?
-pregunto.
-Ahora.
Su tono áspero me sobresalta. Y el calor en la habitación parece incrementarse varios grados.
-¿Quieres mi boca? -pregunto, poniéndome de rodillas en la alfombra de felpa.
-No. -Me mira, y acaricia mi mejilla con su pulgar -Por muy tentadora que es esta linda boquita tuya, necesito follarte.
Jadeo con un aliento estrangulado. Olvidé lo explícito que puede ser sobre sus necesidades. La dulce ternura de Colton se fue. El hombre de pie frente a mí es toda fuerza masculina y presencia dominante.
Trago y doy un asentimiento tenso.
Colton
Sophie no sabe que ya firmé los papeles del divorcio, pero su confianza en mí lo es todo. Sabía que mis instintos estaban en lo cierto sobre ella. No sólo es el sueño húmedo de todo hombre hecho realidad, sino que también tiene un corazón de oro. Entiende mis problemas de confianza y se la juega de la única forma que sabe de cómo demostrarme que se encuentra aquí por las razones correctas. Casi tengo ganas de llorar cuando comprendo eso.
Sophie espera ansiosamente sobre sus manos y rodillas, completamente desnuda delante de mí. Su confianza en mí es asombrosa e inesperada. Enciende todo tipo de sentimientos que pensé que juré que ya no tenía desde hace mucho tiempo.
La noche sin duda dio un giro para mejor. Después de una acalorada llamada telefónica con Stella, me metí en la cama solo. Permanecí ahí sin poder dormir y comprendí que me comportaba de una jodida
manera increíblemente infantil. Aparté las mantas y me dirigí a mi oficina para revisar los documentos que mi abogado dejó en mi bandeja de entrada hace mucho tiempo. Los imprimí y los miré por una eternidad, mi cabeza zumbaba y mi corazón dolía. Los firmé en el acto, el peso en mi pecho se liberó casi de inmediato.
¿Por qué en el mundo le dije a Sophie que sería su amigo?
No tenía idea. Me hallaba atado tan apretado que antes de saberlo, tenía mi polla en mi mano cuando Sophie me encontró. Y ahora ella se arrodilla ante mí, su trasero hacia arriba y sus manos enterradas en la alfombra de felpa de mi oficina. Camino a su alrededor y veo tensarse su espalda.
-Relájate, dulzura -digo-. Me prometiste cualquier cosa que yo quisiera. -Le recuerdo.
Voy y me paro detrás de ella y me siento contento al ver su coño brillando por su humedad. No la he tocado aún, sólo le ordené desnudarse, y lo hizo, dejándose completamente al descubierto ante mí, antes de ponerse sobre sus manos y rodillas a mi comando. Es una hermosa jodida vista y mi polla duele al pensar en finalmente tomarla.
Pero no me apresuraré esta noche.
Me quedo de pie sobre ella y desabrocho mi camisa lentamente, descartándola en el suelo junto con su ropa. Puedo sentir los ojos de Sophie observando mis movimientos, su cabeza se giró a mirarme. Saber que ella me mira y que se siente completamente tan excitada como yo, me alimenta.
Sus ojos queman directamente a través de mí, creando un
dolor físico. Tomo mi tiempo, desabrocho el cinturón y lentamente lo deslizo fuera de mis pantalones. Abriendo el frente de mis pantalones de vestir, empujo mis bóxers por mis caderas y tomo mi polla en mi mano derecha. No necesito mirar para saber que ella se concentró en cada uno de mis movimientos.
Mira cómo me acaricio en toda mi longitud, incluso tiro, sus ojos trazando cada centímetro de mi dureza.
-¿Estás lista para mí, dulzura? -pregunto.
Su mirada se eleva hacia la mía y me da un asentimiento sin palabras.
Me arrodillo, me posiciono detrás de ella y coloco mis manos en la curva redondeada de sus nalgas. Usando mis pulgares, separo sus labios inferiores y la encuentro húmeda y lista.
Ahora, eso es jodidamente excitante. Aún ni siquiera la he tocado, y mi ángel está empapada por mí.
Me posiciono en su entrada y me burlo de ella con la punta de mi polla, deslizándola hacia arriba y abajo. Su calor me envuelve y la sensación hace que mis bolas se tensen contra mi cuerpo. Joooder. Desde ya puedo decir que el sexo entre nosotros será intenso y aún ni siquiera la he penetrado. Dijo que quiere esto, pero tengo que asegurarme antes de tomar algo tan preciado de ella. Menea sus caderas, empujándose hacia atrás contra mí, y casi pierdo el jodido control en ese mismo momento. Sujeto su trasero y sofoco un gemido, viendo la gran cabeza de la polla presionarse en su carne rosa.
Un suspiro tembloroso se estremece a través de sus labios.
-El condón - murmura.
Me echo hacia atrás y reanudo el burlarme de ella al frotar mi polla en su contra.
-Esta noche quiero follarte con mi boca. Y si eres buena, mañana te follaré con mi polla.
-¿Y pasado mañana?.
-Si aún puedes estar de pie, sí.
Inhala fuertemente.
-¿Y follaras mi trasero?.
Maldita sea. Escuchar esas palabras eróticas salir de sus perfectos labios, provoca que una gota de líquido escape de mi punta.
-Aún no, hermosa. Pronto, pero aún no. Sabré cuando estés lista para más.
-Oh.
-Si lo hago demasiado pronto te haré daño -explico.
-¿Me harás daño?.
-No te haré daño. No a propósito. Pero, tu trasero es muy apretado. -Le doy una palmada juguetona en su nalga.
Sonríe hacia mí con desafío.
Le doy otra palmada, más en serio esta vez y soy recompensado con un satisfactorio chasquido y un jadeo mientras Sophie inhala.
Ella podría pensar que tiene el control, entregándose a mí de esta manera, me encuentro a punto de demostrarle que aún tengo esto muy en control.
Me inclino sobre ella, besando los hoyuelos gemelos en la parte baja de su espalda, en ese jodido lugar sexy justo encima de su trasero.
Moviéndome más abajo, planto mi rostro en la unión entre sus muslos.
Se pone rígida momentáneamente, al darse cuenta de que mi rostro se encuentra casi enterrado en su trasero.
-Colton... -gime. Su tono es inseguro, vacilante y lucha contra mí, tratando de zafarse de mi alcance.
-No -advierto y tiro de sus caderas hacia mí. No tiene ninguna razón de
ser auto consciente a mí alrededor. Quiero adorar a su coño con mi boca. Podría permanecer aquí durante horas y no sería suficiente. Mis manos sostienen firmemente sus caderas en su lugar mientras mi lengua barre y le lame de arriba a abajo. Lanza un gemido suave y deja de intentar alejarse.
Sabe dulce, como el caramelo, y me consiento, sin vacilar en mi ritmo contra su clítoris hasta que sus gemidos de placer son lo suficientemente fuertes como para despertar a los vecinos.
-¡Colton! -grita una y otra vez.
Se encuentra ahí, en ese hermoso momento justo antes de que su orgasmo estalle a través de ella. Sumerjo dos dedos profundamente en su interior y la siento apretarse a mi alrededor.
De repente, ya no es sólo sobre verla deshecha por su orgasmo, quiero que se venga más duro de lo que nunca lo ha hecho en su vida y saber que es por mi causa.
Empuja su trasero hacia atrás, moliéndose contra de mis dedos, y una visión de ella montando mi polla destella a través de mi mente.
-Eso es, nena. Déjate ir. -Mis dientes se hunden en la nalga carnosa de su trasero perfecto, mis dedos se curvan hacia arriba contra ese punto sensible en el interior.
Sophie se deshace, repitiendo mi nombre una y otra vez mientras jadea buscando aire y sujeta mis dedos.
Su cuerpo tiembla por la intensidad de su liberación, y la levanto de su posición boca abajo, acunándola en mis brazos y besando su cuello, frente y labios.
-Mierda, eso fue caliente, bebé.
-Colton... -murmura de nuevo. Sus ojos azules se encuentran confusos
y fuera de enfoque, jadea como si justo hubiera corrido un maratón. -Nunca fue de esta manera.
-Eso es porque somos tú y yo -digo, queriendo decir cada palabra. Compartimos una conexión innegable que va mucho más allá de lo físico. No sé si es por todas esas semanas que pasamos viviendo juntos, conociéndonos el uno al otro y todo sobre el ignorar la química explosiva entre nosotros, pero es intensa y diferente a todo lo que experimenté.
Nuestros labios se encuentran en un torrente de besos hambrientos. Las manos de Sophie recorren mi cuerpo, trazando mis abdominales y moviéndose más abajo hasta que encuentra mi polla dura. Se burla de mí al principio, sus dedos me exploran, sus uñas arañan ligeramente contra mi piel, su delicada mano ahueca mis bolas. Gruño cuando me agarra y comienza a acariciarlo perezosamente de arriba abajo.
Empujo mis caderas hasta encontrarme con sus caricias.
-Más duro, bebé. -Le muestro lo que me gusta, apretando mi mano alrededor de la de ella y empiezo a bombear más rápido.
Sus labios se quedan quietos momentáneamente aún contra los míos como si se concentrara en encontrar el ritmo. Cuando lo hace, el placer llena mi cuerpo y muevo mi mano a su nuca.
-Se siente tan jodidamente bien -gimo, empujando mis manos entre su cabello y llevando su boca de nuevo a la mía.
Mientras nuestras lenguas chocan y exploran, Sophie utiliza ambas manos para acariciar mi longitud de arriba abajo hasta que me encuentro a punto de explotar.
-Soph -gruño-. Me harás venir...
Baja su cabeza y me toma dentro de su cálida caverna de su boca, succionando contra la cabeza de mi polla. Es inesperado y caliente que quiera probarme y no puedo resistir ni un segundo más.
Enredando mis dedos en su cabello, hago erupción con una secuencia de maldiciones incoherentes y me vacío en su boca.
Sophie suelta un bajo gemido y se traga hasta la última gota.
-Nena, demonios. -La miro con aturdida incredulidad. No puedo creer que acabó de hacer eso.
Sonríe tímidamente y baja su mirada a mi polla flácida, luego le da una suave palmadita.
-Me alegra que decidieras en contra de ser amigos. -Alejo su cabello de la cara y beso sus labios -Sabías que nunca funcionaría, ¿no?.
-Sabía que no era lo que yo quería, pero me encontraba dispuesto a intentarlo si esa era la única manera de tenerte en mi vida. -Honestamente es la verdad.
Me mira, sus ojos brillando con anhelo.
-Lo quiero todo.
-Yo también, dulce Sophie. Yo también.
Me pongo de pie, sosteniéndola en mis brazos.
-Vamos, vamos a la cama.
-¿Qué pasa con nuestra ropa? -Baja la mirada al montón de ropas desechadas que decoran el piso de mi oficina.
-Le darán a las amas de llaves algo para chismear.
Descansa su cabeza contra mi hombro, suelta un suspiro de satisfacción y me permite llevarla por las escaleras.
=================
cap18 "nueva vida"~®™♥
Por la mañana, cuando me despierto, Colton ya lo está y se fue de la cama. Echando un vistazo al reloj, me doy cuenta de que son las siete y diez, y ya que es un lunes, asumo que se despertó para alistarse para el trabajo.
Queriendo verlo antes de que empiece su día, me levanto de la cama y me arriesgo escaleras abajo vistiendo solo su camiseta en la que dormí. El algodón caliente es suave contra mi piel y me recuerda que hay tantas cosas minúsculas que extrañé de él. Una sonrisa feliz juega en las comisuras de mi boca.
Lo encuentro en la cocina, vestido con un traje oscuro, camisa blanca almidonada y una corbata azul marino. Está descalzo. Se ve delicioso. Quizás simplemente lo tendré a él de desayuno.
Sus ojos se encuentran con los míos y coloca su teléfono celular sobre la isla.
―¿No eres algo lindo para mirar? ―Su mirada se pasea a lo largo de las curvas visibles bajo la camiseta, antes de detenerse sobre mis piernas desnudas―. Ven acá.
Su sencilla orden pone tenso mi cuerpo con anticipación. Cruzo la cocina y me detengo frente a él.
―¿Dormiste bien? ―pregunto, extendiendo mis manos para ajustar su corbata.
―Como una jodida roca. ―Coloca un beso en mi sien―. Gracias a Dios que regresaste.
Envuelvo mis brazos alrededor de su cintura y exhalo suavemente mientras me tira en sus brazos y me sostiene fuerte. Viéndolo todo conservador con su traje y corbata me dan ganas de despeinarlo, desnudarlo y hacer cosas
malas, aquí mismo, en la cocina.
―Dijiste que hoy era el día... ―Levanto mi cara desde su cuello y susurro contra su oreja, dejando que las palabras permanezcan entre nosotros. La promesa de tener sexo más tarde tiene a todo mi cuerpo demasiado consciente de su cercanía, su aroma.
La boca de Colton se estira en una sonrisa juguetona.
―Joder, Soph...
Jugueteo con el dobladillo de mi camiseta y veo su mirada caer hacía el sur. Vistiendo solo una vieja camiseta gris, y nunca me sentí más sexy. Levanto la camiseta, dejando al descubierto el hecho de que no estoy usando ninguna braga, cuando Colton de repente se aclara la garganta, viéndose incómodo.
―¿Qué? ―pregunto.
Suelta un suspiro.
―Marta está aquí.
Me atraviesa la decepción y casi me quejo por la frustración. Dejo caer el dobladillo de la camiseta, cubriéndome de nuevo y miro alrededor de Colton a la ventana de la cocina, la cual tiene una vista directa a la entrada. Su pequeño coche deportivo de color rojo se encuentra estacionado en la calle, pero no la veo por ninguna parte.
Raro.
―Voy a vestirme ―le digo y lo dejo en la cocina. Llámame anticuada, pero cuando uno de los empleados de Colton está aquí, me imagino que al menos debería estar usando bragas. No toleraba sacarme su camiseta y simplemente me coloque ropa interior y un par de pantalones de yoga antes de dirigirme a la planta baja.
Me encuentro con Marta en el pasillo fuera de una de las
habitaciones.
―¿Sophie? ―Suena sorprendida y arquea sus cejas cuando me ve.
―Hola. ―Doy un vistazo a su alrededor y veo varias maletas en la habitación de invitados y ropas dejadas sobre la cama.
¿Qué infiernos?
No entiendo qué está pasando, pero en lugar de quedarme a charlar con Marta, quiero hablar con Colton. Me dirijo directamente a la cocina.
―Marta se ve muy cómoda arriba.
―Se está quedando aquí ―dice, sin más explicaciones.
―¿Por qué? ¿No tiene un lugar propio? ―Si me da algún discurso sobre el compañerismo o que la casa está vacía, voy a enloquecer. Ya sospechaba sobre en qué consistía su relación completa y después del fiasco de su matrimonio, no podía soportar que en este momento me cayera alguna otra granada de información.
―En su edificio hay infestación de ratas y se está restaurando su apartamento. Es solo por un par de días más o menos.
¿Ratas? Y mi abuela es luchadora en la WWE.
―Está bien.
―¿Qué está mal? Te ves molesta.
―Ella parecía sorprendida de verme aquí, como si no sabía que regresé.
Se encoge de hombros.
―Regresaste recién ayer. Aún no he tenido tiempo de contarle.
Su respuesta tiene sentido, simplemente no me gusta la idea de que con Colton nuevamente soltero, Marta no perdió tiempo en mudarse. Y a juzgar por las tres maletas gigantes que trajo con ella, está
planeando estar aquí algo más que una par de días.
Marta escoge ese momento exacto para entrar en la cocina y servirse una taza de café desde el armario. Sé que es irracional, pero su familiaridad con este hombre y su casa, me molesta.
―Jefe ¿listo para el trabajo? Podemos irnos juntos. ―Lo trata con una amplia sonrisa.
Colton besa ligeramente mis labios y sus ojos le imploran a los míos que lo deje pasar antes de que se dé la vuelta hacia Marta.
―En realidad, me di cuenta de que probablemente estaríamos trabajando en horarios diferentes, entonces nos iremos por separado.
―No, eso está bien. No me importa si tienes que trabajar hasta tarde, me juego por lo que sea. Además, será un buen momento para ponernos al día. Puedo ponerte al tanto sobre las renovaciones he planeado para la casa de la piscina.
―¿Qué renovaciones para la casa de la piscina? ―pregunté.
―¿Colton no te lo contó? Sacudí mi cabeza.
―Una de las bombas de aire se averió y la casa de la piscina se inundó. Desde entonces, me he encargado de la redecoración desde... no tiene importancia. ―Marta sonríe coqueta, compartiendo una mirada secreta con Colt.
―¿Desde qué? ―pregunto.
Se encoge de hombros.
―Ya que Stella es quien decoró, no creía que la decoración púrpura y dorada combinara con los gustos de Colton, pensé que era tiempo de un cambio de imagen.
Colton desliza su palma caliente contra mí, un gesto destinado a calmarme y tranquilizarme. No tengo ni idea de por qué estoy actuando tan territorial sobre un hombre que ni siquiera estoy segura de que es mío, pero ver esta mañana a Marta aquí, tiene todos mis sentidos en alerta máxima. Si voy a tener una relación verdadera con Colton, necesito que las mujeres de su pasado dejen de presentarse aquí sin previo aviso. Hago una nota mental de preguntarle a Colton de los detalles sobre su relación con Marta.
Estoy de pie cerca de la puerta en pijama y observo como Colton y Marta se suben a su pequeño auto deportivo rojo. Salen del camino de entrada, sobre la calle y perdura hasta que desaparecen de mi vista, el sonido de la música a todo volumen.
Suspiro y cierro la puerta. Me va a tomar un tiempo acostumbrarme a mi nueva vida.
=================
cap 19"un dios de sexo"~®™♥
Colton
Como un exitoso empresario que dirige dos empresas, que se ocupa regularmente de altos ejecutivos y negocia con feroces competidores, encuentro casi ridículo cómo me puede poner a sudar una pequeña chica, vestida sólo con mi camiseta. Mientras Marta conduce, mis pensamientos divagan hacia Sophie, como sucede a menudo.
Le escribo un mensaje de texto.
Ya te extraño. 😢😢
Su respuesta es casi instantánea.
Yo te extraño más. 😘😘
Sonrío y escribo mi respuesta.
Vamos a divertirnos esta noche. 😼😘😼
¿Lo prometes?. 😽🙈😽
Su respuesta me hace reír.
Toda la que puedas manejar, dulzura. 😏😼😙
―Así que, ¿Sophie regresó? ―pregunta Marta, bajando el volumen de la radio, y desviando mi atención de mi teléfono. Detecto un toque de celos agitándose entre sí, algo a lo que necesito ponerle un alto ahora mismo.
―Sí, se mudó de nuevo... definitivamente, espero.
Marta baja sus gafas de sol y me mira.
―Guau. Ese es un gran paso.
―Así es ―confirmo ―Marta, estoy loco por ella,
y necesito saber que entiendes eso. Tú y yo tenemos un pasado complicado, pero es allí donde eso necesita permanecer... en el pasado.
―Ya veo. ―Detecto un toque de decepción en su voz.
No puedo decir que estoy sorprendido por su reacción, siempre he sospechado que quería más de mí.
―Te valoro como una amiga y una empleada, pero Sophie es un cambio de juego para mí. De hecho, estoy finalmente lidiando con Stella.
―Colt, lo entiendo. ―Su voz adquiere un tono ligeramente exasperado ―Las cosas entre nosotros terminaron mucho antes de que Sophie entrara en el panorama. Y soy una mujer madura. Puedo lidiar con ello.
―Sé que puedes. Gracias por eso. ―Me alegra de que parezca comprenderlo. Lo último que quiero es que las cosas se pongan extrañas entre ella y Sophie. O para el caso, entre ella y yo.
―Ademas, fueron sólo un par de veces ―comenta.
Ambos miramos el camino y me da la sensación de que está recordando con vívidos detalles las pocas veces que estuvimos íntimamente juntos.
―Está en el pasado ―confirmo. Sólo espero que se quede allí. Marta no responde.
―Esta casi olvidado, ¿verdad?.
Deja escapar una breve risita.
―Colton, yo no iría tan lejos. No creo que olvide en un futuro cercano que eres el hombre más intenso con quien alguna vez he estado, o cuán inclemente y dominante puedes llegar a ser cuando estás excitado.
En mis recuerdos, nuestros encuentros no son tan memorables. Sólo recuerdo que en los meses después de que Stella se fue, me sentía deprimido y solitario. Marta se encontraba ahí dispuesta, y le
permití reducir el dolor un par de veces, pero nunca tuvimos sexo.
―Marta, estoy hablando en serio sobre esto. Si le dificultas las cosas a Sophie, o si sacas a relucir cosas del pasado...
Se da la vuelta hacia mí bruscamente.
―Jefe, relajese. Déjeme con mis buenos recuerdos y le prometo que no diré nada.
Compartimos un viaje tenso hacia el trabajo y hago una nota mental para contarle a Sophie todo esta noche cuando regrese a casa. Ahora que está de vuelta y confía en que haga lo correcto, no tendré a algo tan intrascendente arruinando nuestro progreso.
***
El día se me hace lento como un paso de tortuga, mientras espero mi noche con Sophie. Mis hermanos irrumpen por la tarde sorprendiéndome con el almuerzo. Las cosas en el trabajo han estado tan ocupadas que he estado dejando de lado nuestras citas semanales de almuerzo. Hoy no corrieron riesgos, irrumpieron en mi oficina con mi asistente disculpándose detrás de ellos.
―Señor, ellos simplemente entraron sin permiso ―dice, luciendo preocupado.
―Está bien, David.
Mi asistente, David, es un poco del tipo nerd y frágil, me dio la sensación de que está abrumado con la presencia de mis hermanos. Pero es el mejor asistente que jamás he tenido, así que no lo regañaré por la interrupción.
―Tienes que comer ―dice Pace, sosteniendon una bolsa de comida para llevar de uno de mis restaurantes favoritos de sushi― Y necesito que me cuentes las últimas noticias sobre lo que está pasando
con la dulce Sophie.
Viajó a Italia conmigo en un capricho, así que tal vez le debo ponerlo al corriente.
―¿Hay un rollito de atún en esa bolsa? ―pregunto.
Asiente y comienza a sacar los recipientes con los alimentos.
Me uno a él y Collins en la larga mesa de mármol en el centro de mi oficina.
―¿Entonces? ―pregunta Collins ―¿Fue una pérdida de tiempo tu viaje improvisado a Italia? ¿O conseguiste a la chica?
―Sophie se mudó de nuevo ―confirmo.
―¡Joder sí!. ―La amplia sonrisa de Pace ilumina todo su rostro. Siempre ha demostrado abiertamente sus emociones. Al mismo tiempo, es una bendición y una maldición. Es un constructor, entonces su personalidad sociable a menudo le ayuda a ganar más clientes, pero puede ser un obstáculo cuando está negociando acuerdos grandes. Con él, todas las cartas están boca arriba sobre la mesa. Puedes ver cada pensamiento fugaz que pasa por su cerebro.
―¿Y Stella? ―pregunta‖Collins.
Durante años, mi hermano mayor me ha estado insistiendo en divorciarme de ella. A pesar de ser sólo dos años mayor, siempre ha actuado más como una figura paterna para Pace y para mí.
―Firmé los papeles.
Pace salta poniéndose de pie.
―¡A la gran puta! Necesitamos un poco de champán para brindar por esta mierda.
―Siéntate, joder ―me quejo, pero soy incapaz de ocultar la sonrisa torcida que levanta una de las comisuras de mi boca ―Sí, sí, lo sé. Joder, ya era hora
.
―Estoy tan jodidamente contento de que Sophie
esté en tu vida ―dice Collins, sirviéndose de mi plato un poco de jengibre al escabeche. Es obvio que le atribuye este cambio a su presencia en mi vida. Y, por supuesto, tiene razón.
―Hermano, necesitamos celebrarlo. En verdad ―dice Pace
.
―No es una mala idea. Una gran fiesta para celebrar tu libertad de la mega perra ―dice Collins, masticando pensativamente.
―Déjenlo, chicos. He firmado los papeles y se los envié a mi abogado. Eso es celebración suficiente ―No hay necesidad de celebrar la violación anal que está recibiendo mi cuenta bancaria sólo para pagarle para que se aleje.
Por varios minutos, comemos en un cómodo silencio. Ante el período de calma en la conversación, mi mente divaga automáticamente hacia Sophie y lo que ocurrirá esta noche cuando llegue a casa.
―Marta está soltera, ¿verdad? ―pregunta Pace, acercando un pedazo de sushi a su boca.
―¿Por qué lo preguntas? ―le pregunto, doblando una servilleta sobre mi regazo.
―Se ve como si podría necesitar una buena follada. ―Sonríe.
Bajo mis palillos.
―No folles a mis empleadas. ¿Por qué para ti eso es tan difícil de entender?.
Pone los ojos en blanco.
―Joder, hombre. Eres peor que una mujer. Primero me insultas por coquetear con la hermana de Sophie, Becca, y ahora estás quejándote de que me fije en el pequeño trasero coqueto de Marta.
―No me estoy quejando. Estoy señalando que sin ninguna duda tus habilidades para conquistar se extienden más allá del par de mujeres de mi círculo íntimo, que prefiero que no folles y luego vengan
a mí llorando. Conozco tu historial con las mujeres, imbécil.
Collins interviene, viniendo a mi defensa.
―Tiene razón, idiota, tu récord de historial es de cero ¿a qué?, ¿a cien?
―¿Qué demonios significa eso? ―Momentaneamente, Pace deja de masticar.
―Que has tenido cero relaciones monógamas exitosas y mas de cien parejas sexuales ―dice Collins.
PEscúch encoge de hombros.
―Dejé de hacer el seguimiento una vez que llegué a los tres dígitos.
―Escúchame, imbécil. Ya te lo dije. Marta trabaja para mí, así que no la folles. Y en lo que respecta a Becca, tiene cáncer. No necesita ningún tipo de estrés adicional en su vida de alguien que la va a follar una vez y largarse después. Sin mencionar que es la hermana de mi chica. Si la follas y luego haces un acto de desaparición, yo tendría que lidiar con las consecuencias.
Él se pone de mal humor, hundiéndose más profundamente en su silla, pero no responde.
Collins y yo compartimos una rápida mirada triunfal.
No tengo ni idea de si Becca es virgen como Sophie, y no me importa. No quiero a Pace cerca de ella. Su historial con las mujeres es despreciable.
―¿Sophie aún es virgen? ―pregunta‖Pace.
―No por mucho tiempo ―le confirmo.
Sophie
Para cuando Colton y Marta llegan a casa, estoy duchada, vestida y esperando en la cocina, justo abriendo una botella de vino blanco y acomodando unas copas de tallo largo. Frunzo el ceño bajando la mirada a la tercera copa sobre la barra.
Tres es una multitud.
Cuando entran en la cocina, Marta se excusa, inmediatamente yendo arriba para cambiarse, dejándonos a Colton y a mí solos. Felicidad.
He estado esperando este momento todo el maldito día, y no siento como que pudiera esperar un minuto más.
Camina hacia mí, luciendo delicioso en su traje. Quizás me había abstenido esta mañana, cuando apenas evité arrancarlo de él, pero no voy a mostrar ese tipo de paciencia esta noche.
Sin decir una sola palabra, sus manos ahuecan mis mejillas, tirando de mi cara a la suya, presionando sus labios con los míos y dándome un largo beso. Cuando se aleja, me encuentro mareada y llena de anhelo.
-¿Cómo estuvo tu día? -pregunto.
-Demasiado jodidamente largo. Te extrañé -dice.
Me siento de la misma forma.
-¿Sería grosero si nos saltamos la cena y nos vamos directamente a la cama? -Pienso en los platos en la bandeja térmica que Beth había dejado para los tres. Aparentemente el personal de la casa sabía que Marta estaba quedándose aquí. Por supuesto, como su asistente personal, Marta probablemente les dijo.
Colton recorre mi cuerpo con sus manos, deteniéndose en mis caderas y acercando mi cuerpo al suyo.
-La cena es la última cosa en mi mente. -Me mira como si ya estuviera imaginándome desnuda.
Un cálido escalofrío corre a través de mí. Me pregunté si iba a molestarme que Marta estuviera aquí en la casa para nuestra primera vez, pero ahora, no me importa si me oye gritando por la casa.
Puede irse al diablo.
-He estado duro todo el maldito día -gime Colton, llevando mi mano bajo su cinturón y presionándola contra el gigantesco bulto allí. Cierro mi mano alrededor de él y lo escucho gruñir.
Tomo cada pizca de fuerza de voluntad que tengo para no dejarme caer de rodillas y tomarlo en mi boca. Incluso si no me importa Marta escuchando nuestros sonidos de placer a puertas cerradas, no la quiero viendo el paquete de mi hombre. Eso no es algo que planeo compartir. Ahora y nunca.
Sus caderas meciéndose hacia adelante mientras mi palma se mueve hacia arriba y abajo sobre él.
-No puedo esperar para estar dentro de ti -susurra muy despacio cerca de mi oído.
Mis bragas se desbordan con humedad.
-Vamos arriba. Te voy a ayudar a cambiarte de ropa. -Le doy una mirada juguetona.
Pasos doblando la esquina y sé que ya no estamos solos. Me vuelvo para enfrentar a Marta, asegurándome de permanecer delante de Colton para bloquear la vista de su furiosa erección. Al parecer estamos en la misma página, porque sus manos rodean mi cintura, silenciosamente comunicando que necesito quedarme allí.
Mis ojos se pierden detrás de ella en las maletas apiladas sobre el suelo.
-Mi arrendador dice que la infestación de ratones está completamente solucionada, así que estoy volviendo a casa -dice.
-¿Pensé que eran ratas? -pregunto.
-Ah, correcto. Ratones, ratas. Lo mismo. -Sonríe, pero sus mejillas se sonrojan un poco, sabiendo que ha sido atrapada en su mentira.
Tengo
la sensación de que solo se había estado quedando aquí en mi ausencia para hacer un movimiento sobre Colton, y ahora que estoy de vuelta, sabe que ha perdido su oportunidad.
Arrastra sus maletas detrás de ella, deteniéndose para estirarse de puntillas y darle a Colton un rápido beso en la mejilla.
-Gracias por tu hospitalidad. Y estoy completamente de acuerdo con lo que hablamos en el coche.
Él asiente en silencio, su boca dibujando una firme línea.
Unos minutos después, la puerta se cierra detrás de ella y escuchamos su pequeño deportivo rojo marcharse, el ruido desvaneciéndose en la distancia hasta que los únicos sonidos que quedan son nuestros latidos y nuestras respiraciones entrecortadas.
Me giro para enfrentar a Colton de nuevo. Me está mirando con una intensa expresión.
-Fue grosero de mi parte no ayudarla a llevar sus maletas, pero no podría hacer eso muy bien con mi polla dura. ¿Qué estás haciéndome, nena? - gime frustrado.
Me rio y me levanto sobre mis dedos de los pies para besarlo.
-Estoy segura de que está bien. Parecía como que lo tenía manejado.
Se encoje de hombros.
-Supongo que lo hacía.
-¿De qué halaron en el coche? -pregunto, recordando lo que Marta dijo justo antes de irse.
-¿Eh? -pregunta.
-Ella dijo que estaba completamente de acuerdo con ello... -Intento refrescar su memoria.
Se pasa una mano por su cabello.
-Vamos, tenemos que hablar.
Me guía hasta la sala de estar y me hace señas para que me siente en el sofá a su lado.
Mi vientre se agita de los
nervios. Todo el estado de ánimo de Colton ha cambiado. Creo que lo que sea que va a decirme tiene algo que ver con él y Marta. Respiro profundamente y me preparo para lo peor. Podría haberle dicho solo ayer que era suya y que sin importar qué, confiaba en él. Ahora quiero tragar todas esas palabras y hacerme un ovillo con el dolor que ya está amenazando con alcanzarme.
-Respira profundamente, Sophie -murmura Colton. Estoy segura de que puede ver el dolor y la preocupación escritos por todo mi rostro-. Después de que Stella se fue, tuve una breve aventura con Marta -dice.
Mi estómago cae a mis pies mientras mis peores sospechas se confirman. Tomo otra profunda respiración ante el deseo y lucha de Colton para permanecer en control recordándome a mí misma que eso fue en el pasado.
-Me encontraba destruido después de mi divorcio -explica-. Ella estaba ahí y disponible y ahora lo lamento, pero conectamos un par de veces.
-Ah. -Estoy sin palabras y destrozada y tengo ganas de llorar. He estado celosa de Marta y de su buena apariencia y de su estrecha relación con Colton desde el primer día. Y ahora todas mis corazonadas son confirmadas.
-Nunca tuvimos sexo -añade.
Esta noticia me hace sentir un poco mejor.
-¿Qué quiso decir antes? ¿De qué hablaron en el coche que ella se hallaba completamente de acuerdo con ello?.
-Le dije que estoy malditamente loco por ti. Y pese a que ha sabido desde hace mucho tiempo que no estoy interesado en ella, le hice saber que no iba a tolerar nada interponiéndose entre tú y yo.
Buenos empleados son difíciles de encontrar, pero si intenta interferir de alguna manera...
Deja el resto sobreentendido. .
¿había amenazado con despedirla si hacia las cosas difíciles para él y para mí?.
Su encriptado mensaje y luego largándose de aquí hoy debe significar que acepta la relación de Colton conmigo y no tiene intención de interferir.
-Quería ser honesto contigo sobre de mi pasado. Quiero un futuro real contigo, Soph. Dime cómo te estás sintiendo -dice.
-Estoy contenta de que te abriste y me contaste sobre Marta. -Pero en el fondo sé que el problema con Marta es la menor de mis preocupaciones. Puedo aceptar su necesidad de una aventura. Volviéndome valiente, enderezo mi columna-. Pero si quisieras una verdadera relación conmigo, no estarías retrasando tu propio divorcio. Y no me vengas con esa mierda de culpabilidad acerca del dinero para el proyecto de África... si tus finanzas se encontraban en ese estado precario, ¿realmente habrías gastado un millón de dólares en una esclava sexual, oh, perdón, quiero decir amante? Por lo visto, Marta no es alguien por quien tenías verdaderos sentimientos, y puedo superarlo, pero si quieres esto conmigo, vas a tener que demostrarme que sí valgo la pena. No puedo compartirte con Stella.
-Nunca me compartiras... -Sus oscuros ojos me suplican, posesivos y llenos de deseo.
-Te estoy compartiendme.. el recuerdo de ella frunciéndome el ceño en la piscina y diciéndome que me fuera
de su propiedad está firmemente grabado en mi mente. ¿Te diste cuenta de que no puedo ni siquiera acercarme la piscina?.
-Sophie, firmé los papeles. Anoche en mi oficina, cuando me interrumpiste -dice.
-¿QUÉ?.
-Sí. Está hecho. Se los envié a mi abogado esta mañana.
-¿Por qué no me lo dijiste? -Esta es una noticia impresionante y la está mencionando en una conversación casual como si nada.
-No quise interrumpir nuestra diversión anoche. -Sonríe.
Recordaba detalladamente nuestro caliente encuentro en su oficina anoche, cuando prometí entregarme a él. Todo regresa rápidamente al mismo tiempo, y mi vientre se aprieta con un nudo.
>>Además, todo lo que dijiste, la forma en que te desnudaste, tu completa fe y confianza en mí... eso era justo lo que necesitaba. Y si hubieras sabido que había firmado los papeles antes de decirme todo eso, no habría tenido el mismo efecto - continúa Colton.
Entiendo lo que quiere decir. Había acordado básicamente tener fe ciega en él para que hiciera lo correcto, y resulta, que ya lo había hecho. Mi corazón se hincha de felicidad.
-Colton...
Sus ojos se balancean sobre los míos y me da una pequeña sonrisa.
Cuando pregunto acerca de los términos del divorcio, no retiene nada. Me dice que su fortuna de trescientos sesenta y cinco millones de dólares fue dividida exactamente por la mitad. Y tan feliz como estoy sobre su divorcio terminando, detesto la idea de que su ahora ex-esposa esté recibiendo incluso un centavo de él. Ya
lo había despojado de su confianza en las mujeres y agriado su casa con sus recuerdos.
Colton había prometido gastar quinientos millones de dólares en África durante los próximos diez años, pero ahora veo que eso no ocurrirá. Me duele el corazón por él, y trabajo para convencerlo de que su tiempo y donaciones son todavía más que generosos. Asiente y da palmaditas en mi rodilla, pero puedo ver que sus pensamientos están lejos.
Algunos sombríos segundos pasan, y puedo decir que está dándose cuenta de que hay un nuevo rumbo en su vida. Pasando página, y todo eso. Tuvo que pasar por mucho, y a pesar de su fortaleza y actitud, sé que ha sido duro para él. Quiero consolarlo, abrazarlo. La necesidad de arrastrarme hasta su regazo es demasiado fuerte como para ignorarla y así lo hago.
-¿Sophie? -pregunta.
-Solo abrázame -digo.
Lo hace. Colton me rodea con sus brazos y me sostiene fuerte, su aroma masculino envolviéndome con calidez. Puedo decir que lo que sea que venga para nosotros será grande. Puede que hayamos comenzado este viaje juntos, pensando que sería algo fugaz y sexual, pero la intensidad de nuestra relación y los profundos sentimientos son demasiados fuertes como para ignorarlos.
-¿Qué hiciste hoy? -Peina mi cabello hacia atrás fuera de mi rostro y baja la mirada hacia mí, donde todavía sigo acurrucada sobre su regazo.
-¿Además de esperar a que mi hombre llegue a casa?
-¿Tu hombre?
-Mi hombre. -Mi voz es segura y firme. Él es mío, y no voy a ser asustada por sus confesiones sobre Marta o su pasado difícil-. Salí a correr, me duché,
y luego pasé la tarde regresando mis cosas desde la habitación de invitados a la habitación principal.
-Bien. -Sigue acariciando mi cabello y se siente maravilloso.
-Eso me hizo pensar sin embargo.
-¿Sobre qué? -Acaricia mi cuello con su rostro, inhalando mi aroma y dándome un tierno beso sobre ese sensible punto justo detrás de mi oreja. Está intentando distraerme, y casi funciona, pero sé que necesito tener esta conversación con él antes de que las cosas lleguen demasiado lejos.
-Compartiste esa habitación con ella -digo. Percibiendo la dirección en la que voy, Colton toma mi mano en la suya.
-Tuve la habitación completa remodelada cuando se fue. Los muebles, el colchón, las sábanas son todos nuevos.
-¿Marta los escogió? -cuestiono en voz alta, recordando el comentario de ella acerca de redecorar la casa de la piscina.
-No. Me mostró un sitio web de diseños y yo escogí todo lo que quería, y luego la tuve pidiéndolo con mi tarjeta de crédito.
-Oh.
-¿Eso ayuda?.
-Sí, lo hace. Creo que me habría sentido extraña intimando en la misma cama que compartiste con tu esposa -admito.
-Ex-esposa -me corrige-. Y te prometo que Stella estará lo más alejada de mi mente cuando finalmente te tome.
Una acogedora onda de calor pasa entre nosotros ante la mención de sexo.
-¿He arruinado la noche haciendo todas estas preguntas? -pregunto, encontrando su azul mirada.
-No. Quiero ser
honesto contigo acerca de todo de ahora en adelante.
-Creo que puedo manejar eso.
Ahueca mi cara con sus cálidas palmas, y con su pulgar delinea mi labio inferior.
-Gracias al maldito Dios que todavía estás aquí conmigo. La mayoría de las mujeres habrían huido gritándome obscenidades, ¿sabes?.
Asiento.
-Sí, es una buena cosa que seas lindo.
-¿Crees que soy lindo? -Levanta una ceja, observándome detenidamente.
-Adorable -confirmo. Sacude su cabeza hacia mí, su expresión tornándose seria. -¿Qué hay de malo en eso? -pregunto.
-Los hombres no quieren ser llamados adorables, Sophie.
-¿No?
-No.
-¿Cómo te gustaría ser llamado, Colton?.
Su lengua sigue la línea de su labio inferior mientras lo piensa.
-Fuerte, formidable, un dios del sexo. -Me da una juguetona sonrisa y pone sus manos en mi cintura.
-Bueno, no sé nada de eso último, ¿no crees? -bromeo. Sus ojos se aferran a los míos y dándome la más oscura, hambrienta y ansiosa mirada que puedo sentir en lo profundo de mi cuerpo-. Colt...
Un sonido de necesidad retumba en su pecho y sus labios se encuentran con los míos. Todas las semanas de dejar crear la tensión sexual hasta exquisitas proporciones en un instante cae rápidamente encima de nosotros. Estoy llena de deseo y lujuria tan potente que exige atención inmediata.
Todavía estoy plantada sobre su regazo y me muelo contra él, retorciéndome, luchando para estar más cerca mientras me besa profundamente. Su lengua acariciando la mía al ritmo más hipnótico,
recordándome la forma perversa con la que lamió mi centro anoche hasta que me vine tan duro que casi me desmayé.
Sintiendo la dura cresta de su erección, empujo mis caderas más cerca, inclinando mi cuerpo para poder sentirlo justo entre mis muslos. Me froto contra él sin sentido.
-Colt... -gimo de nuevo, mi voz una ronca súplica en la silenciosa habitación.
Quita mi blusa por encima de mi cabeza, y sus manos están de repente en todas partes al mismo tiempo, soltando mi sujetador y arrojándolo al otro lado de la habitación, acariciando mis pechos, pellizcando suavemente mis pezones. Besando un mojado camino por mi garganta y tomando un pecho en su caliente boca. Chillo en una mezcla de placer y frustración. Tan agradable como es su atención sobre mi pecho, no es donde lo necesito.
-No puedo jodidamente esperar más, Sophie -gime.
-No esperes -jadeo.
Estiro mi mano entre nosotros y desabrocho su cinturón, empujo mis manos dentro de sus pantalones hasta encontrar lo que estoy buscando. Su polla está caliente y pesada en mis manos. Dios, he extrañado esto. Anoche se siente como hace mucho tiempo, o tal vez es solo que veinticuatro horas sin tocarlo es el infierno.
Colton empuja sus pantalones y bóxer por sus caderas, dejándome masajear su longitud de arriba y abajo, gruñendo palabrotas.
Me levanta repentinamente, poniéndome de pie y haciendo el rápido trabajo de despojarme de mis pantalones. Mis bragas son arrancadas de mi cuerpo luego y estoy casi temblando de deseo. Colton se quita su camisa y quita los pantalones y boxers que están enredados
alrededor de sus tobillos. Cuando los dos estamos libres de ropa, me dejo caer de rodillas, incapaz de resistir la tentación de tomarlo en mi boca.
Giro mi lengua alrededor de su punta antes de poner mis manos alrededor de su base y chuparlo profundamente en mi boca.
-Joder, Sophie... -gime, empujando sus manos en mi cabello y balanceándose hacia adelante para empujar más profundo.
Después de que admitió que era algo que ella nunca hizo por él, solo hizo que me dieran ganas de hacerlo aún más. Es nuestro algo, y eso me encanta.
Bombeo mis manos arriba y abajo, lamiendo y chupando con un ritmo cada vez mayor. Nunca he querido algo en mi vida tan mal como quiero su polla ahora mismo. Me siento loca de deseo.
Colton ahueca una mano alrededor de mi mandíbula, y mueve mi boca fuera de él. Levanto mi mirada, preguntando qué es lo que he hecho mal.
-Necesito estar dentro de ti -gruñe, su voz ronca de necesidad.
Me ofrece su mano y me pongo sobre mis pies. Prácticamente trepando por su cuerpo mientras Colton me levanta del suelo. Envuelvo mis piernas alrededor de su cintura y me carga desde la sala, al principio creo que se dirige hacia las escaleras, pero luego se detiene y nos ancla con mi espalda contra la pared. Moviendo su gruesa erección contra mi centro, burlándose de mí, y haciéndome sufrir por él.
Besa mi cuello, mis labios, la parte superior de mis pechos todo mientras balancea sus caderas contra mí, empujando su gran punta en mi contra.
-No puedo esperar... -dice-. He estado soñando
con este momento desde la primera vez que te vi en esa plataforma. Tu belleza, tu coraje... eres tan malditamente sexi, nena.
-Fóllame, Colton -gimo en frustración.
Coloca su mano entre nosotros y agarra su polla, deslizándola a través de mi humedad y colocándose directo en mi apertura. Saber que no lograremos llegar a la habitación es muy excitante.
-Esto puede doler un poco al principio.
-Está bien. -Estoy lista. He querido esto durante demasiado tiempo. No voy a dejar que un poco de incomodidad arruine la experiencia. No puedo esperar a ser llenada por él, para ver qué tipo de amante es. Lo he imaginado durante tanto tiempo, estoy muriendo por saber cómo folla. Duros y rápidos, o largos y lentos golpes.
-Mierda -maldice.
-¿Qué pasa?
-No tengo un condón.
Su casa es demasiado malditamente grande y no hay forma de que espere mientras deambulamos a través de su mansión en busca de protección. Además me doy cuenta con absoluta certeza de que no quiero nada entre nosotros para mi primera vez. Quiero sentirlo. Solo él y yo, sin ninguna barrera entre nosotros.
- No, sin condón. Quiero sentirte. Por favor, Colton.
Su mirada captura la mía y puedo leer la indecisión en sus ojos.
-¿Estás segura?
Asiento.
-Sí, solo tómame.
Estoy segura de que sabe que no estoy en ningún control de natalidad, pero puedo ver el momento exacto en el que decide que eso no importa. Sus ojos se suavizan y su profunda mirada azul se asienta
en la mía.
-Bésame, dulce Sophie -murmura. Lo hago.
Amplía su postura, trayendo una mano debajo de mi trasero y con la otra, posiciona su palpitante polla en mi contra. Me aferro a él con mis brazos con fuerza alrededor de su cuello y mi boca se fusiona con la de él.
Con movimientos suaves, Colton comienza a moverse, burlándose de mi apertura con solo su punta. Jadeo cuando siento que finalmente empuja hacia adelante. Su rostro es una máscara de concentración, como si toda su atención se centrara en controlarse a sí mismo, para no hacerme daño. Sé que es grande, pero en este momento, simplemente no me importa. Quiero ser llenada con él, ser superada con la sensación y saber que es por este hombre. Incluso si grito de dolor, incluso si sangro, valdrá la pena, porque significará que está finalmente haciéndome suya, un momento que he esperado toda una vida.
-¿Estás lista?.
Le doy un asentimiento apretado.
-No contengas la respiración.
No sabía que lo había estado haciendo, pero exhalo y Colton se balancea hacia adelante, la cabeza me penetra solo un poco antes de que se retire de nuevo.
-¿Estuvo bien? -pregunta.
-Se siente bien -confirmo.
Hay una sensación de ser estirada y solo la más mínima punzada. Es increíble y a pesar de la incomodidad, nunca quiero que se detenga.
Su lengua acaricia la mía mientras presiona dentro de mí con pequeños incrementos.
-Dios, bebé... -Se mueve lentamente hacia adelante de nuevo, mi cuerpo se extiende a su alrededor.
-Colton... -gimo-. Me gusta.
-Bien. Estoy tratando de hacer que sea bueno
para ti.
Al darme cuenta de que estoy inmovilizada contra la pared y que está sosteniendo todo mi peso, de repente me preocupa que no esté disfrutando de esto tanto como yo.
-¿Soy demasiado pesada?.
-No te preocupes por eso. -Se mueve hacia adelante de nuevo y besa de mis labios-. Me gusta sostenerte mientras te follo.
Oh. Me gusta también.
Me siento pequeña y poseída por él de una manera que nunca supe que anhelaba. Pero sé que lo está tomando con calma conmigo, meciéndose hacia adelante siempre tan cuidadosamente y luego retrocede cada vez que lo siento comenzar a hundirse más. Sé lo grande que es, así que pensé que lo sentiría más profundo dentro de mí.
-¿Se siente tan bueno para ti?.
-Mejor -confirma y calientes escalofríos corren por mi espalda ante manera en que lentamente la palabra sale de su lengua. Es tan sexy y en completo control, y las dos pequeñas cosas son mi perdición-. Estás apretada, tan ceñida y apretada a mí alrededor. Tu calidez se siente increíble.
Dejo escapar un gemido de felicidad cuando se mueve poco a poco hacia delante de nuevo, meciéndose más profundo esta vez. Nunca había pensado en cómo se siente para él, pero me encanta la forma en que lo ha descrito.
-Joder, estás tan apretada, nena. Esta parte puede doler un poco. Quédate conmigo, ¿de acuerdo?.
Asiento y lo miro a los ojos. Puedo ver al instante que se ha estado frenando.
Pero también sé que confío en él.
Estrella sus caderas contra mí, llenándome tan completamente que me roba mi aliento. Solo un débil gemido se me escapa. Este momento es todo lo que he estado esperando y es aún más significativo de lo que jamás hubiera imaginado. Una profunda punzada de dolor en mi interior se disipa después de un momento.
-Mierda -gruñe-. Respira para mí, dulzura.
Inhalo una profunda bocanada de aire y me aferro a sus hombros mientras Colton golpea en mí en trazos largos y duros, tomando lo que quedaba de mi virginidad.
Su ritmo constante continúa, empujando en mí y retirándose. Pronto la punzada desaparece y me quedo con una sensación placentera cálida, como un navío siendo llenado después de una larga sequía. Es un momento tan esperado que estoy muy contenta de que me he guardado solo para él.
Aprieto mis músculos internos en torno a él, provocando un gemido ronco de su garganta. Unos empujones más profundos unen su cuerpo en lo profundo del mío y siento que todos sus músculos se tensan.
Harto de frenarse, su agarre se aprieta en mis caderas y empuja en rápidos y duros golpes. Colton trae sus labios a los míos y su aliento cálido y húmedo viene en rápidos jadeos mientras libera un corto gemido de placer, el cual sé que debe significar que está llegando a su clímax. Se hunde aún más profundo dentro de mí y siento la descarga de semen caliente haciendo en erupción dentro de mí y momentos después Colton me está bajando a mis pies, besando mi boca, diciéndome lo perfecta que soy. Y en ese momento, me siento perfecta. Me siento como una jodida diosa del sexo que acaba
de sacudir el mundo de su hombre. Y la soñolienta, satisfecha mirada sobrepasa su rostro hermoso.
-Lamento que fuera tan rápido. Fuiste demasiado para mí como para manejarme a mí mismo correctamente. -Besa mi cuello, acariciándolo-. Hermosa chica -murmura contra mi garganta.
-Fue perfecto, Colton. -No me he venido, pero no lo esperaba en mi primera vez.
-No fue perfecto. Pero lo será. Voy a entrenar tu cuerpo para que se venga con el mío -dice, dejando caer otro beso en mis labios.
Un cálido escalofrío me recorre ante la idea de un orgasmo junto con él. La imagen que evoca es increíblemente erótica. Antes de que pueda cuestionar lo que está haciendo, Colton se pone de rodillas, trae su boca caliente a mi centro, y sus labios se cierran, chupando mi clítoris mientras que sus dedos empujan muy dentro de mí.
Oh, Dios mío.
-¡Colt! ¿Qué estás haciendo? -Mis piernas tiemblan mientras mi cuerpo reacciona a su caliente boca poseyéndome-. Te acabas de venir en mí y ahora estás...
-Bebé, tengo que probar lo que es mío.
Incapaz de resistirme, lo miro con grandes ojos, y mi boca abierta.
Él es hermoso. Su oscuro cabello desordenado, pestañas revoloteando contra sus mejillas, una completa exuberante boca que actualmente me devora... Estoy hinchada con la excitación y su boca es cálida y codiciosa, lamiendo y chupando en mi contra mientras yo gimo y me muelo contra su cara.
-Colton - me quejo,
mis dedos hundiéndose en su cabello.
La visión de él cayendo de rodillas después de tener sexo y comiéndome con avidez es algo que nunca olvidaré. No parece importarle que sus propios fluidos están goteando de mi cuerpo, su única preocupación es mi placer, es increíblemente caliente. Inhalo temblorosamente, sin dejar de mirar su boca contra mí. Su lengua azota brutalmente contra mi clítoris y se burla de él en varias ocasiones.
Presionada dos largos dedos dentro de mí, y la visión de su semen recubriendo sus dedos, mientras bombea dentro y fuera de mí es mi perdición. Empiezo a temblar y me sé que mi clímax está cerca.
Él gruñe y muerde a mi clítoris con los dientes, engatusando un gemido de mi garganta. Me aprieto alrededor de sus dedos mientras mi orgasmo se construye y me vengo con un grito, mis piernas casi fallando. Colton impide que colapse en un montón, con sus manos bloqueadas en mis caderas me mantiene constante mientras termina, suavemente besando mis labios menores hasta que dejan de temblar. Luego se pone de pie con una mirada engreída de satisfacción en su rostro.
Toma mi mano y me aleja del pasillo que siempre voy a recordar como la primera habitación que hemos bautizado.
Colton no deja de tocarme una vez que hacemos nuestro camino por las escaleras y entramos en el baño principal, manteniendo su mano en la mía, o descansando inocentemente en mi cadera, o no tan inocentemente contra mi trasero. Solamente me libera para encender el grifo y comenzar
a llenar la bañera grande que me he perdido en mi tiempo libre.
-¿Qué tal un baño relajante? -pregunta, besando mis labios. -Solo si estás pensando en unirte a mí.
Me sonríe con malicia.
-Por supuesto.
Los dos estamos todavía tan desnudos como el día en que nacimos y no puedo dejar de robar miradas en su cuerpo. Él es como un muro de piedra sólida de músculo construido para un máximo placer.
Profundos cortes de músculos abdominales que conducen a una V a los costados. Mi mirada se desplaza más abajo y veo su virilidad que está colgando pesadamente entre sus poderosas piernas. Incluso en su estado relajado, es impresionante. Las veces anteriores, cuando le había dado placer oralmente, estuvo duro de nuevo en un instante. Quizás esta vez realmente lo satisfice. Sació su sed, por así decirlo.
Mis labios se tuercen en una sonrisa.
-¿Qué es tan gracioso? -Baja la vista hacia su pene suave y de nuevo a mí con el ceño fruncido.
-Nada. -Enderezo mi boca, perdiendo la sonrisa.
-Sophie -reprende-. Estabas con la mirada fija en mi polla y riendo.
-No me reí -lo corrijo.
-Bien, entonces estabas sonriéndole como si ambos estuvieran compartiendo alguna broma privada. ¿Todo bien entre ustedes dos?.
-Muchísimo -confirmo.
-Entonces dime qué hizo para hacerte sonreír.
-Está blando.
Colton frunce el ceño y deja escapar un suspiro. -Eso tiende a ocurrir después de
que un hombre eyacula, Sophie.
Me rio, incapaz de detenerme. Escuchar a Colton decir la palabra "eyacula" ha sacado mi niña interior de doce años. Recomponiéndome, me explico.
-: Sí, ya lo sé. Pero las veces pasadas, las veces que, um, usé mi boca, estuvo duro de nuevo de inmediato.
Él me mira de cerca, con el rostro impasible, pero te puedo decir que está pensando acerca de cómo responder. -Tiendo a tener un tiempo de recuperación muy rápido, pero tienes razón, contigo fue una locura. Honestamente, creo que es porque te quería tan mal que estaba constantemente listo para otra ronda.
-¿Y ahora, a causa de lo que hicimos en la planta baja estás satisfecho?.
-Por el momento.
Oh. Mastico mi labio, al darme cuenta de que simplemente porque ya hemos tenido sexo una vez esta noche no significa que no volverá a suceder. Una punzada de nervios me golpea, mientras contemplo si voy a ser capaz de mantenerme al día con este hombre sexualmente.
-Entra en el baño, dulzura -dice, tirándome de mis pensamientos.
Aceptando su mano, doy un paso dentro la bañera y bajo mi cuerpo en el agua deliciosamente caliente. Está casi demasiado caliente, pero se siente bien contra mis sobre-utilizados y adoloridos músculos. Me muevo a un extremo de la bañera y Colton entra y se sienta en el agua, justo enfrente de mí.
-¿Cómo te sientes? -pregunta, su tono es suave y tierno y los dedos de sus pies están tocando los míos debajo del agua.
Mis tejidos internos se sienten un poco hinchados y sensibles. Pero
en la mejor manera posible, decido.
-Como una mujer. -Sonrío.
Se ríe a carcajadas de mí. Su risa es el mejor sonido. Es un hombre serio, a menudo bastante reflexivo y compuesto, por lo que escuchar su explosión masculina de risa en la tranquila habitación me llena de un profundo sentimiento de felicidad.
Nos instalamos en el agua caliente, cada uno de nosotros se hunde hasta nuestros hombros y solo nos vemos el uno al otro en silencio. Es un momento pesado, pero en el buen sentido.
Todo lo que hemos compartido, todo lo que está delante de nosotros me deja sentir feliz y segura.
-No me debí de haber venido dentro de ti, Soph. Estaba siendo descuidado -dice Colton, finalmente rompiendo el silencio.
Mi pequeña burbuja feliz se rompe momentáneamente.
-Quería que lo hicieras.
-Pero no estás en control de natalidad, ¿verdad? Podrías quedar embarazada.
-Lo sé. -Me quedo mirándolo, esperando a ver cómo va a responder.
Su respuesta es una sonrisa perezosa que ilumina toda su cara.
-Entendido.
Mi cuerpo se inunda con las endorfinas y la sensación de calor se extiende por encima de mí. Él y yo estamos en la misma página. Esto no es una aventura. Esto no es algo efímero o temporal. Hay significado y profundidad y claridad a lo que estamos haciendo.
-Ven aquí -ordena, su voz baja y ronca.
Prácticamente nado a través de la bañera para llegar a él y Colton sonríe mientras me ve. Me subo a su regazo, acomodándome en su contra. Abro mis piernas y las pongo a cada lado de sus caderas, mis brazos descansando sobre sus hombros. Acuna mis mejillas y trae su boca a la mía en un beso dulce.
-Gracias por esta noche. Por creer en mí. Para entregarte a mí.
Asiento lentamente, dejando que el peso de este momento, y el significado profundo detrás de sus palabras se hundan.
-Estabas tan confiada al venir a mi casa esa noche. Tan fuerte -dice, acariciando su boca contra mi garganta.
-Sabía que de todos esos hombres allí esa noche, estaba destinada a ir contigo -le digo.
-Me perteneces. Siempre.
-Sí.
Sin juegos, sin ser tímidos o negando nuestros sentimientos, y jodidamente amo eso.
Mientras nos besamos y abrazamos en el agua caliente, puedo sentir la hombría de Colton alargarse y crecer.
Me deslizo hacia arriba y abajo de él, provocándonos con el pensamiento de que podía hundirse tan fácilmente en mí con la ayuda del agua.
Dejando sus manos derivar, aprieta mis pechos, acariciándolos con ligeros toques.
-Nunca me cansaré de esto -dice.
-¿De qué?.
-Tocarte, sabiendo que eres mía.
Me siento de la misma manera y no quiero que este momento termine.
=================
cap20"te amo"~®™♥
Colton
La primera vez que hicimos el amor fuimos una maraña extremidades, desesperados y luchando para acercarnos. Esta vez, la estoy sosteniendo en mis brazos, ambos extendidos en mi cama, tendidos lado a lado, y me comprometo a tomarme mi tiempo.
Aparto el cabello de sus ojos y la miro.
-No debí haber tomado tu virginidad así.
Me sentí mal que nuestra primera vez fue una rápida dura follada contra la pared. Nunca me había sentido tan fuera de control con lujuria antes como lo hice con ella.
-¿Cómo qué?.
-Presionándote contra la pared con mi pene enterrado dentro de ti. Debí haber sido más romántico. Gentil contigo.
Menea la cabeza.
-Lo necesitaba de esa manera -dice, en desacuerdo conmigo.
-Pero, ¿por qué?.
-Debido a todas estas semanas que pasamos en abstinencia, estaba empezando a pensar que había algo indeseable en mí. Necesitaba que perdieras todo el control y me tomarás así -admite en voz baja.
-No hay nada indeseable sobre ti -le aseguro, llevando mi mano a su cara y frotando mi pulgar por su labios.
-Muéstrame... -murmura.
Me agacho y acaricio mi polla que está dura otra vez y extendida contra mi vientre.
-Esto es lo que me haces. Tú me pones tan duro y adolorido.
Sus mejillas se ruborizan y hunde sus dientes en su regordete labio inferior.
-¿Crees que puedes manejar esto de nuevo?
-le pregunto.
Sin cruzar palabra, Sophie se mueve encima de mí, sentándose a horcajadas en mis caderas y frotando los labios de su húmedo coño arriba y abajo de mi eje.
Su confianza y nivel de comodidad sexual sigue sorprendiéndome. Ella sabe lo que quiere y no tiene miedo de tomarlo.
-Ven aquí, dulzura. Toma mi polla.
____________________________________
N/A: Ha Que si es dulce mi Colt. He. Jeeeee😏😏😏😏😁😁😁😘
____________________________________
Se levanta, colocándome en su apertura y poco a poco comienza a bajarse. Esta vez entro en ella con más facilidad, su sedoso calor envolviéndome maravillosamente.
Poco acostumbrado a sentirme tan fuera de control, coloco mis manos inútiles sobre sus caderas y las establezco allí, pero le permito controlar el movimiento.
Mirando sus ojos mientras me toma, algo en mi pecho se aprieta como si pudiera explotar. Nunca había experimentado una sensación de confianza tan completa. Es abrumadora. Había venido de nuevo a mí, creyó en mí para hacer lo correcto y luego se entregó a mí completamente.
-¿Qué debo hacer? -pregunta, balanceándose encima de mí.
-Móntame. Tómame profundo.
Ella aplana sus manos contra mis abdominales y menea el culo, lanzándome una sonrisa sexy.
-¿Así?.
-Joder sí. Así.
Se ríe.
-No me duele tanto esta vez.
Sabía que me estaba mintiendo antes de no estar dolorida. Cuando la lave en la bañera, la
tela que usé entre sus piernas quedó con un tinte de color rosa, enviando mi lado primario en un ataque de rabia. Odiaba saber que le había hecho daño, pero jodidamente me maravillaba por el hecho de que había sido el primer hombre en penetrar su dulce coño.
_______________________
N/A: si. totalmente comprobado. Mi Colt es un maldito turrón de azúcar. Tanto que hasta diabetes me da. Muy romántico el chavo.
_______________________
Fruncí el ceño.
-Deberías haberme dicho que dolía antes.
-De ninguna manera. -Sacude la cabeza, todavía por encima de mí para concentrarse en el lento balanceo hacia arriba y hacia abajo.
-¿Por qué de ninguna manera? -gruño. Es muy jodidamente difícil concentrarse en nuestra conversación con su apretado calor estrangulando mi polla.
-Lo quería, Colton. Quería esto y a ti desde el principio.
-Yo también -admito-. Me alegro de que esperásemos sin embargo.
-También yo -dice.
Ni siquiera habíamos discutido usar protección esta vez, y la cantidad de confianza entre nosotros se siente increíble. A pesar de solo conocer a Sophie por poco tiempo, compartimos una intensa y profunda conexión. Una como nunca había sentido antes. Los dos estábamos en la misma página con no querer nada entre nosotros. Yo era vagamente consciente de que tenía que tener cuidado con venirme en ella, pero mi mente no trabajaba bien del todo cuando de ella se trataba.
Mirándome
con ardientes ojos azules, Sophie me toma más profundo y deja escapar un pequeño suspiro feliz.
-Te amo, Colt.
Tan bueno como su cuerpo se siente ceñido a mi alrededor, no es nada en comparación con la forma que se siente cuando dice esas palabras. El amor y la aceptación y la emoción en estado puro precipitándose sobre mí. Esto no es solo un acto físico. Es mucho más que sexo. Bloqueo mis ojos en los de ella, me levanto del colchón, hasta que estemos cara a cara.
-Te amo con todo lo que soy. Soy tuyo y tú eres mía, dulce Sophie.
-Sí -murmura, llevando sus labios a los míos.
Tomo sus caderas en mis manos y la subo y bajo en mí.
-Fóllame, hermosa chica. Monta mi polla.
-Sí, señor -gime.
Sophie trabaja su culo arriba y abajo en mí -silenciando efectivamente cualquier otra declaración entre nosotros. Se siente condenadamente increíble.
Cada vez que se mece en mí contra, puedo sentir su ardiente amor directo a través de mí. Blanco caliente y tan poderoso que me roba el aliento. Nunca había entendido el sentimiento de hacer el amor, o en qué se diferenciaba de las relaciones sexuales, pero en este momento, lo hago. Completamente lo entiendo. Es un hermoso acto. Dos cuerpos compartiendo un perfecto momento, corriendo juntos hacia la liberación. Esto es lo que he estado esperando. Esto. Nosotros. Cara a cara. Nada entre nosotros, más que el calor crudo y dulce exploración.
Incapaz de estar quieto y en silencio un
momento más, la levanto de mí y coloco de espaldas en la cama. Me muevo por encima de ella y extiendo sus piernas.
-Esta vez quiero que te vengas en mi polla. -Empujo, hundiéndome en su interior con una rápida estocada.
Ella gime en voz baja y muerde su labio.
-Envuelve tus piernas alrededor de mí, bebé -le digo, empujando mi polla un poco más profundo.
Sophie gime, levantando sus piernas y envolviéndolas alrededor de mis caderas.
-¿Está bien? -pregunto, meciéndome hacia adelante de nuevo.
-Más, Colton. Dame todo -respira, colocando sus labios contra mi cuello.
Hundiéndome cada vez más entre sus muslos, empujo hacia adelante, duro, llenándola cada centímetro que tengo para ofrecer. Siento a Sophie tensarse y le recuerdo una vez más respirar. Lo hace, inhalando profundamente y soltando un grito torturado.
Puede que sea quien está sobre ella, llenando su cuerpo con mi polla, pero no soy tan estúpido como para creer que soy el que tiene el control. Esta chica malditamente me posee. Con su dulce naturaleza, su fuerza, su inocencia, me está haciendo añicos, y por supuesto su cálido coño, mojado. Es perfecta. Y por fin es mía. Nada va a cambiar eso.
De rodillas sobre la cama frente a ella, haciendo círculos en su clítoris con mi pulgar mientras continúo mis largas embestidas perezosas en ella. Su calor me envuelve en una apretada, caliente funda, chupando mi polla dentro de ella. Está temblando, y sabiendo que me estoy acercando a la orilla, necesito asegurarme de que ella se venga antes que yo. Nuestra primera vez juntos, era comprensible que
no se corriera conmigo, pero esta vez me estoy asegurando de que lo haga.
¿Qué clase de hombre sería si no me asegurase de que mi chica fuera atendida?
Los murmullos bajos de Sophie se aceleran y sé que está cada vez más cerca.
-Eso es, nena. Déjate ir.
Sudor se escurre por mi espalda mientras lucho contra mi orgasmo que se convierte en un dolor físico.
Me sumerjo dentro de ella una y otra vez, mi mandíbula apretando. Mi corazón está palpitando dolorosamente en mi pecho y estoy a punto de deshacerme. Solo tengo que conseguirla allí...
Nos movemos juntos, profundamente, nuestros ojos se encontrándose.
-Te amo, Sophie.
Se aprieta a mi alrededor, su cuerpo teniendo espasmos salvajemente mientras se viene.
-Mierda -rujo, enterrándome en su perfección.
La envuelvo en mis brazos y se aferra a mí. Mientras que no intercambiamos una sola palabra, el gesto lo dice todo. Ni siquiera me molesto en salir, feliz de permanecer dentro de ella durante el mayor tiempo posible.
Soy un hombre controlado en todas las cosas. En todo lo que hago. Desde mi empresa, a mi caridad, a obstinadamente tratar de manipular las condiciones de mí divorcio, a comprar a Sophie esa noche... Sin embargo, todo ese orden y control perfecto cae en un instante. El amor es impredecible e incontrolable. La fuerza me golpea como un peso de mil kilogramos, tejiendo su camino en cada fibra de mi ser y tomando residencia. Estoy profunda y locamente enamorado de esta mujer. Me siento como si me hubieran cortado en dos, crudo y vulnerable e inseguro de mí mismo por primera vez en mi vida. Es aterrador,
sin embargo, no cambiaría este sentimiento por nada del mundo.
Sophie
-Así que lo siento por el desorden -dice Kylie, mostrándome el camino dentro de su linda cabaña de playa. -Sin embargo, gracias a Dios que estás de vuelta. -Me tira en un abrazo con un solo brazo.
Puedo decir que está agotada. Si no fuera por el bebé llorando que tiene rebotando en la cadera, o el moño desordenado que está luciendo en la cima de su cabeza, la carpeta de archivos que sostiene en sus dientes es un claro indicativo.
Tiro de la carpeta.
-Por supuesto. ¿En qué necesitas que te ayude primero? -le pregunto.
Es evidente que está abrumada, o tal vez sólo aparecí en un mal momento.
-¿Puedes tomar a Max? -pregunta, entregándome al bebé llorando.
-Claro. -Aprieto los dientes. No soy buena con los bebés. O animales. O plantas, para el caso. Culpo a la falta de experiencia. Sus gritos se calman mientras me mira pensativo, pero le toma solo tres segundos decidir que no es un fan. Sus gritos se elevan a niveles épicos que dejan mis pobres tímpanos zumbando. Pero Kylie ya ha desaparecido en la cocina, gritando algo sobre la necesidad de buscarle un biberón.
Está bien, entonces.
Mientras le echo un vistazo al pequeño en mis brazos, se me ocurre que nunca lo he visto, aparte de las numerosas fotografías que Kylie ha enmarcado en su oficina.
Por lo general está durmiendo cuando estoy aquí, o con su niñera.
Es una pequeña cosa gordita con el pelo castaño desordenado y enormes ojos azules brillantes. Y diría que es adorable, pero los aullidos ensordecedores que está dejando escapar hacer que sea difícil juzgar eso con precisión. Estoy segura de que sería mucho más lindo si balbuceara e hiciera ruidos dulces.
Lo reboto contra mi cadera al igual que Kylie, pero no ayuda.
Afortunadamente, regresa con su biberón y toma al bebé. Cuando la boquilla llega a la boca, al instante se calma y el alivio de Kylie es visible. Su postura se vuelve relajada y una sonrisa lenta se forma en sus labios mientras baja la mirada hacia él.
-Está bien, ¿vamos a la oficina y te puedo decir donde lo dejé? Voy a terminar de alimentar a este monstruo y luego bajarlo para su siesta de la mañana.
-Claro.
Nos dirigimos por las escaleras hasta el espacio de oficinas por encima de su cochera que Colton tan amablemente había construido para que ella pudiera trabajar desde casa con su bebé. Todavía no sé la historia detrás de su relación, y hago una nota mental para preguntarle sobre ello esta noche.
El trabajo me mantiene ocupada durante todo el día y estar de nuevo en la fogosa presencia de Kylie, escuchar como hace llamadas de ventas difíciles, duplicando sus esfuerzos para conseguir más donaciones, me hace sentir mejor acerca de mi decisión de regresar a Los Ángeles. Llama a inversores potenciales y los mete en el proyecto con facilidad. Estoy segura de que ha escuchado sobre el acuerdo de divorcio
de Colton y los reducidos fondos que tiene para contribuir.
Nuestro trabajo es ocasionalmente interrumpido por episodios de gritos que podemos escuchar desde el monitor de bebé. Kylie corre a trompicones, saltando de la habitación para recuperar un chupete varado, regresa a la oficina para escribir un correo electrónico apresurado en su computadora portátil, y luego juega un intenso juego de no-me-ves mientras responde preguntas de un inversor al teléfono acunado entre el hombro y la oreja. Realmente es una súper mujer.
Nunca me di cuenta de lo difícil que sería ser una madre soltera hasta que la veo en acción. Estoy exhausta sólo mirándola.
Cuando llego a casa del trabajo, sé que la motocicleta estacionada a un costado significa que Colton me ganó en llegar a casa. Casa. Suspiro felizmente. Quitándome los zapatos en el cuartillo de la entrada, voy en busca de él. No creo que alguna vez me acostumbre a lo grande que es esta casa. Tal vez algún día voy a hablar con él para que nos mudemos a un apartamento acogedor de un dormitorio.
Aunque extrañaría mucho la vista del mar.
Encuentro a Colton en su despacho, con la corbata aflojada alrededor de su cuello, las mangas de la camisa blanca subidas hasta sus antebrazos y un vaso de cristal lleno de whisky.
¿Llegó del trabajo y ya está tomando licor fuerte?.
Esto es nuevo.
-¿Todo bien? -pregunto, sentándome en su regazo y llevando mis brazos alrededor de su cuerpo.
Baja su vaso y apoya la barbilla en mi hombro.
-Sólo el trabajo. -Libera un profundo suspiro-. Las cosas están jodidas por el momento.
No suele hablar mucho de su trabajo, y me doy cuenta de que quiero que me deje entrar a esta faceta de su vida. Él es el presidente de una compañía de la que conozco muy poco.
-¿Qué está pasando con el trabajo? -pregunto.
Levanta la cabeza y encuentra mis ojos.
-No es nada para que te preocupes, dulzura.
Puede que no tenga una educación Ivy League como él, pero estaba bastante segura de que podía entender lo que le molestaba. Tal vez incluso podría ayudar a que fuera un poco mejor.
¿No es eso lo que las novias hacen?.
Me levanto de su regazo y me paro frente a él con las manos en las caderas.
-No creo que tenga que recordarte que la retención de información te metió en problemas antes. Nunca hablas de tu trabajo. Déjame entrar. Voy a ser una verdadera compañera, Colton.
La línea del ceño frunciendo su frente se profundiza mientras me mira.
- Eso no es... no estoy tratando de ocultarte nada.
-¿Cómo conoces a Kylie? -espeto.
-Vamos a ir a cenar y hablaremos de todo.
Oh, mierda. Tiene esa mirada en su rostro como si tuviera que decirme algo desagradable.
¿Todo el mundo ha visto la polla de mi novio?
Trabajar mañana con Kylie va ser extremadamente difícil de ser así. Por mucho que me gusta y la respeto, no voy a ser capaz de mantener la calma si compartieron algún pasado ilícito.
Colton
Una vez que Sophie y yo estamos sentados en la mesa del comedor con nuestros platos de comida en frente de nosotros, sé que no puedo frenarlo por más tiempo. No estoy acostumbrado a traer a la gente a mi mundo tan completamente. Incluso cuando me casé, rara vez discutí de mi trabajo con Stella. No creo que ni siquiera notara lo que hacía, con toda honestidad. Pero también sabía que era hora de cambiar.
-En primer lugar, conocí a Kylie en la universidad. Nos encontrábamos en la misma fraternidad de negocios. Y hace unos años, cuando fundaba mi caridad, escuché de un amigo en común que se había mudado aquí y que buscaba un trabajo. La entrevisté en una cafetería. No habíamos hablado en un par de años en ese momento. Me pareció que se encontraba más que calificada. Había dejado su trabajo en una gran empresa de marketing en el este para disfrutar del sol de California. Sabía que si no la contrataba, pronto tendría múltiples ofertas de empresas más grandes.
Sophie juguetea con el tenedor.
-¿Así que nunca hubo nada romántico entre ustedes?.
-No -Es la verdad absoluta, y nunca he estado más agradecido de mantener mi polla en los pantalones de lo que estoy en este momento. No podría aceptar otra mirada de decepción cruzar las facciones de mi chica
-Es una empleada, eso es todo.
-Está bien. Gracias a Dios, porque el trabajo sería realmente extraño si hubieran tenido un pasado secreto. -Sophie sonríe y toma un gran bocado de la
comida en su plato.
-Ahora, en cuanto al trabajo. No soy bueno en hablar de mis errores.
Ella me mira y su expresión cae.
-Tuvimos un mal trimestre y la acción de la compañía se ha reducido un quince por ciento.
-¿Qué significa eso?.
-Significa que la CNBC[2] y varias agencias de noticias están discutiendo por qué la compañía se está hundiendo y lo que el presidente hará al respecto.
____________________________________________
[2]Es un canal de televisión sobre noticias de economía en Estados Unidos.
____________________________________________
-Oh. Lo siento, Colton. No lo sabía.
Asiento.
-No lidio bien con el fracaso.
-Esto no es un fracaso, Colton. No eres un fracaso. -Su brillante mirada azul quema en la mía-. Eres un director ejecutivo con veintiocho años. Eso es bastante malditamente increíble. ¿Y qué empresa no tiene malos resultados de vez en cuando?.
Tiene razón.
-Cierto.
-¿Tienes algún plan de cómo vas a arreglarlo? -pregunta.
-Lo tengo. -Me reuní con mi personal de alto nivel durante toda la tarde para idear un plan de trabajo de seis meses que nos saque de la zona roja. De ahí el por qué me encontraba en casa temprano y bebiendo licor fuerte. Había sido un día brutal, pero al menos teníamos un plan. Estuve cargando en mis hombros todo esto, no quería preocupar a Sophie, pero cuando se estira a través de la mesa y toma mi mano, entrelazando sus dedos con los míos, veo lo equivocado que estaba.
Decírselo, abrirme de esta manera, no va a empeorar la situación, de alguna manera lo mejora. Al menos coloca las cosas en perspectiva. El trabajo era trabajo. Siempre estaría allí. Habría altibajos. Pero esta era mi vida real. Esta mujer, que me aceptaba con todos mis defectos, y me amaba de todos modos.
-Arreglarás esto -dice, dándole un apretón a mi mano.
-En efecto. -Aprieto en respuesta.
Seguimos comiendo, y luego llevamos nuestros platos a la cocina.
-Estuve preocupada por un segundo de que tu estado de ánimo tuviese algo que ver con Stella, o su acuerdo de divorcio -confiesa Sophie, enjuagando los platos y entregándomelos uno a la vez para ponerlos en el lavavajillas.
Niego con la cabeza.
-No. Todo eso está en un cuadro aparte.
-No puedo creer que así como así... se acabó.
-Sí, dulzura.
-Colton, estoy...
-Lo sé. También estoy en la maldita luna por todo esto. Pace me sugirió hacer una fiesta.
Su frente se arruga por la concentración.
-Deberíamos hacerla.
-¿En serio? ¿Quieres celebrar mi divorcio?.
Niega con la cabeza.
-No, quiero que celebremos como una pareja. Podríamos invitar a mi familia, la tuya, reunirlos a todos.
-Me gusta la idea. -Me apoyo en la isla de la cocina y planto un beso en su boca-. ¿Qué deberíamos hacer?.
-Creo que la única cosa apropiada sería una fiesta en la piscina.
-¿Ah, sí? No pensé que querrías estar cerca de la piscina otra vez.
-Ese es el punto, Colton. Es hora de seguir adelante y dejar atrás el pasado.
Mi pecho se hincha de orgullo.
Amo a esta chica.
-Vamos, vamos arriba. -Toma mi mano de nuevo-. Creo que un masaje puede relajarte.
Levanto una ceja.
-¿Te acuerdas de lo que pasó la última vez que trataste de darme un masaje? -Las imágenes eróticas de nosotros en la ducha después de su intento fallido de masaje queman en mi cerebro.
-Claro que sí. -Sonríe y me saca de la cocina.
___________________________
Sabían que lo que se le dice a una chica luego de que te confiesa su amor es "Fóllame, hermosa chica, monta mi polla".
Claro que si, es lo típico para una velada romántica y dulce y como ven mi Colton no carece de estas características.
=================
cap 21"tan jodidamente caliente"~®™♥
Antes que todo keria decirles que ya e creado un booktralers para la novela. Kieren k lo publique?
Sophie
-Esto es tan malditamente extraño -digo, girándome hacia Becca.
-¿Qué? -responde, ajustando los lazos de su bikini.
-Papá se encuentra allí hablando con Colton -El hombre que me compró en una subasta de sexo, añado mentalmente.
-¿Y?.
Becca y yo giramos y observamos sobre la piscina donde Colton y nuestro padre se hallan de pie bajo la sombra de la glorieta de cedro, bebiendo cócteles y hablando casualmente.
-Simplemente es raro -digo.
Se encoge de hombros a mi incomodidad.
-Somos chicas grandes, Soph. A papá no le importa si te acuestas con un millonario. Mierda, probablemente se siente orgulloso. Sé que yo sí. -Me sonríe.
Ruedo los ojos, agradecida por mis gafas de sol ocultándolos. Está loca. La ansiedad que sentí planeando esta fiesta era en su mayoría sobre la forma en que mi papá y Colton se llevarían. Nunca le he presentado a mis padres un hombre antes. Especialmente uno que es siete años mayor, maneja una empresa, y tiene su propia mansión en Malibú.
Es un poco angustioso.
Mi madre se ha ocupado ayudando en la cocina, claramente incómoda dejando que el personal contratado nos sirviera completamente, a pesar de que Colton y yo le dijimos
en numerosas ocasiones que disfrutara y se relajara. No creo que mi madre sepa cómo relajarse. Es algo que aprendo ahora cómo hacerlo yo misma.
Sin embargo, el día es bastante perfecto. El sol brilla por encima de nosotros. La temperatura es perfecta. Música reggae suave suena débilmente en el fondo a través de los altavoces al aire libre y el bar se halla abastecido con bebidas tropicales y botellas heladas de cerveza. No hay nadie en la piscina aún, pero las bolas de colores brillantes se menean en la superficie del agua seductoramente. Después de un rato más yaciendo fuera, estoy segura que estaré lista para tomar un baño.
Collins y Pace se hallan sentados en el bar, cada uno con una copa en la mano. Es temprano todavía y Beth, la cocinera personal de Colton, tiene todo preparado para una barbacoa después. Lo que me pone aún más curiosa acerca de en lo que mi madre podría ayudar con el interior.
Probablemente vuelve loca a Beth.
Tomo otro sorbo de mi daiquirí de mango y trato de relajarse.
Marta viene paseando por las puertas del patio como si estuviera trabajando en una pasarela. Por alguna razón verla en su pequeño bikini rojo de cuerdas hace que se me forme un nudo en el estómago. No me gusta que tuviese una aventura con Colton, no importa cuán breve fuera.
-¿Quién diablos es esa? -pregunta Becca, bajando la voz.
-Marta. Trabaja para Colton como su asistente personal.
-Es hermosa -dice Becca.
Al parecer, Marta no entendió el tema
de fiesta casual en la piscina, su maquillaje es como realizado por expertos y ha labrado su pelo en olas perfectas que caen sobre sus hombros y espalda. Mi pelo se encuentra en una coleta desordenada y lo único que adorna mi piel es una gruesa capa de protector solar grasienta. Siento la necesidad de ir arriba, añadir rímel y lápiz labial y el cambiarme en mi top del bikini que levanta. En lugar de eso me bebo el resto de mi bebida.
-¿Te la vuelvo a llenar? -pregunta Becca, riéndose de mí.
-Sí, por favor.
Becca va hasta el bar, se presenta a Marta y hace una breve charla con Pace y Collins, vuelve a llenar cada uno de los vasos de daiquirí, luego se detiene para hablar con papá y Colton.
Finalmente regresa con nuestras bebidas semi-derretidas en la mano.
- ¿Qué fue todo eso? -pregunto, aceptando la copa y sorbiendo un trago helado.
-Bien, en primer lugar. Los hermanos de Colton son tan calientes.
Asiento.
-Todavía pienso que Pace y yo podríamos haber tenido diversión en Italia... -le dice a nadie en particular-. En segundo lugar, no te preocupes por papá y Colton. Hablan de las obras de caridad de Colton en África y papá prácticamente babea, colgado de sus palabras. Estoy bastante segura de que consiguió un enamoramiento por tu novio.
-Gracias, Becs. -Me preguntaba lo que estaba haciendo. Por otra parte, espiar para mí se encuentra prácticamente en el manual del gemelo.
-En tercer lugar, Marta no es nadie de la que necesites
estar preocupada. Sus tetas son obviamente falsas y, en serio, ¿usa tacones en una fiesta de piscina?.
No me había dado cuenta de sus zapatos, pero Becca tenía razón, sus sandalias tenían un tacón de diez centímetros.
Hija de...
-Lo intenta demasiado duro, Soph -continúa Becca-. Eres naturalmente hermosa y los hombres prefieren eso sobre algo falso cualquier día. Confía en mí.
Libero a un profundo suspiro. Sé que tiene razón. Colton no mira a Marta como me mira a mí.
-Ella y Colton tuvieron una aventura -le admito a Becca-. La primera vez que se separó de su ex mujer. Estoy bastante segura de que no ha visto simplemente el paquete de mi hombre, pero ha tenido el placer de estar de rodillas delante de él, tomándolo profundamente en su garganta.
-Qué perra real.
Me río, amando el odio instantáneo de Becca hacia Marta.
-En serio, hermanita, ¿te sientes bien con que trabaje para él, dado su pasado? Si no, debes hablarlo con él. -El gesto tirando su boca hacia abajo me es familiar. Es lo mismo que veo cuando me miro en el espejo.
-Tuvo una conversación con ella. Le dijo que si causaba algún problema entre nosotros, sería despedida.
-Sí, pero cuando aparece aquí con ese aspecto, algo me dice que debes tener tu propia pequeña charla con ella. Un agradable comunicado, un aléjate de mi hombre, perra, debe hacer el truco.
-¿Eso crees? -Nunca me imaginé diciéndole algo así a Marta directamente, pero ahora que Becca lo sugiere, la idea me llena de ansiedad y un extraño tinte de emoción. Nunca he reclamado a un hombre.
Bebo el resto de mi bebida hasta que la paja hace un sorbido ruidoso contra el fondo del vaso. -Mantén esto. -Le entrego a Becca.
Sin darme la oportunidad de acobardarme, me levanto de la silla y me pavono hacia donde Marta habla con Pace y Collins al lado del bar.
-¿Podemos hablar un momento, Marta?.
-Claro. -Me sonríe dulcemente y deja su vaso de vino blanco.
La llevo al grupo de sillas cerca con cojines fuera del alcance del oído de nadie más.
-Entonces, ¿cómo va la redecoración en la casa de la piscina? -le pregunto.
Mierda.
Puedo sentirme relajándome. Esto se hace aún más difícil por el hecho de que ella y yo somos alguna clase de amigas. Ha sido amable conmigo. Me ha llevado de compras y se quedó conmigo cuando Colton estuvo fuera de la ciudad por negocios. Por supuesto, se me ocurre que todas esas cosas de amistad podría haber sido un acto para acercarse a Colton. Simplemente no se encuentra en mi naturaleza ser mala y resulta que no tengo la primera pista sobre cómo empezar.
-En marcha. Le envié un correo a Colton con un enlace de una serie de diseños que me gustan para el espacio, pero al final le toca a él.
Mi lengua queda trabada y sin saber qué decir a continuación. Creo que los dos sabemos que no la aparté de la diversión para tener una conversación privada sobre las nuevas cortinas de la casa de la piscina poco utilizada.
-¿Todo bien, Sophie?.
-No, en realidad no. -Me aclaro la garganta, deseando haberme bebido un tercer daiquirí antes de intentar esta conversación incómoda- Colton me habló de tu
pasado con él.
-Oh. -Baja la mirada en el patio de piedra a sus pies.
-Y aunque me aseguró que no tiene ningún interés en ti, necesitaba escuchar que dices lo mismo. -Hago una pausa, mirándola a los ojos y me concentro en respirar con calma. No necesita saber que mi corazón late como un tambor.
-En un tiempo, me gustó Colton. Es un hombre inteligente, encantador. ¿Qué mujer no se enamoraría de él? Pero con los años, he aceptado que no me ve de esa manera, Sophie. Puedo prometerte que lo he superado.
Asiento, sin dejar de mirarla, y no se siente segura de qué decir a continuación. Caray, esto es incómodo. Debería haber hecho a Becca venir aquí y tener esta conversación. Lástima que no éramos tan idénticas y no podíamos hacernos pasar la una por la otra, porque de lo contrario, lo haría totalmente.
Marta se inclina más cerca.
-Escucha, la verdad es que sé que no puedo competir contigo. Eres una chica hermosa. Y Colton te ama. Si no te lo ha dicho, sin embargo, estoy seguro de que lo hará, porque puedo verlo cada vez que te mira...
-Me lo ha dicho -lo admito.
-Oh. Bueno, como he dicho, no me sorprende. -Se toma un minuto, mirando a sus dedos del pie de nuevo, antes de mirarme a los ojos-. Espero que mi trabajo no te moleste. Si lo hace, lo entiendo, pero me encanta mi trabajo, y...
Me levanto una mano, deteniéndola.
-No me molesta. Confío en Colton. Sólo necesitaba que sepas que ahora es mío.
-Lo sé -dice en voz baja-. Lo sé.
Me enderezo mis
hombros, mi confianza en aumento.
-Bien. Estoy contenta de haber tenido esta conversación. Estoy bien con que sigas trabajando para él, pero solo sé que no voy a tolerar que coquetees con lo que es mío.
-Lo entiendo, Sophie -dice, con la barbilla inclinada hacia abajo, como si algo de su aplomo hubiera desaparecido.
Me alejo de nuestra conversación sintiéndome un poco extraña y un poco triste. Cuando le transmito los detalles a Becca después de hundirme en la tumbona, hace un gesto para desestimarlo.
-No te sientas mal. Escucha, Marta es jodidamente hermosa. Es un diez. No tendrá ningún problema encontrando un hombre ahora que sabe que es hora de dejar ir a Colton. Hiciste lo correcto al hablar con ella. Ahora todo se halla al descubierto y no hay secretos. Además, ahora que sales con un hombre tan absolutamente atractivo como Colton, será mejor que te acostumbres a sacar a las chicas de encima. Eso fue un buen calentamiento.
Asiento en acuerdo.
-Bien, buen punto.
Cómo se volvió tan sabia mi hermana, no tengo idea.
-Estoy feliz por ti, Soph -dice-. Como en serio jodida y ridículamente feliz. No importa lo que pase, quiero que vivas cada día al máximo. Ríete. Canta en la ducha. Baila desnuda. Ten sexo con tu hombre en la cocina. Ten un montón de bebés.
La miro, mi estómago de repente apretándose en un nudo.
-¿De qué hablas? ¿Por qué dices todo esto?
Se encoge de hombros.
-Es solo que nunca sabemos cuánto tiempo
nos queda, eso es todo.
Esta conversación en la brillante luz del sol con Bob Marley cantando Everything's Gonna Be Alright en el fondo se siente totalmente equivocada y fuera de lugar.
Lo odio.
Me trago el nudo en mi garganta.
-Estás saludable, ¿verdad?.
Asiente.
-Todo lo que digo es que si mi cáncer me enseñó algo, es a vivir cada día como si fuera el último.
-Cielos. No me asustes así, Becca. Ambas tenemos un montón de tiempo para los bebés y todo.
-Por supuesto. Es sólo que has estado enfocada en mí durante tanto tiempo, ahora que estoy sana es el momento de que te enfoques en ti.
-Nunca me ha importado estar allí para ti ni un solo segundo. Haría cualquier cosa por ti.
-Ya lo sé. Simplemente no quiero que tengas que sacrificar más. -Sonríe débilmente.
Odio que tenga razón. Me avergüenza admitir que he estado resentida varias veces en mi vida. El baile de graduación de nuestro último año en la secundaria era el ejemplo perfecto. Había comprado el vestido plateado más hermoso sin mangas y se suponía que iba a ir con el capitán del equipo de baloncesto de nuestra escuela, Johnny Knight. En su lugar, Becca tuvo una recaída y toda nuestra familia viajó a Houston para una cirugía de emergencia. Me siento tan egoísta por pensar en ello siquiera. Finalmente boté ese vestido plateado el año pasado. Las etiquetas seguían
puestas. Y la culpa no terminaba ahí. Ahora me sentía mal por no haberlo donado, pero en un arranque de ira, lo arrojé al bote de basura en su lugar.
-Es sólo que has vivido en la sombra de mí y mi enfermedad por tanto tiempo. Este es tu momento y no quiero que nada se interponga en el camino de eso.
-¿Cuándo es tu próxima visita al médico? -pregunto, cambiando el tema lejos de mi propia vida amorosa.
-Voy el lunes. Pero me siento bien. -Se da cuenta de mi estado de ánimo amargo y su sonrisa se convierte en un ceño fruncido-. Oye, lo siento por ponerme tan pesada contigo. Sólo quiero saber que sin importar lo que pase, vas a estar bien.
-Por supuesto que lo estoy. -Mi vida se forma y Becca finalmente mejora. Todos tenemos mucho que esperar.
Me acuesto mirando directamente hacia el sol. Nuestra conversación me ha dejado un poco al borde. En realidad, todo el día lo ha hecho. Entre mis padres conociendo a Colton por primera vez, mi conversación con Marta y ahora esta extraña discusión con Becca...
He perdido mi sentido de calma zen. Puf. Se ha ido.
Mi mirada se desvía a Colton y veo que me mira desde el otro lado de la piscina. Sostiene el teléfono en la mano y le echa un vistazo a mi bolso de playa y luego de vuelta a mí. Agarro mi propio teléfono del bolso, preguntándome si eso es lo que me pide que haga.
Tan pronto como saco mi teléfono, veo un mensaje.
Te ves estresada.😨😨
Lo miro, preguntándome cómo puede leerme tan bien, cómo es posible que pueda estar sintonizado
conmigo cuando entretiene a los invitados. Lo amo aún más en ese momento. Escribo mi respuesta.
No lo estoy. En realidad no.😚😍
Mientes.😒😒😓
Lo miro y sonrío. Me encanta que me conozca tan bien.
Estoy bien. Lo prometo. 😉😘
Mantengo mis ojos en la pantalla, esperando su respuesta, pero cuando no llega lo miro de nuevo. Se encuentra de pie al otro lado de la piscina y me siento impresionada por la belleza de nuestro idílico entorno. Sin nada más que el cielo azul por encima, y el reluciente sol brillando sobre su cuerpo lo hace parecer una estatua de bronce de un Dios Griego. Su pecho desnudo y la mansión elevándose por detrás, solo con la extensión de agua azul brillante separándonos, me recuerda lo afortunada que soy.
Finalmente me responde.
Bueno, yo no lo estoy. 😖
¿Qué pasa? 😱😱
Quiero follarte. 😉😘
-Voy a ir a nadar -dice Becca.
Mierda, estoy tan envuelta en mi conversación traviesa que me olvidé que se encontraba a mi lado.
-Bien. Diviértete. -La observo mientras se pasea hacia la piscina y veo a Pace mirándola con nostalgia, pero no hace ningún movimiento. Me pregunto brevemente si Colton le advirtió que se mantuviera alejado de ella.
Una vez que Becca
se encuentra en el agua, le echo un vistazo a mi teléfono.
Mi polla te extraña. Le dije que te tendríamos más tarde, pero se halla jodidamente firme en que tiene que ser ahora.😉😝😘
¿Ahora? ¿Al igual que AHORA?
¿Está loco? No es posible que podamos. 😱
Mientras mi cabeza da vueltas, el teléfono suena en mi mano.
Sí😍😘.
Lo miro y lo veo escribir otro mensaje.
Nos vemos en la casita de la piscina. 😚
Mis pezones se endurecen contra la parte superior de mi bikini y mi corazón se tropieza en su lucha por ganar velocidad. Sin esperar mi respuesta, mete su teléfono en el bolsillo de sus pantalones cortos. Le dice algo a mi padre, quien asiente una vez, y luego se pasea despreocupadamente hacia la casita de la piscina.
Mi propia caminata hacia la casita de la piscina no es tan casual. Me siento tan culpable como un criminal condenado a muerte, segura de que todo el mundo me mira y sabe exactamente lo que voy a hacer. Mis mejillas ya se encuentran ruborizadas de un rojo brillante y mi respiración sale demasiado rápido. Al parecer, apesto en los encuentros de sexo secretos.
Cuando llego a la puerta de la casa de la piscina, que para cualquier persona normal sería una casa de grandes dimensiones, se encuentra en la puerta esperándome con una sonrisa expectante.
-Viniste.
-¿De verdad pensaste que te rechazaría? -pregunto.
-No- estupido egocéntrico.
Tomando mi mano, me tira adentro, cierra y bloquea la puerta detrás de nosotros. Los tres dormitorios y los dos baños se hallan en construcción. El papel tapiz se ha despojado de las paredes y hay lonas cubriendo los pisos. El polvo y las herramientas al azar se encuentran dispersas por encima.
Todas las pequeñas cosas tontas por las que me preocupé antes se desvanecen mientras me concentro totalmente en mi hombre y este hermoso momento.
Tomando mis muñecas con sus manos, las lleva a su boca, besando la parte interior de cada una. Su sonrisa me dice que puede sentir la forma en que mi pulso se acelera por su toque. Me guía hacia la cocina y nos detiene junto al mostrador de piedra.
-Las manos en el mostrador -susurra bajo cerca de mi oído, sus labios haciéndole cosquillas a la piel sensible en mi cuello.
Trago y obedezco, girándome para poner mis palmas sobre el mostrador.
Se mueve detrás de mí y lo siento desatar lentamente la cuerda en mi espalda. Sus manos se mueven bajo las copas de mi bikini y masajea mis pechos, tirando mis pezones duros hasta que jadeo por la sensación.
Quitando mi cola de caballo del camino, tira de la cuerda detrás de mi cuello y saca mi bikini por completo, poniéndolo sobre el mostrador junto a mis manos extendidas. Besa a lo largo de mi nuca y mi espalda mientras sus manos siguen frotando mis pechos y pezones. Empujo mi culo en su contra y soy recibida por su gruesa erección, que estoy segura es apenas contenida por sus pantalones cortos.
Lanza un fuerte gruñido.
Sus manos bajan por mis costados y empuja la parte trasera de las bragas de mi bikini. Ahueca mi culo, amasándolo con las manos y luego continúa bajando mis bragas hasta que se acumulan en mis tobillos.
-Abre las piernas -respira en mi oído.
Tiemblo por todas partes, pero amplío mi posición, preparando mi cuerpo para él.
Lo escucho desatar sus pantalones cortos de natación, la tela arrugándose es el sonido más delicioso, mientras los empuja por sus caderas.
-Voy a alimentarte con mi polla. Un centímetro a la vez. Quédate muy quieta, ¿de acuerdo?
Asiento y lo siento empezar a frotar la cabeza de su polla en mi contra, probando mi humedad.
Presiona hacia adelante, sólo su punta ancha penetrándome. Gimo y me presiono más, necesito sentirlo empujar más profundo.
Se retira.
-Tienes que quedarte quieta, dulzura. No queremos que nadie sepa que te estoy follando aquí, ¿verdad?
Asiento de nuevo.
-Estaré quieta. Lo prometo. Solo sigue follándome.
Una mano permanece anclada a mi cadera y la otra envuelta por el frente. Alcanza entre mis piernas y utiliza sus dedos para frotar mi resbaladizo clítoris en pequeños círculos.
El placer me atraviesa mientras un inesperado orgasmo me golpea. Muevo mis caderas contra su cuerpo, tomándolo más profundamente con cada embestida.
-Colton... -gimo, incapaz de estar quieta.
Mete la parte superior del bikini en mi boca, ahogando mis gritos de placer.
-Shhh...-me recuerda-, quiero hacerte venir otra vez.
Gimo suavemente, mordiendo la tela que huele ligeramente
a cloro y sudor.
Tomando mis caderas en sus manos, me tira hacia atrás cada vez que empuja hacia adelante, estrellándose en mí, haciéndome gritar.
-Te ves tan jodidamente caliente, nena. Quiero tanto follarte el culo.
Presiona un dedo dentro de mi culo y la sensación aunque completamente extraña no es como ninguna otra cosa. El placer se apodera de mí desde adentro. Es jodidamente caliente. Su dedo presiona más profundo y libera un gemido ahogado.
-Tan. Jodidamente. Caliente -gruñe.
Su polla se hincha y sé que se encuentra cerca.
-Me voy a correr por todo tu culo.
Continúa bombeando en mí mientras arrastra su dedo dentro y fuera de mi trasero y pronto siento que mi interior tiembla. Mi clímax estalla a través de mí y mis gritos ahogados llenan la tranquila habitación. Envuelve una mano alrededor de mi boca y se estrella contra mí una y otra vez, ordeñando hasta la última gota de placer de mi cuerpo.
Luego saca su polla y siento el semen caliente chorreando por mi culo y espalda baja mientras se vacía, marcando mi piel.
Santa mierda, eso fue caliente.
Coloca un beso húmedo en la parte posterior de mi cuello, y luego se inclina y desliza las bragas de mi bikini por mis piernas. Estoy toda húmeda y desordenada por nuestros orgasmos, pero la casa se ha limpiado, no hay toallas de papel, ni siquiera agua corriente.
-¿Colton? -digo, preguntándome cómo voy a limpiarme.
-Puedes usar la ducha al aire libre. -Su sonrisa tranquila y ojos, brillantes con deseo, me desafían.
No sé qué juego está jugando, pero si salgo así, hay una posibilidad de que la gente pueda verme. Sin embargo, no hay manera de que me eche atrás. Me siento valiente y llena de vida después de nuestra aventura sexual al mediodía.
-No hay problema, señor Drake. -Sonrío dulcemente y su boca se abre.
Me paseo hacia la luz del sol con él siguiéndome de cerca por detrás, esperando que ninguno de nuestros invitados se dé cuenta del semen marcando mi espalda y muslos.
=================
cap 22"¿Donde esta? "~®™♥
Colton
Tira de la cadena sobre ella, el agua cayendo en cascada del cabezal de la ducha en forma de lluvia, empapándola de la cabeza a los pies.
Me pongo semiduro otra vez observándola. Corrientes de agua corren por su cuerpo y sus pezones se endurecen por el agua fría. Tengo que obligarme a mirar a otro lado para tratar y domar mi erección.
Congenié con sus padres muy bien y no me gustaría deshacer todas mis buenas primeras impresiones por tener una erección inoportuna mientras me como con los ojos a su hija.
Sophie dirige su mirada hacia mí y su sonrisa desafiante me dice que sabe exactamente a qué está jugando.
Pequeña chica mala.
Será azotada después por tratar de sacarme de quicio de esta manera.
Levanto una ceja en pregunta y Sophie apaga el chorro de agua y envuelve una toalla a su alrededor, cubriendo todas esas hermosas posesiones.
Un chillido perfora de otra manera el entorno pacífico y todos los ojos se mueven hacia las puertas del patio. Kylie está cargando en su cadera a un bebé llorando y una bolsa de playa rebosante con pañales y juguetes de bebé en el otro brazo.
Cruzo el camino de piedra y tomo la bolsa de su hombro, de ninguna manera me ofreceré a cargar al bebé llorando. A uno calmado, podría intentarlo, pero no a esta cosa. Él está tomando lecciones de un bandera[3], estoy seguro de ello.
___________
[3] Espíritus femeninos que, según la leyenda, se aparecen a una persona para anunciar con sus gemidos la muerte de un pariente cercano.
___________
De todas formas, no
hay otra explicación posible a cómo podría ser capaz de alcanzar esas octavas.
―Gracias. Y disculpa por lo de Max ―dice Kylie, aceptando mi ayuda.
―No es un problema. ¿Está todo... bien? ―pregunto, levantando una ceja hacia el banshee, quiero decir hacia el bebé, en cuestión.
―Ha estado así por días. Llora sin parar. Le están saliendo los dientes ―explica.
―Entonces vamos a conseguirte una copa de vino. ¿Algo que pueda hacer por el pequeño? ―pregunto.
Ella sacude la cabeza.
―No, con suerte se calmará. Lo siento tanto, no quiero que arruine la fiesta.
―No lo hace, Kylie. En absoluto. Ven, por favor, relájate. ―La llevo a la barra, donde Pace y Collins han estado toda la tarde.
Pace se pone en pie, asumiendo el papel de barman.
―¿Qué puedo servirle?.
―Pace, Collins, esta es Kylie. Ella es el cerebro detrás de mi organización de caridad.
Las presentaciones son intercambiadas mientras Pace le sirve a Kylie vino blanco.
―¿Segura que no quieres algo más fuerte? ―pregunta Collins, sonriéndole al bebé aun quejándose en sus brazos.
―Estoy bastante segura de que mis tímpanos estallaron hace dos días ―explica ella, para su beneficio, que al pequeño bebé le están saliendo los dientes.
―Permíteme cargarlo ―ofrece Pace, rodeando la barra y deteniéndose ante Kylie―. ¿Te importa?.
Sus cejas se disparan a su frente con sorpresa. Estoy muy sorprendido. Pace es un gato al
acecho, pero incluso él no es tan estúpido como para tratar de seducir a otra de mis empleadas, especialmente no una que es madre soltera.
―Puedes intentar... ―No antes de que las palabras salgan de la boca de Kylie y el bebé esté en los brazos de Pace, su llanto se detiene por completo. El repentino silencio nos sorprende a todos y nos quedamos allí, mirando a Pace sosteniendo un bebé.
―Oye pequeño hombre ―dice Pace, rebotando al bebé con un brazo.
El bebé se queda mirando fijamente a mi disparatado hermano, sus ojos azules gigantes parpadeando contra la luz del sol mientras lo toma todo.
Él agarra las gafas de sol de Pace, las saca de su rostro y comienza a masticarlas en el extremo.
―Lo siento mucho, tiene juguetes para la dentadura aquí en alguna parte ―dice Kylie, corriendo a buscar en la bolsa gigante a sus pies.
―Estamos bien ―dice Pace, alejandose con el pequeño.
―¿Quién es él, el encantador de bebés? ―bromea Collins.
Todos nos encogemos de hombros y Kylie toma un gran sorbo de su vino, sus ojos en Pace y su hijo.
Pace pasa la mayor parte de la tarde con el bebé, sosteniéndolo, rebotándolo en su rodilla, nadando con él en la piscina... y Max permanece tranquilo y contento a lo largo de toda la cosa, sus grandes ojos azules clavados en el hombre que lo sostiene todo el tiempo.
―¿Por lo general es así con los bebés? ―Kylie me alcanza y me pregunta.
―Esta es la primera vez ―admito.
Ella se muerde el labio y los mira chapotear en la parte menos profunda
de la piscina. No tengo idea de lo que está pensando y, francamente, no quiero saber. Pace y Kylie sería una idea terrible.
Más tarde, nos sentamos en una comida perfecta preparada por Beth, y Pace renuncia a su dominio sobre el bebé, solo lo suficiente para comer, pasándoselo a Sophie para que Kylie pueda comer en paz. Pace podría haber estado bien cuidando al bebé durante toda la tarde, pero nada se interpondría entre él y el montón de costillas en su plato. Es mejor así, probablemente se comería el brazo del bebé por error.
La visión de Sophie con un bebé en sus brazos me hace algo extraño. Mi corazón palpita en mi pecho y distraídamente pongo mi palma contra él, tratando de ponerlo a latir normalmente de nuevo.
¿Qué demonios?.
Sophie le está balbuceando algo, algo que no puedo entender, pero su voz es un susurro suave y dulce, como nunca he escuchado antes.
Decido que me gusta. Bastante.
Se sienta con él en su regazo y le da de comer pequeños bocados de galletas que rompe en pedazos diminutos. Nunca supe que esto podría ser tan cautivante, pero por alguna maldita razón, han capturado toda mi atención.
***
Cuando Sophie y yo nos arrastramos a la cama esa noche, los dos estamos bronceados y aletargados por la tarde pasada entretenida.
―Me alegra que nuestras familias se conocieran ―dice alrededor de un bostezo.
―Yo también.
―¿De qué hablaron mi padre y tú?.
Supongo que se dio cuenta de que yo lo
recluté toda la tarde.
―Principalmente hablamos de mi trabajo. Un poco sobre mi familia. Nada demasiado emocionante. Solo una pequeña charla ―miento.
No le diré a Sophie, pero le dije a su padre que estoy locamente enamorado de ella. Que es todo para mí. Pedí su bendición y le dije que pensaba pasar el resto de mi vida amándola. Él se quedó allí con una expresión seria como si estuviera evaluando no solo a mí como hombre, sino también mis intenciones. Después de un momento de tensión, sonrió, me dio la mano y luego me dio la bienvenida a la familia. Nuestra follada de mediodía en realidad fue de celebración, solamente que ella no lo sabía.
―Vamos a dormir un poco, nena. ―Aseguro mis brazos a su alrededor, esperando detener cualquier otra duda.
***
El martes siguiente en el trabajo, recibo una serie de llamadas telefónicas de Kylie, luego de Marta y finalmente de Beth. Dejo que se vayan todos al correo de voz y me pregunto si todas las mujeres de mi vida se han vuelto de repente locas. Hoy, me voy a reunir con los directivos, teniendo una sesión de estrategia sobre tratar de cambiar el tercer trimestre antes de que el informe de ganancias salga el próximo mes.
Cuando mi teléfono parpadea de nuevo, bajo la mirada hacia la pantalla. El texto de Kylie me hace tirar la pila de informes que estoy revisando.
Colton, ¡responde a tu maldito teléfono!
¡¿Dónde estás?!
En la oficina, ¿qué pasa?
Escribo, molesto.
Tienes que venir a ver a Sophie. Su hermana ha fallecido.
Mirando las palabras en la pantalla, trato y fallo al comprender su significado. Acabábamos de pasar el fin de semana con la familia de Sophie. Becca se encontraba bien. Estaba delgada y se quejaba de estar cansada, pero había estado bien.
No. Esto tenía que ser algún tipo de error.
Excusándome de la sala de juntas, le escribo un texto a Kylie, confirmando que me hallaba en camino. Llamo a Marta con mi teléfono mientras bajo corriendo por las escaleras. No hay tiempo para esperar al ascensor, no mientras mi chica me necesita.
-Colt, ¿dónde has estado? He estado tratando de...
-Lo sé. Kylie me lo acaba de contar.
-Oh Dios, Colton, es horrible.
***
Conduzco como un cohete todo el camino hacia la casa de Kylie. Cuando llego, no me molesto en llamar, me dirijo al interior, mis ojos buscando a Sophie.
En su lugar, encuentro a Kylie en la habitación de enfrente, su expresión angustiada.
-Gracias a Dios que estás aquí.
-¿Dónde está? -grito.
Kylie señala a la parte trasera de la casa. Corro por el pasillo y encuentro a Sophie sentada en la mesa de la cocina mirando a sus manos, una taza de té ahora frío ubicada a su lado junto con media docena de pañuelos usados.
La sala está en silencio y sin vida.
Joder, lo odio.
-Dulzura...
-murmuro contra el zumbido de la nevera.
La cabeza de Sophie se alza y su expresión es una que nunca la he visto tener y una que espero nunca ver de nuevo el tiempo que vivamos.
Su piel está pálida, su boca se dibuja en una línea apretada, pero sus ojos son lo peor. Están en blanco e inexpresivos, dos piscinas encantadas de azul que, a pesar de su silencio, gritan de dolor y trauma tan profundo que mi estómago se encoge mientras temo que nunca volverá a estar completa de nuevo. Becca no era solo su hermana, no solo su mejor amiga. Ella era la gemela de Sophie. Es una pérdida que no puedo ni siquiera empezar a entender.
-Ven aquí, cariño. -La pongo en mis brazos y ella se levanta fácilmente, dejándome ponerla en mi pecho.
Entierra su cara en mi cuello y solloza.
La agarro con más fuerza, odiando que tenga dolor y yo no pueda hacer una maldita cosa al respecto.
-Lo siento mucho. -Las palabras se sienten huecas y tan inadecuadas, que quiero tragarlas de nuevo al segundo que salen de mi boca. Quiero preguntar qué ha pasado, pero sé que ahora no es el momento adecuado. Así que en cambio, la dejo llorar, sosteniéndola con fuerza contra mí y amortiguando los sonidos de su llanto con mi chaqueta.
Unos minutos más tarde, sus sollozos se tranquilizan y le quito el pelo de la cara.
-¿Puedo llevarte a casa?.
Ella asiente y me deja coger su mano y llevarla hasta el coche mientras Kylie observa desde la puerta con una mirada triste y melancólica.
Cuando llegamos a casa, despido al personal. Pasar la aspiradora y pulir jarrones de cristal de repente parece mucho menos importante.
Acuesto a Sophie en mi cama, donde se acurruca en una pequeña bola, abrazando mi almohada en su contra. Cojo su teléfono del bolso y llamo a su padre.
-¿Señor Evans? -Mi voz se quiebra y él hace el sonido de un sollozo ahogado en el otro extremo.
-Colton, ¿cómo está?.
-Está en la cama ahora mismo. No ha dicho ni una palabra todavía. -Me gustaría tener mejores noticias para informar, pero es la realidad de la situación
- Cuidaré de ella, señor.
-Sé que lo harás.
-¿Qué ha pasado? Becca parecía estar bien cuando estaba aquí...
Me entero de que cuando Becca regresó a su casa el domingo, se quejó de una hinchazón leve y de dolor en el lugar de su puerto al catéter. En cuestión de horas, la fiebre se había disparado y la llevaron a emergencias. Los médicos empezaron con antibióticos para una infección que rugía sin control a través de su sistema. Pocas horas después de ser admitida en el hospital, se introdujo en un coma mientras la agresiva infección tomaba total ventaja de su debilitado sistema inmunológico.
Su salud reducida contribuyó al problema y la infección mortal tuvo una línea directa de acceso a una vena en el pecho, cortesía del puerto instalado para hacer sus tratamientos de cáncer más fáciles.
Su padre tiene que parar dos veces para recobrarse. Le digo que está bien no tiene que continuar, pero cada vez, le hace falta un par de minutos para ponerse bajo control y continúa con
la historia. Cuando termina, no tengo ni idea de qué decir. Así que le digo que estaremos allí pronto.
Después de finalizar la llamada, llamo a Marta, instruyéndola para que tenga listo el piloto y mi avión y para hacer gestiones por mí para estar fuera del trabajo durante un tiempo. Es el peor momento posible, pero el desastre no se planea en torno a tu calendario, solo se precipita y te golpea en la cara, exigiendo su atención.
Y ahora mismo, esta situación tiene mi completa e íntegra atención y mi primera prioridad es Sophie.
***
Unas horas más tarde, estamos a bordo en mi jet y está ascendiendo suavemente en el cielo nocturno. Tuve que cargar a Sophie hacia coche y ayudarla a subir al avión. Está débil y desorientada y esa atormentada mirada vacía no ha dejado sus ojos ni una vez. No mientras descansaba en la cama mirando el techo, no cuando le expliqué que íbamos a volar a casa esta noche, y no ahora mientras mira las pequeñas luces brillando a tres mil metros por debajo de nosotros.
Hice nuestras maletas, que además de artículos de higiene personal y artículos aleatorios de ropa, cada una tiene el traje formal negro adecuado para un funeral.
Levanto la botella de whisky de su lugar de descanso en la consola central y me sirvo un poco. Echando un vistazo a Sophie, recuerdo nuestra primera noche juntos este avión, su sombrío estado por una razón completamente diferente. Ella había estado luchando para salvar la vida de su hermana. Mi estómago se aprieta y me tomo un amargo trago de alcohol, necesitando su efecto adormecedor ahora más que nunca.
Es solo cuando estamos en el aire que Sophie habla sus primeras palabras para mí.
-¿Puedo tomar algo de eso? -pregunta, asintiendo hacia la jarra de cristal ubicada a mi lado.
-Por supuesto. -Le ofrecí agua, té y traté de hacerla comer, todo lo cual rechazó más temprano. Y aunque sabía que el licor fuerte no era lo mejor para su estómago vacío, no se lo negaría. Vertiendo una cantidad moderada en un vaso, se lo entrego. Sus dedos rozan los míos y los ojos de Sophie se alzan para reunirse con mi mirada.
-Te amo -digo.
-Lo sé. Yo también te amo -dice ella, luego da un gran trago a su bebida y hace muecas.
No hablamos de lo que sucederá cuando aterricemos. Nunca he visto su casa de la infancia, pero ahora no es el momento para la nostalgia. Quiero darle comodidad y alejar cada gota de su dolor. Esta es la más frustrante y jodida situación que puedo imaginar. Odio esto. Quiero que Becca vuelva. Quiero que mi dulce Sophie llena de vida regrese. Odio el pensamiento que cruza por mi mente sin la existencia de Becca.
¿la propia existencia de Sophie se atenúa?.
Ella bebe dos vasos grandes de whisky, que le dejé tomar en contra de mi mejor juicio, y luego cae dormida en mi hombro.
Apretando mis brazos alrededor suyo, la miro mientras duerme, y prometo que lo que sea que venga después, estaré ahí para ella.
Mierda y mas mierda llore con este cap. Se nos a ido nuestra loca beca. No entiendo k paso si hace apenas unas semanas atras estaba con sophie en la piscina. Enserio k derrame lagrimas editando el cap...
Comenten y voten presios@s ...
=================
cap 23"vacia"~®™♥
Cap dedicado a una nueva integrante. LupitaMonzalvom Espero y te guste. Graxx por los votos.
Nunca pensé que tuviese que temer a una infección. Cáncer, la gran y sucia palabra con C era mi enemigo, no alguna enfermedad que se deslizó a último momento. No es justo. Y no entiendo. Lo había estado haciendo tan bien.
Odio cuán vacío y sin vida se siente nuestro cuarto compartido. Aún así no puedo evitar recostarme en el lado de la cama de Becca, el único lugar en la casa en el que aún puedo sentirla.
Puedo escuchar a Colton y a mi padre abajo en algún lugar hablando en voz baja. No sé qué haría sin él. Es mi roca y mi amor por él solo se ha cuadruplicado en los pasados dos días.
Mi madre viene cuando el sol empieza su descenso a través del cielo.
-¿Cariño? -Golpea en la puerta y entra.
-Hola, mamá.
Se sienta en la cama a mi lado.
-Tan pronto como llegamos a la sala de emergencia, Becca le pidió a una enfermera papel y un lapicero -Me pregunto por qué está diciéndome esto, hasta que saca el pedazo de papel de su bolsillo y me lo tiende-. Incluso cuando le aseguramos que estaría bien una vez que le aplicáramos los antibióticos, ella parecía saber algo que nosotros no. Escribió esto en una furia mientras la atacaban con intravenosas y los removían de su puerto. Luego lo doblo y me dijo que te lo diera. No lo he leído.
Sostengo el papel en mis manos. Todavía está caliente por las manos de mi madre y saboreo la imagen de
una terminada Becca en una de sus últimas rebeliones actuando en contra de la maldita enfermedad que se la llevó.
-¿Puedes dejarme sola? -le pido a mi madre.
Ella asiente y se levanta de la cama, dándome privacidad para lo que de seguro es un momento emocional.
Desdoblo el papel y miro el dibujo que salta hacia mi desde la parte inferior del la página. Es un mal dibujo de un pene con largas bolas y líneas onduladas de pelos que sobresalen de ellas. Sonrío por primera vez en dos días. Lágrimas caen de mis ojos y mi amor por ella crece, si eso es incluso posible. No he leído las malditas palabras en el papel y mi humor ya ha cambiado. Ella sabía que necesitaría esto. Me conoce tan bien.
Sophie
Gracias por llevarme a Roma. Santa mierda esos italianos eran calientes. Gracias por ser mi mejor amiga, gracias por cada sacrificio que has hecho por mí, grande y pequeño. Gracias por siempre darme tu Starbursts rosa4.......
Pestañeo ante las palabras, recordando los incontables paquetes de Starbursts que compré en el hospital en las maquinas expendedoras todos estos años. Los rosa eran los favoritos de Becca, e incluso aunque eran los míos también, siempre se los di a ella. Cada vez. Sin cuestionar. Sin alegar.
...Te amo infinitamente. No te atrevas a pensar por un segundo que, el amor se fue. No te atrevas a llorar por mí. Extráñame. Cada día, como yo te extrañaré. Entonces sigue viviendo. Hazlo
por mí. Porque no puedo. Estaré ahí en cada noche estrellada, en cada soplo de brisa contra tu piel cuando corras, estoy en cada paquete de Starbursts, sonriéndote cuando comas los rosados....
Una solitaria lágrima se desliza de mi ojo y la quito antes de continuar.
...Lo que sea que pase, por favor tienes que saber que estoy contigo. SIEMPRE. Ve a amar a ese caliente hombre tuyo, tú, chica suertuda. Ustedes dos van a hacer unos bebés malditamente hermosos un día. Y eso me hace tan feliz...
Al final está el pene dibujado y su nombre junto con un corazón al lado. Eso era. La carta completa. La leo dos veces más, luego la doblo cuidadosamente a lo largo de las mismas arrugas y la llevo a través de la habitación, metiéndola en mi bolso para mantenerla a salvo.
Mamá toca de nuevo y entra, su expresión es abierta y expectante.
-Bien, ¿qué decía?.
Me tome mi tiempo, considerando cómo responder.
-Todo. Asiente. -Bien.
[4]Tipo de confite.
Cruzando el cuarto para sentarse a mi lado de nuevo, mi madre alcanza mi mano.
-¿Cuáles son tus planes después del funeral mañana?.
Vamos a tener un almuerzo en la casa después del funeral, pero sé que no se refiere a eso. Pienso que todos nos encontramos preguntándonos la misma cosa.
¿Seguiremos viviendo en un mundo donde mi brillante y cariñosa hermana no existe más?.
-Me preguntaba si podía quedarme aquí tanto como me necesites. Colton probablemente tiene que volver
al trabajo pero...
Sacude la cabeza, deteniéndome.
-Tu papá y yo estaremos bien. Hemos sabido que esto era una posibilidad por un largo tiempo.
¿Era la única tan ciega que no sabía lo que estaba sucediendo, que no entendía los riesgos?.
Becca continuaba desgastándose mientras todos me alimentaban con líneas sobre el tratamiento experimental que milagrosamente financié, no hizo nada. Esas palabras resonaron más profundo de lo que me gustaría. Nada. Todo ha sido por nada. La subasta, venderme a mí misma, conocer a Colton...

No. Tan pronto como pienso en la última parte, sé que no es cierto. Estaría perdida sin él ahora mismo.
Mi madre continúa
-: papá y yo nos tenemos el uno al otro. No necesitas quedarte aquí, Soph. Deberías ir a casa con Colton. Becca estaba tan feliz de que lo encontraras.
Respiro profundamente y asiento.
***
Cuando dejamos el norte de California se siente tan mal manejar lejos sabiendo que mi hermana está en ese cementerio. Parte de mi corazón ha sido enterrado en la fría y dura tierra. Ella está en cada rayo de sol que sea demasiado brillante, en cada soplo del viento en contra de mi piel mientras abordamos el avión. Sé de seguro que ella está todavía conmigo. La veo en mi reflejo en la ventana del avión, en el apretón de mi corazón y siento todo de nuevo. Colton me acerca y me dice que me ama, y creo
que tal vez, sólo tal vez voy a tener la fuerza para hacer esto.
Colton
En contra de mi mejor juicio, volví a trabajar. Sophie me aseguró que era importante que los dos reanudáramos nuestros horarios normales. Pero cuando "sólo una semana" se convierte en dos y Sophie se convierte en una mujer que ya no reconozco, sé que tengo que pedir refuerzos.
Hubo unos pocos días que me dieron la esperanza de que mejoraba. Había ido a correr, se había detenido donde Kylie para ver al bebé una vez, y en realidad había hablado con ese consejero que le envié a la casa. Pero cuando llego a casa del trabajo esta noche, mi corazón se rompe por lo que encuentro.
Sophie está sentada en el balcón que se extiende desde mi oficina. El viento está azotando su pelo salvajemente alrededor de su cara y piel de gallina cubre su carne.
Una tormenta se acerca, pero parece no darse cuenta.
Su piel está pálida, y su expresión vacía. Simplemente es una cáscara de la chica que me enamoré. Sus ojos azules gigantes miran fijamente al océano y está tomando grandes sorbos de mi whisky directamente de la botella. Y la forma en que ya no hace una mueca ante el sabor me dice que esto probablemente ocurre con regularidad.
Joder.
-¿Cariño? -pregunto, acercándome con precaución.
Su cabeza se vuelve hacia mí y parpadea varias veces.
-Lo estoy perdiendo, Colton.
Me
arrodillo en el piso frente a ella y acuno su cara en mis manos.
- ¿Perdiendo qué, dulzura?.
-Todo. El sonido de su voz. La forma en que olía. Cómo se sintió cuando estábamos juntas...
Me siento allí, sin habla, sosteniendo sus mejillas y veo sus ojos llenarse de lágrimas.
Joder, Colton, piensa.
Está completa y jodidamente rota en este momento y me preocupa que la única que sabría cómo juntar sus piezas de nuevo es Becca, la hermana con la que compartió un vientre por nueve meses, su mejor amiga a la que amaba sin dudar. Estoy asustado de que no ser suficiente para ella, que mi amor nunca alcance.
-Tengo que hacer pis -dice después de varios segundos, y luego se levanta tambaleándose sobre sus pies.
La acompaño al baño, ayudándola a mantenerse estable.
-¿Cuánto bourbon tomaste? -Esa mierda es fuerte. Lo suficientemente fuerte como para hacer que me caiga de culo después de un vaso pequeño.
-No lo suficiente -dice, sus pies se retuercen debajo de ella. La agarro por la cintura, evitando que su cara se estrelle contra el suelo.
Maldita sea.
Cuando llegamos al cuarto de baño, maniobro con ella dentro de la habitación, tiro de sus pantalones cortos y sus bragas hasta los tobillos y luego la siento en el inodoro.
-Voy a estar justo en la puerta.
Asiente y cierro la puerta detrás de mí.
Puedo oír el sonido de cuando hace pis y está murmurando algo para sí misma. Algo sobre caramelos rosados.
¿Qué demonios?.
De pie en el pasillo, pesco el celular de mi bolsillo y marco el número de pace.
-Necesito tu ayuda.
-¿Sophie? -pregunta.
-Sí. Está completamente borracha. Bebió un montón de ese bourbon añejo. Tengo miedo y no sé qué hacer.
-Esa mierda es fuerte. ¿Ha comido algo? -pregunta.
-No, lo dudo. Murmuró algo acerca caramelos rosados.
-Estoy en eso, hermano. Sólo respira. Estaré allí pronto.
Justo cuando Pace llega a la casa, el cielo se vuelve oscuro y un fuerte rugido de truenos se estrella en la distancia. La lluvia no tardará en llegar.
-¿Dónde está? -pregunta.
-En el dormitorio. -La había acostado con un álbum de fotos de mi último viaje a África. Parecía que podía mirar las fotos de los pequeños pueblos, la gente, los niños durante horas y horas.
-¿Qué quieres que haga? -pregunta.
-Necesitamos macarrones con queso.
-Deberías haberme dicho, podría haber comprado algo. -Él sostiene una bolsa de plástico que está llena con al menos una docena de paquetes de caramelos.
-No, necesitamos que sea hecho en casa.
-¿Cómo lo hacemos?.
-No lo sé. Buscarlo en Google, supongo.
Asiente y se dirige a la cocina.
-Llévalo arriba cuando esté listo -le digo, luego me dirijo a las escaleras.
Sophie está roncando suavemente, pero cuando cruzo el dormitorio, levanta la cabeza y parpadea varias veces, con los ojos fuera de foco.
Me alegro de que haya descansado un poco, aunque sea
breve.
-¿Cómo te sientes? -pregunto, sentado a su lado en la cama.
-Mareada -confirma, apartando su pelo sucio de la cara.
-Pensé que podría prepararte un baño caliente. Podría ayudar a relajarte.
Asiente.
-Bien.
Al menos deja que me ocupe de ella. No discute sobre eso. Si lo hiciera, realmente me sentiría impotente y fuera de control. Tal como está, sé que mis gestos sutiles no pueden ayudar mucho, pero al menos puedo hacer algo.
Enciendo el agua caliente y veo la tina rellenándose. Después de volcar en una generosa cantidad de algo de un frasco morado llamado Adiós Estrés, voy a buscar a Sophie.
Me deja cargarla hasta el cuarto de baño, desnudarla, a continuación, dejo su cuerpo en el agua.
-¿Cómo está? -le pregunto una vez que está acomodada.
-Agradable -dice y me obsequia una pequeña sonrisa rara. Mi corazón salta, Dios, extrañaba verla feliz.
-¿Vas a estar bien durante unos minutos? Voy a conseguir algo de ropa.
Asiente.
-Vas a volver, ¿verdad?.
-Sí -le confirmo.
Una vez que tengo un nuevo cambio de ropa para ella, vuelvo a entrar al baño, dejo la ropa sobre el mostrador, bajo la tapa del inodoro y me siento.
-Gracias por quedarte. -Me sonríe de nuevo.
-Por supuesto que me estoy quedando. ¿Quieres que te lave el cabello?.
Menea la cabeza.
-Me lavé antes. Todavía me ducho, sabes.
-Sé que lo haces. -De hecho no lo sabía.
-No estoy rota, sabes.
-Sé que no lo estás.
Espero en el taburete, y reviso el correo electrónico del trabajo en mi teléfono mientras
Sophie se mueve en la bañera. Se hunde en el agua y descansa su cabeza contra el borde, con los ojos cerrados y con un gesto inexpresivo cruzando sus rasgos. Cuando asegura su pelo en un moño desordenado en la parte superior de la cabeza, puedo decir que todavía está borracha por sus movimientos descoordinados.
Mi estómago se agita por la preocupación. Trato de no asomarme, trato de no mirar, y en su lugar me concentro en responder a las decenas de mensajes de correo sin leer, pero es difícil. Pensamientos de ella consumen todo mi ser.
Cuando oigo movimiento en el agua, levanto la mirada. Sophie se ha levantado, de pie en el centro de la bañera con chorros de agua jabonosa cayendo en cascada por su cuerpo. Mis ojos vagan perezosamente desde las puntas de sus pechos llenos hasta su coño desnudo y siento que mi cuerpo responde ante el suyo. Mi polla palpita, hinchándose contra mi muslo. El maldito bastardo tiene un mal momento. Pero Sophie desnuda no es algo que pueda ignorar, no importa cuán sombría sea la situación.
Agarro una toalla cuando sale de la bañera y se posa en la alfombrilla. Me deja secarla de pies a cabeza, aparentemente ajena a mi estado semi-excitado.
Sophie se queda ahí, mirándome con sus ojos azules. Cuando tomo el pijama del mostrador del baño, un pequeño mohín cruza sus labios carnosos. Ignorando el impulso de besar ese ceño para alejarlo, extiendo el par de bragas, y obedientemente, Sophie levanta un pie a la vez y se para en ellas.
-¿Cómo te sientes? -pregunto. Mi voz es malditamente densa por la excitación. Me aclaro la garganta.
-Mejor
-dice, su voz es apenas un susurro.
-Bien. -Me alegro de que el baño ayudara, y estoy esperando que la comida que Pace está preparando la haga sentir como nueva.
-No quiero que bebas así cuando no estoy en casa.
Levanto su barbilla para ver sus ojos.
-Lo sé. -Traga.
Fue sólo un mal día. Mierda. Ahora me siento como un idiota.
Le acaricio la mejilla y presiono un tierno beso en sus labios.
-Tienes permitido tener días malos. Es sólo que no quiero preocuparme por ti, ¿de acuerdo?.
Asiente y se inclina por otro beso.
-Te echo de menos, Colton. Nos echo de menos.
-Estoy aquí, dulzura. No voy a ninguna parte.
Presiono mis labios sobre los suyos y siento el preciso segundo en que el beso cambia, volviéndose caliente y lleno de una promesa fuerte de algo más.
Sophie abre sus labios y su lengua sondea ligeramente mi boca. Instintivamente, abro la boca, mi lengua rozando ligeramente a lo largo de la suya. Sé que no debería estar haciendo esto, pero ha pasado mucho tiempo desde que la he besado, realmente besado, y estoy deseando su calor, y un sentido de normalidad. Succiona mi lengua en su boca y me trago un gemido áspero de placer.
Apartándome sólo una fracción, compruebo sus ojos. Están brillando de deseo, lo que debilita mi resolución. No ayuda que esté con el torso desnudo y caliente, y permanezca de pie tan cerca de mí. Estoy a centímetros de tener todo el peso de sus pechos en mis manos y mi boca, mi cara entre sus muslos cremosos. Doy un paso atrás, necesitando poner distancia entre nosotros. Sólo que no conté
con darle a Sophie una visión directa de la erección que abulta mis pantalones.
Sus ojos se enfocan en el bulto y se lame los labios.
Maldita sea. ¡Enfócate, Colton!.
-Aquí, cariño. Vamos a conseguir que te vistas. -Agarro la camiseta y trato de ayudarla a ponérsela.
Me la quita y la tira al suelo.
-No.
-¿No?
Sacude la cabeza, con los ojos todavía comiéndome.
-Quiero que... quiero que me folles.
Una nueva ronda de sangre bombea hacia el sur, por lo que mi polla palpita.
-No, no en este momento. No esta noche- Ella no está en el estado de ánimo adecuado. Estaría tomando ventaja. Enumero mil razones en mi cabeza, luchando conmigo mismo mientras me mira.
-¿Por favor? -pide.
Meneo la cabeza.
-No. Ahora, por favor vístete. -Pace está apunto de subir aquí con su cena en cualquier momento. Desde luego, no quiero que tenga un vistazo de ella. Sus magníficos pechos están reservados para mí y sólo para mí.
Baja su mano y agarra mi polla, dándole un ligero apretón.
-Fóllame, Colton. Hazme sentir mejor -suplica.
Quito su mano.
-De ninguna manera. Estás borracha. No voy a follarte.
Levantando sus manos, acuna sus pechos, juntándolos y frota sus dedos sobre sus pezones. Deja escapar un susurro suave como un suspiro tembloroso como si la sensación fuera la cosa más agradable que ha sentido en mucho tiempo.
Me quedo ahí, paralizado, mirándola tocarse los pechos. Es tan hermosa que quiero recostarla en el piso del baño y follarla de seis maneras diferentes hasta
el domingo. Pero no lo haré. Tengo un poco más de moderación que eso. Sin duda jugaré con mi polla más tarde con esa imagen en mi cabeza, una vez que ella se metiera en la cama, pero no necesita saber eso. Le da sus pezones un pequeño tirón y suelta un gemido gutural. Luego deja caer sus manos.
Gracias a Dios su pequeño espectáculo ha terminado. No podía aguantar mucho más.
Pero luego se baja las bragas y empieza a frotar sus dedos sobre su apretado haz de nervios.
Joder. Es tan increíblemente sexy y desesperada...
Las bragas caen de sus rodillas y se deslizan hasta el suelo. Mi mirada sigue su movimiento y me doy cuenta de que es el mismo par de bragas de color azul pálido que llevaba en la subasta. Siento toda mi determinación desvanecerse. Me froto las manos sobre mi cara. A la mierda. No debería, pero no hemos hecho el amor en dos semanas y estoy desesperado por sentirla a mi alrededor.
-Sophie, ¿estás segura de que quieres esto? -Mis manos inconscientemente se mueven a mi erección y la ajusto.
Sigue mis movimientos y asiente.
-Sí. Lo necesito.
-Desabróchalo. -Bajo la mirada a mi regazo y Sophie lleva sus manos a mi botón, liberándolo y baja lentamente la cremallera. Sus manos trabajan en la parte delantera de mis pantalones, aparta mi ropa interior y toma mi polla en su palma, mientras la agarra y la frota con fuerza. Una gota de fluido sale de la punta, y la extiende por mi longitud con su pulgar, causando que mis rodillas se debiliten.
En ese momento,
me entrego por completo. Si ella quiere una distracción, si necesita olvidarse de todo el dolor y la tristeza de las últimas semanas, entonces... ¿quién soy yo para negárselo?.
Agarro sus muñecas, alejando sus manos de mis pantalones.
-Más lento, nena. -Se siente demasiado bien, y quiero que ambos lo disfrutemos. No duraré si sigue bombeando mi polla de esa manera.
Succiona su labio inferior y hace un puchero antes de encontrar mi mirada. Pero lo que ve cuando mira mis ojos le dice todo lo que necesita saber. Voy a cuidar de ella. Voy a hacerla venirse tan fuerte que olvidará su propio nombre.
La levanto por la cintura, apoyándola en la encimera del baño. Me pongo de pie entre sus muslos, abriéndola, y tira de mi camisa en la lucha por acercarse. Está completamente desnuda y yo aún completamente vestido.
-Tu camisa -suspira.
-¿Sí, dulzura?.
-Quítatela. Necesito sentir tu piel.
Obedezco, liberando los primeros botones, luego arranco mi camisa por encima de mi cabeza. Me acerca, hasta que la punta de sus pechos se frotan contra mi pecho desnudo y ambos nos estremecemos ante el contacto y la ráfaga de endorfinas que eso libera.
Ha pasado demasiado tiempo.
Me inclino y tomo uno de sus hermosos pechos en mi boca, mi lengua humedece su pezón izquierdo, luego el derecho. Sophie arquea la espalda y mete sus manos en mi cabello, dejándome devorarla. Quiero tomarme mi tiempo, asegurarme de que esté lista para mí, pero cada vez que estamos juntos se siente como una explosión energía sexual y no puedo controlarme.
Algo a lo que no estoy acostumbrado.
Me retiro para besar su boca, mi lengua es codiciosa y chupa la suya. Sus manos deambulan en mis pantalones, frotando mi polla con entusiasmo. Sé que esto será más rápido de lo que quiero, pero tal vez es lo que necesita.
Con nuestras bocas fusionadas y su mano en mis pantalones, encuentro su centro húmedo y empujo mi dedo índice y medio en su interior. Jadea en mi boca, paralizándose momentáneamente antes de continuar la arremetida que arrojó con el propósito de hacerme venir demasiado pronto. Mi otra mano juega con sus pechos y pezones, y Sophie se estremece mientras me bombea con entusiasmo en sus manos.
-Cariño, tranquila... -Tomo sus manos de nuevo, haciendo que se detenga y me siento como un maldito idiota.
Me sonríe, claramente orgullosa de sí misma. Dios, es bueno verla sonreír. Si esto es todo lo que se necesita para hacerla sentir completamente bien, entonces me anoto.
-No puedo esperar más -admito.
Baja lo que falta de mis pantalones y del bóxer por mis caderas, permitiéndome acomodar mi polla contra ella. Cuando empujo hacia adelante, desapareciendo dentro de su perfecta abertura rosada, dejamos escapar un gemido.
-Sí, fóllame. Más fuerte -ruega.
Obedezco, empujando en su interior sin descanso, mi figura domina la suya mucho más pequeña.
Sus ojos deambulan hacia el lugar donde nos unimos y me observa deslizarme dentro y fuera. Es una vista erótica verla mientras nos observa. Puedo leer cada emoción y pizca de placer que recorre sus rasgos. Cuando empujo más profundo, toma una bocanada
de aire y deja escapar un jadeo y cuando me retiro sus ojos siguen el camino de mi dureza brillante con una mirada hambrienta.
Sophie
Hacemos el amor contra la encimera del baño, nuestros cuerpos se mueven frenéticamente. Es exactamente lo que necesito, besos hambrientos y desesperados, la encimera de granito dura y fría debajo de mí, dedos gentiles acariciando mi cabello, besos suaves presionando mi sien. Estoy agradecida de sentirme algo más que entumecida.
-Sí, fóllame. Con más fuerza -ruego, agarrando sus hombros.
Colton se estrella contra mí, su dura polla deslizándose dentro y fuera en un ritmo riguroso.
Mi mirada cae de la suya y miro entre nosotros hacia el lugar donde estamos unidos. La vista es erótica y carnal, y mi interior se aprieta a su alrededor, probando un bajo gemido desde su garganta.
-¿Te gusta eso, nena? -Presiona hacia adelante de nuevo, enterrándose hasta la empuñadura y mi cabeza cae hacia atrás.
-Sí...-gimo-. Más fuerte -le pido de nuevo.
De repente me levanta de la encimera, me toma por debajo del trasero y me carga hacia la habitación.
Me deja caer en el colchón y baja su mirada. Su dura polla está húmeda con mis jugos y sus abdominales están tensos, pero su rostro se mantiene en completo control.
-Ponte de rodillas.
Obedezco con rapidez, acomodando mis manos y mis rodillas. Posada en la cama completamente desnuda y lista, espero a ver lo que planea para mí. Colton agarra la parte posterior de mis rodillas, empujándome
hacia atrás hasta que estoy en el borde del colchón. Pasa sus manos por mis piernas, mi trasero, luego empuja hacia adelante mi espalda alta, sus manos descansan en medio de mis hombros hasta que bajo mi pecho a la cama. Girando la cabeza, coloco una mejilla contra el colchón, y lo miro.
Todavía está calmado, en control y completamente sexy.
-¿Quieres ser dominada y follada con fuerza? -pregunta. Asiento, manteniendo mis ojos fijos en los suyos.
Su mirada se oscurece y mi interior salta con anticipación.
Se alinea contra mí y empuja hacia adelante. Amo la forma en que mi cuerpo se estira a su alrededor y empujo también, atrayéndolo más profundo dentro de mí. Con una mano asegura mi nuca, y con la otra palmea mi trasero. Siento su pulgar frotando mi entrada trasera y me estremezco. Con su polla todavía bombeándome, presiona un dedo en mi trasero.
-Maldición, Sophie -gime.
Cada sensación, cada áspero susurro de su aliento enciende todo mi cuerpo. Empujo mi culo hacia atrás, encontrando sus duras arremetidas. Está zurrándome, probablemente marcándome, pero jodidamente lo amo.
-¿Es lo que necesitas? ¿Necesitas que sea rudo? -Se inclina sobre mí y gruñe contra mi oreja.
Lloriqueo de placer, mi interior grita-: ¡Sí, sí, sí!....
Sus caderas colisionan con las mías, duros sollozos de placer se arrastran por su garganta después de cada empuje brutal. El orgasmo me azota, robándome el aire y obligándome a liberar un duro sollozo. Me estremezco, apretándolo
en mi interior, deliciosamente, mientras me desplomo. Finalmente, el aire retorna a mis pulmones y repito su nombre una y otra vez. Siento el momento en que su polla se hincha y derrama su caliente liberación en mí. Después, Colton me gira para enfrentarlo, después besa mi rostro, mis parpados, mis mejillas, mi frente, diciéndome lo mucho que me ama. Luego trae un paño caliente, junto con mi ropa y me limpia.
Me siento saciada y en calma mientras me viste y me mete a la cama. Mis extremidades están cansadas y doloridas, y entre mis piernas arde de la manera más maravillosa.
Las últimas semanas han sido un ciclo interminable de tomar vino en la tarde para ayudarme a terminar el día, pastillas para dormir que me noquean en la noche, y lágrimas que derramo con demasiada facilidad. La terapeuta que Colton envió el primer día en que regresó al trabajo no ayudó. Ella no podía entender la profundidad de mi relación con mi hermana gemela. La pérdida fue inimaginable. Mi única forma de terapia ha sido correr. Justo como cuando Becca estaba enferma. Me calma, adormece mis extremidades y me ayuda a seguir adelante, aunque sólo por poco tiempo. Pero como aprendí esta noche, intimar con el hombre que amo triunfa sobre todo lo demás. Me siento mejor de lo que lo he hecho en días.
Un golpe en la puerta de la habitación llama nuestra atención. No sabía que alguien más estuviera aquí.
-¿Colt? -pregunto.
-Ya vuelto.
Se desliza en un par de pantalones
deportivos y luego va a responder la puerta.
Colton
-¿Toda está bien aquí? -pregunta Pace, echando un vistazo para mirar dentro de la habitación -Escuché unos gritos.
-Sí, ignora eso.
Su expresión se endurece.
-No me digas que estás pensando con tu polla en un momento como este.
-Mierda, no. Sólo pienso en ella, en hacerme cargo de sus necesidades. No de las mías, confía en mí.
-Y ella necesitaba... -Él arquea sus cejas.
-Déjalo estar, joder -ladro.
-Bien. La comida está lista -dice, rodando los ojos.
-Tráela.
Vestí a Sophie con un par de pijamas y cuando Pace entra, se encuentra sentada contra la cabecera con sus piernas cubiertas por mantas.
-¿Pace? No sabía que estabas aquí. -Sus mejillas se tiñen de rosa cuando se da cuenta de que tuvo intenso y ruidoso sexo mientras él se encontraba en la casa. Sophie lo observa moverse por la habitación mientras balancea una bandeja en sus manos.
-Cocinó para ti mientras yo... te cuidaba.
Comparte una sonrisa conocedora conmigo antes de regresar su atención a pace.
La habitación huele a sexo y espero que Pace no lo note. Si lo hace, no dice nada.
-¿Qué es? -pregunta Sophie, sonriéndole a Pace.
-Coco dijo que te gustaban los macarrones con quesos y los caramelos rosados. -Le regala una de sus sonrisas engreídas y utiliza mi apodo de
la niñez que ha permanecido en el tiempo.
-¿Caramelos? -Sus ojos se mueven rápidamente hacia mí. Su reacción es inesperada.
-¿Eso está bien, dulzura?.
Pace baja la bandeja a su regazo. Hay un tazón de macarrones con queso que no se ve tan mal, a pesar de estar preparado por mi hermano que sorprendentemente puede cocinar, y un vaso de vidrio lleno con dulces rosados. Debe haber abierto todos los paquetes y escogió sólo los rosados.
Lindo detalle.
Lágrimas llenan los ojos de Sophie y aparta la mirada para ver a Pace, luego regresa a mí.
-¿Cómo lo supiste? -pregunta, y una sola lágrima se derrama por la esquina de su ojos. La seca con el respaldo de su mano.
Me encojo.
-Sólo lo sabía. -No quiero avergonzarla al explicar que la escuché susurrando y murmurando ebria acerca de los dulces.
-¿Ella de verdad está aquí, eh? -dice Sophie a nadie en particular mientras desenvuelve uno de los dulces, y lo lleva a su boca. Cierra los ojos y mastica lentamente, liberando un pequeño suspiro de felicidad.
Pace y yo intercambiamos una mirada y brevemente nos preguntando si ha perdido la cabeza, pero entonces Sophie nos anima a sentarnos en la cama mientras come, y nos cuenta la historia acerca del dulce que su hermana y ella siempre compartieron y la últimas palabras de Becca para ella en su cartas.
Mi pecho se aprieta mientras comprendo la profundidad del significado detrás de esto y el increíble lazo que las dos comparten, tan bien el sacrificio que hizo Sophie para hacer feliz a su hermana. Mi chica es increíble de tantas maneras.
Después de un par de bocados de macarrón, Sophie le agradece a Pace y nos dice que tiene sueño. Pace se lleva los platos y apaga las luces, me acurruco en la cama con ella, aferrándola con fuerza contra mí y la sostengo hasta que su respiración se hace lenta y tranquila y se duerme.
=================
cap 24"Mi dulzura regresó"~®™♥
Cap dedicado a: Busca tu nombre aquí...
Yayita_Sherazade, damarita0210, tamaratd, tamaratdnt, Daiiana06, ChicaSucida14, jbieberrm, yuselysb, LupitaMonzalvom, smjkeaton, LaHijaDeHad3s, SohelAmur, andreitacas, CinthyaSuarezRodrigu, angelicasilvana56
Si comentaste o votaste por mi historia y tu nombre no aparece.
Deja un comentario con tu nombre y les dedico el epílogo...
Sophie
Becca ha estado gritándome todo el día. Mientras me siento alrededor enojada en mi forma habitual, te juro que puedo sentirla.
Prácticamente puedo oírla.
Ella me dice que me levante de mi culo y siga adelante con las cosas.
Y la odio por eso.
He regresado a trabajar de media jornada con Kylie. He estado corriendo varias veces a la semana. Las cosas están regresando a la normalidad conmigo y Colton. Ya no se retiene conmigo más. Se entrega a mí libremente, entendiendo que nuestra intimidad compartida me ayuda. Pero aún no soy yo y a través de alguna extraña conexión de gemelas, Becca me está llamando a salir en escena.
Subo las escaleras y saco la carta de la caja especial en la parte de arriba de mi vestidor donde la mantengo. La releo dos veces, buscando pistas.
El dibujo del pene aún me hace reír.
Concéntrate, Sophie.
La tercera vez que la leo, lo entiendo. La realización me da una bofetada en la cara.
Ella no me quiere yendo solo con los movimientos de mi vida: trabajando, trotando, haciendo el amor con mi novio en la noche. Quiere más de mí. Ella quiere más para mí. En la fiesta de la piscina me retó a vivir cada día como si fuera el último.
Me hundo en la cama con la carta en mis manos.
Mierda.
Quiero gritarle, decirle que no es tan fácil de hacer. La verdad es que no tengo idea de cómo hacerlo. Toda mi vida he
vivido para complacer a los demás. Mantuve buenas calificaciones y nunca di a mis padres una razón para preocuparse, ellos tenían una hija con cáncer, no necesitaban ningún tipo de estrés adicional en sus vidas. Yo era una buena hermana, una buena persona. Educada, de buenos modales, todo lo que se suponía que debía ser. Venderme a mí misma en la subasta fue la cosa más loca que he hecho, e incluso eso no era por mí.
Maldición, Becca.
Tengo imposibles conversaciones conmigo misma toda la tarde, tratando de descubrir que quiere de mí.
¿Paracaidismo?
¿Saltar de un puente?
¿Qué?
Y entonces me doy cuenta.
Nunca quiso que hiciera algo loco solo por el golpe de adrenalina.
Todo lo que quiso era que fuera feliz.
-Lo estoy logrando -le digo a la cocina vacía. Dios, siento como que estoy perdiendo la razón. Observando el reloj. Una hora más hasta que Colt este en casa.
Una hora más para idear algo que hacer esta noche para demostrarme a mí misma que puedo hacer toda esta cosa de vivir al máximo.
Colton
De camino a casa del trabajo, mis pensamientos derivan hacia Sophie
No sé cómo fui lo suficientemente afortunado para irme a casa con Sophie esa noche, pero en el transcurso de los últimos meses, he estado agradecido por ese hecho innumerables veces. Ella me salvó de una amarga y sola existencia. Y ahora estoy cuidándola a través de una de las más difíciles partes de su vida. Pero veo su progreso
poco a poco cada día.
La estoy ayudando a vivir de nuevo, y recordándole siempre que es lo que Becca hubiese querido. Me detengo de camino y tomo un paquete de Starbursts, escondiendo los rosas alrededor de la casa para que los encuentre, uno al lado de su café mañanero, uno en su tocador, otro en sus zapatillas. La sonrisa en sus ojos cuando los encuentra hace que mi pecho se apriete.
Veo su fuerza cada vez que ata sus zapatillas, cada vez que cocina para mí, en cada sonrisa, en cada risa, puedo sentir su valentía. Está escogiendo vivir. Por supuesto, algunos días son todavía difíciles. Algunos días sus ojos están hinchados por llorar cuando regreso a casa del trabajo, y eso me rompe el corazón. Pero poco a poco estoy recuperando a mi dulce Sophie.
Pero esta noche es la mejor. Debido a que hay un poco de brillo rosado en sus mejillas y sus ojos brillan con picardía.
-¿Qué te traes entre manos señorita Evans? -le pregunto, después de llegar a casa.
-Nada. Solo tengo planes para nosotros después de la cena, es todo. - Sonríe dulcemente y mi pecho se aprieta.
Compartimos una comida de pato asado que Beth ha preparado y lleno a Sophie con todos los detalles del progreso de la compañía. Las cosas realmente han cambiado. Es lindo tener a alguien para compartir los avances y caídas. Está exitosamente quebrando mis barreras y enseñándome lo que significa compartirte totalmente con alguien. En el pasado, habría guardado todos mis errores en los negocios encerrándome en mí mismo. Ahora sé que no hay nada que necesite esconderle. Me acepta
como soy. Es el sentimiento más hermoso del mundo. Con ella, me siento completo.
Terminamos de comer y estoy a punto de preguntarle que le gustaría hacer esta noche cuando mi celular empieza a sonar. Lo volteo y el nombre Stella se despliega a través de la pantalla.
-¿Por qué te está llamando Stella? -Sophie arruga su nariz con asco.
-Maldita buena pregunta.
-Respóndele -dice. Cristo.
Aquí vamos.
-¿Hola?
-Hola, Colton -dice.
-¿Por qué estás llamando, Stella? -El enojo en mi voz es inconfundible.
-Tengo algunas cosas que quería decir.
-Sophie está aquí conmigo. Te estoy poniendo en altavoz. -Aprieto el botón del altavoz en el celular sin esperar su respuesta. No la tendré preguntándose qué se está discutiendo entre mi ex esposa y yo, y no le ocultaré deliberadamente nada a ella.
Stella se aclara la garganta y momentáneamente se detiene.
-Nunca quise ser la villana, Colton -dice suavemente. Sophie mira de reojo al celular en mi mano mientras Stella continua-: Era joven y tonta. Te amaba, a mi manera, pero me di cuenta rápidamente después de que nos casamos que no era una clase de amor para siempre. Trabajabas largas horas, estabas construyendo una compañía a una edad tan joven y te encontrabas tan impulsado y singularmente concentrado. No estaba hecha para vivir mi vida bajo la sombra de tu trabajo. Me sentía abandonada y tan malo como era, me dejé arrastrar en las atenciones de otro hombre. Me sentí querida y deseada y eso eran cosas que había estado extrañando de ti. Me dabas todo lo que pudiese querer materialmente, pero no te encontrabas emocionalmente
disponible para mí. Y no te estoy culpando. Nosotros solo no teníamos esa profunda conexión. Tu trabajo era tu primera prioridad.
-¿Por qué me estás diciendo todo esto ahora? -pregunto, peleando con la urgencia de rodar mis ojos. No sé a qué juego está jugando, pero si es el perdón lo que está buscando, le está ladrando al maldito árbol incorrecto. Ella me engañó, durmió con nuestro jardinero, luego tomó la mitad de mi dinero. Las relaciones llevan trabajo, si era infeliz en nuestro matrimonio, pudo haberme hablado acerca de eso.
Después de una larga pausa, Stella continúa-: Mi abogado mencionó de pasada que te encontrabas fuera del trabajo debido a una muerte en la familia. Estaba curiosa, así que llamé a Marta.
No tenía idea de que todavía seguía en contacto con Marta. Por alguna razón eso me molesta. Mi mirada se levanta hacia la de Sophie y sus ojos se ampliaron.
-Sí, perdimos a la hermana de Sophie, Becca -explico. Tomo y sostengo la mano de Sophie y enlazo mis dedos entre los suyos.
-Lo escuché y realmente lo siento -ofreció Stella.
-¿Hay una razón por la que llamaras, Stella? -Mi paciencia se está agotando.
-Sí. Cuando escuché acerca de tú situación supongo que golpeó algo en mí. Quería llamar y disculparme. Me di cuenta que después de todo este tiempo, era algo que oficialmente nunca hice y aunque sé que un simple lo siento no solucionará todo, espero que lo aceptes.
Succiono una profunda inhalación.
-Seguro, la aceptaré -digo. No significa que todo se hallaba barrido debajo de la maldita alfombra, pero no voy a desperdiciar la energía luchando con Stella
más-. ¿Algo más? -pregunto.
-Sí, de hecho. Quería decirles a ambos que he hecho una donación en nombre de Becca. Dos millones de dólares para las investigaciones contra el cáncer.
Guao.
Estoy de hecho sin palabras. Miro a Sophie, cuyos ojos están llenos con lágrimas.
-Gracias, Stella. Eso fue mi amable de tu parte -dice Sophie, su voz temblorosa.
-De nada. Lo siento de nuevo, por todo -dice Stella.
En el más extraño giro de los acontecimientos que podría haber imaginado, Stella ha hecho las paces y surgió como el héroe. Bueno, no del todo, pero la donación fue bastante impresionante.
Una vez que termino la llamada, me vuelvo hacia Sophie.
-Bueno eso fue jodidamente raro -digo.
-Fue lindo.
-Supongo que lo fue. -Beso la cima de su cabeza-. Pero por un dulce gesto no significa que tengo que perdonarla por traicionarme.
-No tienes que perdonarla, pero creo de cierta forma, la entiendo un poco más. Además, egoístamente, estoy horriblemente agradecida que ustedes dos no funcionaran.
-Yo también. Porque te tengo ahora. -Sus ojos me encuentran y me dicen todo lo que necesito saber-. Ahora dime más acerca de lo que habías planeado para esta noche.
-Prefiero enseñarte. -Sus ojos se iluminan con picardía y sé que mi dulzura está de regreso.
Sophie
Practicando mi caminata más tentadora, balanceo mis caderas mientras me dirijo hacia la costa. La luna proporciona luz suficiente para ver y el bajo silbido de Colton me dice que está apreciando la vista.
Una lenta sonrisa se desenrosca
en mi boca.
-¿Vas a venir, señor Drake?.
-Joder sí -dice.
Sus pisadas creciendo más cerca y con un chillido, corro hacia la playa, Colton persiguiéndome por detrás. En una rápida mirada detrás de mí, lo veo quitarse la chaqueta y lanzarla a la arena. Pero no me detengo hasta llegar al agua. Tomando una respiración profunda fortificadora, cargo directamente contra el agua, a pesar de la congelada temperatura. No hay nada como entrar al océano con ropa para que te sientas .
Tan pronto como golpeo las olas, empiezo a entender lo que Becca ha querido para mí todo el tiempo. El crujido de la arena entre mis dedos de los pies, el agua fría corriendo sobre mi piel, y la brillante sonrisa de Colton mientras me observa luchar a mi manera con las olas hace que todo sea claro como el cristal. Me siento libre de preocupaciones. Viva. Con un destello de claridad entiendo todo lo que ha estado tratando de decirme. Se siente tan bueno y liberador que casi lloro. Pero en cambio, me río, un sonido crudo, primitivo rebosante de mis labios. Dios, no me acuerdo de la última vez que me reí. En realidad reí en voz alta. Se siente jodidamente increíble.
La mirada de Colton se ajusta a la mía ante el sonido y una sonrisa lenta se desenrosca en su boca. Él puede sentirlo también. Ya estoy de vuelta. Tengo esto. Voy a estar bien. No voy simplemente a sobrevivir. Voy a prosperar. Voy a garantizar que Becca no se va en silencio. Su mensaje sonará alto y claro si tengo algo que decir al respecto.
Me envuelve una sensación de euforia y tiro
mis brazos a los lados, girando en un círculo y mirando directamente hacia el cielo oscuro mientras el agua fría me envuelve. Entonces nado más profundo, necesitando más de este sentimiento.
Colton va tras de mí hasta que estoy hundida hasta mi pecho. La piel de gallina estalla sobre mi piel mientras el agua fría me envuelve, mi ropa mojada aferrándose a mi cuerpo. El agua llega a su cintura y nos quedamos de pie allí, mirándonos el uno al otro, respirando con dificultad. La luna está cubierta por una neblina de nubes bajas, pintando el cielo de la noche en una tonalidad de luminosa oscuridad.
Colton se mueve con confianza hacia mí. Está tan a gusto con su cuerpo, tan controlado en todo lo que hace, es difícil no sentirse pequeña y femenina en su presencia. Su fuerte estatura llama la atención. Y él tiene la mía, completa e indivisible. Se desabrochó la camisa de vestir y observo las olas lamer contra su vientre tonificado y su pecho, preguntándome si sabrá salado por las salpicaduras del mar, si me decido a inclinarme y lamerlo como mi cerebro está exigiendo hacer. Una corriente de atracción sexual zumba entre nosotros.
Encuentra mi mano bajo el agua y me tira más cerca.
Lo alcanzo y envuelvo mis piernas alrededor de su cintura, disfrutando de la sensación de su piel caliente contra la mía. Con mis piernas enredadas alrededor de sus caderas, mi centro tiene el ángulo justo para sentir los movimientos de su erección.
-Hmm, pensaba que estarías un poco más emocionado que eso -le digo, sintiéndome descarada.
-El agua es un poco fría, dulzura. Dame un minuto.
Me encojo de hombros.
-Veremos,
señor Drake.
-Confía en mí, no terminarás decepcionada -dice, con tono seguro y autoritario.
-Bien. Porque tenía ganas de explorar algo más esta noche.
-¿Más? -Levanta una ceja, mirándome con expectación.
-Más -confirmo.
Su sonrisa perezosa está de regreso y sus ojos encuentran los míos.
-¿Que sucede esta noche? No es que me queje -añade rápidamente.
-Tengo vida -le digo-. Me perdí un poquito antes.
-Es comprensible. -Con una mano todavía descansando debajo de mi trasero, usa la otra para ahuecar mi mejilla y quitar el pelo de mi cara
- Eres mi todo. Lo sabes, ¿verdad?.
Asiento, dejando que un profundo sentimiento de amor caiga sobre mí. Durante estas últimas semanas tuve miedo de sentir, pero ahora estoy dejando que cada emoción se vierta sobre mí y es abrumador, pero de la mejor manera posible.
-No puedo perderte, Sophie -murmura. Puedo ver en sus ojos que ha estado asustado. Aunque nunca lo dijo, mi comportamiento hizo que se preocupe.
-Estoy aquí. Lo prometo.
Como un signo perfecto del cielo, comienza a llover. Torrencialmente. Las gigantes gotas de agua caen en cascada sobre nosotros y retornan al océano con una fuerza tumultuosa, su propia marca de energía salvaje. Parece una gigantesca olla de agua hirviendo.
Me desenredo de él y nado hacia la orilla.
-¡Ven! -le grito cuando me doy cuenta que todavía está de pie donde lo dejé, mirándome con curiosidad.
Cuando llego a la playa mi ropa está arrugada y cuelga pesadamente en mi cuerpo y
mi pelo mojado se mueve violentamente alrededor de mi cara. Agarro la mano de Colton, está helada, y tiro de él, corriendo hacia la casa mientras la lluvia cae sobre nosotros. Una vez dentro, corro por las escaleras, alejándome de Colton que está congelado, mientras tapo mi boca con las manos lanzando una risa que no puedo contener. La suave risa de Colton retumba detrás de mí mientras me persigue. La casa ha estado desprovista de risa durante tanto tiempo, que el sonido es como la música. Hermoso y lleno de vida.
Tan pronto como llego a la habitación me sumerjo en la cama. Necesitando entrar en calor, y me envuelvo en el edredón mullido como un burrito. Intentando no empapar la cama, me quito la ropa y sólo levanto el edredón para arrojarlas fuera, dejando caer los artículos sobre la alfombra con un ruido sordo y húmedo.
La risa de Colton muere en sus labios mientras su mirada caliente se desliza sobre mis curvas, calentándome desde adentro hacia afuera. Después de recorrer su camino por todo mi cuerpo, su mirada se asienta en la mía.
-Eres tan jodidamente hermosa -dice.
De alguna manera sé que no está hablando de cómo me veo externamente, está hablando acerca de lo que está en el interior. La vida que puede ver ardiendo brillantemente dentro de mí. Y me siento hermosa, su mirada azul oscura y el profundo amor y aceptación que siento irradiar desde su mirada consumiéndome.
-Ven aquí. -Extiende su mano y me levanto sobre mis rodillas, cruzando la cama hasta estar arrodillada ante él. Colton traga con dificultad y me observa mientras se desnuda, sacando sobre sus hombros
la camisa mojada y dejando que sus pantalones y boxers caigan al suelo.
Un relámpago ilumina el cielo cuando la anticipación pulsa a través de mí. Todo lo de esta noche se siente diferente. Y me gusta.
Nuestra piel se presiona junta, fría, húmeda y pegajosa por el agua salada, pero se siente increíble tenerla apretada contra la mía.
Después de unos besos dulces, se inclina hacia adelante y toma mis pechos con sus manos, levantándolos a su boca y acariciando alternativamente a cada uno con besos calientes y húmedos y toquecitos con su lengua.
Oh, Dios mío.
Me agacho y lo encuentro duro y listo. Tiro de sus hombros hacia abajo encima de mí, amando el peso de su cuerpo sobre el mío. Sin previo aviso, se ubica contra mí y empuja hacia delante, dejando que me adapte a cada centímetro duro de él mientras me llena lenta pero completamente.
Follamos lentamente, y nuestras miradas se encuentran a medida que nos movemos juntos. Estamos en silencio, es intenso y me encanta todo de este momento.
Los ojos de Colton observan los míos mientras continúa sus embestidas perezosas dentro y fuera de mí.
-Quiero que folles mi trasero -respiro, plantándole un beso en la boca.
Sus labios no se mueven, todo su cuerpo se encuentra tan tenso, como si estuviera haciendo una pausa para asegurarse de que me escuchó correctamente. Entonces me besa de nuevo, su lengua deslizándose contra la mía, y se retira.
-¿Estás segura, Sophie? No tenemos que...
-Sí, estoy segura. -Mi voz
es firme y segura.
Inclinándose sobre la cama, Colton abre el cajón de la mesita de noche y extrae una pequeña botella de aceite.
-¿Recuerdas cuando traje esto a casa? - pregunta.
Asiento.
Es el aceite con que me masajeó en mi segunda noche aquí.
-Por supuesto.
-Pensaste que era lubricante. -Sonríe-. Acuéstate sobre tu vientre para mí -dice.
Vertiendo un poco del aceite perfumado sobre mi espalda, empieza a darme un lento masaje sensual. Realiza su camino desde mi cuello hacia abajo, a mis hombros, y pronto sus manos están en las mejillas de mi trasero y las está amasando en sus palmas. Mi cuerpo vibra por la anticipación de que está a punto de convertirse en un masaje erótico.
Al menos espero que lo sea.
Cada vez que sus dedos se acercan más a mi centro, levanto mis caderas, dándole una invitación abierta a tocarme. Pero no lo hace. Se toma su tiempo, frotando mi espalda, mi trasero, hasta que por fin lo siento separando las mejillas de mi culo y deslizando sus dedos entre mis piernas, extendiendo un poco de aceite por encima de mi apertura. Una oleada de cosquilleos se desliza por mi núcleo y mi cuerpo, siempre respondiendo a sus toques lentos y tortuosos, llenos de vida. Su dedo acaricia mi apertura prohibida y no tengo ni idea de cómo o por qué, pero sus toques allí se sienten increíbles. Eróticos. Pecaminosos. Y tan sexy.
-Tienes un culo perfecto. -Su voz es baja, áspera y gruesa por la excitación. Me hace quererlo más.
Un gruñido bajo emana de su garganta y sin mayores preámbulos, desliza un dedo, y luego
dos dentro de mí, estirándome, preparándome. Las sensaciones me abruman y gimo en voz alta.
Después de unos cuantos empujes, Colton se retira de mí por completo y estoy a punto de protestar por la pérdida cuando siento la punta de la cabeza de su polla en mi abertura trasera.
Oh Dios. Todo mi cuerpo se tensa.
Se inclina sobre mí y planta un beso húmedo entre mis omóplatos en un intento relajarme. Entonces siento su aliento caliente contra mi pelo.
-No voy a lastimarte, te lo prometo. Sólo respira por mí. Y relájate. Te prometo que voy a hacer que esto se sienta bien.
Escucho los sonidos mientras recubre su polla con lubricante y luego de vuelta se ubica contra mí, separando mi trasero y empujando hacia adelante.
Cierro mis ojos, me concentro en respirar y relajar mi cuerpo, tal como me dijo que hiciera.
-Eso es todo, hermosa chica. Déjame entrar. -Su voz es increíblemente tensa y mis entrañas se funden ante el sonido de sus órdenes.
Aprieta hacia adelante y se hunde en mi interior, y mi cuerpo grita por la intensidad del placer y el dolor de ser estirada. Hace una pausa mientras tomo unas cuantas respiraciones profundas y luego comienza a moverse dentro y fuera en una serie de empujes superficiales.
La sensación no es como esperaba. Me siento increíblemente llena y tomada de una manera que nunca experimenté antes. En ese momento, soy suya. Cada parte de mí pertenece a este hombre. Él es dueño
de mi trasero. Literal y figuradamente.
Usando mi cuerpo para su placer, Colton bombea en mí, tomándome y haciéndome llorar de éxtasis.
Lleva una mano alrededor, encuentra mi clítoris y frota hasta que tiemblo y me sacudo debajo. Las sensaciones son demasiado intensas, y combustiono, mientras blancas chispas calientes destellan detrás de mis párpados cuando me corro.
Colton se corre detrás de mí, empujando dos veces más antes de retirarse, vertiendo su líquido caliente y pegajoso contra mi piel.
Me tira contra él y puedo sentir su corazón latiendo tan fuerte como el mío. Estamos sin aliento y nos movemos con languidez, como si estuviéramos en medio de un sueño.
Después de una ducha caliente, nos derrumbamos en la cama juntos, nuestro vínculo más profundo que nunca. Mi confianza en él, en nosotros, ha crecido de manera exponencial después de todo lo que hemos soportado, todo lo que hemos compartido. Y me estremezco al pensar cómo sería mi vida ahora mismo si no hubiera conocido a Colton. Él es mi línea vital. Mi salvador. La razón por la que abro los ojos y salgo de la cama por la mañana.
Es mi todo.
Aunque sienta vergüenza y culpa por pasar los últimos meses de vida de Becca enamorándome y haciendo el amor con este hombre, sé que esto era exactamente como se encontraba destinado a suceder. Nunca será reemplazado mi amor por Becca, ella siempre tendrá el centro de mi corazón, pero sé que sin mi amor por Colton, no sobreviviría a esto. Su pérdida es destructora. Y él reúne mis pedazos de nuevo.
Por eso, estoy muy agradecida.
-Gracias por confiar en mí -susurra en mi cuello, curvando su cuerpo grande y caliente alrededor del mío, abrazándome fuerte.
Sus palabra están equivocadas, debería ser la que le agradezca, pero entiendo exactamente lo que quiere decir. Tomó una increíble cantidad de confianza ir a casa con él esa noche, poner mi boca en él esa primera vez, darle mi corazón, y ahora, confiar en que me rearmará de nuevo cuando lo necesite.
-Te amo -le digo.
-Te amo más, dulzura -susurra.
Dios. Jodidamente joder. Verdaderamente no se k decir. Editar este ultimo cap fue un reto. Ya que no veía por las lagrimas. Sip llore como el infierno. Pero solo es el final para darle inicio a otras historias. Cap dedicado a todos ustedes por tomarse el tiempo de leer esta historia... Pero en especial a todas la que mencione anteriormente. Grax por tomar un minuto mas y comentar & votar en cada historia. Flaca lo tuyo va aparte por apoyarme desde el inicio bb. Sigue adelante que tu puedes lograr todo lo que te propongas.
=================
Epílogo~®™♥
Sophie
Seis meses después....
-Mantén tus ojos fuera de sus tetas, amigo -le gruñe Colton a Pace por tercera vez en el día.
Me rio y miro a Pace. Me sonríe no tan inocentemente antes de colocarse un par de gafas de sol sobre los ojos.
-Lo siento, Soph. Estoy teniendo un período de sequía, y siempre que hay tetas cercas, mis ojos van automáticamente hacia ellas, pero sé que no es una excusa -dice.
Colton parece a punto de darle un puñetazo. Coloco mi mano sobre Colton en un intento de calmarlo.
-Está bien, Pace.
Miro el bikini cubriendo mis senos, asegurándome de que todo está cubierto.
Lo está. Gracias a Dios.
-Aquí, cúbrete, dulzura. -Colton me entrega una toalla de playa.
-No usaré una toalla. Estoy tratando de conseguir un bronceado -le digo. Colton se muerde el labio, enojado, pero lo deja ir.
Estamos pasando un día perfecto en el yate de Collins, y tengo que admitir que me siento un poco como una diosa. Los tres hombres han sido muy atentos, ayudándome a sentir cómoda, sirviéndome champán, frotando protector solar en mis hombros, y proveyéndome de diversión sin fin mientras pelean.
Hay veces que me siento mal por sonreír y reír cuando ella no puede hacerlo más. Pero entonces Colton entrelaza sus dedos con los míos y sé que está leyendo mis pensamientos. Becca querría que yo fuera feliz, así que alejo los oscuros pensamientos y me centro en las cosas buenas de mi vida.
El sol está brillando, haciendo que los diamantes y zafiros de mi anillo de compromiso destellen
y brillen bajo la luz. Extiendo mi mano, admirando el sol y respondiendo a la sonrisa de Colton que es lo suficientemente brillante como para iluminar una habitación.
El día que lo deslizó en mi dedo fue uno los más felices de mi vida. Lo encontré casualmente en su cajón para calcetines unas semanas antes de que él se propusiera. Lo guardé en su lugar, por supuesto, pero a medida que pasaban los días sin que se propusiera, empecé a sentir pánico, preguntándome si había cambiado de opinión.
No lo había hecho.
Unos días más tarde, volamos a Roma, de regreso al hotel donde me alojé con Becca. Y en la misma suite del hotel que compartí con mi hermana, se propuso. Nos encontrábamos rodeados de decenas de velas blancas parpadeantes y grandes ramos de peonías blancas. Después de decirle que sí, sacó un caramelo Starburst rosado de su bolsillo y lo mordió en el medio, alimentándonos a cada uno con un pedazo. Era increíblemente dulce, romántico y sentido. Becca se encontraba allí, en silencio, animándonos. Casi la podía imaginar agarrando mi mano izquierda, y haciendo algunos comentarios obscenos sobre lo grande que era la piedra.
El último año fue el más difícil de mi vida, pero superé las cuatro etapas del duelo. Negación. Dolor. Ira. Y ahora alcancé la aceptación, aunque en mis horas más oscuras, nunca pensé que llegaría este día. Tal vez no quería que llegara. No quería llegar al lugar donde aceptaba su pérdida.
Era un proceso de curación difícil, pero me mantuve unida por el amor de Colton y mi
propia determinación de vivir la vida al máximo. Dios tenía un plan desde el principio. Sabía que llamaría a Becca, y me llevó a Colton en el más improbable de los lugares.
Sé que el dolor nunca se irá, pero he empezado a sanar. Vivir en realidad una vez más, en lugar de sólo moverme mecánicamente. Y el cambio en mí es sobre todo debido a este hermoso hombre que yace a mi lado. Colton es exactamente lo que necesito. Es suave como la seda cuando la situación lo requiere, abriéndome puertas, sirviéndome el vino, ayudándome a sujetar el collar de perlas en mi garganta. Y fuerte cuando necesito eso también. Su boca hambrienta devorando cada centímetro de mí, su mano firme lanzándome hacia abajo sobre la cama, tirando de mis bragas por mis piernas y presionando mis entrañas con sus poderosos golpes mientras susurra palabras sucias que me hacen sonrojar. Me encanta cada lado de este hombre. Anhelo todos. Doy las gracias a mi buena suerte porque este hombre es suficiente para satisfacer todas las diferentes partes de mí cuando me sentía como si estuviera en pedazos, rompiéndome.
-Deberíamos haber invitado a Kylie -comenta Pace a nadie en particular. Las pocas veces que la había visto, siempre la miraba con interés. Fue una buena amiga mientras atravesaba mi dolor, trayendo sopa casera a casa y dejando que faltara al trabajo cuando necesitara.
-Ella tiene un bebé, no puede simplemente salir a pasear en barco en cualquier momento -le recuerda Colton.
-No pensé en eso -dice Pace, luciendo pensativo-. Yo podría haber cuidado
al pequeño... -comenta en voz baja.
Collins, Colton y yo compartimos una mirada significativa, como preguntándonos qué se ha metido en él.
Las palabras de Becca de la fiesta en la piscina y su carta sobre los lindos bebés que haríamos Colton y yo regresan a mí, y me pregunto si puedo conseguir que se cuele bajo la cubierta conmigo.
¿A quién estoy engañando?
Este es Colton. Por supuesto que lo hará.
-Oye chico caliente -le digo a mi guapo novio-. ¿Quieres ir a refrescarte bajo la cubierta?.
Su sonrisa maliciosa me dice que sabe exactamente lo que está en mi mente.
-Te amo tan jodidamente mucho -dice-. Vamos.
Me levanto y tiro de él hacia arriba. Su altura se eleva por encima de mí, haciéndome sentir pequeña. Luego enlaza sus dedos con los míos y sé que voy a estar bien.
Vamos a estar bien.
Nuestra relación fue poco convencional. Inesperada. Mientras acaricia el anillo en la mano izquierda, pienso en cómo hemos llegado aquí.
-¿Puedes creer que estamos aquí? ¿Qué pronto serás mi esposa? - pregunta, reflejando mis pensamientos. La palabra esposa en sus labios refiriéndose a mí envía pequeños hormigueos deslizándose por mi cuerpo.
-¿Quién hubiera pensado que te costaría un millón de dólares conseguir una esposa? -pregunto, mirándolo con dulzura, pero con un tono atrevido.
-Eso no es divertido, Soph -demanda.
-¿Qué? Pensé que era mi increíble sentido del humor lo que te llamó la atención.
-No, fue tu coraje -dice, la conversación pasando de ser juguetona a seria.
Me mira con adoración y puedo sentir cada pedacito de su ardiente amor tan intensamente. Me pregunto si siempre será así entre nosotros. Eligiendo vivir el momento, tiro de su mano.
-Venga conmigo, señor. Tengo que tomarle una prueba antes de decidir cuan buen marido será.
Su boca se curva en una sonrisa perezosa.
-Seré el mejor jodido mejor esposo en el mundo. Ahora lleva tu culo sexy a esas escaleras antes de que lo azote y te folle aquí delante de mis hermanos.
Me giro y me dirijo obedientemente debajo de la cubierta, canturreando todo tipo de aprobación. Me encantan todas las partes de este hombre, pero mi favorita es cuando deja que su macho alfa interno salga a jugar.
Hoy será un día muy bueno.
Fin
Hola Dylan2415.
ResponderEliminarTe estuve buscando hace tiempo, no me acordaba del nombre de tu novela tampoco, pero sí la introducción. Hasta que di con ella, por fin, la tenía guardada en mi lista de lectura en la otra página web, pero desapareció un día.
La estoy volviendo a leer, para volver al hilo de la historia, pero sigue sin presentarse el Capítulo 3, ojalá lo puedas agregar.
Un gran abrazo, cuídese por la bendita pandemia.
Siempre Mónica.