![[ JiKook ] Caleidoscopio](https://a.wattpad.com/cover/67687043-176-k482204.jpg)
Capítulo 1
Jimin acunó a Jungkook en sus brazos mientras su respiración volvía a la normalidad. La cabeza de Jungkook se apoyaba en su hombro. El sudor chorreaba de su frente sobre la piel caliente de Jimin. Jimin todavía podía sentir la polla de Jungkook pulsando dentro de él. Se sentía tan maravilloso.
Dos amantes ruborizados de unirse en el más íntimo de los actos entre dos personas. Jimin podía sentir el amor que sentía por Jungkook jugando en cada latido de su corazón donde se presionaban,
pecho a pecho. Era un momento perfecto en el tiempo.
Entonces Jungkook comenzó a hablar y el mundo entero de Jimin se vino abajo alrededor de sus oídos. ―Jimin, no podemos hacer esto de nuevo, no puedo verte nunca más.
―¿Qué? ―Jimin susurró en estado de shock. ¿Qué quiso decir con que no podían volver a verse? Ellos acababan de tener sexo tan genial que voló su mente, el más intenso de su vida. ¿Cómo podría Jungkook querer acabar con esto?
Jungkook se movió hasta que estuvo apoyado en los codos mirando hacia abajo a Jimin. Su cara estaba llena de pesar, pero había convicción en sus palabras. ―No podemos vernos más, no así.
―No entiendo. ¿Hice... hice algo mal?
Jungkook negó con la cabeza. ―Taehyung tiene sentimientos por ti. Él te quiere. Si se entera de que hemos estado viéndonos, lo aplastará. No puedo hacerle eso. No puedo hacerle daño a mi amigo así.
―¿Y yo? ¿Y el daño que esto me hace a mí? ―Jimin gritó. Esto no podía estar pasando. Jungkook era todo lo que siempre había querido en su
vida. Pensó que las cosas eran perfectas entre ellos. Ellos acababan de hacer el amor... ¿no es cierto?
―¿Cómo puedes hacer esto ahora? ¡Maldita sea, Jungkook, todavía tienes tu polla enterrada en mi culo! ¿Qué fue esto? ¿La última jodida antes de que me dejes?
―Jimin...
Jimin empujó contra los hombros de Jungkook hasta que se retiró y salió de él. Rápidamente pasó las piernas sobre el lado de la cama. Se frotó los ojos con las palmas de las manos, tratando de detener el flujo de lágrimas que de pronto surgió en ellos.
―Jimin, lo siento ―susurró Jungkook mientras se deslizaba hasta el borde de la cama para sentarse al lado de Jimin.
―Por favor, Jungkook , no hagas esto. ― Jimin sabía que estaba rogando. No pudo evitarlo. Amaba a Jungkook con todo su ser. Jungkook era su alma gemela. Jimin lo supo desde el momento en que lo conoció.
―No quiero hacer esto, bebé, pero...
―¡Entonces no lo hagas! ―Jimin se dio cuenta de que estaba casi gritando a Jungkook. Respiró hondo varias veces para tratar de recuperar el control de sus emociones, pero su corazón se hundió aún más al ver cómo Jungkook se puso de pie y comenzó a ponerse su ropa. Por último, miró hacia otro lado, no podía ver a su amante desde hacía tres meses caminar lejos de él.
―Jimin, no lo entiendes. Taehyung te ama.
La cabeza de Jimin giró para mirar rápidamente a Jungkook. ―¿Qué?
La cabeza de Jungkook cayó a su pecho, su luminoso cabello castaño se onduló alrededor de su rostro cuando movió lentamente la cabeza. ―Me
lo dijo incluso antes de que yo supiera que ustedes dos eran amigos. Él está enamorado de ti.
Jungkook levantó la cabeza, Jimin pudo ver escrito en los ojos de Jungkook una súplica para que comprendiera. Él no tenía nada que dar. ―Ahora, ¿ves por qué yo no puedo hacer esto?
―No, yo no amo a Taehyung. Al que amo es a ti.
―Jimin ―Jungkook comenzó.
―¡No! ― Jimin gritó―. No, yo nunca amaré a Taehyung, no así. Te amo.
―Tu podrías amarlo si lo intentaras.
Jimin miró a Jungkook en estado de shock, con la mandíbula cayendo abierta. ―¿Quieres que me enamore de Taehyung? ¿Qué hay de nosotros?
Jungkook se movió lamentablemente. ―Nunca puede haber un nosotros, ahora no. No puedo hacerle eso a Taehyung. Tienes que entender. Él no es solo mi amigo, Jimin, es la única familia que me queda.
―Yo podría ser tu familia. ―Jimin soñaba con eso, de hecho. Jungkook era todo lo que Jimin siempre había querido. Extendió la mano y agarró las manos de Jungkook, desesperado por que el hombre cambiara de opinión―. Podríamos construir una familia juntos.
―Jimin...
―No hagas esto, Jungkook. Por favor, no hagas esto. ―Jimin podía sentir las lágrimas comenzar a rodar por su rostro mientras le rogaba a Jungkook no poner fin a lo que tenían juntos. Y no podía importarle menos que él estuviera rogando. Lo que tenían juntos era demasiado importante como para renunciar sin luchar―. Tenemos algo especial juntos. No lo tires a la basura.
Jungkook empujó las manos de Jimin lejos y comenzó a retroceder
por la habitación hacia la puerta del dormitorio. ―Lo siento, Jimin.
Jimin extendió una mano hacia Jungkook en la desesperación.
―Por favor, Jungkook, Te amo. No hagas esto. Por favor no me dejes ―le rogó. Sabía que sonaba patético. No podía evitarlo. Lo mejor que le había sucedido a él estaba caminando por la puerta. Haría cualquier cosa, no importaba lo humillante que fuera, para mantener a Jungkook aquí. El orgullo no le importaba frente a perder al único hombre que alguna vez amó.
―Tengo que hacerlo, Jimin.
―Te amo, Jungkook. ¿Eso no significa nada para ti? ―La histeria que Jimin sentía mientras su corazón se rompía en mil pedazos comenzó a deslizarse a través de su voz.
Jungkook estaba en la puerta, mirando a Jimin por varios largos momentos. Estuvo tan tranquilo durante tanto tiempo que Jimin comenzó a tener esperanza de que finalmente había llegado hasta el hombre. Quizás Jungkook iba a cambiar de idea y no dejarlo ahora.
Jimin lentamente se puso de pie y se acercó a Jungkook. Se estiró hacia él, con las manos sosteniendo la cara de Jungkook mientras empezaba a darle pequeños besos rápidos. ―Por favor, quédate, Jungkook.
Beso.
―Te amo.
Beso.
―Yo puedo hacerte feliz, Jungkook.
Beso.
―Voy a hacer lo que quieras.
Jungkook pronto cogió las manos de Jimin y lo apartó con tanta fuerza que Jimin cayó al suelo. Su bello rostro era una máscara endurecida de determinación mientras miraba hacia abajo al cuerpo
desnudo de Jimin.
―Entonces ama a Taehyung.
Jimin llegó a Jungkook mientras se alejaba. ―No, Jungkook... te amo ... No... no te vayas... ¡Jungkook! ―se lamentó mientras Jungkook abría la puerta y salía, cerrando la puerta silenciosamente detrás de él. Jimin se quedó mirando la puerta cerrada brevemente antes de caer al suelo, acurrucándose en una bola, con los brazos bien envueltos alrededor de su estómago desnudo.
Esto no podía estar pasando. Jungkook no le acababa de regalar a su amigo, Taehyung. Simplemente no era posible. Esto tenía que ser una especie de horrible pesadilla y en un momento la alarma de su reloj sonaría y se despertaría y todo esto habría terminado.
Jimin estaba allí, esperando que el reloj sonara... en cualquier momento... ahora... ¡Maldita sea! ¿Por qué no sonaba la alarma? Tenía que despertar de este sueño horrible donde Jungkook no lo quería...
¡Jungkook no lo quería!
―Oh, Dios... Jungkook ―Jimin comenzó a sollozar mientras la realidad se imponía―. Por favor no me dejes... Jungkook... ―susurró mientras las lágrimas continuaban fluyendo por su rostro. Esto estaba sucediendo. Jungkook realmente lo había dejado para que Taehyung pudiera tenerlo. Se trataba de una pesadilla y nunca iba a terminar.
Jimin mantuvo sus brazos apretados alrededor de su estómago mientras los sollozos se acumulaban en su tembloroso cuerpo. El dolor en el pecho era tan intenso que pensó que iba a morir. Le dolía respirar. Le dolía pensar. Dolía sentir. Sólo dolía.
Jimin debió haberse dormido, porque lo siguiente que
supo era que la luz de la mañana brillaba a través de las ventanas del dormitorio. Él todavía estaba en el suelo, desnudo. Otro sollozo empezó a llegar desde su garganta al darse cuenta de que seguía solo.
¡Y Jungkook aún se había ido!
Jimin se puso de pie y se dirigió al cuarto de baño. Abrió la ducha y entró. Inclinó la cabeza y dejó el flujo de agua caliente correr sobre su cuerpo frío. Estaba tan frío, tan frío. No sabía si volvería a estar caliente otra vez.
Se lavó el pelo y restregó su cuerpo hasta que su piel estuvo enrojecida. Cuando el agua empezó a enfriarse por fin salió. Poco a poco, se secó y volvió al dormitorio a vestirse.
Jimin estaba en un lado de la cama, pero el sitio de las manchas secas en las sábanas de su interludio anterior le provocó una mueca. Rápidamente sacó las sábanas de la cama y fue a ponerlas en la lavadora.
Justo antes de dejar caer la última sábana en la lavadora la levantó a su cara e inhaló. Sintió un dolor disparar una descarga a través de su cuerpo mientras el aroma de Jungkook lo llenaba. Sostuvo la sucia sábana contra su cara durante unos instantes, bebiendo la fragancia masculina de Jungkook.
Quería mantener la sábana, guardarla en un lugar seguro para poder sacarla y oler a Jungkook cuando el dolor llegara a ser demasiado. Quería una sola cosa que le recordara cuándo nada más podía hacerlo.
¿A quién estaba engañando? No olvidaría ni una maldita cosa sobre Jungkook. Estaba arraigado en el alma de Jimin. Enojado, empujó la sábana en la lavadora, que rápidamente encendió
antes de que pudiera cambiar de opinión. Se quedó allí y lloró mientras la lavadora se llenaba de agua, quitando el aroma dulce de Jungkook.
Caminando de regreso al dormitorio se sentó en el borde de la cama y cogió el teléfono. Tomó varias respiraciones profundas antes de marcar el número de teléfono que se sabía de memoria. El teléfono fue contestado en el cuarto timbre.
―Oye, mamá, soy Jimin... ¿puedo volver a casa?
Jimin puso la última caja en el camión de alquiler y cerró la puerta grande de metal. Todo lo que tenía estaba asentado en este pequeño tráiler. Se dirigió al piso de arriba y miró alrededor para ver si había olvidado algo, yendo de una habitación a otra mirando. No quedaba nada.
Cerró la puerta y le echó llave antes de caminar hacia la caja de seguridad del administrador y colocar la llave allí. Eso fue todo. Todo lo que había en su apartamento estaba empacado en el camión de alquiler. Limpió el lugar lo mejor que pudo y devolvió la llave. No había nada que le evitara salir y regresar a casa.
Nada, excepto la desesperada necesidad de ver a Jungkook por última vez. No importaba lo que había dicho Jungkook, Jimin no podía irse sin darle una última oportunidad para cambiar de opinión. Tenía que aferrarse a la esperanza de que lo que habían tenido juntos significaba algo para Jungkook.
Jimin cerró el camión de alquiler y se dirigió por la calle hacia el piso de Jungkook. Quedaba a pocas calles de distancia. Dentro de diez minutos estaría caminando por la esquina de la panadería en la calle del edificio de
Jungkook.
Sus pasos se ralentizaron mientras se acercaba. Podía ver a Jungkook saliendo de su coche delante de la vivienda. Taehyung estaba saliendo del asiento del pasajero. Jimin los vio hablando mientras caminaban hacia las puertas del edificio. Jungkook se rio de algo que dijo Taehyung, con el brazo sobre los hombros del chico.
Jimin los observaba desde su puesto en la calle, se deslizó cerca del edificio. Vio a Jungkook y Taehyung detenerse fuera de las puertas, palabras pasaban entre ellos. No podía escuchar sus palabras, pero podía ver la risa en la cara de Jungkook. Parecía feliz.
Eso era entonces. Jimin no sabía si reír o llorar. Jungkook era feliz. Taehyung hacía feliz a Jungkook. Jimin no podía quitarle eso a Jungkook. Él haría cualquier cosa para hacer feliz a Jungkook, incluso dejarlo ir.
Pero no podía estar con Taehyung para que ambos fueran felices. Taehyung no le atraía en absoluto. No como Jungkook lo hacía. Pero Jungkook no lo quería. Quería que Jimin estuviera con Taehyung. No quería el amor que Jimin le había ofrecido.
Jimin se dio cuenta, dolorosamente, que Jungkook nunca realmente devolvió sus sentimientos de amor. Ni una sola vez Jungkook le dio alguna razón para creer que Jimin era algo más que una jodida fácil. Acabó viendo más en él de lo que realmente estaba allí y sólo cayó de cabeza sin preguntarle a Jungkook cómo se sentía al respecto. Fue una lección difícil de aprender.
Pero ahora Jimin lo sabía. Amaba a Jungkook lo suficiente para dejarlo ir... y Jungkook no lo quería en absoluto. Si lo hubiera hecho, Jungkook nunca le hubiera pedido a Jimin estar con Taehyung. Tú no hacías eso si amabas a alguien.
Jimin miró a Jungkook hasta que él y Taehyung entraron en el edificio, a sabiendas de que nunca volvería a verlo. Se iba a casa a la finca de la familia y no iba a volver. Le dolía mucho estar aquí y no ser capaz de tener a Jungkook.
Su madre estaría decepcionada de que no terminara la universidad. Pero tal vez él lo haría... algún día. Pero no ahora. Al menos, no hasta que Taehyung se hubiera graduado y seguido adelante. Jimin no podía asistir a la misma universidad con Taehyung, a sabiendas de que podía cruzarse con él en cualquier momento. Era muy doloroso.
Cuando la puerta se cerró detrás de Jungkook y Taehyung, Jimin se volvió lentamente y comenzó a caminar de regreso hacia el camión de alquiler. Los diez minutos anteriores parecían los más largos de su vida. Abrió la puerta, se subió y se sentó allí por un tiempo, su mente en una especie de niebla blanca.
Finalmente, con mano temblorosa encendió el camión y se dirigió hacia el tráfico. Todavía era lo suficientemente temprano en el día para evitar la mayor parte del tráfico de la hora punta. No debía tomarle más de cinco o seis horas el llegar a casa.
Sabía que con el tiempo iba a tener que averiguar qué hacer con el resto de su vida, pero por ahora sólo quería volver a casa a los brazos consoladores de su madre y olvidar que los últimos tres meses habían sucedido alguna vez.
Jimin se echó a reír con amargura. ―Como si alguna vez pudiera olvidar...
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Capítulo 2
Jungkook miró a Taehyung por el rabillo del ojo mientras rallaba el queso para la cena. ―¿Cómo va la universidad?
―Bastante bien. Tengo un examen parcial llegando en un par de semanas, así que tengo un montón de proyectos que presentar la semana que viene. Luego está todo el estudio que tengo que hacer para prepararme para los exámenes. Realmente odio los exámenes parciales, pero los finales son peores. ―Taehyung se echó a reír y apoyó un plato de aceitunas sobre el mostrador.
―¿Cómo está Jimin? ¿Algo pasó allí? ―Casi lo destrozó preguntar a Taehyung sobre Jimin. No lo había visto en casi un mes, tiempo suficiente para que Taehyung y Jimin empezaran a salir. Y él había extrañado a Jimin cada segundo de ese mes.
―No lo he visto ―replicó Taehyung con indiferencia.
Jungkook dejó de rallar queso para mirar a Taehyung con sorpresa. ―¿No lo has visto? ¿Por qué no? Pensé que querías estar con él.
Taehyung se encogió de hombros. ―Creo que abandonó la universidad o algo así. No lo he visto en un par de semanas. Además, él realmente no era mi tipo, si sabes lo que quiero decir, demasiado del tipo de mantener ambos pies en el suelo. Ahora bien, este chico Hoseok que he estado viendo... ¡es muy caliente!
Jungkook miró a Taehyung en estado de shock mientras hablaba una y otra vez acerca de este nuevo tipo que estaba viendo. ¿Jimin había abandonado la universidad? ¿Taehyung ya no estaba interesado en él? ¿Él había dejado a Jimin para esto?
―Espera, Taehyung, ¿qué quieres decir con que Jimin
dejó la universidad?
Taehyung lo miró con sorpresa. ―No estoy seguro exactamente lo que sucedió. Simplemente dejó de aparecer por clase. Cuando me enteré de que había dejado su trabajo fui a su apartamento. Su administrador dijo que se había mudado. Supongo que se fue a su casa o algo así.
―¿Solo así? ¿Por qué? ¿Por qué haría eso? ―Jungkook no sabía por qué le preguntó eso. Sabía exactamente por qué Jimin dejó la universidad, renunció a su trabajo, y se mudó de su apartamento... gracias a él y lo que le había pedido a Jimin hacer.
Jungkook podía sentir su corazón marchitarse en su pecho mientras hacia esa pregunta que sabía que iba a maldecir de por vida. ―Pensé que querías a Jimin. ¿No me dijiste que estabas enamorado de él?
Taehyung se encogió de hombros, tratando de alcanzar las tapas de las tortillas. ―Sí, eso pensé yo. Quiero decir, él es lindo y todo, pero cuanto más lo pensaba, más me di cuenta de que Jimin no es mi tipo. Quiero divertirme. Jimin era divertido para estar alrededor, pero él estaba listo para establecerse en una relación de compromiso y pasar el resto de su vida con su alma gemela. Al menos eso es lo que me dijo.
―¿Y eso es algo malo? ―A Jungkook eso le parecía ideal.
―Por supuesto que no, sólo que no es para mí. Soy demasiado joven para establecerme. Quiero experimentar la vida un poco más antes de hacer algo como eso.
Taehyung se detuvo poniendo una cucharada de la mezcla de la cena en la boca y tras comerse esta, miró a Jungkook. ―Sabes, Kookie, Jimin sería perfecto
para ti. Eres su tipo. Sé que realmente tiene la cabeza bien puesta. ―Taehyung se echó a reír―. Demonios, a ustedes incluso les gusta la misma música ―dijo al tiempo que volvió a probar otra cucharada.
Jungkook miró a Taehyung, con la boca abierta. ¿Taehyung pensaba que Jimin sería perfecto para él? Quería estirarse y estrangular a Taehyung. ¿No entendía que Jimin había sido perfecto para él y lo había dejado para que Taehyung pudiera tenerlo?
Jungkook con sumo cuidado apoyó el queso sobre el mostrador y salió de la habitación. Su mente se tambaleaba. Él la había jodido a lo grande. Jimin nunca iba a perdonarlo por lo que había hecho. Entró en el salón y se sentó en el sofá, con la cabeza apoyada en sus manos. ¿Cómo podía haber sido tan estúpido?
Mientras Jungkook recordaba la mirada atormentada en la cara de Jimin al irse, sintió las lágrimas comenzar en sus ojos. Jimin le había pedido que no se fuera. Él se había declarado, diciendo que lo amaba. Y Jungkook tiró todo eso... ¿y para qué?
Taehyung no se había preocupado realmente de Jimin. Él no se preocupaba incluso de que Jimin hubiera abandonado la universidad y se había mudado de su apartamento. Todo en lo que podía pensar era en el chico nuevo que estaba viendo.
―Oye, Jungkook, ¿estás bien? ―Taehyung le preguntó desde la puerta de entrada a la sala de estar.
―Creí que lo amabas, Taehyung ―susurró Jungkook―. Realmente pensé que lo amabas.
―¿De quién hablas? ―Taehyung preguntó con curiosidad mientras caminaba más en la habitación.
―Jimin,
¡maldita sea! Dios, ¿no puedes incluso recordar de quién te enamoras? ―Jungkook preguntó mientras miraba a Taehyung. Sabía que algo de la ira que sentía estaba mostrándose en su rostro cuando Taehyung dio un par de pasos hacia atrás.
―Jungkook, ¿qué está pasando? ¿Desde cuándo te importa a quién estoy viendo?
Jungkook se puso de pie y comenzó a caminar por la habitación, con las manos corriendo a toda prisa a través de sus rizos castaños arena.
―Joder, Taehyung, ¿no lo entiendes? Jimin y yo estábamos viéndonos. Habíamos estado viéndonos durante varias semanas. Éramos el uno para el otro. Y luego dijiste que lo amabas y...
―¿Qué hiciste, Jungkook? ―Taehyung preguntó en voz baja.
Al principio, Jungkook no dijo nada. No podía. Sentía como si su garganta se hubiera cerrado. Incluso le dolía al tragar. Se acercó para mirar por una de las ventanas de piso a techo que daba al centro de la ciudad. Descansó una mano sobre el cristal, la otra apretaba a su lado.
―Jungkook... ―Taehyung comenzó de nuevo.
―Creí que lo amabas, Taehyung ―dijo Jungkook en voz baja―. ¿Cómo podría ser feliz con Jimin sabiendo que él te importaba? ―Taehyung respiró hondo cuando Jungkook se dio la vuelta para mirarlo. Jungkook sabía que su amigo vio las lágrimas silenciosas caer por sus mejillas―. Le dije que no podíamos estar juntos nunca más, que tenía que estar contigo porque lo amabas. Que él necesitaba darte una oportunidad. No podía interferir con eso. Taehyung, tienes que entender, eres mi amigo, la única familia
que tengo. Tú eres lo más importante en mi vida. No podría estar con Jimin si eso te hacía infeliz.
La boca de Taehyung se abrió mientras miraba a su amigo con incredulidad. ―¿Tú le dijiste que no podían estar juntos porque pensabas que yo estaba enamorado de él? ¿Lo dejaste para que pudiera estar conmigo?
En la leve inclinación de cabeza de Jungkook, Taehyung soltó una baja maldición. ―Oh hombre, realmente jodiste esta, Jungkook. No tienes idea de lo que has hecho.
Jungkook miró a Taehyung, de repente muy preocupado por la mirada ansiosa en el rostro de Taehyung mientras se sentaba en el borde del sofá, moviendo su cabeza hacia atrás y adelante mientras murmuraba entre dientes. ―Oh, mierda... oh, mierda... esto es malo... esto es muy malo... ¡oh mierda!
―Taehyung, detente. No estás ayudando aquí. Ya sé que la jodí. ―Jungkook se pasó la mano por el pelo al ritmo que comenzaba a pasearse de nuevo―. Ahora sólo tengo que encontrar la manera de arreglarlo.
La cara de Taehyung tenía una mirada derrotada en ella mientras miraba a Jungkook. ―Jungkook, no creo que puedas solucionar este problema.
Jungkook dejó de pasear para mirar a Taehyung. ―¿Qué quieres decir? ¿Qué sabes tú que yo no sé?
Taehyung miró sus manos, torciéndolas juntas con ansiedad.
―¡Taehyung! ―Jungkook le gritó mientras se paraba frente a él―. Dime.
―¿Supongo que dormías con Jimin? ―Taehyung murmuró en voz baja.
Jungkook dio un respingo. ―Sí, estábamos durmiendo juntos. ¿Y qué?
Taehyung respiró hondo, pasándose
los dedos por el pelo. ―Entonces, él debe haberte dicho que te amaba.
Jungkook tragó audiblemente. ―Sí, me dijo que me amaba.
―¿Dijo algo más?
―Sí ―se atragantó Jungkook―. Él dijo que teníamos algo especial juntos. Que él podría ser mi familia y haría cualquier cosa por mí. ― Jungkook tragó saliva―. Y entonces él me pidió que me quedara.
―¿Y todavía lo dejaste? ―Había lágrimas en los ojos de Taehyung mientras miraba a Jungkook, la simpatía en sus ojos cuando Jungkook asintió con la cabeza―. Entonces es demasiado tarde, Jungkook.
Jungkook se dejó caer pesadamente en el sofá junto a Taehyung. Ninguno de los dos dijo nada durante mucho tiempo, cada uno en sus propios pensamientos. Jungkook se preguntó cómo todo pudo haber salido tan mal. ¿Cómo podía haber sido tan idiota? Si fuera Jimin, no le daría otra oportunidad tampoco.
―¿Que no me estás diciendo, Taehyung? ―Jungkook preguntó en voz baja, rompiendo el silencio en la sala.
―¿Alguna vez Jimin te habló de todos sus sueños para el futuro?
Jungkook negó con la cabeza. Por extraño que pareciera, nunca habían hablado sobre el futuro, casi como si hubiera sido un tema prohibido.
―Los años mientras Jimin crecía fueron una pesadilla. Su amigo se acostó con todo lo que caminaba. Cuando no estaba jodiendo estaba bebiendo y, cuando bebía, por lo general golpeaba a Jimin o a uno de sus hermanos o a su madre.
―¡Dios mío! ―Jungkook no podía imaginar crecer así.
―Sí, pero por suerte para ellos, el viejo condujo su coche
contra un árbol cuando Jimin tenía catorce años. Jimin, como el mayor, tuvo que encontrar un trabajo y empezar a ayudar a su mamá con las cuentas y las cosas de la granja.¿Ese trabajo que tenía en el bar? Cada centavo va a su casa a su mamá. Su matrícula universitaria, alojamiento y hospedaje están todos en becas.
―¿Por qué me dices esto? Qué tiene eso ver con...
―Sólo escucha, Jungkook, por favor ―dijo Taehyung mientras ponía la mano sobre la pierna de Jungkook―. Esto es importante.
Jungkook asintió, agitando la mano de Taehyung para continuar.
―La madre de Jimin es una mujer maravillosa que le ama más que nada en esta tierra, bueno, excepto tal vez tú. De todos modos, cuando se enteró de que era gay, ella le hizo prometer que esperaría hasta encontrar a ese alguien especial, su alma gemela, antes de que él hiciera algo con alguien. Ella le dijo que iba a significar más si el amor estaba involucrado. Por lo tanto, él esperó.
―Hasta que yo... ―Pero eso significa que Jimin había sido virgen. Jungkook se recostó en el sofá y se apretó la mano sobre el dolor en su pecho. ¿Por qué nunca Jimin dijo nada? ¿Por qué no lo había sabido?
―Sí, si se acostó contigo eso significaba que él te quería y que sentía que eras su alma gemela. También significa que tú fuiste su primera vez.
―Oh, Dios...
―Oh, espera, se pone mejor. ―Taehyung se echó a reír con amargura―. Jimin siempre tuvo la fantasía de que iba a encontrar a su alma gemela y se iban a establecerse juntos y vivir felices para siempre.
Quería hacerlo todo... casarse, tener una familia, construir una casa juntos... todo, todo el asunto. Y él no iba a estar con nadie, hasta que encontrara al hombre perfecto. ¿Por qué crees que perdí el interés en él? Era demasiado pintoresco para mí.
―Así que... así que, cuando lo dejé...
―Sí, Jungkook, soberanamente la jodiste. Si estaba durmiendo contigo y te dijo que te amaba, él ya se había comprometido contigo. Habría pasado el resto de su vida contigo, haciendo todo lo posible para hacerte feliz, construyendo un hogar contigo, y criando a muchos pequeños.
―Oh, hombre... ―Jungkook se pasó la mano por la cara. Taehyung estaba en lo cierto. Él la había realmente jodido. No había manera de solucionar este problema. Jimin le rogó que no lo dejara y lo hizo de todos modos. Jimin dijo que Jungkook tiraría algo especial y tenía razón.
¿Cómo se supone que Jungkook lo supiera? Nunca había conocido a nadie como Jimin antes. Ni siquiera estaba seguro de que había alguien con vida como Jimin. Era un placer tenerlo cerca, aunque no estuvieran teniendo relaciones sexuales. El sexo era sólo una ventaja adicional, una importante sin embargo.
―¿Jungkook? ―preguntó Taehyung, interrumpiendo los pensamientos profundos de Jungkook.
―Eh... mira, Taehyung, ¿te importa si cenamos en otro momento? Tengo algunas cosas que pensar.
―No, eso está bien. Llámame, ¿de acuerdo? ―pidió con ansiedad.
―Sí, claro. Te llamaré. Tal vez podamos cenar en un par de días o algo así. Ahora sólo tengo que descubrir algunas cosas.
Taehyung se puso de pie y caminó hacia la puerta principal, mirando hacia atrás a su amigo por última vez. Estaba preocupado por él. Jungkook estaba sentado en el sofá mirando hacia el vacío, los hombros caídos, los ojos llenos de lágrimas.
Sacudió la cabeza mientras cerraba la puerta detrás de él. Simplemente no podía creer lo estúpidas que algunas personas eran. Jungkook estaba en la parte superior de la lista. Tenía el mundo en la palma de sus manos y lo tiró a la basura. ¿Qué tan estúpido podía ser?
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Capítulo 3
―Hola, Jimin.
Jimin tiró el fardo de heno en sus manos en la pila ante él antes de bajar los ganchos de heno y girar al hombre que estaba detrás de él.
―Taehyung ―asintió.
―¿Puedo hablar contigo? ―Taehyung le preguntó.
Jimin se sacó los guantes y los puso en el bolsillo de atrás mientras saltaba de la caja del camión en que estaba trabajando y metía la mano en la cabina por una botella de agua. Jimin miró a Taehyung por la parte superior de la botella mientras tomaba un sorbo largo. Apretó la tapa y puso la botella en el camión por la ventana abierta.
―¿Qué quieres, Taehyung?
Taehyung se metió las manos en los bolsillos, pateando un poco de heno suelto en el suelo. Miró nervioso a Jimin. Se preguntó si Taehyung había llegado a la granja para hacer una jugada sobre él. Eso es justo lo que necesitaba... un colegial enamorado.
―¿Taehyung?
Taehyung miró indeciso mientras veía a Jimin. ―Necesito hablar contigo acerca de Jungkook.
―No ―dijo Jimin con firmeza mientras sacaba los guantes de nuevo de su bolsillo y comenzaba a ponérselos de nuevo. Empezó a volver a subir al camión, cuando una mano en su hombro lo detuvo ―. Por favor, Jimin, es importante.
Jimin bajó la cabeza y la apoyó contra sus manos, donde se agarró al borde de la camioneta. ―No voy a salir contigo, Taehyung. ―Dios mío, espero que no. ―Taehyung se echó a reír―. Porque... ¡eeeww!
Jimin miró a Taehyung bruscamente, con una ceja levantada.
―Bueno, mira, voy a poner todas las cartas sobre
la mesa. Lo sé. Jungkook me lo contó todo. Sí, yo tenía una cosa por ti. ¿Me puedes culpar? ¡Eres caliente! Pero, nunca fue nada serio. Le dije a Jungkook que yo tenía una cosa por ti, pero no tenía idea de que ustedes dos estaban viéndose en ese momento o que él iba a romper las cosas de modo que yo pudiera tenerte.
Todo lo que Jimin podía hacer fue cabecear. El hablar de eso trajo de nuevo todo el dolor de perder a Jungkook a la superficie otra vez. Trabajó muy duro para enterrar todo, para no sufrir segundo a segundo. ¿Por qué Taehyung lo traía todo de nuevo?
―¿Por qué me dices esto, Taehyung? ―susurró―. ¿Por qué traer todo esto de nuevo? Se acabó.
―De eso se trata, Jimin, que no ha terminado ― dijo Taehyung―. Jungkook es un caso perdido. Él no come. No duerme. Infiernos, la mitad del tiempo ni siquiera estoy seguro de que sabe qué día es. Estoy preocupado por él, Jimin.
Jimin cerró los ojos ante la foto que Taehyung pintaba para él. Respiró hondo varias veces mientras trataba de enterrar su miseria de nuevo bajo un corazón congelado. Al abrir los ojos miró con calma a Taehyung a la cara. ―Eso no tiene nada que ver conmigo.
―Tiene todo que ver contigo, Jimin. Él te necesita. Él te ama.
Jimin empujó las manos de Taehyung de su hombro y se alejó. Se detuvo justo en el interior de las puertas del establo. Una mano en la cadera, la otra frotando su cara. Por último, se volvió para mirar hacia atrás a Taehyung.
―No dejas a alguien repentinamente si lo amas, Taehyung. Tú no... ―Él tomó una respiración profunda―.
Simplemente no lo haces.
Taehyung miró a Jimin alejarse, los hombros caídos. Esto iba a ser mucho más difícil de lo que pensaba. Jimin realmente estaba lastimado. Hombre, Jungkook si que la había jodido. Taehyung estaba empezando a preguntarse si había una manera de salir de esto para él.
―¿Y bien?
Taehyung volvió de ver a Jimin alejándose cuando oyó la suave voz detrás de él. Encontró a la madre de Jimin, de pie detrás de él, también mirando a Jimin. Él negó con la cabeza.
―No, él se niega a hablar de Jungkook en todo. Traté de decirle lo mal que estaba Jungkook pero no quiso escucharme. ―Taehyung se encogió de hombros―. No puedo decir que lo culpe. Jungkook realmente la jodió.
―Sí, sí, pero Jimin lo ama, incluso si está en negación en este momento. Y, después de todo lo que me dijiste, creo que tu amigo ama a Jimin de la misma manera. Sólo tenemos que encontrar la forma de conseguir que estén juntos el tiempo suficiente para golpear algo de sentido en los dos.
Taehyung se echó a reír ante la mirada malvada en el rostro de la señora Park. Ella era una madre que él no quería enfrentar. ―¿Qué es lo que tiene en mente, señora Park?
―Vamos, Jungkook, date prisa. Vamos a llegar tarde ―gritó Taehyung a su amigo.
―Sí, sí, ya voy. Mantén tu ropa interior arriba ―gritó Jungkook atrás mientras caminaba por las escaleras para unirse a Taehyung. Él miró a su ropa―. ¿Está bien? ―preguntó, refiriéndose a los pantalones vaqueros descoloridos y la simple camisa azul bebé de botones que
llevaba.
―Caray, no estamos hablando del Taj Mahal aquí, Jungkook. Es sólo una cena.
Jungkook miró a su ropa otra vez. ―Sí, claro, tal vez debería ir a cambiarme. ―Jungkook comenzó a subir las escaleras cuando la voz hostil de Taehyung lo llamó.
―Da un paso hacia las escaleras y no voy a ser responsable de lo que suceda.
―Vale, vale, entiendo el punto. Vamos. ― Jungkook se rio cuando se volvió para seguir a Taehyung por la puerta principal. Caray, ¿cuándo Taehyung se había vuelto tan fuerte? Su madre estaría muy orgullosa.
Jungkook subió al asiento del pasajero del auto de Taehyung y cerró la puerta mientras Taehyung lo puso en marcha y se dirigió hacia el tráfico.
Miró a Taehyung. ―Entonces, ¿dónde está este lugar al que vamos?
―Es en el sur por un pequeño camino. Te va a encantar. He comido allí antes. Fue genial. Auténtica comida casera coreana. Ahora, simplemente siéntate y disfruta del viaje. Estaremos allí dentro de poco tiempo.
Jungkook se recostó en el asiento del pasajero y trató de parecer interesado en el paisaje que pasaba junto a él por la ventana. Él no estaba interesado. Jungkook no podía recordar la última cosa que le interesó.
―¿Quieres agua?
Jungkook se volvió y sonrió a su amigo. ―Sí, eso estaría bien. ― Tomó el agua que Taehyung le ofreció y bebió varios tragos, deseando que fuera alcohol, pero Taehyung había ocultado todas sus botellas de alcohol hace varios días después de encontrarlo en un estupor alcohólico.
Jungkook suponía que no podía culpar a su amigo. Desde que se enteró de lo de Jimin, Jungkook había caído en un pozo del Infierno y no tenía ni idea de cómo salir. Taehyung estaba preocupado por él, así que Jungkook estuvo de acuerdo en ir a esta cosa de cenar con él.
Jungkook bostezó.
―Oye Jungkook, te ves cansado. ¿Por qué no reclinas tu asiento hacia atrás un poco y cierras los ojos? Te despertaré cuando lleguemos allí. Tenemos mucho camino por recorrer.
Jungkook se rio cuando cubrió otro bostezo con la mano. ―Sí, supongo que estaba más cansado de lo que pensaba. ¿Seguro que no te importa?
―No, está bien. Sé que no has estado durmiendo mucho últimamente. Un poco de descanso te va a hacer bastante bien. Además, tenemos el resto de la tarde para pasarla juntos.
Jungkook inclinó su asiento hacia atrás y se acurrucó en el asiento para sentirse más cómodo. Una pequeña siesta podía ser algo bueno. Ahora, si sólo pudiera cerrar los ojos y no pensar en Jimin.
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Capítulo 4
Jungkook abrió los ojos, dándose cuenta al instante de que ya no estaba sentado en el coche de Taehyung. Él estaba acostado en un colchón en una habitación. ¿Dónde diablos estaba? No reconoció el lugar. Sentándose con ayuda de sus manos, miró a su alrededor.
Se trataba simplemente de una habitación. Sin ventanas, paredes y pisos de madera, dos puertas. Una dirigía a un pequeño cuarto de baño. Asumió que la otra iba hacia fuera. Los únicos artículos en la habitación eran el colchón en donde se sentaba y una nevera portátil asentada en la esquina. No había nada más en la habitación. Ni siquiera mantas. Nada, excepto el hombre que dormía en su estómago a su lado en el colchón.
―Dulce infierno ―susurró mientras Jungkook se dio cuenta de dos cosas al mismo tiempo. Una, el hombre que dormía a su lado era Jimin. Dos, estaban ambos desnudos. Oh, esto no era bueno, no era bueno en absoluto. Jungkook iba a estrangular a Taehyung cuando pusiera sus manos sobre él.
Jungkook se puso de pie y se dirigió a la puerta. ¡Maldita sea!
Estaba cerrada con llave. Tiró varias veces tratando de abrirla. No lo hizo. Estaba cerrada firmemente. La puerta no se abría y no había ventanas. Ellos estaban atrapados. Oh sí, iba a matar a Taehyung.
―¡Jimin! ¡Jimin, despierta! ―Jungkook se sentó junto a Jimin sacudiendo su hombro. Él brevemente saboreó la sensación de la piel suave de Jimin bajo sus dedos―. Vamos, bebé, abre los ojos.
Tan pronto como Jimin empezó a moverse, Jungkook se deslizó hacia atrás hasta que se apoyó contra
la pared de madera detrás de él, con las rodillas dobladas sobre el pecho, los brazos envueltos alrededor de sus espinillas. Apoyó la barbilla en las rodillas y miró cómo Jimin comenzaba a moverse.
Jungkook casi gimió cuando Jimin se giró y le dio una buena vista de sus considerables... atributos. Podía sentirse endurecer al instante ante la hermosa vista que tenía delante. Todos esos músculos y piel suave... Jimin se veía delicioso.
Jimin se pasó la mano por la cara, frotándose lejos el sueño en sus ojos. Bajó la mano a su lado y miró a su alrededor. Parecía confundido hasta que sus ojos llegaron a Jungkook apoyado contra la pared.
Jungkook vio la sonrisa de bienvenida que iluminaba la cara de Jimin, haciendo una mueca ligeramente cuando se desvaneció en una máscara de vigilante indiferencia. Jimin se empujó en sus manos hasta que se sentó, cubriendo su ingle con las manos cuando se dio cuenta que estaba desnudo.
―¿Qué está pasando?
―Tú dímelo. La última cosa que recuerdo es estar en el coche de Taehyung de camino a un restaurante para cenar. Me desperté aquí, desnudo, y encerrado contigo. ¿Alguna idea de dónde estamos?
Jimin miró a su alrededor brevemente a la pequeña habitación de madera. ―Estamos en el cuarto de trastos en la finca de mi familia.
Jungkook alzó las cejas oscuras con asombro. ―¿No está tu granja en Busan, a unos muchos kilómetros de Seúl?
Jimin asintió. ―Sí, eso me hace pensar que todos están involucrados en este pequeño fiasco. ― Se pasó una mano por el pelo―. Dios,
¿qué estaban pensando?
Jungkook sonrió. ―Tal vez pensaron que estaban ayudando.
Jimin lo miró con asombro. ―¿Cómo? Encerrándonos en una habitación... ¿desnudos? ¿Qué? ¿Acaso de repente piensan que todo esto iba a desaparecer e inmediatamente íbamos a empezar a follar como conejos y vivir felices para siempre? Le dije a Taehyung cuando vino la semana pasada que no iba a discutir esto con él entonces, y ciertamente no voy a discutir esto contigo ahora.
―Así que, ¿Cuándo discutirás esto conmigo, entonces?
―¿Ya se ha congelado el Infierno?
―Jimin...
―Mira, Jungkook, creo que se dijo todo cuando te fuiste. Fuiste muy claro. No hay nada que discutir.
―Jimin... ―Jungkook comenzó pero Jimin sólo se giró apartándose de él y se acostó en el colchón. Jungkook sabía que Jimin estaba haciendo todo lo posible por ignorarlo. Jungkook observó a Jimin por lo que parecieron horas. Ni siquiera reconoció que Jungkook existía.
Jungkook podía ver el ascenso sutil y la caída del pecho de Jimin, el hipo ocasional en su respiración mientras lloraba en silencio. Al final, Jimin se quedó dormido. Una vez que estuvo seguro de que Jimin estaba dormido se arrastró por la habitación hacia el colchón y lo abrazó por detrás, envolviendo un brazo alrededor de la cintura de Jimin.
Enterró su rostro en el cabello de Jimin e inhaló. Olía tan bien. Jungkook lo extrañaba tanto, extrañaba las mañanas despertando con Jimin en sus brazos, las noches yendo a dormir con él, y cada segundo en el medio. Infiernos, sólo lo echaba de menos.
Tal y como Taehyung le recordaba una y otra vez, había sido tan estúpido y era obvio que Jimin no lo iba a perdonar. No sabía qué hacer al respecto. Él había sabido cuando las palabras salían de su boca que eran incorrectas, pero no había sido capaz de dejar de decirlas.
Había tenido la brillante idea de que si Jimin estaba con Taehyung, al menos todavía estaría en su vida, al menos todavía sería capaz de verlo y amarlo de lejos. Ni siquiera quería pensar en lo que pasaría entre Jimin y Taehyung si hubieran estado juntos.
No podía. Sólo la idea de Jimin estando con alguien más lo enfermaba del estómago. Jimin le pertenecía a él. O, al menos lo hacía antes. Ahora... bueno, ahora Jimin parecía odiarlo. Jungkook no podía culparlo. Él había hecho lo impensable.
Todavía traía lágrimas a sus ojos cada vez que la imagen de Jimin de rodillas le rogaba que no lo dejara, y decía que lo amaba y que podían resolver las cosas. ¡Dios! ¿Cómo podía haber sido tan estúpido? Había tenido todo en la palma de sus manos y lo había tirado. Jimin nunca iba a perdonarlo.
Jungkook comenzó a llorar cuando se dio cuenta de que esta sería la última vez que sostendría a Jimin en sus brazos, y tenía que ser cuando Jimin estaba dormido y sin darse cuenta. Jimin nunca hubiera permitido que Jungkook lo abrazara si hubiera estado despierto. Así que esto era a lo que Jungkook se había reducido... a robar una sensación cuando Jimin estaba inconsciente.
Cuando Jimin comenzó a despertar, Jungkook rápidamente se apartó y comenzó a hurgar en el refrigerador. Bueno,
al menos tenían todas las comodidades... fresas bañadas en chocolate, ensalada de pollo y dos botellas de vino tinto. Quien los encerró incluso incluyó platos, vasos y servilletas.
Mientas Jimin comenzaba a despabilarse y sentarse, Jungkook se dedicó a preparar dos platos de comida y dos vasos de vino. Incluso agregó un par de fresas a cada plato. Jimin no dijo nada mientras Jungkook le entregaba un plato, sólo comenzó a comer.
Jungkook miraba a Jimin comer por debajo de sus pestañas caídas. Jimin era aún hermoso cuando comía con pequeñas y delicadas mordidas. Ni siquiera tiró nada de vino cuando terminó la taza y se la tendió a Jungkook por más.
No les tomó mucho tiempo terminar la comida, una botella de vino, y provocar graves daños en la otra botella. Jungkook realmente se sentía muy relajado mientras continuaba observando a Jimin sentado en el colchón.
Las manos de Jimin ya no estaban cubriendo su ingle. Jungkook pensó que se tragaría la lengua cuando las piernas de Jimin se habían derrumbado separadas desnudándose a la hambrienta mirada de Jungkook. De repente se sentía caliente y dolorido sólo de pensarlo. ¿Estaba haciendo calor aquí? Jungkook se sentía caliente.
Se dio cuenta de que estaba duro como una roca cuando se bajó para estirar las piernas hacia fuera delante de él. Rápidamente levantó la mirada cuando escuchó un pequeño gemido procedente de Jimin para encontrar sus ojos clavados en la polla dura de Jungkook sobresaliendo. Jimin lo miraba como si fuera un buffet ante un hombre hambriento.
Jungkook tragó
saliva cuando Jimin se pasó la lengua por los labios. Su mirada no se apartó de la polla de Jungkook. Los ojos de Jungkook casi se desorbitaron fuera de su cabeza cuando vio a Jimin estirar sus manos y llevarlas entre sus piernas y empezar a acariciar su propia polla dura.
Jungkook sintió como si su polla fuera a explotar si no hacía algo. Separó las piernas, extendiéndolas hasta casi doler. Envolviendo la mano alrededor de su rígido eje comenzó lentamente a acariciarlo, corriendo el pulgar sobre la parte superior, luego de vuelta por un lado.
Se sentía bien, pero no era suficiente. No importaba lo duro que bombeaba su mano, solo se excitaba más. Sus bolas ascendieron apretadas contra su cuerpo, doliendo. Sus pezones estaban tan sensibles que cuando los rozó con el pulgar casi pensó que se vendría sólo con eso. Pero no pasó nada.
Mirando a Jimin pudo ver que estaba en la misma situación. Estaba tirando desesperadamente del anillo de plata en su pezón, su mano bombeaba rápido en su polla casi roja. Tenía la cabeza echada hacia atrás en el colchón, su labio inferior atrapado entre los dientes.
Jungkook no sabía lo que estaba pasando, pero sabía que si no recibía ayuda pronto, uno de ellos podría salir lastimado. Empezó a gatear a través del colchón hacia Jimin, colocándose a sí mismo entre las piernas de Jimin.
La incredulidad cubrió la cara de Jimin mientras observaba a Jungkook empezar a correr sus manos por el interior de sus pantorrillas. ―Kook... Jungkook... ¿qué estás haciendo? ―Se atragantó a final―. No, no podemos hacer
esto. Jungkook... ―gimió mientras la boca de Jungkook tragaba la cabeza de su dolorida polla.
―Tengo que... ―Jungkook susurró alrededor de la polla de Jimin, las vibraciones haciendo gemir a Jimin aún más fuerte.
―Oh... mierda... ¡Jungkook! ―Jimin gritó mientras comenzó a bombear sus caderas contra Jungkook, con las manos apretando en las sábanas a su lado. Era increíble, todo caliente y necesitado. Jungkook iba a enloquecer escuchando los gritos de Jimin. Había pasado tanto tiempo desde que Jungkook había tocado a Jimin así.
Jungkook sabía exactamente qué hacer para llevar a Jimin al borde de la liberación, detenerse y llevarlo allí de nuevo. Lamió, chupó y acarició hasta que Jimin no podía hacer nada más que estar allí, gimiendo.
―Jungkook... mierda... por favor... acábalo ―Jimin le rogó agarrando el pelo de Jungkook. Jungkook no sabía si Jimin estaba tratando de empujar o tirarlo más cerca.
La sonrisa de Jungkook era malvada mientras miraba a Jimin, pero él cedió. Empujando las piernas de Jimin hasta el pecho, Jungkook agarró la botella sospechosa de lubricante que había encontrado en el refrigerador antes. Ahora sabía para qué era.
Roció un poco en su dedo y lo empujó en el agujero sensible de Jimin. El cuerpo de Jimin se resistió mientras Jungkook comenzó a bombear el dedo dentro y fuera, adicionando un segundo y luego un tercer dedo hasta que Jimin estuvo gritando el nombre de Jungkook.
Jungkook pronto se incorporó y se arrodilló entre las piernas de Jimin. Cogió el lubricante y lo esparció por encima
de su polla dura. Antes de que Jimin pudiera protestar, Jungkook alineó su polla con el culo de Jimin y empujó hacia delante, empalando a Jimin en un empuje.
Ninguno de ellos se movió durante varios segundos, ya que disfrutaban de la sensación de estar conectados de nuevo. Sólo habían pasado unas semanas, pero se sentía como que había sido desde una eternidad. Al mismo tiempo se sentía como si nunca se hubiesen separado. Era el Cielo.
Jungkook agarró los muslos de Jimin, presionándolos hasta el pecho y de nuevo luego separados. Miró hacia abajo, viéndose a sí mismo entrar y salir del culo de Jimin. Movió la mano por el muslo de Jimin, por encima de su saco, para descansar en contra de su polla mientras se movía lentamente.
―Oh mierda, bebé, eso es tan bonito ―Jungkook susurró. Jimin se quejó otra vez mientras Jungkook acariciaba la suave piel debajo de su saco.
―Más duro ―Jimin pidió.
Jungkook se inclinó hacia Jimin, sus caderas comenzaron a moverse más rápido y más rápido hasta casi empujando a Jimin arriba del colchón. Cuando las piernas de Jimin se envolvieron alrededor de las caderas de Jungkook, alzó las manos y tomó su cara, sosteniéndolo en su lugar por sus labios.
Jimin empezó a gemir de nuevo, una y otra vez, hasta que fue sólo un largo gemido. Sus uñas excavaban en la piel de la espalda de Jungkook. Sus caderas se empujaban hacia atrás en contra de Jungkook. La fricción de su polla intercalada entre ellos estaba volviéndolo salvaje. Jungkook golpeaba su punto dulce en cada empuje.
La combinación de
la estimulación tenía a Jimin arqueando su cabeza hacia atrás mientras gritaba con voz ronca. Su polla pulsó mientras disparaba entre sus cuerpos.
El endurecimiento de los músculos de Jimin alrededor de la martilleante polla de Jungkook lo tenía gimiendo mientras él hundía sus dientes en el hombro de Jimin. Otro empuje y sintió que explotaba, llenando a Jimin hasta el borde al derrumbarse hacia abajo sobre él.
La respiración de Jungkook era desigual. Su mente estaba en crisis al darse cuenta de lo que acababa de suceder. ¿Qué había sucedido?
Jungkook se levantó sobre sus brazos para mirar la cara ruborizada de Jimin. Tenía la cabeza inclinada hacia un lado, con los ojos cerrados herméticamente. Parecía como si estuviera con dolor. ¿Había herido a Jimin? Jungkook solo moriría si hubiera lastimado a Jimin.
―¿Jimin? ―susurró.
Cuando Jimin volvió la cabeza para mirar hacia él, Jungkook se sorprendió. Los ojos de Jimin lo miraron con aturdimiento y hambre. Jungkook gimió mientras Jimin comenzaba a follar sus caderas de nuevo, su polla repentinamente dura rozando el estómago de Jungkook.
―Una vez más ―exigió.
―Jimin... qué... oh Dios... ―gruñó cuando los sedosos músculos de Jimin se apretaron alrededor de su pene sensible. Él de repente estaba tan desesperado como lo había estado hace un momento, como si nunca se hubiera corrido segundos antes. Jungkook agarró las piernas de Jimin y rodándolos hasta que Jimin se sentó a horcajadas. ―Móntame, bebé.
La sonrisa de Jimin era traviesa mientras plantaba sus manos
sobre el pecho de Jungkook y acomodó sus pies para sentarse en la cama junto a las caderas de Jungkook. Entonces comenzó a montar a Jungkook, sus caderas moviéndose a la velocidad del rayo mientras se empalaba repetidas veces en la polla dura como el acero de Jungkook.
Mientras Jungkook se agachó y agarró la polla de Jimin y comenzó furiosamente a acariciar su longitud palpitante, dio las gracias a los poderes por la resistencia y la fuerza de los hombres jóvenes. El cuerpo de Jimin moviéndose sobre el suyo era el Cielo.
Ellos fueron más rápidos en alcanzar el orgasmo en esta ocasión, sus cuerpos todavía sensibles desde antes. Posteriormente, Jimin se derrumbó hacia abajo sobre Jungkook, su respiración dura contra el cuello de Jungkook. Jungkook frotó las manos arriba y abajo en la espalda de Jimin.
Jimin gimió cuando sintió endurecer a Jungkook dentro de él otra vez, su propia polla volviendo a la vida con una venganza. Jimin levantó la cabeza y dio a Jungkook una mirada agonizante. Él hizo una mueca dolorosa cuando las caderas de Jungkook comenzaron a moverse.
―Oh, Dios... para... duele ―le susurró a pesar de que sus propias caderas comenzaron a moverse junto a las de Jungkook. Jungkook inmediatamente dejó de moverse. Jimin parecía que estaba en agonía.
―¿Qué es, cariño? ―Jungkook le preguntó mientras se estiró para acariciar el lado de la cara de Jimin.
―Duele. ―Jimin miró a Jungkook desesperadamente mientras movía sus caderas de nuevo, más lentamente esta vez―. No puedo parar.
Jungkook tomó una decisión
en esa fracción de segundo que Jimin lo miró, la agonía escrita en toda su cara. Se agachó y cogió la botella de lubricante de nuevo y esparció le líquido sobre la dolorida polla de Jimin antes de lubricarse entre sus propias nalgas.
Empujó a Jimin fuera de él, contra la protesta de Jimin, Jungkook se giró sobre sus rodillas y se presentó a Jimin. No estaba seguro de lo que estaba pasando aquí, pero él tenía una idea bastante buena.
No había estado tan caliente desde que tomó un afrodisíaco a base de hierbas como una broma. Se había jodido a si mismo estúpidamente. Tanto Jimin y él mismo parecían excitarse de nuevo tan pronto como llegaban al clímax. Si estaba en lo cierto, alguien había drogado sus alimentos.
Las manos de Jimin aterrizaron suavemente en la parte trasera de Jungkook. ―Jungkook, qué...
―Solo hazlo, Jimin. Tienes que hacerlo.
―Pero tú no...
―Voy a hacerlo ahora, Jimin. Alguien drogó nuestra comida. Si no lo haces te dañarás mucho más. Los dos lo haremos. Ahora, sólo hazlo.
Las manos de Jimin comenzaron a acariciar a Jungkook mientras miraba hacia él. ―Jungkook...
Jungkook miró por encima del hombro. ―Jimin, bebé, está bien, lo prometo. ―Podía comprender la confusión de Jimin. Jungkook había dejado muy claro en el inicio de su relación que no era el de abajo. Él era estrictamente el de arriba.
Jimin lentamente se agachó y empezó a estirar a Jungkook, un dedo a la vez. Sus ojos permanecieron en Jungkook mientras removía sus dedos y se abría paso en su interior. Oh, mierda, se sentía tan bien. Jungkook no sabía lo que se estaba perdiendo, pero esto era increíble. No es de extrañar que a Jimin le gustara tanto.
―Jungkook... mierda... ―La cabeza de Jimin cayó hacia atrás mientras cerraba sus ojos con fuerza. Sus manos se clavaron en las caderas de Jungkook mientras trataba de obtener suficiente apoyo para empezar a golpear en él. Cuidando mucho las caderas de Jungkook, Jimin comenzó a golpear en Jungkook, sus caderas abofeteándose juntas con fuerza.
Jungkook podía oír a Jimin gimiendo detrás de él. Sintió el endurecimiento de las manos de Jimin sobre su cadera y lo envió por encima del borde. Jungkook gritó mientras él llegaba a su clímax, derramándose sobre el colchón.
Ver los brazos de Jungkook rindiéndose y su cuerpo colapsando en el colchón, era al parecer todo lo que Jimin necesitaba para llegar al borde, llenando a Jungkook mientras rugía el nombre de Jungkook y se desplomaba a su lado.
Utilizando lo último de su fuerza, Jungkook tomó unas servilletas y limpió a los dos antes de caer al lado de Jimin, tirando de su cuerpo en cuchara delante de él. Exhaustos, ambos hombres estuvieron dormidos tan pronto como se acurrucaron juntos, los brazos envueltos alrededor del otro.
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Capítulo 5
La luz brillaba a través de la grieta debajo de la puerta la próxima vez que Jimin abrió los ojos. Fue a sentarse sólo para encontrar los brazos de Jungkook envueltos alrededor de él. Podía sentir la cabeza de Jungkook enterrada en su pelo.
Jimin cerró los ojos y disfrutó de la sensación de los brazos de Jungkook envueltos alrededor de él. Sabía que cuando todo esto terminara estaría solo otra vez. Él quería un momento para pretender que Jungkook lo quería, aunque solo fuera algo sexual.
No se dio cuenta que estaba acariciando suavemente el brazo de Jungkook hasta que el hombre comenzó a moverse. Jimin movió su mano y rápidamente se secó las lágrimas de sus ojos. No quería que Jungkook lo viera llorar. Eso sólo le daría a Jungkook una razón más para que pensara que era patético.
Mientras Jungkook comenzó a estirarse y moverse, Jimin se apartó para rodar al otro lado del colchón. Apretó sus piernas sobre el lado y se sentó. Podía oír a Jungkook moverse detrás de él. Se apartó cuando Jungkook pasó la mano por su espalda.
―No ―exclamó cuando se puso en pie. Se paseó por delante del colchón antes de caminar hacia la pared y deslizarse para sentarse en el suelo. Envolvió las manos alrededor de sus rodillas y puso su cabeza sobre ellas, negándose a mirar el hermoso cuerpo desnudo de Jungkook.
―Jimin, tenemos que hablar.
―No, ¡no! ―Jimin sacudió la cabeza, negándose a levantarla de sus rodillas―. No tenemos nada que decirnos el uno al otro.
―¿No? Acabamos de jodernos uno al otro hasta
la inconsciencia, Jimin. ¿No crees que tengamos que hablar de eso?
Jimin finalmente levantó la vista para mirar a Jungkook. ―Bueno, lo siento mucho. La próxima vez que coma algo que ha sido drogado voy a asegurarme de joder a alguien más. Infiernos, tal vez Taehyung estará disponible y yo pueda joderlo. ¿No te haría eso feliz? ―gritó con sarcasmo.
Jungkook hizo una mueca. Jimin no podía evitar el veneno y el dolor en su voz. Estaba muy enfadado, eso parecía ser mejor que la angustia que sintió consumirlo todo por las últimas semanas.
―Jimin, por favor...
―No tenemos nada que decirnos el uno al otro, Jungkook ―repitió Jimin.
―Muy bien, entonces yo voy a hablar.
―¿Y qué vas a decirme? ―Jimin gritó―. ¿Que no me quieres? ¿Que no me amas? ¿Que quieres que yo joda a tu amigo? He estado allí, hecho eso, compré la maldita camiseta.
―Jimin, no estás ayudando aquí.
―¿De verdad crees que me importa un carajo, Jungkook? Me tiraste como si fuera un pedazo de basura. Teníamos algo juntos, alg... ―Jimin se aclaró la garganta, su voz baja, mientras empezaba a hablar de nuevo―. Teníamos algo maravilloso juntos, Jungkook, y decidiste que era más importante para mí estar con tu amigo. ¿Qué más se puede decir? ¿Quieres decirme de nuevo lo poco que significaba para ti, porque créeme, tengo la imagen fuerte y clara.
―No fue así, Jimin.
―Entonces, ¿cómo fue, Jungkook? Dime, ¿cómo fue? ¿Acaso te malentendí cuando me dijiste que tenía que estar con Taehyung? ¿O tal vez fue cuando me dijiste
que nunca iba a ser una parte de tu familia? ¿No? ¿Qué tal cuando saliste de mí cuando te dije que te amaba, como si no te importara? Dime, Jungkook.
Jungkook se cubrió el rostro con las manos temblorosas. ―Lo siento, Jimin. Yo nunca quise hacerte daño.
―Bueno, lo hiciste y nunca voy a perdonarte por ello ―respondió Jimin. Observó a Jungkook desde el otro lado de la habitación mientras sus manos se dejaron caer hacia abajo a su regazo. Tenía lágrimas en los ojos atormentados mientras miraba a Jimin.
―Ya lo sé ―le susurró en voz baja. Se veía tan triste. Jimin vio cómo Jungkook apoyó la cabeza contra la pared y miró hacia el espacio. Él se veía... abatido, como si su vida hubiera terminado. Jimin no sabía qué pensar.
―¿Por qué lo hiciste, Jungkook? ¿De verdad creíste que iría de ti a Taehyung con una sonrisa en mi cara?
―No, por supuesto, yo solo... ―Jungkook se retorció las manos.
―¿Solo qué? ―Jimin exigió con dureza.
―Oh, demonios, Jimin, no sé lo que estaba pensando. Taehyung y yo hemos sido especialmente cercanos. Tú lo sabes. Todo lo que podía ver era a él alejándose de mí. Yo no... yo no pude considerar algo más.
El sarcasmo goteaba de la voz de Jimin cuando respondió. ―Bueno, eso es obvio.
―Si pudiera volver atrás y deshacer todo lo que hice, todo lo que te dije, lo haría. Pero no puedo ―dijo Jungkook.
―¿Y qué parte cambiarias? ¿La parte donde me pasas a Taehyung o la parte donde no me amas?
―Yo te amo, Jimin ―gritó Jungkook mientras se ponía de pie.
―¡Y una mierda! ―Jimin gritó mientras se puso de pie para caminar a través de la habitación delante de Jungkook, mirando hacia él―. No caminas lejos de alguien a quien amas.
―Lo haces si nunca has estado enamorado antes y no lo sabes hasta que es demasiado tarde ―Jungkook susurró. Miró a Jimin, la angustia clara en sus ojos para que Jimin lo viera mientras continuaba―. Yo no lo sabía, Jimin. Lo juro... yo... yo no lo sabía. Sabía que me preocupaba por ti, pero no sabía que tendría este gran agujero doloroso en el pecho cuando te fuiste y te perdí. Eres todo en lo que puedo pensar. No puedo comer, no puedo dormir. No puedo hacer nada.
―¿Qué se supone que debo hacer al respecto? ―Jimin dio un par de pasos hacia atrás, sentándose pesadamente en el colchón, sus manos retorciéndose juntas con ansiedad.
Jungkook se puso de rodillas a los pies de Jimin, con sus manos agarrando las manos de Jimin en las suyas. ―Dame otra oportunidad, Jimin.
Jimin sacó sus manos de Jungkook, envolviéndolas alrededor de su estómago. ―No sé si puedo, Jungkook. Te di mi corazón una vez y lo rompiste en pedazos. No sé si puedo dártelo otra vez.
―¿Tú... has dejado de amarme?
―No lo sé, Jungkook.
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Capítulo 6
Jungkook cerró los ojos mientras dejaba caer su cabeza. No quería que Jimin viera las lágrimas en ellos. Tomando más fuerza de voluntad de la que pensó que tenía, Jungkook frotó suavemente la mano por el brazo de Jimin, a sabiendas de que esta vez todo había terminado.
―Esta bien, Jimin ―murmuró a través de la masa espesa en su garganta. Se puso de pie y se acercó para sentarse en una de las esquinas, con la espalda contra una pared, con la cabeza apoyada contra la otra. Envolvió sus brazos con fuerza alrededor de sus piernas. Mantuvo los ojos cerrados.
Jungkook tenía ganas de llorar, de gritar su dolor. Pero no le haría eso a Jimin. Si no podía ganar el amor de Jimin en la forma correcta, no quería que la culpa lo consiguiera. Él ya le había hecho daño suficiente a Jimin. Era el momento de dejarlo ir.
―El colchón es mucho más cómodo, ya sabes ―dijo Jimin después de unos momentos de silencio.
Jungkook volvió la cabeza para mirar a Jimin, tratando de ser sincero con la sonrisa en su rostro. ―Estoy bien aquí.
Jimin se quedó en silencio unos instantes antes de acostarse en el colchón. ―Tengo frío, Jungkook ―declaró en voz baja.
Sin decir una sola palabra, Jungkook se puso de pie y caminó hacia el colchón, acostándose detrás de Jimin en cuchara, envolviendo un brazo alrededor de él y tirando de él hacia atrás contra su pecho caliente.
Frotó círculos suaves en el pecho de Jimin hasta que escuchó el suave sonido de sus ronquidos. Una vez que él estuvo completamente seguro de que
Jimin dormía, sacó el brazo alejándolo y salió del colchón.
Se paró cuidadosamente para no despertar a Jimin, Jungkook entró al baño y cerró la puerta detrás de él, deslizándose por la pared hasta que estuvo sentado en el suelo junto a la taza del baño. Empujando su mano en la boca para amortiguar el ruido, finalmente dejó que las lágrimas cayeran.
Jimin no lo quería más. No era nada que él no mereciera. Se lo había hecho a sí mismo. Tuvo el amor perfecto en la palma de sus manos y lo había tirado. Como Jimin había dicho.
Jungkook sabía que nunca podría amar a nadie más. No importaba dónde fuera Jimin, qué hiciera Jimin, o con quién Jimin estuviera, él siempre tendría el corazón de Jungkook, aunque Jimin no lo quisiera más.
El golpe en la puerta del baño casi hizo saltar a Jungkook de su piel. ―¿Jungkook? ¿Estás bien?
Jungkook estiró las piernas a través de la pequeña habitación de madera y empujó la puerta, manteniéndola cerrada con los pies mientras Jimin trataba de abrirla. Rápidamente se secó las mejillas con las manos, limpiando las lágrimas de su rostro.
―¿Jungkook? ―Jimin volvió a preguntar.
―Estoy bien, Jimin. Vuelve a la cama. Por favor, Jimin, ¡vuelve a la cama! ―Jungkook le rogó en voz baja, más lágrimas cayendo por su rostro. ¿Sería siempre así? ¿Solo el sonido de la voz dulce de Jimin llevándolo hasta las lágrimas?
―Entonces, abre la puerta ―exigió Jimin, empujando la puerta.
―Jimin...
―Por favor, Jungkook.
Oh Dios, tenía que usar esa frase. Por
favor... era la frase más peligrosa en el mundo para Jungkook porque sabía que iba a hacer lo que Jimin quería cuando lo dijo. Jungkook sacó lentamente sus pies lejos de la puerta, permitiendo a Jimin abrirla. Mantuvo la cabeza gacha mientras Jimin entraba en el pequeño espacio. Sólo podía ver sus piernas delante de él en la penumbra.
―¿Jungkook? ¿Por qué estás sentado aquí en la oscuridad? ― Cuando Jungkook no le respondió, Jimin se puso en cuclillas delante de él―. ¿Jungkook?
―Vuelve a la otra habitación, Jimin ―susurró Jungkook.
Jimin estaba en silencio mientras miraba a la cabeza gacha de Jungkook, sus hombros agitados.
―Por favor, Jimin ―Jungkook le pidió. La cercanía de Jimin, el dulce olor de su cuerpo, el tacto de su mano en el hombro... era demasiado para Jungkook. Podía sentir más lágrimas haciendo una ruta por su cara mientras sollozos trataban de liberarse de su pecho.
Jimin puso su mano bajo la barbilla de Jungkook y levantó su cara, inhalando profundamente al ver las lágrimas corriendo por su fuerte rostro. Jungkook sabía que tenía los ojos hinchados de tanto llorar. Era probable que se viera como la mierda. Ciertamente se sentía así.
―¿Por qué lloras?
―No importa, Jimin. ―Jungkook tenía que sacar a Jimin de allí antes de que se perdiera por completo―. Sólo tienes que volver a la otra habitación. Voy a salir en unos minutos.
―Sí tiene importancia, Jungkook. Dime por qué estás llorando.
Los ojos de Jungkook se llenaron de angustia al mirar en los afectados de Jimin. ¿Cómo podía
decirle a Jimin que estaba llorando porque su vida había terminado, que no podía sentir más el latido de su corazón en el pecho porque sólo latía por Jimin, y Jimin no lo quería?
―Yo solo...
―Solo qué, ¿Jungkook? ―Jimin lo animó en voz baja.
―Por favor, no me hagas decirte ―declaró Jungkook.
Jimin se sentó en el suelo entre las piernas de Jungkook, su mano estirándose para acariciar suavemente un lado de la cara de Jungkook. ―Dime.
Jungkook giró la cara en la mano de Jimin, el toque suave de la mano del hombre enviando una dolorosa necesidad a través de su cuerpo. Si Jimin necesitaba oírlo desnudar su alma, él lo haría. Haría lo que Jimin quisiera, si nunca dejaba de tocarlo.
―Lo siento mucho, Jimin. ―Él apoyó la cabeza contra la pared, riendo amargamente―. Ni siquiera te puedes imaginar cuánto lo siento. Traté de hacer lo correcto, pero en cambio, he destruido algo precioso, y sé que nunca tendré una oportunidad como esa de nuevo.
―Oh, Jungkook... ―Jimin comenzó.
―No, por favor, sé que se acabó. Sé que ya no me amas más, que dest... que destruí todo lo que siempre sentiste por mí. ―Jungkook sintió más lágrimas deslizarse por su cara mientras exponía su alma ante Jimin―. Ya sé... sé lo que hice y realmente lo siento, Jimin. Sólo por favor... por favor no me odies.
―Demonios, Jungkook, yo no te odio. Nunca te he odiado.
Jungkook no se dio cuenta hasta que Jimin dijo esas palabras lo mucho que había realmente temido que Jimin lo odiara. No era igual a que Jimin lo amara, pero le permitía a Jungkook
respirar de nuevo.
―Gracias ―susurró después de un momento, agarrando la mano de Jimin y dándole un pequeño apretón antes de dejarlo ir. Silencio y un ocasional sollozo de Jungkook llenaron la pequeña habitación de madera por unos momentos.
Jimin fue el primero en hablar, sus palabras suaves y tranquilas en el silencio de la habitación, pero para Jungkook eran más fuertes que cualquier cosa que él había oído nunca. ―Nunca he dejado de amarte, Jungkook.
Jungkook exhaló profundamente ante el comentario de Jimin, el aire en sus pulmones salió en un bajo, torturado sollozo. Las lágrimas le cegaban los ojos y ahogaron su voz mientras gritaba desesperadamente: ―¡Oh Dios, Jimin!
―Siempre te amaré. No hay nada que puedas hacer para cambiar eso. Yo solo no sé si puedo confiar en ti.
Lágrimas calientes rodaban por las mejillas de Jungkook mientras miraba a Jimin. ―Dime qué hacer. Haré lo que sea, Jimin.
Jimin se quedó en silencio unos instantes, tan silencioso que Jungkook pensó que Jimin estaba tratando de pensar en una manera de dejarlo caer fácilmente, para decirle que no podía confiar en él de nuevo y que ya era demasiado tarde.
―Dime por qué estás aquí, Jungkook ―Jimin dijo finalmente.
Jungkook miró a Jimin en estado de shock. ¿Jimin quería saber por qué estaba en el baño llorando? Pero... ¿por qué? ¿Qué es lo que tenía que ver con esto? No tenía sentido, nada de esto tenía sentido.
―Sabía que las cosas habían finalmente terminado entre nosotros, que no... me amabas más. Y no podía estar allí,
a tu lado, ya no podía mantener este dolor dentro de mi pecho. Era demasiado... ―Jungkook se pasó la mano por la cara para borrar algunas de las lágrimas―. Tú no hiciste nada de esto, Jimin. Ya lo sé. Tú me amabas y yo no... yo no hice un trabajo muy bueno amándote. Así que, vine aquí para que no pudieras oírme. Yo no quería que te sintieras mal.
―¿Viniste a llorar aquí para que yo no me sintiera mal? ― Jimin preguntó con escepticismo.
Jungkook asintió.
―Mi madre me dijo una vez que iba a encontrar a esa persona especial para amar, mi alma gemela, si lo buscaba lo suficiente. Hay alguien para cada uno de nosotros. Pensé que tenía que tomarme el tiempo para encontrarlo. Cuando te conocí, supe que tenía razón.
Jungkook comenzó a llorar en silencio ante las palabras de Jimin. Si Jimin estaba obligado y decidido a arrancar su corazón, Jungkook sabía que no iba a hacer nada para detenerlo. Él se lo había hecho a Jimin.
―Había algo más que me dijo también, sobre cómo iba a saber que yo había conocido a mi alguien especial.
―¿Qué era eso? ―Jungkook preguntó.
―¿Sabías que el día que me mudé lejos fui por tu calle a verte? Quería verte sólo una vez más. ―Jimin se encogió de hombros―. No sé, tal vez pensé que podría convencerte para estar conmigo otra vez.
―Jimin...
―Pero cuando llegué allí, acababas de llegar a casa con Taehyung. Tenías tu brazo alrededor de sus hombros, riéndote de algo que te estaba diciendo. Te veías tan feliz. Eso es todo lo que quería... que seas feliz. Así que, me di la vuelta y me fui.
―¿Por qué me estás diciendo esto? Ya sé lo mal que la jodí. Yo... ―Jungkook gritó. Pero Jimin sólo continuó como si no hubiera dicho una palabra.
―Mi mamá me dijo que iba a saber que yo había conocido a mi alma gemela cuando su felicidad significara más para mí que la mía, que yo haría cualquier cosa para hacerlo feliz, incluso dejarlo.
Jimin agarró la cara de Jungkook con sus manos, mirándolo fijamente a los ojos. Jungkook se sorprendió al ver un atisbo de lágrimas en ellos. Se acercó y limpió una, sintiendo una respuesta siguiendo abajo por su mejilla.
―Incluso si significaba ir al baño a llorar solo para que el hombre que yo amaba no me oyera y se sintiera mal por ello. Eso es lo que haces cuando amas a alguien, Jungkook. Él es más importante que tú.
―Te amo, Jimin, te juro que lo hago.
―Lo sé ―Jimin susurró mientras se inclinaba y besaba a Jungkook con suavidad en los labios―. Te amo también.
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Capítulo 7
Taehyung abrió la puerta de la habitación de trastos poco a poco al no oír nada procedente de la pequeña habitación de madera. Espiando dentro vio dos figuras durmiendo juntas en la cama. Jungkook estaba acurrucado detrás de Jimin, un brazo alrededor de su cintura.
Eso no le sorprendió. Pensó que cuando la señora Park drogó sus alimentos eso daría lugar a un poco de acción en el colchón. Lo que le sorprendió fue la sonrisa profunda en la cara de su amigo y la forma en que Jimin se había acurrucado contra él, con la cara enterrada en el cuello de Jungkook.
Tan silenciosamente como pudo, Taehyung apoyó la caja de ropa en el suelo y cerró la puerta detrás de él, dejándola abierta esta vez. Con la esperanza de que dos días de estar encerrados juntos les hubiera dado tiempo a solucionar las cosas.
Regresó a la casa y se metió en su propia cama, sonriendo en la oscuridad. No podía esperar para ver a Jungkook. Sólo esperaba que él y Jimin hubieran trabajado las cosas y su amigo aún estuviera sonriendo al llegar la mañana.
La señora Park puso otra taza de café frente a Taehyung. ―¿Cuánto tiempo hace que dices que les dejaste su ropa?
Taehyung miró el reloj en la pared. ―Alrededor de las cinco de esta mañana. Deberían haber estado aquí para ahora. ¿Crees que deberíamos ir a verlos?
La señora Park miró el reloj. Iban a ser las 11:00 am. ―Sí, será mejor. Espero que no se hayan matado uno al otro.
Taehyung caminó afuera hacia el granero con la señora Park, cruzando sus dedos mientras iban. Doblaron la esquina del establo y se detuvieron repentinamente. La caja de ropa que Taehyung les había dejado temprano en la mañana estaba apoyada en la puerta, que estaba cerrada con llave una vez más... esta vez desde el interior.
~ Fin ~
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