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viernes, 13 de enero de 2017

Una esposa perfecta © - Trilogía Amores Nobles

Una esposa perfecta © - Trilogía Amores Nobles



Una esposa perfecta © - Trilogía Amores Nobles
by JennVZelaya

Sin Editar.... 
  
  En los condados no metropolitanos las familias aristocráticas tenían sus casas de campo o las fincas, donde la mayoría iba solo por la temporada de caza y otros para ocultare de los bailes en que se encuentran esposas. El hijo del Duque de WodTher, se había refugiado en sus tierras para evitar las mañas casamenteras de su madrastra. Lo que no sabía es que en el campo también puede caer en las redes del matrimonio.
                                                                                (***)
  #38 en la lista de novelas históricas. 06/08/16
  #35 en la  lista de novelas históricas.  12/08/16
  #10  en la  lista de novelas históricas. 05/10/16
  (***)
  Disfrutar de la historia Una esposa ¡Perfecta! ©
  Y ya saben qué no se permite la copia ya sea parcial ni mucho menos completa del escrito. 
  Los ama Jenn V'Zelaya. (Jennifer Enrique Zelaya).



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Prologo

En la gran finca de WodTher, hacienda de la gran familia Ahsther. Ahora el leal asesor e investigador Ethan Ahsther, hijo del Duque de WodTher. Pasaba la temporada en la bella mansión familiar que desde muy pequeño supo que heredaría. Marco Ahsther, su padre y Ex general del país era nada más y nada menos un hombre de buenas intuiciones en los negocios, el principal, las carreras de caballos y otros oficios. Por eso ahora gozaban de un cuarto más de la fortuna total en sus bolsos.

El hombre que le dio la vida en esos momentos se encontraría en el apogeo de los bailes para la presentación de sus jóvenes hermanas de nada menos que de dieciocho y veinte años.

Mientras él gozaba su estancia allí-Señor, desea más brandy o ya retiro todo-. El siempre fiel de Will, su ayuda de cámara y mayordomo era su mano derecha en asuntos personales.

-No Will, retira todo y prepara mi recamara es hora de descansar y mañana por la mañana entregaras estas cartas al correo. No es urgente así que no apresures su transacción. 

-Cómo usted diga, señor.

El mayordomo fiel a la casa de los WodTher se retiro para hacer los deberes dados por su amo. 

Mientras tanto se quedaba a pensar que sus hermanos menores estarían sufriendo en esos bailes que a su querida madrastra los arrastraría juntos con las chicas. 

-¡Pobre ilusos! Marco, Duglas, debieron de hacerme caso-. Expresó Ethan,el primogénito del Conde Marco Ahsther.

Lo que no sabía Ethan es que en el campo también es propenso a encontrarse

con lo qué un hombre huía, al compromiso ligado... a lcorazón.

***

La dulce y bella Rachell era nada más ni menos que la más joven de los chicos del Asedado de la región, el Teniente Coronel Thresser. Rachell al ser única hija y criada bajo la influencia de sus dos hermanos mayores y su padre, es una mujer de carácter y fuerza de voluntad muy grande.

Sus únicas influencias femeninas eran las madres de sus amigas. Y sus queridas amigas eran la señorita Jennifer Brandal hija de un conde y la ahora Lady Charlotee, marquesa, esposa del marques CrisTool .

Ahora a sus veinte años de edad estaba más que lista para ir a los gloriosos bailes de presentación bajo la tutela de su amiga Charlotee, que a pesar de ser solo dos años mayor que ella y tan solo con uno de casada era de buen ver en la ciudad de Londres, pero no era eso lo que quería .

-Padre,quisiera pedirte permiso para ir de visita...

-¿Adónde, jovencita?-. Interrumpió un poco alterado el teniente, su hija jamás y dice que jamás había hecho algo por el estilo, sus amigas siempre eran las que preferían la finca.

-Charlotee nos invitó a Jenn y a mi, a su casa en la costa.

-Querida,tú siempre has estado aquí, porqué ahora la señora... CrisTool desea que vayas a allí.

Rachell sabía que tenía que ser fuerte en su decisión-Mis hermanos piensan que Sarah merece ir a Londres de compras, y yo no amo ir a tiendas.

-Umm sí. Pero a Arthur ¿no le molestaría que su esposa lo deje solo esta temporada?-. El teniente lo dijo con sorna. Su nuera es una mujer con un carácter volátil y tenía a su hijo como quería.

-Papá,entonces si podre irme a la costa en vez de Londres.

-Sí,querida ve y disfruta.




Con esas palabras la bella Rachell supo que por fin se liberaría de otro tedioso año de los bailes de etiqueta que frecuentaba con su cuñada y prima. Así ahora solo iría a ver a sus amigas y disfrutar de estar en su compañía. 


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Capítulo 1

Abril de 1818
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Una mañana muy fresca hizo que la cabalgata del único señor de la mansión de WodTher fuera perfecta, no se arrepintió de tomar esa decisión. Ahora que iba de regreso a su casa a través del sendero que recordaba de niño no pudo evitar recordar que cuando era más joven casi rozando los doce, hacía sus competencias con sus hermanos de ocho años los gemelos Duglas y Marco Jr -cómo su padre lo llamaba y todavía lo hace-; también con los hijos del Teniente Coronel Thresser, uno era dos años años mayor que él y el otro uno menor, aunque el teniente coronel poseía una hija de la cual nunca llegó a conocer, por su viaje a la ciudad. 
-¡Vaya!Los setos aún no dan sus retoños-. La voz de Ethan era lo suficiente baja pero solo él se encontraba en ese lugar y la senda estaba llena de esos pequeños arbustos. De la nada al voltear a su derecha tras la valla de madera y alambre de púas se veía a un jinete que más de cabalgar, galopaba como si de eso se tratara su vida, atrás del jinete iba otro un poco a eso de diez metros de distancia.
Con asombro Ethan encontró esa visión un poco graciosa, sería así acaso se vio él y sus compañeros de aventuras. Con trote ligero y preciso él llegó a su casa. 
Tras a haber dado las ordenes para el resto del día el joven amo tenía mucho tiempo libre así que decidió mandar una nota su vecino, la familia Thresser, para ver si sus amigos estarían en casa. Inmediatamente un lacayo se llevó la nota. Aunque si su hermana tenía la edad de las suyas estarían en la ciudad para la temporada.
-Señor

acaba de llegar un telegrama de su padre-. Will le dio un sobre donde la perfecta y cuadrada letra de su padre resaltaba.
-Gracias Will, que se prepare mi comida, llévala al estudio allí estaré-.Dicho eso se levanto y se dirigió al estudio.
-Como ordene, señor. 
Ya en el estudio-después de comer-, que era nada más que una sala con un gran escritorio de roble y una salita que constaba de dos pequeños sillones acolchados con un diván del mismo color, ocre y enfrente del escritorio sillas de igual forma solo de color café para juego con la imponente mesa.
Ethan leyó el telegrama con paciencia, su padre tenía la maña de escribir todo paso a paso, color a color, letra a letra... pero lo que más le llamo la atención es que su hermana parecía haber encontrado un caballero de su atención. Pobre chico pensó Ethan ahogando una risita. 
-Señor tiene una visita-. La voz de Will hizo presencia en el estudio y los ojos de Ethan se posaron en un caballero alto de cabellos castaños oscuros y piel algo bronceada. Al ver los ojos de su visitante detecto una chispa de burla y eso lo crispó un poco. 
-Ethan el Libertino de Londres. Dime cómo te trata la vida.
Las cejas de Ahsther se levantaron formando un arco muy poblado, cuando se le vino a la mente que mando la nota a la casa de los Thresser -. Arthur, ¿Qué haces aquí? 
-¡Vaya viejo amigo!, me mandas recado y no me quieres ver -. Con gesto sonriente y alegre Arthur respondió.
La casa de los Ronchester, conocidos en la campiña con solo su apellido de casa Thresser, estaba en su hogar. Si no se equivocaba era el mayor el que ahora portaba el titulo de "Conde Ronchester" ya que su padre se retiro del circulo social y se quedaba solo con su gran titulo de "Teniente Coronel".
-Bien. Pero no imagine que vinieras asta acá pensé en visitarlos otro día si tenía una respuesta afirmativa de mi nota.
-En casa me aburro y mis hermanos no están. Mi padre quiso ir a la ciudad de Edimburgo a ver a mi hermana mayor, Eva, ya que lo hizo abuelo por tercera ocasión y mi querida pero astuta Rachell se escapo por así decirlo con sus amigas de infancia a la finca de una de éstas; ah y mi hermano Enrique, se fue con mi esposa y nuestra prima Esmeralda a los tediosos bailes.
-Tú dejando ir a tu adorada Sarah. Eso si es delicado. 
-Sarah anda con un genio horrible. Mujeres.-esbozando una rápida sonrisa.
-Sí. Mi madrastra y hermanastras están algo irritadas por estas fechas. 

Los dos hombres hechos y derechos en ese momento enumeraron sus negocios,sus familias; porque cuando creces en ese momento tienes más obligaciones y más cuando eres el mayor o en caso contrario único varón de la familia. Caso de los allí presente no lo eran. 
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Continuara...


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Capítulo 2

Rachell estaba extasiada, más no podía evitar sentir un poco de miedo es que estar en un lugar que casi no conoces y con tu amiga ¡ya casada!No es como algo muy concurrente.
-Rae, Rae ¿cómo estás?-. La voz de Jennifer Brandal se alzo al viento. Jennifer o como sus amigas y familiares más secanos le llamaban"Jenn".
-Jenn faltaba menos, deja de gritar que ya llegamos y no creo a Lady CrisTool le agrade nuestros o más bien tus gritos-. Reprendió Rachell. 
-Ah, pero querida a Lady Charlotee estará más que encantada con nuestra visita. Aquí debe de aburrirse.
Rachell solo sabía que su amiga a pesar de parecer una rubia sin cerebro- sin ofender a todas las demás rubias y claro obviando el hecho que Jennifer era castaña clara y no rubia- era de gran mente, muy hábil y de gran conocimiento pero su comportamiento era a veces infantil. Y Su padre era el primero en beneficiarse por el cerebro de su única hija y por ello le había organizado un matrimonio muy acaudalado pero como siempre a ella poco le importaba el dinero ya que decía: -El dinero se hace trabajando y yo manos y pies tengo, pero el amor, solo una vez viene y por eso yo deseo encontrarlo-.
-¡Amiga nuestra! Sal y ven acá para poder darte un regalo de boda-. Y Jennifer se lanzo a los brazos de Charlotee la cual la recibió con un gran abrazo y besos en ambas mejías. Jennifer era la más pequeña de las tres, bueno solo tres meses menor que Rachell. La efusividad duro lo suficiente para cuando se dieron cuenta ya entraba la tarde en el gran patio de la casona así que la marquesa decidió que era

hora de entrar.
Estando ya instaladas las amigas decidieron tomar el té para poder seguir hablando ese día, en la sala de la señora CrisTool; que consistía de una grande estancia de color madera con dos paredes tapizadas con bellos dibujos de caballos pequeños a las orillas.
-Ahora dinos querida "Marquesa", cómo es tu esposo. La primera y ultima vez que lo ví fue en tu boda y el pesado de mi primo no me dejo hablar con él. 
-¡Jennifer!Que clase de pregunta es esa-. Rachell quiso estrangular a la casi rubia, ¿pero es qué era lo que pasaba? hoy Jennifer andaba más loca que nunca-.pensaba Rachell-. En cambio Charlotee solo sonrió conocía desde la cuna a su querida amiga y sus preguntas eran solo un disfraz para mitigar los nervios de su imponente e intransigente boda, que estaba a la vuelta de la esquina. 
-Jennifer querida mi esposo es... mi esposo-. La voz dulce y armoniosa de la marquesa hizo que tanto Rae y Jenn se rieran. Su amiga estaba profundamente enamorada de su esposo por lo tanto ella era una mujer bendecida. 
Jennifer solo pensaba que sería muy feliz sí en su eminente matrimonio si su esposo-fuera joven de ideas y... ¿por qué no de edad?- la dejara hacer todo lo que a ella le sintiera estar viva. Rachell en cambio pensó que sería bonito encontrar un hombre que la hiciera ser y sentir como su amada amiga.
La cara de la marquesa irradiaba luz y sus mejías estaban del tenue color rojo, solo lady CrisTool y su esposo sabría lo que tenía en la cabeza ahora.
-Madama su Señoría llegó y pregunta por usted-.

La voz de un hombre de edad indefinida se presento.
-Gracias, Hancel. Dile que puede pasar a mi salita aquí mis amigas yo le queremos saludar.
-Como diga madama. Cuando Hancel se retiro-qué era el ayuda de cámara de su señoría y mayordomo-, a los pocos segundos se escucharon los pasos del marques CrisTool. Al pasar por la puerta su cuerpo, tan grande como un ropero y alto como la misma puerta lleno toda la sala con su presencia. La marquesa se levantó de su sillón color rosa pálido y abrazo a su señor esposo, y haciendo las presentaciones pertinentes; el marques se quedo viendo a sus nuevas compañeras de casa.
-Queridas damas sean más que bienvenidas a está su humilde hogar. Marquesa esta noche tú y yo fuimos invitados al baile de la Señora Helena,pero tus amigas estarán más que invitadas. La señora Helena estaría encantada por extender su invitación-. Volteo la vista alas dos chicas enfrente de él.
Las jóvenes que venían de un largo viaje solo pensaron que esa mujer tendría mucha influencia en la zona, por lo que el marques no rechazaba la invitación y se las extendía.
Más tarde las dos invitadas de la casa pasearon por los bastos jardines- ahora iluminados por unas pequeñas linternas y antorchas- de la casona del marqués, ambas tomadas del brazo una a otra discutían si ir a esa dichosa fiesta. No por nada podían alegar que estaban cansadas por dicho viaje pero era completa descortesía hacerle ese desaire al esposo de su amiga.
-Te digo Rae, yo vengo huyendo de todo el alboroto de Londres y aquí en las costas de Somerset,

esperaba no entrar en esas cárceles.
-Jenn...pero no podemos decirle a Charlotee que no queremos ir, sería muy feo y muy injusto para con ella y su ¡esposo!-. Afligida Rachell recalco. Jennifer, Charlotee y su familia le llamaban Rae. 
-Vamos Rae querida, a mamá le pegaría un ataque de verme en fiestas paganas como estas. Y tú y yo no bailamos al candor de llamas de hogueras.
-Jennifer para ser tan culta a veces eres muy cruel e insensata, a Lotee* no le gustaría escucharnos hablar así de su ahora hogar.
-Mi cerebro es todo números y más números con letras, pero de verdad piensas que se todo. No. No lo sé todo Rae. Y si lo hiciera ahora sería una institutriz de los queridos hijos de mis primos-.Jennifer quería hacer de su vida algo más que casarse y aportar un linaje para su esposo, y nietos a sus padres. 
Ella pedía ser una mujer grande como las que tantas se hablaban en historias de Europa del sur. Claro su padre primero se iría al infierno por maldecirla como mala hija.
-Bueno Rae. Hay que ver que vestidos nos pondremos, tal ves sea una viuda que gusta dar fiestas más cercanas a las de Londres aquí en Somerset; es más tranquilo. Oh Rae quien quita que aquí encuentres ¡a tu media naranja! 
Rachell solo pensaba que a Jennifer le había picado algo en el viaje. Sus cambios de humor le estaban dando dolor de cabeza.
(...)
Era tan bello que los ojos de Rachell aun no podían comprender en sí todo, las luces eran hermosas, los jardines hermosamente decorados también y los paisajes que se podían observar más allá de todo

el poco glamour de la costa. La señora Helena hizo un gran trabajo y claro que la señora era nada más que la tía abuela del marques CrisTool. Una duquesa.
-Cariño aquí estarán es más confortable que afuera-. La voz de la tía abuela del marques se escucho en la entrada de la hacienda. Los marqueses se apresuraron a entrar mientras la señorita Jennifer Brandal se quedaba hablando con un Sir en la entrada. 
-Lady Ronchester que placer tenerla en mi casa.
-Es para mi un honor duquesa Maxwell.
La platica impuesta por la duquesa era claramente banal y Rachell sabía que esas platicas eran casi siempre el preámbulo para los inicios delos bailes.
Las señoritas que se encontraban en la casa pronto estuvieron con su carnet para los bailes. Jennifer estaba más que feliz para iniciar y Rachell no podía contar con los dedos de sus manos a cuantos de esos jóvenes iba a rechazar.
-Amiga mira ese chico es muy lindo y vine hacia aquí a lo mejor quiere bailar contigo.- Jennifer chilló emocionada por su amiga más cercana.
-No. A mi no me gusta, si a ti te parece bien sal con él.
-Oh vamos Rae, tienes que bailar con alguien o yo no lo haré porque sino sabes eres mayor que yo. Y así lo dicta la etiqueta yo bailo después de ti. Así que hazlo solo lo mi, si. 
Él joven que Jennifer vio se detuvo enfrente de ellas y por lo que se podía apreciar los ojos del muchacho no se apartaron de Jennifer dando así que era con ella con quien quería bailar la pieza.
-Buenas noches ladys, quisiera saber si me regalaría un baile señorita Brandal, la Duquesa me regalo el saber de su nombre, madame. 
-Oh,que elegante pero yo no sé su nombre caballero. -Jennifer podía ver la expresión en la cara de su amiga y no era nada cómodo ver como Rachell pedía a gritos salir de ahí.
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Continuara...






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Capítulo 3

Espero y les guste.

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La tarde ya había caído en la casa WodTher, y el hijo del duque estaba más que dispuesto en ir por los placeres que la vida del campo da con los brazos abiertos, pero su compañero de vicios le dijo que estaría en unos minutos.

Su amigo de la infancia, Arthur-. Con el cual ya tenía una semana de haberse encontrado-, se encontraba solo con su padre-él había regresado-. Por lo tanto tenía el deber moral de esperar que su padre lo liberará para salir. Claro el también lo hacía y por eso lo comprendía; cuando los padres les pasa el legado a sus hijos mayores esperan grandes resultados para con la familia pero también esperan obediencia y deber moral para con ellos. Lo bueno es que su padre aún no lo hacía.

-Ah Ethan ya estoy listo. ¿Y tú?-. Ethan levantó la cabeza y vio a su amigo y ahora compañero de andadas libertinas en el campo. Sonrió. Cuando Sarah lo averiguara lo mataría y él se partiría de risa.

-Arthur tu adorada Sarah te matará...

-No, mi bella esposa sabrá que acompañe a un irreparable libertino para que no dañara la honra de su servidumbre.

Cuando Ethan iba a rebatir tal acusación supo que el Conde tenía razón. Las chicas que estaban en su casa eran bellas, de cabellos rizados y caderas anchas con pies pequeños.

-Deja de pensar cosas sucias mi amigo. Y vayámonos.

Ethan solo pudo levantar las comisura de sus labios para decir que se alegraba de que su amigo lo conociera tan bien. Y ahora él tenía que

buscar a una mujer para poder sosegar su cuerpo. Aunque acompañado de un hombre perdidamente enamorado de su esposa y reconocido de la zona era una tarea algo difícil.

Ambos ya listos para cabalgar salieron rumbo a la taberna más concurrida de la zona ya que esa también era la mejor. El viaje solo duro unos cuantos minutos que llenaron hablando de minorías y una invitación a comer en casa de los Ronchester, a causa del regreso de la señora Sarah y compañía.

Al llegar a la taberna empezaron con algo suave, cerveza y un poco de ron pero mientras avanzaba la noche el whisky también enfilo la mesa.

-Así que tu amada esposa llega...-. Ethan empezó la platica con un tema seguro, como era hablar siempre de Sarah, una mujer muy guapa y fina de cabellos rebeldes y de color tan rojo como los tomates. ¿Tomates?, bueno a él le gustaban los tomates acaso eso quería decir que veía atractiva a la dulce Sarah... No. Solo que la dama era encantadora y bella. Sacudió la cabeza y sus cabellos se alborotaron más.

-En tres o cuatro días. Parte mañana de la capital eso leí en su última carta que llego. Así que haremos una comida y tú ya estas invitado. Padre estará más que feliz hablando contigo.- Arthur era un hombre muy alegre medito Ethan tras recuperar un poco el cerebro por tantas jarras de cerveza y ron.

-Ahora donde encontraré una linda dama-. Ni al cabo de terminar la oración Ethan tenía una linda muchacha en sus piernas la cual parecía saber el arte de la seducción profesionalmente.

La vista de Arthur paso de vivaz y parlachin a una sombra y se alejo a fumar su puro afuera del local. Claro que no era necesario salir para consumir tal producto, pero ver a una mujer con poca ropa no era algo que él gozara, por ahora.

Mientas Arthur solo pensaba que su amada estaría otros cuatro días más sin él, sufriría como un niño abandonado. Cuando la cabeza le dejo de zumbar un poco se dio cuenta que llevaba por lo menos unas dos horas afuera, su piel estaba helada y le temblaban los dientes. Si Eva lo viera lo reñiría y si Rachell que era la menor por casi seis años, buena ella lo mataría, así que regreso a la taberna para haber si el "Don Juan" de su amigo ya había terminado con la rubia.

-Hey amigo ya terminaste por que creo que queda poco para el amanecer, y yo tengo cosas que hacer en la mañana...-. La voz del conde se fue apagando al ver a Ethan con dos mujeres una enredada entre sus piernas y la otra en sus brazos, una con sus faldas muy arriba y la otra con su corpiño muy abajo nada saltaba a la imaginación-. Rayos Ethan, vayámonos o te dejo.

-No. Yo me quedo, vete, no necesito que hoy me cuides.

Y así el conde se fue a su casa mientras el futuro duque estaba más que feliz con sus damas de la seducción.

La mañana siguiente fue otra historia el joven y futuro duque despertó en una cama llena de listones y camisones con tres damas, todas de diferentes cabelleras pero rubias. Si el amaba a las rubias. Y sus modales de caballero estaban al otro lado de la puerta. Mientras él pensaba como pasar el día con tan bellas chicas el conde de Ronchester preparaba una nota para su padre que solo tenía dos días de llegada de Edimburgo para decirle que su esposa había adelantado el viaje e iba a recogerla. Tarde, pero la culpa era del correo. Estúpido correo.

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Capítulo 4

Mientras Rachell pensaba que iba a colocar en la carta para su padre, porque ya llevaba una semana allí, en casa de Lotee-como le decían de cariño a la marquesa-. Por eso se esmeraría en ver que colocaría en la carta.

Querido padre:
Me honra comunicarle que mi viaje fue en su mayoría ejemplar, solo las mínimas molestias del tren-la comida, principalmente-, a Jennifer creo que le pego algo, anda muy boca floja y a nuestra querida marquesa solo le trajimos felicidad y algo más de trabajo, aparte de los presentes materiales.
Pero ella dice estar muy bien. Creo que esta de encargo, siempre toma un té de canela o de manzanilla por la mañana, sí, pronto un bebé habrá aquí. ¡Que felicidad para esté matrimonio! Espero que su nuevo nieto haya nacido bien, tanto de salud como físicamente.
Saludos a mi querido Arthur y a Sarah para cuándo ella llegue. También a nuestro amado pero nada caballero Enrique ¡ah y Esmeralda! Supe que llego pocos días después de mi viaje.
Con amor y besos tu dulce hija, Rae.
-Sí, esta más que perfecta-. Rachell se sintió plena, ella siempre velaba por la salud de su padre junto con Sarah, su cuñada, desde antes que ésta se casara con su hermano. Cosa que no podía decir lo mismo de... Eva.
-Rae, lista.- Jennifer entro al estudio que la marquesa les compartía para hacer sus cartas.-

Terminaste la carta a tu padre amiga, que alegría yo ya la tenía lista desde ayer para el mío. Vamos juntas a dejarlas al correo.
-Jenn no crees que deberíamos darlas a Hancel para que él las haga llegar-. Le cuestionaba Rae solo porqué no conocía la zona. Si no ella misma tomaría un caballo e iría a dejarlas a las oficinas.
-Querida Rae, yo estoy aquí para disfrutar y mira mi traje es de montar así qué; ve a ponerte el tuyo por qué iremos quieras o no. Y si nos perdemos solo hay que preguntar. Así de simple-. Rachell la vio y sí efectivamente estaba efundida en un hermoso traje de montar color amarillo, destacando sus bello cuerpo y luciendo ese esquisto vestido.
-Umm. Esta bien, espérame-. Resuelta Rachell salio a cambiarse.
-Muy bien-. Celebro su amiga.
Al salir de la sala despacho, la marquesa las vio y supo que la más pequeña pero intrépida Jennifer hizo algo o haría algo.
-Haber jovencita, que planeas hacer vestida así-. Charlotee supo que la alocada del grupo tramaba algo cuando sonrió de forma infantil y cuando la abrazo y dijo que solo dejarían cartas, no se preocupo tanto, solo que veinte minutos más tarde las dos, si las dos. Tanto Rachell como Jennifer iban montadas en las bestias del sur, Tornado y Briza que eran unas pura sangre, eran su regalo de boda por parte de su padre y sus amigas los montaba como si fueran unas yeguas mansas.
(***)

-Amada mía que ves por ahí-. El marques se levanto de su cama para abrazar a su esposa.
-Algo que no me lo puedo creer Nikolas, veo a mis puras

sangre como dóciles yeguas de crías en marcha por las alocadas de mis amigas.-suspiró con algo de resignación
-Déjalas, aquí es más campo y costa, ellas vienen o una de ellas de algo parecido así que es bueno para ellas-. El marques entendía a su dama, no solo era eso, sino que se sentía fatal por no estar más al pendiente de sus visitas y más si eran como sus hermanas. Pero su hijo era más importante. Mientras pensaba eso le frotaba su vientre aun plano.
(***)
-Ves te lo dije, te dije que podíamos perdernos pero no, no. La "inteligente" y al mismo tiempo terca, testaruda y cabeza hueca de ti hizo que nos perdiéramos.
-Cállate Rae, me desconcentras. Hay que pedir indicaciones a...
-A quién a quién Jennifer no hay ninguna persona por el camino-. Estalló Rachell estaba cansada y hambrienta y su amiga no hacia nada más que ver a los lados donde ¡donde nadie pasaba!.
Cuando de repente el ruido de una carreta se aproximaba. Las damas se quedaron allí en espera de que el conductor se parará y así paso; en la carreta iba un muchacho que se les quedo viendo cuando ellas después de saludarlo les preguntaron como llegar al pueblo para ir a las oficinas del correo.
El joven las vio y luego de explicarles el error de ellas que fue el cruce, todo encajo, tomaron el cruce de la carretera que va al río, no al pueblo, el muchacho tomo ambos caballos y los amarro a su carreta y las damas se sentaron cada una a su lado para llegar más seguras al pueblo dónde ellas hicieron sus diligencias y fueron de compras. Rachell fue por artículos para su padre y adornos para sus hermanos y cuñada. Mientras Jennifer fue a la librería por unos ejemplares del que hablaran del río e historia del pueblo junto a otras novelas que vio de su interés. Principalmente románticas ella era una romántica sin remedio.
-Ves no fue tan horrible, sí nos perdimos-apresuro a decir cuando vio a Rae con cara de «¿en serió?»- . Pero fue divertido ahora ya sabemos que camino tomar para ir al río y el chico estaba muy lindo a que no.- Rae solo movía la cabeza negandolo todo, pero si el joven era muy apuesto, lastima solo era un comerciante. Al ver el camino de sus pensamientos el rostro de Rae se coloro de rosa.
-¡Ajá te pillé amiga! Con qué te gustó el chico de la carroza. La carcajada de Jennifer resonó por unos segundo donde Rachell solo pensaba que Jennifer era muy infantil.
Cuando ambas chicas pisaban el terreno de los marques de CrisTool, vieron como todos los sirvientes estaban más alegres y trabajadores de lo normal. Cuando quisieron preguntar el porqué la servidumbre solo decía que el joven amo había llegado. Ellas que apenas conocían a su señoría Nikolas, se encogieron de hombros.
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continuara...


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Capítulo 5

La señora de la casa donde vivía el teniente coronel Thresser, estaba más que feliz, ahora en su hogar -con unas grandes bolsas de compras- desde la capital, la vida era felicidad, ella solo pensaba en su dulce esposo la esperaba y la gran sorpresa fue encontrase con él en el camino. No creía que la carta llegara tan pronto.
-Amado mío como estuviste en mi ausencia-. La voz de Sarah era como bálsamo para Arthur. 
-Amada mía no sabes cuanto sufrí por no tenerte a mi lado estas semanas.
-¡Ja! jovencita mi hijo era un trapo viejo. Solo se le levanto el animo hasta que llego ese chico, Ethan.
La jocosa voz del teniente coronel llego a los oídos de su hijo que solo se avergonzó un poco. Su padre ya no media las palabras. Y más cuando Sarah estaba presente.
-Querido tío, no sabes como es ser atascada de preguntas tontas en esos bailes insípidos. -Esmeralda hablo con un tinte en la voz.
-Bueno... tú gozas de esas atenciones Esmeralda.- la contestación no era la esperada y mucho menos él que la dijo.
-Cállate Enrique, como si tu no les hubieras dado cuerda a esos.
-Esmeralda a lo mejor aquí si encuentras a ese hombre ideal-. Le cuchicheo Enrique al oído, mientras ella veía que tanto su tío como primo mayor no les prestaba atención se dedico a seguir la platica «interesante» de Enrique -. por qué lo crees, querido-. Respondió curiosa.
-Hablaron de Ethan, es el hijo mayor de un ¡Duque! Y según tú los duques son mejores que los condes y vizcondes, ¿no?.- Recalcó Enrique.
-Y él ¿es de buen ver?
-Que

sabre yo de eso mujer. Ademas, eres viuda, joven y viuda. Tal ves se fija en ti... aunque sería de querida.
-Uh eres un bruto. -chilló con voz ácida la joven de ojos verdes.
Mientras Enrique sonreía a su prima, que era bella muy bella, por eso se caso muy joven, sus tíos la casaron a los diecisiete y a los diecinueve ya era viuda. Su esposo era un militar de buena familia. Sin hijos Esmeralda Villa-Torres, viuda del militar Tomas Villa-Torres un español. Quedo en manos de los familiares de su esposo. Y el querido tío Enrique I su padre.
-Así que el amigo de nuestra infancia viene mañana. Eso Sarah querida te tocara lucirte en la comida, será un duque el que este en nuestra mesa.
-Amado hermano de mi esposo, si estaré más que dispuesta en aceptar tu ayuda. Entre más manos mejor.
-Yo te ayudaré Sarah, hay platos españoles que son deliciosos. Me gustaría enseñarte a hacerlos. -Esmeralda vio su oportunidad de oro. A los hombres se les conquista por el estomago.
Todos estaban más que felices y ya desde ese momento se decía lo que se pondría en la mesa. Esmeralda y Sarah eran las únicas señoras en la casa por ahora y se encargaban de organizar. Mientras Rachell no este en esa casa la segunda al mando era Sarah y claro después Esmeralda, cunado estaba de vista. A pesar que la gran casa era por ley heredada al conde por ser el primogénito, la que daba las ordenes en esa casa era la más pequeña, la adorada Rachell. Que sin estar presente infundía respeto y obediencia.
(...)
Mientras la pequeña

del mini clan Ronchester, estaba en medio de otro baile campestre. En honor a la presentación del hermano menor del marques Nikolas CrisTool La señora Helena se estaba presentando en la casona del marques para ver al hermano menor de este.
-Ah el pequeño de la familia y dime Rachell querida cómo lo has visto.- preguntó la duquesa.
-Aun no tengo el placer de conocer al joven, duquesa.- contestó la joven.
-Vamos jovencita quitarme el titulo no me gustaría empezar a llamarte lady Ronchester- carcajeo la duquesa.
-Está bien, señora Maxwell.
-Ves es más que perfecto, ahora a ver a mi otro pero nada menos que amado sobrino.
Rachell supo que el segundo sobrino de la señora Maxwell, sería todo un problema y más con Jennifer alrededor por que ella ahora estaba más que dispuesta en ser la atracción del baile, con un vestido vaporoso el cuerpo esbelto y alto de Jennifer destacaba en el salón.
Las horas pasaban y el sobrino de la señora Maxwell bailaba con todas las damas que su tía le proponía y a ella le tocaba el vals, era raro, pero cuando se vieron y lo trato el joven fue lo más caballeroso posible hasta que Jennifer metió una indiscreción junto a Charlotee pero nada más que una risa plena y ronca como todo hombre salio de sus labios.
-Jennifer vamos es hora, tenemos que regresar y ademas ya estas un poco alegre, ese vino que tomaste...
-Rae, es que tú piensas que no soy lo suficiente. Yo se decir basta..
-Jenn calma que te caes, ayuda - Rachell miraba a todas direcciones y solo pudo divisar la cabellera rubia del joven Patrick,

el hermano de su señoría Nikolas.
-Excelencia por favor podría ayudarme, creo que mi mejor amiga a caído en el vicio del vino, y no puede caminar.
-No se preocupe lady Ronchester pero lo sugiero que pronto lleve a lady BradWell a sus aposentos para que se le pase uh... bueno el dolor de cabeza-. Patrick jamás pensó que tendría esa platica tan bárbara con unas damas, pero la señorita BradWell dispuso mucho del vino.
-Oh no se preocupe excelencia mi amiga jamás tomara ni siquiera un oporto en mi presencia.
-No hay que ser tan duros con la dama, el oporto es un vino dulce por lo tanto no la llevaría ni a ella o... -él la miro y Rachell compredio que si ella tomara oporto jamás caería en ese estado- si tomara más de cinco o seis tragos de el.
(...)
Jamás imagino que ella sería una mujer a dar ese tipo de espectáculos, pero es que su mejor amiga casi hermana se encontraba en un lamentable estado de ebriedad.
Lo único bueno era que los jardines a esa hora de la noche estaban vacíos, bueno casi vacíos. Solo una que otra pareja de como ella creía -y no estaba tan fuera de lugar-"mujeres y hombres que se agradaban, demasiado "
-Jennifer por favor camina bien, se que duele el cuerpo por tanto baile pero... pesas amiga.
-Rae, Rae... la vida es hermosa-. Las palabras las arrastraba y Rachell supo que su amiga estaba más allá en el mundo de los ebrios que en los sobrios. Cuando el joven Patrick volvió a su campo de vista él iba directo a ellas con una manta de franela.
-Lady Ronchester, permitame colocarle esto a

lady BradWell. Lady BradWell, lady...
-¡Ay no Jennifer se a dormido! Que haré. Que haré. Marques que haremos.
El hermano del marques CrisTool levanto en brazos a la joven duquesa y Rachell solo soltó un quejido. Nada se le cruzaba por la mente, es decir, el joven Patrick CrisTool, que era hermano de un marques y todo eso... pero estaba cargando en brazos a Jennifer en un estado comatoso por la bebida. Lo matarían, bueno no, pero lo desafiaría a un duelo si lo vieran con dos jóvenes con títulos como eran ellas.
-Excelencia, cree que estará bien mi amiga.-Rachell preocupada más por la salud de su amiga no se fijo que el joven Patrick estaba más que feliz con la oportunidad de hacerse en brazos a la joven damisela.
-Mi lady Ronchester. Creo que a lady BradWell solo tiene que descansar, nada menos que eso. Y por la tarde de mañana estará como siempre.
-Umm mi amiga jamás de lo jamases ha hecho esto. Pido disculpa por ella, excelencia.
-Lady Ronchester, jamás pida disculpa por otra persona, eso no hace nada ni hará nada por emendar errores o faltas de esa persona. Aunque aquí entre los tres - él soltó una pequeña carcajada, y vio de reojo a lady BradWell- aunque ella no cuenta mucho; es un hermoso detalle de su parte. Y de toda dama en creer que con una disculpa el resto se pueda olvidar.
Rachell, sintió que las palabras del joven tenían un significado más profundo del que le daba a ella. Pero poco conocía a ese hombre así que solo asistió, y sus cabellos se despeinaron un poco más.
El resto del camino fue más tranquilo,

Jennifer se quedo profundamente dormida y el hermano del marques enfundó el cuerpo de la condesa entre sus brazos y la manta de franela, para que no pasara frío. Y mientras Rachell se enfundaba en el saco del hombre, por primera vez daba gracias que los hombres tuvieran el deber de llevar un saco y una chaqueta- ya que el joven Patrick llevaba su chaqueta puesta- a la hora de asistir a un evento.
Mientras los pasillos se tornaban más oscuros debido a que las velas y antorchas que lo iluminaba se iban consumiendo, los únicos ruidos eran el repicar de las suelas de los zapatos del marques y de condesa Ronchester.
-Aquí es nuestra habitación, excelencia. Gracias- Rachell, estaba incomoda. No por nada hacer de carabina con su mejor amiga, y el joven Patrick. Pero en sí ella, no era de esa ala de la casa, bueno sí, pero esa habitación pertenecía solo a Jennifer y por la sonrisa arrogante que expreso el joven supo ella que él sabía que esa recamara era solo de la dama en sus brazos.
-No se preocupe lady Ronchester, pronto también la acompañare a usted a su recamara.
-Umm.. bueno es solo que no creo que sea... ¡ah, nunca ha habido un hombre en esta estancia!
Patrick suspiró, esas mujeres eran un caso. Lady Ronchester era toda una dama de etiqueta, en ese momento. Por que en el fondo de su ser, él detectaba una vena rebelde en la joven Rachell Thresser conocida como Lady Ronchester. Y le encantaba.
(...)
Ethan despertó con dolor de cabeza, en por lo que pudo ver una habitación llena de tiras de colores.
-Vaya otra vez me quede

en la cantina. Will no estará muy feliz.
-Pero si su excelencia, es el hombre con más poder... porque ese tal Will lo reprendería mi señor.- Ethan mira a la rubia y supo que esa mujer era diferente a las muchachas con las que estuvo, ella era una mujer con toda las leras. Pero como caballero jamas se quejaría.
-Bella dama, me disculpara pero ese Will mantiene mi ropa limpia, no creo que estaría usted de acuerdo que mi persona anduviera desnudo en las calles de este honorable pueblo.
-A mis ojos jamás le importaría si mi señor saliera en paños menores o sin ellos...- los ojos azules y picaros de la rubia hicieron de Ethan un hombre con sed y hambre y por el resto del día se dijo que disfrutaría de los labios ligeramente gruesos de la dama.
Las manos de la mujer eran pequeñas como cualquier dama las tendría, su piel firme y gruesa, su cabellera alborotada y enredada. Él amaría cada parte de ese cuerpo dándole con una fabril pasión lo que ambos disfrutaría.
(...)
En la espera de noticias de su hija, el teniente coronel Thresser, estaba todo los días ansioso al correo. Él no estaba para noticias fuerte y era la primera vez que su pequeña se iba de la casa tanto tiempo. Si hubiera ido a Londres con su cuñada, sobrina e hijo ya estaría en su hogar, como debía de ser. Pero no, esa jovencita ahora andaba en manos de quien sabe Dios, para arriba y abajo con sus amigas, y lo que más le preocupaba era la condesa de BradWell.
-Padre, no crees que estas preocupado de nada. Rae es una joven muy... muy Rachell. Ella sobre todos puede hacer frente a todo.
-Tú hermana solo tiene veinte años y tú aun no eres padre espero verte a ti, así como yo, cuando tú hija ande en lugares sin tu presencia para cuidarla.
-Bueno- Arthur cerro los ojos, su padre estaba alterado, sin noticias todavía, Rae era una desconsiderada. Pero su padre la miraba como una niña.- padre ella pronto te mandara una carta, no te preocupes ella siempre te ha cuidado. Ahora que esta de vacaciones apuesto que solo te escribirá si pasa algo importante.
-Umm eso espero. Ahora, tu amigo, cuando vendrá a la casa esta aquí muy solo sin mi pequeña, así que tu no quieres darme nietos tengo que vivir en cenas y almuerzos, es cansado hijo.
-Eh pues, si, sí el domingo que te parece. Hoy es viernes así que le avisare a Ethan, padre.
-Genial, así tal ves nos libramos de Esmeralda y Enrique Jr. - el general Thresser se carcajeaba de su broma personal sin importarle la cara de incomprensión de su hijo mayor..
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Continuara.


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Capitulo 6

Espero que le este gustando mi historia y saben que un escritor es feliz si dejan su huella en este capítulo :)

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Tras los días correspondiente el correo por fin llego a la casona de la familia Ronchester, donde se podía ver al general paseándose de un lado a lado con un pedazo de papel y una sonrisa ladeada.

Sus hijos junto con Sarah lo miraban y ya intuían que era de Rachell sin embargo Esmeralda solo disimulaba su irritación.

(...)

La finca vecina de los Thresser se encontraba llena de luz. Las velas de la planta baja estaban encendidas y en la parte superior varias habitaciones también se veían con esa luminosidad.

Ethan esperaba ansioso la cena ya que su familia por fin llegaba de la capital, y su señor padre por fin tomaría las riendas de la finca cosa que él estaba haciendo, algo lento o bueno muy lento.

-Ya era hora jovencito- la ronca voz del Duque rebroto en las paredes del largo comedor- ya que era para doce personas-.

-Lo siento padre- Ethan camino hacia su madrastra y deposito un beso en el dorso de su mano derecha. Y con una sonrisa encamino al comedor.

-Jovencito tu padre y tus hermanos están más que agradecidos que la casa este presentable.

-Esta más que claro BellaBel, pero mis hermanos y hermanas estaban divirtiéndose por allá y yo aquí más aburrido que nada. Solo salgo a las reuniones del Teniente Coronel me invita y he decir que son muy frecuente casi las tres semanas que llevo aquí las he pasado en casa de los Ronchester.


BellaBel miro fijamente el rostro de su hijastro no por nada ése hombre y los gemelos eran los herederos de la fortuna WodTher.

-Bella querida donde están las chicas, ya deberían estar en la mesa.

-Clara y Sophía están algo cansadas por el viaje y ya merendado y se acostaron a dormir y los gemelos... están con los caballos el ultimo momento que los vi.

(...)

Rachell miraba fijamente su maleta y suspiraba, por otro lado Jennifer bailaba por toda la habitación con un pedazo de papel con el sello de la casa BradWell, la felicidad de Jennifer era que su padre Víctor Brandal, conde de BradWell le decía que su prometido estaría más tiempo en Italia por cuestiones familiares.

-Lo imaginas Rae, mi "prometido"- hizo énfasis con sus dedos incite y medio de ambas manos haciendo comillas para resaltar más la palabra- va estar en Italia más tiempo del estimado. He de decirte que me desagrada un poco como lo voy a conocer.

Mientras Jennifer seguía con su monologo en cuestiones de los pros y contras de tal acción de su futuro esposo; Rachell solo podía imaginar como sería el viaje de regreso a su casa.

Charlotee miraba a sus mejores amigas alistarse para poder tomar el tren para la capital y de allí ir a sus respectivas casas.

-Lotee cariño sentimos irnos tan así pero creo que es mejor si partimos ya para poder, por lo menos yo pasar más tiempo lejos de casa. Iré junto a Rae a la finca de ella.

-Jenn no crees que

al conde le moleste que estés tan lejos de casa.

-No, papá es muy amable y sabe perfectamente que estas son mis vacaciones para después encerrarme en una casa y luego aburrirme hasta que yo decidía si tener o no un hijo.

(...)

El tren a su hora exacta partió de la estación, los engranes giraban a todo y los hombres de la caldera sudaban a morir, los motores a su máxima potencia y el carbón repicaba haciendo casi que el mismo fuego llorará.

La locomotora iba sin ningún problema, iba tranquila y sus pasajeros felices en sus asientos. Jennifer y Rachell en el vagón de primera clase, miraban por la ventana el paisaje.

-Amiga mía, crees a tu padre le moleste que llegue así tan de repente.-Jennifer cuestionaba a su amiga d ella infancia pero ésta iba en su mundo y nunca le contestaba sus preguntas por lo cual decidió ir a vagar por el vagón de la comida. Por ahí había escuchado que la comida hace feliz a las personas y ella amaba los dulces, y esos pues eran comida.

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Jennifer iba con una pequeña charola en sus manos en la cual ella misma había servido un poco de todos los dulces de la mesa donde los meseros del tren ponían los bocadillos par todos los comensales.

Cuando la mano de un caballero tomo de su charola una porción de dulce.

-Oiga, ahí- y señalando la mesa con su fina mano de color marfil- ay que llevaba las manos desnudas, de sus guantes - hay más no toque la comida de otros.

-Vaya, la dama tiene carácter cuando no duerme por el vino - esa voz hizo que Jennifer levantara la mirada y diera un pequeño salto ahí mismo.-

porque nada más era que el joven Patrick CrisTool, el cuñado de su amiga Lotee.

-Sir Patrick, usted... usted.- Jennifer estaba más helada que la rica agua de Jamaica que tomaba una señora a unos pasos de ellos. - Mi lord, que hace usted en este tren. Según Lotee usted se quedaría en la casona con su tía la señora Maxwell.

-Oh no eso debió de ser un mal entendido, yo voy por la vida como el viento. Así que ahora voy con las dos damas más hermosas que mis ojos hayan visto.- Jennifer parpadeo un poco y ella solo pensó que hombre más irritante -. y esas dos damas son: usted lady BradWell y lady Ronchester.

-Oh.

Así Sir Patrick camino haciendo compañía a lady BradWell hasta su propio cubículo en el tren.

Cuando los dos llegaron Rachell bordaba una manta de lino las iniciales de su padre Enrique I. Ella los vio y saludo al marques y cuando Jennifer le contó todo a su amiga, Rachell respondió que para ella sería un honor hospedarlo en su casa. Y su padre tendría temas muy agradables para que el Sir no se aburriera en la finca.

(...)

En el campo todo estaba tranquilo Enrique entrenaba a los caballos que iban a participar en la carrera local a beneficio de la iglesia local, mientras los gemelos del Duque hacían también lo propio con los caballos de ellos y las yeguas de cría que iban a subastar para criar con otros potros de las haciendas vecinas.

-La fiesta esta hermosa, mira Sophía, todo esta tan bello.- la menor de las dos jóvenes miraba embelesada la plaza donde se montaba la fiesta del pueblo. Mientras que Sophía con su sombría se tapaba del sol y un pañuelo blanco la cara, el polvo le molestaba y además ella no quería estar en la finca si no fuera por que su prometido, Sir Tomas, quería saber como de distancia estaría la hacienda de su futura esposa y la propia de él. Ella jamás volvería a WodFarm y se quedaría en la WodHouse-la casa de su padre en la ciudad, Londres-.

-Clara, por favor no corras y mires todo como una cría, que vergüenza; es como si nunca hayas visto esta feria.

-No seas amargada con tu hermana, Sophía. O tu madre te reprenderá.

-Ethan, no sabía que oías nuestra conversación y mucho menos que estabas con nosotras ya que esa chica de ojos centelleantes y vestuario poco adecuado te perseguía.

-La señora Esmeralda solo quería ser atenta. Ademas tú y Clara son mis hermanas pequeñas, así que debo cuidarlas.-Ethan tratando de escapar de la viuda Torres. Se pego a sus hermanas, una muy snob- y comprometida con otro snob; según él- y la otra muy feliz con ver la plaza del campo.

Las familias con más dinero en la zona como era la del Teniente Coronel Thresser y el Duque WodTher se juntaron para pasar la celebración en la plaza central.

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continuara... n.n"


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Capítulo 7

Cuando el tren termino su marcha por las lineas de hierro, el silbido resonó por lo alto. Todos los pasajeros bajaron con calma y sus maletas esperaban junto a sus dueños.

Un trió destacaba muy bien; una joven de cabellos marrones con piel clara y unos ojos café oscuros. Otra dama de piel marfil y cabellos como el oro con unos ojos azules como las profundidades del océano y de último un joven de cabellera cobrizo, ojos verdes y piel algo acentuada por el sol; tan alto que les sacaba una cabeza y un poco más la rubia de las jóvenes que tenía a cada lado.

-Sus maletas, señor.- uno de los empleados de la estación les ayudo asta las puertas de salida para llevar el equipaje de las damas.

-Bien, ladys. Ahora hacía donde iremos. - Jennifer y Patrick miraron hacía Rachell, la cual suspiro.

Alquilando un carruaje de la zona partieron directo para la hacienda Ronchester.

(...)

En la hacienda Ronchester se preparaban para recibir a toda la familia del conde WodTher; era una de las tantas reuniones que al teniente coronel Thresser le encantaba hacer. Más ahora que hace unos días le llegó la carta de su pequeña. Sus hijos eran un consuelo para lo viejo que él mismo decía estar.

-Papá, espero que estés feliz pronto la casa estará llena de personas. Ethan junto a su padre y hermanos y hasta la señora Bellabel tomaran la merienda con nosotros.

-Claro que

sí, hijo. Solo espero que Enrique sepa comportarse con las señoritas Ahsther. La señorita Sophía vendrá con su prometido, y la joven Clara de la mano de su padre y sus hermanos, Marco Jr y Duglas.

-Bien padre.

Las puertas se abrieron y dieron paso a las ocho personas que estarían para la merienda. Los señores WodTher, las señoritas y gemelos Ahsther y más atrás el heredero del titulo WodTher, Ethan Ahsther.

(...)

El carruaje iba a paso normal, tan normal que eran casi una hora de retraso. Jennifer y Patrick apreciaban el paisaje. Rachell estaba ansiosa. Pronto estaría en su hogar, con su papá y hermanos y Sarah. Aunque Esmeralda era un poco pretenciosa igual ella la quería y ambas se toleraban lo suficiente para poder estar juntas en la misma casa. Después de vivir cerca de seis años juntas en casa de la madre de Esmeralda, por culpa de las fiebres, cuando ella era una niña de cuatro años.

Aún Rachell podía recordar el brote de fiebre que surgió en el campo y su hermano mellizo murió a causa de ese mal.

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-Royer no puede salir de su habitación pequeña, él tiene fiebre y muchos malestares más.

-Pero nana, yo quiero verlo. Es mi hermano pequeño. Quiero ver a Roy.

-Rachell, él esta enfermo, no hay que molestarlo. Y tú pronto partes a la capital para que no te enfermes.

Nana. No es justo. Yo no deseo ir a la capital.

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-Rae,

ya llegamos. Mira que bello esta el sendero de rosas que nana Mia, cuida con tanto esmero.

-Sí así parece. Ladys es hora que entremos a esta bella casona.

El cochero bajo rápido y saco todas las maletas de la parte trasera del carruaje, mientras las damas sacudían sus faldas y estiran sus cuerpos de una manera muy elegante.

Cuando todo estuvo en su lugar el cochero partió de nuevo a la estación. El hombre de turno en la gran puerta abrió los ojos de una forma algo cómica y las puertas fueron abiertas dejando ver una entrada magnifica de la casa Ronchester.

-Señorita, sea bienvenida a su casa, se le extrañaba mucho- el señor algo mayor hablaba muy rápido y Rachell solo le sonreía. Ella solo deseaba poder dormir pero al tener visitas jamás lo podría hacer. Si solo fuera Jennifer ella misma le diría que fuera a dormir y ahí todo acabaría. Pero ¡no! Porque excelencia Patrick CrisTool estaba ahí.

(...)

El resto de los integrantes de la casa Ronchester estaban en el abismo de la ignorancia. Cuando el sonido de pisadas se escuchó. Todas las cabezas se movieron al mismo tiempo al lugar del sonido. Las pisadas eran fuertes-como el que las daba estuviera lleno de seguridad- la puerta del jardín dejo ver una silueta y esa sombra se acercaba a paso constante, cuando se dejo ver, el señor Enrique se levanto de un salto y fue a abrazar a la chica que se vio antes.

-Pequeña mía estas en casa.- el teniente no se espero y desmosto el amor paternal que sentía por esa chica. Enrique Jr sonrío un poco. Sarah y Arthur se levantaron también. Y Esmeralda

sonrío con frialdad. Los WodTher se intrigaron un poco, pero uno de los más impactados por la belleza de la chica, era uno de los gemelos. Duglas apenas y contenía la risa al ver como la mandíbula de su gemelo Marco Jr caía de forma graciosa. Ethan la miro de arriba a bajo, con disimulo claro. Sophía miró a su prometido en busca de algo que revelara, pero no, Torres solo la miro como otra más en la sala. Y Clara se derritió por la finés del vestido que poseía la chica y más al ver el otro vestido que llevaba una rubia que estaba tras de la castaña.

-Sean bienvenidos a mi casa. Jennifer, es un gusto verte aquí en mi hogar otra ves.

-Teniente- Jennifer hizo una pequeña inclinación e hizo las presentaciones con excelencia Patrick CrisTool, Conde de Maxwell.

El Sir Patrick en el camino les comentó a las damas que al ser el segundo hijo del marques no pudo obtener el titulo, pero su adorada tía, duquesa de Maxwell le heredo el titulo. El cual ella por derecho a nacimiento obtuvo. Y como su bella tía nunca se caso, por derecho de sangre le pertenecía.

Cuando el teniente se enteró que ese joven estuvo con las chicas en casa de la marquesa CrisTool, supo que podía ser un excelente partido para su hija. Y ademas ya era hora que le buscara a Rachell un esposo.

-Así que usted es un duque.

-Sí, así es, Duque Ronchester.

-Oh no, ahora solo soy el Teniente Coronel Thresser, el duque es mi hijo mayor, Arthur.


La corta charla hizo que el teniente los invitara a la merienda con los WodTher y así poder conocerse mejor.

Jennifer enfilo la mesa con su risa dulce y carisma singular. Patrick tomo asiento junta ella para una manera entre los caballeros vieran su interés por la joven de ojos azul profundo, como el océano. Rachell en la silla derecha de la mesa, a lado de su padre.

Todos vieron la singularidad de la mesa ahora, porque en un principio casi todos pensaron era la silla quién en vida fuera, la esposa del teniente; pero ahora podían apreciar que no.

-Enrique, amigo ella debe ser tu hija, la pequeña Rae. Hace mucho que no tengo el gusto de verla.- el duque Marco, le platicó al teniente de una manera tan casual; que tanto los gemelos como Enrique Jr, los miraron confusos. Bellabel no podía creer que la más joven de ese clan fuera ahora toda una dama casadera. Cuando a la mente se le vino la oportunidad perfecta de emparejar a sus hijastros, cual quiera de los tres chicos - para ella y el duque- sería muy bendecido con la mano de la joven.

Bellabel miro de una forma sutil a su esposo regalando una sonrisa que prometía muchos dolores a sus hijos varones. Los gemelos no se dieron cuenta de ese pequeño pero significativo encuentro de miradas con los señores WodTher pero Ethan no por nada era el mayor y asusto. Ethan sabía que al ver a esa chica congeniar con su padre y Bellabel tendría muchos pero muchos problemas a él o a sus hermanos

gemelos. Y lo odiaba. La odiaba a ella y toda mujer casadera es decir entre los diez y ocho hasta los vientre y cinco años de edad.

-Y prima como estuvo la costa, es decir preferiste retirarte a la costa que ir a Londres.

-En realidad Esmeralda, la costa fue en todo una gran aventura...

Y Jennifer soltó con una resplandeciente sonrisa todas ellas -. Sí y más cuando nos perdimos de camino a la ciudad, porque la casa de Lotee esta algo alejada- Jennifer se detuvo un momento para explicarle quien era Lotee- así que si no fuera por un valiente chico... - empezó a contar todas las aventuras que pasaron y las ganas de matar a Jennifer empezaron a fluir en Rachell.

-Ah pero la mejor fue cuando a Briza y Tormenta, las yeguas de Lotee; nos llevaron por los jardines de la señora Maxwell. Fue épico.

El ex conde miro como si nunca lo hubiera hecho a su hija. Así que Rae era toda una amazona; eso era esplendido. Él jamás pensaría que su hija fuera una potranca loca y descabezada.

Marco Jr solo estaba más embobado con la joven de rizos castaños y no podía imaginar la hora en que se presentará a ella de forma formal.

-Ya que hemos hablado de todo un poco - el teniente coronel miro fijamente a Jennifer- ya que ella prácticamente le informo de casi todo el viaje a todos en la mesa-. Y le guiño un ojo-. Haré una cena, así querida- dando una palmadita a Rae, el coronel dijo- para que todos aquí te conozcan, como debe ser.

(...)

Rachell instalo a sus invitados- Jennifer y Patrick-

en las recamaras de invitados que las mu-camas habían arreglado para ellos mientras duraba la merienda. Y con cada uno de ellos ya en sus habitaciones Rachell se dijo que era hora para descansar.

Rachell enfilo hacía su recamara cuando de pronto recordó que ahora que estaba de vuelta en la casa, tenía que bajar a las cocinas para ver el menú- hoy es jueves, así que Sarah tuvo que haber hecho el menú el domingo.- con ese pensamiento la joven camino directo a su cuarto.

(...)

El ahora duque de Maxwell reposaba en su cama, mirando los tapices de la pared. Era un bello tapiz. Verde. Verde olivo, muy masculino, pero a la vez cálido. Por el borde de rombos en las orillas del mismo.

-Una semana es lo que pienso quedarme, y luego lady BradWell tomara el tren a la capital y yo la acompañare. Sí así será, ya que ella es una dama, toda una dama -. Patrick, se perdió en sus pensamientos hacía la hija del conde de BradWell.

-Jennifer Anna Brandal. No, mejor... Jennifer Anna condesa de Maxwell. Sí.

(...)

A cuatro habitaciones de la recamara verde olivo; se encontraba la recamara amarilla de la ahora habitante Jennifer. La chica que lejos a todo su entorno, reposaba como si nada.

Perdida en el mundo de los sueños, y mucha comida. Por que ella amaba la comida y su figura era el resultado de las comidas sana de su madre y esas caderas anchas era productos de los dulces tomados por ella, y los regalos de su padre a escondidas de la condesa, Anna de BradWell.

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Ah termine. Uf... pero que cansado es hacer que todos tenga su participación... pero lo bueno es que así todos hacen un toque perfecto para una historia como esta. :)

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Les va gustando. Quieren que algo tome un giro pues díganlo, yo solo lo leeré y veré si se puede.


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Capítulo 8

Aquí la continuación. Espero les guste.

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La tan ansiada cena del teniente coronel solo se retrasaba y eso no le gustaba, en cambio a Rachell eso poco le importaba, pero se mantenía al día de los menús a usar ese día y como se acomodaría todo principalmente y como ajustar el tiempo. Jennifer pasaba la mayoría del día cabalgando o en el centro del pueblo con su nueva carabina Molli, que era en si la de su amiga. Pero a Rachell no le importo compartirla y por eso que Jennifer la aprovechaba a lo máximo.

La compañía de Patrick fue el mismo conde junto a su esposa, Sarah; en compañía de Enrique. Por no decir que al ser el un hombre en esa casa solo con hombres podía pasar; o mujeres casadas.

(...)

Todas las invitaciones estaban hechas y la servidumbre revoloteaba por toda la casa, haciendo mandados en el pueblo y ciudad más cercana.

Jennifer y Rachell pasaban las tardes en el jardín de la última para recoger las flores más bellas para la fiesta. Según el teniente coronel así tenía que ser.

-Haber Jenn que harás ahora que regreses a la capital.

La pregunta de Rachell hizo que Jennifer detuviera su tarea de remover la hierva mala de las rosas blancas-. Creo que hablar con padre, él debe de ayudarme el compromiso esta cerca y mi prometido no. Así que él como mi padre y conde que es, debe de exigir un arreglo o hay boda o hay una gran suma de dinero. Así lo dicta la ley.


-El conde Víctor es muy justo, y tu madre es muy estricta así que debe de haber algo.

-No lo sé Rae. Mi madre esta loca con la idea de la boda, y mi padre no creo que la haga enojar. Y yo ya tengo la edad apropiada para el compromiso así que después de ti yo sigo en la linea de la vicaria.

Ambas amigas se miraron y rieron, algo amarga la risa porque era cierto que para una mujer en ese tiempo - que ellas secretamente esperaban que no fuera por mucho- no valía nada sin un esposo a su lado; lamentablemente.

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La cuarta noche llego y Jennifer se dispuso a sus habitaciones para arelarse a la hora de dormir.

Jennifer tomo su bata de color rosa pastel que Molli le dejo en el diván para salir a la habitación de su mejor amiga; ya que quedaron que todas se reunirían para tener una noche de chicas y sacias sus curiosidades.

-Llegue, lo lamento por la tardanza.- al mirar a la salita de la recamara azul cían de su amiga con un papel muy hermoso en las paredes, observo a las tres damas ya sentadas en unos enormes cojines.

-No pasa nada querida, ven siéntate.- Sarah al ser la mayor de todas les indico donde sentarse. Esmeralda estaba con una bata de color negra muy como llamarle provocadora si era muy provocadora. Y eso que de ropa intima hablamos ella sabía un poco. Siempre de pecadora. Pero amaba la ropa fina de dormir y como buena hija única de un conde su modista jamás le decía que no; solo que no copiara

todos los modelos franceses así dejaba para cuando se casara y así poder adorar a su esposo.

-Sarah, Esmeralda que bien que puedan quedarse.

-Yo solo hasta la una de la mañana.

-Es por Arthur.- Rachell abrió los ojos a más no poder y Jennifer dio un pequeño salto. Esmeralda era una fresca como podía decir eso frente a ellas.

-Sí, es mi esposo y él me dijo que podía esperarme hasta la una, gracias prima.

-¿Pero porqué? Yo simplemente me dormiría antes.-Jennifer aún medio perdida no entendía, Rachell solo deseaba que no profundizaran esa conversación, no quería saber cosas de su hermano mayor. E hizo nota mental de no leer libros muy románticos.

-Dejemos eso.-Sarah habló más por su bien mental que el de su cuñada.

-Que bien. Ahora hablemos de ti pequeña rubia .

A Jennifer no le gustaba que la llamarán así . Esa arpía. Jennifer suspiro no se pondría a contradecir a esa víbora- No hay nada de que hablar.-A Jennifer jamás le cayó bien esa mujer y junto a Lotee le hacían ver a Rachell lo venenosa que podía llegar a ser.

-Pero si el conde Maxwell anda más que cortejandote, deberías aceptar su propuesta.

-No. El conde debe estar confundido, yo no puedo ni debo aceptar los cortejos de un hombre. -Ni aunque vengan de Sir CrisTool.-Jennifer mordió su labio inferior, una manera de ocultar sus pensamientos de su ahora mente algo confusa.

Rachell la miro pero no dijo nada.

Su amiga merecía la felicidad pero con una boda arreglada era muy poco lo que podía llegar a hacer.

Y así paso la noche en temas donde no rosaran lo personal de ninguna delas damas de la habitación

(...)

La mañana siguiente Patrick vio su oportunidad, en el jardín trasero se encontró con la bella Jennifer Brandal sentada en un muy poco elaborado picni.

-Es un día maravilloso, señorita BradWell

-Oh sí, conde. -Jennifer sabía que debía decirle al conde Patrick que no era una joven disponible. Ella no era tonta y ya la misma Rachell junto con Sarah y la víbora de Esmeralda le hicieron ver los actos de cortejo del joven Patrick.

-Sir Patrick, pronto partiré a la capital a casa de mi padre. Así que muy pronto se librara de estar cuidándome.- mientras la señorita hablaba, servia en una copa el vino rosa que traía en la cesta que reposaba ahora en una orilla de la manta a cuadros.

-Jamás sería un acto de aburrimiento o algo impuesto para mi el cuidar de una dama; y menos si es de una dama como usted.

Jennifer decidió que sería franca con el Sir. Ella no podía dejarle albergar sentimientos que no podían llevarse a cabo ni aunque ella misma viera al conde con ojos para algo más que una amistad.

-Conde Maxwell, conde Patrick; yo... no puedo hacer que esta amistad prospere más. Y no es porque a su persona no me agrade, conde...

-Señorita Brandal, yo sé que usted esta comprometida.

Mi cuñada me lo dijo. Pero solo quiero que sepa que no me importa y creo que su prometido tampoco, él ni si quiera esta aquí.

-No le permito que hable así de mi futuro esposo. Puede que no lo conozca y tal ves nunca lo llegue a conocer tan bien. Pero no es propio que yo sepa; que un hombre hable mal de otro, creo.

-Señorita Brandal, no ve que esta a punto de crear un error de gran tamaño.

-Señor CrisTool, yo soy la hija de un conde y si no sabe, las hijas hacen los que los padres les dicen.

-Sí, eso es veraz, pero usted no es una mujer de obedecer y lo sé porque lo he visto. Muy a menudo usted bella donna es una dama de gran carácter y eso me apasiona.

Jennifer quedo muda jamás pensó que el conde Patrick fuera tan directo. Ella solo quería decirle que no estaba en el mercado de doncellas al matrimonio. Y ahora solo quedaba una frase llena de fervor y avasalladora para su corazón. -Bella donna- hermosa mujer. Pero si sabía ella que muy, pero muy bien en su cabeza grabado que ese matrimonio con el Barón italiano era un hecho trágico y lo más lamentable es que no tenía una hermana a quién pesarle ese deber. Aunque sonara egoísta.

Después de esa platica tan directa echa por dos almas selladas no entablaron más charlas que las correspondientes.

Fue triste para los dos pero lo mejor se dijeron ambos. Aunque Patrick tenía una loca idea en su cabeza

(...)

Las antorchas encendidas las velas en la entrada todo se veía hermoso. La lampara con más de treinta velas estaba esplendorosa, y Esmeralda bajaba las escaleras

con un vestido de tercio pelo verde musgo, su cabello traía una elaborada trenza y con unas joyas de oro se veía hermosa y todo hombre mayor de sus veinte apreciaba tal belleza hasta el más joven del Duque, Duglas. Duglas era un joven que poseía todo lo que codiciara, así de fácil.

Marco Jr ansiaba ver a la joven que era el motivo de la fiesta, Bellabel miraba todo y esa ilusión en el pequeño Marco le afecto un poco. Ella quería que esos niños fueran felices pero las reglas dictan que el mayor debe casarse aunque eso no aplicaría a los varones.

-Teniente Thresser que alegría verle tan feliz aquí a la hora de recibirnos. Donde esta la festejada.

-Oh Duques, mi Rae aún no baja. Yo le dije que llegaría tarde y sabe con lo que sale

-Con qué, Teniente. Aunque apuesto que la dama es una dama.

-Sí. Ella dijo y cito: Una dama jamás llega tarde, son los demás los que se adelantan.

-En eso concuerdo.- Tanto como la duquesa como sus hijas movieron la cabeza de forma afirmativa. Y los caballeros rieron por eso. Excepto Ethan eso lo irrito, como era posible tal acto de soberbia en una joven dama.

Todos los invitados que no eran muchos, se ubicaron en la sala, que fue remodelada para esa noche - todos los muebles ubicados de tal forma para cada visitante fuera a estar muy bien.

De las escaleras bajo de la mano del conde Maxwell la encantadora Sarah junto a Enrique, y después atrás de ellos tres venía Jennifer de la mano de Arthur, cuando la última pareja estaba a tres escalones

la hija del Teniente Coronel Thresser se ubico en su lugar para bajar con gran elegancia. La dama en cuestión usaba un vestido en su mayoría azul pastel con toques de un oscuro violeta en la parte del corpiño alto a tres dedos por debajo de su clavícula, bajaba asta el borde del vertido por debajo se veía el azul pastel como borde. El estampado de su vertido en la parte media hasta el limite de la tela violeta oscura era en violeta más claro y se apresaban unas flores de cerezo. Su cabello posaba un moño bajo adornado con lazos y pequeñas flores artificiales que hacían un juego perfecto con su vestido, con mechones sueltos en su cara haciendo un contraste perfecto en su rostro ovalado.

-Hija- el señor de la casa se acerco al pie de la escalera para esperar a su hija más pequeña la cual tomo de su mano - y engancho su brazo con su padre, así como su cuñada y amiga habían bajado antes - con una sonrisa del corazón.

La presentación duro poco y después empezó el baile dos horas de bailes, una para la cena y después el tiempo suficiente para poder hablar, los señores de las inversiones de Londres y las damas de su modistas, o todo lo que ellos quisieran.

-Señorita Ronchester que alegría verla otra ves- Marco le habló con calma y voz algo ronca. Él estaba nervioso.

-Si, señor WodTher. -Rachell no podía creer que el hijo del duque WodTher fuera así tan tan no tenía palabras. Además Marco Jr era un Ahsther aunque allí esa pregunta sería descortés. La verdad todos los hijos del Duque eran Ahsther, porque Don Marco Ahsther

poseía aun el titulo del Duque WodTher. Eso la hizo reír un poco. A Marco hijo se le ilumino el rostro junto a sus esperanzas.

Clara hablaba con Jennifer y así la última mantenía a cierto conde lejos de ella.j

Sophía estaba con su prometido en el salón de baile, la chica amaba bailar y tocar el pianoforte junto el clarinete ella era una chica muy amante del arte. Aunque un pianoforte solo las familias más ricas los poseían ya que en dos más lo lanzarían al mercado popular.

-Bellabel como es que tu esposo te dejo sola- la duquesa se sorprendió mucho al oír a la chica de ojos verdes llamarla así. No le gusto nada.
Y
-Esmeralda, para que me abordas de esa forma, en que deseas que te ayude. Creo que si eres directa será mejor.

A Esmeralda le embargo un sentimiento un poco dudoso la duque era una mujer que físicamente aparentaba ser muy dulce pero, lo dudaba y mucho.

-Duquesa Bellabel, solo quiero saber como - dudo un poco, pero ella era una mujer hecha y derecha, era una viuda. Así que nada perdía. La ultima palabra la tenía el futuro duque.- quería saber como es exactamente Ethan, el hijo mayor del conde.

-Sé perfectamente cual es el orden de los hijos de mi esposo, señorita. Y ademas Ethan no estará interesado en ti-Bellabel miro de arriba a bajo a esa dama no le caía nada bien, era un ser rastrero, Bellabel no juzgaba a primera vista pero con esas palabras y tono, Esmeralda de valor solo su nombre tenía.

La susodicha la miró y toda aireada movió su abanico y se fue por la puerta del jardín.

Ethan que miró todo se acerco a su madrastra la cual al verlo se acerco para hablar de ese momento tan incomodo.

-Querido, pero mujer tan exasperan te.

-Bellabel se que esa mujer puede ser un dolor de cabeza, cree que yo no sé que lo que quiere es escalar una posición social y tener un marido tal ves ausente. Huy que trabalenguas.- ambos rieron pero Ethan observo que su hermano Marco con una cara de bobo. Tanto él como Bellabel observaron la forma que recibía las palabras de marco y también vieron las reacciones de ella para con el chico.

-No crees que Marco no esconde su evidente atracción por la chica.- Ethan gruño.

-No lo sabe hacer y creo que la dama es demasiado educada para faltar el respeto con un desaire. Pero parece que cuando reí lo hace natural y no solo por compromiso. -Bellabel miró a sus hijastros de hito a hito mientras Marco luchaba por hacer que la chica Ronchester cayera a sus pies, Ethan parecía león enjaulado y no por como su hermano botaba las "clases de seducción" que estaba segura que el mismo Ethan le enseñaba a los gemelos, si no; que para él todas las damas de familia acaudaladas venían para reclamar un anillo; aunque así fuera, era muy divertido.

-Sabes que tienen que casarse un día. Aunque yo preferiría que tú fueras el primero.

-Jamás.

-Nunca digas jamás, Ethan Alexander Ahsther futuro duque de WodTher.- El la miró y levanto una ceja tupida y una sonrisa de lado, algo socarrona pero una sonrisa que prometía mucha, pero mucha lucha para llegar a dar ese paso en su día.

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Fin del capítulo xD


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Capítulo 9

Todo el jardín irradiaba su propia luz, la fuente tenia un ingenioso invento que Enrique siguiendo las notas de un científico alemán,daba parte de esa luz- Rachell lo pensó con una pequeña sonrisa.

Allí en esa parte de la casa casi nadie venía y más ahora con la fiesta,el propio Enrique le dijo que si quería paz y tranquilidad fuera allí.

-Que hermosa se ve la luna- susurró al viento. 

-Eso cree... lady Ronchester.- Rachell giró la mitad de su cuerpo para ver a la persona que habló, no reconocía esa voz.

-Sí, eso es lo que pienso. ¿Y usted quién es?-. El hombre la miró detenidamente y puso una mueca en sus labios. Y Rachell solo pensó que si sonriera se vería mejor.

-Soy Ethan, el hermano mayor de Marco.

-Oh.-Rachell a pesar de haber visto a la familia del duque no le había puesto la atención correspondiente.

-Si, Oh. Y dígame como estuvo la charla con mi hermano.

-Bien, señor WodTher.

Ethan la miró de arriba a abajo con disimulo. Cuando él vio pasar la esbelta figura de la chica Ronchester la siguió, por qué él pensó que la dama tendría un encuentro. Pero su sorpresa fue que solo se quedo a mirar detalladamente la fuente, que Enrique presumía en la sala de bailes y ya lo tenía cansado.

-Qué hizo que salga en tan avanzado el baile, Lady.- los ojos de Rachell se estrecharon un poco y él quiso saber el porqué. 

-Eso a usted milord no le interesa.- ella con una postura firme

y la frente en alto lo miró, inclino un poco la cabeza y para Ethan en ese momento le pareció un pequeño gorrión algo salvaje pero no dejaba de ser un pequeño e indefenso pajarito.

-Ya. Su padre se preocupará por usted lady Thresser.

Rachell dio dos pasos hacía atrás y miró al futuro Duque de WodTher, y le pareció un ser demasiado arrogante. Nada que ver con el simpático de Duglas o lo caballeroso de Marco Jr. Pero sí en lo apuesto delos gemelos, es más Rachell podía decir que ese hombre era un poco más elegante que los gemelos.

-Entonces con su permiso, milord. Me retiro.- Rachell miró el sendero de rosas blancas que servía de camino para el ala este, donde se encontraba la puerta de entrada para el baile; al dar cinco pasos se volteó y observo a Ethan- Lord Ahsther, me acompañara hasta la puerta o vagará por mi jardín.- con una sonrisa algo petulante para cierto caballero, Ethan le mostró su codo y ella lo aceptó y así esta pareja tan dispareja camino a la sala de baile.

Cuando entraron al salón cinco personas los vieron, El Teniente Thresser con una sonrisa, los duques de WodTher -Bellabel con una mirada picara y el duque Marco con un pequeño fruncido de cejas-; la mirada de Marco hijo estaba con un poco de desilusión, y la última de Esmeralda, que solo quería matar a su prima.

-Esa chiquilla como puede hacerme esto. Yo tengo más edad que ella y no solo acapara a un gemelo ahora al primogénito del duque. 

-Que balbuceas Esmeralda.- Enrique se sentía feliz de hacerle

la vida imposible a su prima.

-Cállate Enrique, además no ves como anda tu adorada hermana. 

-Sí mi Rae se ve magnifica. Te juro que si no fuera mi pequeña hermana yo mismo la pido en matrimonio.- mientras Enrique se carcajeaba por las caras que ponía Esmeralda. Él sabía que ella jamás pasaba a Rae, el porqué, no exactamente pero le daba igual y si a la loca de su prima quería algo con Ethan él haría que su hermana o Jennifer-no, mejor ella no, esta comprometida-pensó- siempre estuviera con ese tipo tan arrogante. 

Por otro lado tanto Sarah como Jennifer no tenían ni idea de lo que se rumoreaba por toda la sala. Porque los chismes vuelan. Sir Patrick junto a Arthur y otro empresario de la zona tampoco. 

El duque Marco y el teniente Enrique miraban casi todo con una sonrisa.

-Así que te parece amigo-Enrique miró de nuevo a su hija, que ahora bailaba un vals con Ethan.

-No lo sé. Mi hijo Marco también parece estar interesado en tu hija.Así que no lo sé.

-Hay que dejarlo en manos de ellos entonces, aunque no es muy bonito de presenciar. Y yo sé por experiencia.-el duque solo cabeceo afirmativamente él sabia que Arthur y Enrique pelearon por Sarah-Arthur la amaba y Enrique al final supo que solo fue un capricho que se le quito después de un viaje a la capital. Y cuando regreso lo hizo muy cambiado, todo contado por cartas entre él y el teniente.

-Hablando de eso, sabes exactamente lo que le pasó a tu hijo en ese viaje a Londres.

-No. Incluso a mi hermana contacte y tampoco me supo dar razón.

(...)


-Es un ser muy arrogante Lord Ahsther. 

-Y usted mi lady tiene una lengua muy filosa.

Ambas miradas se conectaron la de él echaban chispas y las de ella esos posos de chocolates brillaban pero de cólera.

-Jamás pensé en decirle esto así; pero su hermano Marco es más caballero que usted.

-Marco es un bobo encandilado y no sé que le dio pero quiero que lo desembobe.

-Pero que grosero- Rachell apretó los dientes, las platica era en un nivel muy bajo para que no escucharan los demás danzantes.

-Sí, como diga, lady. Pero ya esta advertida no quiero a mi hermano detrás de usted.

-¡Porqué!, teme que en un futuro deba llamarme hermana-. Ethan sintió un escalofrió esa dama una hermana en un futuro, no. No. imposible.Solo con verla, sus cabellos de color canela-castaños oscuros con pequeños toques rojos-esos ojos chocolates, esa piel pálida y suave, esa tenacidad, no, sería un peligro y no tanto para su hermano si no para él.- una mujer así lo tendría muy despierto porque Ethan sabía muy bien que y Dios no quiera esa chica manejaría a Marco a su antojo y capaz la casa también con toda la aprobación de Bellabel.

-Se quedo mudo, futuro excelencia. Así que he de creer que la idea le agrada. Lastima a mi su hermano no me atrae y más vale que se lo diga. El es un joven maravilloso pero soy hija de mi padre y él nació como un conde, no cree que ya tengo un prometido desde mi nacimiento.- Rachell mintió como profesional y se sintió muy feliz. No estaba comprometida pero si el «Futuro Duque» así lo creía

dejaría de molestarla. Aunque el joven Marco le cayó muy bien. Pero emparentar con ese arrogante y energúmeno Excelencia Ethan, no. Claro que no.

Ambos terminaron de bailar la tercera pieza consecutiva; porque por estar enfrascado en su disputa no se dieron cuenta de ese pequeño pero grave error.

(...)

-Así que tres piezas de baile. Eso es muy impetuoso por tu parte,querida-Jennifer molestaba a su amiga de una forma poco común. Y mientras Rachell solo le decía que el tiempo paso rápido por su discusión a la castaña clara poco le importo.

-Amada y educada Rae, lord Ahsther y futuro excelencia WodTher; no es un hombre de actos simples. Exactamente que te llevo a ti la centrada Rachell a cometer tal acto.

-Él insinuó que tenía un cita en el jardín, cuando salí a tomar aire.

-Y... era verdad-Jennifer tomó un libro de la mesa de roble, estaban en el despacho de la primera para hacer unos cheques a los empleados demás que contrataron para la noche anterior. 

-Como crees, Jennifer. Solo me sentí un poco encerrada. Papá es muy amable en presentarme aquí y no en la ciudad pero; un esposo aquí en el campo. Conozco a casi todos aquí y ninguno es muy agradable.Tal vez el Barón de Fox es un corredor en la bolsa pero no sé. Oh tal vez el Vizconde Foresh es de Protección Ambiental. 

-Oh tal vez Sir comelón como Humberto, ¡no! Amiga esos tipos son solo... A sonar como una snob son plebeyos o unos cazafortunas. Amiga el teniente te hará un matrimonio mejor solo déjalo.A

lo mejor si vienes con migo a la capital podamos conocer a alguien mejor. Y porque tan segura que se viene un compromiso.

-Mi padre no hace nada, sin esperar ganar algo. Lo de ayer fue para que todos los caballeros que piensan casare me tomen en cuenta. Además aparte de que Marco Jr anda muy amigable...

-Y su irritante hermano. 

-Bueno sí, el también.- Jennifer empezó a ayudar a Rachell con los cheques más otras cuentas ya que su amiga en lo que era muy buena era con las agujas y alcoholes.

(...) 

Tres semanas después del baile Jennifer empaquetaba había estado casi un mes, y también más del tiempo que la misma Jennifer quería pero tenía que arreglar asuntos con Sir Patrick y terminaron por irse juntos a la capital; Enrique los acompañaría para hacer algunos mandados y darle vida a RonchesterHouse. 

Mientras Sarah y Rachell trabajan en la casa, Esmeralda se le veía muy seguido con Sophía, la única hija comprometida del Duque.

-Aquí es tan calmado, querida Sophía y tu hermana Clara ¿porqué no nos acompaño? 

-Clara fue al dispensario a tomar nota, es escribana así que esta en la recepción de ese horrible lugar. Creo que es la única siendo tan altruista en la familia, competiría solo con Marco. 

-Tan dedicados con las personas. No te ofendas pero no me agrada mucho las personas abnegadas. 

-Ya veo, yo doy donativos ya que creo que s bueno ayudar al necesitado..

-Claro mi difunto esposo era militar y murió en servicio.- rápidamente Esmeralda rectifico un poco su respuesta, Sophía era la única que no le daba una salida a pesar de ser una mujer muy directa e insensible.

-Bueno ya que tu eres una viuda, eres joven tienes pensado casarte de nuevo,porque de ser así tienes que ir a Londres a los bailes de temporada,aunque esta ya termino pronto darán para el otoño.

-Los bailes Autumn. Son hermosos.

En la sala de estar de la mansión Bellabel miraba a su hija platicar con esa mujer.Sabía que Sophía jamás daría pie para que esa tuviera esperanzas a entrar a la familia.

-Querida esposa que ves con el ceño fruncido.

-Esposo, a esa mujer no la quiero en esta casa y tu hijo Ethan esta de mi parte. Solo a Sophía se le ocurre traer a ese ser rastrero.

-Que molesta se escucha tu voz. No te enojes tanto o arrugas te saldrán,mujer. A Ethan poco le interesara esa mujer y dado que Marco anda encandilado por la señorita Thesser no lo creo tampoco. Duglas es muy joven para fijarse en ella y Clara ahora esta en el dispensario trabajando de escribana. Tanto que me imploro para poder tener ese titulo y mira aquí lo desempeña muy bien.

-Tu hija es muy inteligente. Tal ves se encuentre un buen partido en el dispensario. Se que traerás a dos doctores así que alguno de ellos puede que robe el corazón de Clara.



-Corrección, Bellabel alguno de ellos perderá el corazón por mi pequeña.


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Capítulo 10

Ethan entraba a su establo para poder montar a su yegua, a pesar de poseer puras sangres lo que era Sweet, era su favorita. Una yegua de origen árabe, buena para la cría, él solo la utilizaba para montar tranquilamente pero también era rápida como el viento.

-La pradera, vamos a la pradera pequeña.-ya montado le sobo la cabeza y dándole un pequeño golpe en el cuello de la yegua esta salió corriendo.
Llegó muy rápido. Y allí pastoreo junto a su compañera de cuatro patas, cuando se canso bajó de ella y se sentó al pie de un árbol frondoso de manzanas, era un solitario árbol que servia como linea divisora con la hacienda vecina, los Ronchester.
-Que tranquilidad.-Ethan miró los terrenos que en ese sector no estaban cercado por ser tanto el duque como el ex conde amigos jamás cercaron esa parte. Mirando más de fondo en los terrenos del ahora conde Arthur observo a un muchacho algo delgado y bajo, montando un gran caballo gris que por el porte era un Tordo rodado.*
Miró detallando como ese jovencito manejaba con gran soltura ese enorme animal gris.
-¡Qué!- Ethan gritó cuando el caballo botó al «chico» que resulto ser una chica ya que el cabello se soltó y se derramo por la grama. Cunado Ethan se acerco más a la dama en cuestión se sorprendió de ver a la gran señorita Thresser en ropas de hombres, la camisa de botones de un lila casi blanco que dejaba ver la camisola-según él- y los pantalones de un gris muy oscuro y cerca de su cabeza unos pequeños accesorios para el cabello, conocidas como peinetas

y eran de plata.
-Señorita Thresser, señorita; no lo puedo creer se ha desmayado. Como se le ocurre semejante cosa. - Ethan tomo las riendas del caballo gris y las amarro a Sweet la cual se puso inquieta pero el gran caballo solo la miró y no hizo ningún movimiento. Ethan pensó en el gran parecido entre esos animales y sus dueños- Él nervioso por una mujer algo agresiva y ella tan fría para con él-.cuando termino esa tarea tomó a la señorita y la llevo con él, monto a Sweet con algo de dificultad y cabalgo hasta su casa.
Llegando a la mansión WodTher, Bellabel salió a esperarlo como siempre era costumbre que ella y Clara o la otra de su hermanastra la acompañara.
Bellabel lo miró y corrió hacía dentro para disponer de una habitación para la chica Ronchester.
-Bendito Dios, Ethan que le pasó a la chica, pensé que era un crío pero al verla bien supe que era la joven de Enrique. ¡Así dime qué pasó!
- Se cayó de su caballo, llama a un doctor o enfermero, que se yo. Anda Bellabel.
Bellabel tomó una hoja de papel y garabateo en ella para después darla a un criado y le dijo que la llevara al dispensario y que trajera con él la ayuda.
-Ya Ethan, mande a un chico en Zeta, ese caballo es veloz.
-Estará bien, Bellabel esta mujer es toda una loca. Solo mira como esta vestida.-Bellabel miró detalladamente a Rachell y vio que la chica tenía una ropa muy fina y delicada para ser de chico.
-Que ingeniosa, mira que hacer que la modista le hiciera esa ropa, es muy tenaz y rebelde; me gusta.
A Ethan le empezó a doler la cabeza, primero

esa mujer se caía del caballo y ahora que él siempre pensó que su razonable madrastra ahora decía puras tonterías.
(...)
-Madre ya estamos aquí-Clara venía agitada y con ella un medico, el Doc. Antonio Brucen, por lo que sabía Ethan ese tal Antonio era era hijo de un Barón ingles con una baronesa Española, y por eso ese nombre tan raro.
-Como llegaste aquí Clara. Según Bellabel solo mando un caballo y Zeta es alto y grande sí pero solo para dos personas.- Clara no dijo nada pero el doctor se sonrojo un poco.
-No importa-Bellabel miro al doctor y le indico la recamara donde estaba la joven Rachell.
Ethan miro de hito a hito a su hermanastra más pequeña-Cómo llegaste- Ethan bajo voz, y sus palabras graves llenaron la salita del té de la duquesa.
-En el caballo con el doctor, el chico que mandaron esta en el dispensario.
-Sabes lo que pasará si padre se entera, además eres una joven dama de casi diecisiete años, eres muy joven para casarte por una idiotez de ese tamaño. Que no se repita, jovencita.
Los minutos pasaron y Sophía se unió a la espera con su té de manzana y canela una infusión de su propia invención, en su casa. Mas tarde llego Duglas.
-Bueno y es que cierta señorita tiene el sueño pesado o desea ser parte del inmobiliario.- Sophía tenía que dar su opinión ácida en todo momento.
-Cuando tú tienes cólicos nunca bajas de la cama, hermana, así que no molestes.
-Clara como puedes estar diciendo eso frente a nuestros hermanos.-Sophía toda sonrosada y enojada con su hermana murmuraba.
-Ella

se cayó de ese animal. Es tan grande y hermoso si no me equivoco es un Tordo, verdad hermano-Ethan le dio la afirmación que Clara buscaba.
-Gracias duquesa y lamento tanto esto- la voz de Rachell suave y algo cansada se escuchó. Con los murmullos del doctor y los «de nada» de la duquesa. Rachell bajo las escales muy despacio y miró a las dos hijas de Bellabel e Ethan junto a... Duglas.
-Señorita Ronchester que alegría que se encuentre bien. Mi hermano la encontró y por eso esta aquí; gustaría quedarse a comer, la merienda estará pronto, son más de las tres de la tarde.
-¡Qué! Papá estará preocupado, yo debo de llegar a casa- Rachell trato de pasar la salita del té pero un mareo la detuvo, más un dolor en el tobillo y los brazos rápidos de Duglas la detuvieron de caer al suelo.
-Esta cansada mi lady. -Duglas estabilizo a Rachell mientras le sonreía mientras a Ethan el dolor de cabeza le aumentaba.
-Sí, así que te quedaras a merendar aquí para reponer fuerzas- Bellabel, ordeno la merienda a una chica del servicio y allí en la salita los cinco se dispusieron a acomodarse.
-Yo me voy, un gusto duquesa y me alegro en conocerle condesa, aunque no en estas circunstancias - el doctor se despidió junto con Clara para ir al dispensario.
Y Ethan dispuso de otro caballo para su hermana.
(...)
Bellabel y Sophía ya sentadas juntas a la par de ellas Duglas, luego Rachell y por último Ethan que estaba a la par de Rachell y de la duquesa- la mesita era redonda pero muy cómoda.
-Sir Duglas quiero darle las gracias por

encontrarme y traerme aquí, gracias.
-Pero si no fui yo, Mademoiselle.*
-Yo acabo de llegar del río.- Sophía miró en detalle a Duglas. Duglas levanto una ceja y Sophía prometía hablar con él después.
-Entonces...- Rachell observo a Ethan y este solo sonrió con cinismo.
-Me debe su vida mi lady.
-Le apuesto que tendrá su gratificación, cuando mi padre se entere, Lord. -Bellabel no cabía de gozo esos dos eran como dos potros sin correa. Eran fieros y llenos de vida. Le acordaba a ella y su esposo, cuando se conocieron.
Ethan no dejaba de pensar que esa dama era una mujer muy terca. Ni aún con un golpe en todo el cuerpo por esa caída de caballo se ponía dócil y gentil, pero esa caída pasaría su factura y él solo pensó que estaba muy merecida por ser tan cabezota.
-Y yo la esperaré lady Ronchester.
-Bueno señorita Rachell solo quiero decirle que le notifique a su prima que mañana no estaré aquí por lo tanto que no se presente-Rachell miró con curiosidad a la señorita Sophía y sonrió, su prima se llevaría una desilusión.
-Claro, señorita Sophía. Mi prima sabrá que mañana no será recibida aquí.
Tanto Ethan como Duglas miraron más allá de esas miradas y sonrisas cordiales. Las mujeres eran malvadas.
El joven Marco entro corriendo a la salita de su madrastra para ver con sus propios ojos la figura - un poco magullada pero igual de hermosa- de Lady Rachell Ronchester.
-Señorita Thresser, cuando me enteré que estaba aquí en casa me alegre pero después me preocupe cuando me dijeron el porqué,

se encuentra bien, ya la atendió el doctor.
-Marco a la señorita Rachell no le paso nada. Solo se cayó de su caballo pero ya esta bien.-Bellabel habló con un tacto y voz muy dulce, para ella sería triste ver como las ilusiones de el chico se perdían porque la dama en cuestión -la chica Thresser- solo lo miraba como un amigo.
-Bueno duquesa...
-Por favor solo llámame por mi nombre creo que ya nos podemos hablar sin nuestros apellidos.
-Por supuesto, duquesa Bellabel.
-Yo la llevare a su casa, madame.
-No. Tu Marco tienes clases de equitación con Zeta, tienes que aprender a manejar-lo. Para la competencia.- Sophía tenía que mantener a sus hermanos lejos de la casa donde vivía Esmeralda. Era una mujer muy astuta y buscaba un nuevo marido. No dejaría que fueran sus hermanos.
-La competencia de equino de los WoodFresh. Si ellos son la familia más grande de aquí, pero el único hijo varón de la casa WoodFresh esta en la capital, creo que esta en el parlamento.
-Sí, así es. Sebastian es un político reconocido pero no es hijo de el Vizconde WoodFresh sino su sobrino. Yo soy prima segunda de las hijas del Vizconde-. Bellabel habló muy feliz.
-Oh madre tú y tus familiares extensos. Bueno señorita Rachell de ser así... Ethan la dejara en su casa.- Ethan cerro los ojos y se levanto murmurando cosas de hermanastras y madrastras malvadas.
-Síguelo querida, Ethan es un gruñón pero un buen hombre.
-Gracias, duquesa. Sri. Sophía, Sr. Marco y Sr. Duglas pasen un buen día.
Rachell se levantó de la mesa y caminó hasta la salida, al bajar

las escaleras de la entrada principal de la mansión WodTher pudo apreciar la magnitud de la belleza exquisita que era la casa.
-Va a subir o se quedara a ver mi casa y mi jardín, madame.- Rachell lo miró y supo en ese mismo instante que ese hombre la exasperaba y no quería oír nada de él. Mucho menos con esa pulla de su jardín. Arrogante.
-Claro lord, y mi caballo.
-Su caballo esta en mis cuadras. No espera que la deje montar ese tordo así como esta, ¿verdad?
-¿Por qué no? - gruño Rachell
-Lady Ronchester, seré franco con usted, jamás dejaría a una dama en apuros, aunque dicha dama sea nada cortés con mi persona.- Ethan estaba muy feliz de molestarla. No sabía el porque en sí pero le fascinaba verla toda sonrojada, sus ojos chocolates con esa luz y chispas y esa vena de cuello que resaltaba un poco más, cada ves que se enojaba, amaba verla así . «Amaba» curiosa palabra .-se dijo internamente-
Pero que... patán, Rachell, pensaba para si misma. - Bien.
Cuando Rachell tendió la mano, Ethan la tomo, con delicadeza pero firmeza. Fuerte y firme. Así la levantó y la montó enfrente de él. Mientras al pasar los brazos por la cintura de la chica para poder agarrar las riendas del caballo, se percato de la gran ventaja que le daba esa ropa a la dama. Ethan rozaba la cintura de Rachell cada vez que movía las riendas de Tornado. Una cintura estrecha, también por abajo del ante brazo podía rozar un poco las caderas de la dama, también firmes. Ethan se fijó que Rachell se montó a horcajadas en

Tornado por primera vez se sintió feliz de que la chica fuera tan impulsiva y absoluta. Tenía una postura perfecta para poder apreciar la belleza y curvas de ese cuerpo. Ella era toda una amazona. Rachell sentía la respiración del lord en su cuelo y le daba cosquillas y otra cosa que no tenía nombre, para ella. Sentía que la postura no era correcta, más con la ropa que su padre poco le gustaba que ella se colocase. Pero era la única que amaba para montar, ser libre y montar como un hombre, Arthur y Enrique siempre le decían que así es como debe de montar.
-Mi lady, he de decirle que esa ropa nunca espere en verla en usted- Ethan tomó la palabra.
-Me sirven para montar, no crea que tengo ropa como esta para salir de casa a un baile, a mi padre le daría algo.- soltó risueña.
-Sí y no digamos sus hermanos o prometido. Creo que se infartaría de verla así.
-¿Así?, tan mal me veo, lord Ethan.-Rachell obvio lo del prometido y habló mirándolo por debajo de sus pestañas.
Acaso ella sabía que estaba coqueteando con él. Ethan dejó eso correr; pestañeo varias veces por qué ¿lo acaba de llamar por su nombre?-No. Mi lady se ve bien, pero no creo que una dama deba de vestir así.
-Ah también es un reprimidor de mujeres, valgame Dios. Lord Ethan. Jamás lo pensé de usted.
-Eso es sarcasmo en su voz, señorita Rachell.
Con una sonrisa ella le dijo- Puede ser, lord.
Ethan estrecho más las cuerdas y sus fuertes brazos atraparon la cintura de la chica la cual dio un salto en la montura de Tornado rozando con la pierna

derecha de Ethan.
-Oiga mi lord no vaya así, yo he cabalgado por aquí y no reboto tanto.- con una mirada volcánica hizo que Ethan carcajeara.
-De que se ríe. Mi lord. - otro bote, otro salto y más roces que Ethan disfrutaba y a Rachell los nervios se le salían por cada poro, para ella en cualquier momento se caería de esa bestia de cuatro patas, era más alto y grande que su caballo, Rayo.
El resto del camino se efectuó más calmado y una que otra pulla entre la pareja. Ethan disfrutando los roces ocasionales y Rachell odiándolo por el hecho de que casi cae del caballo.
-Llegamos mi lady.
-Sí, por lo menos viva ya que usted como jinete es muy malo.
-Quejas. Solo quejas, lady Ronchester
Rachell bajo con cuidado de la montura gracias a la ayuda del caballero. Ethan al bajar primero de Tornado, tomó la cintura de la joven con sus grandes manos y gracias al pantalón que llevaba la dama era más fácil.
-Hija. ¿Hija cómo estás? ¿porqué llegaste así? ¿dónde esta tu caballo, cómo es que vistes así?- el teniente Enrique salió corriendo al verla llegar con el joven Ahsther.
-Ethan, porqué mi hija viene así- demando saber el teniente. La joven Rachell traía su cabello todo enredado gracias al viaje a caballo, la ropa todavía con un poco de tierra, los pantalones llenos de un monte verde pegado en la parte baja, la camisa lila clara mal abotonada y fuera delos pantalones, parecía una mujer de campo mal cuidada.
-Su hija se cayó del caballo, mi lord. Y la lleve a mi casa junto a mi hermana Clara y el doc. Bruce la atendieron y claro mi madrastra, Bellabel.
-Hija, mi pequeña. Pero por Dios jovencita a tu edad y aun te caes del maldito caballo, dime que Luz esta bien.
-Pero si ese caballo era un...-Luz era una yegua árabe que Ethan conocía muy bien, fue un regalo de él para la hija más pequeña del coronel Thresser, aunque en ese entonces la yegua era una potranca-y él no conocía a la niña, en ese momento y era el cumpleaños numero tres.
-Padre no monte a Luz.- la expresión de lord Enrique se endureció, sabía que aparte de Luz el otro semental que montaba su hija era el Tordo, Rayo.-Maldición. Rachell, Rayo es un semental para las carreras, y solo tu hermano lo monta, maldición.
-Rayo es muy dócil, solo que mientras lo saque para unas poses para el evento me caí, fue mi culpa no me agarre de las cuerdas solo eso.
-Te caíste.
-Sí y gracias a lord... Lord Ahsther, es que estoy bien.
-Bueno. Chico Ahsther, te invito a la cena. Quédate ya van a ser las cinco y como agradecimiento te ofrezco mi mesa y mi comida.
-Será un honor, coronel.
Rachell hizo lo que Ethan nunca creyó ver. Agacho la cabeza y siguió como una buena hija a su padre, Ethan se quedó en la sala donde Sarah y Enrique-hermano de Rachell- estaban en un clara conversación de apuestas, el porqué no lo supo y tampoco lo preguntó.
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Espero que les vaya gustando, pronto empezaré a subir otra historia así que espero que también la reciban como a está. 


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Capítulo 11

Aquí la continuación y espero que les guste.
A todo aquel que sea nuevo le doy la bienvenida.
...
A las cinco menos cinco, Arthur se presentó en la casa, Sarah corrió a su encuentro. Enrique Jr los miró, Ethan lo hizo igual y ambos fruncieron el ceño, acaso aún tenía tanto amor, ¿no sé cansaban de demostrarlo?
-Dónde esta mi hermana, Ahsther.- No era una pregunta, si no una demanda, y por alguna razón a Ethan no le gusto.
-Con tu padre, Thresser.
Enrique y Arthur se miraron y Enrique negó furiosamente, algo se comunicaban con miradas y Ethan quería saber, con Rachell así de herida no le agradaba los enredos de esa familia.
-Lord Ethan la mesa estará lista en media hora, gusta tomar el café aquí en la salita de visitas en en el comedor con mi esposo y cuñado.
-¡Cuñado! hieres mi corazón, amada Sarah, soy tu hermano.- mientras los tres familiares se reían, Ethan se imagino y preguntó ¿cómo sería en un futuro en su casa si Marco llegaba a casarse con la chica Ronchester? «... gustarías tomar en la sala o en el comedor, el té o café, hermano. Marco, pronto llegará» -Oh Dios que horror.
-Gusta más del té.-Sarah se sobresalto al oír esas palabras, será que el señor Ahsther solo té tomaba.
-No, Sarah no te preocupes. Son cosas de mi cabeza, té o café estará bien. Gracias. 
-Menos mal Ahsther, el té son para las damas-Enrique miró el papel tapiz de color ámbar de la sala. Su mirada se perdió un poco pero luego

esa chispa de niño malo volvió a fluir- Sí, las damas y su té a las tres de la tarde. 
-Son las cinco, hermano.-Sarah reprendió a Enrique como muchas veces lo hacía.
-Es solo un decir, querida.
-Bueno, como es que encontraste a mi hermana Ahsther.
-Yo estaba cerca, cuando vi que una persona se cayó del caballo, corrí a auxiliar y resulto ser tu hermana, Arthur. 
-Bueno, gracias. Mi padre esta con ella verdad- tras un cabeceo por las tres personas restantes-Arthur suspiro. Rachell era la viva imagen de su madre-en personalidad, se refiere- y el retrato de Royer; por lo tanto el teniente coronel la cuidaba, y mucho más cuando Roy murió a causas de las fiebres. Rachell era la conexión de Camelia y Royer Thresser. 
-Ethan, que sorpresa verte en casa.-Esmeralda se presentó en el comedor y venia con un hermoso vestido suelto, nada elaborado. Pero su persona siempre impecable. La mujer era como una dama de campo. Vestido veraniego, suelto, liso sin ningún tul por debajo de la falta. 
-Señora Villa-Torres, es un gusto verla-. Ethan se trago un saludo nada cordial para esa mujer. 
-Querida prima, llevo todo el día sin verte-. Enrique se acerco a la dama de ojos verdes y se aparto de ella - apestas a agua sucia, tu pelo esta mojado y mira como esta de caído. No querida estas hecha un desastre, si me permites ser franco contigo, amada prima. 
-Que caballero, primo. Para tu saber estuve en el río, nade un poco. No es nada malo o sí.-. Enrique olvido el tema rápidamente, en cambio Ethan hizo un esfuerzo para mantener su postura, mientras maldecía

a su hermano Duglas. 
-Ya, vamos a la sala. Sarah llevo a todos al comedor y les sirvieron el café para los señores y el té para las damas, después de algunos minutos la puerta principal sonó y la nana de los chicos la abrió dando paso al un hombre joven. Arthur se levantó de su silla y le cuestiono el porque de su visita. El hombre resulto ser el hijo del doctor de la familia y a petición del coronel vendría a ver a Rachell, ya que él también era medico. Ya que el padre estaba en la capital y él además era uno de los nuevos doctores del dispensario.
-Es por aquí, doctor-Nana Mia llevó al joven a las habitaciones de la joven Rachell.
-Vaya papá no espero y llamo al medico.
-Pero si en mi casa ella fue vista por uno de los nuevos doctores, el doc. Antonio- habló algo irritado Ethan al recordar el episodio con su hermana Clara.
-Rachell es la hija favorita de papá, ella es la niña de sus ojos.
-Eso, y que tiene la niña de la casa-. Esmeralda no quería que se hablara más de Rachell, la chica había estado en la casa del duque y ella no, no era nada justo.
-Se cayó del caballo, es decir de Rayo. Pero eso a ti no te importa verdad Esmeralda.
-Claro que me importa, es mi prima hermana, además aquí también vigilo de ella. -Esmeralda vio fijamente a Ethan y prosiguió con su discurso - Rachell vivió en mi casa desde los casi cuatro años de edad hasta que cumplió los diez. 
-Y eso señora Villa-Torres.
-Las fiebres aquí en el campo.
Ethan miró con curiosidad la mesa. Y recordó que por ese entonces su padre lo llevo a él

y los gemelos al campo. La nueva duquesa no quería estar en la ciudad.
-Bellabel hizo que pasáramos las vacaciones en el campo y allí nos conocimos.- los tres hombres cabecearon y Enrique empezó a contar cosas muy embarazosas de los otros caballeros.
-Gracias doc. Longwell. Su padre le a enseñado todo muy bien. 
-Estaré a su disposición Teniente Coronel Thresser. Y dígale a la señorita Thresser que si desea seguir con el tratamiento me llame o si puede pasar por el consultorio yo personalmente la atenderé.
El teniente cerro la puerta y se encamino a ver al chico Ahsther. Y sonrió cuando encontró la mesa casi servida.
-Disculpad a mi hija, chicos. Pero el doctor Longwell le dijo reposo. El tobillo estaba hinchado y así que no podrá bajar las escaleras.- así la cena dio inicio y la nana de los chicos Ronchester subió una bandeja al cuarto de la dama. Ethan observo como el señor Thresser posaba su mirada en los platos y escarbaba su comida, Enrique comía como si no hubiera mañana, Sarah con sus modales impecables y ese cabello tan hermosamente rojizo arreglado. Miró a Esmeralda con su vestido casi sin gracia pero se veía muy bien, el porte y la educación de una dama y luego señora no se le quitaba, Arthur todo un caballero. Y él solo en ese comedor tan silencioso; no podía evitar en comparar la mesa de su casa con esa mesa. Solo una persona faltaba y estaba más que seguro que la dama Thresser haría de la cena más agradable, aunque el silencio también lo era. 
(...)
-No yo puedo bajar sola, no ocupo

tú ayuda o la de los chicos. Basta con el abuelo cuando llega por aquí.
-Niña no puedes bajar son casi las ocho de la noche, esta oscuro y...
-Las velas iluminaban toda la sala, era claro que estaba ocupada por varias personas.
-Rachell, qué haces aquí abajo. Vete a tu habitación- Arthur casi se cae al ver a la más pequeña de la casa caminando, no corrección renqueando por la sala en la plena noche.
-No! Quiero un vaso de leche- al terminar esa oración Rachell supo que era algo totalmente estulto*.
-Para eso bajaste de la cama, jovencita. 
Como toda persona incapaz de bajar la cabeza, sabiendo aún que cometió una tontería, solo por no estar más tiempo en la cama. Miró a su hermano a los ojos y dijo claro y fuerte-Sí. 
-Eres un caso Rae- Enrique se dejo ver y Rachell casi daba gracias. Pero maldecía con nada propias palabras de una dama a su adorado hermano mayor.
-Yo siempre lo he sabido- Rachell casi pierde el equilibrio y más pálida que un fantasma mira detalladamente la otra figura que se arrima al marco de la puerta, es nada más que el futuro duque de WodTher. Maldición. Fue lo último que Rachell pensó cuando todo se volvió negro.
(...)
Tres días, tres malditos días eran los que habían trascurrido. Ethan estaba más que insoportable luego que la chica cayera al vacío, de su propia casa, los hermanos Thresser la llevaron al dormitorio el cual pudo apreciar por la amabilidad de la nana al llamar de nuevo al padre de la chica. «-Ethan pasarme esa franela, para poder colocarle

mejor.» «Tomad ese vaso y llenarlo de agua para cuando despierte» -. Aun no podía sacarse el color de la habitación de su retinas. Cían como el cielo. Como era ella, libre sin barreras. Por eso jamás se portaba como sus hermanastras era obvio que al verse criada con varones su carácter se endurecía. 
-Ethan podemos hablar. Quisiera discutir algo contigo.- Marco el mayor de los gemelos se acerco a un insufrible Ethan,
-Que quieres Marco.
-Yo... yo quiero que me digas que no te interesa la señorita Rachell. Ya que de ser así yo...
-Tú qué, Marco. La señorita Rachell dijo que no le interesas de la forma que como vas. Créeme hable con ella el día del baile y dijo «A mi su hermano no me atrae y más vale que se lo diga.» - al mirar la cara de su hermano Ethan sintió pena y remordimiento si era verdad que la joven no lo veía como un prospecto a marido tampoco gruño algo así de tosco para con su hermano. - Pero también dijo que eras maravilloso.- los ojos de Marco brillaron tal ves por alguna idea que Ethan no quería saber. No por ahora donde él mismo era un obstáculo para su hermano pequeño.
-Mira Marco esa dama no es que la quiera para mi, en verdad- rápidamente trato de tranquilizar a su hermano.- pero no creo que sea la dama en cuestión para ti. Eres un hombre amable y mereces una dama también amable de carácter dócil y esa chica es una salvaje. Ya miraste como viste, su forma de hablar, la forma que siempre consigue lo que ella quiere, la forma en que mira todo y cuando algo no le gusta simplemente arruga su pequeña nariz y cabecea en disconformidad.-.

Marco llegó a un punto que pensó que él quería a esa mujer, porque vamos si era un caballero en toda la palabra pero vamos era un hombre hecho y derecho; con unas cuantas señoras en su vida, pero al escuchar a su hermano supo que Ethan -aunque no lo admitiera o mejor dicho no se daba cuenta- estaba enamorado de la dama Ronchester. Y él quería ver como manejaría la situación, cuando se enterase cuales eran sus sentimientos.
-Tienes la razón, hermano. La señorita Thresser no es dama para mi. Ella merece a un hombre que sea más rudo, más fuerte en carácter, tal vez un marques, o el conde de Maxwell. Pero vamos que sabre yo, si solo soy el Conde de GoodFritz.
-El abuelo ya te traspaso todo.-Ethan se sorprendió por lo que su abuelo materno hizo. Pero feliz por los gemelos.
-Sí. Me llegó la carta en esta Duglas y yo somos oficialmente los condes y vizconde de GoodFritz. Mamá estaría orgullosa de saber que sus gemelos serán los que lleven el apellido de su casa. - ambos hermanos sonrieron y se abrazaron. Uno olvido el resentimiento hacia el otro y el segundo por fin sintió un peso menos en su espalda, no sabía que ahí tenía uno, pera daba gracias que Marcos no hubiera discutido con él por la chica Thresser.
(...)
Sophía miró la mesa pequeña de madera que estaba en su habitación, llevaba esperando el tiempo suficiente para hablar con Duglas hace tres días desde el accidente de lady Ronchester, y la promesa de hablar con él.
-Sophía, pequeña para que quieres que hablemos. Son casi las nueves.- el cuarto de Sophía solo

tenía las velas suficientes para verse las caras.
-Duglas Gabriel Ahsther, quiero que dejes de hacerte el ignorante con la señora viuda de Villa-Torres, esa mujer no es buena para ti. Esmeralda es una mujer que quiere posición y si no te das cuenta anda detrás de Ethan tu hermano de madre y padre. Yo solo seré tu hermanastra pero quiero que sepas que te amo como mi hermano de sangre. Y por ello no quiero verte a manos de esa mujer.
-Sophía, lady Esmeralda no es una mujer de que yo vaya a correr a la vicaria. Pero tú amada hermana, no tienes que preocuparte de nada si.
- Hace tres días vinisteis del río, te encontraste con ella. Y no lo niegues porque yo los vi.- un sonrojo muy lindo y puritano para los ojos de Duglas, se presento en Sophía.
-Ah y tu cachorra como es que me vistes- Duglas más intrigado que molesto pregunto. Sophía se molesto por el mote que desde pequeña la llamaba.
-Mi prometido y yo paseamos y luego él me dijo algo que no comprendí pero... bueno la cosa es que estuve el tiempo suficiencia a solas para ver el río y allí tu salias cuando te quise hablar apareció esa mujer y Uhmg fue horrible, horrible ver como la besabas como si no hubiera un mañana. 
Duglas se atraganto con su saliva, es decir jamás se imagino a Sophía una chica muy snob hablarle así.- Querida Sophía así se besa a una mujer de mundo. Tu jamás debes de permitir que Torres, te bese así a menos que sea un momento muy apasionado. 
Sophía casi, casi le da algo, su Dimitri jamás haría algo así.-Dimitri no es así de apasionado, Duglas. Y no

es ningún snob. 
(...)
Rachell ya podía caminar sin ningún dolor o molestia. Sus hermanos eran muy sobre protectores para con ella, y ya l atenían algo asfixiada.
-Enrique cuando llegaste de la capital. 
-Hace cuatro días. El día que llegaste de la caída del caballo.
-Eso solo dice que estuvisteis una semana ¡casi nada!
-La capital esta con los bailes para otoño. Así que solo prepare a la servidumbre para que fueran limpiando la casa y arreglando el salón. Tu temporada en Londres es en mes así que la casa tiene que verse bien.
-Oh. Bueno y eso es algo... interesante. - Rachell quedo muda. Su presentación el Londres la tercera y si era la tercera y nada. Sus pretendientes eran unos ineptos, o para variar unos cazas fortunas.
-Me encontré con mi amigo Reymond y Edmundo. Y preguntaron como siempre por ti y Sarah, oh y también por Esme. Peo bueno.
-Reymond pregunto por mi-. Rachell se sintió volar, Rey, era el mejor amigo de Enrique casi la misma edad es decir solo le llevaba como tres años de diferencia. Rey- Reymond.
-Estas feliz que Rey y Edd sean los que pregunten por ti.-Enrique pincho a Rachell. Él conocía a los chicos Reymond WattGet y Edmundo Tomson. Eran sus amigos por lo tanto sabía que cualquiera de los dos sería perfecto para su hermana.- Rae, tanto Rey y Edd están solteros y sabes que ellos son buenos chicos. Yo te apoyare a dar caza a ellos sin piedad. 
La risa de Rachell ilumino el corazón de Enrique. Cuando reía así le recordaba mucho a la Lady Carwell una dama de familia adinerada que conoció una noche en Londres, tras ahogar sus penas en whiskys escoses.
(...)
Enrique llegó a su habitación de colores oscuros y ventanas con cortinas de color marrón, se sentó en su cama para dos personas y miró el cajón de la mesa que acompañaba la cama. Tal mesa siempre a su izquierda. Al abrir el cajón saco una carta de un papel ya un poco opaco, café, un café viejo y leyó la carta con una letra impecablemente hermosa. Que le llegó hace casi cinco años atrás. 
Londres, Agosto 1813 
Querido, no, no eres mi querido; ya no. Así que... Vizconde Ronchester.
Quiero que sepa que el motivo de esta carta es para comunicarle la muerte de la señorita Mary Bluestor. El padre de la dama no le exige mucho, solo que jamás se sepa que alguna vez estuvieron emparentados; por mi parte le suplico que ya no me digne la palabra. 
Enrique estas muerto, como ahora lo esta Mary y ese niño. 
Con lamentables recuerdos. 
Lady Georgiana Carwell. 
-Jamás me permitiste decirte la verdad, mi querida Georgina.- Enrique susurró. 
Para él el dolor de la perdida del amor de Sarah era nada cuando lady Georgiana le dejó. Y todo por culpa de Mary, porque el niño jamás de lo jamases tendría la culpa.
...
Espero que la lectura fuera de su agrado. Y por si no lo notaron ya tengo la portada y la introducción del siguiente tomo de esta trilogía de Amores Nobles. la cual se llama " Lo que una perfecta dama Quiere"- Trilogía Amores Nobles.
También les digo que estoy escribiendo una nueva trilogía se llama Encuentros y el primero ya pasa en mi perfil pueden verla.


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Capítulo 12

Bellabel regaba sus solitarios árbolitos, aquellos que su hijo Ethan tanto adora y conseguía a través de los viajes de su primo.-Madre, podemos hablar.

Bellabel asistió y Clara se sentó en la mesa redonda del jardín - Madre el dispensario esta muy bien, creo que me desarrollaré ahí.

- Bellabel asistió y sonrió a su hija pequeña. Ella creía que no solo tenía que ver las personas del dispensario sino el doctor Antonio Bruce. 

-Claro cariño, tu padre y yo solo deseamos que estés feliz en tu vida.

Clara quería decirle a su madre que hiciera una reunión para poder invitar al doctor; claro ella solo tenía diecisiete, pero vamos a Sophía de diecinueve ya se casaría. Y las damas que conoció como lady Jennifer estaba soltera y supo que tenía la misma edad de lady Rachell. Lo cual era extraño. 

-Madre que edad tiene lady Rachell-. Bellabel lo pensó un momento y luego le contestó

-Haber, Ethan tiene veintiséis, los gemelos veintitrés ah Arthur veintisiete y Enrique es un año menor, que la edad de los gemelos; así que la chica anda por los veinte. 

-¡Oh!

-Sí oh. Bueno cuando llegamos aquí los chicos eran muy pequeños así que cuando quede en cinta de ti nos vinimos aquí. Cosa que no resulto muy bien andaba unas fiebres horribles.

-!Solo uno de Sophía!- Clara veía que allí en -un lugar muy lejos de Londres- las mujeres se casaban cuando querían. Y ya no prestaba atención a su madre que decía algo de ella cuando

era niña y sus hermanos con leves gripes y que Sophía odia los dientes de león.* Bueno en fin.

-Madre- Bellabel quiso saber porque Clara la interrumpe pero al ver a su hija supo que no le ponía atención desde hace mucho.

-¿Si?

-Creo que me enamore- Bellabel supo que su esposo tendría un ataque, los gemelos harían la vida imposible al doctor e Ethan... bueno él no podía hacer mucho.

-Invitaremos al doc. Bruce a la merienda del sábado, que te parece hija mía. 

(...)

-Este no, este tampoco, este menos... oh por Dios que vestido usaré. - Rachell tenía en sus manos una carta de la familia WodTher, invitándola a la merienda, claro esa carta también le llegó a lady Tolgets una agradable vecina y era de una finca a unas pocas leguas de distancia.

-Niña y este- Rachell fijo su mirada chocolatada en el vestido azul con blanco. La parte del corpiño era lisa con solo dos ribetes de encaje bordados con flores, y la falta cuadriculada de tonos azules fuertes y claros y el blanco por supuesto. Con dos lazos del mismo diseño de la falda. Tenía un escote cuadrado que le llegaba a dos dedos por abajo de su clavícula. 

-fantástico, y no tiene tanto tool en la falda. Gracias nana Mia.- Mía, sonrió su niña por fin se molestaba en ver que ponerse. 

-Al joven Ethan se le saldrán los ojos al verte así, Rachell.

-Qué, cómo y de dónde sacas esas cosas, nana. Entre el lord y yo no hay nada, es más su hermano Marco es mejor y no digamos del caballero Duglas.

-Claro, pero a ti te gusta ver y discutir,

más discutir con ese niño WodTher.

-¡Nana! Bueno... discutir que se hable de discutir, no. Solo tenemos un intercambio no muy amable de opiniones. Pero así es cuando tenemos formas de pensar muy diferentes. 

-Lo que digas, muchacha.

Rachell tomó un baño con la ayuda de su sirvienta de confianza. Molli. La pelirroja era siempre era muy atenta.

-Señorita, tocan su puerta quiere que vaya a atender.

-Sí, ve quién es.

Cuando Molli iba a la puerta esta se abrió y la cabeza de Enrique hijo se vio. Molli quiso decirle que no era hora para visitar a su señora. Rachell rodó los ojos cuando supo de él. 

-¿Qué quieres Quique?-. Enrique hizo un gesto muy feo con sus labios gruesos.

-Cara, Rae que te he dicho de decirme así.

-Que no te gusta; y yo cuantas veces te he dicho que no entres sin esperar a ser invitado a mi habitación.

-Eres mi hermana Rae. Y lo que tu tienes yo ya lo he visto...- el zapato que choco en su cabeza no lo vio venir, Rachell tenía la mirada brillante por la cólera, como era posible que Enrique pudiera decir algo tan descabellado.

-Salvaje, ese no es un comportamiento digno de una dama de tu posición, Rae.

-Y los comentarios tan vulgares si lo son de un caballero de tu posición.

-Soy hombre, cara Rae.

-Soy una dama, caro Quique. -. Enrique levantó las manos y las coloco enfrente de él, como un símbolo de rendición. -Ya tú ganas bellisima Rae. Así que te digo que seré yo quien te acompañe

hoy a la merienda de los WodTher.

-Esta bien, Enrique. Solo compórtate.-. Enrique hizo un saludo a lo militar y luego la reverencio muy dramáticamente. Lo que a Rachell le causo cierta gracia y agitó la cabeza. 

(...)

La mansión WodTher hizo la hazaña más grande, los cuatro hombres Ahsther estaban sentados en la mesa del jardín. Bellabel junto a Clara terminaban de arreglar todo. Sophía paseaba por el pequeño laberinto con Dimitri mientras éste le robaba uno que otro beso, llenos de amor.

-Hijo, tienes un dos- el duque le hablo a Ethan

-No, Duglas tienes un tres.

-Ja! Sí pero no te lo daré.

-Porqué- Ethan estaba muy molesto y su pequeño hermano no le daba el maldito tres que ocupaba para una escalera real. 

-Yo te doy el tres y si tiene un rey o te doy un dos- Marco hijo miró a su padre y Ethan frunció las cejas. Tanto padre como hijo se miraron y negaron. No habían dicho que clase de dos y tres necesitaban así que mejor no.

-Bueno aquí mis cartas- Duglas mostró una corrida de diamantes sin un As.

-Bueno... esto es lo mío- el duque mostró una mano de tréboles. Con eso Duglas supo que supero a su padre.

-Esto es lo mío- Ethan imito a su padre y hermano mostrando una mano de corazones con la flor imperial y el As de corazones. Solo por la flor tenía el primer lugar por ahora.

Marco Jr sonrió mostrando una mano casi completa de la espadas conocidas como flores imperiales sin su As pero con dos reyes; haciendo el ganador de la ronda de cartas.

-Mierda- la misma palabra salió de los

tres hombres y los tres recibieron un golpe en la cabeza cortesía de la duquesa. 

-Que palabra más fea, señores. Aquí se habla con propiedad y más enfrente de dos damas. Más si una es la señora de la casa- Bellabel reprendió a su esposo y hijastros pero bueno es que parecían niños.

-Querida eso dolió. Pero tienes razón y dime a quienes invitaste esta tarde.

-Oh esposo; están invitados el Doc. Bruce, Dimitri por supuesto, la señorita Tolgets y su acompañante, la señorita Rachell y su acompañante. Creo que es todo. Y claro nosotros.

-¿Por qué a lady Tolgets?

-Es amiga de Clara, Marco.

Duglas recordó que la señorita Tolgets, era una pelinegra y de baja estatura - La señorita Tolgets es la hija del hacendado vecino de los Ronchester.

-Así es Duglas.-Bellabel miró a su hijastro y con la mirada le dijo «compórtate».

Duglas rodó los ojos a su bella madrastras para el las chicas no tenían porque venir con un enorme anillo pero a pesar de todo comportamiento a él le llovían las mujeres qué tendría que hacer- ese pensamiento rondo la cabeza de Duglas.

Ethan cerro los ojos al escuchar el nombre de la hermana de su amigo Arthur, pero ¿quién sería su acompañante? -una duda que le corría a través de las venas.

-Pronto vendrán mis invitados así que por favor vayan a terminarse de arreglar- Bellabel agarro a su marido y lo llevo para su habitación. Los gemelos se levantaron y caminaron directo al buro de bebidas y sacaron tres vasos de

brandy, Ethan se levantó tomó su vaso y subió las escaleras para su cuarto.

-Estoy hecho un desastre.

-Hablando solo hermano.- en el resquicio de la puerta Clara miró a Ethan ponerse la corbata de satén, y éste solo sonrió.

-Me ayudas, pequeña.

-Todo por mi hermano preferido.

Clara llegó a la par de su hermano mayor, y tomó los extremos de la corbata para dejarle un hermoso nudo.

-Gracias, pequeña.

-De nada. Y por favor podrías llevarte bien con nuestras invitadas, sí. 

-Yo! Llevarme y comportarme mal, creo pequeña hermana que no me conoces. Es más es a ti a la que debería de estar poniendo un aviso. -Clara se ruborizo un poco. El doc. Bruce.

-Quiero que papá conozca mejor al doctor. Se que me dirás que es algo nuevo, pero creo en ella amor y aunque tu pienses que es muy rápido así es el amor.

Clara movió sus manos, enrollándolas y soltándolas rápidamente. Gesto que delataba su nerviosismo. Ethan por otro lado entendió que su pequeña y amada hermana que ya tenía al amor de su vida. Por primera vez sintió un nudo en el estomago, él no era una blanca paloma pero si ese doctor le hacía daño a Clara no viviría para contarlo.

-Espero que ese hombre que has elegido te ame como tu dices hacerlo.

-Así será, Ethan. Ah mira ahora si te ves muy bien.- al terminar de cerrar el chaleco ambos hermanos se miraron en el espejo de cuerpo completo al lado izquierdo de la pared del fondo.

Clara con hermoso y sencillo vestido rosa con una falda delgada de tul y se podía ver la puntas de sus zapatos color crema.



Ethan con unos pantalones de color café claro y sus botas café oscuro, un chaleco de gris oscuro con una camisa blanca. Y su corbata de color café claro con el prendedor del escudo de la casa en ella. 

- Bueno es hora que bajemos oh sino tu madre nos jalara las orejas para recibir a los invitados. He de agradecer que sean pocos.

-Claro, vamos.

Por otro lado en el patio de la casona los primeros carruajes llegaban. El doctor brucen llego en caballo, pero al poco tiempo el carruaje de la señorita Tolgets junto a su padre, y más allá se podía ver dos caballos.

-Bienvenidos, Lord Tolgets.

-Duquesa, es honor haber sido invitados.- Lord Tolgets señalo a su hija- Ella es mi hija Jahnette Tolgets, la amiga de su hija Clara. Son compañeras en el dispensario.

-Gracias, duquesa WodTher.- la suave voz de la señorita Jahnette lleno el vestíbulo.

-Eres amiga de Clara como no te iba a invitar, muchacha. Eres la única que trabaja aparte de Clara en el dispensario. Y dime en que desempeñas tu labor ahí.

Bellabel llevo de la mano a la joven Tolgets al jardín mientras Marco y Joseph-padre de la chica- se iban a la biblioteca.

-Clara no le ha dicho en si mi labor. Me sorprende.- Bellabel y Jahnette se sentaron en la mesa preparada en el jardín. Los gemelos ya estaban allí. Así que eran cuatro por ahora los que ahora disponían de los aperitivos. 

-Clara no habla mucho de su trabajo- Marco Jr miró a la chica, su estatura en sí era baja, pelinegra, ojos azul casi violeta. Vestía de manera agradable pero sin muchos lujos.

-Nuestra

hermana es algo hermética para con nosotros.-Duglas, miró a su madrastra y luego pasó su vista a la puerta y por ahí sus hermanos llegaban.

Clara se abrazo a la chica Tolgets mientra que Ethan solo un saludo cordial le dio. Luego Bellabel tomó el brazo de Ethan y Marco para rescatar al doctor del duque.

Cuando llegaron otra vez al vestíbulo el doctor platicaba muy tranquilo con los señores WodTher y Tolgets, con la compañía de Enrique y Rachell. La dama en cuestión oía y hablaba muy energética con el doctor de los nuevos programas para tratar a los pacientes en estados críticos por lo que oyeron..

Enrique al mirarlos no perdió el tiempo y se fue a hablar con ellos, Bellabel también puso su plan y se llevó al doctor. Los señores volvieron a la biblioteca. Y Rachell quedo desanimada. Ahora con quién hablare de ese tema. -pensó Rachell.

-Sola Señorita Rachell.

-Solo Señor Ethan Ahsther.

-Nunca. Venga yo la acompañare hasta la mesa que disponemos para esta hermosa tarde del té. 

-Es usted un hombre del té, Sir Ahsther.

-Es usted una dama del café, señorita Thresser. 

-Touche, milord. -la sonrisa de Rachell ilumino todo a su alrededor o eso creyó Ethan. Marco y Enrique iban perdidos en la platica de la nueva carreras, que se acercaban, estaban a solo una semana y ellos participarían.

El camino fue tranquilo y tampoco es que fuera muy largo para enfocarse en un tema que la dama defendería a capa y espada y ni tampoco que el caballero le tuviera que dar una salida rápida.



style="text-align:center;">(...)

-Es tan agradable aquí, Clara que te envidio un poco.

-Es verdad, en casa también tengo jardines pero yo no me siento así como estamos aquí-Rachell recodo que en su jardín solo tenía tiempo para arreglarlo.

-Y eso señorita, ¿por qué?-Antonio Bruce quedo dudoso por ese hecho. Para él tener un jardín sería motivo para pasarlo así de bien y relajado.

-No tenemos jardinero, a mi hermana le encanta llenarse las manos de tierra y sus vestidos manchados le dan una satisfacción..

-¡Enrique! 

-Qué, es verdad.

-Porqué, Rachell- Sophía no entendía, ellos tenían a tres personas para mantener el jardín así, no veía el hacerlo por si misma, no tenía lógica. Dimitri también pensó lo mismo. Ellos tenían a unos cuantos peones en su hacienda para ese trabajo.

- Mi estudio es la jardinería entre otros, desde muy pequeña. Cuando volví de la capital a eso me dedique. Soy por decirlo la única del sector en ser contratada para los eventos. Estaré a cargo para el próximo evento.- Rachell contesto con entusiasmo. Aparte de la jardinería su pasión era la medicina pero, no era muy bien visto que una mujer se ejerciera en ese rubro, y mucho menos una dama en su posición..

-Que otros estudios tienes, querida- Marco Jr tomó la palabra pasando le una taza de un frío té de sabor manzana, especialidad de Sophía.

-Algo básico en el área de medicina. Por

eso estaba platicando con el doctor Bruce.

-¿Sabe medicina? -Bruce sabía que necesitan más ayuda en el dispensario.

-Mi hermana solo es enfermera, doctor. Fue como voluntaria, en su segundo viaje a la capital, al hospital para ayudar a los heridos por la guerra.

-Eso es magnifico. Señorita Rachell.

-De verdad, Señorita Jahnette.

-Yo soy una enfermera en el dispensario, estoy con los niños. Usted podría trabajar allí.

-Bueno me alegro que tengan temas en común muchachas, pero esté día es especial.

-Especial.- Todos miraron a la duquesa y esta se coloco atrás de su hija Sophía y Dimitri. -. Hoy les diremos la fecha del matrimonio Torres- Ahsther.

-Así es, mi madre ya llegó a la hacienda junto a mis hermanas mayor y padre. Así que la boda será- Dimitri ayudo a Sophía a levantarse y juntos tomados de la mano, lo comunicaron- será en una semana.

-Cuándo sacaron la licencia.-Ethan se levantó y los miró.

-Mi padre la trajo de Londres, por eso se quedaron allá, cuñado.

Todos celebraron el anuncio el duque y su esposa feliz por que pronto su hija se casaba y Bellabel secretamente había estado comprando cosas para ese día y con la encantadora noticia que la chica Ronchester como decoradora de flores, ella sería perfecta para ese trabajo. Clara vivía su amor por el doctor y el doctor parecía estar presentando los síntomas también. Los gemelos bien portados.. Ethan era Ethan. 

-Hermano no crees que deberías

llevar a lady Ronchester a su casa. 

-Por que, vino con su hermano.

-Enrique se fue hace unas horas al pueblo tenía un asunto, bueno eso me dijo. Y Marco se comprometió a llevar a la señorita Tolgets, ya que Sir Joseph estará con padre para los asuntos de la competencia.

-Y, porqué no la llevas tú.- Ethan achico los ojos y barrio con la mirada a Duglas 

-Bueno solo sigo el consejo que les diste a Marco. Me alejo de ella. Eso dijiste, que era mucho para Marco entonces también lo será para mi. Pero la pregunta es si será mucho para ti.

-Ya veo. - Ethan quedo viendo un adorno de bronce, tenía la figura de un pequeño gorrión, e inmediatamente recordó a Rachell, en aquella fiesta. Con su cabello pulcra-mente recogido y ese vestido violeta en su mayoría y como tenía que estirar su cuello para verlo a él. «...salvaje pero no dejaba de ser un pequeño e indefenso pajarito.»- Salvaje pero pequeño. Sí así era esa mujer.

-Entonces qué, la llevaras o la llevo yo. He de decirte que no tiene carruaje si lo notaste ese vestido es perfecto para montar así que se vino en caballo.

-Es que no aprende esa niña. Ethan corrió a su cuarto y sacó unos guantes para montar, no que fuera que los necesitara para el pero sí para cierta chica carácter rebelde. Mientras pensaba donde demonios podía estar.

Duglas sonrió cuando Marco le dijo que llevaría a Lady Tolgets, y que acompañará a la señorita Thresser porque Enrique tuvo que salir a ser una diligencia al pueblo. Se acordó de lo hablado con su hermano mayor de tres minutos- gran diferencia que Marco usaba para poder ganar algo.-rodó los ojos.

-Bueno, mi buena obra ya esta hecha. Qué haré ahora.-Duglas camino hacia su recamara y busco algo más simple en su amplio ropero y agarro una bufanda de color café oscuro más una simple chaqueta de lana, la noche era fresca y larga más para él que estaba solo y sin compromiso. 

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Aquí capítulo 12, espero que les guste. Y el 13 ya esta hecho, esta en revisión a ver si ese si pasa con ningún error. xD




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Capítulo 13

En multimedia aparece la apariencia física de nuestra impulsiva, enojona, a veces hasta mal creada Lady Rachell. La única con un temperamento a un caballo salvaje. XD, además es la nueva modelo para la portada, que espero sea de su agrado. nadie me dijo si les gusto el cambio de portada... Pero bueno a disfrutar. 
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Bueno capítulo 13 y ya les traigo el 14 si entraron a las 7:20 hasta 7:30(zona Centro américa) vieron que no concordaba la historia porque se colo el 14 xD ahora sí, disfruten.
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-¡Aquí esta!- rugió Ethan al ver a la mujer de sus pesadillas, tranquilamente mirando las pocas estrellas en el firmamento algo nublado. 
Rachell se volteó rápidamente y clavó su mirada en Ethan, el apuesto hijo del duque, que el día de hoy la trato como una dama normal, callado entre las comidas, sin juegos de palabras. Ella no sabía que pensar. Y eso la irrito. Hombres, insensibles.
Si aquí estoy, que no me. -Rachell rodó los ojos.- Así es lord Ahsther. 
-Señorita Thresser, seré el que la acompañe a su casa. Su hermano...
-Quique, tenía que ir al pueblo, si me lo dijo su hermano Marco.
Ethan se sorprendió por el diminutivo que uso para Enrique-Ah, entonces lo vio acompañar a la señorita Tolgets.- Rachell suprimió la cólera que le entro al ver la sonrisa petulante de Lord Ethan Ahsther. Hombre tenía que ser.
-Sí él muy amable se presto a esa tarea. Es todo un caballero.
Ethan rechino los dientes. Es acaso que no podía ver más allá de

todo eso. Era él y solo él el que la llevaría a su casa ahora, es que no lo podía ver.
-¿Y qué soy yo, mi lady?- Rachell quiso decirle que era un hombre muy extraño con la conducta de un niño, porque por ser mujer no era ciega. Él se portaba extraño.
-Usted es el próximo señor de esta casa, tiene que mantener cierto nivel y comportamientos, milord. 
-Así, ¿qué la acompaño por mantener la educación? Vaya jamás nadie me dijo que mis actos de generosidad eran por eso, una educación para la sociedad. Gracias mi lady.
-Yo, no quise decir... 
-Ahora vamos, el carruaje espera.- Ethan tomó la mano de la dama, pequeña, fina, delicada. Sus dedos delgados, y más las raspaduras de sus uñas le provoco un escalofrío por todo el cuerpo.
-Mi caballo, lord Ahsther. Esta aquí no lo puedo dejar como la vez pasada. No traje a Rayo esta vez.
-Gracias a Dios. Entre usted y ese animal me preocupa más por el animal. 
-Como se atreve. Además no puedo dejar a mi yegua. Necesita cuidados. Además creo que esta... bueno esta...
-Preñada, su yegua esta en ese estado y usted la monta. Que desconsiderada, mi lady.
-Pero que atrevido. Lord Ethan como me dice eso, usted tiene que dejar de decir esas cosas.
-Cállese mujer desesperante. Todo el día mi lady a hablando con el doctor de medicinas y cosas para el dispensario, sigue tratando de envolver a mi hermano Marco sonriendo-le como si él fuera único, después con mi hermana Clara, más tarde con mi madrastra...
-Pero se esta escuchando, ellos eran parte de

la reunión. El doctor Bruce fue muy amable además no soy ciega se ve a distancia que los sentimientos del doctor están para con su hermana pequeña igual que ella para con el medico. Y también hable con lady Tolgets, acerca del dispensario me ayudo a pensar un poco en participar en el.- Ethan la llevaba con más fuerza hacia el carruaje y paró abrupta-mente enfrente de la puerta.
-Suba, aún no termino de hablar con usted. Señora.-. Ethan salió a buscar al cochero.
Rachell no podía creer. El hombre perdió la cabeza, ellos si apenas se trataban. Bueno era obvio que después de su accidente se llevaban mejor y más cuando le llevo a Rayo.
"«Su caballo, señorita Rachell» «Gracias, lord Ethan Ahsther» 
«Se ve muy bien tratado, apuesto que resultó ser un desafío mi hermoso Tordo» «Nada que yo no pudiera manejar»"
Luego las sonrisa y el refrigerio crearon un ambiente agradable para ellos dos. Claro que sus discusiones eran parte de ese ambiente, pero se sentía muy bien.- Y ahora ella no podía entenderlo.
-Porqué no subió, mujer. -Ethan regresó y se encontró a la señorarita Thresser ahí en el mismo lugar. Mujer irritante.
-No abrió la puerta, lord. - Con elegancia Rachell espero que la puerta-zuela estuviera abierta.
-Ahora.- como todo caballero tomo el pomo de la puerta y la curvo para que ésta hiciera lo suyo. Dio el paso a dentro del vehículo. De un terciopelo color café oscuro, y un pequeño candil soldado en la parte derecha de la ventana el cual estaba encendido. 
-Gracias.- la sonrisa que le

dedico fue devastadora para Ethan. Rachell era como una caja de música. Fuerte y áspera por fuera pero y por dentro, tendría a una melodía que él encantado descubría.
-Seguirá describiendo todo lo que hice en la reunión de la duquesa, mi lord.
O podría ser una marcha fúnebre-No. Pero me di cuenta de algo, señorita Rachell Thresser.
-De qué, lord Ethan Ahsther.
-Sus suspicaces ojos no lo detectan. Su nervios no le dicen, que mal.
-No soy mujer de llenarme la boca diciendo, «poseo un sexto sentido, no mienta»«tengo un nervio en mi que guía mi vida»; eso es ridículo. Hable lord. Tenemos por lo menos de diez a viente minutos en este- Rachell miró todo el vehículo y luego habló- artefacto.
El cochero agradecía que estuviera la luna llena, aunque las nubes grises y negras llenaban el manto nocturno para él hacer eso era realmente nada. Pero le preocupaba un poco por la señorita que iba ahí dentro con su patrón. Esa era la primera dama de familia adinerada que llevaba ahí. -Pobre muchacha. -susurró.
Pero dentro de ese carruaje se hacia todo lo contrario de lo el viejo chófer podía imaginar.
-¡Qué no! Lord. Además mi padre jamás estaría de acuerdo con algo así.
-Su adorada prima no me deja en paz, así que es un muy buen trato.
-Esme es un mujer un poco intensa, pero si habla con ella, bueno entenderá. Es orgullosa como yo. Así que no me prestare para algo así. Ella lo entendería.
-Salvara mi vida aquí. Y mi hermano se olvidaría de usted señorita Rachell.
-¡No! Además que pasará

conmigo después de que no haya desenlace.
-No funciono. Así de simple. Diremos que fue mi culpa, no era un hombre de poder controlar mis impulsos.
-Y he de apostar que eso no es mentira.
-Soy un hombre.
-Es un promiscuo.- Estalló. No sabía como llegaron a ese tema, de hablar de la tarde que compartieron a la idea de que ese hombre le dijo.
-Creo que a los caballeros no le queda esa palabra, pero la acepto no soy un monje.
-Y todavía lo confiesa. Bárbaro. 
-Ya casi llegamos así que; ¿aceptará?. Si lo hace, el anuncio será dado en la carrera de este fin de mes. 
-Le contestaré en la boda de su hermana. Porqué he de creer que si me quiere a mi en su plan debe tratar que los demás piensen que soy parte de sus actividades familiares y esa boda es algo que debería estar ahí.
-Su invitación encabeza en la lista de invitados. Por ello no se preocupe. Yo seré su acompañante ese día.
-Aún no acepto, señor Ahsther. 
-Diga que no o sí; igual seré su acompañante.
El resto del viaje paso en silencio. Por parte del caballero se encontraba las ideas para poder darle nombre a lo que le hizo dar ese paso o más bien por el hecho de cometer tal acto. Por parte de ella, con muchas ganas de estrangular a la persona enfrente; además de pensar en todo lo hablado y la raíz de todo. No era muy fuerte.
El carruaje se detuvo, el viejo hombre se bajo y abrió la pequeña puerta y Ethan bajo ayudando así a Rachell. Ella lo miró- le mandare una carta en estos días con mis dudas, porque aun tengo, lord Ethan Ahsther.
-Y

yo responderé a cada duda, no se preocupe. 
-Entonces, buenas noches. 
-Buenas noches, a ti también.
Rachell camino a paso rápido a su casa. Ethan montó de nuevo al carruaje y le dijo que se moviera cuando la señorita entrara.
-Listo señor.
-Bien, a casa.
-Si señor.
(...)
...Cuando a la bella Diana se le descoloco su bata, los ojos de lord Jordan no perdieron el camino de la línea de sus hombros hasta el antebrazo, de su ahora esposa.
-Amada mía, mi esposa, mi amante. Como quieres que te ame, esta noche.
-Oh Jordan. Eres mi esposo, tu sabrás...
-Pero que mujer como que él sabrá ni que fuera mujer para tal cosa.-Rachell cerro el libro que su amiga Lotte le regalo hace tres años, antes de que ella se casara. Según recordaba ella le dijo que aprendió un poco de el.
-Oh Lotte que habrás aprendido de esta novela. Si es romántica y aventurera. Pero esa Diana es un tonta que no sabe decir lo que quiere. 
-Con quién hablas muchacha.
-¡Nana! Bueno mi libro - la nana miró el libro, lo tomó y fijó su mirada en la parte donde se suponía Rachell se quedo. -Oh pero que vigoroso el caballero Jordan.
-No nana. No es caballero ella lo llama así pero es un ladrón. 
-Ah como tu Ethan.- los ojos de la vieja niñera brillaron y Rachell no tenía fuerza para negarse eta vez. Ethan Ahsther era un hombre peligroso.
-No lo niegas- la anciana levanto las cejas blancas- ¿por qué?
-Ethan Ahsther,

me pidió permiso para ser cortejada por él. 
-Oh cariño, se que serás feliz con él, claro que aceptaste. Pero tiene que pedir permiso a tu padre.
-Aún no. Además no es porque me quiera si no para... para quitarse a una mujer.
-¡Pero qué clase de hombre es ese!- nana Mia recorrió la habitación cían de Rachell diciendo palabras que su pequeña jamás oyó.-. Es un bárbaro ese hombre es un canalla. Rachell te prohíbo que lo veas. No tiene escrupulosos y valores y si me desobedeces le diré a tu padre.
-Nana, pero de que hablas. Él es el futuro duque y vive gran parte del tiempo aquí. Además perdóname que te diga esto, pero tu no tienes ese poder.- Rachell corrió tras su nana para evitar que ella tuviera que hablar con el coronel. -Nana, espera por favor. 
-Qué, niña ese hombre no te quiere bien. Solo con decir algo así no merece lo que sientes por él y no lo niegues, admítelo.-Nana Mía podía estar vieja pero sabía que el amor no podía estar oculto.
-No lo amo. Pero- Rachell miró a todos lados y tomó a su nana y la llevó de nuevo a su cuarto. Cerro la puerta y se sentó con ella en la cama-. Nana él solo me digo que sería hasta que estuviera aquí, después se terminaría y podría alegar de que me fue infiel; cosa que no lo dudaría nadie. Pero tampoco sería lo bastante solido para una ruptura.
-Entonces que le dijiste, niña.
-Que lo pensaría. Su hermano Marco que ya se olvido de mi. Lo cual me alegra. Y tú sabes que mi corazón era para Reymond; pero ahora ya no estoy segura.
-Y eso,

ese joven tampoco es bueno, Rae. El es como Quiquito.- las dos mujeres rompieron a reír si a Enrique le molestaba que le llamaran Quique era peor que Quiquito. 
-Sí los dos, corrección los tres porque Edmundo les sigue muy de cerca. Aunque se que se comprometió el invierno pasado como una joven de las tierras altas, una tal Amelia McLimerth.
-Oh y eso quién te lo dijo, niña. Solo espero que no sea la niña Jennifer. Tu amiga esta como una cabra, más con el barón Italiano con que se casara. 
-¡Nana! A Jenn le molesta eso. Creo que se enamoro del conde Maxwell. 
-Bueno a lo que nos importa, que le contestaste.
-Que lo pensaría. Pero no crees que si lo que estoy empezando a sentir por él es cariño pueda no sé...
-Él no te quiere para esposa, pero si lo puedes atormentar. Si aceptas que sé que mueres por hacerlo has que venga aquí que hable con tu padre, has que haga todo lo que un caballero honrado haría. Y luego ya pensaremos como será que termines con él. Yo te ayudare.
-Oh nana eres la mejor.
-Y como dicen el dicho, más sabe el diablo por viejo que por diablo.- Nana Mia tenía que mantener el orgullo de la joven intacto porque en el amor la mujer es que pierde más y con lo que el joven Ahsther proponía sería un juego muy peligroso. Al final quien quita que si haya una boda.
-Gracias nana Mía. -Rachell abrazó a la mujer que prácticamente la había criado. Era como su madre. Ya que ella y Royer nunca la conocieron. 
(...)
La habitación de el gemelo menor en la mansión

WodTher era tan normal como alentadoramente... vacía. 
-Que encantador querido.- Bellabel miró por todos lados el cuarto del hijo menor de su esposo. Duglas la observo y casi sonríe al ver esa expresión de asco en la cara de Bella.
-Querida madrastra. Que haces aquí. Marco esta en la otra habitación. Y Ethan bueno creo esta pronto a llevar a Luz a casa de los Ronchester.
-Si bueno, Duglas estoy aquí porque a Marco le toca dar el espectáculo con Zeta y tú jovencito estarás en las corridas con los otros tres restantes.
-Tres, solo son Ethan y Marco.
-Dimitri ya será un miembro más de esta familia. Duglas. 
-Oh si, el marido que hiciste que Sophía pescara en ese insípido baile. Bellabel pobre de Sophía, se volverá una mujer amargada, bueno más de lo que es. Con ese sujeto.
-Duglas, no te permito hablar así de tu hermanastra y su prometido. Sophía no lo pesco, el señor Dimitri la ayudo a ella y así empezaron a hablar. Y antes que preguntes, no te diré nada en que la ayudo.
-A mi no me engañas Bella, tu no haces nada si no obtienes algún beneficio. Eso ayudo a papá en el pasado pero ahora, querida, eso no sirve. Bueno a mi no me sirve.
Bellabel supo que ese niño se les fue de las manos, desde muy pequeño fue el único que no la aceptaba y su esposo le dijo el porque: era el apegado a su madre. La hija del conde GoodFritz, Lady Hilaria.
-Por qué, Duglas. Sabes que yo amo a todos en esta casa incluso a ti. Eres como un hijo para mi.
-Será como tu dices, madrastra querida. Pero ya no somos niños

y ahora que Clara se propone enamorar a ese doctor bueno, le deseo toda la fortuna. 
-Duglas, si no cambias, perderás a las personas que están a tu lado.
Duglas no lo miró y tomó su copa de coñac, salió de su cuarto y camino hasta se biblioteca privada, única compartida con Marco. 
(...)
-Mas rápido, más fuerte, que mueva las patas. Hazlo con cuidado pero se firme. A Zeta le gusta jugar un poco, pero más al pequeño Tigre. Ese si es de cuidado.- hablaba Ethan y observaba que todos los caballos que participarían en la competencia estuvieran en su mejor forma.
-Si señor- el peón ejecuto los movimientos más rápidos pero con cuidado.
-Que amor para esos animales. Ethan.
-Si Marco, más con Beta que es la nueva potrilla y mira ese pelaje es hermoso.
-Si es de un color caoba, muy hermoso. Sabes tiene un parecido a...
-Rachell, el cabello de ella es similar sí lo sé. -Ethan cerro los ojos, y recordó la noche de ayer, como se veía su cabello debajo de la luz de ese pequeño candil.
-Yo te iba a decir que se parece al color de tus botas.-Marco bajo la vista y sutilmente sonrió. Su hermano estaba mal. Y eso le encantaba y de por si le quito el capricho por la chica Ronchester, no le había quitado los ojos. Rachell siempre estaba muy hermosa.
-Bueno, Marco no es del todo mal que tenga en la mente a la hija del coronel. Ya que voy a dejar a Luz más tarde a su casa.
-Ya, lo que tu digas, hermano.
Los dos Ahsther siguieron con la inspección de los caballos hasta la tarde, felices que Duglas los acompañara al final.
Ethan a la tres de la tarde llevó la yegua a la hacienda Thresser y vio que mas allá por los establos estaban la pareja más empalagosa, y claro con las miradas de la señora Esmeralda. Y claro el más viejo de los peones, el señor Pitter. 
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Y si te gusto estrellita y si te gustó más da click a siguiente porque hoy el 13 y 14!!!!


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Capítulo 14

Aquí el capítulo 14. A disfrutar.

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Rachell tenía su baño en la comodidad de su cuarto, en la tina que privilegiada-mente su padre le trasladado, era una muy cómoda, larga y espaciosa, es más ella podía decir que dos personas bien tenían el gusto de bañarse juntas. Mientras el agua con aceites y las burbujas -por los mismos aceites- la bañaba, y su cabello se humedecía, Molli le pasaba la esponja a su espalda, y ella a sus piernas.

-Mi señorita ¿desea más agua caliente?. - la empleada le hablaba pero ella solo pensaba en como responder a la pregunta del caballero.

-¿Qué pasa Molli?

-Mi señorita Rachell ¿ocupa más agua caliente o un poco fría?.

-Creo que fría, con esta calor es imposible que me bañe con agua caliente, así que háblale al bueno para nada de Quique que sé está el diván. - Rachell no comprendían porque su adorado hermano tenía que estar en la salita de su cuarto mientras se bañaba. No era correcto. Aunque a ella no le molestaba, era él único con el que podía tener una conversación fuera de tono-los limites de la sociedad, fuera de temas de las señoritas- sin temer al que dirán.

-Si señorita.

Molli salió y lo vio arrecostado en el divan, pero no pudo decirle eso a su patrón, así que presidio de lo antes ordenada por su señorita y salio de la habitación para llamar a los mozos que subieran más cubetas de agua, agua de los barriles esas estarían más cálidas que las del pozo.

Enrique miró la salida de Molli y sonrió, la muchacha sabía su lugar. Se levantó

y sus botas negras altas caminaron sin ruido por la alfombra hasta detenerse detrás del biombo.

-Sirena mía. Qué crees que haces ahí. Te arrugaras como una pasa.- se mofo.

Rachell lo miró mal. Su bata color crema empapada por agua, se le pegaba a la piel y además era corta. Se acurruco un poco más en el agua-. Quique hermano de mi alma; que crees que haces, soy tu hermana no tu amante. Así que vuelve al diván y quédate ahí.

-¡Bah! Tus novelas son aburridas, hermana. Además esa Diana no sabe nada del arte del amor.

-Por supuesto que no sabe, es tan... insípida que nadie le decía nada, por eso terminó con un ladrón. Acaso no leíste el título Enrique. Se llama "El ladrón y la dama".

-Yo le llamaría "El arte de robar la inocencia" y a caso a eso es lo tu llamas literatura.

-Creí que dirías otra cosa.- rodó los ojos.

-Quita esa cara, Rae. Y ya sal de ahí antes que seas una pasa.

-Molli trae más agua, tengo jabón en casi todo mi cuerpo. Así que vete ya. Tienes que entrenar con Rayo y ve ¡haber si ya me llegó Luz!

-¡Oh sí!-Enrique de pronto se acordó- gracias por cubrirme, y lamento dejarte allí en la fiesta; pero tenía que ir al pueblo a comprar unas cosas. Perdóname Rae, se que a veces soy un mal hermano.

-Mi señorita, ya esta el agua- Molli dio un pequeño salto, su señor Enrique estaba hablando con su patrona en un ambiente muy privado. ¡No era correcto!

-¿Dónde están los mozos Molli?-.

Enrique preguntó.

-Ahí en espera de meter los baldes aquí.- señalando atrás de los paneles de tela, Molli indicó.

-Yo los traeré aquí, nadie vera a Rachell en esos paños menores, son horribles, nunca seducirás a nadie así Rachell.

Molli ahogo un grito, Rachell tenía ganas de tirarle lo que sea y el muy cretino se iba y pronto regresaría con los baldes de agua. ¡Como si nada!

-Eres un...- Rachell no sabía que palabras emplear para con su hermano.

-Mi señorita, el señor Enrique, no creo que sea conveniente que este aquí. Es hora de su baño.-Molli se restregaba las manos. 

-No te preocupes Molli, se como nunca querrá volver a estar cerca de mi mientras este en una tina. Y más en está.- Molli no quería saber de que hablaba la señorita, ella quería mucho a la chica Rachell pero tenía miedo a sus ocurrencias.

Enrique se acerco a la tina y le relleno con un poco más de agua; después dejo los dos baldes cerca de la tina para que la chica Molli pudiera acceder a ellos y terminar el baño de su pequeña hermana. Cuando vio a los ojos de Rachell y ésta le hizo unas señas de que se acercara porque tenía que decirle algo o tal ves quitarle algo. Jamás se imagino que la muy condenada lo tiraría a la tina con ella.

-¡Bruja!. ¿Cómo te atreves a hacer esto?¡éstas loca!.- las carcajadas de Rachell no paraban y él termino también por reír. Pero quedo claro que no volvería a estar cerca de ella cuando este

en la tina o en un lugar con agua.

-Te perdono solo por que te quiero pequeña, y se que no te gusta que este aquí en esos momentos pero te diré que me vengare, o sí.- Enrique no sabía como, ni por dónde empezar. Pero tras la llegada de cierto vecino una que otra idea se le podría ocurrir.

(...)

Cuando Ethan estaba llegando a la hacienda Ronchester y fue recibido en la gran puerta por el peón más viejo de la casona. Don Pitter Ion.

-Lord Ahsther, que bien que ya trajo a la yegua de la señorita. La niña estaba esperándolo en la mañana pero dejo orden de que se le atendiera si llegaba cuando ella no estuviera.

-¿A caso la señorita no esta en la casa? Pitter.- Ethan preguntó algo irritado. Él deseaba verla.

-Oh sí, solo que ya no esta en los establos. Pero está el señor Arthur, lord.

Ethan trato de mostrar su satisfacción al saber que la señorita Ronchester, estaba en casa, como debía de ser. Aunque a esa mujer lo que se le metiera en la cabeza lo haría aun si nadie estuviera de acuerdo.

Ethan camino por las orillas de los potreros para ver a los animales, las cercas eran de una buena calidad. Los caballos estaban en buena forma. Observó que Rayo estaba con un mozo de cuadras, y éste lo maneja bien; pero nunca como chica Thresser. Jamás podría quitarse de la mente esa imagen de ella montada a horcajadas en ese semental. Luego se percato que Arthur y su esposa venían a su encuentro,

los vio antes que el entrara directo a los establos para deja a la yegua.

-Que alegría es tenerlo lord WodTher - Esmeralda que también pasea con Sarah lo saludo. Su amigo le dio un saludo silencioso y Sarah le ofreció una bebida refrescante adentro de la casa, para que él pudiera descansar un momento, invitación que negó, es más feliz la acepto. Era una oportunidad para ver a la chica de cabellos caobas y ojos caramelo.

-Porqué traes a Luz, está debió de llegar ayer con mi hermana, Ethan.

-La señorita Rachell la dejo en mis cuadras para cuidar el estado de su yegua, cree que pueda estar preñada así que al final termino por llegar en unos de mis carruajes, Arthur.

-Gracias, señora- agradeció al instante en que la esposa de su amigo; por qué no sabía como estaban las cosas con Arthur y no quería saber como terminarían si Rachell aceptaba su proposición.

-No hay problema lord Ethan.

-Creo que podemos hablarnos sin títulos o los prefijos, porque considero algo insufrible hablarle así. ¿Así qué tenemos su permiso?.-Esmeralda quería estar más cerca de Ethan así que proponer quitar el uso de etiquetas y los absurdos prefijos era algo muy inteligente. pensó ella.

-Me parece bien prima- Enrique hablo desde el resquicio de la puerta. Además tenía el presentimiento que alguno de los Ahsther se quedaría con su pequeña hermana.

-Enrique que bueno verte, ¿dónde estabas? -Sarah le preguntó mientras le sacaba una copa de brandy a su cuñado.-Además la apariencia de Enrique no era muy buena, sus cabellos húmedos su pantalón también presentaba es lamentable

estado solo la camisa estaba seca pero ajada.

-Oh Sarah estaba en la presencia de una sirena terca.

-Enrique. Dónde exactamente estabas, y no juegues.-Arthur se impaciento odiaba esa actitud de él.

-Con Rachell-Miró con una ceja levantada a Ethan y sonrió-la cual esta tomando un baño, por eso de sirena.

Ethan se atraganto, acaso Enrique estaba en el mismo cuarto que lady Rachell mientras ésta se aseaba. Que otras costumbres más raras portaba la dama que quería como una esposa. Corrección la dama ficticia que quería como esposa. Sí. Así era.

-Tú otra vez en las habitaciones de Rachell. Enrique ya es hora que dejes a Rae en paz. Aun recuerdo cuando ibas con ella al río eso es de esperar pero aquí en casa.-Sarah nunca entendió el porque de ese comportamiento.

-Mi Rae estaba sin agua y me toco llevar los baldes, es decir que les permitamos a los mozos llevar las cubetas a su cuarto y la vean con ese camisón de baño. No.-Enrique guiño un ojo a su amigo Ethan.

-No creo que a Lord Ethan le interese esa conversación, Enrique.-Gruño Esmeralda.

-Ah mi Esme, creo que tienes razón a Ethan le pude interesar más las conversaciones de la Bella Lana. - Enrique empezó a caminar alrededor de los otros caballeros y cabecea mucho.

Enrique miro a Ethan con sus ojos llenos de diversión. -. Me encontré con la dama en el mercadillo del pueblo. Y adivina mi sorpresa al saber que se conocían y muy bien.

Arthur se sonrojo y Sarah lo miro mal. Ella conocía el sobre nombre de la mujer. Dicha mujer era parte de las obras del burdel del pueblo, mujer con sus años por cierto.

-Señores, prepare un aperitivo.-nana Mía se presentó en el vestíbulo y anuncio una pequeña y refrescante merienda para todos ellos. Ethan fue llevado arrastrado por la única viuda de la casa. Sarah y Arthur disfrutaban su mutua compañía y Enrique se llevó la botella de brandy a la mesa del jardín.

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Yap... no me maten. Aquí la continuación. :)

Espero que les guste!!!!

Ethan y nuestra Rachell no se vieron. Esme-Esmeralda- echa chispas cada vez qué se habla de su prima, aunque no la odia solo que ella quiere a Ethan y quien no quiere a Ethan, aunque sea un mujeriego y de carácter algo machista pero..... es que no lo es.

-El próximo capítulo abra chispas. JAJSJJAJAJA pero esas que son malibuenas. xD. 


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Capítulo 15

Aquí la foto de nuestro Ethan ah amo a éste actor y así de joven es perfecto para ser mi Ethan. Pero seguiré buscando actores con cabellos negros y ojos azules y conocen unos dejar el nombre de ellos por comentarios y también lo que mas le gusta del capítulo. 
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Rachell se observó en el espejo su vestido de montar-uno de los pocos que poseía, gracias a su terquedad para usar pantalones- de verano era hermoso, lastima que no tenía planes de salir a montar. Su yegua aun estaba con lord Ethan y Rayo en practicas. Así que mejor se lo quitaría, así que sufrió para nada, el corsé le quedaba muy ajustado y su busto sobresalía más de lo que usualmente lo llevaba. 
-¡Ah! Niña que hermosa te ves. Ahora baja a merendar con tus hermanos.- la nana impuso su orden.
-Bueno... pero primero ayúdame a quitarme esto. Creo que no podre cabalgar hoy.
-Claro que sí, aquí esa el caballo de Sarah, el pequeño Bello, y con ese vestido quedaras esplendida, niña.
-Bello es muy pequeño y no corre mucho. No me gusta, nana.-con un puchero para dar a entender que no quería, cosa que nana Mía no le hizo efecto. 
-Deja el berrinche Rachell y camina hacía el jardín allí tus hermanos están junto con Sarah y...
-Esme, genial. Porque no se va a hacer lo que hace todo el día.
-Y donde es que va, jovencita.-inquirió suspicaz la anciana.
Rachell no quería que su nana se enterase que aveces y solo aveces salia a caminar sola por la rivera del pequeño río que cruzaba más abajo de la finca. Y ahí lograba ver

los encuentros furtivos de su prima Esme.
-Bueno algo hará, ¿no lo crees nana Mía?
-Y tú muy inteligente no la imitaras, ¿verdad? 
-¿Yo? Claro que no, nana. Yo ser una linda y muy buena dama.-sonrió.
-Eso... ni tú te lo crees. Pero lo bueno es que están tu padre y tus hermanos para hacer que cualquier joven que se crea mejor que tú, cumpla como lo haría un hombre.
Rachell sonrió, su nana era una mujer algo loca. Y ella así la quería y mucho. 
Rachell al verse al espejo y captar como le quedaba ese vestido no le agradaba mucho. Aunque tenía que admitir que estaba muy despampanante.
-Bueno bajas o...
-¡Ya voy nana!
Las dos caminaron para la mesa del jardín de la casona hacía la que tenía atrás, cerca del roble. No del comedor por la entrada de la casa. Así que ella con su vestido de montar- que no usaría para montar- ajustado del busto, largo por sus botas de cabalgar, unas sin tacón y además el color le favorecía mucho. Un color amarillo, y en la parte baja, la falda a cuadros de color café. La parte del corpiño bajo solo cuatro dedos por debajo de la clavícula, con ribete de un amarillo más pálido con lineas delgadas en azul cielo.Su cabellos por esta vez se hizo una trenza suelta y dejaba sus cabellos más cortos sueltos enmarcando su rostro ovalado y sin guantes.
-Bueno nana. Donde están los...-Rachell miro en detalle al hombre que le observaba en ese momento, alto, de contextura delgada pero con músculos bien definidos ya que no tenía la chaqueta ni el chalequito de tres botones, sus cabellos castaños

oscuros y lisos y esos ojos azules.
-¡Lord Ahsther, qué hace aquí!-chilló. Ella le dijo que le enviaría una nota con sus dudas y la respuesta a su propuesta el fin de semana. ¡Qué hacía en su casa!
-Rachell que clase de pregunta es esa. Dale las gracias a lord Ethan por traer a tu caballo y basta. No seas malcriada.-Esmeralda le reprocho, sea cual sea la aberración entre ellos o las emociones que sabía que su prima no podía nombrarlas, pero lo que dijo estaba muy mal. Y por eso ni Arthur ni mucho menos Enrique la corrigió. 
-Yo... yo lo siento.- siento no poder golpearte, Esme; bufo por lo bajo. Lanzo una mirada envenenada a su prima y con una sonrisa le hablo a lord Ahsther- No sabía que estaba aquí. Mis disculpa por ser grosera.- a Rachell no se iba que la mirada de su hermano mayor fue de sorpresa por el comentario, pero que no hiciera nada tras el regaño de Esme ¿sería entonces qué si estuvo mal lo que dijo?. ¡Pero que vergüenza.!. Solo a ella se le podía pasar desapercibida las normas de etiqueta, pero todo era culpa de él y solo de él, el tonto de lord Ahsther; y la bruja de su prima.
-No, no hay porque disculparse, señorita Thresser, yo debí de mandar una nota. No hay que porque disculparos. Yo no me sentí en nada ofendido si no más bien divertido.-Ethan no quería que su Rachell se sintiera mal. Es más odiaba a la viuda por hacer tal comentario hacia su chica. Su chica. ¡Por Dios!
-Bueno ya todo esta arreglado. Niña Sarah traeré más bebidas.-nana Mía al ver que todo se arreglo y

ver la mirada de fuego de Rachell para la señora Esmeralda supo que lo mejor era llevar algo helado.
-Por favor nana Mía.-Sarah apuro.
-Lady Rachell por aquí por favor.-Ethan tomo del brazo a la dama la cual se dejo llevar por el caballero, aun estaba asombrada por decirlo de una forma, su familia no la defendió es más el mismo hombre que decía que quería un compromiso falso era quien la defendía y apoyaba, vaya familia que tenía.
Enrique no podía creer que su hermano mayor no hiciera nada y él no podía hacerlo tampoco si el mayor no corregía a una invitada-porque Esmeralda era una invitada por más familia que fuera- él tampoco podía, estúpidas normas. Eran familia y así enfrente de Ethan tenía que tragarse las palabras para la viuda de su prima.
 -Bueno... saben me entere que el hijo del finado Laiwell; vivirá solo. 
-Pero Benjamín tiene solo la mitad de tu edad, Enrique.-Esmeralda no se esperaba eso, Benjamín era el único hijo-que ella conociera- de lady Emily una mujer que tenía una fama muy mala, mejor dicho la fama mala era de su fallecido marido y el actual no se quedaba atrás.
-Lo sé Esme. Pero si recuerdas su padre murió en un duelo. Que dicho duelo fue muy popular, las razones tenían muy felices a los capitalinos y hasta aquí fue muy hablada pero fue hace algunos años.
-Así parece. Pero lo que ocurrió es que la infidelidad fue de parte de su esposa, ya hace mucho tiempo, más del que se hizo tal acto.-Sarah lo sabía porque uno de los viajes a la capital para ver a su amiga Rachell en el hospital

de veteranos escucho tal calamidad.
-Lady Emily se caso con lord Laiwell por un compromiso arreglado entre su familias, mi madrastra me comento. Y debido a eso el amor de lady Emily resulto ser un conde, el cual esta de más señalar que fue el vencedor en tal duelo..- Rachell lo miró con sorpresa, cuando ella estuvo en Londres ese fue un gran escándalo, la señora condesa de Rostoll no le importo el titulo y se fue a Escocia con sus hijas.
-Es tan triste que hayan personas haciendo eso, es decir porque se prestan esas mujeres a desarmar un matrimonio, es tan lamentable.-Rachell no entendía que el amor hace cometer actos de locura a las personas.
-Lo sé. Por eso me gusta el campo aquí se conoce todo-la mirada de Sarah se poso a su marido, dando a entender que si éste cometía tal acto se enteraría. Cosa que jamás pasaría, Arthur estaba muy enamorado de su esposa.
Enrique y Ethan no querían seguir con esa platica, uno porque no quería recordar errores y el otro porque no entendía mucho de ese sentimiento. 
Nana Mía llegó y con eso el refrigerio, los vasos de bebidas refrescantes también animaron la conversación que paso de un tema algo pesado como lo es hablar de una infidelidad- a uno más feliz y jovial como la boda de la señorita Sophía.
-Mi hermana ya tiene las invitaciones, invito a varias familias de Londres, las envío hace unos días con la etiqueta ¡urgente!.
-¿Y ya tiene compañera para la boda, lord Ethan? -Esmeralda le preguntó.
-Casualmente estoy en espera de una respuesta.
-Y si le dicen

que no, cosa que dudo mucho, pero si tal desagradable noticia llegará a quién invitaría.
A usted no, señora. Quiso decir Ethan pero sus modales no le permitan- A una de mi familia, señora. 
Rachell sonrió, la servilleta le tapaba la boca y nadie se dio cuenta. Claro que Enrique no sería Enrique si no hablara algo en contra de su prima-En pocas palabras Esme querida, no sería a ti. 
Sarah se atraganto con su bebida, no quería reírse en cara de su prima política pero es que su cuñado decía cosas que no tendría que decir. Rachell colocó su mano derecha por encima de la de su cuñada dándole a entender que ella también compartía ese estado.
-¿Y a quién invito, lord Ethan?
-No se lo diré, señora, puede que me diga que no y así me quede solo con mi hermana.
-Yo...-Enrique miró fijamente a Ethan el cual levantó su ceja- ¿estoy invitado? Porque aquí no hay invitaciones. No ha llegado nada. 
Ethan sonrió y extendió unos sobres de color crema en la mesa cada sobre tenía un nombre.
«Sr. y Sra. Thresser, condes de Ronchester»
«Lady Rachell Thresser y acompañante»
«Lord Enrique Jr Thresser y acompañante»
-Vaya, tú hermana estaba muy feliz al hacer esto- Arthur miró a su esposa, en el campo todos sabían que el teniente coronel había traslado el titulo a su hijo mayor y junto a su esposa eran los nuevos condes de Ronchester. Y sus hijos solo eran los Thresser y claro Enrique era ya el vizconde

de Ronchester. Pero en la ciudad todos seguían creyendo que el viejo teniente era el conde. Muy pocos eran los que lo sabían y era por ellos mismo.
-Dónde fueron hechas las invitaciones, Ethan.
-Ah, en Londres. Cuando nos dijeron la noticia ya habían mandado el listado. 
Todos los Thresser se miraron, su padre y suegro-por parte de Sarah- no querían que supieran su actual estado ya que tenía que casar a su hija-cosa que Rachell antes no le importo pero ahora, con las locuras de Lord Ethan Ahsther tenía que pensar- y su sobrina, Esmeralda era joven aún y tenía que casase pronto.
-¿Hay algún problema?-Arthur endureció la mirada hacía Rachell, en la cual le advertía que se callara. Sarah también miró con decisión a su cuñado. 
-Claro que no, lord. Solo sorpresa así que la señorita Sophía ya tenía cosas de la boda hechas, que entusiasmo corre en ella. Hacer un matrimonio tiene su presión, también tiene su lado bueno.
-Y tú lo sabes, querida. Tu matrimonio ni duro mucho. Así que ni hables.
-Oh Enrique.-Esmeralda lo fulmino con la mirada.
(***)
La noche llegó y cierta joven iba caminando hacía el establo, en el cual un mozo estaría esperándola.
-Patrona, aquí estoy para que le soy bueno.-los ojos verdes del mozo brillaron, el chaval tenía según Rachell unos trece o catorce, el chico era el hijo de la cocinera y un buen jinete.
-Mira ocupo que lleves esta nota a casa de la duquesa, allí preguntaras por- Rachell empezó a recordar el nombre que le susurró

lord Ethan cuando se fue en la tarde.-Will, por Will. A él le darás esta nota. 
-Pero patrona de aquí a la casa de la duquesa me llevara algo de tiempo ¿y si tengo que esperar respuesta?
-Te iras en Rayo, eso sí, ten mucho cuido.
-Sí mi patrona. Ya verá no le fallare. Y Rayo y yo nos llevamos bien, solo le doy un azucarillo y estará bien.-Rachell no le dijo que Rayo odiaba con los azucarillos pero si así lo montaba era por algo. Además ¡quien en su sano juicio le daba las riendas al pobre crío en la hacienda!, eso ella lo averiguaría.
-Ve y espera un poco, si Will no llega en un tiempo prudente te regresas, ¿estarás bien?
-Sí mi patrona. 
El chiquillo montó al animal y ese salio como su nombre lo decía, un rayo. Rachell miro al cielo, un poco claro, solo eran las siete y esperaba que el chico llegará pronto y regresará con respuestas. Observo a su alrededor y partió hacía la casa. 
Cuando llegó, nana Mía la esperaba con un vaso de leche con miel y unas galletas.
-Así que ahora mandaras al niño de la cocinera para tus recados.
-¡Nana! Solo se que ese niño monta muy bien a mi Rayo, cosa que voy a averiguar, quién le deja entrenar con él. 
-Y que colocaste en la carta. Creo que debo saberlo, no crees.
-Ah, nada importante. 
-Nada importante Rachell, niña si aceptas tal propuesta que crees que hará contigo ese caballero. 
-No le permitiere actos que no se harían con una prometida real. Es decir un abrazo y un paseo contigo claro que si. Pero ahí salir solos no. No lo

creo. 
Nana Mía pensó tenía que enseñarle a su pequeña el arte de seducir a un hombre como ese niño, pero siempre mantener el control. Sí. Haría de su pupila la mejor dama, aparte Rachell tenía muchos temas de interés así pues no costaría mucho.
(***)
Cuando el niño llegó a las puertas de madera que daban la bienvenida que por cierto estaban abiertas entro y se dirigió a las puertas de la cocina. Le costo un poco encontrarlas pero llego. Tocó con sus nudillos un poco huesudos y el ruido sordo que percuto hizo que en menos de un minuto una mujer algo rellena le abriera la puerta. 
-Niño que haces aquí, que quieres.- pregunto con voz baja pero dejo entre ver que no era agradable la visita.
-Busco al señor Will.-la voz del chaval sonó temerosa y tartamudeo un poco al principio, pero recordó que era un mensaje de su patrona.- Busco al señor Will.
-Señor ese Will, solo es el mayordomo de aquí y se cree mucho, pero esta bien. -la mujer miró al niño de pies a cabeza, solo faltaba que fuera un hijo de su jefe enojón- espera aquí muchacho.
La puerta se cerro en la nariz del pobre crío y éste maldijo a la mujer. De un momento a otro la puerta se volvió a abrir, allí estaba Will y él le pregunto si de verdad era el señor Will.
-Si yo soy el señor Will, de Willian, mayordomo principal de esta casa y familia.-con orgullo lo dijo y esbozo una pequeña sonrisa.
-Ah bueno mi patrona me dio esto, y me dijo que se lo diera. - el niño entrego el pequeño sobre y solo tenía una

línea, Lady R. Will no comprendía casi nada. Hasta que de pronto recordó a su patrón un poco extraño y murmurando el nombre de lady Rachell. ¿Sería a caso que lady R y lady Rachell era la misma mujer?
-Muy bien chico, ten-Willian le entrego un poco de pan al chico y éste feliz lo acepto pero cuando el señor Will le cerraba la puerta él se interpuso.
-Señor Will ocupo esperar respuesta.- Ante eso Will rodó los ojos si esa señorita ocupaba respuesta sería tardada, el señor que ella buscaba por medio de él se encontraba con los gemelos en la cantina del pueblo.
-Mira niño, ve y dile a tu patrona que la respuesta será llevada de aquí mañana. Ahora vuelve que se hace tarde.
-Esta bien.- el niño se termino su pan y montó a rayo para volver a su casa, en la hacienda de los Ronchester.
(***)
Rachell se moría por saber que le diría lord Ethan, tenía muchas dudas y su nana no dejaba de hablar de como seducir un hombre. Ella solo quería tener la respuesta de lord Ethan para dormir en paz.
-Basta nana, sí. Me agobias con eso. Y no necesito como seducir a nadie. Y no me veas así que querré yo saber de donde y como dejarle besar a lord Ethan ya te dije que nada de besos, es más esa fue una de mis peticiones.
-Así qué nada de besos. Y tú muchacha crees que un prometido no querrá darte un beso.
-Él no será mi prometido real, nana.-nana Mía rodó los ojos su niña no entendía que pese a haber comenzado algo retorcido el joven Ahsther ella podría conseguir

una buena boda y un muy buen marido.
Rachell solo quería que el hijo de la cocinera llegara con la respuesta pronto.
(***)
-Mira aquí si hay un buen ambiente, no crees Marco y tu Ethan. Esta taberna del viejo esta bien surtida no creen.
-Si Duglas tu y tu licor. Y mujeres.-Marco suspiro, él solo quería estar durmiendo.
-Que aburrido gemelo mio-Marco elevó sus cejas algo que era un calco de Ethan, el cual solo sonrío.
Los gemelos eran dos gotas de agua, solo que sus carácter y personalidades eran diferentes. Los ojos de los gemelos eran un azul como el propio de los ojos de Ethan, sus cabellos caramelos eran iguales. Sus vestimentas muy parecidas pero con sutiles cambios, Marco como siempre el más pulcro de los tres hermanos, luego Ethan y por último Duglas el cual si encontraba ropa que le tapara estaría bien.
-Aquí esta la Bella Lana crees que me acepte-Marco tenía ganas de vomitar. Ethan estaba un poco incomodo.
-No sé qué le ven a estar con mujeres como ellas, yo nunca me he relacionado con ellas. No es por ser...-mientras buscaba una palabras Duglas se adelanto.
-Snob, Marco.-soltó Duglas con una risilla.
-No, yo me cuido. -se defendió Marco.
-Ah claro la viuda de Lord Browning, ella si entra en la lista.
-¡Basta los dos! Aquí no estoy para sus peleas tontas. Duglas acepta que Marco no es- ¡es un promiscuo! La voz de Rachell se colo en sus pensamientos y era cierto ahora que estaba allí -porque a Duglas se le hacía un infierno toda la problemática de la casa y la boda,- se sentía diferente esa noche, además él tendría que esperar la nota de lady Rachell.
-Qué es qué -Indagó Duglas
-¡Marco no es como tú y ya!. Ahora volvamos creo que ya todo debe estar en calma en casa.
Los gemelos se vieron y siguieron a su hermano. Cuando salieron del local cada uno tomo su caballo y partieron a la hacienda WodTher.
Por el camino estaban tranquilos y una carrera pronto en casa llegaron, en la entrada de la casa Will y dos personas más esperaban.
Cuando llegaron a pasar por la puerta, los otros que acompañaban a Willian se fueron con los gemelos los cuales recibieron los abrigos y la bufanda que siempre Duglas insistía en llevar.
-Alguna novedad, Will.
-Solo lo normal señor, su padre y la señora junto a las damas cenaron y preguntaron por ustedes, luego el personal para recordarles sus tareas nuevas por la boda de la señorita Sophía y claro preparar los barriles con agua, también normal.- Will miró a su patrón fruncir el ceño y sonriendo continuo- también le llegó una carta de una dama.
Ethan cerro los ojos por un segundo y termino por apurar a su fiel Will para que le dijera quien era la de la carta- ¿Quién la trajo?
-Un chaval. Aquí está señor.-Will le tendió la carta a su señor.
Ethan tomo el sobre y leyó el nombre en el, con letra clara y cursiva: Lady R, no pudo reprimir la curva en sus labios.
-Vamos a mi cuarto, Will. 
.

.
Capítulo 15 ¡UP!
Les gusto, sí -No. Un poco, Casi nada. .................¡Bueno, yo espero que sí! 
Y ya saben una estrellita hace feliz a un escritora/or. Un comentario motiva más.




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Capítulo 16

Los gemelos lo único que comparten con Ethan sería el color de ojos 😍 y ya que son gemelos solo ocupo un actor. 😁
Y que zokulento actor. Wiii
D.A: No sé el nombre del actor. ¿alguien lo sabe? 
...
***Chicos estoy feliz ya somos 1k de estrellitas, me siento feliz y espero que les agrade a todos ustedes que como voy haciendo de tantas letras y frases está historia. Gracias, gracias porque es por ustedes que se llega donde están.***
...
Ethan se pasea solo con su batín de seda color azul oscuro encima de sus ropas para dormir. Will estaba colocando la ropa para llevarla a lavar en la mañana. Pero miraba en detalle a su señor.

-El joven que trajo la carta dijo que la dama esperaba una respuesta. Claro que le hice saber que la tendría mañana.
-Gracias Will. - Ethan recorrió su habitación y al final se sentó en el sillón cerca del gran espejo de la pared de fondo, el que estaba cerca de su cama.-creo que mejor me dejas las velas encendidas y cambias las que están casi consumidas.
-Si señor.
Las manos de Ethan temblaban era ahora el punto que él deseaba saber. Qué contestaría lady Rachell, un sí o un no, ¿cómo hizo para tomar en cuenta tal respuesta?. ¿Qué esperaba de él, o qué dudas tenía para darle la respuesta?. Él respiro hondo y luego abrió el sobre y una hoja del mismo color le recibió. Con los dedos un poco tensos y agarrotados por los mismo nervios, cosa que no sabía, hizo lo propio. 
Lord Ethan Ahsther
 No se

como empezar a escribir solo sé qué tengo mis dudas, ¿lo cual es aceptable, no lo cree?; pero ahora solo deseo saber el porqué, sí el porqué, qué le llevo a usted a tomarme a mi como la candidata para tal tarea, que en este papel me siento libre de poder decirle que es totalmente descabellada. Nunca nadie me propuso algo como eso. Y es de saber que mientras estuve en hospital muchas propuestas llegaron a mi persona y mis oídos hicieron caso omiso. Pero tal ves esta ves si quiera ser parte de esta... ¿charada?. Tengo reglas claro, no crea que solo por llegar a pensar en darle un sí, no impondría mis reglas o en caso que le diga que ¡no! También habría reglas.
 Mis reglas serían simples y claras:
 1. Nada de besos-todo lo que se refiere a besos, milord.-aunque mi dorso siempre lo recibirá.
2. Nada de estar solos.- mi nana Mía siempre estaría con nosotros u otra carabina.
3. Nada de amantes publicas, milord. No lo toleraré de por si esa es la pobre excusa que hará que termine mi compromiso con usted caballero.
Así pues lo que no le agrade puede escribirme el chico esperará, y espero que este listo para el sábado, lo veré ahí.
Si tengo más dudas el sábado les daré y allí espero que sea usted él que hable con mi padre.
Con respetos y en espera de una respuesta
Lady Rachell Thresser
Ethan tras terminar de leer la carta se sorprendió un poco, nada de besos y cómo podría

saber el como besaba ella. Eso no le gustaba nada; lo borraría de la lista y la nana de ella, esa mujer lo podría odiar. Levantó la vista y observó a su fiel Will, como siempre imperturbable así por eso era el mejor y su ayuda de cámara.
-Will,quien es el segundo mayordomo.
-El segundo es Joe, también es el ayuda de cámara del joven Marco,luego de él esta Kiefer, él cual esta bajo el servicio del joven Duglas. 
-Quién es bueno haciendo tu trabajo y que no este de servicio de nadie en particular. Porque tú estas aquí por mi, pero antes quién estaba.
-Oh,ese era mi tío, el viejo Wilfred. Ahora su padre le dispuso de unas cortas vacaciones.
-Llámalo y tú te vas a la capital a WodHouse, quiero que arregles y lleves el control para los bailes de Autumn ya que mi madrastra estará allí y luego pases por mi casa y la arreglas un poco. 
-Si señor, será después de la boda de su hermana o en estos días.
-Después de la boda, aquí te ocupare yo y también mi familia pero dale el aviso a tu tío, Will. 
Dispuesto todo Will se retiro a su cuarto; y Ethan se dispuso a dormir. No tenía sueño pero mañana sería un día largo. El fin de semana llegaría pronto y su hermana Sophía no dejaba nada sin revisar,hasta tenía el presentimiento que ella misma elegiría la ropa de todos. 
(***)
La sala de la casa WodTher era un caos, Clara argumento que tenía que ir al dispensario y se libro de sus tarea como hermana de la novia, cosa que un Duglas muy malhumorado tomo lugar. Un Dimitri que que no quería

saber nada de su problemática hermana Francesca la cual tenía que estar viéndola para que no se alejara por ahí con un caballo del doble de su tamaño, tanto en altura como en anchura, un Marco perplejo por todas las cajas de vino que le toco ayudar a colocar y un Ethan con más sueño que el gato de la condesa de Torres.
-Querido Ethan trae a mi pequeño Cold se atoro en el árbol.
-No lo creo, a lo mejor escapo allí.
-Qué dijiste jovencito.-Ethan quiso maldecir, con el sueño que tenía decía las cosas sin pensar y la cara de Sophía lo decía todo.
-El gato aprecia la vista desde ahí arriba, señora.
-De verdad lo crees.- todos vieron a la más pequeña de la familia Aldrich Becherr, solo tenía nueve años pero una boca viperina, era el dolor de cabeza de la condesa.
-¡Megan! Por Dios que te dio tu madre.
-No lo sé, condesa. Por si no lo sabe mi madre esta muerta, lo cual nos lleva a que viva con usted. - la pequeña hablo con propiedad que si su interlocutor no fuera quien era, sería una respuesta muy respetada. Pero lamentablemente no lo era. 
-Megan estas castigada.
-Todo por un gato. Pobre gato. A lo mejor Cold no la quiere, cuando usted lo "consiente" el animal sufre.
Dimitri, tomo a su hermana pequeña y la saco de la casa. Así era desde casi dos años, comenzó todo demasiado rápido, su padre tenía una querida y con la cual vivió casi nueve años, y de esa relación la pequeña Megan llego, pero la señora en cuestión murió y la niña de solo siete años llegó a sus vidas, cosa que su madre, Beatrice, no toleraba pero era eso o un escándalo

más grande. 
-Aquí Megan, quédate aquí. No enojes a mi madre, sí. Ahora no.
-Me prometes que cuando te cases me llevaras contigo, Dimitri. Papá ya no es el mismo y esa señora no me quiere por favor llévame contigo a Sophía no le caigo mal y ella me agrada. 
-Hablare con papá, y si él lo aprueba te llevaré conmigo a Sophía no le importará ella te aprecia y creo que le recuerdas a ella cuando era niña. Pero será después de que me case y después del viaje a Italia.
-Si, y nos llevaremos también a Jellyfish.
-Si también nos llevaremos a ese animal.- con ojos brillantes Megan salto a abrazar a su hermano mayor, más que se llevarían a su gato, porque por más que ella amara a Cold la bruja de la condesa no le permitiría llevárselo. 
En la casa la condesa echaba chispas y su hija la ignoraba, los gemelos se desaparecieron, Sophía se encerró en su cuarto a terminar con sus cosas, por lo que Ethan estaba allí en la sala con la mujer más desesperante que conocía; su madrastra traía comida y terminada de contar las servilletas y él con un libro abierto y sin leer por los comentarios agrios de esa mujer a una niña de nueve años.
-Duquesa, a que familias invitaron para la boda.-la condesa cansada de murmurar por la conducta de una bastarda. le hablo a su pronto consuegra.
-Oh, Sophía invito a su amiga Jane, Jane Hamill hija del conde Hamilton. Y a unas primas mías, las cuales solo las dos mayores vendrán, con su primo claro.
-Solo a ellos, nosotras con Dimitri claro esta, llámanos a mi primo y sus dos hijas, también personas

del parlamento jurídico, también un amigo de Dimitri el Vizconde Foresh, que ha estado por aquí desde hace un tiempo. 
-Si así el vizconde Foresh es un gran hombre cosa rara que no haya casado, tiene cerca de cuarenta.
-Sí, bueno a lo mejor espera a una dama- los ojos de la condesa se posaron en su hija Francesca la cual miraba la ventana sin ningún reparo. Y la ignoraba. Ethan descaradamente sonrío cosa que la duquesa desaprobó en el acto. ¡Qué horror su único hijo emparentado con esa familia, lo único bueno eran que la niña era hija de un duque!-se lamento en silencio la condesa.
Dimitri entro a la casa solo, su madre feliz ya no vería a la mocosa y Francesca frunció su cara. Bellabel miró hacía atrás y ni rastro de la pequeña. Sophía bajo los escalones con un vestido de bajo tul y muy sencillo, sacando una bella y boba sonrisa al hijo del conde Torres.
-Saben tengo una pregunta, porque su título es un apellido español.
-La condesa se sentó derecha mientras contestaba, pero su hija la interrumpió- A padre el título le llego pos su tío tercero un español, por eso.
-Francesca, por favor no digas cosas así tan rudamente. Así no habla una dama.
-Las mujeres de por aquí así son, no se preocupe señora.-Sophía quería que su futura suegra diera por fin sus charlas sin sentidos. Apreciaba a Francesca además tenía casi la misma edad de Clara y por eso le tenía más afecto y sin quitar que la pequeña Megan le robo el corazón en minutos de conocerla.
-¿Dónde está Megan, ella será la niña de mis flores?.- Dimitri aparto la mirada, Francesca

miro a Beatrice, y su madre negó con la cabeza.
-Pero cariño para que quieres a ésa niña.
-Ésa niña, es mi chica de las flores y a usted no le gusta será su problema, señora Beatrice. Mi boda se hará a mi manera así de simple, por qué es mi boda. Francesca podrías buscar a Megan tiene que medirse su vestimenta y tú también.
-A que hora llegara lady Rachell, ella es la mujer que hará mi ramo y no está aquí.- Y así como Ethan vio a su hermanastra defender a una niña e imponer su ideas y hacerle sentir orgulloso se volvió la misma niña rica, petulante en una boda perfecta. 
(***)
Rachell estaba enojada, quería insultar a todo aquel que le llevara la contraria, su hermano Enrique no le hablaba por miedo a que ella le lanzara un objeto filoso, Sarah no salia de su habitación y no sabía el porque, su padre estaba feliz en sacar sus ropas de soldado, tenía el verde y un azul, también poseía un negro que uso para la boda de Arthur. 
-Rae, ven aquí tienes que irte ya para la hacienda de los WodTher.
-Y tú a que cuentas me lo dices, yo sé muy bien que debo hacer, prima.
-No me hables así, jovencita.
-No, soy yo la que no te permite tal atribuciones, prima. Ayer no te dije nada por respeto a la visita, pero aquí es mi casa, y yo soy la dueña y tú no tienes derecho a hablarme así. No te gusta mi forma de ser, vete. Viví en tu casa y respete las normas de la tía, tu madre, jamás cometí un error o falte el respeto a ella o a ti. Ni mucho menos al tío. Así que has lo mismo.
Rachell tomo sus

cosas y salio de la casa, dejando a Esmeralda con la palabra en la boca y a un Enrique retorciéndose de la risa atrás de una columna.
-Querida Esme hasta que cansaste a mi Rae.
-Pero se feliz, no es a ti a quien ahora quiere pulverizar con sus ojos castaños. Solo que tú la presionaste- Enrique se preguntó ¿quién sería la persona que tenía a su hermana en ese estado tan agitado?
Rachell llego a las cuadras y pidió a Bello, el animal era muy manso y lo maneja bien pero no le gustaba montarlo, el otro en las cuadras era Swirl* pero ese era de Enrique y también un Tordo, pero mucho más grande y Rayo. Swirl le trasmitía un miedo, que se negaba a aceptar pero con el vestido de montar verde manzana que estaba usando que le sentaba muy bien, según su nana, no lo quería arruinar controlando a loco de Swirl así que no e quedaba de otra manera que montar a Bello.
-Pitter, tráeme a Bello, tengo que hacer un trabajo en casa de los duques de WodTher y ni Rayo ni mucho menos Luz - ordeno Rachell.
-Sí mi señorita.- el pobre hombre corrió a hacer el pedido por lo visto al niña se levanto con el pie izquierdo.
Rachell caminó en círculos por todo el patio hasta que Pitter Ion le llevó al maldito caballo Bello, miro con odio al animal. Cosa que ella sabía el animal no tenía culpa. Para ella el pobre Bellos era la mezcla de caballos de crío y el carácter de un asno o burro, demasiado suave.
-Muy bien, Bello ni tu ni yo nos queremos, así pues te comportaras e iras lo más rápido a la hacienda de los WodTher, me oyes.-Rachell se subió y gracias a su vestido

para montar lo pudo hacer a horcajadas. Le propino dos patadas a los costados al animal y éste se fue corriendo hacia la dirección que la joven le guiaba.
El camino no era realmente largo pero la animosidad que tenía en casi todo le estaba costando su paciencia. Cuando iba a llegar se encontró con dos jóvenes, a una le calcula unos dieciséis o diecisiete y la otra no pasaba de los diez. Paro al caballo y ellas la vieron.
-¿Quién es usted?- la niña pregunto sin reparo y eso le gusto, les sonrió a las jóvenes.
-Primero buenos días- la niña se sonrojo un poco- yo soy Rachell, Thresser Rachell, hija del teniente coronel de la zona.
-Oh son los que tiene el mayor numero de caballos en la zona. 
-Si eso dicen, debe ser cierto. Pero y ¿ustedes quiénes son?
Las dos se vieron y asistieron- yo soy Francesca y ella es mi hermana menor Megan. Somos familia de Dimitri Aldrich Becherr. 
-Es más conocido por ser el prometido de la señorita Sophía, la hija del duque.
Rachell asistió- Lo conozco, yo seré la que haga los arreglos florares para la boda ahora mismo voy hacía allí. Quieren que las encaminen hasta la finca. No esta tan lejos, ya se ve el portón.
-Huimos de allí - Megan comento algo apagada.
-Allí hierve el infierno. La condesa y duquesa están con Sophía ultimando detalles y los hombres también están cooperando y nosotras ya no tenemos más que hacer allí.-Francesca hablo con fastidio.
-Bueno entonces deseen-me suerte si allí está así no digamos como estará la novia, Sophía es una chica muy especial.- las otras

afirmaron. Sophía tenía el cariño de las hermanas de -T. Dimitri Aldrich Becherr- pero nadie ni él le podían quitar ese carácter tan especial. 
-Suerte Lady Rachell.- las chicas se despidieron. Rachell fue seguido el camino. Cuando entro un peón llego a su lado y la llevo cerca de la entrada de la casa y dispuso a ayudarla a bajar pero ella lo rechazo. Se bajo sola y luego el peón se llevo a Bello a la caballerizas.
-Así que usted es la dama que trabajara con las flores.- Rachell escucho y miró a la señora algo robusta y con muy mala cara que le hablo como si ella fuera una simple florista del EndState, en Londres, ¿pero quién se creía? 
-Lady Rachell, que alegría verla. Mi hija Sophía pronto bajara, sigame ella quiere que las flores del jardín trasero sean las que se utilicen.
-Claro duquesa Bellabel. Y ¿usted quién es, señora?-la mirada de Rachell barrio entero el cuerpo de la condesa, si esa mujer era mayor que ella pero nadie la trata como una furcia. Pensó Rachell.
-Yo soy Beatrice, la madre de Dimitri.- Rachell hasta ahí le escucho, lo demás era no sé de no sé qué. Y lord Ethan estaba ahí, como un dios griego, apoyado en el resquicio de la puerta del fondo, mirándola con unos ojos azules brillantes, parecían un cielo sin nubes y ella solo ahí quería mirar, al lado de él Marco o Duglas se apoyo, ella no lo pudo distinguir en ese momento, pero a pesar de compartir el mismo color de ojos no era igual y eso la sorprendió. 
-Niña te estamos hablando, que tienes en esa cabeza muchacha.
-Mire señora, yo se mi trabajo soy la mejor de

la zona y de Londres, así que no se preocupe su dinero esta en buenas manos.-Rachell le dio una sonrisa ladina.
-¡Pero que vulgar!
Bellabel se atraganto, con su limonada, al oír a su futura consuegra. Y cerro los ojos, pobre de su hija.
-Lady Rachell es hija de un ex-teniente del ejercito así que bueno, carácter no le falto no cree, condesa.
-Mi hija no es así, puede que piense diferente pero solo con la familia dice sus opiniones con extraños nunca, la educación esta para eso. Tengo que hablar con su tutora.
-Ah ella ya no tienen tutora, condesa Beatrice.
-Por Dios, duquesa Bellabel ella necesita mucho control. 
Ethan escucho junto a Duglas los disparates de la condesa, mujer que tenía otra vez al pobre gato en sus brazos. Dicho gato le enterraba las uñas y la mujer no le importaba, con razón el conde se busco una amante, y por lo hermosa de la niña Megan la mujer fue muy bella. 
-Pobre animal, ¿crees que Marco llegue a salvarlo? Es él único amistoso de nosotros en casa por ahora, el animal no tiene culpa de tener una dueña algo loca.
-tal parece que la hija de teniente tampoco le importa la señora Beatrice.
-A esa mujer nada le importa. Es como una potranca loca.
-Mas respeto, Duglas. Ella es la hermana de Arthur y el amor platónico de tu gemelo.
-Gemelo que tú amenazaste par que se alejara de ella. Y yo ya me voy, mira quién viene. -Duglas dejo la casa por las cocinas y Ethan ya no lo vio. También sintió cuando Rachell llegó a su lado.
-Lady Rachell, ¿como está?
-Lord Ethan, estoy muy bien.

¿Y usted? - ella lo miró diferente a como siempre lo hacia, ella aprecio sus cabellos negros lisos y algo largos, los ojos azul brillantes cambiantes al color de la luz, ella también contemplo que tenía una espalda ancha, gracias que solo traía puesto su camisa de botones, y sus pantalones de vestir color gris.
Ambos salieron al jardín mientras Rachell iba revisando las flores con las que ella lograría hacer sus arreglos y Ethan perdido en la bella de la dama.
-Thresser leí tu carta-empezó con algo de arrogancia pero decidió ser él mismo con ella- y bueno hay cosas que tenemos que aclarar y estoy ansioso por su respuesta.
-Ahsther, no cambiare mis puntos en la lista. No deseo poder albergar sentimientos por ti, y se que lo haré si interpreto ese papel, seré honesta, y creo que si te portas como un caballero enamorado como lo hacer Sir Dimitri, lograras que te vea con ojos diferentes. Lo sé. 
La honestidad broto en cada palabra, Rachell no estaba dispuesta a seguir las ocurrencias de su nana, y además su corazón no era de hierro, y sí solo con pequeñas discusiones lord Ethan hacía su día mejor y lograba que su corazón cambiara sus latidos a unos más fuertes y rápidos. No quería pensar si llegara a albergar un sentimiento de cariño.
Ethan por otro lado quiso rebatir, pero la mirada chocolatada de la joven expresaba más de lo que él estaba dispuesto hasta ahora a reconocer. Y si aceptaba que lady Rachell Thresser le importaba más él tendría mucho que perder. Camino a su lado en silencio y ella seguía mirando las flores, tomaba una y otras y las

juntaba hasta hacer un ramo. La observó trabajar bajo la escusa de darle su opinión, ella acepto pero sabía que ahora era todo diferente y más por el hecho que aún quería que ella fuera su prometida, ficticia o no ella sería de él, hasta que ella se fue a Londres por la temporada de otoño, a pesar de estar en a principios del verano aún y los bailes de verano serían primero, jamás una temporada sería mejor que las de otoños los meses de septiembre, octubre y noviembre, eran los mejores y ahí era donde las bodas se realizaban mejor. Pero ahora a principios del verano también eran hermosas, mucho sol.
-¿Qué le parece, lord Ahsther? - Ethan salio de sus pensamientos al oír la pregunta de lady Rachell y no le gusto que lo llamara por su apellido. 
-Hermosos, mi lady. Muy hermoso.
-A sus hermana Sophía le gustará eso se lo puedo asegurar.
-A Sophía le gustaría todo si le dice que esta de moda, y es tendencia en varios países.
-Lady Sophía es muy buena, aunque su carácter es peculiar nos llevamos bien. ¿Y ella se lleva bien con la familiares de Sir Dimitri?
-Con sus futuras cuñadas sí, pero con su suegra no lo creo, aunque tiene carácter y no se deja manejar por esa mujer, la condesa es delicada.
-Es una ponzoña. Eso es esa mujer.
Ellos volvieron a su silencio, pero esta ves mucho más agradable. Rachell continuo con su trabajo y Ethan volvió a lo suyo, apreciar a la mujer que esta vez traía un vestido hermoso color manzana; el cual favorecía cada curva a la dama. Él sonrió arrogante y disfruto del espectáculo, la trenza de lado que caía graciosa por su hombro derecho, algunos mechones rebeldes le enmarcaban la cara y sus pequeños guantes amarillos pálidos eran perfectos en sus manos pequeñas y delicadas. Lady Rachell estaba hermosa, definitivamente hermosa.
...
Quiero hacer de esta una historia que vea más de solo dos personas que poco a poco se enamoran, quiero que se vea todo campo de sus vidas, ellos tienen familia y la familia siempre tiene a meterse en problemas él tiene una hermana a casarse y ya saben que en la vida real y más en esos tiempos todos se conocen y se tienen que llevar bien, no porque ellos tenga una buena relación sino por el hecho de la apariencias. espero que les haya gustado el capítulo. 




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Aviso

.....No soy de colocar avisos, pero llevo casi un mes fuera de esta historia y es por motivos educativos, también estoy en busca de un trabajo 'navideño' así que estaré fuera de wattpad, ya llevo casi un mes fuera de mis redes sociales; así que tenía que darles señales de vida....
Si actualizo aquí será después del 25 del presente mes. Hasta esa fecha seré libre de la prisión estudiantil :(.
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Ahora si gustan pueden pasar por mis otras historias. 


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Capítulo 17

Eh vuelto, no estoy fuera de línea. Así que aquí esta el capítulo, creo que borrare la nota más adelante ahora creo que ahí la dejaré. xD
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Sophía miraba su cama, en ella tenía muchas prendas tantas que no encontraba la que necesitaba. Quería un vertido color borgoña y solo tenía un rojo muy fuerte nada que ella utilizará. También tenía que buscar una solución para su futura cuñada Megan que más que cuñada sería una hija para ella y su amado Tomas. No entendía porque no le gustaba ese nombre si ella amaba todo de él. Pero así era mejor solo ella le podía llamar así, era su forma de mostrarse cariñosa con él. Y solo él la podía llamar Sophí.
-Sophía aquí estás. La joven Rachell ya tiene varios arreglos, vamos a verlos hija.
-Si madre.
Madre e hija bajaron a la sala donde estaban Rachell y Ethan. La mesa tenían cinco diferentes diseños florales, unos de colores muy vivos pero con elegancia, otros muy neutros y uno con una combinación inusual. Que le llamo la atención a la novia.
-Bien he de suponer que estos serían mis ramos, lady Rachell.
-Si, así es, lady Sophía.
-Están todos hermosos, pero no se no me puedo decidir.-Sophía miro todos, cada uno, los levantaba e inspeccionaba hasta como era el nudo, todo. Miró a su hermano-Ethan llama lord Dimitri, que venga aquí contigo para poder decidir cual de ellos colocar.
-Si gustas. - Ethan salio de la sala y se despidió con una sonrisa de Rachell.
-Bien cariño, ahora a mi me gusta esté- Bellabel

tomo un ramo de rosas rosadas con unas rosas más pálidas con unas orquídeas enmarcándolo.
-Sí, pero los tulipanes blancos con lilas están hermosos. Lady Rachell hay algún significado.
-¡Claro que sí! -Rachell empezó a hablar del lenguaje de las flores- ese que tiene la duquesa, las rosas de color rosa suave representan admiración, simpatía, felicidad perfecta y las de el rosa un poco más fuerte gratitud las orquídeas representan la belleza. En sí da a entender la felicidad perfecta de encontrar a la persona correcta, la gratitud de ser correspondía, y... 
-Las orquídeas el toque de la belleza, tu belleza. -Dimitri hizo su entrada en la sala con esa frase que dejo suspiros por parte de las damas y más de su prometida. 
Rachell siguió con su interpretación de las flores cuando llego a los tulipanes sus ojos brillaron-Aquí los tulipanes son más que expresivos en el amor, mire -Rachell señalo los tulipanes blancos con lila y rodeándolos estaban los tulipanes dobles.- los del centro son blancos que significan pureza y amor eterno, los lilas que les sigue son de lealtad y los que están a la orilla significa éxito entre la pareja. Son mis favoritos.-Termino Rachell y Sophía lloraba por la magnitud de los sentimientos que la embargaban, Dimitri posaba su brazo por la espalda de su futura esposa, Bellabel encantada con las explicaciones e imaginando ideas para la boda de su hija Clara. Ethan descubrió lo hermosa que se ve Rachell al hablar de lo que la apasiona, y las flores era un tema por el cual ella podía relumbrar.
-Me gusta el de tulipanes

para mi ramo de novia, que dice lord Dimitri.
-Te verás hermosa así, lady Sophía. 
-¡Bueno! El ramo será el de los tulipanes, y los centro en cada mesa serán las rosas, para que todos compartamos el amor de la pareja.
-Es una idea maravillosas, duquesa Bellabel.
-Rachell querida, será hermoso todo, ya lo veras y dime cuanto te tomara hacerlos.
Rachell cerro los ojos y pensó- Ya tengo la lista - ella agito el papel- un día antes de la boda ya estarán. Me llevare las flores lo más tarde posible para que estén frescas para el sábado.
-Eso sería lo ideal señorita Thresser.
-Con su permiso, entonces yo regresare el jueves por las flores ahora solo me llevare estas para tenerlas en casa y no perder los diseños que han escogido.
Ethan acompaño a Rachell hasta la salida de la casa y de ahí él se dirigió a los establos para traer el caballo de Rachell.
-Aquí lady Rachell.- le ayudo a subir al caballo- Pero le diré que aun deseo que me acompañe a la boda de mi hermana.
-Eso lord Ahsther si lo puedo hacer; pero ya sabe mis reglas si desea ayuda para librarse de Esme, aunque yo le sugiero que hable con ella, sea directo y dígale que no desea su compañía. 
-Ya lo veremos, lady Rachell.
Rachell fijo su mirada en el horizonte y sonrió un poco, tomo las riendas del caballo y las agito, Bello empezó a correr y Ethan solo la miro irse y el polvo que se levantaba tras los trotes del pequeño animal.
-Ya se fue la señorita.-Megan traía a su gato Jellyfish en sus brazos, el animal casi

sin pelo y con ojos santones se encogía más en los brazos de la chica.
-Ella hará las flores, Megan.
-Ya lo sé.-Megan se sintió mal tras la mirada de lord Ahsther pero ella ya lo sabía- la señorita nos lo dijo antes, en la mañana. A Francesca y a mi.
-Bueno siendo así no hay problema, pero no te vayas de esta casa, casi no hay casas, solo esta la hacienda de los Ronchester y de los Tolgets más abajo y una más alejada, que son de los WoodFresh.
-Y la de papá, la hacienda de los Aldrich ahora como las de los Torres. Aunque no sé porqué Dimitri le colocaría así. O papá, no le veo en sí el motivo de un cambio de nombres, es raro. ¿ no lo crees Jellyfish?-Ethan frunció su entre cejo acaso el gato le hablaría. Por eso no les gustaban los niños ellos eran raros. La niña miró el camino empolvado y luego a él para más tarde irse a la casa. Niña más rara. Pensó Ethan.
(***)
Rachell llegando a su casa y su querida nana allí en la puerta-ventana del área de la cocina; haciendo le señas. ¿qué querrá nana Mía?-se peguntó en silencio. 
-Nana, qué pasa.
-Tu padre desea que prepares todo para cuando debas irte a la capital. Ya sabes que estamos a finales de junio, estamos en verano y para finalizarlo tenemos que estar en la capital tienes que ir a los últimos bailes verano para la presentación de Otoño. Tienen que llegarte las invitaciones y Enrique ira contigo, yo también. 
-¿Pero cuándo padre tomo esa decisión?-un poco afligida reclamó.
-Cuando se entero

que harías las flores para la hija del duque.
-No, es imposible, yo no puedo irme. Tengo lo de la boda de Sophía y también terminar lo de la competencia de los WoodFresh, y además... «Se mi prometida por el resto de la temporada»-se le cruzó ese pensamiento. Ethan- lord Ethan puede ayudarme, si acepto ser su prometida él no dejara que padre me lleve a Londres y si voy él tendría que venir conmigo, quiera o no quiera.-Rachell por un momento se sintió feliz, podría no ir a la capital, pero luego recordó que no quería hacerlo por miedo a llegar albergar sentimiento de más hacía el futuro duque.
-Tengo que hablar con lord Ethan. -dijo nerviosa.
-Pero hoy no, ni mañana. Será hasta el sábado, total ese día sería el cual tú le contestarías no jovencita.
-Pero nana Mía. Tengo miedo de ir a la capital, padre no permitirá que vuelva sin pretendiente además sería mi tercera presentación, así que ya debería tener varios prospecto.
Nana Mía no consentía nada, su niña tenía la respuesta a su problema ahí mismo, lord Ethan quería tenerla como prometida por el resto de la temporada y quedaban casi dos meses y si en dos meses no hacía que el niño ése rectificara tal promesa a largo plazo, dejaría de llamarse Mía Cratos, ella misma haría que se casaran.
-Entonces es a ti a quien más le conviene decir que sí a la propuesta del caballero.
-Quien lo diría nana, hoy le dije a lord Ahsther que no quería aceptar tal proposición y mira.
-Hay cariño, hay un dicho que dice «de esa agua no beberé y parece ser la primera en ser tomada».


-Bueno, nana. Entonces voy acceder la oferta de Lord Ahsther, para que padre se le quite la idea de casarme y lograr que mi adorable prima se vaya.
-Es hora que termines por entrar a la casa y busques a tu padre y dile que lord Ethan quiere hablar con él.- los labios de Rachell se comprimieron en una linea fina y su ceño lo acompaño. 
-Esta bien, nana.
-Me alegra que lo pienses así. Entonces prepararé el momento. 
-No. Será después de la boda, el sábado. Hablaré con lord Ahsther para que hable con mi padre y de ahí él sabrá que hacer.
-Bueno, eso niña de alma es tu decisión. 
-Gracias nana, eres la mejor y sabes que te quiero, verdad.
-Claro niña tú y tus hermanos son mi vida. 
(***)
Los días pasaban y Rachell se organizaba con los ramos para cada mesa, para la novia y desoja los pétalos para la pequeña Megan que llevaría una canasta para esparcirlos en el camino. 
Llegando el viernes por la noche la dama tenía los pequeños adornos florares para cada mesa, y el ramo de la novia, apenas para empezar, quería las flores más frescas y estas le legaron a última hora.
-Nana, creo que podemos mandar estos arreglos mañana cerca del alba-Rachell señaló todos los pequeños ramos en sus respectivos cuencos de agua con varias piedras de colores. Eran los arreglos para cada mesa. 
-Y esos pétalos, ¿serán suficiente? -Rachell miró donde su nana señalaba, y donde tenía más de media docena de ramas la cuales fueron las rosas, rosas; que le darán vida al camino

de la novia.
-Creo que sí. Esas también pueden ser llevadas mañana, nana.
Las doncellas que ayudaban a embalar los pequeños adornos en cajas de su tamaño, estaban igual que cansadas y estaban más que felices de poder regresar a sus camas.
-¡Muy bien!- con alegría por la pronta ida a su cuarto Rachell despacho a todas las chicas del servicio. Y camino junto a su nana a su habitación.
-¡Ah! Que bien se siente estar aquí, en mi cama- recostada y abrazando un gran cojín Rachell hablaba más para sí misma que para su nana, la cual estaba arreglando sus ropas, para que ella pudiera dormir y las que utilizaría el día siguiente.
-Niña ya es hora...-nana mía observó que la joven ya estaba profundamente dormida, así pues ellos solo le quito los zapatos y le paso una colcha por encima.- duerme bien, niña.
(***)
Al alba los carruajes del servicio desfilaban para la casa de los WodTher, en ellos iban las cajas elaboradas por Rachell y todas las doncellas, donde los pequeños y hermosos adornos centrales iban bien resguardados. En el carruaje central iba Enrique por pedido de Rachell, corrección una muy furiosa Rachell. «Te levantas James o tendrás que pagar las consecuencias» su hermana daba miedo y más cuando lo llamaba por su segundo nombre. 
-Esa mujer será un infierno para su esposo.-acompañándolo con un suspiro medito Enrique. A él lo único que le molestaba era que lo despertaran antes de las diez, que tenía de malo dormir, se preguntó. Miró a través de la ventana el amanecer a penas despuntaba

allá por los limites del los prados, él solo tenía ganas de dormir o de un buen café.
-Cuando llegaremos.
-Falta poco mi señor.- Enrique serró los ojos y suspiro. Nada en el mundo impedirá que te mate, Rachell. Él mantuvo ese pensamiento hasta que casi llegó a la entrada de la casa de su amigo. Pero lo que lo despertó de golpe fue la cantidad de personas que desfilaban de allá hacía acá, de lado a lado. Pero lo que nunca pensó ver fue tanto alboroto por una boda, claro él no estuvo para la de Sarah y Arthur y tampoco para la de Eva, jamás tuvo una unión muy buena con ella, además por ese momento Royer y él eran más unidos junto a Rachell.
-Buen día, vizconde. Que agradable verle por aquí.-Sophía bajaba unas cajas llenas de lazos de varios colores que la vista de Enrique se nublo un poco.
-Buen día mi lady. Soy el que tiene el honor de traer sus adornos para la boda.
-¡Oh que bien! ¡Que emocionada estoy!- los ojos de Sophía brillaban ante la espera de ver sus adornos que siempre serían recordados. 
Con las manos pequeñas y enguantadas, lady Sophía empezó abrir cada caja con una rebozaste sonrisa. Sus ayudantes en ese sentidos también empezaron a desembalar los adornos. El grito chillón de Megan al ver las flores en los tarros de agua y esos mismos decorados con las piedras pequeñas que a ella le gustaron hizo de la cabeza de Enrique empezara a palpitar. El bullicio de la casa creció y los gemelos también se reunieron. La duquesa y la condesa inspeccionaban los adornos por motivos muy diferentes; una para mirar la belleza

de cada uno, y la otra tratando de buscar un defecto. Enrique estaba ya en la mesa del comedor principal en la parte libre de listones y encajes y tenía ya una taza de café bien cargado más unos pastelillos.
-Y bien condesa, duquesa ¿qué les parece?-con comida en la boca y a poco entendimiento de sus palabras las señoras les censuraron su comportamiento con frías miradas pero Sophía no le importo y le contestó'que estaban perfectos. Enrique quedo con la boca abierta al ver a la futura señora de torres en una bata finamente masculina. Los gemelos tenían unos batas de dormir. Tal parece que a Rachell se le ocurrió despertar a todos cuando dispuso que él llevara los adornos a esa casa tan de mañana.
Disculpas por lo temprano de mi entrega pero Rachell ama hacer que la gente se despierte tempano. Ella es muy madrugadora -cuando quiere. Pensó Enrique. Ella y su amiga Jennifer eran unos osos en invierno y parte de todo el año.
-No importa, es mejor estar lista temprano y no terminar tarde lo que hará que duerma tarde y me levante cansada mañana. Qué será mi día importante.-Sophía sonrió y luego prosiguió en colocar los adornos junto a notas que cuando las vio se fijo que tenían nombres, los apellidos de los invitados.
-Son para las mesas, vizconde-la condesa se pavono mientras volvía a decir su lista de invitados.
Los gemelos llevaron a un Enrique para la cocina y una Clara llegó apurada mientras tomaba una pequeña pieza de pan dulce y una taza de café para irse al dispensario. 
-Ella sigue en el dispensario.
-Sí, así se escapa de aquí.-le contestó Duglas. Con voz irritada. Él y su hermano tenían que quedarse y hacer más trabajo
-Espera Clara, solo tienes hasta el medio día, a las dos de la tarde tienes que estar aquí. -Marco hablaba con Clara por el pasillo y alcanzando a la chica.
-Y yo creí que tenía problemas en casa-suspiro Enrique.
-Tienes problemas, amigo.
-Sí, mi querida hermana me saco de mi tibia cama con vasos de agua. Y cubetas de harapos que ella llama encaje. Además aquí entre dos- Enrique se acerco al oído de Duglas y susurró- ella me llamó por mi segundo nombre. Un escalofrío recorrió mi cuerpo en ese momento y ahora también.-ambos caballeros sacudieron sus cabezas uno para despejar su mente de esos traumaticos momentos y el otro por la carcajada que salio de su boca.
-Miedo a la cosita de tu hermana.
-Oye ella mide un metro sesenta y cuatro pero es mortífera con esa lengua viperina que tiene.
-Lady Rachell, vaya. Pero en serio y ¿cuál es tu segundo nombre, eh? 
-No te lo diré. Solo la familia lo sabe. Es un secreto de estado. -Enrique miró todo y encontró un panecillo en la mesa, lo tomó y se lo comió sin reparo a sentirse mal.
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El próximo domingo, esté no el otro nuevo capítulo. Así que esperen lo. creo que esta de más en decir que terminare pronto porque solo quiero unos 25 capítulos de cada historia, o eso creo!!! ya que en Fue en un café solo quería 8 y no, habrá mas. xD 




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Capítulo 18

La novia y el novio. Dimitri y Sophía. me dicen si la imagen no se ve, para volverla a poner, xD
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El hermoso jardín estaba decorado en su magnificencia, el camino empedrado tenía al final un pequeño mirador color bronce, donde se alojaría el padre que casaría a los novios.
Las mesas en hileras y cada una con el arreglo correspondiente, en la mesa principal ubicada en el centro; rodeada por las otras. Algunos de los familiares ya estaban ahí y terminaban de colocar todo en sus sitio. La condesa era la única que mantenía en su regazo a Cold mientras revisaba todo de última hora.
En ese momento la novia estaba estaba arreglándose,sus damas de honor ya listas la ayudaban. Su hermana Clara llevaba un vestido de color rosa crema, y las demás un rosa más fuerte. Cinco chicas, lady Hamill, lady Tolgets, lady Aldrich y por último ladyBronw, prima del vizconde WoodFresh. Y claro su niña de las flores Megan.
Cada dama tenía unos nervios pero nunca como la novia que miraba repetidas veces por la ventana. Los invitados entraban y solo podía ver al padre Agustín quien tenía el libro sagrado bajo su brazo izquierdo, las familia de sus damas de honor ya estaba ahí. Allí en su patio, su madre llevaba a los invitados a sus mesas y los meseros andaban rondando con bandejas de llenas de copas de vino, el mismo que sus hermanos ayudaron a bajar del camión aquella tarde. Dejo la ventana y se miro en su espejo. Sus damas atrás de ella también la contemplaron. 
-Estas hermosa hermana.
-Así es. Nada haría que te veas mejor.-Jane acaricio

la mejía de su amiga.
-Bueno solo queda los últimos accesorios.-lady Bronw comentó. 
-¿Los accesorios?
-Sí-contestó su amiga.
-¿Cuáles son?-Sophía no entendía mucho.
-Cada novia tiene que llevar...-Hablo lady Hamill su amiga desde la infancia.
-¡Claro!-Clara saltó y corrió a la caja que reposaba en la cama. De ella saco dos cosas, una horquilla y un listón blanco roto, por los años supuso la novia.
-Algo viejo- comenzó lady Tolgets. Y en ese momento Clara le paso el listón blanco roto, era pequeño y lady Tolgets lo tomo y lo enrosco en su muñeca haciendo un nudo hermoso.
-Ese me lo dio Francesca era de su tía, ella es muy feliz en su matrimonio y por ello se lo dio, era para el primero en casarse, así que será tuyo. Que me hizo hacerte prometer que sé lo darás a tu hijo o hija para cuando éste se case. -lo cual ella sonrió.
-Algo nuevo- Lady Aldrich. Señaló el vestido blanco que ella llevaba, y todas asistieron. 
-Algo azul- lady Bronw susurró, y un medallón con las iniciales de Sophía relucieron-.Cortesía de tus hermanastros.
-Y por último- Clara le llevó una caja abierta, era de un tamaño pequeño- algo prestado- Clara mostró unos pendientes que eran de su madre la cual se los había dado antes- aquí, son de mamá.
-Déjame- lady Hamill tomo los pendientes de perla y se los coloca a su amiga.-listo Sophía. Te ves mejor con ellos que los que te colgaban, esos eran algo muy llamativos, no iban con el vestido. 
-Gracias, chicas.


style="text-align:center;">***
Por otro lado el novio estaba con los caballeros,sus futuros cuñados de los tres solo dos le sonreían, uno con descaro-Duglas-y el otro más con una aceptación, Ethan estaba más serio que una roca. Pero su mirada no trasmitía ningún tipo de sentimiento negativo.
-Bien, creo que estoy listo.-con voz ronca por los nervios que no admitiría. Se dirigió a los demás.
-Eso parece.-el vizconde WoodFresh sonrió.
-Sí, quien diría que cuando llegaste a mi casa la vez pasada era para invitarme a ser uno de los caballeros para tu boda.- Foresh lo miró con ojos chispeantes.
-Bueno esta no me salva y a mis hermanos tampoco,Sophía es nuestra hermanastra, así que tanto Ethan y Marco; como yo por supuesto seríamos los otros sujetos a caminar por la plancha de seda. En este caso, roca. - los caballeros sonrieron y cada uno demostró lo que valía al no hacer comentarios no propios del momento; claro obviando el momento en que cierto joven huyendo de las damas de la ciudad se encerró con ellos. 
-Lo siento, pero ahí afuera es muy difícil estar tranquilo. 
-No hay problema, Theo. Y dime ¿tu padre está aquí? 
-Sí, él y mi madre Vanessa están aquí con mi hermano y Anna.-los tres hermanos no conocían al niño, por lo tanto pensaron que era familia de Dimitri. 
-Amigos, él es Theodoro, hijo del nuevo conde dela casa Fox. He de suponer que conocen las nuevas noticias.
Un coro de afirmaciones y otro de los ¿cuándo? De Duglas se oyeron pero tanto lord Foresh como Ethan, miraban atento al chico.
-Así

que eres el hijo mayor del...
-Conde de Fox. -interrumpió el chico. Más ahora que su padre era un conde tenía ganas que todos se enterarse más que tenía a dos enanas en el patio que se metían en problemas.Tenía que cuidar la reputación de él como la de su hermano Alexander nada de nada de problemas. Pero con los pasillos como estaban termino en la habitación del novio. Vaya que vergüenza.
-Así que tú eres próximo conde, dime ¿cuantos años tienes?
-Dieciséis los acabo de cumplir. Pero luego esta mi hermano. Y por último las gemelas.
-Oh gemelas.-Duglas y Marco sonrieron. Solo ellos podían decir algo así; ya que al serlo en una familia donde casi no había ese tipo de casos, encontrar otros gemelos era gratificante. 
-Y cómo esta la familia Cranston aquí, Theodoro.-Dimitri se preocupo un poco por el joven, ya que el nuevo conde tenía hijos pequeños. Las gemelas eran las hijas de su esposa y la verdad eran niñas muy lindas y no quería que nada malo pasara.-¿cuantos años tiene ahora las gemelas, Theo? 
-Casi nueve. Están pequeñas.-Theodoro no dijo nada más y se acerco a la puerta, colocó su oído en ella y cerro los ojos. Podía oír a las niñas correr por el pasillo y llamándolo, no con voz de grito pero sí con insistencia con la ayuda de la hermana invitada de ellas, Angelique de seis. Una cosita que parecía un copo de nieve.- es que no ven que no quiero.-chasqueó la lengua. Los caballos lo miraron y lo comprendieron, ellos mismo vivieron lo que el pequeño.
-Te quieres quedar aquí y así ayudarme a terminar de arreglarme, Theo. Así

tus hermanas no te molestaran.
-Me parece adecuado.-el pecho se le hincho y los padrinos de bodas rieron. 
***
Todo lo listo que se podía decir estaba el patio y los invitados se colocaban en sus bacas, la banca número cuatro en la fila de la familia del novio estaba el matrimonio Cranston, junto a ellos el hijo segundo del conde, Alexander. Él cuál miraba todo con indiferencia y con el ceño fruncido; su hermano estaba perdido y sus hermanastras sepa Dios donde se habían metido junto a la pequeña que los acompaño. Miró con disimulo a su madre de crianza, la cual también lo observo y le sonrió. 
-Cariño ve y busca a tu hermano y las niñas, sí.
-Sí madre.-lady Vanessa lo siguió con la mirada hasta que se perdió dentro de la casa.
-Crees que llegara a tiempo. Señora.
-No lo se señor, pero estará más feliz que estar sentado en este banquillo, como se que tú lo estarías. Si no fueras por tu estrecha amistad con el padre del novio ni si quiera estaríamos aquí.
-Como siempre, esposa. Tú lo sabes todo.-la pareja espero a que sus hijos y la hermana de la gemelas llegaran. Al cabo de cinco minutos llegaron junto a los padrinos, para colocarse en sus puesto y el novio traía a una dormida niña.
-Señora, creo que una de sus niñas se encontró con Morfeo.-lady Cranston tomó a la pequeña rubia en sus brazos y sus hijas se sentaron juntas, Theodoro junto con Alexander estaban ala par de las gemelas.
-Espero que se hayan divertido chicos. Porque de ahora en adelante

estarán aquí con sentados como angelitos.-un pequeño coro de protestas de los cuatro chicos hizo que lady Vanessa los mirara retadora. 
-Es la boda del hijo de un amigo de su padre-miró a los chicos-y ustedes jovencitas quietas si quieren estar con su padre este fin de semana. -las niñas se vieron y sonrieron como ángeles, Theodoro y Alexander no creyeron en esa sonrisa, cosa que el conde de Fox no les presto atención y solo guardo la compostura,para darse cuenta que los caballeros estaban listo y el que estaba en el pianoforte empezó a tocar la melodía ya estipulada para la ocasión.
***
Las damas de honor empezaron a salir de la casa,Mega traía su canasta hecha por la diseñadora de los centros de mesa y el ramo de la novia. Ella camino decidida con su vestido rosado pálido y las puntas de sus zapatos blancos, la flor al lado derecho le molestaba un poco, pero su hermana no dejaba que la tocara. La novia estaba atrás de todas con su padre, él cual traía su atuendo militar, el más alto rango que obtuvo en su servicio. Era de color negro y sobresalía tan bien en el blanco de su hija. La miraba como si fuera de cristal era su hija mayor, la cuarta de sus hijos pero la única en salir tan igual a su bella esposa, con carácter y con el cinismo que la alta clase merece. Sería una excelente esposa. 
-Lista cariño, es hora que todos te vean. 
-Si padre. -miró a sus amigas y pronto familia-lista Megan has una gran entrada y no mires a nadie. Quiero que seas la chica de las flores más linda de todas.-

a sus damas de honor y amigas más cercanas y las que ganó en el campo- así que amigas mías, es hora. 
Caminaron como el ensayo y todo salio mejor. Megan estaba radiante con su sonrisa y Dimitri se sintió orgullo de su pequeña hermana. Francesca desesperada que todo terminara no se preocupo mucho de su entorno, ni menos como la miraban algunos caballeros,cosa que su madre si lo hizo. Las demás sobresalieron por si mismas,pero nadie opaco a la novia. 
La novia se sentía volar, su amado y futuro esposo la esperaba ahí en el pequeño mirador que habían colocado en el jardín. Él cual traía puesto un hermoso traje de piezas de color azul oscuro, sus cabellos rubios y rizados algo alborotados pero igual de impecable la miraba con amor. El padre los recibió e hizo lo correspondiere. Cuando ella escuchó el «Yo soy» de su padre al entregarla casi suelta las primeras lagrimas. Cuando terminó el «Si quiero» de su adorado Tomas. Se emocionó y cuando se escucho a ella misma decir esas mismas palabras lloró.
Todos los invitados aplaudieron por la unión y se empezaron a trasladar a la mesas que estaban más atrás. En cada mesa tenían su nombre por lo cual ninguna familia se perdió. Los novio viviendo en su mundo perfecto. No prestaban nada a su alrededor. Así que solo terminaron el mesa blanca. Donde ellos estarían solo con sus padres. La familia Ahsther estaban cerca de la mesa blanca y los gemelos ya estaban ahí con Clara e Ethan, el cual miraba la mesa de los Thresser la cual tenía a todos menos la señora viuda, lady Esmeralda. Por otro lady lady Sarah traía un vaporoso vestido de volantes, su amigos se parecían a él con trajes en color verde oscuro por parte de Arthur y por Enrique un café también oscuro, el padre de ellos estaba con un traje de su milicia de color azul oscuro y la única mujer soltera de la mesa, en un vestido color amarillo pálido con unos guantes cortos de color crema y su cabello trenzado con flore-sillas amarillas muy pequeñas, que para él erala que le seguía a la novia. 
La mesa de los Aldrich, estaba cerca con los hermanos Ahsther. Estaba también la señorita Jane Hamill junto a Francesca y Megan, la cual estaba hablando su gato Jellyfish el cual dormitaba en una de las sillas. 
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Tarde sí, pero no me olvido. Haber que puedo decir. **No me maten**






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Capítulo 19

El capítulo tiene que terminar en una carita feliz así: :) 
Estuve revisando y no terminaba así -_-, por favor avisar si así terminar si no tendré que cortar el capítulo en 2 partes para que le puedan leer bien.
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-Que día tan espectacular, no lo crees, Rachell.-Sarah estaba llorando no podía y ni quería hacerlo pero ver la boda de Sophía le recordó su propia boda, y el vestido tan lindo y elegante pero también sin nada ornamentos la conmovió. Los lirios blancos eran fantásticos en ella. Y claro lord Dimitri en su traje también le recordó a su propio esposo. 
-Que te pasa, ¿estás llorando? Te encuentras bien.-Rachell no entendía nada a su cuñada. Sarah estaba rara. Y además los nervios la tenían mal, su padre ya le había dicho que después de la fiesta de la otra semana ella partirá a Londres. Y no quería eso. ¿dónde estaba el futuro duque WodTher? Ella lo mataría sino hacía lo pactado.
-Mi vida que te parece esta boda. ¿Verdad que puedes sacar ideas para la tuya?-el retirado teniente coronel miró a su hija. Rachell se hizo la desentendida. Haciendo de Sarah le contestará.
-Querido padre no creo que eso sea bueno. A Rachell hay que hacerla en la capilla familiar, donde Arthur y yo nos casamos y usted también. 
-Oh eso es verdad, gracias querida mía. Este viejo se le olvida algunas cosas. Pero ahora donde esta Enrique y tu esposo, no los veo.
-Están dando nuestros buenos deseos a los familiares y a los mismos novios.
-¿Y tú porqué no estas con ellos?-la cara de Sarah se ilumino con un tenue rosa. Rachell

decidió acabar con el comportamiento infantil y hablo con su padre. Con el cual no tenía una relación muy buena desde hace tres días.
-No creo que una esposa deba estar pegada a su esposo todo el tiempo, padre.- Don Enrique apretó los labios. Sabía que su hija no estaba bien con la noticia de mandarla a la ciudad pero iba pronto a cumplir los diecinueve, iba hacía su segundo año, no era algo malo es más otras damas llegaban hasta la tercera presentación sin marido pero ya comprometidas. Eso era lo que él quería para su pequeña Rae.
-Rachell, eso no es cierto. Yo amo a tu hermano y estar con el me complace, me siento protegida solo que ahora no pude.-tanto Rachell como el padre de ella la observaron- es que hace demasiada calor y estamos en el exterior, creo que sería mejor que nos trasladaran para dentro no crees.-Sarah sonrió.
-No, aquí hay varios árboles.-Rachell achico los ojos- Así que no nos toca el sol.
-Te sientes mal. ¿Te duele la cabeza, el estomago?-Don Enrique no estaba seguro, pero le preocupaba la salud de su nuera.
-Iré por Arthur y Enrique-. Rachell se levantó de su silla y se encamino hacía la mesa de los novios, ahí estaban los padres de lord Dimitri la mujer era en verdad desesperante. Y los duques eran maravillosos. Lord Marco y su esposa, lady Bella-bel,radiaban en felicidad. 
-Mis felicitaciones-Rachell tuvo que saludar la mesa después de unos minutos y no ver a sus hermanos. -Lady Bellabel sabe donde están mis hermanos, por lo que supe estarían aquí.
-Oh no, querida. Tanto Arthur y el encantador de Enrique están

allá-señalando una mesa cercana Rachell los vio con los gemelos y Clara.-Gracias lady Bellabel. 
Se encaminó para terminar enfrascada en una especie de avalancha, que de la nada las damas de honor protagonizaban.-Atención-lady Hamill gritó.-Hoy queremos, nosotras las damas de honor de Sophía queremos dar un discurso. 
Los presentes tenían asombro. Lady Hamill continuo-. Así que empezaremos por lady Bronw.-Jane señaló a una morena de cabellos rizados y oscuros, más que la propia Sophía y Rachell juntas. 
Lady Bronw se acerco a Jane-Buen día, desde que tengo doce años conozco a Sophía y la verdad es que siempre pasamos los inviernos aquí, es algo que debemos agradecer a nuestros padres en mi caso a mi primo, gracias. -tomó aire y lo soltó para quitarse la sensación de nervios- pero estamos aquí, nunca pensé que sería parte de su cortejo teniendo ella tantas primas, así que me siento muy feliz de estar aquí para ver y compartir tu felicidad.-tomó su copa, la levantó y todos la imitaron-así que brindo, por ustedes, Sophía, lord Aldrich, salud.- la siguiente que se acerco a Jane fue lady Tolgets la cual a no tener tanta familiaridad con la novia y familia del novio solo declaro unas propias palabras para la ocasión. La siguiente fue lady Aldrich, hermana del novio y ahora también de la novia. 
-Yo no sé más aportar para su felicidad, solo qué espero que sean gratamente dichosos en sus vidas, que la paz este en el matrimonio también el amor los acompañe siempre y bienvenida a la familia, Sophía. 
Clara brinco y se acerco a Jane la

cual tenía un regalo en sus manos que era parte de ellas cinco.-Bueno es mi turno.-los invitados sonrieron, era poco usual que eso pasará, solo quedaba decir que los tiempos cambian o que la señorita Jane es de una mente perversa, y convenció de que las damas tomaran un poco para relajarse y que dieran su discurso.- Hermana se que me extrañaras igual que yo, pero siempre estaré para ti, estaré a una carta de distancia y los días que esta se tarde. Un telegrama sería lo mejor.-Sophía se mordió el labio para no reír.
Rachell sorprendía como estaba no tomó en cuenta las palabras de la damas de honor, había podido salir de ese circulo infernal para terminar en los brazos de lord Ethan el cual no la soltaba. ¿Qué es lo que quería, que los vieran? «Eso sería impropio» 
-Lord Ahsther, como se atreve a traerme aquí.
-Lady Thresser usted se ha atrevido todo el día a ignorarme, así que me vi forzado a tomar medidas. Quiero que no sea esquiva conmigo sabe que no me gusta, pensé que nuestras diferencias estaban ya superadas desde que empezó a trabajar con los preparativos para está boda. Y creo que nos debemos una conversación para tener respuesta y aquí la tendremos.
-Lord Ahsther yo... yo ya le comente que no me sentiría bien haciendo eso, pero, si cree que le ayudara a usted para alejar a mi prima, puedo aceptar. -omitiendo que sería beneficiario para ella que su padre la dejara más tiempo y no ir hasta la presentación en septiembre que daría la reina para las debutantes.
-Rachell-susurró inmediatamente, ella levantó su cara y lo miró perforándolo, él

le tocó el mechón suelto de la trenza y termino rozando el mentón dela joven. 
-No creo que sea bueno que me tutee, lord Ahsther.-discrepó. Ethan no le hizo caso, total ella sería su prometida; y con una prometida tenía ciertos permisos. La cortejaría, claro que sí. Pero si podía tocar o besar en el camino también lo haría.
-Serás mi prometida yo puedo tutearte, también si puedo llegar a verte tus tobillos lo haría y si tengo suerte besarte si lo considero apropiado.- una cualidad que Rachell podía otorgarle a Lord Ethan Ahsther era que en ocasiones la deja sin habla, pero no en el buen sentido. «Cómo se atrevía»
-No es propio de un caballero decir esas cosas, Lord Ahsther.
-Ves ya hasta me corriges, eres perfecta.-sonrió sin mostrar los dientes. «Más que perfecta»
En el pasillo empedrado entre las paredes de la mansión fueron testigos del primer beso entre el señor Ahsther y la señorita Thresser.
***
Una semana después Sophía partía para la capital. Con tantos invitados cerca pospusieron tres días más su estancia en casa del duque WodTher, Clara con el permiso dado por el doctor Brucen también estuvo en casa con sus padres, siendo un apoyo para su madre ya que era muy duro para la duquesa ver a sus hija partir. Los gemelos a su mismo ritmo hicieron todo lo posible para poder aguantar tantas damas en edad casadera también desaparecer cuando lady Bellabel se acercaba con una joven, el duque también se sentía mal al ver a una hija partir en manos de un hombre que para mal o para bien, era un caballero.
-Queridos

fue unos días espectaculares- lady Beatrice comenzó su discurso de dependida. Su esposo nunca la interrumpió y lady Francesca la ignoro, tomando de la mano a Megan; la cual ya tenía a Jellyfish dormido en su otro brazo.
-Así que será esplendido que nos habláramos dentro de unas semanas para poder estar en contacto, por nuestros hijos. Como usted debe de conocer que las hijas son más pegadas a su madre, tal ves Sophía se ponga en contacto con usted, Bellebel.
-Será un placer mandarle un recado si llegó a tener información, no se preocupe Beatrice.
-Bueno nos despedimos.-con inclinaciones y saludos de caballeros la familia Aldrich fue la última en irse. Dejando solo a una huésped.
-Esto fue muy agradable, madre.-ironizó Clara.
-Clara. Solo espero que Sophía no quiera estar cerca de esa mujer da escalofríos.- los hombres lo afirmaron. 
-A mi me parece que la condesa posee un problema de mamá gallina, no quiere alejarse de sus polluelos.-Jane Hamill sonrió; Clara también se rió con ganas.
-Jane querida, dime que te quedaras más tiempo, eres como una hija más para mi. Así que permite me gozar más de estancia aquí, Marco y yo estamos muy solos en esta casa.
-Será un honor para mi tener más días en el campo. Además tanto Marco y Duglas son muy amables con conmigo.
-¡Sí! Además dentro de unos días más estará el evento del vizconde WoodFresh, el primo de señorita Bronw, la tiene desde hace mucho días y contigo aquí podre tener una amiga más.
-¡Oh si! También estará organizo por la señorita Thresser ella

hizo el ramo de mi Sophía, quedo hermoso.
-Si, la hija de mi amigo fue muy buena en las flores, solo halagos escuche, aunque casi no la vi.-el duque poso un dedo en su barbilla, rebobinando que la chica solo paso una ves por su mesa. Bueno las jóvenes de hoy. 
Los gemelos estaban en un rincón de la salita con una copa de coñac y tranquilamente hablando, junto a ellos Ethan tenía los ojos cerrados recordando los labios de cierta dama. La timidez y nervios de la joven. Suspiro.
-¡Vaya! Que suspiros Ethan, en qué piensas.
-En nada, Duglas.
-Que esquivo, hermano. Pero no tanto como el que me robo mi hermoso rostro.- los dos miraron a Marco que tenía la mirada perdida en su copa.
-Ya ti qué te pasa, Marco.-cuestionó Ethan.
Saliendo de sus pensamiento la cara de Marco se encendió-Solo recuerdo que Sophía ya no esta.-se excusó.
-No es verdad, yo lo sé y también el ogro.-rió Duglas, señalando con la cabeza a su hermano mayor.
-No soy ningún ogro, Duglas-reprochó el aludido.
-Lo ves, Marco. Él lo es.
-Pero en sí dime que te tiene así, perdido en la nada. ¡Y no digas nada!
-Bueno, yo, creo que la señorita Tolgets estaba muy linda.
-¡Aja!Te has vuelto a enamorar, pero ten cuidado no se aquí nuestro hermano aquí presente te diga que no es para ti.-Ethan arrugo su ceño y fulminó a Duglas.
-Creo que lady Tolgets es una dama... dulce, será una buena eh... 
-Solo dulce, lady Tolgets es como una santa, aguanta a Clara todo el día en el dispensario, la escucha despotricar por el doctor ése,

además siempre esta sonriendo, es un ángel. -Miró a Marco-así que no la pierdas gemelo.
-Sí, ella es muy dulce y tierna. Sabe mucho de política la veces que hemos hablado de ese tema siempre sabe lo que ocurre, también hace un rico postre de melaza, y de moras. 
-¿Cómo lo sabes, Marcos?-la mirada de Duglas era chispeante.
-Cuando he ido al dispensario por Clara o cuando lleve a Clara en esta semana a la casa de ella, siempre me da un poco. Y Clara me dijo que es ella quien las hace. 
-Ah nuestra pequeña hermanita esta de cupido, hay que tener cuidado.-miraron a Clara la cual estaba más que alegre hablando con la única invitada de la casa, lady Jane Hamill, amiga de Sophía desde la niñez.
***
Rachell tenía la cabeza hecha vueltas desde hace días, días que exactamente siete, desde la boda de su vecina, casi podía contar las horas que usaba al día para recordar el encuentro furtivo planeado por lord Ethan. En esa pequeña esquina, entre de las paredes de la casa, la casa del duque WodTher
-Estaba mal pero lo disfrute.-terminó por pasar sus dedos por sus labios y sonrió bobamente, según su nana que la veía desde varios minutos y la joven no se percataba.
-Qué disfrutaste, niña.- habló de forma divertida.
-¡Nana!-medio gritó espantada.
-¿Qué? Es que has hecho algo malo mi niña.- la vieja guardo la ropa doblada de su niña en el ropero. Mientras sacaba otras prendas. Rachell miró que era su vestido azul con gris; uno de gala, con un escote algo atrevido cortesía de su amiga Jennifer, regalo por su primera presentación. Era un baile después te su debut en la corte en presencia de la reina. En ese año en la temporada de otoño-invierno fue la presentación de ella en el primer baile y para finales de noviembre, y Jennifer a mediados de diciembre.
-Para que el vestido nana. ¿Dónde iré?
-Es uno de los que usaras en Londres, no para los bailes pero si para los té's de media tarde, también para ir al parque con Sarah conmigo como tu carabina, y los jóvenes que te quieran conocer para luego cortejar.
-Oh.
-Sí. Tu padre quiere ver vestidos son propios para llevar de aquí y cuales serán los propios de allá para no mandar a hacer alguno parecido. 
-Hmm.
-Sé que es molesto cariño, pero tus amigas ya están casadas, Lotee desde casi dos años y por lo que contaste en espera de su primer hijo, la alocada amiga tuya, Jennifer prometida y aún así siendo cortejada por Lord Maxwell y tú aquí en la finca de tu padre, con casi diecinueve años, crees que la gente se hace más joven,¡mírame!soy una anciana sola.
-Me tienes a mí, y a Enrique y también Arthur junto a Sarah a papá también.
Rachell abrazo a su nana y juntas revisaron el guarda ropa. Separando las ropas, las camisolas, los vestidos tipo camiseta, los más elaborados, las cofias, las enaguas y los paños. Viendo que podrían comprar por el viaje a la capital, además comprar ropa siempre motivaba a Rachell.
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Capítulo 20

Primero; Feliz navidad atrasada y les deseo un año nuevo de bendiciones en todo lo que se propongan.



[Ahora sí el capítulo]
***
La hacienda del vizconde WoodFresh era hermosa, grande, espaciosa y estaba decorada majestuosamente. El día apenas comenzaba, las puertas estarían abiertas desde las nueve de la mañana en delante y se cerrarían cerca de las once, a aparir de las seis un baile para reunir a las damas casaderas y debidamente presentadas en busca de un príncipe azul, habrían fuegos artificiales para el final.
Las damas que llegaban junto a sus familiares veían todo con los ojos abiertos. El vizconde no reparo en sus gastos, mucho más con la llegada de su prima Matilde Bronw, la que tenía amigas como lady Clara y lady Jane, la última muy hermosa, rubia cabellos rizado ojos de color verde.

Era una dama hermosa en toda la palabra.


-Bienvenidos amigos míos.-WoodFresh miró a sus viejos amigos los gemelos que parecían perdidos sin el alfa de Ethan. Pero como siempre el más sinvergüenza de los tres, se mantenía a flote con su encanto.- es un honor tenerlos aquí. Quiero que disfruten de todo así que hay horarios cerca de la valla de madera, hay una canasta en las cuatro esquinas.


-Los duques de WodTher traían a Clara y Jane. Rápidamente el doctor Brucen se acerco a la familia.Lord Marco y lady Bellabel, sonrieron por el comportamiento del doctor, era como si la boda de Sophía le hubiera dado esperanza para seguir su lento pero seguro-según él-cortejo a la dama más pequeña de los duques.Jane se acerco a Marco él cual por caballerosidad le dio su brazo. Pero con la mirada sagaz en busca de la señorita Tolgets. Jane lo miró y sonrió era tan evidente. Duglas por segunda vez haría algo para la felicidad de sus hermanos, tomó a lady Jane y la llevó cerca de los duques caminaron juntos.
-Que valiente de tu parte, Duglas. -Jane se burlo.
-No sé de que hablas, Jane.
-Sabes que Jahnette, también corresponde los sentimientos de Marco.
-¿Quién es Jahnette?-Jane lo miró mal-. 
-Lady Tolgets es Jahnette, ese es su nombre. No lo puedo creer que no sepas el nombre de tus vecinos, Duglas, jamás cambiaras. Te costo aprenderte el mío.
-Oh sí siempre eras la niña metiche que me acorralaban con Sophía para jugar a el caballero y el dragón, que siempre fui yo el dragón.
-Por

supuesto, solo Marco o Ethan cuando él quería podían ser el caballero o principie. Duglas la miró ofendido. Qué el no podría ser un caballero hasta para la mente que fueron de dos niñas.- Vaya que cosas, Jane. Dime como esta tu hermano, no lo he visto en mucho tiempo.
-Acaba de retirarse de la milicia, papá quiere que tenga herederos y lo hostiga a que se case.-Y tú, ningún valiente.
-Mi valiente caballero aún no llega.
-Rezaré por él. Sea quien sea, ojala y te aguante, señorita.
-Ochs, Duglas siempre eres tan malo. -haciendo un puchero Jane volvió su vista al frente para mirar la esquistos ornamentos.
-¡Qui Moi! Pero si soy un buen niño. Mira que soportar tu presencia para que el ladrón de rostros tenga algo con lady... lady Janet.
-Es Jahnette, Duglas. Además no es culpa de Marco que sean gemelos. En todo caso sería de tus padres. Cosa que esta bien. Yo soy la única en casa, hasta que mi hermano regreso. Cosa que solo hace que se quede por ratos.
-Oh vaya. A Friedrich no le gusta la casa del conde. Donde recuerdo el es de mi misma edad ¿cual es el apuro?
-Padre lo comprometió con lady Amalia, la hija de un parlamentario.
-Oh tan pronto.-se sorprendido un poco.-No, desde antes que Friedrich se fuera a la milicia.-le contestó con un suspiro.
-Así que él ahora no quiere la mano de la dama.
-Lady Amalia solo tiene diecisiete años, no ha tenía su presentación, pero ya esta comprometida; Friedrich esperará hasta la temporada otoño-invierno, para cortejarla, quiere que ella tenga una temporada normal-Jane

sonrió-también para que conozca más cabaleros y si tiene suerte que lo deje libre.
-Espero que tu hermano tenga suerte, un titulo como conde es muy valioso, no quiero que caigan en las artimañas de alguna mala mujer.
-Si también me preocupo por él, y por ustedes. Los conozco desde que tengo uso de razón, crecimos juntos, Duglas. Tú, Marco y Ethan se comportan como hermanos mayores.-ambos llegaron cerca de unas bancas Duglas le ayudo a sentarse. Mientras ellos supervisaban que Marco junto a lady Tolgets. Duglas rezando que Marco no hiciera nada tonto y Jane admirando la escena tan romántica que ellos transmitían. También se fijo que Ethan se acerco a una joven, la misma que ella conocía como la organizadora de las flores.
-¿Duglas quién es ella?-señaló donde estaban Ethan y la muchacha.
-Ella mi querida Jane es la mujer que trae de cabeza a mi hermano.
-¡Qué!
-Sí, así que Ethan ya no esta disponible, Marco esta tras lady Tolgets y moi no esta en el menú, Mademoiselle.
***
-Le diré a tu padre, en estos días. -Ethan observada a sus padres que tenían a Clara cerca de ellos porque el doctor del dispensario estaba con ellos. También estaban Marco junto a lady Tolgets junto al padre de ella.
-Yo, lord Ahsther-Ethan cerro los ojos amaba oírle decir su nombre, con ese tono de censura.-deja de espiar tu familia, no da una buena impresión de usted mismo.
-Creo que debo de hacer le caso, ya que pronto será conocida nuestro compromiso.-ella chasqueo la lengua.-Uno

de mentiras. No es muy agradable. Ethan sonrió puede que comenzará así, peor ella sería suya, la temporada de otoño-invierno sería en algunos meses, así que podría llevarla ahí, como su prometida y sus amigos no se le acercarían. Ni otros caballeros.
-¿Quién es ella? Me ha mirado muy seguido. Es alguna conocida suya, la vi en la boda de su hermana.- él la miró
-¿Celosa?
-Jamás. Pero me inquieta. ¿Sabe quién es si o no?
-Ella es Jane Hamill, amiga de Sophía y Clara desde que eran muy pequeñas, mi padre es amigo del conde de Hamillton. Lord Anthony Hamill-Cooper. Esta en el Parlamento, trabaja en varias reformas. -explicó.-¿Qué?
-Nada, solo que habla tan apasionadamente que es difícil no sumergirse en el relato, veo que le gusta el trabajo de su señoría Hamillton.
-Sí mi padre también ayudo un poco-la sonrisa tímida de Ethan hizo que las mejías de Rachell se calentaran.
-¿Así que lady Hamill, está comprometida con su hermano?
-¿Porqué?-preguntó extrañado que ella halla llegado a esa conclusión.
-Por primera vez veo a lord Duglas con una dama respetable y la trata de buena forma.
-Él solo trata de ser amable, aunque le aseguro que mi hermano no se lleva muy bien con la señorita Jane. Ella junto a Sophía y Clara lo tenían para jugar.
-Oh.
-Sí, oh. Pero-miró hacía todos lados y se acercó más a Rachell-tú mi lady eres la dama más hermosa aquí presente.
-Es un cambio muy repentino, no lo cree.-acusó con ojos alegres.
-Nunca será repentino admitir tu belleza, lady Rachell. Él tomó

su mano y le beso los nudillos. Ella aprisiono sus dedos contra la mano de él. No quería dejar de sentir la sensación que eso le provocaba. Ethan era encantador y ella le fascinaba eso. Perdida en la mirada azul no se percató que la presencia de alguien.
-Amigo mio. -el pesado brazo de Enrique cayó en los hombros de Ethan.
-Enrique ¿qué sorpresa?-murmuró Ethan.
-Oh mira pero si es mi hermana. Rachell ¿qué haces a solas con un caballero a estas horas del día?-chilló como una niña cuando descubre algo malo.
-Hablo.-gruñó.
-¿Tomados de las manos?-negó con la cabeza, su dedo golpeaba rítmicamente su barbilla.
-Eso no se hace.-se enfocó en Ethan, sabía que le atraía su hermana pero jamás pensó que tomara impulso después de todos esas semanas.
-No, yo puedo explicar eso-Rachell por primera vez tuvo miedo de su hermano, Enrique era un hombre muy protector con ella y si le decía algo a Arthur ese podría hacer algo apresurado o si le decía su padre, él haría algo peor.
-Enrique- Ethan empezó a hablar ya que él era el único que podía hacer que la familia Thresser lo mirara bien, porque sabía como lo consideraba Arthur, como un amigo, si, como algo más lo dudaba. Enrique era el que podía ayudarle para llegar al corazón de esa muchacha rebelde y respondona.
-¿Así?-dudo un poco, no era que no creyera que Rachell fuera una joven así de rebelde pero no esperaba que Ethan soltará así que quería cortejarla.
-Sí.
-Bueno, solo espero que esto funcione. Ethan desde

ahora yo, Enrique Jr. Thresser te doy mi bendición, eso si-hablo bajo y serio-has algo malo para mi hermana y tú y yo nos veremos al amanecer.
-¡Enrique!-chilló Rachell ofuscada y mareada por la conversación, que esos caballeros tenían enfrente de ella. Era una dama ¡por Dios! Y hablaban de duelos enfrente de ella era ¡inapropiado!
-Estas advertido, Ahsther. Mi hermana sufre y tú también.-dejando esas palabras regresó a los cómodos asientos de que el vizconde tenía debajo de los árboles, en compañía de lady Bronw.
-Crees que lady Bronw lo pesque y nos deje en paz, lady Rachell.-ella lo fulminó.
-No, Enrique será soltero para siempre.
-Como estas tan segura, mon amour. -suspiro iba a ser algo largo.
-Estaba enamorado de Sarah, y eso fue hace seis años, desde ese entonces nunca más lo volví a ver enamorado.
-Qué, Arthur le quito la oportunidad a Enrique de enamorar a Sarah.
-No exactamente. Sarah es mayor casi cuatro años que yo. Siempre que venía ella me ayudaba con papá, a pesar que papá se ve fuerte antes no era así. Hubo varias muertes seguidas en la familia-recordó a su madre y hermano gemelo- padre enfermo no era de cuerpo era más algo de su estado emocional, siempre decaído así que Sarah al crecer aquí y no ir a Londres casi para nada se dedico a cuidarlo, conoció a mis hermanos y bueno se ilusiono con Arthur el cual también le cautivo. Cuando llegaba en mis vacaciones los miraba juntos, charlando, daban paseos junto al río, Enrique también quedo cautivado así

que hizo una balsa y la llevaba al río junto con Sarah. 
 -¿Y?
-Ella aún amaba a Arthur, Enrique se rindió y un día se fue conmigo a Londres, me quede con mis tíos y él se fue a RonchesterHouse. Varios meses después nos llegó una carta que anunciaba la boda, quede impactada que se casaran tan jóvenes-Ethan entorno los ojos-yo tenía catorce. Sarah apenas estaba por cumplir los dieciocho y Arthur veintiuno. Cuando llegué todos esperaban que Enrique viniera pero no lo hizo. Hirió a papá y Arthur.
-Que triste, pero ahora yo los veo y se ven tan normal. Qué ocurrió.
-No lo sé, estaba en Londres, saliendo del colegio de señoritas, cuando decidí enlistamente como enfermera de guerra.
-Si, eres enfermera. ¿Cómo llegaste a esa decisión, qué te impulso?. -sonriendo ella dijo.
- El esposo de Esme estaba en el ejercito español y había llegado junto a ella, me encanto verlo en su uniforme. Y le pregunte como era que lo obtuvo, yo era muy ingenua. -sonrió mas-. El ilustrisimo señor me hablo de sus días cuando tenía que presentarse al regimiento del ejercito y las únicas damas que el miraba eran enfermeras.
-¿Así que querías ser enfermera para ayudar a los militares?-medito Ethan.
-No. Yo solo quería ver más caballeros en botas y chaquetas, con fusibles.
-¿Qué?
-¡Por supuesto que mi idea era ayudar a los enfermos!-sonrió ella-. Pero me integre en el hospital de Saint Thomas, con el doctor Branen. También estuve en Guy's Hospital con los pacientes terminales. Fue horrible

ver tantas perdidas.- sus manos volvieron a unirse, y ella sintió por raro que le pareciese y se ponía a pensarlo una cercanía entre ambos.
-¿Cuéntame cómo se reitero Enrique a la familia?
-¿Cómo lo sabes?-¿El qué?-¿Qué se reitero?-Rachell, lo veo.-ella se puso rígida. No se acostumbrada que le llamara por su nombre sin ningún apelativo distintivo. No era propio. «Pícaro»
-Bueno los primeros meses, se comunico con papá y le dijo que no regresaría aquí a Somerset. Padre se enojo y le dijo que no lo quería en la casa familiar, entonces él se fue.
-¿A dónde?-Ethan estaba muy interesado en esa historia siempre supuso que Enrique sentía algo por Sarah cuando los conoció se podía ver la mirada boba de él. Además Sarah cautivaba a todo aquel que la llegará a conocer.
-No lo sé. Bueno en ese entonces nadie lo sabía. Enrique tenía diecinueve y estaba devastado. Sarah se sintió culpable que obligo a Arthur a ir a Londres en busca de Enrique. El mayordomo de casa no dijo nada pero Hunter no estaba allí. Él es el ayuda de cámara de Enrique en la capital.-pauso un poco y luego retorno.-Bueno la historia sigue pero no terminó en contarla en un día.-Rachell se levantó de la banca se sacudió las falda de su vestido. Ethan le ofreció su brazo.
-¿A dónde vamos, mademoiselle?-Ah la comida, es mediodía y ya esta el almuerzo. Nos hemos saltado dos actividades, por la historia.
-La única que importa es la de equitación. Lo malo es que Dimitri se fue a su luna de miel-haciendo un gesto de repugnancia.- con mi hermana, es horrible.-sacudió la cabeza.

«Repulsivo».
Rachell se rió, solo un hombre podía decir algo así, ella estuvo presente en varias bodas de primas y primos y jamás se le paso algo así por la cabeza, lord Ethan Ahsther le hacía pensar de más.
***
El duque estaba maldiciendo al doctor Brucen. Qué era lo qué se creía ese doctor, acaba de perder a una hija y ése quería llevarse a la otra. Su esposa estaba feliz que el doctor estuviera como mariposa tras su floresilla. 
«Malhechor de hijas inocentes»
-Bella querida ¿no crees qué el doc. Brucen debe estar hambriento?-formuló la pregunta con la esperanza que el joven se fuera y su esposa lo apoyara, pero no ¡sorpresa! su amada esposa invitó al canalla a su propia mesa. ¡Su mesa era inaudito!
-Estaré encantado de estar con ustedes, excelencias.
-Que encantador, vamos hija.
-Si.- el doctor ofreció su brazo y Clara lo tomó perdida en la mirada del caballero.La mesa decorada como todas, manteles crema y ocre eran en mayoría también, bajo un gran techo sin paredes y ventanas. La mesa tenía una tarjeta "Fam. Ahsther y compañía" tenía diez sillas. La duquesa pensó que el vizconde aún creía que estaban con los familiares del novio.
-Tenemos un buen numero de sillas, Jane y Duglas estarán pronto, o eso espero. Marco tal ves invite a la señorita Tolgets a comer con nosotros esos sería maravilloso.
-¿Duglas está con Jane? Creí que era Marco. Vaya que cosas. Pero sabes querida me agrada Jane para Duglas

ella sería perfecta para él.
-Bueno si lo crees habla con él, mi señor.-tomaron asientos, el doctor ayudo a lady Clara. El duque a su esposa. Marco llegó feliz a tomar su silla. Más tarde llegaron Duglas y Jane la cual tenía su abanico y no paraba de golpear a Duglas.
-Mademoiselle, aquí su silla.
-Gracias.
-Te gustaron las actividades, Jane querida.
-Si duquesa, me resultaron refrescare; me recuerda un poco a los eventos que he visto en Hyde Park.
-Oh el bello Hyde Park, lo echo de falta, doctor Brucen a usted también le gusta, Londres.
-Si, mis padres viven en el centro de la ciudad ,en Marylebone. Me queda cerca ese parque junto a Kensington Gardens. La mente del duque solo rebotaban las palabras con sarcasmo, asombroso, sorprendente, que ingenioso, nunca lo creería.
«Porqué no es alérgico al polen» -pensó tras mirar unas plantas cerca de su mesa. ¡Me quiere robar a mi bebé!
«Malvado».
-Familia.-Ethan tomó asiento después. de dejar a su dama en la mesa del teniente coronel.
-¿Dónde estabas, jovencito?-acusó la duquesa.
-¿Moi?-señalandose a si mismo.
-Oui.-Bueno ya que tanto te interesa, Bellabel. He de decir que que fui a dejar a mi futura prometida.
-¿Qué? ¿Cuándo? Y ¿Cómo tú llegaste a tener una prometida, hijo?
-Padre, es para mi un entero satisfacción decirte que la joven es, lady Rachell. La hija del Teniente-Coronel Enrique Thresser, tu amigo y vecino.
-Oh, así que ella en verdad te gustaba, hermano-Marco festejo que su hermano por fin haría algo bueno para él mismo. Lady Rachell era hermosa por fuera y por dentro no sería distinto, siempre con una sonrisa y con la generosidad de ayudar, claro que no era tonto y ahora que no estaba encaprichado con ella admitía que era muy tozuda y francamente mordaz cuando quería.
-Te deseo suerte, mon frère.
-Merci. Pero dime ¿porque estás hablando en francés, hace varias horas te he escuchado? Yo en particular lo odio-se quejó.
-Él me ayuda en practicar el idioma, Ethan.-Jane saltó al rescate de Duglas.
-Sí. Y además siempre nos ponen a estudiarlo y casi ni lo usamos aquí, Sophía fue a Italia no a Francia ella habla francés y no podrá practicarlo, allí.-Se quejo Clara.
-No creo que lo ocupe de todos modos, pequeña-Duglas provocó que los caballeros se atoraran con el bocado en su boca o se atragantaran con la bebida, caso de su padre, él cual se puso rojo de la ira por la falta de educación en presencia de las damas.
-Duglas. Compórtate-regañó su padre.
-Pero que aburridos. -murmuró por lo bajo. Lady Jane lo miró mal. Clara estaba más perdida que nadie. El doctor Brucen no sabía donde mirar. La duquesa negaba con cansancio. Marco disimuladamente sonreía y Ethan los ignoro a todos, fijándose en su plato pero con su ceño fruncido.
«Estúpido Duglas».
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Ahora sí. Que sean felices por lo que queda de 2016 *-*
Mis adorados lectores y bienvenidos a los nuevos, siempre me tomo mi 
tiempo en darles la bienvenida pero si no lo hecho hasta ahora mis disculpas. 


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Capítulo 21 (1/2)

A Wattpad no le agrada que suba mis capítulos largos ¡ los corta ! y me canso de estar arreglándolos por qué simple, siempre lo hace. Ahora me doy cuenta que los primeros capítulos ¡ están algo raros ! así que voy a optar por cortarlos a la mitad. Trataré de arreglar los primeros capítulos para aquellos nuevos lectores.

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La mesa de la familia Thresser estaba en silencio, silencio que incomodo a Rachell. Enrique disfrutaba esa hermosa y espesa sensación¿porqué? Fácil no era él que la provoca. Se fijó en sus cubiertos, eran de plata, pensó que si él era un vampiro se moriría pero luego recordó que si lo fuera él ya estaría echo polvo por el sol, que ya molestaba. Luego volvió su concentración a la mesa,nada, nada había ocurrido. Rachell seguía quieta en su silla y comía poco a poco cómo un canario. A Sarah por fin se le veía mejor, Esmeralda se creía ave, porque movía el cuello hacía los dados de una forma muy rara y graciosa.
-Esta bien. Rachell vino con un cabello de buena familia y dicho caballero nos saludo a todos, nos hizo las "preguntas de cortesía" así que no le veo nada malo.-terminó Enrique porque ya estaba cansado ver a su Rae tan mal. Además el sujeto ya estaba advertido que lo vería a la salida del sol si hería a su hermanita.
-Bueno creo que Quique tiene razón-el mencionado vio rojo, odiaba ese diminutivo y ella lo acabada de usar, si las miradas mataran, la condesa Sarah

Thresser estaría enterrada. 
-Gracias, Sarah.-gruñó.
-Bueno conozco a Ethan y si acudió aquí y te solicito lo que todos creemos, pues solo espero que sea para bien todo esto. Enrique no le vuelvas hablar así a Sarah. 
-Yo hablo como yo quiera hermano. Aquí lo importante es que Ethan quiere hablar con papá. ¿cuándo lo citaras, padre?
-Mañana.-suspiro el teniente coronel.
-Tan pronto.-saltó Rachell, luego se sonrojo. Ella no podía opinar nada.
-Sí,no tengo que posponer nada, si el caballero tiene buenas intenciones, si no tú te iras en tres semanas a Londres City. 
-Que te parece quedarte con conmigo, Rae. A Hunter le agradará tenerte. 
-Sería muy dulce, gracias hermano.
-Es perfecto, enviaré una carta a Hunter, para que arregle las cosas en Green Manor. 
-Esa casa, James, tienes que arreglar varias cosas. -se quejó el teniente. Odiaba que su hijo haya tenido la desfachatez de comprar su propia casa cuando él tenía RonchesterHouse, sabía que la mansión de Londres era herencia de su hijo mayor, pero mientras estuviera vivo nadie podría sacar a sus hijos de su casa. 
-Era de un duque que antes de su muerte me la vendió y a un buen precio he decir. Me gusta su laberinto, no sé que le ves de malo, padre.
-Es muy grande para ti solo. Solo eso.-murmuró, estaba mal que él no quisiera que su hijo estuviera con sus hermanos en Londres.
-La casa es más pequeña, un poco que RonchesterHouse. Solo un poco. Y no vivo solo, Hunter vive ahí también, con otros sirvientes. 
-Mi casa es mejor, ahí estaremos mejor.
-Usted

ira padre.
-Claro Rachell, llegar en manos de Enrique sería un escándalo, podrías llamar a la marquesa, o a la hija de Víctor, sabes que la señora Anna es una vieja amiga de la familia estará ella feliz de llevarte a ti y su hija en las fiestas.
-Lady Anna de vieja tiene todo, más su carácter es tan agrego que no se como el tío Víctor la puede amar.
-¡Enrique James!- Reprochó.
-Padre.-sonrió.
-Compórtate, no entiendo este comportamiento tuyo. -negó el teniente coronel.
-Bueno a lo que nos compete, mañana en la tarde. Le diré a Ahsther que se presente en la casa.
-Bien,eso es perfecto Arthur.
Enrique miró a través de su copa a su hermana la cual se mordía el labio,nunca imagino que Rachell caería en las mañas de Ethan pero él sabía que había algo, algo que él tendría que descubrir si quería que Rachell fuera feliz en manos del mayor de los hijos del duque.Lo único que lo hacía sentir mejor es que solo tenía una Hunter y no dos como sus vecinos. O como el vizconde que por lo visto lo que quería era encontrar un partido para su prima, lady Bronw, la cual era muy hermosa, le deseaba toda la suerte del mundo.
Sarah pensó que era maravilloso ver a su cuñada pronto a ser cortejada como debía de ser, más en manos de un futuro duque. Pondría una carta para Eva, la cual estaría encantada de saber que su hermana podría casarse pronto. También le diría la nueva noticia que ella y Arthur pronto darían a conocer a toda la familia. Eva estaría encantada.
El teniente coronel solo pensó que su hija podría estar mejor en Londres en casa, junto a su tía, la cuál la él enviaría a los bailes para que ella pudiera conocer a los hombres elegibles,mandaría una carta a su hermana para saber quienes serían mejor partido para Rachell. 
-Es agradable la tarde, como han sentido mi fiesta campestre, vecinos.-el vizconde WoodFresh acompaño de su encantadora prima, lady Bronw. Se acerco a su mesa, con una sonriente dama.
-Es agradable, Sebastian. No creí que daría una tarde así y más con tan bella dama en tu casa.-con su encanto y los modales que su apellido Enrique se integro a la conversación sacando suspiros a lady Bronw.
-¿Y cómo te sientes ahora que tu posees el titulo de vizconde?
-Es un honor, lastima que haya sido por el fallecimiento de mi tío,tanto Helene como Samantha están tristes por su partida. Ahora mismo están inconsolables y por ellos no están aquí, aunque no quiero que sientan que les estoy quitando algo. Ellas siempre estarán primero para mi.
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Rincón de la escritora "Mi *-*"
Primer capítulo del año, es genial. :D
Y si la App me corta los capis así que yo los posteare en 2 partes. Espero que no les moleste. 
Ya termine mi novela juvenil "Fue en un Café" para aquellos que no la han leído pasen por mi perfil o delen click aquí: https://www.wattpad.com/311427451-fue-en-un-caf%C3%A9-%C2%A9-sinopsis


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Capítulo 21 (2/2)

Bueno el capítulo estaba ya terminado, bien lo saben así que aquí esta la parte restante.
(***)
-Es verdad muchacho, eres hijo único. Y tu madre ¿ella está bien en todo esto?. No la he visto desde hace mucho tiempo.
-Ella esta en Escocia con mis primas.
-Y dime ¿iras en la temporada que viene a Londres?
-Sí,teniente.-el vizconde tenía que ve el mercado de doncellas ya que como su título lo requería, debía tener una esposa. 
-Espero que lady Helene llegué a la presentación. Ahora es una prioridad para ella. Si deseas yo puedo llevarla, vizconde.
-sería algo bueno tanto para Helene como Samantha, ambas están en edad para ir a la temporada. Estaría encantado con su ayuda condesa.
-Bueno así será, muchacho. Nosotros tenemos que ir por mi hija y sobrina, ella aún esta para cascase.
-Les deseo suerte teniente.
El vizconde y lady Bronw continuaron saludando y conversando con los otros invitados. 
-Has dejado una buena imprecación en lady Bronw, Enrique. 
-Ah sí, quién lo diría.
-Eses muy linda ¿por qué no la invitas a el baile en la tarde, una o dos piezas. 
-No.
-¿Porqué? Hermano, ella se ve muy dulce. Creo que sería bueno para ti.
-Mis bailes son par ti, Rae. Y tal ves par a lady Clara. 
-Síes verdad. Hay que llevarnos mejor con los hijos de marco. Así que esta bien que te guardes un baile para la hija más pequeña de él. 
-En cambio tú jovencita, solo bailaras con tus hermanos o yo. No

te quiero cerca de Ethan hasta que hable conmigo como debe ser.
-Si padre.-refunfuño.
-Bueno solo espero que lord Ethan no se aburra contigo, prima.-si las miradas matasen lady Esmeralda sepultada estaría.. 
«Bruja»
-Gracias Esme. Tus deseos son tan maravillosos, espero lo mismo para ti e un futuro.
-Chiquilla,malcriada.-el acto infantil de Rachell sacó carcajadas de Enrique.Su padre agrando los ojos, y rezó por que nadie la viera visto hacer tal cosa, era demasiado grande para comportarse como una niña. Sarah y Arthur mejor ni opinaban, ellos eran perores cuando discutían cosa que no lo hacían muy a menudo. 
(***)
-La mesa de tu prometida se ve divertida, creo que la hubieras invitado aquí, Ethan.
-No. Es decir su familia no vería bien eso y aquí ene el campo tampoco es muy bien visto, Jane.
-Que mal.
-Sí, pequeña Jane. Aquí no puedes ultrajar a cabaleros débiles a ser tus amigos.
-Yo jamás he ultrajado a nadie que pueda llamarse caballero, Duglas.
-Eres muy mala, lady Hamill. Llamaré a tu hermano.
-Oh sí hablando de Friedrich ¿qué ha hecho ese joven?-el duque miró a lady Jane.
-Esta en Londres, tiene que frecuentar el parlamento. Excelencia.
-Vaya.Que mal. Me hubiera gustado que viniera aquí aunque pronto nos iremos. Clara tiene que estar en su presentación.-miró de reojo al doctor y sonrió ése hombre estaba mas blanco que la cera.
-Doctor usted estará en la temporada, verdad. -Bellabel quería

que su hija no perdiera al hombre y si llegaba a Londres sin una declaración otros podrían quitarle oportunidad, pero si su hija se enamoraba de otro ella la apoyaría.
-No lo creo lady WodTher, mis padre saben que estoy donde el deber me llame. Y aquí el dispensario me necesita. Aunque estuve en el Guy's Hospital pero nada me une ahí ahora.
-Esposo.-reprendió la duquesa-. Tú podrás hacer algo-hablo cerca del oído de su esposo para evitar que otros la escucharan.
-Bella.
-Mira a tu hija querido, se ve que lo quiere. 
-Hablamos en casa esposa, ahora concentrémonos aquí. 
-la carrera de caballos es la tres de la tarde, y la una habrá una demostración con caballos en el redil.
-Oh eso suena... Jane gracias por recordarme que tengo que buscar otro caballero para la presentación. ¿Crees que Enrique quiera hacerlo,Ethan?
-Le preguntaré, si gustas.
-¡Me encantaría!
-Eso fue un error desde el principios, lo supe. Y te lo hice saber.-Duglas siguió su comida tras desvelar ese reproche con voz sedosa.
-No calendarice muy bien las fechas, solo eso paso querido.-ruborizada se defendió la dama.
Duglas levantó su ceja, el dorado brillo por el sol, y sus ojos azules fríos golpearon a la duquesa- Eso no te lo puedo creer, Bellabel.
-Pero eso tiene solución, Duglas. Ethan hablara con Enrique y a él le encarara hasta te propongo que hará apuestas.
-Sieso dices, ladrón de rostros. -Ethan suspiro, los arranques de Duglas jamás pasaban fuera de casa. Y ahí en ese momento donde él quería que todos vieran con buenos ojos a su familia su hermano tenía arranques de furia y rabia reprimida. 
«Que problemático»
...
Rincón de la escritora "Mi *-*"
Wiiii, ven aquí el fin del capítulo. 
Y como pasaron las fiestas? Yo en mi casa, con mi familia, también fui de compras y cocinar, vi TV, mi leer y re-leer libros que tengo en mi biblioteca. Compre el Conde de Montecristo, aún no lo termino -_- "

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