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viernes, 13 de enero de 2017

Tattoos [EDITANDO]

Tattoos [EDITANDO]



Tattoos [EDITANDO]
by alegimenezn

Ahí estaba, parado justo delante mío, con su misteriosa mirada, en estado neutro, parecía una estatua pero de porcelana.

-¿Nunca te dijeron que eres muy curiosa?

- Si, siempre me lo dicen. - Intente levantarme para estar en el mismo nivel.

- No me gusta la gente curiosa y menos cuando me espían.

- Desearías que te espíe. - Le dije con sarcasmo.

En su perfecto rostro, apareció esa sonrisa, por la cual me derretí la primera vez que nos conocimos.



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Capítulo 1 - El viaje

- Pasajeros del vuelo 21, con destino a Portland, por favor de ir a la plataforma 13.

Observe el cartel de la plataforma donde me encontraba. Estaba en la plataforma 2. Tome mis dos maletas y comencé a correr. Miraba los carteles, había pasado la 4, luego la 6, en la plataforma 8 me había perdido entre la gente. Una señora de muchas joyas paso frente a mi, y me hizo estornudar con solo oler su potente perfume. Hasta que a los lejos vi el nombre de plataforma 13. Corrí hasta la entrada y le di a las azafatas mi boleto, mejor dicho, tire mi boleto en la cara a las azafatas. 

Al subir al avión, me tocó asiento con vista a la ventana, a lado de un señora de tal vez unos 40 años.
El avión empezó a despegar. Llegaron en mí esas intensas ganas de vomitar y un horrible dolor de cabeza. Una vez en el aire, la azafata nos indicó la salida de emergencia, como usar la mascara de oxígeno, en síntesis nos indicó todas las medidas de emergencias que debemos tomar en caso de que el avión se caiga.

- Gracias por abordar al vuelo 21, les deseamos un buen viaje y que lo disfruten. - La azafata rubia, de labios color rojo llamativo, ayudaba a todos a colocarse el cinturón, mientras que yo solo observaba a través de la ventana como Los Ángeles se hacía más y más pequeño. 

Lo único que quería era ponerme mi auriculares, escuchar la música fuerte, hasta que mis oídos duelan, y dormir todo el viaje. Coloque mi mochila sobre mis piernas y saque mis auriculares negros.Eran

grandes y los tenía desde hace 2 años. Me los coloque, y comencé a observar por la pequeña ventana. Amaba ver las nubes cubrir las alas del avión lentamente.

El viajar era costumbre para mí, aunque no sola. Mis padres viajan mucho por su trabajo. Ellos debían estar en Londres por una junta, se supone que iría con ellos, pero no quise ir esta vez. Siempre que iba me quedaba encerrada en la habitación del hotel. Mi madre no quería que saliese sola a recorrer un país que no conocía. Así que mi padre tuvo la maravillosa idea de enviarme con mi tío John a Portland, no iba a su casa desde los 9 años.
Me preguntaba cómo debía estar. Solía ser mi tío favorito. Nunca pasaba un día sin hablar con él, pero eso cambió con los años.

- Disculpe señorita, el avión va aterrizar, ¿puede colocarse el cinturón? - Abrí los ojos y vi a la azafata enfrente mío. Ella levantó ambas cejas y yo me quite los auriculares.

- Claro, lo siento. - Me lo abroche. Guarde los auriculares en mi mochila y volví a cerrar los ojos esperando las náuseas cuando el avión aterrice.

Al aterrizar, aún tenía esa molestosa resaca. Mi tío debía venir por mí. Entonces busque un lugar para comer. Fui hasta un Café, pedí unas medialunas con relleno de dulce de leche y un jugo de naranja sin azúcar, no lo iba a esperar con el estómago vació. 

Recuerdo cuando pasaba todos los veranos en Portland. El tío John se quedó con la casa de mis abuelos, era el único miembro de la familia que vivía en otro estado. Mi papá y él siempre fueron

unidos, y era una costumbre pasar los veranos en el templado Portland. Pero con el cambio de trabajo de mis padres, no tuvieron más tiempo para venir a verlo.

Mire mi móvil, han pasado como 40 minutos y aún no venía, estaba más que segura que se había olvidado de mí, así que decidí irme por mi cuenta. Tome mis maletas, y fui hasta la salida. El aire fresco de Portland me trajo muchos recuerdos. Camine hasta los taxis y pedí uno. Mi padre me había escrito la dirección en una hoja, por si se me olvidaba. 

El tío John siempre fue mi tío favorito. Era como un amigo, más que un tío. Su casa era enorme y recuerdo que tenía pasadizos secretos que solo él y yo conocíamos. Pasaba los mejores veranos con él. Recuerdo que conocí a un chico, su nombre era Grayson o Jason, no me acuerdo mucho de él. Pero tal vez lo vea otra vez. Cuando mis padres me dijeron que no podíamos ir a los 8 años, me sentí triste pero lo entendí. Pero luego el no ir se volvió una costumbre, hasta que dejamos de ir y hablar con él. 

Aleje mi vista de mi móvil y al mirar por la ventana un gran conjunto de árboles me sorprendió. Acerque mas mi rostro a la ventana y observe con cautela el bosque. Pero pronto un enorme casa apareció cortando el bosque. Era la casa del tío John. Le pague al taxista y baje lentamente, observando mi alrededor. Tome mis dos maletas y me encamine a la puerta. Toque dos veces la puerta, pero nadie abría. Observe el apellido Montgomery tallado sobre la puerta. Volví a tocar pero nadie respondió. Mis dudas fueron contestadas, se había olvidado de mí, ni siquiera estaba en su casa para recibirme.

Me senté en el primer escalón de la escalera, recosté mi espalda por la puerta y coloque mis dos maletas junto a mis pies. Mi móvil empezó a vibrar y en la pantalla apareció tío John.

- Hola. - Le respondí de una mala forma.

- Alice, lo siento, mucho. No sabes cuanto lo siento ¿Dónde estas? - Parecía muy preocupado, pues debería estarlo, se olvido de mí por una hora en el maldito aeropuerto. Me mordí el labio inferior y suspire.

- En tu casa, sentada en los primeros escalones, con la compañía de los grillos. 

- Enseguida llego. - Colgué y volví a guardar el móvil en el bolsillo de mi abrigo.

Siempre me gusto la casa del tío John, estaba un poco alejado pueblo, pero estaba cerca de una gran laguna, había muchos árboles a los costados de la casa y enfrente una pequeña fuente de agua. Mi tío es un arquitecto, trabaja en su casa, por esa razón siempre venía en las vacaciones, pero los viajes de mis padres se interpusieron entre mi tío y yo.

El sonido de una llanta rechinando me hizo fruncir el ceño. La camioneta del tío John apareció. El abajo corriendo hacia mi. Lucía idéntico a la última vez que lo vi, el mismo corte, la misma altura y la misma barba corta. Aunque ahora usaba lentes, creo que la edad lo afecto. Me dio un fuerte abrazo que casi me deja sin aire. Le dí palmadas en la espalda, como gesto para que me suelte.

-¡Estas enorme! -Sonreí, él solo me devolvió la sonrisa. - Recuerdo cuando te parabas de puntitas para alcanzarme. Eres todo una adolescente, ya no eres la niña pequeña que solía venir a jugar.

- Tomo mis maletas y abrió la puerta. -¿Cómo fue el viaje?

- Fue normal, supongo. No soy buena para viajar en aviones, por las náuseas, pero para ser la primera vez que viajó sola, estuvo bien. - Sonreí mirando mis pies.

- Ven, te mostraré tu habitación.

Al entrar, comencé a observar cada extremo de la casa. Estaba un poco apagada, como si faltase alguien que la hacía brillar. Pero se sentía igual que la última vez. Subimos las escaleras y observe los cuadros colgados por la pred. Eran fotos de toda la familia.

- Está es tu habitación. - Estábamos frente la primera puerta, junto a la escalera. Él abrió la puerta y dejó las maletas junto a ella.

Al entrar lo primero que observe fue lo espacioso que era. La cama se encontraba en medio de la habitación, había una gran ventana con vista a la calle y las cortinas blancas que la cubrían. Recorrí la habitación, admirando cada punto de ella. Las cortinas blancas con dibujos de pequeños pájaros me hizo sentir como una niña otra vez. Volví la vista al tío John, quien se encontraba observándome, esperando mi reacción.

- Es más grande que la anterior de pequeña. - Observe el escritorio, que se encontraba bajo la ventana. Una foto de mi tío y de mi, estaba ahí. Era lo único que se encontraba ahí.

- No sabía cómo decorar tu habitación, pero, se me ocurrió colocar eso. - Lo miré sonriendo. Él no era bueno pensando en cosas de chicas.

- Lo hiciste excelente, pero, si no te importa, me gustaría estar sola para ordenar mis cosas y tomar un baño.

- Oh, claro. - Se dio la vuelta indeciso. Se giro sobre sus talones y volvió

hacía mí, me dio un fuerte abrazo. - No te veo hace años pequeña, tu tío te extraño mucho y también la casa. 

- Yo también, te extrañe tío John. - Me regalo una última sonrisa y se marchó. Tome mis maletas, las coloque sobre la cama y las comencé a vaciar. 

Luego de desempacar quise recorrer la casa. Fui a la sala, y encontré los libros, que el tío John solía leerme. Todos tratan sobre animales del bosque, sobre hadas, eran cuentos ficticios. Recorrí la casa entera, admirando las fotos de las paredes, recordando las locuras que había hecho con Flora y mi tío. Solía jugar en el bosque, a lado de la casa de mi tío. El bosque de Portland, era inmenso. Me gustaban los lugares que están en contacto con la naturaleza, pero, el bosque era tenebroso. Siempre me dio miedo, sentía que había alguien más que yo cuando iba. Sentía como si me observaban. Pero sabía que solo era mi imaginación jugando conmigo. 

El tío John salió hace unos minutos, dijo que debía hacer algo importante. Él se disculpo muchas veces, me dio gusto volverlo a ver, pero, algo parecía diferente en él, no era el mismo tío John alegre que recordaba.

A la mañana siguiente, me levante, tome un baño y baje a desayunar. Pase mis dedos por la barandilla de la escalera, recordé cuando me deslice por ella y me rompí un diente. Fue una gran experiencia a mis 7 años.

-¡Buenos días!

- Buenos días, señorita.

Entre a la cocina y veo a una chica joven, de tal vez unos 20 años o más, estaba preparando waffles. Giro hacía mí y me paso un plato con

waffles. 

- Hola. - Mi tío entro a la cocina sonriendo. - Alice ella es Lissa, si tu necesitas algo, solo debes pedirle ¿de acuerdo? 

Asentí, salude a la chica, era algo baja, ojos marrones y el cabello negro. Era delgada y tenía la piel blanca. 
Al terminar de desayunar, el tío John dijo que debía ir al pueblo por unos papeles. Me ofrecí a ir con él, quería ver como había cambiado el pueblo desde que me fui.

Pasamos por el bosque, y lo observe cautelosamente. Un cartel se encontraba justo frente al viejo molino, que decía Bienvenidos a Portland. Me asombre por lo cambiado que estaba, había más negocios, restaurantes y muchas librerias. Antes todo estaba lleno de árboles y con grandes plazas en las que solía ir con Flora y mi tío.

- Ya regreso. - El tío John salió del auto. Yo lo espere en el auto, dejó la radio encendida, pero no me apetece escuchar las noticias, entonces la apagué. Jugue con mi móvil unos segundos, esperar al tío John se hacía eterno. Observe por la ventana las tiendas. Siempre iba a una tienda de dulces con el tío John. Recuerdo que lo único que pedía era barras de chocolate. Soy una adicta al chocolate. Seguí observando las calles de Portland y mis ojos se posaron en una pequeña librería. La puerta era de color rojo oscuro, en la vidriera había muchos libros y discos. Al ver el nombre de aquella librería, no lo comprendí, ya que se encontraba en otro idioma, creo que era latín. Pero el apellido Gallagher si lo entendí.

El tío John volvió, luego de recoger sus papeles, nos fuimos a almorzar

en un restaurante. Un tipo con traje nos abrió la puerta, y al entrar, el aroma exquisito de la comida llego hasta mí. 

- El pueblo ha cambiado mucho, no recuerdo que haya restaurantes, cines o tiendas cuando era pequeña.

- El alcalde Russell decidió convertir la ciudad, en una más atractiva para los turistas. Mi negocio fue el más beneficiado con la idea. La mayoría de los restaurantes fue construido por un Montgomery. 

- Eso, es asombroso.

Observe al tío John curiosa. No había visto a Flora aún. Eso era raro. Ellos nunca estaban separados antes, siempre estaban juntos, conmigo, pero por alguna razón, ella no estaba aquí. Me acomode mejor en la silla y tome un sorbo de mi bebida. 

-¿Tío, donde está Flora? - La sonrisa de su rostro se fue rapidamente. Aclaró la garganta y junto las manos.

- Ella y yo terminamos hace mucho.

-¿Por qué? - Rápidamente me apoye por la mesa, para acercarme más a él -¿Qué paso? 

- Tan solo no eramos tal para cual.

Quede un poco confundida ante su respuesta. Ellos siempre fueron tal para cual, lo que acababa de decir fue una mentira. 

Su humor fue más frío y reservado. No volvió a hablar durante el almuerzo. Intentaba comenzar una conversación, pero él solo asentía con la cabeza a todo lo que me atrevía a decir. Me sentía culpable por haber preguntado, pero no tenía idea de que fuera tan dura la situación. 

-¿Te importa si voy a una librería? Esta cerca, es en la otra cuadra. - Él solo me miró fijo y asintió. Tome mi bolso y salí por la puerta. 

El viento revolvió mi cabello en segundos. Me lo arregle y bufé. Olvide completamente el extraño clima de Portland. Acomode mejor mi abrigo beige y continúe caminando hacía aquella librería. 

Por la puerta se encontraba el cartel de lado que indicaba que se encontraba abierto. Al abrir la puerta, una campanilla produjo un sonido, dando a entender que alguien había entrado. Camine hasta los estantes de libros. 

-¡Hola! - Dije fuerte para que escucharan.

Al parecer no había nadie. Observe un cuadro sobre la mesa de vidrio. Pase mis dedos sobre ella y pude sentir el polvo. Comencé a buscar un libro de mi interés, hasta que uno me llamo la atención. Era rojo, parecía forrado con cuero y decía: Secret of 1864. Siempre me gustaron los libros de misterios, eran mis favoritos.

-¿Quieres este libro? - Levante la mirada y vi a un señora de enormes ojos verdes. Su cabello era negro y con rulos. Luego baje mi vista a sus manos, tenía tatuajes de tinta blanca, pero escritos en otro idioma.

- Eh-h..si, ¿cuánto cuesta?

- ¿Eres nueva por aquí?

- Si, - Dije despacio. - Vivo en Los Angeles, California. Pero he llegado ayer. 

- Elegiste el lugar correcto para visitar, te asombrarás de las maravillas de este lugar. 

- Lo sé. - La señora solo sonrió y quitó el libro de la vidriera. Observe su mirada dirigirse a la puerta, y su amistosa sonrisa desaparecio. 

- Alice vámonos. - Mi tío entro a la tienda y me agarró del brazo.

- Espera, quiero comprar un libro, enseguida voy. - Le respondí y me solté de su agarre.

La señora me dijo el precio del libro y busque la plata en mi pequeño bolso.
Mi tío sólo permaneció detrás mío, sentía su respiración pesada en mi cuello. Mi tío y esa señora se miraron como si en cualquier momento se iniciaría una pelea entre ellos. Tome el libro y salimos de la tienda. 


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Capítulo 2 -¿Ya terminaste de mirarme?

Después de comprar el libro y salir de ese incomodo momento en que mi tío y esa señora se fulminaban con la mirada, regresamos a casa, mi tío no me hablo en todo el camino, no sabía si estaba enojado o tan solo no quería hablar pero estaba muy serio.

Al mirar por la ventana, solo recordaba las palabras de aquella misteriosa señora, te asombrarás de las maravillas de este lugar, no sabía a que se refería, pero al parecer este pueblo había cambiado más de lo que pensé. 

Al llegar, me baje del auto. Volví a observar al tío John, pero estaba hablando por su móvil. Subí de a dos las escaleras y fui corriendo a mi habitación. Me recoste en mi cama y empece a leer el libro.

Abrí lentamente la tapa, la primera hoja tenía un dibujo de una mariposa. Dibujada con lápiz. Estaba tan bien detallada, la persona que lo había dibujado, lo hizo muy bien.

"Propiedad de N.J.", y una pluma estaba pegada en la hoja.

"Los secretos de este pueblo son demasiados, que ni sé por donde empezar, pero comenzaré diciendo de como supe de todo esto que siempre sucedió frente a mis propios ojos. 
A principios del año 1864, Portland empezó a tener varios ataques de animales, pero los doctores no daban ninguna aclaración sobre el animal. Es que ellos, no sabían que animal causó esas heridas tan extrañas. La gente empezaba a asustarse, y el fundador Jacob Russell se encargo de la situación. Habló sobre la importancia de ayudarnos todos, para permanecer protegidos. Familias comenzaron a ofrecer su ayuda

después que el número de víctimas aumentará. La familia de los Montgomery ofreció su ayuda para investigar que estaba pasando junto con los Campbell. Nadie dudo de las familias, pero lo cierto era que ellos encubrian todas las pistas que encontraban, todas las familias tenian un secreto, todas tenian una maldición"

Para ser un libro de ficción era muy real. Todo las fechas, todas los terribles accidentes y sucesos, hasta aparecía mi propio apellido. Esto no podía ser solo un libro de ficción. Leí tres páginas más, hasta que baje a la cocina. Coloqué un pequeño recipiente en la mesa, tome el cereal y lo verti sobre él. Escuché un ruido que provino del patio, camine hasta la puerta y tome la perilla. Mire a través del vidrio, pero no había nadie. Salí afuera lentamente y me encontre con un jardin lleno de flores, había un árbol enorme, y otra pequeña fuente de agua. A mi tío siempre le gusto estos tipos de jardines. Los organizados y decorados. 

- Hola. - Un muchacho apareció de repente en mi visión y se paró enfrente mío, lo que hizo que diera un paso atrás y me cayera en la tierra. - Lo siento. - El muchacho se empezó a reir y me extendio su mano para ayudarme. Yo lo ignore y me pare sola. - Lo siento en verdad no quize reirme.

-¿Quién eres? - Dije seca. Era alto, cabello marron, ojos negros, llevaba una remera blanca y unos jeans sucios.

- Me llamo Jordan Freeman. - Empezó a sonreir. Colocó sus brazos cruzados

-¿Y tú linda?

- Primero no me digas asi, y me llamo Alice, soy la sobrina de John. - Intente limpiar la tierra de mis short. 

- Recuerdo que hablo de ti, estaba muy nervioso por tu llegaba. Me hizo decorar todo este maldito jardín, creo que jamás he hecho un trabajo mejor. - Dijo extendiendo los brazos hacia las flores. 

- Te ha quedado muy lindo. - Jordan sonrió presumido. - No sabía que estaba ansioso por mi llegada.

- Si que lo está, nos torturó hablando una y otra vez de ti. - Él rodó los ojos.

-¿Nos?¿A quiénes? - Dije juntando las cejas. 

- Mis amigos, Aaron y James, trabajamos con él, y lo único que hizo está semana, fue hablar con ti.

No sabía que el tío John se sintiera así. No lo veía hace 8 años, pero, al parecer él si extrañaba a su pequeña sobrina. 

Nos quedamos en silencio, Jordan me miraba fijo, observándome de arriba a abajo. Me sentí un poco incómoda que me mirara así. 

-¿Qué haras mañana por la noche?

-¿Tienes algo en mente? - Se formo una gran sonrisa en su rostro de Jordan.

- Habrá una fiesta mañana, ¿te gustaría ir?

Me quede pensando en su propuesta, tal vez ir a una fiesta sería una buena idea. Además, Jordan me transmitía confianza. 

-De acuerdo.

Lissa lanzó la masa al aire y lo volvió a atrapar. Me contó que siempre le gusto cocinar, yo no era tan buena haciendo eso, nunca lo practique, pero sabía que era capaz de quemar la cocina si lo

intentaba.

-¿Conociste a Flora?

- Si, la conoci. - Empezo a colocar la salsa sobre la masa, que ya tenía la forma de una pizza. - Flora era como la luz de está casa, siempre que el señor Montgomery se encontraba de mal humor o tenía un problema, ella lo solucionaba. Era un placer preparar mis platos para ellos dos, nunca vi a dos personas más enamoradas.

- Pero, no entiendo, dices que estaban completamente enamorados, ¿pero qué pasó entre ellos? ¿Qué pasó con la magia? ¿Por qué terminaron? - Lissa solo sonrió y encendió el horno.

Es obvio que no pensaba decirme, que estupidez. Me considero una persona muy curiosa y que nunca acepta un no como respuesta. 

Al día siguiente, estaba dispuesta a ir de nuevo a la libreria. Quería saber más sobre el libro que había comprado. Mi tío fue a trabajar y me dejo en el pueblo. Le dije que podía volver sola a casa, pero él me dijo que lo esperará. 

Llegue tienda, llevaba unos jeans oscuros, una remera blanca y mi abrigo beige. Observe a la señora de ojos verdes, ordenando unos de los estantes de libro. Me parecía interesante los tatuajes que tenía.

- Hola - Dije al entrar.

- Buenos días.

- Ayer no me presente, soy Alice Montgomery. - Le extendi mi mano, ella la aceptó.

- Mi nombre es Tessa.

Le sonreí, observe todos las extrañas cosas que había en la librería. Unos libros gordos se encontraban sobre la mesa de vidrio, ella comenzó a llenar la repisa con ellos. Me quede parada junto a un estante con esferas de

nieve. Observe uno, tenía adentro una pequeña casa. Lo agite y la supuesta nieve cayó sobre ella. Recordé cuando mi padre me compro una de estos. Una pequeña esfera de nieve. Tenía la estatua de Libertad dentro. Pero, mi esfera de nieve sólo duro un día. Termino rompiéndose en pedazos.

-¿Qué es lo que deseas Alice? - Gire a observarla. Tenía los brazos cruzados y una ceja levantada.

- Quería saber sobre el libro que me vendio ayer - Deje la esfera en el estante y me acerque a Tessa.

- No sé mucho de ese libro. Se escribio despues de la fundación de este pueblo, no sé si es real o no, pero en verdad, ¿que quieres saber? - Me sonrió levantando una ceja.

- Sobre la que escribio el libro, - Tessa dejo de sonreír - ¿sabe algo de ella?

- No se nada sobre ella. - Se dio la vuelta, pero la detuve tomándola del brazo. 

- Hay algunas cosas que no entiendo del libro, es muy raro, explica la situación como si fuera real, como si hubiera ocurrido. Además, aparecen apellidos de familias que existen. - Tessa sólo me observó. - ¿Cómo encontró el libro? 

- Eres muy curiosa niña, ese libro me lo dio un joven. Hace mucho tiempo.

-¿Y quién es? 

- Su nombre es Alex Dolan.

Su nombre sonó miles de veces en mi cabeza. Alex Dolan ¿Quién era? La curiosidad me comía por dentro, no podía preguntarle a cualquiera quien era. Pero, tal vez podía hablar con el tío John. Aunque, conociéndolo, él querría saber por qué mi interés hacia

él. Sentí como alguien chocaba conmigo, provocando que me cayera. Presione mis puños, conteniendo las ganas de maldecir. 

- Oye, ten más cuidado. - Me levante y veo a una chica y un montón de papeles junto a ella. Era rubia, tenía muchos rulos, no podía verla bien, su cabello le tapaba la cara.

- Lo siento tanto. - Se levantó y empezó a juntar las hojas. - Es que iba muy apurada. Suelo ser distraída pero no demasiado, enserio. 

- Descuida. - Le ayude a juntar los papeles.

- Apropocito soy Emma Pierce. - Me estendió su mano, la acepte. Sonrió arreglando su cabello rubio. 

- Soy Alice Montgomery, - Ella tenía unos auriculares enormes alrededor de su cuello, pero no dejaban de lado, los collares colgando por su cuello. - y dime, ¿qué son estos papeles?

- Va a ver una gran fiesta, uno de los muchos de este verano. Estos son los volantes, se supone que debo pegarlos. Aunque, se supone que ya deberían estar pegados por todo el pueblo. - Dijo desinteresada.

Juntamos todos los papeles. Hable unos minutos más con Emma, pero me dijo que debía seguir pegando los volantes. Ella me agrado al instante, le había dado mi número, dijo que luego hablaríamos.

No quería molestar al tío John, entonces llame un taxi para ir a casa. Le envié un mensaje a mi tío, explicándole porque me había ido sin él. Al llegar, me baje y corrí hacia adentro. El aroma a chocolate me dejo asombrada, provenía de la cocina. Lissa me grito que había brownies en el honor. Ella me dio un plato con muchos brownies, le agradecí al instante. Subí las escaleras y entre a

mi habitación. Saque el libro de abajo de mi almohada y me senté. 

"La investigación fue más difícil de lo que pensé. Mis otras investigaciones no son nada parecidas con esta. Este es un caso verdaderamente extraño.
El fundador Russell, rechazó mi petición de investigación, pero considerando los sucesos de ahora, las mentiras y los encubrimiento, no le tengo respeto a las palabras de aquel fundador. Necesito saber que pasa aqui. Esto es muy raro, desde que llegue todo era de otro mundo, las personas no hablan sobre los incidentes, solo ignoraban mis preguntas o me decían que hable con el fundador o las personas que se habían ofrecido. Ellos creen que las familias que se ofrecieron y el fundador se deben encargar de eso, si deben hacerlo, pero ellos no son de fiar, encubren las pistas, no tengo la menor idea de por que, tal vez mi sospecha sea verdadera o tal vez haya más que lo que pienso"

Esto se estaba volviendo interesante. Di la vuelta la hoja, en cuanto mis ojos se posaron en la hoja, el timbre sonó. Espere a que Lissa abra la puerta, pero el timbre volvió a sonar. Baje rápido, al llegar al pie de la escalera me tropecé con una caja. Observe la que tenía escrito, pequeña Alice. El timbre volvió a sonar, me acerqué y la abrí. 

Un muchacho, tenía cabello negro muy oscuro, ojos azules que parecían mar, tatuajes en sus brazos y pense que también los tendría en su pecho. Era alto, me sentía una pequeña pulga. El muchacho junto ambas cejas, lo que me hizo abrir los ojos como platos. Me quede como tonta mirándolo.

- Hola. - Intente mostrar una sonrisa decente. 

-¿Ya acabaste de mirarme? - Levantó una ceja y apareció una perfecta sonrisa en su rostro.

-¿Que-e?- Dije arrastrando las palabras - ¿Qué quieres? - Siento como mi rostro se ruboriza. 

- Estoy buscando a Jordan, ¿está aqui?

- Se fue como hace un hora. - Evitaba cualquier contacto visual con él. 

- De acuerdo. - Alce la vista y él se dio la vuelta. Cerre los ojos y solté un suspiro. Cuando iba a cerrar la puerta, escuche su voz de nuevo. - Apropocito deberías limpiarte la baba.

Rápidamente cubrí mi cara con las manos. Mis mejillas se calentaban aún más. Mire entre mis dedos, como una pequeña niña. Lo observe alejarse y subirse a su auto de marca Ford. 
Escuché su risa, hasta su risa era perfecta. 

- Idiota.

Entre de nuevo lamentando haber abierto la puerta. Camine hasta la escalera arrastrando los pies, pensando en sus ojos azules. Y en su estúpido comentario, que provocó que me ruboriza en segundos. En eso, me llego un mensaje.

"¿Que haras mañana?" - Emma.

Al parecer iré a la fiesta.


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Capítulo 3 - Eres un idiota

- Emma, ¿conoces a Alex Dolan? - Ella lanzó otro vestido sobre su cama.

-¿Por qué lo preguntas? - Ella me miró y levantó una ceja.

- Curiosidad. - Dejó de buscar entre su ropa y me miro seria. 

- Si lo conozco, y muy bien. Pero si tienes curiosidad, te aconsejo que no te acerques a él.

- ¿Por qué? - Me levante del suelo, caminando hacia ella.

- Alex no es una persona muy sociable, y menos amable. Si hablas con él, debes tener coraje, para soportar hacer el ridículo cuando te avergüence. 

- ¿Quieres decir que es malo? - Emma bufó. Se cruzó de brazos y apoyo todo su cuerpo sobre la mesa detrás de ella.

- Alice, él no tiene corazón. Toda su vida fue un terco, insoportable e imbécil. Solo te traerá problemas. 

Ella siguió buscando en su armario. Lanzaba uno que otro vestidos en su cama, pero cuando se lo iba a probar, hacía un gesto de asco por la ropa.

- No tengo nada que ponerme, no entiendo que le vi a este vestido cuando lo compre. - Dijo con un vestido dorado colgando de su mano. - ¡Llevare mis típicos jeans y tennis!

(...)

- Hola Tessa.

Entre a la tienda sonriendo, ella estaba con los ojos puestos en un libro. Pensé en que siempre que la veía, ella se encontraba leyendo un libro. Esos libros extraños, con dibujos extraños y un idioma extraño. Me acerque a ella, levantó la vista y bufó. 

- Si vienes a preguntar sobre el libro, no se nada Alice. La escritora es anónima y dudo que el joven que me lo dio sepa algo.

- De acuerdo. - Suspire. Mi charla con Emma me dejo pensando. Tal

vez ese Alex no sea tan malo, tal vez sólo tiene problemas, como todos. Debía arriesgarme, y hablar con él. 

Un ruido me despertó de mis pensamientos, eran dos muchachos, estaban discutiendo, Tessa cerró el libro que estaba leyendo y salió afuera a separarlos. Uno de los muchachos era muy grande, tenía tatuajes por todo el cuerpo y el cabello marrón, era intimidante.
Tessa y el otro muchacho entraron. Ella lo tenía del brazo, parecía una típica mamá reprochando a su hijo. Cuando lo soltó, él se sento en la silla de madera junto a la puerta. Se inclino hacia enfrente y apoyo sus codos en las piernas.

-¿Qué crees que haces? - Le cuestionó al muchacho.

-¡Él comenzo! Además es su culpa, - Frunció el ceño y apretó los puños. - Alex cree que todo le pertenece y se cree el Dios. Pero no es más que un imbécil. 

- Eso no justifica nada Grayson, no puedes dejar que te haga enfadar, sabes lo que ocurrirá. 

Él giró y me miró, luego le dijo algo a Tessa. Logre escuchar un ella no sabe nada, yo no encajaba en esta conversación, aunque quería saber sobre el tema de conversación que tenían, decidí irme. Me despedí de ambos y salí de la tienda. Al parecer el muchacho de muchos tatuajes era Alex, y él otro me parecía extrañamente conocido.

Estaba buscando a mi tío, me dijo que estaría en su oficina por una reunión. Se llama Montgomery's house. Pertenecía a mi abuelo, pero luego mi tío se convirtió en un gran arquitecto y

el abuelo le dejo la empresa Montgomery. 

Un grupo de personas empezó a salir de la oficina, supuse que esos eran los de la reunión. Todos eran hombres mayores, vestidos de trajes. Logre ver a mi tío con el fundador Russell. No había cambiado nada desde la última vez que lo vi. Aunque tenía el cabello blanco y su figura no era la de antes. Mientras esperaba a mi tío, vi al mismo muchacho de ojos azules. Me levante intentando no cruzar nuestras miradas y camine hacia mi tío. 

- Podemos irnos, por favor. - Dije observando hacía donde se encontraba el chico de ojos azules.

- Alice, espera, quiero que conozcas a alguien. - Asentí rápido sin mirarlo. - ¡Aaron, ella es mi sobrina Alice! - Al ver con quien hablaba mi tío, me quede perpleja. Aaron es el chico de ojos azules. El chico al que le di una mala impresión. Intente hacer mi mejor sonrisa.

- Si, nos conocimos ayer. - Tal vez me recuerda como la chica que babeo por él. No podía estar más avergonzada. Me aleje de ellos y espere a mi tío apoyada por la camioneta. Me llego un mensaje de Emma, decía que me pasara buscar a las ocho en punto. Solo volví a guardar mi móvil. Mi tío seguía hablando con Aaron, no sabía de que hablaban, y no quería entrometer en esa conversación. Quería irme, ahora. No quería seguir apoyada por la camioneta, con la cabeza mirando el suelo, evitando cruzar la mirada con él. Porque, mis ojos cafés se asustaban cuando esos ojos azules lo miraban fijamente.



A la noche el clima cambió completamente, entonces tuve que cambiar el hermoso pero ajustado vestido que Emma me había dado. Por unos jeans, una remera gris, un abrigo de cuero marrón y mis Converse negros.

Estaba en la sala, esperando a Emma. Son las 8:20, se supone que Emma debería estar hace unos 20 minutos aquí. Escucho como bajan las escaleras dando grandes saltos.

- Alice, - Mi tío apareció frente mío. - quiero que te cuides y llamamé si pasa algo. Las fiestas de adolescentes no son tranquilas, dijiste que Jordan estaría ahí, pues, quiero que permanezcas junto a él. 

- De acuerdo, no creo que me pase algo malo. Es solo una fiesta. Y además iré con Emma, Jordan seguro estará ocupado divirtiéndose como yo debería hacer.

- Solo cuídate. - Él me abrazó muy fuerte, que hasta sentí mis costillas juntarse con mi estomago. Mi móvil vibró. Me aleje del tío John. El mensaje era de Emma, se encontraba afuera. Me despedí del tío John con un beso en la mejilla y me fui. 

Al salir afuera, veo el pequeño Volkswagen blanco de Emma. Me subí al auto y ella me abrazo. 

- Hoy te presentaré a Ashley, es mi mejor amiga. Espero que le agrades. - Ella colocó la música más fuerte. - ¡Ponte el cinturón! - Gritó sobre la música. 

- Ya. - Me lo coloque y me recoste por el asiento. Emma aceleró y pronto deje de divisar la casa del tío John. 

Estabamos yendo por la ruta, escuchando Wildest Dreams de Taylor Swift.

Al llegar al bosque, divise una casa en medio. No tenía idea de que la fiesta era en medio del bosque. El reto era encontrar un lugar donde estacionar el pequeño auto de Emma. Había personas caminando hacía la inmensa casa. Un enorme cartel se encontraba atado por dos enormes árboles, que decía, "Fiesta de Luna Llena"

- Hola chicas. - Jordan pusó sus brazos sobre nuestros hombros. - Él es James - Dijo señalando a su amigo. Un muchacho alto, cabello negro, peinando de costado y con algunas pecas.

- Hola, soy James Russell. 

- Alice Montgomery. 

Al caminar hacia la casa, no pude evitar mirar a los costados, donde los árboles se movían lentamente pero terroríficamente por el viento. 
Dentro de la inmensa casa, se encontraba todo oscuro, lo único que me ayudaba a divisar mi camino eran las luces que se encendían y se apagaban cada segundo. Pero luego cambiaban de orden y solo se mantenían encendidas por más tiempo.

Buscamos a la amiga de Emma, Ashley, pero al parecer aún no había llegado. La música estaba a todo volumen, me daba un poco de escalofríos que la fiesta sea en una casa en medio del bosque. Emma bailaba con un muchacho en la pista, yo seguí sentanda cerca de la mesa donde daban las bebidas, hasta que veo al chico de ojos azules. Estaba con James y Jordan, tenía una campera negra, un jeans y una remera gris. Aúnque fue un idiota, era realmente atractivo. Me maldije a mi mismo por haber pensado en eso.

-¡Alice! - La voz chillona de Emma me sobresalto. Al girarme veo a una chica rubia

y de ojos marrones. Vestía un abrigo de cuero turquesa, unos jeans oscuros y una remera blanca. La chica se acerco y me dió un fuerte abrazo. - Ella es Alice, y Alice ella es Ashley. 

- Emma me ha contado de ti, y descuida, dijo cosas buenas. - Miré a Emma, quien fruncio el ceño rápidamente. 

- Es un gusto conocerte Ashley. - La chica sonrió ampliamente. 

-Y, ¿Te gusta la vista? - Ashley levantó una ceja. Fruncí el ceño, sin saber a lo que se refería, pero ella hizo un gesto con la cabeza indicando el lugar donde se encontraba el chico de ojos azules. 

- No se de que hablas. - Tome mi bebida sin mirarla. Ella sonrió mientras agitaba su cabello. 

- Aaron es muy atractivo. - Ella lo miro sonriendo. - No puedes negar que no le miras los músculos. 

- Mi bebida terminó, iré a buscar más. - Me pare dejando sola a Ashley, y escuche su dulce risa a mis espaldas. 

Camine entre la gente con un poco de dificultad y fui hasta la mesa de debidas. Siento un líquido frío caer sobre mi remera junto antes de llegar a la mesa. Al tocar mi remera, noto que es cerveza.

-¡Oye! - Al mirarlo, me quede paralizada. Sus ojos negros me miraron desinteresados. Alex se cruzó de brazos.

-¿Qué? - Dijo seco, me miraba fijamente. Sus ojos negro podían penetrarme entera.

-¡Tiraste tu bebida sobre mi! - Grite haciendo que algunas personas pongan su atención en nosotros. Él se agachó hasta llegar a mi altura, tenía un gesto de desprecio. 

- Oye niña deja

de hacer un escándalo. - No hice ningún gesto de enojo, solo me quede con los ojos muy abiertos al tenerlo cerca. - Tú fuiste la distraida, además, ¿Qué hace una chica de 15 años en una fiesta como esta?

¿Acaba de decir que me veo como de 15 años? Comencé a apretar el vaso de plástico que llevaba en la mano. Mi tic en el ojo apareció rápidamente. 

- Eres un idiota.

Me dí vuelta, conteniendo las ganas de darle una fuerte bofetada. Me debía secar la ropa, era incómodo el sentirlo mojado. Resulta que ese tal Alex no era malo, era un terco. Busque la cocina rápidamente, pero al llegar a ella y ver a las parejas besándose, quise cambiar mi rumbo. Me acerque a la mesa ignorando la muestra de afecto cerca mío y busque en los cajones algún objeto útil. 

Estaba maldiciendo en mi pequeña cabecita, mientras seguía buscando en los cajones, cuando escuché un ruido fuerte, como si un vidrio se rompiese. Alce la cabeza y observe a la pareja besándose sobre la mesa, pero ellos sólo siguieron con sus asuntos. Me agaché y continúe buscando, pero volvía escucharlo y logre notar que provenía de afuera. Fruncí el ceño, me acerque a la puerta trasera, la cual llevaba al bosque. 

Al salir afuera un viento me erizo la piel, observe a mi alrededor pero no había rastros de nadie. Escuché como una rama se rompía, y eso provenía de los árboles. Me acerque lentamente y apreté mis manos con fuerza. Al inclinarme a mirar la alta colina, sentí unas manos frías en mi espaldas que me empujaban. Caí al suelo y rode la colina. 

Abrí los ojos lentamente, fue una caida muy larga, me raspe con un piedra y me lastime el abdomen, sentía como toda mi piel ardía. La piernas me dolían mucho. Me intente parar pero me dolía la cabeza, hice un esfuerzo y me pare, empecé a caminar a algún lado pero no reconocía nada.

Busque mi móvil, lo encontré en mi bolsillo, pero no encendía, se debió quedar sin bateria o apagar cuando rode por la colina como una pelota.
Escuche otro ruido, no veía nada, solo los enormes árboles, que no dejaban que la luz de la luna me dé una mejor percepción. 

Escuché una risa que provenía de los árboles y solo eso me basto para que el miedo recorra todo mi cuerpo. Mi respiración se corto y mis ojos se cristalizaron. Vi como un muchacho se bajaba de un árbol. Era alto, cabello negro, ojos oscuros y piel blanca. Tenía una sonrisa en su rostro, y tenía manchada la boca, no entendía que era por la oscuridad, pero juraría que era sangre por el intenso color rojo. Me levante y camine lentamente hacía atrás, estaba realmente asustada. Él se acercó, no podía gritar, me quede sin voz.
Me tomó del cuello y me apoyó contra el árbol. Podía sentir su respiración en mi cuello.

- Hola pequeña. - Soltó una carcajada, su boca se acercaba a mi cuello lentamente. Dejandome más confundida de lo que estaba por hacer. 

Sentí una sacudida, y observe al sujeto alejarse bruscamente. Caí al suelo sin poder moverme, lleve mis manos a mi cuello y lo sobe calmando el dolor que me causó al tomarme de él. No entendía lo que pasaba pero cuando intente ver, mis ojos se debilitaban. Comencé a cerrar mis ojos despacio.

Sus hermosos ojos aparecieron frente a mi y sus manos me tomaron con delicadeza, pero yo solo cerré los ojos sin darle importancia a mi alrededor. 


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Capítulo 4 - No estoy loca

Me desperté desorientada, y me percaté de que estaba en mi cama.
Me levanté, y al segundo que mis pies tocaron el suelo, todo se derrumbo. Me tome rápidamente por la cabecera de la cama y apoye todo mi peso por ella. Me acerqué al espejo, débilmente y quede sorprendida al verme de esta forma. Tenía una curita en la frente, al parecer me corte el labio inferior, pero algo me molestaba mucho. Levanté mi remera y ví un gasa alrededor de mi cintura, la desenvolvi lentamente. Al quitar por completo la gasa, logre ver la gran herida que me había ocasionado. 

Bajé las escaleras, mirando hacía todas las direcciones. En la sala se encontraba mi tío, en el sofá, con su lente en la mano y la vista en la televisión. Me acerque al sofá y me coloque frente a él. 

- Buenos días, ¿cómo dormiste? - Se levantó y me abrazó. Rápidamente hice un gesto de dolor e hice que se alejará. 

- Bien, creo, pero, ¿como llegue aqui? - Vi como su rostro de alegría cambio completamente. - Estaba en la fiesta, ¿cómo volví? 

- Aaron te trajo anoche. - Junte las cejas. No recuerdo que él hiciera eso. No recuerdo lo que yo hice anoche. 

Cuando estuve a punto de cuestionar todo, la televisión me interrumpió. Él tío John se volvió a sentar cruzándose los brazos. Me senté junto a él.

- Buenos días, soy Vanessa Luckson y estas son las noticias más recientes - Una periodista rubia apareció en la televisión. - Ayer una adolescente de 18 años, conocida como Ashley Woodsen sufrió

un terrible accidente - La foto de la chica que había conocido tan solo ayer, apareció en la pantalla. Era Ashley. La misma Ashley, amiga de Emma. - Fue atacada por un animal, los investigadores aún no identificaron al animal.
Aconsejamos a los ciudadanos que tengan más cuidado y en este momento está clausurada toda entrada al bosque de Portland, los oficiales estarán vigilando el perímetro. - Miré al tío John confundida. - Lo que comenzó como una inocente fiesta acabo en un homicidio. Esto es KF Noticias, muchas gracias.

Pasó por mi mente todos los recuerdos que tenía de la fiesta, hasta el momento que pasó todo. 
Recuerdo que alguien intentó lastimarme, no recordaba su rostro, pero si reconocía perfectamente a la persona que me salvó. Aaron. Él me ayudó, él fue el que me salvó.

Debía hablar con él, debía exigirle una explicación. Pero lo primero que debía hacer, era ir con Emma. Su amiga había muerto. Tal sólo minutos después de conocerla. Los nervios se instalaron en mi estómago. Intente ignorarlo, pero, era imposible. 

(...)

- Emma, ¿cómo saliste de ese lugar? - Apretó el volante con fuerza. Y lo volvió a soltar. Su maquillaje estaba un poco corrido, sus ojos se encontraban rojos y también su nariz, por las veces que lo había presionado.

- Cuando fuiste por tu bebida, un chico me invito a bailar, y no me negué. La había dejado sola, y luego ella solo desapareció de la barra. - Podía escuchar los suspiros de Emma con cada palabra.

- La música se detuvo y escuche el grito más desgarrador, pensé en quien había sido. Luego me acerqué al grupo de personas que estaba reunidas en un círculo, fuera de la casa. Una chica se encontraba con sus manos en la boca muy asustada. Gire a ver el suelo y su cuerpo estaba tendido ahí, pálido, tenía los ojos abiertos. No sabía que pasaba, hasta que me di cuenta que estaba muerta.

- Lo siento tanto Em.. - La abrace, ella soltó un pequeño sollozo. Nos quedamos en medio de la carretera, abrazadas lamentando una gran pérdida. Presione mis puños. Me sentía inútil. Porque, tenía la idea idea de que el mismo muchacho que me había atacado, había atacado a Ashley. Pero no recordaba su rostro. Solo recordaba sus ojos negros. -¿Pero no viste algo inusual? 

- No, - Se limpio las pequeñas lágrimas. - después de eso solo permanecí junto a ella, no pensaba dejarla ahí tirada. Intente llamarte pero no contestabas. Aaron y James me dijeron que te buscarían, y Jordan espero junto a mi.

Acaricié su brazo, y ella me regaló una sonrisa forzada. Volvió a acelerar el auto, me recoste por el asiento y cerré los ojos. Me sentía horrible, solo la había conocido ayer, y hoy, está muerta.

Toque el timbre, me aleje un poco y espere. La casa era muy grande, lejos del pueblo. La puerta se abrió y apareció él, tenía una remera sin mangas, un buzo y estaba sudado. Tenía los auriculares puestos, seguro hacia ejercicio. Sacudi la cabeza, quitando esos pensamientos de mi cabeza.

-¿Hola? - Se quitó un auricular del oído. Estaba muy decidida al hacer esto. 

- Eh-h... - ¿Estaba

tartamudeando? Jamás fui un chica con problemas para hablar. Es solo Aaron, no tenía porque tartamudear. Pero, al parece mi cuerpo no hacía caso a mis pedidos.

-¿Qué quieres?

- Quiero.. - Trague saliva. - Explícame que ocurrió ayer. - Lo dije rápido, para evitar tartamudear, porque al parecer ahora lo hacía.

Tenía una mirada de confusión, se paró firme y junto sus brazos, lo que hizo que sus músculos se contraigan. Me sorprendida con lo fácil que me distraía al verlo, solo bastaba con un movimiento para que todos mis sentidos se encuentren puestos en él. 

- No se de que estas hablando, no recuerdo haber pasado la noche contigo. - Abrí mis ojos como platos. 

- Porque no lo hiciste, ¡pero estuviste en la fiesta! - Él solo fruncio los labios. Estaba haciendo el ridículo. 

- Alice no es mi problema que sueñes conmigo. - Tenía una sonrisa de oreja a oreja. Me pare firme intentando no darme la vuelta y arrepentirme de haber tomado la decisión de hablar con él. 

- Disculpa pero eso, no fue un sueño, y menos contigo. Escucha, lo que paso ayer fue una tragedia, te agradecería que no bromees con eso.

Seguía sin decir nada, me estaba colmando la paciencia. Me miraba fijo. En el silencio que se originó, me quede observando su cuello, tenía un pequeño tatuajes en el, era un ave. Otra vez me quede mirándolo. 

- No se de que hablas Alice. - Parecía confiado de lo que decía. Junte las cejas y suspire. 

-¿Pero que pasó con ese muchacho de los colmillos?¿Con todo esa pelea? - Eso fue lo más extraño

que había dicho pero era cierto. 

-¿Qué muchacho?¿Colmillos? - Soltó una pequeña risa. - Alice creo que ya te volviste loca.

Lo conozco hace dos días, no se nada de él y él tampoco de mi cómo para llamarme loca. Reteniendo las ganas de darle un golpe en su perfecto rostro, lo fulmine con la mirada. 

-¡Yo no estoy loca! - Le grite con la respiración agitada. Él solo sonrió. Estaba actuando como una. Solo presione mis puños. - Eres un estúpido, pudiste haber dicho que en tu pequeña cabeza de idiota no encaja la realidad.

Al volver al auto, Emma me pregunto si me habían dicho algo. Pero, solo negué con la cabeza. Me sentía una idiota, perdí mi tiempo hablando con él. 

Permanecí callada todo el camino, al pasar por el bosque, un montón de patrullas y oficiales se encontraban haciendo guardia. Ambas miramos lentamente hacía el bosque. Desde nuestro punto de vista, era intimidante. No podía creer que todo había pasado ahí. 

"Las personas en las que confiamos, son las que saben cada secreto nuestro, saben cuando mentimos, saben cada cosa que hay que saber sobre nosotros. Pensé que esa persona podía ser él. Creí que podía confiar en él. Le conté a Jonathan lo que descubrí, él solo dijo que lo que había descubierto fuese toda una maldita broma. Si le pudiese mostrar todo lo que había visto, todo lo que había descubierto. Él si me creería, pero no se como encontraré pruebas sin salir

lastimada.

Aún no sabía quien era N.J. supuse que era como una periodista que tuvo el caso de investigar los asesinatos. Aún no estaba segura si este libro era ficticio o real. Di la vuelta la página y continúe leyendo.

"Han pasado dos días desde que Jonathan me gritó que era una loca, que lo que investigaba no existía, que lo invente todo. Fue horrible escuchar todo eso salir de mi mejor amigo. De él. Al parecer perdí a un valioso amigo, pero no lo culpo, es muy difícil de creer en todo esto. Ni siquiera yo creía en todo esto, hasta ese día"

Al dar la vuelta la página vi una hoja toda rayada, y también muchas hojas que tenían dibujos extraños.

"Lo odio, lo odio, lo odio. No puedo creer lo que hizo. Él quería pruebas, se las mostré y él se encargo de decirles a todos lo que hacía, de decirles que me volví loca, él me engaño, me traicionó. Estoy realmente enojada. Esto aún no llegó hasta los oídos del fundador Russell, pero no tardará en enterarse. Y él me hará pagar por no haber respetado su decisión. 
Debo irme de aquí, debo hacer saber esto a mi superiores, debo hacer saber que el fundador sabe quienes son estas criaturas que

atacan el pueblo, pero no hace nada para detener las muertes. Todos deben saber las mentiras, todos deben saber las cosas que ocurren en Portland, Oregon." 

Di la vuelta la página, las hojas habían sido arrancadas, y en su lugar había quedado las orillas de aquellas hojas. Solo quedaba una hoja, pose mis ojos de ella y la leí. 

"Me descubrieron, debo guardar este libro, es muy importante para mi. En esas hojas están todos los secretos de las familias. Todos siempre fueron lo que son y lo serán. 
Propiedad de N.J."

En esas hojas faltantes está lo más importante que escribió y alguien se encargo que no sepa nada de lo que está ahí. Faltaban muchas hojas, habré leído como 20 páginas, pero la intriga se interno en mi. Debía saber más.

Estaba en la cocina, pensando que hacer con el libro. Mientras Lissa preparaba el almuerzo. Debo preguntar sobre el libro, pero no sabia a quien. Tessa dijo que Alex le dio el libro, pero no me atrevía a hablar con él, me intimidaba. 

- Pobre chica, paso 3 veces en el noticiero. - La voz de Lissa me hizo levantar la cabeza. 

- Lo sé. - La mire rápidamente. - Lissa, ¿han ocurrido accidentes así antes? 

- Si, pero fue hace mucho. Tenía 11 años cuando escuché de los asesinatos que ocurrían. Mucha gente murió, mi padre murió.

- Lo siento Lissa. - Susurre. Ella sonrió, volvi a observar mi libro y pase mis dedos por el cuero. -¿Por qué crees que esta volviendo a ocurrir?

El ruido de la puerta me hizo sobresaltar, mi tío entro con el ceño fruncido, hablando por el móvil. Sus gestos desaprobación eran muy evidentes. Intercambie miradas con Lissa.

-¿Pero como? ¡se supone que no deben estar aquí! - Entro a la cocina. - ¡Debemos hacer algo ahora! - En el momento en que me vio, guardo su móvil en el bolsillo de su abrigo. 

-¿Ocurre algo malo? - Lo notaba algo tenso. Cuando iba a subir escaleras arriba, se detuvo y me observó. 

- Trabajo. - Suspiró y subió por las escaleras, dejándonos solas de nuevo. Con Lissa nos miramos. Esa no era una actitud normal en él. 


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Capítulo 5 -¿Me estas siguiendo?

La brisa movía las hojas de los árboles con sutileza, las gotitas de lluvia caían lentamente por la ventana, con los dedos formaba círculos en el vidrio. Este lugar me hacia sentir como una niña, la que solía ser aquí.

Estos días han estado muy raros, no le he contado a mi tío lo que ocurrió en la fiesta, porque no sabía si lo había imaginado o paso. Las heridas estaban sanando. Quería saber con tanto anhelo que paso esa noche, quien fue el muchacho, o que era. Pero la única persona que había presenciado ese momento, además de mi, me había llamado loca y no pensaba hablar con él. Si lo veía otra vez sólo pensaría en esas palabras saliendo de sus labios. Lo que recuerdo no fue un sueño, pero Aaron me confundía, ahora no podía distinguir las cosas. 

Observe desde mi ventana la fuente de agua de la entrada. Recuerdo que a los 7 o 8 años, era un domingo del último verano que había venido. Toda la familia se reunía a almorzar, la casa del abuelo era la elegida para reunirnos. Estaba junto al tío John y Flora. Ambos estaban caminando junto a la fuente de agua tomados de la mano. Estaba corriendo cuando caí sobre la tierra. Mi tío se molesto, porque sabía que mis padres se enojarían al arruinar mi vestido blanco. Flora lo tranquilizó y me llevó al baño. Dijo que lo arreglaría rápido, era una mancha muy grande, pero ella logró quitar la mancha en un abrir y cerrar los ojos. Recuerdo que me dijo que extienda mi mano, la cerró, luego apretó mi pequeña mano y cuando la abrió, una flor rosa estaba en ella, nunca supe como lo hizo,

pero fue mágico. Ella era como una amiga, el tío John la quería mucho, eran la pareja perfecta mi. No sabía que ocurrió entre ellos aún, pero lo iba a descubrir. Tenía una lista en mi cabeza, lo primero que estaba era descubrir que ocurrió en la fiesta. 

Las lápidas alineadas en filas, me hacían recodar cuando no comprendía que eran, y dejaba una flor sobre cada una, no entendía que significaba, solo lo hacía, porque veía a los demás hacer eso. Emma suspiraba varias veces, evitando soltarse a llorar. La tome de la mano y asentí. Se acerco a mi y recostó su cabeza por mi hombro. 

- Unas palabras de su madre. - Todos miramos a la desarreglada mujer. Tenía sus ojos llorosos, la nariz roja y sujetaba un pañuelo con fuerza. 

Cuando hablaba parecía que iba a estallar en un llanto. Me sentía mal por venir, no la conocía bien, pero Emma me pidió que lo haga. La señora miro a Emma y le regaló una sonrisa. Sus palabras fueron muy fuertes y al mismo tiempo hermosas. La forma en que hablaba de su hija fue muy admirable.

Habría un almuerzo luego, pero no iría ahí. No me correspondía ir y decir que lamentaba su pérdida. No conocía a nadie. Le dije a Emma que caminaré hasta llegar a casa. El cementerio no era lejos de la casa de mi tío, era todo lo contrario, se encontraba a minutos de allí. Ella solo asintió y me dio un fuerte abrazo. Luego la vi acercarse a la madre de Ashley. 

El viento me hizo acurrucarme aún más. Me apoye por un árbol e intente ubicarme en el mapa, que había traído conmigo.

Llegue a la colina donde rodé como una bola de cañón. Intente bajar

cuidadosamente hasta el lugar donde me habían atacado, estaba tal como lo recuerdo, necesitaba buscar una prueba o cualquier cosa, que me asegure que lo que ocurrió en realidad paso. No me quedaría con la idea de que fue solo un sueño.

Me escondí detrás de un árbol y observe. Dos policías caminando hacia mi. Fui hasta el árbol de alado. Cuando habían pasado, comencé a caminar silenciosamente, volví a observar hacia atrás, los policías se habían detenido. Cuando me di la vuelta tropecé con la raíz de un árbol que había crecido fuera de la tierra. Antes de que todo mi cuerpo tocará el suelo e hiciera un escándalo, alguien me tomo de la cintura y me pegó contra un árbol. 

Aaron bajo la vista a mis ojos, una de sus manos estaba en mi cintura y la otra encima de mis labios. Frunci el ceño, preguntando que hacía aquí. 
Se encontraba observando a la dirección donde de encontraban los policías. Su rostro no producía ninguna expresión. Solo estaba serio y tenía la mirada fija en los policías. No podía creer que me dejara así, cautivada. Sus ojos eran muy azules, su cabello oscuro como la noche y sus labios, tenían un molde perfecto, eran una tentación. Coloque mis manos sobre su abrigo de cuero, quería empujarlo, pero no lo hice.
Lo observe detenidamente, él era más alto que yo, y en lo único que podía pensar en este momento, era en que debía pararme de puntitas para besarlo.

Me miró y notó que lo miraba, entonces se apartó bruscamente. Gire a ver si los policías seguían ahí, pero ya se habían ido. Su perfume me había dejado en la luna, sacudi la cabeza.

-¿Me

estas siguiendo? - Le pregunté, él solo empezó a caminar lejos de mí. 

- Quisieras. - Gritó fuerte y claro para que lo escuchará. 

- Imbécil.

Camine en dirección contraria a la de él. Nunca conocí a una persona tan egoísta y creída como él, que piensa que el mundo está a sus pies. Odiaba a esa clase de persona, pero por una razón Aaron era una excepción.

El bosque era muy grande, y yo no era buena ubicandome en un lugar. El mapa que había traído me sirvió para ubicarme, pero llegue a un punto que deje de estar segura de mi ubicación. 

Estaba caminando en círculos, me había perdido, y estaba oscureciendo. Tome el móvil de la mochila, pero cuando intente marcar el número del tío John, me di cuenta que no tenía señal.

-¿Hey, quién está ahí? - Era un policía, me quede tiesa hasta que reaccioné y empece a correr. Quitaba todas las ramas antes de que golpeen mi rostro. Tropecé varias veces pero tome equilibrio con las manos. Ya no escuchaba los pasos del policía. 

Paré de correr después de estar segura de que lo perdí. Mis piernas estaban agotadas, siempre fui horrible para hacer ejercicios físicos. Empecé a recostarme por un árbol, lleve las manos a la cabeza y cerré los ojos. Esta oscureciendo y debía volver antes de estar sola en este bosque y ser la próxima víctima. 

Al levantarme escucho un silbido. Camine lentamente entre los árboles y logre verlo. Era un muchacho, por sus tatuajes me di cuenta que era Aaron. Estaba mirando hacia el cielo. Como es que me sentía

atraída hacia él, aún no lo comprendía. Primero lo odiaba, odiaba su forma de ser, odiaba su risa, odiaba sus ojos, odiaba sus tatuajes. Pero luego, todo lo que me hacía odiarlo, me atraía hacia él. 

Me agarré de una rama y me incline. Aaron caminaba de lado a lado, tenía su mano en su mentón. Típica posición para pensar. De un momento a otro escucho el ruido de la rama romperse y termino en el suelo. Lleve mi mano a mi cabeza e intente calmar el dolor que me había provocado.

-¿Qué estas haciendo? - Me preguntó con seriedad. Yo reí nerviosa y arregle mi cabello.

- Me perdí.

Solo giró y volvió a la misma posición en la que estaba. 

- Aaron, necesito saber como me encontraste. - No giró, ni me miró solo me ignoró -¡Aaron! - Le grité.

De un momento a otro lo tenía parado justo delante mío, con su misteriosa mirada, en estado neutro, parecía una estatua pero de porcelana. Sus ojos me observaban fijo y eso solo hizo que mi pulso se acelere más.

-¿Nunca te dijeron que eres muy curiosa? - Su noto de voz sereno, me parecía muy atractivo. Debía comenzar a controlarme. 

- Si, siempre me lo dicen. - Intente levantarme para estar en el mismo nivel.

- No me gusta la gente curiosa y menos cuando me espían.

- Desearías que te espíe. - Le dije con sarcasmo.

En su perfecto rostro, apareció esa sonrisa por la cual me derreti la primera vez que nos conocimos.

-¿Quieres saber como te encontré? - Solo asentí. - Estaba con una chica, cuando escuchamos un grito, entonces todos empezaron a correr, y te vi en el suelo, no soy tan estúpido como para dejarte

ahí.

Solo asentí y lo miré.

-¿Puedes llevarme a casa? - Estaba segura que diría que no pero solo asintió.

Estaba en el auto de Aaron, un silencio reinaba entre nosotros, quería preguntarle muchas cosas de cuando me encontró, pero sabía que se molestaría por ser muy curiosa.

-¿Que crees que pasó esa noche? - Lo miré, estaba con la vista en la carretera. 

- No lo sé, esperaba que me lo dijeras. - Dije seca.

Estaba mirando sus tatuajes, hasta que veo una que me llamó la atención. Decía Dana , lleno de conclusiones llegaron a mi mente, no estaba celosa de que tuviera el nombre de alguien más tatuado. 

-¿Por qué tan seria? - Gire, él me estaba mirando con sus hermosos ojos azules.

- No estoy seria.

Volvimos a estar en silencio, seguí pensando en sus tatuajes, nunca me hice uno, pero lo quería. Quería uno que tengan un gran significado para mi. Y que al pensar en ello, no me arrepienta de hacerlo.

-¿Qué significa tu tatuaje? - Le pregunte indicándole a cual me refería. Era un ave.

- Libertad. - Así de simple, Aaron era una persona muy fría, al menos para mi. Siempre dice lo necesario. 

Al llegar, me baje evitando mirarlo pero, sentí una mano sobre mi brazo. Al ver quien me había tomado, mi piel se erizo con su tacto con demasiada rapidez. 

-¿Tú tienes alguno?

- No. - Corrí mi brazo y su mano cayó sobre el asiento. 

- Deberías hacerte uno, al parecer te gustan, por eso miras mi cuerpo las veces que puedes o tal vez sólo no te resiste a mirar. - Solo sonrió y se marchó. Me había pillado mirándolo a toda hora, me sentía una acosadora. Cerré la puerta y entre a la casa arrastrando los pies.

Mi tío estaba sentado en la sala, había dos muchachos con él. No podía verle las caras. Deje mi mochila sobre la mesa, tome móvil y leí el mensaje que Emma me había enviado. Al sentir como mi pies chocaban contra un objeto, me detuve. Por ser tan distraída, choque con un jarrón que casi rompí por mi torpeza. Evitando verme ridícula, tome el jarrón con la manos y lo abrace. Eso sólo me hizo ver más ridícula.

- Alice, pensé que llegarías más tarde. - Sonreír inconcientemente. Me acerque a la sala, pero antes volví a dejar el jarrón en el suelo. 

- No quería molestar a Emma hoy, creo que tuvo suficiente con el funeral. Entonces pedí a Aaron que me trajera.

Los dos muchachos me miraron, estaba sorprendida de verlo aquí. Uno de ellos, era Alex y al otro nunca lo había visto. Se miraron entre si y el muchacho le susurró algo a Alex.

- Alice, ellos son los hermanos Dolan, - Mi tío señaló a cada uno. - Alex y Derek.

Solo me limite a sonreír.

- Estaré arriba. - Salí corriendo de ahí y me encerré en mi cuarto. Estaba cansada, que al entrar solo me lance a mi cama y me dormí.


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Capítulo 6 - Haras lo que yo diga

-¿Cómo ha sido volver a la casa del tío John? - La voz de mi madre sonó en el otro lado del móvil. 

- Genial. - Dije agudizando la voz. - Él estaba emocionado por mi llegada.

-¿Y tú lo estas? - Si lo estaba. Estaba muy feliz de volver a la hermosa casa donde pase gran parte de mi infancia. Aunque haya pasado cosas, las cuales no puedo explicar. Me siento bien aquí. 

- Si lo estoy, mamá. Manda le saludos de mi parte a papá.

Hable con ella como 20 minutos más, y todo nuestra charla fue sobre como habían sido mis días aquí. No quise contarle sobre el suceso del bosque, así que omiti esa parte. No sabía si debía hacerlo. A mi madre podía contárselo todo. Pero esto no podía. No creería nada, o tal vez si lo haría, pero me obligaría a ir con ellos. 

Los ojos de Emma estaban clavados en los míos como agujas. Su ceño fruncido seguía igual que hace 10 minutos. Observe el libro sobre mi cama, aún no había comenzado a leerlo, pero no quería comenzar uno nuevo, sin saber más del libro que compre en la librería de Tessa. Tome el libro que había comprado, y evite volver a cruzar una mirada con ella.

- No me apetece ir. - Dije sin mirarla de frente. 

-¿Por qué? - Ella me quito el libro de las manos, la miré irritada. No quería ir a otra fiesta. Ni siquiera quería salir de mi habitación. - Alice, necesito distraerme. Ha pasado una semana, y Grayson hará esta fiesta en memoria a ella. - Frunci el ceño. No sabía eso. Emma me devolvió el libro y lo tome. La he visto abatida todos los

días, es como si no tuviera vida. Estaba por negar a su propuesta, pero no quería que se sintiera peor.

-¿De acuerdo Emma, qué vestido crees que debo usar? - Ella me miro sonriendo. Empezó a buscar entre mis cosas.

Deje el libro sobre mi cama, y me acerque a la ventana. El clima templado de Portland me causaba escalofríos. Observe el libro de cuero rojo sobre mi escritorio, es un libro muy extraño. Busque en Internet las iniciales de la escritora, pero no había nadie con ese nombre. También busque sobre los ataques ocurridos en los años 1866, pero no hubo ninguna información al respecto.

-¿Alice, escuchaste algo de lo que te dije? - Miré a Emma, preguntándome todas las cosas de las que me había hablado. 

- Lo siento, estaba pensando. - Ella sonrió y levantó una ceja. Se sento sobre la cama, y palmo sobre las sábanas para que tome asiento. 

-¿Pensando en él? - Frunci el ceño exageradamente. Me dí la vuelta, quedando apoyada por el escritorio y me cruce de brazos. 

- Estaba pensando en lo sucedido en la fiesta. 

-¿Entonces me vas a negar que no te gustan sus tatuajes, sus ojos, sus músculos, como te sientes cuando estas con él o cuando te sonríe? - Emma levanto una ceja.

Ella hizo una completa descripción de él. Sabía que hablaba de Aaron. Pensé en cada palabra que había salido de sus labios, ella tenía razón. Sentía atracción por él, sentía la necesidad de estar con él. Solo suspire y me acosté en la cama.

- Emma necesito contarte algo.

-¡Sabía que te gustaba, no puedes mentirle a Emma Pierce! 

-¡Emma, esto es serio! - Le grite

y ella abrió los ojos como platos, viendo como sus ojos verdes se tensan.

Le había contado sobre la fiesta, sobre el muchacho misterioso que me había atacado, sobre como había salido ilesa. Le conté por me llevo a la casa de Aaron, porque debía hablar con él. No omiti ningún detalle, ella debía saber esto. Su expresión fue extraña. Solo permaneció callada, hasta que comenzó a asentir.

-¿Entonces, alguien te ataco, Aaron te salvó, pero él no acepta lo que paso? ¿Y entonces crees que solo lo soñaste? - Dijo confundida.

-¡No lo soné! ¡Sé lo que vi, lo que pasé! Sé que Aaron me esta mintiendo y sé, que tengo miedo de salir de esta casa.

-¿Alice, por qué demonios no me lo dijiste?

- Porque creí que pensarías que estaba loca.

-¡Alice esas heridas que tienes no son alucinaciones! Y además, como no creerte. Ashley murió de una forma inexplicable, y ahora sabemos cual fue.

Escuché la puerta abrirse. Baje rápido las escaleras, camine lentamente hasta la sala, y vi al tío John sentado en el sofá. Tenía las manos en la cabeza, parecía cansado.

-¿Te encuentras bien? - Al mirarme, soltó un suspiro. 

- El trabajo fue muy agotador. - Se quitó los lenta negros y subió por la escaleras. - Iré a dormir un rato. Más tarde podemos pasar tiempo juntos, no hemos podido hacer nada desde que llegaste.

- De acuerdo, pero mañana habrá una fiesta, en memoria de Ashley, ¿crees que pueda ir? - Frunci el ceño rápidamente. 

-¿La conociste? - Asentí. - De acuerdo, pero cuídate pequeña. 


Siempre me dice eso. Antes de que ocurriera ese horrible suceso en la fiesta, él me lo había dicho. Pero tal vez sea solo una coincidencia.
La fiesta sería en la casa de Grayson Blake, el niño con el que solía jugar antes. Me pregunto cómo ha de estar. 
Emma ya se había ido a su casa, su madre le pido que regrese antes de que anochezca para ser más precavida. Todos lo estaban siendo, no querían que sus vidas terminarán de la misma forma que esa pobre chica. 


-¿Me queda lindo? - Le pregunte a mi amiga. Quién llevaba un hermoso vestido beige, un abrigo de cuero blanco y sus tocó negros. 

- Te queda perfecto. - Me lanzo un beso. Me coloque el abrigo, y salimos de mi habitación. 

Fui a despedirme de mi tío John pero no lo encontré. Fui hasta su pequeña oficina al final del pasillo, donde tenía prohibido entrar, pero tampoco lo encontré ahí. Cuando fui con Lissa, me dijo que salió. Me sentí triste al pensar que él quería pasar tiempo conmigo hoy, pero ya había planeado ir a la fiesta. 

Llegamos a la casa de Grayson. La casa era enorme, blanca con muchos floreros colgando de los balcones. Tenía muchos ventanales, en la puerta principal había de ambos lados un jardin con muchas flores. La casa estaba igual a como lo recordaba. Había un cartel encima de la puerta que decía "Bienvenidos a la fabulosa fiesta de Blake" 

Entramos, la música retumbaba por todas partes, había gente en montón. No conocía a nadie aquí, pero al parecer todos conocían a Emma. Ella me tomo de la mano y me ayudó a caminar entre las personas.



- Hola chicas. - Grayson apareció. El muchacho que había visto por última vez cuando se peleaba con Alex, afuera de la librería de Tessa. Nos saludó y nos dió unas bebidas.

- Grayson, ella es Alice - Él se acerco y me dió un abrazo repentinamente. 

- Hola. - Dije algo incómoda. Mire a Emma quien tiene una sonrisa en su rostro.

- No espero que te acuerdes de mi Montgomery. - Él solía decirme así. Emma nos miro confundida.

- No olvidaría al niño que siempre había trampa para ganarme. - Él soltó una gran carcajada. 

- Vamos afuera. - La seguí, me despedi de Grayson son un saludo.

Afuera se encontraba una gran piscina. Adolescentes zambulliendose en la gran piscina. No entendía como no tenían frío. Al ver a Emma, note que tenía el ceño fruncido y moví los dedos creando un pequeño ruido con las uñas.

-¿Buscas a alguien? - Ella abrió los ojos como platos, pero intento disimular su asombro bebiendo su soda.

- No. - Levante una ceja y me cruce de brazos.

- Te conozco tan poco, pero se que si buscas a alguien. Porque me di cuenta que muerdes tu labio cuando estas nerviosa o frustrada. 

- No es cierto. 

-¿Es Grayson? - Ella negó repetidamente con la cabeza. -¿James? ¿El tipo de allá? - Señale a uno que se encontraba cerca de la piscina. -¿El de allá? ¿O ese alto?

-¡De acuerdo! - Grito tapando mi boca. -¡Jordan! ¡Es Jordan! - Suspiro.

-¿Te gusta Jordan? - Eso me dejo sorprendida. 

-¿Hay un problema con eso? - Dijo irritada.

- No. - Sonreí.

-¿Ahora quien esta enamorada? 

Ella solo volvió a observar a los chicos bailando y zambulliendose en la piscina. Me puse a pensar que esa pareja si seria extraña. Emma y Jordan. Aunque también serían tal para cual. Ambos son divertidos y extremadamente locos.

-¿Cómo conocías a Grayson? - Ella me miro juntando las cejas.

- Cuando venía en las vacaciones, mi tío solía hablar con el papá de Grayson. Y yo mientras jugaba con él, aunque mejor dicho, me peleaba con él. - Emma comenzó a sonreír.

- Ese es Grayson Blake. 

Emma miraba si Jordan aparecía, pero iban a ser las diez y no llegaba aún. Nos sentamos, Emma me presentó a más gente, bebimos, la estaba pasando mejor de lo que pensé, aunque seguía atenta por si algo ocurría.

- Hola chicas. - Jordan al fin apareció. Estaba parado enfrente nuestro, con su camisa azul con cuadros, sus jeans azules y sus botas marrones. Miro a Emma rápidamente. - Emma quieres bailar?

Los ojos de Emma se iluminaron, en su rostro apareció una radiante sonrisa, pero intento disimularla. Me miro abriendo los ojos como platos y volvió a mirar a Jordan con una expresión completamente diferente. 

- Si. - Él tomó su mano y ella volvió a mirarme. En su rostro se formo una enorme sonrisa. 

Verlos bailar fue muy gracioso, Emma parecía estar nerviosa pero luego se relajo. Mi bebida había terminado, y no quería caminar entre la gente. Podía llegar a desaparece entre la multitud.

-¿Qué hace una chica sentada en una fiesta? - Grayson se sentó a lado mio y me paso un vaso. Solo

le sonreí, tome el vaso y le di un sorbo.

-¿Puedo preguntarte algo? - Él asintió. -¿Como conoces a Tessa? - Sentí como se tensaba y aclaró su garganta.

- Pues, ella, conoce a mi mamá y solía venir a mi casa. - Su sonrisa no era muy convincente.

Antes de que le conteste, un ruido me interrumpio. Eran gritos, parecía una pelea. Grayson sin dudar se levanto y desapareció entre la gente. Como toda chica curiosa, seguí a Grayson sin perder tiempo.

Al salir afuera, Grayson estaba enfrente mío. Me moví un poco y logre ver a Aaron y Alex parados frente a frente, discutiendo, y dandose algunos empujones.

-¿Crees que me intimidas Campbell? - Dijo Alex con un tono de burla. Aaron sólo lo miro con odio. Sus puños se encontraban cerrados.

Alex era un poco más alto que él, pero Aaron tenía hombros anchos, lo que lo hacía grande. Ambos eran intimidantes cuando estaban enojados. Mire a Grayson, él corrió hasta ellos. 

-¿Qué demonios ocurre? - Se metió entre los dos y los empujó. 

- Solo aclaramos algo importante. - Dijo Aaron, paso a lado mío y se metio dentro de la casa. Su perfume había quedado en el aire, y no evite que el aroma me embrague. 

Hicieron girar la botella vacía de cerveza, y ésta se detuvo frente a una chica, ella se sonrojo y se acerco a un pelirrojo. Su beso fue muy apasionado. No entendía ni recordaba cuando acepte jugar esto.

Al volverla a girar, se detuvo lentamente en mi, y en un rubio de ojos marrones. Tenía grandes músculos, un collar plateado y una gran sonrisa en su rostro. Se acerco a mí lentamente, coloque mi

mano en su nuca. Cuando nuestro labios se iban a tocar, siento como alguién me agarra y me levanta bruscamente. 

- Nos vamos. - Aaron lo dice frunciendo el ceño. 

- Oh vamos, al menos dejala terminar el juego. - Dijo el rubio levantándose.

- No vas a tocar sus labios nunca, ¿entendiste? - Aaron se acerco a su rostro y el rubio se volvió a sentar. Él me arrastró entre la gente y me llevo afuera. Lo detuve en las escaleras, soltandome de su agarre.

-¿Qué crees que haces? - Él solo me miró. 

- Nos vamos, subete. - Me ordenó. Me volvió a tomar del abrazo y me llevo hasta su auto. Coloque mi mano en su hombro y lo empuje. 

- Yo no quiero irme, y si no te importa un rubio me estaba esperando. - Me agarro y me acerco a él.

- Estas ebria. - Lo empuje sin pensarlo dos veces. 

-¡No lo estoy!

- Alice subete al puto auto ahora. - Estaba cerrando sus puños. No podía decirme que hacer.

-¡No! - Le grite en su cara. - Vine aqui con Emma y no puedes decir que hacer.

- Haras lo que te diga. - Me agarró y se paro enfrente a mi.

Me sentía asustada, pero al mismo tiempo protegida si iba con él. Sus ojos azules me miraban furiosos, su agarre no era tan fuerte. Odiaba que haga eso. Que crea que puede decirme lo que debo hacer. Solo me aleje de él y me subi al auto sin más berrinches. 

En el camino no me hablo ni yo a él. Todo era muy silencioso. Tenía que lucir enojada, aunque lo estaba, él no era nadie para decirme lo que tengo que hacer. La resaca atacó mi cabeza, bufé y empece a masajear mi cabeza. 

-¿Al menos dime donde me llevas? - Pregunte sin mirarlo. 

- A la casa de tu tío John. 

Suspire, no sabía cual era su problema ahora, pero no podía creer lo que hizo. Intente distraerme poniendo música, pero descarte esa idea al ver la cara de Aaron, estaba serio. Iba a decirle todo lo que pensaba, sería en vano, él no le tomaría importancia a nada de lo que diría. El auto se movió bruscamente en la ruta, haciendo que casi salga del carril. 

Aaron frenó y miro a todas partes. Mi respiración era agitada, al mover mis manos, me percate que había clavado las uñas por el asiento de cuero. Todo mi cuerpo se encontraba inclinado, observe que inconcientemente me había colocado el cinturón de seguridad. Aaron salió del auto y observo a todos lados. Giro a la parte trasera del auto y saco un objeto que no logre divisar.

- Aaron. - Dije abrazandome a mi misma. Él volvió a entrar al auto y me observó. -¿Qué está pasando?

- Quédate aquí. - Me dió su telefono. - Si alguien llama, dile donde estamos.

Él se me acerco y me dió un beso en mi frente. Me quede paralizada. Lo miré sorprendida y un gesto extraño se formo en mi rostro. Lleve mi mano a mi frente y la acaricié. Pero no fue un sueño. Esto es real. ¡Aaron Campbell me había dado un beso!

- No salgas del auto Alice. - Solo permanecí quieta sin realizar ningún movimiento. Cerró la puerta y se adentro al oscuro y tenebroso bosque.


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Capítulo 7 -¿Y por qué los tatuajes?

Todo estaba muy oscuro, veía como las ramas de los árboles se movían lentamente. El viento traía las hojas sueltas hasta el parabrisas. 

El beso que me dío me dejo muy sorprendida, es lo más dulce que ha hecho desde que llegue. Cuando me lo dio, fue como irreal. Era Aaron del que hablábamos, del que me avergüenza las veces que puede. Pero de cierta forma, tenía un imagen protectora para mi.

Pasaron como 20 minutos desde que Aaron se fue, me dijo claramente que no saliera del auto, pero no lo soportaba. Me quite el cinturón y observe a todos lados. Jugué con su móvil para distraerme, pero solo quería que el maldito móvil suene de una vez. Una rama cayó sobre el vidrio y me asustó. Cerre los ojos y suspire. Era muy asustadiza. El móvil empezó a vibrar, y mis manos empezaron a temblar.

- Hola. - Dije con un hilo de voz.

-¿Alice? - Era James. -¿Dónde estas y Aaron?

- Estoy en medio de la carretera, - No sabía con exactitud donde, todo era igual de noche - algo chocó con el auto y Aaron fue a ver que era. No vuelve, creo que algo le ha pasado.

Escuché como murmuraba y hablaba con alguien más. Dejo escapar un suspiro. Volví a mirar hacia la dirección que se había marchado. 

- Enseguida vamos, no salgas de auto. - Lo dijo en forma de orden.

Decidí hacerles caso y esperar en el auto hasta que vengan. Me preocupaba lo que le podía haber pasado a Aaron. Me acurruco en el asiento de atrás y cierro los ojos con fuerza. 


Estaba

temblando, parecía una gallina. El bosque era tenebroso de noche, los árboles eran realmente altos y una brisa hacia erizar mi piel. Mi vestido era muy corto, el abrigo no me protegía del viento fresco. 

No podía seguir esperando en ese frío auto. Debía buscar a Aaron. Debía, hacer lo que no debía. 

- Mierda. - Escuché un grito. Mi instinto fue correr hacia el lado contrario pero, estaba segura que era Aaron. Apreté los puños y baje más mi vestido. 

Fui hacia el lugar de donde provenía el ruido y lo vi, Aaron estaba en el suelo, logre ver que tenía un corte en su mano. Iba a ir a ayudarlo pero siento como alguien me agarra. 

-¿Qué parte de quedate en el auto no entendiste? - Jordan me tomaba del brazo y James se encontraba detras de él. 

Los chicos fueron a ayudar a Aaron, veo como algo sale de los arbustos. Me agaché e intente verlo. Era enorme, no logre verlo bien de la oscuridad. Pero era marron y gruñia. Me acerque para ver mejor, y fue una mala idea.

Esa extraña criatura me miró, sus ojos eran amarillos y tenía grandes garras. No podía creer lo que estaba viendo, me quede paralizada en mi lugar, las piernas me temblaban. James vino corriendo hacia mi, me intento quitar del trance en el que estaba. Lo tome de la mano e intente no caerme al suelo.

-¡Alice! - La voz de James se escuchó lejos.

Aaron y Jordan intentaba tranquilizar a esa extraña bestia, al parecer no le tenían miedo. Ellos no lo lastimaban. Hablaban con él como si fuera

una persona.

No recuerdo que paso, pero luego tenía a Aaron y a Jordan frente a mí. No podía procesar todo, no podía creer lo que había visto.

-¿Estás bien? - Ni siquiera podia asentir. Apreté la mano de James y el colocó una mano sobre mi espalda. 

No sabía que acababa de pasar, no tenía la menor idea de que era esa cosa. Mi cabeza dada vueltas y vueltas. Los mire y todo estaba borroso, solo pensaba en esos ojos amarillos que me miraron. Luego todo se puso negro.

Escuche unas voces, repetían lo mismo una y otra vez. Lleve mi mano a mis ojos y los masajee. 

- Debemos decirle. - Reconocía la voz de Jordan.

- Sabes no se me ocurrió esa idea Freeman. - El tomó burlesco de James se escuche un poco lejos. 

- No lo tomara bien. - Abrí mis ojos y los vi, estaban parados enfrente mio, mirandome detenidamente. 

-¿Dónde estamos? - Estaba recostada en un sofa, al parecer era una sala. Observe a mi alrededor, la casa era enorme. 

- En mi casa. - Aaron fue el que contesto. Me senté en el sofá. Mi vestido se había subido, coloque la manta que tenía, para cubrirla.

-¿Qué fue lo que paso? - Me decidí a preguntar. Los tres se miraron, James se sentó a mi lado y los dos enfrente mío.

- Alice, no se por donde empezar. - Dijo Jordan.

- Somos cazadores. - Dijo Aaron al instante. - Pero no de esos que cazan animales. Somos como protectores. Nos encargamos de cuidar a las criaturas que habitan Portland. - Me pregunté a que se refería con criaturas. 

- Una de esas criaturas, es lo que viste hoy. - Lo siguió James.

- Tu tío también lo hace. Todos los miembros masculinos

de nuestra familia lo hicieron, ahora nos toca a nosotros.

No sabía que decir o como actuar. Me quede quieta mirándolos a cada uno. Pensé que sería una broma, pero pensando en todo lo que había pasado, creo que tenían razón. 

-¿Cuáles son esas criaturas? 

- Eso que viste hoy es un licantropo, tu los conoces como hombres lobos. Pero son más salvajes de lo que crees. También hay brujas y hechiceras. Y lo que te ataco la otra noche en la fiesta, fue un vampiro.

Junte las cejas rápidamente. Luego comencé a negar con la cabeza. Me pase convenciendo a mi cabeza que todo había sido un sueño y ahora descubría que no. Mis ojos fueron a para con los de Aaron. 

-¡Todo era una maldita verdad, me metiste y me llamaste loca! ¡Me hiciste creer que lo había soñado! - Le grité.

- Alice no podías saberlo. - Aaron sólo permaneció recostado por la chimenea. - No seas dramática. 

Solo lo mire y me volví a sentar, necesitaba procesar todo. Lo único que me deja satisfecha, fue que sabía que lo que me paso fue real, real como mis heridas. Suspire y me senté mejor en el sofá. 

-¿Por qué existen estas criaturas?

- Es una maldición. - James habló. - Antes las existencia de bruja era normal, todos se encargaban de cazarlas. Nuestras antiguas familias intentaron matar a una bruja y ella los maldijo, convirtiendolos en los que son.

-¿Entonces sus descendientes seran asi? - Esto era interesante.

- En realidad, solo los licantropos y brujas dejan sus genes. Esta su sangre ser un hombre lobo o una bruja. Los vampiros no tienen

la misma genética. Ellos necesitan ser mordidos y beber la sangre de un vampiro para transformarse. 

-¿Cómo saben todo esto? - Miré a cada uno. Hablaban normalmente de este tema, a mi aún me costaba entender. - Hablo de la historia. 

- Nuestras familias se originaron aquí. Además mi abuelo fue el fundador de este pueblo. El famoso fundador que mintió para proteger a su familia. 

-¿Jacob Russell? - Recordé las páginas de mi libro. Donde explicaba el engaño del fundador y las familias aliadas.

- Si, y estos tatuajes que tenemos, no son solamente porque si, tienen un propósito. - Dijo Jordan

No entendí que quizo decir. No sabía que tendrían que proteger con esos tatuajes. Fui al baño y me lave la cara, era mucho por pensar. Me quede sentada pensando en todas las cosas de las que nunca me di cuenta, esta era una gran generación de criaturas. Desde la existencia de este pueblo. El tío John lo hacía también. Eso explica todas las veces que llegaba a casa cansado.

Camine por el pasillo, la casa de Aaron era muy grande. Observe los cuadros de las paredes y las pinturas. Llegue hasta un balcón. Al salir, vi a Aaron admirando el paisaje y me acerque a él.

-¿Por que los tatuajes? - Le pregunte, él permanecio en la misma pocisión.

- Nos cubren, nos protegen.

- No entiendo - Permanecí junto a la puerta de vidrio, mirándolo. 

Se puso derecho, me miró y se quitó su remera. Santa mierda. Sentí mi pulso acelerarse, e intente calmarlo pero las hormonas no me hacían caso. Su cuerpo parecía de porcelana, lo

tenía todo marcado. Logre distinguir sus tatuajes, tenía tatuajes en los brazos, en su espalda, algunos en su cuello y en su abdomen. Se acerco a mi y me miro.

- No me mires asi. - Y una sonrisa salió de sus labios. - Toca mi espalda.

Lo mire bien, parecía dudoso, pero asintió dandome permiso. Él se dio la vuelta, acerque mi mano a su espalda. Estaba temblando. Al tocarla sentí una electricidad, era cálida, pero extraña. Frunci el ceño y empecé a explorar su espalda. 

- Son heridas. - Me dijo cuando se dio cuenta de mi tacto.

-¿Como te las hiciste? - Susurre. 

- En algunas luchas contra las criaturas. - Suspiro. - Debiamos tener tatuajes para que la gente no noten las heridas. Son muy notorias.

Aún seguía tocando su espalda, no podía creer cuantas heridas tenía. Sus heridas eran grandes, y se sentian profundas. Sentí lástima de todas las veces que lo había lastimado.

- Teníamos un acuerdo, con las criaturas. Si ellos no hacían nada malo contra nosotros, los protegeriamos de las brujas. - Se dio la vuelta observándome. Baje la mirada, evitando verlo a los ojos. - Está es la cicatriz que nunca he cubierto. - Dijo señalando una pequeña cicatriz en la parte baja de su abdomen. Pase mis dedos sobre la cicatriz. 

-¿Por que me besaste la frente? - Le pregunte dudosa. Era un cambio repentino de tema, pero necesitaba saberlo.

- No lo sé...solo lo hice. - Me dijo en un susurro.

Se aparto de mí, yo observe cada uno de sus movimientos. Se volvió a colocar su remera y desapareció del balcón. Solté un suspiro. Lo que había pasado hace unos momentos fue, extraño, pero agradable. 

- Alice, no puedes contarselo a nadie ni siquiera a Emma. - Jordan fue muy claro cuando lo dijo, solo asentí.

Los chicos me empezaron a contar de como se volvieron cazadores, mi tío fue el que les enseñó a como defenderse de las criaturas. Me hablaron sobre las clases de criaturas. Se supone que debía recordarlas todas.

- El licantropo de hoy, era Grayson Blake. - Mis ojos se abrieron como platos. 

- Luego están los Dolan, ellos son vampiros, nunca te acerques a ellos, son peligrosos. - Aaron me ordenó.

-¿Espera que? - Los mire a cada uno, asimilando cada palabra. -¿Derek y Alex?

- Si, pero ninguno de ellos fue el que te ataco.

- Y después esta... - Se miraron entre si, rápidamente quize saber el nombre. - Tessa Gallagher.

-¿Qué? - Me sorprendió saber que ella fuera parte de esto. Acaricié mi brazo calmando los escalofríos. 

- Ella es una bruja. - No podía creerlo. - Las brujas son muy engañosas, las criaturas le temen.

-¿Y quién era él que me ataco?

- No tenemos idea, pero lo que si sabemos que él también mató a esa chica en la fiesta y que rompió el acuerdo que teníamos.

-¿Entonces que le harán al encontrarlo? 

- Lo mataremos. - Aaron respondió serio y de una forma fría. Jordan y James acto seguido asintieron. 


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Capítulo 8 - Elizabeth

Pasaron dos días desde que me enteré de todo. Nunca pensé que todo eso, podía ocurrir aquí, desde siempre. Me asustaba pensar que solía jugar sola en el bosque de pequeña, y que cualquier criatura podía aparecer. Era raro ver a los chicos, incluso a Alex. Sentí más inseguridad al estar sola por el pueblo, solo me sentía segura encerrada en mi habitación, con la sábana cubriendome y la comida comigo. Lo que más me dolía era no poder contárselo a Emma.

- Alice te fuiste. - Estaba acostada en mi cama. - Me dejaste sola y luego Jordan también se fue.

- Lo siento. - No sabía que decirle. - Tuve un percance. 

Nos quedamos en silencio hasta que ella empezó a sonreír. Los cambios repentinos de Emma me confundían. Primero se encontraba enojada, luego triste y todo cambiaba por una sonrisa. 

-¿Qué? - Ella borró esa sonrisa rápidamente.

- Nada, nada. - Dijo levantando sus manos en forma de inocencia. - Sé porque te fuiste de la fiesta Alice. 

-¿En serio? - Me sorprendí al pensar que Emma pudiera saber algo. Me tape los pies con la sábana. 

- Te vi salir con Aaron y vi la escena que él hizo con el rubio ese. Pero entiendo, si se trata de un chico, te perdono por abandonarme. 

- Emma, creo que no lo entiendes. - Dije seria. 

- Aunque no quieras admitir que te gusta, conozco a Aaron. - Negué varias veces con la cabeza. - Le cuesta demostrar lo que siente, pero tú, amiga, le gustas. Conozco a Aaron Campbell desde pequeña.


-¿Qué quieres decir con que le cuesta demostrar lo que siente?

- Cuando sus padres y su hermana Dana fallecieron, él cambio mucho, se volvió más frio y serio. - Estaba muy asombrada al escuchar eso. Su familia murió. Me quede con la boca abierta. Recordé el tatuajes de su brazo, el que decía Dana, tenía un gran significado para él.

-¿Cómo paso? - Emma se acomodo en la cama y me miro. 

- Estaban volviendo a Portland de un viaje, y el auto chocó contra un árbol, nadie sabe como salió del carril pero Aaron dijo que algo golpeo el auto y causó todo eso. No había rastros de rasguños por el auto, así que, solo se recuerdo eso como un horrible accidente. En el que una familia muy querida murió, pero Aaron se salvó. 

-¿Cuando paso eso?

- Hace tres años. - Ambas nos miramos apenadas. No sabía que decir. Emma tomo uno de los brownies que Lissa me había traído y lo mordió. 

-¿Y sus otros familiares?

- Sus abuelos se mudaron, pero él se negó a ir con ellos. - Emma fruncio los labios.

No podía dejar de pensar en eso, Aaron me parecía alguien que sufrió mucho, perder a tus padres es lo peor que te puede pasar. Me acosté en la cama, y cerré los ojos.

Estaba en la cafetería, se supone que me iba a encontrarme con Jordan y Emma, no sabía por que, pero ellos no estaban llegando. Pedí un batido de piña, y luego uno de naranja, estaba por llegar al tercero. No podía creer que me habían dejado plantada.

-¿Está ocupado? - Dijo James señalando la silla.

- Puedes sentarte, porque al parecer sólo soy yo y la silla vacía. - Dije

tomando un sorbo de mi batido. Él solo dejó escapar una pequeña risa. - ¿James, hace cuanto eres amigo de Aaron?

- Los tres fuimos amigos desde muy pequeños, crecimos juntos, ¿por qué el interés? 

-¿Puedes contarme sobre el accidente de sus padres? - James se puso serio y me miro con los ojos bien abiertos.

-¿Cómo sabes sobre eso? 

- Emma me lo dijo, no tenía idea de que eso había pasado.

- No tenías porque saberlo, ha pasado tres años. Tu tío dijo que no venías desde los 9 años.

Yo asentí. 

- Sabes la historia ahora, pero solo Aaron sabe que paso en verdad. Fue un milagro que Aaron fuera el único que saliera con vida.

- Pero todos dicen que pudo ser un animal, - Baje un poco el volumen de mi voz. - pero no fue cualquier animal, ¿cierto?

- No. - James soltó un largo suspiro. - Fue un vampiro.

-¿Él lo vio? - James miro a todos los lados y se acero más a mi.

- Se acuerda perfectamente de quién fue, solo espera encontrarlo. Es lo único en lo que piensa. Aveces da miedo cuando encuentra un vampiro, él tiene la esperanza de encontrarlo. 

-¿Por eso es un cazador? - James asintió.

La historia de Aaron era muy intrigante y un poco triste. Sentí una presencia detrás mío. Al girar me encontré con los ojos negros de Derek. Me daba miedo pensar en que sea un vampiro, me daba miedo pensar en que podía hacerme.

- Hola Alice. - Luego miró a James y rápidamente su expresión de alegría cambio por una de desagrado.

- Hola Derek. - James se levantó, pero antes de irse me susurro al oído. - Ten cuidado

con él y no olvides tener verbena contigo. 

(...)

Me encontraba en la oficina de mi tío, estaba muy aburrida. Aún no hable con él sobre el tema de los cazadores, pero espero que tenga tiempo pronto. Giraba la silla giratoria rápidamente, mis pies estaban extendidos en el aire. Era tan baja, que no alcanzaba a tocar el suelo. 

-¿Alice, estas ocupada? - Mi tío se acerco con un montón de hojas. Y colocó su mano en la silla, deteniendola. Cambie mi expresión de alegría por una triste cuando detuvo la silla.

- No. - Me extendió unas cartas y las tome. Al verles observe los apellidos en ellas. -¿Qué son?

-¿Puedes entregarlas? - Asentí. - Son una invitación para un pequeño almuerzo. Cada una tiene la dirección y conduce con cuidado. - Me dio las llaves de su auto.

Mi primera entregar fue para los Russell, la familia de James. Ellos son muy reconocidos por ser miembros de las familia fundadora. Luego fui con los Blake, Los Freeman y los Pierce. Tenían más invitaciones pero no recordaba los apellidos.

La carta era un invitación para un almuerzo, sería en la casa de mi tío. Estaba ansiosa y nerviosa al mismo tiempo. Recuerdo los almuerzos de trabajo de mis padres. Siempre se hacían en enormes restaurantes, donde yo podía comer todo lo que se me antojaba. 

Observe el apellido de las últimas dos cartas que me quedaban. Y eran dirigidas a los Campbell y los Dolan. Primero fui a la casa de los Campbell, aunque en este caso, en la casa de Aaron. 

Golpee

la puerta, pero nadie respondió. Observe el estacionamiento pero su Ford no se encontraba ahí. Pase la carta de invitación por el pequeño orificio de cartas de la puerta. Volví al auto y me dirigí a la casa de los Dolan.

Mientras conducía, recordé la noche donde supe todo. Aún no creía lo que había pasado, pero, era real. Al pensar en cómo se sentía tocar su piel lastimada, se me erizo la piel. Recordaba todas sus heridas, los tatuajes que tenía para cubrirlos, recordaba como me sentí al tocar la parte baja de su abdomen con miedo. Esa noche fue lo más cerca que llegue a estar de Aaron. 

Llegue a la dirección que tenía. Un pequeño puente de madera apareció en mi camino. Pase lentamente con el auto. Me asombre por lo enorme que era la casa, estaba cerca del bosque. Todo era muy silencioso, me baje del auto y empecé a caminar hacía la puerta. Solo iba a dejar la carta e irme. Me repetí una 10 veces en mi cabeza. Dejar la carta e irme velozmente. 

Toque el timbre varias veces pero nadie atendió, hasta que golpee y la puerta se abrió sola. Pensé si sería una buena idea entrar, pero debía entregar la invitación. Al entrar me encontré con una sala, gire a la derecha, y camine por el largo pasillo. Me asustaba entrar aquí. Una casa donde viven dos peligrosos vampiros. Había varios cuadros en las paredes, muchas eran fotos viejas. Llegué a una habitación creo que era una biblioteca o algo así.

Deje la carta sobre la primera mesa que vi, estaba decidida a irme, pero vi una fotografía en la mesa. Era en esta casa, y estaban todas familias y el fundador Russell. Luego vi un libro junto a la

fotografía, decía: Elizabeth, 1866; cuando lo abrí, unas hojas se cayeron al piso.

Me incline y las agarre, estaban dobladas. Note que era el mismo papel que el de mi libro, pero tal vez era solo una coincidencia. Cuando lo abrir completamente, note que también era la misma letra.

"Está investigación fue la más complicada que he hecho. El descubrir nuevas cosas son muy importantes para mi, pero esta es una investigación que no puedo revelar sin antes tener verdaderas pruebas.
Descubrí que Los Dolan son vampiros, esas horribles criaturas no tienen piedad por nadie, se alimentan de sangre, y acabo de resolver el caso de los ataques de animales. Esos dos muchachos causan más problemas que las simples personas normales.
Seguí a Joseph Blake y me enteré que ellos son licantropos, mejor dicho hombres lobos, se convierten cada luna llena pero no tienen control sobre si mismos.
Los Montgomery, Campbell y Russell, esas familias son las peores. Ellos se encargan de evitar que se descubra todo esto, ellos los protegen"

Al final de la hoja, había dibujos de animales. Había un lobo con facciones idénticas a la de una persona. Ese sería el dibujo de un hombre lobo. Pase mis dedos sobre el dibujo. 

"Todos deben saber esto, sus vidas están en riesgo, es muy delicado este tema, esas criaturas son más fuertes que nosotros. Así que solo hay una solución, matarlos. N.J."

-¿Quién te dio permiso de entrar? - Gire rápidamente y vi a Alex junto a la puerta. 

Guarde la hoja en el bolsillo de mi pantalón. Empece a temblar, mi corazón latía a mil. Debí dejar la invitación e irme. Pero soy tan curiosa que no soporte hacer solo eso. Iba a contestarle, pero no me salían las palabras. Comencé a pensar todo lo que podía pasarme.

- No quiero ser malo, pero tú no me dejas elección. - Rápidamente fruncí el ceño.

-¿A que te refieres con eso? 

- No tienes idea de lo soy capaz de hacerte. - Y ahí, supe que debía defenderme. 

-¿Vas morderme? - Se detuvo y me miro sorprendido. -¿O tan solo vas a golpearme Alex? - Lo mire fijamente intentando disimular mi nerviosismo y miedo.

Se estaba acercando, un escalofrio recorrió mi cuerpo por completo. No debí decir eso. Acercó su mano a mi mejilla, cerre los ojos con fuerza. Pensé que iba a recibir un golpe de parte de Alex, pero la acaricio.

- Elizabeth.. - Susurró. Lo miré atenta, estaba mirándome, pero no de una forma desagradable, era todo lo contrario. 

-¿Alex? - Dije susurrando. Sus ojos pasaron de estar calmados, a estar furiosos. Él se alejo bruscamente y me empujó.

- Vete Alice. - Me gritó. -¡Vete ahora!

Yo no lo dude, salí corriendo de ahí. Corrí por el pasillo, escuchando sus pasos detrás de mi. No pensaba volver a entrar a esa casa, jamás. 
Podía escuchar como Alex cerraba la puerta fuertemente. Me subí al auto y me fui de ahí. 




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Capítulo 9 -¿Qué te parece divertido?

Hoy era el día de la cena. Lissa me eligío un hermoso vestido, me llegaba hasta los muslos, era rosa claro, y tenía la espalda descubierta. No me siento cómoda usando vestidos, pero este me dejo sin aire. Lissa conocía muy bien mis gustos.

Me empecé a preparar, no me gusta maquillarme, me conformaba con usar brillo labial y delineador. Estaba sentada frente al espejo, intentando pensar que peinado podía haberme.

- Te ves hermosa. - Mi tío estaba recostado por la puerta. Alce todo mi cabello sobre mi cabeza e intente pensar como peinarme.

- Gracias. - Lo mire y él se sentó en mi cama.

- Alice debo hablar contigo. - Me hizo señas para que me siente a su lado. Deje caer todo mi cabello sobre mis hombros. - Los chicos me contaron que paso, y no quiero que estes enojada por no decirtelo, Alice. 

- Ellos me explicaron todo. - Miré hacía el suelo. - Ademas no estoy enojada, estoy confundida, aún. 

- Es nuestro deber proteger a las criaturas, tu abuelo también lo hacía y tu bisabuelo. 

-¿Entonces papá sabe de esto? - Él se quitó sus lentes. 

- No, tu abuelo me dió esta casa, para que este más cerca de las criaturas y a tu papá, no quería molestarlo con su trabajo. Además sólo una persona debe hacerlo. 

-¿Flora lo sabía? - Él se levanto de la cama.

- Tus padres no saben de esto, y es mejor que se quede así. - Había ignorado mi pregunta. Paso algo malo entre ellos, como para que no quiera

hablar. Solo asentí, y me volví a parar frente al espejo. 

Baje las escaleras, observando a las personas decorando la sala. Fui al comedor. Mi boca se hizo agua cuando ví todo esa comida, me acerque e intente robar un poco pero Lissa me descubrió.

La gente aún no llegaba, pero estaba nerviosa. Todos estarían aqui, él estaría aqui. No tenía que estar nerviosa pero, cada vez que me acuerdo de él, recuerdo como me sentí al tocar su espalda, tocar sus heridas, pasar mis manos por su tatuajes, por su piel.

-¡Hola! - Veo a Emma correr hacía mi, me abrazó por el cuello. Llevaba un vestido verde, su cabello alborotado y su maquillaje resaltaba sus ojos verdes. Ambas volvimos al salón donde se encontraban las mesas listas para los invitados del tío John. 

- Solo estoy aquí por la comida. - Miré a Emma sonriendo. - Y además, nunca encajó en las conversaciones de mi padres. Siempre los avergüenzo. 

-¿Por eso te hicieron sentar conmigo? - Ella asintió. 

Observe a las personas tomar asiento. Saludar al tío John, quien se encontraba en la puerta esperando a todos los invitados. Llevaba un traje negro, la camisa blanca y una corbata roja. 

Aaron Pov

Estaba sentada en la mesa, jugando con su cabello, no llevaba tanto maquillaje como las demás, tenía un vestido simple pero a ella la dejaba reluciente, su cabello tenía ondas perfectas, sus labios rosas me incitaban a besarla cada vez que la veía. De un momento a otro, sus ojos cafés chocaron con los míos. 

Alice Pov

Llevaba un traje justo a la medida, le quedaba muy bien,

su cabello estaba peinado hacía atras. Estaba mirandome, sentí mi piel erizarse. Baje la mirada, evitando volver a quedar cautivada al mirarlo. Emma empezó a toser falsamente.

-¿Qué pasa?

- Parece que hicieron contacto visual por mucho tiempo. Y hablo de mucho tiempo querida Alice. - Emma sonrió ampliamente. 

-¡Cállate! - Y le dí un golpe en el brazo. A lo de ella me lo devolvió más fuerte.

Ya todos habían llegado, el primer plato se había servido. Los chicos estaban sentados en una mesa cerca de las nuestra. Sus padres estaban con ellos, excepto los de Aaron. 

No había visto a los Dolan llegar, pero Emma me comentó que ellos nunca se presentaban a estas ocasiones. Solían estar alejados de los demás. 

Estaba comiendo un delicioso volcán de chocolate. Era el último que quedaba, una señora también lo quería, pero fui más rápida al tomarlo. Escucho como la gente empieza a murmurar, cuando giro, me llevo la sorpresa de encontrarme con los dos hermanos Dolan. 

- Alex, Derek - Mi tío se levantó de su mesa y los saludo. Llamó a una camarera para que los lleven a su mesa. Los observe caminar hasta una mesa, donde se encuentra personas que desconocía. 

Alex estaba serio, como siempre. Al contrario, Derek tenía gran sonrisa en su rostro. Cuando me vió, me guiño el ojo, yo le respondí con una sonrisa. Y cuando Alex me vió, solo desvió su vista. 

Pronto la música de ambiente cambio, y colocaron una lenta. Todos se levantaban, comenzaban a bailar con sus parejas. Ver a los demás bailar fue tan romántico. Yo nunca había bailado el bals alguna

vez.

Recuerdo las cartas que el tío John enviaba. Invitaciones para estas ocasiones. Nunca estuve presente a las fiestas del tío John, para mis padres no era importante.

-¿Quieres bailar? - Alce la vista, Aaron estaba parado frente a mí, con una mano extendida hacía mi. Me quede paralizada. Esto era un sueño. 

- Claro que quiere. - Antes de que le conteste, Emma me empujó hacia él. Voltee a mirarla, ella solo me guiño el ojo. 

Agarro mi mano, era la primera vez que nuestras manos se tocaban. Vi la cara de Emma y los chicos sonriendo. Sabía que ellos, tenían algo que ver con esto. Me tomo de mi cintura, puse mis manos sobre sus hombros. Estaba nerviosa, nunca baile un bals y estaba más nerviosa porque lo bailaría con Aaron. 

No podía verlo a los ojos, sentía que si lo miraba, empezaría a ruborizarme y no podría hablar. Mi vista estaba dirigida hacía el suelo. Cuando siento su mano en mi mentón y lo levanta. Sus ojos azules me miraban divertidos. 

- Mis ojos estan arriba. - Estaba realmente nerviosa y con su tacto aún más.

- Lo siento. - Me acercó más a él y llevó su mano más arriba, podía sentir su mano en mi espalda descubierta. 

A medida que bailabamos Aaron sonreía, no sabía si se reía de mi torpeza al bailar o porque sabía que estaba nerviosa. 

-¿Qué te parece divertido? - Él me miró, pero esta vez sonrio mostrando sus dientes.

- Nada, Alice. - Lo miré a los ojos, ahora si sentí mis mejillas calientes.

La música cambió de ritmo y me hizo girar, yo sonreí inconsientemente. Bailabamos un poco más rápido. Nos empezamos

a reir, parecíamos unos niños pequeños. En el último giro, me acerco hacía él y nos quedamos muy cerca. Él solo sonreía. 

Sus ojos eran muy azules, su sonrisa era más admirable de cerca. Solo quería acercarme a él y besarlo. Pero sabía que no tenía las fuerzas para hacerlo. Me sentía tal bien cerca de él y ahí lo supe, me gustaba Aaron.

- Disculpa, ¿puedo bailar con ella? - Ambos nos alejamos rápidamente y vimos a Derek.

Aaron solo asintió, tomó mi mano, depositó un beso en ella y se la pasó a Derek. No, no quería bailar con él. Quería seguir bailando con Aaron. Observe como Aaron se alejaba. Derek me tomo de la cintura y me apego a él, pero a una distancia considerable. 

Cuando estaba bailando con el atractivo y misterioso Aaron Campbell, Derek debe arruinarlo. 

-¿Estas nerviosa? - Mire a Derek juntando las cejas.

- No, ¿por qué he de estarlo? - Él sonrió y me hizo girar. Mi espalda término pegada a su pecho, y con sus dos manos tomo las mías. 

- Porque estas bailando con un vampiro. - Me susurro al oído. Intente no parecer asustada.

Yo me aleje un poco, me miraba divertido, yo no sabía que hacer, quería salir corriendo, pero de cierta forma no le temía y él solo continuo bailando. 

- Alex me contó lo sucedió. Pero no quiero que me temas Alice, no te haré daño. - Me tomo de los hombros y se paró derecho, haciéndose más alto y a mi dejándome más baja. - Jamás lo haré.



Solo asentí y le dije que necesitaba ir afuera. Necesitaba un poco de aire, estaba segura que Derek no me haría daño, pero, no le tenía mucha confianza a Alex, sé que no le agrada mi presencia.

-¿Cansada de bailar? - Al girar mi corazón se acelero. 

Aaron, tenía su cabello un tanto despeinado, su corbata ya estaba desecha y tenía un copa en su mano. Me senté en la pequeña muralla de ladrillos.

- Si. - Jugue con mis dedos -¿Por qué me invitaste a bailar?

-¿Necesitas saber siempre el por que? - Lo dijó acercandose y levantando una ceja.

Estaba tan cerca que no me salían las palabras. Mi mirada estaba en sus ojos, luego bajo a sus labios. Quería besarlo, desde que lo vi, quería saber que se sentiría hacerlo. Intente tranquilizar mi pulso, pero era inevitable. Me acerque a él lentamente, vi como se formaba una sonrisa en su rostro. Estaba por besarme. 

- Aaron - Ambos nos alejamos muy rápido. Y observe a la segunda persona en el día que interrumpe mi momento más esperado. - Eh-h..

-¿Qué mierda quieres Jordan? - Aaron lo miró, respirando pesadamente. 

- Solo quería decirte que habrá una pequeña reunión.

- Ya voy. - Aaron me miró, yo debía estar como un tomate. Se me acercó, me dio un pequeño beso en la mejilla y se fue.

Solo sonreí al pensar, que él quizo besarme. Pensé que él no me veía así, pero me equivoque. 

Me quede sentada afuera, el sol estaba entrando, me gustaban los atardeceres. Apoye mis codos por la mesa y mi cabeza sobre ellas.

En este momento quería mi móvil, para capturar el hermoso atardecer. Sentí que alguién me observaba, entonces giré y vi a Alex.

-¿Qué quieres? - Volví a mirar el atardecer.

- Solo quiero saber algo. - Lo miré - ¿Qué te dije ayer? Cuando entraste ilegalmente en mi casa.

- Me llamaste Elizabeth, - Me levante de la silla. -¿quién es ella?

- Era una amiga. - Yo levante una ceja.

-¿Y por qué me llamaste así?

- Te pareces a ella. - Solo asentí, no podía creer que estaba entamblando una conversación con Alex.

- Está oportunidad de hablar contigo sólo aparece una vez en la vida. - Él sonrió falsamente. -¿Le diste un libro a Tessa Gallagher? 

Él frunció el ceño rápidamente. Yo lo mire atenta, esperando su respuesta. Era mi oportunidad de preguntar sobre el libro. 

-¿Hablas del libro rojo? - Dijo aún confundido. Yo asentí. -¿Cómo sabes de ese libro? 

- Lo compre. - Dije mirándolo. - Primero creí que sería sólo un libro de ficción, pero ahora, sé que todo lo que dice es verdad.

-¿Y que tengo que ver con lo que dijiste? 

- Tu sabes quien fue la que escribio el libro. 

-¿Qué te hace pensar que te lo diré? 

- Tengo esperanza de que lo harás. - Él solo asintió con la cabeza, y se sento en la silla. 

- Ella se llamaba... - Caí al suelo rápidamente. De pronto siento que algo oprime mi pecho, llevo mi mano al lugar del dolor y empiezo a respirar con dificultad. Intentaba tomarme de algo, pero no pude. Escucho que alguién dice mi nombre pero luego todo está negro.


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Capítulo 10 - Eres tú

Todo era silencioso y oscuro, no entendía donde me encontraba. Hasta que veo una luz, muy brillante, lo que me hizo cerrar los ojos. 

Al abrirlos, me encontraba en un jardín, me levante, estaba lleno de flores de diferentes colores, los árboles eran muy altos y los pájaros cantaban. Parecía unos de esos sueños locos que tenía cuando me aburría, en donde hay unicornios y puedo volar.
Una brisa hizo volar todas la hojas, y todo cambio, fue hasta que me di cuenta que era el bosque donde me encontraba, de repente se oscureció y el dulce canto de los pájaros se detuvo. Sentí una presencia detrás mío, pero al girar no había nadie. Camine entre los árboles oscuros, seguía sin distinguir donde me encontraba. Al girar, lo vi parado en la oscuridad, podía notar su sonrisa retorcida, y sus ojos rojos. Mi corazón empezó a latir rápido, era el muchacho que me ataco en el bosque y se acercaba cada vez más. Intente moverme, pero mis pies parecían pegados al suelo. 

-¿Que-e haces aquí..? - Él sonrió y me miro fijamente. Me sentía muy asustada. No sabía si era un sueño o no, pero quería despertar. Quería salir de aquí. 

- Que empiece todo pequeña. - Al decirme eso, volví a sentir la misma punzada en el pecho.

Aaron Pov

Estaba observando cada facción de su rostro, como es que podía ser tan perfecta y tierna. La odiaba por hacerme sentir esto. No me gustaba este sentimiento, pero desde la primera vez que la vi, supe que debía ser mía.

Me preocupe al verla así. Sus labios eran de un color lila claro, no estaban rosados como me gustaban, estaba pálida y parecía frágil.


Alice Pov

Abrí los ojos, no sabía donde me encontraba. Aaron estaba sentado en el sillón de enfrente, cuando lo mire empezó a sonreír. Observe mi alrededor, no conocía esta casa. Era pequeña, había muchas flores, y todo estaba hecho de madera.
Mis ojos se abren como platos al acordar lo que paso.

-¿Dónde esta? - Me levante de golpe y empecé a mirar a todos lados buscando a ese muchacho.

-¿Quién? - Aaron me miro, seguía sentando en el sofá pero estaba inclinado. Una de sus manos estaba sobre mi brazo.

Me quede quieta, parecía esa demente con el cabello despeinado. Me volví a sentar y pensé. Lo que ocurrió fue tan real. Sentí miedo al verlo, aún sentía miedo de su presencia en aquel extraño sueño.
Intente levantarme, necesitaba ir con el tío John. Necesitaba volver a casa y esconderme en mi habitación. Pero unas manos me lo impidieron, volviendo a sentar en el pequeño sofá.

- Debes descansar Alice. - Al verla, no la reconocí. Pero luego ver su cabello castaño, sus ojos celestes y esa sonrisa que siempre me alegraba, no pude evitar reconocerla. 

-¿Flora? - Ella me sonrió y me abrazó. Me levante y le dí un fuerte abrazo. No podía creer que era ella. Llegue hace 4 semanas y hasta ahora la veo. 

- Hola Alice. - Se sentó alado mío.

Por la puerta entraron Jordan, James y Emma. Ella al verme, corrió a acorralarme en sus brazos. Notaba que aún llevaba su vestido verde y los chicos tenían

sus trajes, el mismo de la fiesta. Rasque mi nuca, pensando cuando tiempo habré estado inconciente.

-¿Qué me paso?

- Es complicado. - La mire confundida. Flora intercambio miradas con los chicos, mire a Emma, quien también se encontraba confundida. - Estabas siendo parte de un hechizo.

-¿Qué dijiste? - La mire esperando una respuesta, ella baja la cabeza y toma mi mano. 

- Alice, no quiero que te sientas mal por no decírtelo pero yo, soy una hechicera. - Levante una ceja. Esto seguía siendo un sueño, lo sabía. Mire a los chicos confundida. 

-¿Ustedes sabían esto? - Los mire a cada uno, ellos miraron a otro lado o bajaban la cabeza. - ¿Y por qué no me dijeron?

- Alice, esto es mucho. - James me hablo. - Es difícil de comprender si te decimos todo de una vez. 

Estábamos volviendo a casa, ahora si estaba enojada. Desde que tengo memoria vengo a este lugar, y jamás me cruce con algunos de estos chicos y menos con esas criaturas. Que Flora sea una hechicera, eso sí me dejo asombrada. Seguía sin creerlo. Como es posible que todo sucediera frente a mis propios ojos? Ahora entendía a la escritora del libro. Todo esto siempre ocurrió, pero muchos no tenían ni idea.

Al llegar, el tío John se encontraba sentado en las escaleras. Me baje sin mirar a nadie, Emma camino conmigo hasta la puerta. 

- Alice. - Mi tío me abrazó muy fuerte. Yo solo le sonreí -¿Te encuentras bien? - Asentí.

Estaba sentada con Emma en la sala, esperando a los chicos y a mi tío, quienes tenían pensando contarnos todo con detalles. James le contó a Emma sobre las criaturas, sobre ellos. Ella debía saberlo.

Ella también se encontraba enojada con Jordan sobre eso, no comprendía como no confiaba en ella para decírselo. 
Ambas estábamos en la misma situación, con muchas preguntas. Mordía mi labio inferior, estaba nerviosa por saber que me había pasado hoy. 

- Primero te hablaremos del hechizo. - Jordan se inclino y me miro. - Estaban haciendo un hechizo rastreador. Sea quien sea, quería saber tu ubicación. 

- Esos hechizo se hacen a través de sangre, por eso sentiste como si te asfixiaras. - Siguió James.

- Espera. - Dije alzando ambas manos. - Si se hace a través de sangre, ¿como consiguieron mi sangre? - Nadie respondió, solté un suspiro y me volví a recostar por el sofá. 

Ahora estaba más confundida que nunca. Las preguntas rondaban en mi cabeza, demasiadas preguntas. Mire al tío John, quien se encontraba cruzado de brazos. No había dicho nada aún. 

-¿Qué hechizo quieren hacer a Alice? - Esa pregunta la hizo Emma. 

- No lo sabemos aún. - Solté un suspiro. Me ponía nerviosa no saber que quieren conmigo.

-¿Pero por qué me quieren a mi? - Alce la voz. -¿Qué tengo de especial?

-¿Escuchaste hablar de Elizabeth Morgan? - Negué con la cabeza.

Mi tío se levanto del sofá. Fue hasta un estante, tomo un libro y empezó a hojearlo. Nos quedamos callados hasta que volvió y me dio algo. Emma seguía callada, sin dirigirle la mirada a Jordan. 

- Esa era ella. - Pensé que sería un broma, pero todos seguían callados y serios. Era imposible. Volví a posar mis ojos en la foto.

-¿Eres tú? - Emma se quedo con la boca abierta. No, no

era yo. No recordaba quitarme esta foto ¿Pero también como era posible que ella sea idéntica a mi?

-¿Cómo esto es posible? - Dije mostrando la foto.

Ella tenía el cabello marrón como el mío, pero sus ojos eran más claros. La foto era muy vieja y el lugar no lo podía identificar bien. Pase mis dedos sobre la foto.

- Suele pasar, muchos los conocen como doppelganger, tú eres la reencarnación de Elizabeth Morgan. Creemos que por eso te quieren, eres como una criatura sobrenatural. - Miré a James rápidamente al escuchar eso.

-¿Estas diciendo que soy una criatura, como las que protegen? - James asintió. 

Volví a mirar la foto, eramos idénticas, di la vuelta la foto y observe el año, 1866. Recordé la vez que fui a la casa de los Dolan, Alex me llamo una vez Elizabeth. 

-¿Alex la conoció? - Aaron se inclino hacía mi. Yo lo mire esperando su respuesta. 

- Elizabeth fue muy importante para él, la amaba, pero ella no sabía que él era un vampiro, al enterarse ella se asustó, Alex no soporto que ella le tuviera miedo.

- Pero su hermano se entero que ella sabía su secreto y temía que los expusiera. - Aaron desvió su mirada de la mía. - En esa época, sabían de las existencia de vampiros y los cazaban. Entonces Derek la mató.

-¿Qué? - Dije susurrando. Derek había matado a Elizabeth, la persona más importante para Alex. Me quede paralizada al escucharlo, no podía creer lo que había hecho.

-¿Y cómo reaccionó

Alex?

- Se encerró en si mismo, no quiso saber nada de nadie, ella era la única que veía algo bueno en él. 

- Desde entonces, ellos no se llevan bien, pero estaban obligados a vivir juntos, son los únicos miembros de su familia que quedan y deben protegerse entre si.

Ahora entiendo porque Alex era así, y porque yo no le agradaba. A quien le agradaría conocer a alguien que sea idéntica a su novia, que murió tragicamente. Otra pregunta me invadió, pero no era sobre ellos, esta pregunta fue para mi tío. 

-¿Tu sabías que Flora era una hechicera? - Mi miraba se dirigio a mi tío, él solo permaneció callado y bajo la cabeza. -¿Por eso terminaron? - Era un ambiente incómodo para los demás, pero necesitaba saberlo. - No me digas que fue por eso. - Susurre. 

- Alice, no lo entiendes. - Yo me levante.

-¿La dejaste solo por eso? ¿Acaso no la amabas? - Bufe y subí las escaleras.

Estaba acostada en mi cama, observando la foto. Elizabeth debió ser alguien muy importante para Alex, al menos para lograr que con su muerte, él se aislé de todos. 
Quize saber más sobre ella, entonces tome la computadora y busque: Elizabeth Morgan.

Aparecieron varios resultados, pero me llamo la atención el que decía: Elizabeth Morgan trágica muerte. Hice un clip y la información apareció en la pantalla.

"Elizabeth Morgan, segunda hija de una pequeña familia. Su muerte fue una gran pérdida para su familia. La muchacha fue atacada ferozmente por un animal. Aún sigue sin saberse que animal es el causante de la tragedia. Su hermano gemelo Dominic Morgan fue llevado a un reformatorio, después de que atacará a un ciudadano, culpando lo del asesinato de Elizabeth. Pero los policías no encontraron ninguna evidencia que lo compruebe. El nombre del acusado es confidencial"

¿Y si el acusado era Derek? ¿Y si enserio la había atacado? Seguí leyendo la información, pero lo único que decía era que no encontraron al causante de la muerte. Ahora temía más de lo que era capaz Derek, si enserio fue capaz de asesinar a Elizabeth, quien diría que no es capaz de lastimar a más gente. 

- Alice, saldré unos minutos. - Mi tío se encontraba en la puerta, cerre la tapa del computador. 

- De acuerdo. - Comencé a asentir rápidamente. Permanecí todo el día en la cama, no tenía ganas de salir hoy. Tome el libro de cuero y lo observe. 

Los chicos estaban investigando sobre el hechizo, no querían que salga de la casa, menos Aaron. Ni siquiera querían que me involucre en la investigación. Me sentía aburrida aquí adentro, pero, también sentía miedo al salir afuera. 

Escuche como alguien golpeaba la puerta, me pare, baje las escaleras indecisa. Observe por el pequeño agujero de la puerta, al ver quien era fruncí el ceño. Al abrir la puerta, me encontré con los ojos penetrantes de Alex.


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Capítulo 11 - Quiero protegerte

Alex, estaba parado en mi puerta, serio, sin decir nada. Tenía la mirada fija en mi, me preguntaba si pensaba en Elizabeth cuando me miraba. Eso era obvio, me dije a mi misma.

-¿Qué quieres? - Hable temerosamente.

- Necesito hablar con tu tío. - No podía dejar de pensar en cómo le afecto perderla. Debió sentir un gran vacío.

- Él no esta. - Alex asintió y giro sobre sus talones. Frunci los labios, necesitaba preguntarle. Contuve las ganas de hacerlo, pero no lo suficiente. 

- Espera. - Me acerque a él. - Necesito preguntarle algo.

- No. - Su voz era firme. - Sé lo que preguntaras y la respuesta es no.

Solo lo mire y maldije en mi cabeza. ¿Por qué Alex debía ser tan necio aveces? Estaba decepcionada de mi misma por siempre pensar que todos serían amables. Me di la vuelta y tome el picaporte.

-¿Te impresiono que fuera idéntica a ti? - Gritó antes de que entrara. Lo miré asombrada. 

-¿Como sabes..?. - Alex empezó a sonreír y negar con la cabeza.

- Sé que quieres saber sobre ella, Alice. Pero no estoy listo para contarte y no lo estaré.

-¿Por qué? - Lo mire confundida.

- Alice, cada vez que te veo, la veo a ella.

- Pero no soy ella.

Él solo volvió a su auto, y se fue. Me quede parada, confundida, no entendía la forma en que se comportaba. Cerre la puerta de un portazo. Subí a rastras las escaleras y me tumbe en mi cama. 

Mi móvil sonó, lo desbloquee y vi el mensaje.

"Prepárate, llego en 10 minutos" - Aaron

Aún llevaba mi pijama. Me levante, corrí al baño y tome una ducha. Al salir aún tenía

tiempo de sobra. Me gustaba vestirme cómoda y sencilla, así que opte por ponerme unos jeans, una remera blanca y mis vans.

Escuche como tocaban el timbre. Tome mi móvil del escritorio, un abrigo. El clima de Portland era tan raro, primero el sol no desaparecía del cielo, luego todo cambiaba repentinamente. 

-¿Dónde iremos? - Me coloque el cinturón. 

- Al taller. - Solo asentí. Frunci los labios y lo mire - El papá de James es dueño del lugar, siempre vamos ahí.

-¿Todos irán? - Me incline para mirarlo a los ojos. Aaron encendió el motor de auto y lo sacó del estacionamiento. 

- Si.

Pasamos por el pueblo, la casa de James no era tan lejos. Quise poner la música más fuerte, cuando lleve mi mano al botón para subir el volumen, Aaron tuvo la misma idea. Nuestras manos se tocaron y yo la aparte rápidamente. 

Llegamos al taller, creí que "el taller'' sería una clave para guarida, pero no, solo resultó ser un taller, detrás de la casa de James. Me baje y seguí a Aaron. Él abrió la puerta corrediza de madera. 

- Llegaron. - Vi a Emma sentada alado de Jordan, pero a una larga distancia. James estaba sentado en el suelo.

-¿Por qué estamos aquí? - Pregunte a Aaron.

- Sabemos algo del hechizo. - Me senté junto a Emma y ella me dió un abrazo. 

- Sabemos quien es la bruja que hizo el hechizo. Y la que ahora estaba siendo parte de él. - Aaron hizo un pausa y me miro fijamente. Él aclaró su garganta. 

- Pero debes prometer que no haras

ninguna locura y que te mantendrás firme. - Jordan me miro señalandome. Todo era muy serio, me estaba empezando a asustar.

- Es Tessa. - Cuando Aaron dijo esas palabras, todos me miraron, desearía que no lo hubiera dicho. Me sentía engañada. Era una extraña sensación.

- Alice - Emma tomo mi mano, su mirada demostraba lástima. Rápidamente mi expresión cambio por una más dura. Odiaba ver esas miradas en los demás, las estúpidas miradas de lástima. 

- Estoy bien. - Dijo seca.

Me levante, camine hasta afuera. Necesitaba pensar en esto. Estaba caminando en círculos, con las manos en la cabeza ¿Cómo es que ella pudo hacer eso? ¿Cómo puede ser tan insensible? No podía retener la idea de que ella sea así, creí que ella no era como las brujas que Aaron describía, pero me equivoque. 

Era la típica bruja engañosa, ágil y fría que creía. Aunque ni siquiera creía eso. Aaron fue el que me advirtió de estar cerca de ella. 

(...)

Me sudaban las manos, mi corazón latía muy rápido, pero estaba decidida a entrar. No tenía ni la remota idea de lo que estaba por hacer, pero necesitaba hablar con ella. Eran como las ocho de la noche, pero la librería seguía abierta. 
Tessa estaba leyendo un libro, vi sus tatuajes, ahora entendía porque los tenía. Cuando me vió entrar, una sonrisa se formo en su rostro, ahora la consideraba una criatura maliciosa.

- Alice, ¿en que puedo ayudarte? - Una sonrisa falsa se instaló en su rostro. Me tranquilice, evitando gritarle que lo sabía. Que sabía todo lo que había hecho. Lo que me había hecho.

-

Quiero hablar del libro. - Ella asintió.

Empece a caminar, pensando en cual sería mi primera pregunta. Debía ser una estratégica pero, lo único que quería era preguntar, ¿por qué lo hizo? ¿O que hice yo, para que haga eso?

-¿Sabes algo de esas criaturas, del libro? - Me pare junto al estante de libros. Tome un libro y lo comencé a hojear. Mis manos empezaron a temblar. 

- No todo lo que dice es cierto, y no he tenido tiempo para leerlo, como ya te he dicho. 

-¿Pero tú crees en las criaturas sobrenaturales? - Ella solo me miro, tenía la misma expresión tranquila desde que llegue. -¿En que idioma están escrito? - Dije señalando sus tatuajes. 

- Está en latín, tiene un gran significado para mi familia. - Dijó acariciando sus brazos.

Yo solo asentí. Me sentía algo mareada. Ella solo sonreía. Aún tenía el libro en mis manos, cuando quise abrirlo, mis manos comenzaron a temblar. El libro cayó al suelo, y yo me sobresalte al instante. Volví a mirar mis manos, pero éstas ya no temblaban. 

-¿Te encuentras bien Alice? - Notaba su tono de voz más suave. Como si tratara de persuadir.

- Si. - Dije tragan saliva. 

- Eres muy curiosa Alice, y por esa curiosidad, no te salvaras. - Su voz era aguda y lenta.

La observe con los ojos bien abiertos. Ella movía sus uñas creando unas ondas de sonidos por la mesa de vidrio. Tessa tenía una sonrisa pintada de oreja a oreja. Me aleje un poco de ella.

-¿Salvarme

de que?

- De lo que vendrá por tu culpa, y nadie podrá detenerlo. - Sentí unas manos en mis hombros, al girar rápidamente por el susto, me encontré con los ojos azules de Aaron.

- Vámonos. - Su voz era firme y autoritaria.

Me agarro del brazo con brusquedad. Intente suavizar su agarre pero al tocarlo sólo logre que me tome más fuerte. Al salir de la librería, me metió al auto. Lo vi girar por la parte delantera del auto, cuando entró, sus ojos se clavaron en mi.

-¡Estas loca? - Yo tenía los brazos cruzados. -¿Que pretendías hacer?

-¡No lo estoy! 

-¿No? - Junto sus cejas. Frunció los labios y le dio un golpe al volante. - ¡Pero al parecer eres estúpida! - Entendí que se encontraba enojado por la estupidez que hice, pero no había razón para sus insultos. -¿No entendiste la parte en que no debías acercarte a ella? ¿Acaso quieres que te ocurra algo para entenderlo?

-¡Estoy bien no? - Él apretó el volando muy fuerte. Sus ojos azules me miraban con mucho enojo. -¿O acaso me ves mal?

-¡Alice! - Empezo a acelerar el auto. Observe el camino, los pequeños faroles de luz no alumbraban la calle por completo. -¡Joder! ¡No puedes ir y amenazarla!

-¡No la amenace! - Le grite.

-¿Entonces que mierda hiciste? - Su voz daba escalofríos. 

- ¡Le hice unas estúpidas preguntas! ¿ahora puedes calmarte? - Volví a gritarle. 

-¡Ella es muy poderosa, pudo hacerte daño! - Cerre los ojos muy fuerte y solté un grito de furia. 

-¡Yo no soy débil! - Me tape la cara con ambas manos. Intente calmar mi respiración, pero ahora que

nos estábamos gritando uno al otro, quería decirle muchas cosas.

Sentía como Aaron aumentaba la velocidad, lo mire y tenía los ojos bien abiertos puestos en el camino, su madíbula tensa, y su respiración pesada. El auto iba muy rápido y temía de lo que pudiera pasar.

-¿Aaron? - Susurre temerosa, pero no me respondió. Miraba el camino, imaginando lo que podía pasar. - ¡Aaron!

El camino era muy angosto, Aaron estaba conduciendo muy rápido, el miedo a que choque aumentaba. Tomaba grandes bocanadas de aire para tranquilizarme, pero no daba resultado. Me preocupaba de lo que pudiera llegar a pasar. Me coloque el cinturón y y lo apreté en mi cintura. 

-¡Aaron, detén el auto! - Intente tomar sus manos, pero él quito las mías de un tirón. -¡Vas a matarnos! 

Él solo me ignoro, ni siquiera me miro. Lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, estaba asustada. Eleve la cabeza y comencé a respirar despacio. Limpie mis lágrimas y luche por no soltar ni una sola gota más.

Hasta que lo mire y nuestras miradas se encontraron, me vio llorar. Nunca me gusto que los demás me vieran llorar, odiaba que me tengan lástima. De repente giro el volante y detuvo el auto. Se bajo del auto dando un portazo, intente tranquilizar mi respiración, pero no podía. Seguía en mi el horrible sentimiento de morir. Aaron parecía que estaba gritando, no escucha nada de lo que decía, pero tampoco quería saber. Lo observe en silencio, golpeaba el árbol, pateada las hojas y gritaba al aire. 

Me quite el cinturón lentamente, observando a Aaron por el parabrisas. Observe mi alrededor, estabamos en miedo de la carretera, junto al tenebroso bosque. 

Me baje de auto, y me acerque a él cuidadosamente, vi como su pecho subía y baja velozmente, su cabello estaba despeinado, y sus puños cerrados.

- Aaron. - Lleve mi mano hasta su hombro, pero cuando giró, me aleje de él. - Solo tranquilízate.

-¿Qué te cuesta hacerme caso? - Estaba realmente molesto por su tono de voz.

- Lo siento pero, ¡me tratas como si fuera una niña! - Lo mire fijamente. - ¡Es como si quisieras protegerme a toda costa y no necesito tu protección!

-¿No te das cuenta que eso hago? - Me gritó. -¡Quiero protegerte, quiero que estés a salvo Alice! 

-¿Y por qué lo haces? - Grite, con los brazos extendidos al aire. -¡No es tu obligación hacerlo! 

-¡Maldita sea me gustas! - Su respiración era agitada. -¡Y temo que si no lo hago, nadie va a hacerlo! 

No sabía como reaccionar o que decir, pero él se acerco. Poso sus manos a los costados de mi cara, su pulgar limpio una lagrima que caiga lentamente por mi mejilla. Sentí miedo, pero cuando sus manos me tocaron, deje de sentirlo.
Estábamos tan cerca que podía sentir su respiración, nuestras miradas estaban conectadas. Deje de presionar mis manos y las coloque sobre sus brazos. 

No pude responderle, porque luego sentí sus labios sobre los míos.
Me perdí en el sabor de sus labios, nuestras bocas encajaban a la perfección. Una de sus manos viajo a mi cintura y me atrajo más a él.
Una vez dije que los labios de Aaron parecían una tentación, pues lo eran.

Besarle se volvería una nueva adicción para mi. Aún no me quería alejar de él, pero necesitaba aire. Lentamente nos separamos, aún tenía mis ojos cerrados, el volvió a acariciar mi rostro. 

- Me gustas. - Volvió a repetirlo cuando nos separamos.


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Capítulo 12 - Hola Elizabeth

Puedo decir que ayer fue la mejor noche que tuve desde que estoy aquí.
Me removí en la cama y observe por la ventana. 

Lleve mi mano a mi labio, aún podía sentir los labios de Aaron sobre los míos. Eran suaves y delgados, tenían un sabor que me volvía loca.
Ese fue mi primer beso, y me encantaba Aaron fuese quien me lo dé. 

Estábamos en la casa de Emma, no hemos visto a los chicos en todo el día y tampoco contestaban cuando lo llamamos. Emma dijo que tienen un grupo secreto sin nosotras. Pero sabía que ellos estaban "ocupados" con la investigación y yo no podía involucrarme en ella. Me molestaba eso, a mi no me importaba que me digan que no puedo hacer algo, porque no me quedaría de brazos cruzados. No entendía porque debía mantenerme alejada. No iba a retrasar nada.

-¿Sigues enojada con Jordan? - Ella estaba ordenando su armario.

- No tanto. - Me miro y bufó. - No entiendo porque no me lo dijo. Sé que es peligroso, pero se supone que al ser novia de alguien, se cuentan todo.

- Un momento, - Dije sorprendida. - ¿Jordan y tu son novios?

-¿No te lo dije? - Dijo sonriendo.

-¡Emma Pierce, como no le cuentas a su amiga algo así! Te mataré. 

- Fue hace unos días, dijo que le parecía interesante, y que amaba mi actitud. 

-¡Oh por Dios! Acepta tu actitud, debes quedarte con él. - Emma rodó los ojos, pero comenzó a reir. - Emma, debes perdonar a Jordan. No pensé que diría esto, pero, solo lo hizo para protegerte.



- Lo sé. - Tomo su móvil y se lo colocó en su oído. - Lo llamare. 

Me levante y me acerque a la pequeña mesa de Emma. Donde tenía todos sus preciados libros y discos, algunos discos eran música clásica y de rock. Comencé a verlos uno por uno, ella tenía buen gusto musical. 

- No contesta. - Gire a verla rápidamente. 

- Es raro. James y Aaron tampoco contestan. 

Ambas nos miramos confundidas, pero, yo sabia donde se encontraban. Deje los discos sobre la mesa de madera. Ella tomo la llave de su pequeño volkswagen y subimos a él. En el camino, pensaba en que podían estar haciendo que fuese tan importante. Admirada el paisaje, grandes zonas verdes, y él cielo claro. Pero luego todo se torno oscuro. Los árboles comenzaron a aparecer, impidiendo que vea el antiguo paisaje, que ahora se convirtió en uno escalofriante.

-¿Por qué estamos aquí? - Emma últimamente cuestionaba todas mis ideas. 

- Se que están en el taller. - Necesitaba saber sobre el hechizo. No iba a esperar que ellos mismo lo investiguen. También quería ayudar a salvarme. Nos acercamos a la puerta y cuando intente abrirla me lleve la sorpresa de que la puerta estaba cerrada. La forcejeo dos veces más pero sigue sin abrirse. El plan se había arruinado. 

-¿Y ahora que hacemos? - Murmuró Emma detrás mío. 

- Entrar por la ventana. - Le dije señalando ventana.

-¿Y como narices esperas que haga eso? - Bufe, empecé a pensar cómo íbamos

a subir. No tiene tanta fuerza para alzarla, y sabía que ella tampoco. Al volver a mirarla, Emma se encontraba sentada en una silla, mirando sus zapatos.

-¡Emma! - Ella se sobresalto. 

-¿Qué? - Solo negué con la cabeza. La tome del brazo y la hice levantar de la silla. Coloque la silla abajo de la ventana, Emma fue la primera en entrar. 

Al estar adentro las dos, caminamos hasta el fondo del taller. Emma me daba golpes en la espalda cuando escuchaba ruidos. Observe un auto rojo en medio del taller, y muchas herramientas tiradas en el suelo. 

- Alice, creo que no debemos... - Emma no logro terminar la frase al ver tal escena.

- Oh, mira quienes se nos unieron a la fiesta. - Vi al dueño de esa gruesa voz, estaba sentado en una silla, mejor dicho amarrado a ella. Ambas nos quedamos tiesas, mirándolo. 

-¿Qué están haciendo aquí? - Pregunto James. Con Emma no sabíamos que decir, llegamos en un momento inadecuado.

- Hola Elizabeth. - El muchacho que estaba sentado me empezó a sonreír. - Perdona mi equivocación - Soltó una gran carcajada que retumbo en todo el lugar. Sentí escalofríos por todo mi cuerpo al escuchar su risa.

- Cállate. - Aaron camino hacía mi, me tomó del brazo. Yo aún seguía con la mirada en el sujeto amarrado a la silla. Aaron abrió la puerta y me llevo a fuera. 

-¿Qué haces aquí? 

- Eh-h.. yo.. solo... - Aaron me tomo de los hombros y me miro fijamente.

- Alice, tranquilízate. - Eso no me tranquilizo, me puso más nerviosa. El sentir sus manos tocando mi piel me hacía

sentir una extraña sensación. Solo asentí y pregunté lo primero que me vino a la cabeza. 

-¿Quién es? 

- Él, es quien te ataco en la fiesta - Frunci el ceño y dirigí mi mirada a la puerta. 

-¿Cómo lo encontraste?

- No fue sencillo, pero estamos ocupados intentando que nos diga algo y cuando estaba por amenazarlo, ustedes llegaron. 

- Quiero estar ahí adentro, Aaron.

- Alice, no quiero que algo de lo que diga te afecte.

- No soy débil. - Dije mirándolo fijo. - No me importa lo que me diga ese imbécil.

Él solo asintió y me acompaño de nuevo adentro. Fui directo junto a Emma. Los tres se pararon frente al sujeto. 

- De acuerdo. - Aaron dio unos pequeños saltos y se puso de cuclillas frente a el sujeto - Comienza hablar. - Un silencio reinó en el taller, nadie se movía o omitía una palabra. Yo observe todo el lugar, hasta que noté que el sujeto me miraba.

Aaron se paró y le dió un fuerte golpe al sujeto en la cara, lo que hizo que se cayera hacía atrás con la silla, le dió una patada en el estómago y el sujeto dejo escapar un gemido. Quería cerrar mis ojos y no verlo de esta forma, golpeando a alguien.

-¡Qué quieren hacerle a ella? - Él sujeto solo sonrió. - ¡Vamos, habla!

Aaron bufó y se alejo de él. Lo mire detenidamente, no lo reconocí con todo esa sangre y moretones en su cara que Aaron le había dejado. Tenía la mirada fija en mi.

- Eres idéntica a ella, pero solo eres una copia, eres débil comparada con ella. - Él soltó un pequeña risa. - No eres nada más que su simple reflejo.

-¡Cállate! - Aaron se paro junto

a mi. - No te atrevas a hablarle.

- Mis disculpas. - Dijo con un tono burlón. Recibió un golpe de parte de Jordan.

Cerré los ojos y sentí como Aaron me rodeaba con sus enormes brazos. Me sentía realmente protegida en este momento.

- No temas, te protegeré, Alice. - Aaron dejo un beso en mi cabecita.

Solo lo mire y sonreí para mis adentros. Al observarlo pensé en el beso. No podía dormir anoche pensando en eso. Me sentía tan feliz, de tenerlo a mi lado para ayudarme, para protegerme.

- Gracias. - Él solo me sonrió.

Los chicos decidieron ir a hablar afuera, y pensar que harían con él. Sabían que no iba a cooperar. Nosotras permanecimos cerca de la puerta. Emma me dijo que no se sentía augusta aquí, pero no quería irme aún. 

- Él no te protegerá siempre. - El muchacho hablo y escupió un poco de sangre.

- No me interesa lo que digas. - Desvíe mi mirada con la de él. 

-¿Te interesa saber sobre lo que esta pasando? - Lo mire confundida. No le había dicho nada a los chicos, pero por algún razón a mi me lo diría. Aunque también podría ser una mentira.

- Tal vez. - Me acerque a él.

- Tú eres muy importante en estos momentos, Alice. 

-¿En serio? - Me reí irónica. - Intentaste matarme, ¿a eso llamas ser importante? 

- Si, pero eso fue antes de darme cuenta de que eras el doppelganger.

- Un momento, ¿él fue el que te ataco? - Emma lo señaló, yo asentí. -¡Mataste a amiga, eres un estúpido desgraciado! - Emma se acerco furiosa a él y le dio una bofetada.

-¡Emma espera!

- La tome del brazo y la aleje de aquel irritante sujeto. Ella tenía la vista puesta en él. 

- Tranquilízate gatita. - El sujeto sonrió ante su comentario. Emma le quito el dedo del medio y la aleje de él. Yo al contrario, me acerque a él, coloque una silla frente a él. 

-¿Como te diste cuenta que era el doppelganger? - Me senté en la silla frente a él. - Ni siquiera me conoces.

- Pero conocí a Elizabeth. - Lo mire fijamente. No sabían si estaba mintiendo o no, pero opte por creerle.

-¿Como te llamas?

- Dominic Morgan. - Volvió a escupir sangre. 

Lo mire detenidamente, había escuchado ese nombre. Abrí los ojos como platos, cuando recordé que la había buscado en el computador, y había aparecido él. 

-¿Tú eres su hermano? - Le susurre.

-¿Qué ocurre? - Gire y me encontré con los chicos cruzados de brazos. Me levante de la silla y me acerque al sofá junto a Emma.

- Mi amiga Alice y yo estamos hablando. - Me guiño el ojo.

- Te dije que no le hables a ella.

Jordan tomo la silla que estaba antes frente a él y la alejó. Los tres se colocaron frente a Dominic. El solo sonrió mirándolos a cada uno. 

-¿Debo intimidarme por está pose aterradora? - Dijo Dominic entre cerrando los ojos.

- Como no vas a hablar, me temo que no nos sirves. - James se sentó frente a Dominic.

- Matenme entonces. - Sonrió y le escupió a James, estábamos en una tensa situación en estos momentos. 

Él se limpio su rostro, se alejo de Dominic y le hizo una seña a Aaron.

-¡Salgan! - Dijo serio. Frunci el ceño y mire a Emma confundida. - Ahora.

Creía que nos lo decía a nosotras, entonces decidí tomar a Emma del brazo y salir rápido de ese lugar.

Al cerrar la puerta de madera, nos quedamos apoyadas por el auto de Aaron. Ambas con los brazos cruzados y con la intriga de saber que le harían. Pronto escuchamos gritos. Ambas nos sobresaltamos y observamos la puerta con confusión. Hasta que me di cuenta que eran gritos de Dominic. Lo estaban lastimando. Pero no quería saber como. Los gritos de Dominic se hicieron muy altos que llegue a taparme los oídos y cerrar los ojo.


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Capítulo 13 - Eres mía 

Los días pasan tan lentos, todos los días me carcome la curiosidad y el miedo. No sabía nada de Dominic, ni que hicieron con él, pero si sabía que lo quería lejos de mi. No quería volver a acercarme a él. 

-¿Jordan que es esto? - Dije alzando el objeto que tenía en mi mano.

Estaba en la casa de Jordan, se supone que iba a enseñarme a utilizar los elementos correctos para defenderme contra las criaturas. Sus padres habían salido de viaje.

-¡No toques eso! - Jordan corrió como una niñita hacía mi. - Es letal.

- Tiene verbena, - Levante un ceja. - ¿Acaso no es solo letal para los vampiros?

- Si, pero de todas formas no toques eso. Aún no sabes como usarlo, es mejor que no causes ningún inconveniente. - Me dijo señalando todos los objetos extraños que cubrian la mesa. - De acuerdo, comenzaremos con lo básico, ten está estaca, es la principal arma para matar a un vampiro y no olvides tomar verbena. Deberías pedirle a Flora algún collar o pulsera de verbena. - Yo asentí guardando la botella de verbena y la estaca, en el bolso que había traído. 

Jordan era muy cuidado con las armas. Podía ser el más irresponsable e inquieto, pero a la hora de proteger a los demás, él era otra persona. Al ver la mesa, logre diferenciar algunas pistolas, flechas, arcos y estacas de madera. Todo esto lo utilizaban para cazar, y defenderse.

-¿Jordan? - Él me miro. Deje mi bolso sobre la mesa, y me recoste por ella. - Confío en ti para que cuides a Emma.

Jordan sonrió mirando al suelo y agito la cabeza. Sabía cuando la

quería proteger de esto. Pero Emma quería saber y estar con él en esto. Ambos tenían pensamientos diferentes, pero en lo que concordaban era en que ambos querían proteger al otro sin importar como.

- Ella también lo hace. - Dijo sonriendo. - Y lo haré Alice. 

(...)

- Alice, querida. - Emma lo dijo cantando, con bolsas en sus manos. Deje el libro de lado y la observe.

-¿Qué son esos?

- Esto querida risueña, es nuestra distracción. - Ella me paso las bolsas, mejor dicho, tiro las bolsas sobre mi. - Iremos a una fiesta y te olvidaras de todo los problemas por solo unas horas.

- Emma. - Me volví a tirar en la cama y cerré mis ojos.

- Levanta tu trasero de esa cama y ven aquí. - Solo la ignore y le lance un almohada. - Sabes.. - Soltó un suspiro. - Todos estamos alterados, mi amiga murió por un estúpido vampiro, y creo que mi nueva amiga terminará igual. Haz esto por mi, por favor. 

La mire indecisa. Ella hizo puchero, y yo rodé los ojos ante su gesto. 

- Lo olvidé. - Ella se sento junto a mi y la abrace. - Solo, que no sé si es una buena idea, hablo de, ¿qué ocurre si intentan lastimarnos? - Ella junto las cejas. - Sé que estoy siendo dramática pero, somos el sebo principal.

- Alice, una vez un tipo creyó que por ser más alto podía insultarme. - Ella tomo mis manos. - Pero, solo recibió un golpe de mi parte en su zona débil. Sé como defenderme, además Jordan me dio esto. - Levanto su mano y observe un pequeño brazalete en ella - Flora lo hizo, tiene verbena. 

- Muestrame los vestidos. - Ella comenzó a aplaudir y chillo.

No me tomo mucho tiempo elegir,

pues ninguno era de mi gusto, pero me decidí por un top negro con encaje, y una pollera gris que me llegaba hasta los muslos.

-¿Qué crees, me favorece? - Ella entro con un vestido negro, le llegaba hasta los muslos, era ajustado en la parte de arriba y un poco suelto en sus piernas. Dio una vuelta completa y se miro al espejo.

- Perfecto. - Ella sonrió como una niña que acaban de comprar un dulce y agito su cabello rubio.

Mi móvil comenzó a vibrar, una sonrisa apareció en mi rostro al ver el nombre de la persona.

- Hola Aaron. - Emma giro a verme guiñandome un ojo. -¿Por qué llamaste? - Emma negó con la cabeza, significaba que lo había arruinado todo. - No digo que no quiero hablar contigo, es solo que, es raro que me llames. - Quería golpear mi cabeza contra la pared.

- Quería recordarte que debes permanecer en tu casa, debes ser precavida. Es mejor que no estés sola, Alice, debes tener cuidado con las personas. 

-¿Estas diciendo que no puedo salir de mi casa cuando quiero? ¿Cómo en este momento? - Emma me miraba confundida.

- Alice, es peligroso. Te están buscando, hacemos lo posible por protegerte, debes cooperar. - Bufe. 

- De acuerdo. - Suspire devastada. - Adiós Aaron. 

- Adiós hermosa. - Colgó. 

Emma se miraba al espejo varias veces. No sabía cómo decirle que tengo prohibido salir sin un guardaespaldas. Deje el móvil sobre la cama y me pare.

- Em, Aaron acaba de llamar. - Sus ojos

verdes me escaneaban rápidamente. - Y dijo que debo permanecer en casa desde ahora. 

- Un momento, ¿no podemos salir? - Ella dejó de peinarse y me señaló con el peine. - Alice, no hay vuelta atrás, iremos a esa fiesta, sin importar la orden. 

- Emma, no es buena idea. - Ella me miro seria y tomo su bolso. Se miro por última vez al espejo.

-¡Soy divergent y no puedo ser controlada!

-¿Estás citando a Tris? - Dije levantando una ceja. 

-¡Alice! ¡Vámonos! 

(...)

- Alice si no dejas de moverte como una lombriz te tendré que echar de mi auto y te vas caminando. - Ella me miro cansada.

- Lo siento, estoy nerviosa, Aaron me dijo que no debía salir, presiento que pasará algo y me arrepentiré de ir. - Ella rodó los ojos. Emma detuvo el auto en medio de la carretera y me observó. No creía que habíamos llegado, nos faltaba medio camino para llegar al pueblo. 

- Esto es gas lacrimogeno, si alguien sospechoso se te acerca, solo usa esto. - Quitó un pequeño frasco amarillo de la guantera, y me lo dió. Asentí y lo aguarde en mi bolso.

- Gracias, - Ella volvió a acelerar el auto. Moví las uñas por la ventana, creando unas ondas. Me removí incómoda, Emma rodó los ojos. - Emma, necesito un consejo.

- Cuéntame Alice. - Ella bajo el volumen de la música. 

- No se que somos con Aaron, nos besamos y me encantó. Pero, ¿qué debo hacer cuando lo veo?

-¿Qué piensas hacer? - Me dijo

sarcástica. -¡Salvarlo de las arpías que te lo quieran robar! ¡Es tu hombre, bésalo! 

Me reí ante su comentario, Emma era una persona muy directa y divertida, la quiero como a una hermana, y solo la conozco hace un mes.

Bajamos, la fiesta era en un club, no me causó mucha alegría enterarme. Al entrar el olor a alcohol y cigarrillo me dio dolor de cabeza. Estaba sonando la música de Fetty Wap, Trap Queen. Emma me arrastró hasta la pista. Me quede parada junto a ella, sin hacer nada. Tenía un mal presentimiento y me estaba matando.

- Iré por unas bebidas. - Vi como su melena rubia desaparecía entre la gente. La gente bailaba muy pegados, en la mesa de la esquina unos sujetos me miraban. Sentí asco al instante. Fui a sentarme en una mesa cerca de la barra, no veía a alguien sospechoso, no había razón para usar el gas lacrimogeno. Pero no pensaba despegarme de él. 

-¿Bailas? - Al mirarlo, lo primero que pensé fue negarme, pero no tenía una mala apariencia. 

- Si. - Antes de tocar su mano le pregunte. -¿Cómo te llamas?

- Ethan. - Tomo mi mano y me llevo a la pista. Me dio la vuelta y me acerco a él, era atractivo, tenía ojos verdes y cabello marrón. Llevó una de sus manos a mi cintura y me susurro al oído. -¿Cual es tu nombre preciosa?

- Alice. - Él me sonrió. No me gustaba que me digan esos estupidos apodos, pero si me gustaba cuando Aaron me decía hermosa. Era impresionante lo que Aaron causaba en mí.

Ethan no bailaba

nada mal, este chico era excelente bailarín, yo me movía al ritmo de la música. Él pasaba sus manos por mis brazos. Yo mantenía cierta distancia con él, no sentía la necesidad de utilizar el gas, pero solo no quería que piense otra cosa.

En algunos momentos me puse a buscar a Emma con la vista, pero no la encontraba. Ethan me giro y me acerco a él. Sus manos empezaron a subir por mi cintura y me empezó a besar el cuello. Tome el gas lacrimogeno y lo oculte en mi espalda.

- No te hare daño, acércate. - Me sentía incómoda. - Puedo hacer que la pases genial. - No quería seguir bailando con él. Lo empuje, pero no lo moví ni un poco. 

- No quiero utilizar esto pero... - Me tomo de la cara y me planto un beso en mis labios 

Sus labios eran cálidos, pero no se compraban con los de Aaron, me sentía rara besando otros labios que no fuesen los de él. Intente alejarme de él, lo empujaba pero me tomaba más fuerte del brazo. Ethan se alejo bruscamente de mi. Al ver hacía el piso me asombre.

Aaron le dio un golpe en la cara, todos formaron un círculo, observando la pelea. Ethan no podía lograr derribar a Aaron, todos sus intentos de golpearlo era en vano.

-¡Aaron! - Me acerque a él e impedí que le de otro golpe a Ethan. -¡Déjalo! 

Él se giro, pero no me tomo de la mano, me cargo en su hombro, le dí golpes en su espalda repetidamente. Patalee pero él ignoro mi berrinche y camino entre la gente conmigo sobre él, hasta que llegamos afuera.

Me bajo, yo me quede estática mirándolo. Él solo me miró enojado, el viento hizo erizar mi piel en segundos. Aún tenía el gas en mi mano.

-¡Te dije que no salieras Alice, que era peligroso y no me escuchaste! 

-¡Aaron no estoy lastimada! - Alce mis brazos al aire. 

-¡Alice te advertir que no salieras! ¡Pero como siempre lo haces decidiste ignorar mi orden!

-¡Tú no eres nada para darme órdenes!

-¿En serio? - Se acerco peligrosamente a mi. Baje mis brazos, y lo mire fijamente. -¿No significó nada para ti?

- No. - Me pare justo delante de él. Quería demostrarle que sin él, yo podía ser fuerte. - Yo soy sólo una chica a la que debes cuidar, antes de que cometa alguna estupidez, ¿cierto? Solo juegas conmigo. - Susurre - Pero tranquilo guardaespaldas, sé defenderme.

-¿En serio crees eso? - Yo solo mire sin entenderlo. 

Me tomo del brazo y lo giro. Un dolor recorrió completamente mi brazo. Le pise el pie y le di un golpe en su estómago. Logre que se alejará. Él me tomo de ambos brazos y me pegó violentamente por la pared, con mis brazos sobre mi cabeza. Aaron me miraba fijamente, se acercó un poco más a mi y antes de que sus labios toquen los míos me susurro:

- Alice, mírame a los ojos. - Él conocía mi punto débil, mirar sus ojos. - Eres mía desde el primer beso que nos dimos. Y sé que significó algo para ti, tanto como tú para mi.

Junto nuestros labios en un beso, pero no un dulce beso, era uno con deseo y pasión. Soltó mis manos y me agarró fuerte de la cintura. Me separe de él y lo mire, estaba confundido.

- Dime que no es solo un juego y seré tuya. - Él se alejo y logre pararme en el suelo.

- No es un juego Alice. - Y volvimos a juntar nuestros labios.


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Capítulo 14 - No te perderé

-¿No te sientes sola aquí, en medio del bosque? - Ella me paso la taza de té. 

- No. - Ella me regalo una sonrisa. - Me siento mejor estando aquí, todo es más tranquilo, además Aaron viene a visitarme. 

- Flora, ¿cuál es la diferencia entre una bruja y una hechicera? ¿No son lo mismo? 

- Las brujas son más poderosas, ellas tienen cicatrices en sus manos, cuando hacen un sacrificio o embrujo las cicatrices quedan como líneas blancas, como tatuajes. Tienen un sentimiento de desagrado hacía las criaturas. - Al decir todo eso, lo único que pensaba era en el rostro de Tessa y su retorcida sonrisa. - Las hechiceras hacen hechizos sencillos, siempre se encuentran en contacto con la naturaleza y no nos importa el odio de criaturas y brujas.

- Al parecer hay que temer a las brujas. - Deje la taza sobre la pequeña mesa de madera. - Flora, sé que es incómodo hablar de él pero, ¿cómo descubrió mi tío que eres una hechicera? 

- Fue en uno de sus trabajos como cazador. Una vampiro lo mordió, tenía dos opciones verlo morir desangrado o ayudar, elegí ayudarlo y aceptar su reacción, aunque de cierta forma, sabía que iba a racionar así. 

Solo asentí. Flora se levanto y fue a la cocina. Hoy estaba decidida a ir a hablar con Alex sobre Elizabeth, pero antes, quería estar protegida. Le pedí a Flora un collar de verbena, como Jordan me había dicho. Ella aceptó hacerlo con gusto. 

(...)

Golpee la gigante puerta de madera con timidez, escuche unos pasos acercarse. Arregle mi atuendo y suspire. Derek abrió la puerta.

- Hola dulzura. - Tenía una taza en su mano,

el contenido era rojo. Tenía una idea de lo que estaba tomando, pero no me atrevería a preguntar.

-¿Está Alex? - Él miro hacía un costado. Me dio permiso de pasar y me guió a la sala. La ultima vez que entre dije que no volvería entrar, pero aquí estaba.

Alex estaba cerca de una ventana, con un vaso en su mano, y la mirada perdida en el cielo. Derek se quedo quieto, junto a la pared. Yo camine hasta él. 

-¿Qué haces aquí? - Me dijo sin mirarme. Me detuve y lo observe. 

- Quiero.. - Miré a Derek recordando lo que me habían contado. Sobre quién la mató. Sacudi la cabeza y suspire. - Cuéntame sobre ella, sobre Elizabeth. 

-¿Y por qué piensas que lo haré? - Derek al escuchar eso, desapareció de la habitación. Volví a mirarlo. 

- Alex, somos tan diferentes, y nunca llegaremos a pensar de la misma forma, sé que al verme, tú piensas en ella, en lo que sentiste cuando supiste lo que le había pasado pero, - Suspire. - quiero saber sobre ella, necesito saber, ¿al menos puedes hacerme ese favor?

Él me miro sin ninguna expresión desagradable o de asombro, dejo su vaso en la mesa y tomo un abrigo. Paso alado mío y soltó un suspiro. 

- Vamos Montgomery. - Dijo de un manera seca.

Caminamos por el gigantesco patio trasero. Volví a observar la casa, nunca pensé en los años que debe tener. Había un lago enorme detrás de la casa, apuesto que tiene mucha profundidad. 

-¿Cómo la conociste? - Lo mire, inclinandome un poco.

- La primera vez que la vi fue en 1866, ella había llegado al pueblo de visita. Hubo una fiesta ese día, la estuve viendo toda la noche, pero ninguna

vez cruzo una mirada conmigo. Pensé que no tendría una oportunidad con ella, pero tome coraje y la invite a bailar. Ella era la clase de chica que es sociable, divertida, y engañosa. Era muy persuasiva. 

-¿Qué quieres decir con eso?

- Ella acepto bailar conmigo con una condición, que nos viéramos a la media noche en el lago de los Russell.

-¿Los Russell?

- Si, la fiesta era en la mansión Russell, casa del fundador Jacob Russell, era el tatarabuelo de James. 

-¿Y fuiste a verla? - Alex llevo sus manos detrás de su espalda, y su columna se puso recta.

- Si fui, me pasé la fiesta pensando en que puede pasar. No podía creer que una chica podía provocar eso en mi. - Sonrió, pero al verme su sonrisa desapareció. - El amor es el sentimiento más fuerte y doloroso. - Fruncí el ceño y volví a mirar hacía enfrente.

-¿Y que pasó cuando fuiste? - Rápidamente detuve a Alex, colocando mi mano en su pecho. - Dime que no paso nada indebido en ese momento.

Él levanto una ceja y soltó una gran carcajada. Me detuve y lo observe atenta. Debería estar enojada por su reacción ante mi pregunta, pero era la primera vez que lo escuchaba reír. Me quede asombrada. No estaba serio o enojado, parecía disfrutar hablar de ella. 

- Sabes, me pregunto que piensas, para decir esas estupideces. - Rápidamente volví a fruncir el ceño.

- Sigue con la historia Drácula. - Él volvió a ponerse serio y aclaró su garganta.



- Cuando llegue al lago, tal vez estuve como dos horas esperándola, inventaba excusas tontas para hacerme creer a mi mismo que no me habían hecho esto apropocito. 

- Un momento, ¿te dejo plantado?

Esto si me llevo por sorpresa, me imaginaba a Alex sentando cerca del lago con un ramo de rosas, esperándola. Ahora sentía pena por el y al mismo tiempo ganas de reirme. Pero me contuve antes de que el note mi cara sorprendida. 

- Alice, mantén tu boca cerrada. - Me cruce de brazos e intente no interrumpir. - Al otro día, ella estaba en la puerta de mi casa, vino a disculparse. - Su historia era tan dulce, pero al pensar como termina y todo se volvía triste. - Al conocerla mejor, no pude evitar no sentir algo por ella, era única. - Alex me miro unos segundos y fruncio los labios. - Después de varias semanas, ella quiso que fuéramos a cenar, pero tuve una idea, yo mismo organicé una cena. Recuerdo como estaba vestida, recuerdo su risa, recuerdo cuando nuestras manos se tocaron por primera vez.

- Enserio la amabas. - Le dije en un susurro. Apretó su mandíbula y continuo. Baje la vista. Podía sentir lo dolido que estaba con sus palabras, por la forma que la describía, por el pequeño gesto que hacía al hablar de ella.

- Esa noche algo salio mal, ella me vio en mi peor faceta, me convertí en un vampiro delante de ella, todavía recuerdo su expresión asustada al verme. 

-¿Por qué ocurrió eso? ¿No podías controlarte? - Me llego un mensaje. Al ver que era de Jordan, pero solo lo ignore. 

- No podía controlar la sed de sangre, y ella se corto la mano, no se supone que debía ayudarla, pero lo hice.

- Soltó un suspiro. - Me dijo que no se lo diría a nadie, pero me pidió que me alejara y le hice caso. Pero Derek se entero, y fue a terminar lo que empecé.

Él caminó hasta el lago y se quedo viendo el horizonte. Me acerque despacio y me coloque alado de él, observe se expresión, parecia ido. Pensé en tomarlo de la mano o abrazarlo, pero eso no iba a clamar su dolor. 

- Lo odie, lo odie de una forma inexplicable. Él me hizo sufrir, siempre me hace sufrir, se supone que es mi hermano. 

- Lo siento. - Lo abrace, sabía que no arreglaría las cosas, pero también sabía que él lo necesitaba. Creí que me apartaría, pero no lo hizo. Su mano se colocó en mi espalda y me apretó más a él. 

Alex Dolan no era necio, idiota, testarudo, malo incluso estúpido. Él era un chico con el corazón roto, era sensible y protector, pero lo encubría en su aspecto de chico malo.

(...)

Fui a la casa de Jordan, luego de mi larga charla con Alex. Fue duro para él contármelo, pero necesitaba saber sobre ella. Nunca creí que su historia fuese así. Con un gran amor entre dos personas, pero algo malo pasa, y ese gran amor se extingue por maldad. 

Al golpear la puerta, ésta se abre lentamente, dejándome observar el interior de la lujosa casa de Jordan. Comencé a buscar a los chicos, pero solo escuchaba ruidos de metales chocando provenir de una habitación cercana a donde me encontraba.

- Nos verán en el bosque a las nueve, debemos llevar a Dominic y lograr convencerlos de que se detengan. - La voz de mío tío era dura y firme.

-¿Y quién se quedará a cuidar de ellas? -

James recargo la pistola que tenía en sus manos.

No entendí nada, todos estaban sentados en la sala con una bolsa de armas en la mesa, las cuales estaban recargando. Fruncí el ceño y me incline más para mirar. Pero unos ojos verdes chocaron con los míos sorprendidos. 

-¿Alice que haces aquí? - James me miro frunciendo el ceño. 

- Buscaba a mi tío, pero al parecer está ocupado organizando cosas confidenciales. - Dije mirando la mesa con armas.

- Aaron llévala a casa. - Mi tío le ordenó. Yo lo mire frunciendo el ceño, él solo continuo hablando con Jordan y James. Aaron caminó hacía mi y me tomo del brazo. Mis ojos seguían mirando a mi tío, quien solo desvió la vista. 

-¿Eso es todo lo que le dirás a tu sobrina? ¿Ningún estúpido hola, John? - Todos me observaron. No sabía que pasaba, pero quería haberlo enojar.

Aaron me subió a su auto y me abroche el cinturón bruscamente. Al acelerar el auto, solo me mantuve callada. El tío John se comportó como un idiota. No me importa hablar así de él. Porque lo fue. 

- Alice, tu mirada ya es incómoda - Dijo sin quitar la vista del camino. Lo llevaba observando desde que subimos al auto.

-¿Vas a decirme que harán? ¿Y por qué no piensan decirme? - Él solo bufó. 

- Alice, se supone que debes quedate en tu casa, segura, pero al parecer no entiendes que estas en peligro. 

-¿No vas decirme? - Él giro a mirarme. Yo levante ambas cejas, esperando su respuesta.


-¿Escuchaste lo que dije? - Volví a mirar hacia el camino, me cruce de brazos. Él comenzó a hablar entre dientes ruidosamente. - Haremos un trato con los cómplices de Dominic, lo entregaremos y le ofreceremos protección, acambio de que paren con todo esto.

-¿Y no pensaban decirme? - Dije aún sin mirarlo. 

- Alice si te decíamos algo de esto, tú ibas a querer ir, eso puede complicar las cosas. - Gire a verlo furiosa.

- No pueden decidir por mi, si quiero ir, voy a ir. - Aaron no se inmutó en mírame o decir algo. 

- Pero no lo harás, yo no te dejare hacerlo, y tu tío tampoco lo hará.

Me cruce de brazos indignada, Aaron no podía decidir por mi y se lo haría saber. Al llegar a la casa de mi tío, me baje y me apoye por el auto. Él noto mi ausencia a su lado, entonces giro e hizo una mueca.

- Alice, entra a la casa, creo que empezará a llover. - Él observó el cielo. 

- No voy a entrar hasta que me digas que me dejaras ir. - Le dedique un mirada asesina.

Él se llevo sus manos a su cabello y jalo de este.

-¡No vas a ir! - Su respiración era agitada. -¡Deja de actuar como una niña!

-¡No actuó así! Y para que sepas, tú actúas como un... - No se me ocurría nada. Siempre sabía que decir, pero mi mente estaba en blanco. -¡Tú no me dices que hacer! - Aaron intento no reír ante mi cambio de oraciones
-¡Idiota!

-¿En serio? - Dijo divertido. No fue muy original pero se estaba comportando como uno ahora. - Entra a la casa.

-¡No! - Volví a caminar hacia el auto dando grandes pasos.

-¡Haras lo que diga! - Gire a verlo y me pare esperando a su reacción. 

Él se acerco rápidamente, intente alejarme, pero me atrapó, me subió a su hombro y me llevo adentro.

- No te perderé. - Me dijo en un susurro.

《Hola esta es mi primera novela, espero que les guste. 

Quiero agradecerles por leerla; los quiero mucho ♡♡

Voten y comenten por favor☆》


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Capítulo 15 - Ella es el trato

Aaron Pov

Estaba sentada frente a la ventana, podía notar su ceño fruncido, respiraba pesadamente, sus pequeños puños se cerraban con fuerza. No quería que ella fuera allá, no sabía lo que podía pasar, pero no tenía pensado perderla. 

-¡De acuerdo, vámonos! - John me gritó desde la puerta. - Nos encontraremos con James y Alex en el camino. James fue a buscar a Dominic.

- Ya voy. - La volví a mi mirar, no me iría así nada más. Me acerque a ella y coloque mi mano sobre sus hombros. Me estaba dando la espalda, intente hacer la reír, pero me ignoro. 

- Dame un beso. - Sentí como su pulso se aceleró de golpe. Seguía sin mirarme, entonces me acerque a su cuello y le deje un beso. Ella al instante se dio la vuelta a mirarme con esos curiosos ojos color café. La tome de la cintura y la puse a mi altura.

- Aaron. - Empezó a tartamudear, me encantaba cuando lo hacía, porque sabía que la estaba poniendo nerviosa. 

- Me gusta como suena mi nombre en tus labios. - Me miro fijo, volví a acercarme a ella y le susurre. - Sigo esperando ese beso. - Ella tomo mi cara entre sus manos, sus labios tocaron los míos. No podía pasar un día sin besarla.

Nos separamos despacio, la mire examinando su rostro, como sus mejillas tomaban un color rojo fuerte, como sus ojos buscaban un punto donde mirar y como sus manos se caían lentamente a los costados de su cuerpo. La volví a besar y me fui. Ella y Emma se quedarían con Jordan, él las cuidará mientras nosotros volvíamos.

- Entonces, ¿eres el novio de mi sobrina? 

- Si. - Nos subimos

al auto y John empezó a conducir. Coloque el cuchillo en mi bota y la pistola en mis jeans. 

- Aaron, sé que ella no es mi hija, pero la quiero como una y no quiero que la lastimes.

- No voy a lastimarla, jamás. Me gusta y no pienso perderla. - John solo sonrió, sé cuanto la quiere, y no pienso decepcionarlo con lo que acabe de decir.

Nos encontrábamos en el bosque, esperando que James llegue con Dominic, y podamos terminar con esto. Alex había llegado hace unos minutos, John pensó que necesitaría más ayuda, entonces llamó a Alex. Escuchamos un auto y vi el Jeep de James. Se bajo tambaleándose. Bajo a Dominic y se acerco.

-¡Si lo tenemos que retener otra vez, no pienso tenerlo en mi casa! - Empujó a Dominic al suelo.

-¿Qué ocurrió? - Le preguntó John soltando un suspiro.

-¡Iba ir a agarrarlo, cuando me pateo en la maldita entrepierna! - Alex soltó una risa.

Después de esa horrible historia, empezamos a caminar al lugar donde acordamos encontrarnos. James seguía quejándose del dolor.

Cuando llegamos todo era silencioso, nada se movía, ni siquiera había viento. James tenía a Dominic del brazo. John le inyectó verbena y estaba débil. Un ruido nos puso alerta. Vampiros. Bajaban de los árboles y se colocaban uno alado del otro. Nos miraban amenazadoramente.

-¿Dominic? - Una mujer lo miro horrorizada. -¿Qué le hicieron?

- Solo tiene verbena en su sistema, se recuperará. - Explicó John. 

Un hombre de color, alto, con muchos tatuajes, y

ojos azules. Miraba a John de una mala manera. 

-¿Te cambiaste de carril Alex? - El sujeto que aún no sabía su nombre le habló a Alex. Él solo lo fulmino con la mirada y lo ignoro. - Mi nombre es Evan, dirijo este grupo y ustedes tienen algo que me pertenece.

James empujó a Dominic y éste fue agarrado por la mujer. Evan junto las cejas y comenzó a caminar al centro. 

- Me refería a la chica. - Todos nos miramos confundidos.

- Ellos la tienen. - Dominic nos sonrió maliciosamente. Estaban hablando de Alice.

- Ella es el trato. - Dijo Evan seguro de sus palabras. Yo mire a John y después a James confundido. 

-¿De qué trato habla? - John se acercó un poco, colocando discretamente su mano cerca de su pistola.

- Danos a la chica y los dejaremos en paz. - Un sonrisa retorcida se formo en su rostro.

- No. - Eso salió de mi boca sin pensarlo. Evan empezó a negar con la cabeza.

- Pues, eso no nos gusta. - Agarró a Dominic de su remera y le susurro algo. En un abrir y cerrar de ojos, él desapareció.

-¿Dónde fue? - Mi respiración de aceleró. 

- A buscar a nuestro doppelganger.

Mis ojos salieron de su órbita, sin pensarlo dos veces, me dí media vuelta y empecé a correr en dirección de donde ella se encontraba. No sabía si los demás me seguían, pero no me importó. Las gotas de lluvia caían en mi cara, pero yo las apartaba bruscamente.

Me subí al auto, ni siquiera espere a John. Mi corazón latía a mil, no quería que la toque, siquiera que llegue hasta ella. Dominic era una criatura repulsiva, y sabía que era capaz de torturar

a Alice sólo para hacerme sufrir.

Conduci tan rápido que era un milagro no atropellase o chocase con algo. La lluvia me obstruía la vista, mi corazón estaba por salir de mi pecho. Pero en lo único que pensaba, es que le rompería la cara a Dominic si la tocaba.

Cuando llegue, la casa parecía tranquila. Me baje y corrí hacía la puerta. Tome mi pistola y la sostuve con fuerza. Cuando golpe la puerta, se abrió lentamente. 

Alice Pov 

Abrí el refrigerador y tome el vaso de jugó. Me sentía aburrida esperando saber que estaba pasando allá. Cuando gire, Dominic estaba sentado en una silla observándome. 

-¿Que-e haces aquí? - Él se paro y caminó hacía mí. Llevo su dedo a su labio, indicándome que haga silencio. Yo caminé lento hacía atrás hasta que la pared me detuvo. Él me tomo fuerte del brazo, e hizo que soltará el vaso que tenía en mi mano, haciendo que este se rompierá y provoque un horrible y grave ruido. 

-¿Alice, estas bien? - Escuché el grito de Jordan que provenía de la sala.

Pero no respondí, es decir, no podía. Él me llevo hacía la sala. Jordan y Emma estaban parados en medio del camino hacía la cocina. 

-¿Me extrañaron? - Nos quedamos en silencio, Jordan quito un cuchillo de sus jeans y se acerco a nosotros.

-¡Sueltala ahora! - Ordenó.

Mire a Dominic, una sonrisa enorme se formo en su rostro. Él me tomo del cuello y se acercó a mi oído. 

- Te dije que no te protegería siempre.

Aaron Pov

La ira se expandió por todo mi cuerpo, Alice estaba

tirada en el suelo, Emma se encontraba junto a ella. Jordan hacía todo lo posible por detener a Dominic. 

Corrí sin pensarlo dos veces y golpe a Dominic en la cara. Eso fue por haberla tocado. Él se balanceo y cayó en el sofá. Le pase la mano a Jordan y lo levante del suelo. Ambos corrimos hacia Dominic, le dimos patadas y golpes.

-¡Aaron, verbena! - Jordan gritó haciéndome recordar donde John había guarda las botellas de verbena. Corrí hasta un estante y encontré una jeringa, tome una de las botellas y coloque verbena en la jeringa. 

John apareció junto con James, le dispararon a Dominic con armas que lanzaba pequeñas balas de madera. Él empezó a retorcerse por el suelo. Alex lo agarró y le dio un golpe en la cara. Le lance a James la jeringa y él asintió con la cabeza. Se acercó a ellos, con la jeringa que contenía verbena.

Fui corriendo y tome a Alice entre mis brazos, le di pequeños besos en su cabeza. Ella comenzó a ver su alrededor, y vio a los demás deteniendo a Dominic, luego me observó y me dió un fuerte abrazo. 

De pronto un grito desgarrador se hizo presente. Vi a James en el suelo, Alex tenía una estaca en la espalda. Dominic había escapado. Todo había pasado tan rápido. No quería dejar a Alice, pero me levante y fui con James. Dominic lo había apuñalado en la pierna.

-¿Te encuentras bien? - Él asintió.

- Debemos hablar de lo que paso.

John le quito a Alex la estaca de su espalda y vendo a James la herida. 
Todos se sentaron en la sala, me senté junto a ella, y la tome de la mano. Se sonrojo y bajo la cabeza. 

-¿Qué ocurrió allá? - Jordan se inclino juntando las manos.

- Les entregamos a Dominic pero querían algo más. - John se froto las sienes. - Querían al doppelganger, querían a Alice. 

Todos nos quedamos en silencio. Me sentía estúpido por no tener una idea para detener esto, pero no podía. 

- Conozco a Evan. - Alex hablo. - Cuando él quiere algo, lo obtendrá. Es uno de los vampiros más viejos que existen. Es mucho más fuerte que todos nosotros.

- Debemos hablar con Tessa. - Dijo John.

Miramos sorprendidos a John. Alice fruncio el ceño al instante. 

-¿Estás seguro? - Preguntó James confundido, como todos los demás. 

- Si, debemos ir por ella.


《 Holaaa. Espero que les guste este capítulo. 
Este capítulo es casi todo desde el punto de vista de Aaron. 

Los quiero y espero que sigan leyendo mi novela》

Felices Fiestas a todos♡♡


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Capítulo 16 - Ella elige su camino

Abrí mis ojos, la luz me hizo volver a cerrarlos. Me removí incómoda, al girar y mi corazón se detuvo. Aaron se encontraba durmiendo junto a mi. Al observarlo, su ceño no estaba fruncido, su labios se encontraban entreabiertos, y su mano me tomaba de la cintura fuerte, como si tuviera miedo que me alejara de él. 

Me acurruco en su pecho. Paso mis dedos sobre su abdomen descubierto. Se me erizo la piel al tocarlo. Se sentía tan suave y cálida. Observe la pequeña cicatriz en la parte baja de su abdomen. Recordé cuando toque la cicatriz por primera vez. Cuando sentí sus heridas y su cálida piel. 

- Aaron, despierta.- Acaricié su rostro hasta llevar a su barbilla, él se cubrió con la sábana. -¡Aaron! - Lo empecé a agitar y gruño. Me senté en la cama, tome mi móvil y lo enfoque. Al tomar la foto, el sonido que había provocado, hizo abrir los ojos a Aaron. Me tomo de la cintura y giro, dejandome debajo de él. Lo hizo tan rápido que no me dio tiempo de reaccionar.

-¿Acabaste de tomarme una foto? - Me miro con los ojos entrecerrados. Yo coloque mi móvil debajo de mi espalda, evitando que lo pueda tomar.

- Es la primera vez que te veo sin esa expresión de enojo en tu rostro. - Él frunció el ceño. Se acerco más a mi y colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja. -¿Aaron como llegamos a mi cama?

- Te quedaste dormida en el sofá, después de la charla. Te traje hasta aquí, y luego me pediste que me quedara contigo. - No recordaba haber hecho eso. - Dijiste que tenías miedo.

Intente

pensar en lo que había pasado, pero no recordaba hacer eso. Solo recordaba abrazarlo a la mitad de la noche. Siempre despertaba en la madrugada, teniendo horribles pesadillas. Pasaba dos horas intentando dormir, pero simplemente no podía. Y esta vez, tenía a Aaron para hacer pasar mis pesadillas. 

- Gracias por haberte quedado conmigo. - Susurre. Él se acerco y me dió un dulce beso. 

Baje despacio por la escalera con Aaron detrás mío, no quería que mi tío se enterara que Aaron durmió conmigo, no me sentia cómoda explicando eso. Y además el tío John siempre hacía preguntas incómodas. 

-¿Pasaste la noche aqui Aaron? - Mi tío se encontraba tomando su café y leyendo el diario. Me hizo recordar a mi padre. Siempre hacia eso, mientras mi madre traía el desayuno. Me había olvidado completamente de ellos, debería llamarlos. Volví a la realidad y me di cuenta que mi tío había dejado el diario en la mesa y nos observaba con los lentes bajos.

- Si, - Aaron contestó mientras tomaba asiento en la mesa. - No quería dejarla sola, entonces decidí quedarme. 

-¿Durmieron en la misma cama? - Fulmine con la miraba a mi tío. 

- Si. - Él corrió la silla, indicandome que debía ir a sentarme. 

Después se ese terrible interrogatorio, Lissa trajo el desayuno, y pudimos desayunar sin ninguna pregunta incómoda. Miraba de reojo a Aaron, hablaba con naturalidad con tío, tomaba mi mano cuando mantenía silencio, él me hacía sentía segura en todo momento. 

- Adiós hermosa. - Me dio un beso en la mejilla y se fue. Cerré la puerta y al entrar en la cocina, vi a mi tío sentado con

los brazos cruzados.

- Alice, puedes sentarte. - Dijo señalando la silla. Lo miré confundida. Me acerque a la silla. - Quiero que hablemos de Aaron.

- De acuerdo. - Me senté despacio y junte las manos sobre la mesa. - ¿Cuáles son las razones por la que vas a entrometer en mi vida?

- Alice, soy tu tío, me preocupo por ti, y Aaron, es un gran chico pero, me preocupa que él sea más grande, no quiero que él te presione a hacer algo que no te sientes preparada.. - Lo interrumpí. 

- Sé a lo que te refieres, pero, tal vez conozca a Aaron hace poco, pero se que él no me obligara a nada, él es paciente conmigo, él es a lo que yo llamaría un protector para mi. - En el momento que dije todo eso, recordé despertarme esta mañana con él, sentí un alivio al saber que fue con él, con quien dormi.

- Confío en ti, sé que puedes defenderte sola y arreglarlo, pero el cuerpo humano.. - Abrí los ojos como platos. Había dado casi un discurso, me había atrevido a decírselo, y él lo único que hacía, era contradecir todo.

- Conozco lo que puede pasar John, algún día lo experimentare, pero por favor dejame descubrirlo por mi misma, además tuve esta conversación con mis padres, no es necesario volver a tenerlo.

- Hubieras dicho eso desde el principio, pero de todas formas no olvides pensar antes de realizar las cosas. - Me regalo una sonrisa.

Hice una sonrisa forzada. Me levante de la silla y fui por agua, necesitaba tomarla para evitar devolver todo mi desayuno. La voz de mi tío me hizo detener mi paso.

- Debemos ir a hablar con Tessa. - Junte las cejas.

-¿Yo iré? - Dije señalandome.

Nunca me dejaban ir con ellos, sabía que ayudaría de alguna forma. Pero pensaban que estaría mejor aquí, dentro de estas cuatro paredes. 

- Si, ve a cambiarte. - Sonreí y volví a subir las escaleras rápidamente. 

(...)

El tío John conducía hacía la libreria de Tessa, supuse que los demás tambien estarán ahi. Me sentía extraña al pensar en que hablaría con ella. O tal vez no, tal vez sólo el tío John y los chicos le harían las preguntas. Pero, no quería volver a ver a Tessa otra vez.

Al llegar y ahí los vi, a todos serios y cruzados de brazos, menos James, él nunca se pone serio en estas cosas. El tío John bajo y él primero en hablar fue Jordan, me habían quedado en el auto, el tío John dijo que primero entrarían ellos, y luego iría yo. Volví a mirarlos, el tío John estaba hablando, y ellos lo observaban cautelosos. Luego se dio la vuelta, observándome a través del vidrio. Volvió a subir al auto.

- Tessa no está aquí. - Se colocó el cinturón. 

-¿Entonces que harán? ¿Qué haremos? - Observe a los chicos subirse al Jeep de James.

- Debemos buscar a alguien que sepa de ella, a su hija. - Volví a mirar el camino.

El tío John no dijo a donde nos dirigíamos, solo dijo a los chicos que lo sigan. Miraba por la ventana del auto. La vista de edificios, tiendas, restaurantes desapareció y cambio por grandes árboles y una ruta fija.

Después de unos 30 minutos intrigada con saber donde íbamos, y escuchando la música vieja del tío John. Detuvo el auto, logre divisar una casa a los lejos, parecía escondida entre los árboles.



- Debemos caminar hasta allá. - Dijo señalando la casa.

Nos miramos entre sí, y nos dispusimos a caminar. Los árboles formaban un techo por el camino de tierra y al fondo se divisaba la casa en medio del pasto verde. Me acerque a Aaron, y note que apretaba fuerte sus puños. Introducí mi mano en medio de su puño. Él pronto dejo de presionarlo, y me tomo de la mano.

- Es una casa muy vieja. - Dijo James, mirando la casa con horror. 

- Como tus botas, vaquero. - Giramos a ver de quien era esa voz. Un chica de cabello negro, baja, delgada y con una sonrisa en su rostro. Vestía una remera negra, un jeans claros y unos tennis.

-¿Tú eres Sierra Gallagher? - Él tío John pregunto. La chica tiró la pala que tenía en su mano y se dirigió a la casa.

-¿Se van a quedar ahi parados? - Levanto una ceja. -¡Pasen!- Hizo un ademán con su mano.

Entramos a la vieja casa, tal vez tenía un aspecto descuidado por fuera, pero por dentro era gigante y organizado. Estaba algo oscuro, pero podía notar los cuadros pintados y el enorme sofá en medio de la habitación. Observe todo a mi alrededor, había muchos libros, objetos raros, que no tenía idea de que era.

-¿Cómo sabe mi nombre? - Sierra se sento en el sofá, cruzando las piernas. Miro fijamente a mi tío. -¿Quién le dijo de mí?

- Eres la hija de Tessa Gallagher, ella me había contado de ti hace mucho. - El tío John tomo asiento frente a ella. - Necesito un favor.

-¿Qué quieren? - Ella observaba con cautela a cada uno de nosotros. 

-¿Sabes dónde esta tu madre? - Jordan

fue él que hablo.

-¿Por qué he de saberlo? - Sonrió. - Ella no viene hace una semana, es típico de ella, solo vienen cuando se le antoja.

-¿Tienes idea de donde puede estar? - Sierra negó con la cabeza. 

No sabía que Tessa tenía una hija. Ellas no se parecían en nada, de rostro y creo que ni su carácter era el mismo. Permanecí parada junto al sillón donde se encontraba el tío John sentado con James. Jordan y Aaron estaban parados junto a mi. 

-¿También eres una bruja? - James la miro intrigado.

- Si, pero no se preocupen, no lo haré daño, si no es necesario. - Nos guiño un ojo. Sus ojos claros fueron a parar a mi rostro. Me miro fijamente y hizo un gesto de confusión. Su sonrisa había desaparecido. -¿Elizabeth? - Susurro.

Todos me observaron y luego vieron a Sierra, quien parecía asustada. Se levantó del sofá y se alejo de nosotros.

- Eres el doppelganger. - Susurro. - Tú eres a quien mi madre buscaba. - Dijo mirándome extraña. 

-¿Por qué la buscaba? - Preguntó Aaron.

- No puedo ayudarlos si eso es lo que quieren. - Se paro firme y alzó el mentón. 

- Sierra, tu madre está haciendo algo terrible, no podemos dejar que rompa el equilibrio de vida de las criaturas. 

-¿Por qué ella haría algo así? - Cruzó sus brazos. 

- Por qué es una bruja. - Sierra observó a Aaron indignada.

- No todas las brujas son como crees Aaron Campbell, - Rápidamente

mire a Aaron, él solo la miraba tranquilo - Tal vez si, tengamos odio hacía las criaturas y hacía las repugnantes personas, pero no haríamos daño a alguien sin una justificación. 

-¿Puedes hacernos sólo un mínimo favor? - Jordan hablo lento. - Esto pronto será un caos si no lo detenemos, tal vez más de una persona muera, ¿quieres vivir con la carga de saber, que si hubieras a ayudado nada de esto estuviera pasando? 

Sierra miro a Aaron fulminandolo con la mirada. Él solo permaneció con esa expresión de tranquilidad en su rostro. 

-¿En qué los ayudo? - Dijo seca.

- Queremos saber sobre un hechizo.

Nos dijo que la sigamos. Caminamos por un pasillo, miraba las paredes, no veía ni una foto de Tessa pegada por la pared. Llegamos a una habitación, parecía una biblioteca, había mucho polvo. Los libros eran enormes, en las mesas habían pilas de libros amontonados.

-¿El hechizo tiene que ver con ella? - Me señalo. -¿No saben nada más? - John negó con la cabeza.

Sierra empezó a buscar algo entre los cajones de un viejo mueble. Giro y en sus manos tenía un cuchillo y un pequeño recipiente. Pronto mire a los chicos confundida. 

- Necesito tu sangre, así lograré asociarte con un embrujo. - La mire horrorizada. - Tranquila, solo te haré una pequeña cortada. 

Ella se acerco y extendió su mano para que coloque la mía encima. Apreté fuerte mi mano y suspire. Tomo una de mis manos, apoyó el cuchillo sobre mi piel y lo paso lentamente. Hice una mueca de dolor, ella se detuvo y presionó mi mano. Haciendo que la sangre caiga sobre el recipiente. Me paso un pañuelo y la enrollo por mi mano.

- Necesito silencio. - Se alejo de mi y se sento sobre la mesa en posición de indio. Cerró los ojos y empezó a hablar en voz baja. Aaron estaba cruzado de brazos junto a un viejo estante. Me acerque a él, presionando el pañuelo enrollado por mi mano.

-¿Y si es muy peligroso lo que va a pasar? - Le susurre a Aaron, quien se encontraba junto a mi.

- Yo seré el primero en protegerte. - Tomo mi mano y la apretó. 

Observe al tío John mirando a Sierra atento. James y Jordan se encontraban junto a nosotros observando los libros viejos en los estantes. 

- Lo he descubierto. - Sierra abrió sus ojos y se bajo de la mesa. Colocó el recipiente en la mesa. Pero cuando vi el contenido, la sangre había desaparecido. 

-¿Cuál es el hechizo? - Pregunto el tío John. 

Ella se nos acerco, y se puso seria. Conocía esa mirada, era la misma mirada que mi mamá hacia cuando algo no andaba bien en el trabajo. En este caso, algo anda horrible.


《 Holaaaa, como están? 
Al fin sabremos que le ocurrirá 
a Alice. Les dejo con la intriga.

Los quiero♡♡ Voten y comenten》


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Capítulo 17 -¿Eso es malo?

Mi mundo se derrumbaba. Si es muy exagerada esa expresión. Pero es cierto. En este momento solo quería un abrazo de mis padres. Ese abrazo que te hace sentir protegida y que te hace saber todo va a estar bien.

- Quieren destruir a los licantropos utilizando un viejo sacrificio. - Sierra fruncio sus labios. 

-¿A qué te refieres?

- Quieren acabar con ellos, su mordida es letal para los vampiros, no hay cura para una mordida de licantropo.

-¿Cómo planean hacerlo? - James se acerco a ella.

- No es tan simple, los elementos deben ser los adecuados. - Ella soltó un suspiro. - Necesitan una piedra lunar, la sangre del doppelganger y hacerlo bajo luna llena.

- En dos semanas hay luna llena,- Aaron habló confundido. - pero, ¿qué es una piedra lunar?

- Es un objeto, que la antigua bruja utilizo para crear el hechizo de transformación de los hombres lobos, esa piedra esa única. 

-¿Dónde la encontramos? - John miraba atento a cada palabra de Sierra. 

- Se supone que esta en manos de los hombres lobos, por eso es difícil de encontrar, más para los vampiros. 

-¿Puedes rastrear la piedra? - Sierra fue hacía un estante y tomo uno de los libros. Lo comenzó a hojear hasta que se detuvo y chasqueo los dedos.

- Lo haré. - Sierra mostró una sonrisa.

-¿Necesitan mi sangre? - Al fin me introduje en la conversación. 

- Si, pero no unas gotas Alice. - Sierra presionó el libro por su pecho.

- Necesitan toda la sangre de tu cuerpo, sin dejar una gota. La sangre de un doppelganger es muy extraña y única.

-¿Moriré..? - Susurre.

- Eso no va a pasar. - Aaron se me acerco y tomo mi mano. - Lo evitaremos.

- Espero que lo hagan. - Sierra sonrió débilmente. 

Nos despedimos de Sierra y tomamos rumbo a casa. Yo aún trataba de procesar todo. Por qué debió pasar esto? Por qué debo ser yo a la que rescatan? No tolerare vivir con esto si uno de ellos muere al protegerme.

- Alice, estaras bien, no dejare que te hagan daño. - Mi tío me abrazo, una lagrima cayo por mi mejilla.

Volví a observar por la ventana, limpie la lágrima y suspire. Pronto deje de divisar la casa. Necesitaba contárselo a Emma, necesitaba un abrazo de ella.

(...) 

- Deja de estar así. - Emma me dio golpe.

-¡Emma! ¡Dolió! - Mi amiga no servía para consolarme.

- Te lo merecías. - Se cruzó de brazos. - Ahí sentada y llorando como una magdalena no harás que todo se resuelva. Eres Alice Montgomery, la doppelganger de una chica que murió siendo atacada por "un animal" - Hizo comillas con sus dedos. Negó con la cabeza y me señaló. - Tu eres más fuerte, eres rebelde y si sigues solamente mirando, haré algo para que reacciones. 

Ella tenía razón. Parecía patética, los chicos hacían lo posible para ayudarme, y yo no hacía más que llorar. Me sentía inútil, tal vez porque la era. Pero no iba a permitir eso.
Mi móvil

empezó a sonar, vi el nombre de James en la pantalla.

-¿Qué pasa? 

- Debes venir ahora, estamos en la casa de Jordan. - Escuché gritos de otro lado. Mire a Emma frunciendo el ceño.

- Ya voy. - Colgué. 

Tome las llaves del auto. Con Emma corrimos a la puerta y subimos al Aston Martin de mi tío. Era su auto más preciado, desde que llegue quise usarlo. Y al fin llegó mi oportunidad. 

Coloque mi pie en el acelerador y me apresuré por llegar a la casa de Jordan. Emma me preguntaba que había pasado, pero no tenía ni idea.
En el camino, lo único que pensaba era en que me iban a decir. Era muy importante por el tono de voz de James. Emma golpeaba con sus uñas la ventana del auto. Mis pies no paraban de moverse, y mis manos presionaban el volante. 

Al llegar a la casa de los Freeman, nos bajamos corriendo del auto. Ni siquiera escuche el "clic" del auto que indica que lo cerre. Subimos la escaleras y entramos a la casa dándonos empujones. 

-¿Qué ocurre? - Dije al entrar. 

Sierra estaba sentada en la mesa, con las piernas cruzadas. James estaba frente a ella acariciando su rostro. Ella jugaba con la camisa de James. Él la miraba fojo, Sierra sólo mordía su labios ciertas veces. 

Algo pasaba entre ellos, pero solo lo ignore, necesitaba saber porque debía venir. Emma miraba horrorizada la escena. Le di un golpe a Emma y ella asintió con la cabeza.

- Lamento la interrupción, pero, ¿donde están los demás? - Emma se paro delante de ellos. James se alejo bruscamente y Sierra se sonrojo - Oh, lo siento tanto. Los interrumpí - Emma se llevo una mano a su pecho.

- Perdonen

a mi amiga. - Agarre a Emma del brazo y lo entrelazo con el mío. - Es un tontita.

- Están en la cocina - James tenía un tic en el ojo. Ambas asentimos y nos fuimos a la cocina. Saludamos a Sierra con una sonrisa y nos encaminamos a la cocina. 

Al caminar por el pasillo, soltamos unas carcajadas ruidosas. Cuando giramos para entrar a la cocina, presenciamos una pelea.

-¡No! - Aaron golpeó la mesa. - No voy a hacer esto con ellos, si queres más vampiros, entonces danos por muertos. 

- Nos ayudó cuando llevamos a Dominic. No son tan malos, tal vez algo, antisociales pero, ella puede hacer que cambien de opinión. - Dijo Jordan.

-¿Quién? - Emma pregunto curiosa. 

Todos giraron para mirarnos. Me sorprendí al ver a Flora. Aaron y Jordan se enderezaron y nos sonrieron. 

-¿Qué ocurre? - Dije acercándome a Aaron.

- Tu novio no quiere que los Dolan nos ayuden, porque cree que es una mala idea.

-¿Por favor, Alex? - Aaron soltó una risa burlona. - No pienso tener que hacer esto con él, además les beneficia que destruyan a los licantropos, no quiero tener que luchar contras dos mas.

- Aaron, tenemos a Alice, la viva reencarnación de su novia amada, que murió tragicamente, ¿tú crees que él va a querer verla morir? 

- No estoy seguro. - Todos miraron al tío John, esperando su respuesta. Seguía parada en mi lugar, no entendía porque Aaron no aceptaba la petición. 

-¿Y James? - Flora pregunto.

- Ocupado. - Emma y yo aguantamos unas carcajadas.

-¿John que piensas? - Pregunto Jordan cruzado de brazos. 

- Aceptemos que somos débiles comprados

con ellos, además nos ganan en número y fuerza. Serviría de mucho su ayuda. - Mi tío colocó su mano sore el hombro de Aaron. - Si la quieres como dijiste, aceptará hacer cualquier cosa para salvarla. 

Aaron permaneció callado. Sus ojos azules me miraron fijamente. Intente regalarle una sonrisa, pero desvió la vista. Hizo un gesto de desagrado y alejo bruscamente la mano del tío John.

- De acuerdo. - Aaron levantó las manos al ire y salió por la puerta de la cocina. 

Mi tío llamó a los Dolan y les pidió su presencia en la casa de los Freeman. Me aleje de ellos y fui afuera tras Aaron. Al salir, lo vi con los brazos recostados por la barandilla del balcón, respiraba pesadamente, su ceño estaba fruncido y presionaba los puños. 

-¿Por qué no confías en ellos? - Él giro a verme. Pero luego volvió a observar al frente. -¿Qué te hicieron?

- No confío en los vampiros, ellos destruyeron todo lo que quería, - Me acerque acerque él y acaricié su mano, haciendo que paré de presionar los puños.

-¿Hablas de tu familia? - Le susurre. Él giro a verme sorprendido. 

-¿Has preguntado sobre mi familia? - Se paro derecho, lo que me hizo sentir más baja. Lo imite, y me coloque en la misma posición que él. 

- Emma me lo ha contado, y también James. - Él asintió. - Nunca hablas sobre ellos. - Le dije mirándolo. 

- Cuando tu familia muere tragicamente, ni siquiera quieres aceptar lo que paso. - Me acerque a él y le di un fuerte abrazo. Él acarició mi cabello marrón. 

- Tal vez esos vampiros que lo hicieron, estén muertos o sigan vivos pero, los Dolan no han hecho eso, y la venganza

nunca trae satisfacción. 

- Derek asesino a la novia de su hermano. - Aaron me alejo y me sorprendí al escucharlo. -¿Tú crees que eso es bueno?

-¡No! Matar a una persona es terrible, solo que, tal vez cambiaron, y no son las mismas criaturas sin piedad que todos conocen. - El chillido de la puerta me hizo callarme. Flora salió afuera y nos observó indecisa. 

-¿Interrumpo algo? - Yo observe a Aaron, esperando a que contestara, pero solo se mantuvo callado. Presione los labios y bruscamente solté sus manos. Me acerque a Flora e ingrese a la casa.

En la cocina todos se encontraban hablando, me pare junto a Emma y ella me sonrió. Aaron entró y miro con desagrado a Los Dolan. Ahora James y Sierra también se encontraban en la cocina.

- De acuerdo. - Mi tío comenzó a hablar. - Los vampiros que siguen a Evan, planean acabar con los hombres lobos, a través de un viejo sacrificio. 

- Eso bueno para nosotros - Dijo Alex. 

- Solo pensando en ellos mismos. - Sierra habló. - Pero lo malo de esto, es que es terrible para Alice. - Continuó Sierra. 

-¿Quién demonios eres tú? - Derek se cruzó de brazos. 

- Me llamo Sierra Gallagher - Ella sonrió falsamente. - Y no es un gusto conocerte Derek. 

- Lo mismo digo. - Derek sólo volvió a mantener silencio. Y observo al tío John. 

- Ellos necesitan tres cosas para realizar eso. - Sierra habló. - Sangre de doppelganger, osea toda la sangre de Alice, luego hacerlo bajo la luna llena y lo más importante, la piedra lunar. Si destruyen esa piedra, todo se verá abajo.

-¿Dónde está la famosa piedra? - Alex habló sarcásticamente.

Jordan quito un enorme papel, al abrirlo me di cuenta que era un mapa.

- Los rastree con un hechizo y me llevo hasta aquí, - Sierra señaló el centro del mapa. - La casa de los Blake, la casa de la familia con la maldición de hombres lobos. 

- La casa de Grayson. - Aaron habló. - Debemos quitárselo, antes de los vampiros descubran donde está. 

- Pero no queremos que Grayson se vea enrollado en esto. - James movió las cejas repetitivamente. - Entonces la robaremos, sin que Grayson se entere.

-¿Y cómo piensas hacer eso genio? - Pregunto Derek. 

- Aaron, Jordan y Alex, van a distraer a Grayson, no tengo la menor idea de como, pero la harán. - Me señalo. - Alice, Emma, tú y yo, vamos a entrar a la casa. 

-¿Y si la mamá se Grayson está en la casa? - Derek preguntó. 

- La señora Blake sale todo los días a su clase de pilates. - Miré a James levantando una ceja. -¡Se supone que debía investigar, dejen de mirarme así!

-¿Cuando pasará eso? - Pregunto Alex señalando el mapa.

- Mañana. - Todos asintieron.

Después de aclarar las cosas. Decidí irme a casa, Aaron estaba frío conmigo, y yo no pensaba hablar con él, era un inmaduro. Sé que perder a tu familia no es fácil, pero los Dolan no tenían la culpa. 

Me despedí de todos y salí afuera. Hacía frío, y no había traído mi abrigo. Corrí hasta el auto rápidamente, pero escuche una voz. 

-¿Ya te vas? - Gire a ver quien me hablo. Estaba recostado

por la escalera blanca. 

- Si. - Solo dirigí mi mirada al auto de mi tío. Agite las llaves nerviosa. 

- Quería hablarte de algo - Camino hacía mi. Rápidamente lo mire confundida, y sorprendida. 

-¿Sobre que? - Dije despacio. 

- Desde que te vi, todos los recuerdos de Elizabeth llegaron otra vez, me sentía enojado con verte. Quería que dejarás de recordarme a ella, pero cuando me abrazaste, el otro día, sentí algo que solía sentir con Elizabeth, que creí jamás volverlo a sentir. 

Lo miré con los ojos bien abiertos. Era imposible pensar en eso. Quería subir al auto y alejarme de todo, pero Alex me acercaba cada vez más, mientras yo me alejaba.

-¿Qué sentiste? - Pregunte dudosa.

Él se rasco su nuca y soltó un suspiro. Parecía nervioso. Me volví a alejar sin que se diera cuenta. Presionaba la llave para abrir el auto, pero no pasaba nada.

- La manera en la que ella me hacía sentir, la manera en me trataba, todo. - Me miro fijamente. 

-¿Eso es malo? - Sabía lo que significaba, pero no quería admitirlo.

- No. - Dijo lentamente y susurrando.

- Alex, no. - Dije arrastrando las palabras.

Él se me estaba acercando, cerraba sus ojos despacio, sus manos se acercan a mi cintura y mi pulso se aclaraba. Él iba a besarme. Intente alejarme, pero hice lo peor que pude hacerle. 

-¡Estoy con Aaron! - Literalmente lo grite a los cuatro vientos. Alex se me quedo viendo estupefacto.

Tenso su mandíbula, su respiración pesada chocaba contra mi rostro, apretó sus puños tan fuerte que note las venas de sus brazos. Y se giro sobre sus talones y se marcho.
Yo me quede parada en mi lugar, sin mover un músculo, asimilando todo lo que corrió hace unos segundos. Hasta que me di cuenta de lo que hice. Soy un ser humano despreciable.

《Holaaa; espero que les haya gustado este capítulo.

Voten y comenten por favor♡ 》


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Capítulo 18 - Phillip

No puedo creer lo que paso. No puedo creer que esas palabras salgan de su boca, no podía creer que él tenga sentimientos por mi. Y lo que no puedo creer lo insensible que fui. 

- Soy horrible. No merezco vivir. - Tenía la cabeza hundida en la almohada.

- Estas siendo dramática, Alice. - Emma se sento junto a mi y me dio falsas palmadas en la espalda. 

-¡Le grite que estaba con Aaron en la cara! ¡En la maldita cara! - Me senté y solté un suspiro. - Deberías haber visto su rostro, transmitía dolor, no pude ser más torpe.

- No eres torpe, aunque en algunas ocasiones si. - Emma sonrió - Pero, estas con Aaron, no podías dejar que te bese.

Solo la mire devastada. Sabía que lo había hecho mal. No fue la forma adecuada de decírselo. Nunca debía haber hecho eso. Pero en ese momento, no pude pensar en como reaccionar. 

Después de lo que paso con Alex, intente seguirlo. Pero él desapareció, me quede parada sobre el asfalto casi veinte minutos. Intente decidir en volver a la casa de Jordan o ir a casa. Pero quería ir a casa, necesitaba pensar. Cuando llegue, Lissa estaba regando las flores, al saludarme, solo le sonreí. Tome la ducha más larga de mi vida y tome helado. El helado lo arregla todo.


Aaron Pov

Debíamos llevar a Grayson lejos de su casa, elegimos ir al bar más cerca del pueblo. Grayson acepto ir a tomar algo con nosotros. 

-¿Por qué me invitaron? - Grayson tomó un sorbo de su bebida. Agite mi bebida y tome un sorbo.

-¡Para renovar una amistad pérdida! - Jamás fuimos amigos con él. Jordan lo había arruinado. Solo negué con la cabeza, mirando

a Jordan. 

- No recuerdo que fuéramos amigos. - Grayson lo miro confundido. 

- De acuerdo, queríamos hablar de algo contigo. - Lo miré. - Sobre tus transformaciones repentinas, sobre el cuidado que debes tener y evitar lastimar a los demás. 

-¿Y qué hace él aquí? - Miramos a Alex quien permanecía callado. 

- Alex quiere disculparse contigo sobre todas las veces que se comportó con un idiota. - Jordan mostró una sonrisa enorme. -¿No es así?

- Claro. - Alex bebió todo su bebida y se acerco a Grayson. - Me disculpo, por generar la ira en ti, y que te conviertas en un estúpido perro, Blake. - Alex mostró una sonrisa arrogante.

Grayson se paro velozmente de su silla, y decidido a derribar a Alex. Pero me metí en medio de ambos evitando eso. Alex y Grayson se encontraban frente a frente. Alex sonreía falsamente.

- Me voy. - Grayson tomó su abrigo y fulmino con la mirada a Alex. 

-¡Detente ahí Blake! - Toda la gente giro a ver a Jordan. - Aún nos falta el karaoke.

Solo cerré los ojos y negué con la cabeza. Jordan era un dolor de cabeza a veces. Grayson miro confundió a Jordan y él solo movió las cejas. 

Alice Pov

Nos encontramos frente a la casa de los Blake. Me sentí nerviosa por entrar. Solía ser una persona muy optimista, pero en este momento solo pensaba todo lo malo que puede ocurrir.

- El muchacho salió como hace media hora. - Derek suspiro. -¿Por qué tan solo no entramos?

- Esperamos la señal. - Emma le respondió. Derek recostó su cabeza por el asiento y bufó. 


Pensé en mi pelea con Aaron, seguía sin entender su enojo. Los Dolan no eran los culpables de él terrible accidente. 

James quito su móvil, y al verlo, una sonrisa se formo en su rostro. Se quitó el cinturón y giro a ver los asientos de atrás, donde se encontraban Emma y Derek.

- Entremos. - Todos bajamos del auto. 

Caminamos lentamente, evitando llamar la atención. A medida que nos acercamos, mi miedo era más grande. Examine la casa rápidamente, era de dos pisos, recordé venir aquí de pequeña con el tío John, solía jugar en el jardín, mientras el tío John platicaba con el papá de Grayson. 

-¿Por donde entramos James? - Emma observó a James.

- Por la ventana de allá. - Dijo señalando la ventana del primer piso. Se notaba como la cortina del interior se movía frenéticamente por el viento.

Todos habían entrado con éxito, mientras yo seguía intentando. Tenía una pie fuera y el otro dentro de la casa. Derek me paso la mano y la tome. Al estirarme, tropecé y casi tire un jarrón. 

- Cuidado dulzura. - Solté la mano de Derek y comencé a caminar. Observe la casa lentamente, no había cambiando mucho desde la última vez que entre.

-¿Derek, no se supone que te tienen que invitar a la casa para entrar? - Lo mire, Derek me sonrió. 

-Si deben hacerlo, pero la ventaja es que, había estado aquí antes. - Él solo se alejo y empezó a ver el lugar. 

Buscamos en los estantes, en los escritorios, hasta en la habitación de Grayson.

Me preocupaba el tiempo, me preocupaba que nos atraparan. 

-¿Aún no encontraron nada? - James entró en la habitación con un sándwich en una mano y en la otra una plato lleno de sándwiches. Mire a Emma y a Derek levantando una ceja. -¿Qué? 

-¿Por qué estas comiendo un sándwich? - Emma le pregunto a James.

- Estaba en la mesa, y decía para Grayson, no quise desperdiciarlo.

-¡James deja ese sándwich y busca la maldita piedra! - Emma intento arrebatarle el sándwich, pero James corrió escaleras abajo.

- Quiero saber como tiene ese cuerpo marcado. - Derek soltó una carcajada.

Entre en la oficina de los Blake, mire la silla marrón que se encontraba detras del escritorio. El papá de Grayson siempre estaba ahí. Era un hombre muy organizado y cariñoso. El día de su muerte fue muy duro para su familia. Y para la nuestra. Porque el tío John fue muy amigo de él. Recuerdo que en las noticias informaron que un animal lo había atacado, ahora entiendo que animal fue. 

Aaron Pov

Nunca pensé que vería esto en toda mi vida. Me encontraba sentado en un sofá del bar. Alex y Grayson estaban sobre el escenario, cantando "Love is a battlefield". Cuando fue el turno de Jordan, canto como si fuera la ultima vez que lo hacía. Creo las personas huyeron en el segundo verso.

-¡Ahora Aaron Campbell damas y caballeros! - Dijo señalandome. 

-¡No! - Susurre y él me miro levantando una ceja. Empujó a Grayson y a Alex del escenario, quedado él solo.

-¡Aaron

ven aquí! - Me grito a través de micrófono. Yo negué con la cabeza -¡Phillip! ¡Phillip!

-¡Cállate! - Me levante rápido y me acerque a él. Philip es mi segundo, nunca me gustó, y Jordan y James me molestan por eso las veces que podían. - Dame ese micrófono. - Se lo quite bruscamente.

Alice Pov

No podía encontrar el interruptor de la luz, entonces Emma abrió la cortina, y rápidamente la luz del sol llegó hasta mi rostro. 
Me levante del cómodo sofá, una luz brillante apareció en mi rostro. Me aparté rápido y desapareció. Mire a todos lados pero no volvía a iluminar mis rostro, me quede quieta hasta que tuve una idea. Me moví a la derecha despacio, pero no apareció ninguna luz. 

-¿Qué estas haciendo? - Emma me miro levantando una ceja.

Volví a intentarlo, me incline hacia la izquierda y apareció como una ráfaga veloz. Camine hasta un librero, que se encontraba a un lado del escritorio. Moví algunos libros, y ahí lo vi. Era blanca, un poco trasparente. Pero estaba segura que era la piedra que buscábamos. Lo tome en mis manos y sonreí ampliamente. 

-¡Emma lo encontré! - Le grite dando pequeños saltitos. Le pase la piedra y ella lo guardo en el bolso que había traído. 

El ruido de la puerta me sobresalto. Con Emma nos acercamos a la puerta, al inclinarnos ambas abrimos nuestros ojos como platos. Era la mamá de Grayson. Se supone que estaría en su clase de pilates. 

Le hice una seña a Emma, indicándole que me siguiera. Llegamos a la cocina, la puerta del patio se encontraba abierta, cuando iba a tocar el picaporte, Emma me tomo del brazo y me estiró debajo de

la mesa.

La mamá de Grayson ingreso a la cocina. Nos ocultamos debajo de la mesa de la cocina, no tenía ninguna brillante idea para salir de esto. Mi pulso se aceleraba, pensaba en la excusa perfecta por si nos encontraba. Se me ocurrió decir que esperábamos a Grayson, pero entonces lo llamaría. Pero la excusa que no se me ocurría, era decirle que hacíamos bajo la mesa.

La mamá de Grayson empezó a quitar platos, ella bailaba lentamente mientras tarareaba una canción. Con Emma nos miramos y asentimos. Me levante y lentamente empuje la puerta con mi pie, mientras la mamá de Grayson cocinaba. Con Emma salimos corriendo por la puerta de la cocina. Tropezamos varias veces con nuestro pies. Y nuestra mala suerte apareció, los rociadores se encendieron, ambas gritamos. Le dí varios golpes para que se calle, pero Emma sólo me los devolvía. Llegamos al auto todas empapadas y recordamos que los chicos seguían adentro.

- Genial, ¿ahora que?! - Emma dijo irritada. 

Vimos salir como locos a Derek y James por la pequeña ventana. Ambos corrían con los brazos extendidos al aire.

-¡Suban al maldito auto! ¡Al auto! - Gritaron al unísono. 

James le quito la alarma y subimos a su Jeep. Sin haberse colocado el cinturón, aceleró el motor con rapidez.

Emma me paso la piedra. Al mirarla, pensé, en que todo acabaría por está pequeña cosa. Suspire y mire por la ventana. La luna llena se acercaba, pero sin está piedra, dudo que puedan hacer algo. 

(...)

Le entregue a Flora la piedra lunar, y ella lo tomo con cuidado. Un peso salió de mis hombros. Me senté junto a Emma en el sofá. Jordan, Aaron y Alex aún no habían llegado, pero debían estar haciéndolo. 

Necesitaba hablar con Alex, sobre lo que paso. Nunca nos llevamos bien, y ahora ni siquiera me escuchará. Sé que será incómodo, pero necesito hacerlo. No puedo dejar la situación así. Necesito aclarar todo.

-¿Que harán ahora con eso? - Derek preguntó. 

- Destruirlo. - Sierra tomo su bolso y lo guardó dentro.

La puerta principal se abrió, dejando ver a tres chicos con la respiración agitada. Jordan entró saltando y se acerco a abrazar a Emma. 

-¿Un auto los atropello? - Él tío John los miro divertido. Aaron sonrió falsamente. 

- No volveré a ese bar jamás. - Aaron se tendió en el suelo. Pasaba sus manos por su cabeza, despeinado su cabello.

- Es una lástima, cantas de maravilla. - Jordan le guiño el ojo. - Pero, es una suerte que lo haya grabado.

-¿Qué hiciste que? - Aaron se paro rápidamente. Yo mire a Jordan confundida. 

-¿Alice quiere verlo? - Aaron camino hacía nosotros con rapidez, pero, yo ya había tomado el móvil de Jordan. 

《Holaaa, espero que les haya gustado. Los quiero mucho. 

Voten y comenten ♡♡ 》


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Capítulo 19 - Aléjate de ella

Aaron empezó a discutir con Jordan sobre el video, me pareció tan divertido. No permitiría que Aaron lo borrará, eso quedaría como un recuerdo vergonzoso. 

Los Dolan se despidieron y caminaron hacía la puerta. En el momento que lo hicieron me levante y fui tras ellos sin pensarlo dos veces. Necesitaba hablar con Alex, entonces salí a buscarlo. 

Derek estaba recostado por su auto. Y Alex caminaba con la cabeza baja, con un cigarrillo en su mano. No tenía idea de que fumaba. Al parecer estaban hablando, pero cuando notaron mi presencia, se detuvieron. 

- Alex. - Me quedé parada a una larga distancia de ellos - Necesito hablar contigo. 

-¿Sobre que? - Se acercó y lanzó su cigarrillo a un costado. -¿Quieres hablar de que te dije que sentí algo por ti y me ignoraste o que perdí la dignidad? - Su mirada demostraba mucho enojo. Agite mis manos, las cuales estaban sudadas. 

Lo miré perpleja. Le hice daño y lo lamentaba mucho, soy una tonta. Derek miraba nuestra pequeña discusión asombrado. Suspire e intente hablar. 

- De verdad lamento haber actuado así. Pero tu no sabías de lo mío con Aaron, además no tenía porque contarte. Pero intentaste besarme y yo no sabía que hacer. - Hable muy rápido que creo que no entendió.

-¿Tu mejor opción fue gritarme que estabas con Aaron? - Derek lo tomo del brazo y le dijo que se calme. Pero él volvió a mirarme. -¡Pudiste apartarme o alejarte! 

- Lo siento Alex. - Baje

la cabeza. - Soy una tonta, lo lamento. 

- Adiós Alice. - No quería que esto se quede así. Corrí hasta él y lo tome del brazo. En cuanto lo toque, me empujó. Tropecé con mis pes y caí de espaldas por el auto de James. Me quede estática. Me había empujado. Al mirarlo desde aquí abajo, me sentía, intimidada por su aspecto. Derek abrió sus ojos como platos. Él se acerco y me levanto del suelo.

-¡Quitale tus manos de encima! - La voz de Aaron apareció. 

Me tomo de la cintura y me apoyó por el auto de James. Él se inclina a mirarme y acaricia mi rostro. Pero cuando se enderezó, su mirada cambio por una de odio.

- Aléjate de ella - Se lo dijo entre dientes. Alex parecía sorprendido, pero solo se mantuvo en silencio. 

- Vámonos Alex, ya hiciste suficiente. - Derek se lo dijo un tanto decepcionado. Solo giro y se subió a su auto.

Aaron me llevo adentro de la casa otra vez. Mi tío, Flora y Sierra ya se habían marchado, pero los demás permanecían sentados en la sala.

(...)

- Lamento haber estado enojado antes. - Entrelazo nuestras manos y me dio un beso en la frente. - Solo que, siento que los vampiros siguen siendo los mismo asesinos, como siempre. 

- Lo siguen siendo, algunos, pero los Dolan demostraron que al ayudarnos, no lo son. 

-¿Estás hablando del mismo que te empujó hoy? - Frunci el ceño. Lo que paso hoy, fue culpa mía, yo empeore las cosas. No soy buena hablando con la gente, y creo que lo demostré cuando le rompí el corazón a Alex.

- No fue para tanto, - Tome la sábana y me tape la cara. - Ademas, fue mi culpa, lo hice

enojar.

- Eso no le da derecho de golpear a una mujer. - Él tomó la sábana y la empezó a bajar, dejandome observar sus ojos mientras lo hacía. 

Se acerco a mis labios, quedando la mitad de su cuerpo sobre mi. Lo observe con cautela, él quitó un mechón de cabello de mi rostro y unió nuestros labios. Me tomo de la cintura y me quede debajo de él. Acarició mis piernas, lo que hizo que yo suelte un gemido. Yo metí mis manos debajo de su remera, y pronto mi manos acariciaron todas sus cicatrices. Él se apartó por un momento, se quitó su remera. Me sentía nerviosa, primero quería besarlo para siempre pero, ahora, sentía timidez hacía él. Me continuo besando, pero, esta vez él metió sus manos bajo mis remera.

- Te quiero. - Me dijo con sus labios aún sobre los míos. 

Era la primera vez que me lo decía, sabía que lo sentía, pero nunca lo dijo hasta ahora. El sonido de la puerta abrirse nos interrumpio. Empuje a Aaron y él cayó en el suelo.

-¡Aaron y Alice! - James se tapó la cara con su mano y con la otra tomo la puerta. -¡Calmen sus hormonas, hay personas abajo! - El tono de voz de James era tan sarcástico. - Cuando nos vayamos, ahí si podrán hacer todo lo que quieran - Dijo todo eso tapándose sus ojos. -¡Y hablo de todo!

-¿Qué ocurre? - Aaron se levanto del suelo y tomo su remera. Yo solo observe sus tatuajes.

- Debemos hacernos cargo de algo muy urgente, y John está en el teléfono. - Y cerró la puerta.


Sentí como mis mejillas tomaban un color rojo y se tornaban calientes. Aaron soltó una gran carcajada y se colocó su remera. 

-¿De que te ríes? - Me levante de la cama y me cruce de brazos. 

- Cuando estas nerviosa, tú rostro siempre se ruboriza. - Lo fulmine con la mirada. 

- Adiós. - Camine hasta la puerta con pasos firmes, y tome la perilla. 

- Ven aquí. - Aaron se paro delante mío y tomo mi rostro entre sus manos. - Adiós Alice - Me dio un dulce beso. Me acerque más a él, y rodee su cuello con mis brazos, lo empuje más a mi. 

Él sabía qué hacer para evitar que me enoje. Baje las escaleras, me despedí de Jordan y James. James sólo movió las cejas repetitivamente. Salí de la casa. Me subí al auto, encendí la radio. Sonó la música de MKTO, Classic. Comencé a cantarla y conduje hasta la casa de mi tío. Observaba los árboles, la ruta siempre se encontraba vacía. Al parecer nosotros éramos los únicos que iban por aquí. Después de unos 10 minutos llegue. Al entrar salude a mi tío, que se encontraba trabajando en su oficina y también a Lissa. La cena estaba lista, entonces cené con ellos. La cena estuvo deliciosa. Luego fui a mi habitación, observe el libro de cuero rojo sobre el escritorio, no lo leo desde semanas. Tome una ducha corta y me acosté. 

Me colocó mis auriculares y escuchó música para despejar mi mente. Luego de unos segundos mi ojos se volvieron pesados. Hasta que me dormi.

(...)

Mi móvil vibraba y al mismo

tiempo el tono de llamada sonaba. Abrí los ojos, aún tenía sueño. Rasque mi brazo y conteste la llamada.

- Hola cariño. - La dulce voz de mi madre. Me senté en la cama aún adormecida.

- Hola mamá. - Aleje el móvil y observe la hora, eran las 9:30 de la mañana. -¿Cómo están? 

- Cansados, acabamos de salir de una junta en un hotel muy moderno. Ha sido una maravilla aquí, en Londres. Las tiendas tiene ropas muy modernas, he visto un collar de plata por el que iré mañana. Deberías haber viajado con nosotros, te hubieses divertido. - Mi madre se detuvo. Me acerque a la ventana y observe una camioneta blanca aparcada en la vereda de enfrente. - Dime si quieres algo. Tu padre y yo te extrañamos mucho.

- Y yo a ustedes. - Me aleje de ahí y me volví a tumbar en la cama. Frote mis sienes y volví a cerrar los ojos.

Después de hablar unos minutos más con ella. Nos despedimos, debían almorzar para volver al trabajo. Los extrañaba demasiado, no verlos por un mes, me hacía extrañar todo.

Me levante de mala gana de la cama y me metí al baño. Me sentía muy cansada, fue raro que él tío John no apareciera en la puerta, para desearme buenos días. Siempre lo hacía todos los días, sin falta a las 10 en punto.

Unos minutos después, baje a desayunar. Recorrí toda la casa buscando a Lissa o a mi tío, pero no encontraba a ninguno de los dos por algún lado. 

-¡Buenos días! - Dije parandome de puntitas para observar la cocina. Vi una nota pegada por el refrigerador. La tome y la leí. 

"Salí a comprar condimentos para preparar el almuerzo, volveré

a las doce. Hay cupkakes en el horno para tú desayuno, espero que tu tío no los haya comido. Él salió, volverá para el almuerzo. 
Besos, Lissa"

Deje la nota en la mesa. Me senté en la silla y observe todo. Me encontraba sola, debería tener miedo de estar sola en una gigante casa en medio de la nada, pero no temía de eso. Tome una plato y puse dos cupkakes en él. Decidi ir a mi habitación. Subí las escaleras y me senté en mi cama.

Observe el collar que Flora me había hecho. Se lo había pedido hace una semana, un collar de verbena. Era plateado con forma mariposa. Era pequeño, me preguntaba cómo lo había hecho. 

Escuché el timbre. Mi tío y Lissa no estaban, entonces yo debía ir. Tome uno de los cupkakes y lo mordí. Deje el collar sobre la cama y bufé. 

Al abrir la puerta vi a un sujeto muy alto. Era un hombre de color, ojos azules, algunos tatuajes. Nunca lo había visto. Me pareció un poco intimidante. 

-¿En qué puedo ayudarlo? - Él me miro de pies a cabeza. Comencé a tambalear mi cuerpo hacía enfrente y atrás. 

-¿Tú eres Alice Montgomery? - Yo asentí lentamente. - Me llamo Evan Grigory.

Había escuchado ese nombre antes. Alex lo había dicho. Él era el tipo peligroso del grupo de vampiros que querían destruir a los licantropos. No sabía cómo reaccionar, estaba sola en casa, mi

tío se encontraba en el pueblo y estaba más que segura que él había traído refuerzos. Me quede paralizada tomando la puerta con fuerza, hasta que reaccioné. Le sonreí falsamente e intente cerrar la puerta, pero él la atajo con una mano.

- No puedes escapar de nosotros Alice. - Lo empuje con mucha fuerza y cerré la puerta. Gire rápidamente sobre mis talones, corrí hasta las escaleras y subí hasta el segundo piso. Escuché como la puerta principal se caía al piso. Mi corazón se aceleró al máximo. Entre a la habitación del tío John y cerré la puerta con cerrojo. Retrocedi hasta chocar con la cama. No me metería debajo de ella, es el primer lugar donde buscarían. Pero no había otro escondite. Y si saltaba por la ventana moría en vez de salvarme.

Tome mi móvil y marque el número del tío John, pero no contestaba. Marque a Aaron, pero la señal se había ido. Observe por la ventana, el poste de luz frente a la casa se había caído. Esto debía ser una maldita broma. Logre divisar a varios vampiros fuera de la casa. Cerre las cortinas rápidamente. 

Tome grandes bocanadas de aire y pensé que podía hacer. Me deje caer al suelo y empecé a hiperventilar. Divisé algo bajo la cama, lo saque de ahí de un tirón. Era un bolso con botellas de verbena. No lo dude y las tome todas, excepto uno. Necesitaba defenderme. 

-¡Alice! - Gritó un hombre desde el primer piso. Conocía esa voz. Dominic. Y ahí fue cuando me asuste por completo. Él me causaba terror, con sólo recordar su nombre. -¡Sabes que te encontraré!


Me levante del suelo y entre al armario, coloque todos los sacos que colgaban frente mío, para cubrirme mejor. Presione la botella de verbena contra mi pecho y cerré los ojos. Comencé a contar despacio. 

Uno, dos, tres, cuatro....

Escuché como forzaba el cerrojo. Presione más fuerte los ojos y me imagine en otro lugar. Cinco, seis, siete... pero el miedo me invadió completamente cuando escuché sus pasos en la habitación. Apreté con fuerza el saco del tío John.

- Toc, toc. - Su voz me causaba escalofríos con solo escucharla. - ¿Quién es? - Susurro.

Escuchaba como caminaba lentamente. Quería a Aaron, quería abrazarlo, quería besarlo, quería acariciar su rostro y sonreír al pensar que era mío. Pero no era una opción. 

- Alice. - Dijo susurrando. - Te encontré - Dominic abrió la puerta de armario y tiro todos lo abrigos. Una sonrisa retorcida se formo en su rostro. Me tomo del brazo y me echo en el suelo. -¡La encontre! - Grito Dominic a sus demás compañeros.

Destape con rapidez la botella y se lance el contenido en su rostro. Él grito de dolor, cuando corrí, sentí como me tomo de brazo muy fuerte. Comencé a forcejear, pero tomo mi mano y lanzó la botella a algún otro lado de la habitación. Intente librarme de su agarre, pero no pude.

Estabamos en el pie de la escalera. Él tiene su mano en mi cuello y lo apretaba con fuerza. Una lagrima cayo por mi mejilla. Apretaba los puños evitando llorar.

- Eres muy traviesa. - Evan tenía una sonrisa que me ponía los pelos de punta. Su pulgar limpio la lágrima de mi rostro. Moví mi rostro con brusquedad. - Me gusta.

Todo paso tan rápido, me encontraba en el piso. No podía respirar. Dominic me estaba estrangulado y los demás miraban la escena divertidos. Arañaba su brazos e intentaba llegar a su rostro, pero cada vez me quedaba sin aire.

- Detente... - Dije con el aire que me quedaba. Me miro y soltó una carcajada. Sentí en mi pecho un horrible punzada. Lo último que recuerdo era mi cabeza chocando con el suelo.

《Hola a chicas, iba a subir este capítulo mañana pero no lo soporte.
Espero que les guste, aunque Alice Está en problemas.

Los quiero mucho mis lectores ♡♡》


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Capítulo 20 - Olvídate de sobrevivir

Abrí los ojos lentamente. Éstos me pesaban. Me encontraba en el suelo. Había tierra y piedras. Me levante, mi cabeza daba vueltas y vueltas. Toque mi cuello y no sentí el collar. Mire a todos partes pero no encontraba el collar de verbena. Apoye mis manos por el suelo, al levantarme, mi cuerpo volvió a chocar contra el suelo. Levanté la cabeza y observe la habitación donde me encontraba. Era pequeña, había una silla y una pequeña ventana, la puerta era de metal y tenía una pequeña ventanilla que se abrí desde afuera. 

No tenía idea de como había llegado aquí, lo último que recordaba era a Dominic estranguladome. Mire a todos lados pero no sabía que hacer. Empece a respirar con dificultad. Me estaba agarrando un ataque de pánico. Lleve mis manos a mi cabeza e intente tranquilizarme.

Los ojos negros de Dominic llegaron a mi mente. Recordé mirar sus ojos, observando con enojo al estrangularme. Nunca tuve tanto miedo a alguien, como lo tengo de él. Me sentía intimidada de su aspecto, sentía inseguridad al hablar con él.

Escuché como la puerta se abría. Me arrastre hasta la esquina, junte mis piernas por mi pecho. Un muchacho de color, ojos cafés y una mirada que daba miedo. Se quedó mirando me arriba a abajo. Apreté más mi piernas por mi pecho y presione mis uñas en ellas.

- Vamos. - Me agarro del brazo, yo me levante torpemente, y me llevo a fuera. Lo empuje y me caí en el suelo. Él acerco su rostro al mío. Yo gire el rostro para no verlo a los ojos. - No te creas

lista. Ambos sabemos que no tienes posibilidades de sobrevivir contra un vampiro. 

Me mantuve callada. Lo que me dijo me dejó asustada. Él tenía razón, moriría luchando contra uno. Me volvió a tomar del brazo, caminamos por el largo pasillo. Las paredes se encontraban sucias y arañadas. Con sangre y marcas de garras. Había varias celdas aparte de la mía. Afuera de cada celda se encontraba un sujeto vigilando la entrada.

El muchacho abrió una puerta enorme de madera y me empujó adentro. Todo mi cuerpo volvió a chocar contra el suelo, mi cabello se revolvió y se fue para enfrente. Lo fulmine con la mirada y luego mire hacia enfrente. Evan estaban sentado frente a un escritorio, parecía un mafioso. Dominic también estaba en la habitación, sentado cerca de una ventana. Una música vieja resonaba en la habitación. Un viejo reproductor de música se encontraba sobre una pequeña mesa, junto a la ventana. 

- Alice. - Evan dejó el libro que estaba leyendo y me sonrió - Qué gusto que estés aquí. 

Lo miré incrédula. Es evidente que estaría aquí. Lo odiaba tanto, que no soportaba no decir todo lo que sentía. Quería golpearlo en su estúpida cara y romper sus dientes de un puñetazo. 

- Me raptaste, ¿qué esperabas? - Dije seca. Pronto su sonrisa desapareció. Observe a Dominic sonreír y negar con la cabeza. 

Evan se levanto de su asiento y se acerco. Empezo a caminar a mi alrededor, con su mano tomo un mechón de mi cabello y lo estiró lentamente. Se detuvo frente a mí y me dio un fuerte golpe en el estómago. Solté un grito desgarrador, estaba segura que se escuchó

en todo el lugar. Lo volvió a hacer varias veces, todas las veces gritaba más fuerte y arañaba el suelo. Pensé que calmaria mi dolor, pensando en otra cosa. Pero sus golpes se volvieron más fuertes y con furia. 

Paró de darme patadas, se alejo un poco. Una pequeña lágrima cayó lentamente por mi mejilla. Seguía con las uñas pegadas al suelo. Me coloque en forma fetal y presione mis piernas por mi estómago para calmar en dolor.

- Olvídate de sobrevivir, morirás en este lugar y no vuelvas a faltarme al respeto. - Su voz gruesa me dio escalofríos. No iba a llorar frente a ellos, jamás. Así que me contuve por soltar otra lágrima.

El muchacho me volvió a agarrar y me llevo a mi celda. No sabía cómo había caminado, no podía moverme del dolor. Me había tropezado varias veces, pero el muchacho sólo me arrastró dentro de aquella celda. 

Una vez en la celda, me apoye por la pared y camine hasta la esquina. Estuve sentada en el mismo lugar por horas. Los golpes me dejaron muy adolorida. Solo miraba por la pequeña ventana en busca de una idea para salir de este mugriento lugar. Temía de todo, temía no volver a ver a Aaron, temía por lo que pudiera ocurrirme aquí. 

(...)

Miraba la puerta con la esperanza que se abra y me saquen de aquí. Los ojos me pesaban, aún seguía adolorida pero, debía encontrar una forma de escapar. Con mis dedos dibuje una mariposa en la tierra. 

La puerta se abrió, dejando entrar a una desagradable persona. Hice desaparecer la mariposa y me acurruco por mi misma. 

-¿Qué quieres? - Me acomode mejor y una punzada me atacó. Lleve mi

mano al lugar de dolor. Frunci los labios y levante el mentón para observarlo. -¿Vas a golpearme? - Dije susurrando. 

- Claro que si. - Soltó una risa estúpida. Observe la ventana, solo quería salir de aquí. - Pero antes, hablaremos de algo importante, querida Alice. - Colocó la silla vieja frente a mi y se sentó. -¿Dónde está la piedra Alice?

- No tengo idea de donde está, y si lo supiera, jamás te lo diría. - Lo miré con odio. Se levantó rápidamente de la silla y me tomo del rostro muy fuerte, presionando mis mejillas.

- Alice, te aconsejo que no me hagas enojar y me lo digas. Si no quieres morir antes de que todo ocurra. Tarde 50 años en encontrarte, pero, puedo esperar 50 años más por otro doppelganger, no eres la única. 

-¿Por qué me torturas? - Suspire. El soltó bruscamente mi rostro. - Soy idéntica a tu hermana, acaso no sientes algo al verme?

- Odio. Rencor. Lastima. Asco. ¿Quieres que siga? - Yo negué con la cabeza despacio. -¿Sabes por qué siento eso? Porque eres idéntica a mi hermana.

- Pero, no entiendo. - Dije arrastrando las palabras. Él resoplo y se puso de cuclillas frente a mi. -¿Tu la extrañas, como puedes hacer esto?

- Yo nunca dije que la extrañaba. Siempre nos peleabamos, eramos polos opuestos. Le dije que no se involucre con Alex Dolan, pero no me escucho y ¿cómo término? - Él soltó una pequeña risa. - Muerta. 

- Me dijiste que yo solo era su reflejo, que era débil comparada con ella, - Lo fulmine con la mirada. - Pero tú eres el vivo reflejo de la envidia hacía tu hermana. - Me acerque a su rostro. 


Él me dio una bofetada, caí completamente al suelo y me pateó muchas veces. Los dolores volvieron y aumentaron. Las lágrimas caían por mi mejilla para mezclarse con la tierra y el polvo.

Él se detuvo y se fue hasta la puerta. Me levante un poco de suelo y lo mire.

- Entonces si no la querías, ¿por qué atacaste a Derek Dolan y lo acusaste del homicidio de tu hermana? - Él me miro juntando las cejas y respirando rápidamente. -¿Te importó encontrar al asesino Dominic? - Giró y salió por la puerta 

(...)

Me acerque a la puerta con esfuerzo, la ventanilla se encontraba abierta. Quite mi mano hacía afuera e intente alcanzar la perilla. Pero no lo alcanzaba. Paté la puerta pero solo me cause más dolor.

Entonces empecé a rebuscar por la habitación algún objeto útil. Observe el techo, un cable colgando me llamo la atención. Me subí despacio sobre la silla, e intente alcanzar el cable. La silla no era muy segura y se movía con solo respirar. Salte una dos veces veces y logre tomarlo. Lo estiré con ambas manos y el cable se despegó del techo. 

Enrollo la punta del cable. Haciendo que quede como un pequeño garfio. Lo sacó por la ventanilla e intento levantar la perilla. Me pare de puntitas intentado que el cable se acerque a la perilla. Pero no daba resultado.

-¡Maldición! - Susurre.

Volví a intentarlo, pero era inútil. Me aleje de la puerta y tire el cable hacía la esquina de la habitación. Debía buscar otro objeto más util, pero estaba en

una habitación con falta de cosas. Solo había una silla y una ventana. No cabía por esa ventana, y no podía hacer nada con la silla. Nunca saldría de aquí. Iba a morir en menos de dos semanas, nadie podía evitarlo. Era una inútil, si hubiera hecho más que esconderme como una niña asustada, no estaría aquí. 

-¡Eres una inútil! - Me grite a mi misma. Tome la silla del rincón y la tire por la puerta de metal. Ésta se rompió y sus pedazos volaron por la habitación. Me senté en el sucio suelo, no era más que una inútil, no merecía a Aaron, no merecía la ayuda que todos me estaban brindando. Observe la habitación entera, hasta que pose los ojos en la silla desecha. Tome uno de los pedazos, pero al tocarlo, una astilla se incrustó en mi dedo. Hice un gesto de dolor, y lance el pedazo de madera hacia otro lado. Logre quitar la astilla y me recoste en el suelo. Me sentía tan vacía y triste. La silla estaba descuidada, que la madera estaba carcomida. La madera. Junte las cejas. Cuando menos lo esperaba mi mente logró pensar. Tome un pedazo de madera y fui hasta la puerta. 

-¡Hola! - Grite a todo pulmón, pero nada sucedió -¡Idiota sé que me escuchas! 

-¡Cállate de una maldita vez niña! - Él mismo muchacho de color abrió la puerta. Escondí el pedazo de madera atrás mío y me recoste por la pared.

- Necesito agua. - Él solo se quedo parado en su lugar observándome. - ¡Quiero agua!

-¿Y tú piensas que soy un camarero? - Observó la habitación y volvió a mirarme. 

-Tengo

que estar viva hasta el día de luna llena, ¿no? - Apreté el pedazo de madera. - Sin comida, no creo que lo haga.

- Cómo quieras. - Se dio la vuelta. Era mi oportunidad de salir. Corrí hasta él y lo derribe. Él cayó de espaldas por lo que me dio ventaja. Incruste el pedazo de madera en su espalda, justo en el lugar del corazón. Lo apreté aún más fuerte hasta que él paro el pelear para zafarse. Note como su piel se secaba y las venas de su cara se notaban aún más. Estaba muerto. Solté el pedazo de madera asustada. 

Me levante y observe lo que había hecho. Había matado a una persona, aún pensándolo mejor, había matado a un asesino, que intentaba matarme. Quite la estaca de su espalda y la sangre se esparció por mis manos. Me sentía asquerosa. Limpie mis manos por mis jeans. Abrí lentamente la puerta, observe el largo pasillo, el camino estaba despejado. Al salir, corrí en dirección contraria a la que había ido antes. 

Al girar por el pasillo, mi rostro choco contra algo duro. Eleve la viste y me encontre con un hombre de traje negro. Tenía unos lentes negro pero de todas formas lograba divisar sus ojos rojos. Me sonrió maliciosamente. Rápidamente corrí hacia la dirección contraría. Sentí como él corría hasta mi. Hasta que rápido, llegó y se puso frente mío.

-¿A donde vas? - Se acerco. Intente defenderme con el pedazo de madera, pero él tomó mi mano y lanzó la madera lejos de nosotros. Me tomo del cuello y me puso contra la pared. 
Hundió sus colmillos en mi cuello. Solté un grito doloroso. Él se alejo y veía como su boca se quemaba. Comenzó a retorcerse por el suelo y yo seguía apoyada por la pared. Recordé que tome como diez botellas de verbena. Al parecer aún seguían en mi sistema. Él tipo se quedo inmóvil en el suelo, hasta note que se había desmayado.

La explosión de una bomba me sorprendió. Tape mis oídos y me caí al suelo. Creía saber quienes eran los causantes de ese suceso. Al tratar de dar una paso, todo empezó a moverse. Sentí un dolor muy fuerte en el cuello, caí al piso de nuevo y lleve mi mano a mi cuello. Sangre y más sangre, era todo lo que veía. Cerre mis ojos lentamente. 


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Capítulo 21 - Si quiero

Aaron Pov 

Nos encontramos frente a una vieja fábrica, Jordan colocaba una pequeña granada por la pared. El mapa que Sierra nos dio con la dirección en donde la rastreo, nos trajo hasta aquí. Tenía una pistola con balas de madera en mi mano, mi navaja en la bota y una estaca en el bolsillo. Estaba más que decidió a matar a quien se interponga en mi camino. 

-¡Aaron corre! - Miré rápidamente a Jordan, él corría hacia donde estaba John y los demás. Note que había quitado el seguro a la granada. Reaccioné, corriendo hasta donde se encontraban todos. James me tomo de la remera y me hizo sentar detrás de una gran roca, protegiendome de la explosión.

El ruido de la explosión fue muy fuerte. Nos paramos y observábamos el lugar. Había mucho polvo en todo el lugar, cuando la vista se había despejado, notamos que la enorme pared de la fábrica, se había caído en pedazos. 

Rápidamente con John y Alex entramos a buscar a Alice. Afuera Jordan, James y Derek se encargarían de los demás vampiros. Al entrar lo primero que hice, fue reprimir las ganas de gritar su nombre. Nos topamos con muchos vampiros, pero Alex los atacaba antes que ellos a nosotros. Miraba dentro de las celdas, pero no la encontraba. Observe una celda que estaba abierta. Al entrar un sujeto estaba tirado en el suelo, le habían clavado una estaca, lo sabía por la forma de la herida. No había rastros de ella.

-¡Aaron! - Escuché el grito de John. Salí corriendo de la celda, y observe a John de cuclillas cerca de un sujeto. Se encontraba tirado en el suelo. Su boca parecía quemada. Al parecer fue verbena

lo que había ingerido. Logre ver un rastro de sangre. Me levante y lo seguí lentamente. Tenía la estaca en la mano, preparado para atacar. Pero, cuando doble hacía la derecha, me quede sin aire. 

Estaba tirada en el suelo. Su cabello le tapaba la cara. Tenía sangre en su cuello, mucha. Me acerque a ella, quite su cabello de su rostro. Tenía los ojos cerrados, coloque mi mano en su cuello y controle su pulso. Era muy débil. Le di un beso en su frente y la tome lentamente en mis brazos. John y Alex caminaban frente mío, derribando a los vampiros que aparecían. Yo corría con desesperación, cargandola en mis brazos. 

Nos subimos al auto de James, él rápidamente condujo hasta mi casa. John dijo que su casa no era segura. Así que propuse que se quedara en la mía y él acepto. No podía dejar de mover mis pies del nerviosismo. Apretaba su mano, pero ella no respondía a mi gesto.

Al llegar en mi casa, baje cuidadosamente con ella en mis brazos. John corrió a llamar a Flora. Recosté a Alice en el sofá, Emma apareció en la habitación y empezó a preguntar que le había pasado y si esta bien. No supe que responder, pero luego apareció Flora. Ella al verla, se sorprendió mucho.

- Su pulso es muy débil. - Flora colocó su mano en el cuello de Alice. - Emma, necesito tu ayuda, debes traer vendas y alcohol, ahora. - Ella asintió y fue directo a la cocina con Jordan. No sabía que hacer, solo me quede quieto, mirando a la chica más divertida, alegre y hermosa morir. Pasaba mis manos por mi cabello. No podía seguir viendo esto, me dirigí a la cocina, me senté en la silla,

mientras todos actuaban como locos buscando vendas. 

Recordé el accidente, el maldito accidente. Estaba ocurriendo otra vez. No quería perder a Alice, como los perdí a ellos. Fui débil y estúpido, me dije a mi mismo que no volvería a perder a alguien así. Pero está pasando otra vez.

-¿Aaron? - Sentí una mano sobre mi espalda. 

Tenía las manos juntas, los codos sobre la mesa y mi rostro escondido detrás mis puños. Mis manos no paraban de temblar.

- Aaron, ella se encuentra mejor. - Observe a Emma, quien me regalo una sonrisa. Me dio palmadas en la espalda e hizo un gesto con la cabeza, señalando a la sala. 

- Iré a verla. - Me levante, camine hasta la sala respirando despacio. Al entrar Flora acariciaba su rostro con sutileza. Me senté sobre la mesa, junto a Flora. Alice seguía durmiendo, estaba hermosa. El color rojo de sus labios había vuelto, su piel no estaba pálida y hasta parecía feliz.

- Es muy fuerte. - Voltee la cabeza para ver a Flora. - Tuvo mucha suerte, pudo morir desangrada, pero tiene a un buen muchacho a su lado. 

- Gracias Flora. - Ella me dio un abrazo y le levanto. 

- Nos vemos Aaron. - Yo asentí con la cabeza y volvi a mirar a Alice. Tome su mano y le di un beso en ella.

Solté un suspiro, y volvi a presionar su mano, y esta vez ella respondió mi gesto. 

-¿Aaron puedo hablar contigo? - Emma se encontraba junto al umbral de la puerta. Asentí y me levante. Camine hasta la puerta y ella me miro. - Al principio, no creí que tú serías el indicando para

ella. Sé que la conozco hace dos mes, pero, ha sido una gran amiga. Me siento feliz de haberla ayudado, y quiero que sepas que yo seré la primera dama de honor en su boda.

- Supongo que no puedo cambiar eso. 

- No. - Dijo sonriendo. 

- Sé que, soy un poco testarudo, y tenemos peleas. Pero con ella, es diferente. La quiero, es difícil para mi decir eso, porque a la última persona que se lo dije, se encuentra en un ataúd. Pero ella a logrado que todo lo que creía perdido, haya vuelto.

- Cuidala Aaron, ella confía en ti. - Emma me dio un beso en la mejilla y se fue. Yo levante la mano en forma de despedida y cerré la puerta. 

Volví a ir a la sala, John estaba arrodillado junto a ella. La tomaba de la mano y creo que hasta le estaba hablando. Me recoste por la pared, no quería interrumpir su momento.

- Aaron, sé que no fui un gran tío para ella, la secuestraron en mi propia casa, pero quiero que ahora, la cuides mucho. No sé que haría si le pasará algo mucho peor. 

- La cuidaré John, lo prometo. - Él me dio un fuerte abrazo. Y me sonrió demostrando que confiaba en mi. A veces consideraba a John como un padre. Siempre estuvo para mi, siempre me cuidó y me enseñó todo. Cuidaré de su sobrina más de lo que cree.

Él se fue luego de unos minutos y me quede solo con Alice. La tome en mis brazos y la lleve escaleras arriba. Abrí la puerta con dificultad, entre y la recoste en mi cama. Tome una sábana y se la

coloque. Camine hasta mi armario y tome una remera limpia. 

- Aaron. - Susurro. Su voz angelical me hizo sonreír al instante. La mire y solté la remera, haciendo que caía al suelo. 

- Hola hermosa.

Fui a abrazarla, ella me apretó contra su cuerpo y termine acostado a su lado. Me di cuenta que no podía estar un día sin ella. No podía no pensar en ella, no podía evitar no quererla. 

-¿Cómo te sientes? 

- Mejor. - Me regalo una sonrisa hermosa y se acurruco en mi pecho.

-¿Qué ocurrió allá? 

- Me tenían encerrada en una sucia y fría celda, pero logre salir. Luego se escuchó una gran explosión y supe que eran ustedes.

- Fue idea de Jordan, decisión de último minuto.

Permaneció callada, mirando al techo. Sus dedos dibujaban círculos en mi pecho. Recostó su cabeza en mi estómago. 

- Hablame de tu familia.

-¿Por qué quiere escuchar sobre mi familia? 

- Nunca hablas de ella. - Suspiró - Yo también te contare sobre la mía. 

- De acuerdo. - Me acomode en la cama y mire el techo. - Mis padres y mi hermana Dana fallecieron en un accidente automovilístico. Ellos eran los mejores padres que pude tener. Mi padre y yo siempre tuvimos ese vínculo de padre e hijo. Mi madre era la típica madre de casa, que se ocupaba de preparar unas deliciosas tortas - Alice me miraba atenta - Y Dana, ella era la niña más dulce que hubiese conocido. - Recordé el día del accidente. - Pero las

cosas buenas siempre llegan a su fin. 

- No es cierto - Ella negó con la cabeza - No todo llega a su fin, solo te enseñan a ser fuerte y además te recompensan.

-¿Tu eres mi recompensa? - Ella abrió muy grande los ojos, sus mejillas tomaron un color rojo intenso. 

- Aún los extrañas, ¿cierto?

- Más de lo que creas - Ella me dió un beso en mi hombro.

- Te contare sobre mis padres - Aclaró su garganta - Ambos son empresarios. Viajan mucho por su trabajo, yo siempre iba con ellos a sus viajes, pero me canse de viajar siempre. Mi mamá, ella es una persona dulce, recuerdo que me llevo a un recital de ballet, luego de eso, solo viajaban y viajaban. Mi padre aún me trata como a una niña - Negó con la cabeza varias veces - Soy su única hija. Ellos me sobreprotegen un poco.

-¿Por qué no quisiste ir? 

- Porque me resultó aburrido ir con ellos, además no veía a mi tío hace años. Pensé que venir aquí sería divertido, como antes. Pienso, que si no hubiese tomado esa decisión, nunca te conocería. Hice una buena elección. 

Nos miramos fijamente, sus ojos y los míos se conectaron. Ella esperaba una respuesta mía, pero me quede pensando en sus ojos cafés. Y después me quedé pensando en sus labios. La necesitaba. Me acerque a ella y la bese. Ella no tardo en responderme mi beso. La puse encima mío. Metí mis manos bajo su remera. Ella sonrió. Sentía como su pulso se aceleraba.

Ella me quito la remera. Me miro pícara. Yo hice lo mismo y le quite la remera. Volvimos a juntar nuestro labios. Recorría con mis manos su espalda descubierta. La ayude a quitarse su jeans. Yo me

quite el mio. La mire, sus mejillas tomaban un color rojo. Sus ojos me miraban fijamente, como si estuviera atenta a cada movimiento. La puse debajo mío, empece a besar su cuello. Ella dejaba escapar algunos gemidos. Su manos presionaban mi cuerpo al suyo. Hasta que me separe y note algo. En su abdomen yacían cuatro círculos lilas. 

-¿Qué es esto? - Pregunte frunciendo el ceño. Ella se miro y soltó un suspiro.

- Evan me dio algunos golpes, e hice enojar a Dominic. - Dijo cerrando los ojos. Recorrí con mis dedos el contorno de los moretones. Bese cada uno de ellos.

Ella me beso y me susurro: Te amo. Me quede estático. Nunca me habían dicho eso, excepto mis padres. La mire y la bese con mucha intensidad. 

Alice Pov 

Sentía que mi corazón iba a estallar. Sus ojos azules recorrían mi cuerpo lentamente, eso me ponía nerviosa. No sabía cómo hacer esto. Presionaban las sábanas con fuerza. Cerre los ojos e intente no pensar que estaba completamente desnuda frente a él. Me sentía extraña al pensar que mi cuerpo no era perfecto. Tal vez tenía una pequeña cintura, pero nunca me sentía augusta conmigo misma. No le tomaba mucha importancia a mi cuerpo, pero ahora que estaba con Aaron, me arrepentía de no haberlo hecho. 

El presionó mis muslos, lo que me hizo arquear mi espalda. Volví a besarlo, jalando su cabello. El mordió mi cuello, lo que me hizo sentir un extraño sentimiento. Él paso lentamente su manos por

todo mi cuerpo, besando cada rincón de él. Tenía los ojos cerrados en todo momento, no podía evitar no cerrarlos. 

-¿Por qué cierras tus ojos? - Él me susurro en mi oído. Su voz ronca me erizo la piel. 

- Pensé que si lo hacía, no estaría nerviosa. - Dije mordiendo mi labio inferior

-¿Nerviosa por qué?

- Siento vergüenza.

-¿De mi? - Abrí los ojos. Él me miraba confundido. Tal vez tenía vergüenza, pero no de él, si no de mi. Pase mis manos detrás de su cuello y lo acerque a mi rostro. 

- Aaron, es mi primera vez. Quiero que sea perfecto, pero, siento que me tendré miedo.

- Alice, si tú no te sientes preparada, no ocurrirá nada que no quieras. Te amo, y prefiero esperar, no quiero que te sientas incómoda. 

- No me siento incómoda, solo quiero que sea lento. - Eso sonó mejor en mi cabeza. Él me dio un corto beso en los labios.

Se colocó un preservativo y me miro. Tenía una inmensas ganas de reír. No tenía idea de por que. Pero estaba nerviosa y solía reír siempre que lo estaba.

-¿Estás segura de esto? ¿Quieres hacerlo? - Miré sus ojos azules, recordé la primera vez que los vi, la primera vez que me tomo de la mano, la primera vez que lo abrace, la primera vez que sus labios tocaron los míos, la primera vez que estaba muy segura de lo que quería con él. 

- Si quiero.

Cerre los ojos y suspire. Coloque mis manos a los costados de mi cuerpo y presione la sábanas. Sentí su respiración en mi cuello, y luego sentí como dejo un beso en él. 

Al principio, dolió. Encaje mis uñas en la espalda de Aaron. Pero luego se volvió placentero. Le daba pequeños besos en su cuello, y él me los devolvió. Era un sentimiento extraño. La fase dolorosa se había acabado. Se sentía extrañamente bien. Al terminar, él se recostó a mi lado, me dio un beso en la frente, me abrazo por la cintura. Tome la sábana y tape mi cuerpo con él. 
Me recoste por su pecho y le dí un pequeño beso en él. Quería quedarme así, para siempre. Quería estar junto a él, por siempre. Y estaba segura, que él también lo quería. Pronto sentí mis ojos pesados y me quede dormida.


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Capítulo 22 -¿Por qué me miras así? 

Me estiré aún con los ojos cerrados. Estaba muy cómoda, como para levantarme. Abrí mis ojos, mire a mi alrededor, estaba en la habitación de Aaron. Pero él no se encontraba aquí. Me senté en la cama y empecé a buscar con la mirada mi ropa. Pero no la encontraba. 

Estiré la sábana, y la acerque a mi rostro. Aspire el aroma delicado que tenía, parecía vainilla, pero estaba mezclado con el exquisito perfume de Aaron. Me volví a acostar y solté un suspiro. Acarició la almohada de Aaron, él no estaba ahí, pero su perfume seguía ahí. Tome mi móvil y observe la hora. Las diez y treinta de la mañana. Me levante, enrolle la sábana por mi pecho y camino hasta el baño. Veo un remera verde colgando por la percha. Supuse que era de Aaron, lo tome y me lo puse. Me mire al espejo, la remera me quedaba enorme, pero me sentía cómoda. 

Camine por la habitación, observe el escritorio con fotos, y muchos libros y cuadernos. Tome un cuadro de madera y observe la foto. Era yo, tenía un vestido blanco, y el cabello completamente alborotado. Esta foto estaba en mi habitación la primera vez que llegue aquí, era la foto que había desparecido de mi habitación. 

Deje la foto en su lugar. Iba a bajar a buscar a Aaron, pero mi móvil sonó. Lo tome y conteste la llamada.

-¿Hola? - Me aleje de aquel escritorio y me senté en el suelo, cruzando las piernas.

- Alice, soy Jordan. - Junte las cejas rápidamente. - Sé que estas en la casa de Aaron, deben venir a la casa de Sierra de inmediato. 

- De acuerdo. - Colgué. 

Busque mi ropa por toda

la habitación. Hasta que gire alrededor de la cama, y encontré mi ropa en el suelo. Lo tome y entre al baño.

El agua caía lentamente por mi cuerpo. Toque mi labios y recordé todos los besos que nos dimos. Luego fui con mi mano hasta mi cuello, y recordé las cosas que susurro sobre él. No podía creer que lo hice. Fue mi primera vez y fue con Aaron. 
Una estúpida sonrisa se formo en mi rostro. 

Salí del baño, y aún no había rastros de Aaron en la habitación. Oí una hermosa melodía, parecía algún instrumento. Creo que era un piano. 

Me coloque mis Converse. Baje las escaleras dando pequeños saltos. No lo encontré en la cocina, menos en el comedor, pero cuando llegue a la sala, la melodía se escuchaba más fuerte. Al ingresar a la sala, encontré a Aaron. Estaba sentado en el sofá, observaba la televisión. Tenía la cabeza echada hacia atrás, un pantalón gris y su abdomen descubierto. Me acerque al sofá y vi la pantalla. El vídeo mostraba a una niña. La fecha indicaba que fue el 11 de octubre de 2011. Su cabello era dorado, literalmente. Estaba ejecutando el piano. Alado de ella se encontraba un niño. Era más grande que ella, tenía la piel blanca, ojos azules y el cabello negro. Tenía los mismos rasgos faciales que Aaron. 

- Ella era mi hermana. - Su voz débil me sobresalto. Miré a Aaron, quien seguía con la vista hacia la pantalla.

- Era hermosa. - Camine indecisa. Me senté junto a él. -¿Y ese eres tú?

- Dije señalando a la pantalla. Él niño sonreía cuando ella ejecutaba el piano.

- Si, ese fue el día antes del accidente. Estabamos en la casa de los abuelos, recuerdo que me tomo de la mano y me sento junto a ella. - Observaba a Aaron con cautela. - Me encantaba observar cuando ejecutaba el piano, porque lo hacía con tanto entusiasmo.
Ella practicaba para un recital. Pero, no llego a subir al escenario y dejar a todos con la boca abierta. - Presionó el control remoto. - Te aseguro que ella hubiese sido la mejor en ese recital. Pero no lo hizo, porque tuvo que pasar el maldito accidente, del que salí vivo, pero ellos no. 

- Aaron, no te tortures con eso, no es tu culpa lo que paso. - El seguía admirando la pantalla. - Aaron. - Susurre, inclinandome hacia enfrente. Tome su mano. - Deja de cree que pudiste hacer algo, aún no eras un cazador, no tenías idea de como evitar lo que paso. 

- Cierto, no tenía idea de como hacerlo, pero si supe correr como un cobarde. - Él me observó con sus ojos azules. Parecía ido, atormentado. Odiaba verlo así. 

- Aaron, no conocí a ninguno de tus padres o a tu hermana, pero te aseguro que ellos hubieran deseado que te salves, además, aún tienes a toda tu familia. 

- Alice, ¿algunas sentiste que estas sólo en este mundo? - Tome el control remoto y puse pausa el video. Tome el rostro de Aaron entre mis manos.

-¿Tu crees que no perdí a alguien importante también? - Solté una risa melancólica. Frunci los labios, pero estaba decidida a decírselo. - Mi mamá estuvo embarazada hace 6 años, pero se complicaron la cosas y lo perdió. Desde ahí, no puede

tener más hijos. Aveces me siento sola, siendo la única hija. Por eso me sobreprotegen siempre. 

- Lo lamento. - Susurro con la cabeza baja. Me acerque y le di un beso en su cabello negro. 

- Pero de eso se trata la vida, de seguir adelante sin importar los problemas. No tienes que dejar que las pérdidas del pasado te maten por dentro.

Él me observó en silencio. Tomo mis manos y las entrelazo con las de él. Odiaba verlo de esa forma, tan lastimado por una muerte y atormentando por encontrar al culpable. 

- Has sido la única que me ha dicho eso, - Lo mire juntando las cejas. - has sido la única que se procura tanto por mi, que me cuenta su propia desgracia.

- Aaron, te amo, significa que nos preocupamos el uno por el otro. - Nunca en toda mi vida he dicho eso. Nunca he sido la chica cursi. Siempre fui fría acerca de los sentimientos, pero debía hacer esto. Debía hacerlo por él. 

Se acerco a mi, y junto nuestros labios. Separe mis manos de las de él y las lleve a su nuca, donde jale de su cabello. Mordió mi labio inferior, jalando un poco. Sonreí ante su gesto. Nos separamos lentamente y nos quedamos en silencio, observandonos el uno al otro. 

- Debemos ir a la casa de Sierra.

-¿Por qué?

- No lo sé, - Él fruncio el ceño. - Jordan me dijo que debemos ir de inmediato.

- De acuerdo, iré a cambiarme. - Se levanto de un salto, pero antes se acerco para darme un beso en la frente. 

-¡Aaron! - Él giro a verme - Al volver me muestras todos los vídeos que tengas de niño y no vale omitir ninguno - Él solo negó con la cabeza y subió las escaleras. Yo me quedé sentada en el

sofá y continúe viendo el video.

La niña que ahora sé que es Dana. Al terminar de ajecutar el piano, abrazo a Aaron y él mostró una enorme sonrisa. Su madre y padre la felicitaban y decían que ella iba a estar hermosa en el recital, y el video terminó. Me hubiese encantado conocerlos. 

Aaron bajo corriendo, y me dijo que ya debíamos irnos. 

Sabía cuanto extrañaba a su familia. Más a su hermana. Aaron era un tipo duro que no mostraba sus debilidades. Me preocupaba por él. Cuando nombraba a su familia, él cambiaba totalmente de humor. Pero hoy, ambos compartimos lo que más nos dolía. Era la primera vez que contaba eso a alguien más. Era cierto, mi mamá había perdido su bebé. Yo estaba tan ansiosa por ser una hermana mayor, pero, al parecer no estaba destinada a serlo.

- Llegamos. - Lo miré despertando me de mis pensamientos. Nos bajamos del auto y Aaron colocó la alarma del Ford. Divisé el Jeep de James y la camioneta de mi Tío. Aaron abrió la puerta y entramos.

-¡Al fin llegan! - Emma vino corriendo a abrazarme. Yo me senté junto a ella y Aaron se recostó por la pared. 

-¿Qué ocurre? - Él tío John apareció con una taza y se sento junto a Jordan.

- Alice me alegra ver bien. - Sierra me sonrió. - Ahora, les explico. Tengo la piedra aquí, pero, no puedo destruirla. 

-¿Por qué? - Aaron y yo lo preguntamos al mismo tiempo. 

- Al destruirla, la maldición de los hombres lobos, se verá afectada. Ellos podrían quedarse en esa forma por siempre.

-¿A que te refieres? - Emma nos miro con los ojos bien abiertos. - Lamento no

saber de esto, pero no soy una cazadora o un doppelganger o una bruja, así que comprendan cuan necesario es que pregunte. 

- Me refiero a que ellos, serán lobos toda su vida, no podrán volver a tomar la forma humana. - Ella tomo un sorbo de su café. - Entonces propongo que debemos guardarlo. 

-¿Crees que eso será una buena idea? - Jordan miro a Aaron frunciendo los labios. 

- Ellos no sabrán donde encontrarlo. Solo una bruja puede rastrearlo, pero le pondré un hechizo y será como si haya desaparecido de la faz de la tierra.

-¿Dónde propones guardarlo? - Él tío John seguía escuchando la conversación, pero no opinaba nada.

- Hay una cueva, se encuentra en una isla muy lejos de aquí, ahí estará bien. - Yo solo asentí. 

Todos empezaron a discutir lanzando sus opiniones. A mi tío y a Aaron no le gusto la idea, dijo que no podía ser seguro. James estuvo de acuerdo, dijo que esa opción era mucho mejor, que tenerlo nosotros. Jordan aún no se decidía. 

Luego de una larga discusión, gritos de Emma que se callen y la dejen pensar. Ella también quería dar su opinión sobre la situación. James burlándose de Jordan, porque se había tropezado con la alfombra. Mi tío dio el sí definitivo de guardar la piedra. Dijo que confiaba en la idea de Sierra, y que estaría a salvo allá. 

(...)

-¡Cuenta con detalles! - Emma chillaba estruendosamente.

- No te contare con detalles. - La mire horrorizada. - Se supone que fue mi momento, los detalles son míos. - Dije señalando

mi pecho.

-¡Oh vamos! - Hizo puchero, pero eso no funcionará conmigo. Porque a la única persona que encontraba tierna haciendo eso era a Aaron. 

- Me sentí muy bien. - Ella levantó una ceja. - Quiero decir, él me trato muy bien. - Las palabras se trababan en mi boca. -¡No se con que palabras explicarlo, no me hagas hacerlo!

- Lo amas. - Emma apretó mis mejillas. Dolieron mucho. - Yo seré tu primera dama de honor, ya no puedes cambiar. 

- Eres una gran amiga. - Ella me observó en silencio. Sus ojos se iluminaron completamente. -¿Por qué me miras así? 

- Te conozco hace dos meses y creo que 10 días. - Ella rió. - Si, los conté. Desde que te conozco hecho cosas estúpidas y locas que jamás en mi vida haría. Gracias a ti conocí a Jordan. Gracias a ti mi vida está constantemente en peligro. - Baje la cabeza evitando sentirme mal por eso. - Me contaste de tu familia y tus miedos. Cuando perdí a mi amiga, tu fuiste la primera en apoyarme. Me aguantaste cuando actué como una estúpida o cuando te avergüenzo. Pero te considero una hermana, Alice.

- Yo también, fuiste la primera amiga que hice aquí, y no me arrepiento de ser distraída y no ver mi camino, ya que gracias a eso nos conocimos - Ambas reímos. 

- Tengo hambre. - Ella le limpio una lágrima falsa.

- Vamos por comida. - Ella asintió.

Bajamos corriendo las escaleras. Cuando íbamos a cruzar por la sala para ir a la cocina escuchamos voces hablar. Ambas nos detuvimos y nos miramos entre sí. 

- Ella no puede saberlo. - Era la voz de mi tío, sin duda alguna. 

Con Emma apoyamos nuestros oídos a la puerta. Odio espiar pero soy una chica curiosa, no puedo evitarlo. Ella hacía gestos de confusión hasta de asombro al escuchar la charla privada.

- De alguna forma lo sabrá, y no me gusta ocultar cosas.

- Jordan deja de jugar, esto es serio.

- Solo digo la verdad. No pienso mentir, además también le estaré mintiendo a Emma. 

Ella me miro preocupada. No entendía de lo hablaban, pero esperaba que lo dijeran en algún momento. Me recoste más por la puerta.

-¿Prefieres mentir para mantenerlas a salvo o quieres que se metan en esto?

Hubo un largo silencio. Ambas nos miramos confundida. Sabía que mi tío, James y Jordan estaban ahí dentro, pero no escuchaba a Aaron. Aunque estaba segura que se encontraba ahí dentro. 

- De acuerdo. - Jordan habló. -¿Pero dónde la llevaremos?

- Tengo una casa del lago, a unos kilómetros. Llevenlas ahí. 

-¿Tú no vendrás? - James fue el que hablo.

- No, yo me haré cargo aquí. 

Nos alejamos de la puerta. No entendía porque debía haber eso, ocultar las cosas ¿Por qué tan solo no puede confiar? Emma fue a la cocina por la comida que se supone que íbamos a buscar, y yo me acosté en el sofá. Cerre los ojos e intente despejar mi mente. Aveces pensaba que mi tío, no confiaba en mi lo suficiente como para decírmelo todo. Pensaba que el desconfiaba de mi reacción ante las cosas, pero pensaba que él temía que yo pudiese arruinar sus planes por mi fastidiosa curiosidad. 


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Capítulo 23 - Algo malo sucederá

Jugaba con mi collar de mariposa, mientras tarareaba la canción que sonaba en la radio. El camino se estaba volviendo aburrido, me sentía mareada. 

-¿Cuánto falta? - James miro a Aaron con desinterés. Yo solo me recoste por el asiento.

- Una hora. - James bufó y volvió a sentarse. 

Estabamos en el auto de Aaron, rumbo a la casa de lago del tío John. Emma se encontraba durmiendo sorbe el hombro de Jordan y él apoyaba su cabeza sobre la de ella.

Se acercaba el día, el día donde todo sucedería o terminaría. No sabía que podía ocurrir, pero, mis nervios no me dejaban dormir. No quería saber cuando sería el último día que estaría con ellos, con Aaron. No quería saber cuando sería el día que acabaría todo para mi.

Llegamos a un Autoservicio. Yo fui la primera en bajar. Necesitaba llegar al baño con urgencia. Emma también fue conmigo. Los chicos entraron a la tienda en busca de comida.

Al entrar al baño, me dieron intensas ganas de vomitar. Era el baño más asqueroso que pudiese usar. Tenía dos opciones, aguantar y esperar llegar a otra estación o entrar al mugriento baño. 

- Prefiero aguantar. - Emma dijo tapándose la nariz con los dedos. - ¡Esto es asqueroso!

- Vamos a comer, no creo que falte tanto para llegar. - Ambas salimos del baño y respiramos aire fresco. 

Entramos en la tienda, James y Jordan estaban cerca de los Hot Dogs, Emma fue hasta una de las heladeras y tomo un refresco de naranja. Yo camine hasta las mesas y me senté una en donde se encontraba

Aaron.

-¿Qué está haciendo mi tío? - Él alzó la vista e hizo una mueca. Observe nuestro alrededor, algunas personas se encontraban sentadas en las demás mesas.

-¿Acaso espiabas nuestra conversación de ayer? - Dejó la carta sobre la mesa. - Sabes que no debes hacerlo. 

- Aaron, soy curiosa, lo admito. Pero el saber que mi tío me está ocultando algo, y que tal vez sea necesario que lo sepa, me molesta.

- Él debe ser quien te lo diga, además, debe de haber una lógica razón por la que no te lo esta diciendo.

- Porque piensa que me protege, pero no lo hace, lo único que hace es aumentar mi curiosidad. - Aaron froto sus nudillos.

- Alice por una vez en tu vida, aléjate de los problemas. 

-¡Maldita sea! ¡Aaron Campbell dímelo ahora! - Algunas personas giraron a vernos. Aaron sólo se recostó por su silla y se cruzó de brazos. 

- No puedes evitar meter tu nariz en donde no te llaman.

- Y tú no puedes evitar ser un estúpido dolor de cabeza, pero igual sigo contigo.

Ambos nos miramos fijamente. A Aaron no le importaba decirme las cosas de frente, y a mí menos. 

- Los vampiros deben pensar que sigues en Portland. Cuando vayan a buscarte, John estará preparado, y los atacará primero. Pero descuida, los Dolan estarán con él. - Junte las cejas rápidamente. 

-¿Los Dolan? - Aaron asintió. -¿No le tienes tanta desconfianza ahora?

- Ellos se ofrecieron, además, no estarán cerca nuestro, y John sabe muy bien como defenderse.

Me sentía más

que enojada. Quería volver y hablar con mi tío, sobre su maldita desconfianza. Y quería hacerle entender que no me ayudaba ocultando las cosas. Lo único que hacía era crear la desconfianza en mi hacia él. 

-¿Por qué sigue ocultando cosas? - Aaron me miro fijo, asimilando la pregunta. -¿Ha dicho algo más? 

- No, eso es todo. Flora también lo estará ayudando. - Asentí lentamente. 

Emma, James y Jordan llegaron con una bandeja llena de Hot Dogs, no tenía mucha hambre, pero comí dos. Luego de pagar lo consumido. Volvimos al auto, sentía mis ojos muy pesados, pero no quería dormir. Debía estar atenta por si algo ocurría.

-¡Emma era mío! - Dijo Jordan quejándose. 

-¡Te comiste la última hace dos horas! ¡Está era mía! 

-¡Mantengan silencio! ¡Intento dormir! - James gritó molesto. 

Coloque mis auriculares, pensé que la música me sería una buena distracción, pero en menos de minutos, ya me encontraba dormida. Pronto la música se convirtió en lentos ecos, hasta que los deje de escuchar.

(...)

- Despierta Alice. - Sentí su dulce perfume rozar mis fosas nasales. 

- Emma déjame dormir. - Ella soltó una risa. Una brisa fresca me hizo acurrucarme más en el asiento de auto.

- Sería mejor dormir en una cama, junto a Aaron - Ella me agito varias veces. - ¡Hemos llegado Alice! - Abrí los ojos y los ojos verdes de Emma me miraron sorprendidos. 

- Lo siento, no duermo en días. - Ella asintió y me dio la mano. Cerre la puerta del auto y caminamos hasta llegar a la puerta. La casa de lago de mi tío era muy hermosa. Había un muelle en donde solía nadar con mis primos.

Pero me gustaba más su casa en el pueblo. Pues, en ella pasamos más momentos juntos.

Saque la llave de mi bolso y abrí la puerta. El aroma a pino se expandió por todo el lugar. Comencé a observar los cuadros de las paredes, la vieja alfombra de la abuela, y el sofá donde el abuelo solía contar sus fabulosas historias. Fui corriendo hacía arriba y entre a mi habitación favorita de la casa. La habitación de mis padres, cada uno tenía una habitación cuando veníamos los fines de semana. Siempre ame esta habitación. Tenía una hermosa vista al muelle. 

(...)

Tenía mi toalla colgando por uno de mis brazos y me móvil en la otra mano. Estaba caminando por el pasillo, rumbo al baño. Veo a Emma también ir hacia el baño. Aceleró el paso, con los ojos puesto en la perilla de la puerta del baño, y ella también lo hace. Hasta que corro y cierro la puerta en su cara.

-¡Alice! - Grita molesta.

No le di importancia y me quite la ropa. El agua comenzó a llenar la tina y yo colgué mi toalla por la percha. Entre en la tina blanca. Antes me daban miedo las tinas, pensaba que el oyó por donde iba el agua, iba a succionarme. Tenía mucha imaginación de pequeña. 

Tome mi celular y elegí una música. Pronto sonó Wild de Troye Sivan. Recosté la cabeza por el borde de la tina y cerré los ojos. 

Necesitaba llamar a mis padres, y hablar con ellos. No lo he hecho en días. Tal vez estén preocupados, pero, siempre están ocupados para hablar, suelen tener dos minutos. Pero dos minutos no son suficientes para contar toda esta historia. 

-¡Emma!

- La puerta se abrió de golpe. -¡Ya llegue! - Tenía su toalla por su brazo y un short puesto. 

-¡Jordan sal de aquí ahora! - Alcancé la toalla que colgaba por el perchero y me cubrí. -¡Emma no está aquí! ¿Eres ciego o que? ¡Sal ahora!

-¡Oh mierda! ¡Demonios! ¡Diablos! ¡Rayos! 

-¿Cuándo digas todas las formas de maldecir te irás no?

- No sabes cuando lo siento, soy un idiota. ¡Lo siento Alice! - Él tomo la puerta y la cerró rápidamente. 

Me quede paralizada alado de la tina. Olvide cerrar la maldita puerta. Enrollo la toalla por mi cuerpo y cierro la puerta con cerrojo. Me recoste por ella. Acaricié mis sienes y comencé a cantar la música lentamente.

A la mañana siguiente, me desperté asustada. Había tenido una pesadilla, no los había tenido desde los 11 años. Él sueño pareció muy real, yo me encontraba en el bosque, sola, hasta que Dominic y muchos vampiros más parecieron, y me atacaron. Parecía ridículo, pero era mi propio miedo. Baje a la cocina, no había nadie más. Tome una manzana, cuando iba a morderla, escuche un disparo. Instintivamente me agaché y me recoste por la pequeña isla de la cocina. Me pare temerosa y me acerque a la ventana de la cocina y corrí la cortina. Al ver a los causante de mi pre-infarto, deje la manzana en la mesa y salí afuera dando grandes pasos.

-¿Qué están haciendo? - Grite y los tres giraron a verme. -¡Casi me desmayo en la cocina!

- Alice tranquilízate, solo estamos cargando las armas. Es muy importante tener uno siempre contigo.

- Jordan cargo una pistola y la dejo junto a las otras.

Aaron estaba apuntado con el arma a un árbol, apretaba el arma muy fuerte que hasta notaba sus venas. Me acerque a él. Nunca había disparado un arma, aunque nunca hubo una ocasión para hacerlo. Aaron presionó el gatillo y me sobresalte. La brisa fresca movió el cabello negro de Aaron rápidamente. 

- Quiero hacerlo. - Aaron giro su rostro a verme. Sus ojos azules examinaron rápidamente mi rostro. 

-¿Hablas enserio? 

- Quiero hacerlo. - Volví a repetir. Aaron observó a sus amigos, y soltó un suspiro. 

- De acuerdo. - Extendió el arma y lo tome con cuidado. Se sentía un poco pesada, y fría. Aaron giro alrededor mío. - Separa más las piernas. - Hice lo que pidió. Se colocó atrás mío, sus manos tomaron los míos despacio. Colocó su rostro en mi cuello, su respiración hizo erizar mi piel. Colocó su dedo en el gatillo, y me apretó a él. - Ahora, sólo debes presionarlo. - Presionó el gatillo y una gran fuerza me hizo retroceder. Aaron me detuvo antes que vaya más atrás. 

- Eso fue asombroso. - Susurre. - Quiero hacerlo de nuevo, pero yo sola. - Aaron volvió a darme el arma y se pocisiono alado mío. 

Me sentía extrañamente poderosa haciendo esto. Pero también sentía miedo de caer al suelo, por la fuerza del arma. Separe las piernas y alcé los brazos a la altura de mis hombros. Coloque mi dedo en el gatillo y respire profundo. El estallido de la bala me hizo

erizar la piel. La bala salió y se estrelló en el árbol. Había dado justo en el blanco, sonreír ante mi acto. 

- Eres buena con la pistola. - James me regalo un sonrisa. 

- Gracias. - Le devolví a Aaron la pistola, pero el en lugar de tomarla, me agarro del brazo. Me acerco a él, y sus ojos azules me miraron con cautela.

- Eso fue sexy. - Susurro sobre mi oído. Lo miré atenta, no sabía que responder. Aún seguía sin saber que responder a todos sus comentarios atrevidos. Acerco sus labios a los míos y me presionó contra él. 

-¡Busquen una habitación! - Ambos gritaron al mismo tiempo. Aaron no le dio importancia y me continuo besando. Coloque mis manos alrededor de su cuello y él me levanto más del suelo. Sonreí sobre sus labios. No quería que esto acabará. 

- Debes aprender a utilizar los demás elementos. - Susurro Aaron sobre mis labios. Yo me separe lentamente. 

- Enséñame Campbell.

Se alejo de mi e hizo una seña a Jordan. Él le lanzó una estaca a Aaron, quien lo tomo rápidamente antes que ésta cayera al suelo. Volvió hacía mi y me paso la estaca. 

- Intenta matarme. - Tome la estaca y lo mire.

Alce la estaca al aire e intente tomarlo del brazo, pero fue ágil, y se alejo velozmente. Me quede quieta, pensando en una forma de derribarlo. Pero él se acercó y con sólo un pequeño movimiento hizo que todo mi cuerpo termine en el suelo. 

- Perdiste. - Sonrió alegremente. 

- Otra. - Él mordió su labio inferior y asintió. Me pare, un poco enfurecida. Odiaba que Aaron me ganará en esto. 

- Si crees que con otra ronda puedes vencerme. 

Él sabía que me estaba haciendo enojar, y mucho. Me acerque rápidamente a él, sin perder tiempo y lo intente derribar, pero él con solo un movimiento me hecho al suelo otra vez. Me tomo del brazo y lo dobló, hice una expresión de dolor y le di una patada en el estómago. Se tambaleó, pero no logre echarlo. Me pare rápidamente y decidida lo derribe con mucha fuerza.

-¡Demonios! - Exclamó. Había caído con mucha fuerza sobre él. Tome sus dos brazos y los ataje con mis piernas. Y coloqué la estaca en medio de su pecho. 

- Estas muerto. - Dije sonriendo.

Pasamos toda la tarde entrenando, me sentía un poco adolorida, pero ahora tenía más conocimientos al momento de defenderme. Los chicos se enseñaron a cargar un arma y demás cosas. Pero yo esperaba aprender esto con el tío John. Emma también fue parte de el entrenamiento. Éramos muy descuidadas a la hora de luchar, los chicos eran muy ágiles. Nosotras nos encontramos exhaustas luego de varias horas. La parte más delicada fue al momento de cargar el arma. Al cargarla mal, eso podría afectarme mucho. Pero James es muy bueno con las armas, y nos enseñó paso por paso.


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Capítulo 24 - Hay luna llena

Marque rápido el número y me mordí las uñas esperando a que conteste. Necesita hablar con ellos, pero, seguía sin saber que iba a decir. Había decidió hacerlo, pero la cobardía me atacó segundos después de haber tomado mi móvil. 

- Hola Alice. - La voz de mi padre me hizo sonreír. 

- Hola papá. - Suspire. -¿Cómo están? 

- Acabamos de salir de una junta. Tú madre está preparando la cena
Mañana tenemos día libre, le dije a tu madre que podemos salir, pero sabes como es, decidió quedarse. Dijo que estaríamos muy solos, y no tendríamos a nuestra pequeña para animarnos. Te extrañamos mucho. Falta poco para vernos. - Y lloré, no pude aguantarlo. -¿Alice, estas llorando?

- No, sólo, no es nada. - Limpie mis lágrimas. - Debo contarte algo, y no sé por donde empezar. Pero, quiero hacerlo. 

- Alice lo puse en alta voz, así tu madre también escuchará. - Observe hacía afuera, el muelle me trajo recuerdo de cuando era pequeña. Todo era tan simple en ese entonces. 

- De acuerdo. - Aclare mi garganta. - Conocí a un chico, no es algo que hablaría con ustedes, pero, deben saberlo. También hice amigos, amigos que me protegen, y me quieren. - Miré al techo e intente no llorar. Cerre los ojos y conté hasta tres. Suspire y continúe. - Pero, cuando vengan aquí, deben conocerlo. 

- Cuenta más. - Esa era mi madre. Cuando hablaba de chicos ella siempre me escuchaba. 

- Trabaja con el tío John. Al principio, no comprendía su actitud indiferente, pero resulta que perdió

algo muy importante, y lo comprendí. Él me ha enseñado muchas cosas, me ha protegido. Tal vez me castiguen. - Solté una risa. - Pero me gusta, enserio, y espero que no lo hagan.

- No lo haremos cariño. - Mi madre respondió. 

- Amanda, no lo he pensado. - Mi padre sonó ofendido. -¿Mi opinión no cuenta?

- No dijes eso, Elliot.

- Antes de que discutan, - Ambos rieron. - quiero decirles que los quiero mucho y estoy agradecida por tener los mejores padres.

Confesé todo a mis padres. Todo lo que sentía, todo que me pasaba, dejando de lado el verdadero problema. Si los vampiros lograban su objetivo, al menos estaría feliz de haber hablado con ellos. Hoy habrá luna llena. Tal vez todo empeorará o tal vez todo estará bien. 

- Alice, tu tío llamó. - Miré a Emma sentarse junto a mi. - Dijo que no hay rastros de los vampiros.

- Emma, ¿por qué te metiste en todo esto? 

-¿Cómo que por qué? - Ella junto las cejas. - Eres mi amiga, no voy a dejarte sola. E hiciste bien en decirme todo esto. ¿Qué ibas a hacer si no me lo decías? ¿Y ibas a alejarme? 

- Emma haría lo mejor para ti.

-¿Cómo lo está haciendo tu tío ahora? - Me pare y la observe frunciendo el ceño. -¿Ibas a ocultarme esto, e ibas a mentir? 

Solo me mantuve callada. Ella tenía razón, si no se hubiera dicho, le estaría mintiendo y ocultando cosas en este momento. Le estaría haciendo, lo mismo que mi tío me está haciendo. 

- Deberíamos ir a entrenar, -

Me paso su mano. - ¿no crees? - Tome su mano y nos dirigimos a la primera planta de la casa.

Estaba observando el lago. Sentía que pronto todo se terminaría. Que todo acabaría para mi. Antes de viajar a la casa de mi tío John, fui con Sierra. Le dije que, tal vez no debería seguir los pasos de su madre, que tal vez debería ser una bruja diferente. Y agradecí la ayuda que nos brindó, no hubiéramos hecho tanto, sin ella.

El sonido de una camioneta me alertó. Gire rápidamente y mire a la casa. Una camioneta negra y enorme, estaba justo frente a la puerta. Muchos vampiros salían de entre los árboles y rodeaban la casa. Evan bajo del auto, llevaba un abrigo negro de cuero que lo hacía ver intimidante. Golpeó la puerta y esta cayó. Yo estaba parada en el muelle, era un poco lejos de la casa. Ninguno de ellos me había visto, al parecer pensaba que estaba dentro. Escuché el agudo grito de Emma. No iba a dejar que la lastimen, corrí hacia la casa pero, con tan solo verlo, me quede tiesa. Su presencia me daba terror. Todas las pesadillas que había tenido, fueron él. Se quedo mirando la casa, yo retrocedi lentamente, y volvi al muelle. No había lugar donde esconderme, ninguno. Observe a todos lados, pero, mis ojos se posaron en el muelle. Me senté rápido en el muelle, el agua debía estar congelada. Hoy era un día muy frío. Respire hondo y me lancé al lago. Nade hasta llegar debajo del muelle y volvi a quitar mi cabeza. 

Mi corazón latía muy rápido. El agua estaba congelada, todo mi cuerpo temblaba. Sentí sus pasos sobre mi. Lo vi observar el lago. Cada vez me sentí más asustada y desesperada. Sabía que él me

encontraría, pero se giro sobre sus talones y se marchó. 
Me abrace a mi misma y Suspire. El sonido de que algo había caído al agua, me asustó. Dominic se había lanzado al lago. Se acerco a mi. Nade lejos de él, pero me tome de la cintura. Yo luche contra él, pero era un intento en vano. Colocó su mano sobre mi boca para evitar que grite.

-¡Ven aquí! - Le mordí la mano y me soltó. Nade rápido hacia la orilla. Salí corriendo, no sabía hacía donde ir. Estaba mojada y hacia frío. Escuché los pasos de Dominic detrás mío. Corrí hacía los árboles de pinos, mi respiración era cada vez más débil. Me caí al suelo de rodillas, necesitaba calor, y fuerzas, pero no contaba con ninguno de los dos, en todos momentos.

Sentí un golpe en la cabeza y todo mi cuerpo cayó al suelo. Estaba segura que me había golpeado con un tronco. Lo miré y me dio un golpe en la nariz. Inconcientemente lleve mi mano para calmar el dolor pero solo vi sangre en mi mano.

-¡Detente Dominic! - Lanzaba varias patadas hacia él pero fallaba al tratar de afectarle. En un movimiento rápido, me levante y lo empuje por el árbol. Corrí hacía la casa, escuche disparos y más disparos. Cuando llegue casi a la puerta, Dominic me empujó al suelo, caí de frente y la cabeza me dolía mucho. Con mi mano, levante la parte superior de mi abdomen y lleve mi mano a la cabeza. Al verla, había sangre en mi mano. Dominic me dio la vuelta y se sento a horcajadas en mi estómago. 
Se acerco a mi hombro y encajó sus colmillos ahí. Grite dolorosamente. Me miro con los ojos

rojos y la sangre en sus colmillos. Intente empujarlo, pero llevo mi manos arriba de mi cabeza. Esta vez, encajó sus colmillos en mi cuello. Escuché a Aaron gritar mi nombre, vi a Jordan ser golpeado fuertemente, vi a James evitar que lo maten y vi a Emma llorar en el suelo, junto a la escalera. Pero luego, deje de escuchar y sentir todo. 

(...)

El ruido de un martillo me despertó. Abrí los ojos y me asuste. Había como cinco vampiros alrededor mío. Observándome silenciosamente pero cuando me desperté mi corazón literalmente se detuvo. Intente alejarme de ellos pero mis brazos no reaccionaban. Los sentía sin vida, no reaccionaban. Los mire y vi llenos de mordidas en ellas. Esa era la razón por la que me sentía muy mal.

-¡Al fin despiertas! - Dominic se paro enfrente mío. Yo me retorci en el suelo e intente alejarme de él. Pero se pato a los costados de mis piernas.

-¿Que-e hago aquí? - Todos soltaron grandes carcajadas. Él los miro, pidiendo silencio. 

- Hoy hay luna llena. - Dominic paso sus dedos por mis brazos con heridas. - Y tienes un deber que cumplir, un muy importante deber.

Él se levanto y chasqueo los dedos. Una muchacho alto le entregó una bolsa de cuero. Él metió su mano y quito la piedra lunar. No era posible que tengan los piedra. Pero al parecer fueron a visitar a Sierra. Al instante me altere y quize correr, pero era un ridículo pensamiento. 

- Todo lo que necesitamos ahora, es a la luna en el punto más alto - Su voz irritante resonó mil veces en mi cabeza. 

Todos se levantaron y me dejaron sola en esta sucio lugar. No identificaba donde me encontraba. Pero si sabía que ya no podía hacer nada, todo había llegado a su fin. Y no lo aguante, solté un ridículo llanto. Necesitaba desahogarme. Necesitaba quitar toda esa furia, ese terror y sufrimiento, que me guarde. Odia ser débil, odiaba que me vean con lástima. 

Me arrastre hasta la pared e intente apoyarme por ella. Había recobrado fuerza suficiente para intentar levantarme. Una vez apoyada por la pared, limpie mis lágrimas.

Cerre los ojos y empece a pensar en Aaron. Nunca me enamoré de esta forma. Él era muy valiente. Desde la primera ver que nos vimos, él estuvo obligado a salvarme. Siempre pensé en preguntarle por que me salvo en la fiesta. Ni siquiera me conocía, no tenía porque preocuparse por mi. 

La puerta produjo un sonido chilloso y la figura de Dominic apareció en mi vista. Él se acerco y me tomo del brazo con brusquedad. Me levante haciendo un gesto de dolor. 

- Vamos. - Me susurro en mi oído. - Llegó la hora. 

Salimos de aquella celda y caminamos por un pasillo. Las paredes parecían hechas de tierra. Había vampiros recostados por las paredes, observándome al paso que caminaba. Solo levante el mentón y camine sin omitir alguna palabra. 

《Holaaa. Quiero decirles que falta cuatro capítulos para que nuestras historia termine. Si, muy triste. 

Son unos grandes lectores, muchas gracias por leer mi novela.

Voten y comenten♡ ♡ 》 


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Nueva novela

Primero que todo quiero agradecerles a quienes votan y leen mi novela. Estoy muy feliz por haber llegado a los 1k de leídos. 

Segundo, escribiré una nueva novela, se llama "Piece of my heart". Será completamente diferente a Tattoos. 
Quiero pedirle que la lean. Será de un tema romántico y también divertido.
Ocurrirá muchas aventuras con todos los personajes. Y espero que la leen, no haré que se arrepientan de leerla.
Ya la subí. 

Los quiero mucho ♡ ♡ 


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Capítulo 26 - Es hora

Por qué las cosas siempre tienen que pasar en este tenebroso y horrible bosque? Era como si estuviese caminando en círculos. Siempre regreso al bosque. Un viento fresco ataco mi rostro, moví un poco mis muñecas intentando aflojar la cuerda que sujetaba mis dos manos. Observe a Evan con la piedra en sus manos. Sería difícil quitárselo, ya que no pensaba perdérselo de vista.

-¡Camina! - Él muchacho que me llevaba, me había pisado tres veces. ¡Tres! 

-¡Eso hago! - Me moví bruscamente. No debí contestar.

Me tiro al suelo, y todo mi cuerpo cayó sobre la tierra. Los demás se detuvieron a observar la escena. Su puño viajó a mi rostro, pero lo esquive. Dominic me tomo del brazo y alejo de ese muchacho. Lo fulmine con la mirada. 

- Sabes que hacer para irritar a las personas. - No quería escuchar su irritante voz en estos momentos. 

- Ustedes no son personas, - Hable de una forma seca. - son monstruos, sin piedad.

Dominic no se inmutó en decir nada. Eso fue raro. Fui muy descortés y el no me hizo nada. Sólo se mantuvo distante y frío como siempre. Volví a observar el camino, reconocía este lugar. Era el lugar donde Dominic me había atacado por primera vez.

Llegamos a una parte plana del bosque, donde los árboles formaban un círculo y en el centro se encontraba un tronco de árbol talado. Me ataron a un árbol enorme. Escuché que algunos hablaban de que en unos minutos lo traerían. Solo me mantuve callada y espere a descubrir de quien hablaban. 

Miraba atenta a todo lo que hacían. Dos vampiros me vigilaban cada minuto. La luna aún no apareció,

eso me daba tiempo para pensar la forma de escaparme. Pero sería en vano si me escapaba, ellos me volverían a agarrar. No tenía los elementos necesarios para acabar con ellos, solo iba a lograr que me vuelvan a golpear.

- Tiempo sin vernos. - Al mirarla sentí mucho odio. Presionó mis dientes e intento no gritarle. Pero con solo ver su rostro, no pude contenerlo. Me causaba repugnancia con solo verla. Sentía ganas de hacerle sentir todo lo que sufrí y sentí al estar en esa fábrica. Sentía ganas de hacerle saber todo lo que sentía por ella. Todo el odio acumulado que tenía hacia ella desde el momento que me enteré que ella estaba metida en esto. 

- Tessa. - Ella me regalo una sonrisa.

- Estoy sorprendida, en verdad. Has luchado bastante Alice. Pensé que eras débil e ingenua, como aparentas. 

- No lo soy. Pero tú eres una cobarde - Ella solo sonrió. - Tu hija es un ejemplo a seguir, no como tú. - Le dije entre dientes.

-¿Conoces a mi hija? - Ella frunció el ceño, algo confundida. 

- Si, Sierra Gallagher.

Se escuchó ruidos de lucha. Rápidamente gire la cabeza, pero no logre ver del cuerpo de Tessa. Me moví de lado a lado, no lograba ver nada, más que la falda turquesa de Tessa. Escuché el quejido de un sujeto, y la respiración agitada.

-¿Dónde lo atamos?

- Por ese árbol. - Dominic señaló un enorme árbol, lejos de donde yo me encontraba. 

Logre ver de quien hablaban. Grayson Blake. Se lo veía golpeado, muy golpeado.

Tenía una remera gris, toda rota, un pantalón marrón sucio y estaba descalzo. Lo tiraron al suelo con brusquedad y ataron una de sus manos por el árbol, pero con una cadena. Él me miro y junto sus cejas. Estaba tan confundido como yo. Logre ver los rasguños y moretones en su rostro. 

No recordaba que esto fuera parte del hechizo. Sierra dijo que para el hechizo necesitan la piedra lunar, mi sangre y hacerlo en luna llena. Nunca mencionó un hombre lobo.

- Solo debemos esperar la luna. - Evan sonrió mirando hacía el cielo.

Volví a mirar a Tessa y ella se alejo. Dominic le entregó la piedra y sus ojos se iluminaron. Pronto Evan y Tessa desaparecieron de mi vista. 

Temía de todo. Temía de morir. Temía de que alguien cercano a mi salga lastimado. Temía por mis padres. Qué le iban a decir? Iban a culpar a mi tío por esto. Lo iban a culpar por no cuidarme. Sería un desastre. Respire profundamente e intente no perder la cordura. 

Debía hacer algo, no podía simplemente esperar a que todo ocurra. Intentaba pensar un forma de soltarme, pero, sería imposible. Dominic me había despojado de la navaja que llevaba en mi bota, no tenía más armas conmigo, que esa. Y había perdido el collar de verbena. Estaba indefensa. No tenía verbena o armas que me protejan. 

Forcejeó la soga gruesa, pero no ocurrió nada. Lo volvi a hacer con las fuerza, pero solo logró raspar mis brazos, los cuales habían quedado rojos.

(...) 

-¡Es hora! - Grito Evan.


Había oscurecido como hace unos momentos. La luna empezaba a salir lentamente entre las nubes de la noche. Mi pulso se aceleró, seguía pensando que hacer para escapar, pero mi única opción fue aceptar el suceso. Estaba lista para hacerlo. 

-¡Tráiganlos! 

Dominic caminó hacía mi y me desató. Tomó de mi brazo, y camine sin ningún berrinche hasta el centro del lugar. Entre dos muchachos tomaron a Grayson y lo acercaron a nosotros. Grayson no lucía tan débil como antes, al menos podía caminar y abrir los ojos sin problema.
Estábamos parados de un lugar donde la luna nos daba directamente.

Tessa se acercó a un tronco talado por la mitad, que quedó perfectamente como una mesa. Colocó la piedra lunar sobre ella. Evan tenía las manos juntas y los ojos puestos en la piedra, atento a cada movimiento de Tessa.

- Verumtamen animam illius et disperdam eam rem deligitur. - Tessa alzó la piedra lunar al aire. - Solum ita delere licebit execratione maledicta congessit. - No entendía ninguna palabra. - Da mihi sanguine.

Mi padre sabía hablar en latín, era su idioma favorito. Escucharlo hablar era muy asombroso, él me llegó a enseñar algunas cosas, pero solo era lo básico. No comprendí las palabras de Tessa eran un poco avanzadas para mi, pero si entendí sus últimas palabras con claridad, ella dijo: Dame su sangre. 

Comencé a moverme nerviosa. Golpeaba a Dominic en su estómago con mi brazo, pero él solo me volvía a mantener quita. Me desespere y comencé a forcejear más fuerte. Pero, Dominic colocó un cuchillo

en mi garganta y me tomo de la cintura. Al sentir la fría plata sobre mi, me quede tiesa.

- Así me gusta. - Él susurro en mi oído.

Uno de los muchacho que sostenía a Grayson, también le colocó un cuchillo en la garganta. Él solo logró contener la respiración. Una lágrima cayó por mi mejilla. Dominic acercó más el cuchillo, cerré los ojos y espere el dolor. 

Sabía que todo había terminado. Imaginaba mi cuerpo tirado en el suelo, sin vida y sin una mínima gota de sangre. Imaginaba a mis padres de negro y frente a un ataúd, llorando por la pérdida. Pero el dolor intenso que esperaba con ansiedad, no llegó. Dominic se cayó al suelo, aún agarrándome de la cintura, haciendo que yo caía con él. Al instante que mi cuerpo todo el suelo, me aleje de Dominic rápidamente y lo observe. Tenía una flecha gruesa, de madera justo en el pecho, sus ojos estaban abiertos, pero sabía que no respiraba. Quién se lo había tirado, tenía una gran puntería, porque le dio justo en el corazón. 

-¡Ataquen! - Reconocí la voz de James. 

Mire a todas partes, buscándolos entre los árboles, pero no veía a ninguno de los tres. Todos los vampiros se colocaron en una posición de ataque.

Pero ahí aparecieron. Mis caballeros armados. James y Jordan lanzaron granadas de verbena hacía los vampiros, y disparaban balas de madera. Aaron lanzaba flechas a algunos de ellos. Pero no veía al tío John.

Volví a observar el cuerpo de Dominic. Sentí una gran satisfacción al saber que el maldito estaba muerto. Escuché un quejido detrás mío, al girar veo a Grayson en el suelo. Me acosté en el suelo

y me arrastró hasta el.

-¿Te encuentras bien? 

- Aún respiro. - Me regalo una sonrisa.

Lo ayude a pararse, e intente caminar con él colgando de mi cuello, entre la pelea de vampiros contra cazadores que se originó. Sentí una pequeña sacudida. Observe a Grayson y note a Sierra ayudándome a cargarlo. Llegamos detrás de un árbol y lo recostamos. Me acerque a él, e inspeccione su rostro y cuerpo. Pero no tenía ninguna herida grave.

- Quédense aquí. - Sierra nos ordenó. 

Ella empezó a caminar hasta el centro del lugar. Los vampiros intentaban lastimarla, pero ella rápidamente los había volar por los aires, con un siempre movimiento de manos.

Al estar en medio de lugar, ella cerró los ojos y levanto las manos a la altura de sus hombros. Sus murmullos, que no logre decifrar, se convirtieron en gritos. Pronto muchos vampiros eran atacados por el fuego que Sierra había creado.

Cada vez los vampiros caían al suelo e intentaban detener el fuego de sus cuerpos, pero terminaban calcinados.
Los chicos seguían luchando contra los vampiros que restaban. Seguían siendo muchos, pero Sierra los había ayudado.

Aún seguía escondida detrás del árbol. Me sentía inútil, debía ayudar de alguna forma. Mire a Grayson por última vez y lo acosté en el suelo, cubriéndolo completamente con las hojas. Cuando propuse salir de mi escondite, escuche un grito desgarrador. Me sobresalte y rápidamente busque al dueño de ese grito. 

La voz de Sierra se había detenido de repente. La miré sorprendida. Tenía

una espada en el pecho, la habían apuñalado por la espalda. Y al ver a la persona que lo había hecho, no pude sorprenderme más, fue Tessa quien lo había hecho. No podía creer que su propia madre lo hiciera. Mis ojos se abrieron como platos. Vi una lagrima caer por la mejilla de Sierra y luego cayó al piso sin fuerzas. 

-¡Sierra! - El grito de James se hizo presente. Su cara demostraba preocupación y desesperación. 

Él corrió hacía Sierra, mientras lanzaba balas de madera de los vampiros que intentaban retenerlo. Observe su rostro, con una expresión de deseperacion. Fui corriendo hacía Sierra sin importar que tenga que pasar entre la inmensa pelea.

Ella estaba en el piso, con un charco de sangre a su alrededor. James al llegar junto a ella, tomo su mano, y la beso. No podía evitar llorar. Lleve mis manos a mi boca y la cubrí. Tenía sus ojos cristalizados, lagrimas en sus mejillas, la sangre era en abundancia sobre su pecho. Coloque mis manos sorbe su pecho y presione, pero no podía detenerla.

-¡Tessa! - Grito con voz áspera James. Yo lo tome de la camisa y evite que salga a correr por ella. 

-¡James! - Él no me miraba. - Cálmate! - Le dí una bofetada y miro desesperado. -¡No matarás a Tessa¡, ¿entendiste?

-¡Alice es su culpa! ¡Debo hacerlo! ¡No te atrevas a detenerme! Y también intento matarte! Te haría un favor! 

-¡James! ¡No lo harás! - Miré a Sierra, ella tenía la vista puesta en James. - Te quedaras con ella hasta su último aliento. - Él solo me observó detenidamente. Parpadeó varias veces hasta que cayó al suelo, quedando arrodillado junto al cuerpo de Sierra. Ella me sonrió y susurro un gracias. James la miraba como si no pasará nada más que esto. Y todo lo que nos rodeaba no estaba pasando.

Recordé a los chicos, necesitaban ayuda. Y yo estaba dispuesta a ayudarlos. Me levante velozmente y corrí entre los vampiros. 

-¡Alice! - Gire y el sentimiento de que algo oprimía mi pecho me sorprendió. No entendía que paso, me quede sin voz. Un horrible dolor en mi pecho me hizo estremecer. Lleve mis manos a mi pecho y vi la sangre. Comencé a temblar, y camine débilmente, hasta que caí. Me caí al suelo como si fuera una pluma. Sentí un vacío en mi pecho, respiraba pesadamente. Necesitaba algo que presionar, y calmar el dolor, pero solo logre presionar mi pecho.

Una sombra, me cubrió la vista de la gran luna blanca sobre mi. Al tratar de reconocerlo, comienzo a sonreír. Sus manos me tomaron delicadamente, y me apoyó sobre su pecho. Nunca estuve tan feliz de verlo. 

- Hola dulzura.


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Capítulo 27 - Estaremos bien

- Hola dulzura. - Derek me mostró una sonrisa amplia. Sentí mis ojos débiles. Logre ver que él había mordido su muñeca, un líquido rojo salió de ella. La acerco a mis labios, yo me quede pensando en que tenia que hacer. - Bebe, esto te sanará. Te lo prometo Alice. 

Lo miré dudosa, pero confiaba en él. Agarre su muñeca y bebí la sangre. Tenía un sabor extraño, era espesa. Quería escupirlo segundos después de haberlo bebido. Pero recordé que mi tío había dicho que su sangre puede curarnos. 

- Listo. - Él quito delicadamente su mano de mis labios. 

-¡Sabe horrible! - Él soltó una risa. Era cierto, hice un gesto de asco.

Derek me levanto despacio del suelo, y logre ver a Alex luchando con los vampiros y romperle el cuello. Jordan y Aaron se acercaron a mi con rapidez. Ante de que pudiera decir alguna palabra. Los labios de Aaron chocaron contra los míos. Él me abrazo por la cintura y coloqué mis manos alrededor de su cuello. Él se alejó e intento tranquilizar su respiración. 

- Por un momento te perdí. - Me susurro. Yo lo abrace con fuerza. Desde que nos habíamos separado en la casa del lago, solo tenía la sensación de abrazarlo y acurrucarme en su pecho. Luego recordé a James. 

- Sierra esta herida. - Aaron fruncio el ceño y me tomo de la mano. 

-¡Dale tu sangre Derek! - James gritó tomándola de la mano. -¡Alex!


- No. - Susurro ella. James la miro confundido. - No la quiero. - James no sabía que hacer, parecía desesperado. Pero Sierra, solo lo tomo de su remera y lo acerco a sus labios lentamente. 

Soltó un gran suspiro, evitando llorar con esta sensible escena. Ella nos ayudó, ella hizo más que eso. Ella nos salvo a todos. Baje la cabeza, e intente no llorar. Con tan sólo ver a James así, se me rompía el corazón en pedazos.

- Están muertos. - Alex habló. - Todos.

Mire a mi alrededor. La mayoría de los vampiros estaban muertos, pero los demás estaban tirados en el suelo sin fuerzas. Busque a Evan con la mirada, pero no lo veía en el suelo. Él no estaba ahí, me desesperé y el miedo volvió en mi.

- Lo sentimos James. - Aaron le dio un abrazo a James. Y él cerró los ojos con fuerza y recostó la cabeza sobre el hombro de Aaron. 

-¿Dónde esta Evan? - Pregunte.

- John se en el cargo de él. 

Mire a cada uno. Evan era más fuerte, y tal vez mi tío no pudo lograrlo. 

-¿Mi tío? - Jordan asintió. 

- Ese era nuestro plan. Nosotros debíamos distraer a los vampiros mientras, él logra atrapar a Tessa y Evan. - Jordan explicó. 

-¿Pero...

y si no lo logro?

- No estaba solo. - James habló. - Los Dolan estaban con él esperando para atraparlos. Sabíamos que ellos serían los primeros en escapar. 

Mire a Derek y Alex, y ellos sólo me observaron cautelosos. Necesitaba ver a mi tío y saber que están bien. Necesitaba saber que no le había pasado nada malo, no soportaría vivir con eso. Pero lo que más necesitaba, era saber donde estaban Tessa y Evan en este momento.

- Murió. - Volví a mirar hacia abajo. James susurro con pena.

Todos bajaron la cabeza y cerraron los ojos. Me acerque al cuerpo de Sierra, coloque mi mano en su brazos y sonreí al pensar la primera vez que la conocí. Creí que sería terca y no nos ayudaría. Pero, resultó que ella nos salvo a todos. Lleve mis manos a sus ojos claros y los cerré. James acarició su rostro. Me pare y volví a pararme cerca de Aaron. 

- ¡Chicos! - Todos giramos la cabeza. Abrí los ojos enormes y comencé a correr hacia él. 

Mi tío con su ropa desgarrada, el cabello despeinado y su caminar era algo defectuoso apareció entre los árboles. Me sentía completamente tranquila sabiendo que él se encontraba bien. 

- Estas bien. Estas vivo. - Al abrazarlo, coloque mi cabeza en su cuello y cerré los ojos. Mi tío me abrazo más fuerte.

- Alice siempre estaré

aquí. - Era el primer abrazo sin preocupación, sin miedo, sin desesperación, que le doy a mi tío.

Un peso salió de encima. Todo había acabado. Todo. Al fin podría estar tranquila, y no pensar en lo que sucederá mañana. Al fin podría disfrutar. Podría hacer lo que vine a hacer aquí. Podría divertirme.

Todo esto comenzó por llegar aquí. Pero, pensándolo bien, de todas formas iba a suceder. Porque ellos harían el hechizo, pero me necesitaban. Ellos iban a ir por mi en Los Angeles, no iba a poder evitarlo. 

- Vámonos. - Aaron habló - No tenemos nada que hacer aquí. 

- ¿Qué pasará con los cuerpos? - Observe al nuestro alrededor, llenos de cuerpo en el suelo.

- Los quemaremos. - Derek sonrió. 

James tomo el cuerpo de Sierra en sus brazos, y la llevo al auto. Todos seguimos a James. Sabía que algo malo iba a suceder, pero no pensé que James se vería afectado. Siento una gran tranquilidad y al mismo tiempo tristeza, con lo ocurrido. 

Mientras íbamos en el auto, observaba el bosque, no le temía tanto como antes. No me causaba miedo pensar que casi morir en ese oscuro bosque. Estaba recostada por el hombro de Aaron. Él acariciaba mi cabello dulcemente. Enserio me gusta este chico. Aunque no seamos el uno para el otro. O tal vez si. No lo dejaré alejarse mi.

(...) 



style="text-align:left;">Abrí las puertas y entre. Observe la casa, el aroma a chocolate llegó a mis fosas nasales. Me sentí extraña aquí, pero de un buen modo. Escuche el chillido de Emma, al mirarla al instante corrió hacia mi.

-¡Eres una tonta! Tu siempre quieres estar sola ¿En que mundo alguien que sabe que va a ser raptada, quiere estar sola? Además, si te pasaba algo, ¡no iba a poder usar mi vestido de dama de honor! Pero te perdono. Si te pasará algo, no sabría que hacer. Me alegra que estés aquí. Conmigo. - Al menos término bien su discurso. La abracé, y solo me agitaba de lado a lado.

- Eres la mejor. - Hasta que recordé lo que debía decirle. - Emma... - Ella se apartó y me miro juntando las cejas. 

-¿Qué ocurre? 

- Sierra murió. - Su expresión fue de confusión. Ella se alejó de mi y se sento en el sofá. Yo se senté junto a ella y la observe. Paso muchas veces sus manos por su cabello rubio, fruncio los labios. 

-¿Cómo esta James? - Hizo una mueca. - Sé que fue una pregunta tonta, pero, no se como actuar en esta situación. 

- Debiste ver su rostro, estaba destrozado. No puedo creer que de todos nosotros, él salió lastimado. - Apreté mis nudillos, y solté un suspiro. - Mañana será el funeral.

- No la conocíamos mucho, pero nos ayudó y siento que perdí una amiga. - Ambas nos mantuvimos calladas.

Emma se quedo a dormir en la casa

del tío John. Dijo que no iba tolerar ir sola al funeral. Era la primera vez que iba a dormir tranquila después de el desastre que se originó. 

Entre en la ducha. El agua estaba tibia. Moje mi cabello completamente, igual que mi cuerpo. Me senté en el suelo, y recoste mi cuerpo por la pared. Cerre los ojos lentamente, necesitaba estar sola por unos minutos. Pase mis dedos por los moretones, ya casi habían desaparecido. Note una pequeña cicatriz sobre mi clavícula. Pase mis dedos sobre él, luego subí mis manos hasta mi cuello, y sentí dos puntos. Eran las marcas, de los colmillos de Dominic. 

Tome una larga ducha, y logre quitar todos los sentimientos de odio y malos presentimientos. Necesitaba despejar mi mente. Me coloque mis auriculares y me acosté en mi cama. Había colocado un colchón para Emma en el suelo. Ella ya se encontraba dormida placenteramente sorbe el cómodo colchón. 

(...) 

Desperté hace una hora, eran las 8 de la mañana. Quería quedarme en mi cama, y descansar, pero debía prepararme para el funeral. Cerre los ojos fuertemente y suspire. 

Me sentí extraña, no tenía preocupaciones, era solo una simple mañana. Aúnque no tan simple, debía ir a un funeral. Me levante, tome una ducha. Salí con una toalla enrollada a mi cuerpo. Emma seguía durmiendo. Parecía un bebé cuando dormía. Al fin no escuchaba sus gritos desquiciados, pero debía despertarla.

-¡Emma! - Le pegue con la almohada

y ella dio un saltó.

-¿Cuál es tu problema con no dejarme dormir? - Alzó la voz. 

- Tenemos un funeral al cual asistir.

Ella me miro, bajo la cabeza y asintió. Se levantó y fue directo al baño. Abrí el armario y busque un vestido negro, pero recordé que no había traído ninguno. No pensé que lo iba a necesitar en las vacaciones. Después de varios minutos de desesperación, por no encontrar un maldito vestido negro. Fui a hablar con Lissa y ella me dio uno. Me preparó una taza de chocolate caliente e intentó animarme. 

Aún quedaba chocolate en la taza, la agitaba de lado a lado, me sentía aburrida y melancólica. El tío John estaba buscando una corbata para combinar con su traje. Vi a alguien afuera, deje la taza sobre la mesa y camine despacio hasta la puerta.

Al salir el cabello negro y despeinado de aquel muchacho me hizo darme cuenta que era James. 

- Hola James. - Estaba sentado en las escaleras de la entrada, con una hoja en su mano.

- Hola. - Tenía la cabeza abajo. - Leeré algo en su funeral. - Dijo levantando un poco la hoja.

- Eso es tierno, ella hubiese estado muy feliz de saber que lo leerás.
- Él me miro. - Lo harás bien. 

- No lo creo. Temo que me trabe y lloré como una niña. Pero quiero pedirte un favor, Alice. 

-¿Cuál? - Me senté en las escaleras junto a

él. Una lagrima cayo por su mejilla, él solo sonrió y me miro. Limpio la lagrima.

-¿Puedes abrazarme, luego de decir mi discurso?

Lo miré conmovida. No podía sentir el sufrimiento de James, pero sabía que con solo este gesto, podría mejorar su día. 

- Claro que lo haré, James. - Me recoste por su hombro. 

- La perdí. - Apretó mi mano. - No logre decirle te amo. 

- James, lo siento tanto. - Miro hacía el cielo, y solo asintió con la cabeza. 

- Antes de que se vaya, le dije lo que sentía por ella. - James soltó una risa melancólica. - Me dijo que sentía lo mismo. Pero no alcance a decirle un maldito te amo.

- La vida aveces nos juegas bromas pesadas que nos dejan devastados. - Emma apareció y se sento junto a James.

Observe la pequeña fuente de agua, todo parecía más tranquilo que el día anterior. El tío John nos comunico que Evan estaba bajo vigilancia de cazadores. Unos amigos viejos del tío John. Me sentí más segura al saber eso.

- Estaremos bien. - Eso salio de mis labios, sin pensarlo. Tal vez sea así, tal vez podamos seguir sin ningún obstáculo en el camino, pero nada volverá a ser igual. 

Nos quedamos sentados en las escaleras, ninguno omitía una palabra, pero el ambiente era muy acogedor. Jordan llegó con Aaron y ambos bajaron de aquel auto, vestidos de trajes negros. Mi tío salió de la casa, arreglando su corbata. Nos subimos al auto de mi tío con Emma y los chicos subieron al auto de Jordan. y dirigimos nuestro rumbo al cementerio.

《Hola :( 

Hasta yo me arrepiento de lo que le paso a Sierra. 

Espero que perdonen lo que hice. Los quiero ♡ ♡ 

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Capítulo 28 - El funeral

El padre dio un largo discurso. El día estaba nublado, el sol no había salido desde la mañana. Observaba el ataúd, tenía flores de diferentes colores sobre ella. Emma lo había elegido. Normalmente serían flores blancas, pero Sierra no era una personas de flores blancas, ella era una persona de flores llamativas. Hicimos un funeral sólo entre nosotros. Sierra le había contado a James sobre su familia, dijo que no tenía buena relación con ellos, y demás, porque todos los miembros de su familia eran brujas. Grayson también había asistido al funeral. Dijo que aunque no la hubiese conocido, se sentía agradecido con ella por haberle salvado la vida. 

- Ahora, unas palabras de su amigo, James Russell. - El padre observó a James.

Él camino hasta la tumba, el papel que traía en la mano, estaba muy arrugado de tantas veces que lo apretó. Me miró, yo solo asentí con la cabeza. Él me dio una sonrisa forzada y soltó un suspiro.

- Sierra Gallagher. Es estúpido comenzar un discurso así, pero quería haber las cosas a la antigua, como a ella le gustaba. - Frunció los labios y nos miro. - No la conocí en nuevos momentos. Todos teníamos problema, muy graves, pero ella nos ayudó en ellos. Fue una gran chica, - Mostró una pequeña sonrisa inocente. - Fue una chica que llego a hacer algo en mi. Con su sonrisa, con su forma de ser, con su carácter duro que te hacía estremecer. - Yo sonreí.

Desde que conocí a James, pensé que tal vez él no sería la clase de chico que cae enamorado con facilidad. Pero, al parecer, él y Sierra tuvieron un momento, donde ambos vieron lo maravilloso de

los dos. 
Después de escuchar las hermosas palabras de James, fui corriendo a abrazarlo. James me abrazó y escuche su pequeño sollozo. Solo lo abrace más fuerte. 

- Deberíamos separarnos. Todos nos miran, y Aaron tienen los celos al aire. - Aún en los peores momentos, James seguía encontrando la gracia a las cosas. Me aleje de él y solo sonreí.

Camine entre las lápidas, admirando el cielo. Ya no estaba tan nublado, el sol comenzó a aparecer de entre las nubes. Hasta que lo vi apoyado por un árbol. Tenía un abrigo negro, unos jeans oscuros, y una bufanda gris. Camino lentamente hacía mi, yo me a mi alrededor, pero solo nos encontrábamos nosotros dos.

-¿Qué estas haciendo aquí? 

- Solo quería.. - Miró al suelo y soltó un suspiro. - Es un funeral, ¿no? 

-¿Acaso eras amigo de Sierra? - Él solo se mantuvo callado. - Alex quiero decirte.. - Él me interrumpio. 

- No, Alice, no hay nada que decir.

-¡Si lo hay!

- Alice, no me interesa saber nada. Lo pasado es pasado. No quiero volver a saber sobre ese suceso. Nada. - Dijo mirándome directamente a los ojos. 

Él giro sobre sus talones y se dirigió hacía donde habíamos estado hace unos minutos, en la tumba de Sierra. 
Quise ir y detenerlo, pero recordé la última vez que hice eso, no salió nada bien. Me controle por permanecer quieta en mi lugar, observando como se alejaba. 

Pensé en sus palabras. Fueron muy duras y frías. Odiaba dejar las cosas así. Pero no podía hacer nada para repararlo. Tenía razón, no había nada que decir. Lo que dije y el daño ya está hecho.



Supuse que los chicos deberían estar esperándome, entonces los busque. Estaban en la entrada del cementerio, junto a una cartel que decía Cementerio de Portland, me acerque a ellos lentamente. 

- Al fin término todo, ¿no? - Aaron me rodeo con sus brazos y me acerco a él. Yo solo seguía pensando en que todo ocurrió tan rápido. Parece que fue ayer cuando me enteré de que soy un doppelganger. 

- Si. - Dijo Emma susurrando. Miré hacía el cielo. James estaba recostado por su Jeep. Jordan y Emma estaban abrazados, y el tío John y Flora se habían quedado hablando con el padre. 

- Sierra dio su vida por ayudarme, por ayudarnos, no se supone que deba terminar así, no me siento bien al pensar eso.

- Tu también lo hubieras hecho. - James me respondió.

- Tienes razón. - Nos quedamos callados, hasta que cada uno se subió a sus autos, y dejaron el cementerio. 

Las pequeñas gotas de lluvia cayeron por el parabrisas del auto. Dejando de lado mis esperanzas de un día soleado. El tío John y Flora iban en los asientos de enfrente. Emma y yo estábamos sentadas atrás, con mi cabeza sobre su hombro y la de ella sobre mi cabeza. 

Sabía que Alex quería decirme algo importante, pero no lo hizo. Y me pasaría los días pensado que quizo decirme. Observe al tío John, quien tomo la mano de Flora un poco dudoso. Flora sólo acepto su gesto. Yo sonreí y volví la vista al camino. 

(...)

Cerré el paraguas, y lo agite, haciendo que el agua cayera al suelo. Golpee la puerta gigante de madera. Tenía que agradecer la ayuda que nos brindaron los Dolan. Coloque la punta de

paraguas en el suelo y me apoye por ella. Escuché unos pasos acercarse velozmente. Derek abrió la puerta y sonrió. 

- Hola Derek. 

- Hola dulzura. - Se recostó por la puerta, y cruzó sus brazos. -¿En qué puedo ayudarte? 

- Quería agradecerles por todo lo que hicieron para ayudar. Sin ustedes, no hubiese muerto sólo una persona, creo que ni yo estaría viva. Muchas gracias por ayudarnos. 

- Fue un placer ayudarte. - Tomo mi mano y la apretó despacio. 

-¿Dónde esta Alex? - Su sonrisa fue reemplazada por una mueca. Soltó lentamente mi mano y fruncio los labios. 

-¿No te enteraste? - Dijo aún serio. Yo junte las cejas.

-¿De qué debía enterarme? 

- Se fue. - Intente procesar su respuesta, pero no lograba comprender. 

-¿A qué te refieres? 

- Ayer, luego de todo ese catástrofe, se despidió. Me dijo que quería hacer algo más con su vida.

- Espera, ¿se fue ayer? - Él asintió lentamente. - Pero si hoy yo... - Derek me miro levantando una ceja. Solo mantuve silencio.

- Él quiere empezar una nueva vida. Nos volveremos a ver, solo que quiere estar solo por un tiempo, y olvidarse de todo este problema. 

-¿Hablas de olvidarme que me conoció? ¿Derek? - Él sólo se mantuvo callado. - No entiendo, ¿por qué se fue? - Derek se alejó de la puerta. Yo mire a mis costados, el frío me hizo estremecer, moví mis pies de lado a lado. Luego de unos minutos, él volvió a aparecer. 

- Te dejó esto. - Me paso un sobre marrón. - Dijo que no entenderías nada. Entonces eso te lo explicará. - Dijo

señalando la carta. 

Solo asentí, aún confundida. Me despedí de Derek y me marché. Entre al auto del tío John y me quede viendo un punto fijo. Presionaba el volante varias veces. Hasta que pose mis ojos en el sobre. Lo rompí en la parte superior, y saque la carta. Tenía curiosidad y al mismo tempo nerviosismo por saber que decía aquella carta. La abrir cuidadosamente.

"Alice Montgomery.

Eres una persona muy curiosa, eso es lo primero que pensé al verte. Sé que no entenderás lo que mi hermano te dirá. Porque tu necesitas escucharlo de mi. Escuchar mis palabras. Pero me temo que no estaré ahí para decirtelas.

Siento algo por ti, es verdad. Desde que te vi, te consideré más que idéntica a Elizabeth. Tienes su mismo carácter. Eres curiosa, terca y muchas otras cosas que provocan algo en mi inexplicable. Pero debo irme, no es mi lugar estar aquí. Tú eres feliz con Aaron, suele ser un estúpido dolor de cabeza, pero te hace feliz. No puedo creer que escribí esto. Pero se feliz con él. No puedo creer que me enamore de nuevo del mismo rostro. No quiero volver a saber de ti. 

Adiós Alice.
Alex Dolan. 

Cubrí mis labios con mis manos. No podía creer lo había leído. Me sentía mal por las veces que

lo trate mal, las veces que le grite, me sentía mal.
Que me diga que se enamoró desde la primera vez que me vio me dejo, ni siquiera encuentro una palabra para describir mi estado en este momento. Este día no podía ser más triste.

Deja la carta en el asiento de alado, lleve mis manos a mi cabeza y cerre los ojos. Había respondió mi pregunta, él pensaba en Elizabeth siempre que me miraba. Desearía decirle cuanto lamentaba todo, lamentaba ser una estúpida y romperle el corazón. Lamentaba recordarle a Elizabeth, pero lamentaba ser la razón de su ida. Pero ahora, él no quería saber de mí o ni siquiera volver a verme. 

Levante la cabeza, arranque el auto velozmente y conduje hasta la casa de Aaron. Necesitaba hablar con alguien. Lo necesitaba a él. Apretó el volante y acelere. Mi celular sonó, al tomarlo, observe la pantalla. Dos llamadas perdidas de mi tío. Pero no quería hablar con él. Solo quería a Aaron. Baje corriendo, golpe varias veces la puerta. Él la abrió y fruncio el ceño. 

-¿Qué ocurre..? - Lo abrace, solo quería abrazarlo. Él sin pensarlo dos veces, me devolvió mi abrazo. 

- Solo necesito un abrazo. - Le susurre.

- Yo también. 

Él cerro la puerta y camine hasta la sala. Me senté en el borde del sofá, Aaron se acerco y tomo mi rostro con sus manos. Acaricié sus brazos lentamente. 

- Sabes, aún sigo pensando que deberías hacerte un tatuaje. - Yo levante las cejas. - Aquí. - Dijo señalando mi cuello.

-¿Y qué crees que debería hacerme? 

- Podrías hacerte un

ave.

- Tu tienes un ave en el cuello.

- Lo sé, pero deberías hacértelo. Además, si te lo haces en el cuello, me darías ventaja y podría besarte sobre él. 

- Aaron, eres un estúpido. - Se acerco sonriendo a mi. Luego juntamos nuestros labios. Deje caer mi cuerpo sorbe el sofá y Aaron cayó sobre mi.

Inconcientemente volvió a pensar en la carta. Seguía besando a Aaron, pero no podía quitármelo de la cabeza. Aleje mis labios lentamente de los de él. 

-¿Qué pasa? 

- ¿Te importaría dejar esto para otro momento, y hablamos? - Él frunció los labios, y asintió. 

Nos sentamos en el sofá, y coloqué mis piernas sobre las de Aaron. Él las acarició sobre mis jeans. 

- Fui a la casa de los Dolan hoy, - Aaron me observó. - y Derek me dió esto. - Quite la carta de mi bolsillo trasero y se lo mostré. - Alex lo escribió. Escribió todo, todo sobre mi y se despidió.

-¿Se despidio? - Dijo inclinándose hacia adelante. 

- Se fue ayer. 

-¿A dónde? - Aaron entre cerró los ojos.

- No tengo idea. 

Solo nos quedamos callados. Me sentía extrañamente dolida. Sé que mi relación, aunque no creo que se pueda llamar así a eso. Pero, mi relación con Alex no era buena. Nunca fue buena. Siempre pensé que me odiaba y que era capaz de lastimarme. Pero, al parecer fue todo lo contrario. 

-¿Y cuál es tu desgracia? - Lo mire haciendo una mueca. - Dijiste que también querías un abrazo. 

- James esta devastado con la muerte de Sierra y eso.. - Bajo la cabeza - me trajo recuerdos de la muerte de mi familia.

No sabía que decir, e hice lo que creí mejor, lo volví a abrazar. Esto me daba una inmensa tranquilidad. Él me daba una paz que nadie puede darme, ni siquiera mis padres. Aaron en este momento es muy importante para mi y no pienso alejarme de él. Cerré los ojos despacio, él acaricia mi cabello, me sentí tan tranquila, me sentía en casa.

- Aaron. - Pronuncie su nombre despacio. 

-¿Qué ocurre? 

- Gracias. - Aún con los ojos cerrados, sabía que él había fruncido el ceño y me observaba. 

-¿Por qué? 

- Porque me salvaste en la fiesta, porque lo volviste a hacer en la fábrica, porque tú siempre estas ahí para mi. Estas ahí para arreglar mis estúpidos errores.

- Oh, Alice Montgomery, tú eres un maldito error en mi, el cual no puedo arreglar. - Lo miré.

- Dicen que no hay cura para un error así. - Él sonrió y me beso dulcemente. 


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Capítulo 29 - En nosotros

Mirar las calles del pueblo, y pensar que todo es normal, que no había ningún peligro. Ya no había peleas entre las especies. Los vampiros no molestarían, ellos lo habían dejado en claro, igual que el tío John se habían encargado de hacerles saber lo que pasaría si volviera a ocurrir. Los licantropos nos protegerán por salvarlos de aquel suceso.
Tessa fue llevada al un aquelarre, que sabrá que decisión tomar ante su conducta. Ella habría roto una ley importante para las brujas, Nunca lastimes o mates a la familia de brujas.

Lo más triste era que faltaba dos semanas para irme de aquí. No quería, ni siquiera quería recordarlo. Me sentía bien estando en este pueblo. Me sentía como en casa. No quería alejarme de Emma, Jordan, James, mi tío, Flora. No quería alejarme de Aaron. 

Mis padres llegarían en dos días para pasar la última semana con el tío John. Y hablando de él. Está intentando recuperar su relación con Flora, y lo está logrando. Se lo nota más alegre ahora. Jordan y Emma son la pareja más feliz y bipolar que conozco. En un minuto se aman, hasta el punto que me agobian y al otro se odian, y sus peleas son tan ridículas. Pero son una hermosa pareja, aún siendo diferentes. 
James no se encuentra tan deprimido ahora, está mas alegre. Volvió a ser el mismo James. Él alegre James. Aún tiene un hueco en su corazón, pero sé que conocerá a alguien nuevo. No podrá reemplazarla, pero lo ayudará. 

Estoy en la entrada de la casa de Aaron. Él necesitaba decirme algo. Sonó muy nervioso al llamarme. Me baje del auto, y me acerque a las escaleras. Observe mi vestimenta, mi remera estaba arrugada

y mis zapatos sucios, debido al barro que quedo de las lluvia. 
Toque la puerta dos veces, y él apareció en unos instantes. 

- Hola hermosa. - Me acercó a él y lo bese. 

- Hola. - Dije sonrojada. 

Me tomo de las manos y me guió a la sala, nos sentamos en el sofá.
Apretó una de mis manos y sonrió. Yo junte las cejas. Nunca no vi comportarse de este modo. Siempre parecía seguro de sus acciones, pero ahora parecía muy asustado de lo que iba a hacer. Me causaba gracia su expresión de nerviosismo. Mordía su labio inferior varias veces.

- Aaron puedes decir lo que tienes que decirme, la curiosidad me come por dentro. - Dije entre dientes. Él solo asintió rápidamente. 

- Adivina donde viven mis abuelos.

- Aaron, no soy buena adivinando.

- Solo hazlo.

-¿Canadá? ¿Londres? - Él negó con la cabeza. -¿Ecuador? ¿El polo norte? - Él llevo sus manos a su cara.

- Tienes razón no eres buena adivinando. - Él parecía cansado, pero cuando solté una risa, y él también rió. - Mis abuelos viven en Los Ángeles. 

- Espera un momento, - Dije llevando mi mano a su pecho. - ¿viven en la misma ciudad que yo? - Dije señalandome.

- Así mismo. - Sonrió.

-¿Y eso quiere decir? - Si eso era todo lo que iba a decirme, me había arreglado por nada. 

- Y les pedí si podía ir a vivir con ellos... - Rápidamente abrí los ojos como platos. Me acerque más a Aaron, y espere su respuesta. Pero solo se quedo mirándome fijamente. 

-¡Solo dime

que te dijeron! ¡Maldita sea!

- Dijeron que si. Además, puedo retomar mis estudios ahí. Están felices de que valla con ellos, pensaban que seguía deprimido.

- Aaron Campbell, no me digas que lo haces por mi. - Susurre. 

- Todo lo hago por ti. Quiero estar contigo. 

Es hermoso haber escuchado esas palabras salir de sus labios. No podía evitar sonreír. Solté una risa y lo abrace, cerrando los ojos.

- Eres asombroso. - Le dije aún abrazandolo. 

- Lo sé. - Sabía que tenía una sonrisa arrogante en su rostro en este momento, pero no me importa. Lo único que me importa, es estar con él en este momento. 

(...)

La examine con la vista rápidamente, pero ella solo tenía una sonrisa pintada en su rostro. Me levante de la cama, he hice que me mirara.

-¿Qué vas a donde?

- Iré a Canadá con Jordan. 

Emma guardaba toda su ropa dentro de la pequeña valija. Había guardado sus jeans, sus remeras con diseños raros, sus zapatos de marca Converse, y colocó su auricular por su cuello. Me senté junto a ella y tome su mano.

-¿Por qué? 

- Sus padres harán un viaje, y me invitaron. Quieren conocerme. - Bajo la valija al suelo y lo pateó hasta la puerta. - Era hora que pidieran conocer a la futura señora Freeman.

Reí ante su comentario. Emma sólo sonrió y busco en su pequeño escritorio algunos discos. Ella no podía estar sin escuchar sus preciados discos. 

- Te extrañaré. - Ella giro rápidamente,

aún con los discos en sus manos, y corrió hacía mi. La abrace. 

- No hagas que corra mi maquillaje imaginario. - Solté una carcajada. Ella no era esa chica que amaba maquillarse. Ella siempre decía, que las personas debían enamorarse por lo natural de los demás, pero si no le gustaban eso, que se vayan a la mierda. El lema de Emma era tan inspirador. -¿Y tú que haras? ¿Cuándo te irás a Los Ángeles? 

- En dos semanas. - Emma prosiguió guardando sus discos en otro bolso pequeño de color beige. - Pero hoy Aaron me invito a una cita. Es nuestra primera cita. 

-¡Alto todo! ¿Qué? - Emma abrió los ojos como platos. -¿Por qué no me dijiste? ¡La primera cita es muy importante, Alice! 

- Emma, él ya es mi novio. - Dije mirándola.

- ¿Eso que tiene que ver? - Me tomo del brazo y me hizo levantar de la cama. - Vamos, debes prepararte.

Salimos de la casa de Emma, y subimos a su pequeño volkswagen blanco. Fuimos rumbo a la casa de mi tío. Emma enserio hizo un escándalo con esto de la cita. Al llegar, bajamos rápido y subimos a mi habitación. No tuve ni tiempo de saludar a Lissa, quien me había dado un plato de cupkakes.

Aaron vendría a las ocho en punto, eran las 7:30, aún teníamos tiempo, Emma no me dejo verme al espejo, dijo que debía confiar en ella. Me coloque una pulsera, y solté un suspiro. Estaba lista. Toque mi cuello, había perdido el collar de verbena, y lamentaba haberlo perdido.

-¿Tu crees que me veo linda? - Dije un poco dudosa.

- Mírate tu misma.

Emma me guió al espejo. Tenía los ojos cerrados, idea de ella. Al detenerme, ella me susurro que habrá los ojos.

Asentí, y al abrirlos me quede perpleja. Tenía un vestido rosa claro, mis zapatos no eran tan altos y combinaba a la perfección con mi vestido. Emma maquillaba de maravilla. Diría que hizo un hermoso trabajo en arreglarme. 

- Me encanta. - Dije gritando como una pequeña niña.

- Los trabajos de Emma Pierce siempre son perfectos.- Dijo sonriendo. 

Escuchamos el grito del tío John, avisando la llegada de Aaron. Mis nervios llegaron como una ráfaga. No puedo creer que después de todo, después de haber besado a Aaron, después de haber tenido mi primera vez con él, aún tenga miedo de lo que pueda pasar con nosotros. Apreté una de mis manos, comencé a temblar. 

- Llegó el momento querida Alice. - Emma me susurro al oído. 

Baje las escaleras lentamente y evitando que no tenga un ataque al corazón, me tomo de la barandilla y la presione. Aaron estaba junto a la puerta, con mi tío. Al verme sus ojos se iluminaron. Tenía unos jeans oscuros, una remera blanca y su abrigo de cuero negro. 

Sentí mi estómago revolverse, lleve mi mano ahí e intente tranquilizarme. Me sentía igual de indefensa que la primera vez que fui a su casa. Con tan solo verlo, se me erizaba la piel de los nervios. 

- Estas bellísima. - Susurro.

Sus ojos azules me miraban directamente. Solté la barandilla de las escaleras, y los nervios se desvanecieron. Sonreí ampliamente. 

- Te amo. - Lo bese sin importar que Emma y mi tío estén viendo. Él continuo el beso y me acerco más. Al separarnos, escuchamos como alguien aclaraba su garganta. Gire y observe al tío John levantado las cejas, un poco

incómodo. Y Emma estaba sonriendo, como su móvil en la mano.

- Vámonos. - Aaron me tomo de la mano.

Al salir afuera, el aire fresco me hizo acurrucarme por mi misma. Observe el Ford de Aaron estacionado junto a la fuente de agua.

-¡No te pases de la raya niño! ¡Puedo hacer que te arrepientas se llevar esos jeans! - Grito Emma. Aaron levantó una ceja y observo a Emma confundido. 

En el auto de Aaron, no hubo silencio. Me pase cantando cualquier música que sonaba en la radio, y era una coincidencia que supiera todas la que pasaban. Y Aaron solo se burlaba o se unía a mi canto. 

Al llegar, él me abrió la puerta. Si Aaron intentaba impresionarme, ya lo logro. Al entrar al restaurante, me impresione por lo enorme que era, había candelabros enormes por el techo, los cuadros de las paredes eran hermosas pinturas. Aaron habló con la camarera y ella nos guió a nuestra mesa. Salimos a un balcón y se encontraba una sola mesa. 

- Su mesa. - La camarera se fue dejándonos solos. Yo frunci el ceño rápidamente a ver nuestra mesa.

- No lo hiciste. - Dije entre dientes.

- Si lo hice. 

- Oh, no lo hiciste. - Dije agitando mis manos. 

- Claro que lo hice. - Bufe.

- Aaron, está cita no tiene que ser perfecta.

- Yo quiero que lo sea.

Él corrió una silla y me hizo una seña para que me siente. Camine arrastrando los pies, pero me senté en la silla. Una vez sentados en la mesa, admire el paisaje. Grandes árboles y un estanque era lo que podía observar. Nuestras manos están entrelazadas. 

-¿Quién diría

que terminaríamos así? - Dijo Aaron también admirando el paisaje. 

-¿Así como?

- Sin preocupaciones, sin ningún fastidioso problema. - Volví a observar el paisaje y suspire. 

- Aaron, siempre habrá problemas, pero lo importante es sobrevivir. 

- Alice, - Se acercó a mi - eres lo más importante para mi ahora. 

- Me gusta el Aaron cursi. - Él solto una de sus hermosas risas.

Este fue el verano más extraño e increible que he vivido. Y lo disfrutare del resto de el, junto a Aaron. Él me hace sentir una sensación y adrenalina que nadie puede. A pesar de sus problemas familiares, a pesar de que eso aún lo atormente, yo siempre estaré para él. Y él me dejo en claro que también estará para mi.

Por otro lado no sé nada sobre Alex, desapareció sin decir adios. Se que no terminamos bien las cosas. Pero me decepcione al saber que enserio se fue. Soy una persona que no tolera el rechazo. Soy esa persona que debe llegar hasta el fondo del problema. Debo saber que ocurre. Pero esta vez no quiero llegar a saber sobre Alex. Creo que debo hacerle caso y disfrutar de mi vida junto a Aaron. Debo olvidarme de los problemas. Debo olvidarme de buscarlo. 

-¿Alice, en que piensas? 

Pestañe varias veces. Al mirar a Aaron, note que me miraba fijo, yo solo apreté su mano y le sonreí. 

- En nosotros.

Beso mis manos y me sonrió. Desde la primera vez que lo vi, el originó un sentimiento en mi pecho cada vez que me hablaba, me miraba o estaba cerca. Aaron hacía que yo me sienta segura y amada, él siempre me protegerá, el siempre será mi cazador. 

- Te amo mi Alice Montgomery.

- Te amo Aaron Campbell.


《Holaaa, falta sólo un capitulo para el final. 

Los quiero mucho ♡ ♡ 》


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Capítulo 30 - Eres única

*Tres semana despues*

Volver a caminar por los pasillos de la secundaria Westchester, fue un poco devastador. Todo era aburrido, comparado con Portland. Extraño levantarme y ver los enormes árboles, el gran espacio verde frente a mi ventana. Desayunar con Aaron en mi habitación, salir con Emma, extraño todo lo que pasamos.

Abrí mi casillero y metí todos mis libros y cuadernos. Al ver la puerta de mi casillero, sonreí al ver las fotos que había pegado. Todas las fotos eran de nosotros, en algunas estaban Jordan y Emma juntos, en otras James, Aaron y Jordan, luego estábamos Aaron y yo, había algunas de Emma conmigo decentes, en todas salimos riendo. Las últimas semanas en Portland fueron muy divertidas, los chicos nos llevaron a un lago y pasamos el día ahí. Tome la foto donde estabamos todos juntos, extrañaré esos momentos. Pero iré en las vacaciones, no podría evitar pensar en todo lo que ocurrió, es difícil de olvidar

Cerre mi casillero y camine hasta el patio. Los Angeles era sin duda un ambiente totalmente diferente a Portland, me sentía un poco extraña. Caminaba entre los alumnos lentamente, sin ningún apuro. Aunque sabía que en unos minutos escucharía el fastidioso timbre. 

Al salir al patio lo empecé a buscar con la mirada. Buscaba esos ojos azules únicos, esos brazos cubiertos de tatuajes y ese cabello negro oscuro. Frunci el ceño al no poder encontrarlo. Observe detenidamente el lugar, a todos los alumnos, hasta que lo vi. Tenía un libro en su mano, su ceño estaba fruncido, al parecer estaba muy concentrado. Estaba recostado por un árbol que daba una enorme

sombra. Me acerque lentamente y me senté junto a él. 

- Resuelta que el libro si era interesante. - Le susurre al oído. Él alzó la vista, mostró una media sonrisa y volvió a mirar el libro.

- Si, lo es. - Me mostró el libro. - Resulta que Literatura no es tan aburrido. 

- Lo que digas. - Dije desinteresada. Me recoste por su hombro. -¿Fuiste por tu horario?

- Si, la secretaria fue muy amable.

- Fue amable sólo contigo. - Él alzó una ceja. Me acomode mejor por el árbol y lo mire. -¡Es cierto! - Alce los brazos.

- Me gusta cuando te pones celosa. - Tocó mi nariz y soltó una risa. - Te ves tan tierna enojada. 

- Idiota. - Él solto una risa, yo solo rodé los ojos. - Mamá quiere que vayas a comer hoy.

- Estaría encantado de ir. - Se acercó a mi y tomo con una de sus manos mi rostro. Yo cerré los ojos y dejando de lado el espacio entre nosotros, lo bese. Me acerque más a él y rodee con mis manos su cuello. Nuestras lenguas jugaban mientras nuestros labios intentaban no separarse. Me aleje unos segundos por aire y lo mire.

- No deberíamos besarnos estando en la escuela. - Le susurre sobre sus labios. Él sin darle importancia a lo que acabe de decir, me robó un beso velozmente. 

- Nadie va a impedirme besarte. - Lo volví a acercar y lo bese. Sus labios eran tan suaves, llegaba a un punto en que quería morderlos. 

- Alice, - Dijo lentamente. - Me parece que querrás esto. - Al mirar a que se refería, cubrí mis labios con las manos.

-¿Dónde lo encontraste? - Tome el collar de mariposa y lo admire ¿Cómo

era posible que Aaron lo había encontrado? 

- Lo encontré en la casa de lago de John, cuando ocurrió todo el desastre. Olvide completamente que lo tenía. 

Me acerque a él y le robe un beso. Él solo me tomo de la nuca y me hizo besarlo. Me colocó el collar de verbena. Al sentir la plata tocar mi piel, rápidamente recordé todo el dolor que sufrí. Me recoste por Aaron y él coloque su brazo sobre mi pecho. Continuo leyendo el libro, y yo solo observaba su expresión. Tenía levemente el ceño fruncido, y sus labios estaban rectos formando una línea. 

- Sabes, es raro ver que tengas un abrigo cubriendo todo tus tatuajes. - Dije mirándolo. 

- El maldito reglamento decía que esta prohibido los tatuajes en la secundaria Westchester. - Dijo rondando los ojos. - Solo debo aguantar todo un año. - Sonrió irritado. 

- Está bien para mi, esos tatuajes sólo los puedo ver yo. - Dije señalandome. 

El timbre sonó y nos hizo separar. Nos miramos unos segundos, ninguno quería entrar a clases, pero él se levanto. Guardó el libro en su mochila, se colocó ésta en su hombro y me ayudó a levantar. 

-¿Qué tenemos ahora? - Al pararme, limpie el pasto de mis pantalones y me arregle la remera. 

- Literatura. - Suspire agotada. Muchas chicas girarán a mirarlo, no me sentía celosa de eso, tal vez un poco ¡Pero ese no es el punto! Porque sabía que Aaron jamás me cambiaría por una de esas chicas.

Me tomo de la mano y la apretó. Una sensación de tranquilidad me consumió. Recordé algo que había prometido. Saqué mi celular y detuve a Aaron. Él fruncio el ceño, abrí la cámara de mi celular

y la levante.

- Emma quería que envíe una foto. - Agarre a Aaron del cuello y lo acerque a mi rostro. - Ademas, Jordan quería verte.

- Alice llegaremos tarde. - Levante una ceja e intente no reirme por lo que había dicho. Deje de agarrarlo del cuello y me cruce de brazos. 

-¿Desde cuando te importa llegar temprano a un lugar? - Se colocó mejor la mochila y mostró una sonrisa.

- Desde que llegamos tarde para tomar nuestro vuelo, e hiciste parar toda una aerolínea sólo porque nos retrasamos. - Solté una risa nerviosa y jugué con mi cabello. Ese día si nos levantamos tarde, parecía un zombie en su última fase, mientras Aaron estaba impecablemente vestido. Pero el tío John fue el que nos retraso, me abrazo durante una hora máximo. Aaron me miraba fijo, me pare derecha y aclare la garganta.

-¡Éramos pasajeros, debíamos subir a ese vuelo! - Los alumnos empezaban a hacerse pocos, no tenía tantas ganas de entrar al aula. - Mira la foto que encontré en mi casillero. - Alce la foto a la altura de su rostro y cubrí mi rostro. Al instante se formo una sonrisa resplandeciente en su rostro. 

-¿De dónde la quitaste? - Tomo la foto entre sus manos y la observó con cautela. Sonreía varias veces y pasaba sus manos por su cabello negro. 

- James me lo dio, - Él me miro y me dio un fuerte abrazo. - dijo que quería que yo la tenga.

- Recuerdo cuando nos conocimos. - Lo miré atenta. - Abriste la puerta y me quede algo cautivado por tu belleza.. - Lo interrumpí al instante. 

- ¿Algo?

- Tal vez más que algo. - Asentí

para que prosiguiera. - Recuerdo que te quedaste mirándome fijamente con esos hermosos ojos cafés, fue al principio incómodo, - Escondí mi rostro ruborizado por su cuello, el acarició mi cabello y me dio un beso en él. - Pero luego, yo tampoco podía parar de mirarte.

-¿Por qué me dices todo esto?- Murmure al avergonzada, aún escondida en su cuello.

- Porque creo que tienes que saberlo, - Me tomo de la cintura y me coloque frente a él. Nuestras miradas estaban conectadas, lo abrace con fuerza. - Y también debes saber que escuche cuando me llamaste idiota. 

- Lo merecías por avergonzarme. - Dije sonriendo. Volvió a tomarme de la mano y caminamos hacia la entrada de la secundaria. 

- Eres única Alice. - Alce la vista para mirarlo, me observaba esperando una respuesta o tal vez no, pero quería darle una respuesta. 

- Aaron, no sería única sin ti. - Beso mi frente. -¿Notaste que somos los únicos fuera de sus aulas?

Miramos a todos lados y ningún alumno estaba a nuestro alrededor. Él empezó a asentir lentamente hasta que me miro.

- Es tu culpa. - Abrí la boca indicaba, lo empuje y él empezó a reír. -¿Quieres saltarte la clase de Literatura? - Movió las cejas repetitivamente.

- Aaron Campbell me has leído la mente. - Ambos empezamos a correr hacía la salida. Gire a mirarlo, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Parecía un niño pequeño al que habían dado el juguete que tanto anhelaba. 

Me puse a pensar en los problemas pendientes. Aaron jamás encontró al vampiro que causó el accidente de sus padres. Pero creo que, está cansado de seguir buscándolo, dijo que no quería ser cazador, que estaba cansado de arreglar los problemas de los demás. Jordan y James tomaron la misma decisión, dejar de ser cazadores. Pero de todas formas, tenían asegurado que no habría problemas con las criaturas. 

Volver a Los Angeles, no parecía tan divertido como creía. Pensé que me aburriría en Portland, pero no fue así. Ver los altos edificios, la playa, los parques, el clima soleado de Los Angeles, era todo lo contrario con Portland. 

Pero traje conmigo lo único que quería con fuerzas, tengo al chico más protector, dulce, y bipolar sobre todo, junto a mi. Tengo a un chico que me ama tal como soy, tengo a alguien que me tolera en mis peores momentos. Tengo a Aaron Campbell junto a mi. 

- Alice, nos meteremos en problemas. - Él escuchar su voz, eso era todo que me tranquilizaba. 

- Aaron somos un problema.

Tal vez este no sea mi destino, tal vez no debería estar con él, tal vez todo lo que ocurrió tenía una consecuencia, pero no me importa. Me siento feliz junto a él, me siento yo misma con él. Siento que todo es perfecto junto a él. 

The end


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Agradecimientos

¿Por donde empezar? Quería agradecerles por haberla leído, por haber votado por mi novela. Cuando la publique, estaba cerca de borrala, pero decidí seguir y ver que pasaba.
No pensé que llegarías a los 10k de leídos. 

Les agradezco a todos los lectores y lectoras por haber logrado tanto con esta novela. 

Me han preguntado si habrá una segunda temporada, creo que si la haré pero después de terminar la novela en la que estoy trabajando. Me gustaría pedirles que lean mi nueva novela.

Les deseo lo mejor y muchas gracias♡♡ 
Los quiero muchos mis lectores ♡♡


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¡Nueva temporada!

¡Hola mis queridos lectores! Al fin subiré la nueva temporada. 

Ya pueden encontrarla en mi perfil. Espero que les guste tanto como Tattoos. Se llamará Blood. Tendrá nuevos personajes, pero seguirá girando alrededor de nuestra querida Alice y sus amigos. Aunque en esta nueva temporada aparecerá a alguien a quien más deban salvar.

Subiré tal vez cada fin de semana, aunque siempre que termino un capítulo lo subo. Espero mucho de esta nuevo novela. Espero que se pasen por ella.

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