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viernes, 13 de enero de 2017

Lágrimas de cristal

Lágrimas de cristal



Lágrimas de cristal
by KrichnaCoo

Una historia apasionante que te envolverá en el encantador misterio del amor entre Will y Alice. 
Un renegado y una chica condenada a pagar por un crimen no cometido se sumergirán en conflictos y sacrificios para superar la barrera del amor y odio.
¿Cuantos secretos serán capaz de soportar?
¿Cuanto daño están dispuestos a hacer?

Lágrimas de Cristal te invita a conocer la acelerada vida de Alice Foster y a su infierno personal Will Drucci.

¿Te atreves a averiguar cuál de ellos destruirá al otro primero?



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Autor

Hola, bueno esta historia es mía. La verdad es que tenía esta cuenta en Wattpad solo para leer, pero decidí que podría comenzar a subir Lágrimas de Cristal. 
Todos los derechos de este artículo están reservados.

Espero les guste.


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Capitulo 1

Es un día frío, las nubes grises aumentan amenazantes, queriendo tapar todo rastro de luz brillante. Quizás llueva, quizás no. De todas formas no me importa. 
Estoy encerrada en mi habitación, sentada frente a la ventana, contemplando mi patio trasero, el cual tal vez no vuelva a ver. 
Mi nombre es Alice Foster, tengo diecisiete años y pronto seré enviada a un centro para jovenes problemáticos, o una prisión para jovenes delincuentes mejor dicho. Hace un par de días atrás jamás hubiera pensado que estaría en esta situación; con una maleta hecha sobre la cama, sentada sola en mi cuarto esperando que mi padre venga a por mi. 
Nunca fui una chica agresiva, siempre me comporté de la mejor manera, con un buen historial de conducta en la escuela y notas regulares. No era la muchacha perfecta, pero era "normal". Claro que eso ya no es importante, no lo es porque un día cambio todo. Lo recuerdo perfectamente... Fue hace venticinco días atrás, era viernes y había salido antes de la escuela por que una chica se lesionó una pierna en la clase de gimnasia. Aquel día no quería caminar así que tomé el autobus. Llegué a mi hogar aproximadamente treinta o cuarenta minutos antes de lo que usualmente lo haría. Busque mis llaves cuando me detube frente a la puerta. Todo iba bien. Hasta que gire el picaporte. 
Cuando me adentro en casa soy recibida por un grito, pegue un salto instintivamente por el susto, me quede inmóvil un segundo tratando de entender que sucedia. Miré a mi alrededor buscando señales de mi madre, pero aún no era capaz de mover mi cuerpo de la puerta.


Un fuerte golpe logro tomar mi atención. Mire la escalera con miedo de que algo bajara de allí y me pillara parada inmovil, asi que decidí moverme. Camine cuidadosamente hasta la escalera, podía escuchar voces discutiendo en el piso superior, pero no lograba distinguir lo que decían. Llegué arriba sin emitir ruido alguno y me concentre en regular mi respiración. Algo malo estaba sucediendo. 
Escuche a mi madre hablar, con voz afligida,y luego sonó otra un poco mas prepotente. Camine por el pasillo lentamente, no quería ser descubierta espiando lo que quizás solo era una discusión de mi madre y su pareja. Harold y ella llevaban mas de un año saliendo y jamás los había escuchado discutir de esa manera. 
Me relaje por un momento y camine hasta mi dormitorio el cual estaba continuo al de mamá. Deje mi bolso sobre mi cama y lance un suspiro. La discusión continuaba y cada vez subía mas de tono. Comence a preocuparme así que pegue mi oído a la pared para comprender de que iba todo esto. 
-Por favor Harold sabes que nunca te engañaria.-La voz de mi madre sonaba angustiada.-Sólo mirate estás borracho a estas horas del día, no piensas con claridad. 
-¡Callate maldita perra!-Harold sonaba realmente furioso y mis manos comenzaron levemente a temblar.-Has estado revolcandote con ese bastardo de John ¿Jamás dejaste de amarlo no es asi? ¡¡Zorra!!-Y oí un golpe. 
Me alejé de la pared rápidamente. El miedo me invadió. No sabía que hacer. Mire a mi alrededor y pensé seriamente en llamar a la policía, busqué mi telefono y comencé a marcar

el número.- "911, ¿cuál es su emergencia?"-Escuche la voz de la mujer al otro lado de la línea pero no pude hablar. Frente a mi vi a mi madre moverse rápido por el pasillo y a un furioso Harold tras ella. Ni uno de los dos se fijó en mi. Arrojé rapidamente el teléfono a la cama aún sin cortar y salí al pasillo para ver que sucedia. 
Frente a mis ojos vi a mi madre ser golpeada por Harold. Quedé paralizada. Escuchar sus llantos y ruegos hacia ese animal que la tenía en el suelo, me llenaron de una sensación inexplicable. Mis puños se cerraron fuertemente, un escalofrío recorrió mi espalda y mi vista se nublo por la ira y una que otra lágrima de impotencia. Corrí por el pasillo y me lancé contra él. Me daba la espalda por lo cual lo tomé por sorpresa. Giró desorientado en busca de quién lo había golpeado, pero aproveche la oportunidad para darle con mi codo en su cara, sentí el crujir de su nariz y luego su alarido por el dolor. Rápidamente mire a mi madre, su labio estaba sangrando, tenía el pómulo hinchado y un pequeño corte en la frente. Lucía terrible, aquello solo logró alterarme. Me giré violentamente en busca de aquel bastardo que se hacía llamar hombre. 
Harold era robusto, pero no muy alto, yo por otro lado jamas me considere una chica débil. Él podría derribar me fácilmente, pero estaba borracho y eso lo hacía más lento. Me acerque a él, estaba en el suelo con una mano en su nariz, la cual sangraba. Tomé un poco de velocidad y le lance una patada en su costado. Harold cayó hacía un lado y me miro fijamente, poso una mano en el suelo

y comenzó a ponerse de pie. Rápidamente se acercó a mi con una furiosa mirada, me alejé y busque algo con lo que podría golpearlo. No me dio tiempo suficiente ya que me tomo violentamente por el cabello, comenzó a gritar que era una perra traicionera al igual que mi madre y su agrio aliento me produjo náuseas. Mi cuero cabelludo escocio un poco, pero ignore el dolor mientras buscaba con mi mano algo con lo que pudiese noquearlo. Pronto tomé algo pesado, no logre ver bien lo que era pues aproveche para golpearlo en la cabeza. Soltó mi cabello y dio un paso atrás. Corrí a mi habitación, con la respiración agitada y el pulso a mil, tenía que hacer algo pronto y no pude pensar en otra cosa que mi batt de baseball. Mi padre siempre quizo un niño que jugara en alguna liga, me obsequio el batt a los doce años. Cada verano me inscribía en algún deporte masculino, pero nunca duré mucho. En éstos momentos agradecia el hecho de que mi padre fuese boxeador retirado, sin su ayuda nunca habría sabido ni siquiera como dar un derechazo. Recuerdo el anhelo que sentí esa tarde, que él estuviera ahí para protegernos. 
Salí a toda prisa y no vi a ni uno de los dos en el pasillo. Bajé corriendo las escaleras, lo gritos venían de la cocina ésta vez. 
Mi madre tenía el teléfono en la mano mientras Harold la tomaba por el cuello. Todo esto parecía irreal, era como una película de acción, con la diferencia de que realmente un hombre estaba estrangulando a mi madre y yo estaba a punto de terminarlo. Aprete el batt en mis manos y me acerqué. Mi madre abrió sus ojos sorprendida, pero yo ya estaba lanzando un fuerte golpe a Harold. Este se doblo por el dolor, soltó a mi madre y tocó su costado derecho, el cual era nuevamente herido por mi. 
Mi madre se deslizo al suelo casi sin fuerza. Mi vista se nublo y comence a golpear aquél hombre por todas partes. Ese hombre que alguna vez se sentó en mi mesa y sonreía a mi madre como idiota. Ese que me llamaba bonita y compraba palomitas de maíz para ver una película. Siempre fue una farza y solo ahora lo entendía, cuando mamá llegaba con pequeños moretones en sus brazos y decía que no sabia como se los había hecho. Siempre estuvo ahí y nunca lo vi. 
Mis ojos se llenaron de lágrimas de impotencia, por no reaccionar antes, por que quizá pude evitar esta situación. 
No sé exactamente cuanto tiempo estube dando golpes. Solo reaccioné cuando sentí un par de manos tomar mis hombros. Mi respiracion era pesada y sentía los brazos cansados. 
Mire desorientada a mi alrededor y vi a un oficial de policía, el cual me alejaba de Harold y quitaba el batt de mis manos. 
Todo había terminado.


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Capitulo 2

-¿Alice?-La ronca voz de mi padre quito todo rastro de recuerdo en mi mente. Me giré para mirarlo. No había cambiado mucho desde la última vez que lo vi, excepto por la barba sin afeitar que llevaba. Sus ojos grises lucian cansados, aquellos ojos que yo veía frente al espejo comúnmente.-Es hora de irnos cariño.-Asenti levemente. Heché un vistazo alrededor, extrañaría mi habitación, tanto como mi vieja escuela y a mis amigos. Dolía tener que dejar todo. 
Mi padre tomó mi maleta y espero a que saliera primero. Camino hasta la puerta principal de la casa, su auto estaba estacionado en frente así que caminé hasta él. Me acomodé en el asiento de copiloto y observé a mi padre decir algo a mi madre, ésta sólo me miró desde la puerta, veía lo triste que estaba, pero no tenía ánimos de despedirme. Papá caminó hasta el auto, subió la maleta y luego se acomodó a mi lado. Miré al frente sin querer mirar atrás. Me costaba aceptar todo esto, no quería dejar mi antigua vida, pero tal parecía que yo no era nadie para decidir eso. 
-Tu madre estaba muy apenada.-La voz de mi padre resonó en el silencio del auto, llevabamos apenas cinco minutos de viaje, pero se me hacían eternos.--Sabes que estoy en desacuerdo con todo esto Alice. Sé que eres una buena chica, que lo hiciste para defender a tu madre. 
-Ella no parece valorarlo mucho.-Estaba molesta, no quería hablar éste tema, solo lograba empeorar mi humor. 
-Estoy tan enojado como tú, cielo. Tú madre hizo mal en no presentarse en el juicio, pero debes entender que ella tenía miedo.-Me

miró de reojo y posó una mano en mi rodilla.-Ella está arrepentida. Por eso declarará en contra de Harold en cuanto éste salga del hospital y puedan enjuiciarlo. 
-¿Por qué si sabes que no he hecho nada malo me estas llevando a prisión? 
-Hasta que tu madre no declare y se presenten evidencias tú eres culpable, el juez cree que eres un peligro.-Su seño se frunce levemente y noto como apreta el volante.-Estoy en desacuerdo con ésto, eres mi niña y no quiero nada malo para ti. Me aterra que vallas a un lugar al que no perteneces. 
Fijé mi vista en la ventana, me sentía sola en todo esto. Sólo quería ir a mi cama y dormir hasta que todo se solucionara.-Iré a una prisión y no hay nada que lo impida. 
-No irás a una prisión Alice. Te quieren bajo custodia mientras se retoma el caso, te enviarán a una escuela para jóvenes en tu situación. 
-Genial, ya no es centro para menores problemáticos ni una prisión para adolescentes. Me enviarás a un internado con muchachos como yo, gracias, me siento mucho mejor al saberlo.-dije irónicamente. Estaba frustrada y resentida con todo aquello. Yo no era una delincuente, solo defendí a mi madre de un borracho agresivo y celoso. 
El resto del viaje fui pensando en como sería el lugar a donde voy. Siempre he vivido en Portland, e irme a otro sitio nunca estuvo en mis planes. Extrañaré todo, y no puedo evitar sentirme desdichada. 
Veinte minutos después el auto se detuvo frente una gran reja negra. El dichoso internado se encontraba a un par de kilómetros de la ciudad, en algún

lugar de la carretera. 
-Dime una cosa John, si logro escapar de aquí, en qué sentido debo caminar para encontrar el camino a casa entre todos estos arboles?-Pregunté abriendo la puerta del vehículo. 
-Bueno, para empezar soy tu padre así que no me llames John. Y si logras salir de ahí, solo te meterás en más problemas.-Dijo mientras bajaba mi maleta. 
Observé todo con cuidado, la estructura que a lo lejos se alcanzaba a ver no era tan tétrica como imaginaba. El clima frío y húmedo no ayudaba a que el lugar se viera muy alegre, pero no me aterraba del todo. La reja se abrió y apareció un hombre y una mujer de mediana edad. Ambos llevaban ropa formal y tenia un gesto serio en su cara. 
-¿Alice Foster?-Preguntó el hombre hacia mi padre, el cual asintió.-Muy bien, acompañenos. 
-Señor Foster firme aquí por favor.-La mujer extendió una tableta con documentos y un lápiz hacia mi padre.-Alice despidase de su padre y acompañe al señor Bruno.-Dijo mientras mi padre le entregaba la tableta, este me miró tristemente. La verdad era que no quería pasar un mal rato con todo esto, estaría poco tiempo y debía mantenerme fuerte. 
-Adios.-Dije y tome mi maleta. Comencé a caminar hasta un edificio muy alto, podía verse desde afuera. Rápidamente el señor Bruno me explicó las instrucciones del resinto. 
Tenía clases de ocho a una de la tarde, compartiría cuarto con otra chica, estaba prohibido salir del edificio después de las nueve y aún más prohibido visitar el edificio continuo en el cual dormian los hombres. Me entregó

mis horarios y la llave de mi habitación y luego se marchó. 
Miré el recinto con curiosidad, eran aproximadamente las diez de la mañana así que supuse que todos estarían en clases. Caminé hasta mi edificio y busque mi piso y habitación. Todas las puertas eran iguales, todos los pasillos también lo eran. ¿Cómo hacia la gente para no perderse aquí? 
A duras penas encontré mi puerta, meto la llave y antes de girarla rogue por que mi compañera no fuera una loca maniática que quisiera asesinar me por las noches. Un dormitorio decía mucho de una persona. 
Entré imaginando lo peor, pero me encontré con dos camas iguales, cada una en una esquina. Mi compañera tenia el lado de la ventana así que tenia una bonita cortina roja, había cuadros y uno que otro adorno. Se veía simple y me sentí aliviada. 
Miré mi horario y bufé, tomé el uniforme y me lo puse, era un poco estrecho en la cintura y me incomodaba un poco, la falda era tableada, pero la odie en cuanto la tome. Todo era azul, de un horrible azul oscuro. Así que a regañadientes terminé de vestirme. 
Mientras caminaba por el pasillo rumbo al edificio de clases fui ideando un plan, aquí son todos unos delincuentes o asesinos en serie, o eso imagino, no me metería con nadie y trataría de ser invisible. Mi estadía aquí sería corta, no quería problemas de gente que ya es problemática, debo ser una buena chica. 
Iba marcando puntos y temas en mi cabeza como si tuviera un cuaderno. Estaba concentrada creando planes como si fuese toda una espía del gobierno, cuando choqué de frente

con alguien. Ya había salido del edificio, y sentado frente a mi en el suelo había un chico. Me di una bofetada mental. Bien Alice quieres pasar desapercibida y chocas a la gente como caballo, sigue así, vas bien.
Me puse de pie y recojí el pequeño bolso que había tomado para llevar mis cosas. Acomodé la incomoda falda y me dispuse a ofrecer una disculpa. Dirigí mi mirada al chico frente a mí. Era muy alto, de contextura fornida. Estaba usando el uniforme pero podía ver los tatuajes que sobresalian del cuello y mangas de la camiza. Pasé saliva mientras veía su rostro ponerse serio. Tiene el cabello oscuro y contrasta con su pálida piel. Sus cejas se fruncen seguramente por enojo y detesto saber que va dirigido a mi. Tiene unos ojos azules tan fríos que me provoca escalofríos. Es justamente esto lo que quería evitar, a este tipo de gente no la quería cerca, lo cual era irónico ya que este lugar esta repleto de gente así.
-Lo siento... Disculpa, en serio.-Dije desviando mi vista de él.
Se acercó y habló tajantemente.-Sabes, hay personas estúpidas, pero tú eres más que eso. Tanto que caminas con los ojos abiertos, pero aún así no vez a las personas que van por delante.-Una esquina de su boca se elevó en lo que aparentaba ser una sonrisa.-¿Tú nombre es Alice Foster?.-Lo mire sorprendida y ladie levemente mi cabeza.-¿Lo eres o no?-su tono era más frustrado al ver que no respondia. Logré asentir.-Bien, sígueme.-se dio media vuelta y caminó. Mi nariz se arrugo levemente. Pero al ver que no se detenia decidí seguirlo.
-¡Hey!-Dije alcanzandolo.-¿Podrías decirme a donde me llevas?
-La directora me envió para llevarte a tu primera clase. Es tu primer día aquí así que puedes llegar tarde y saltarte las primeras horas. Yo por otro lado te ayudaré a encontrar tu salón.
-Wow, bueno, gracias por ayudarme entonces.
Él soltó una pequeña risa.-No, no, no. No hago esto de buena persona niña.-Pasó una mano por su cabello de corte moicano.-Golpee a un chico hace un rato y era hacer esto o tener un castigo.
Bueno eso no me sorprendía mucho. Decidí guardar silencio mientras nos adentramos en lo que podría ser una escuela común y corriente. Los pasillos, con casilleros rojos me recordaban a mi vieja escuela. Quizá ahora podría haber estado en la cafetería, con mis amigos tomando café antes del cambio de hora.
-Muy bien, aquí estamos.-Dijo mientras nos deteniamos frente a una puerta. Tomó la manilla y la abrió.-Suerte.-Dijo mientras hacía un ademán con su brazo para que entrara.-Que te coman viva.
Y no dude que así sería.


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Capitulo 3

Es difícil ser nueva. Es difícil llegar a otra escuela, pero todo eso es aún mas difícil en este lugar.-Dios..-Pegué mi frente a la fría pared del pequeño cubículo del baño. Mi primera clase fue terrible. Todos me observaban, todos me miraban extraño. 
No era de sorprender que la gran mayoría tuviera un gesto burlesco en su cara. Tampoco el que la apariencia de todos fuera como para salir corriendo. El maestro trato de fingir que realmente podría hacer con sus palabras que se me diera una buena bienvenida, pero eso era algo fuera de lugar. En cuanto me senté escuche palabras obscenas respecto a mi aspecto. Arrugué mi nariz y cerré mis ojos con fuerza. Esto apestaba, solo quería salir corriendo y esconder mi trasero bajo la cama. Así que en cuanto el timbre sonó corrí a buscar un baño.
Y bueno, aquí estoy, escondida en un pequeño cubículo de baño, tratando de tomar valor para enfrentarme a este abrumador día. 
La verdad es que trato de ser valiente, estoy tratando, con todas mis fuerzas. Pero es difícil, me siento completamente sola en ésto y bueno, lo estoy. Mis ojos tienen un pinchazo por las lágrimas, pero trato de evitar derramar una. Si suelto las lagrimas, no podré parar el llanto después. No puedo empezar con sentimentalismos, ahora debo terminar este día dignamente. Saldré de este apestoso baño, caminaré por el pasillo sin mirar a nadie, porque si yo no lo permito nadie podrá herirme. Ya después me daré tiempo de compadecerme de mi y llorar en silencio en mi cama.
Salgo al exterior, para mi suerte el baño está vacío. Me apoyo

en el lavamanos y miro mi rostro en el espejo.-Se valiente Alice.-susurro para darme ánimos.-Ya todo pasará.-pasé una mano por mi desalmado cabello oscuro.
Solté un suspiro y decidí salir, ahora seguramente todos estarán en la cafetería. Camine por el pasillo, dios, si la clase estuvo mal no quiero imaginar el almuerzo.
Pronto llegué a un par de puertas dobles con un letrerito de "Cafetería" en ellas. Tomé la manilla y me apoyé. Tranquila, tranquila, todo irá bien.
-La puerta no se caerá.-Escuché a mi espalda. Solté una maldición y me puse derecha.-En serio, son firmes.-me giré y vi a una chica pelirroja, de altura similar a la mía. Tenía una expresión burlesca en su cara. Sonreí incomoda.
-Sí, bueno. Gracias por el aviso.-Dije apuntando con mi pulgar la puerta a mi espalda.
-Cuando quieras.-Dijo y sonrió.-Que tal, mi nombre es Lou. Louisa, pero si me dices así te corto la lengua.-Reí ante su comentario.
-Hola, soy Alice.-Ella me miro fijamente, pensé que quizá tratando de reconocerme.-Soy nueva aquí.-Explique.
-Bueno, Alice la chica nueva. ¿Crees que podamos entrar a comer algo? Estoy que muero por una hamburguesa.-Dijo sobando su estómago.
Me hice a un lado y la seguí a dentro. El lugar era grande e igual que en mi antigua escuela las personas se reunian en diferentes grupos a comer. Con los uniformes me era difícil diferenciar a un grupo de otro.
Saqué una bandeja y tomé un poco de cada cosa. No sabía si la comida era buena pero me arriesgaría.
-Bueno chica, no

te conozco así que cuentame un poco.-Dijo Lou metiendo un poco de pan a su boca.
-No hay mucho que contar.-Dije mientras caminamos entre las mesas.
-Tiene que haber algo. Después de todo, estás aquí.-Hizo un movimiento con su cabeza para que la siguiera. Llegamos a una mesa cerca de la ventana. La cual estaba inusualmente vacía.-Te diré algo, aquí las cosas son difíciles. Si dices que no hay mucho que contar es porque le restas importancia a tú historia, pero cree me hay cosas peores. Y están en este lugar.
-Es complicado.-Dije tomanto un poco de comida con mi tenedor.
-Pues me gustaría comprender.-Dijo poniendo aderezo a su hamburguesa.-Pero a su tiempo.-Le di una sonrisa de agradecimiento. Las cosas no iban tan mal hasta ahora y daba gracias por ello.
-El maldito de Fred volvió a poner vinagre y bicarbonato de sodio juntos en su experimento de ciencias.-Un chico de cabello castaño y ojos verdes llegó a la mesa con su bandeja. Movió la silla junto a Lou y se sentó.-Es un completo idiota, todo huele mal ahora. Mi habitación es una asquerosa área hedionda a vinagre.-Dijo visiblemente enfadado.-¿Estás comiendo eso?.-Preguntó tomando una patata del plato de Lou.
-James querido. sabes que Fred no lo hace a propósito. Es idiota por naturaleza. Y ten un poco mas de educación y saluda a la chica nueva.-Él me miró por primera vez y sonrió.
-Hola.-Me tendió su mano y la estreche.
-Un gusto, soy Alice.-Dije y continúe comiendo.
-Estamos acogiendo a los nuevos. Eso me gusta, saca mi lado

humanitario.-Dijo bromeando. Lou soltó una risotada por el comentario y yo sólo sonreí discretamente.
De pronto se escuchó mucho ruido. Miré en dirección a la puerta. Un grupo de chicos venía entrando y armaba mucho alboroto. Miro a Lou sin comprender.-Llegaron los descerebrados.-Dijo y metió una patata en su boca. Ellos se sentaron a un par de mesas de nosotros. Entre ellos pude distinguir al chico que me ayudó forzadamente esta mañana.
-¿Los descerebrados?-Pregunté confundida.
-A Lou le gusta pornerle nombres a los grupos. Ya sabes, después de todo esto es una escuela. Una no tan normal, pero lo es de todas formas.
-Si bueno, hay que admitir que esto es mucho mejor. Guardias en las entradas y áreas verdes. No salir del recinto luego de ciertas horas. Sí, es genial.-Dijo Lou bromeando.-Verás Alice, sabes mejor que nadie que aquí no estamos por tener una muy buena conducta que digamos. Pero somos adolescentes y no todos somos malas personas. 
-¡Que te den por el culo Máx!-Oímos a lo lejos. Los tres volteamos a ver a la mesa de los "descerebrados". Había un chico de contextura delgada, y de altura baja. Estaba siendo tomado por el cuello de la camisa por otro chico el doble mas grande que él. 
-Deja de lloriquear Tyler.-Dijo y lo soltó.-Vete, no quiero verte por aquí de nuevo.-El tal Tyler lo miró señudo y se alejo.
-Alice.-Lou llamó mi atención.-Escucha, no te conozco bien, pero espero seas lo suficientemente inteligente para mantenerte al margen. Aquí se vive la ley del mas fuerte. Y hasta el momento ellos lo son.-Dijo

apuntando al grupo continuo.
Les dedique una mirada a todo ellos. Eran aparentemente fuertes, y se sentaban con aire arrogante mirando a los demás. Ahí estaba el chico de esta mañana, bromeaba con el tal Máx, seguramente por lo sucedido hace un rato. Entre ellos había un chico que lucía intimidante con solo estar sentado allí. Estaba comiendo tranquilamente mientras todos hablaban y bromeaban. No podía verlo bien desde esta distancia, pero se alcanzaba a deslumbrar el gran físico que tenía. Opte por continuar con mi almuerzo. No quería que me vieran mirando hacia su mesa, la gente aquí era un poco agresiva sólo por una mirada.
-¿Que clase tienes ahora Alice?-Preguntó James mientras se levantaba de la mesa. El timbre había sonado hace unos minutos.
-Matemáticas.-Hice un gesto de desagrado.
-Tienes suerte chica nueva Lou y yo tenemos esa clase ahora.-Sonreí ante eso, no estaría tan sola en otra clase con personas dedicandome feas miradas.
Caminamos por los pasillos en busca del salón. Me sentía mejor al saber que estaría acompañada en clase. 
Cuando llegamos al salón Lou me ofreció sentarme con ella, James se ubicó un puesto más atrás.
La clase fue normal, tanto como podría serlo en este lugar. A pesar de que es casi mitad de año escolar no me costó tomar el hilo de la materia, los temas iban acorde con lo de mi escuela.
Al sonar el timbre Lou dijo que la buscara en los casilleros, tenía prisa por ir al salón de arte por un trabajo que olvidó. Guarde mis libros y camine hacia la puerta. Saqué mi horario de mi bolsillo y lo

revisé, tenía clase de historia, la cual era la última del día. Camine dos pasos y salí al pasillo, no tuve tiempo de reaccionar cuando algo o mejor dicho alguien me lanzó de golpe al suelo. 
Abrí mis ojos sorprendida al ver a un chico sobre mí. Este puso ambas manos en el suelo y se puso de pie.-Lo siento.-Dijo mientras se giraba y lanzaba un puñetazo a otro chico, el cual estoy segura lo había empujado.
Me quedé allí estática sin saber que hacer, había un gran alboroto en el pasillo por lo cual nadie me prestaba atención, lo cual agradecia. Me sente y recogí mis cosas, me puse de pie y sobé mi trasero el cual dolía por el golpe. 
El pasillo estaba lleno de personas que se amontonaban para ver el pleito. Me acerqué y miré entre las cabezas. Había dos chicos peleando, pude reconocer a uno de ellos como el tal Máx. De la multitud salió sin previo aviso el chico de esta mañana, tomó al muchacho que había caído sobre mi anteriormente y le dio un fuerte golpe en la cara. Otro chico entró a la pelea golpeando este último. Era todo un caos. No se en que momento comenzó a entrar mas gente al conflicto, pero eran alrededor de seis personas peleando.
Me alejé un poco para que no me llegara algún golpe al aire. Comencé a retrocer sin apartar la mirada de la riña, me parecía extraño que no llegara alguna autoridad a detener todo. Me giré para buscar otra forma de llegar a los casilleros y me encontré con un chico muy alto frente a mí, tenía un cigarrillo en su boca y lucía despreocupado. Me hechó un vistazo y luego a la pelea. Tenía un par de bellos ojos oscuros, eran casi negros. Pude reconocerlo como el chico serio y callado que vi en la cafetería. Tenía variados tatuajes que sobresalian de su camisa, su cabello era negro y lucía bastante atractivo al contraste de la luz. No se cuanto estuve mirandolo, pero me dedicó una fría mirada de desaprobación, me quedé helada en mi lugar. Seguramente parecía una tonta mirando su cuerpo embobada. Así que decidí hablar.-¡Que pelea!-dije nerviosa, puse un cabello detrás de mi oreja.-¿No crees que es raro que nadie venga a detener todo esto?.-Él le dio una última calada a su cigarrillo y lo lanzó al suelo, ¿Se puede fumar aquí y nadie me lo dijo? El chico pasó por mi lado ignorandome y caminó hasta la pelea. "Bien Alice, tu intento de vida social es un asco. Sigue participando". 
Él caminó hasta que estuvo en medio de la riña, tomó al tal Máx por el cuello y lo separó del otro chico. La pelea se detuvo y todos lo miraron.-¿Que mierda creen que están haciendo?-Habló con voz autoritaria.-Vamos, no quiero problemas esta tarde.
Y todos se dispersaron. Yo por otra parte me quede allí mirando confundida. Era como si el rey hablara, esto me parecía de otra epoca y totalmente patético. ¿Porque obedecian?
Solté un bufido . supongo que aún no comprendo a esta gente, me giré para ir a los casilleros. Aquí todo era extraño. Volteo mi rostro para mirar la escena de atrás y encontré al chico mirando en mi dirección, me observaba con expresión sería. Me gire y doble por el pasillo. 
No quería problemas. 
Pero como siempre encontraba la manera para meterme en ellos, sabía que los tendría.
Y serían grandes


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Capitulo 4

En cuanto las clases acabaron corrí a mi habitación. A James y Lou los perdí de vista al sonar el timbre así que decidí estar sola por lo que resta del día. 
Saqué mis cosas de la maleta. Guarde todo en el pequeño armario que tenía para mi. No traje fotos o cualquier cosa que me recordara mi casa, así que mi lado de la pared estaba vacío. Cambié mi uniforme por algo más cómodo, y me acomode en mi cama. En esta soledad podía pensar, aún era temprano, y estoy segura que mi compañera tardara en llegar. 
Me recoste mirando el techo. Cerré mis ojos e imaginé que estaba en mi habitación, que tenía alguna tarea pendiente, que seguramente llegaría a pedirle a Elizabeth, mi buena amiga Elizabeth. ¿Que pensaran los muchachos de todo esto? No pude hablar con ellos, no pude explicarles. 
Imagino los comentarios que circularan en la escuela sobre mi. Pero curiosamente no me importa. 
Si este fuese un día normal, estaría enviando mensajes a mis amigos, planeando algo para el fin de semana. Estaría ayudando a mamá con la cena. Una lágrima se deslizo por mi mejilla, la dejé ahí. Debía desahogarme, lo necesitaba. 
Tomé la almohada y me acurruque. Extrañaba a mi mamá, incluso quería a papá aquí. Apenas llevaba un día en este lugar y ya quería volver. Hice un puchero involuntario y solté el llanto. 
No pasaron ni cinco minutos cuando sentí la puerta abrirse, tomé la cobija y me cubri mientras secaba mi cara con la manga de mi camiseta. Seguramente a mi compañera le parecerá extraño verme con la cara toda roja y los ojos hinchados. 
-Hey

hola.-Oí la voz de la chica, extrañamente familiar.-Nadie me dijo que tendría compañera nueva.-me descubrí el rostro y mire a Lou darme la espalda, estaba hurgando entre sus cosas.-Es bastante raro sabes, hoy ya conocí a una chica que..-Se volteo y no terminó la frase al verme.-¡Alice!-Dijo al reconocer me.- Vaya no te reconocí, aquí está todo oscuro mujer.-Se acercó al interruptor y encendió la luz.-¿Pero que mierda?.-Dijo al voltearse.-¿Estas bien?.-Pregunto acercando se a mí. Logre asentir mientras pasaba las manos por mi cabello. 
-Sí, es solo que..Bueno ya sabes, todo esto me superó por un momento.-Le di una sonrisa triste. 
-Es difícil al principio, pero terminas por acostumbrarte.-Me dio una sonrisa cariñosa.-Bueno, vamos, puedes desahogarte. Cuentame tus crímenes y te contare los míos, después de todo, seremos compañeras de cuarto. 
-Sí, está bien.-Solté un suspiro, no me haría mal contarle a alguien todo lo que quiero soltar. Extrañamente en mi interior deseaba desahogarme y presentía que Lou no me juzgaría, después de todo amabas estamos en el mismo lío de diferente forma.
-Mi crimen es ser la heroína. 
-¿La heroína?-Me mira con una sonrisa en su cara.-Chica, si eres la heroína de la historia ¿por qué estás entre los villanos?
-Bueno, la verdad es que estoy aquí, porque defendí a mi madre de un borracho agresivo. Él.. Yo, bueno, él es la pareja de mi madre, o lo era.-La miré esperando que dijera algo, pero al ver que me observaba expectante continúe hablando.-Llegué a mi casa y

ellos estaban discutiendo, él le recriminaba que ella aún quería a mi padre. Se volvió loco y la golpeó.-Mis ojos se llenaron de lagrimas.-Tuve que hacer algo, no pude controlarme.-la voz se me quebro un poco al final. 
-Está bien, tranquila.-Dijo sobando mi espalda. Dandome ánimos.-lo que no entiendo es, ¿Porque si lo hiciste en defensa de tu madre, estas aquí? 
-El hombre está en el hospital, y mi madre no declaró en el primer juicio por miedo.-Ella me miro con la boca abierta.-Pero lo hará.-Dije rápidamente.-Ella declara en el próximo juicio, hasta entonces soy un peligro para la sociedad y estoy aquí por ello. 
-Está bien, es mi turno.-Se acomodo en mi cama frente a mí.-Estoy aquí hace un año y medio. Mi madre es una alcohólica, pero la amo, siempre quiso lo mejor para mi, pero jamás pudo darmelo por su vicio.-Me dedicó una sonrisa ladeada.-Era una chica un poco rebelde, aún lo soy, pero antes era una chiquilla que disfrutaba robando autos. Un mal movimiento y terminé aquí. Pero sabes, es bueno, porque pude seguir estudiando. Me gusta fingir que esta es una escuela normal aveces. 
-¿Y que hay de tu padre?-Pregunte curiosa. 
-Él no tiene interés por mí. Vive lejos y envía lo que sea que el internado exija de vez en cuando. Tiene otra familia, dos hijas mimadas a las cuales conocí una navidad cuando tenía ocho años. Papá me prohibió volver a verlas después de que les cortara las trenzas a ambas.-Soltó una risotada. Hablar con Lou subia mucho mi ánimo, necesitaba de una amiga, alguien en quién confiar

en este lugar.-Bien, bien, bien. En una hora comienza el toque de queda y tú aún no te arreglas. Solo mirate, ese pijama es espantoso. 
Observe mi atuendo.-¿Que hay de malo con esto?.-Dije tomando mi camiseta.-Además ¿porqué hay que arreglarse? 
-Vamos a salir.-Dijo sacando distintas prendas de su armario.-Es tu primera noche aquí y para tu suerte hoy se festeja. 
-¿Qué se festeja?.-Pregunté poniendo me de pie. 
-Hoy es el día de cambio de guardia. Justo a las nueve, con el comienzo del toque de queda hay un cambio de guardia. Son aproximadamente diez minutos de ventaja para escabullirnos por las áreas, después de eso estas muerto.-Dijo mientras se cambiaba de ropa. 
-¿Entonces saldremos a escondidas a alguna fiesta clandestina en algún lugar quién sabe dónde, con solo diez minutos de ventaja?-Pregunte mientras me colocaba unos jeans ajustados. Dude un poco pero decidí usar una camiseta sin mangas negra y una chaqueta sobre ella. Lucía bastante casual en comparación a Lou, pero me agradaba. 
-Bien, escucha, James nos estará esperando en el viejo roble. Debemos ser rápidas.-Dijo y abrocho su chaqueta. 
Me maquille un poco, el llanto había hecho estragos conmigo. Así que use un poco de delineador y rimen. Tomé un pequeño bolso mientras le daba color a mis labios. 
-Hey, eso me gusta.-Dijo Lou abriendo la puerta.-Luces bien, vamos. 
Salimos al pasillo y caminamos tranquilamente, había muchas chicas rondando por todas partes, la gran mayoría corría de una puerta a otra maquillandose. Tal parece

que esto iba muy en serio. 
Lou me guió por un par de puertas evitando la entrada principal. Salimos al exterior y corrimos entre las sombras, esto se me hacía muy emocionante. Llegamos a un gran árbol el cuál estaba un poco alejado del edificio. James salió entre las sombras para encontrarse con nosotras. 
-Lou por un momento pensé que no vendrías.-Dijo e hizo una seña para que lo siguieramos. 
Caminamos por un estrecho camino entre la reja y la maleza de los árboles. Apenas se podía ver con la luz de la luna. El clima por aquí no suele ser muy agradable y la mayoría de las veces había nubes en el cielo. James abrió un hueco entre unas ramas y le dio espacio a Lou para entrar, no se veía muy fiable y lo mire con duda.-Tranquila, no pasa nada, es seguro.-Dijo para que entrara. Lo miré antes de entrar, estaba todo oscuro, sentí la mano de Lou tomar mi brazo guiandome a la salida. 
En el exterior había mas árboles, lo cual no me sorprendió, James salió a nuestro encuentro. Caminamos hasta llegar a una extraña puerta entre los árboles. 
-Todo es tan raro.-Dije mirando mi alrededor.-Vaya manera de llegar a este lugar. 
-No has visto como llegan los demás.-Dijo Lou golpeando la puerta. Esta se abrió permitiendo nos el paso. Había música y alcohol y el lugar estaba repleto de personas. 
-¿Y este lugar?- Pregunté a James. 
-Bueno con los años cada generación se las arregla para tener un lugar donde se puedan romper las reglas. Este era un antiguo gimnasio. Iré a buscar algo de beber no te pierdas.-Dijo

y camino entre la multitud. Me giré en busca de Lou, pero no la encontré. Genial. 
No sabía si quedarme aquí parada esperando a James o moverme. Opte por lo segundo. 
Caminé entre las personas que charlaban y bailaban, ofreciendo una que otra disculpa en el camino por los empujes y pisotones. Llegué a un sector que se encontraba desocupado, había solo una escalera así que la subí. No me haría mal recorrer el lugar, suelo ser bastante curiosa a veces. Llegué a un largo pasillo en el cual había una puerta al final. Espere que fuese un baño, así que camine hasta ella, evite hacer mucho ruido ya que en el camino habían otras dos puertas. Imagino que podrían ser habitaciones utilizadas como dormitorios y yo no quería molestar. 
Llego al final del pasillo y logro abrir la puerta, me encontré con una pequeña sala de estar, estaba vacía así que me adentré. Era curioso que hubiera un lugar así en este sitio. Abajo toda la gente se apretaba una con otra y aquí no había nadie. 
Recorrí todo con la mirada, no había ventanas, solo una lámpara, un escritorio y un sillón. Me senté en este último sin saber que hacer, debería volver abajo pero me abrumaba tener que pasar por tantas personas. 
La puerta se abrió repentinamente provocando que me alertara, por ella entró aquel chico de moicano que me había ayudado esta mañana, me miró sorprendido mientras me ponía de pie. 
-¿Que haces aquí?-Preguntó con hostilidad. 
-Pues..Buscaba un baño.-Dije con nerviosismo. 
La puerta se abrió tras él y entró el chico todo poderoso

del pasillo, esto no podía ser peor, que vergüenza. 
-¿Que hace ella aquí Scott?-Preguntó enojado. Así que el chico del moicano se llama Scott. 
-Tranquilos.-Dije levantado las manos en señal de inocencia.-Ya me iba, solo buscaba el baño.-Ambos me miraron seriamente. Yo por otra parte me acerqué a la puerta tras ellos. 
-Scott asegúrate que ésta.-Dijo refiriéndose a mi.-Baje y no se quede parada tras la puerta. 
El tal Scott asintió y me tomó por el brazo, la indignación no se hizo esperar.-Claro, ya habló el jefe.-Ambos me miraron ¿Es que acaso dije eso en voz alta? 
La puerta volvió abrirse y apareció Máx.
-Scott, ¿Que mierda pasa contigo? Te necesito abajo para terminar el trabajo sucio.-Dijo con tono serio ¿Trabajo sucio? Estaba claro que no hablaba de remover mierda o limpiar vomito ¿Que trabajo sucio podría haber? 
Scott le dio una mirada al grandote que estaba ahora cerca del escritorio hurgando en unos archivos. Este le hizo un gesto con la mano para que se fuera con Máx ¿yo?, bueno, yo estaba ahí. Parada junto a la puerta sin saber que hacer. Claramente debería volver abajo, me giré y tomé la manilla de la puerta. --No quiero volver a verte por aquí Alice.-Escuché a mis espaldas ¿Dijo mi nombre? Confundida me giré para mirarlo. 
-¿Como sabes mi nombre?-Pregunte recelosa. 
-Alice Foster, diecisiete años, ingresada bajo custodia.-Me miró con una expresión de soberanía.-Dejaste a un hombre en el hospital pequeña delincuente.-Lo miré con los ojos abiertos, no puedo creer que el sepa todo esto. 
-¿Quién te lo contó?-Pregunte con la voz un poco temblorosa. 
Se acercó un par de pasos a mi con un papel en la mano.-Vez esos archivos, son la copia de cada documento que se registra en esta escuela. No te metas conmigo porque no dudaré en hacer de tu estadía aquí un infierno.-Retrocedí un par de pasos pegando mi cuerpo a la puerta. 
-¿Y porqué me querría meter contigo?.-Pregunte valientemente.-¿No serás tú el que se quiere meter conmigo? 
Me miró y una media sonrisa apareció en su boca.-Solo alejate.-Dijo y se acercó, pasa la mano por mi costado hasta tomar la manilla de la puerta, la cual yo llevaba apretando hace un buen rato. Me alejo de él casi de un salto. Abrió la puerta e hizo un gesto para que saliera.-No te quiero cerca niña-Dijo mientras yo salía al pasillo.-No te irá bien si no te mantienes al margen.-Yo ya había casi llegado a la escalera cuando lo oí. ¿Mantenerme al margen? ¿Como se hace eso? 
¿Cual es el margen de todos modos?


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Capitulo 5

Después de esa noche los días transcurrieron normales. Me levantaba a desayunar con Lou y luego nos íbamos a clases. En los almuerzos siempre aparecía James quejándose por alguna cosa de su compañero de habitación. Aún no tenía noticias por parte de mi padre o de mamá. Mi abogado vendría en tres días para informarme del caso y su procedimiento o eso había dicho en la última llamada que tuvimos en inspectoria.

Le di una mordida a mi sándwich mientras caminaba por el pasillo. No había querido desayunar esta mañana, pero luego de la primera clase mi estomago rugió. Por suerte había guardado el sándwich del desayuno para el receso.

Mi clase de lengua quedaba muy alejada del salón de arte. Estaban prácticamente una en cada esquina del edificio. Si no me daba prisa llegaría tarde.

Camine apresurada por el pasillo. Ya no había gente en los corredores. Maldición, el maestro de lengua es muy odioso. He llegado tarde estos dos últimos días, no me perdonara si lo hago hoy también.

Doble por el pasillo y me apresure, podía ver la puerta del salón de lengua. De pronto el maestro apareció en mi campo de visión, entro al salón y cerró la puerta. El timbre sonó y me quede parada a la mitad del pasillo.

Rayos! Me di media vuelta sin saber que hacer. Podría ir y tocar, pero estaba segura de que no me dejarian entrar. Tampoco podía quedarme aquí, si me veía alguna autoridad estaría en problemas.

Decidí caminar al gimnasio, después de todo esa era mi próxima clase. Mierda. Pegue mi mano a mi frente. Eso era después del almuerzo.

Vague sin rumbo un buen rato, mirando mi reloj de mano

de vez en cuando. Doble por el pasillo lentamente, mientras mordia mi sándwich vi a Scott moverse rápido por el corredor en dirección contraria a la mia. Miraba atrás de vez en cuando, al fijar su vista en mi dirección abrió sus ojos sorprendido, y yo miré hacia mi espalda buscando algo raro. Pero no había nada.

Llegó a mi prontamente y me tomo del brazo, casi me atragante con el pan en mi boca. Me arrastro hasta una puerta, la abrió y nos introdujo a ambos. Trague mi comida y le propine un fuerte golpe en su brazo. Me miró por un segundo, pero volvió su atención a lo que sea que hubiera tras la puerta, en los pasillos.

-Oye que..-Me detuvo y posó una mano en mi boca. Llevó un dedo a sus labios en señal de que guardara silencio. Pego su oído a la puerta y se mantuvo ahí un momento.

Mantuve mi mirada en él, buscando alguna señal de lo que sucedia. No entendía porque estábamos en este, cuarto de conserjería. Tome su antebrazo y lo sacudí para que me prestase atención.-¿Que sucede?-Susurre mientras él se despegaba de la puerta.

-Nada que te importe.-Susurro dando me un vistazo para luego volver a poner su oído en la puerta.

-Claro que me importa.-Susurre irritada.-No estoy para jueguitos, dime ahora mismo porque estamos aquí o pateare la puerta.

Se giró y me miró burlesco.-¿Que hacias en el pasillo chica nueva?

-Llegue tarde a clases. ¿Que hacias tú corriendo por los pasillos de todos modos?-Me cruse de brazos para dar una posición

más firme.

-Eeh..También llegue tarde a clases.-No le creía, pero no volví a preguntar.

De pronto la puerta se abrió, frente a nosotros apareció el aparente jefe del lugar. Me miró sorprendido, luego miró a Scott y su expresión cambió. Parecía cabreado, tomó a Scott del cuello de la camisa y lo sacó del pequeño cuartucho.-¿Que haces Scott? Hace media hora te mande a llamar, ¿Donde está el pedido? Es que acaso lo olvidaste por andar jugando al romántico.-Hizo un gesto en mi dirección al decir eso.

-Tranquilo Will.-Dijo Scott soltando se de su agarre.-Tengo lo que me pediste, pero el subdirector venía caminando por esta dirección. Tuve que esconder me y ella apareció por el camino. No interesa, vamos.

El chico, "mantente al margen" o Will mejor dicho, me miró de manera extraña. No pude entender esa mirada de enojo. Yo no había hecho nada malo. Scott continuó su camino por el pasillo, pero él se quedó allí, mirando me. Crusé mis brazos y lo enfrente.-¿Algún problema?-Dije con voz firme. Dio un paso hacia mi e imito mi postura.

-No creí que fueras tan fácil.-Dijo con desprecio. Debo admitir que me sentí herida por aquello.-Mirate, llevas un par de días aquí y ya te los agarras en el armario del conserje.-Abri mi boca sin saber que decir, mis ojos se aguaron, pero no solte ni una lágrima, no le daría ese gusto.

-Quizá tu estas acostumbrado a ese tipo de chicas.-Me arme de coraje y lo enfrente. Nunca un hombre me a faltado el respeto, y el no se iría sin pagar por ello.-Claro, si es que eres de verdad un

hombre, puede que no te gusten las chicas.-Hice un gesto de burla mientras le daba la espalda.-Tal vez prefieres a los chicos.-Dije ya caminado por el pasillo. No me permiti girar a verlo. Me gustaría poder haber visto su cara cuando dije aquello, pero eso arruinaria mi triunfal salida.

En el almuerzo podía sentir su mirada taladrando mi cabeza. Cuando el timbre sono me encontre con Lou y James en la cafetería, no quería tener la mesa de de ese idiota en mi campo de visión, así que me sente dándoles la espalda.

Esto era estúpido, ni siquiera conocía del todo a ese chico y ya me daba problemas. Admito que es muy guapo, que luce increíble cuando pone ese gesto serio en su rostro y cruza sus brazos. Sí, él era totalmente irresistible, pero al igual que eso era muy fastidioso. Tal vez me estoy tomando esto muy personalmente, quizá él es igual con todos aquí, con todas las chicas.

-Lou, ¿puedo preguntarte algo?-Dije llamando su atención, ella y James llevaban aproximadamente cinco minutos discutiendo por quién comeria las papas del otro.

-Escupe eso James!.-dijo tomando su cabeza.-Alice suelta tu pregunta, soy toda oídos.

-Bueno, me preguntaba si tu podrías decir me algo sobre una persona.

-¿Una persona?-Dijo interesada.-¿Se trata de un chico?-Preguntó levantando sus cejas.

-Sí. Pero no en el sentido que crees.-Dije riendo.

-Esta bien.-Dijo apoyando los codos en la mesa, entrelazando sus manos.-¿De quién se trata?

Mordisque mi labio inferior con nerviosismo.-Pues, quiero saber que sucede con Will.-Ella alzó una

ceja.

-¿De que Will estamos hablando?

-Will, ese Will.-Dije haciendo señas con mi cabeza hacía la otra mesa.

-¿Que pasa con él?- Dijo derrepente poniendo se sería. James me miro fijamente.

-Actúa un poco raro, ¿No crees?

-Escucha Alice, no te acerques a ellos, mucho menos a él. Will no es una buena persona.-Lou desvío la vista hacia su mesa.- ¿Te ha hecho algo?-Preguntó seriamente.

-No, no.-Dije apresuradamente.- Es un poco extraño, eso es todo.-Decidí no contarle lo del pasillo, tuve el presentimiento de que no sería bueno.

Esa noche, pensé en lo sucedido, no dejaría que este chico se metiera en mi cabeza. Quizá para él era un juego todo esto de tratar a las personas como inferiores, pero a mi me parecía terrible.

Obviamente no llevo el tiempo suficiente aquí para estar acostumbrada a estas nuevas reglas. Porque eso eran, reglas marcadas entre líneas. Ahora comprendo aquello de "La ley del mas fuerte" y aún así me parecía totalmente extraño. 

Pegue mi cabeza a mi almohada y cierre mis ojos. No debía preocuparme por todo esto. Después de todo, no estaría tanto tiempo aquí como para meter las narices donde no me llaman.

El fin de semana llegó casi sin avisar. Lou dijo que podríamos descansar y dormir hasta tarde, y eso fue lo que hicimos. 

Pasamos el fin de semana despertando después de las doce, afortunadamente el clima nos acompañó esos días y podíamos comer en un improvisado picnic en las áreas verdes del recinto. James siempre

se nos unia y traia zumo extra que robaba de la cafetería. 

Por otro lado, no tuve inconvenientes con Will. Me encontré con él en la cafetería, pero solo me ignoro. Lo cuál por mi estaba bien.

Cuando el día lunes llegó, recibí una llamada desde la oficina de la directora. Mi abogado me estaba esperando allí, lo salude formalmente y lo segui hasta una sala privada.

Me sente frente a él en un escritorio y espere que hablara.

-Bueno Alice, tu caso esta en proceso, ya sabes como es esto.-Dijo y saco una pila de documentos.

-No, no se como es esto. ¿Tu serias tan amable de explicarmelo?-Él soltó un suspiro.

-Alice, en este tipo de casos los procesos son largos.-Tomó un par de papeles y me los dio.-Harold aún no sale del hospital.-Frente a mi en el escritorio habían distintas fotos de Harold hospitalizado. Lucía terrible.-Su abogado usará estas fotos en tu contra, porque si bien Harold no puede presentarse en el juicio, su familia se encargara de pagarle a un buen abogado para que lo defienda.

-¿Como sabes que el no puede presentarse en el juicio? ¿Es que acaso ya hay una fecha fija?.-Pregunté ilusionada.

-No querida. Aún no la hay, el jues a cargo del caso fue removido, hay que esperar para ver a quien asignaran y luego esperar que se sentencie una fecha para el próximo juicio.-Quito las imágenes del escritorio y las guardo.-Por otro lado, Harold esta en pésimo estado. Lo golpeaste reiteradas veces en las costillas por lo cual le fracturaste tres de estas. También lo dejaste con graves secuelas en su cabeza. Muy graves Alice.

-¿Y entonces que?.-Pregunte ya desganada, tome mi cabeza entre mis manos. Esto era desastroso.

-Debes ser paciente.-Dijo mientras me entregaba un gran sobre.- Tu madre dijo que tus amigos le entregaron esto para ti.-Tomé el sobre y lo pegue a mi pecho.-Tu madre te llamara mañana, al primer receso debes estar aquí para hablar con ella por teléfono. ¿Está bien?.-Asenti y aprete el sobre en mis manos.

Solo quería volver a mi habitación y mirar dentro del gran sobre amarillo. 

Necesitaba una señal de mis amigos.

Incluso si no me traian buenas noticias.

Hola, comencé a subir esta historia hace poco. Agradecería que dejaran sus comentarios y opiniones al respecto. ;)


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Capitulo 6

Cuando volví a mi habitación decidí que cualquier cosa que estuviera en ese sobre no debía afectarme. Estaba muy ansiosa por ver que contenía. Nerviosa por que quizá no sea nada bueno, pero en cierto modo me alegraba que mis amigos se tomaran el tiempo de enviar algo. 
Me senté en la cama y suspiré. Mire la hora en mi reloj de mano, eran cerca de las once. No volvería a clases, ya me había perdido el primer período, no tiene caso que vuelva después de todo. 
Tomé el sobre y abrí la parte superior. Metí la mano y saque un libro, adherido a el había una carta. Volví a introducir mi mano y saque varios paquetes de Skittles. Sonreí al ver que me habían enviado de todos los envoltorios de colores. 
Tomé la carta y la despegué con cuidado. La abrí de forma lenta. Estaba escrita a mano, podía reconocer la letra. Elizabeth siempre escribía los trabajos en grupo porque tenía una letra muy legible. 
"Querida Alice: 
 Hola, soy Elizabeth. Por mayoría de votos estoy escribiendo la carta. 
Espero, no, de hecho ruego que estés bien. No sabes lo preocupados que estábamos los primeros días al no verte aparecer en clases. Pero las noticias corren rápido. 
Nos enteramos rápidamente de todo. Las versiones variaban, pero te aseguro que todos te apoyamos. Sabemos que nunca heririas a alguien solo porque sí. Tu madre nos contó lo sucedido, ella está haciendo lo posible para ir a visitarte, pero nos dijo que en el internado que estás se prohíben visitas. 
Querida Alice, te

extrañamos mucho. Annie dijo que te agradaría tener un buen libro para entretenerte. Nick y Harry compraron Skittles para ti, porque sabemos que son tus favoritos. 
En la escuela todo va muy bien, no te preocupes por los rumores, ya nos encargamos de ellos. La pobre de Clara tiene detención por golpear a la odiosa de Jazmín, ya sabes, como siempre mofandose de la gente. Clara la escuchó hablando de ti en al cafetería. 
Bueno, lo importante es que sepas que te queremos mucho y cuentas con nosotros para lo que sea. 
¡Ah! Y Nick dice que busques alguna chica mala para él. Es un lunático, pero bueno ya lo conoces. 
Esperamos verte pronto. Te mandamos un beso desde la distancia. 
Y por favor, en serio por favor, ¡cuidate!" 
No pude evitar soltar lagrimas al finalizar la carta. Me emocionaba y alegraba cada palabra escrita en ese papel. 
Tomé el libro de tapa dura, sonreí al ver la portada "La boda" de Julie Garwood. 
Doblé la carta y la metí entre las hojas del libro. 
Me sentía bien, muy bien de hecho. Era genial tener un poquito de mi hogar aquí, incluso si era un papel con tinta y bonitas palabras. 
Me removí en la cama y abrí un envoltorio de Skittles, comencé a hojear el libro. Mi tarde se fue en eso, mientras comía dulces me emocionaba con la historia medieval de mi libro. Estaba en una gran trama cuando la puerta se abrió. Lou entró a la habitación con un pequeño bulto en sus manos. 
-¿Que pasa contigo?-Dijo parándose frente a mi.-No estabas en clase de química y tampoco

en la de matemáticas. Creí que estabas enferma o algo. 
-Tuve una charla con mi abogado.-Sonreí, cerré el libro y me puse de pié.- Mis amigos me enviaron cosas. 
-Eso es bueno.-Me entregó una bolsa negra.-No apareciste en el almuerzo y pensé que podrías tener hambre. 
Miré la bolsa dudosa. Era poco higiénico meter la comida en cualquier bolsa. 
-Tranquila, no podía sacar tu comida directamente de la cafetería. James consiguió un sándwich para ti.-Ella miro en dirección a mi cama.-¿Tienes golosinas?.-Asentí alegre.-Vamos debes darme una, no sabes cuanto llevo sin comer dulces. 
Reí efusivamente y tomé los paquetes de Skittles. 
Al día siguiente estaba un poco atareada con algunas tareas. El haber faltado no me vino nada bien. Tendría que correr al sonar el timbre, debía ir hasta la oficina para hablar con mi madre. Sería todo un caos corriendo por los pasillos, pero no perdería esa llamada. 
Al sonar el timbre me puse de pie rápidamente. Tome mis cosas y fui la primera en salir de la sala. Pasé rápido entre las personas, algunas me miraban feo o me decían alguna obscenidad. No me importaba mucho. 
Llegué a la oficina con el pulso disparado. Miré a la secretaría la cuál parecía estar ocupada con unos papeles. 
-Disculpa.-Me acerque a su escritorio.-Me dijeron que tendría una llamada en este período. Mi nombre es Alice Foster. 
Ella asintió y me indicó que debía ir a la sala continúa. 
Camimo hasta ella. Tenía tres cabinas telefónicas, me acerque a una y cerre la puerta. No sabía si mamá llamaría

o quizá podría hacerlo yo. 
El teléfono sono, pero no era el de mi cabina, salí y entré en la continua, tomé el aparato y lo puse en mi oreja. 
-¿Hola?-Dijeron del otro lado de la línea. 
-Hola.-Sonreí.-¿Como estás mamá? 
-Alice, mi niña.-Ella sonaba emocionada.-No sabes cuanto me alegro de hablar contigo. 
-Yo también me alegro mamá. 
-Será una conversación muy corta, me dijeron que solo tienes cinco minutos de receso. 
-Sí, pues ya van como tres de ellos, habla por favor mamá.-Dije riendo. 
-Cariño, te extraño mucho, los muchachos vinieron el otro día. Ellos esperan que salgas pronto, al igual que yo. 
-Sí, pues, yo también lo espero. 
-Eres la mejor hija del mundo Alice, no has hecho nada malo. Todo pasará pronto, lo prometo. 
-¿Que tal todo por allá? 
-Todo bien.-Dijo.- ¿Como van las cosas?.-Su voz se puso seria.-¿Han sido malos contigo? 
-No, bueno, es complicado.-Suspire derrotada.-Me llevo muy bien con mi compañera de habitación, eso es algo bueno. 
-Claro que sí cielo.-Hizo una pausa y suspiró.- Todo mejorará pronto, y podrás volver a casa.-El teléfono emitió un pitido.-Creo que es hora de colgar. Fue una conversación muy corta. Tratare de llamar otro día. Te amo princesa. 
Me sentí muy triste de pronto, habían sido solo dos minutos.

-Yo también mamá. Adiós. 
-Adiós.
Colgué el teléfono desganada. Me gire para salir de la cabina, pero oí una voz en el compartimiento continuo. Me quedé allí parada, no quería ser chismosa ni nada. Es solo que

la voz me llamó la atención. Escuché amortiguadamente a la persona colgar en teléfono. 
Tomé la puerta y la abrí rápido. Al salir me encontré con un frustrado Will. Lo cuál no me sorprendió mucho. Cada vez que lo veía él parecía cabreado por algo. Me miró lentamente de arriba a bajo. Me sentí expuesta e incomoda al estar bajo su mirada. Mas aún en esta pequeña sala. 
-Hola-Dije neutralmente solo para no quedar como desubicada y pasé por su lado. 
-Hola.-Dijo con su melodiosa voz.-¿Decidiste aparecer? 
Aquello me desconcertó un poco. Me giro para mirarlo. 
-¿Aparecer?-Pregunté dudando. 
-No estabas.-Dijo aparentando que no le importaba.- Ayer, no te vi durante el almuerzo. 
-Decidí no ir a clases, es todo.-Dije confundida. Porque sabría él si voy o no a la cafetería, no es como si le importara tampoco. 
-¿Tuviste algún problema?- Se acercó levemente a mí. 
-No..-Inclino hacia atrás mi cabeza un poco para mirar sus ojos.-¿Por que el repentino interés? 
Su cara pareció cambiar. Tomó un gesto mas serio y me miró. 
-¿Interés?-Dijo con mofa.-¿Por qué tendría interés por ti?-Bufó al decir lo último. 
Mi ceja se arqueo con suavidad. Y lo miro tranquila. Hablar con mi madre me había dado un poco de paz, no dejaría que él lo arruinara con su asquerosa actitud. 
-Claro, olvidado.-Dije y me giré para terminar de caminar hasta la puerta. 
-Hey espera.-Sentí como tomó mi brazo para que me volteara. Quite rápidamente su toque de mí, ya que sentí un pequeño hormigueo por su tacto. 
Me miró de manera extraña. Abrió su boca y luego volvió a cerrarla. 
-¿Pasa algo?-pregunté para bajar un poco la rara tensión del momento. 
-No. Solo vete.-Su respuesta fue agria. Mordisqueo mi labio y retrocedo. 
Pero que raro era este hombre. 
Salí de la pequeña sala y camine aún confusa hasta los pasillos. El timbre había sonado hace unos segundos, pero yo seguía pensando en ese idiota. 
Ese hermoso idiota de ojos negros. 


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Capítulo 7

Los vestidores de aquí no son muy diferentes a los de mi antigua escuela. Los mismos casilleros para la ropa, duchas, y gran fila de bancas en cada esquina del camarín.

El uniforme deportivo era otra cosa. Se basaba en un buso azul oscuro, la camiseta era gris, simple, sin diseño ni nada.

Observe a las demás chicas con su atuendo deportivo, lucían bien. 

Mire mi reflejo en el espejo de la pared, ¿porque se me veía tan mal? Ok, hay que asumir que ellas llevan el tiempo suficiente aquí como para ajustar y moldear su uniforme. Pero yo no era la chica con el cuerpo mas extraordinario tampoco. 

Me gire y regresé a guardar mis cosas en el casillero mas cercano. 

Junté todo y lo metí en el pequeño compartimiento. Estaba a punto de cerrar la puerta del casillero cuando una mano me lo impidió.

Mi vista subió y vi a una chica de cabello negro, era casi de mi altura, quizá unos centímetros más alta. Tenía la apariencia de una niñera gótica y mala a la que los niños temen paguen sus padres para cuidarlos.

Me miró enarcando una de sus perfiladas cejas. Debo admitir que la chica parecía una muñeca punk.

-¿Ibas a ocupar este casillero?-Su voz sono inocente.-Creo que no.-Su mano viajó al interior y empujó mis cosas al suelo.

Mi gesto cambió de inmediato. 

-¿Que sucede contigo?-Casi grite al decirlo. Apretaba los dientes para no blasfemar.

-Ups. Lo siento pero este casillero lo ocupare yo.-Soltó

una pequeña risa. Pude notar que varias chicas nos miraban. Habíamos logrado llamar la atención.-Solo porque se me da la gana.-Aclaró.

-Sí, pues hay muchos mas disponibles. Dudo que sea justamente este el que necesites.-La empuje hacia un lado y tomé mis cosas del suelo. Las metí en el casillero y miré a la desagradable chica aún a mi costado.-Vamos, vete.-dije haciendo un ademán con mi mano. 

Las chicas mas cercanas a nosotras articularon un sonido de mofa. Incitando al pleito.

-Te crees muy fuerte y valiente empujandome maldita zorra.-Se acercó violentamente a mi, pero antes de que se aproximara demasiado Lou se cruzó entre ambas. Moví mi cabeza para mirar su expresión. 

Mi boca formó una perfecta "o", pude sentirlo. Lou sostenía en su mano una navaja. 

-¡Lou baja eso!-Me precipite a decirle totalmente asustada.

-Silencio Alice.-Su voz sonaba muy seria, de hecho, creo que es la primera vez que la veo con ese gesto de "asaltare a tu abuela" en la cara.-Muy bien Sasha, saca tu mano de tu bolsillo o te rajo el cuello.

La chica movió lentamente la mano de su pantalón, su cara parecía mas pálida, incluso con todo ese maquillaje negro encima.

-Está bien, muevan se cacatuas. Acabó el espectáculo.

Las chicas caminaron comentando lo sucedido. Yo estaba hecha una piedra. 

-Lou, q.que..Fue..-Ella me tomó por los hombros.

-Alice, tranquila.- soltó un suspiro.-a veces olvido

que no estas acostumbrada a estas cosas.-solté una risa involuntaria, pase la mano por mi cabello y la miré. Ella tenía razón, yo no estaba acostumbrada a estas cosas, pero aquí eran pan de cada día al parecer.

-Que ruda eres.-Le di un pequeño golpe con el puño en su brazo.

-Por favor, ella también tenía una navaja en su bolsillo.-Dijo mientras caminabamos hasta el gimnasio.-Es sólo por eso que me involucré.

-Ella causó alboroto de la nada.-hice con mis manos un gesto exagerado.

-Las chicas aquí suelen hacerlo. Pero te tengo fe, después de todo, golpeaste a un hombre con un batt de baseball.-reimos juntas ante ese comentario.

Llegamos y nos integramos al gran círculo de personas que estaban en la cancha. La maestra hablaba de correr por el circuito de obstáculos. 

Ya que el gimnasio era bastante grande era compartido con otra clase.

Había varios chicos jugando basketball en el otro lado del gimnasio. Seguramente ellos estaban a cargo del maestro de deporte masculino.

Lou y yo íbamos charlando mientras completabamos en circuito. Reiamos al imaginar como sería si ambos profesores de deporte tuvieran una relación.

Estábamos acabando el circuito cuando el balón de basketball llegó a nosotras. 

James apareció corriendo y lo tomó.

-¿Que tal todo chicas?-Preguntó secando su frente con la palma de su mano.

-Todo bien.-Dijo Lou.-Hoy utilicé la navaja que me regalaste.

-¿En serio.?-James abrió sus ojos sorprendido.-¿Porqué?

-La bonita de Sasha quizo pasarse de lista.-Se

encogió de hombros.

-¡Wow!-James comenzó a reír. 

-¿Que pasa contigo James?-Will estaba a las espaldas de James. Lo observe disimuladamente. Lucía increíble con ropa deportiva. Llevaba el cabello despeinado, la camiseta se le pegaba a la piel marcado sus músculos y parecía un poco enojado para variar. 

No pude evitar recordar lo de esta mañana, fue tan extraño.

-Dame el balón para continuar con el juego. Tú puedes seguir perdiendo el tiempo aquí.-Toscamente quitó el balón de las manos de James.

-¿Perder el tiempo?-Pregunté enojada.-Está hablando con nosotras, ¿que hay de malo en eso?.-Will me dedicó una hostil mirada, pero me ignoro volteandose para volver a la cancha.-Claro, vete.-Lou me miró alarmada. 

Will se detuvo y se giró para mirarme.-Cierra el pico Alice.-dijo Lou, poniendo una mano en mi brazo.

Ya estaba arta de eso. Todos lo respetaban como si el fuese a golpearlos si no obedecian. Era estúpido, no podía concederlo. No conocía bien a Will, de hecho no conocía a nadie en este maldito lugar a excepción de Lou y James, pero él y su grupito se podían ir a freír espárragos.

Lo miré señuda y me crucé de brazos. 

-Lamento no ser como los demás.-Dije enojada.-Pero no me parece correcto nada de esto ¿Por qué eres intocable?-Pregunté fuertemente.-Deberían darme buenas razones o no cumplo con la parte del acuerdo de todo este teatro.

Will me miró furiosamente, se acercó veloz a mí. Me tomó por el brazo y me sacudió. James se acercó para alejarlo, pero Will hizo un gesto agresivo para que no se acercara.

-Estúpida entrometida, estas acabando con mi paciencia.-Will apretaba la mandíbula fuertemente.-No quiero mas de tus comentarios inútiles. ¿Entendido?-Pase saliva y asentí lentamente. 

Me soltó y se alejo de mí. Lou me abrazo y dijo que yo era una tonta. Que no debía preguntar cosas tan a la defensiva y mucho menos exigirlas en voz alta.

Pero, ¿Que querían que hiciera?

Nadie me da respuestas para ayudarme a entender este extraño lugar.


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Capítulo 8

Estaba irritada, muy irritada. Me gire bruscamente hacia Lou. Quité su mano de mi brazo y la enfrenté. 

-No me está agradando nada de esto Lou!-puede ser que mi voz se haya elevado mas de lo que pretendía.-No puedo fingir que aquí no sucede nada raro. Tú y también James. Ambos son igual de ridículos que ellos! 

Lou me dio un pequeño golpe en el hombro. Su expresion era notablemente cabreada. Me agarró del mismo hombro que había golpeado y me acercó a su cara. 

-No te comportes como una idiota Alice.-Dijo entre dientes. 

-Como quieres que no me comporte como una idiota. ¡Esto es de locos! 

James intervino en la conversación, tomó mi barbilla e hizo que lo mirara.-Podrías ser un poco mas discreta Alice. 

Suspire derrotada, y asentí levemente con la cabeza. Está bien. Quizá hay cosas que suceden aquí mas allá de mi comprensión, este es un mundo nuevo para mí. Aún así no me quedare de brazos cruzados. Puede sonar obstinado, pero me mata el que todos actúen de forma tan sumisa. Todos estos delincuentes rebajados por un delincuente mayor. 

-Solo, quiero comprender. Es difícil adaptarse cuando las cosas son tan complicadas.-Me encogí de hombros. 

-Muy bien Alice.-Lou se me acercó ya mas tranquila.-Hablaremos en la cafetería.-James asintió de acuerdo. 

Espere ansiosa a que la mujer de la cafetería sirviera un poco de arroz en mi bandeja. Tomé un poco de aderezo y camine hasta la mesa de siempre. 
Evite mirar la mesa de Will. No quería verlo,

la verdad es que después del zangoloteo de la clase de gimnasia tenía suficiente. 

Cuando me sente Lou y James hablaban entre ellos. 

James fue el primero en hablar. 

-Bueno, Alice ¿Que es lo que quieres saber? 

-Pues, todo. 

James se acomodó en su asiento. Me miró detenidamente. -El caso es que, aquí como ya sabes rige la ley del mas fuerte.-solté un bufido.-A lo que me refiero con esto, es que nadie te obliga a seguirla. Pero al final lo terminas aceptando. 

-Entonces, estás diciendo que puedo ser diferente, incluso cuando ustedes me exigen no lo sea.-Lou me miró sobre su tenedor con comida.-La ley del mas fuerte, ¡ja! ¡Son como animales! 

-Escucha Alice.-James tomo mi mano por sobre la mesa.-La cosa no termina así.-Hizo un gesto contraido con su cara -cuando con Lou llegamos aquí todo este asunto estaba a fuego vivo. Éramos nuevos, más inmaduros, y mucho más rebeldes. 

»No nos conociamos bien en aquel entonces, pero ambos pasamos por el mismo proceso. 
El grupo de Will, antes era mas reducido.-James hizo un movimiento con su cabeza hacia la mesa de mas allá, donde esos gorilas almorzaban.-Máx, Scott, Marcus un chico que ya salió y Will. Ellos estaban dando comienzo a esta etapa de reinado.« 

Negué sin comprender lo que realmente quería decir. Él me daba información pero nada concreto.-Lo siento, pero me cuesta entender ¿Cuál es el punto de esto? 

Lou suspiro pesadamente.



-Hubo un chico Alice -ella bajo un poco el tono de su voz.-Cuando todo comenzó, hubieron varios aquí que no estaban deacuerdo con esto. Porque, es estúpido, lo sé, pero un día Will se paró en esa mesa. Justo la misma mesa en la que ahora come tan tranquilo. La cafetería estaba repleta, él hizo callar a todos y comenzó a dar todo tipo de reglas. No era un secreto que ellos manejaban todo el contrabando de alcohol y papeleos de este lugar. 

»Will dijo que las cosas cambiarían, que no sería nada fácil conseguir un favor por parte de ellos. Él hablaba con autoridad, como si todos fuesemos escorias. Estamos en un lugar de personas llevadas a su manera. Y mientras Will hablaba un chico de penúltimo año lo interrumpió. Lo criticó fuertemente y lo desafío frente a todos.-Lou paso una mano por su cabello rojo.-Puedo recordar perfectamente la sonrisa en la cara de Will. Era como si esperara ese momento, como si quisiera que alguien lo desafiara para demostrar las consecuencias de llevarle la contraria. 

Él no hizo nada ese día, sólo porque no es estúpido. Esperó dos días Alice. Cuando las cosas se calmaron un poco, el mismo chico de la cafetería terminó en el fondo de la piscina.-Lleve mis manos a mi boca instintivamente.

-Lograron sacarlo a tiempo.-Dijo James.-Pero estaba tan traumado que no pudo hablar por dos semanas. La directora lo envió a casa. No se culpó a nadie, ya que las autoridades creyeron que fue

un accidente. 
qTodos sabíamos que ese era el claro mensaje de Will. Nadie volvió a desafiarlo, y es por eso que Lou y yo tratamos de mantenerte al margen. No queremos nada malo para ti. Las cosas estaban bastante tranquilas hasta que llegaste. 

La verdad es que todo esto me tomaba un poco por sorpresa. Admito que imaginaba algo mas pandillero al estilo de las películas, como el chico lider por popularidad. No a un matón que ahogaria a alguien para demostrar un punto. 

Ese día estuve pensando mucho en lo que me habían revelado. Esto era un régimen de liderazgo por miedo. 

Caminé pensativa hasta el viejo roble. Las clases habían terminado hace un rato y faltaban algunas horas para el toque de queda. 

Me senté a los pies del gran árbol. Elevé mi cabeza al cielo y miré las nubes. Lloverá, eso era seguro, pero necesitaba estar sola y reflexionar un poco. 

Junté mis rodillas y las llevé a mi pecho, pose mi cabeza en ellas y me refugie con mis brazos estuve así un buen rato.

Estaba atenta a mi alrededor, podía oír como alguien se acercaba. Extrañamente no hice ni un movimiento. Sólo espere. 

Sentí como alguien se acuclillaba frente a mi. Levante mi cabeza y vi a Will con una rodilla en el suelo y la otra doblada. 

Me logré enderezar rápidamente, el miedo me tomó por sorpresa. Por alguna razón pensé que tal vez querría hacerme algo como al chico de la piscina. 

Estábamos lejos de los edificios, era

perfecto herirme en este lugar. Busque apurada una escapatoria. 

-Hey.-Dijo posando su mano en mi brazo.-Tranquila.-su voz sonaba extrañamente calmada. No confiaria en eso. ¡Claro que no! 

-Escucha, lo siento.-dije aceleradamente, mi pellejo estaba en juego. Lo sé, puedo sentirlo. Llegó hasta aquí solo para engatusarme y luego jugar a los ahogados conmigo.-No quise entrometerme ni nada. Respeto esto, no a ti por supuesto, creo que es algo totalmente ridículo, pero no quiero problemas, en serio.-Admito que conocer parte de la historia había quitado un poco de mi coraje. Aún así no estaba segura sí mi consternación se había ido totalmente. 

-Pareces un pequeño ratón asustado.-una sonrisa apareció en su rostro.-¿Dónde está esa chica contestona y tan valiente de esta mañana? 

Mis labios se apretaron formando una línea. 

Se acercó mas a mi. Como reflejo pegue mi espalda al tronco. 

-No te acerques o te golpeare.-Adverti con voz temblorosa.-no me interesa quién seas ni nada. No estaré lo suficiente aquí para querer averiguarlo.-Mentí. 

Me miró con una seja alzada. Volvió a cortar distancia conmigo, pero puse ambas manos en su pecho y lo empuje. 

Se tambaleo un poco hacia tras y yo tomé ventaja para ponerme de pie. 

Él estuvo a mi lado casi de un salto. Me aleje lo más que pude y corrí en dirección contraria. 

Mientras corria lejos de él entre los árboles comencé a cuestionarme. ¿Por qué corría? No podía ser tan estúpida como para seguir su juego. 

Me detuve abruptamente y decidí encararlo.

Cuando me detuve y me gire, él ya estaba allí. Cruze mis brazos dispuesta a dar una buena pelea. 

Él se acercó velozmente a mí, me tomó por el brazo y me acercó de un tirón a su cuerpo. Su cabeza bajó tan rápido, que no alcance a reaccionar cuando su boca chocó con la mía. 

Gemí por la impresión, puse mis manos en su pecho en un intento de alejarlo. Él posó una mano en mi cabeza y gruñó ante mi intención de alejarme. 

Pasó su otra mano por mi cintura, apretando se más contra mi. 

Se separó un centímetro de mi boca y me miró.-Relajate.-Pidió mientras acariciaba mi mejilla.-Por favor, estás tensa.
¿No era obvio el porqué?

Ahora debería alejarme, es el momento propicio para moverme lejos de él. Abrí mis ojos y lo miré. Dios, que bello es de cerca. 

Mis manos subieron por su pecho, hasta llegar a su cuello. Cerré mis ojos instintivamente y contra todo razonamiento lo bese. 

No se que estaba pasando realmente, pero quería besarlo. 
Él me apretó mas fuerte, su boca tomaba la mía casi con desesperación. 
Retrocedí hasta que encontré apoyo de un árbol. Will puso ambas manos en mi cintura y me levantó para quedar a su altura. 

Me separé de él con la respiración agitada, abrí mis ojos y lo observé. Una sonrisa de lado apareció en su rostro. 

-Tenía muchas ganas de hacer ésto-sonreí por ello. Miré hacia arriba al sentir algo húmedo caer en mi mejilla. 

Estaba comenzando a llover. No era muy fuerte, pero mi cabello pronto estuvo mojado. 

Will volvió a capturar mis labios, la verdad es que

no estaba pensando con claridad. ¿Porque lo estoy besando? 

No importa mucho, estoy en el cielo. Su lengua irrumpió en mi boca sensualmente. Tome su cuello y lo empuje mas cerca de mi. 

De pronto el sonido de alguien acercandose nos alertó. Will se separó rápido de mí. Sacó sus manos de mi cintura y toque violentamente el suelo con mis pies. 

En un segundo él estaba a varios pasos de distancia. Lo miré extrañada. Su cara se torno seria. 

Scott y Máx aparecieron entre los árboles. Cuando nos vieron se detuvieron en seco. Nos miraron confundidos. 

Scott pasó una mano por su cabeza moicana.-Will, hermano, ¿Que haces aquí? Estuvimos buscandote. 

-Nada.-Will sacudió sus manos como si tuviesen tierra.-Estaba caminando por aquí cuando me encontré a la novata.-se encogio de hombros. 

-Hay que terminar con el pedido Will.-Máx me miró de reojo y se acercó más a Will para hablar confidentemente. 

No pude oír lo que hablaron, pero Will asintió. 

-Falta poco para el toque de queda, esperenme en el edificio, iré por los papeles necesarios para terminar todo.-Máx y Scott asintieron. Y yo estaba en un completo segundo plano. 

-Will..-Lo llame pero me ignoro.-¡Will!-Dije un poco mas fuerte. 

-¡¿Que quieres novata?!-Su contestación fue agresiva. Lo mire dolida. ¿Que le pasaba? 

Al ver que no contestaba se giró y le comentó algo a Máx. 

-¿Que tal todo Alice?-Preguntó Scott agradablemente. 

Observe a Will, y luego a Scott.
-Todo bien.-Dije con voz neutral. Fingí una pequeña sonrisa.-Ya es tarde, y esta lluvia me provocará un resfriado, adiós Scott. 

Pasé por su lado sin mirar a nadie. Mi ropa ya estaba mojada, mi cabello también y yo estaba dandome golpes mentales por ser tan estúpida. 

Quizá hubiese sido mejor jugar a los ahogados


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Capítulo 9

Al día siguiente me levante de manera mecánica. La noche anterior cuando llegué a la habitación me abstuve de contarle a Lou donde había estado.

Tenía la cabeza hecha un manojo de líos. 

Ese chico, que me ha tratado de forma bruta desde que llegué a este lugar, me ha besado sin mas ni menos dejandome toda embobada, y luego me ignora completamente, como si nada hubiese pasado. Will estaba loco si pensaba que yo estaba para sus juegos.

Es por eso que esta mañana decidí que actuaría con normalidad, no me permitiría que un idiota como él me usara. Después de todo tengo un orgullo.

Caminé por los pasillos en dirección a mi clase de música. Al llegar al salón me senté en el primer puesto vacío que encontré. Adoraba esta clase, lograba que olvidara un poco toda la situación, los problemas judiciales y las tribalidades.

Cuando el timbre sonó me levanté desganada, tenía matemáticas y eso no me emocionaba mucho.

Salí al pasillo y caminé rápido a mi casillero. Al llegar guarde mi libreta de música y saqué el libro de matemáticas. Lou paso por el pasillo y gritó a la distancia que me diera prisa. Cerre mi casillero dispuesta a correr al salón de matemáticas, pero al voltear me encontré a Will muy cerca. Pegue un grito ahogado y apreté el libro en mis manos.

-Hola.-Dijo con una sonrisa en su rostro. Solo lo miré y pase por su lado.
¿Porque me hablaba? Sólo logra confundirme.

-¿Que pasa contigo?-preguntó tomando mi brazo. Miré mi

alrededor, ya casi no quedaba nadie en los pasillos.

-No, ¿Qué es lo que pasa contigo?-dije impulsivamente.-¿Eres bipolar o algo?-él me miró confuso.-Solo alejate de mí.

Quité su agarre de mi brazo y caminé hasta el salón de matemáticas. 

El resto de mis clases las pasé frustrada, miraba la hora en mi reloj de mano, pronto sería la hora del almuerzo y volvería a verlo. 

Cuando el timbre sonó camine desganada hasta la cafetería, James me encontró por el camino. Mi ánimo subió rápidamente, él me contaba acerca de como Lou había destrozado una de las ventanas de la clase de arte. Ella tenía detención en la hora de la comida.-Bueno, seremos tu y yo chica de humo.-James movió sus cejas de arriba a bajo. Reí por el gesto.

-¿Chica de humo?-pregunté mientras llevabamos nuestras bandejas hasta la mesa.

-Tus ojos.-se acomodó en su asiento.-Son muy grises.-Puso su mano en su barbilla e hizo un gesto pensativo.-Más como las nubes de un día frío, hay un poco de celeste allí.

-¿Y como es tu apodo de ojos? ¿Chico césped?

-¡Claro que no Alice!-Me dijo ofendido.-¡Puedes inventar algo mejor que eso!

-¡Pero son verdes!-Me defendí.
Tomé una patata y se la arroje riendo.
Mientras James hacía una cara de burla, una chica se acercó a nuestra mesa.

-Hola James.-Dijo pasando de mi.

-Hola Tiffany.-James la saludo amistosamente.

-¿Iras a la fiesta de esta noche?-Su pregunta sonó muy coqueta. Mi entrecejo se frunció. ¿Como

haces sonar tan coqueto y sensual una frase tan normal?

James la miró sobre su tenedor.
-¿Fiesta?

-Es raro, pero los volantes llegaron a nosotras, creí que ya tendrías uno.-enrredó un mechón de cabello en su dedo. Yo por otra parte le dedique toda mi atención a mi comida.

-Bueno espero llegue a mi puerta mi volante.-James continuó comiendo. La chica lo miró esperando que él dijera algo más, pero al ver que no lo hacía se marchó.

-Eres impresionante James.-Dije riendo. Él me miró extrañado.-Esa chica estuvo en plan de coqueteo en todo momento. La despachaste como si nada.

-Bueno, no sé. ¿Que más da?-James es un chico guapo, es normal que las chicas sean coquetas con él. Pero es su actitud la que no entendía.

-¿No estás interesado?-Pregunté.-La chica se arriesgó a venir a aquí y hablarte.

-Bueno, no estoy interesado en nadie más, eso es todo.

-¿Nadie más?

-¡Que curiosa Alice!-Lanzó un espárrago en mi dirección. 

****

Lou se paseaba por el dormitorio lanzando prendas por todas partes.

-No puedo creer que hagan esto sin aviso anticipado.-Dijo mientras se probaba un top-Es raro, dos fiestas en un mes. 

-¿Eso es malo?

-No, pero esta vez es distinto. ¿Recuerdas la primera fiesta?-Asentí mientras encrespaba mis pestañas.-Esa era la típica fiesta del cambio de guardia. Mucha gente

y poco espacio.-Lou comenzó a peinar su cabello rápidamente.-Esta vez nadie fue avisado. Se entregaron volantes.-ella me mostró el papel con un signo extraño en el.-Por lo cual solo un pequeño número de invitados va.

-¿Y porque vamos tu y yo?

-Chica nueva, James y yo tenemos otro estatus.-rió ante su propio cometario.-Tienes suerte de ser nuestra amiga.

Le lancé un pantalón en la cara.
-No, en serio. ¿Por qué vamos?

-No lo sé. James y yo llevamos un buen tiempo aquí. Hemos asistido a cada cosa ilegal de este lugar.

-Pero, ¿Que hay de mi?

-No sé, pero eres nuestra amiga.

Al oír aquello sonreí.-¿Amiga?

-Sí Alice, eres mi amiga.-se encogió de hombros.-Ya deberías saberlo. Después de todo, no defiendo a cualquiera en los vestidores.
Sonreí agradecida al recordarlo.

-Gracias.-Dije aún sonriendo.

-Ya Alice, no hagas que me arrepienta.-Me largue a reír mientras continuaba arreglandome.

Cuando salimos de la habitación el pasillo estaba en silencio. Caminamos hasta la escalera y bajamos con cuidado. En lugar de salir por el costado como la vez anterior, nos movimos hasta el baño del edificio. Lou abrió una de las ventanas y con cuidado salimos.

Ya había oscurecido, por lo cual caminamos hasta la muralla mas cercana.

A la distancia pude distinguir a dos guardias de turno en la puerta del edificio. Ambos parecían estar muy entretenidos

conversando.

-Hay un pequeño compartimiento por aquí Alice, sigueme.-Lou se pego a la pared buscando algo. De pronto abrió un pequeño agujero. 

Cuando salimos nos encontramos con varias ramas. Caminamos hasta llegar a una puerta de madera, la cual se camuflaba perfectamente entre la naturaleza.

Entramos a una especie de pasillo, Lou daba pequeños saltitos hasta la puerta del fondo. Se oía musica, y las voces de las personas al otro lado.

-Esto es genial.-Dijo Lou cuando estuvimos dentro del lugar. 

Para ser una fiesta prácticamente exclusiva estaba repleto. Las personas bailaban, amontonados en una pista de baile. Las luces de neón hacían difícil observar bien las caras. 

-Vamos por un trago.-Gritó Lou sobre la musica. La seguí entre las personas, había una barra de licores en el otro lado de la sala.

Era increíble que todo esto esté en este lugar, es como si no estuvieramos en el internado.

-¿Que quieres tomar guapa?-Un chico de camisa negra se encontraba tras la barra. Miraba directamente a Lou.

-Dame un par de cervezas.

El chico se giró y abrió un pequeño congelador, tomo dos coronas, las destapó y se las entregó.

-Gracias.-Dije recibiendo la botella.

-Vamos a bailar.-Dijo Lou dando un trago a su botella.

Asentí y camine junto con ella hasta la pista de baile. Había mucha gente, algunas nos empujaban o nos pasaban a llevar mientras bailaban.

Nos moviamos con la música, dando saltitos y riendo

cuando James apareció. 

-¿Como nos encontraste?-Pregunté riendo.

-Ese cabello rojo no pasa desapercibido para estos ojos.-Dijo y rió. Lou le dio un golpe en el brazo.

La música se torno mas suave, pero no lenta. James tomó a Lou y comenzó a darle vueltas mientras ella reía.

-¡Chicos voy al baño!-Grite sobre la música, ambos asintieron mientras seguían bailando juntos.

Cuando logre salir del tumulto de personas, camine hasta la barra, aún tenía la botella llena de cerveza. La verdad es que odiaba la cerveza tanto como el vino tinto.

Llegué a la barra y deje la botella ahí. El chico de camisa negra, el cuál seguramente estaba haciendo de barman, me miró con una ceja alzada.

-No hay devoluciones chica.-Dijo mientras secaba un vaso con un paño.

Sonreí incomoda.-No, bueno, no la quiero, no me gusta.

-Eso cambia todo ¿Que trago quieres?-Negue con la cabeza. -Vamos, hoy es noche gratis.-Eso me parecía extraño ¿De donde sacaria dinero para pagar una cerveza? Todo mi equipaje fue confiscado antes de instalarme.

-No, en serio. No quiero nada.-Él asintió.-¿Podrías decirme donde está el baño?

-Claro ¿Logras ver esa puerta del fondo?-Asentí.-Bueno esa no es.-Lo miré con reproche y el rió.-Los baños están en el fondo. Hay un pasillo a la derecha, no te pierdas.

Asentí y comencé a caminar. Llegué al pasillo y observe que habían dos puertas. 

No me fue difícil adivinar cual era el baño.

Cuando estuve dentro, moje mi cara con el agua fría. Miré mi reflejo en el espejo. Arregle mi cabello, estaba un poco enmarañado.

La puerta se abrió de golpe. Me hice a un lado y vi a Will entrar. 

Se cruzó de brazos y apoyó la espalda en la puerta. Lo mire incrédula.

-¿Que estas haciendo?-Pregunté aún atonita.

-Silencio Alice-Su tono autoritario no me agradó en absoluto. Me sente sobre la tapa del inodoro y espere a que hablara. Su postura era intimidante y por un momento decidí que lo mejor sería no llevar la contraria. Él parecía irritado. 

-Tú y yo vamos a tener una pequeña charla niña bonita.

Y eso era todo. Estaba muerta.


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Capitulo 10

-¿Una charla?-Pregunté nerviosa. 

Éstas son ese tipo de situaciones en las que no sabes como comportarte. 

Aleje mi vista de su rostro y me concentré en sus botas estilo militar. Aprete las manos en mi regazo y conte a hasta cinco. Antes de volver a levantar la mirada, puse una expresión serena en mi rostro. 

-¿No piensas hablar?-Pregunté. No lo observaba directamente, más bien, miraba un punto fijo tras él.

-¿Te has puesto a pensar porque estas aquí Alice?-Mi entrecejo se frunció. 

¿Que clase de pregunta era esa?

-Yo se porque estoy aquí. Entre a este lugar por orden de un juzgado.-una sonrisa apareció en mi boca, pero desapareció al ver el gesto burlesco en la cara de Will.

-No me refiero a eso.-hizo una pausa y me miro detenidamente.-Hablo de esta situación.

-He pensado varias razones, pero aún no me convence ninguna.-Solté un bostezo fingido y lo mire aburrida mientras me ponia de pie.-Bueno, si eso es todo, volveré junto a mis amigos. Deben estar preocupados.

Will se acerco a mi y me empujó por el hombro hasta que estuve otra vez sentada.

-Voy a proponerte algo y espero lo aceptes.-Su tono había cambiado. Parecía despreocupado. Volvió a poner su espalda contra la puerta.-Con los muchachos hemos hablado. Están inquietos.-relajadamente tomó uno de los adornos del espejo. Jugó con el en su mano mientras me miraba.-Tenemos una vieja costumbre

en este lugar. 

Las manos me comenzaron a sudar. Pasé las palmas repetidas veces sobre mis pantalones para secarlas. 

-Estas nerviosa Alice.-Eso ni siquiera fue una pregunta, si no mas bien una afirmación.-Verás niña, no acostumbro a esperar tanto para iniciar el juego. Pero debo admitir que tu grosera forma de expresar tus opiniones me causó bastante gracia. 

Abrí mis ojos sorprendida.-¿Gracia? Por favor, parecías de todo menos entretenido con mi actitud.-Puse la espalda recta y lo enfrente-¿Además de que juego estas hablando por todos los cielos?

Una media sonrisa apareció en su boca.
-Los nuevos son recibidos y atendidos de la mejor manera por los muchachos y por mi. Debo admitir que llevamos un tiempo sin cumplir con la tradición, pero ¿Porqué no retomarla ahora?

Mordisquee mi labio inferior nerviosa. Will se había aproximado un poco y al estar sentada su altura era el doble de intimidante.

-No comprendo aún cual es el punto de todo esto. Si quieres hacer algo en mi contra ¿Por que no lo haces y ya? En vez de estar discutiendo conmigo.

-Dije que te haría una propuesta.-Se puso de cuclillas frente a mí, quedando a mi altura.-Tienes dos opciones Alices, la primera es aceptar ser la esclava del grupo.-abrí mi boca para protestar, pero me detuvo antes de volver a hablar.-Dejame terminar.-Ordenó con voz demandante.-Con esclava quiero decir que harías algunas tareas por nosotros, no será nada complicado, tu solo debes obedecer

por un lapso de tiempo indeterminado. La segunda opción es que no aceptes mi propuesta, pero serías tratada y humillada cada día por cada uno de los muchachos.

Se puso de pie y me miró sonriendo. -Es la tradición, además creo que hemos sido muy buenos contigo. Otros aún no cruzaban la puerta de la cafetería cuando los moliamos a golpes.

Lo mire aturdida. Mis manos ahora temblaban y no podía parar de morder el interior de mi labio inferior. Dios ayudame. 

Me puse de pie rápidamente y camine hacia él. Lo tome de la camiseta en dos puños.-¡No puedes hacer algo así!

Él tomo mis manos y las alejó de su cuerpo.-Ya lo hice.

-Pero..pero, utedes son todos unas bestias si disfrutan dañano a una mujer.-La voz me temblo al decir aquello, pero logré apretar los dientes.

Will me miro con expresión incrédula. Y luego rió mientras yo lo miraba atonita.

-¿Mujer?-Preguntó con fingida ignorancia.

-Sí, mujer.-Afirme. Puse ambas manos en mis caderas.

-Físicamente lo eres, eso puedo verlo.-Me miro de arriba a abajo.-Pero tu actitud es la de un muchacho. Así que toma tu decisión machorra.

Me sentía indignada. Nadie nunca me había comparado con un hombre, no de ésta manera claro. 
Estuve dos minutos en silencio ante su estricta mirada, buscando algo con lo que defender mi herido autoestima.
A mi mente llego la imagen del beso que nos dimos.

-Y si soy toda una machorra ¿Porqué me besaste el otro día?-Sonreí triunfante al ver un repentino gesto de sorpresa cruzar su mirada, pero pronto volvió a estar sereno.

-Un pequeño

desliz.-Se giró y me dio la espalda. Abrió la puerta y volteó el rostro para mirarme.-Tienes cinco minutos para dar una respuesta. Si no cumples, daré la orden para que los muchachos actúen. Volvió a voltear, pero antes de salir dijo-Quizá solo quería probar si eras habilosa con la boca, pero al ver que no sabes ni siquiera como dar un beso, no tratare de que los chicos sean suaves contigo.

Para cuando él se hubo ido, mi labio dolía por todo lo que lo mordisque. Mi cabeza era un manojo de problemas. 
No pensaba aceptar la ridícula propuesta de ser su "esclava". Dios, hasta el nombre que usó era insultante.

Me humilló al hablar así del beso que nos dimos el otro día. Por todos los dioses, no debería importarme lo que ese idiota piense de mi. Pero terriblemente me importa, porque a mi si me gusto el beso. Porque estuve embobada toda la noche pensando en ello y ahora me siento totalmente patética.

Me puse de pie y me acerque al lavamanos. Decidí que no me rebajaria ¿Que podría hacer él en mi contra? Quizás undir mi orgullo mas de lo que ya esta. Dudo que se atrevan a golpearme. Eso podría ser lo peor que podrían hacerme, pero no lo creo capas de tocarme. 

Salí del baño y caminé hasta la pista de baile. No me esmeré en buscar a Lou o a James, solo me quede cerca de la barra. Me senté en uno de los taburetes del lugar y observe a la gente bailar. 

Todo iba de mal en peor. Solé un pesado suspiro derrotada. 
Me gire en el taburete y me apoye en la barra.-¡Hey, tú!-Llame al barman. Cuando este me prestó atención le pedí que me diera

algún trago a su elección.

Llegó a mi, luego de unos minutos con un vaso lleno de un liquido anaranjado. No se mucho de tragos, rara vez bebo, por lo cual decidí preguntar que era.

-¿Que es esto?-Pregunté mirando el vaso.

-Vodka de naranja.-Él hechó un vistazo a su reloj de muñeca y luego a mi.-Será mejor que lo bebas ahora, o luego no podrás.

Cuando le pregunté el porqué de esa afirmación, me ignoro alejandose de la barra.

Despreocupada tome un trago del vaso e hice una mueca cuando el liquido raspo mi garganta. Decidí dejar el intento de beber. Me gire nuevamente en el asiento aún con el vaso en la mano. Observé a las personas moverse al ritmo de la música. Algunos reían entre ellos, y otros charlaban mientras bailaban. 

Al ver como los demás compartian mire a mi al rededor y un sentimiento de soledad me abrazó. 

-¿Alice?-Oí llamar mi nombre, a mi lado apareció Scott y sin saber el porque, sonreí al verlo. 

Scott tenía cara de chico malo y también de niño malcriado. Si bien cuando lo conocí me pareció aterrador, con los días pude ver que es una persona muy sociable. Compartimos la clase de Física, y aunque él siempre llegaba tarde al salón, me saludaba al pasar por mi mesa. Al principio creí que lo hacía para molestarme, ya que solía gritar "¡¿Que tal chica nueva?!", pero al ver que con los días continuaba haciéndolo, decidí devolverle el saludo.

Él era muy agradable, dentro de lo que aquí puede llamarse agradable. Por lo menos no me estaba insultando cada vez que puede como Will.

-Hola Scott.-Dije aún sonriendo.

-¿Por

qué tienes esa sonrisa en a cara?-Preguntó mirando me extrañado.

-No lo sé.-Me encogí de hombros. No admitiría que me agradaba verlo.

-Ya chica nueva, deja de sonreír-Pasó una mano por su cabello moicano y me miro de forma extraña. 

De pronto mientras miraba a Scott algo frío cubrió mi espalda. Pegué un pequeño grito por la sorpresa. Me quede congelada en el taburete, mientras sentía el frío líquido recorrer mi columna. Miré a Scott con los ojos abiertos. Una mirada de culpabilidad cruzó por sus ojos. Se acercó mas a mi y me tomó por el brazo. Me puso de pie en un tirón y al hacerlo sentí el liquido llegar mas abajo. 

Máx y otro chico al que no reconozco aparecieron en mi campo de visión. Ambos llevaban cuerdas en sus manos, junto con dos baldes; los cuales ahora estaban vacíos.

Antes de que pudiera adivinar lo que podía suceder, Scott me tomó fuerte por las manos, apretando el agarre para que no hullera. Lo miré desesperada, pero solo me ignoro mientras dejaba mi vaso en la barra.

Máx se acercó y le facilitó una de las cuerdas a Scott, el cuál la tomo y logro atar mis manos mientras yo le propinaba patadas a medias, en un intento de forcejeo.

-¡¿Que crees que estas haciendo!?-traté de soltarme pero el otro chico al que desconocia me tomó por los hombros.

Cuando estuve totalmente inmovilizada la música se detuvo. Will apareció llamando la atención de todos. Se subió a la barra y espero que todos guardaran silencio.

-Estimados compañeros.-Dijo

sonriendo.-Hoy es una gran noche. A nuestra gran comunidad se a unido la señorita Alice Foster.-De pronto toda la atención se centró en mí.-Y como muchos recordaran, antes soliamos cumplir la vieja tradición de bienvenida. Es nuestro deber recibir a la gente nueva, así que hoy, daremos comienzo nuevamente a las viejas costumbres.

Si Scott no hubiese tapado mi boca con su mano, le habría gritado unos cuantos improperios a ese infeliz malnacido de Will.

-Me gustaría que supieran que organizamos esta fiesta, con el fin de que un grupo selecto, tuviera el honor de presenciar el comienzo de la bienvenida de la señorita Alice.

Entre la multitud puede ver a Lou y a James con la cara descompuesta. Ella tapaba su boca horrorizada y James parecía enojado. 

Trataba de mantener la mente serena. No me afectaría nada de lo que él haga, si consigue lo que desea dará paso a que continúe. No le daré ese gusto.

Máx y Scott me trasladaron hasta un extremo de la sala. Me sentaron en una silla pegada a la pared. 

Comencé a patalear cuando Scott intentó atar mis pies a las patas de la silla.-Quieta Alice.-Scott volvió a tomar mi pierna y la amarró con facilidad.

-Bueno chicos.-Will volvió a llamar la atención de todos. Me miraba de vez en cuando con una sonrisa en la boca.-Les agradecería que hagan un espacio en el sector de la puerta. Como todos saben, este pequeño lugar de reuniones clandestinas alguna vez fue parte del gimnasio ¿Que opinan de dar un paseo hasta la piscina?.

Abrí mis ojos mas de lo normal, totalmente asustada. Las personas que presenciaban el espectáculo parecían entretenidos, algunas chicas me miraban con burla y otros reian.

¿Que clase de personas son estas? Si bien son todos unos delincuentes, deben estar muy mal de la cabeza para disfrutar del daño ajeno. Este lugar, el encierro, el convivir a diario con personas igual o peor que tu, te causa esto. Decidí que esa era la respuesta mas segura.

Quería creer que eso sería.


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Capítulo 11

Exhale fuertemente y luego trate de volver a llenar desesperadamente mis pulmones de aire. Mi respiración es agitada y estoy tratando de controlar el impulso de perder el control al saber que volverán a hundirme otra vez en el agua.

Luego de que Will convenciera a todos de que sería maravilloso darme la bienvenida en la vieja piscina, fui trasladada con silla y todo hasta lo que antes fue un gimnasio.

La piscina olímpica estaba hasta el borde con agua. El lugar parecía salido de una película de terror.

Con las paredes sucias y llenas de musgo, el suelo con abundante tierra y basura, la piscina parecía el peor lugar para darse un baño.

Por el aspecto del agua estaba claro que no se habían dado el tiempo de quitar la mugre y la tierra cuando volvieron a llenarla.

Mientras Scott y Will me trasladaban hasta la orilla de la piscina, pude ver a Máx y otros dos chicos fijando una cuerda en uno de los pilares del galpón.

Will tomo el extremo de la cuerda y la amarró a mi silla. 

Mire a todos los demás observar la escena desde el lado opuesto del lugar. 

-Muy bien, comencemos.-Dijo Will mientras tomaba el respaldo de la silla y lo inclinaba hacia delante. Apele a toda mi fuerza para no perder el equilibrio estando de cara al agua.

Sentí a Will inclinarse y rozar mi oído.-Hay por lo menos dos metros veinte de profundidad.-Susurró suavemente.-Si te dejo caer no te dolera.-Y cuando terminó de decir aquello me empujó al agua.


Al no tener tiempo suficiente para tomar aire rogue poder resistir un buen tiempo antes de ahogarme.

Aún amarrada a la silla me hundí hasta tocar fondo.

Sentí los segundos pasar de manera eterna y mis pulmones ardieron al no poder tomar el aire que necesitaba.

Fui sacada del agua y logre respirar con dificultad.

Hicieron el mismo procedimiento tres veces. Me sacaban por unos segundos del agua y luego volvian a hundirme.

El cabello se me había pegado a la cara y mi ropa pesaba. Estaba expuesta ante la mirada de todos, las lágrimas rodaban por mis mejillas, pero eran fácilmente disimuladas por el agua que me escurria.

-¿Que opinas Will, deberíamos volver a bajarla por última vez o ya tuvo suficiente?.-Dijo Máx con una sonrisa en la boca.

No levante la mirada cuando oí a Will decir que necesitaba otra hundida más.

Volvieron a sumergirme y mientras tocaba fondo, trate de mantener la calma. 

Paso un momento que para mi fue eterno. Mis pulmones ya no resistian más. 

Asustada al ver que había pasado mas tiempo del que podía durar, trate de quitar el amarre de mis manos. Forcejeo con la cuerda pero no consigo quitar el nudo. El esfuerzo solo logra que me descontrole.

Sin poder evitarlo comienzo a botar el poco oxígeno que me queda. Mi garganta se cierra cuando trago un poco de agua.

Sentí un suave movimiento de la cuerda, pero soy incapaz de reaccionar.

Siento el cuerpo cansado y la leve sensación de desvanecimiento me arropa.

En un lapso de minutos estoy fuera de sintonía. No se que sucede. Escucho gritos.

Estoy sobre algo duro, probablemente

sea el suelo. Mi cuerpo está entumecido y tengo mucho frío.

Trato de regular mi respiración, el oxígeno llegó a mis pulmones violentamente, siento como si fuera un grifo expulsando agua.

Quiero abrir mis ojos, pero no puedo.




Mi cuerpo es alzado y me siento como un peso muerto.




La alarma de mi despertador suena a lo lejos. La neblina del sueño se disipa.

El sol pega en mis ojos cuando los abro. Quiero seguir durmiendo, me siento muy cansada.

Estiro la mano y golpeo el pequeño despertador para apagar la alarma. Desganadamente salgo de la cama. Hace frío, y mi cuerpo se eriza por la pequeña brisa que corre por el dormitorio. 

Lou no está en su cama. Seguramente tuvo que irse antes. 

Me acerco al espejo que reposa en la pared y tomo el cepillo de pelo por el camino. 

La chica que veo en el reflejo del espejo parece ser otra persona. Tengo el cabello enredado con variadas motas de basura y hojas. Parece sucio y opaco. Mi cara esta manchada con marcas de tierra y agua sucia; al igual que mis brazos.

Cruzo los brazos sobre mi estomago cuando los recuerdos de la noche anterior irrumpen en mi cabeza. Creí que todo había sido una pesadilla. 

La garganta me duele cuando trago y siento la sensación del resfriado en mi cuerpo.

Toco mi pijama, preguntando me como llegué aquí, o lo peor, quien me cambio de ropa.

Miro nuevamente el reloj y decido que debo darme prisa, así que corro a las duchas para darme un baño.


Solo cuando estuve segura de que no había una sola mancha en mi cuerpo y que mi cabello relucia de limpio, me puse el uniforme.

Camine hasta el edifico posterior tratando de no demostrar ni una emoción en mi rostro.

Duele admitir que temo entrar a clases. Salte el desayuno como medida de precaución, pero nada puede evitar que no me encuentre con Will o cualquiera de sus chicos estando en el edificio. 

Tomé la manilla de la puerta y la abrí. Baje el suéter en la zona de mis brazos. Mientras me duchaba descubrí horribles marcas moradas al rededor de mis muñecas, supuse que la cuerda que me amarraba a la silla fue la provocadora de tan feos moratones.

El calor del interior me inunda cuando me adentro en el edificio. Aún es temprano, los pasillos están casi vacíos. Camino hasta mi casillero y tomo los libros necesarios.

Llego antes que todos a la sala de física, tomo asiento en una de las mesas junto a la ventana y me quedo allí, hasta que suena el timbre. Hasta que el salón esta abarrotado. 

Cuando el receso llega, no quiero salir al pasillo. Me quedo quieta en mi asiento. No quiero salir, porque estaré expuesta, porque seré el centro de las burlas, porque la atención de la mayoría estará sobre mi.

Solo cuando el maestro me pide que me retire soy conciente del tiempo que estuve allí sin moverme.

Camino rápido por los corredores. Mi clase de matemáticas es la siguiente y lo agradezco, porque James y Lou estarán allí.

Salgo rápido al pasillo, me abro paso entre las personas para poder llegar a tiempo. 

Entre tantos estudiantes vistiendo el mismo uniforme fue difícil

prevenir el peligro. Entre tantas personas caminando de un lado para otro fue inevitable que no pudiera asimilar la situación.

Repentinamente toda la gente se alejó de mi. Fue en menos de un segundo, no estaba preparada.

Sentí el impacto del liquido por todo mi cuerpo. Pasé la manga de mi suéter por mis ojos para limpiarlos.

Podía escuchar las risas a mi espalda, aún no sabía que era lo que escurria por mi cuerpo, pero por el apestoso olor temía averiguarlo.

Frente a mi estaban dos chicos con gesto satisfactorio. Sostenian una gran olla de aluminio, iguales a las de la cocina de la cafetería.

-Espero te guste el caldo de pollo.-Oí a mi espalda. No fue necesario voltearme, puedo reconocer esa voz en cualquier parte.

-Es curioso.-Dije fingiendo por un momento que mi uniforme no estaba todo mojado y que mi cabello no estilaba agua con aceite y condimentos.-El caldo de pollo se me antojaba hace unos días.-Me volteo para mirar a Will condescendientemente.

-Me alegro, este caldo tiene más una semana.-La risa de unos cuantos apoyo su comentario y mi expresión neutra vaciló.-Mejor ve a cambiarte, estas apestando todo el lugar. 

Sin dejar que tuviese mas oportunidad de humillarme le doy la espalda para alejarme. 

-La oferta sigue en pie Alice.-Escucho.-Puedes evitar esto. Solo tienes que aceptar mi propuesta.

Vuelvo a voltear para mirarlo de manera furiosa.-De ninguna manera.-Aprieto los dientes.-Eres

un completo estúpido si crees que dejare pasar mas humillaciones. Ya tengo suficiente, pero si evitar que me trates como tu lacaya amerita soportar esta clase de burlas, las soportare.

Opacando mi respuesta el timbre de ingreso a clases sonó, pero nadie se movió. Todos estaban allí, expectantes de que Will volviera a humillarme.

No les di ese gusto. Me aleje de ese lugar, camine decidida hasta la puerta principal. 

Mi ropa estaba húmeda y apestosa, al igual que mi cabello. Pero a pesar de ello salí fuera del edificio.

En las áreas verdes del lugar no había nadie. Claro que no, todos menos yo estaban dentro de la escuela. 

El clima frío me atacó de forma violenta, corro hasta la puerta de el siguiente edificio, con la esperanza de que si explico al guardia de la puerta las circunstancias, me deje entrar y cambiarme. 

-¡Chica nueva!-Escucho a la distancia. Hago oídos sordos al llamado, no necesito mas burlas.

Me acerco mas al edificio ideando como explicare mi apariencia sin que me manden a la oficina.

-Chica nueva.-Scott está frente a mi. Parece haber corrido. 

Me mira de manera extraña, no puedo evitar sentir una punzada de decepción al verlo. El día de ayer mi perspectiva sobre muchos se fue directo al suelo. Scott era uno de ellos, antes me pareció agradable, ahora pienso que ni siquiera puedo dejarlo mal. Nunca fuimos amigos, solo era yo, y mi soledad, que veía una intención amigable en todo.




Estúpida.

-Alice..¿Puedo hablar contigo?.-Negue con la cabeza. No quería hablar con nadie. Quizá que más hay para mi ahora. Seguramente otro ataque me espera.-Oye,

en serio, necesito que me escuches.

-¿Por qué debería hacerlo?, ¿Que importa lo que puedas decir?. Todos aquí disfrutan de el espectáculo de el gran Will, y tú, eres parte del show.

-Sí, lo sé. Por eso quiero hablar contigo.-Pasó una mano por su cabeza estilo pank.-Escucha, sobre anoche..

-No, espera.-Digo interrumpiendolo.- No deseo hablar de la noche anterior. Es algo que quiero olvidar y esto también.-Tomo mi suéter mojado para enfatizar lo último.- Después de todo, ¿Que haces aquí?, tu y yo no somos amigos, jamás hemos cruzado mas de media palabra, además de los saludos tan peculiares que me das.

-Alice, estoy tratando de hablar contigo, pero si no paras de interrumpirme será mejor que me valla.

-Esta bien. Di lo que tengas que decir pero rápido. El olor a pollo y el frío no me ayudan.

-Muy bien, primero debo decir que lo de ayer no me pareció correcto. Me metí en un buen lío al sacarte del agua, Will me hecho la bronca y me tiene vetado del círculo hasta que se le pase lo cabreado conmigo. Pero aún así creo que merezco decirte que eres una idiota insensata.-Abrí mis ojos más de lo normal al oír llamarme así. Abrí la boca para protestar, pero puso su mano frente a mi cara en señal de silencio.-No interrumpas. Sé que no soy nadie para decirte lo que puedes o no hacer. Pero ahora luego de lo de ayer, me auto doy la autoridad para exigirte que aceptes la propuesta de Will.

Negue rotundamente con la cabeza.-No Scott, si lo hago me humillara aún más. 

-Alice, no sabes a los extremos que puede llegar Will. Lo conozco y tú no. Si lo que sigues es a tu orgullo, no lo hagas. Las cosas se pondrán peor si lo dejas seguir con este juego.

-¿Porque me dices estas cosas Scott?, ¿Por qué me ayudas?-Pregunté confusa.

-Quizá porque ya estoy aburrido de todo esto.-Puso una mano en su barbilla y me miró detenidamente.-También porque eres guapa. Creeme si fueses fea no me acercaria.- Rie ante su propio comentario, pero yo solo lo observo.-Tranquila, no pasa nada.-No creí que lo pasara tampoco.- ¿Harás lo que te dije?

-No lo sé. ¿Por qué debería?

-¿Cuanto estarás aquí Alice?

-No mucho. En realidad, no lo sé bien, mi juicio aún no tiene fecha, o eso dijo mi abogado.-Pensando lo bien, el tipo ni siquiera se ha aparecido por aquí.

-Imagina que tu corta estadía será una prueba de fuego. Pero será mas fácil sobrevivir si aceptas la propuesta.-Antes de que pudiera responder me dio la espalda.-Solo piensa lo.-Y se marchó.

Pensé un momento en lo ocurrido y el apestoso olor fétido volvió a inundar mi nariz cuando el viento helado me tocó.

¡Maldito caldo agrio de Pollo!


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Capítulo 12

 Los días siguientes transcurrieron de forma lenta y monótona. Asistía a mis clases y evitaba rondar sola por los pasillos o alrededores. 
Me mantuve adaptándome a distintas rutinas para evadir a cualquiera que no fueran Lou o James y ciertamente debo admitir que me siento completamente exhausta. Estoy viviendo como un ratón acorralado, sin salida ni segundas opciones. 

Cada vez estoy más sola, mamá no ha vuelto a llamar, papá ni siquiera una señal de preocupación me a dado y mi abogado; la única persona que puede hacer algo para sacarme de aquí, no se a presentado ni un sólo día por estos lados. Es por eso que ahora al llegar el fin de semana, luego de meditarlo mucho, tomé la decisión de hablar con Will, aceptar su propuesta y terminar con todo esto de una vez. 





Me detengo frente al edificio de dormitorios masculinos. Observo mi alrededor, pero no veo señales de Will o Scott. Paseo por el lugar, pero sólo veo a chicos caminar de aquí para allá. Vuelvo a detenerme junto a un árbol y me quedo allí por un minuto. 

Apreto mis manos, muerdo mi labio inferior y mi voluntad comienza a desvanecerse. Al momento de tomar la decisión de volver a mi dormitorio, Scott cruzó mi campo de visión. 
Me acerqué a él con lentitud, se encontraba solo, revisando un papel en sus manos.

-Hey, hola.-Dije cuando estuve a su lado. Se volteó y me miró con

el entrecejo fruncido.

-Alice.-Dijo de forma amigable.-¿Que sucede?

Vacilé por un momento y retorcí mis manos.-Busco a Will, ¿Sabes en que lugar puedo encontrarlo?-apreté los labios en una línea mientras esperaba su respuesta, Scott por otro lado me miró con un destello de asombro en sus ojos.

-Está en el gimnasio atendiendo un asunto.-Puso dos dedos en su barbilla y me miró de forma pensativa.-¿Puedo preguntar el por qué de tu búsqueda?-negué con la cabeza.-Muy bien, respeto eso. Por muy extraño que sea.

-Gracias.-Sonreí y me giré en dirección al gimnasio.

-¡Alice! No creo que sea buena idea que vayas ahora.-Gritó Scott, pero hice oídos sordos y continúe caminando.

Cuando estuve frente a las puertas del gimnasio del internado, me volví a cuestionar por última vez si esta era una decisión sensata, pero antes de llegar a una respuesta clara entré en el lugar sin dejar paso a arrepentimientos.

Busqué con la mirada a Will, pero no lo encontré, aquí no parecía haber nadie. Dispuesta a marcharme y volver para decirle unas cuantas a Scott por engañarme me giré hacia la puerta. Me detuve antes de llegar cuando un quejido llegó a mis oídos. Me quedé estática en el lugar, escuchando como un par de voces hablaban a lo lejos.

Volví

a adentrarme en el gimnasio y recorrí el lugar. Mi corazón aceleró su ritmo constante en mi pecho y la tensión por saber que podría encontrar me consumió. Llegué tras las gradas y en el fondo pude ver dos figuras moviéndose. 

-¿Will?.-Me atreví a llamar. 

La figura más grande se movió y en menos de un segundo estuvo frente a mi. Retrocedí un paso por instinto al ver a Will salir entre las sombras. Su cara estaba sería y parecía levemente cabreado. Su camiseta azul estaba recogida en las mangas dejando ver gran parte de sus tatuajes. 

-¿Que haces aquí?-Preguntó bruscamente. No respondí, mi atención estaba en sus manos, tenía los nudillos ensangrentados. 

Lo mire con expresión aterrada y me alejé más. Él pareció frustrado, se acercó y tomó mi brazo. Me arrastró lejos de las gradas y no se detuvo hasta que estuvimos en medio de la cancha de baloncesto. 

No aparté mi vista de sus manos, horrorizada llevé una mano a mi boca cuando la luz de los focos enfocaron su pantalón, revelando salpicaduras de lo que no cabía duda era sangre. 

-¿Que haces aquí?.-Preguntó nuevamente. 

Luego de un minuto de silencio en el cual no ofrecí respuesta, sentí a Will suspirar y su mano tomó mi barbilla obligándome a encararlo. 

-Lo repetiré sólo una vez más Alice, ¿Qué haces aquí?

Observé sus oscuros

ojos preguntandome si debería mentir, ver esta imagen de él fue un recordatorio de la clase de persona que es, lo cruel que puede llegar a ser. No, no me siento completamente segura de querer aceptar en estas condiciones. Quería llegar a un acuerdo, a un consenso. Muchos pensamientos; la mayoría excusas, abordaron mi mente. No, no voy a decirle sobre la propuesta. No ahora, no es buen momento. 

-Yo.. Sólo quería.-Pensé rápido una excusa, nada ingenioso llegó a mi mente.- Bueno, yo creo que..-Genial, patético y genial. 

Will me observó, parecía impaciente. Alejé mi vista de él y miré sobre su hombro. Un chico de contextura media salió tras las gradas, su cara estaba inchada y sangre brotaba de su labio y nariz. Caminaba encorvado y parecía tener prisa en alejarse de aquí.

Will volteó su cabeza y observó al muchacho marcharse asustado. Él no dijo nada, ni siquiera se movió de mi lado. Volvió a mirarme y cruzó sus brazos sobre su pecho, parecía más cabreado que antes y ahora todo se dirigía a mi.

-Crees que puedes hacerme perder el tiempo, pero no es así.-Apuntó con su pulgar hacia la puerta por la cual el chico acababa de irse.-El idiota que acaba de huir me debe dinero y tú hiciste que perdiera valioso tiempo de cobranza.

-¿Y como pensabas recuperarlo?-Dije al minuto sin razonar lo que decía.-¿Rompiendo cada uno de sus huesos para ver si tenía algo de dinero dentro?

-Alice.-Dijo con los dientes apretados, en tono de advertencia. Tomó mi hombro y me empujó hacia atrás de forma brusca.-Habla ya y di que mierda estás haciendo aquí. No necesito recordarte que estás en mi lista negra cariño, toma consciencia de cada palabra que pronunciarás.

Solté un largo suspiro. Tenía que acabar con esto de una buena vez. "Sólo sueltalo".

-Estoy aquí para aceptar tu propuesta.-Susurré. Baje la vista a mis manos. Él no dijo nada, de alguna manera sabía que me estaba observando. Sólo esperé a que soltara las primeras palabras de humillación.

-Sabía que no podías ser tan dura.-Levanté la mirada y lo observé. Estaba sonriendo, una sonrisa perversa, expectante de lo que ocurriría; podía verlo en sus ojos. Barreria el piso conmigo.

Una alarma se encendió en mi interior. " Fue un error Alice, sal de ahí, di que sólo bromeabas". Mordí el interior de mi mejilla y esperé a que Will hiciera el primer movimiento. No podía pensar con claridad. "Gran lío en el que me he metido". 

-Te encantará lo que tengo planeado para ti bombón.-Sonrió con diversión y sarcasmo. 

Me tomó por el hombro y me empujó hasta la salida. Abrió la puerta y me sacó del lugar. 
-Comienzas el lunes.-sentí como daba una palmada en mi trasero.
Huí del lugar antes de que pudiera hacer algo más y no dije nada.

Me sentencié a una estadía tortuosa.







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Capítulo 13


La puerta principal de la cafetería está abierta, camino por el pasillo hasta ella sin pensar en lo que puede suceder cuando la atraviese. Es lunes y trabaje toda la mañana evitando a Will, pero ahora es imposible que no lo vea. Desearía saltarme el almuerzo, pero ya salté el desayuno y mi estómago esta enojado y gruñe por un poco de comida. 

Entro en la cafetería cabizbaja, me encamino hasta la barra y tomo una bandeja. Me deslizo hacia un lado mientras la cocinera me sirve un poco de espaguetis. Me salto a un muchacho en la fila para coger una manzana y un puchero involuntario se produce en mi boca al no encontrar una color verde. Desganada cojo una manzana roja y la pongo en mi bandeja. Me volteo para caminar directamente hasta la mesa de Lou y James, pero frente a mi está esa sonrisa burlona que tanto conozco. 

-Hey, Ali, ¿Por qué la cara larga?-Dijo Will aún sonriendo. 

-Mi nombre es Alice.-No había humor en mi voz.-Y no puedo cambiar esta cara, últimamente es la única que se acomoda a mi estado de ánimo.

Pase por su lado dirigiéndome a las mesas, él se volteo y me siguió de cerca.

-Vamos no puede ser tan malo.-Se colocó junto a mi e igualó mi paso.-Tenemos asuntos pendientes.

Suspire y asentí. 

-¿Podemos hablar de eso luego?-Me detuve entre las mesas y lo observé.

-No, no se puede.-Me dedicó una media sonrisa.-Necesito que te encargues de un par de cosas ahora. Y cuando

digo ahora, es, ahora.

Pude ver a Lou observándonos de lejos, parecía confundida y un poco enojada. James por otro lado sólo miraba de manera sería.

-Debo comer algo.-Volví mi atención a Will.-Lo resolveremos luego.-Seguí mi camino sin lograr avanzar más de tres pasos, él tomó mi brazo.

-Ahora.-Recalcó. Suspire y deje mi bandeja en una de las mesas.

Lo seguí hasta las afueras del edificio, no había nadie en los alrededores, todos estaban en la cafetería. 
Caminamos hasta la espesura de árboles en el costado del internado, procurando no ser vistos por algún guardia en turno. 

Will se detuvo junto a una gran espesura de arbustos, una enredadera se asomaba por atrás. Metió los brazos en ella y separó las hojas y ramas creando una especie de agujero. Con un movimiento de cabeza me indicó que entrara, antes de poder dudarlo me lancé hacia allí y corrí hasta llegar al final. Las ramas me rasparon los brazos y algunas hojas se pegaron a mi cabello. Will llegó tras de mi, el espacio era reducido y su pecho estaba casi pegado a mi espalda. 

Pasó un brazo por mi costado y empujó la aparente pared de madera que nos impedía el paso. 

Del otro lado pude reconocer el lugar de juntas clandestinas al que ya había visitado un par de veces. 

Un sabor amargo se situó en mi boca al pasar frente a la barra. Los recuerdos de aquella noche me produjeron escalofríos. Will pareció notarlo, me empujó sutilmente por la espalda hacia el pasillo.



Cuando llegamos a su oficina, tomé asiento en el único sillón del lugar. Esperé paciente a que dijera algo, pero sólo se dedicó a hojear una carpeta.

Comencé a contar hasta 100 en mi mente, mi estómago dolía, tenía hambre. De pronto el sonido de mi estómago rompió el silencio. Will levantó la vista y me observó.

Un pequeño rubor se apoderó de mi y baje la vista a mis manos. Esto era su culpa, podría haber estado almorzando en estos momentos, pero no, aquí me tenía sin decirme nada. 
Crucé los brazos sobre mi pecho y me concentré en la madera del suelo. 

Una bolsa de papel se situó en mi regazo, ni siquiera había sentido a Will acercarse. Lo observé apoyarse en el escritorio, cruzó sus piernas y me observó.

-Es un sándwich de queso y jamón. Iba a ser mi almuerzo, pero parece que tú lo necesitas más.

Abrí el envoltorio y saqué el sándwich, lo dividí por la mitad y le ofrecí una de las partes.

Will negó con la cabeza.

-No aceptaré comer tu almuerzo, por lo menos ven y coge una mitad.

-No tengo hambre.-Dijo a la vez que tamborileaba los dedos en el escritorio.-Así que come con tranquilidad.-Ésta vez fue mi turno de negar, pero Will levantó un dedo en mi dirección.-Es una orden.

Lo observe un minuto y luego sin vacilar y no por querer obedecer le di una mordida al pan. Tenía mucha hambre y en gran parte agradecí que el no quisiera comer. 

-Bueno, mientras devoras

la comida te diré que es lo que tienes que hacer. Hay un par de cosas que necesito que resuelvas, enviaría a alguno de los muchachos, pero no creo que sea apropiado para la ocasión.-Sonrió con gracia.-Hay un par de chicas, ya sabes lo habitual. Te daré sus nombres y el número de sus dormitorios, irás hasta allá y les dirás que vas de mi parte.

-¿Lo habitual?.-Trague pesadamente.-No entiendo que es lo que tengo que hacer. ¿Que haré cuando este allí?

Will se separó del escritorio y caminó hasta mi. Tomó mi brazo y suavemente me puso de pie. Paso un dedo por mi mejilla y lentamente tomó un mechón rebelde de mi cabello y lo puso tras mi oreja. 

Sus ojos me miraban de forma cautivadora, su otra mano se posó en mi cintura y me acercó más a él.

-Hablaras con Jane. Dormitorio 508. La reconocerás fácil, su cabello es rosa. Ella te entregará un par de cosas, las cuales esconderás en tu dormitorio y cuando nadie te vea lo traerás hasta aquí.-Pasó su mano hasta mi espalda baja, un toque sutil, pero enloquecedor, me desconcentra y no puedo pensar con claridad.-Y luego, irás al 604.-Susurró acercándose a mi oído.-Y le dirás a la preciosidad de Sasha que me visite en la noche.-Me congelé, lo sentí sonreír en mi oreja.

Me alejé de él unos centímetros y lo miré con los ojos entrecerrados.

-¿Por qué no se lo dices tú?, Después de todo, como sabré si no me equivoco de chica.-Eso ni siquiera yo me

lo creía, sabía quien era Sasha, la recordaba. Niña muñeca punk de los camarines.

Will sonrió y se alejó de mi. Caminó hasta la puerta y la abrió.

-Te queda de camino. Dile que puede escabullirse en mi dormitorio antes de las doce, no después.-Hizo un movimiento con su cabeza indicandome que saliera.-Tu por otro lado traeme el encargo mañana antes de clases. Usa esta misma ruta, no te desvies.

Apreté los puños y pasé por su lado. Imbécil. Caminé directo a la salida, sin detenerme en ningún momento.

* * *

Me detuve frente a la puerta 508. Eran aproximadamente las once de la noche, los pasillos estaban a oscuras y nadie más que yo transitaba por ellos.
Por regla general las luces del edificio se apagan a las diez y nadie puede salir de su habitación a no ser que deseé ir al baño. Lo cual lo veo difícil, este lugar es lo suficientemente tétrico como para no querer salir y perderse por ahí.

Pero aquí estoy, tocando la puerta de una chica a la cual desconozco. Quien sabe que clase de contenido me entregara y lo que llama aún más mi atención es, en que tipo de trapicheos y negocios sucios puede estar involucrado Will. Por alguna razón no me parece sorprendente la idea de que él siga haciendo cosas ilegales estando aquí encerrado. He notado la forma en que lo miran algunos guardias, como si le albergaran algún tipo de respeto. La pregunta es , ¿Por qué?

La puerta frente a mi se abrió. Salí de mis pensamientos al ver a una chica de mediana estatura, su cabello era de un rosa

chicle, con un corté tipo melena que caía en flecos por su rostro. Tenía algunos pircings en su cara, la cual para mi gusto no era un para nada amistosa.

-Er, hola.-Dije.-Me envió Will. Vine por el encargo.

Ella me examinó de pies a cabeza, pero no hizo pregunta alguna y volvió a entrar en su dormitorio. Al salir me entregó una caja mediana forrada con papel de regalo violeta.

-Dile a Will, que esta vez llegó sólo la mitad.-Cerró la puerta en mi cara.

Suspire y observé el paquete, lo muevo pero nada suena en su interior, por otro lado si que esta pesado.

Me pongo en marcha hasta las escaleras, me doy prisa subiendo, no me gustan, no claro que no. Siempre he tenido la sensación de que al subir las escaleras alguien viene tras de mi. Alejó esos pensamientos, no me convienen en esta situación.

Llego al 604. Me detengo antes de tocar la puerta, la idea de volver sobre mis pasos parece tentadora. No tengo porque estar de mensajera romántica. Si Will quiere tener a esta chica en su dormitorio-probablemente para acostarse con ella-Debería ser él quien se lo diga.

Suelto el segundo suspiro de la noche y tocó con los nudillos la puerta. Rendida acepto que no puedo no dejar el recado.

Sasha abrió después de unos minutos. Me miró de forma inquisitiva y su boca hizo un gesto de desagrado.
-¿Qué quieres?.-Cruzó los brazos sobre su pecho.

Mi rostro se tornó frío, y me apoye en una pose natural de indiferencia.

-Estoy aquí por Will.-Sus ojos se abrieron alertas al oír su nombre.-Dijo que si querias verlo, puedes ir hoy a su dormitorio.-Mi boca formó una dura línea.

-¿Por qué te envió a ti?.-Me miró de pies a cabeza.

-Eso es asunto nuestro, dudo que a Will le agrade que te entrometas en sus cosas.-Pareció perpleja un instante, pero su rostro volvió rápidamente a su forma desagrado.-Bueno, eso es todo. Adiós.

-Espera ¿Él no dijo una hora o algo?

-Después de las doce, no antes.-Luego de soltar esa mentira, me volteé con la caja aún en mis manos. 

Caminé rápido hasta la escalera. ¿Por qué lo hice? Gran parte de mi quería creer que fue un arrebato, una pequeña muestra de rebeldía. Pero por otro lado en el fondo de mi mente, punsaba la idea de que imaginar a Sasha en la cama con Will era una imagen demasiado perturbadora para mi cerebro. 

¿Será que mantienen algún tipo de relación? 
Moví la cabeza alejando esas tontas ideas. No tiene porque interesarme lo que hagan, tenía mejores cosas de que preocuparme.

Mañana Will va a matarme.





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Capítulo 14

 Llevo por lo menos veinte minutos sentada en el frío sillón de cuero gastado de la oficina de Will. Observo el reloj de la pared por cuarta vez, "06:45". Me abrazo a mi misma, el viento helado se cuela por todas partes y mi uniforme no parece ser suficiente para enfrentar el gélido clima. 

Me pongo de pie y comienzo a pasearme, Will está tardando demasiado, no me agrada estar en este lugar y mucho menos sola. Me acerco lentamente al escritorio, paso un dedo por la vieja superficie, mi mano llega a la manilla del único cajón de éste; hecho un vistazo a la puerta antes de abrirlo.

En su interior encuentro una carpeta, algunos lápices y una que otra chuchería. Saco la carpeta y la ojeo rápidamente haciendo un escaneo superficial de lo que contiene. Hay varios documentos personales de alumnos y otros que debo leer con tiempo para comprender de que se tratan, entre ellos uno llama mi atención, es una ficha escolar, no cualquiera, es la de Will. Quiero leerla, pero persivo el suave golpe de las pisadas acercándose. 
Guardo todo rápidamente y corro al sillón, me lanzo a este justo en el momento en que la puerta se abre dejando ver a un somnoliento Will.

Entra sin prestarme atención, lleva puesto un suéter azul marino que sólo deja ver el cuello y mangas de su camisa, un gorro gris cubre su cabello y está usando botas al estilo militar que lo hacen parecer más rudo de lo que ya simplemente puede llegar a ser. 

Me mantengo en silencio un minuto esperando que diga algo. Quinta mirada al reloj, "6:58". Tomo el paquete que se me

fue entregado ayer el cual se mantuvo en el suelo todo este tiempo. Me acerco al escritorio y lo dejo allí, al ver que Will no me mira decido marcharme. Doy media vuelta para caminar hacia la puerta cuando él tomó la manga de mi sueter. 

Me volteo a mirarlo.

-Te sentarás en mi mesa en la comida. Necesito que te encargues de algunas de mis tareas.-Soltó mi manga y volvió a ignorarme mientras se encargaba del paquete. Me quedé parada allí un momento procesando sus palabras. Levantó la vista y alzó una ceja hacia mi.-¿Por qué sigues aquí?, vete ahora o llegarás tarde a clases. 

Asentí lentamente mientras caminaba hasta la puerta, notando lo extraño de su comportamiento. ¿Por qué no está gritando? ¿Por qué no parece enojado por lo de Sasha?. Por el contrario parece cansado. 

Me marcho del lugar sin decir nada. Si bien esperaba que me hechara la bronca por mentir, siento un gran alivio de que no lo hiciera. 

Cuando llego a mi primera clase Lou me resive junto a un batallón de preguntas. Puedo entender que ella sienta que algo extraño pasa, es muy obvio; Will es muy obvio.

-¿Como es que de un día para otro Will a comenzado a hablar contigo? No encuentro una excusa necesaria para eso Alice.-Fue una de las primeras balas que disparó. Bajo la mirada a mis dedos entrelazados en mi regazo, no quiero mirar su cara porque siento que su cabeza dará vueltas y sus ojos se saldrán en cualquier momento. Lou no ha parado de hablar desde que entré y dije la palabra "hola".



-Hay un asunto que estamos resolviendo.-Levante la vista. No pude evitar no decir más que eso, por alguna razón si decía lo del trato con Will me daba la impresión de que la cabeza de Lou explotaría. 

-¿Asuntos?-Levantó una de sus perfiladas cejas.-¿Que clase de asuntos puedes tener tú con él?

-Es cosa mía Lou.-Me encogí de hombros tratando de que ella no continuara con el tema.

-¿Que pasa contigo?, ¿Estás mal de la cabeza? ¡Alice, ese idiota trató de ahogarte!-Cerré los ojos mientras ella levantaba la voz. Podía comprender su exasperación, para mi esto también es muy loco, pero no puedo decirle aún que estoy de mensajerita y trabajadora personal de Will. Ella me mataría. 

El profesor inició la clase dejándome un respiro del interrogatorio de Lou. Abrí mi libro y trate de ignorar su fruncido entrecejo.

Para mi suerte luego del receso no compartía biología ni con James ni con Lou, pero por otro lado y muy para mi desgracia Scott y Will si estaban en ella. 

Me senté en uno de los primeros puestos para evitar cruzar miradas con ellos, los cuales se sentaron en el fondo de la sala. 

-Muy bien chicos hoy tenemos trabajo sorpresa.-Todos abuchearon después de que el maestro dijera aquello.-Esperen, tranquilos, aún falta la mejor parte. Será en pareja.-Dijo la última parte como si fuera lo mejor del mundo, pero era de lo peor. No hablaba con casi nadie y tampoco tenía las agallas para pedirle a alguien ser mi compañero. Creo que sólo seré yo esta vez.

-Bien, bien chicos, no se emocionen.-El profesor Torres era un buen maestro,

jovial para sus cuarenta y tantos, pero no tenía sentido de supervivencia. Si seguía con este jueguito de sorpresas terminaría golpeado por algún alumno de este salón.-Las parejas las escogeré yo. ¿Ok? Genial, todo bien. Continuemos.

Solté un largo suspiro y apoye mis codos sobre la mesa. Esto era peor, preferiría quedar sola, en vez de compartir pensamientos con alguno de estos lunáticos. Esperen, también soy una lunática, estoy en el mismo agujero que todos aquí.

El profesor comenzó a dictar nombres uno tras otro. Habían quejas de por medio y también sonrisas por ser emparejado con algún amigo o conocido. 

-Drucci, William Drucci.-Asintió hasta el fondo de la sala. Miré sobre mi hombro en su dirección. ¿Drucci?,¿Por qué me sonaba familiar?-Tome asiento con el señor Morris, por favor.-Will se levantó con desgano de la silla, como si estar en aquel salón junto con todos los demás fuera demasiado rebajado para su importante vida. Apostaría que en estos momentos debe estar pensando en lo inútil de este trabajo.

-Parker vas con la señorita Foster.-Mi vista se disparó por el salón rápidamente. Un chico alto de cabello rubio tomó lugar junto a mi. No lo había visto antes y parecía que él a mi tampoco. 

Me acerqué más a la esquina del lado de la mesa, tomando cierta distancia con él.

Me miró de lado dejándome ver un par de ojos esmeraldas mientras apoyaba los codos en la mesa, extendió

su brazo opuesto hacia mi y me ofreció su mano.- Que tal, soy Logan.

-Alice.-Estreché su mano brevemente.

-No te había visto antes.-Giró su cuerpo en la silla y quedó de frente a mi, mientras apoyaba su codo en la mesa -Lo recordaría, este lugar es pequeño.

Sonrió mostrando una perfecta sonrisa de catálogo. 
-No es necesario conocer a todas las personas.

Abrí mi libro y cambié las páginas con lentitud. 

-Está bien.-Dijo arrastrando las palabras. Por el rabillo del ojo lo vi abrir su libro.-Entonces, ¿Que opinas de la gametogénesis?

Lo miré de lado un momento antes de responder, sin saber si bromeaba o no.
-Bueno, creo que la formación de gametos es algo.. ¿Interesante?

Resopló antes de soltar una pequeña risa.-No es cierto.

-No, no lo es.-Reí junto a él. Tomé mi lápiz y comencé a trazar líneas en mi cuadernillo para crear un cuadro de análisis.

Trabajé el resto de la clase sin complicaciones, Logan me facilitó bastante la tarea, ya que respondía todo de forma simple y yo agregaba sólo un par de argumentos en una que otra respuesta. 

-Bien, creo que la respuesta número diez es la alternativa "B",¿Tú que opinas?

-Definitivamente no.-Tomó mi cuadernillo y marcó una X sobre la alternativa "D".

Observé el papel dudosa.-Deberíamos revisar el libro.-Sugerí.

Una expresión exagerada de indignación tomó su rostro. Llevó una mano a su pecho mientras abría la boca. 

-Alice,

no puedo creer que dudes de mi respuesta. Me siento indignado.-Su cara se tornó sería mientras hacía un gesto de desagrado.

Me mantuve en silencio un minuto sin saber que decir, no esperaba tal reacción.

De pronto su rostro se relajó y formó una sonrisa burlona. Rió a carcajadas mientras yo pasaba la mano por mi cabello, esperando que el alivio no se notara en mi cara.

-¡Dios!, Debiste ver tu rostro.--onreí al comprender la broma, él posó una mano amigablemente en mi hombro mientras continuaba riendo.

Movi mi vista por el salón y me encontré con la hostil mirada de Will posada en mi. La esquina de mi boca decayó un poco, pero no borré la sonrisa, en cambio la ensanché más en su dirección.

No obtuve respuesta, sólo endureció más su semblante y observó a mi compañero.

¿Que pasa con él? Este chico nació enojado.

El timbre sonó dando por finalizada la clase.-¡Chicos el trabajo debe ser entregado a más tardar mañana!

-Bien, supongo que te veré en el almuerzo.-Dijo Logan mientras tomaba su libro y se ponía de pie.

Lo miré sin comprender.

-Hay que terminar el trabajo Alice. Sería bueno hacerlo en la cafetería. 

-No lo sé, no creo que..-Comencé a negar cuando él me interrumpió.

-Debe ser en el almuerzo, tengo práctica después de clases.-Explicó mientras rodeaba la mesa y se acercaba a mi lado.

-Dividamos el trabajo.-Insistí.

-No aceptaré un no por respuesta, a tus amigas no les importara que te robe por una hora, ¿Oh sí?

-Ella ya tiene planes para el almuerzo y no

están precisamente en tu mesa Logan.-Sentí a Will tomar mi cintura de forma posesiva. Una expresión de reproche se posó en mi rostro. Con disimulo tomé su mano y trate de alejarla de mi cuerpo, pero sólo conseguí que me apretara más a él.

-Drucci, ¿A qué debo ésta intromisión tan majestuosa? La señorita y yo tenemos trabajo pendiente.-Sonrió de lado en mi dirección.

El semblante de Will se endureció más de lo imaginable y temí que su mandíbula se desencajara si seguía apretándola.

Logan por otro lado comprendió la señal.-Nos vemos luego bombón.

Salió del salón dejándondonos a solas.

Me volteo rápidamente para encararlo, luce fastidiado, pero yo lo estoy aún más.

Me desago de su mano y cruzo los brazos sobre mi pecho.-Estoy cansada Will, realmente cansada de esto.

-Pues mala suerte preciosa.

-¿Por qué piensas que puedes manejarme a tu antojo?-Pregunté exasperada.

-Porque tu me lo permitiste Alice. Eres muy manejable, inepta en este mundo tan sucio de renegados.-Tomó mis hombros mientras se acercaba más.-Eres como un juguetito nuevo con el que todos quieren jugar. Demasiado buena, la palabra inocente marcada en tu frente.

Una expresión de dolor cruzó mi mirada, por un momento sintiéndome poca cosa, como si él tuviera la razón. Sabía que no era así por supuesto, pero después de tantos rebajos mi autoestima se a vuelto frágil.

-¿Cual es el punto de jugar conmigo de esta forma? Las amenazas, el daño, el querer asustarme más de lo que ya estaba.-Una lágrima escapó derramándose en mi mejilla. La limpié rápidamente con la mano. La mirada de él recorrió por donde paso ésta misma, dejando ver un pequeño ápice de culpa.-No soy débil, sé que piensas lo contrario, pero puedo con esto.-Tomé aire antes de continuar, reuniendo fuerzas para enfrentarlo.-Incluso aún cuando llorara todos los días eso no me hace menos fuerte, puedo contigo y con el que se me quiera venir encima.

Permaneció en silencio, sólo observándome de forma pensativa. Movió su boca de forma casi imperceptible como si aún analizara mis palabras.

El timbre del almuerzo volvió a sonar, solté un suspiro y me moví alejándome de él. Tomé mis cosas del escritorio y me dirigí a la puerta. Me siguió despacio a la salida, pero viré en dirección contraria de la cafetería. 

Will tomó mi brazo antes del segundo paso.-¿Donde crees que vas?

-Al baño, ¿Qué? ¿Vas acompañarme allí también o no tengo permiso de ir?

Un guardia pasó con lentitud por nuestro lado, observándonos discretamente. Will me soltó y caminó en dirección contraria mientras maldecía.

Me quedé un segundo allí, quieta entre tantas personas que iban y venían en el pasillo, sintiéndome muy sola.


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Capítulo 15

Entré a la cafetería resignada, avancé hasta la barra de alimentos y tomé una bandeja con desgano. 

Caminé entre las mesas, siendo consciente de la mirada de Lou taladrando mi nuca, mientras tanto los compinches de Will dirigían extrañas observaciones a mi persona a medida que me acercaba. 

Sin decir palabra arrastré una silla de otra mesa y la coloqué junto a Will en la cabezera. No habían asientos disponibles y mucho menos espacio entre todos los hombres que conformaban ésta, además no estaba dispuesta a tomar un lugar entre ellos.

Todos sin excepción dirigieron miradas anonadadas, saltando las de Will a mi, el cuál ni siquiera se inmutó y continuó con su comida. 

-¿Como estas pequeña Alice?-Scott me sonrió de forma amistosa, lamentablemente en otras circunstancias lo habría agradecido, pero ahora estaba tan cabreada que me era totalmente indiferente lo que estos burros pudieran pensar. 

-Bien. 

Me concentré en la comida, evitando las miradas de soslayo que me dirigían todos, incluso las personas de otras mesas cercanas. 

-¿Y que se supone que es esto?-Saltó Max, aparentemente fastidiado con mi presencia.-¿No tienes nada que decir Will? ¿Es que acaso la nobata de pronto se a ganado un lugar de acogida en el grupo?

Will levantó la vista de su bandeja, mirando directamente a Max, se encogió de hombros como si responder le fuera inútil. 

-Alice está cumpliendo su trato con nosotros. Hará favores y

obligaciones hasta que yo decida que es suficiente.

La cara de todos tomó un gesto burlesco a conciencia, rebajandome aún más. ¡Imbéciles!

Max sonrió.
-Entonces, creo que podrías cumplir haciendo un trabajito para mi dulzura.-Dijo mirándome de forma lasciva.

¡Dios! Como es posible que tenga que soportar esto, malditos engreídos. ¡No soy la puta de nadie! Estoy hasta el tope de esta situación, necesito salir de este lugar, alejarme de estos idiotas, o acabarán con mi sentido de conciencia. Sin esperar que alguien hablara o irrumpiera, decidí reaccionar de la primera forma que llegó a mi mente.
Tomé el tenedor y lo lancé directo a la cara de Max, éste lo evadió asombrado, mientras mi rostro se tornaba rojo de ira.

Todos parecieron sorprendidos. ¡Al cuerno con ellos! Me puse de pie. Tomé la bandeja y se la lancé también, la comida esparciéndose por la mesa.
Max me miró peligrosamente, sus ojos indicaban que quería asesinarme. Tornó un gesto furioso y avanzó rápido hasta mi. 

Mi pulso se aceleró, mientras veía al chico llegando a mi lugar con claras intenciones de golpearme. 
Retrocedí dos pasos dejando atrás la subida adrenalinica que me había dado fuerzas. Palidecí cuando sentí a Max tomar de forma cruel mi brazo, alzó su otra mano y me abofeteó duramente, logrando que volteara la cara, cuando volví a mirar su mano formaba un puño en mi dirección. 

Cerré los ojos instintivamente, esperando recibir el golpe, pero el dolor no apareció. Abrí los ojos y vi a Will entre nosotros, sosteniendo el brazo de Max en una llave. 

Respire agitada,

mis ojos aguándose a medida que el miedo de ser golpeada nuevamente por un hombre se instalaba cada vez más profundo en mi cuerpo. Me sentí pequeña, débil, totalmente asustada.

Toqué mi mejilla y retrocedí, mientras Will reducía a Max y le propinaba puñetazos en la cara. La cafetería completa estaba de espectador. Todos habían dejado de comer y ahora observaban lo que sucedía. 

El alboroto había sido suficiente para que llegaran los guardias alertados por las cocineras. Separaron a un furioso Will de Max, el cuál sangraba de nariz y boca. 

A mi lado sentí a alguien tomar mi mano. Logan estaba junto a mi con expresión preocupada. Me alejó de la escena, mientras veía como esposaban a Will y a Max, y se los llevaban.

Avancé entre las mesas monótonamente, tomada de la mano de Logan.

Salimos de la cafetería y me guió por el pasillo hasta el baño de chicas. Entramos y cerró con pestillo.

Resbale por la pared hasta quedar sentada en el suelo, cubrí mi cara con mis manos y solté en llanto todas las emociones contraídas.

Lloré por susto, por cansancio, por tener que vivir esto cada día. Allí en ese sucio baño, boté cada sentimiento de tormento que me persiguió desde que entré a este lugar. Cada sensación de inseguridad, de odio y lamentos fueron expulsados en grandes y dolorosas lágrimas.

Cuando me logré controlar, levanté la mirada y vi a Logan apoyado en los lavabos. Entre hipos me puse de pie.

-¿Estás mejor?-Preguntó.

Asentí con la cabeza, me acerqué a uno

de los lavabos y abrí la llave. Humedecí mi cara repetidas veces. La chica en el reflejo tenía los ojos y la nariz colorados, mientras me devolvía una mirada hinchada y triste.

Logan tendió una toalla de papel para mi, le agrazco mientras la tomo.

-Escucha Alice, no se que clase de relación tengas con Drucci, la verdad ni siquiera entiendo por que hablas con alguien como él. Pero debes comenzar a darte cuenta de que no te hace bien, no es bueno para ti.

Bufé, eso ya lo sabía, lo supe desde el primer momento en que lo vi. Pero se da la casualidad de que no he estado tomando las decisiones correctas y ahora estoy amarrada a un trato sin sentido, con un chico que acaba de golpearme y otro defendiendo me, llorando en un sucio baño de internado. 

Me mantuve en silencio, observándome en el espejo, tornando esta situación más incómoda y extraña.

Logan sólo se mantuvo a mi lado.

Cuando la tensión no me dejó respirar, decidí cortar aquel ambiente.
-¿Que haces aquí?-Era una pregunta generalizada y él lo sabía. 

Puso una mano en su barbilla y pareció analizar sus palabras antes de soltarlas.

-Vi lo que sucedió en la cafetería, tu reacción, la de Max.-Soltó un bufido.-Son unos idotas. Ese cabron se atrevió a golpearte. Me sorprende que Will lo detuviera, normalmente no lo hace.

-¿Por qué me ayudas?-Me abracé a mi misma mientras me apoyaba en el lavabo, enfrentándolo.

-Eres mi compañera, no quiero una mala calificación-Bromeó. Yo no sonreí.-Ésta bien.-Pasó

las palmas de sus manos por sus pantalones.-Debo admitir que has llamado mi atención.

Pasó una mano por su cabello rubio y suspiró. Me miró de lado y sonrió.

-Creo que ahora que vamos a trabajar y sentarnos juntos en biología, deberíamos hablar un poco más. Quizá puedes encontrar en mi un amigo, alguien de confianza en este asqueroso lugar. 

¿Amigo? Mis "amigos", ¿Donde estaban Lou y James? Porque no son ellos los que estan aquí, en lugar de un chico con el que sólo he hablado un día. 

-Gracias por la preocupación Logan, eres muy amable.-Caminé hasta la puerta y quité el pestillo.

-Espera, ¿A dónde vas?

-Deseo estar sola.-Abrí la puerta y salí al pasillo.

Él no me siguió y tampoco esperaba que lo hiciera. Caminé hasta la salida, sólo quiero llegar al dormitorio, arroparme de este repentino frío y seguir llorando. Lo necesito, necesito desahogarme.

Paso con lentitud por las áreas verdes, sorbiendo la nariz de vez en cuando, la tengo congelada.

El edificio esta cerca, pero me detengo en seco al ver a Will a unos pasos de mi. Cambio de dirección queriendo evitarlo, pero es astuto y me bloquea antes de que me aleje lo suficiente.

No quiero verlo, no quiero tenerlo cerca, ni siquiera olerlo y muchos menos sentir sus manos sobre mi.

-Hey, espera.-Toma mi mano mientras tira de mi hacia él.- Tenemos que hablar.

Niego con la cabeza, pero él ya esta arrastrándome lejos de aquí, hasta la espesura de los árboles, lejos de la vigilancia constante. No tengo fuerzas para evitarlo.

Nos detenemos junto al

viejo roble, mi espalda toca la madera, mientras él con todo su metro noventa bloquea mi frente, sí, debe medir casi dos metros es muy alto y grande, o quizá solo exagero, no lo sé a estas alturas ya no se que pensar. Jamás me consideré una mujer pequeña, soy orgullosa de mi metro setenta, pero este hombre me hacia sentir diminuta.

Sólo me observa, no dice nada y eso me pone nerviosa. Su oscura mirada recorre mi rostro intensamente, como si quisiera decir algo, pero no se atreviera. Está apretando la mandíbula y marca sus facciones, masculinas y atractivas.

Salgo de mi ensoñación, de pronto consciente de la deplorable situación. El silencio es cada vez peor y decido romperlo.

-Se acabó Will. No puedo más con esto.

Cierra sus ojos y asiente. 
-Lo siento.-Dice por primera vez. Volvió a mirarme de aquella forma tan penetrante.-Lamento lo que sucedió.

Pasa una mano suave por mi mejilla, la misma en la que Max me abofeteó.
Tiemblo bajo su toque, el calor apoderándose de mi cara.

-Jamás un hombre me había golpeado.-Mi voz se quiebra repentinamente, sintiéndome nuevamente vulnerable."Claro que te han golpeado, pero ahora no te defendiste". Él aprieta su mano en un puño hasta que sus nudillos rasmillados se vuelven blancos.

Inevitablemente lágrimas salen de mis ojos, un puchero involuntario crece sin permiso en mi boca.

Abatida apoyo la cabeza en el tronco a mi espalda.-Sólo quiero volver a casa.

-Lo sé.-Pasa una mano por mi cintura, atrayendo mi cuerpo al de él, formando un cálido abrazo que jamás esperé poder recibir de su parte.

Pongo una mejilla en su fuerte pecho y me quedo allí un instante, antes de que la magia desaparezca, antes de que este momento acabe y él vuelva a ser ese frío y controlador hombre que conozco.

Me abraza como si quisiera borrar los malos recuerdos, acariciando mi espalda con un toque suave que me hace olvidar el gélido clima. 

-Olvida el trato Alice. Ya tuviste suficiente.

Me separo unos centímetros para mirar su rostro. 
-Gracias.-Digo en un susurro. 

Me quedo allí mirándolo, viéndome reflejada en aquel mar oscuro de sus ojos.

Acerca su rostro despacio al mio, acortando la distancia lentamente. No dejo de mirarlo, esa expresión fascinante de antelación posándose en su rostro. Su nariz toca la mía suavemente y su aliento cálido choca en mi rostro congelado.

Sus labios se unen a los míos e instintivamente cierro los ojos.
Me besa de manera suave y tierna, de forma ajena a todo lo que el representa, completamente diferente a como me besó una vez.

Rodeo su cuello con mis brazos atrayéndolo más a mi. Su lengua juega con la mía, mientras pasa sus manos a mis caderas y luego de vuelta a mi cintura. Vuelve a bajar otra vez tomándome de la parte superior de mis muslos, alzándome para profundizar el beso.

Me separo agitada, estoy a la altura de su cara, sin tocar el piso. Will mantiene los ojos cerrados y apoya su frente con la mía.

Sonríe de lado y yo lo observo fascinada.

-Llevo mucho tiempo queriendo hacer esto.

Sonrió y vuelvo a unir mis labios a los de él, olvidando el mundo por un momento, dejando a un lado los problemas, las inseguridades y la tristeza.

Olvidando quiénes somos y por qué lo somos.



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Capítulo 16

Mi vida se a vuelto una montaña rusa, en la cual éste último mes los carriles se han mantenido abajo, recorriendo los rieles curvos de pesadillas y malos tratos. Y ahora, mientras estoy siendo abrazada con fuerza por Will, puedo decir que me encuentro en la cúspide de ésta montaña y temo saber qué pasará cuando él me suelte, cuando el momento de estar arriba acabe y la maravillosa vista se vuelva borrosa, porque soy consciente de que al igual que en el juego, mi carril de buena suerte tiene que caer.

Es difícil entender como llegué a este momento, atrapada entre los brazos de un hombre que me a tratado de la peor manera, que me a humillado y utilizado. 

Quiero creer que el encierro me a llevado a sentir que es reconfortante estar con Will, pero no soy tonta, sé que debo volver a la realidad.

Me separo despacio del fuerte pecho que me aparta del mundo, me alejo de la calidez del abrazo mientras una mirada de comprensión toma el rosto de Will. Él también lo entiende, también sabe que no es correcto.

Da un paso lejos de mi mientras rasca su cuello y me mira de lado. Suspira fuerte dejando un rastro de vapor en el frío aire. No sé que hacer ni que decir, repentinamente sintiéndome incómoda.

-Creo que debería volver.- Tomo ventaja y camino por su lado antes de que reaccione. 

-No es necesario que hagas esto Alice.-Me detengo al escuchar su voz.

-¿Hacer qué?- Me volteo a mirarlo.

-Fingir que esto no sucedió, creer que puedes ignorar lo que acaba de suceder y volver como si nada a tu vida diaria y volver a encontrarte conmigo el día de mañana o cualquier otro y actuar normal.

Si eso está pasando por tu mente, borralo.

-¿Y qué esperas?-Me acerco a él lentamente. - Porque si tú esperas que crea que todo está bien, te equívocas. Nada está bien. Yo no estoy bien. Se acabó el tiempo Will, me libraste del trato y desde ahora quiero intentar llevar mis días en este lugar un poco más tranquilo.

No parece dispuesto a dejar que yo tenga la última palabra. Se acerca y toma mis hombros con suavidad. La misma suavidad que no usó en todo este tiempo.

-Puedo entender que no quieras nada con este mundo, cree cuando te digo que puedo comprenderlo y lo sé, mierda si que lo sé, soy el mayor responsable de que estés así y no sabes cuanto lo lamento.

¿Lo lamenta? Me gustaría decir que eso me reconforta, pero no lo hace. Will no es la única causa de mi dolor, él no me puso en este lugar, él no agredió a mi madre y luchó conmigo como si de un boxeador se tratara. No claro que no, pero si hizo que lamentara cada día en este sitio.

-¿Por qué?-Parece confundido.- ¿Por qué repentinamente estás tan interesado en mi? ¿Por qué haces esto ahora y no antes? ¿Por qué me heriste tanto? ¿Por qué Will, por qué?

Habían tantos "por qué" por descubrir que no pensé poder preguntarlos todos. Tanto por entender, mucho por descubrir y aún ni una respuesta salía de su boca. Sólo estaba allí observándome, como si estudiara mi rostro para no olvidarlo. 

-Soy un imbécil Alice.

-¡Mira que respuesta, eso ya lo se!
Fastidiada me volteo lejos de él. No puedo seguir con esta conversación, es demasiado para mi. Bastante sufrimiento para un

día.

-¡Espera!- Corre a mi encuentro. Tomando mi mano me acerca a él, envuelve un brazo alrededor de mis hombros obligándome a encararlo.- Escucha, soy un idiota, un completo cabron, lo sé, me lo han dicho toda mi vida y no es algo que me sorprenda, pero joder Alice, me gustaste desde el primer día que te vi parada en aquel pasillo, con esa actitud tan malcriada, pero a la vez inocente.- Quiero decir algo pero pone sus dedos en mi boca.- No te voy a mentir, no me agradabas, comencé a odiarte por provocar tantos sentimientos en mi y tú sólo parecías dispuesta a devolvermelo. Cometí muchos errores, hice cosas que no debí y ¡maldita sea mujer no te rendías! Eres la chica más obstinada que conozco y eso sólo consigue volverme loco. -Traza sus dedos por mi boca, acariciando mis labios como si estuvieran fuera de su alcance.- No puedo mejorar lo que fui y tampoco arreglar lo que te hice Alice, pero espero poder ser mejor en un futuro, si tu me das la oportunidad de demostrártelo. 

Me mira de forma intensa, sus labios ahora rozando los míos, como si no se decidiera a darme un beso, como si esperara que se lo permitiera. 

-Estoy rota Will.-Susurro contra sus labios.- No se si resista más dosis de ti, ya estoy llena y no me alcanza para dar oportunidades.

-Voy a arreglarlo. Mejoraré toda la mierda Alice. Sólo dejame hacerlo.

Ya no sabía que hacer, el control de mi vida había estado mucho tiempo en manos de personas ajenas y hora cuando me

lo entregan de vuelta no se qué hacer con él, como manejarlo. 
Sin saber como responder deje a mis instintos guiarme en una decisión que tal vez no podría haber todamos de otra forma. Separe mis labios y bese a Will. 

No sé si esto es lo correcto, no puedo adivinar que me deparará el futuro o sí esto es bueno, pero por una vez quiero intentar buscar mi bien estar y curiosamente creo poder encontrarlo aquí, entre los brazos de este dañado, jodido y hermoso hombre.

••••••••

-¿Como te libraste tan rápido de las autoridades después de la pelea?

Llevamos un rato sentados bajo el viejo roble, no se que hora es, supongo que cerca de las tres de la tarde, el timbre del termino de clases sonó hace varios minutos atrás.

-Bueno, es difícil de explicar, tengo cierta confianza con el personal de seguridad.-Eso sonaba bastante dudoso, pero decidí no contradecirlo.

-¿Que pasó con Max?

- A los alborotadores los castigan de forma dura. En estos momentos debe estar encerrado en la sala de aislamiento. Lo dejaran allí hasta mañana por la mañana seguramente.

-¿Has estado allí?

Sonrió como si la respuesta fuera obvia. Asentí de forma comprensiva.

-¿Puedo preguntar libremente?

Me miró dudosamente, como si no supiera la forma en la que negarse. Pero si vamos a jugar este juego quiero tomar las riendas, no dejaré espacio para incógnitas. 

Luego de un momento asintió volviendo a su semblante serio habitual.

-¿Por que entraste aquí?

Suspiró mientras jugaba con mis dedos.
-Es complicado. Estuve mucho tiempo en las

calles, el vandalismo es algo con lo que se crece Alice, supongo que lo llevo en la sangre.-Entrelazo uno de sus dedos con los míos.- Una noche entré a una gasolinera, amenacé a la cajera del lugar y la obligué a darme el dinero, sólo tenía 15 años, no sabía de precauciones ni nada. La policía llegó, me tramitaron y terminé en este lugar.

-¿Que hay de tu familia? ¿Por qué no te han sacado de aquí?

-Mi familia es algo de lo que no quiero hablar ahora. Pero después de todo, creo que estoy mejor aquí. Sólo piensalo, al menos terminaré los estudios y no seré un maldito analfabeto.

Sí, puedo comprender eso. A diferencia de Will yo si tenía una vida sin crímenes y vandalismo, con amigos y escuela. Supongo que aquí estamos las dos caras de este lugar, los que tenían un camino seguro para entrar y a los que les llegó la entrada de improviso.

-Creo que exagere cuando dije que jamás un hombre me había golpeado.- No se porque estaba diciendo esto, pero sentía la necesidad de ser sinsera también.

-Conozco tu ficha Alice. Entraste aquí por enviar a un hombre al hospital.- Curiosamente no me sorprende su respuesta, pero si llama mi atención el cómo obtiene los documentos y por qué.-Lo que nose, es por qué.

Contemplo el paisaje me rodea antes de hablar, se a creado una ligera neblina que nos aparta de los demás y los árboles mueven sus hojas al ritmo del frío viento. 
Suspiró pesadamente, el vapor extendiéndose como si del humo de un cigarrillo se tratara. 
-Mi mamá solía salir con un tipo llamado Harold, llevaban como tres años juntos y en ese tiempo él siempre fue bueno conmigo. Pero no lo sé, quizá sólo aparentaba.-Tomo una respiración rápida.- Llegué a mi casa después de la escuela y él estaba muy borracho, gritando y discutiendo con mamá. Nunca lo había visto así, pero mi madre; recibió el primer golpe como si lo esperara, eso me hizo entender muchas cosas.

Apoyé mi cabeza en su hombro, recordando aquella tarde tan tormentosa. Will me abrazó y me apreto contra él, esto era tan extraño, ésta mañana estábamos discutiendo y sacando chispas y ahora me abraza como si no quisiera soltarme nunca. La vida daba tantos giros que mareaba.

Pasamos el resto de la tarde allí, sentados bajo el viejo roble, con Will rodeándome con su brazos, hablando temas al azar, conociéndonos un poco más.

-Tengo varios amigos en casa. Sólo espero poder volver antes de la graduación.-Will se tensó, levante mi cabeza de su hombro y lo miré.-¿Que ocurre?

Sacudió la cabeza y se puso de pie.- Deberíamos volver, el toque de queda ya va a comenzar.

Continúe mirándolo, parecía extraño. Tendió una mano hacia mi y la tomé. Me puse de pie y caminé con él hasta que salimos de la espesura de los árboles. Seguía con mi mano junto a la de él cuando llegamos a los dormitorios.

-Te veo mañana, descansa.- Beso rápidamente mi boca y se alejó. Me quedé allí un momento, frente al edificio, observando como su figura alta y fornida desaparecía por la puerta del edificio posterior. 

Alcé la mirada hasta la ventana de mi dormitorio, sólo para comprobar si la luz ya estaba encendida. Y sí, allí estaba la luz, junto con la menuda figura de Lou observándome.

Está noche sólo quería descansar. Demasiado por un día, un mes o quizá para el resto del año.


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Capítulo 17

Un prado hermoso se extiende a mis pies, las flores danzan mientras el sol las toca. Hay una brisa primaveral en el aire que me rodea y cálidas manos sujetan mi cintura. Me volteo y sonrio mientras cruzo los brazos alrededor del cuello de Will. Él por otro lado está inmóvil, sin expresión en su cara, sólo me observa. Me levanto en la punta de mis pies y le beso dulcemente en los labios. 

Una sonrisa se forma en su boca, me alejo unos centímetros. El clima a cambiado, no se que ocurre, repentinamente está nublado, las flores secándose a medida que el viento las golpea, ya no estamos en el prado, ahora es el gimnasio y la piscina olímpica lo que nos rodea. Will está apretando mi cintura con fuerza. -Will?-Lo observo asustada. Aleja una mano de mi cuerpo y la estira hasta su bolsillo trasero, saca una cuerda delgada, enrollada perfectamente y me la muestra como un premio.

-Vamos a jugar a los ahogados un rato Alice.

Agitada abro los ojos, estoy en el dormitorio, a salvo, en mi cama. Sólo fue una pesadilla. Tranquila.

El despertador marca las 05:45 am. Suspiro mientras me volteo de costado. El pulso en mi pecho disminuye junto a mi respiración.

Durante mi estadía en este lugar había tenido toda clase de pesadillas, pero ésta era la primera en la que estaba Will. Las revelaciones de este acontecimiento eran tan fuertes que un nudo apretaba mi garganta al pensarlas. Tengo demasiadas dudas, muchas inseguridades. 

En el otro extremo de la habitación veo a Lou aún consumiendo sus últimos minutos de sueño.

La noche anterior su entrecejo estaba tan fruncido que creí que un agujero se abriría en su frente. Ni siquiera me dirigió la palabra y eso fue un gran alivio. Por otro lado, no pretendía tener que soportar esa incomodidad dos veces. 
Me puse de pie y cogí todo lo necesario. Salí del dormitorio rumbo a los baños. Hoy llegaría algo temprano a clases.

••••••••

El clima se encuentra curiosamente cálido, es agradable tener un día soleado en este tétrico lugar. Sonrio optimista mientras camino en dirección a clases, no hay más que un puñado de personas alrededor, eso si contamos al viejo conserje que barre unas hojas a lo lejos y el personal en turno que vigila la entrada del lugar mientras beben café. Me agrada, esta tranquilidad me gusta.

Llego a la cafetería con el edificio completamente en silencio, saludo a la cocinera al entrar. Es una mujer amable aunque no lo demuestre, puedo entender que quiera aparentar ser fría y ruda en este lugar. Yo también lo haría. 
Tomo un sándwich de queso y una taza de leche. Siempre es lo mismo, a excepción de los viernes en los que si se tiene suerte, puedes alcanzar una taza de café caliente. 

-¿Madrugando un miércoles?- Vierto un poco de leche en el piso mientras me volteo exaltada en dirección contraria. Logan esta parado frente a mi con una sonrisa culpable.-Lo

siento.-Toma un sándwich del canasto y camina junto a mi.

-Buenos días para ti también.-Dije de forma sarcástica cuando llegamos a una mesa cercana.

-Pues bien buenos, sólo mira como estamos iniciando este hermoso día.-Toma asiento junto a mi, demasiado cerca para ser cómodo.-Desayunando con la chica más bonita y valiente de este mugroso lugar.

Me escondo tras mi taza de leche. Espero que ni un poco de tono rojo tome mis mejillas. Eso sería vergonzoso.
-Te faltó decir insensata.

-Oh sí, claro. Insensata, había olvidado que tienes ese problema de actuar antes de pensar. Suele pasar.-Una mueca de desagrado surge en mi rostro, él pareció captar la señal. Sí muchacho, no toques ese tema.-Deberías saber que hoy tenemos clase de biología y ya que ayer la situación se salió de control y todo eso, el trabajo esta incompleto.

-Oh Dios, lo siento Logan.-Por mi culpa no podremos entregar el trabajo. En realidad me da igual la tarea, pero esto es de a dos. Y no puedo dejar a Logan con una mala calificación. Lo curioso de esto es que mis calificaciones no han bajado, siempre estuve esforzándome para sacar un buen promedio para poder entrar a una buena universidad. He notado que algunos de los chicos aquí hacen lo mismo. Después de todo esto es una escuela y es grandioso saber que de un grupo de marginados puede salir alguien con un brillante futuro. Chicos que se esfuerzan para ser mucho más de lo que

la sociedad les permite.

-No hay problema pequeña, es comprensible.-Pasó suavemente una mano por mi hombro. La sensación fue extraña. Se siente, ajeno.-Traté de avanzar lo suficiente, sólo faltan un par de preguntas.

-Oh, bien. Sí, ams genial.

La cafetería comenzaba a llenarse, sin darnos cuenta el lugar ya estaba abarrotado. No me preocupé de nada más que mi desayuno. Incluso las descaradas miradas de algunas chicas me daban igual. Seguramente todos se detuvieron por lo menos un minuto ayer para hablar de mi, o de Will y el idiota de Max. Pero no me importaba.

-¿Te parece bien si nos juntamos en el primer receso y terminamos esta cosa y así complacimos a ese roñoso profesor?

-Claro. Te veo en los casilleros.

-Genial, nos vemos luego preciosa.-Tomó su taza y se alejó de la mesa.

Recorrí con la vista la cafetería, mis ojos buscando aquella silueta tan reconocida. Por alguna razón, saber que en algún momento debía encontrarme con Will provocaba un dolor en mi estómago. No es igual estar en la misma habitación con él si hay un gran número de personas alrededor. No sé bien el por qué, pero esa era sólo una de las tantas cosas por resolver que me quedaban. 

Para mi suerte Will no estaba en el lugar, así que cuando me deslize en mi asiento en la clase lengua estaba más que relajada. 
La clase fue tan rápida que tuve que comprobar mi reloj de muñeca

cuando sonó el timbre del primer receso. Guardé mis cosas con tranquilidad y caminé hasta la puerta. Salí al pasillo dispuesta a caminar directo a los casilleros, pero me detuve abruptamente al ver a Will apoyado de forma casual en la pared frente a mi.

Me sonrió de forma cautivadora. Éste hombre no debe saber lo atractivo que se ve al sonreír, o tal vez sí y por eso lo hace. Sea la razón que sea, no pude evitar sonreír de vuelta. 

Se acercó a mi en dos pasos largos y me tomó de la cintura, robándome un beso frente a cada estudiante del pasillo. Algo se movió en mi interior, podía escuchar los susurros y sentir las afiladas miradas de algunas chicas. 
Me separé despacio sin atreverme a mirar a mi alrededor, apoye la frente en su pecho y me escondí allí un momento. 

-¿Qué rayos están mirando?-Pude sentir el vibrato de su voz en su pecho.- Muevan el culo de aquí si no quieren que se los pateé.
El pasillo se despejó casi tan rápido como levanté mi cabeza. Incluso con todo lo que e visto aún no me acostumbro a que él tenga este poder sobre las personas. Me alejé unos centímetros para mirarlo, sus oscuros ojos ya estaban posados en mi.
-Hola.

-Hola.-Digo y observo nuevamente el pasillo. Logan ya debe estar en los casilleros y el receso no me alcanzará para terminar el estúpido trabajo.-¿Te parece si nos vemos luego?

-¿Qué? Acabo de saludarte y ya te estas despidiendo.-Apretó su agarre y me atrajo más a él.-¿A dónde vas con tanta prisa? 

-Tengo algo importante que hacer.-Me acerque rápido a su boca y deposité un corto

beso en ella. Esta situación no podía ser más extraña. Sólo ayer éramos perro y gato.-Te veré luego.-Volví a besarlo con la esperanza de que no hiciera preguntas.

-Muy bien. Pero en la cafetería eres mía. -Lo miré dudosa. No me apetece compartir la mesa con esos simios. 

-Lo hablaremos luego. ¿Si?-Antes de que me diera un asentimiento me alejé con pasos veloces por el corredor.

Cuando llegue a los casilleros Logan parecía aburrido. Sonreí en forma de disculpa mientras me acercaba a él.

-¿Todo bien?

-Claro. Vamos a fuera para acabar con esto de una vez.

Salimos a las áreas verdes y nos hubicamos en una de las pocas mesas campestres de este lugar. Bajo los árboles y en el césped se encontraban la mayoría de los estudiantes, conversando e incluso fumando a vista y paciencia de los guardias. En realidad no importaba mucho; la verdadera autoridad se encontraba del otro lado de las grandes puertas, encerrados en sus oficinas comiendo refrigerios y charlando por sus móviles. 

Abrí mi libro de biología y lo puse sobre la mesa. Logan por otro lado sólo sacó su libreta.
-Olvidé mi libro en mi casillero. Por suerte las respuestas están en mi libreta. Creo que tendremos que compartir por esta vez.-Tras decir esto se acercó más en la banquilla, pegando su brazo al mio. Tomó mi libro y situó entre ambos.-Muy bien pregunta 17, lanza tu respuesta Alice.

-Está más que claro que es la alternativa D.

-¿Qué? ¿Así nada más, sin pensarlo un poco antes?

-Lo dijo el maestro en clase. Sólo hay que prestar atención.-Marqué una D en su

libreta y cambié la página del libro.

Cuando llegamos a la pregunta 22 y última por suerte, el receso ya había acabado. Al tener como próxima clase biología caminamos juntos hasta el salón. A medida que avanzábamos por los pasillos recibí descaradas miradas de recelo y odio de varias chicas, incluso algunos chicos me miraban extraño. Esto no podía ser más incómodo, pero supongo que es es normal cuando te asocias con Will Drucci.

-Tengo entrenamiento después del almuerzo. Podrías venir conmigo y distraerte un rato mientras yo pateo culos en el campo de fútbol.

-No sabía que este lugar tuviera un equipo de fútbol. 

-Es optativo. Pero debes tener buenas calificaciones para estar en el. Si no fuera así, no nos permitirían salir del recinto para jugar en otras escuelas.

Entramos en el salón dos minutos antes que el maestro, ignoré los susurros y miradas furtivas, en este lugar los rumores corren rápido y se sentía como mi primer día aquí. Era asqueroso.

Tomé lugar junto a Logan en una de las mesas del frente. Apenas alcancé a sacar mi libro cuando Will apareció junto a Scott por la puerta. Su mirada se clavó en mi y luego en Logan, su semblante se endureció de tal manera que involuntariamente me alejé un centímetro de mi compañero. Caminó hasta mi con paso decidido, arrastró una de las sillas de una mesa continua y me señaló.
-Alice ven aquí. No es necesario que tomes asiento junto a ese imbécil, el trabajo ya termino.

-No gracias, estoy muy bien aquí.-Estaba decidida a ponerme firme, él ya no puede darme órdenes.

-Alice.-Me advirtió, como si su paciencia se acabara.

-Alice nada. Scott, por favor toma asiento.-Indiqué la silla con la mano mientras Will apretaba la mandíbula. 

-Si ya acabaron con su juego, me gustaría comenzar la clase.-Intervino el maestro notablemente fastidiado.

Hice mi mejor esfuerzo por ignorar a Will el resto de la clase, aunque él parecía más dispuesto que yo a fingur que no compartíamos el mismo salón.

-¿Que pasa con Don mandón?-Susurró Logan en mi oído mientras el maestro corregía cada pregunta en el pizarron.

-Nada.

-Pues eso no parece nada Alice ¿Es que aún después del pleito de ayer y todo lo que has tenido que sufrir por su causa, sigues amarrada a su trato?-Parecía desconcertado. Logan ni siquiera se imaginaba lo que realmente sucedía. Apreté los labios y decidí no continuar con la conversación. 

El timbre fue una bendición, tomé mis cosas de prisa y caminé veloz a la salida. Sabía que ya tenía la sombra de una bestia tras de mi, siguiendo mi paso por el pasillo. La puerta de los baños femeninos saltó a la vista y vi mi oportunidad de perderlo allí. Will no entraría.

Aceleré el paso, pero tal parece que adivinó mis intenciones, ya que me tomó del brazo y me introdujo en los baños masculinos.

Ay Dios no. 



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Capítulo 18


Will me empujó dentro del baño y el fuerte olor a orina me golpeó. Tapé mi nariz e hize un gesto de desagrado, al adentrarnos más nos encontramos con un chico en los lavabos.
-Fuera.-Will ni siquiera le prestó atención cuando salió disparado del lugar, mirándome con curiosidad al pasar por mi lado.

-Will.-Lo llamé.-No quiero estar aquí.-Volvió a ignorarme mientras abría las ventanas del lugar. El olor desapareciendo poco a poco.

Se acercó despacio, analizándome, me crucé de brazos, este chico se equivoca si piensa que puede volver a doblegarme. Cuando lo tuve frente a frente imitó mi postura y me observó.

-No me agrada ese imbécil. No me agrada tu actitud y no me agrada ni por un pelo saber que prefieres compartir tu tiempo con él que conmigo.

-Pues mira que mal, porque tendrás que bancartelo. Logan resultó ser la única persona que me ayudó ayer ¡Por que ni siquiera Lou y James se preocuparon y para qué vamos a hablar de ti!

-¡Pues lo lamento!-Gritó enojado.-¡Es mi culpa, no tienes que refegarmelo en la cara siempre Alice!

Me quedé en silencio. No tenía porque estar discutiendo con él, no habían razones para que me exigiera cosas, la mínima libertad que obtengo en este lugar es poder elegir con quién me junto y él me la está quitando. Se acabó el juego de Will Drucci, es momento de que Alice Foster tome las riendas.

-No sé por qué haces tanto escándalo. Tu y yo no somos nada.-Solté a la ligera.

-Yo no llamaría nada a esto.

-¿Y qué es esto? Dímelo porque no logro comprender.-Puse ambas manos

en mis caderas y lo enfrenté.-De un día a otro estamos besándonos en los pasillos y discutiendo estúpidos celos en un asqueroso baño de varones.-Me acerqué más disminuyendo la distancia, mis zapatos tocando sus botas.-Explicame Will, porque yo no lo sé. 

Se inclinó hacia mi y tomó mis hombros. Lo miré a los ojos en busca de una respuesta, necesitaba que el me lo dijera, porque esperaba que me ayudara a aclarar mis dudas.

-Quiero creer que es lo correcto. El que tú y yo estemos aquí, sintiendo algo el uno por el otro.

-¿Que tal si no lo es?-Rebatí.

-Tiene que ser lo Alice. Necesito que lo sea.-Acercó su boca a la mía, sellando sus palabras con un beso desesperado. Deslizó su brazo por mi cintura y me apretó contra él. Subí mi mano lentamente por su pecho y con suavidad lo empujé. Me separé de él dando un paso atrás mientras su desconcierto se hacía presente.
Pasé una mano por mi cabello, repentinamente nerviosa. 

-Todo es muy repentino Will.-Retrocedí varios pasos más hasta llegar a los lavabos, abrí la llave y humedecí mis manos, no sabía que estaba haciendo, pero por alguna razón quería ganar tiempo.
Lo observé por el espejo, se acercó por detrás mientras enfundaba las manos en sus bolsillos. Suspire resignada, me volteé y lo miré, había que acabar con esto.-No hay razones para continuar con esta extraña relación. Después de todo ya no tendré que preocuparme de que me fastidies todos los días. Se acabó, terminaste tu trato conmigo. Es mejor cortar esto incluso antes de que inicie.-Baje

la mirada al piso, mientras el silencio se propagaba por el lugar. En cuanto volví a levantar la mirada me arrepentí, parecía herido.

-¿Así que de eso se trata? ¿Todo esto lo hiciste para librarte de mi?-De inmediato traté de sacarlo de su error, pero no parecía dispuesto a escucharme. Se acercó a paso rápido y me tomó por los brazos, me apretujó contra el lavabo y por poco estaba sentada sobre el.-Contestame una cosa Alice y quiero que seas sincera.-Me miró a los ojos y acercó su rostro más al mio.-¿Te gusto?

-Sí. -Contesté sin dudar. Claro que me gustaba, era más que obvio y no hablaba sólo físicamente, sé de primera mano que tiene actitudes horribles, pero también hay ciertas cosas en él que me atraen como un imán. Llamenme loca, pero este chico era completamente sexi cuando estaba de mal humor, además, tiene una sonrisa encantadora la cual para mal gusto la usa mayoritariamente cuando quiere conseguir algo de una mujer y aunque él no logre darse cuenta, durante las últimas veinticuatro horas a estado mostrando su lado más dócil y encantador. Había que admitirlo, si se lo proponía podía ser el infierno personal de cada chica.

-Ahora viene lo importante Alice.-Su mirada se volvía cada vez más dura, traté de igualarla pero si somos francos, él tenía mucha ventaja con esto de intimidar o hacer hablar a alguien. -¿Quieres estar conmigo?

Rayos. No se que decir. Will me gusta, pero no sé si estoy preparada para iniciar algo con él. Hay mucho de por medio, una gran brecha entre nosotros. Demasiadas incógnitas que me impiden

formular una buena respuesta en mi cabeza. Las cosas no podrían complicarse más.-No sé como responder a eso.
Pareció cabreado.

-¡Con un sí o un no Alice!- Se alejó de mi de un tirón y golpeó con fuerza la pared, su puño se hundió con fuerza en la cerámica. -Sólo dame esa maldita respuesta.-Apreté mis manos a los costados y observé la puerta con un rápido movimiento de ojos. La situación se está saliendo de control y no quiero estar aquí cuando él explote.-Alice, habla por favor.

-No confio en ti Will.-Tartamudeo un poco al decirlo. Su mirada se suaviza a medida que se acerca, es obvio que captó que su arrebato de ira no ayuda a mejorar la situación.- Eres prepotente, no te controlas, siempre que estoy cerca de ti debo tener cuidado de no molestarte.-Su cara paso de asombro a desconcierto a medida que hablaba. No es momento de arrepentimientos, le diré todo aún cuando le parezca una mierda.-Es insultante que te creas mejor que los demás y no tienes el más mínimo respeto por nadie, ni siquiera por mi. No confio en ti por eso Will, por eso y mucho más. Podría decir incluso que a veces me produces..-No sabía si decirlo, ya había hablado suficiente. Me miraba de una forma inexplicable.

-Dilo Alice, no sería la primera vez.-Su voz sonaba apagada.-Te doy miedo.-Afirmó. No lo negué, pero tampoco lo acepté. Ver lo tan derrotado me lo impidió. Se volteó y caminó hasta la puerta mientras asentía.-Sí, si, está bien. Puedo comprenderlo. -Susurró mientras tomaba la manilla y salía.

No pude hacer nada, sólo me quedé allí, estática. ¿Que más podía hacer? Por mucho

que quisiera lo contrario esto jamás funcionaría. No puedo estar con una persona en la cual no confío, alguien que no tiene respeto por mi persona, que ni siquiera un día a tratado de pensar en lo que quiero; simplemente no puedo estar con Will, eso es absurdo. La puerta del baño volvió a abrirse y mi corazón por una milésima de segundo se aceleró, tan rápido como inició se acabó al ver entrar a un chico lleno de pircings en el rostro. Me miró sorprendido y volvió a observar el cartel de la puerta, seguramente para comprobar si no se había equivocado de baño. 

Me apresuré a la salida y me interné en el pasillo junto con los demás estudiantes. Llegué a mi casillero de forma monótona, con la mente dando vueltas, con la herida mirada de Will en mi cabeza mientras lo abría para guardar mis libros. Me quedé allí un momento, pensando. Ya ni siquiera recuerdo cuando se comenzó a complicar todo.

-Alice.-James apareció a mi lado repentinamente. Me aparté del casillero y lo miré. -¿Podemos hablar?

-Sí, claro, claro.

-Escucha, las cosas no han ido muy bien, no sé que está pasando realmente, el día de ayer fue un día de locos.-Pasó una mano por su nuca.-Lo siento por no estar allí Alice.

-Tranquilo, las cosas han estado dando giros inesperados para mi. Puedo entender que Lou y tú se quieran alejar.

-No e dicho eso Alice. Aún así, me gustaría que me dijeras que rayos está pasando contigo y Will.

-Nada pasa con nosotros.-Lo cual era cierto, dudo que después de lo de hoy volvamos a hablar.

-Claro, por eso toda la gente en la clase de arte comentaba de la escena de besuqueo en el pasillo

que diste con él.-Abrí la boca sorprendida, no había pensado en los rumores, seguramente ya estarán todos cotilleando sobre el tema. Esto era aún peor. Me comerían viva en cuanto pisara la cafetería.-Tranquila, dudo que alguien se atreva a hacer o decirte algo, si es que tienes algo con Will nadie va a ser tan estúpido para querer meterse contigo.

-¡No hay nada entre él y yo James! Fue una estupidez, las cosas se salieron de control.

-Está bien, si tu lo dices, te creo.-Sonrió de forma amistosa, empujó la puerta de mi casillero y la cerró. -Vamos a comer, Lou debe estar buscándonos.

-¿Ella sigue enfadada?-Caminé con él hasta la cafetería. -No me a dirigido la palabra.

James entornó los ojos y volvió a sonreír.- Lou tiene la mala costumbre de cabrearse muy fácilmente cuando de trata de Will.

-¿Por qué? -Pregunté sin querer mostrar que me picaba la curiosidad. James se puso extrañamente serio, frunció los labios y me miró de reojo.

-No es mi tema Alice, eso es algo que sólo le incumbe a ella.

Entramos a la cafetería en silencio, caminé hasta el mesón y tomé una bandeja, James me siguió por el camino de alimentos y luego por un jugo. Observé las mesas, inevitablemente buscándolo hasta que su figura se cruzó en mi campo de visión. Will estaba en su asiento habitual, rodeado de chicos y algunas chicas que se acomodaban en las rodillas de estos, intentando fallidamente robar un poco de su atención; me tambalee hacia delante cuando alguien paso por mi lado golpeando mi hombro, no había notado que estaba parada allí mirando como tonta. Caminé a paso torpe entre las mesas, me sentía

extrañamente nerviosa y un tanto incómoda. Los ojos se posaron en mi cada vez con más fuerza, más aún de la población femenina. Sabía lo que esperaban, querían una aclaración, que Will mostrara algún ápice de que lo sucedido en el pasillo fue real o simplemente otro de sus juegos; muy por el contrario él ni siquiera se inmutó cuando pasé por su lado, más bien parecía sumido en sus propios pensamientos.

Llegué a la mesa y Lou ya estaba allí, comía sin prestarme atención así que me senté frente a ella dejando el espacio junto a mi para James. Traté de concentrarme en mi almuerzo, pero la constante vigilancia de los buitres a mi alrededor me perturbaba y para rematar la incomodidad en la mesa nadie hablaba. Había que acabar con esta tensión, no puedo seguir un minuto más en este lugar si las cosas continúan de esta forma.

-Hey Lou.-Decidí llamar su atención, pero no me hizo caso.-Vamos Lou no seas infantil, mirame.

Alzó la mirada rápidamente.-¿Infantil? Cómo te atreves a llamarme infantil, cuando has sido tú la que se está comportando como una niña estúpida. ¿Que mierda se supone a pasado hoy en el corredor Alice?-Parecía estar cada vez más alterada, James puso una mano en su hombro y yo me alejé un poco de la mesa.-¡Contesta!

-Deja de llamar la atención Lou, no es necesario que hagas tanto escándalo.-Tomé un poco de mi jugó antes de continuar, ella parecía a punto de gritar en mi cara, pero no me siento tan amable para

dejar que se desquite.-Lo conversé con James, fue una estupidez.

-¿Que pretendías? ¿Pensaste que besándolo él dejaría de torturarte?-Tomé un bocado del almuerzo evadiendo la acusadora mirada de Lou, no parecía dispuesta a dejarme tranquila. -¡Ja! Que idiota Alice, es como si no aprendieras de todo lo que te a sucedido.

La miré fastidiada. -¿Cual es tu problema?

-El problema es que te estás relacionado con Will. No te hagas la inocente, sabes de lo que hablo, así que cuando él vuelva a comportarse como el imbécil que es no vengas a llorar aquí.-Tomó su bandeja y se marchó. Miré a James, el cuál se había mantenido en un segundo plano en todo momento, no sabía que decir, mi apetito desapareció así que alejé la bandeja.

-Lo siento Alice, pero es difícil encajar esta situación, a decir verdad ella tiene razón, Will no a hecho más que dar problemas. -Se puso de pié y alzó su bandeja.-Iré a hablar con ella y veré que es lo que puedo hacer.

Asentí desganada, esto apestaba. Puse ambos codos sobre la mesa y recargue mi cabeza sobre mis manos. No se cuanto tiempo estuve así, pero poco a poco el bullicio de la cafetería fue apagándose.

••••••

Al llegar el día viernes las cosas iban de mal en peor, Lou no había vuelto a hablarme y James sólo se mantenía al margen. Por otro lado Logan resultó ser una gran compañía y parecía dispuesto a estar a mi lado incluso cuando la población estudiantil se dispuso a evadirme, porque no bastaba con que las chicas hablaran

mal y se regodeaban especulando como Will pasó de mi luego de un día, si no que por una extraña razón ahora los chicos me miraban como si no fuera más que una presa fácil a la cual no podían acercarse, no sabía la causa pero quería reventar mi puño contra sus caras cada vez que recibía una mirada lasciva.

Caminé hasta el gimnasio con mi ropa deportiva, aún no había logrado mucho con el pantalón, pero me conformaba con el pequeño ajuste que había hecho en la camiseta. Pasé por las gradas y me reuní con el grupo que conformaba mi clase alrededor de la maestra. En el otro extremo del lugar dos equipos jugaban basketball y hacían gran escándalo con cada ensestada, no pude evitar fijar mis ojos en la persona que se estaba robando el juego, Will parecía volar cada ve que saltaba y metía el balón en el canasto, su camiseta se pegaba a su cuerpo con cada movimiento y provocaba extraños vuelcos en mi estómago. A la distancia en las gradas un grupo de chicas parecían tan encandiladas como yo, a diferencia de que éstas gritaban y daban vítores al equipo de Will. 

-¡Foster que esperas, corre por la línea alrededor de la cancha!-Espabile rápido y me puse en marcha corriendo a un par de metros de distancia de mis compañeras mientras escuchaba el silbato de la maestra marcando el paso. Cuando iba por la tercera de cuatro vueltas estaba tan cansada que me daban ganas de sacar la lengua y rogar por un poco de agua, pero me abstuve de

hacerlo porque sabía que habían algunos pares de ojos que esperaban alguna señal para burlarse de mi. Así que corrí, corrí y corrí hasta terminar la cuarta vuelta por ese inmenso gimnasio. Me senté en el suelo junto a un par de colchonetas, para intentar descansar antes de que a la maestra se le ocurra alguna otra actividad. 
En el otro extremo frente a mi James me saludó con la mano, estaba conversando con Lou, pero ella no me miró. Cambié la vista de dirección, hasta las gradas, allí estaban la mayoría, charlando y riendo, incluso Will bromeaba junto con Scott, o al menos eso parecía, me quedé un momento mirando sin saber que hacer, estaba completamente sola. Scott soltó una carcajada estrepitosa que llegó a mi oídos incluso a la distancia, giró su cabeza y fingió limpiar una lágrima, cuando se recuperó su vista calzó en mi dirección y fruncio su entrecejo cuando me miró, lo saludé con la mano, sintiendome incómoda al ser descubierta mirándolos y él me devolvió el saludo alzando su brazo por encima de su cabeza. Will volteó también al ver su gesto y me observó, Scott dijo algo junto a él y asintió hacia mi. Aún más incómoda junté mis manos en mi regazo y corrí la vista a otro lugar.

-¿Por qué tan sola hermosa?-Logan llegó de la nada junto a mi, o eso me pareció. Se sentó a mi lado y recargó su braso en su rodilla mientras estiraba la otra pierna.-Tengo una propuesta genial para ti.-Alcé las cejas en su dirección. -Tú, yo, picnic en la zona más tranquila de las áreas verdes. No puedes rechazar esta oferta.

-No me siento

con muchas ganas de hacer.. Cosas.-Volví mi vista otra vez hacia las gradas, Will me miraba fijamente.

Logan llamó mi atención otra vez.
-Vamos Alice, será divertido.

-No creo que pueda, pero gracias. -La verdad era que no me sentía de humor. No me había sentido de humor para nada en estos días y había estado rechazando muchas propuestas por parte de Logan.

-No creo que tengas mucho que hacer, después de todo a Lou ya no parece importarle pasar tiempo contigo y James haría lo que sea por consentirla así que no veo cual es el impedimento para no ir conmigo.-Abrí la boca asombrada, no podía creer que él realmente dijera eso. Me puse de pié enfadada, él tomó mi pierna. -Espera Alice.-Me solté de un tirón y él se puso de pie al igual que yo.-No te enfades, sólo he dicho un hecho.

-Mejor ahorra saliva Logan, nadie a pedido tu opinión.

-Te molesta que diga la verdad, pero las cosas son así. -Tomó mi brazo impidiendo que me alejara. Lo miré ofuscada e intenté que me soltara.-¿Por que sigues resistiendote a la idea de que soy la única persona que te presta un poco de atención?

Esto no podía ser cierto, no puedo creer que Logan se comporte de esta manera, no entiendo porque las personas creen que pueden ser unos completos imbécil cuando se trata de mi y ahora lo último que necesitaba era a alguien más molestándome.

-Dejame en paz y sueltame.-Controlé mi tono de voz, pero esto estaba derramando el vaso de mi paciencia. Logan apretó sus dedos en torno a mi brazo e hice una mueca de dolor, miró por sobre mi cabeza y me soltó. Me alejé de él inmediatamente un par de pasos.

-Nos vemos luego.-Se alejó rápido antes de que yo pudiera decir o hacer algo. Agarro mi brazo con delicadeza, seguramente sus dedos estarán marcados allí. Me volteo y a un metro de distancia está Scott con rostro preocupado, se acerca a medida que yo también avanzo.

-¿Estás bien?

-No sería lo peor que me a sucedio en este lugar, pero creo que si es lo único que me faltaba. Los chicos de aquí no parecen saber lo que es el respeto por una chica.

-No todos.-Pasó un brazo por alrededor de mis hombros y me condujo a la salida, miré en distintas direcciones buscando a Will, pero no estaba, la decepción debió ser patente en mi cara pues Scott hizo una mueca.-Se está encargando de algo justo ahora, pero tranquila, no me sorprendería lo veamos pronto.




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Capítulo 19

No volví a ver a Will y aunque Scott parecía muy seguro cuando dijo que lo veríamos pronto eso no sucedió, así como tampoco volví a ver a Logan en todo el fin de semana, ni siquiera en la cafetería-en la cual pasábamos tres veces por día-o alrededores y eso me parecía demaciado extraño. Quiero decir, puede que se trate de simple falta de coincidencia, pero algo me decía que en realidad me están evitando y puede que yo a ellos también.

Ésta mañana de día lunes el clima era tan gélido que las medias y las camisetas bajo mi blusa no ayudaban a mi suéter a combatir el frío. Troté los últimos escalones hasta la puerta principal, el interior del edificio estaba mucho más cálido y suspire aliviada mientras me apresuraba a la cafetería, necesitaba un desayuno caliente. Al llegar hice la fila ansiosa, la cocinera me sonrió de lado dejando un poco atrás su tosca expresión al llenar mi tazón y extenderme un sándwich, agradecida lo tomé y caminé a una mesa cercana, ya no me sentaba con Lou y James ya que me resultaba demasiado incómodo. Aún así para mi suerte había un grupo de chicos algo antisociales a los cuales no les importaba dejarme el espacio restante de la mesa.

Tomé un sorbo de leche y suspire regocijada.
-Esto es lo mejor. ¿No lo creen?-Nadie me prestó atención, de hecho estaba tan apartada que dudo que siquiera me escucharan. Aburrida paseé la vista por el lugar hasta que alguien a quién había querido estrangular toda la tarde del viernes captó mi campo de visión. Logan.

Estaba cabeza agacha en una mesa lejos de mi y la capucha

de su chaqueta cubría la mitad de su rostro, pero aún así pude reconocerlo. De pronto, como si supiera que lo miraba levantó la cabeza y miró en mi dirección. Bajé mi taza a la mesa sorprendida al ver un círculo morado alrededor de su ojo derecho, el cuál con tonos verdosos se extendía hasta su pómulo, mantuvo la vista fija en mí, como si quisiera asegurarse de que viera lo que le hicieron, como si me advirtiera. Un escalofrío me recorrió la espalda, no me alegraba que lo hubieran golpeado, pero muy en el fondo sentí un poco de satisfacción al saber que alguien pudo devolverle el maltrato.

Me puse de pié y salí del lugar. 

Llegué a biología con tiempo disponible para encontrar un lugar lejos de Logan, aunque después de pensarlo unos minutos decidí que el tenía que buscar un sitio, por lo cual me senté en mi puesto habitual frente al pizarrón. El salón comenzó a llenarse rápido y con eso el timbre dio el inicio del día, Scott apareció en ese minuto por la puerta y me sonrió.

-Pequeña Alice ¿Cómo estás?-Se sentó junto a mi en el lugar que días antes ocupaba Logan.

Sonreí de vuelta.
-Tengo frío, pero dentro de lo normal puedo decir que estoy bien.-saqué mi libro y un bolígrafo.

-Me quedaré aquí esta clase, aunque este lugar es muy expuesto, no se puede hechar una siesta con tranquilidad.-sacó un bolígrafo y golpeó la mesa.-deberías sentarte al final, hay mas privacidad.

-Deja de quejarte, nadie te obliga a sentarte aquí.

-Buen punto.-sonrió marcando un pequeño ritmo con el lápiz. Se inclinó unos centímetros para quedar mas cerca.-solo creo que

deberías estar agradecida, estoy brindandote mi compañía.-revolvió mi cabello y yo proteste mientras lo alejaba riendo.

En ese momento Logan entró al salón, sin mirar a nadie caminó hasta el fondo de la sala. No me preocupé mucho, mi atención estaba en Will, el cual venía tras éste. Se sentó en su puesto en la fila siguiente, solo un pequeño pasillo entre mesas nos separaba, pero ésta vez me parecía mas ancho de lo que en realidad era. 

Scott se inclinó por delante de mi, apoyando los codos en mi mesa.
-Will, hermano ¿Trajiste mi libro?

-Trata de no olvidar tus cosas otra vez, no soy tu niñera.-Will sacó dos libros de biología y estiró el brazo para entregárselo. Yo por mi lado estaba haciendo un trabajo excelente pasando los ojos de un punto en el suelo a él, sin saber bien que hacer.

-Trataré de no olvidarlo.-Scott volvió a su lugar dejándome otra vez expuesta. 

Will posó su vista en mi y sonrió. No sabría decirlo, pero me pareció ver que su mirada se volvía mas cálida. Quizá era mi imaginación, pero sentía que al observarme todo en el se suavizaba.

-Hola Alice.

Sonreí discretamente, alegrandome en mi interior sin saber bien el porqué.
-Hola Will.-me quedé mirándolo un momento y sin poder evitarlo sonreí más abiertamente. Él pareció satisfecho y se acercó un poco.

-Alice me gustaría que..-dijo pero no pudo continuar, el maestro entró al salón interrumpiendo toda conversación.

Me lamente en silencio y lancé dagas mentales al profesor. Volví la

vista al frente, pero de vez en cuando podía sentir a Will mirándome, así continuó la clase hasta que el timbre la finalizó.

Guardé mis cosas con lentitud y me puse de pié.

-Alice.-Will tomó mi mano y me detuvo.-¿Crees que podamos hablar antes del almuerzo?

Sabía lo que eso significaba y toda la conversación en el baño me recordó que nada bueno salía cuando hablábamos. Aún así casi de manera inconciente asentí y salí del salón.

En clase de historia tomé asiento en alguna mesa del centro y saqué mis cosas preparándome para una tediosa clase en la cual intentaría no dormirme. El salón parecía estar mas lleno de lo normal y a pesar de la hora todos charlaban mas de lo habitual. 

A mi espalda reconocí la voz de Sasha, la había visto al entrar con su grupo de amigas, pero no le presté mayor atención. Pero ahora, por el contrario estaba muy pendiente de lo que sea que estuvieran hablando, ya que en particular Will parecía ser el tema principal.

-No puedo creer que le preste atención.-dijo alguna chica quejándose. 

-¿Por qué te preocupa? No es como si él te mirara mucho de todas formas Amanda.

-¡Oh por favor! ¿Qué sabes tú de la atención que me da?-protestó en contra.

Me recargue un poco mas en el respaldo de la silla, a pesar de tenerlas cerca el ruido del salón no me dejaba entender muy bien lo que hablaban.

-No creo que quejarte ayude mucho.-Reconocí

aquella voz como la de Sasha.-Will sólo esta..-Se quedó en silencio un segundo y luego de la nada elevó su tono de voz.-Will es un chico malo pero de buen corazón. No me sorprende en absoluto la demostración de caridad que hizo en el pasillo la semana pasada.-me puse tensa, ella sabía que yo estaba escuchando.-Era de esperarse claro que luego corriera al baño a enjuagar su boca.-rió sin gracia y yo apreté los dientes.

-Escuché que Megan la chica del 811 le ofreció pasar un buen rato y él ni siquiera la miró.-otra chica de voz chillona irrumpió-es más, creo que no se a acostado con nadie desde hace un buen tiempo.

-¡Ja! Estamos hablando de Will, no le van las regaladas, lo cual es totalmente incoherente porque no conozco a ni una chica que no lo desee. Sólo es cosa de ver su torso sin camiseta, podría poner a babear a cualquiera.

Mordí mi labio ensombrecida, estas chicas conocían a Will mucho más que yo. ¿Había visto a Will alguna vez sin camiseta? No que recuerde. No me sorprendería que más de una conociera su cuerpo por completo. 
Bajé la mirada y fingi indiferencia. No debería importarme, no, no debe importarme, no, no, no.

Pase el resto de las siguientes clases sumida en mis pensamientos. Una parte de mi desea poder dejar de interesarse en Will, pero otra más fuerte me dice que eso costará más de lo que pienso. ¿Cuándo él comenzó a importarme? Después de todo lo que hizo para hacer mi estadía peor de lo que era no creí posible mirarlo con mas que resentimiento, pero siendo sincera llamó mi atención desde el primer

día en la cafetería; se veía tan imponente, y luego en el pasillo, tan seguro de si mismo, repartiendo órdenes y calmando las aguas. Conozco su lado duro, pero también me demostró el más suave. Tal vez solo sea algo físico, puede que sólo esté aburrido de las mismas chicas. Ese es un pensamiento ocurrente, pero no puedo descartarlo.

Camino a través de los pilares de la entrada y me dirijo a una banca lo más alejada posible del edificio. No sabía cómo ni dónde vería a Will, pero siendo este lugar más privado supuse que sería facil adivinarlo.

Estuve un buen rato sentada allí y me pregunté por lo menos tres veces si debería acercarme al edificio principal para que me encontrara. Nerviosa pasé las palmas de mis manos por sobre la falda.

-Alice.-me volteo rápidamente al escuchar mi nombre, él está detrás de mi con las manos puestas en sus bolsillos. Se acerca despacio ocupando un lugar a mi lado.-Hiciste bien escondiéndote, tarde varios minutos buscando donde estabas.

-No me escondía, sólo pensé que este lugar era más apropiado.-asintió pensativo.

Tardó varios minutos en hablar, hasta que finalmente soltó un suspiro y se acercó.
-Sé que dijiste que no me querías cerca, que no había necesidad de volver a hablar y eso, pero me gustaría que me dejaras poder decirte algunas cosas.-asentí nerviosa. Él desvió la vista a los árboles y continuó-Reconozco que no me comporte bien contigo, actúe mal lo sé, pero debes saber que no es la primera vez. No eres la única que ha pasado por algo así, antes era el único medio de entretencion

que teníamos y lo haciamos durar bastante, contigo por otro lado solo se trataba de actitud, nunca te rendias y me obstinaba saber cuán lejos llegarías. Me parecía fascinante que una chica, que era aparentemente tímida y frágil mostrara tanta rebeldía.-Me miró y acercó su mano a la mía.-me gustaría que me disculparas Alice, cometí más de un error contigo y lo lamento.

Lo observe manteniendo los labios apretados, mi corazón iba tan rápido que sentía los latidos en mis oídos. Apreté su mano incapaz de hablar.

-Prometo que no volveré a acercarme, ni siquiera te hablaré si lo deseas, pero estaré mas tranquilo sabiendo que puedes aceptar mis disculpas.-se puso de pié y enfundó nuevamente las manos en sus bolsillos. 

Parecía tan inseguro ¿Dónde estaba ese chico rudo que da órdenes mientras disuelve una pelea? Aquel que es seguro de sí mismo y no teme a nadie. Éste era un Will que yo conocía, al menos uno que tenía la oportunidad de ver y otros no.

-Acepto tus disculpas Will, pero no quiero que te alejes.

Me inspeccionó por un momento y luego con cuidado se acercó tomando lugar en cuclillas frente a mi quedando a la misma altura. 
-No soy bueno para ti Alice. Me costó aceptarlo pero no es más que la verdad.-levantó la mano y pasó un dedo por mi mejilla.-Necesitas a alguien tan perfecto como tú y lamento decirte que esa persona no la encontrarás aquí dentro.

-¿Y que sucede si yo no busco a alguien perfecto?-susurre.

Suspiró mirándome como si no supiera como responder.

-¿Will?

-Sólo conseguiré hacerte daño. Eso es lo que hago con todo lo que me interesa, con todo lo que quiero, siempre encuentro la forma de arruinarlo. Haga lo que haga no puedo evitar dañar a las personas que quiero.

Esta vez fui yo la que tocó su cara y puse ambas manos en sus mejillas tomado su rostro mientras me acercaba. Parecía tan desolado, como si pudiera quebrarse en cualquier momento, luchando con lo que creía correcto y lo que quería.

-Podemos intentar que funcione.-susurre de manera tranquilizante, lo cual me sorprendía a mi misma, en el interior estaba aterrada. Pero él se estaba abriendo a mi y no podía dejarlo pasar.-Sólo necesito que me des seguridad, que me prometas que tratarás que esto marche bien y que cuidaras de mi como yo aré de ti.

No podía leer su rostro, parecía en blanco por un momento, como si no supiera que hacer. Luego de un minuto volvió a centrarse en mi y acercó mi rostro con lentitud, tirando de mi mientras posaba sus labios sobre los mios. Fue un beso lento y dulce que removió mi organismo por completo.

Apoyó su frente con la mía al separarnos.
-Prometo hacer que funcione. Y no te precupes por el cuidado, yo me encargo de ti incluso cuando no lo parece.

Quise preguntarle a que se refería, pero volvió a besarme otra vez de forma más intensa.

Esa tarde no me importó perderme el almuerzo.


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Capítulo 20

-Quiero saber cosas.

Estamos caminando por los alrededores, paseando vagamente mientras todos se alimentan en la calidez de la cafetería. Will roza el dorso de mi mano suavemente a medida que avanzamos.

-¿Qué es lo que quieres saber?

Lo pensé por un momento, decidiendo que debería preguntar primero.

-¿Por qué tienes archivos personales de cada estudiante? ¿Cómo los consigues? ¿De que te sirven? ¿Porqué...-Will me detuvo abruptamente poniendo una mano en mi boca.

-Una a la vez.-sonrió soltándome.

-Muy bien, mientras busco mi una a la vez contesta eso.

-En realidad es muy sencillo y no se porqué te sorprende.-se encogió de hombros-Esos documentos los consigo fácilmente, así como consigo cualquier tipo de ilegalidad en este lugar. ¿Que hago con ellos? Nada, sólo están ahí, como el historial de cada persona, sirven mucho cuando quieres conocer el pasado delictual de alguien que intenta meterse contigo.-me miró de manera significativa.

-¿Cómo consigues meter alcohol aquí? Esto es casi una prisión y que yo sepa no manejamos dinero y mi teléfono fue confiscado al entrar.

-Es ahí donde viene lo interesante.-llegamos a una pequeña zona que no reconocí.-Mi padre es un hombre de muy buenos recursos y es capaz de conseguir lo que sea. Así que mientras su hijo era privado de una libertad preciosa él manipuló todo como siempre y me consiguió una mejor estadia a base de esos "recursos."

Confundida me detuve cerca de una piedra plana y me senté.
-No lo entiendo.

-Hace negocios Alice y hablo de negocios sucios,

tiene gran influencia y la usa como le da la regalada gana.

-¿Y si tiene tanta influencia porqué no te sacó de aquí?

-Porque a pesar de todo soy lo único que le queda y aquí estoy mejor de lo que podría estar afuera.

-¿Porqué?

-Esa es historia para otro día. Mejor cuéntame algo de ti. ¿Como era tu vida antes de llegar aquí?-se sentó junto a mi y me estrechó con un brazo.

-Bueno, era muy normal. Asistía a una escuela no muy lejos de casa, con varios amigos. Vivía con mamá y mi tiempo se dividía en los estudios y una que otra salida. Nada muy emocionante.

-¿Tienes hermanos?

-No, supongo que mis padres no duraron lo suficiente, además ni uno de los dos volvió a tener planes muy familiares. Pero supongo que es mejor así.

-¿Lo extrañas?

-¿El qué?

-Tu vida antes de caer aquí.

Pensé en aquello y en la melancolía que me abundaba al pensar en mi hogar.
-A veces, sólo extraño la calidad de esa vida.

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Todos los alumnos de último año deben inscribirse en la ficha práctica del baile anual.
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¿Baile anual? Cómo es que no había oído de eso antes, normalmente los eventos escolares son muy comentados y sea como sea esto también es una escuela. Sólo fue el año

anterior cuando se celebró un baile escolar en mi antiguo Instituto y dio mucho de que hablar, las chicas se consumian de emoción hablando de vestidos y peinados y los chicos se esmeraron consiguiendo citas. Yo misma recorrí siete tiendas buscando el par adecuado de zapatos para el bonito vestido púrpura que usé. Pensar en eso ya bajaba mi ánimo. ¿De dónde sacaría un vestido aquí?

-¿Baile anual?-me giré y vi a Scott parado atrás de mi observando el anuncio.-Supongo que será muy divertido.

Acomode el pequeño bolso con mi ropa de deporte en mis manos y lo analice.
-No lo sé, tu llevas más tiempo aquí, deberías saberlo.

-Es una tontería, pero al menos se nos permite pasar el toque de queda.-puso un mano en su barbilla como si reflexionara un momento; me dedique a mirar su cabello moicano y su ojos azules pensativos.-¿Tienes pareja para el baile?-dijo tomandome por sorpresa.

-Acabo de enterarme, no es necesario destacar lo obvio.

-Buen punto, aunque si yo fuera tú no me preocuparía mucho por esto, lo entretenido siempre viene después.

-¿Después?

No me contestó, por el contrario se giró y saludó a Will que caminaba en nuestra dirección. Sonreí mientras lo miraba avanzar por el pasillo, cualquier chico se quedaría corto junto a él. Un pequeño alboroto tomó mi estómago mientras recordaba la tarde de ayer, había sido demasiado bueno para creerlo aún.

Llegó a nuestro lado y saludo a

Scott dándole una pequeña palmada en el hombro y caminó directo hacia mi. Sonreí más aun mientras me estiraba para devolverle un beso. 
-Hola.
Me apretó un poco y sonrió.
-Hola.

Sentí a Scott toser fuerte, lo mire un segundo y luego reaccione.
-No digan nada, no es necesario.-dijo y se marchó.

Will miró el anuncio en la pared.
-Supongo que estarás esperando el sábado con ansias.

-No en realidad.-me alejé de la pared y caminé por el pasillo camino a la clase de gimnasia, Will me siguió.

-Las chicas suelen volverse locas con estas cosas, ¿Porqué no te alegra?

Lo miré con una sonrisa triste, él no entendía mi punto de vista, me decepcionaba un poco que cosas tan normales como un baile escolar no pudiera ser como tal y eso en realidad no era todo, pensaba en esta ocasión y la que estarán viviendo mis amigas en casa, en estas fechas también se celebraba un baile en el instituto y yo me lo perdería, no podría compartir la emoción y el momento y por el contrario estaba aquí, en un mundo paralelo en cuál solía sentirme muy sola sin esa alegría.

-No me va mucho el bailar.-Bueno, eso no era del todo una mentira, pero no quería alargar más el tema.

-Bien, ahora tengo una excusa suficiente para robarte mientras todos ocupan la pista de baile.

-¿Qué quieres decir?

Sonrió, pero no contestó, se detuvo frente a la puerta de los vestuarios y besó mi mejilla antes de marcharse. Aturdida observé su espalda

mientras se adentraba en los vestuarios de chicos.

El lugar ya estaba abarrotado cuando entré, ésta institución no está repleta de chicos, pero extrañamente los espacios se hacían cada vez más pequeños. Caminé hasta uno de los casilleros más alejados y me comencé a desvestir, doblé mi blusa de forma ordenada y la guardé en el reducido espacio, tomé la camiseta y me la puse. Tras varios fallidos intentos había logrado ajustar un poco mi holgado pantalón de buso, me llevé más de un gritito y una que otra gota de sangre por clavar la aguja en mi dedo en lugar de la tela pero el resultado ya estaba. Satisfecha desabroche mi falda guardandola junto con mis medidas y zapatos formales. 

-Linda ropa interior fenómeno.
Me volteo tomando instintivamente el pantalón, por un momento había olvidado a las otras chicas, incluso el ruido se me hacía tan habitual que era fácil dejarlo de lado. Sasha está ya vestida, observando mi apariencia con aparente mofa, su grupo de pirañas está a su espalda sonriendo de igual forma.-O sea, puedo entender que seas una mojigata, pero como mínimo podrías usar una tanga, esas bragas solo espantaran chicos Alice. Aunque que si somos sinceras dudo que alguno quiera meterse entre tus pantalones.-rió estrepitosamente y las demás la siguieron. Miré hacía abajo confundida por un momento, mi ropa interior negra no tenía nada de malo, era bastante simple en realidad. 

Me encogí de hombros

y la ignoré. Me senté en la larga banca pegada a la pared y metí una pierna en mi pantalón, no alcance a meter el siguiente pie cuando la prenda fue arrebatada de mis manos. Sasha la sostuvo en alto triunfante. Enojada me levanté.
-Dame mi pantalón.

Sonrió aún más.
-¿O qué?

Varias chicas ya habían salido, solo un pequeño grupo se encontraba aun en el vestuario y nos miraban con atención. Apreté los puños.

-Deja de ser tan odiosa y dame mi pantalón.-estire la mano rápidamente tratando de alcanzar la prenda pero ella me esquivó. Tome su brazo y la retuve fuerte clavando mis uñas en su piel. Soltó un gruñido digno de un gato en celo y me apartó de un manotazo. Volví a lanzarme contra ella empujandola hacia la puerta, tomé el pantalón y tiré de él, Sasha lo retuvo fuertemente.-¡Ya sueltalo! 

-¡No! ¡Amanda abre la puerta!
La chica pasó veloz por nuestro lado y abrió la puerta que daba hacía los corredores. Sasha tiró del pantalón y me empujó fuera del vestuario cerrando la puerta en mi cara.

-¡Hey no!-grité golpeando la puerta.-¡Basta, no puedo estar aquí desnuda! ¡Quiero que me devuelvan mi ropa! ¡Sasha!-golpeo más fuerte pero solo escucho risas.-¡Maldita hija de puta!

-Que trasero tan lindo tenías escondido novata, quién diría que no eres tan santa cómo todos imaginaban.-me congele inmediatamente al oir esa voz, no la escuchaba hace un

buen tiempo y un escalofrío me recorrió el cuerpo. 

Me volteo pegando mi espalda a la puerta tratando de bajar mi camiseta inútilmente. Max esta de pie frente a mi. La última vez que nos vimos no éramos exactamente amigos. Puedo sentir el sonrojo en mis mejillas.
-Vete, déjame en paz.

-Estás en el pasillo, por aquí puede caminar cualquiera.

-Entonces sigue caminando.

-¡Alice!-Will llegó rápido a nuestro lado a la distancia distinguía la vena de su cuello hinchada. Dios no ahora, no permitas esta vergüenza. Me miró de arriba a bajo y su ceño se fruncio aun mas, totalmente confundido. 

-Will por favor no te quedes allí mirándome, ayúdame.

Parpadeo un par de veces hasta que reaccionó, miró a Max ofuscado y se interpuso entre él y yo, cubriendo mi cuerpo con el suyo.
-Sal de aquí Max, ahora.-gruñó.

-¿Porqué?-se cruzó de brazos.-si a ella le gusta mostrar el culo no puedo hacer más que mirar.

Sonrió en mi dirección moviendo la cabeza. La espalda de Will se tensó, se movió con evidente intención de golpearlo, pero lo tomé de la camiseta antes de que hiciera cualquier cosa.
-Will, no. Estoy sin pantalones, no hagas un escándalo que provoque que más personas me vean así.

Se volteó y suspiró. Observó mis piernas un momento y luego volvió la vista a mi rostro.
-Me pones las cosas cada vez

más difíciles.
Me hizo a un lado y pateo la puerta, ésta se abrió de golpe y escuché el grito de las chicas en su interior. Will me tomó de la mano y me adentró en el vestuario. Caminó conmigo hasta el lugar en el que Sasha se encontraba, nerviosa miré a mi alrededor al resto de las chicas.

Sasha se movió con evidente nerviosismo, aún así me sorprendí al ver como una sonrisa surcaba su rostro.
-Will, cariño ¿A qué debo ésta agradable intromisión?

Will me acercó suavemente a ellos, relajado posó una mano en mi cintura.
-Agradezco que me quieras facilitar la tarea exponiendo a esta dulzura y sus atributos, pero en realidad me agradaría aún más que me dejaras a mi explorar esa faceta tan sensual que hay en ella.-tomó el pantalón de las manos de Sasha y me lo entregó.-vístete preciosa, que si quiero verte desnuda la ropa te la quito yo.

Más que sonrojada me aleje de ellos prometiendo regañarlo luego por decir esas cosas; me coloque el pantalón y me acerqué a mi bolso aun abierto, tomé mis zapatillas deportivas y me las puse.

-¿Es que ya te haz olvidado de mi?-Sasha se acercó a Will, pasando un dedo por su pecho. Sentí algo hervir en mi interior al ver ese gesto tan sencillo pero íntimo.-me tienes un poco abandonada cariño, extraño jugar contigo.

Will sonrió y yo apreté los dientes. Tomó su mano con delicadeza y la alejó de su cuerpo.
-Bueno, creo que mientras esa hermosa chica no se canse de mi, tú y tus "juegos"

no estan en mis planes. De hecho, dudo que puedas siquiera volver a estarlo.-se movió en mi dirección, sonreí para mis adentros.-¿Lista para ejercitar ese cuerpecito lindura? La clase nos espera.

Asentir me costó menos que guardar la sonrisa, me levanté y tomé la mano que me ofrecía. En ese momento pasar junto a él por el lado de Sasha no me importó, tampoco el hecho de que ahora estaría en el ojo del huracán de esa y quizá cuantas chicas. Por este momento, soy yo, yo y solo yo.

Salimos al pasillo y Will tiró de mi en dirección contraria al gimnasio, corrió conmigo casi a tropezones hasta una puerta que ya reconocía como el armario del conserje, el recuerdo de Scott y yo escondidos allí me hizo parecer una eternidad mi estadía en ese lugar. Will abrió la puerta y nos introdujo a ambos, el lugar estaba a oscuras y choque con lo que parecía era una escoba. Me pegó a la pared mas cercana derribando uno que otro utensilio de aseo.
-Oye que...-me besó cubriendo mis palabras, pegó su cuerpo al mío profundizando el beso. Solté un suspiro y lo tomé del cuello. Pasó sus manos por mis caderas y bajó hasta tomar mis muslos, me levantó hasta que lo rodeo con mis piernas; comienza a trazar suabes besos y mordiscos desde mi barbilla hasta mi cuello.

-Tendré sueños muy insinuantes con esas piernas, y aún más con ese trasero.-se apretó a mi para marcar sus palabras.

-No deberíamos estar aquí, notaran que faltamos a clase.-me separé un poco y traté de observarlo en la oscuridad.

-Me da igual.-volvió a besarme.-no es como si pudieran darnos detención o algo así, estar aquí es castigo más que suficiente.

Abrí la boca para contradecirlo, pero volvió a tomar mis labios. De pronto la puerta se abrió de golpe iluminando mi rostro seguramente sorprendido. Will y yo nos congelamos por un segundo, cual me pareció una eternidad.


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Capítulo 21

El conserje parecía tan estupefacto como yo, lamentablemente no tuve oportunidad de ofrecer una excusa razonable antes de que Will gritara «¡A un lado todos!» mientras corría conmigo al hombro, no pude parar de reír hasta que me dejó en el suelo. Lo golpeo en el brazo mientras mi respiración se vuelve regular y mi estómago deja de doler por las carcajadas.

-¡Eres un idiota!

-¿Que esperabas? No había forma de explicar esa escena.

Ríe mientras pasa un mechón de cabello tras mi oreja. Lo miro detenidamente sintiendo algo extraño en mi interior. 
¿Cuando cambiaron tanto las cosas? Me encanta este Will, despreocupado, tierno y risueño.

-Ven, deberíamos ir al gimnasio-toma mi mano y hecha andar por el pasillo.

De pronto un sonido que hace mucho tiempo no oía sonó. Escuché a Will maldecir por lo bajo mientras metía la mano a su bolsillo y sacaba un teléfono celular. Se llevó el aparato a la oreja y verificó que nadie estuviera rondando por el pasillo mientras contestaba. Mi boca estaba abierta por la impresión y no pude evitar exclamar un grito ahogado.

-¿Que pasa?-dijo a quién sea que lo estuviera llamando.-no es un buen momento, ¿No puedes esperar hasta más tarde para hablar lo que sea que quieras hablar conmigo?

Me miró por un segundo y luego su emtrecejo se frunció.

-¿De qué hablas? ¿A que te refieres con...? No puedes estar hablando en serio... Lo sé, está bien.-Me limité a observarlo, el de pronto parecía preocupado.

Cortó la llamada y guardó

el teléfono en su bolsillo, apretó mi mano y sonrió con tranquilidad mientras volvía a caminar en dirección al gimnasio. No debería sorprenderme el hecho de que tenga un celular, él tiene más comodidades y cosas que cualquiera, eso ya me lo explicó una vez. Aún así quería preguntar que sucedía, de que se trataba todo esto, pero en el fondo una pequeña vocecita me recordó que los asuntos de Will eran eso, de Will y que nada bueno sucedía cuando me entrometía.

El resto del día lo pasé debatiendo si debía preguntar por la llamada que había recibido, pero Will parecía absorto en sus pensamientos, como si algo le preocupara en serio. Se despidió de mi con un pequeño beso en los labios mientras marcaba un número en su celular y se marchaba hasta su edificio hablando con quién sea que este en la otra línea. Resignada subí hasta mi dormitorio, Lou estaba allí ya con su pijama puesto. 

-Alice.-dice.

Me sorprende oírla decir mi nombre, lleva bastantes días ignorandome. La miro esperando que diga algo más.

-Sólo quería decirte que hoy antes de la merienda a venido un guardia y a preguntado por ti, dijo que mañana a primera hora te presentaras en las oficinas.

-Oh, bueno gracias.

Asiente y luego se voltea metiéndose en su cama. Me duele que ya no me hable, después de todo en gran parte es mi culpa. Puedo entenderla, me ayudó cuando lo necesité, pero estoy aprendiendo a entender a Will y no es un mal chico, mi corazón me implusa a creer que los errores del pasado no los repetirá, me lo prometió y quiero confiar en eso. Lou no lo entiende, y

no me siento con las fuerzas necesarias para explicárselo ahora.

La mañana siguiente me levanté rápido tras ver que mi alarma no había sonado, tomé mis cosas y corrí al baño, estuve lista en tiempo récord y decidí saltarme el desayuno.

Cuando llegué a las oficinas la secretaria me indicó una de las puertas, me sorprendí al encontrar a mi abogado allí, ha pasado buen tiempo desde que se presentó por aquí.

-Hola.

-Alice-se acercó y me dio un pequeño apretón de manos.-por favor, toma asiento.

Me senté frente a él en la pequeña mesa que nos separaba. Puso una carpeta sobre la mesa y me removí nerviosa.
-Tengo excelentes noticias, tu juicio será dentro de dos días.-abrí los ojos como platos, no me esperaba eso en absoluto.-disculpa que halla esperado tanto para decírtelo, pero tu madre decidió que no sería bueno que lo supieras con mucha antelación, ella piensa que no necesitas más problemas comiendote la cabeza y la entiendo, estar aquí ya es duro.

Lo observo espantada, ¿Cómo podría ser bueno que tenga sólo dos días para similar la situación? Necesito preparame mentalmente. 

-Ahora quiero que hablemos de lo que dirás en el Tribunal, debes dejar en claro que sólo lo hiciste para defender a tu madre. Llegaste de la escuela y viste a Harold siendo agresivo con ella.

-Claro.
No puedo decir más que eso, mi mente es un torbellino en estos momentos. 

-Ten seguridad de que ganaremos, el caso esta completamente a tu favor. Dos días más y no tendras

que volver a pisar este lugar.

Mi mirada se encuentra rápidamente con la de él, dos días. No volveré a ver a Will. Es demasiado, necesito procesar esto con tranquilidad. «Dos días» ¿Cómo se lo diré? Las cosas están muy bien entre los dos. Dejar este lugar no me entristece, pero dejarlo a él... Mis sentimientos me están traicionando, debería estar alegre y feliz de que me iré, pero quiero demasiado a Will, «lo quiero». Sí, claro que sí. 

-¿Alice?
Vuelvo a la realidad y me doy cuenta de que tengo las manos apretadas, levanto la vista y miro a mi abogado.
-¿Estás bien? Pensé que te alegraría la notícia.

Rápidamente compongo una sonrisa falsa.
-¡Claro! Me alegra mucho, es solo que el sábado se realizará un baile y me había hecho mucha ilusión.-no es del todo una mentira.

-Seguro que en tu antigua escuela también tendran algo preparado, no te desanimes.-asiento mirando la madera barnizada de la mesa.-nos vemos en dos días, tu padre pasará a recogerte a las diez en punto. Te aconsejo que metas tus pertencias en una maleta y la dejes sobre la cama, sólo para prevenir.
Vuelvo a asentir incapaz de decir algo.
-Nos estaremos viendo, adiós.

Me marcho con la cabeza hecha un lío, el viernes probablemente sea mi última mañana aquí. Debería alegrarme, pero no puedo. Volver a mi antigua vida parece algo irracional, complicado y fuera de lugar, no es totalmente factible que gane el caso, ¡Ja! A quién quiero engañar, es muy probable que el viernes por la noche esté de vuelta en casa. Sin darme cuenta estoy parada en el viejo roble,

no quiero ir a clases, así que sin pensarlo dos veces mis pies me conducen hasta una de las entradas del viejo gimnasio. Entro en el lugar y todo esta muy oscuro, no sé que hago aquí, pero aún así me adentro en el escondite de juntas clandestinas. Paso por la improvisada pista y me dirijo a la habitación que Will ocupa como oficina, entro sin encender las luces y me recuesto en el frío sillón. 
¿Que voy a hacer? ¿Cómo se lo diré? Ni siquiera aceptan visitas en este estúpido internado. «Como si Will fuese a aceptar algo así» Es obvio que en cuanto salga de aquí los cosas serán como antes, será un idiota con todos y Sasha intentará que vuelva a tirarsela de vez en cuando. Me hierve la sangre de sólo pensarlo. No, no debo pensar así.

No se cuanto tiempo pasa cuando me quedo dormida. Una suave caricia en el brazo me despierta, abro los ojos y Will está allí mirándome con preocupación. Me incorporo mientras toma asiento a mi lado.
-¿Que haces aquí?-pregunta con suavidad.

-¿Que hora es?

-Cerca de la una. Responde mi pregunta.-gruño un poco ante su tono, nunca dejará de ser un mandon.

-No pasa nada, solo quería estar aquí un momento, pero me dormí. Lo siento.

-¿Por qué te disculpas? Me encanta que estes aquí.

Lo miro un instante, y acaricio su mejilla. Me acerco y me acurruco en su regazo, parece sorprendido pero no me rechaza, en cambio me rodea con sus brazos. Tomó su cara entre mis manos y lo acerco más a mi, lo beso lentamente, intentado olvidar que en dos días no lo volveré a ver, nuestros caminos no volverán a cruzarse, eso es seguro.

Yo llevaré una vida aburrida hasta terminar el instituto y luego me marchare a alguna Universidad lejos casa, como siempre estuvo planeado, y él terminará aquí su último año de insituto y luego seguirá con su vida, sin mi. En estos pocos meses este hombre me revolvió de tal forma que se metió bajo mi piel, se convirtió en el caos que necesitaba en mi monótona rutina.

Me apreta más, pegando su pecho al mio, sus manos vagan por mi espalda mientras entrelazo mis dedos en su oscuro cabello, el beso ya no es lento si no que desesperado, como si me necesitara tanto como yo a él. Se recuesta sobre el sofá llevándome hasta quedar estirada sobre su cuerpo, pasa las manos por mi espalda y baja hasta el dobladillo de mi falda, la sube y acaricia mis muslos sobre las medias. Suelto un suspiro sobre su boca al sentir el calor de sus manos, me levanto un poco y me siento con mis piernas a cada lado de sus caderas, sin pensarlo dos veces meto mis manos bajo su camiza y toco su duro abdomen, no me sorprende que esté marcado como una barra de chocolate, subo la tela y lo miro fascinada.

-No pongas esa cara, haces que me den ganas de comerte entera.-apreta mis caderas de forma juguetona, me sonrojo al instante y aparto la mirada.

Se sienta sin soltarme y vuelve a capturar mi boca, le paso las manos por los hombros y luego vuelvo a enredar mis dedos en su cabello acercándonos más. Gruñe en mi boca mientras toma mi trasero y me apreta contra él, repite la acción hasta que

suelto un jadeo involuntario, paso mis labios por su cuello y luego hasta su barbilla. Empieza a subir mi suéter y blusa cuando un fuerte pitido nos sobresalta. Me levanto de un salto y miro en todas direcciones. 

-¡Maldición!-Will saca el teléfono de su bolsillo y contesta mientras su entrecejo se frunce, parece cabreado.-¡¿Qué mierda pasa ahora?!

Aprovecho para arreglar mi falda y mi cabello, acomodo mi sueter y le quito algunas pelusas. No puedo creer que me halla dejado llevar tanto y también estoy un poco enojada por quién sea que a osado interrumpir nuestro momento. Miró a Will ponerse de pié con el teléfono aún en su oreja, no quiero prestar atención a lo que dice, pero ha estado tan raro con esas llamadas que no puedo evitar escuchar.

-¿Hace cuanto de eso?... ¿Porqué esperaste tanto para decírmelo?...No eres tú el que está aquí encerrado..-se pasa una mano por el cabello-Pensé que habías cortado todos los lazos con Greco...Sí, claro, seguro que ahora también lo solucionarás, igual que hiciste con mamá. Vete a la mierda.

Cortó la llamada y lanzó el teléfono sobre la mesa, enojado golpeó la pared con un puño cerrado, ésta se agrietó y pegué un pequeño salto por la impresión. Me senté nuevamente en el sillón esperando que soltara su furia con todo lo demás antes de verme, pateó la silla y cuando ésta choco en el otro extremo de la habitación me miró. Su respiración es agitada y puedo ver que está tratando

de controlarse. Se me acerca como un depredador a su presa, puedo sentir la furia en su mirada, pero por alguna razón se que no me hará nada malo. Se para frente a mi y me toma por las axilas, levantándome hasta quedar a su altura, por instinto lo rodeo con las piernas y él me besa como un loco. Le devuelvo el beso y paso mis manos por sus mejillas. Se separa de mi y donde antes había enojo ahora solo hay paz, puedo verlo en su mirada.

-Si no hubieras estado aquí, habría hecho un gran caos. Me das más tranquilidad de la que espero preciosa.

Sonrío y se que es verdad, que no me está mintiendo, muerdo mi labio para reprimir las palabras que le dirán me posiblemente me iré en dos días. No, no se lo diré, no aún.

-Debes estar hambrienta, vamos a comer algo.
Me baja y me toma de la mano, para cuando llegamos a la cafetería está llena, tomo una bandeja y la lleno con grandes porciones, el no desayunar me está destruyendo las tripas.
Tomo asiento en la mesa de Will y nadie dice nada, excepto Scott que me saluda con una pequeña palmada en la espalda.

-Me alegra verte, pensé que habías desaparecido por completo cuando no llegaste a clase hoy. Pero estabas en buenas manos he-menea las cejas insinuante mirándonos a Will y a mi. Le propino un golpe en el brazo mientras estalla en risa.

Los otros ocupantes de la mesa no me miran directamente, pero parecen relajados, como si mi presencia no fuese un estorbo. Miro a Will charlar con un chico de cabello rubio junto a él, tiene el brazo apoyado en el respaldo de mi silla y me da suaves caricias con los dedos. Se ve tan relajado y algo en mi se quiere hechar a llorar, lo extrañaré.

-Alice-miro a Scott que me está hablando con la boca medio llena-¿Ya sabes que usarás el sábado?

Niego con la cabeza, quiero evitar el tema por lo que pregunto: 
-¿Que hacías antes de entrar aquí Scott?
Él me mira y luego a Will, parece confundirle mi pequeño cambio de tema.

-Hacía estupideces con Will.-me mira con una sonrisa en los labios. Lo miro confusa no sabia que ellos se conocieran desde mucho antes. 

-Más bien, tú hacías las estupideces y yo te cubría.-interviene Will.

-Te recuerdo que tu caíste aquí primero.

-Oh por favor, no paso ni un mes cuando llegaste tú.

Me río a pesar de que ambos parecen muy serios cuando se lanzan una verdura tras otra. Una zanahoria pega en mi mejilla justo cuando creí que habían parado, me volteo hacia Scott que levanta las manos con gesto inocente.

-¿Y tú que hacías antes de llegar aquí pequeña Alice?

Remuevo mi comida con mi tenedor, pensar en cómo era mi vida antes no es que me agrade ahora precisamente.
-Mi vida era bastante normal.

-Muy emocionante-responde sarcástico.-Oh Will antes de que lo olvide ya conseguí lo que querías para el sábado.

Me volteó confundida para mirar a Will.-¿Qué cosa?

Pone mala cara y le lanza una mirada severa a Scott.
-Nada importante.

-Puedes decírmelo.-insisto, no puedo creer que esté planeando algo, siempre con secretos, ya imagino los problemas que causará.

-Es una pequeña sorpresa que tengo para ti, no tan sorpresa ahora.

Mi entrecejo se relaja pero mi cuerpo no, el sábado no estaré aquí. Finjo una sonrisa y tomo su mano. «eres una tonta» susurra una vocecita en mi interior.


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Capítulo 22

El día miércoles pasó tan rápido que sin darme cuenta ya era jueves, me levanté un poco más tarde de lo normal con la esperanza de que Lou ya se hubiera marchado a la cafetería a desayunar, y así fue. 

Tomo mi uniforme y lo aparto junto con las cosas que necesitaré para hoy, mientras que meto todo lo demás en mi pequeña maleta, la misma que meses atrás estuvo hecha sobre mi cama para llegar aquí. Guardo todo, incluido el libro que me enviaron mis amigos y escondo la maleta bajo la cama, no quiero que Lou entre y la vea, sacará sus conclusiones y temo que pueda decir algo.

Cuando llego a mi primera clase me alegra un montón ver a Will en la puerta, está charlando con Scott y ambos parecen serios, como si algo les preocupara. La verdad es que si éste fuera cualquier otro día me comería los nervios intentando averiguar qué está ocurriendo, pero lamentablemente es posiblemente el último y pienso aprovecharlo. Me aproximo a Will y lo redeo con los brazos, pega un pequeño brinco, el cuál me sorprende tanto como a él, suele estar siempre muy alerta, pero ahora parece distraído. Se voltea y me pasa los brazos por los hombros, se acerca y me da un dulce beso en los labios.

-¿Que tal todo?-pregunto y miro a Scott para incluirlo en la pregunta.

-Todo bien.-se adelanta Will.

Entramos a biología y ésta vez tomo asiento junto a él, no suelto su mano a menos que sea para tomar algún apunte. Lo sé, estoy prácticamente comportándome de manera obsesiva, pero tengo éstas horas hasta el toque de queda para aprovecharlo, por otro lado Will no parece

complicado con mi extraño comportamiento, por el contrario me da pequeñas caricias con su pulgar en el dorso de la mano. Cuando la clase finaliza, salimos al pasillo y sé muy bien que tenemos distintas clases, pero soy incapaz de soltarlo. Me mira de forma interrogativa y de inmediato sonrío para no parecer extraña, lo suelto mientras dejo salir una pequeña risa nerviosa.

-¿Estás bien?

-Claro, todo bien ¿Porqué?

-No lo sé, siento que algo te está acongojando.

Sonrío con más tranquilidad de lo habitual.
-No pasa nada, eres tú el que está actuando raro ¿Tiene algo que ver con esas llamadas que recibes frecuentemente?

Su rostro se ensombrece y lamento haber abierto la boca, pero no puedo evitar preguntar sobre las llamadas, la curiosidad de saber que lo tiene tan preocupado es mayor.
-Nada de lo que tengas que preocuparte.

El timbre suena marcando el inicio del siguiente período pero no me muevo y él tampoco, me mira directamente y por alguna extraña razón siento que hay algo más en sus ojos, como si necesitara contarme algún secreto. Aparto la vista y miro el pasillo casi vacío.
-Deberías ir a clase.-dice y vuelvo a mirarlo.

-Sí, y tú también.
Asiente despacio, toma un mechón de mi cabello y lo pasa tras mi oreja, deposita un beso corto en mis labios y se voltea para marcharse. Me quedo mirándolo hasta que dobla la esquina del pasillo, está actuando extraño, o puede que sean ideas mías «¿Y si lo sabe?» No, eso es poco probable, pero es Will de quién estamos hablando, está al tanto de todo, aunque en estos

días parece sumido en sus pensamientos y estoy segura que todo se asocia a las llamadas que recibe, el día de ayer no pude evitar notar que dijo "mamá", así que puedo inferir que es algún asunto familiar.

El resto de las clases las pasé sin prestar atención realmente, imagino el día de mañana cuando tenga que ver otra vez a Harold, veré en qué estado lo deje realmente, aunque ya debe estar mejor; eso no me da mucha tranquilidad. Jamás he estado en un juicio ¿Que se supone que deba hacer realmente? No se más de lo que se transmite en televisión y en películas, dudo mucho que sea como ese programa televisivo que mi abuela solía ver, en que las personas acudían por toda clase de conflictos incluso algunos sin sentido. Dejo caer la cabeza sobre el pupitre ¿Que voy a hacer? Se que debo concentrarme en lo que relatare mañana y tratar de relajarme, pero no puedo evitar pensar en Will, debo decírselo, pero no aún, no se cuál será su reacción. Quizá nisiquiera le importe, tal vez es mejor que me marche, después de todo, lo que sea que tengamos nunca estuvo bien desde un principio, ésta rara relacion que hay entre los dos a sido caótica desde el comienzo y nada bueno puede salir de algo así. Sólo me engaño a mi misma, me cuesta admitir que temo a su reacción, si llegase a mostrarse indiferente acabaría conmigo. Me levanto desganada al sonar el timbre, camino hasta la cafetería pensando en mis opciones, pero decido no hacer nada aún.

Will ya está en su mesa cuando me acerco, me siento entre él y Scott, ambos tienen unas hojas junto a sus bandejas.
-¿Haciendo un poco

de tarea?-Sonrío cuando Will me mira.

-La maestra de historia cree que memorizar tantas fechas para un exámen mañana es pan comido.-frunce el entrecejo.-¿Qué es tan divertido?

-Lo siento, pero nunca pensé verte complicado con algún trabajo "señor perfecto."

Sonríe con suficiencia y se acerca hasta que su boca toca mi oreja.
-Me complican mucho más esas medias que tanto te gusta llevar. Son un estorbo.-susurra.

Me sonrojo de inmediato y rápidamente compruebo a los demás para verificar que no hallan escuchado, pero todos parecen estar en sus propios asuntos. Acerco mi boca de la misma forma que el hizo conmigo.
-Resulta ser que sin éstas medias moriría de frío.

-Yo podría quitarte el frío. Conozco buenas maneras.
Sonríe cuando se aleja, y me da un pequeño apretón en la pierna, vuelve a comer y mirar los papeles pero sé que está pendiente de mi reacción. Me concentro en la comida y en lo hambrienta que estoy, sólo para borrar los pensamientos inapropiados que inundaron mi mente, estúpido Will y sus insinuaciones. 

Termino de comer mucho antes que los demás, Scott y Will hablan sin importar que me encuentre en el medio, quiero levantarme y salir pronto de la cafetería sin parecer rara, pero estoy ansiosa, una pequeña idea se a colado en mi mente y no quiero pensarlo demasiado o terminaré por arrepentirme. Me levanto lentamente y tomo mi bandeja.
-¿Haz terminado?
Pregunto a Will, pero no espero

su respuesta, en cambio tomo su bandeja ante su cara de sorpresa y la pongo sobre la mía, camino sin decir nada hasta el carril de utensilios sucios, sé que viene detrás de mi y sonrío. Dejo las bandejas y me volteo, tiene una ceja alzada y los brazos cruzados, tiene pinta de estar muy serio pero no me lo creo. Sonrío con suficiencia.
-¿Qué?

-¿Qué se supone que estás haciendo? 
-Dejar las bandejas sucias.-digo inocente. Su entecejo se frunce, es obvio que espera otra respuesta. Tímidamente tomo su mano y camino con el fuera de la cafetería, intenta detener el paso pero hago un gran esfuerzo y sigo caminando, sé que si quisiera detenerme ya lo habría hecho así que no paro hasta que estoy en las áreas verdes. Miro en todas direcciones y solo cuando no veo a ni un guardia me adentro en los árboles. Me volteo para mirar a Will y parece divertido, me detengo frente a la entrada del escondite.

-Muy bien ¿Me dirás de una vez que sucede?

-Sólo quiero pasar la tarde contigo, no me apetece entrar a clases.-meto las manos en la malesa buscando la pared falsa.

-¿Qué te hace pensar que yo quiero perder clases?
Si me lo hubiera dicho en otra circunstancia habría reído, pero su tono a cambiado y repentinamente parece serio así que me volteo indecisa.

-Oh, bueno, si no quieres yo podría...hum, tu puedes volver si quieres.
Muerdo el interior de mi mejilla nerviosa. Will me mira un momento y suspira, me abraza y deposita un beso en mi frente.

Mi cuerpo se relaja al instante y rodeo su cintura con mis brazos.

-Debes aprender a que a veces puedo bromear Alice, no te tomes todo tan en serio.
Me alejo de él y lo golpeo en el pecho.

-Lucias realmente serio.

Toma mi mano y nos mete a ambos en el escondite, me lleva hasta la habitación continua y sonrío al ver el sillón, me siento con las piernas estiradas mientras él enciende las luces de su oficina. Se acerca y se sienta, toma mis piernas y las mueve para dejarlas sobre sus rodillas. 
-El sábado cuando el baile finalice todos irán a sus dormitorios y luego cuando las luces de los pasillos se apaguen todos vendrán aquí, tendremos una fiesta a todo dar, sin importar que alguien nos escuche, es casi final de año escolar y dudo que nos puedan meter a todos en el cuarto de aislamiento.-Sonríe y me acaricia las piernas.-Lo pasaremos muy bien, ya lo verás.

Muerdo mi labio para evitar el temblor, me acerco todo lo que puedo y me subo a su regazo. Se lo diré, es el momento, lo tomo por las mejillas y lo acaricio, tiene la barbilla rasposa por la barba creciente y marca aún más sus razgos, me encanta. Abro la boca para decir que me iré por la mañana, que lo extrañaré y que espero que el a mi también, pero nada sale. Will me toma por la nuca y acerca su boca a la mía, me besa lentamente haciendo que mi estómago se llene de mariposas. Reparte besos húmedos hasta mi cuello, lo tomo por los hombros para acercarlo más, pero es imposible. Me

sujeta las caderas con fuerza y se acomoda en el frío sillón, se recuesta y me deja sobre su pecho, sus manos recorren mi espalda para luego meterse bajo mi blusa, un escalofrío me recorre el cuerpo al sentir el aire frío. Me levanto hasta quedar sentada sobre él aún con sus manos bajo mi blusa, no se muy bien que es lo que estoy haciendo, pero parece correcto; lo agarro por la camisa y se la levanto, no es mucho lo que puedo hacer ya que esta sobre su espalda así que opto por desabotonar lentamente cada botón, me atrevo a mirarlo un segundo a la cara, me mira expectante y no puedo dejar de sonrojarme. Termino de abrir su camisa y dejo su torso al descubierto, paso las manos desde su pecho hasta su duro abdomen, y muerdo mi labio nerviosa cuando el comienza a desabotonar mi blusa, no es que sea insegura de mi cuerpo, pero se que tengo más defectos de los que querría contar y nunca me había preocupado de ellos hasta ahora, que tengo a este atractivo chico desnudandome. Abre mi blusa y la baja por mis brazos hasta quitarla del todo, cierro los ojos automáticamente, avergonzada paso los brazos por mi pecho y abdomen en un intento por cubrirme, pero siento sus cálidas manos alejando las mías. 
-Alice.-me llama-Alice mirame.-abro los ojos y veo su cara, no parece haber rastro de burla-Estás colorada como un tómate y sólo te he quitado la blusa, ni siquiera el corpiño cariño, no puedo imaginar que harás cuando me deshaga de tu falda.-sonríe y pasa su mano con ternura sobre mi cara. Lo golpeo en el pecho sin poder evitar reír, es obvio que él no tiene problemas de seguridad.

-¿Qué

te hace pensar que llegaremos tan lejos?-also una ceja y lo miro con suficiencia. Sonríe de forma arrogante y se sienta conmigo aún sobre él.

-Todo tu cuerpo me lo pide.-me besa el cuello y desciende hasta llegar al corpiño, me toma por la cintura y nos voltea hasta que soy yo la que está recostada sobre el sillón, reparte besos en mi estómago mientras el calor se apodera de mi cuerpo, tira del boton de mi falda y la baja por mis piernas hasta dejarme solo en medias y bragas. Sube nuevamente y me besa, sus manos pasean por mi cuerpo y yo hago lo mismo con el suyo. 
-Eres preciosa, no deberías sentirte tímida de un cuerpo tan lindo.-me derrito bajo sus palabras y el vuelve a tomar mis labios, baja las manos y me quita las medias mientras yo me ocupo de su pantalón, hay una extraña corriente que nos urge a darnos prisa en deshacernos de la ropa, su cuerpo se pega al mío y nos fundimos en calor y amor que ninguno de los dos está dispuesto a admitir, lo sé porque lo veo en sus ojos, y siento que debo estar mirándolo de la misma manera. 

En el exterior ha comenzado a llover, lo sé porque siento el sonido de la lluvia sobre el tejado. Will me envulve en un abrazo de oso que no me deja respirar, pero mantiene mi cuerpo tibio. Beso su hombro regocijada, nunca pensé que estaría en una situación como ésta, tan satisfecha y llena de amor pero a la vez triste y con dolor en el corazón. Si alguna vez pensé que sería difícil decirle adiós no puedo imaginar como será ahora, con él se quedarán todas mis vivencias más fuertes, mis cambios más drásticos y mis experiencias buenas y malas. Si no lo vuelvo a ver, lo recordaré como el hombre que me torturó por semanas e hizo de mi vida un caos y también como el que se llevó mis suspiros y mi corazón, el que me hizo sentir cosas que jamás había sentido. Will es parte de esta etapa, de este lapso de caos en mi vida, fue lo único constante, de mis enojos y rabietas, le dediqué tantos pensamiento de odio como de amor y hoy, cuando estoy a horas de dejarlo, cuando me abraza como si no quisiera soltarme nunca sé que no me arrepiento de haberme entregado a él, porque es el único que podía llevarse todas mis nuevas experiencias, incluida ésta.

Cuando vuelvo a abrir los ojos no se que hora es, me muevo incómoda por dormir en la misma posición toda la noche, pero el sillón no es tan grande como una cama y no se que me da más calor, si Will o la manta que sacó de un armario para taparnos. Logro sacar mi brazo y miro mi reloj de muñeca, 06:05 horas, debo volver a mi habitación. Me levanto sin hacer ruido luego de prácticamente hacer malabares para soltarme de Will sin despertarlo. Tomo mi ropa y me visto rápido pero en silencio, me acerco a la puerta y hecho el último vistazo al sillón.
-Te extrañaré.-susurro, aun cuando se que no me oirá.

Llego a mi dormitorio cerca de las seis con cuarenta, en los baños muchas chicas ya están tomando duchas y decido hacer lo mismo. Lou no está en su cama asi que aprovecho de sacar la maleta, tomo la ropa apropiada para el día de hoy y camino a los baños.

En las oficinas cerca de las diez está mi padre, sonríe al verme y me estrecha en un corto abrazo. 
-¿Lista?-dice cuando subo a su coche luego del papeleo que me permitió salir y se que se refiere al día que me espera, pero no puedo evitar pensar que tal vez no estoy lista para el cambio que se aproxima. No estoy lista para dejarlo.


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Capítulo 23

-...es por esto que declaro inocente a Alice Foster Kincaid de los cargos por violencia intrafamiliar.

Fue lo único que se me grabó, la mañana parecía salida de una película, escabullirse para no despertar a Will, abandonar a Will, ver a un magullado Harold a pasos de mi, escucharlo decir incoherencias acerca de mi incapacidad de mantener el control, la declaración de mi madre y de un vecino que escuchó los gritos; Harold esposado y yo fuera de todo cargo, esto es la vida real aunque me cueste creerlo, esto es mi vida. Salgo del octavo Tribunal de Portland junto a mis padres, no dicen nada mientras subimos al auto, no tengo ganas de hablar todo es demasiado caótico. Al llegar a casa me siento extraña, la fachada es la misma nada a cambiado pero hay algo diferente, quizá mi perspectiva es la que a cambiado me acostumbré al gris del ambiante y al azul del uniforme. Con un suspiro resignado entro a la sala principal, mamá me ofrece comer algo pero no tengo nada de apetito, subo hasta mi dormitorio, mi viejo y querido dormitorio, me alegra ver que todo está igual, mis libros, mis fotografías y recortes, ¡oh y la cama! Dulce cama como te extrañé, me tumbo sobre ella y aspiro el olor a suavizante en la funda de la almohada, por las noches en el internado añoraba esto, ésta comodidad y familiar fragancia a lavanda. 

Abro los ojos y por un momento me siento confundida, me dormí y la habitación está a oscuras, sé que no es muy tarde porque escucho la televisión en el piso de abajo, me incorporo y enciendo las

luces, me acerco al armario y saco mi pijama más cómodo, es bueno estar de vuelta, al menos así se siente cuando estoy en éstas cuatro paredes tan mías y familiares. Ya con el cambio de ropa bajo y me encamino a la cocina, mamá y sorprendentemente también papá están allí. 
-¡Oh cielo que bueno que despertaste! He preparado lasaña, sé que es tu favorita y seguramente tendrás hambre.-asiento forzando una sonrisa a mi madre, las cosas no pintan nada bien, puedo sentir que están tensos y me pregunto el porqué, ya he regresado deberían estar bien.

-No pensé que te quedarías papá-mamá me sirve una porción de lasaña y me siento en un taburete junto a la encimera.

-Me quedaré unos días, después de todo llevaba tiempo sin verte, ya sabes si no contamos los tramites de este asunto y todo eso.-pasa una mano por su nuca, es un gesto al que me he acostumbrado, lo hace cada vez que no sabe que decir o está incómodo.

-¿Que hay de tu trabajo?-pregunto mientras corto mi comida-¿Los muchachos estarán bien sin que los vigiles? 

-Todo estará bien. Los chicos están haciendo grandes progresos, Sam derrotó a Marcus en menos de dos minutos la semana pasada, ese chico es estupendo con los puños.-no puedo evitar fruncir el entrecejo al oírlo, papá entrena a futuros boxeadores profesionales, el lo hizo y ahora prepara a otros, y sé que siempre deseó que yo siguiera sus pasos, lamentablemente no fui varón y tampoco una niña con grandes gustos por el box, ni otro deporte, a veces me pregunto cuanto

le decepciona que no sea lo que esperaba, puedo ver en sus ojos la emoción cuando habla de los chicos y lo bien que progresan; a mi pocas veces me a mirado de esa forma.

-Alice te alegrará saber que con tu padre ya arreglamos todo, el director de la escuela a aceptado que vuelvas el lunes y continuarás con tu antiguo horario, ¡Oh! Y no debes preocuparte por tu maleta, tu padre irá por ella mañana y terminará el papeleo del internado. ¡Todo volverá a ser como antes te lo aseguro!-dejo de comer sin poder evitarlo, me limito a asentir, no debería sorprenderme pero esperaba un poco más de tiempo para mi. Miro el reloj en la pared «19:30» seguramente en el internado ya cenaron.

-Si no les importa volveré a mi cuarto, creo que el sueño aún no se me espanta.-me levanto desganada y subo a mi habitación.

Durante el fin de semana me dediqué a comprar algunas cosas, mamá insistió en que un poco de ropa nueva me sentaría bien al igual que otro par de zapatos, pero no necesito nada de eso. Me comunique con mis amigas y se alegraron bastante al saber que estaba de vuelta, Elizabeth prometió pasar por mi para ir a la escuela y se lo agradecí, no me apetece caminar tantas cuadras y mucho menos tomar el autobús, no el primer día. Volví a pararme frente al espejo, llevo jeans ajustados y un suéter semi holgado que me abriga lo suficiente sin hacer que parezca un oso, luce bastante bien. Me pongo una gorra de hilo color gris, el frío ésta mañana es terrible,

demasiado para las fechas en las que estamos, el calor ya debería presentarse por aquí. Escucho la bocina del auto anunciando la llegada de Elizabeth, tomo mi mochila y corro hasta llegar a la puerta principal.-¡Adiós mamá!-salgo y no puedo evitar sonreír al ver a mi amiga esperándome, sigue igual que cuando me fui, con su cabello color miel sobre sus hombros y esa mirada dulce y casi maternal que nos dedica a todos, subo al auto y la abrazo.

-¡Pero mirate nada más!-dice al soltarnos.-Estás increíble, no puedo creer que estés de vuelta. ¡Te he extrañado un montón!

-¡Yo también te extrañé! Luces igual de fabulosa que siempre, con esos estúpidos tacones que tanto te gustan y ese pintalabios rosa ¡incluso extrañé tu irritante taconeo!-ríe ante mi descripción mientras nos ponemos en marcha. Elizabeth siempre a sido demasiado glamorosa, tanto que no se por qué somos amigas, algo así como blanco y negro, pero bueno, lo opuesto se atrae y creo que yo complemento su lado más sencillo. Al llegar a la escuela no puedo evitar sentir nervios, siento que ha pasado una década desde que me fui y no un par de meses, nos metemos al estacionamiento y el disguto y nerviosismo se esfuma al ver a Nick y Harry apoyados sobre un auto charlando. Me bajo y camino hacia ellos los ojos de Nick fueron los primeros en verme, los abre como platos y sonríe golpeando a Harry para que me mire.

-¿Qué? ¿No me darán un abrazo?
Ambos me estrechan a su vez dejándome apretujada entre sus brazos casi formando un sándwich, río sintiéndome alegre después de mucho tiempo. Me sueltan

y caminamos al edificio mientras me llenan de preguntas como «¿Había guardias con armas?» «¿Las chicas eran rudas y sexis?» «¿Te obligaban a picar piedras?» soy consciente de que más de la mitad del Instituto me está observando, pueblo chico rumores grandes, curiosamente no es peor que la atención que recibí el primer día en el internado, esto es mucho más soportable. En mi primera clase saludé a varios chicos, recibí amistosas bienvenidas por parte de conocidos y maestros, es normal que exista cierta familiaridad, conozco a esta gente desde la escuela básica, solo los chicos del pueblo asistían al Instituto principal de la zona. Cuando la hora del almuerzo llegó me sentía bien, como mi antigua yo, era bonito imaginar que los meses en el internado en realidad no sucedieron, la espinita en mi corazón se niega a creer que volveré a ser la misma pero debo ser optimista, Will seguirá con su vida y yo debo hacer lo mismo con la mía. Entro a la cafetería y tomo una bandeja con comida, me dirijo a la habitual mesa junto a la ventana, los chicos ya están allí.

-Ok, ok, podría ser rosa pálido, no chicle sólo no lo sé más sobrio.

-Estas loca si piensas que usaré un traje color rosa Annie, soy un chico no una muñeca.

-¿De que hablan?-pregunto sentandome junto a Harry. Clara sonríe en mi dirección y pone ojos soñadores.

-¡El baile de último año! Estoy tan emocionada, no puedo esperar a lucir mi bonito vestido.

-Es una suerte que volvieras antes Alice, aún tienes ésta semana para que compres un vestido-Annie

mira a su alrededor antes de añadir.-y encontrar alguien que quiera acompañarte.

Mi entrecejo se frunce mientras recuerdo la época del año anterior cuando soñaba con este baile, solo asisten los de último año y es algo memorable, el último baile de tu último año. Ya no me emociona de la misma forma y la idea de "buscar" una cita me parece muy tedioso.
-Alice no tiene porqué preocuparse por conseguir acompañante, estoy segura de que muchos chicos querrán invitarla.-sonrío a Elizabeth, siempre pensando positivamente, es una pena que no me contagie su entusiasmo.

-En realidad-digo moviendo mi comida-no creo que asista.

-¿Cómo que no?
-¡No puedes faltar!
-Será genial Alice.
Asiento disgustada mientras todos hablan, no iré, falte al único baile que merecía la pena ir y deje prácticamente plantado a la única cita que me interesa. Asistir a este baile sólo me recordará lo que pudo ser y no fue. Elizabeth me mira con una ceja alzada.
-Cuando nos entreguen el anuario y seamos mayores y vengamos a las juntas de ex-alumnos todos contaran anécdotas, pero tú no participarás de ellas porque no asististe a tu último baile escolar. ¡Te quiero en esos recuerdos Alices!-Suspiro recignada.

-¿Cuándo dejarás de ser tan dramática Elizabeth?

-Cuando prometas que vendrás al baile.

-Prometo pensarlo.-abre la boca para contradecir.-es casi un posible si.
Es casi un posible absolutamente no. Los siguientes días transcurren igual de normales, mucho menos aburridos de lo que podrían ser en el internado, pero sigue faltandome esa pequeña adrenalina, el no

saber que sucederá al final de día o que ocurrencia tendría Will para meternos en problemas. No debería estar tan calado en mi corazón, pero cada noche volvían a mi los momentos más tiernos, dulces e íntimos que vivimos y sufro por que nisiquiera puedo llamarlo, o enviarle una carta, no porque los medios no me lo permitan, es el miedo el que no me deja, soy una cobarde y eso desde el principio cuando decidí que marcharme sin decir nada sería buena idea. Miro a los chicos del equipo de futbol americano entrenando, estoy en las gradas junto a Elizabeth, Clara y Annie, están charlando del vestuario, «el cuál a sido tema toda la semana», que usarán para el baile, me mantengo en silencio y sólo observo a Nick y Harry entrenar, antes solíamos venir y disfrutaba mucho de las charlas entre risas con las chicas, compartiendo uno que otro rumor y a su vez deleitarnos con el derroche masculino de fuerza del equipo que nos ofrece el Instituto y claro a su vez esperar a Nick y Harry para ir a comer algo luego. 

-Creo que el descanso del equipo ya inició, muy bien iré a ver a Connor, hay que hablar del sábado.-Elizabeth se puso de pie y bajó las gradas con toda la gracia que solo ella era posible conseguir, es un jueves muy caluroso y el sol hace brillar su cabello, es mi amiga, pero es tan perfecta que no puedo evitar sentir ciertos celos. Es muy estúpido, pero a su lado siento que luzco tan bien como un gato con vestido. Elimino esos pensamientos negativos. Annie y Clara continúan hablando, pero no les presto atención, me regargo sobre la espalda procurando que mi vestido no se suba mas de lo que querría

y contemplo el cielo despejado. 

-Alice.
Me incorporo ligeramente al oír mi nombre, un chico al cual he visto varias veces estos años, pero con el que nunca he hablado está frente a mi, creo que su nombre es Thomas.
-¿Si?

-Que tal soy Thomas.-sonríe y se pasa la mano por el mojado cabello castaño, luce agitado pero es obvio que el entrenamiento es el responsable.-me estaba preguntando que, bueno ahora que volviste y estás muy bien por lo que veo, si irás al baile éste sabado.-paso mi vista hasta las chicas detrás de él, levantan sus pulgares y sonríen de forma alentadora.-¿Ya tienes con quién asistir?

Miro nuevamente al chico frente a mi, es muy atractivo, pero sus ojos color esmeralda son cálidos y no oscuros y profundos como los de Will, con cierto misterio y recelo en ellos y tiene una sonrisa titubeante en los labios a diferencia de la arrogante y sarcástica a la que me acostumbré. Sacudo la cabeza borrando esos pensamientos, debo dejar de pensar en él, ya no es parte de mi vida.
-No, no tengo.

-Genial, es decir ¿Quieres ir conmigo?

-Está bien.-digo antes de pensar demasiado. Ahora tendré que comprar un vestido, fabuloso.

-¿De verdad? ¡Genial! ¿Está bien el sábado a las siete?-asiento tomando parte de su entusiasmo.-Bueno, nos vemos.

Se marcha y saluda a las chicas al bajar. Me levanto y tomo mi bolso, será mejor que vuelva temprano a casa si planeo ir a ese baile. Bajo los escalones y digo adiós a mis amigas, al llegar al último

escalón una risa chillona que el tiempo no me a permitido borrar llega a mis oídos, Jazmín Dosson la chica mas odiosa y estúpida del instituto está casi a un metro de distancia.
-Alice Foster.-dice acercándose.-mira nada mas, la Correccional te hizo muy bien, casi pareces una señorita, casi.

Sonrío cínicamente hacía ella y miro sus altos tacones ¿Quién usa tacones en la tierra y césped? Como desearía que se clavara allí rato.
-Y tu casi pareces decente, casi.

-Es una crueldad que te hagan volver a ésta escuela cuando tu reputación está por los suelos.-se mira las uñas indiferente.

-No es que me importe mucho lo que digan los demás.-acomodo mi bolso en mi hombro dispuesta a marcharme.-y parece que a ti tampoco, con ese cartel de puta ya debes estar acostumbrada.-sonrió y me doy la vuelta comenzando a caminar.

-¡El mismo que tiene tu madre supongo!-me paralizo, me volteo y apreto los puños.-no es rumor el porqué de tu pronta salida.

A una velocidad que nisiquiera me explico me abalanzo sobre ella, mi puño golpea su perfecta nariz de cirugía y escucho un crujido, grita, llora y patalea pero no la estoy tocando, me alejo unos pasos y veo a los chicos acercarse rápido, Elizabeth es la primera en alcanzarme.
-¡¿Que rayos acabas de hacer Alice?! ¡Creo que rompiste su nariz!

-¡Eres una delincuente!-grita Jazmín mientras dos chicos tratan de ayudarla.-¡Debiste quedarte en la carcel!

Veo a todos mirándome extraño, se que piensan igual, pero no me importa, tal vez si soy igual a los chicos del internado ¿Y qué? La opinión de los demás no me interesa. Me voy a mi casa con una nueva sensación en el cuerpo, adrenalina quizá, me gusta, sé que no es razonable recurrir a la violencia pero necesitaba descargarme, ya pensaré luego en las concecuencias. Llego a casa y entro como una exhalación, mamá está sentada en sillón con la televisión encendida, voy a pasar de largo pero me detengo al ver el enunciado de las noticias locales.
«Incendio en Internado R.P deja graves heridos.»
Imagenes de bomberos apagando el fuego y estudiantes en camillas son mostrados, escucho a mamá decir que es una suerte que no estuviera allí, pero no puedo pensar en otra cosa. Will.





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Capítulo 24

«-Se desconocen las causas del incendio que dejó a 11 estudiantes con quemaduras de primer grado y 3 con heridas leves, todos fueron derivados al hospital central de Portland, afortunadamente están fuera de riesgo vital y no han habido muertos. Tuvimos la declaración del oficial Jonson en el área...»

No puedo creer lo que veo y escucho, las imágenes del edificio de dormitorios en llamas me desconcierta, bomberos sacando estudiantes, otros con mascarillas para respirar, ambulancias, patrullas de policías. Sin pensarlo dos veces me encamino hacia la puerta, pero me detengo y volteo hacia mi madre.
-Dame las llaves de tu coche.-Parpadea sorprendida y no dice nada, estiro la mano en su dirección para que reaccione y me la entregue, pero niega con la cabeza.-necesito utilizar tu auto mamá, dame las llaves.

-¿A dónde piensas ir? 

-Al hospital.

-¿Para qué? Alice no tienes nada que hacer allí, esa no es tu gente, deberías dar gracias de que estás en casa y a salvo.-miro a mi alrededor y veo su bolso sobre la mesa, gruño mientras me acerco a el, lo abro y reviso hasta que encuentro las llaves, la escucho protestar mientras se acerca pero hago caso omiso y me encamino a la puerta.

Tengo los nervios de punta mientras conduzco, no puedo evitar temblar al imaginar volver a ver a Will y mucho peor si está en malas condiciones, no sabría que hacer. Llego al hospital y como siempre hay un buen ajetreo en la sala principal, paso veloz hasta la recepcionista y empujo a un par de personas en el camino para hacerme el paso.
-Hola.-digo totalmente agitada.

-Hola ¿En

qué puedo ayudarte?

-Necesito saber acerca de los chicos que llegaron aquí, los del internado, los del incendio.-estoy nerviosa y pensando a toda velocidad, la mujer me mira como si una chica de 17 años perdiendo los estribos fuera cosa de todos los días.

-Necesito que me digas un nombre o no podré ayudarte.

-William Drucci.-paso los dedos por mi cabello y miro el pasillo, los doctores transitan de aquí a allá poniendo a todas las personas aún más nerviosas.

-No tengo registro de que esté en éste hospital, aquí no ha llegado.

Un alivio me recorre el cuerpo, pero a su vez una nueva angustia se me instala ¿Dónde está? ¿Seguirá en el internado? ¿Habrá escapado o lo habrán enviado a casa? Miro a la mujer nuevamente y se que mi cara debe ser un poema por la forma en que me mira.-¿Podría usted, usted sabría si algún Scott está en esa lista?

Suspira pesadamente y alza una ceja en mi dirección.
-Necesito un apellido niñita.
Pienso rápido en ello pero no recuerdo haber oído el apellido de Scott antes, la mujer parece cada vez más frustrada con mi presencia así que decido alejarme. Camino hasta el pasillo y paso por distintas áreas, leo los carteles con indicaciones, veo a una enfermera leyendo un expediente, es joven, lo suficiente para ser prácticante, me acerco a ella y procuro poner buena cara.

-Disculpa.-me mira-hola, siento molestarte pero me he perdido, la recepcionista me dijo la dirección que debía tomar para ir al sector en el que se encontraban los chicos que llegaron por el

incendio del internado regional pero lo he olvidado, tengo tanto en la cabeza que no se como pasó y no quiero volver molestar a la mujer, parece estresada y de poco humor.-sonrío con mi sonrisa mas simpática e inocente, ella parece comprensiva, como si conociera de primera mano a la señora de recepción.

-Claro no te preocupes, toma el elevador hasta el piso seis, solo gira a la derecha en el pasillo y ahí están las salas, vengo de allí hay unos cuantos chicos aún siendo atendidos así que puede que no encuentres inmediatamente a quién buscas.

Bingo. Tiene una lista en la tableta.
-¿De casualidad hay algún Scott en esa lista?

-Hum ¿Scott Angur? 

Sonrío como si supiera de primera mano que es su apellido, pero me la juego y digo.-Ojos azules, cabello moicano, muchos tatuajes.

Asiente y sonríe como alguien que ha tenido que pasar un rato con Scott, doy gracias al cielo de que esta chica sea tan amable y que la suerte esté de mi parte.-Sala 24.
Le doy las gracias y corro al ascensor, en el piso seis me demoro un buen rato en encontrar la sala, pero gracias a los letreros logro llegar. Abro la puerta sin tocar, un balde de alivio me recorre al ver a Scott y mucho más al ver que esta despierto y sentado sobre su camilla, parece asombrado de verme. Tiene un parche en la frente y el brazo izquierdo vendado.
-¿Que tal?-digo al entrar y cerrar la puerta, me acerco despacio hasta la camilla.

-¿Que haces aquí?
Hago una mueca ante su tono, no es hostil pero tampoco alegre.

-Supe lo del incendio en las notícias y me preocupé, quería ver si...-me miro las manos, la inseguridad

que siento en estos momentos es extraña.

-Alice, todo está bien.

Vuelvo a mirarlo.
-¿Que ha pasado?-hace un gesto de contrariedad, como si supiera la respuesta pero no quisiera decirme.-¿Que te pasó?-cambio la dirección de mis preguntas e indico su brazo y cabeza.

-Intentaba ayudar a unos chicos de primer año a salir del edificio, al parecer lograron salir pero me he golpeado la cabeza, no se cómo-suelta una risa muy suya y me relajo.-quede en el suelo y bueno el humo hizo lo suyo y al despertar estaba aquí, con el brazo rajado y la cabeza rota. Muy lindo.

Sonrío al ver su buen humor, me siento en la orilla de la camilla frente a él.
-¿Que hay de Will? ¿Él está bien?

Frunce las cejas pensativo.
-Espero que sí.

-¿Dónde puede estar? Dudo que los alumnos puedan seguir en el internado después del incendio, ya no hay dormitorios, ¿Crees que los envíen a algún lugar?

-Si conozco a Will dejó el internado hace un buen rato y créeme estará en cualquier parte menos encerrado otra vez. De hecho yo tampoco pienso quedarme aquí, más tarde vendrán un grupo de oficiales a buscarnos, oí a las enfermeras hablando y no estaré aquí cuando eso suceda.-se levanta, aún tiene el uniforme puesto, su camiza tiene un rastro de sangre y sus pantalones estan sucios con tierra y hollín. No entiendo cómo piensa salir así, es seguro que estuvo con una bata antes pero se adelantó a mi llegada. Se calza los zapatos y me mira.-¿En qué viniste?

-En coche.

-¿Podrías

darme un aventon?-asiento-muy bien esperame en la salida ya te alcanzo.

Espero un buen rato fuera del hospital, estoy aún más nerviosa que cuando llegué porque no puedo evitar imaginar a Scott corriendo hasta el auto mientras un montón de guardias lo persiguen, tendría que manejar rapido evitando atropellar a alguien. Suspiro totalmente aliviada al verlo salir sólo, trae un sombrero y una chaqueta, parece tranquilo cuando se acerca. Sube al coche y se saca el sombrero.

-¿A dónde?-pregunto.

-Sólo conduce yo te iré indicando.

Llevamos un buen tiempo en marcha cuando lo miro de reojo, a estado muy callado excepto para dar indicaciones, me aseguró que James y Lou estaban bien por que los vio salir a tiempo, pero por lo demás no a querido volver a hablar de Will. Nos detenemos frente a una casa grande en un barrio bastante tranquilo de la zona.
-¿Vives aquí?

-No, sólo necesito asegurarme de algo, gracias por traerme Alice.-abre la puerta pero lo detengo tomando su pierna, me mira interrogante.

-¿Me prometes que si sabes algo de Will me lo dirás? Aunque sea solo para decirme que está bien.-su rostro se suaviza con comprensión y asiente. Garabateo mi numero en un papel que saco de la guantera y se lo entrego.-por favor llamame.
Vuelve a asentir y sale del auto. Lo veo entrar a la inmensa casa sin tocar ¿Quién vivirá allí? 

Al llegar a casa estoy hecha un lío, necesito saber de Will, estoy segura de que Scott sabe dónde puede estar pero me lo oculta, él lo conoce bien y también sé que algo raro está pasando, ¿Será

posible que ellos provocaran el incendio para escapar? No, no es posible, Will...¿O sí? ¡Ah que frustrante! 

Entro a la sala y veo a mi madre sentada tomando una tasa de té, me sorprende su tranquilidad pero aún más ver a Elizabeth a su lado. Si sabe del incidente de hoy en la escuela parece muy calmada.
-¿Qué haces aquí?
Elizabeth se incorpora alisando su falda mientras se pone de pié.

-¿Te parece bien si subimos a tu cuarto? Creo que hay algunas cosas que deseo contarte.-la miro con extrañeza, pero es obvio que quiere pretender frente a mi madre que desea privacidad por temas totalmente suyos y por el rostro de mamá sé que se lo a creído. Asiento con la cabeza y subo las escaleras con Elizabeth pisandome los talones.

-¿Muy bien que pasa?-Me siento en mi cama.

-Quería saber como estabas, no te culpo por golpear a Jazmín, estoy segura de que no lo has hecho a propósito, ella quizá estaba fastidiando lo suficiente como para...-la detengo con una mano y no puedo evitar soltar una risita.

-Claro que fue a propósito Elizabeth, nadie rompe una nariz sin querer.

-Pero ¿Porqué lo harías?-su tono es sorpresivo.

-Porque me a cabreado lo suficiente como para que quisiera golpearla.

-Tu no eres así Alice.-en serio parece afligida, como si por primera vez no supiera que hacer. 

-No lo era, pero supongo que he cambiado.-digo símplemente poniéndome de pié, me acerco

al armario y tomo un suéter delgado. No espero que ella comprenda inmediatamente las cosas, pero no me siento capaz de explicárselo tampoco, tengo otros asuntos más importantes de los que ocuparme.

-Tú madre me ha contado que haz ido al hospital a causa del incendio en las noticias ¿Que sucede Alice? Hablemos.

Me volteo y puedo ver lo insegura que está, ésta situación es rara, sé que en otro momento y lugar estaríamos de compras o en su habitación hablando de nada y comiendo helado, pero me siento tan diferente que no veo cómo volver a eso. Debo aceptar que ella es mi amiga, la más cercana y con la que comparto una confianza enorme, romper un lazo tan grande no merece la pena. Suelto un suspiro y me propongo contárselo todo, me escucha sin interrupciones sólo con diversas exclamaciones y muecas, su rostro pasó de asombro y disgusto a la comprensión. Me llenó de preguntas pero no me juzgó, le hablé de cada situación con lujo de detalles y para cuando termino siento que he relatado una historia de otra vida, es confuso.

-¿Y dónde está Will ahora?

-No lo sé. No sé nada de él.
Me apoyo en la pared, necesito tener noticias de Will, no me puedo quedar sentada esperando que de la nada aparezca en mi puerta. Elizabeth se mueve por la habitación hasta el tocador.

-Supongo que es un pésimo momento para hablar del baile.-suspiro más que agotada.

-Olvida el baile, no iré.

-Entiendo que no quieras ir, pero sería bueno que te distraigas

incluso podrías divertirte.-se acerca despacio y pone una mano en mi hombro-estoy contigo Alice, no diré nada a nadie si no quieres y te apoyaré en lo que necesites, pero no puedes ahogarte en dudas. Si éste chico, Will, está en algún lado lo sabremos, estoy segura de que él se pondrá en contacto contigo.

-No es verdad, él no me buscará, lo abandoné. 

-Cuando hay amor amiga mía siempre existe el caos y a pesar de él las personas siguen amando, ¿Qué caso tendría si todo fuese sencillo? No sería divertido.-me abraza y da palmaditas en mi espalda.-todo irá bien. Pero ahora-se separa de mi-es momento de ver que usaras el sábado y no pongas mala cara ya aceptaste ir con Thomas no puedes plantarlo, es un chico estupendo y no lo merece.

-Sólo faltan dos días y no tengo nada.

-Tienes una amiga fabulosa que te ayudará a conseguir todo lo necesario en menos tiempo del que crees, ven conmigo.

Paso el resto de la tarde de tienda en tienda, sin humor como para regodear en elecciones pero si como para cooperar. Finalmente compro un vestido color vino , es oscuro y Elizabeth me asegura que hará resaltar mis ojos grises, no protesto y tampoco cuando insiste con un par de zapatos altos.
-Si necesitas algo, cualquier cosa, no dudes en llamarme.-asiento y abro la puerta del coche.-en serio Alice, me gustaría que confíes en mi y no te guardes los problemas, en el internado estabas sola y ahora que estás aquí quiero que sepas que cuentas conmigo.

Le doy un pequeño abrazo.
-Tranquila, lo sé, gracias

por todo.

Salgo del coche y entro a casa.

****

Despierto de un sobresalto al oír mi teléfono sonar, es un mensaje de texto, antes de abrirlo compruebo la hora «02:45 a.m» me refiego los ojos, el numero es desconocido.

«Bar "Rocco" Calle 34' zona B.
Si puedes venir serías de gran ayuda.
Scott.»

Parpadeo sin poder creerlo, ¿Will estará allí? Espero que si. Me pongo de pié rápido y marco el número de Elizabeth mientras me cambio el pijama, contesta al cuarto tono.
-¿Alice?

-Lamento molestarte, pero necesito tu ayuda.

Veinte minutos después ella está estacionada frente a mi casa, salgo sin hacer ruido y subo al coche.
-¿Estás segura de que es una buena idea?-asiento decidida.-¿Sabes como llegar?

-Lo he buscado por GPS, vamos yo te indico.

Luego de cruzar un buen tramo llegamos a un lado bastante alejado de casa, ésta zona no es de las mejores de la cuidad y el ambiente no pinta nada bien, estacionamos varias calles antes del bar, frente a un par de casas, por miedo a que nos roben el coche. 
Caminamos apresuradamente hasta el local, no se ve nada bien, el sector está vacío excepto por un hombre en la puerta, es robusto y apesta a alcohol.
Elizabeth toma mi brazo mientras nos adentramos en el bar, la musica suena fuerte

y en su mayoría hay hombres tatuados bebiendo. Cruzo el lugar y miro en todas direcciones ¿Dónde estás Scott? 
-¿Segura que es aquí?

-No lo sé podríamos...-me interrumpo al ver a Scott a pocos metros, está junto a un sujeto alto y robusto, tomo a Elizabeth de la mano y nos conduzco hasta él.

-Alice-dice al verme.

-¿Qué pasa? ¿Will está aquí?

-Sí, pero no creo que sea una buena idea que lo veas ahora. Estuvo gritando tu nombre y se metió en un buen lío-mira a Elizabeth un segundo.-Tal vez fue un error pedirte que vinieras, lo lamento.

-No, ya estoy aquí, dime en donde está.-frunce los labios y me analiza unos segundos, me cruzo de brazos decidida, no pienso salir de aquí hasta ver a Will.-¿Y bien?

-En ese privado-apunta una sala dividida por cortinas de luces.-pero te advierto que no está en todos sus sentidos. 

-Está bien, Elizabeth por favor quédate con Scott y no te separes de él.-ella parece afligida y Scott indignado, lo apunto con un dedo.-cuidala.

Camino hasta el privado, el temblor de las manos es insoportable, volveré a verlo, después de todo. Entro al espacio y veo una mesa llena de vasos, hay un sillón en forma de media luna junto a ella y allí sentado está Will, tan guapo y varonil, lleva una camiseta blanca, ajustada a su cuerpo por la posición en la que se encuentra, tiene un vaso en la mano el cual contempla.

Me acerco despacio, siento que ha pasado un siglo desde que lo vi y aquí está ahora. Levanta la vista y me mira, tiene los ojos inyectados en sangre, está borracho y no sé hasta que punto, parpadea y entre tambaleos se pone de pié y se acerca.
-¿Alice?-arrastra las palabras y me mira como si no fuese real. Pone una mano en mi cara y acaricia mi mejilla.-Alice.

-Sí Will, soy yo.

-Alice.-ahora dice mi nombre como una confirmación.-pequeña, eres tú, no estabas y ahora si ¿Porqué? Bebé, tesoro.-me estrecha entre sus brazos con más fuerza de la necesaria, sé que está ebrio pero trato de disfrutar este momento todo lo posible. Sus manos pasan a mis hombros y me separa unos centímetros.-Alice, dime que eres real y que no estoy viendo tu cara en lugar de otra chica.-no me permite contestar, me besa apresurado, deseo tanto esto que lo tomo por la nuca y lo acerco más, me aprieta y besa profundamente. Saboreo el alcohol en su boca pero no me importa, tampoco el hecho de que no piense con claridad. Me separo agitada y lo miro, su entrecejo está fruncido, se aleja de mi y me mira con más claridad de la esperada.
-¿Qué estás haciendo aquí?

Suena casi sobrio, como si el beso lo hubiera drenado y despertado. -Scott me pidió venir, no se el porqué pero aquí estoy.

-Claro, yo golpeo a unos cuantos imbéciles y él te llama.-sacude la cabeza-tienes que irte.

-¿Qué? Will tengo mucho que decirte, quiero explicarte cosas.-lo tomo por la camiseta

y lo acerco, puedo hacerlo por que el alcohol lo vuelve más torpe. Toma mis manos y me las quita de su ropa.

-Yo sé que soy un estúpido y me merezco sufrir por ti, no tienes nada que explicar, muy bien jugado pequeña, cien puntos para ti, esa dolió.-se acerca a la mesa y toma un vaso, se lo bebe de un solo trago-que bonito, se sintió muy lindo, sobre todo cuando te hice el amor, algo muy descarado, la guinda de la torta.-se acerca y me apunta con un dedo-apuesto que lo disfrutaste demasiado como para olvidarlo, te guste o no el error de tu plan fue entregarme algo tan íntimo, no serás la primera virgen que me tire, pero yo seré el primero que estuvo entre tus piernas. Lo recordarás siempre.-lo abofeteo sin pensarlo, las lágrimas llenan mis ojos.-claro y ahora los golpes.
A una velocidad impresionante en su estado me toma por la cintura y me sube obligándome a rodearlo con las piernas, me sujeta con fuerza y pega mi espalda a la pared apretandome contra ella. Protesto y trato de safarme pero me sujeta para impedirlo, me mira a los ojos y veo enojo y dolor, yo no hago más que llorar.-¡¿Por qué tenías que colarte en mi corazón?! No hay lugar para estupideces, menos para ti.

-¡Por que soy una idiota! ¡Creí ver algo bueno en ti pero en realidad siempre has sido el mismo! ¡La misma mierda de siempre!-lo golpeo con las palmas en el pecho.-te esfuerzas en destruir todo lo bonito que creamos.

Abatida cierro los ojos y pego mi cabeza a la pared, tengo un dolor muy grande oprimiendo mi pecho, lo escucho suspirar,

me baja despacio y abro los ojos, no me mira.-Te llevaré a casa es tarde.

-No es necesario, una amiga me a traído, será mejor que la busque antes de que le pase algo.-asiente mientras camino fuera del privado secándome las lágrimas con la manga de mi suéter, busco a Elizabeth o a Scott pero no están, recorro el local pero no hay rastro de ellos. Will aparece a los pocos minutos con una chaqueta de cuero en la mano, trato de ignorarlo y me acerco al hombre del mostrador. -Disculpe, ¿De casualidad no ha visto a una chica rubia, con chaqueta lila y un chico alto de cabello estilo pank por aquí?-niega con la cabeza. 

-Creo que tu amiga te ha dejado aquí, ven te llevaré a casa.

-No es necesario Will, Elizabeth no me abandonaría.-saco mi teléfono y marco su número, al tercer tono contesta.

-¿Alice?-alejo el aparato y lo miro sorprendida, es Scott.

-¿Scott? ¿Dónde está Elizabeth?

-Tu amiga está en el baño en el piso de arriba, deberías venir.-corto la llamada y camino hasta el piso superior, Will viene atrás de mi. Veo a Scott apoyado en la puerta, me acerco apresurada.

-¿Que ha pasado?

-Sólo fue un pequeño juego, al parecer tu amiga no tiene resistencia al alcohol.

-¿Hiciste

que bebiera? Ella no bebe nunca, eres un irresponsable, te pido que la cuides y en su lugar la emborrachas.

Se cruza de brazos.-no tengo porque ser niñera de niñitas ilusas, además solo fue un vaso.-voy a rebatirlo pero la puerta se abre y Elizabeth sale tambaleante.

-Alice no me siento bien. Quiero mi cama.

-Está bien te llevaré a casa.

-No.-interviene Will.-Scott la llevará puede conducir su coche. Yo te llevaré a ti hasta casa.

-No. ¿Por qué hacer algo así? Puedo conducir, no necesito tu ayuda.

-Es tarde, tu amiga está ebria y algo podría pasar de camino, tendrás que dejarla en su casa y luego volver caminando a la tuya, algo podría pasarte.

-Tiene razón Alice yo iré con tu amiga en su coche, estos barrios son peligrosos, luego Will me recogerá a mi después de llevarte a casa. 

Miro a Elizabeth y veo que está deacuerdo o eso parece. Abatida camino junto a ella y sigo a Scott y Will fuera del bar.-el auto está a unas calles.

Scott asiente y mira a Elizabeth, suspira y la toma en brazos, los veo alejarse calle abajo. No quiero hablar con Will así que no digo nada cuando lo sigo hasta una camioneta de doble cabina, abre la puerta y subo sin mirarlo. Sube y enciende la calefacción mientras salimos del estacionamiento.
-¿A dónde?

-Solo conduce hasta el pueblo

y te indicare.-asiente. No hablamos en el transcurso del camino, estoy muy herida, cansada y decepcionada, no me quedan fuerzas para nada más. Estaciona frente a mi casa y apaga el motor.-Gracias por traerme, por favor asegúrate de que Elizabeth halla llegado bien.

-Alice.-toma mi brazo antes de que pueda abrir la puerta. No lo miro-No quería decir lo que dije. Sólo era la rabia hablando por mi, estoy arto de hacer que te sientas mal.

-Pues no lo parece.

Suspira y golpea el volante.
-¿Cómo crees que me sentí al despertar y no verte a mi lado? ¿Como crees que fue buscarte en cada maldito lugar del internado sólo para encontrarme con que te habías marchado? ¡Lo sé, lo tengo merecido, pero no puedes seguir con esto! 

-¡¿De qué estás hablando?!-me volteo hacia él- ¡No quería dejarte! ¡¿Que querías que hiciera?!

-¡¿Por qué no me lo dijiste?!

-¡Porque tenía miedo! Tenía miedo Will, todo era muy confuso, las cosas estaban siendo demasiado buenas, temí que no sintieras por mi lo que yo estaba sintiendo por ti.

La luz de la casa se encendió y me alarme, lo miré un segundo y sentí una opresión en el pecho.-no podemos continuar con esto ahora.

-Alice espera ¿Puedo pasar por ti mañana a la escuela?
Lo miro unos segundos y asiento.

-El almuerzo es a la una.-asiente y cierro la puerta del coche, veo el dolor en sus ojos y se que los míos están igual. ¿Por qué nada puede ser fácil?


Hola. Lamento que la novela presente algunos desajustes, pero últimamente subo los capítulos desde el teléfono y eso produce que se cambie su formato. 
Por otro lado gracias por leer y seguir ésta historia, ya quedan pocos capítulos para que llegue a su final.



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Capítulo 25

Las sombras bajo mis ojos son evidencias de mi noche, no pude dejar de pensar y dar vueltas en la cama hasta que el despertador sonó. Ésta mañana tomé el autobús y durante el trayecto contemple los arboles y casas, tanta paz que no es mía, hay silencio pero mi cabeza es una bomba de pensamientos. ¿Qué se supone pasará ahora? ¿Será que debo aceptar finalmente que Will no es para mi? Mi corazón grita ¡No! Pero seamos realistas, nada bueno pasa cuando estamos juntos. Veo a Elizabeth en el pasillo, está junto a su casillero, me acerco a ella y toco su hombro, se voltea sorprendida y me mira con expresión cansada. No luce tan mal como yo, sólo cansada.
-Hola Alice.

-¿Que tal estás?-caminamos por el pasillo.

-No lo sé, cansada.

-¿Que sucedió realmente Elizabeth? ¿Es que acaso Scott te a obligado a beber? Porque si es así le haré zumbar las orejas.

-No, no, claro que no.-me toma del brazo y me detiene.-ese chico no me obligó, puedo tomar mis propias decisiones, es sólo que no pensé antes de actuar.

-¿A que te refieres?

Suspira pesadamente.-Me molestó, dijo que una "niña" como yo no tenía nada que pintar allí, apostó a que preferiría quebrarme una uña antes de beber un trago. Es estúpido lo sé, pero estoy harta de que me vean como una niña pija sólo porque visto bien.-arregla su cabello y mira el pasillo.-¿Que sucedió con Will?

Me encojo de hombros.
-Nada bueno salió de esa noche, aunque prometió pasar por mi, no sé si se presente-pongo los dedos en mis cienes para disminuir el dolor de cabeza.-discutíamos cuando

mi madre encendió las luces, por suerte no tuvo que ver con nosotros sólo iba a la cocina, ella no me descubrió. Estoy cansada, tengo que resolver esto y no veo otra salida, no puedo seguir con él, las cosas son difíciles y siempre nos terminamos lastimando. Ya no me importa.

-Alice, sé que si no te importara no me habrías llevado hasta un bar en la madrugada en noche de escuela, dudo que quieras hechar por la borda lo que haces. No pongas esa cara, si no te sientes bien con esto terminalo, pero luego no llores porque lo extrañas. ¿Quieres a Will? Bien, juega y apuesta por tu extraña relación y si él es tan estúpido para no ver a la hermosa e inteligente chica que eres, pues él se lo pierde. Mereces algo bueno, si Will no está dispuesto a dartelo que se pudra, hay chicos fabulosos en todas partes.

-Elizabeth ¿Porque suenas como una hermana mayor siempre?-la abrazo con calidez.-te quiero mucho.

-Y yo a ti, aunque a veces eres una boba sin sentido.

Me quedé en la entrada esperando ver aparecer la camioneta de Will en el estacionamiento, la mayoría de las personas se han marchado hace varios minutos y poco a poco el lugar se vacía. Compruebo el reloj de mi muñeca y decido esperar otros cinco minutos, le dije la hora del almuerzo pero no de salida, él no lo sabe, esa debe ser la razón de su demora. Muerdo mi labio al ver pasar un vehículo, no se detiene. Luego de veinte minutos mis esperanzas están flaqueando, ya no queda nadie en la escuela y estoy sola sentada en la entrada, suspiro resignada y tomo mi bolso, me pongo en marcha para caminar a casa, es lo único que puedo hacer,

le dije a Elizabeth que se marchara y el autobús no pasa dentro de varios minutos, no quiero esperar más. Cruzo el estacionamiento pateando una que otra piedra; que decepción es obvio que no le importa nada de esto, yo no le importo, en el internado era diferente no habían mas personas que las de siempre, nuestro mundo era reducido y ahora a vuelto a su vida, estoy segura de que no me quiere allí otra vez.
-¿Alice?-me volteo asustada y sorprendida, veo a Thomas a unos metros junto a su coche, me dedica una sonrisa y se acerca.-¿Qué haces aquí tan tarde? 

Acomodo mi bolso en mi hombro mientras compongo una sonrisa. 
-Nada, no me he dado cuenta del tiempo, sólo estaba...estudiando.-se que eso no sonó del todo convincente y él no me lo cree, pero no dice nada y asiente.

-¿Piensas caminar a casa? Puedo llevarte si quieres, no me molestaría.

-Oh no te preocupes, no es necesario.

-Insisto, además me ayudará para conocer la ruta hasta tu casa-pasa una mano por su cabello.-no me dijiste tu dirección y estaba buscando un momento hoy para preguntarte, creo que sería bueno llevarte, ya sabes así mañana no me pierdo. Prometo llegar a tiempo.-pone dos dedos en su frente y una mirada solemne, no puedo evitar reír aunque mi mente se había olvidado por completo del baile y nuestra cita. 

-Está bien.-camino con él hasta su coche, miro la calle pero no hay rastro de Will. Thomas me abre la puerta y espera a que suba, le agradezco mientras el sube en el lugar del conductor.-No vivo muy

lejos, sólo a unas manzanas de aquí, cerca del cruce de tres puntas.-Asiente y sale del aparcamiento.-¿Qué hacías tan tarde en la escuela?

-El entrenador quería hablar conmigo, vienen juegos muy importantes y debo incentivar al equipo. El próximo sábado serán las semifinales, será en nuestro campus y estará repleto, muchos estudiantes de la otra escuela vendran, será genial-lo miro, realmente lo miro, tiene una mirada cálida y su voz no es aspera y dura, tiene brazos fuertes y sonríe cada vez que habla, como si disfrutara contándome cosas. Es tan distinto de Will, eso es bueno. Me hecha un vistazo y me pilla mirándolo.-¿Qué?

-Nada, nada. Pensaba en el día de mañana, tengo mucho que hacer y ya sabes, lucir bien y esas cosas.

-No veo cuál es el gran trabajo, siempre luces bien, eres muy bonita-se sonroja al instante.-Dije eso en voz alta, rayos.-Me río y miro por la ventana, es fácil hablar con Thomas y me gusta la inexistente tensión entre nosotros.-podrías asistir a algún partido.

-Sí, me gustan, siempre acompañaba a las chicas, íbamos para alentar al equipo aunque nuestros gritos siempre se dirigían a Harry y Nick, los ayudaba a ganar o eso nos hacían creer.-los recuerdos del año anterior me abruman, son muy lindos y felices, sobretodo felices.-Es en la casa de ladrillo, esa de allí.-punto mi casa y él asiente. Se detiene y abro la puerta.-muchas gracias Thomas, nos vemos mañana.

Me acerco y beso su mejilla, me sonríe mientras bajo del vehículo. Lo veo marcharse calle abajo y suspiro abriendo mi bolso en busca de mis llaves. El sonido de un vehículo acercándose me alerta,

miro hacia atrás y me encuentro de frente con la camioneta de Will, se detiene y baja del vehículo, mientras se acerca lo analizo de arriba a abajo, lleva una camiseta blanca y jeans oscuros, su semblante es serio, un poco más que de costumbre y no me agrada en absoluto. 
-Pero mira nada más quién decidió aparecer.-me cruzo de brazos y lo enfrento.

-¿Por qué te quejas? Conseguiste un muy buen transporte a casa.-su tono es brusco y sus ojos me demuestran que está enfadado.-¿Quién era?

-Espero que no te dispongas a preguntar ese tipo de cosas, tenemos un asunto mucho mas importante que hablar.

-Tienes razón, insifnificancias, pasemos a lo importante. Ven sube a la camioneta, no hablaré aquí en la acera.-lo sigo y subo al vehículo.

-¿Está camioneta es tuya?-no puedo evitar preguntar, me mira un segundo y asiente, enciende el motor y acelera.-es bonita, me gusta el color.

Lo escucho suspirar mientras bajo la vicera y compruebo que tiene un pequeño espejo, bajo el vidrio de la ventana y me apoyo, después de todo Will es un gruñón al que estoy acostumbrada, su mal carácter es algo con lo que aprendí a convivir. Le guste o no, ya no logra intimidarme. El paisaje comienza a cambiar a medida que avanza en la carretera, me incorporo y lo miro.-¿A dónde vamos?

-Ya verás.

-¿Will que haces? ¿Porqué sales del camino?-se detiene en un camino de tierra, hay muchos arboles y aunque el lugar es hermoso me inquieta tanta soledad. Se baja de la camioneta

y lo sigo, rayos de sol se colan entre las ramas, piso con cuidado a medida que avanzamos hasta que llegamos a una zona abierta; hay un pequeño arroyo, Will se acerca y se sienta cerca de la orilla, lo imito y contemplo mi alrededor. Es un bonito lugar, tranquilo, solitario y hermoso.-¿Cómo sabías de éste lugar?

-Solía venir años atrás. Escucha Alice se que la noche anterior dije cosas, pero no vine a discutir contigo solo quiero que esto lo resolvamos.

-Está bien, yo quiero que sepas que no quería dejarte, tenía miedo y aunque eso no justifica que te mintiera me sentí insegura, pero te quiero Will y no sabes lo maravilloso que fue para mi descubrir que eres una persona diferente de lo que demuestras.-veo su cara contraerse pero no me desanimo-aprendí a quererte Will y te guste aceptarlo o no eres una buena persona.

Se mantiene en silencio, no me mira, toco su brazo pero se aleja despacio.-Fue una semana difícil, te fuiste y me sentí vacío, era extraño y no lo comprendí, me desquite con todo y todos los que pude, estaba demasiado alterado para pensar en otra cosa y ese fue mi error, debería haberlo previsto. Cuando el incendio comenzó dos cosas pasaron por mi mente, la primera: Debía escapar lejos del internado y la segunda: Tú.-me mira-agradecí en silencio que no estuvieras allí.-se voltea por completo hasta quedar de frente a mi.-Voy a contarte una historia.-asiento despacio.

«Muchos años atrás un hombre llamado Greco Martino conoció a mi padre, se hicieron muy amigos y juntos emprendieron un negocio bastante rentable, con los años ambos amasaron una fortuna inmensa

y decidieron tomar caminos diferentes. Mi padre invirtió en distintas empresas y continuó con las transacciones que su negocio pedía, se volvió un hombre de familia a pesar de todo y vivió bien unos años. Greco por otro lado amplió su mercado, expandió su negocio y se enriqueció todo lo que pudo, pero era un hombre ambicioso así que buscó a mi padre para exigirle que redujera su zona laboral, hubo muchos altercados entre ellos, dinero de por medio y una amenaza tras otra. El error de mi padre fue creer que podía estafar a Greco y salir de rositas, así que cuando le quitó millones, él le quitó a su esposa y ahora muchos años después la brecha que los separaba se a estrechado y no se hasta que punto.»

-¿Él inició el incendio? ¿Por qué hacer...?-llevo mis manos a mi boca al comprenderlo.-intenta matarte.

-O dar un mensaje a mi padre. Sea cuál sea la razón estoy en una situación muy delicada, no quiero que pienses mal de mi Alice, en serio no, pero tú quieres conocerme y dices quererme cuando en realidad no has visto todo de mi. Greco no se irá limpio de esto, hice una promesa hace varios años y estoy dispuesto a cumplirla.

-¿De que hablas? ¿Promesa? No estoy entendiendo Will, te pido seas claro.

-Voy a matarlo.

Llevo las manos a mi boca, no puedo creer lo que dice.-¡Will no puedes! ¡Irías a la carcel! ¡Que clase de persona serías para hacer algo tan...! Dios mío ¿No hablas en serio verdad?

-Hablo en serio, lo haré, él asesinó a mi madre, merece lo mismo.

-Will cómo...-mi labio tiembla es demasiada información, Will no es un asesino él no puede, no puede.-La policía debe

encargarse de eso no tú. Vinimos aquí para arreglar las cosas, porque te quiero y espero que tu me quieras, sería fácil.

Me toma de la cara y se acerca, estoy hecha un lío.-Claro que te quiero, pero nada puede ser resuelto si no te cuento la verdad. La policía marcó la muerte de mi madre como un accidente, no pueden hacer más, debes aceptar esto Alice. No te pido que me sigas queriendo luego de saberlo, sólo quiero que sepas las razones por las cuales debes alejarte de mi.

-Will no. Me quieres lejos otra vez pero...

-Corres peligro conmigo, si intentan matarme y tú estas cerca... no quiero ni imaginar como sería, por eso debo deshacerme de Greco, para vivir en paz conmigo mismo. Oh Alice ¿Crees que no quiero besarte ahora mismo? ¿Piensas que no tengo ganas de abrazarte y fingir que puedo llevar una vida normal como cualquier joven? Lo deseo pero no puedo, no nací para eso, no soy un tipo romántico que te traerá flores y cocholates, soy hijo de un narcotraficante, vengo de una familia rota y me enseñaron a resolver las cosas con violencia. Esto soy y no puedo ser mejor.

Se levanta y lo sigo rápido, lo tomo de la camiseta y lo detengo, mis ojos están aguados pero me rehuso a llorar.
-No tienes porque seguir los mismos pasos siempre Will, las personas pueden cambiar. Quieres estar conmigo tanto como yo contigo ¿Cuál es el problema?

-No estarías con un asesino y aunque así fuera yo no lo permitiría.

-¡No tienes porqué convertirte en uno! No te pido grandes cambios, sólo que valores esto, que no arruines tu vida.-Las

lágrimas corren por mis mejillas, su mirada es triste pero es demasiado duro para llorar. Me besa las mejillas y luego con los pulgares seca mis lágrimas.-Will si de verdad sientes algo por mi demuestralo, no hagas una estupidez.

-No cumpliré con eso Alice, lo mejor es que nos alejemos. Eres demasiado buena para mi.-suspira-ven te llevaré a casa.-me toma de la mano pero no me muevo.

-Estás tirando por la borda lo nuestro, ¿Es que tu sed de vengaza es más importante? ¿Una vida delictiva es mejor que yo?

Me mira, por un largo rato.
-No dejaré mis planes. Nisiquiera por ti.

Las palabras se clavan como dardos en mi pecho, lo suelto y doy un paso atrás.-Estás rompiéndome el corazón Will.

-Lo sé, pero es lo mejor para que te alejes de mi. 

Una furia mezclada con el dolor crece en mi interior, me acerco a él y lo golpeo en el pecho, lo empujo pero no se mueve.-¡Eres un imbécil! ¡Un idiota sin remedio! ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Ojalá nunca te hubiera conocido! 

Lloro, grito y pataleo, estoy haciendo un escándalo pero no me importa, no hay nadie más que él y yo así que me desahogo todo lo que puedo. Me toma de la cintura y me levanta a la altura de su cara.-Alice tranquilizate.

-¡No quiero! ¡Llévame a casa ahora mismo! ¡Y por todos los santos sueltame de una vez! 

Me baja y camino hacia el sendero en que está la camioneta, me interno en los árboles a medida que seco mi rostro, llego al vehículo y me apoyo en el capó, me volteo y enfrento a Will, está frente a mi en el camino. Lo miro acercarse, no me muevo nisiquiera cuando me toma de la cintura y me levanta hasta sentarme sobre el capó, se sitúa entre mis piernas y toma mi rostro acercándose hasta que me besa. Es desenfrenado y poco cuerdo lo que ocurre entre los dos, pero siempre a sido así, me toma por las caderas y lo rodeo a medida que avanza hasta la parte trasera de la camioneta, abre la puerta y me recuesta sobre el largo sillón trasero. Levanta mi vestido hasta que lo quita sobre mi cabeza, me mira el cuerpo embobado a medida que se deshace de su ropa, hago lo propio con mi ropa interior y lo tomo de los brazos para que se acerque, me besa despacio, hacemos el amor sin prisa y ambos nos tomamos nuestro tiempo, para querernos, acariciarnos, besarnos y fundirnos en una silenciosa despedida. 

-Alice.-estaciona frente a mi casa, ya a oscurecido y tengo varias llamadas perdidas de mi madre.

-No es necesario que hables, voy a extrañarte, sea cual sea el camino que tomes no te olvides de éste día. Pudo ser diferente.-voy a abrir la puerta pero me detiene.

-Me gustaría que seas feliz, de verdad.

Estrecho la mirada ante su arrogancia, abro la puerta y me bajo.-seré feliz, muy feliz ¿Recuerdas al chico que me ha traído hoy? Pues tenemos una cita mañana, iremos a un baile, sí un baile de final de año.-tomo mi bolso y cierro la puerta, me asomo por la ventanilla.-y lo pasaremos estupendo.

Me volteo antes de que vea mi labio temblar, lo escucho maldecir, entro a la casa y escucho el motor rugir mientras se aleja.



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Capítulo 26

-¡Luces tan linda! Ven, ponte aquí, voy a tomar otra fotografía.

Me acomodo el vestido y compongo otra sonrisa para la cámara. Mamá está tan emocionada que estoy cooperando más de lo que imaginaba. Estoy intentando hacer una idea clara en mi cabeza, una imagen en la que soy mas felíz lejos de Will, en la que me siento convencida de que mi vida sólo será un desastre si no lo olvido, ¿Que otra opción tengo? Él no me quiere cerca, tiene sus planes y no los dejará, no por mi, así que debo seguir adelante, por mi bien. El maquillaje cubrió los rastros ojerosos de mis ojos, pero aún siento el hormigueo de las lágrimas en mis pómulos.-Alice, podrías cambiar esa expresión tan pensativa, tu frente se arruga y.. ¡Oh el timbre! Ya llegó el muchacho, espero luzca un pañuelo a tono de tu vestido.-pongo los ojos en blanco mientras ella corre a la sala, me acerco despacio y suspiro pesadamente. Mamá abre la puerta, se voltea con expresión encantada y me da un asentimiento, escucho su voz invitando a Thomas a pasar, me remuevo al verlo en su traje oscuro, tiene el cabello peinado ligeramente hacia atrás y debo admitir que luce muy atractivo. Me sonríe y me siento expuesta cuando evalúa mi vestido, se ajusta a la cintura y cae suelto en las caderas hasta el piso, no me esmere en un gran peinado pero creo que conseguí algo bonito.-chicos juntense ahí, voy a tomar una foto.

Me acerco a Thomas y lo tomo del brazo, sonríe y niega mientras pasa el brazo por mi cintura acercándonos mientras mira a la cámara, lo imito tratando de ignorar la incomodidad. Después de varias

fotografías logro convencer a mamá de que debemos irnos, subo al auto y le digo adiós con la mano.

-Luces muy guapa esta noche.-le sonrío a Thomas mientras nos ponemos en marcha, no hablo mucho en el transcurso del viaje hasta el Instituto. Miro el cielo azul cruzado por los ultimos rayos de sol en tonalidades rojas, una nostalgia me inunda, pero me niego a ponerme triste, la noche anterior entre sollozos y abrazos a mi almohada me prometí continuar, no moriré por estar lejos de Will, soy joven y me queda mucho camino aún, vendrán más amores, otros corazones rotos. Río ante mis pensamientos, Will no es un simple chico al que se puede olvidar, pero lo intentaré.-Alice, ¿Bajaras o tendré que sacarte en brazos?-parpadeo hacia Tomas, está frente a mi parado sosteniendo la puerta, me sorprendo al ver que ya estamos en el estacionamiento. Bajo del auto y sonrío en su dirección, me ofrece el brazo mientras caminamos hasta el gimnasio. Al pasar las puertas dobles vuelvo a sorprenderme con lo distinto que a quedado el lugar, los chicos del comité deberían llevarse un aplauso por lo hermoso que quedó todo. Me acerco a una mini pasarela y espero a que tomen nuestra fotografía, disfrutaré esta noche.

Me uno a mis amigos, todos lucen increíbles.

-Pero mira nada más, que vestido más hermoso, la chica que lo escogió tuvo muy buen gusto.-Sonrío hacía Elizabeth, está preciosa, lleva un vestido largo color melocotón, se ciñe a su cuerpo excepto en las piernas, sí, realmente fabulosa.

-Bueno creo que la misma chica escogió el tuyo, estás hermosa.

Hace un gesto de modestia

mientras caminamos a una mesa. Los chicos se ofrecen a traer ponche mientras mis amigas y yo nos acomodamos.
-Debo admitir que todo es mucho mejor de lo que imaginaba.-Clara me mira con una sonrisa coqueta.-Y Thomas está para comérselo, te odio, ahora porque eres ruda los chicos lindos te miran el doble.

Todas sueltan carcajadas y yo miro hacia Thomas, que viene charlando con Harry, sí es muy guapo, pero él no es...no, sigo haciendo lo mismo, comparándolo. Decido borrar a Will de mi mente y en su lugar la imagen de Thomas lo reemplaza, ésta es mi noche. Al llegar a la mesa me ofrece uno de los vasos y con una sonrisa lo acepto, doy un trago y hago una mueca.-Huh, ¿Que pasa con este ponche? 

-Apuesto que ya se encargaron de poner algo en él, si quieres no lo bebas.

Dejo el vaso en la mesa y arrugo la nariz, Elizabeth se pone de pié cuando una canción movida suena a todo volumen, toma a Connor del brazo y lo arrastra hasta la pista, los demas la imitan así que no hago mas que seguirlos. La música es alegre y nos movemos arrastrando nuestros vestidos sin medida, Harry hace pasos y formamos un círculo, me río a carcajadas cuando Nick intenta hacer un paso con salto. Me estoy divirtiéndo, más de lo que me he divertido éste ultimo tiempo, estar aquí con mis amigos, volviendo a ser yo. 

Luego de un rato estoy agotada, camino hasta la mesa y tomo un trago de ponche, no es tan malo y con la sed que tengo no dudo en dar otro sorbo más. Decido llevar el vaso conmigo de vuelta a la pista,

los chicos siguen bailando eufóricos, la mayoría tiene un vaso en la mano, miro a mi alrededor y noto que la gran mayoría está en las mismas condiciones, suelto una risita mientras me acerco. Thomas se acerca a mi, se ha quitado el saco y su camiza está abierta en el primer botón, me sonríe mientras me toma de las caderas y se mueve a un ritmo constante, lo imito y me sacudo levantando los brazos, bailo junto a él mientras pongo mis manos en sus hombros aún sosteniendo el vaso plástico. Elevo un poco la cabeza y cierro los ojos, disfrutando de las lucecitas que se forman través de mis párpados y del aire frío que roza mi rostro, no soy consciente de que Thomas se a pegado más a mi cuerpo hasta que siento sus manos en mi cintura y sus labios sobre los míos con suavidad, doy un respingo y abro los ojos, me alejo unos centímetros de él y lo miro de forma acusadora, sonríe y vuelve a acercarse, voy a poner una mano en su pecho pero me detengo; no, está bien debo hacer lo que quiera, prometí olvidar y eso es lo que haré. Uno mis labios a los suyos y dejo mi mente viajar, imagino que esto es correcto y que puedo brindarme un momento lejos de mis lamentos, sólo un chico y una chica, besándose en un baile.

Seis canciones más tarde estoy exhausta, los tacones se han vuelto insoportables y el ponche me a puesto un poco somnolienta, le pido a Thomas que me lleve a casa cuando el reloj marca las 23:15 hrs, parece más sobrio de lo que creo estar yo, me afirmo de su brazo mientras cruzamos el estacionamiento, al llegar a su coche abre la puerta para mi. El asiento parece tan cómodo, me recuesto en él y

cierro los ojos cuando el auto comienza a moverse. 

-Ésta noche a sido estupenda.-lo escucho decir, me volteo aun recostada y lo observo, su cabello esta desordenado y las mangas de su camisa están dobladas hacia arriba, tiene una sonrisa en los labios y me mira brevemente mientras conduce.

-Lo pasé muy bien.-y es verdad, me he divertido más esta noche que todo mi año. 

Estaciona frente a mi casa y apaga el motor, se voltea hacia a mi y apoya un brazo en el manubrio.
-Bueno, lo pasé genial.

-También yo.

-Alice me gustaría que nos volvamos a ver.

-Claro, el lunes en la escuela.-me río mientras me desabrocho el cinturón.

-Me expresé mal, me refiero a que me gustaría que salgamos.-pasa una mano por su nuca.-en una cita.

-Oh, una cita.

-Sí, ¿Que tal si mañana te llevo a comer a algún lugar? O podemos hacer algo que tu quieras, no hay problema.

Lo observo, una cita, Thomas es un gran chico, se comporta muy bien conmigo, siempre simpático y sin problemas, está interesado en mi y yo no hago más que pensar en Will. Will ni siquiera es agradable, no hace esfuerzos por estar conmigo y me dejó en claro que me quiere lejos. Estoy harta de ser tan estúpida. Sonrío a Thomas y acepto salir con el mañana, me despido con un sonoro beso en la mejilla luego de esquivar cuidadosamente sus labios, parece decepcionado, pero es mucho por esta noche, no puedo mas.

Al día siguiente salimos, me llevó a un lindo restaurante cerca del centro, charlamos y nos contamos cosas, fue prudente con las preguntas sobre mi pasantía en el internado y mostró más interés

en saber de mis gustos y pasatiempos, me contó que adquirió una beca deportiva para la Universidad, quiere estudiar ingeniería comercial y trabajar en la empresa de su padre, pero ama demasiado el fútbol. Después de ese día volvimos a salir, Thomas se ofrecía para llevarme a casa después de la escuela lo que aveces cambiaba para ir a tomar un helado, realmente comencé a disfrutar de su compañía, era sencillo estar con él, me sentía cómoda, compartía con mis amigos y me presentó a varios de los suyos, era agradable tanta tranquilidad.

Sin darme cuenta pasaron tres semanas, retome tan bien las materias que me sentía preparada para los exámenes finales, había visto distintas universidades, mamá insistía en que no me alejara demasiado, pero en realidad era todo lo que quería, salir de aquí y comenzar en otra parte. Papá me ofreció pasar las vacaciones con él, ha estado visitandonos mucho desde el juicio y es extraño tenerlo rondando por la casa, ver sus expresiones cuando Thomas pasa por mi y peor aún es que mamá esté constantemente diciendo lo lindo y detallista que es, como si no pudiera verlo por mi misma, me asusta ver que está tan complacida, me pregunto si pensaría lo mismo de Will. Will, no he sabido nada de él desde esa última tarde, cada noche después de eso me convencí a mi misma de que él estaba bien y que es lo mejor estar en ignorancia de sus acciones, pero es como una piedrita en mi corazón, no me deja en paz.


Escucho el timbre, seguido de la voz de mi madre saludando a Thomas, me apresuro al espejo para dar un último vistazo a mi atuendo, ésta noche es algo diferente y estoy nerviosa, Thomas a insistido en que conozca a su familia, hoy es cumpleaños de su padre y su madre organizará una cena especial para todos y sí, ella me a incluido. Repazo mi vestido, simple y casual, zapatos cómodos y una chaqueta por si comienza el frío. Bajo veloz la escalera y veo a mi madre sentada en el sofá, Thomas parece relajado mientras hablan, me aclaro la garganta y ambos me miran. 

-Hey.-Thomas se pone de pié y se acerca, me da un corto beso a modo de saludo, pero se que es más por respeto a mi madre.-¿Lista?

-Claro.-miro a mi madre.-volveré temprano.-ella hace un gesto con la mano como si la hora no importara y me alienta a marcharme. 

Ya en el auto apreto mis manos nerviosa, no solo conoceré a sus padres si no que también a gran parte de su familia, me remuevo en el asiento y miro a Thomas, lleva una camiseta de manga corta color blanco, acentúa sus brazos y contrasta con sus jeans oscuros, parece relajado.
-Debes calmarte o acabarás quebrandote un dedo.
Me mira y sonríe, pone una mano sobre las mías y me da una suave caricia reconfortante.

-Bueno, no es como si no fuera la gran cosa, conoceré a tus padres.

-Sí y yo ya conzco a los tuyos, ¿Cuál es la diferencia?

-Que tú te presentaste por tu cuenta, en cambio a mi vienes

y me avisas un día antes que tú madre me ha invitado a una cena con toda tu familia.-se ríe marcando sus facciones, lo golpeo en la pierna.-no es gracioso.

-Tranquila, sólo es una celebración y mamá es algo loca por estas cosas familiares, pero créeme les encantarás.

Si claro, sólo llevamos tres semanas saliendo y ya pasaré por la muestra familiar, bueno no es como si eso no fuera a pasar en algún momento, pero no puedo evitar sentir nervios. Miro por la ventana y veo que estamos en una zona muy residencial de la ciudad, las casas son mucho más grandes que las que pasamos hace un rato y me sorprendo, no sabía que Thomas viviera aquí, sabía que su padre es dueño de una empresa, pero nunca toque el tema más allá de eso, no es como si importara realmente hablar de eso en una cita o algo. Estaciona frente a una gran casa color azul, muerdo mi labio al ver la cantidad de vehículos en la entrada, abro la puerta antes de que él llegue para hacerlo por mi, no puedo acostumbrarme aún a que sea tan caballeroso. Me bajo y lo sigo hasta la puerta, me mira un momento antes de abrir. -¿Que pasa?

-Nada, es solo que luces realmente hermosa.

-Oh abre ya.-digo riendo, es obvio que quiere hacerme sentir segura. 

Entramos y el interior es tan lindo como imaginaba, hay cuadros y pinturas familiares decorando las paredes, se escucha mínimamente el sonido de voces y algo de música, Thomas me lleva de la mano y cruzamos el salón y luego la cocina hasta llegar al patio trasero, es muy amplio

y está abarrotado de personas. Hay una larga mesa de mantel blanco, decorada con flores y distintos platos; en el fondo están reunidos la gran mayoría de los hombres y logro ver lo que parece ser un quincho. Una mujer de complexión delgada se nos acerca, tiene cabello rubio y ojos esmeralda como Thomas, no necesito más para saber que es su madre, nos regala una sonrisa y me relajo.

-Thomas cariño.-besa su mejilla y me mira.-¡Bueno tu debes ser Alice! Éste chico no a parado de hablar de ti, me algrega conocerte al fin. Soy Margaret.

Me da un pequeño abrazo y besa mi mejilla.
-Es un gusto señora Margaret.

-Hay linda, sólo Margaret. Ven te presentaré a algunos familiares.

Me presentó a distintos primos, tíos y sobrinos de los cuales no recuerdo los nombres, todos fueron bastantes agradables hasta que Thomas llego a mi rescate.
-Ven, aun no conoces a mi padre.

Nos acercamos hasta el fondo del patio, hay dos hombres charlando junto a un quincho, uno de ellos lleva puesto un delantal con la palabra «EL MEJOR CUMPLEAÑERO» lo cual me indica que es su padre, tiene el cabello castaño y su cara es como si viera a Thomas con mas años y arrugas. Nos miran con interés cuando nos acercamos.
-Papá ella es Alice.

-Hola.-digo repentinamente nerviosa, su padre y el hombre junto a él me estudian como un si fuera todo menos una persona.-Felíz cumpleaños señor.

Sonríe pero algo no me convence.
-Un

gusto querida, soy Maximiliano, es un placer conocerte, él es mi hermano Greco.

El hombre junto a él me da una inclinación con la cabeza, luego mira directamente a Thomas.
-Sobrino, es bueno volver a verte, justamente hablaba con tu padre de la importancia de tu futuro. Dime ¿Ya consideraste entrar a la empresa? El negocio familiar lo es todo muchacho.

Thomas se tensa y su padre hace un gesto de desagrado.
-Esto es mi cumpleaños, no quiero oír temas de trabajo ahora, del futuro nos preocupamos después.

Dicho eso nos movimos todos hasta la mesa, me senté entre Thomas y uno de sus primos, Margaret dio inicio a la cena y debo admitir que todo lucía magnífico. El patio estaba estrictamente decorado para la noche, por lo cual apenas se fue el último rastro de sol varias luces colgantes se encendieron iluminando de forma casi mágica la mesa y alrededores. 

-No puedo comer más.-digo dejando el tenedor a un lado.-pero está tan rico que quisiera un estómago mas grande.

-Guarda espacio es momento de que mamá pida traer la torta para que papá apague las velas.

-Estupendo.

Luego de unos minutos un empleado apareció cargando una torta de dos pisos decorada con flores y otras cosas comestibles, era tan linda que sería una pena comerla. La posicionaron frente al señor Maximiliano y toda la familia se estrechó un poco mas cerca de él, mientras todos comenzaban a cantar la típica canción de cumpleaños me aleje del grupo, parecía algo muy familiar y me era extraño. Di unos pasos atrás y los observé, Thomas sonreía y su madre también alentando al cumpleañero a pedir un deseo. Un sonido llama mi atención, miro alrededor pero no hay nada ni nadie, observo la casa, la luz de la cocina está encendida y pasa por las puertas correderas de vidrio, atenta miro las otras ventanas por un momento imaginando ver a alguien, pero no hay nadie. Sacudo la cabeza pensando en lo paranoica que me he vuelto de un segundo a otro y me acerco otra vez a la mesa aplaudiendo cuando apagan las velas. Todos vuelven a sus lugares y hago lo mismo, la madre de Thomas corta el pastel y entrega el primer trozo a su hijo, pero él me lo da a mi, sonrío en su dirección y pongo la cabeza en su hombro, es una noche preciosa. Al momento un estruendo me hace saltar de la silla, o eso es lo que pienso mientras miro desorbitada el césped, no puedo moverme y tengo un pitido en los oídos, levanto la cabeza con dificultad y veo que las cosas que antes estaban en la mesa ahora se esparcen por el suelo, a lo lejos veo una luz resplandeciente, parpadedo varias veces, es fuego, fuego y humo desde la cocina. ¿Dónde está Thomas? Desesperada intento ponerme de pié pero mis esfuerzos son inútiles, el cansancio me gana y mi alrededor se vuelve totalmente oscuro.



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Capítulo 27

-¿Alice?-abro los ojos despacio, la cara de Thomas está frente a mi, estoy recostada en lo que supongo es una cama pero desconozco el lugar.-cariño que bueno que despertaste.

Pestañeo y observo su rostro preocupado, tiene dos puntos en la frente pero por lo demás luce bastante normal
-¿Dónde estoy? ¿Qué sucedió?

-Estás en mi habitación, papá ha llamado a los paramédicos y nos atendieron aquí en casa.

-Había fuego.-recuerdo la cocina incendiandose.

-Los bomberos ya lo solucionaron, al parecer hubo una fuga de gas.-su voz suena tranquila mientras pasa los dedos por mi frente, pero sé que algo me oculta, sus ojos siguen preocupados.-He hablado a tu madre, prometí dejarte en casa en cuanto estés lista para marcharte.

-Claro. Quisiera ir al baño.

-Por su puesto es esa puerta.-indica una puerta en una de las paredes, no había visto bien su habitación pero es el doble de tamaño que la mía. Me pongo de pié despacio y camino hasta el baño, en su interior hago una inspección de daños, me miro en el espejo y veo que mi vestido tiene manchas de suciedad y mi cabello está desordenado, pero nada mas que eso. Me arreglo lo mejor que puedo, es tan extraño, podría jurar que he visto a alguien en la cocina, tal vez un empleado, ¿Cuantos empleados hay en

esta casa? Salgo del baño aún dando vueltas al asunto en mi cabeza, Thomas no está, me acerco a la puerta y la abro despacio, el pasillo está vacío salgo y miro las puertas cerradas. Camino hasta el final suponiendo que la escalera estará allí, ésta casa es enorme, trato de no hacer ruido, avanzo tranquila mirando a mi alrededor, voces se escuchan en una de las habitaciones, suenan apagadas pero reconozco que es una discusión, me apresuro a pasar de largo hasta que escucho:
-¡Esto es tú culpa! ¡Mi familia a estado en grave peligro desde que te metiste con ellos!-me detengo lo suficientemente cerca para reconocer la voz del padre de Thomas.-Debes acabar con esto.

-¿Que pasa contigo? No dejaré las cosas así, ésto es una provocación, intentan advertirme de que es lo primero y no lo último.-esa es la voz de su hermano, me tenso a medida que la conversación avanza, estoy encajando muy rápido lo que aquí sucede y me asusta, me hace pensar que tal vez no fue un accidente lo que ha pasado.

-¡Tú comenzaste ésta locura! ¡Las aguas se habían calmado, estábamos bien! ¡Maldito seas Greco piensa en la familia!-escucho un golpe, como si le dieran un puñetazo a un mueble.-Se están metiendo con nuestra familia como tu te metiste con la de ellos.

-No puede hacer nada, esto es lo más lejos que llegará, conozco a Edward, no es capaz de hacer las cosas por si solo. 

Escucho una risa irónica,

me acerco un poco más a la puerta.
-¿Qué hay del muchacho? Edward no es un imbécil y su hijo no es un asunto diferente.

-No me preocuparía por él, me encargué personalmente de acabar con las malas raíces de esa familia.

-¿Ah si? ¿Sabías que esa mala raíz esta libre? Encargate de los Drucci Greco, no pongas en riesgo a la familia.

Me alejo al instante de la puerta, mi corazón está a toda velocidad, ¿Dónde me he metido? ¿Es que acaso éste es Greco, el Greco que mató a la madre de Will? ¿Will causó una explosión aquí? Dios había niños aquí, niños pequeños. Cierro los ojos mientras un ardor sube por mi garganta, ¿Como es posible que esto esté pasando? Cuando todo está de maravilla las cosas se ponen en mi contra, siempre es igual nunca puedo estar lo suficientemente bien, es tan injusto. Muerdo mi labio tembloroso y me dirigo a la escalera, bajo apresurada, la familia está dispersada, veo a unos primos de Thomas en el sillón están viendo televisión, paso sin hacer ruido hasta la cocina, necesito encontrar a Thomas, me urge ir a casa. Me encuentro de frente con Margaret en la puerta de la cocina, lleva una bandeja en la mano y me esquiva con cuidado.
-Niña me has asustado.

-Lo siento, estoy buscando a su hijo.

-Está aquí.-indica con un movimiento de cabeza. La dejo pasar y luego me adentro en la cocina, Thomas

está junto a una de sus tías, hay un niño pequeño en sus brazos, me mira y sonríe, le entrega el bebé a la mujer y se acerca.

-¿Estás lista para volver a casa?

-Sí.

Me lleva hasta el auto luego de una despedida general, me tiemblan las manos, necesito ir a casa, analizar todo, ¿Que voy a hacer? Miro a Thomas de reojo, estoy saliendo con el sobrino del hombre que Will odia, pero eso no es su culpa y tampoco la mía, yo no lo sabía, su apellido es Martino como no lo adivine, oh claro, ¿Porqué pensaría en eso si estaba tratando de olvidarlo? No debería importarme, pero no puedo ser indiferente a lo que aquí ocurre, Will o su padre-probablemente Will-ha causado una explosión en una casa llena de personas, sin medir el daño, sin consciencia de lo que podría haber pasado; alguien pudo resultar gravemente herido o peor aún muerto. Cierro los ojos disgustada al pensar que hay una remota posibilidad de que él supiera que yo estaba ahí ¿Lo habría hecho de todas formas? Mi corazón se hunde con ésta nueva revelación, pero me afirmo de la mayor posibilidad de que no hay forma de que lo supiera. Thomas se detiene frente a mi casa y apaga el motor, lo miro repentinamente nerviosa, sus ojos me analizan demasiado y siento que lee la verdad bajo mi cara, pero es imposible, no hay forma de que él sepa que tuve alguna relación con la persona que hizo estallar su cocina y puso a su familia en peligro. 

-Siento mucho lo de hoy, de verdad esperaba que la cena saliera

bien.

Suspiro y tomo su mano.
-No es tu culpa, los accidentes pasan-es un gran chico, no quiero que se sienta peor por algo que su tío a hecho muchos años atrás, incluso si las repercusiones llegan ahora no es su culpa, es más, es probable que ni siquiera sepa lo que realmente sucede. 

-Las cosas estarán algo locas en mi casa, pasaré por ti mañana, ¿Si?

-Sí.-me acerco y doy un beso suave en sus labios a modo de despedida, no hago más, porque no me lo permito, aún no puedo ser con él como quisiera, sigo reprimiendo los sentimientos que no le pertenecen. 

Como prometió al día siguiente Thomas estaba allí, salí de casa corriendo mientras mascaba una tostada, me subí rápido a su coche y lo saludé.
-Me he levantado tarde esta mañana, mi despertador no sonó.

-Relájate llegaremos puntuales a tu clase de cálculo.-pongo los ojos en blanco al oír su «llegaremos» Thomas tomó la costumbre de acompañarme a mi primera clase cada mañana, es muy dulce de su parte, pero me agrada molestarlo. Al llegar a la escuela estaciona el coche junto al de Elizabeth, las chicas están paradas junto a el parloteando sin parar, me bajo y las saludo con una sonrisa.

-¡Alice! No te imaginas lo que ha pasado hace diez minutos.-Clara está prácticamente gritando.-me he enamorado eso es seguro.

-¿Que?-río

confundida y miro a las demás, mi sonrisa decae un poco al ver el rostro señudo de Elizabeth, lo cual siempre implica que Clara no sabe dónde se está metiendo, pobre de mi amiga siempre es igual.

-Hay un nuevo bombón en el Instituto, es raro en éstas fechas pero Dios lo agradezco, lo pondría en el puesto uno de mi lista de chicos guapos, sólo seguido de Connor, Thomas y posiblemente Mike Philipp.

-Bueno guapo o no es su forma de ser lo importante, no te adelantes amiga.

Caminamos hasta la puerta y pierdo a Thomas de vista, supongo que algo lo a entretenido y lo veré más tarde. Elizabeth me toma del brazo y nos dirigimos a cálculo, al entrar al salón tomamos asiento en los asientos delanteros.
-¿Como estuvo la cena?-ella me mira expectante, no debería contarle lo que he descubierto, no hasta que resuelva este conflicto de piezas que no encajan.

-Bien, aunque terminó algo diferente de lo que esperaba.

-¿Porqué lo dices?

-Un pequeño incidente.

-¿Sus padres fueron duros contigo?-dice preocupada.

-De echo una fuga de gas puso las cosas de cabeza.

-Uh eso no suena lindo.

-No, no lo fue.

Termino la conversación en cuanto el maestro inicia la clase, no me agrada ocultar cosas a mi mejor amiga pero ha pasado tiempo, además fui yo la que insistió para que el tema de Will no volviera a ser nombrado,

para éste entonces supongo que Elizabeth a dado por sanjado el tema. Paso las siguentes clases aburrida, odio los lunes, no por el típico odio humano al comienzo laboral y responsable de sus obligaciones, más bien porque es el único día en el que estoy prácticamente sola en casi todas mis clases. Salgo de biología de prisa, no quiero pasar un segundo más en ese salón así que en cuanto el timbre suena me encamino a la cafetería. Mis amigos están en la mesa de siempre, les hago un gesto mientras voy por mi almuerzo, tomo una bandeja y saco un sándwich de jamón y un jugo de naranja, voy a la fila para pagar y después a la mesa.
-Hey chica, Thomas me ha dicho que lo disculpes pero tenemos entrenamiento hasta tarde hoy.-Harry me sonríe mientras toma un mordisco de su mansana.

-¿Dónde está él ahora?

Harry se encoge de hombros.
-Hablando con el entrenador supongo, hay partido esta semana.

Asiento mientras abro mi sándwich y le doy una mordida.

-¡Caray!-dice Clara y la miro confundida.-sólo miren ese trasero, no he visto cosa más majestuosa en mi vida.-todas nos volteamos de inmediato buscando al susodicho-¡No volteen! Está mirando, oh Dios creo que se ha dado cuenta de que me lo como con la mirada, viene hacia aquí.

Veo la cara de Elizabeth frente a mi ponerse pálida, le hago un gesto para que me diga que le sucede pero no reacciona, me volteo buscando la razón de su estado, pero me quedo

helada. Will, el mismo William Drucci de mis sueños y pesadillas está caminado en nuestra dirección con la mirada más agradable que he visto en él hasta ahora, toma la mirada de cada chica en cada mesa a su paso y no las culpo, incluso yo no puedo dejar de mirarlo, luce tan radiante como una mañana de verano, jugando con una sonrisa en sus labios, disfrutando de la atención, de mi desconcierto. Algo se retuerce en mi interior, la última vez que lo vi nos estábamos despidiendo, habíamos hecho el amor, el calor sube a mis mejillas al recordar esa noche, ¿Que hace aquí? Llega hasta nuestra mesa y todos lo miramos, Annie pasa una mano por su cabello y Clara arregla su blusa, mi expresión debe ser un poema y Elizabeth no deja de mirarlo como si de un fantasma se tratara.
-Alice.-dice sonriendo, parece complacido con mi incomodidad.-Es un gusto volver a verte.

Inmediatamente todos se voltean hacia mi, no se que decir, solo lo miro atónita, vuelve a sonreír como si fuera mi amigo de toda la vida y da un asentimiento hacia los demás para luego marcharse. Dejo mi sándwich a un lado, el apetito se me ha esfumado. Clara me mira interrogante.
-¿Se conocen?

No tengo fuerza para responder, me pongo de pie y me excuso para ir al baño, me siento repentinamente enferma. Corro hasta los baños más cercanos y me meto cerrando la puerta con seguro. Voy hasta el lavabo y mojo mis manos temblorosas. Alguien golpea la puerta, sabía que era una mala idea venir aquí, no llevo ni un minuto y ya perdí la soledad que quería, suspirando quito

el seguro y la puerta se abre, me sorprendo al ver la figura de Will entrar, cierra nuevamente con el seguro y me mira, me alejo al instante de él.
-Tú.-lo apunto.-no tienes nada que hacer aquí ¿No deberías estar ocupandote de tus vandalismos?

-Tengo que graduarme Alice.

Suelto una risa irónica.
-Y escogiste esta escuela, que coincidencia, prometiste dejarme en paz.

-Suelo decir muchas cosas Alice, pero ésta vez no se trata de nosotros, no tengo intención de molestarte, hablo en serio.

-Tu presencia me molesta, sabes lo difícil que es para mi estar...cerca de ti.

Se acerca despacio, no me alejo cuando pone una mano en mi brazo, su toque es cálido y suave.
-Prometo no interferir en tu vida. Deseo hacer las cosas bien, al menos contigo.-hace una mueca con esto último.-llevemos esta fiesta en paz.

Un sentimiento de cólera se retuerce en mi interior, ¿Cómo pretende conseguir algo así? No desea influir en mi vida pero ya lo hace, no puedo estar en la misma habitación con él sin que quiera tocarlo ¿Y él se atreve a prometerme normalidad? Está loco. Quito su agarre de mi, doy un paso atrás y me cruzo de brazos.
-Estoy saliendo con alguien más.

Hace una mueca, parece un intento de media sonrisa pero es más como un gesto de desagrado.
-Lo sé.

-Sé que lo sabes, pusiste explosivos

en su casa, con toda una familia dentro, niños pequeños Will, conmigo allí... ¿Cómo..?-ya no me puedo controlar necesito decirle todo, hacer que sienta mi angustia.-¡¿Cómo puedes tener tan poco corazón para hacer algo así?! ¡No razonas! ¡Es una familia como cualquier otra, pero tu sed de venganza no te deja diferenciar entre uno y lo otro!

-¿Me estás acusando? No me haz hecho ni una pregunta razonable para comprobar tus disparates y ya estás apuntandome con el dedo.

-Los oí hablar de ti, es obvio que fuiste tú. Me dijiste que te vengarias, me alejaste, me sacaste de tu vida, me destrozaste el corazón y cuando logro componerme, intentar seguir llegas tu otra vez a desordenar todo mi mundo, no te lo permitiré, no esta vez.

Se mantiene en silencio. Me observa de forma indescifrable por varió segundos antes de abrir la boca.


-¿Y porqué él? 

-No puedo creer que me preguntes eso, ¿No haz escuchado lo que acabo de decir? 

-Es un Martino, entre tantos tenías que fijarte en él.- la vena de su cuello a comenzado a marcarse, esta furioso.

-¿Crees que yo lo elegí así? Thomas es un buen chico, no lo juzgues por llevar un apellido que odias.

Se me acerca como un depredador, toma mi cintura y me acerca hasta que su nariz toca la mía.
-¿Lo quieres?

Miro sus ojos oscuros, seguros y penetrantes, siempre mirándome como si pudieran ver más allá de mi, hasta mi alma. Me pongo firme para soltar las siguientes palabras.
-Me da seguridad y estabilidad, todo lo que necesito para estar bien, se preocupa por mi más de lo que te haz preocupado tú así que sí, puede decirse que lo quiero, o al menos eso intento.

Me alejo ante su rostro endurecido, le ha dolido puedo verlo en su rostro, muerdo mi labio porque comparto el sentimiento, me ha dolido tanto pronunciar esas palabras como a él oírlas. Me dirijo a la puerta decidida a terminar con esta conversación, no puedo continuar mirándolo, estar en el mismo espacio que él, me destroza. Paso por su lado y me detiene, toma mi mano y me mira casi de forma inocente.
-Sé que cometí errores y entiendo que quieras seguir adelante, eres libre de hacerlo y lo respeto. No quiero involucrarte en mis planes, lamento que las cosas se salgan un poco de control y te afecten, me importas más de lo que piensas y si mantenerme a distancia es lo que debo hacer para que estés bien, lo haré, por ti.

Muerdo mi labio tembloroso, una parte de mi angustia se disipa, le importo, es lindo escucharlo, me llena de una sensación inexplicable, está dispuesto a comportarse, por mi. Le dedico una pequeña sonrisa y me suelto de su agarre, no se opone y me deja ir.


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