
Mi última palabra para Severus Snape «Editando...Nuevamente :( »
by BookJacket
Una persona es capaz de cambiar el curso de una historia, incluso si este lleva escrito el nombre de otra persona.
Durante el torneo de los tres magos Sara Dumbledore, ahijada del famoso mago, es requerida para apoyar al profesor de pociones a la hora de impartir la asignatura. Esto no solo creara conflictos para Severus Snape, sino para todo Hogwarts.
Ella guarda un pequeño defecto de su pasado, tan importante que debe estar oculto hasta que su padre regrese...
Capitulo 1: Quítate de mi camino
Los personajes de HARRY POTTER, están registrados por la Warner Bros. y J.K.R., lo demás salió de mi retorcida mente.
Era una mañana tranquila verano, en la calle sólo estaban aquellos que diariamente tenían que estar en un constante ajetreo.
En el caldero chorreante del callejón Diagon, en uno de sus tantos cuartos se alojaba una chica recién llegada de algún lugar increíble en el mundo. Bien podría pasar desapercibida como cualquier otra hechicera, pero el peculiar tono de su cabello la hacia sobresalir de entre los demás. La manera en que resaltaban algunos mechones violeta de esa abundante mata negra, solían ser un distintivo para todo aquel que la conocía, a parte de unos hermosos ojos del mismo color.
Aquella joven buscaba desesperadamente una de las cartas que le había mandado el director de Hogwarts esa misma mañana, y qué infortunadamente revolvió con sus revistas.
Al cabo de cinco minutos y después de considerar en auto practicarse legermancia, pudo encontrarla debajo de todo su desorden.
El único propósito de hayarla era verificar la hora que tenia escrita en tinta color esmeralda.
Querida Sara:
Espero te encuentres bien, te escribo esta carta porque necesito que me ayudes con un problema que ocurrió este año en el colegio, para que estés mejor enterada este ciclo escolar después de muchos años se celebrara el torneo de los tres magos. Como es de mi conocimiento eres muy buena pocionista, solicite
dos maestros de cada asignatura porque vendrán alumnos de Beauxbatons y Durmstrang, esta es la razón de que necesito verte en la heladería de Floren Fortescure a las 12 del día ahí también conocerás a tu compañero de clase.
Albus Dumbledore.
Fue entonces que reviso la hora del reloj (las 11:30) tenía tiempo de sobra para llegar a su cita con el director, ella sabía perfectamente que Dumbledore le propondría que fuera de inmediato a el colegio para ponerse al tanto de sus clases, por lo que tenía lista su maleta de hecho era una bolsa a la cual le aplico un hechizo de extensión indetectable para ser más fácil de trasportar, así que salió de su habitación y como de costumbre saludo a Tom el encargado del caldero chorreante y salió a la calle principal del callejón, todavía le quedaban un una media hora, así que solo tenía un pendiente que arreglar antes de irse, se dirigió a buscar un libro que sabía dónde exactamente buscar.
Así se aventuró a entrar al obscuro y desventurado callejón Knockturn, no sin antes cambiar el color de sus ojos a negro; a pesar de que no era la primera vez que ella estaba ahí y aunque no le daba ni la más mínima gota de miedo, camino lo más rápido que pudo, pues desde que era muy pequeña Dumbledore le había prohibido entrar ahí e incluso hacía siete años le hizo ese mismo recordatorio cuando ella nombro por error un artículo que había visto en una de esas tiendas y recordaba exactamente las palabras del director- «Sabes a los peligros que te expones y dada tu situación no puedes
atreverte a ser vista por ahí»- Después de aquel regaño no se podía permitir que el director la pudiera ver entrando a Borgin y Burkes. Sara le tenia mucho respeto a Albus pues cuando era niña después de la muerte de su madre él cuido de ella; no se dio cuenta de que estaba enfrente de la puerta cuando al entrar sonó la molesta campana de la tienda y el encargado la miro con aire despectivo por lo que ella se alejó de sus pensamientos y le dijo lo más firme que podía estar en ese momento:
-Disculpe necesito... algo.
-Que necesita señorita.
-Un libro- dijo incrédula.
-Si sabe que esto no es librería, -Él hombre la miró y ella asintió con la cabeza- en ese caso deje de quitarme el tiempo y vallase.
-No me voy a ir -Repitió firme, ella lo miro directo a los ojos- Ese libro es muy antiguo y no cualquier lugar lo tiene, además ese es un artículo muy valioso y de magia especial. Por dicho artículo estoy dispuesta a pagar su precio original.
-¿De que es?- Le dijo el encargado un poco más interesado en la propuesta.
-Sobre el cáliz de fuego- ella se había interesado por el titulo tras el inminente torneo en Hogwarts.
-Si sabe que puede encontrar un libro así en cualquier lugar.
-Disculpe, creo que no comprende, lo que necesito saber es de que formas puede ser burlado o destruido en
su totalidad.
-Creo que se lo que busca y justo tengo un ejemplar que le podría interesar, deje buscarlo.
El encargado subió la escalera detrás del mostrador y se perdió de vista en unos segundo, Sara quedo sola en aquel tétrico lugar mientras curioseaba un objeto sobre el mostrador el cual parecía una mano mutilada entonces vio una etiqueta alado en donde decía «La manó del poder» estuvo a punto de tocar aquel objeto cuando volvió a sonar la campana, lo único que ella hizo fue voltear la cabeza hacia la puerta y ver a un hombre de piel cetrina con ojos y cabello tan negro como la noche misma («Algo grasoso»- Pensó ella); aunque estaba al otro lado de la tienda aquel hombre llego a el mostrador en cuestión de segundos, y no era para menos pues con tres zancadas llego, él se veía muy imponente con su aura de murciélago, por lo cual ella solo se limitó a voltear la cabeza de nuevo hacia las escaleras, para ver si el encargado ya había llegado con el libro, entonces escucho detrás de ella.
-Quítese de mi camino señorita- Dijo aquél hombre detrás de ella, provocando un reproche por parte de Sara.
-Disculpe ¿me dice a mí?- Hablo con voz melosa.
-Es tonta, claro que le hablo a usted.
-Perdón pero no tiene derecho a llamarme de esa forma.
-Entonces quítese- Aspecto él.
-¿Por qué?- Entonces se giró a verlo y le lanzo una mirada desafiante.
-Eso que le importa.
Y antes de que pudiera seguir peleando con aquel hombre que había hecho que perdiera la paciencia tan rápido, el encargado de la tienda bajo a gran velocidad las escaleras mientras gritaba -Lo encontré- pero para su sorpresa en cuanto vio a el tipo que estaba detrás de ella la empujo a un lado y saludo al murciélago que estaba detrás de ella.
-Señor Snape. ¿Qué hace por aquí?- Dijo el encargado, empujando a Sara a un rincón.
-Supongo señor Borgin, hoy es el día de las preguntas estúpidas. Vengo buscando un libro que sé puede tener.
-Claro profesor, de que es el libro.
-El cáliz de fuego- Respondió Snape.
-Justo lo traigo aquí- Dijo el señor Borgin mostrando el libro- pero me temo que la señorita lo solicito antes que usted señor- Entonces el murciélago la voltio a ver y ella le lanzo una sonrisa de satisfacción- y me temo que no tengo otro ejemplar.
-Pero sabe que ese libro es de suma importancia que lo consiga hoy.
-Claro que lo entiendo pero supongo podrá llegar a un acuerdo con la señorita- Dijo el señor Borgin
mientras señalaba a Sara, pero se escuchó un gran estruendo en el piso superior tirando un poco de Tirol del techo- los voy a dejar solos por un momento tengo que verificar que nada se haya roto- Y así, dejo el libro sobre el mostrador.
Pero tan pronto el salió de la vista de ambos, Sara se dispuso a tomar el libro, pero el murciélago también, así que ambos se arrebataban el libro.
-Pero que caballeroso- Dijo ella entre jaloneos.
-Entonces sueltelo usted.
-No, yo lo pedí primero.
-Pero que infantil.
-No el infantil aquí es usted señor.
-Ya sueltelo.
-Que no.
-Que sí.
-No.
-Sí.
-Sí
-¡Aja!- Grito él tirando del libro aun más.
Entonces ella camino en reversa pues en uno de los jalones perdió un poco el equilibrio, hasta chocar con el mostrador, así que puso una mano detrás de ella paro no caerse y toco un objeto algo rugoso que entonces sin previo aviso la sujeto de la muñeca, lo que provoco que Sara diera un grito ahogado de horror y que ambos soltaran el libro, así ella se volvió hacia su mano sujetado
por esa especie de mano.
-¡¿Que rayos le pasa?!- Pregunto aquel hombre; entonces la vio en el intento de quitarse esa cosa de encima- déjeme ayudarle.
-Después de insultarme ofrece ayudarme que tengo cara de necesitarlo- Así que ella siguió forcejeando con la mano pero al parecer la apretaba cada vez más.
-Tal vez la cara no pero la manos si.
Entonces con un movimiento de varita del murciélago, la garra la soltó, entonces ella observo que tenía un poco de sangre en la muñeca, producto del forcejeo. Sin previo aviso él le tomo la mano para examinarla.
-¿Es usted sanador o algo parecido?- Le dijo con la voz entre cortada por el ardor que le producía
-No, pero déjeme ver- Al tomar su mano ella sintió una sensación que hizo que le erizará la piel y que en el cuerpo le recorriera una excitante corriente (De seguro es por el ardor de la cortada- Pensó ella), entonces después de pensar lo que pareció una eternidad, se percató que el la miraba a la cara, entonces ella lo miro a los ojos y se quedó un par de segundo hasta que el desvió la mirada, lo que produjo que Sara se sonrojara un poco y el empezó a hablar- es muy profunda la herida debería de ponerse un poco de...- Pero ella lo interrumpió
-De esencia de Díctamo
-Si- así que ella bajo al suelo y recogió el libro
-Creo que, es justo que se quede el libro- Menciono mientras le ofrecía el libro
-Por qué cambio de opinión tan drásticamente
-Usted me ayudo, es lo menos que puedo hacer- mientras lo miro y le dio una pequeña sonrisa - y segundo de seguro tiene un fin mas interesante que el que yo le tengo a este libro
Entonces Sara salió de la tienda y del callejón Knockturn para ir a la cita con el director; casi se le olvidaba por completo así que reviso la hora y quedaban 5 minutos para las doce así que camino lo más rápido que pudo, al llegar a la heladería vio si ya había llegado Dumbledore, por suerte él no estaba ahí lo que produjo que diera un largo suspiro de alivio y que se propusiera a ver en que mesa podía sentarse, pero una cierta sombra la hizo estremecer y voltear detrás de ella, desgraciadamente era aquel hombre que la había ayudado hace unos pocos minutos.
-Me está siguiendo
-No
-Entonces que hace aquí
-Tengo una cita aquí
-Quien es la loca... digo a quien busca
-No es de su incumbencia
-Está bien...que mal genio- pero en ese momento llego el dueño y saludo a ambos lo que pareció un poco raro
-Señorita Sara llega justo a tiempo Dumbledore acaba de llegar la está esperando arriba- dijo el dueño de la heladería
-Profesor Snape el director lo está esperando igualmente. Síganme los dos
El dueño los condujo a la azotea del lugar y en efecto estaba el viejo director sentado tomando una malteada
de fresa, así que al verlos entrar se paró de su silla.
-Me da gusto que ambos llegaran al mismo tiempo- dijo alegremente Dumbledore- siéntese señorita- le acerco la silla mientras el murciélago hacia lo mismo
-Cómo has estado Albus- dijo Sara mientras tomo e inspecciono la carta de la heladería
-Bien... como has de saber, por medio de la carta que te he enviado te he solicitado que trabajes como maestra auxiliar del profesor Snape, entonces aceptaras venir a el colegio.
-Claro, pero donde está dicho profesor - entonces el director señalo al murciélago mientras le ofrecía la mano para darse un saludo
-Yo soy el profesor Severus Snape
-Que desgracia... digo un gusto yo soy Sara Dumbledore- pero al estrechar su mano ella no pudo aguantar y gimió un poco por el dolor de la muñeca, apenas recordaba que no se había puesto el díctamo, hasta que miro su mano aun sangrante
-Que te hiciste en la mano- dijo el directo con preocupación, entonces la miro tan fijamente que sintió que estaba a punto de leer sus pensamientos.
-Bueno si ya se acabaron las presentaciones creo que es momento, creo que es momento de pedir algo que tomar- por milagro Snape los interrumpió (tal vez se me ve tanto la cara de miedo como para que el me ayudara-pensó ella mientras se sentaba y tomaba la carta lo más pronto posible)
Así se dispusieron a ordenar y mientras Sara estaba nerviosa, pues si el director se enteraba que había ido al callejón Knockturn de seguro le recordaría que ella en especial lo tenía prohibido
aunque no sabía por qué,(pero tal vez me volvería a poner una escolta para que me vigilara como la última vez que lo desobedeció ) así que no paraba de pensar en lo de la tienda cuando sintió un escalofrió, recordó lo que paso cuando el murciélago le tomo la mano y lo que sintió , pero no se percató de que miraba atentamente a Snape que al percatarse de su mirada la miro directamente a los ojos, tenía la mirada más fría que hubiera visto jamás pero a la vez la mejor que podía haber visto, así que desvió sus ojos lo más rápido que pudo hacia su té helado.
- Es cierto que Harry Potter esta en Hogwarts- intento ella dar algún tipo de conversación
-Claro- dijo el director - y dejame decirte que es un buen alumno, no en cuanto a cuestiones académicas sino a las que realmente importan
- Hufflepoff
-No, Griffindor.
-Y porque yo Albus, acabo de llegar
- Precisamente por eso...supongo que has escuchado los rumores de los de la Orden...
-Claro
-Pues por Alastor...estarás mejor y más protegida dentro del colegio que en el mismo ministerio
No tenía objeción alguna era un buen plan.
- ¿Es tu hija Albus? - dijo Snape
Y Sara y el director lo miraron extrañados durante un minuto y después ellos se miraron
-Enserio...yo su hija-comento ella en aparente diversión
El asintió y ellos dos se soltaron a reír
***
Así transcurrió como media hora, en profundo silencio en el que solo se escuchaban las pláticas de aquellos que pasaba por la calle entonces, cuando creyó que no tendría más remedio que salir de ahí el director dijo:
-Quisiera que te mudaras inmediatamente al colegio para afinar la repartición de alumnos y tareas, te parece bien Sara
-Claro que si
-Donde te estas quedando en Londres- pregunto el director
-En el caldero chorreante, pero no tengo muchas cosas las cuales llevar pero ya tengo todo aquí - mientras señalaba su bolso.
-Entonces creo prudente irnos de inmediato
Salieron de la heladería hacia la amplia calle principal.
-Albus como vamos a ir al colegio
-De la forma mas rápida
-Oh, no no, no...es horrendo como si un tubo de succionara.
Así que el director y Snape ante la poca cooperacion de Sara se colocaron a cada uno de sus extremos, la tomaron de los brazos
-No, no, no...Albus sueltame...
Y mediante aparición conjunta llegaron a los límites del castillo pues era imposible aparecerse dentro de Hogwarts.
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"Larga caminata"
"Larga caminata"
N/A: En la parte de multimedia pongo la foto de algún personaje nuevo y de lo mas representativo del capitulo
Canción
A Fine Frenzy - Blow Away
Así se aparecieron en los límites del castillo, a Sara le llego una febril brisa familiar proveniente del bosque, aunque ella seguía con los ojos cerrados debido a que las apariciones le aterraban, estaba consciente de que estaba fuera del castillo; mientras trataba de recuperar el aire se aferró algo o alguien para no perder el equilibrio, pero entonces una voz enfadada la interrumpió.
-A menos que planee quitarme el brazo, apártese de mí señorita
Entonces ella abrió los ojos rápidamente y se apartó de él.
-Lo siento profesor, pero es que no tolero las apariciones
- Creo que ni un adolescente hace semejante tontería como usted señorita
-Y yo creo que un anciano no debería de decirle así a una mujer profesor
-Así y yo creo que no le conviene insultarme de esa manera...
Pero el director tocio un poco antes de que siguieran discutiendo
-Creo que debemos de caminar por que no veo que estén aquí las carretas, de seguro las deben de estar preparando para los alumnos- dijo el director - vengan por aquí
Así se encaminaron por un sendero en medio del bosque y durante 20 minutos nadie dijo nada, así que Sara se puso a tararear fragmentos
de una canción que cantaba muy animadamente y en una de sus gesticulaciones levanto fuertemente la mano ocasionando que le pegara al profesor.
-Señorita- entonces ella abrió los ojos lentamente y se ruborizo totalmente, al ver a Snape frete a ella, así que lo miro fijamente a los ojos y entonces recupero la calma y le pudo decir
-Disculpe es que estoy muy emocionada profesor- dijo Sara mientras caminaba en reversa
- Creo que con quien se debería de disculpar es con la humanidad entera por atreverse a cantar señorita
-Que usted profesor jamás dejara de insultarme por estar feliz
-El estar feliz no justifica que cante como una desquiciada mental señorita- dijo Snape en forma burlona
- ¡Yo no estoy loca!...bueno no mucho
-De todos modos esta haciendo el ridículo
- No es que yo este haciendo el ridículo, es que los otros no han bebido suficiente.
-Y así desea impartir clases al menos debería de mostrarse normal ante los alumnos
-Una vez intente ser normal...los peores cinco segundos de mi vida
-Pues esta es una institución en donde debe de haber seriedad y severidad hacia los alumnos
-Entiendo que debe de haber seriedad y severidad pero...usted exagera hasta el nombre de Severus deja entendido que debe de tener un humor de...Dumbledor de que funeral lo sacaste
Pero el director solo sonrió ante real comentario
-Pero que comentario tan poco inteligente
-Le digo por que yo no hago comentarios "normales"...
-Alguna
enfermedad psicológica
-No, lo que pasa es que la inteligencia me persigue...pero yo soy mas rapida- entonces Sara se dio la vuelta y camino tan rápido que se perdió de vista
-No crees que deberías de llevarte mejor con ella- dijo Dumbledore en forma pasiva- además quieras o no tendrás que trabajar con ella y no lleva ni 5 minutos en el castillo y tú ya lograste pelear con ella más rápido de lo que pensaba
- Pero es que Albus ella logro sacarme de mis casillas más rápido que Potter
-Pero por que la comparas con un adolecente Severus
-Porque se comporta como una
-No solo esta así porque es algo nuevo para ella y por lo que he visto ella no fue quien empezó las discusiones, así que creo que deberías ir a tratar de hacer las paces con Sara
Entonces Snape miro receloso a el director, pues sabía que era verdad él era el que había iniciado las discusiones desde un principio
-Supongo que me disculpare en cuanto lleguemos al castillo
Todo era tal como Sara recordaba los pasillos, los jardines y sobre todo el gran comedor con sus cuatro mesas para cada una de las casa y la mesa de los profesores donde ahora en adelante iba a ocupar, al terminar de inspeccionar se centró en la mesa de los profesores donde pudo ver a alguien... a alguien que conocía, entonces la persona se paró abruptamente y corrió hasta la puerta donde Sara se encontraba, entonces ella callo en la cuenta de que aquel hombre no era nadie más que Alexander Hooper un
hombre alto delgado y sumamente atractivo (pero para ella no era así, para ella era su mejor amigo, desde que eran niños y él se convirtió prácticamente en su hermano mayor pues él era solo cinco años mayor que ella), entonces corrió a Sara y ella también lo hizo (claro en cuanto lo reconoció) y se encontraron a mitad del camino le dio un fuerte abrazo y el la cargo, dando vueltas. Entonces Alexander la bajo al suelo y ella no podía dejar de sonreír.
-Que haces aquí- pregunto Alexander
-Voy a dar clases como maestra de pociones
-Así, yo también voy a dar clases pero como maestro de transformaciones
-¡Fantástico!
-Señorita Dumbledore veo que encontró al señor Hooper - dijo el director- le a tomado menos tiempo del que yo creía
-Claro que si- y aun con una sonrisa, regreso a ver a su amigo y le dijo- Oye. Porque no me habías escrito antes - entonces le golpeo el brazo a forma de broma- no me has escrito desde que nació tu hijo y de eso ya varios años, anciano, he estado esperando que me escribieras
-Así y pues yo pensé lo mismo, mocosa
Entonces ambos rieron y su amigo le jalo un mechón de pelo a lo que ella respondió con un pisotón en el pie
-Supongo que si ya terminaron de hacer sus niñerías podrían comportarse como adultos- dijo Snape a modo de burla
-No profesor, solo una más - entonces Sara vio que Snape la miro desafiante pero ella lo ignoro y volvió a golpear en brazo de Alexander- te toque, atrapas
Entonces ella corrió
hacia la mesa de los profesores y su amigo corrió detrás de ella.
-No se vale Sara me tomaste desprevenido- dijo Alexander cuando la correteaba alrededor de la mesa de los profesores
-Claro que si tortuga
-Ya casi te atrapo
Entonces una profesora ya mayor de edad se levantó rápidamente de su silla lo que hizo que Sara callera.
-Podrían comportarse como los profesores que van a ser
Entonces la profesora ayudo a que Sara se levantara y miro a los dos amigos con cara de desaprobación y ellos bajaron la cabeza.
-No pueden dejar sus jueguitos, ¿verdad? Siéntense por favor
Y ambos en coro dijeron
-Si profesora McGonagal
-Señor Hooper a lado mío y usted señorita que materia impartirá
-Pociones, profesora
-Entonces se sienta en medio del profesor Snape y mío
-Pero... - entonces suspiro- está bien
Así señalo una silla donde ella se sentó, se moría de hambre, pero entonces se percató de que enfrente de ella había unos horarios, pergaminos y tinta, así que intuyo que no cenaría pronto.
Lo peor de la situación fue que desde que el director y la profesora McGonagal (que ahora había descubierto era la subdirectora), empezaron a hablar y de ahí no se detuvieron, así que después de cuatro horribles horas Sara se desesperó y tomo el pergamino y una pluma y comenzó a dibujar Hogwarts la cual que había visto desde que se caminó por el bosque (al menos no se darán cuenta
tal vez pensaran que estoy tomando notas de su aburrida explicación sobre la historia de Hogwarts cualquiera que haya estudiado aquí sabe la historia del colegio, bueno aunque yo no estudie aquí el director se encargó de que memorizara toda la historia horarios y el castillo - pensó), pero no se dio cuenta de que Snape la había observado hasta que le dijo en voz baja.
-Se le olvido poner la cerradura de la puerta
Entonces volteo a verlo, un poco desconcertada.
-Mire aquí es donde lleva la cerradura, señorita
-Cuanto tiempo estuvo mirándome profesor Snape
-No lo sé, la voltee a ver desde que comenzó a dibujar señorita
-Enserio debe de estar aburrídisima la cátedra como para que usted, señor cara de pocos amigos se distraiga
Entonces ella giro su cabeza para ver el reloj y efectivamente verificar que ya eran las 11:30 (tanto tiempo estuvo mirándome, casi seis horas y media- pensó ella).
-Cuando cree profesor que nos quiten el castigo... perdón platica de orientación
-Es lo mismo que me he preguntado hace diez horas señorita
-Usted ha escuchado algo importante de esto profesor
-Solo que el nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras se lo dieron a Alastor Moody, señorita
-Enserio tan mala fama tiene el puesto, profesor
-Creo que si señorita
-Ah, mire ya terminaron de hablar profesor
Entonces de inmediato apareció ante ellos un gran banquete que en lugar de ser cena se convirtió en desayuno, ella se quedó en silencio pensando en todo lo que le había pasado en el día e involuntariamente volvió a empezar a tararear.
-Ya va a volver a empezar señorita- dijo disgustado
-Bueno y en que le afecta que yo cante profesor
-Creo que debería de empezar a comportarse como la maestra que va a ser en una semana señorita
-No voy a soportar más esto profesor creó que no me entendió... yo soy una loca con grandes intervalos de cordura
-Es imposible razonar con usted...
-Y peor hacerla callar- dijo Alexander uniéndose a la conversación
-Gracias, Alex... además si ya sabes como soy para que me contradices
Así que ella se levantó de la mesa y se retiró a su habitación.
-A donde vas Sara- pregunto su amigo
-A dormir
-¿Y que vas a hacer?
Ella lo miro incrédula
-A saludar a mi vecino...
-Pues en ese caso le mandas felicitación de mi parte
Puso los ojos en blanco, ya estaba demasiado cansada, por lo que fue casi a rastras a su habitación que "afortunadamente" (ironía) se encontraba en el cuarto piso. Al llegar solo se acostó en su cama sin siquiera quitarse lo que traía puesta, por fin en muchos años no tenia que tomar poción alguna para dormir, y de repente fue como si un dragón se le viniera encima: se sentía tan mal le dolía la cabeza, el cuerpo de tanto caminar, hasta pensar le dolía, solo deseaba dormir hasta el día siguiente. Pero sus deseos serían frustrados...
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"Como se dice buenos días en francés"
Gracias por leer, acepto comentarios. Comenten.
Canción:
I Really Like You- Carly Rae Jepsen
"Como se dice buenos días en francés"
Sara tenía un profundo sueño, no tenía ganas siquiera de moverse, así que toda la noche se quedó en una posición incómoda, no planeaba levantarse de su cama hasta que los alumnos llegara a la escuela pero sus deseos quedaron mermados cuando alguien toco la puerta.
-Señorita... señorita
-Siii
Dijo Sara entre bostezos y casi sin ganas
-Disculpe puedo pasar
-A...si
-Perdón sé que está cansada pero los profesores de los otros colegios necesitan hablar con usted
-No se la pueden arreglar sin mi profesora Mcgonagal
-No y la esperan dentro de diez minutos, en el aula de profesores
-Claro
Ella cerro los ojos durante un minuto le pesaban tanto los párpados...así que se recostó.
***
Sara abrió los ojos con lentitud esa mañana, se sentía tan bien estar dormida, soñar... sus ojos instintivamente fueron al reloj mágico en su habitación.
11:55 AM.
- ¡Mierda, Mierda, Mierda! - grito al ver que se había quedado dormida, su cuerpo se levantó de esa endemoniada cama como si quemara y corrió tropezándose con el taburete, al baño.
- ¡Joder! Por que debo de ser tan aggg...se me hizo tarde-siseo mirándose al espejo, daba pena.
Pero eso no era importante en esos momentos, ato su cabello con un lápiz que encontró
en el lavado mientras se cepillaba y se lavaba el rostro a la vez.
Escupió con fuerza su pasta dental y prácticamente se lanzó contra el armario, donde se encontraba un traje...que de seguro Alex le había mandado
Mientras se abrochaba la falda, luchaba con sus medias... ¡Jodida ropa!, pensó.
Cuando estuvo vestida, tomó sus zapatos y salió corriendo de ese cuarto, ¡Joder, Joder! Era el coro en su mente mientras intentaba llegar a tiempo a su cita; después de recorrer tres veces el castillo y de perderse incontables veces , corriendo llego a donde la profesora le había indicado...pero al no tener zapatos y con el piso recién aseado....
Zaz...
Sara se había dado contra la puerta en la cabeza e instintivamente se llevo las manos a la cabeza
-Auch...-susurro mientras revisaba si no le había salido algún moretón en la frente
-Llega tarde señorita - dijo Snape de forma burlona mientras la miraba sentada en el suelo
-Deje de molestar- entonces se llevó las manos a la cabeza pues empezaba a dolerle y soltó algunas lágrimas por las fuertes punzadas que sentía
-Esta llorando- pregunto el despiadado profesor
-Nooo...que va...yo no lloro...yo sudo por los ojos
Permaneció sentada ahí un par de minutos mas hasta que se sintió con el suficiente orgullo como para levantarse.
-Como no iba a caerse si no tiene zapatos
-Pues culpo al sol...por salir tan temprano...mejor ayudeme a levantarme y deje de verme
Así el profesor la ayudo ofreciéndole
la mano para levantarse, cuando ella estuvo de pie ambos se dirigieron a una mesa rectangular donde ya se encontraba sentada una mujer. Sara no le presto mucha atención, solo se agacho y de su mano tomo unos convers color azul, los ato y se dirigió a una silla no sin antes tocarse de nuevo la cabeza
-On se sent bien Mlle - dijo aquella mujer en tono preocupante
(Se siente bien señorita)
- Ouais, juste un peu fatigué, mais merci pour votre préoccupation, apropocito bon matin, vous doivent être Beauxbâtons.
(Si, solo un poco cansada, pero gracias por su preocupación, apropósito buenos días usted debe de ser de Beauxbatons)
- Si vous êtes une dame et l'école
(Si señorita y usted es del colegio)
- Bien sûr, je pense que je me pardonne pas precente properly mon nom est Sara Dumbledore est un plaisir
(Por supuesto, perdóneme creo que no me presente adecuadamente - yo me llamo Sara es un placer)
-I Appelez-moi un goût tout aussi Amberly Swant
(Yo me llamo Amberly Swant un gusto igualmente)
Así, al terminar de platicar ella se sentó y se puso a juguetear con un mechón de cabello.
-Se me es sorprendente señorita- dijo Snape incrédulamente
-Qué le parece sorprendente, profesor- dijo Sara también sorprendida
-Su daltonismo...
-Bah...no estoy tan mal ves...- entonces se miro; la falda y la blusa eran blancas y la chaqueta roja, mas su convers azules- ok lo admito pero así soy original
-Claro e incluso esta vestida para
la ocasión...
-¿Enserio?
-Si, si fuera a un circo como payaso
-Oiga eso es cruel
- No crueldad es esto
Ella miro la sala...
-Así que para Severus Snape es difícil negociar con dos mujeres extranjeras que no tienen idea de como funciona nuestro sistema educativo...por el amor a Merlín no...
-Bonjour -dijo una mujer entrando al lugar
-Claro para usted es facil decirlo sabe manejar perfectamente el idioma
-¿Así?
-Claro, jamás titubeo era como si usted siempre hubiera hablado el idioma
-Solo dije unas cuantas cosas...pfff..., además por lo que veo no hablaremos en nuestro idioma por lo que reste de la conferencia
-Y Dumbledore tenia que hacer esto si sabe que... no sé ni una pisca de... ¿Qué maldito idioma es el que hablo?
-Oh, francés
-Lo que me faltaba
-Bueno si quiere puedo traducir lo que digan pero creo conveniente que por lo menos sepa saludar y despedirse...por que una vez cometí el erro de que un...
-Luego cuenta sus disparates- dijo el interrumpiéndola -...en dado caso como se dice buenos días en francés
-Bonjour
-Y para despedirse
-Á bientôt
-Que significa
-Hasta pronto, bueno eso es lo que significa Severus
-Y desde cuando practica francés señorita
-Desde que tengo seis
-Es
por eso que habla tan bien el francés señorita
-No de hecho es porque viví ahí durante tres años
Paso un momento donde solo esperaban alguna indicación
-Bueno ahora que recuerdo yo no le di ningún consentimiento para llamarme por mi nombre
-Aja...como no Severus...ya estamos en el siglo veintiuno, las formalidades son cosas absurdas, y de que otra forma quieres que te llame ¿Firulais?
***
Y tal y como Sara predijo, durante toda la tarde se pasó negociando con los de Beauxbatons, mientras ellos le reclamaban que el colegio no estaba a la altura de las instalaciones a las que estaban acostumbrados sus alumnos, pero la peor parte de todo fue que ya no soportaba ese dolor de cabeza persistente. Por suerte su negociación fue un éxito y no paso más tiempo en aquella sala, por lo que al salir se dirigió a comer.
-Como te fue Alex con los de Beauxbatons
-Creo que bien gracias a merlín Minerva sabía perfectamente francés al igual que yo así que terminamos solo veinte minutos después... y que tal tu Sara
-Ufff...Perfecto estupendo - dijo ella con sarcasmo - al parecer Snape no sabe hablar francés pero después de todo si logre un acuerdo con ellos, pero ahora lo peor no va a ser negociar con una escuela de superficiales lo difícil es negociar con Durmstrang
Pero en ese momento llegaron unas cuantas lechuzas arrojando algunos ejemplares del profeta
-Ojala ya haya ganado alguien la copa de quidditch- dijo Sara esperando que su amigo pudiera
abrir el profeta
-Espera, Sara no lo puedo desatar- dijo el tratando de desatar el nudo
-Yo te apuesto a que gano Irlanda
-Claro que no, en dado caso ganara Bulgaria, ellos tienen a Víctor Krum
-No puede ser tan difícil desatar el periódico Alex- dijo ella mientras trataba de quietarle el periódico
-Claro que si- entonces ella le arrebato el periódico y lo desato, posteriormente lo extendió y se dispuso a leer - vez solo debías se jalar esto cordón y ya ¡Por Merlín no puede ser!
-Que- entonces se acercó a leer el periódico
-Si vez
-Si ya lo sé, creo que lo de la marca tenebrosa es algo grave y luego más en el mundial
-Que... a....si... no yo hablaba de que si hubiera podido apostar hubiera ganado, gano Irlanda
-Nunca vas a cambiar Sara, siempre has estado loca - dijo Alexander de forma divertida- no te preocupas por ataques de mortifagos, no por lo que te preocupas es quien gano
-Claro que no también que...un tal Leirbag se va a casar con una tipa llamada Kriss
-Que voy a hacer contigo
-Ir a San Mungo, para que me den pastillitas de colores
-Ya...por que sabes tanto, segura que no te escapaste de ahí
-No te hagas el chistoso Alex- entonces ella le dio un golpe a modo de juego
-Ya come mocosa
-Claro, pero desea que le triture eso -dijo Sara mientras señalaba la comida de su amigo - puede que te rompas la dentadura postiza, abuelito
-Si como no, y tu no te vayas a hacer daño con los cubiertos mejor quires que te taiga una mamila
-Ya esta bien me cayo
Así se pasó la hora de la comida y llego el momento de negociar con Durmstrang, por suerte y Snape conocía a el director de la otra escuela y no hubo mayor contratiempo en negociar (Hasta que por fin me ayuda en algo- pensaba ella cuando estaba con dicho director) .Y por fin el tan anelado sueño llego...después de algunas horas y Sara por fin se habia asegurado que no tenia otra cosa que hacer y al llegar a su habitacion tomo la suficiente cantidad de poción para dormir sin soñar y durmio profundamente
Ok...les esta gustando o enserio soy tan mala escribiendo... de todos modos voy a seguir...
Así que les hago una pregunta
¿Que día quieren que sea el cumpleaños de Sara y el de Alex?
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"El sombrero"
Canción:
Break Free- Ariana Grande
"El sombrero"
Esa semana paso tan rápido que los días parecían horas y las horas minutos...y luego más si te la pasabas molestando a alguno que otro profesor; al fin había llegado el día en que los alumnos llegarían al colegio, y Sara estaba muy nerviosa.
-Que hermosa lluvia no lo creen- dijo ella mientras entraba al gran comedor y tomaba asiento. Hecha toda una fantasía.
-Lo de hermosa lluvia no la creo, pero vaya que llueve a cantaros - dijo Alexander tratando de no gritarle a la profesora Mcgonagal pues estaba en medio de ellos dos
-Espero que los de primero lleguen bien y sobre todo a tiempo- se unió a la plática la profesora - querida estas bien te noto nerviosa
-¿Qué?
-Sé que estas nerviosa
- Si Minerva, pero además no sé si hice mi mejor elección en mi vestimenta- entonces Sara se aliso el vestido que era de escote en forma de corazón de color verde que llegaba hasta sus rodillas, el cual se subía un poco y con brocado plateado (creo que es demasiado alusivo a Slytherin- pensó Sara)
-Tranquila es normal, yo aún recuerdo mi primer día como maestra, me asuste al ver que todos me miraban pero después de dos clases se me perdió el miedo
-Entonces es normal sentir que el corazón se va a salir de mi pecho
-Sí, pero debes de mostrar seguridad ante lo alumnos
-Y también es normal haber tirado una de las armaduras
-¡Que hiciste que....!
-Tranquila...ya lo
repare
Entonces Snape le dijo algo a la profesora sobre que el poltergeist tenía a un hombre al cual estaba molestando, y así ella salió para ver lo ocurrido.
-Pss... Alex -entonces ella le lanzo una servilleta
-Qué te pasa Sara
-Es que quería saber si estas nervioso o soy solo yo
-No solo eres tú
-Maldición que estupi....
-Señorita no debería de expresarse así que ejemplo le va a dar a los estudiantes- le interrumpió Snape
-Pude decir algo peor profesor
-Usted sigue sorprendiéndome señorita- soltó Snape en tono burlón- puede negociar, en cualquier idioma con ambas escuelas, pero no puede enfrentarse a unos simples mocosos impertinentes que estarán poniendo atención a cualquier falla que tenga, piense todos la miraran para ver cuando comete su primer error
-Sus buenos deseos me mata, mejor cállese profesor, estoy a punto de desmayarme y sigue jodie...
-Y encima de todo me sigue faltando al respeto señorita
-¡Oh vamos! Severus, yo no te falto al respeto querido- dijo apropósito solo para verle abrir los ojos con asombro y exasperación.
- ¡Profesor Snape!, ¡No haga faltas de respeto! -siseo escandalizado.
-Si claro... Severus-finalizo guiñándole un ojo- yo no soy ninguna de tus alumnas
-¡Peeves! - Grito una voz irritada- ¡Peeves, baja aquí ahora mismo!
En ese momento acababa de entrar de nuevo la profesora, la cual por poco resbalo al suelo mojado y para no caer se agarró del
cuello de una estudiante que había entrado con un muchacho pelirrojo y otro castaño.
-Por qué no echan a Peeves a la calle- dijo Sara mientras seguía mirando que el fantasma le tiro agua a unas estudiantes
-No es así de sencillo señorita... Oh pero mire nuestra celebridad nos ha hecho el honor de hacernos dignos de su compañía junto a sus fieles vasallos- dijo Snape
- Y dice que la loca soy yo
-¿De que habla?
- De nada ¿De quién hablas hace un segundo?
-De ese mocoso de Potter y sus amigos, la señorita Greanger y el señor Wesley
-Qué maravilla- entonces ella extendió su brazo izquierdo golpeando a Snape en la cara
-Pero qué demonios le pasa, es una torpe señorita
-Lo lamento...
Entonces las puertas del comedor se abrieron y llegaron los alumnos de primero, los que se mostraron ante la mesa de los profesores y Sara pudo ver que algunos estaban temblando tal vez por el frio o por el miedo. Después de un momento la profesora Mcgonagal puso un taburete de cuatro patas en el suelo y encima de este puso un sombrero extremadamente viejo. Por un momento se hizo silencio y en el sombrero se desgarro formando una boca y se puso a cantar.
Hace tal vez mil años
que me cortaron, hormaron y cosieron.
Había entonces cuatro magos de fama
de los que la memoria los hombres guardan.
El
valeroso Gryffindor venia del páramo;
el bello Ravenclaw, de la cañada;
del ancho valle procedía Hufflepuff el suave
y el astuto Slytherin, de los pantanos
Compartían un deseo, esperanza, un sueño:
Idearon de común acuerdo un atrevido plan
para educar jóvenes brujos
Así nació Hogwarts, este colegio.
Luego, cada uno de aquellos fundadores
fundo una casa diferente
para los caracteres
de su alumnado
Para Gryffindor
el valor era lo mejor;
para Ravenclaw,
la inteligencia
para Hufflepuff el mayor mérito de todos
era romperse los codos
el ambicioso Slytherin
ambicionaba alumnos ambiciosos
Estando aún con vida
se repartieron a cuantos venían,
pero ¿Cómo seguir escogiendo
cuando estuvieran en el hoyo?
Fue Gryffindor el que hallo el modo:
me levanto de su cabeza,
y los cuatro en mi metieron de su sesera
par que pudiera elegirlos a la primera
Ahora ponme sobre las orejas
no me equivoco nunca:
echare un vistazo en tu mente
¡y te diré de que casa eres!
Y así el comedor estalló en aplausos y cuando la profesora Mcgonagal se disponía nombrar a los niños de
primero...
-Este año me voy a honrar en elegir a una verdadera hija de Slytherin - interrumpió el sombrero
Así la profesora volvió a dar instrucciones a los de primero, para nombrarlos. - como si el sombrero no hubiera dicho nada- La profesora McGonagall desplegaba en aquel momento un rollo grande de pergamino.
-Cuando pronuncie su nombre, se pondrán el sombrero y se sentaran en el taburete -dijo dirigiéndose a los de primero-. Cuando el sombrero anuncie la casa a la que pertenecerán, se tendrán que sentar en la mesa de su respectiva casa. ¡Ackerley, Stewart!
Un chico se adelantó, temblando claramente de la cabeza a los pies, tomo el Sombrero Seleccionador, se lo puso y se sentó en el taburete.
-¡Ravenclaw! -gritó el sombrero.
Stewart Ackerley se quitó el sombrero y se fue a toda prisa a sentarse a la mesa de Ravenclaw, donde todos lo estaban aplaudiendo. Asi Sara se dirigio a Snape después de que el niño se fuera a sentar
-Quien es el jefe de la casa de Ravenclaw Severus
-Es el profesor Filius Flitwick el maestro de encantamientos...y por enésima vez no me llame por mi nombre
-¡Baddock, Malcolm!- volvió a decir la profesora Mcgonagal
-¡Slytherin!
La mesa del otro extremo del Gran Comedor estalló en vítores.
-Oh y quien es el jefe de la casa de Slytherin profesor- dijo Sara aún más interesada
-A veces pienso que no tiene ni la más mínima intención o propósito de saber algo o hacer alguna cosa en el colegio- dijo Snape un poco molesto
-Lo siento, pero quien es el jefe de esa casa
-Yo
-Pobres niños... perdón creo que debe de ser bueno como jefe de esa casa (por qué pregunto las cosas más obvias del mundo- volvió a pensar Sara- el murciélago casi se pone un letrero en la cabeza de que es el jefe de Slytherin)
-¡Branstone, Eleanor!
-¡Hufflepuff!
(Quien será el jefe de la casa de Hufflepuff, mejor no pregunto- se decía Sara en sus adentros)
- El jefe de esa casa es la profesora Pomona Sprout, ella da herbolaria - comento Snape
-Gracias pero eso ya lo sabía (claro que no Sara, no tenías ni la más mínima idea de quien era)
-¡Cauldwell, Owen!
-¡Hufflepuff!
-¡Creevey, Dennis!
-¡Gryffindor! -gritó el sombrero
-Ese si me lo se profesor- anuncio Sara ansiosamente- el jefe, bueno la jefa de la casa de Gryffindor es la profesora Mcgonagal
La Selección continuó. Chicos y chicas con diferente grado de nerviosismo en la cara se iban acercando, uno a uno, al taburete de cuatro patas, y la fila se acortaba considerablemente conforme la profesora McGonagall iba llamando a los de la elección.
Por último, con «¡Whitby, Kevin!» («¡Hufflepuff!»), la Ceremonia de Selección dio fin. La profesora McGonagall tomo el sombrero y el taburete, y se los llevó.
El profesor Dumbledore
se puso en pie. Sonreía a los alumnos, con los brazos abiertos en señal de bienvenida.
-Tengo sólo dos palabras que decirles -dijo, y su profunda voz resonó en el Gran Comedor- ¡A comer!
-Suerte que hay banquete- comento la profesora Mcgonagal
-Por qué Minerva- dijo Sara preocupada
-Peeves, por supuesto -explicó ella totalmente enojada- Lo de siempre, ya sabes. Quería asistir al banquete. Bueno, eso está completamente fuera de cuestión, porque ya lo conoces: es un salvaje; no puede ver un plato de comida y resistir el impulso de tirárselo a alguien. Por eso se celebró una reunión de fantasmas al respecto. El Fraile Gordo estaba a favor de darle una oportunidad, pero el Barón Sanguinario... más prudentemente, a mí parecer... se mantuvo en sus trece.
-Yo solo creo que quiere llamar la atención- continuo Sara
-Igual que usted -comento Snape- solo que hay dos diferencias entre los dos
-Y cuales son profesor- dijo Sara desafiándolo
-La primera que él ya está muerto y usted no y segunda porque usted todavía no lanza comida a los profesores
Así Sara tomo un vaso con agua que había enfrente de ella y se lo tiro a Snape
-Esto no es comida pero creo que tiene el mismo efecto
-Como se atreve...
-Ya los dos -interrumpió el director a Snape cuando estaba a punto de sacar su varita
-Pero Albus mira la insolencia de...
-Si no mal escuche de nueva cuanta tú iniciaste la pelea Severus
La lluvia seguía golpeando con fuerza contra los altos y oscuros
ventanales. Otro trueno hizo vibrar los cristales, y el techo que reproducía la tormenta del cielo brilló iluminando la vajilla de oro justo en el momento en que los restos del plato principal se desvanecieron y fueron reemplazados, en un abrir y cerrar de ojos, por los postres.
-No se le ocurra tirarme algo otra vez señorita- insistió Snape en voz baja
-Lo tomare en cuanta profesor, pero creo que es suficiente diversión por hoy- finalizo Sara con una sonrisa
Una vez terminados los postres y cuando los últimos restos desaparecieron de los platos, dejándolos completamente limpios, Albus Dumbledore volvió a levantarse. El rumor de charla que llenaba el Gran Comedor se apagó al instante, y sólo se oyó el silbido del viento y la lluvia golpeando contra los ventanales
La boca de Dumbledore se crispó un poco en las comisuras. Luego prosiguió:
-Como cada año, quiero recordales que el bosque que está dentro de los terrenos del castillo es una zona prohibida a los estudiantes. Otro tanto ocurre con el pueblo de Hogsmeade para todos los alumnos de primero y de segundo.
»Es también muy doloroso deber informar que la Copa de quidditch no se celebrará este curso esto se debe a un acontecimiento que dará comienzo en octubre y continuará a lo largo de todo el curso, acaparando una gran parte del tiempo y la energía de los profesores... pero estoy seguro de que lo disfrutaran enormemente. Tengo el gran placer de anunciar que este año en Hogwarts...
Pero
en aquel momento se escuchó un trueno ensordecedor, y las puertas del Gran Comedor se abrieron de golpe. En la puerta apareció un hombre que se apoyaba en un largo bastón y se cubría con una capa negra de viaje. Todas las cabezas en el Gran Comedor se volvieron para observar al extraño, repentinamente iluminado por el resplandor de un rayo que apareció en el techo. Se bajó la capucha, sacudió una larga melena en parte cana y en parte negra, y caminó hacia la mesa de los profesores. Un sordo golpe repitió cada uno de sus pasos por el Gran Comedor. Llegó a un extremo de la mesa de los profesores, se volvió a la derecha y fue cojeando pesadamente hacia Dumbledore. El resplandor de otro rayo cruzó el techo. Cada centímetro de la piel parecía una cicatriz. La boca era como un tajo en diagonal, y le faltaba un buen trozo de la nariz. Pero lo que lo hacía verdaderamente terrorífico eran los ojos. Uno de ellos era pequeño, oscuro y brillante. El otro era grande, redondo como una moneda y de un azul vívido, eléctrico. El ojo azul se movía sin cesar, sin parpadear, girando para arriba y para abajo, a un lado y a otro, completamente independiente del ojo normal... y luego se quedaba en blanco, como si mirara al interior de la cabeza.
El extraño llegó hasta Dumbledore. Le tendió una mano tan toscamente formada como su cara, y Dumbledore la estrechó, murmurando palabras que nadie consiguió oír. Parecía estar haciéndole preguntas al extraño, que negaba con la cabeza, sin sonreír, y contestaba en voz muy baja. Dumbledore asintió también con la cabeza, y le mostró al hombre el asiento vacío que había a su derecha. El extraño se sentó y sacudió su melena para apartarse el pelo entrecano de la cara; se acercó un plato de salchichas, lo levantó hacia lo que le quedaba de nariz y lo olfateó. A continuación se sacó del bolsillo una pequeña navaja, pinchó una de las salchichas por un extremo y empezó a comérsela. Su ojo normal estaba fijo en la salchicha, pero el azul seguía yendo de un lado para otro sin descanso, moviéndose en su cuenca, fijándose tanto en el Gran Comedor como en los estudiantes.
-Les presento a nuestro nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras -dijo animadamente Dumbledore, ante el silencio de la sala-: el profesor Moody.
Lo normal era que los nuevos profesores fueran recibidos con saludos y aplausos, pero nadie aplaudió aquella vez, ni entre los profesores ni entre los alumnos, a excepción de Hagrid, Dumbledore y Sara. El sonido de las palmadas de los tres resonó tan tristemente en medio del silencio que enseguida dejaron de aplaudir. Todos los demás parecían demasiado impresionados por la extraña apariencia de Moody para hacer algo más que mirarlo
Bueno les hago la misma pregunta del otro capitulo
¿Que fecha quieren para el cumpleaños de Sara y el de Alexander?
Yo inició el de Sara el 17 de Febrero y el de Alexander el 08 de Abri
Oh y me encantan sus comentarios invisibles...le da un toque a la pagina...como desierta...de todos modos me gusta esto y gracias a los pocos que la leen
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"El torneo de los tres magos"
"El torneo de los tres magos"
Canción:
This Is How We Do- Katy Perry
Moody parecía totalmente indiferente a aquella fría acogida. Haciendo caso omiso de la jarra de jugo de calabaza que tenía delante, volvió a buscar en su capa de viaje, sacó una maleta y echó un largo trago de su contenido. Al levantar el brazo para beber, la capa se alzó unos centímetros del suelo, y Sara vio, por debajo de la mesa, parte de una pata de palo que terminaba en una garra.
Dumbledore volvió a aclararse la garganta.
-Cómo iba diciendo -siguió, sonriendo a la multitud de estudiantes que tenía delante, todos los cuales seguían con la mirada fija en Ojoloco Moody-, tenemos el honor de ser la sede de un emocionante evento que tendrá lugar durante los próximos meses, un evento que no se celebraba desde hacía más de un siglo. Es un gran placer para mí informarles de que este curso tendrá lugar en Hogwarts el Torneo de los tres magos.
-¡Se está quedando con nosotros! -dijo un muchacho pelirrojo de la mesa de Griffindor en voz alta.
Repentinamente se quebró la tensión que se había apoderado del Gran Comedor desde la entrada de Moody.
-Esa es una gran insolencia- aspecto Snape
-Yo lo encontré gracioso Severus - dijo Sara
El hizo un gesto de exasperación...otra vez
-Pues al final del año tal vez no le parecerá tan gracioso, en cuando el señor Fred Weasley le empiece a dar problemas igual que su hermano gemelo, cambiara de opinión señorita.
-Solamente ruego porque
no me vuelva una amargada como usted profesor
Casi todo el mundo se río, y Dumbledore también, como apreciando la intervención de Fred.
-No me estoy quedando con nadie, señor Weasley -repuso el director -, aunque, hablando de quedarse con la gente, este verano me han contado un chiste buenísimo sobre un trol, una bruja y un leprechaun que entran en un bar...
La profesora McGonagall se aclaró ruidosamente la garganta.
-Eh... bueno, quizá no sea éste el momento más apropiado... No, es verdad -dijo Dumbledore-. ¿Dónde estaba? ¡Ah, sí, el Torneo de los tres magos! Bien, algunos de ustedes seguramente no saben qué es el Torneo de los tres magos, así que espero que los que lo saben me perdonen por dar una breve explicación mientras piensan en otra cosa.
»EI Torneo de los tres magos tuvo su origen hace unos setecientos años, y fue creado como una competición amistosa entre las tres escuelas de magia más importantes de Europa: Hogwarts, Beauxbatons y Durmstrang. Para representar a cada una de estas escuelas se elegía un campeón, y los tres campeones participaban en tres pruebas mágicas. Las escuelas se turnaban para ser la sede del Torneo, que tenía lugar cada cinco años, y se consideraba un medio excelente de establecer lazos entre jóvenes magos y brujas de diferentes nacionalidades... hasta que el número de muertes creció tanto que decidieron interrumpir la celebración del Torneo.
-Esperemos que con las medidas de seguridad que tomamos no ocurra nada relevante más que algunos rasguños- comento la profesora Mcgonagal
-Ojala pero creo que después de todo, no va a ocurrir nada pues solo vamos a escoger a mayores de edad- finalizo Sara
Pero la mayoría de los alumnos que había en el Gran Comedor no parecían compartir aquel miedo: muchos de ellos cuchicheaban emocionados, y estaban aún más interesados en seguir oyendo detalles sobre el Torneo que en preocuparse por unas muertes que habían ocurrido hacía más de cien años.
-En todo este tiempo ha habido varios intentos de volver a celebrar el Torneo -prosiguió Dumbledore-, ninguno de los cuales tuvo mucho éxito. Sin embargo, nuestros departamentos de Cooperación Mágica Internacional y de Deportes y Juegos Mágicos han decidido que éste es un buen momento para volver a intentarlo. Hemos trabajado a fondo este verano para asegurarnos de que esta vez ningún campeón se encuentre en peligro mortal.
»En octubre llegarán los directores de Beauxbatons y de Durmstrang con su lista de candidatos, y la selección de los tres campeones tendrá lugar en Halloween. Un juez imparcial decidirá qué estudiantes reúnen más méritos para competir por la Copa de los tres magos, la gloria de su colegio y el premio en metálico de mil galeones.
-Octubre se me es mucho tiempo, no aguanto las ganas de enseñar a las tres escuelas - dijo Sara
En cada una de las mesas, Sara veía a estudiantes que miraban a Dumbledore con expresión de arrebato, o que cuchicheaban con los vecinos completamente emocionados. Pero Dumbledore volvió a hablar, y en el Gran Comedor se hizo otra vez el silencio.
-Aunque me imagino que todos
estarán deseando llevarse la Copa del Torneo de los tres magos -dijo el viejo-, los directores de los tres colegios participantes, de común acuerdo con el Ministerio de Magia, hemos decidido establecer una restricción de edad para los contendientes de este año. Sólo los estudiantes que tengan la edad requerida (es decir, diecisiete años o más) podrán proponerse a consideración. Ésta -Dumbledore levantó ligeramente la voz debido a que algunos hacían ruidos de protesta en respuesta a sus últimas palabras, especialmente los gemelos Weasley de la mesa de Griffindor, que parecían de repente furiosos- es una medida que estimamos necesaria dado que las tareas del Torneo serán difíciles y peligrosas, por muchas precauciones que tomemos, y resulta muy improbable que los alumnos de cursos inferiores a sexto y séptimo sean capaces de enfrentarse a ellas. Me aseguraré personalmente de que ningún estudiante menor de esa edad engañe a nuestro juez imparcial para convertirse en campeón de Hogwarts. -Sus ojos de color azul claro brillaron especialmente cuando los guiñó hacia los rostros de los gemelos Fred y George, que mostraban una expresión de desafío-. Así pues, les ruego que no pierdan el tiempo presentándose si no han cumplido los diecisiete años.
»Las delegaciones de Beauxbatons y Durmstrang llegarán en octubre y permanecerán con nosotros la mayor parte del curso. Sé que todos trataran a nuestros huéspedes extranjeros con extremada cortesía
mientras están con nosotros, y que le darán su apoyo al campeón de Hogwarts cuando sea elegido o elegida. Y ya se va haciendo tarde y sé lo importante que es para todos ustedes estar despiertos y descansados para empezar las clases mañana por la mañana. ¡Hora de dormir! ¡Andando!
Dumbledore volvió a sentarse y siguió hablando con Ojoloco Moody. Los estudiantes hicieron mucho ruido al ponerse en pie y dirigirse hacia la doble puerta del vestíbulo.
-Bueno, Octubre es el mes siguiente- empezó a comentar Sara
-Pues si Sara- se le acerco Alexander para hablar- Oye no me has dicho que harás durante el tiempo que no de clases
-Oh, es cierto; bueno no poder hacer mucho, solamente organizare algunas cosas.
-Entonces eso suena a que te vas a aburrir mucho durante este mes
-Lamentablemente si
-Siento tener que irme pero tengo que hacer algunas cosas con la profesora Mcgonagal e ir a dormir
-Buenas noches
-Buenas noches mocosas- al decir esto Alexander se levantó de su silla y le dio un beso en la frente a Sara y se retiro
-Creo que yo también me voy a ir a dormir
Así se fue a su cuarto y se quedó pensando en que haría al día siguiente (supongo que me pondrán alguna tarea para que me entretenga durante un mes pero ¿Cuál será?), y pensó en eso hasta que se quedó dormida
***
A la mañana siguiente, la tormenta se había ido a otra parte, aunque el techo del Gran Comedor seguía teniendo un aspecto muy triste. Durante el desayuno, unas nubes enormes
del color gris del peltre se arremolinaban sobre las cabezas de los alumnos, mientras Sara examinaba sus nuevos horarios.
-Bueno creo que esto no es tan malo, por lo menos me voy a entretener...
-A sí que cosa- pregunto Alexander
-Tengo que ordenar los libros de la sección prohibida
-Que felicidad- dijo sarcásticamente Alexander- desearía estar en tu lugar
-Y ¿Por qué?
-Yo tengo que registrar cuantos cuadros hay en el castillo
-Eso si es aburrido...aunque yo se de alguien que podría ayudarte a cambio de un...
-No hacer tratos contigo es igual que decir ¡Satanas yo te invoco!
-Pfff
-Vaya que lo es, bueno me tengo que ir, o de lo contrario no acabare para la cena
-Suerte
-Igualmente
Durante todo el desayuno Sara se preguntaba que si le tomaría mucho tiempo terminar de ordenar todos eso libros, así que se tomó su jugo y se dispuso a ir a la biblioteca. Mientras subía hasta el cuarto piso, se percató de que algunos alumnos de primero no tenían ni idea de donde estaban. Así que se acercó a una chica de pelo castaño y de ojos color caoba, la cual parecía estar a punto de llorar.
-Disculpa necesitas ayuda- ofreció Sara
-Si profesora, bueno si es usted profesora verdad- dijo la atareada alumna
-Sí, solo que no me han presentado oficialmente, hasta
el torneo de los tres magos de comienzo, dirán quien soy
-Es por eso que no sabía cómo se llama
-Así es, pero deberías de estar en clase
-Oh es cierto casi se me olvidaba, es que no sé dónde está el salón
-Bueno donde tienes que ir
-Espere- entonces rebusco en su túnica y sacó un pergamino- dice que mi primera clase es pociones, pero no está muy lejos verdad
-Creo que estabas más perdida de lo que yo esperaba
-¿Por qué?
-Pociones, las dan en las mazmorras
-Es enserio, ese es el único lugar que se dónde queda, gracias profesora
-A dónde vas- dijo Sara mientras sostenía de la túnica escolar a la niña
-A mi salón
-Ni creas ir sola
-Por que
-El profesor que da esa clase es todo un ogro
-Mala suerte, es el jefe de mi casa
-Mi mas sentido pésame... perdón, creo que hay que ir, no te preocupes yo hablare con el
-Gracias
-De nada, oye pequeña cómo te llamas
-Bueno yo me llamo, Meghan Pritchard
-Un gusto, yo me llamo Sara...- entonces se detuvo en seco, no podía dar el apellido de su padrino o sino, como Severus mal interpretaría las cosa -...Sara
-También mucho gusto
Así siguieron platicando hasta que estuvieron en la puerta de las mazmorras, Sara toco suavemente la puerta y respiro hondo para pensar en que iba a decir, en
cuestión de segundos se escuchó un. Pase... proveniente del salón, trato de empujar la puerta, pero al parecer estaba atrancada con algo, así que se recargo en la puerta para poder abrirla, pero para su mayor sorpresa...quedo una vez mas en el suelo
-Es una torpe-escucho ella de la sombra parada frente a ella
-Buenos días Severus- dijo ella levantándose
-Señorita Pritchard,-aspecto Snape- llega tarde si sabe que...
-Ay por el amor a Merlín Severus dejala de sermonear y hazla pasar- empezó Sara- es su primer día
-Mire señorita en primera, por milésima vez déjeme de tutear y segundo a mí no me va a decir que hacer o no hacer con respecto a mis alumnos y sobre todo si son de mi casa
-Entonces si la va a dejar pasar-dijo Sara mirándolo a los ojos
-Que sea la última vez- esta vez se dirigió a la niña- tome asiento y comience la elaboración de la poción que está enfrente- y en ese momento la niña camino hacia un lugar vacío, como alma que lleva el diablo y Sara comprendió que era hora de huir, pero Snape cerró la puerta antes que saliera- usted, no vuelva a hacer esto o no tendré más remedio que hablar con el director.
-Pues hable y haga lo que quiera
-Mire si la soporto es porque en algunos meses se largara de aquí y no tendré que tratar con personas tan poco competentes como usted
Todo el salón quedo en silencio, Sara respiro profundamente.
-Yo...también te deseo buena suerte querido
Entonces ella se acerco a su mejilla y le dio un rápido beso, solo para
terminar de fastidiarlo.
Oh, Severus tu no me puedes ganar en mi juego- pensó ella con descaro
Al salir de las mazmorras Sara estaba muy contrariada ante la situación (sabía que no debía de acompañar a la niña-se decía - pero nuevamente no hago caso debería de estar en la biblioteca... la biblioteca)
-Maldita sea debería de estar en la biblioteca
En ese momento se apresuró a ir directo al cuarto piso, cuando entro no había absolutamente nadie pero aun así busco a la encargada de la biblioteca.
-Señora Irma Pince - pregunto Sara
-Señorita, si no es molestia, llega tarde
-Lo siento pero...
-Nada, comience a trabajar, ordene los libros por orden alfabético
-Si señorita
Durante muchas horas Sara solo se puso a ordenar los libros absueltos de su pensamiento, primero comenzó con los títulos que iniciaban con A y después con la B y después empezar a ordenar con los títulos con C...pero algo llamo su atención, no era un libro de magia,
-Señorita Pince, este libro no pertenece aquí
Entonces se acercó a donde estaba.
-Cierto...supongo que lo dejaron ahí por error
-Me lo puedo quedar
-Claro
Y ella se fue no sin antes...
-Vuélvalos a ordenar
-¿¡Que!?
-Vuélvalos a ordenar señorita
-Pero...
-Se me olvido decirle que también debía de limpiar los estantes y libros, al igual que reparar lo que estén dañados
En cuanto ella se fue de la vista de Sara ella la empezó a maldecir, así que volvió a empezar con los titulo A pero no llevaba ni la mitad cuando se sintió cansada así que miro un reloj (las 7:58).
-Ya se puede retirar señorita- dijo la señorita Pince- pero mañana la quiero a primera hora
-Si señorita
Como ya era muy tarde decidió ir a dormir pues de seguro el gran comedor ni siquiera estaría abierto (ella es igual que el murciélago siempre encuentran la forma de sacarme de quicio) y con esas palabras se dirigió a su cuarto, fastidiada de lo ocurrido ese día, solo se recostó en su cama y callo dormida.
Bueno necesito opiniones en base al libro que se encontró podre hacer varias cosas así que decidan el libro que Sara encontró es el de Cincuenta Sombras o de magia obscura o...propongan títulos
Ahhh y si quieren que les dedique un cap o que le ponga el nombre a un profes@r diganlo....gracias
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"Revisión de clase"
"Revisión de clase"
Canción:
Problem-Ariana Grande
Hogwarts era "normal" mientras el trio de oro no se metiera en problemas; pero claro que Sara siempre encontraba como hacer las cosas lo mas extrañas posibles.
Sara y Severus habían pasado todo el mes siguiendo una meticulosa rutina, ella le llamaba por su nombre, le insultaba y le hacía exasperar, él la amenazaba por maldecirla para luego terminar haciendo las paces, de una forma muy rara.
Pero obviamente ese mes le dio tiempo de conocer a la mayoría de los alumnos, por lo cual casi todo el castillo la conocía, en especial el par de pelirrojos que había tenido la fortuna de toparse cuando le iban a gastar una broma a ella, aunque al final no los regaño de ahí en adelante incluso Sara le ayudaba con los Sortilegios Weasley...claro a escondidas.
Ya había pasado casi un mes solo faltaban dos días para que llegaran las delegaciones de Beauxbatons y Durmstrang, todo el colegio se preparaba para el gran acontecimiento, el coro , la banda de música, los salones, el comedor, en si toda la escuela estaba de cabeza, mientras tanto Sara ya había podido iniciar con los libros de la letra F, aunque era algo que le fastidiaba no tenía otra cosa que hacer, ese día al bajar a desayunar, los profesores nuevos estaban muy animados en la mesa del Gran Comedor, entonces ella se percató de que la profesora Mcgonagal se le acercaba.
-Qué bueno que llegas cariño- comenzó ella muy animada- hoy no habrá necesidad de ayudar en la biblioteca
-Enserio...- entonces Sara extendió lo brazos al techo y grito- si no
le tendré que seguir ayudando a la vieja loca...o perdóname Minerva
-No te preocupes, tengo que decirte que hoy al igual que todos- dijo mientras señalaba a los maestros- tomaras nota de las clases del profesor que originalmente imparte tu asignatura, en tu caso el profesor Snape
-Está bien (bueno por lo menos ya no voy a ordenar más libros), entonces solo tomare un jugo y me iré a tomar notas
-Si Sara, pero trata de no pelear con el
-Tratare, si es que no me saca de quicio
-Solo, no le agás caso
-Como si fuera tan sencillo- murmuro para sí misma
Y como había dicho tomo un vaso de jugo de calabaza y salió directo a las mazmorras, aunque no alucinaba estar con Snape, tomando notas de su aburrida clase por lo menos no tenía que estar con libros todo el día; cuando llego y toco suavemente la puerta está de inmediato se abrió.
-Hasta que llega temprano señorita - comento Snape
-Si Severus...¿Qué haré hoy? -preguntó- es que estoy muy...
-Emocionada y por enésima vez no me tutee
-Si corazón
-Venga- entonces ella subió hasta donde estaba su escritorio y él le señalo una silla que estaba alado, para que se sentara- Se va a quedar aquí y no puede interrumpir, comentar, levantarse, inspeccionar, preguntar, opinar o moverse de ahí, esta entendido usted solo viene a tomar notas y ya, señorita. Alguna pregunta
-Sí, tengo una pregunta
-¿Cuál?
-Puedo respirar
-Deje de decir tonterías
-Esta bien...pero ya dime Sara...Sa-ra, ese es mi nombre- siseo sentándose en el escritorio y levantándose de la silla
- ¡Bájate de allí! -gruñó Snape perdiendo la paciencia
- ¡Dios pero qué carácter! - pero ella hizo caso omiso al reclamó
Espero unos cinco minutos sentada en el escritorio observando la puerta antes de que Severus comenzara la clase, la miraba invasivo, abrió la puerta, con un gesto dejo pasar a los de primero, luego cerró la puerta con hechizos y se sentó en su escritorio.
Y el tiempo paso entre la largas y aburridas explicaciones sobre la diferencia entre acónito y luparia , y miradas por parte de ella y gruñidos por parte de él, así casi llego el final de la clase acompañada de una poción cura forúnculos
-Son todos unos insolentes y poco observadores...- decía por lo bajo mientras ella sin querer se le escapaban carcajeadas.
>>¿Se puede saber de qué se ríe señorita?-preguntó de pronto.
Suspiro tomándose el puente de la nariz, esta niña era sinónimo de problemas. Y de sensualidad, dijo esa vocecilla lujuriosa en su mente.
-¿De qué se reía de todos modos? -dijo con voz amargada.
-Bueno...deberías de tenerles más paciencia, ellos apenas tienen once... y no a todos se les da el "fino arte de las pociones" -recito lo último imitando su voz, o bueno, intentándolo
-Es usted una ridícula... - decía el con la voz entre cortada por aguantarse una sonrisa
Y Sara al notarlo se levanto y fue directo a donde esta el a la vista de todos los alumnos, con semejante sonrisa de niña
-¿Yo ridícula?, ¡Pero que pretencioso y arrogante eres! -exclamó con los ojos brillantes de emoción, y sus ojos desde hacia un mes cambiaron a morado, Severus la miró embelesado, era tan joven... tan llena de vida.
Pero en ese momento tocaron la campana y los estudiantes no se la pensaron dos veces en salir de inmediato, dejándolos solos en un dos por tres
-¿Pasaremos los días así?, ¿Insultándonos mientras me faltas el respeto? -pregunto él.
-No lo se...supongo que en algún momento nos intentaremos matar
Durante un par de clases ella tomo notas y aunque en ese momento los de cuarto estaban, dejo de poner atención, es que enserio aburrían las clases de Snape, claro si a la que dedicabas era a tomar notas
-Venga señorita, ayúdeme con las pociones- suspiro el se había dado cuenta que ella estaba mas que hastiada de su clase
-¿El gran y superior Severus Snape necesita mi ayuda?, ¿La mía, una simple mortal? -ironizo divertida siguiéndole los pasos.
Escucho su gruñido, él ya estaba en frente de un caldero cortando ingredientes.
-Belladona, acónito, enévolo...poción para dormir
-Si
-Para que
-Usted limitase a cortar
Duraron así como quince minutos hasta que terminaron, la verdad hacían un buen equipo y de ahí Snape la mando a...tomar notas.
-Recuerde explicar el comportamiento de los alumnos
-Aja-dijo ella subiéndose al escritorio
-¡Y baja te de ahí!- grito exasperado, ella lo reto con la mirada y se puso a escribir ignorándolo completamente- por lo menos si va a hacer lo que le venga en gana cierre las piernas que desde aquí se ve todo
Sara solo sonrió aun con las notas.
Al trascurrir un tiempo dejo de ver su libreta pues se percató que estaba sudando (como soporta estar aquí- pensaba) así se pasó una mano por la frente empapada en sudor, entonces con su libreta empezó a echarse aire, sentía que se sofocaba, y poco a poco los vapores obstruían la entrada del aire, empezó a sentir claustrofobia, así que lo único que se le ocurrió fue hacer una inspección con la mirada al oscuro salón, en busca de una ventana, pero al parecer no había tal.
-Ya termino de tomar notas señorita- le grito Snape desde el otro lado del salón
Entonces ella nego con la cabeza, por un momento se le había olvidado que estaba enfrente de una clase tomando nota, y como era de esperar el llego rápido a donde estaba sentada y le trato de arrebatar las notas que llevaba en el regazo pero ella fue mas rápita y se levanto rápidamente quedando a dos pasos de distancia de Snape
-Demelas
-No
-Un error así, le podría costar muy caro
-Pues entonces cobrelo- decía Sara al momento en que
forcejeaba con el
Un sonido timbrante los dejo en el acto.
-Necesito una redacción de dos metros sobre el uso de la mandrágora- recito el profesor al momento de que sus alumnos salían del aula- en cuanto usted- señalo a Sara de me las notas
-Hay... no
Pero desprevenida le tomo las notas, y conforme ojeaba la libreta hacia gestos muy variados.
-¿Enserio?-dijo señalando una hoja
-Sip....-dijo avergonzada...pero desde cuando Sara Dumbledore se avergonzaba
-Once cosas que se de Severus Snape- el la miro extrañado al momento en que ella se mordía el labio y su respiración era irregular
N/A: Jueguen con esta parte y hagan lo que hagan sigan las reglas.
-Sera interesante
1.- Estas leyendo esto
2.-Eres humano
3.-No puedes decir la "p" sin separar los labios
4.-Acabas de intentarlo
6.-Sigues leyendo
7.-Te estas riendo de ti
8.-Estabas tan ocupado@ riendote que te saltaste el "5"
9.-Revisaste si había un "5"
10.-Acabas de reír
11.- Vas a ir a joder a alguien mas con esto...XD
Y Snape solo hizo una sonrisa torcida y miro a Saga
-Estoy perdonada-le pregunto mientras con el dedo índice tocaba incesantemente su hombro
-Ya veremos, ahora necesito que vea que pociones todavía están en condiciones de servir.
-Perdóneme pero yo vine aquí a tomar notas no a estar de su criada
-Pues,
usted está aquí para ver cómo se da una clase, y si yo le pido que haga eso es porque cerca del estante hay una ventana y por lo que veo usted ya está sofocada
Sara lo miro recelosa pues era cierto, no se podía quedar otro momento resistiendo el vapor de los calderos y a la vergüenza que acababa de hacer
-Está bien, pero cual estante
-El de la esquina
-Si...
-Si ¿Qué?
-De que habla
-No cree que me debería de decir, señor
-Pero que forma de jode...el día en que le diga > es porque voy a estar en el altar casándome a media noche con usted, osea nunca, y en donde pongo las que ya no sirven
-En mi escritorio
-Está bien (por qué no lo hace el- comenzó a pensar Sara-, solo es para que pierda la paciencia y talvez para que le dé un pretexto de ir a acusarme con el director siempre, se queja de mí, de hecho se queja de todo, es un quejumbroso, en lugar de Snape se debería de llamar quejicus como le decía Potter) - cuando llego al estante pudo ver una pequeña ventana la cual, daba una leve brisa pero la suficiente como para no sentir ahogo.
Después de descartar más de diez pociones, los alumnos comenzaron a entrar y el profesor se puso a explicar una poción a estudiantes de sexto que estaban en el aula, después de un rato comenzaron a hervir una poción para despistar, en ese momento el olor a belladona se hizo muy fuerte pues los vapores esparcían ese olor, aunque Sara estaba alado de una ventana el olor era penetrante.
-Vaya manera de perder mi tiempo- susurro Sara para sí misma (lo bueno es que ya se van los alumnos y este olor se ira con ellos, eso espero - volvió a pensar), pero en ese momento se le comenzó a nublar la vista- pero que... debe de ser por el olor a belladona ya se me pasara- pero se comenzó a sentir peor pues se tambaleo un poco e hizo que se estrellara un frasco en el suelo
-Pero qué demonios le pasa - replico Snape que inspeccionaba que sus alumnos se fueran del aula
-Es que yo no.... Me siento bien
- En ese caso váyase, no quiero que siga rompiendo las pociones
-Es usted todo un caballero
Pero Sara no dio ni tres pasos cuando estuvo a punto del desmayó, sintió como las piernas le temblaban y no la podían mantener de pie, justo en ese momento Snape se acercó para verificar que no había roto nada, con su inminente caída
-Está usted bien- comento Snape, mientras la ayudaba a ponerse de pie - ahora la tendré que llevar a la enfermería. Qué tontería y pérdida de tiempo.
-Yo se ir sola así que déjeme, no quiero ser la causante de que pierda el tiempo- sin más se soltó de, el, pero nuevamente dio dos pasos y estuvo a punto de caer
-Sigue pensando lo mismo- dijo el profesor con ironía
-Ya cállese,y vamos que entre más rápido lleguemos más rápido recuperara el tiempo perdido
Así sin más llegaron a la enfermería, al entrar la enfermera reviso a Sara y después de unas preguntas pudo decirle que solo se había sentido mal porque no había desayunado bien y el sofoco en las mazmorras ayudo a que
se le bajara la presión, sin más la enfermera salió por algo que le subiera el azúcar y dejo a Snape vigilando a Sara, entonces él se sentó en una silla que estaba alado de la cama donde ella se encontraba recostada (solo deja de molestar y sonreír cuando está enferma - pensó Snape mientras ella tenía los ojos serrados , así mientras la observaba vio que un mechón morado que le cubría la cara, así que lo aparto y lo enredo detrás de su oreja , y Sara solo se limitó a sonreír aun con sus ojos serrados- y aun así se ve bonita...pero qué demonios estoy pensando).
-Bueno gracias Severus- se incorporó Sara- lamento hacerle perder el tiempo
-Supongo que usted está disculpada, por el momento, pero aun así deje de llamarme por mi nombre.
-Nooo...además a mi me gusta su nombre, muchos santos en iglesias se llaman así
-Vaya que estar con usted es estar esperando lo inesperado
-He podido vivir con eso
-Tenga- así le acerco la poción que le había dado la enfermera- la tiene que tomar, para que se estabilice
Mientras Sara tomo, la copa y al dar un sorbo hizo una mueca de asco
-Esto sabe a rayos- aspecto ella
-Más vale que no lo escupa señorita
-Yo no le dije que iba a escupir, apropósito cree que se tardara más en llegar Poppy
-No lo se
-Bueno, creo si ya me tome la poción a mi parecer puedo comer yo misma así que me voy
- No señorita usted se tiene que quedar aquí
-Y por que
-Señorita, tengo el control de todo cuanto me rodea, cuando era mas joven el no saber controlar las situaciones me llevo a...
- Entonces es un maniático del control
Y las palabras comenzaron fluir y fluir como cascada.
-No solo tengo todo en orden
-Y que eso no lo convierte en un maniático del control
-No solo la estoy cuidando
-Le caigo bien admitalo
-No para mi usted es un problema
-Pero uno grande
Sara lo miro, decidió hacerle caso, aunque no lo hacia a menudo de seguro todo debía de ser producto de la poción y durante unos minutos se quedaron viento a la cara así que ella comenzó a platicar, porque ya no soportaba la mirada del profesor.
-Y por que su apellido es el del director
-Por que el es mi padrino y...
En ese momento la enfermera entro al lugar y después de examinarla y preguntarle un par de cosas la dejo salir, con la advertencia de que tenía que comer algo más sustancioso cuando diera clases.
-Bueno, nuevamente gracias Severus
-Si señorita y deje de
- Llamarlo por su nombre...ya, parece vociferador descompuesto
Y ella se acercó a su mejilla y le propino un beso "en señal de agradecimiento" y le guiño un ojo...el ya estaba tan acostumbrado a que ella le diera ese tipo de trato pero aun así seguía provocando ese mismo efecto
-Creo que gracias, nos vemos después Sev
-Y por que ahora me llama así
-Porque Severus es muy largo y...además si algún día estoy apunto de caerme lo puedo llamar mas rápido- el solo rodó los ojos
-Esta loca
-Addivederchi
Así Sara salió con una rebosante sonrisa en los labios y el corazón acelerado lo que proboco que corriera lo más rápido que pudo mientras se dirigía a comer.
-Que hice... ya debo de dejar de jugar...el no es solo una pieza mas del tablero...el es algo más... mi más...y por lo tanto debo de dejarlo en paz
Que tal les gusto el juego de cosas que se de Severus Snape... bueno ahora es momento de la pregunta
¿Fecha de cumpleaños de Alexander?
Y podrían comentar y decir "yo" los que leen la historia así me doy una idea
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"Un gran secreto que guardar"
"Un gran secreto que guardar"
Canción:
Say you love me -Jessie Ware
Eileen, Tobías y Rufus Scrimgeour son personajes reales de Harry Potter.
Después de una tarde llena de imprevistos, el director le había mandado una lechuza a cada profesores y varios practicantes, así mismo a algunos estudiantes. En aquellas cartas decía lo siguiente.
Necesito que esta misma noche se reúnan en mi despacho a las ocho en punto, para tratar un asunto de suma importancia, necesito toda la discreción posible.
Albus Dumbledore
Posdata: me gusta la "malteada de fresa"
Al llegar la hora indicada, profesores y algunos alumnos estaban en el despacho del director.
-Yo creo que se dio cuenta de los sortilegios- susurro Fred para su hermano
-Siguen con eso- dijo Percy
-Pues veras hermanito lo hemos probado y las recetas dan un excelente resultado- dijo muy orgulloso Fred
-Y si no pregúntale a la lengua del primo de Harry- continuo George
Harry, Ron y Hermione, esbozaron una gran sonrisa al recordar eso.
Todo el despacho del director estaba abarrotado por tantas personas, lo que provocó que tuviera que hacer un escandaloso ruido para apagar el murmuro de las personas.
-Estamos aquí- anuncio el viejo director- por un asunto de vital importancia, que me ha perseguido durante todo el mes, como ya saben este año me vi en la necesidad de aumentar los profesores.
-Albus- interrumpió Alastor Moody- no veo cual es la preocupación, el torneo es muy seguro y tú mismo ya lo comprobaste.
-No, no es eso Alastor - dijo con voz preocupante Dumbledore- si me preocupara eso no habría llamado a los Weasley, a la señorita Granger y a Harry.
Hizo una pausa mirando a los chicos un momento.
- Lo que me preocupa es que, ellos y ustedes saben algo.
-Que es Albus- pregunto la profesora Mcgonagal
-Recuerdan, que cuando se abrió la cámara de los secretos se les revelo el verdadero nombre de voldemort y que muy pocos saben esto.
-Tom Ryddle- afirmo Harry
-Así es, lo que le estoy a punto de revelar es de suma importancia que nadie se entere y menos ella; ya han conocido a la señorita Sara verdad - y a esa pregunta todos asintieron con la cabeza- bueno, su nombre completo aún no se le ha dicho.
-No veo a que quieres llegar Albus- interrogo Snape
-Creo que lo que voy a decir es algo un poco... difícil... el nombre completo o mejor dicho su nombre real de la señorita Sara es Ryddle y no Dumbledore como todo este tiempo - en ese momento todos gritaron de horror
-Pero... eso es imposible- comentó Alastor confuso
- No de hecho es más posible de lo que crees, su madre me confió ese recuerdo poco antes de que la..., y me suplico que jamás le dijera la verdad y lo más prudente que pude hacer fue cambiarle el nombre.
-Es por eso que jamás dice su apellido profesor- comento Hermione
-Si señorita, es más ni siquiera
sabe cuál es el real...cuando se registro la niña fue a mi nombre ni siquiera su supo los apellidos de su madre
-E...entonces...p.o....Profesor... ella no sabe nada
-No señorita Weasley, tranquila, Sara no tiene ni idea, el mayor daño que ha causado es molestar a Severus.
-Pero como paso profesor- comento George Weasley
-George, que acaso mama no te explico cómo pasa, recuerdas que cuando el hombre, hace y después...
-Fred- interrumpió Percy- este es un problema serio y tú dices tus cosas
- Yo creo que es imposible- comento Ron
-Pero como- finalizo Harry
-Ves Percy, mira cuando un...- comentaron a unísono lo gemelos
-¡Ya!- dijo Giny- esto es escalofriante
- Si bastante- comento Alexander -Entonces, por eso crees prudente de que ella no se entere de las cosas que ahora sabemos
-Así es - respondió el director
-Supongo que no es prudente que sepamos como paso- y Alexander miro a los gemelos- nos debe de bastar con estoy y ya. Solo no debemos revelar el secreto
-Supongo que si ya terminamos, podemos ir a dormir, profesores acompañen a los alumnos a sus dormitorios y tu Severus espera un poco, todos los demás los veo mañana
Después de que todos los profesores y alumnos se retiraran, el director cerró con llave su despacho.
-Para que me necesitas Albus
-Te pido un favor Severus, así como tú me pediste uno hace ya muchos años
-Depende de que sea
-Sé que alguno de los que
estaban presentes se le puede salir la verdad y tú te encargaras de eso
-Mantener el secreto oculto
-Sí y sobre todo a Sara...
-Pienso que esto cobrara un poco de mi antiguo pacto, ¿verdad?
-Si todo sale bien, si, pero no lo suficiente como para liberarte
-Ahora ven aquí, esto es el recuerdo de lo que en vedad paso
-Albus yo sé cómo pasan las cosas no necesito saber que paso
-No nada de eso Severus, tranquilo no veras nada... indecoroso
Así el director saco el pensatero de un armario y vertió un líquido plateado que tenía dentro de una botella, así ambos profesores metieron la cabeza en aquel recuerdo. De pronto fue como si cayeran en un pozo obscuro y unas personas se empezaron a hacer visibles, estaban en una casa un poco obscura, viendo como dos mujeres estaban sentadas en una sala tomando un café. Enseguida Snape reconoció la casa y a una de las mujeres
-Emily, yo creo que lo mejor es que aceptes que el salga contigo, además lleva desde cuarto pretendiéndote - expreso la primera mujer, de cabello y ojos negros, con piel cetrina, la cual llevaba el pelo suelto y ondulado que caía sobre un vestido azul de puntos blancos
-Ya lo sé Eileen, pero es que no es de mis cosas favoritas, además Rufus Scrimgeour es un antipático y es muy serio- dijo la segunda mujer de cabello y ojos morados, ella llevaba el pelo en una trenza que reposaba sobre su vestido color rosa
-Si pero, es muy lindo, siempre te lleva rosas
-Ja lindo. Mejor dicho antipático, mal educado y mete su nariz en todo
-Pero debe de tener algo bueno el pobre
-Tal vez sus ojos color miel; pero y si mejor cambiemos de tema, como vas con Tobías
- Pues supongo que bien
-Eileen, que te dijo
-Nada
-A nada si como no y esa sonrisa es por nada
-Bueno, no voy a esperar más tiempo, es que...
-Que, suelta mujer
-Pidió mi mano
-No puede ser felicidades
-Si ya lo sé estoy tan feliz
-Pero, es raro
-Por que
-Es que no me creas loca ni elitista, pero tú eres sangre limpia y él es un mugglee
Y en ese momento tocaron la puerta y Eileen la abrió, a su regreso estaba acompañada de un joven.
-Eh... bueno Eileen creo que ya se me hizo tarde, adiós, nos vemos mañana- dijo Emily
-Si hasta mañana, -Respondió Eileen
-Adiós Tobías
Así el recuerdo, siguió y el director le indico a Snape que siguieran a la chica la cual camino hasta un callejón. Entonces un hombre de negro apareció detrás de ella persiguiéndola hasta una calle.
-Por qué me sigues
Pero aquel hombre solo esbozo una sonrisa, lo que produjo que la muchacha caminara más rápido. Pero entonces así sin más ese hombre la acorralo contra la pared.
-Suéltame
-Eres una linda chica cómo te llamas
-Que te importa
-A mí no pero a él si
-Yo ya le dije que no
-A mi señor no
le importa
-Lo que Voldemot y sus malditos mortifagos digan no me importa
-No es correcto que una dama hable así
- Déjame
-Lo haría, pero esta vez él quiere hablar contigo
Así al pronunciar esas palabras desaparecieron y la escena del recuerdo también. Ahora estaban en una vieja casa y a la muchacha la llevaba el mismo hombre del callejón, entonces en ese momento el señor tenebroso apareció.
-Así que has decidido venir
-Yo no le llamaría >
-Como sea, ya pensaste en lo que te dije la última vez
-Sí y mi respuesta no ha cambiado
-Sabes que puedo ser muy persuasivo
-Lee mis labios >
-Pero es que sin ti mi plan se va a la basura
-Y por eso no lo voy a ser
-Entonces la tataranieta de Godric Griffindor quiere guerra, pues la vas a tener
-Pues si el tataranieto de Salazar Slyterin no consigue lo que quiere, no me importa incluso morir
-Eres una insolente
-Ya cállate serpiente
-No me callar la leona o si
El la miro a los ojos pero ella sonrió e hizo los mismos gestos de Sara.
-Además...según he escuchado tu no podrías lograr tu fin siendo mitad serpiente
-Pero querida hay cientos de hechizos para eso
Así el recuerdo cambio, ahora estaba en un consultorio de San Mungo, en él estaba esa muchacha de cabello morado la cual se veía mucho más adulta que la última vez, el actual director de Hogwarts
y un sanador
-Efectivamente señora como usted lo escucho usted esta embarazada- dijo el sanador
-Pero es que es... no... se supone que no debió de pasar
-Pero ya ve señorita... señora creo que es lo más conveniente, bueno si ahora no le molesta los dejo solos debo de ir por unas cuantas cosas que le voy a recetar
A la salida del sanador la mujer rompió en llanto
-Es imposible, que diablos voy a hacer
-Solo te quedan dos alternativas- dijo el Dumbledore
-Si ya lo sé y ambas son igual de malas
-Pero cuál es tu decisión
-Ya lo sabes
-Entonces debes de tomar el doble de precauciones
-Si ya lo creo, sabes necesito que me ayudes
-A que
-En caso de que yo este indispuesta de cuidarlo... por favor tú te puedes hacer cargo de él o ella
-Sí, pero no es muy pronto para pensar en la muerte
-Me lo prometes
-Si
-Bueno ya vamos
Entonces el recuerdo termino y ambos profesores regresaron al despacho donde estaban al inicio.
-Pero qué diablos fue eso- pregunto Snape
-Ya deberías de saber o no- dijo con incredulidad Dumbledore
-Sí, pero los dos recuerdos son de años diferentes
-Pues lamentablemente si
-Entonces solo podemos deducir una cosa o no
-Si, un hechizo...de magia negra de seguro
-Supongo que ahora menos me puedo negar a cuidar el secreto
-Estas en lo correcto, es de vital importancia que jamás se enteren de esto, por eso tu te encargaras vigilarla. Además cuando le dije a la señorita Weasley que Sara no hacia nada, no es precisamente cierto, ella al igual que su padre tiene una particular facilidad en las artes obscuras
-Y de que se trata
-Te puedo dar una idea...estuvo condenada al beso del dementor ocho veces
-Imposible
-Lo se, pero es verdad, ella es linda y enérgica, pero al igual que tu, hubo personas que la condujeron mal...aun así mi querido hijo ella ha tratado de remendar sus errores y olvidar su pasado...por eso no pierdas la esperanza de una oportunidad con ella.
El rodó los ojos, aquel viejo era tan voluble; que no había bastado el pacto que hizo con el por Lily, el único amor de su vida
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"Beauxbatons y Durmstrang"
"Beauxbatons y Durmstrang"
Canción: Ariana Grande- Right There ft. Big Sean
Ya era el día esperado, en el colegio no se hablaba de otra cosa, todo el mundo estaba dispuesto a recibir a los invitados.
Aquel día había en el ambiente una agradable
impaciencia. Nadie estuvo muy atento a las clases, porque estaban mucho más interesados en la llegada de aquella noche de la gente de Beauxbatons y Durmstrang. Hasta la clase de Pociones fue más llevadera de lo usual, porque duró media hora menos. Cuando, antes de lo acostumbrado, sonó la campana, y todos los alumnos y profesores salieron a como les habían indicado, se pusieron las capas y volvieron al vestíbulo.
A media tarde empezó a caer una lluvia suave. Resultaba muy agradable estar sentados junto al fuego, escuchando el suave golpeteo de las gotas de lluvia contra los cristales de la ventana, pero aunque esto resultaba tentador todos estaban atareados arreglando la escuela, hacia las 5 de la tarde los profesores y alumnos fueron a arreglarse para los nuevos invitados.
Cuando casi todo el colegio estaba listo, los jefes de las casas colocaban a sus alumnos en filas.
-Síganme, por favor -dijo la profesora McGonagall-. Los de primero delante. Sin empujar...
Bajaron todos los alumnos en fila por la escalinata de la entrada y se alinearon delante del castillo. Era una noche fría y clara. Oscurecía, y una luna pálida brillaba ya sobre el bosque prohibido. Ya todos aglomerados en el gran comedor, varios escudriñaron nerviosos los terrenos del colegio, que se oscurecían cada vez más. No se movía nada por allí. Todo estaba en calma, silencioso y exactamente
igual que siempre.
-Donde esta Sara- pregunto la profesora Mcgonagal- se supone que ya debió de haber llegado desde hace veinte minutos
-Pues se supone que se terminó de arreglar, pero de eso ya unas dos horas- respondió Alexander-además...oupsss,
-Que pasa Alex
-Pues, conociéndola viene dentro de cuatro horas
-Creo que ahí viene-dijo la profesora
Así se abrieron ambas puertas del gran comedor y ahí estaba Sara, ante tal conmoción todo el alumnado se levantó de sus asientos pues lo que ella traía puesto impresiono a todos. Era un vestido largo con un poco de cola de color rojo quemado de tirantes gruesos, con escote de encaje y sin espalda, demasiado pegado a el cuerpo hasta la cintura donde seguía amplio en la caída, lo que hacía que tuviera que caminar lento y aunque caminara rápido tenía miedo de que se callera con el vestido, puesto que nunca había caminado con un vestido largo, además tenía el cabello suelto en ondas y lo había teñido completamente de negro, maquillada en tonos de otoño
Todos sin acepción la miraron mientras recorría el pasillo hasta su asiento en el gran comedor, lo que fue una agonía larga porque casi tardo cinco minutos, y al llegar, el director busco una distracción.
-Creo que allá están... a no creo que solo fue alguna lechuza- comento el director
-Gracias- susurro Sara al pasar a su lado y al sentarse empezó a preguntar-Que me veo tan mal
-No, de hecho te ves preciosa- dijo la profesora Mcgonagal
-Claro que sí, yo nunca te había visto así- comento Alexander
-Bueno supongo que eso es un cumplido
-Y el motivó
-Recuerdas
a la descerebrada de Stefanie McAllen
-Aja
-Pues ella
-Sara ya superalo
-¡¡No!!...ella se acostó con mi prometido dos horas antes de la boda...
-Pfff...pretextos, pretextos
-*-
Después de un par de minutos el ambiente en el comedor era de euforia y nervios, lo que provocó que todos hablaran sin parar y en un tono de voz alta.
-Yo no creo que sea para tanto, y sobre todo lo de gritar es algo inútil para combatir la histeria, no lo creen-dijo Alexander
-Saben odio tener que decir esto pero- entonces Sara se levanto y apunto su varita a la garganta- ¡¡¡Ya Callense!!!
Y de inmediato todo el gran comedor quedo en un silencio perpetuo
-Perdón...pero es que ya ni los pensamientos de las personas puedo leer bien
-Supongo que al fin está de acuerdo conmigo señorita-dijo Severus
-Nop...a eso no se le llama "estar de acuerdo" se le dice : falta de capacidad para pensar un argumento mejor.
-Se me es sorprendente que tenga alguna capacidad de pensar estando tan loca
-Disculpa pero la locura es un placer que solo los locos conocemos... además Severus...
-Que no me llame así
-Aja...
-Te pusiste tacones - dijo Alex interrumpiendo la hermosa discusión
-Sip...pero creme que el día que encuentre a ese maldito misogeno que los invento, lo mato
-Pues no te los hubieras puesto
-Y que la perr...
-Señorita- la interrumpió Severus
- su lenguaje
-Como si usted no las dijera
-Pues enfrente los alumnos no
-Pero si las dice
-Usted es imposible...
-Pero así es como le caigo bien.
-Supongo que su falta de cordura fue por su despecho y trata de encubrirlo con colores brillantes y frases alegres...con dicho comentario, cree que me cae bien
-Yo también te quiero, cariño...además no siempre me visto de colores brillantes por ejemplo: hoy me vestí así por que llegan los colegios y quiero estar lo más presentable posible - (no claro que no me lo puse por usted para saber si le gusto)pensaba
-Para esas pequeñeces se viste así
-Piense lo que quiera, y además yo no sé si esto es adecuado para este evento, o si se me ve bien o usted que piensa ¿le gusta?
-Claro, que se le ve aceptable- (por que no puedo decir algo más que "aceptable" pude decir... y que diablos me importa como se ve esa maldita insolente hija de... el trato con Dumbledore, por que no recordé que la tenía que vigilar)
-Yo también lo creo aceptable-(no puedes decir algo mejor, te mande una indirecta bastante clara quiero saber si te gusta o no, pero dijo"claro" antes de decir que me veo aceptable, lo que responde a mi pregunta osea que si le gusto... bueno bueno está bien le gusto el vestido... que yo traigo puesto, es fantástico...y bueno Sara a ti desde cuando te importa esto)- Ojala que lleguen lo más pronto posible, es un fastidio todo este bullicio
-Pues creo que si
Y entonces, desde la última fila, en la que estaban todos los profesores, Dumbledore gritó:
-¡Ajá! ¡Si no me equivoco,
se acercan los representantes de Beauxbatons!
-¿Por dónde? -preguntaron muchos con impaciencia, mirando en diferentes direcciones.
-¡Por allí! -gritó uno de sexto, señalando hacia el bosque.
Una cosa larga, mucho más larga que una escoba (y, de hecho, que cien escobas), se acercaba al castillo por el cielo azul oscuro, haciéndose cada vez más grande.
-¡Es un dragón! -gritó uno de los de primero, perdiendo los estribos por completo.
La suposición del chico estaba más cerca de la realidad. Cuando la gigantesca forma negra pasó por encima de las copas de los árboles del bosque prohibido casi rozándolas, y la luz que provenía del castillo la iluminó, vieron que se trataba de un carruaje colosal, de color azul pálido y del tamaño de una casa grande, que volaba hacia ellos tirado por una docena de caballos alados de color tostado pero con la crin y la cola blancas, cada uno del tamaño de un elefante.
Las tres filas delanteras de alumnos se echaron para atrás cuando el carruaje descendió precipitadamente y aterrizó a tremenda velocidad. Entonces golpearon el suelo los cascos de los caballos, que eran más grandes que platos, y un segundo más tarde el carruaje se posó en tierra, rebotando sobre las enormes ruedas, mientras los caballos sacudían su enorme cabeza y movían unos grandes ojos rojos.
Antes de que la puerta del carruaje se abriera, Sara vio que llevaba un escudo: dos varitas mágicas doradas cruzadas, con tres estrellas que surgían de cada una.
-Ya llego Beauxbatons, ese
es su carruaje, entonces el otro debió de ser...
Un muchacho vestido con túnica de color azul pálido saltó del carruaje al suelo, -hizo una inclinación, buscó con las manos durante un momento algo en el suelo del carruaje y desplegó una escalerilla dorada. Respetuosamente, retrocedió un paso. Entonces Sara vio un zapato negro brillante, con tacón alto, que salía del interior del carruaje. Era un zapato del mismo tamaño que un trineo infantil. Al zapato le siguió, casi inmediatamente, la mujer más grande que ella había visto nunca. Las dimensiones del carruaje y de los caballos quedaron inmediatamente explicadas. Algunos ahogaron un grito.
En toda su vida, Sara sólo había visto una persona tan gigantesca como aquella mujer, y ése era Hagrid. Le parecía que eran exactamente igual de altos, pero aun así (y tal vez porque estaba habituado a Hagrid) aquella mujer -que ahora observaba desde el pie de la escalerilla a la multitud, que a su vez la miraba atónita a ella- parecía aún más grande. Al dar unos pasos entró de lleno en la zona iluminada por la luz del vestíbulo, y ésta reveló un hermoso rostro de piel morena, unos ojos cristalinos grandes y negros, y una nariz afilada. Llevaba el pelo recogido por detrás, en la base del cuello, en un moño reluciente. Sus ropas eran de satén negro, y una multitud de cuentas de ópalo brillaban alrededor de la garganta y en sus gruesos dedos.
Dumbledore comenzó a aplaudir. Los estudiantes, imitando a su director, aplaudieron también, muchos de ellos de puntillas para ver mejor a la mujer.
Sonriendo graciosamente, ella avanzó hacia
Dumbledore y extendió una mano reluciente. Aunque Dumbledore era alto, apenas tuvo que inclinarse para besársela.
-Mi querida Madame Maxime -dijo-, bienvenida a Hogwarts.
-«Dumbledog» -repuso Madame Maxime, con una voz profunda-, «espego» que esté bien.
-En excelente forma, gracias -respondió Dumbledore.
-Oh queguida « Saga » como has « quesido » - dijo aquella mujer acercándose a Sara
-Maxime, como has estado- respondió ella
- « pego queguida » me puedes « hablag en fangses»
- Je vous ai tellement manqué
Te he extrañado tanto
- Et vous ma princesse
Y yo a ti mi princesa
- Vous ne avez pas oublié que vous me avez dit
Aún no has olvidado como me decías
- Non, mon enfant, ont beaucoup à parler
No mi niña, tenemos tanto que platicar
- Vrai, mais ne vous inquiétez pas, nous avons tous le dêner pour elle
Es cierto pero no te preocupes tenemos toda la cena para ello
-Mis alumnos -dijo volviendo a hablar con Dumbledore Madame Maxime, señalando tras ella con gesto lánguido.
Sara, que no se había fijado en otra cosa que en Madame Maxime, notó que unos doce alumnos, chicos y chicas, todos los cuales parecían hallarse cerca de los veinte años, habían salido del carruaje y se encontraban detrás de ella. Estaban tiritando, lo que no era nada extraño dado que las túnicas que llevaban parecían de seda fina, y ninguno de ellos tenía capa. Algunos se habían puesto bufandas o chales por
la cabeza y, todos ellos miraban el castillo de Hogwarts con aprensión.
-Y mi << pgofesoga>> Stefanie McAllen - dijo señalando una mujer alta, rubia platinada, bronceada, cabello liso y corto hasta los hombros ojos de color caoba y con un vestido de satén negro, hasta debajo de la rodilla y sin mangas.
De inmediato Sara y ella se miraron tan abruptamente que todos parecieron notar que en cualquier momento se iban a matar.
-Hola Dumbledore, me alegra ver que contraste a nuevo personal... siempre tan caritativo...hasta a las víaboras les das oportunidad-dijo Stefanie
-A mi también me causa ese sentimiento de repulsión mutua...pero claro lo olvide yo soy alérgica a las rameras como tu- dijo Sara en tono iriente
-¿Ha llegado ya « Kagkagovg» -preguntó Madame Maxime tratando de sacar a las dos de un gran lío
-Se presentará de un momento a otro -aseguró Dumbledore-. ¿Prefieren esperar aquí para saludarlo o pasar a calentarse un poco?
-Lo segundo, me «paguece» -respondió Madame Maxime-. «Pego» los caballos...
-Le aseguro que nuestro profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas se encargará de ellos encantado -declaró Dumbledore-, en cuanto vuelva de solucionar una pequeña dificoultad que le ha surgido con alguna de sus otras... obligaciones.
-Mis «cogceles guequieguen»... eh... una mano «podegosa» -dijo Madame Maxime, como si dudara que un simple profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas fuera capaz de hacer el trabajo-. Son muy «fuegtes»...
-Le aseguro que Hagrid podrá hacerlo -dijo Dumbledore, sonriendo.
-Muy bien -asintió Madame Maxime, haciendo una leve inclinación-. Y, «pog favog», dígale a ese «pgofesog Haggid» que estos caballos solamente beben whisky de malta «pugo».
-Descuide -dijo Dumbledore, inclinándose a su vez.
-Allons-y! (vámonos) -les dijo imperiosamente Madame Maxime a sus estudiantes, y los alumnos de Hogwarts se apartaron para dejarlos pasar y subir la escalinata de piedra.
Para entonces ya tiritaban de frío esperando la llegada de la representación de Durmstrang. La mayoría miraba al cielo esperando ver algo. Durante unos minutos, el silencio sólo fue roto por los bufidos y el piafar de los enormes caballos de Madame Maxime. Pero entonces...
-¿No oye algo? Profesor -preguntó Sara repentinamente...ya se le habían bajado los humos gracias a que Alex la sentó en su lugar correspondiente...a quince asientos lejos de ella
Era un rumor amortiguado y un sonido de succión, como si una inmensa aspiradora pasara por el lecho de un río...
-¡El lago! -gritó un chico de Giffindor, señalando hacia él-. ¡Miren el lago!
Desde su posición en lo alto de la ladera, desde la que se divisaban los terrenos del colegio, tenían una buena perspectiva de la lisa superficie negra del agua. Y en aquellos momentos esta superficie no era lisa en absoluto. Algo se agitaba bajo el centro del lago. Aparecieron grandes burbujas, y luego se
formaron unas olas que iban a morir a las embarradas orillas. Por último surgió en medio del lago un remolino, como si al fondo le hubieran quitado un tapón gigante...
Del centro del remolino comenzó a salir muy despacio lo que parecía un asta negra, y luego se vio las jarcias...
-¡Es un mástil! -exclamó. Alexander con cierta inquietud
Lenta, majestuosamente, el barco fue surgiendo del agua, brillando a la luz de la luna. Producía una extraña impresión de cadáver, como si fuera un barco hundido y resucitado, y las pálidas luces que relucían en las portillas daban la impresión de ojos fantasmales. Finalmente, con un sonoro chapoteo, el barco emergió en su totalidad, balanceándose en las aguas turbulentas, y comenzó a surcar el lago hacia tierra. Un momento después oyeron la caída de un ancla arrojada al bajío y el sordo ruido de una tabla tendida hasta la orilla. A la luz de las portillas del barco, vieron las siluetas de la gente que desembarcaba. Todos ellos, según le pareció a Sara, tenían la constitución de Crabbe y Goyle unos chicos de Slyterin que le habían golpeado a un chico de primero... pero luego, cuando se aproximaron más, subiendo por la explanada hacia la luz que provenía del vestíbulo, vio que su corpulencia se debía en realidad a que todos llevaban puestas unas capas de algún tipo de piel muy tupida. El que iba delante llevaba una piel de distinto tipo: lisa y plateada como su cabello.
-¡Dumbledore! -gritó efusivamente mientras subía la ladera-. ¿Cómo estás, mi viejo compañero, cómo estás?
-¡Estupendamente, gracias, profesor Karkarov! -respondió Dumbledore.
Karkarov
tenía una voz pastosa y afectada. Cuando llegó a una zona bien iluminada, vieron que era alto y delgado como Dumbledore, pero llevaba corto el blanco cabello, y la perilla (que terminaba en un pequeño rizo) no ocultaba del todo el mentón poco pronunciado. Al llegar ante Dumbledore, le estrechó la mano.
-El viejo Hogwarts -dijo, levantando la vista hacia el castillo y sonriendo.
Tenía los dientes bastante amarillos, y Sara observó que la sonrisa no incluía los ojos, que mantenían su expresión de astucia y frialdad-. Es estupendo estar aquí, es estupendo... Viktor, ve para allá, al calor... ¿No te importa, Dumbledore? Es que Viktor tiene un leve resfriado... -Karkarov indicó por señas a uno de sus estudiantes que se adelantara.
Cuando el muchacho pasó, Sara vio su nariz, prominente y curva, y las espesas cejas negras. Para reconocer aquel perfil no necesitaba mucho tiempo.
Y ella le dio un pequeño golpe en el brazo a Snape
-¡Severus acaso no es...!-pregunto ella
-Sí, es el señor Viktor Krum -respondió Snape
-¡No me lo puedo creer! -Exclamó Sara asombrada cuando los alumnos de Hogwarts, formados en fila, volvían a subir la escalinata tras la comitiva de Durmstrang-. ¡Krum! ¡Es Viktor Krum professor!
-Sí, no estoy ciego señorita, y ya suélteme además, no es más que un jugador de quidditch...y segundo deje de tomarse la libertad de tutearme-dijo Snape.
-¿Nada más que un jugador de quidditch?
-repitió Sara, mirándolo como si no pudiera dar crédito a sus oídos-. ¡Es uno de los mejores buscadores del mundo, Snape! ¡Nunca me hubiera imaginado que aún fuera al colegio!
-Hay nena nunca cambiarás - dijo una voz masculina detrás de ella
-Claro que si
Entonces Sara se giro y ahí estaba...un chico alto guapo de cabello castaño cobrizo y ojos de color avellana. Portaba un traje azul marino muy acorde a su estilo.
-Disculpeme- dijo el hombre saludando a Minerva y a Severus- Jack Myler
-Bueno mucho gusto yo soy Minerva MacGonagal
-Y yo el profesor Severus Snape
-Si...ya luego te presento a todos...-dijo Sara con impaciencia- cuentame que te trae aquí
-La vida...y un buen sueldo
Ella sonrió tímidamente
-Bueno y con quien vienes
-Con Durmstrang...y hablando de ellos, debo de ir a supervisarlos, ya tendremos tiempo de hablar
Se dirigieron a la mesa de Gryffindor Sara puso mucho interés, porque Krum y Jack...junto con sus compañeros de Durmstrang seguían amontonados junto a ella sin saber dónde sentarse. Los alumnos de Beauxbatons se habían puesto en la mesa de Ravenclaw y observaban el Gran Comedor con expresión crítica. Tres de ellos se sujetaban aún bufandas o chales en torno a la cabeza. Viktor Krum y sus compañeros de Durmstrang se habían colocado en la mesa de Slytherin.
-Parece que ellos están mucho más contentos que los de Beauxbatons- comentó Sara.
-Pues, ellos están acostumbrados a cualquier trato que se les propine- respondio Snape
-Lo dice como si los hiciéramos sentarse en el suelo al intemperie
-Veo que conoce bien al señor Myler y la señorita McAllen
-Si...pero lo de señorita le queda de más...además esa es otra historia para otro día
Los alumnos de Durmstrang se quitaban las pesadas pieles y miraban con expresión de interés el negro techo lleno de estrellas. Dos de ellos cogían los platos y las copas de oro y los examinaban, aparentemente muy impresionados. Y en la mesa de los profesores, Filch, el conserje, estaba añadiendo sillas. Como la ocasión lo merecía, llevaba puesto su frac viejo y enmohecido. Sara se sorprendió de verlo añadir cuatro sillas, dos a cada lado de Dumbledore.
-Pero sólo hay dos profesores más -se extrañó Sara-. ¿Por qué Filch pone cuatro sillas? ¿Quién más va a venir?
-Pues al parecer algunas personas del ministerio para vigilar el torneo - respondió Minerva
Habiendo entrado todos los alumnos en el Gran Comedor y una vez sentados a las mesas de sus respectivas casas, empezaron a entrar en fila los profesores, que se encaminaron a la mesa del fondo y ocuparon sus asientos.
Los últimos en la fila eran el profesor Dumbledore, el profesor Karkarov y Madame Maxime. Al ver aparecer a su directora, los alumnos de Beauxbatons se pusieron inmediatamente en pie al igual que Sara, Alexander, Stefanie y Jack. Algunos de los de Hogwarts se rieron. El grupo de Beauxbatons no pareció avergonzarse en absoluto, y no volvió a ocupar sus asientos hasta que Madame Maxime se hubo sentado a la izquierda de Dumbledore. Éste, sin embargo, permaneció en pie, y el silencio cayó sobre el Gran Comedor...
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"Inventar apellidos... no es una buena idea"
"Inventar apellidos... no es buena idea"
Canción : Different- Ximena Sariñana
Dumbledore hizo otro movimiento con la mano, y el silencio cayó sobre el Gran Comedor.
-Buenas noches, damas, caballeros, fantasmas y, muy especialmente, buenas noches a nuestros huéspedes -dijo Dumbledore, dirigiendo una sonrisa a los estudiantes extranjeros-. Es para mí un placer dar les la bienvenida a Hogwarts. Deseo que su estancia aquí les resulte al mismo tiempo confortable y placentera, y confío en que así sea. El Torneo quedará oficialmente abierto al final del banquete -explicó Dumbledore-. ¡Ahora los invito a todos a comer, a beber y a disfrutar como si estuvieran en sus casas!
Como de costumbre, las fuentes que tenían delante se llenaron de comida. Los elfos domésticos de las cocinas parecían haber tocado todos los registros. Ante ellos tenían la mayor variedad de platos que se hubiera visto nunca, incluidos algunos que eran evidentemente extranjeros.
-¿Qué es esto? -dijo Snape, señalando una larga sopera llena de una especie de guiso de marisco que había al lado de un familiar pastel de carne y riñones.
-Bullabesa -repuso Sara. -Es un plato francés. Lo probé cuando estuve en Francia, y es muy rica aunque parezca poción multijugos.
-Le creo sin necesidad de probarla -dijo Snape
-Su cara de asco es... mejor no digo nada - y ella empezó a esbozar una gran sonrisa
-Que iba a decir
-No
lo quiere saber
-Dígame
-Bueno parece la de un niño pequeño, cuando va a tomar su medicina, es agradable y tierna a la vez
-Cuando era niña la tiraron de la cuna
-No...¿Por que?
-Eso explicaría su demencia
El Gran Comedor parecía mucho más lleno de lo usual, aunque había tan sólo unos veinte estudiantes más que de costumbre. Quizá fuera porque sus uniformes, que eran de colores diferentes, destacaban muy claramente contra el negro de las túnicas de Hogwarts. Una vez desprendidos de sus pieles, los alumnos de Durmstrang mostraban túnicas de color rojo sangre.
A los veinte minutos de banquete, Hagrid entró furtivamente en el Gran Comedor a través de la puerta que estaba situada detrás de la mesa de los profesores. Ocupó su silla en un extremo de la mesa y saludó.
-«Pegdonad», ¿no «queguéis» bouillabaisse?- le pregunto Madame Maxime a Snape
-Puede llevársela -le respondió el
-¿Habéis «tegminado» con ella?- insistió Madame
-Sí -repuso el sin aliento-. Sí, es deliciosa.
Y en cuanto la directora de Beuxbatons se fue Sara se empezó a reír discretamente
-Creo que es la primera vez que me sacas una sonrisa por lo que acabas de hacer
-Pues más me vale no volver hacerlo (pero a ella le gusto, y si... no no la voy a volver hacer reír, no soy un payaso)
-Oh por Merlín se me ha olvidado que tengo que cantar para
la apertura, me lo dijo Minerva esta mañana, para que lo escribiera y no se me olvidara, pero ni siquiera lo he escrito - dijo Sara preocupada dejando de reír
-Y supongo que a cinco minutos antes de decirlo es cuando lo recuerda, es usted demasiado olvidadiza
-Deje de molestar, haber creo que debo de empezar con...Allons enfants de la patrie
-Conociendo como canta, es mejor que ni siquiera recuerde la letra le haría un favor a la humanidad
-Que grosero
-Mejor ayúdeme
-Supongo que debería de... -(Pero si ese es su problema no el mío, pero si no le ayudo quedara en ridículo y no le puedo permitir pasar vergüenza)- y si le pregunta a uno de sus amigos...
-Claro...gracias Sev
-¡Que no me llame así!
Ella solo siguió con su sonrisa picara volteando hacia el director y a su lado, ya se habían ocupado los dos asientos vacíos. Ludo Bagman estaba sentado al otro lado del profesor Karkarov, en tanto que el señor Crouch, el jefe de un ex alumno (Percy), ocupaba el asiento que había al lado de Madame Maxime.
Cuando llegaron los postres, vieron también algunos dulces extraños. Snape examinó detenidamente una especie de crema pálida, y luego la desplazó un poco a la derecha, para que quedara bien visible desde la mesa.
-Sigue haciendo sus caras
-Pues no puedo cambiarla o usted si
-No creo que no, pero siempre evito hacerlas en público
-Si como no
-No me cree
-Pues no
-Además la crema ácida no sabe tan mal
-Pues yo no pruebo nada nuevo si no lo he probado antes
-Hay, que menso
Así Sara tomo un poco de la crema y le embarro un poco en la nariz
-Es usted una...
- «niña» o un fantasma
-Creo que ambas
-Severus, no tengo precisamente cinco años
El la miro de pies a cabeza y rodó los ojos...si bien ya no parecía una niña... le causaba mas problemas que una.
Una vez limpios los platos de oro, Dumbledore volvió a levantarse. Todos en el Gran Comedor parecían emocionados y nerviosos. Con un estremecimiento, Sara se preguntó qué iba a suceder a continuación cuando tuviera que cantar el himno de Francia...aunque bien había una duda constante sobre quien cantaría el himno de Durmstrang
-Ha llegado el momento -anunció Dumbledore, sonriendo a la multitud de rostros levantados hacia él-. El Torneo de los tres magos va a dar comienzo. Me gustaría pronunciar unas palabras para explicar algunas cosas antes de que traigan el cofre... sólo para aclarar en qué consiste el procedimiento que vamos a seguir. Pero antes, para aquellos que no los conocen, permítanme que les presente al señor Bartemius Crouch, director del Departamento de Cooperación Mágica Internacional -hubo un asomo de aplauso cortés-, y al señor Ludo Bagman, director del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos.
Aplaudieron mucho más a Bagman que a Crouch, tal vez a causa de su fama como golpeador de quidditch, o tal vez simplemente porque tenía un aspecto mucho más simpático. Bagman agradeció los aplausos con un jovial gesto de la mano, mientras que Bartemius Crouch no saludó ni sonrió al ser presentado. El bigote de cepillo y la raya del pelo, tan recta, resultaban muy raros junto al pelo y la barba de Dumbledore, que eran largos y blancos.
-Los señores Bagman y Crouch han trabajado sin descanso durante los últimos meses en los preparativos del Torneo de los tres magos -continuó Dumbledore-, y estarán conmigo, con el profesor Karkarov y con Madame Máxime en el tribunal que juzgará los esfuerzos de los campeones.
A la mención de la palabra «campeones», la atención de los alumnos aumentó aún más.
Quizá Dumbledore percibió el repentino silencio, porque sonrió mientras decía:
-Señor Filch, si tiene usted la bondad de traer el cofre...
Filch, que había pasado inadvertido pero permanecía atento en un apartado rincón del Gran Comedor, se acercó a Dumbledore con una gran caja de madera con joyas incrustadas. Parecía extraordinariamente vieja. De entre los alumnos se alzaron murmullos de interés y emoción. Y algunos se pusieron de pies sobre la silla para ver bien.
-Los señores Crouch y Bagman han examinado ya las instrucciones para las pruebas que los campeones tendrán que afrontar -dijo Dumbledore mientras Filch colocaba con cuidado el cofre en la mesa,
ante él-, y han dispuesto todos los preparativos necesarios para ellas. Habrá tres pruebas, espaciadas en el curso escolar, que medirán a los campeones en muchos aspectos diferentes: sus habilidades mágicas, su osadía, sus dotes de deducción y, por supuesto, su capacidad para sortear el peligro.
Ante esta última palabra, en el Gran Comedor se hizo un silencio tan absoluto que nadie parecía respirar.
-Como todos saben, en el Torneo compiten tres campeones -continuó Dumbledore con tranquilidad-, uno por cada colegio participante. Se puntuará a perfección con que lleven a cabo cada una de las pruebas y el campeón que después de la tercera tarea haya obtenido la puntuación más alta se alzará con la Copa de los tres magos. Los campeones serán elegidos por un juez imparcial: el cáliz de fuego.
Y ante tal pronunciación Sara sacó la varita mágica y golpeó con ella tres veces en la parte superior del cofre. La tapa se levantó lentamente con un crujido. Sara introdujo una mano para sacar un gran cáliz de madera toscamente tallada.
No habría llamado la atención de no ser porque estaba lleno hasta el borde de unas temblorosas llamas de color blanco azulado.
Sara cerró el cofre y con cuidado colocó el cáliz sobre la tapa, para que todos los presentes pudieran verlo bien.
-Gracias- le expreso Dumbledore- Todo el que quiera proponerse para campeón tiene que escribir su nombre y el de su colegio en un trozo de pergamino con letra bien clara, y echarlo al cáliz -explicó
el director-. Los aspirantes a campeones disponen de veinticuatro horas para hacerlo. Mañana, después de una pequeña celebración de Halloween, por la noche, el cáliz nos devolverá los nombres de los tres campeones a los que haya considerado más dignos de representar a sus colegios. Esta misma noche el cáliz quedará expuesto en el vestíbulo, accesible a todos aquellos que quieran competir.
»Para asegurarme de que ningún estudiante menor de edad sucumbe a la tentación -prosiguió Dumbledore-, trazaré una raya de edad alrededor del cáliz de fuego una vez que lo hayamos colocado en el vestíbulo. No podrá cruzar la línea nadie que no haya cumplido los diecisiete años.
»Por último, quiero recalcar a todos los que estén pensando en competir que hay que meditar muy bien antes de entrar en el Torneo. Cuando el cáliz de fuego haya seleccionado a un campeón, él o ella estarán obligados a continuar en el Torneo hasta el final. Al echar sus nombres en el cáliz de fuego estarán firmando un contrato mágico de tipo vinculante. Una vez convertido en campeón, nadie puede arrepentirse. Así que deben de estar muy seguros antes de su candidatura. Y como parte de la inauguración y de tradición, se cantaran los himnos correspondientes a las escuelas: profesores se me hacen el favor...
Sara se levanto, a sabiendas que ella cantaría el himno de Francia y junto con los alumnos el de Hogwarts...pero para su sorpresa Jack también se levanto, al igual que los tres directores.
-Bueno Madame, si desea iniciar...
-Si «paga, nuestgo himno, se me es gagto decig que una vegdadega fgansesa cantaga nugesto hegmoso himno»
Y ella señalo a Sara, la cual estaba mas que nerviosa, hacia años que no cantaba el himno y la verdad no era una letra particularmente fácil. Sara volteo a ver la cara de Stefanie la cual casi hecha a humo por las orejas, y claro no era para menos a ella nunca se le había considerado tan buena como Sara. Ella hizo un hechizo para amplificar la voz y se coloco delante de los alumnos, tomo aire y cerro los ojos. De repente el sonido de los instrumentos inicio.
I
-Allons enfants de la Patrie,
Le jour de gloire est arrivé.
Contre nous de la tyranie,
L'étendard sanglant est levé (bis, corearon de repente las de alumnas de Beauxbatons, en voz melodiosa)
Entendez vous dans les campagnes
mugir ces féroces soldats
Ils viennent jusque dans vos bras,
égorger vos fils, vos compagnes
Aux armes citoyens!
Formez vos bataillons!
Marchons, marchons,
qu'un sang impur abreuve nos sillons.
II
Que veut cette horde d'esclaves
De traîtres, de Roi conjurés?
Pour qui ces ignobles entraves,
Ces fers dès longtemps préparés? (bis)
Français! pour nous, ah! quel outrage!
Quels transports il doit exciter!
C'est nous qu'on ose méditer
De rendre à l'antique esclavage!
III
Quoi! des cohortes étrangères
Feraient la loi dans nos foyers!
Quoi! ces phalanges mercenaires
Terrasseraient nos fiers guerriers! (bis)
Grans Dieu! par des mains enchaînées
Nos fronts sous le joug se ploieraient
De vils despotes deviendraient
Les maîtres de nos destinées!
IV
Tremblez, tyrans! et vous, perfides,
L'opprobe de tous les partis,
Tremblez! vos projets parricides
Vont enfin recevoir leur prix (bis)
Tout est soldat pour vous combattre,
S'ils tombent, nos jeunes héros,
La terre en produit de nouveaux
Contre vous tout prêts à se battre.
V
Français! en guerriers magnanimes
Portez ou retenez vos coups.
Epargnez ces tristes victimes
A regret s'armant contre nous. (bis)
Mais le despote sanguinaire,
Mais les complices de Bouillé,
Tous ces tigres qui sans pitié
Déchirent le sein de leus mère.
VI
Nous entrerons dans la carrière,
Quand nos aînés n'y seront plus
Nous y trouverons leur poussière
Et les traces de leurs vertus. (bis)
Bien moins jaloux de leur survivre
Que de partager leur cercueil,
Nous aurons le sublime orgueil
De les venger ou de les suivre.
VII
Amour
Sacré de la Patrie
Conduis, soutiens nos bras vengeurs!
Liberté, Liberté chérie!
Combats avec tes défenseurs! (bis)
Sous nos drapeaux, que la victoire
Accoure à tes mâles accents!
Que tes ennemis expirant
Voient ton triomphe et notre gloire.
Y al terminar el último acorde, todo el mundo aplaudía enérgicamente especialmente los de Beauxbatons y Hogwarts: así de un momento a otro Jack comenzó ha alistarse para hacer lo mismo que Sara
-Gorda Stara planina,
do ney Dunava siney,
sluntse Trakia ogryava,
nad Pirina plameney,
Pripev:
Mila Rodino,
ti si zemen ray,
tvoyta hubost, tvoyta prelest,
ah, te niamat kray.
A pesar de que el himno de Bulgaria era mas corto consiguió la misma reacción debido a la hermosa vos de Jack
-Siguiendo con el protocolo...alumnos, y profesores...
Entonces Dumbledore hizo aparecer una gran pancarta con letras doradas dictando una melodía muy agradable para que coreara todo el colegio
Hogwarts, Hogwarts, Hogwarts,
enseñanos algo por favor.
Aunque seamos viejos y calvos,
o jóvenes con rodillas sucias,
nuestras mentes pueden ser llenadas
con algunas materias interesantes.
Porque ahora están vacías y llenas de aire,
pulgas muertas y un poco de pelusa.
Enseñanos cosas que valgan
la pena saber,
haz que recordemos lo que olvidamos,
haz lo mejor que puedas, nosotros haremos el resto,
y aprenderemos hasta que nuestros cerebros se consuman.
Todos aplaudían con alegría.
-Bueno, ahora cambiando de tema ¡la presentación de los profesores! Los cuales a lo largo del año apoyaran a nuestros maestros en la división de los colegios, así que mencionare la materia y profesor así como su suplente se pondrán a mi lado:
-¡Transformaciones! - y Minerva y Alex fueron al lado del director- La profesora Minerva McGonagal y su suplente el ahora profesor Alexander Hooper
Cuando hubo un tiempo transcurrido...
-Y el señor Myler y la señorita McAllen, serán los encargado de tratar como prefectos a los alumnos de sus respectivos colegios
Después de cada uno de los profesores se presentara toco el turno de Sara
-¡Pociones!- pronuncio el director y Sara se levantó demasiado sonrojada y nerviosa, lo que produjo que estuviera a punto de caer, pero afortunadamente Snape la tomo antes de un penoso accidente, pero tal escena hizo a reír a varios alumnos pero cuando Snape se percató fulminó a todo el comedor con una mirada. Así al estar al lado de Dumbledore el continuo- Esta materia será impartida por el profesor Severus Snape y la profesora Sara...
En ese momento todos sin excepción se percataron de una expresión de miedo en el director la cual se hizo evidente por un gran silencio que hizo, pasaron un par de segundos incluso minutos.
/>Sara tomo del brazo ha ambos profesores y los puso en un "circulo"
-Ok...Albus, por favor, dime que no olvidaste lo del...apellido- dijo ella en un susurro; pero el director solo asintió con la cabeza- Albus...ahora hay que inventar algo
-Holmes- puntualizo afortunadamente Snape- se llama Sara Holmes
-Aja...como no, Watson
-Pues si no quiere deseche mi...
-Y si utilizo los de mi madre
-No- dijo Dumbledore
-Disculpen que los interrumpa pero todos lo esperan- dijo Moody
-Pues que esperen...- dijo Sara
-Se los diría pero...están a mitad del salón conversando sospechosamente...
-Que pasa Dumbledore- dijo Karkarov- porque creme que si estas planeando algo que influya en el torneo...
-Shhht...- replico Sara- que no ve que estamos planeando...mejor vallase
-Sara que esta pasando-llego Jack
-Nada
-Aja...y ese nada hace que estén así a la mitad de un discurso
-Ammm...ese nada, fue que...oye enserio te queda el color azul- decía ella
-Pego Albus que pasa aquí, no te puedes quedar a la mitad de un discurso - interrumpió Stefanie
-Si ya lo se...pero debe comprender señorita- decía Albus intentando remediar algo
-No Dumbledore aparentemente no lo comprendo
-Pero disculpeme- decía el director
-Albus no vine desde el colegio solo para ver como se susurran entre ustedes- dijo Karkarov
-No de hecho viene desde su escuela para poder secretearse con Snape
Severus alzo la ceja incómodo.
-Y a usted le incumbe
Y Sara rodó los ojos.
-Así que si usas espionaje- decía Karkarov
-Claro, no seria una novedad- dijo Stefanie- a esta zorra nada se le escapa
-En primera- se defendió Sara-, yo no uso espionaje...sí, me entere de eso es porque toda la noche Karkarov ha estado nervioso y en mas de una ocasión quería levantarse e ir con Severus, y segundo...enserio no te has visto en un espejo Stefanie, porque a ti de zorra solo te faltan las orejas
-Sara...- le advertía Jack
-Que
-Tu cabello
La chica tomo uno de sus mechones de cabello...efectivamente, este había cambiado de su color negro a un tono café rojizo. Que, de inmediato con solo respirar regreso a su tonalidad.
-Bueno- dijo Sara con la poca pizca de paciencia que aun conservaba- director Karkarov, no es por descortés pero si se podría retirar...gracias, Jack tu podrías hacer lo mismo y acompañar a la zorra de Stefanie...- y en cuanto quedaron los tres solos era buen momento para actuar- ahora escuchemos alguna opción para resolver este problema, Albus
-Pues...aun es peligroso qué sepan tus apellidos...pero no creo que haya otra opción, te iría peor si usas el nombre que ya tienes...
-Pero, y si mejor les explicamos.
-Si,
no hay mas remedio...
Entonces el director se volvió a colocar frente al colegio, aun con el temor a todo lo que podría suceder.
-¡Profesores y alumnos!. Es de mi completa confianza revelarles a ustedes que a pesar de que suene...complicado la señorita- y señalo a Sara - es pariente mió, a decir verdad es mi sobrina- ella en ese momento extrañada determino que tal vez eso sonaría mas convincente- así que no me debo de molestar en decir su apellido
Pero Minerva quien estaba a sus espaldas casparreo y asintió.
-Esta bien...la profesora de pociones de este año sera Sara Dumbledore...¡Y ahora me parece que ya es hora de ir a la cama. Buenas noches a todos!.- finalizó el director
Así todo el comedor a unísono se retiró, y el constante murmullo se retiro junto con ellos
-Albus no veo para que tanto escándalo- dijo Severus
-Pues...
-A ver - interrumpió Sara- ¿Cuántos estúpidos te parece que creyeron que Albus era mi padre sin contarte a ti?
Severus estaba más qué indignado...esto solo era el comienzo del ciclo escolar y Sara ya le había colmado la paciencia
-¡Cómo sin contarme a mí! Esto es un insulto...
Entonces Sara prefirió reformular la pregunta, hacer enojar a Snape era algo que se convertía en una acción involuntaria
-Bueno, no te enfades. Vamos, contándote a ti, ¿cuántos te parece que hay?
-¡ Creame que si sigue así hasta sus nietos lamentarían saber que hizo!...no entiendo porque me hace perder los estribos tan rápido de eso yo no tengo la culpa
-Ni tampoco la mía, usted ya tenía ese defecto de fábrica
- ¡Cállese Dumbledore, no sea imbécil!
- Es usted un auténtico imbécil, ¿lo sabe? -preguntó ella frunciendo el ceño.
- Y usted una niña caprichosa, -gruño molesto.
Sara se exasperó...no era quien para llamarla así
- ¡Sabe, entiendo que usted tenga un carácter de mierda, pero yo no tengo culpa de eso!, ¡Podrá ser Jefe de Slytherin, y el más talentoso pocionista del jodido universo pero hay una fila de hombres que me tratan como una reina y son mucho más interesantes que usted, pedazo de alcornoque! -grito empujándolo completamente molesta antes de echar a caminar hacia las puerta de comedor
Severus se quedó allí aturdido, ¿hace cuánto tiempo alguien se atrevía a hablarse así?. Pero mientras el seguía ahí sin bien saber que hacer, la subdirectora y el profesorado fue detrás de Sara. Quien estaba a punto de subir las escaleras hacia su cuarto ubicado en el cuarto piso.
-Pero que falta de respeto fue esa- comenzó la profesora Mcgonagal deteniéndola en el acto
-Perdóneme, pero el empezó- dijo Sara
-Yo, pero si fue usted- dijo Snape que después de reconsiderar la situación se dirigió con todos los presentes
-Ya los dos van a trabajar todo el año y si no aprenden a llevarse bien- dijo Minerva, tomando ambas manos de los profesores- ahora estrechen sus manos y pidan disculpas al otro
-Pero
yo no voy a pedir perdón- dijeron los dos
-Por favor
-Yo no quiero- repuso Sara - que méritos a hecho el pera merecer el derecho de mi perdón
-Cher ce ne sont pas des modes d'une dame et aussi savoir que vous ne avez perdez votre sang-froid à elle, se il vous plaêt afin de lui demander pardon- sugirió Madame Maxime
- Querida esos no son modos de una dama y además sabes que tú le hiciste perder los estribos a él, así que por favor pídele perdón
-Seulement Parce que vous dites madame- se limitó a decir Sara
Solamente porque usted me lo pide madame
Así ella volteo los ojos y le estrecho la mano al profesor, pero nuevamente sintió ese cosquilleo que le recorría todo el cuerpo, que producía que se le erizara la piel y se ruborizara al instante...desde aquel día en el callejón diagon no le había vuelto a tocar la mano, solo se había limitado a su contacto bajo la ropa que siempre lo cubría, tratando de encubrir aquella cosa que tanto odiaba y Sara conocía a la perfección
-Supongo que si ya se terminaron las disculpas vamos a dormir también - dijo Alexander, sacando a la chica de su trance- Sara me acompañas
- Ah sí claro
Y así Alexander la llevo hasta el segundo piso, en donde seguro no los escucharían. Habían pasado por las escaleras tan rápido que parecían un fantasma merodeando por los pasillos.
-Estás roja, tu cabello volvió a tener mechones morados...por Morgana...solo te faltan los ojos- susurro Alex mientras la conducía al tercer piso
-Lo siento sabes que lo hago cuando
estoy nerviosa o muy enojada
Y al salir ambos a un pasillo el volvió a preguntar
-Pero que fue eso
-De que hablas
-Te pusiste rojísima
-Pues... yo... yo
-No me digas nada, ya lo se
-De que
-Te gusta y no te hagas la loca por qué bien que lo sabes, yo te conozco desde que eras una pequeña
-Pues no se... y sé que eso es algo tonto y...además, Jack esta aquí y...Severus...no quiero meterlo en mis juegos.
-Pues no lo creas así, porque aunque parezca imposible note un leve casi imperceptible rubor en las mejillas
-Así pero y si...
-Nada, pero vete con cuidado con el
-Si ya lo se, lo investigue...mortifago
-Claro se me había olvidado, tu y tu cabeza
-Alex deja de protegerme...yo me se cuidar sola
- Y que regreses a Askaban como la última vez, ni loco, además ... ya es hora de dormir adiós
-No me cambies de tema
-Bueno, pues él es un maestro y sabes que es anti ético y además...
-Que
-Él es- entonces Alex suspiro- demasiado... te dobla la edad
-Si ya lo se...pfff, pero no tanto soló unos cuantos años.
-De todos modos, tu eres una niña al lado de él
-Y de cuando acá la edad importa...bueno sólo un poco
-Siii...como no, mira Sara, cuando tu apenas comenzabas a hablar el estaba preparando pociones en Hogwarts...y luego no precisamente tienes la mejor relación con el
-Perdón pero es que el es tan...manipulador y...la única que controla mentes aquí soy yo
-Bueno me tengo que ir a dormir adiós
-Adiós, oye...
Pero él ya se había perdido de su vista, su mente trabajaba a mil por hora- desde cuando Sara Dumbledore se enamoraba de viejos rabo verdes como lo era Severus Snape- claro solo podía haber una respuesta. Tal vez lo que la atraía era su forma de ser, era lo opuesto a ella, aunque sólo por el momento, alejarse de la obscuridad era mas difícil a medida que su pasado amenazaba con regresar. Aun con nostalgia y rencor recordaba sus amargos tragos de historia... las muertes que por su culpa causó, los innumerables accidentes que provoco y sobre todo, el mal que se había hecho así misma. Aunque todo el mundo pensara que ella sólo era una bruja común no era así, al igual que Snape, su fachada era lo que había engañado a mas de uno.
Entre tanto que pensó sin darse cuenta llego a su cuarto y giro el pomo, se dirijo a la cama inconsciente de sus movientos, tomo algo de la cómoda (filtro de muertos en vida y lo bebió, claro solo una gota), así sin más quedo dormida, tendida en la cama aun con la ropa puesta sin animo que el de dejar su cuerpo y poder perderse en ese mar de. sueños
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Noche de Halloween
Canción: Boom Clap- Charlie XCX
Habían cambiado la decoración del Gran Comedor. Como era Halloween, una nube de murciélagos vivos revoloteaba por el techo encantado mientras cientos de calabazas lanzaban macabras sonrisas desde cada rincón.
Como al día siguiente era sábado, lo normal habría sido que la mayoría de los alumnos bajaran tarde a desayunar. Sin embargo, Sara no fue la única que se levantaron mucho antes de lo habitual en días de fiesta. Al bajar al vestíbulo vio a unas veinte personas agrupadas allí, algunas comiendo tostadas, y todas contemplando el cáliz de fuego. Lo había colocado en el centro del vestíbulo, encima del taburete sobre el que se ponía el Sombrero Seleccionador. En el suelo, a su alrededor, una fina línea de color dorado formaba un círculo de tres metros de radio.
-¿Ya ha dejado alguien su nombre? -le preguntó Sara algo nerviosa a Minerva.
-Todos los de Durmstrang -contestó ella-. Pero de momento no he visto a ninguno de Hogwarts.
-Seguro que lo hicieron ayer después de que los demás nos acostamos -dijo Alexander -. Yo lo habría hecho así si me fuera a presentar: preferiría que no me viera nadie. ¿Y si el cáliz te manda a freír espárragos?...y además esto es mas más que un truco de Halloween; hablando de dicha festividad de que iras disfrazada mi querida Sara
-Yo creo que de un "tenemos que hablar" ¡eso si da miedo!...
-Esperen ese es Fred Weasley- dijo Minerva preocupada
-No se preocupe profesora no es la primera vez que
Dumbledore dibuja una línea de edad... si he de saber yo- afirmo Sara
Fred avanzó hasta el borde de la línea y se quedó allí, balanceándose sobre las puntas de los pies como un saltador de trampolín que se dispusiera a tirarse desde veinte metros de altura. Luego, observado por todos los que estaban en el vestíbulo, tomó aire y dio un paso para cruzar la línea.
Durante una fracción de segundo, todo el profesorado creyó que el truco había funcionado. George, desde luego, también lo creyó, porque profirió un grito de triunfo y avanzó tras Fred. Pero al momento siguiente se oyó un chisporroteo, y ambos hermanos se vieron expulsados del círculo dorado como si los hubiera echado un invisible lanzador de peso. Cayeron al suelo de fría piedra a tres metros de distancia, haciéndose bastante daño, y para colmo sonó un «¡plin!» y a los dos les salió de repente la misma barba larga y blanca.
En el vestíbulo, todos prorrumpieron en carcajadas. Incluso Fred y George se rieron al ponerse en pie y verse cada uno la barba del otro.
-Se les advirtió que esto era para mayores de edad -dijo con voz profunda la profesora McGonagal
Entonces el director examinó a Fred y George con los ojos brillantes.
-Les sugiero que vayan los dos a ver a la señora Pomfrey. Está atendiendo ya a la señorita Fawcett, de Ravenclaw, y al señor Summers, de Hufflepuff, que también decidieron envejecerse un poquito. Aunque tengo que decir que me gusta más su barba que la que les ha salido a ellos.
Fred y George salieron
para la enfermería acompañados por Lee.
-Fantástico ya ha de estar próxima a acabar el antídoto para esa pócima- exclamo Snape
-Yo creo que fue buena idea, nadie del colegio se ha inscrito- hablo Sara aun con una sonrisa- además como dice Dumbledore esas son grandiosos barbas
-Pues al parecer todos se lo han pensado bien- exclamo Minerva- es una lástima que sobre todo mi casa haga caso omiso a esta convocatoria; siendo Giffindor pensé... solo tal vez...tendríamos mas oportunidades
-Pues varios de mis alumnos más predilectos están por inscribirse- hablo con Snape en tono socarrón
-¡Espero que no tengamos de campeón a nadie de Slytherin!- interrumpió Sara en tono desafiante- porque lo poco que he escuchado en los pasillos es que sus "predilectos para el concurso" son extremadamente petulantes... igual que usted
-Disculpe...
Y así Sara le dio la espalda a Snape antes de que pudiera desquitarse y le hablo a Minerva
-Y los de Hufflepuff hablan todos de Diggory-comentó Sara con desdén-. Pero no creo que quiera arriesgarse a perder su belleza.
-¡Escucha! -dijo Alexander repentinamente.
En el vestíbulo estaban lanzando vítores. Se volvieron todos en sus asientos y vieron entrar en el Gran Comedor, sonriendo con un poco de vergüenza, a Angelina Johnson. Era una chica negra, alta, que jugaba como cazadora en el equipo de quidditch de Gryffindor.
-¡Bueno, lo ha hecho! ¡Acaba de echar su nombre!- dijo Minerva
llena de alegría
-¡No puedo creerlo! -exclamó Alexander, impresionado. -Pero ¿tiene diecisiete años?
-Claro que los tiene. Porque si no le habría salido barba, ¿no? -dijo Sara igualmente impresionada.
-Su cumpleaños fue la semana pasada -explicó Minerva.
-Bueno, me alegro de que entre alguien de Gryffindor -declaró Sara-. ¡Espero que ella! O si no...
-Sí, mejor ella que Diggory - dijo Alexander, observando que nadie lo escuchara
Pero no tardaron las miradas de rencor de unos de Hufflepuff que pasaban al lado.
-Bueno y ¿Qué vamos a hacer hoy? -preguntó Sara a Alexander cuando termino el desayuno
-Aún no hemos ido al bosque prohibido.
-Pues si es ese tu plan
-Si
-Oh mejor podríamos no se...- intervino Jack, el cual hacia unos pocos instantes había hecho aparición en el comedor-...celebrar al campeón, todo al estilo francés
-No...en ese caso mejor dime... Sara avíentate de un risco- dijo ella con ironía
-Entonces señor Myler, le podría decir lo del risco- opinión Severus
-Ja. Que gracioso. Si usted conociera como son esas "celebraciones"...opinaría lo mismo
-Entonces ilustreme Dumbledore
-Pues, en esas fiestas, se bebe a mas no poder, se fuma toda la noche y se termina con una resaca...
-Sara, vas a espantar al profesor-
dijo Jack, cuyo comentario no le hizo gracia en ningún momento a Snape- además, solo es un ratito
-Aja...como no...
-No creo que deba de hacer planes, señorita- interrumpió Snape- usted se propuso a reabastecer las pociones de Madame Pomfrey esta noche
-Oh, es verdad...pff...usted siempre tan agua fiestas. Entonces eso quiere decir que me dejara las mazmorras para mi solita...
-Ni crea que la dejaría sola para que cometiera alguna estupidez y además...
-Y además, yo se lo encargue...- término la frase el director- al igual que conseguir extracto de Tentácula venenosa...así que les sugiero que den comienzo a esta labor después del desayuno. Ambos. - resalto esta ultima palabra
Los estudiantes de Beauxbatons estaban entrando por la puerta principal, provenientes de los terrenos del colegio, y entre ellos llegaba la chica veela, era una de las estudiantes, a las cuales Sara había podido comprobar con Madame Maxime, la suposición de ser una veela.
Y los que estaban alrededor del cáliz de fuego se echaron atrás para dejarlos pasar, y se los comían con los ojos.
Madame Maxime entró en el vestíbulo detrás de sus alumnos y los hizo colocarse en fila. Uno a uno, los alumnos de Beauxbatons fueron cruzando la raya de edad y depositando en las llamas de un blanco azulado sus pedazos de pergamino. Cada vez que caía un nombre al fuego, éste se volvía momentáneamente rojo y arrojaba chispas. Cuando todos los estudiantes de Beauxbatons hubieron presentado sus nombres, Madame Maxime los hizo volver a salir del castillo.
*-*
A media tarde empezó a caer una lluvia suave. Lo que provoco que el cielorraso del Gran comedor se empezara a nublar.
-Lo que me faltaba- aspecto Sara un poco desilusionada, mientras bajaba las escaleras hacia los invernaderos...
-Buenas tardes Severus- dijo ella al llegar al invernadero dos
-Llegue a pensar que no vendría
-Ya se que me extraña, pero no es para tanto.
-No sea estúpida... mejor venga y ayúdeme
Ello giro los ojos...aveces el era tan petulante.
Juntos hayaban la forma de que la planta no les atacara, y aunque no era imposible, el estar juntos implicaba un gran problema.
-Porque no tiene mas cuidado y lo hace más rápido- le decía el
-Pues si no se hace con cuidado la planta va a vomitar el veneno.
-Que reverenda tontería...la Tentácula venenosa no vomita...
En el castillo un gran estruendo proveniente de los invernaderos hizo retumbar los muros de aquel viejo castillo. Todos sin restricción alguna salieron en señal de alerta. El director quien imaginaba que había pasado, comenzó a preguntarse si aquel par había logrado asesinarse de una vez por todas...aquel pensamiento invadió su mente hasta que algunos reclamos lo sacaron del trance.
-¡Idiota!
-¡Histérica!
-¡Que tarado!
-¡Tarada tú!
-¡Te odio!
-¡Yo también!
-¡Jodete!
-¡Ni
se le ocurra volverme hablar!
-¡Ni que me hiciera mucha falta!
Sara estaba con una gran mancha de color café a la mitad del vestido anaranjado. Y Snape una mancha del mismo color en el mismo citio. De seguro alguna historia buena debería de tener al respecto. El director no perdió mas tiempo y se aplico un hechizo para amplificar la voz, pues conociendo a ese par, no funcionaria solo gritar.
-¡Basta!- grito Albus- si me pudieran explicar- bajo la voz- sabríamos arreglar el problema.
-Pues...- dijo Sara aun enojada- si el tarado me hubiera hecho caso...
-Si yo le hubiera hecho caso, es este momento estaría muerta
-Pero al menos no vomitada...
Ella estaba tan enojada que estaba tratando de no mandarle un avada kedavra.
-Sara, que le paso al invernadero- pregunto la profesora Spraunt, la cual esperaba una respuesta fatal.
-Nada...solo que la planta vomito...- entonces Sara se dirigió a Snape- pero no, no, el señor me dijo, "las plantas no vomitan"
-Y se supone que no lo hacen- dijo Severus con fastidio
-Ves Albus- comenzó ella- yo te dije que jamas trabajo con hombres. Y sabes he estado quebrantando esa regla durante todo este tiempo.
-Sara por favor calmante - le dijo Albus, pero de inmediato se retractó...había hecho lo peor en esta situación
-Que. Me. Calme.- hablo Sara pausadamente
-Oh...merlín amparanos- dijo Alexander al momento en que sacaba su varita apuntando a Sara, Jack hizo lo mismo.
Pero Sara solo
cerro los ojos y respiro hondo, muy, muy hondo. Oh lo suficiente para no tratar de asesinar a todo el mundo.
Solo camino recto pasando entre los dos chicos, lo que les dio a entender que no debían de preguntar ni hacer más. Lamentablemente no todos estaban familiarizados con el habitual comportamiento de Sara.
-Así que la planta te vomitó- interrogo aun Spraunt a Sara. Ella parón en seco, incapaz de voltearla a ver.
-Ojalá... a Snape le vomito la Tentácula venenosa a mí...me vomito Snape
*°•*°•*°•
Una vez dentro todos los alumnos vieron que el Gran Comedor, iluminado por velas, estaba casi abarrotado. Habían quitado del vestíbulo el cáliz de fuego y lo habían puesto delante de la silla vacía de Dumbledore, sobre la mesa de los profesores. Fred y George, nuevamente lampiños, parecían haber encajado bastante bien la decepción.
-Espero que salga Angelina -comento Minerva
-¡Yo también! -Exclamó Alexander-. ¡Bueno, pronto lo sabremos!... profesora no sabe dónde se ha metido Sara
-No desde media tarde que no la he visto- dijo Minerva
Pero fue como si la hubieran invocado pues entro por el gran comedor, con un vestido largo color azul índigo ceñido hasta la cintura, y partir ahí todo lo demás era suelto, de un solo hombro donde tenía unas flores; llevaba el cabello sujetado con una trenza detrás de la nuca. Se había puesto solo labial rojo, había algo en eso que la hacía ver unos cuantos años mayor, no como anciana
y con arrugas pero por lo menos de unos 20 años. También llevaba una pulsera dorada, con forma de serpiente.
Nuevamente todo el profesorado y algunos alumnos se levantaron de sus asientos.
-Entonces esta bien el vestido,
-Más que perfecto Sara- comento Minerva
-Gracias supongo que cumplió su propósito de esta noche- continuo Sara mientras se sentaba
-Pues si sigues viniendo así- dijo Alexander- me causaras un paro cardiaco
-Es un reto
-No una advertencia...además no dijiste que vendrías de un "tenemos que hablar".
-Claro, este es...no me digas que no quisieras "tener que hablar" conmigo.
El banquete de Halloween les pareció mucho más largo de lo habitual. Quizá porque era su segundo banquete en dos días, Sara no disfrutó la insólita comida tanto como la habría disfrutado cualquier otro día. Como todos cuantos se encontraban en el Gran Comedor - que a juzgar por los cuellos que se giraban continuamente, las expresiones de impaciencia, las piernas que se movían nerviosas y la gente que Tentácula venenosa levantaba para ver si Dumbledore ya había terminado de comer-, Sara sólo deseaba que la cena terminara y anunciaran quiénes habían quedado seleccionados como campeones.
Pero mientras daba un trago a su jugo de calabaza un Jack se le acercó y le dio una hermosa rosa roja.
- Cette rose est belle, mais vous avez gâché sa beauté
Esta
rosa es hermosa, pero tu has opacado su belleza
-Gracias Jack...pero hablame en castellano- le dijo ella tomando la rosa
-Te vez mas que bella...ni siquiera Stefanie se podría atreverse a comparar contigo.
Pero, en ese momento ella también apareció, ella con un modelito de color violeta que no dejaba nada a la imaginación.
-Jacky...verdad que me veo mas que hermosa- dijo Stefanie con un pestañeo exagerado
- Si por "hermosa" te refieres a "prostituta"...si, te vez preciosa- dijo Sara
-Bueno...al menos yo presumo lo que tengo- contraataco ella. Sara solo miro su pulsera y jugueteaba con ella
-Sabes...aun recuerdo que hasta la fecha te asustan las serpientes- comento ella en un tono de voz algo macabro - y adivina de que es la pulsera...- Stefanie puso una cara de frustración- es algo amistosa, pero huele el miedo...- pronunciadas esas palabras la pulsera cobro vida y comenzó a sisear así como arrastrarse hasta donde Stefanie estaba. Y la mujer salio corriendo. Y Sara comenzó a reír y el miedo que emanaba se fue.
-Vaya me vas a tener que enseñar a espantarla así... que hechizo usaste- dijo Jack- y esa voz macabra...ufff...digna de un libro
Sara hizo un gesto de agradecimiento muy poco convincente entre risas.
-Uno simple...además si ya se que le asusta, debo de explotar eso al máximo
-Sabes...me tengo que ir, y creeme que la cita de la celebración sigue en pie
Así, el hombre
le dio un beso en la mano y se retiró, dejando a Sara con una dulce sonrisa en los labios y fue entonces que ella se volvió a su comida.
-Creo que mi corrección es... si sigues vistiéndote así conseguirás novio... o aun peor esposo- comento Alexander desde su lugar después de la profesora McGonagal- ese tipo es guapo, te conoce desde que tienes tres años y sobre todo es rico
-Mmmm...no lo creó
-Como que no... ah ya se...te haces la difícil...
-Si ya sabes cállate- respondió Sara, algo feliz- además yo lo considero un hermano
Ella siguió comiendo, pero sentía una mirada fija al lado suyo, asi que con mucho cuidado y con hilo de voz se volteo y le dijo a Snape.
-Recuerda que alguna vez la cual me dijo que yo le sorprendía, pues bien usted también me sorprendió vomitando...bueno ya lo dije y ahora...listo para pedirme disculpas.
Dijo enfusiba, aun en voz baja y Severus solo se limito a negar con la cabeza y hacer expresión de incredulidad.
-La que me debería pedir perdón es usted
Sara estuvo a puñado de decirle idiota, pero se contuvo, prefirió hacer algo mas interesante
-Pedir perdón por ser tan bella
-No, por se siempre tan poco racional y...
Pero ella tapó su boca con un dedo.
-¿Porque siempre tan molesto?
-No es de su incumbencia
-Por favor, y tal vez dejare de molestarlo
-Pues si no hay mas remedio, usualmente es por los alumnos, pero usted se ha llevado ese récord, es todos mis años como profesor no a habido persona
tan desesperante con la que haya trabajado.
-Se molestó tanto por la rosa, verdad- dijo ella picara, sabiendo que la molestia no era esa
-Que... a me vale un bledo lo que haga con su vida
-Entonces por qué está tan molesto
-Yo no creo que... ya deje de preguntar tonterías, además se lo acabo de decir
Solo eso basto para que Sara iniciara un pequeño juego para engañar la mente de aquel profesor, solo podía pensar en una cosa. (Te tengo en mi mano Snape, ni creas que te salvaras de este juego)
-Supongo que debe de saber controlar sus emociones como para no parecer celoso
-Pero que estupidez más grande
-Mire yo no voy a seguir amargándole la cena
Así Sara tomo la rosa y su varita y comenzó a quemar la rosa lentamente.
-A mí tampoco me importa, Jack le ha regalado una rosa a miles de mujeres solo para acostarse con ellas, y yo no soy tan estúpida como para querer caer y además no creo que se deba de molestar porque a comparación de usted... - y las palabras en su boca habían salido sin pensar.
Entonces Sara se paró en seco sabía que había metido la pata, así que rápidamente se volteo a su comida y dispuso a comer, totalmente ruborizada.
Tal vez se estaba volviendo loca...ella enamorada de el...no es que ella no quisiera pero...había perdido la cabeza, tal vez el vestido le había hecho algún estrago.
-Regla tres, rota- dijo Sara entre dientes
Pasado
un rato en donde hubo un silencio el cual esperaba el fin de la cena, por fin, los platos de oro volvieron a su original estado inmaculado. Se produjo cierto alboroto en el salón, que se cortó casi instantáneamente cuando Dumbledore se puso en pie. Junto a él, el profesor Karkarov y Madame Maxime parecían tan tensos y expectantes como los demás. Ludo Bagman sonreía y guiñaba el ojo a varios estudiantes. El señor Crouch, en cambio, no parecía nada interesado, sino más bien aburrido.
-Bien, el cáliz está casi preparado para tomar una decisión -anunció Dumbledore-. Según me parece, falta tan sólo un minuto. Cuando pronuncie el nombre de un campeón, le ruego que venga a esta parte del Gran Comedor, pase por la mesa de los profesores y entre en la sala de al lado -indicó la puerta que había detrás de su mesa-, donde recibirá las primeras instrucciones.
Dicho esto le hizo una señal a Sara y se levantó de su haciendo para dirigirse al cáliz; sacó la varita y ejecutó con ella un amplio movimiento en el aire. De inmediato se apagaron todas las velas salvo las que estaban dentro de las calabazas con forma de cara, y la estancia quedó casi a oscuras. No había nada en el Gran Comedor que brillara tanto como el cáliz de fuego, y el fulgor de las chispas y la blancura azulada de las llamas casi hacía daño a los ojos.
Todo el mundo miraba, expectante. Algunos consultaban los relojes.
-De un instante a otro - anuncio Sara- el cáliz habrá tomado la decisión, debo de recordarles que esto es un contrato
mágico y una vez inscritos no habrá marcha atrás
De pronto, las llamas del cáliz se volvieron rojas, y empezaron a salir chispas. A continuación, brotó en el aire una lengua de fuego y arrojó un trozo carbonizado de pergamino. La sala entera ahogó un grito.
Dumbledore cogió el trozo de pergamino y lo alejó tanto como le daba el brazo para poder leerlo a la luz de las llamas, que habían vuelto a adquirir un color blanco azulado.
-El campeón de Durmstrang -leyó con voz alta y clara- será ¡Viktor Krum.!
-¡Era de imaginar! -gritó Sara, al tiempo que una tormenta de aplausos y vítores inundaba el Gran Comedor.
Sara vio a Krum levantarse de la mesa de Slytherin y caminar hacia Dumbledore. Se volvió a la derecha, recorrió la mesa de los profesores y desapareció por la puerta hacia la sala contigua.
-¡Bravo, Viktor! -bramó Karkarov, tan fuerte que todo el mundo lo oyó incluso por encima de los aplausos-. ¡Sabía que serías tú!
Se apagaron los aplausos y los comentarios. La atención de todo el mundo volvía a recaer sobre el cáliz, cuyo fuego tardó unos pocos segundos en volverse nuevamente rojo. Las llamas arrojaron un segundo trozo de pergamino.
Entonces Sara lo atrapo sacudiendo aun unas chispas que se desprendían de el.
-La campeona de Beauxbatons es -dijo ella mas que emocionada.-¡Fleur Delacour!
Se puso en pie elegantemente, sacudió la cabeza para retirarse hacia atrás la amplia cortina de pelo plateado, y caminó por entre las mesas de Hufflepuff y Ravenclaw.
Cuando Fleur Delacour hubo
desaparecido también por la puerta, volvió a hacerse el silencio, pero esta vez era un silencio tan tenso y lleno de emoción, que casi se palpaba. El siguiente sería el campeón de Hogwarts...
Y el cáliz de fuego volvió a tornarse rojo; saltaron chispas, la lengua de fuego se alzó, y de su punta Dumbledore retiró un nuevo pedazo de pergamino.
-El campeón de Hogwarts -anunció- es ¡Cedric Diggory!
El jaleo proveniente de la mesa de al lado era demasiado estruendoso. Todos y cada uno de los alumnos de Hufflepuff se habían puesto de repente de pie, gritando y pataleando, mientras Cedric se abría camino entre ellos, con una amplia sonrisa, y marchaba hacia la sala que había tras la mesa de los profesores.
Naturalmente, los aplausos dedicados a Cedric se prolongaron tanto que Dumbledore tuvo que esperar un buen rato para poder volver a dirigirse a la concurrencia.
-¡Felicidades!- exclamo Sara
-¡Estupendo! -dijo Dumbledore en voz alta y muy contento cuando se apagaron los últimos aplausos-. Bueno, ya tenemos a nuestros tres campeones. Estoy seguro de que puedo confiar en que todos ustedes, incluyendo a los alumnos de Durmstrang y Beauxbatons, darán a sus respectivos campeones todo el apoyo que podrán. Al animarlos, todos ustedes a contribuir de forma muy significativa a...
-Albus- interrumpió Snape, el cual ahora estaba al lado del director
Pero Dumbledore se calló de repente, y fue evidente para todo el mundo por qué se había interrumpido.
El fuego del cáliz había vuelto a ponerse de color rojo. Otra vez lanzaba chispas. Una larga lengua de fuego se elevó de repente en el aire y arrojó otro trozo de pergamino.
Sara quien estaba al lado del cáliz alargó la mano y lo tomo. Lo extendió y miró el nombre que había escrito en él. Hubo una larga pausa, durante la cual Dumbledore contempló el trozo de pergamino que Sara sostenía en las manos, y su entera cara de horror mientras el resto de la sala lo observaba. Finalmente, ella se aclaró la garganta y leyó en voz alta:
-Harry Potter
Así en ese mismo instante cayo un gran rayo.
Hola espero sus comentarios eso me anima a seguir escribiendo
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Laberinto
"Laberinto"
Canción: Curiosity- Carly Rae Jepsen
Gracias, avísenme si le gusta la historia o que les gustaría que le agregara estoy dispuesta a cualquier sugerencia. Comenten.
Sara vio cómo, Harry permaneció sentado, consciente de que todos cuantos estaban en el Gran Comedor lo miraban. Se sentía aturdida, atontada. Debía de estar soñando. O no había leido bien.
Nadie aplaudía. Un zumbido como de abejas enfurecidas comenzaba a llenar el salón. Algunos alumnos se levantaban para ver mejor a Harry, que seguía inmóvil, sentado en su sitio.
En la mesa de los profesores, la profesora McGonagall se levantó y se acercó a Dumbledore, con el que cuchicheó impetuosamente. El profesor Dumbledore inclinaba hacia ella la cabeza, frunciendo un poco el entrecejo.
-Yo no puse mi nombre -dijo Harry, totalmente confuso-. Ustedes lo saben.
Uno y otro le devolvió la misma mirada de aturdimiento. En la mesa de los profesores, Dumbledore se irguió e hizo un gesto afirmativo a la profesora McGonagall.
-¡Harry Potter! -llamó-. ¡Harry! ¡Levántate y ven aquí, por favor!- dijo iracundo el director
Harry se puso en pie, se pisó el dobladillo de la túnica y se tambaleó un poco. Avanzó por el hueco que había entre las mesas de Gryffindor y Hufflepuff. Pareció un camino larguísimo. La mesa de los profesores no parecía hallarse más cerca aunque él caminara hacia ella, y notaba
la mirada de cientos y cientos de ojos, como si cada uno de ellos fuera un reflector. El zumbido se hacía cada vez más fuerte. Después de lo que le pareció una hora, se halló delante de Sara, la cual le tomo el brazo y le susurro.
-No discutas con el director o te puede ir peor de lo que tú crees
Así ella lo acompaño hasta Dumbledore y notó las miradas de todos los profesores.
-Bueno... cruza la puerta, Harry -dijo Dumbledore, sin sonreír.
Harry pasó por la mesa de profesores. Cuando Harry salió del Gran Comedor, Dumbledore le hizo un ademán Sara y ella agacho la cabeza y salió corriendo hacia la puerta donde Harry había entrado; y se encontró en una sala más pequeña, decorada con retratos de brujos y brujas.
Delante de ella, en la chimenea, crepitaba un fuego acogedor. Cuando entró, las caras de los retratados se volvieron hacia ella. Vio que una bruja con el rostro lleno de arrugas salía precipitadamente de los límites de su marco y se iba al cuadro vecino, que era el retrato de un mago con bigotes de foca. La bruja del rostro arrugado empezó a susurrarle algo al oído.
Viktor Krum, Cedric Diggory, Fleur Delacour estaban junto a la chimenea. Y Harry parado delante de ellos, con cara de susto. Con sus siluetas recortadas contra las llamas, tenían un aspecto curiosamente imponente. Krum, cabizbajo y siniestro, se apoyaba en la repisa de la chimenea, ligeramente separado de los otros dos. Cedric, de pie con las manos a la espalda, observaba el fuego. Fleur Delacour lo miró
cuando entró y volvió a echarse para atrás su largo pelo plateado.
-¿Qué pasa? -preguntó, creyendo que había entrado para transmitirles algún mensaje-. ¿«Quieguen» que volvamos al «comedog»?
-Nada de eso- dijo ella
Sara no sabía cómo explicar lo que acababa de suceder. Se quedó allí quieta, mirando a Harry, sorprendido de lo altos que parecían. Oyó detrás un ruido de pasos apresurados. Era Ludo, que entraba en la sala. Tomo el brazo a Harry y lo llevó hacia delante.
-¡Extraordinario! -susurró, apretándole el brazo-. ¡Absolutamente extraordinario! Caballeros... señorita -añadió, acercándose al fuego y dirigiéndose a los otros tres-. ¿Puedo presentarles, por increíble que parezca, al cuarto campeón del Torneo de los tres magos?
Viktor Krum se enderezó. Su hosca cara se ensombreció al examinar a Harry. Cedric parecía desconcertado: pasó la vista de Bagman a Harry y de Harry a Bagman como si estuviera convencido de que había oído mal. Fleur Delacour, sin embargo, se sacudió el pelo y dijo con una sonrisa:
-¡Oh, un chiste muy «divegtido», «señog» Bagman!
-¿Un chiste? -Repitió Sara, desconcertada-Crees que es un chiste. ¡No, no, en absoluto! ¡El nombre de Harry acaba de salir del cáliz de fuego!
Krum contrajo levemente sus espesas cejas negras. Cedric seguía teniendo el mismo aspecto de cortés desconcierto. Fleur frunció el entrecejo.
-«Pego» es evidente que ha habido
un «egog» -le dijo a Bagman con desdén-. Él no puede «competig». Es demasiado joven.
-Bueno... esto ha sido muy extraño -reconoció Bagman, frotándose la barbilla impecablemente afeitada y mirando sonriente a Harry-. Pero, como saben, la restricción es una novedad de este año, impuesta sólo como medida extra de seguridad. Y como su nombre ha salido del cáliz de fuego... Quiero decir que no creo que ahora haya ninguna posibilidad de hacer algo para impedirlo. Son las reglas, Harry, y no tienes más remedio que concursar.
-Tendrás que hacerlo lo mejor que puedas...-Dijo Sara pero...
Detrás de ellos, la puerta volvió a abrirse para dar paso a un grupo numeroso de gente: el profesor Dumbledore, seguido de cerca por el señor Crouch, el profesor Karkarov, Madame Maxime, la profesora McGonagall y el profesor Snape. Antes que Sara pudiera siquiera hablar Snape la acorralo contra el muro. Todo fue tan rápido que solo le dio tiempo de escurrirse como una serpiente e ir hasta la chimenea, tomar su varita y apuntarle.
-Pero qué demonios hizo- dijo el desde el otro lado de la pequeña sala
-Hacer...que- dijo ella en un jadeo -¡Eres un bruto Severus!- siseo Sara mas que molesta, mientras bajaba su varita mágica
-¡Madame Maxime! -dijo Fleur de inmediato llamando la atención de la directora de su academia, la cual le estaba dando unas palmadas en la espalda de Sara-. ¡Dicen que este niño también va a
«competig»!
Madame Maxime se había erguido completamente hasta alcanzar toda su considerable altura. La parte superior de la cabeza rozó en la araña llena de velas, y el pecho gigantesco, cubierto de satén negro, pareció inflarse.
-¿Qué significa todo esto, «Dumbledog»? -preguntó imperiosamente.
-Es lo mismo que quisiera saber yo, Dumbledore -dijo el profesor Karkarov. Mostraba una tensa sonrisa, y sus azules ojos parecían pedazos de hielo-. ¿Dos campeones de Hogwarts? No recuerdo que nadie me explicara que el colegio anfitrión tuviera derecho a dos campeones. ¿O es que no he leído las normas con el suficiente cuidado?
Soltó una risa breve y desagradable.
-C'est impossible! «Es imposible»- exclamó Madame Maxime, apoyando su enorme mano llena de soberbias cuentas de ópalo sobre el hombro de Fleur- «Hogwag» no puede «teneg» dos campeones. Es absolutamente injusto.
-Creíamos que tu raya de edad rechazaría a los aspirantes más jóvenes, Dumbledore -añadió Karkarov, sin perder su sonrisa, aunque tenía los ojos más fríos que nunca-. De no ser así, habríamos traído una más amplia selección de candidatos de nuestros colegios.
-No, la raya de edad de Dumbledore es la más precisa ni Alastor la pudo desvanecer ni inmutar- dijo Sara después de que recupero la calma
-No es culpa de nadie más que de Potter, Karkarov -intervino Snape con voz melosa. La malicia daba un brillo especial a sus negros ojos
-Ahora no hay culpables pero hace dos minutos...que usted tenga un problema con un adolescente
no significa que este sea culpable incluso de que llueva - dijo Sara con voz sarcástica
-No hay que culpar a Dumbledore- la ignoro Snape- del empeño de Potter y de la señorita en quebrantar las normas. Desde que llegó aquí no ha hecho otra cosa que traspasar límites...
-Gracias, Severus -dijo con firmeza Dumbledore, y Snape se calló, aunque sus ojos siguieron lanzando destellos malévolos entre la cortina de grasiento pelo negro.
El profesor Dumbledore miró a Harry, y éste le devolvió la mirada, intentando descifrar la expresión de los ojos tras las gafas de media luna.
-¿Echaste tu nombre en el cáliz de fuego, Harry? -le preguntó
Dumbledore con tono calmado.
-No -contestó Harry, muy consciente de que todos lo observaban con gran atención. Semioculto en la sombra, Snape profirió una suave exclamación de incredulidad.
-¿Le pediste a algún alumno mayor que echara tu nombre en el cáliz de fuego? -inquirió el director, sin hacer caso a Snape.
-No -respondió Harry con vehemencia.
-¡Ah, «pog» supuesto está mintiendo! -gritó Madame Maxime.
Snape agitaba la cabeza de un lado a otro, con un rictus en los labios.
-Él no pudo cruzar la raya de edad -dijo severamente la profesora McGonagall-. Supongo que todos estamos de acuerdo en ese punto...
-«Dumbledog» pudo «habeg» cometido algún «egog» -replicó Madame Maxime, encogiéndose de hombros.
-Por supuesto, eso es posible -admitió Dumbledore por cortesía.
-¡Sabes
perfectamente que no has cometido error alguno, Dumbledore! -repuso Sara airada -. ¡Por Dios, qué absurdo! ¡Harry no pudo traspasar por sí mismo la raya! Y, puesto que el profesor Dumbledore está seguro de que Harry no convenció a ningún alumno mayor para que lo hiciera por él, mi parecer es que eso debería bastarnos a los demás.
Y le dirigió al profesor Snape una mirada encolerizada.
-Señor Crouch... señor Bagman -dijo Karkarov, de nuevo con voz afectada-, ustedes son nuestros jueces imparciales. Supongo que estarán de acuerdo en que esto es completamente irregular.
Bagman se pasó un pañuelo por la cara, redonda e infantil, y miró al señor Crouch, que estaba fuera del círculo iluminado por el fuego de la chimenea y tenía el rostro medio oculto en la sombra. Su aspecto era vagamente misterioso, y la semioscuridad lo hacía parecer mucho más viejo, dándole una apariencia casi de calavera. Pero, al hablar, su voz fue tan cortante como siempre:
-Hay que seguir las reglas, y las reglas establecen claramente que aquellas personas cuyos nombres salgan del cáliz de fuego estarán obligadas a competir en el Torneo.
-Bien, Barty conoce el reglamento de cabo a rabo -dijo Bagman, sonriendo y volviéndose hacia Karkarov y Madame Maxime, como si el asunto estuviera cerrado.
-Insisto en que se vuelva a proponer a consideración el nombre del resto de mis alumnos -dijo Karkarov. La sonrisa y el tono afectado habían desaparecido. De hecho, la expresión de su rostro no
era nada agradable-. Vuelve a sacar el cáliz de fuego, y continuaremos añadiendo nombres hasta que cada colegio cuente con dos campeones. No pido más que lo justo, Dumbledore.
-Pero, Karkarov, no es así como funciona el cáliz de fuego -objetó Bagman-. El cáliz acaba de apagarse y no volverá a arder hasta el comienzo del próximo Torneo.
-¡En el que, desde luego, Durmstrang no participará! -estalló Karkarov-. ¡Después de todos nuestros encuentros, negociaciones y compromisos, no esperaba que ocurriera algo de esta naturaleza! ¡Estoy tentado de irme ahora mismo!
-Ésa es una falsa amenaza, Karkarov- aspecto Sara con voz incrédula, junto a la puerta-. Ahora no puedes retirar a tu campeón. Está obligado a competir. Como dijo Dumbledore, ha firmado un contrato mágico vinculante. Te conviene, ¿eh?
Pero en ese momento Moody acababa de entrar en la sala. Se acercó al fuego cojeando, y, a cada paso que daba, retumbaba la pata de palo.
-¿Que si me conviene? -repitió Karkarov-. Me temo que no te comprendo, Señorita.
A Sara le pareció que Karkarov intentaba adoptar un tono de desdén, como si ni siquiera mereciera la pena escuchar lo que ella decía, pero las manos traicionaban sus sentimientos. Estaban apretadas en sendos puños.
-¿No la entiendes? -intervino Moody en voz baja-. Pues es muy sencillo, que se le suelte la lengua; sabias que ella sabe algunos pequeños secretos, Karkarov, es una dama de gran inteligencia, demasiada
para el gusto de cualquier criminal. Tan sencillo como que alguien eche el nombre de Potter en ese cáliz sabiendo que si sale se verá forzado a participar.
Así Karkarov se puso muy blanco y Sara le dedico una sonrisa amenazante no solo a él sino también a Snape quien también adopto una cara de espanto
-¡Evidentemente, alguien tenía mucho empeño en que «Hogwag tuviega» el doble de «opogiunidades»! -declaró Madame Maxime.
-Estoy completamente de acuerdo, Madame Máxime -asintió Karkarov, haciendo ante ella una leve reverencia-. Voy a presentar mi queja ante el Ministerio de Magia y la Confederación Internacional de Magos...
-Si alguien tiene motivos para quejarse es Potter -gruñó Moody-, y, sin embargo, es curioso... No le oigo decir ni medio...
-¿Y «pog» qué «tendgía» que «quejagse»? -estalló Fleur Delacour, dando una patada en el suelo-. Va a «podeg pagticipag», ¿no? ¡Todos hemos soñado «dugante» semanas y semanas con «seg» elegidos! Mil galeones en metálico... ¡es una «opogtunidad pog» la que muchos «moguiguían»!
-Tal vez alguien espera que Potter muera por ella -replicó Moody, con un levísimo matiz de exasperación en la voz.
A estas palabras les siguió un silencio extremadamente tenso. Ludo Bagman, que parecía muy nervioso, se alzaba sobre las puntas de los pies y volvía apoyarse sobre las plantas.
-Pero hombre, Moody... ¡vaya cosas dices! -protestó.
-Como todo el mundo sabe, el profesor Moody da la mañana por perdida si no ha descubierto antes de la comida media docena de
intentos de asesinato -dijo en voz alta Karkarov-. Por lo que parece, ahora les está enseñando a sus alumnos a hacer lo mismo. Una rara cualidad en un profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, Dumbledore, pero no dudo que tenías tus motivos para contratarlo.
-Conque imagino cosas, ¿eh? -gruñó Moody-. Conque veo cosas, ¿eh? Fue una bruja o un mago competente el que echó el nombre del muchacho en el cáliz.
-¡Ah!, ¿qué prueba hay de eso? -preguntó Madame Maxime, alzando sus enormes manos.
-¡Que consiguió engañar a un objeto mágico extraordinario! -replicó Moody
- Para hacerle olvidar al cáliz de fuego que sólo compiten tres colegios tuvo que usarse un encantamiento confundidor excepcionalmente fuerte...- comenzó Sara- Porque creo estar en lo cierto al suponer que propuso el nombre de Potter como representante de un cuarto colegio, para asegurarse de que era el único en su grupo...
-Parece que has pensado mucho en ello, Sara -apuntó Karkarov con frialdad-, y la verdad es que te ha quedado una teoría muy ingeniosa...Pero poco verídica viniendo de una adolescente. Así que nos disculparás si no tomamos demasiado en serio lo que digan tú y Moody ...
Y esas palabras bastaron para que Sara se calentara y tuviera ganas de romperle la cara a cualquiera que la cuestionara
-Hay gente que puede aprovecharse de las situaciones más inocentes - contestó Sara con voz amenazante, caminando hacia Karkarov- poder engañar los sentidos no es un trabajo tan difícil, solo basta buscar el punto débil y explotarlo al máximo...además no le conviene
meterse conmigo, me interesa un bledo quien sea; se Karate, Kung-fu, yudo, tae kwon do, jujitsu y...otras veintiocho palabras peligrosas
-Mi trabajo en las últimas semanas consistió en verificar que el cáliz de fuego no se pudiera burlar, lo cual consiste en pensar cómo obran los magos tenebrosos, Karkarov, como deberías recordar.- dijo Moody- Además hablar con Sara me ha dejado algo de qué hablar y sobre todo de Snape y tu
-¡Sara! -dijo Dumbledore en tono de advertencia.
Ella se calló, aunque siguió mirando con satisfacción a Karkarov y Snape, que tenía el rostro encendido de cólera.
-No sabemos cómo se ha originado esta situación -continuó Dumbledore dirigiéndose a todos los reunidos en la sala-. Pero me parece que no nos queda más remedio que aceptar las cosas tal como están. Tanto Cedric como Harry han sido seleccionados para competir en el Torneo. Y eso es lo que tendrán que hacer.
-Ah, «pego, Dumbledog»...
-Mi querida Madame Maxime, si se le ha ocurrido a usted una alternativa, estaré encantado de escucharla.
Dumbledore aguardó, pero Madame Maxime no dijo nada; se limitó a mirarlo duramente. Y no era la única: Snape parecía furioso, Karkarov estaba lívido y Sara por demás estaba más que enojada. Bagman, en cambio, parecía bastante entusiasmado.
-Bueno, ¿nos ponemos a ello, entonces? -dijo frotándose las manos y sonriendo a todo el mundo-. Tenemos que darles las instrucciones a nuestros campeones, ¿no? Barty, ¿quieres hacer el honor?
El señor Crouch pareció salir de un profundo ensueño.
-Sí -respondió-, las instrucciones. Sí... la primera prueba...
-La primera prueba está pensada para medir su coraje -les explicó a Harry, Cedric, Fleur y Krum-, así que no les vamos a decir en qué consiste. El coraje para afrontar lo desconocido es una cualidad muy importante en un mago, muy importante...
»La primera prueba se llevará a cabo el veinticuatro de noviembre, ante los demás estudiantes y el tribunal.
»A los campeones no les está permitido solicitar ni aceptar ayuda de ningún tipo por parte de sus profesores para llevar a cabo las pruebas del Torneo. Harán frente al primero de los retos armados sólo con su varita. Cuando la primera prueba haya dado fin, recibirán información sobre la segunda. Debido a que el Torneo exige una gran dedicación a los campeones, éstos quedarán exentos de los exámenes de fin de año.
El señor Crouch se volvió hacia Dumbledore.
-Eso es todo, ¿no, Albus?
-Creo que sí -respondió Dumbledore, que observaba al señor Crouch con algo de preocupación
-¿Estás seguro de que no quieres pasar la noche en Hogwarts, Barty?- dijo Sara que por fin había dejado de estar enojada
-No, querida, tengo que volver al Ministerio-contestó el señor Crouch-. Es un momento muy difícil, tenemos mucho trabajo. He dejado a cargo al joven Weatherby... Es muy entusiasta; a decir verdad, quizá sea demasiado entusiasta...
-Al menos
tomarás algo de beber antes de irte... -insistió Dumbledore.
-Vamos, Barty. ¡Yo me voy a quedar! -dijo Bagman muy animado-. Ahora es en Hogwarts donde ocurren las cosas, ya lo sabes. ¡Es mucho más emocionante que la oficina!
-Creo que no, Ludo -contestó Crouch, con algo de su sempiterna impaciencia.
-Profesor Karkarov, Madame Máxime, ¿una bebida antes de que nos retiremos a descansar? -ofreció Dumbledore.
Pero Madame Maxime ya le había pasado a Fleur un brazo por los hombros y la sacaba rápidamente de la sala. Sara las oyó hablar muy rápido en francés al salir al Gran Comedor. Karkarov le hizo a Krum una seña, y ellos también salieron, aunque en silencio.
-Harry, Cedric, les recomiendo que suban a los dormitorios -les dijo Sara, sonriéndoles-. Estoy segura de que las casas de Hufflepuff y Gryffindor les aguardan para celebrarlo con ustedes, y no estaría bien privarlas de esta excelente excusa para armar una fiesta.
Harry miró a Cedric, que asintió con la cabeza, y salieron juntos. Y al salir solo quedaban Minerva, Snape y Sara. Así Minerva se decidió retirar y cuando Snape estuvo a punto de irse por la pequeña puerta, antes de que el abriera completamente la puerta ella la cerro con una mano.
-Por qué demonios sospecho de mí- exclamo Sara mirándolo a los ojos
-No es de su incumbencia
-Claro que si, así como debe de ser de su interés lo que yo se dé usted.
-Claro que lo es pero...Acompáñeme -fue lo único que dijo Severus antes de jalarla por la mano hacia los jardines.
Sara miraba sus manos unidas, se sentía tan natural... tan normal, no estaba preparada para eso... ellos salieron rápidamente de aquella sala hacia el Gran Comedor el cual se hallaba desierto. Las velas, casi consumidas ya, conferían a las dentadas sonrisas de las calabazas un aspecto misterioso y titilante. Al igual que la espesa bruma en los jardines del castillo.
Llegaron a una parte que Sara no conocía de los jardines, era como un laberinto al fondo del lago negro, no se veía desde el castillo. Severus no habia soltado su mano y ella tampoco hacia mucho esfuerzo por alejarse.
-He de suponer que esta así por los rumores que corren entre los profesores, sobre mi- dijo Severus mientras se adentraban en el jardín.
Sara bufo
-¿Los escucho usted también? -preguntó incomoda.
-Desde luego-Sara se sonrojo furiosamente al escucharlo.
- Yo se que no es verdad-dijo bajito, con la mirada gacha.
-No dije que lo fuese-respondió Snape deteniéndose de pronto, haciendo que ella se detuviese también.
-Se dice muchas cosas en este castillo-dijo Sara atreviéndose a mirarle a los ojos por primera vez desde que salieron del castillo- que por supuesto no son ciertas, yo no me confió en rumores, sino en verdades, como las que dicen aquellas personas que saben la magnitud de la verdad
-Así que de donde pudo confiarse de esa verdad
-Contrario a lo que pensaría, yo no
invento las cosas solo porque si, las respuestas están en Dumbledore, Moody y el ministerio...
-Supongo fuentes importantes, pero aun así hay verdades que no se saben de personas ajenas
-Es usted todo un jodido poeta, Severus
-Y aun me preguntó como es que Dumbledore le permitió trabajar, solo espero que no utilice ese vocabulario en clase.
-Es lo mismo que yo me pregunto, como es que estoy aquí
El la miro sorprendido y ella sonrió un poco
-Si, a pesar de que lo dude, yo nunca me imagine, estando en un trabajo normal, comportandome deacuerdo a lo que se espera, ni mucho menos encerrada entre muros y sin nada importante que hacer, como un robo, un asesinato, o investigando un cadáver...la verdad me afecta mucho la monotonía, es tan aburrido
-Entonces no deje que le afecte y compórtese como la insolente que es-respondió él con tranquilidad.
Ella se sonrojo furiosamente y ladeó el rostro divertida.
-No lo creía tan blando Snape-se burló mordiéndose la lengua.
El también hizo una mueca de diversión.
-No haga que le mande un Crucio por su idiotez , por cierto...-dijo haciendo que ella voltease a verle- Esta usted retrasada en la preparación de las pociones y sin mencionarle que toda la semana, la veo en mi despacho después de cenar-siseo antes de irse.
Sara maldijo, Jodido hombre, no vas a ganarme en mi propio juego.
Salió corriendo detrás de él.
-¡Entonces eso es una cita!- grito ella
-¡No!- dijo el alejándose de ella
Pero ella lo tomo del brazo, pero al querer alcanzarlo se resbalo y tiro de la capa de el, dejándolos en el piso. Ella sobre el. Saraa sonrió al momento que hacia una mueca de dolor.
-Creo que lo tire- hablo ella
-No me diga- ironizó intentando controlarse.
-Así que después de la cena es la cita Severus- susurro inocentemente.
- ¡No sea descara...! -Severus no pudo terminar la oración, Sara le había dado un beso en la comisura de los labios haciéndolo temblar de pies a cabeza antes de irse corriendo dejándolo ahí tirado
-Me las vas a pagar niñita... -suspiro con una ridícula mueca mientras se tocaba la mejilla.
Oh sí que lo haría. Pensó antes de irse corriendo, dejando únicamente el gran laberinto como testigo del beso que le robaron a Severus Snape.
-¡¿Una serpiente?!- le grito el a lo lejos suponía que ella no lo habría escuchado, pero no era cierto
-¡Metamorfaga!- le grito Sara antes de perderse en la espesa bruma.
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"Primera clase, primer embrollo"
"Primera clase, primer embrollo"
Canción :Part of me- Katie Perry
Al despertar el Lunes por la mañana, Sara maldijo unas cien veces antes de poner un pie fuera de la cama, el despertador la había levantado mas temprano de lo habitual, pues de seguro, su hechizo del día anterior fallo, se giro hacia el otro lado de la cama, tocandose la cabeza, por la inminente migraña que tenía. A ella le costó un rato recordar porqué se sentía tan mal. Luego, el recuerdo de la noche anterior estuvo dándole vueltas en la cabeza, provocándole un mareo y náuseas. Se incorporó a la cama, sentándose, y apartando las cortinas de su cama con doncel.
Ella se vistió con un vestido amarillo canario y zapatos bajos para su nuevo empleo; él cuál, iniciaría después del desayuno, así que tenía tiempo
de sobra. Bajó por la escalera de caracol que dirigían al Gran comedor; casi todo fue un gran murmullo pues la mayoría hablaban de lo ocurrido la noche anterior y era inevitable que a la mitad de sus alimentos pensara en lo ocurrido.
Después de pasados quince minutos, Harry apareció en el umbral de la gran puerta, los que ya habían vuelto del desayuno prorrumpieron en aplausos.
-Creo que es demasiado abrumador para una persona, que haya pasado todo esto- Comenzó Minerva, abriendo una conversación.
-Yo creo, que lo que nos debería de preocupar no es lo abrumador que debe de ser la fama para el señor Potter, deberíamos de interesarnos por como burlo el cáliz Minerva y como jefa de tu casa deberías investigarlo- Puntualizó Snape.
-De verdad usted nunca deja de fastidiar -Comento Sara, tomando unas tostadas envueltas en una servilleta.
-¿Que te propones hacer? -Pregunto Minerva
-Saludar a Harry -Contesto ella.
Sin más Sara bajo de la mesa de los profesores y fue a la mesa de Griffindor, rescatando a Harry de protestas
por oarte de los alumnos, combinados de felicitaciones de estos.
-Hola -Saludó ella, abriendo paso entre la multitud -¿Podemos dar un paseo?.
Y Harry asintió con la cabeza, pues ella era su salvación de ese embrollo.
Así, ambos salieron del comedor por la puerta principal, junto con los insistentes comentarios tras ellos.
-Lamento no haberte dejado desayunar... pero...- Se encogió de hombros.
-No se preocupe maestra -Comento el chico aliviado- De hecho es muy difícil tener a la gente sobre mi.
-Sí, supongo... te he traído esto...- Dijo sacando una de las tostadas, entregándole una al chico- es para que no te desmayes mientras caminamos.
-Buena idea -Le contestó Harry agradecido.
Bajaron la escalera, cruzaron aprisa el vestíbulo sin desviar la mirada hacia el Gran Comedor y pronto recorrían a zancadas la explanada en dirección al lago, donde estaba anclado el barco de Durmstrang, que se reflejaba en la superficie como una mancha oscura. Era una mañana fresca, y no dejaron de moverse, masticando las
tostadas, mientras Harry le contaba a Sara qué era exactamente lo que había ocurrido después de abandonar la noche anterior la mesa de Gryffindor. Que para alivio suyo, Sara aceptó su versión sin un asomo de duda.
-Bueno, estaba segura de que tú no te habías propuesto -declaró cuando él terminó de relatar lo sucedido en la sala- ¡Si hubieras visto la cara que pusiste cuando yo leí tu nombre tu nombre! Pero la pregunta es: ¿quién lo hizo? Porque Moody tiene razón, Harry: no creo que ningún estudiante pudiera hacerlo... Ninguno sería capaz de burlar el cáliz de fuego, ni de traspasar la raya de edad
-Sí, supongo que debió de ser alguien más
-Es la única teoría algo concreta
-Profesora...
-Llámame Sara, profesora me hace sentir muy vieja
-Gracias...cambiando de tema cuando empezara a dar clases
-Hoy
-Con el profesor Snape
-Lamentablemente... pero la buena noticia es que salvare a algunos chicos que les de clases
-¿A si?
-Por supuesto... me dieron a todos los grupos desde quinto hasta primero
-Maravilloso- exclamo Harry con felicidad- perdón Sara pero es que...
-Si ya, es el profesor Snape es un insufrible, petulante, engreído, que...
Entonces Sara se detuvo, en seco, porque habían tocado las campanas de las clases; sin más se despidieron y alumno y maestra regresaron a sus clases.
*°•*°•*°•
Ella
corría por los pasillos, pues se había retrasado por que Peeves no la dejo de molestar, reviso apresurada su reloj 1:30.
-Maldita sea, llego 15 minutos tarde
Después, de correr todo el castillo y de incluso quitarse los zapatos, llego a la puerta de la mazmorra de Snape, jadeando y con el corazón a punto de salirse. Toco la puerta la cual estaba abierta y se detuvo ahí, con una mano en el pecho.
-Ya llegue, ya llegue- dijo Sara mientras corría a toda prisa al frente de la clase - Hoy...veremos...- y se tropezó a la mitad del camino a su escritorio, provocando algunas risas por parte de sus alumnos-...veremos, como se entra a una clase con estilo.
-Llega tarde- contesto el murciélago desde su escritorio
-Si buenos días Severus... hola... gracias por preguntar, estoy bien...como esta tu mañana
-Y acaso eso me interesa- dijo Snape
-Es usted un auténtico imbécil, ¿lo sabe? -preguntó ella mostrando una sonrisa picara.
-Y usted una niña caprichosa-dijo molesto.
-Tâche- le dijo mientras caminaba entre los alumnos.
Ella noto que las mazmorras estaban divididas en dos, un lado para ella y uno para Snape
- Vaya este lugar dice muerte mezclado con me interesa un bledo reorganizar esto...fantástico Severus, gran decoración, estilo murciélago
» Bueno... como veo que tienen un gran entusiasmo- miró la clase, la cual tenía cara de fastidio- creo que su entusiasmo esta por dentro... am...- Sara seguía un poco abrumada, pero eso no la
iba a detener
»Esta bien, siguiendo el protocolo...buenos días clase me llamo, - escribió su nombre en la pizarra, con una preciosa caligrafía.- Sara Dumbledore y en mi clase a diferencia de las del murciélago, por cada participación se ganaran aunque sea un punto- señalo a una chica de primero de Slytherin- señorita Buttler, verdad
-Si- dijo la chica un poco asustada
-¿Que es el Acónito?
-Creo...era para el filtro de amor, eso creo... no, perdone sus flores son útiles en la elaboración de pociones, pero sus hojas son muy tóxicas.
Entonces una chica de Griffindor levanto la mano
-Si
-Acónito, también conocida como luparia o acónitum, es una planta con propiedades mágicas. Actualmente sólo se puede encontrar en lugares salvajes.
-Perfecto, 5 puntos Slytherin y 10 para Griffindor . Bueno siguiendo el tema esta planta es más conocida como un ingrediente de la Poción de Matalobos. También es utilizada en la preparación de Poción de Ojos Abiertos o de Despertares
Su clase con los de primero fue mejor de lo que pudo imaginar.
-Profesora- dijo un chico de Griffindor- no va a dejar tarea
Ahsss gritaron todos a unísono
-No- dijo Sara divertida- yo no dejo tarea, para mí la tarea es un castigo... bueno ya pueden salir
Todos los alumnos del lado de Sara salieron felices, y del lado del profesor... simplemente salieron.
-Al parecer sabe cómo dar una clase- dijo Snape, mientras Sara, recogia un poco
su escritorio
-Pues usted... (No digas nada que pueda avergonzarte) también sabe dar una clase- y al terminar ella le dio una sonrisa de agradecimiento
-Con que soy un murciélago
-Es que...
Pero de un momento a otro se vio un destello en el corredor, y ambos maestros salieron al corredor, pero se encontraron con dos chicos en medio de un duelo.
-¡Furnunculus! -gritó Harry.
-¡Densaugeo! -gritó Malfoy.
De las varitas salieron unos chorros de luz, que chocaron en el aire y rebotaron en ángulo. El conjuro de Harry le dio a Goyle en la cara, y el de Malfoy a Hermione. Goyle chilló y se llevó las manos a la nariz, donde le brotaban en aquel momento unos forúnculos grandes y feos. Hermione se tapaba la boca con gemidos de pavor.
-¡Hermione! -Sara se acercó a ella apresuradamente, para ver qué le pasaba.
No fue una visión agradable. Los dos incisivos superiores de Hermione, que ya de por si eran más grandes de lo normal, crecían a una velocidad alarmante. Se parecía más y más a un castor conforme los dientes alargados pasaban el labio inferior hacia la barbilla. Los notó allí, horrorizada, y lanzó un grito de terror.
-¿A qué viene todo este ruido? -dijo una voz baja y apagada. Acababa de llegar Snape.
Los de Slytherin se explicaban a gritos. Snape apuntó a Malfoy con un largo dedo amarillo y le dijo:
-Explícalo tú.
-Potter me atacó, señor...
-¡No se atacaron el uno al otro al mismo tiempo!- gritó Sara mientras le ayudaba a parar a la pobre chica.
-... y le dio a Goyle. Mire...- dijo Malfoy
Snape examinó a Goyle, cuya cara no hubiera estado fuera de lugar en un libro de setas venenosas.
-Ve a la enfermería, Goyle -indicó Snape con calma.
-¡Malfoy le dio a Hermione! -dijo Ron-. ¡Mire!
Obligó a Hermione a que le enseñara los dientes a Snape, porque ella hacía todo lo posible para taparlos con las manos, cosa bastante difícil dado que ya le pasaban del cuello de la camisa. Pansy Parkinson y las otras chicas de Slytherin se reían en silencio con grandes aspavientos, y señalaban a Hermione desde detrás de la espalda de Snape.
Snape miró a Hermione fríamente y luego dijo:
-No veo ninguna diferencia.
-Que no ve... es usted un...
-Ella se lo busco- respondió Snape cabreado
-¡Por el amor de Merlín! que acaso es tan elitista
-Y usted no lo es
-Hermione ve a la enfermería, voy en quince minutos
Hermione profirió un gemido y se le empañaron los ojos. Dando media vuelta, echó a correr por el corredor hasta perderse de vista.
-Pero le aseguro que no sería capaz de ver que su casa está compuesta por revoltosos- dijo Sara
-Mi casa, no tiene culpa de que el director tuviera la necesidad de contratar a cualquiera que se encontrara y sobre todo a una niña estúpida
-Retráctese- dijo Sara desafiante, mientras sacaba su varita mágica
Todos los alumnos que se encontraban ahí se quedaron tan impactados como Sara; pero ella solo se limitó a apuntarle
a Snape, a lo que el respondió sacando la suya.
-Por favor retire lo dicho
-Por que debería de hacerlo
Primero Sara soltó un hechizo de su varita que lamentablemente Snape esquivo y de un minuto a otro, ambos estaban en un duelo, en el cual ninguno tenía posibilidades; pero ocurrió algo inesperado, ambas varitas provocaron un sonido ensordecedor, obligando a todos taparse, los oídos, lo que provocó que los dos profesores, recogieran sus varitas, Sara aun impactada miraba con extrañeza su varita.
-Muy bien -declaró Snape con su voz más suave-. Cincuenta puntos menos para Gryffindor, y Weasley y Potter se quedarán castigados. Ahora esfúmense, o tendrán que quedarse castigados una semana entera.
A Sara le zumbaban los oídos. Era tal la injusticia cometida por Severus Snape que aun sentía el impulso de cortarlo en mil pedazos. Pasó por delante de él, se dirigió a la enfermería. Todo trascurrio bien la enfermera logro reducir el tamaño de los dientes de Hermione. Aun recordaba que había pasado, pero era tan raro.
Regreso para dar su clase a las Mazmorras, pero como a mitad de clase llamaron a la puerta de la mazmorra, y Sara despertó de sus ensoñaciones.
Era Colin Creevey. Entró en el aula, sonrió a Harry y fue hacia la mesa de Snape.
-¿Sí? -preguntó éste escuetamente.
-Disculpe, señor. Tengo que llevar a Harry Potter arriba.
Snape apuntó su ganchuda nariz hacia Colin y clavó los ojos en él.
La sonrisa de Colin desapareció.
-A Potter le queda otra hora de Pociones -contestó Snape con frialdad-. Subirá cuando la clase haya acabado.
Colin se ruborizó.
-Señor..., el señor Bagman quiere que vaya -dijo muy nervioso-.Tienen que ir todos los campeones y usted... al igual que la profesora Dumbledore. Creo que les quieren hacer unas fotos...
Sara hubiera dado cualquier cosa por que Colin no hubiera dicho las últimas palabras.
-Muy bien, muy bien -replicó Snape con brusquedad-. Potter, deje aquí sus cosas. Quiero que vuelva luego para probar el antídoto. Y los demás, terminan y dejan sus frascos en mi mesa.
-Disculpe, señor. Tiene que llevarse sus cosas -dijo Colin-. Todos los campeones...
-¡Muy bien! -lo cortó Snape-. ¡Potter, agarre su mochila y salga de mi vista!... señor Creevey, dígale a Bagman que voy en un minuto
Así Sara también dejo instrucciones a su clase y salio junto con Harry, se levantó y se dirigió a la puerta. Al pasar por entre los pupitres de los de Slytherin, vio la inscripción «POTTER APESTA» brillando por todos lados.
-Es alucinante, ¿no, Harry? -comentó Colin a Harry en cuanto Sara cerró tras ella la puerta de la mazmorra- ¿No te parece? ¿Tú, campeón?
-Sí, realmente alucinante -repuso Harry con pesadumbre, encaminándose hacia la escalinata del vestíbulo-. ¿Para qué quieren las fotos, Colin?
-Para El Profeta- dijo Sara mientras caminaban
-Genial -dijo Harry con tristeza-. Justo lo que necesito. Más publicidad.
Eran los únicos que estaban fuera de las aulas de clase, pues todos los demás estaban en sus actividades cotidianas dentro de los salones de clase
-¡Buena suerte! -le deseó Colin cuando llegaron y se fue.
-Odias esto verdad- dijo Sara con cierta compasión
-Si, por eso perdí a mi mejor amigo y todos me odian
-Ya se les pasara...sabes yo no te odio, pero claro viniendo de una profesora, que te puede importar...
-No, de hecho es bueno saber, que aunque sea una persona no cree que estoy tratando de llamar la atención.
Sara asintió y llamó a la puerta.
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Bueno, quiero aclarar algo, cuando Sara le grito a Snape animaga era metamorfaga, entendido....Ok...¡METAMORFAGA!...no animaga (error mio).
Gracias por leer, cada vez, son más leídos...si, yupi.
Pero me gustaría que hubiera mas votaciones y comentarios.
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"Los juramentos de nadie"
"Los juramentos de nadie"
Canción: Stay With Me- Sam Smit
Era un aula bastante pequeña a la que entro ella. Habían retirado hacia el fondo la mayoría de los pupitres para dejar un amplio espacio en el medio, pero habían juntado tres de ellos delante de la pizarra, y los habían cubierto con terciopelo. Detrás de los pupitres habían colocado cinco sillas, y Ludo Bagman se hallaba sentado en una de ellas hablando con una bruja a quien Sara no conocía, que llevaba una túnica de color fucsia.
Como de costumbre, Viktor Krum estaba de pie en un rincón, sin hablar con nadie. Cedric y Fleur conversaban. Fleur parecía mucho más contenta de lo que la había visto Sara hasta el momento, y repetía su habitual gesto de sacudir la cabeza para que la luz arrancara reflejos a su largo pelo plateado. Un hombre barrigudo con una enorme cámara de fotos negra que echaba un poco de humo observaba a Fleur por el rabillo del ojo. Bagman vio de pronto Sara, se levantó rápidamente y avanzó como a saltos.
-¡Ah, aquí está! ¡El campeón número cuatro! Entra, Harry, entra, gracias Sara por traerlo... No hay de qué preocuparse: no es más que la ceremonia de comprobación de la varita. Los demás miembros del tribunal llegarán enseguida...
-¿Comprobación de la varita? -pregunto Sara
-Tenemos que comprobar si sus varitas se hallan en perfectas condiciones, que les asegure que no habrá ningún problema. Como saben, es
la herramienta más importante con la que van a contar en las pruebas que tienen por delante-explicó Bagman- El experto estará arriba en algunos momentos, con Dumbledore. Luego habrá una pequeña sesión fotográfica. Esta es Rita Skeeter -añadió, señalando con un gesto a la bruja de la túnica de color fucsia-. Va a escribir para El Profeta un pequeño artículo sobre el Torneo.
-A lo mejor no tan pequeño, Ludo -apuntó Rita Skeeter mirando a Sara.
Tenía peinado el cabello en unos rizos muy elaborados y curiosamente rígidos que ofrecían un extraño contraste con su rostro de fuertes mandíbulas; llevaba unas gafas adornadas con piedras preciosas, y los gruesos dedos -que agarraban un bolso de piel de cocodrilo- terminaban en unas uñas de varios centímetros de longitud, pintadas de carmesí.
-Me pregunto si podría hablar un ratito con Harry antes de que empiece la ceremonia -le dijo Skeeter a Bagman sin apartar los ojos de Sara-El más joven de los campeones, ya sabes... Por darle un poco de gracia a la cosa.
-¡Por supuesto! -aceptó Bagman-. Es decir, si Harry no tiene inconveniente...
-Eh... -vaciló Sara- yo no creo que sea relevante
-Divinamente que si -exclamó Rita Skeeter.
Sin perder un instante, sus dedos como garras tomaron a Harry por el brazo con sorprendente fuerza, lo volvieron a sacar del aula y abrieron una puerta cercana.
-Ludo, para que me necesitabas-
dijo Sara
-Oh. Cierto, es que en vista, del torneo necesitamos una buena dotación de...¡Dumbledore! -Exclamó Ludo Bagman-¿Cómo estás?
Bagman, había cortado su explicación, saludó, levantándose y tendiéndole a Dumbledore pues el y Snape habían hecho acto de presencia en tan concurrido lugar «¿Y ahora que planea Dumbledore?» pensó Sara mientras observaba al director junto a Severus sin atreverse a mirarlo, de pronto había sentido ¿vergüenza?, sabía que tenía que dejar de sentir atracción por él «¿Cómo demonios puede gustarte un hombre así, Sara Dumbledore?» se reprendió a si misma tratando de convencerse de que tenía malos gustos. Porque aun tenia fresco el recuerdo de hacia unos minutos.
Severus intuyendo lo que Dumbledore les iba a informar y rogando muy interiormente que hubiera cambiado de idea, le pregunto al director:
-¿Para qué nos trajiste aquí Albus?, si no mal recuerdo a nosotros no nos concierne el concurso
-Severus, como te dije cuando veníamos hacia aca, Sara noblemente se dará a la tarea de preparar pociones para Poppy, como debes de estar enterado las pociones de la enfermería son algo antiguas e inservibles así, ya que tu eres pocionista, me encantaría que los dos trabajaran conjuntamente para abastecer la enfermería y ¿Por qué no? Podrían enseñarse técnicas de preparación.
Sara que hasta hace unos momentos había creído que su suerte no podía ser más mala al tener que encontrarse a Severus en los pasillos del colegio, sabiendo que el era una de las personas que
se estaba ganando un lugar en su lista negra se sintió explotar de exasperación cuando el director sugirió aquello '¿Trabajar juntos? ¿Trabajar con ese hombre? Esto sí que iba a resultar muy mal, que acaso al director no se le había cruzado la noticia de la riña de hacia un tiempo...apenas había logrado no querer matar a ese hombre, como todavía estar horas extras; ahora pensaba ella rápidamente tratando de encontrar una excusa para librarse de la inminente tortura pero no encontraba nada válido que decir.
-Como ya te había dicho hacia un momento, no necesito la ayuda de nadie -dijo Severus tratando de no perder la calma.
-Sí que la necesitas mi querido muchacho, tienes mucho a tu cargo y una ayuda no te caerá mal, Sara se encargará cada tarde noche de hacer un inventario de los ingredientes y de las pociones, ayudarte a prepararlas si así se requiere y subirlas a la enfermería. ¿Tienes algún problema con esto Sara?
Ella miró primero al director y luego a Severus quien se veía a punto de explotar del enojo, no podía negarse, sentía que no estaba en condiciones de hacerlo primero porque se sentía en deuda con Dumbledore por el trabajo que le había brindado y segundo porque las pociones eran su vida, su profesión y una de las cosas que más amaba hacer, por otra parte se alegró al saber que decir que estaba de acuerdo con el director haría que Severus se enojara mucho más de lo que ya estaba, dicho pensamiento la animó a responder:
-Por supuesto que no señor -dijo ella lanzándole
una mirada asesina a Severus quien no tuvo reparo en devolverla.
-Pero yo si tengo problemas con esto Albus, no quiero la ayuda de nadie, no la necesito ¿No lo entiendes? -exclamo Severus completamente enojado apretando las manos en fuertes puños.
-No se habla más del tema y ambos aguarden aquí...y si me disculpan debo de ver... donde esta Harry
-En el armario con Skeeter- finalizo Ludo
-Bueno iré a verlo
Los otros campeones ya estaban sentados en sillas cerca de la puerta, y cuando Harry salió del armario se sentó rápidamente al lado de Cedric y Sara observó la mesa cubierta de terciopelo, donde ya se encontraban reunidos cuatro de los cinco miembros del tribunal: el profesor Karkarov, Madame Maxime, el señor Crouch y Ludo Bagman. Y ella y Snape, sentados al lado de Madame Maxime. Rita Skeeter tomó asiento en un rincón. Sara vio que volvía a sacar el pergamino del bolso, lo extendía sobre la rodilla, chupaba la punta de la pluma a vuelapluma y la depositaba sobre el pergamino.
-Permitanme que les presente al señor Ollivander -dijo Dumbledore, ocupando su sitio en la mesa del tribunal y dirigiéndose a los campeones- Se encargará de comprobar sus varitas para asegurarse de que se hallan en buenas condiciones antes del Torneo.
Sara miró hacia donde señalaba Dumbledore, y dio un respingo de sorpresa al ver al anciano mago de grandes ojos claros que aguardaba en silencio al lado de la ventana. Ya conocía al señor Ollivander.
Se trataba de un fabricante de varitas mágicas al que hacía más de trece años, en el callejón Diagon, le había confeccionado una varita especial, que aún poseía.
-Mademoiselle Delacour, ¿le importaría a usted venir en primer lugar?- dijo el señor Ollivander, avanzando hacia el espacio vacío que había en medio del aula.
Fleur Delacour fue a su encuentro y le entregó su varita. Como si fuera una batuta, el anciano mago la hizo girar entre sus largos dedos, y de ella brotaron unas chispas de color oro y rosa. Luego se la acercó a los ojos y la examinó detenidamente.
-Sí -murmuró-, veinticinco centímetros... rígida... palisandro... y contiene... ¡Dios mío!...
-Un pelo de la cabeza de una veela -dijo Fleur-, una de mis abuelas.
-Lo sabia- dijo Sara en voz baja- sabia que era una veela
-Sí -confirmó el señor Ollivander-, sí. Nunca he usado pelo de veela. Me parece que da como resultado unas varitas muy temperamentales. Pero a cada uno la suya, y si ésta le viene bien a usted...
Pasó los dedos por la varita, según parecía en busca de golpes o arañazos. Luego murmuró:
-¡Orchideous! -Y de la punta de la varita brotó un ramo de flores-. Bien, muy bien, está en perfectas condiciones de uso -declaró, recogiendo las flores y ofreciéndoselas a Fleur junto con la varita- Señor Diggory, ahora usted.
Fleur se volvió a su asiento, sonriendo a Cedric cuando se cruzaron.
-¡Ah!, veamos, ésta la hice yo, ¿verdad? -dijo el señor Ollivander con mucho más entusiasmo, cuando Cedric
le entregó la suya-. Sí, la recuerdo bien. Contiene un solo pelo de la cola de un excelente ejemplar de unicornio macho. Debía de medir diecisiete palmos. Casi me clava el cuerno cuando le corté la cola. Treinta centímetros y medio... madera de fresno... agradablemente flexible. Está en muy buenas condiciones... ¿La trata usted con regularidad?
-Le di brillo anoche -repuso Cedric con una sonrisa.
El señor Ollivander hizo salir de la varita de Cedric una serie de anillos de humo plateado, se declaró satisfecho y luego dijo:
-Señor Krum, si tiene usted la bondad...
Viktor Krum se levantó y avanzó hasta el señor Ollivander desgarbadamente, con la cabeza gacha y un andar torpe. Sacó la varita y se quedó allí con el entrecejo fruncido y las manos en los bolsillos de la túnica.
-Mmm -dijo el señor Ollivander-, ésta es una manufactura Gregorovitch, si no me equivoco. Un excelente fabricante, aunque su estilo no acaba de ser lo que yo... Sin embargo...
Levantó la varita para examinarla minuciosamente, sin parar de darle vueltas ante los ojos.
-Sí... ¿Madera de carpe y fibra sensible de dragón? -le preguntó a Krum, que asintió con la cabeza- Bastante más gruesa de lo usual... bastante rígida... veintiséis centímetros... ¡Avis!
La varita de carpe produjo un estallido semejante a un disparo, y un montón de pajarillos salieron piando de la punta y se fueron por la ventana abierta hacia la pálida luz del sol.
-Bien
-dijo el viejo mago, devolviéndole la varita a Krum-. Ahora queda... el señor Potter ¡Aaaah, sí! -exclamó el señor Ollivander con ojos brillantes de entusiasmo-. Sí, sí, sí. La recuerdo perfectamente...acebo, 11' pulgadas...pluma de cola de fénix... y en buenas condiciones ¡lapiforis!
Y de una banca salio un hermoso conejo blanco.
-Gracias a todos -dijo Dumbledore, levantándose-. Ya pueden regresar a clase. O tal vez sería más práctico ir directamente a cenar, porque falta poco para que terminen...mientras tanto profesores, nosotros nos quedamos
-¡Las fotos, Dumbledore, las fotos! -gritó Bagman-. Todos los campeones y los miembros del tribunal. ¿Qué te parece, Rita?
-Eh... sí, ésas primero -dijo Rita Skeeter,- Y luego tal vez podríamos sacar unas individuales.
Las fotografías llevaron bastante tiempo. Dondequiera que se colocara, Madame Maxime le quitaba la luz a todo el mundo, y el fotógrafo no podía retroceder lo suficiente para que ella cupiera. Por último se tuvo que sentar mientras los demás se quedaban de pie a su alrededor. Karkarov se empeñaba en enroscar la perilla con el dedo para que quedara más curvada. El fotógrafo parecía querer que Fleur se pusiera delante, pero Rita Skeeter se acercó y tiró de Harry para destacarlo. Luego insistió en que se tomaran fotos individuales de los campeones, tras lo cual por fin pudieron irse.
-Albus, ya me puedo ir- dijo Sara con la esperanza de ir a cenar.
-Aun no querida
-Albus, la verdad yo no veo necesidad alguna de seguir aquí - dijo Snape
-Oh,
claro que si- dijo Dumbledore- la verdad a pesar de que ninguno de los dos son jurado, son excelentes conocedores de la magia...alternativa
-Albus dilo con todas sus letras magia negra- corrigió Sara
-Entonces podrán ayudarme a verificar el torneo.
-Sipirili. - dijo Sara
-Si no hay mas remedio- respondió Snape
-Em...- dijo Ollivander- bueno profesores, también comprobaremos sus varitas en caso de que deban de rescatar a los alumnos, Madame Maxime
Después de un exhaustiva inspección que duro toda la noche.
-Señorita...- dijo Ollivander refiriéndose a Sara- si me hace el favor
Ella le entrego la varita, algo temerosa.
-Peculiar, Sí, sí, sí. La recuerdo perfectamente, la tuve que hacer más de ciento cincuenta veces veintidós centímetros...delgada, pero rígida...de árbol de palo de rosa, aunque el color de tu varita es negro y contiene un núcleo de...nervio de corazón de dragón y escamas de basilisco... pero... ¡Dios mío!...vaya hechizo que hiciste...cual has practicado recientemente
-Bueno... yo...no lo recuerdo- dijo Sara desconcertada, haciendo un conteo mental.
-Sí, supongo- dijo Ollivander, resignado- bueno... profesor Snape
Entonces Sara, se preguntó, que era eso que acababa de suceder, pero mientras pensaba, escucho la descripción de la varita del profesor, pues tal vez así disiparía la duda de porque no le había llegado ese Crucio.
-Veintiocho centímetros, madera de pino negro y núcleo de nervio de dragón... y... que... ¡Por Merlín!...profesor Dumbledore...- saco de repente Ollivander- podrían retirarse todos
-Si... ha surgido algún inconveniente- dijo el director desconcertado
-Sí, y vaya inconveniente
Todos se retiraron del pequeño salón, dispuestos a degustar lo que restaba del banquete.
-Menos usted señor y señorita- repitió Ollivander señalando a Sara y a Snape
Ambos se quedaron igual de desconcertados que el otro; ya una vez que todos se fueron y los dejaron solos Ollivander comenzó a hablar.
-Todas las varitas son especiales... y aveces la magia que aplicamos en ella las vuelve aun mas especiales...
-Y todo esto a que nos lleva- dijo Snape enfadado
-Pues aveces se realizan juramentos lo suficientemente potentes para ser...lo que ambos hicieron y sus varitas no me dejaran mentir es un juramento inquebrantable del cual me temo no sabían.
-¡Pero es imposible!- dijo Sara saltando de la silla donde estaba- no pudo... como... es absurdo, yo no juraría nada por el.
-Pues lamento informarle que es verdad, pero no lo es todo
-De que se trata, todo esto- insistió Snape
-Pues de que más ¡Maldita sea!- aspecto Sara entre resignada e iracunda- no se ha dado cuenta, su varita y la mía tienen una conexión
-¡¿Pero qué!?
-Si profesor...- dijo Ollivander- a mí también me tomo por sorpresa... pero no es lo único hay más
-A fantástico hay mas- respondió Sara
-Si bueno... ustedes debieron de hacer un juramento inquebrantable sin que en realidad se enteraran, así que si ambos lo permitieran. Las varitas tienen un propio juicio así que esperando que las suyas lo tengan recordaran quien o como se hizo el juramento.
Ambos sin siquiera pensarlo accedieron a que Ollivander diera inicio a la exhaustiva búsqueda.
-Bueno, básicamente el hechizo que estoy por realizar hará que sus varitas regresen al momento en que ocurrió el juramento. ¡Memorare!
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Sara, Ollivander y Snape, se encontraban en una bruma espesa por la cual era imposible de ver.
Pronto aquella bruma comenzó a tomar la forma de una gran casa de color gris y ventanas blancas; a la cual se le acercaba una mujer de capa color vino y bulto en los brazos.
Aquella mujer toco insistentemente la puerta hasta que esta se abrió y pudo entrar.
Los tres sabían que debían de hacer lo mismo que la mujer de la capa, y así lo hicieron. En el interior de la casa gris había dos mujeres que era dibujadas gracias la poca luz que emitía la chimenea.
-Y porque has venido Emily - dijo la mujer de la izquierda- sabes que me encanta reunirnos pero...es sorpresivo.
-Si y lo se, pero es que, ya no sabia que hacer ni con quien hablar.
-Entonces dilo rápido, mi hijo y mi esposo llegaran en muy poco tiempo, y nadie sabe que aun nos vemos.
-No te preocupes, no demorare. A ambas nos están buscando y temo por eso, yo
se que el no va a descansar hasta que nos encuentre...Eileen...el necesita a la niña y...
Entonces la mujer de la capa color vino rompió en un llanto estridente.
-Ya, tranquila, nada vas a poder arreglar si lloras.- la consoló la mujer de la izquierda.
-Cierto, es mejor que te diga a lo que venia...necesito que me aconsejes que hacer, a mm yo estaba pensando en un encantamiento Fidelio, no me daría total protección pero, ganaría tiempo.
-Si y supongo que eso seria suficiente pero, que pasaría si llegaras a...necesitas pensar que pasara con tu hija
-Ya me las he arreglado con Albus...solo venia a decirte esto y que...Te voy a extrañar mucho.
-Entonces te iras
-Claro, solo necesitaba una opinión y un abrazo.
Así la mujer de la capa se dirigió hacia la puerta, pues dentro de esa casa no habría mas que hacer.
-Espera. Creo que hay algo que podemos hacer...
-Eileen, por favor ambas sabemos que ni hay nada mas para...
-Un juramento inquebrantable
-Tu estas loca si crees que accedería
-Pero que otra opción tienes, además al proteger a Sara no solo seria ella sino también nuestro mundo, así el no podría ser mas fuerte ni mucho menos regresar.
-Entonces saca la varita mágica de donde sea que la tengas.
-No, no puedo, cuando renuncie a nuestro mundo fue con todo...el ministerio me quitó la varita mágica cuando el-que-no-debe-de-ser-nombrado subió al poder, al parecer creen que la gente que decide
estar en el mundo muggle miente solo para ayudar a, bueno tu ya sabes quien.
-Es una idiotez tu eres una gran bruja, defienderías tus ideales y a tu familia incluso si el mismísimo Voldemort te estuviera torturando, jamas te volverías... mortifaga, ni aunque tu vida dependiera de eso.
-Es lo mismo que yo les dije, pero al parecer no se pueden dar el lujo, pero no te preocupes creo que...ya se la varita mágica de mi hijo.
-Querida sabes que eso pondría a tu hijo en peligro y no a ti así que...
-Así que nada tengo un plan
Ambas mujeres se tomaron de las manos y la de la capucha vino saco una varita de color negra.
-Cambiaste de varita Emily
-No es la de mi hija...y tu...
-A mm la de mi hijo...recuerda que si no hay un testigo se necesitan ambas varitas
Las dos se miraron a los ojos sin bien saber si estaban haciendo lo correcto.
-Tu Eileen Snape juras proteger a mi hija Sara a costa de todo.
-Yo juro que aquel que protegerá a tu Sara sera mi hijo, Severus Snape
Y una legua plateada salio de las varitas entrelazando aun mas las manos.
-¿¡Que?!...bueno...no se es...
-Por favor Emily sigue con el juramento, yo se porque hago las cosas
La mujer suspiro
-Entonces tu velaras por que se cumpla el cometido
-Lo juro.
Y nuevamente una legua unió aun mas las manos
-Y en caso de que nuestros hijos nunca se conozcan callaras este juramento.
-Claro
-Pero en caso de que se
conozcan se debe de hacer valido este contrato.
-Lo juro.
Y así tres leguas entrelazaron un juramento de nadie, un juramento sin conocimiento.
¡¡¡Holi boli!!! gracias al seguidor de esta historia que me alegro toda la semana votando por mi historia.
Y agradecería que siguiera así...también me gustaría que mas comentaran mi historia, eso me alegraría el día...
¿Que prefieren?...¿duelos de magia o golpes?...en lo personal los golpes pero...decidan...cual sera la relacion de ahora en adelante entre Sara y Severus.
¡IMPORTANTE!
Si quieren que ponga una canción hanmelo saber...es que me estoy quedando sin opciones... si quieren proponer yo me pongo en contacto con ustedes y medio les doy una idea del siguiente cap. para que me sugieran la canción
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"Insultos y pociones"
"Insultos y pociones"
Canción: Zombie the pretty reckless
A la mañana siguiente Sara se había despertado desde muy temprano un poco preocupada ya que sabía que tarde o temprano Dumbledore se enteraría de lo ocurrido la noche anterior. Ella y Severus acordaron al igual que sus madres dejar el contrato en secreto. Claro que ella no iba a desaprovechar la oportunidad de poder hacer lo que quisiera sin recibir represalias.
Con magia, Sara se decidió arreglar. Un vestido rosa con zapatos bajos fue lo que decidió utilizar.
-Se supone que no te puedes aparecer en Hogwarts, pero solo se supone...
Y de un instante a otro se apareció en las mazmorras justo en la habitación de Snape. Ella tenia la intención de jugarle una broma pues la noche anterior el había dicho « Supongo que al ser su niñero tendré que pasar lamentables horas extras con usted, desde el alba hasta el ocaso», se detuvo un momento en el marco de la puerta analizando la habitación de Severus, era amplia y casi todo era de color verde y plateado, lo que no era de estos dos colores entonces era negro, tenía una gran cama con sabanas verdes y junto a ella había una silla, una mesita de noche, al frente había un inmenso armario y junto a este una inmensa estantería de libros, las paredes eran de piedra y todo el piso era entapetado, al fondo alcanzó a divisar otra puerta que ella supuso era la del baño.
-Con que querías pasar horas extras no- dijo en un susurro sentándose en una silla al lado de su cama. Se acerco a su oído, sonriendo ante tal escena, la verdad era el único momento en el que
Severus dejaba de tener el seno fruncido. - ¡Despierta!- grito Sara haciendo saltar al profesor de la cama.
-¡Pero que carajos hace!- le grito Snape al momento en que se levantaba
-Así que si puedes decir malas palabras...pero debería de agradecerme lo levante muy temprano al alba como tu dijiste anoche
-¿Como entro aquí?
-Perdón por despertarte temprano- dijo ella cambiando de tema
-¡Ya vayase de aquí!
-Ufff...que humor- dijo Sara mientras se dirigía a la puerta.
*°•*°•*°•
-Buenos días profesores- dijo Sara sentándose al lado de Minerva
-Buenos dias- dijeron todos como acto de reflejo.
-Veo que estas muy contenta- comento Minerva
-Si, la verdad me divertí un poco esta mañana.
-Y que clase de diversión- pregunto Alex
-Cosas...cosas de niñas grandes
-¿Qué tal señoritas? -dijo Jack divertido
-Buenos días
-Así que, cual clase de diversión encontraste esta mañana- dijo Jack.-espero que no este relacionado con los gritos de hace un rato
-Pues lamentable lo es señor Miller- dijo Snape apareciendo detrás de ellos
-Ahora que hiciste Sara- dijo Alex con resignación
-Simplemente lo desperté en la mañana- dijo ella sonriente
-No usted irrumpió en mi habitación
-Pero le dije perdón
-Eso no borra la imprudencia de su actitud -Dijo él, con acidez.
-¿Imprudencia de mi actitud?-
Sara no podía creer que él hablara enserio - yo solo hice lo que usted dijo "horas extras"
-Y todavía tiene el descaro de decirlo.
-Claro
-A ver creo que me perdí- comento Alex- a que se refieren horas extras y porque
-Nada- dijeron los dos a unisono
-Cometí un estúpido error... ¿Y se enoja conmigo?- Sara rodó los ojos- además solo fue un despiste y usted dijo tantas cosas anoche de las cuales creame que haré al pie de la letra.
-Pues sí, su despiste me pone iracundo y usted siembre mal interpreta las cosas-Severus estaba tratando de alterar las cosas para no admitir su error.
-Claro que no, además siempre e sido así, todos los días soy rápida, incluso los fines de semana, he vivido mi vida en blanco y negro sin dormir. Así que me moveré mas rápido que un minuto en New York, por lo cual ya sabe a lo que se atiene tratando de cuidarme
-Y es por eso que renunció, incluso la muerte seria mas fácil que tratar de que usted se quede quieta cinco minutos- le aspecto Severus
-¡Oh vamos! -jadeo Sara, que acaso el creía que era tan fácil deshacerse de ella-¿Acaso el gran Severus Snape no puede siquiera controlar a una veinteañera mientras esta jactándose de ser mortifago? -le dijo estirándose en su asiento- ¡Quizás es demasiado para ti! -Snape gruño como un Oso antes de tomar el pedazo de pan, y darle un gran mordisco.
-Así que no me va a contestar- dijo Sara poniéndose las manos en la cintura
-Sara yo creo- dijo Jack - que también estaría enojado si me despertaras irrumpiendo en mi cuarto
/>-Pfff...no fue tan temprano, eran las 4 de la mañana, siempre despierto a esa hora
-Usted esta en todo el derecho de seguir fastidiando mi día, pero yo aun estaba dormido- argumento Severus
-Que acaso es muy temprano para el profesor
-Le aseguro que me valdrá un bledo que tenga que pagar pero usted me pedirá de rodillas perdón por todo lo que ha hecho en estos meses
-¡Huy gracias a dios!, ¡Pensé que te habías ablandado! -dijo saltando grácilmente.
-¿Y porque habría de ablandarme? -dijo él detrás de ella.
Sara sonrió con descaro y tomó uno de los cuchillos. Severus a su lado esperaba una respuesta.
-No lo sé... dicen que los hombres de tu edad...-eso bastó para desencadenar la tercera guerra mundial en él Gran comedor
-No empiece algo que no esté dispuesta a terminar- regañó él divertido.
Sara al percatarse le dio aun mas impulso a las idioteces que estaba ideando
-Juguemos un juego-dijo ella de pronto mirándole a los ojos.
Severus estaba a punto de correrla del Gran comedor, pero su mirada brillante y excitada lo hizo sentirse como un patán de primera.
Dio un suspiro rendido ante una adolescente.
-¿Qué juego? -gruño.
Y antes de que él tan si quiera pudiera pensar en algún argumento coherente, ella le quitó la varita mediante un hechizo no verbal, era muy buena en ellos, Severus se quedó totalmente sorprendido ante esto, nunca nadie le había quitado su varita desde sus épocas de estudiante de Hogwarts, y la miró
entornando los ojos con enojo.
-Devuélvame mi varita -dijo apretando los dientes -¡AHORA! - agregó, gritando.
-Venga por ella -dijo Sara sonriendo burlonamente mientras con una mano levantaba la varita para que Snape no pudiera tomarla
Empezó a retroceder entre risas, luego giró y empezó a correr a lo largo del comedor hasta llegar a la puerta y salir, él salió inmediatamente tras ella. Y durante unos instantes el la tomó del brazo, haciéndola girar.
- ¡Es usted una malcriada niñita...-no le dejo terminar.
- ¡Y usted un Imbécil! -chillo forcejando contra él.
- ¡Insolente! -siseo zarandeándola para que dejara de luchar, ambos se miraron con ganas de asesinarse, literalmente, luchando para ver quién era el primero en bajar la mirada, pero nadie lo hizo.
El pecho de Sara subía y bajaba mientras que todos los esquivaban para bajar la escalera, ellos se quedaron allí, mirándose.
- Señorita, deme mi varita antes de que yo le mande un Crucio-susurro Severus, su aliento choco directamente con el rostro de Sara, ella le miro expectante, sintiéndose lívida
-No, no lo creó- contesto jadeante
Y comenzó una nueva carrera por el castillo. Sara siendo mas joven y ágil que Severus llevo la delantera durante 25 minutos, pero obviamente también comenzó a cansarse a medida que llegaban a los jardines. Cuando ambos estaban lo suficientemente cansados se dieron cuenta que estaban a orillas del lago negro, una zona lodosa y fangosa. Snape al alcanzarla
comenzó una lucha cuerpo a cuerpo por la varita de Severus, pero ambos eran fuertes así que él desesperado por conseguir su varita, acudió a lo primero que se le ocurrió: empezó a hacerle cosquillas a Sara quien empezó a reír descontroladamente pero aun apretando en sus mano las dos varitas, pues defendería esa varita a cualquier costo; de repente Severus se encontró sonriendo también por lo que bajo un poco la guardia y se quedó mirándola, se veía hermosa sonriendo de esa manera y no burlonamente como casi siempre hacía con él. Sara aprovecho que el profesor había menguado su ataque de cosquillas y tratando de defenderse lo empujó con una fuerza poco natural en las mujeres, lo que hizo que él se alejara de ella yendo hacia atrás y como estaban a la orilla del lago él pisó un terreno flojo lo que hizo que resbalara y terminara cayendo al lago. Sara se quedó un momento atónita por la escena, cuando reaccionó y se aproximó a ayudarlo a salir él la tomo del brazo y la atrajo hacia el haciendo un gran salpicadero de agua. Lo que provocó que Sara no parara de reír.
-Así que lo hizo con toda intención- dijo ella entre risas
-Ya me devuelve mi varita- comento el tratando de recuperar la cordura
-Tal vez pero... ¡Por Merlín! usted estuvo sonriendo, y yo ni encuenta
-Entonces ya me regresa mi varita- dijo Severus mientras trataba de levantarse, pero Sara se lo impidió
-Solo si sonríes una ves más y ...mmm...me das un beso
-No
-Entonces no hay varita- Y Sara desapareció dejando a Snape mas que cabreado
*-*-*-*-*
Cuando llegó al salón de clases se dio cuenta de que todos los estudiantes ya estaban allí, claro menos Snape, comenzó a revisar escrupulosamente a cada alumno de 4 grado. Entró sin ningún tipo de alarde de superioridad, pero muy segura de sí misma como siempre lo había sido y de inmediato todos se quedaron en silencio, ella se dirigió al escritorio del profesor en donde dejo un libro y unos apuntes que llevaba para la clase y se paró frente a toda la clase recorriéndola con los ojos, unos miraban aprensivos y otros desinteresados, los saludó a todos y se presentó de nuevo aunque ya había sido presentada en el Gran Comedor y con los de primero, prosiguió a explicar el método de la clase:
-Voy a leer un pequeño fragmento de este libro -Dijo gesticulando hacía el libro que tenía en sus manos -Y luego le preguntare a alguien al azar acerca de lo que les leeré, si responde correctamente ganará puntos para su casa, si no lo hace... ya lo veremos.
Sonrió al pensar en las diferentes cosas para hacer y que le prestaran atención. Empezó a leer acerca de lo que deberían saber hasta la fecha y enseguida todos empezaron a distraerse y a cerrar los ojos. Cuando terminó divisó a la clase distraída y supo que ese día se divertiría mucho.
-Tú -dijo señalando a Ronald Weasley, el mejor amigo de Harry Potter -Dime la única opcion de preparación que da para el acónito el fragmento que acabe de leer.
Él la miraba
aprensivo sin saber que responder, como siempre, miro a sus dos amigos, Harry le devolvió la mirada sin saber cómo ayudarlo y Hermione lo miró reprobatoriamente. Sara contenía las ganas de reír puesto que ya sabia lo que haría el pobre chico.
-Mmm no puedes responderme ¿Verdad?, pasa al frente -le dijo seria. Él dudo por un momento y luego se paró dirigiéndose al frente de la clase mientras Sara se sentaba en el lugar de Ronald.
-Ahora quiero que bailes -Le dijo Sara con toda seriedad posible
-¿Bailar? -Preguntó el chico entre desconcertado y asustado.
-Así es, quiero que bailes y muevas la cadera lo más sensualmente que puedas.
Todos soltaron una sonora carcajada mientras Ronald estaba parado frente a todos sin saber qué hacer, después empezó a mover las caderas desconfiadamente mientras los demás se reían sonoramente, todos empezaron a aplaudir lo que hizo que Ron entrara un poco más en confianza. Después de unos minutos riendo mientras Ron hacía el ridículo frente a toda la clase lo mandó a sentarse dejando en claro que todo aquel que no respondiera correctamente a sus preguntas lo cual era indicio de que no estaba prestando atención se vería obligado a pasar al frente y ella lo haría quedar en ridículo. Sara era muy respetuosa para atreverse a herir la susceptibilidad de un estudiante por lo que al final todos resultaron riéndose de todos por las cosas que tenían que hacer frente a la clase, que aunque
eran un poco vergonzosas, también lograron encontrarlas divertidas. Su primer día como profesora resultó exitoso, ella sabía que impartía una de las asignaturas que los estudiantes consideraban de las más aburridas, por lo que tendría que utilizar ciertos métodos para que sus estudiantes prestaran atención y lograran aprender algo.
-Acónito, también conocida como luparia o acónitum, es una planta con propiedades mágicas. Actualmente sólo se puede encontrar en lugares salvajes. - dictaminó ella rápidamente- Bueno siguiendo el tema esta planta es más conocida como un ingrediente de la Poción de Matalobos. También es utilizada en la preparación de Poción de Ojos Abiertos o de Despertares la justamente vamos a preparar, la receta esta en la página 42 de su libro y cualquier duda solo alcen la mano y......- pero Sara fue interrumpida por una abrupta aparición de Severus quien, iba acompañado del director y la subdirectora.
-Sara perdón por interrumpir- dijo Minerva - pero le podrías regresar su varita a Severus.
-Lo haría pero....
-Lo vez Albus -interrumpió Snape mas que encolerizado- ella es la del problema es por eso que propuse su expulsión del colegió
-Ya lo se Severus- dijo tranquilamente Dumbledore- Sara ya regresale la varita y este asunto se queda resuelto.
-Bueno como dije antes, lo haría, si la tuviera pero....
-De seguro ya la perdió- dijo Snape
-Pues no, tal vez usted si, si no mal recuerda le regrese la varita después de unos minutos
-Claro que no
-Entonces que es lo
que trae en la mano
Todos quedaron en silencio, pues de ninguna forma posible Sara hubiera podido hacer eso.
-De hecho profesores, el que debería de regresar mi varita es el no yo
-Pero yo no tengo su.....-pero las palabras de Snape quedaron silenciadas, pues dentro de su levita comenzó a sentir la varita mágica de Sara.
-Como ven yo no miento, así que profesores si fueran tan amables de retirarse....
El aula quedo en un incomodo silencio, el cual fue interrumpido cuando Minerva y Albus se fueron. Sara sonrió al dejar a Snape con tantas dudas como fue posible
-Y que tal ¿el agua estaba fría?- dijo ella riendo
Pero Severus no correspondió con el mismo gesto, de hecho a el se le oscureció la mirada.
-¿Como lo hizo?
-Hacer que
-No se haga tonta
Ella solo sonrió de una manera descorsentante.
*°•*°°°
Su primer día hubiera finalizado perfectamente si ella no hubiera recordado que tenía que ir a las mazmorras a hacer el inventario de los materiales y las pociones de Snape.
-Maldicion- grito Sara haciendo que Jack le dejara de cepillar el cabello
Ambos amigos se quedaban hasta muy tarde platicando y ese era uno de esos días.
-Ahora que, por eso te dije que te quedes quieta para que no te jale el cabello- dijo el
-No, no fue eso, me tengo que ir a hacer un inventario
-Pero así, en pijama
-Si que tiene-dijo ella mirándose al espejo- dolo me pongo una bata y ya
-Lo
que es que jamás cambias.
-Que le puedo hacer Jack
-Nada
Ella se levanto del tocador color crema que estaba en su habitación y fue directo a su armario. No tuvo que pensar demasiado que bata llevar.
-Sara adoro tu cuarto- dijo su amigo detrás de ella
-Lo se, tuve que aplicar muchos hechizos de extensión, pero valió la pena....bueno ya me voy, si quieres quedate, pero no toques nada
-Esta bien, llega temprano
-Tratare de hacerlo hermanito
Así que armándose de valor debido a que de seguro le esperaba todo un interrogatorio, se dirigió a las mazmorras caída la tarde noche; cuando llegó toco la puerta y escucho un mal humorado «pase» por parte de él, sabía que debía odiarla por lo que le había hecho en la mañana, pensando en esto entro y dijo con voz neutra:
-Buenas noches Severus
Severus levantó la mirada de sus pergaminos, se veía muy bien allí parada al lado de la puerta jugueteando con la bata color coral, que llegaba hasta el suelo, con su mirada fija en él y una de sus cejas levantadas, ciertamente se veía hermosa, "pero que haces pensando en esas cosas" se reprendió a si mismo obligándose a recordar el incidente de la mañana lo que le dio motivos para seguir enojado con ella.
Mientras tanto ella lo miraba ahí, sentado, con su habitual ropa negra, su cabello grasiento y esos ojos negros mirándola queriendo quemarla viva allí mismo 'Sexy' pensó ella sonrojándose un
poco.
-¿Qué hace ahí parada? Entre -Le dijo Severus
glacialmente sacándola de sus pensamientos y obligándose él mismo a salir de los suyos.
Ella entró y se paró frente a su escritorio, él se levantó de su silla sabiendo que ella esperaba instrucciones de su parte.
-Hoy no tiene mucho inventario que hacer, solo se utilizó una gran cantidad de poción para combatir la indigestión ya que varios mocosos de primer año comieron en exceso y se indigestaron por lo que su trabajo es hacer una cantidad considerable de dicha poción para llevarla a la enfermería ¿Entendió?.
-Bien -Fue lo único que ella contesto dirigiéndose al armario de los ingredientes para empezar a preparar la poción.
-Me imagino que usted ya sabe cómo hacerla, ya que es... Tan brillante -Dijo Severus con su típico sarcasmo.
Ella comenzó a reprimir sus ganas de ahorcarlo con un hechizo hasta que perdiera el conocimiento, y como no si por su culpa Dumbledore desconfiaba de nuevo de ella y dada sus condiciones no lo debía de estar.
-Exacto, si necesito su ayuda se lo diré, de lo contrario, no se meta conmigo -Le dijo ella sonriendo de medio lado tal y como él solía hacerlo.
Severus no respondió, con uno de sus habituales gestos antipáticos se sentó de nuevo hundiendo la mirada en los pergaminos mientras Sara preparaba los ingredientes y el caldero para comenzar su arduo trabajo.
Después
de un rato Severus se levantó de su silla de nuevo y se fue hasta donde estaba Sara trabajando concentradamente en la poción, estaba por terminarla, solo estaba cortando unos ingredientes para agregarlos como toque final y dejarla al fuego el tiempo requerido, estaba en ello cuando sintió una respiración en su cuello, su mano comenzó a titubear y corto a la mitad un ingrediente, enserio Severus estaba provocando eso en ella.
-Los ingredientes no se cortan de esa manera -Dijo Severus tratando de darse importancia.
-Yo siempre los he cortado de esta manera y siempre me ha salido bien la poción -Dijo sara neutramente agregando los ingredientes a la mezcla sin darle gran importancia
-Yo no estaría tan seguro, algún error ha de haber en su poción.
Ella se giró para mirarlo a los ojos, él sintió que estaban muy cerca por lo que se alejó un poco ubicándose a un lado de ella, Sara solo negó con la cabeza mientras suspiraba con furia.
-Aparte de antipático, es sordo también, creí haberle dicho que si necesitaba su ayuda le diría y que de lo contrario se mantuviera a raya -Le dijo Sara poniendo las manos en la cintura, si algo en verdad le molestaba era que las personas le ayudaran.
-Escuche perfectamente lo que dijo, pero no se le olvide que aquí yo soy el principal encargado y usted es simplemente mi ayudante, tenga cuidado con su falta de diferencia -Dijo Severus entornando los ojos.
-¿Falta de diferencia? La suya Snape, atreviéndose a cuestionar mis métodos -Sara estaba empezando a perder la calma, ya el había causado suficiente poniendo en duda a. Albus
-Si corregirla es cuestionar sus métodos entonces de por hecho que lo estoy haciendo señorita
-No necesito que nadie me corrija profesor-dijo ella llegando al límite, ese era la gota que estaba apunto de colmar el vaso
Ambos se fundieron en una acalorada discusión, la voz suave y femenina de Sara se confundía con la voz fuerte y varonil de Severus; ninguno de los dos se percató de que dejaron la poción al fuego más tiempo del estipulado lo que hizo que el caldero explotara haciendo que la mezcla saliera por los aires para luego caer ensuciándolos a los dos.
-Se da cuenta ¡SE DA CUENTA! y luego pretende que no me entrometa -Snape gritaba.
-Por supuesto que pretendo que no se entrometa, por estar prestándole atención a sus tonterías descuidé la poción -ella también gritaba.
-Un pocionista jamás pierde de vista su poción -Dijo Severus apretando los dientes y tocando la cabeza de Sara fuertemente con un dedo como queriendo introducirle conocimiento.
-Pues déjeme recordarle que usted también es un pocionista -respondió Sara con enfado apartando fuertemente el dedo que Snape tenía en su cabeza.
-Vea señorita, no me haga perder más la paciencia, póngase a hacer de nuevo la poción y el caldero que por su ineptitud explotó así que tendrá que reponerlo
-Si le parezco tan inepta ¿por qué no la hace usted?
Severus acercó su cara lo más que pudo a la de Sara, ambos estaban encolerizados el uno con el otro y por una inexplicable razón ambos no se soportaban en este justo momento.
-¡AHORA!
-gritó tan fuerte que ella dio un leve respingo y luego de lanzarle una mirada de odio, empezó de nuevo con la poción "ni para que discutir más con este hombre" pensó Sara mientras se dirigía de nuevo a tomar los ingredientes y el caldero e iniciar de nuevo lo que por culpa de la intromisión de Severus, se había arruinado
A cada movimiento que ella hacia Snape la vigilaba. pues cualquier error no tardaba en recalcarlo. Por supuesto ella solo aguantó lo suficiente para no decirle hasta de lo que se iba a morir, en cambio habla entre diente esperando el momento justo para romperle la nariz
Luego de un largo rato Sara termino de preparar la poción y de llenar los recipientes de vidrió con ella, acomodándolos en una caja, luego se dispuso a lavar el caldero y dejar todo aseado y en orden, finalizado todo se dirigió a Severus:
-¿Necesita algo más? -preguntó Sara con un deje de rencor en su voz y a la vez alivio
-No -contestó él sin retirar la vista de sus pergaminos.
Sara estaba tan enojada que ni siquiera se tomó la molestia de despedirse, tomó la caja con los frascos llenos de poción y se dirigió a la puerta y tras haber salido la cerró fuertemente y caminó a toda prisa por el pasillo.
Así fueron pasando los días y las semanas, en poco tiempo todo el colegio sabía que tenían que estar atentos en las clases de Sara para librarse de cualquier reto que a ella se le ocurriera imponerle
a los desatentos, y es que ella tenia demasiada imaginación, pero aun así fue convirtiéndose en la profesora predilecta de muchos, pues aunque ella era algo estricta siempre tenia una nueva forma de dar su clase. En cuanto a Severus, su relación no había mejorado en lo absoluto, ella seguía yendo a su despacho a hacer su trabajo lo cual suponía soportar más de lo que los dos podían, casi siempre terminaban discutiendo por algo, generalmente por trivialidades, y esto no solo se quedaba en el salón, pues demasiadas veces habían discutido a la mitad de la comida, y en contadas ocasiones preparaban pociones juntos pero en estos casos solo hablaban para lo necesario y nada más, pero ella no podía negar lo innegable, se sentía muy atraída por el profesor de pociones, ese hombre realmente le gustaba, cuando trabajaba en los inventarios o en las pociones, lo miraba siempre teniendo cuidado de que no la descubriera observándolo, lo que ella no sabía era que el profesor también la observaba en sus momentos de descuido.
Pero una noche, una de sus tan frecuentes discusiones llego al límite: Severus y Sara estaban preparando una poción para dormir los músculos, funcionaba como la anestesia en el mundo muggle así que prepararla era toda una proesa. Ambos iban a tomar uno de los ingredientes para cortarlo y hubo un pequeño roce de manos, se quedaron mirándose fijamente hasta que Sara decidió romper el contacto visual, Severus quedó un poco distraído después de esto lo que hizo que por primera vez en muchos años, agregara un ingrediente equivocado a la poción, dicha mezcla comenzó a tornarse de un color
amarillo cuando debería ser verde:
-¿Por qué le echó hongos? ¿No se da cuenta que tenía que echarle luparia? -preguntó Sara mirándolo incrédulamente, él estaba tan asombrado como ella, había sido un completo idiota, había tomado el ingrediente equivocado, había echado a perder el trabajo de horas.
-¿Y si lo sabe por qué no me aviso? -dijo enojado.
-Comete un estúpido error... ¿Y se enoja conmigo?- Sara no podía creer que el profesor hablara en serio era su erro no el suyo.
-Pues sí, además si usted estaba tan atenta debía de harmelo dicho antes-Severus estaba tratando de alterar las cosas para no admitir su error, pues el jamas se equivocaba
-¿Mi despiste? ¿Quién agrego hongos en lugar de luparia y echo a perder el trabajo de horas? Profesor, no me haga perder más la paciencia.
-¿Y qué hay de usted? Me ha colmado la paciencia desde hace días ¿Sabe? Estoy seguro de que su maldito despiste es la clave de su fracaso.
-¿Me está diciendo fracasada? -Sara quería llorar del enojo.
-Así es -ambos gritaban.
-¿Usted hablando de fracasados? ¿Usted quién tuvo que pararse a ver como la mujer que amaba de iba con otro? No me haga reír.
En cuanto las palabras escaparon de su boca, Sara supo que su contra ataque había ido demasiado lejos. Severus se puso tenso y apretaba las manos formando puños, sentía fuego correr por sus venas y lo único que
más deseaba era que ella desapareciera de su vista, sí dichas palabras hubieran provenido de un hombre, estaba seguro que lo habría golpeado con sus propias manos hasta que perdiera la consciencia, pero ella era una mujer, no podía ni siquiera imaginar agredirla físicamente aunque ella hubiera herido profundamente su orgullo. Sara percibió los deseos del profesor por lo que calmadamente fue acercándose a la puerta, sentía una imperiosa necesidad de pedirle disculpas pero no sabía exactamente como él reaccionaría, además, la había llamado fracasada, había dado en el blanco, había herido su orgullo, sin embargo, sintiendo lo ofensiva que fue su afirmación, habló:
-Discúlpeme profesor, de verdad, no quise...
-Váyase señorita -Interrumpió Severus, dándole la espalda y tratando de reprimir su enojo.
Sara sin oponer resistencia salió de allí, asustada. Pensó que el profesor la iba a gritar o le iba a arrancar el cabello con las manos por su atrevimiento pero no fue así, de hecho, se sentía afortunada de haber salido de allí con vida, había metido la pata.
Llegando a su cuarto se sintió mareada, pues corrió durante todo el camino temiendo que el profesor se hubiera arrepentido de haberla dejado salir de su despacho tan fácilmente y la hubiera perseguido para hacerle algo, se sentó en su cama y se tapó el rostro con las manos, se recriminó a si misma por sentir algo diferente al odio por el profesor de pociones y por su inminente enamoramiento, se sentía la mujer más tonta del mundo por haber puesto sus ojos en alguien como Severus Snape, y sin pensarlo, lloró recordando todas las discusiones que habían tenido y todas las ofensas mutuas que se habían lanzado.
Como deseaba que Jack o Alex estuvieran ahí molestando como todo los días después de ir con Snape, en verdad en ese momento necesitaba un abrazo.
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Muchisisimas Gracias a los que siguen esta historia...
Y ¡¡¡HAPPY Birthday Gabi!!!
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"¿Quién gano?"
"¿Quién gano?"
Desde aquella noche, hacía dos días que no iba al despacho de Severus a desarrollar su trabajo con las pociones, sabía que ir sería imprudente, dudaba que incluso él volviera a dirigirle la palabra, incluso en las clases trataba de mantener ningún tipo de contacto visual; Sara no le daría más vueltas al asunto, así que solo se concentraba en dar sus clases lo mejor que podía. Con risas y juegos, que a menudo los estudiantes comentaban en los pasillos, tan solo faltaba poco para la primera prueba de los campeones y a pesar de que eso absorbía la atención de todos los maestros y alumnos (especialmente los de Slytherin) que citaban frases al cruzarse con Harry Potter del artículo de la farsante del profeta.
Esa tarde Sara deambulaba por los pasillos buscando a algunos alumnos cuyas cosas se quedaban olvidadas en el aula, asi como buscar a Harry, pues el guarda bosques lo esperaba, pero algo capto su atención
-¿Quieres un pañuelo, Potter, por si te entran ganas de llorar en clase de Transformaciones?
Ese no puede ser otro que Draco Malfoy, el chico de Slytherin que a toda costa trataba de hacer menos su trabajo.
-¡Eh, Harry!- grito Sara
Harry se detuvo en el corredor y empezó a gritar antes de que se acabara de volverse:
-Sí, he estado llorando por mi madre muerta hasta quedarme sin lágrimas, y ahora me voy a seguir...
-No... Sólo quería decirte... que se te olvido la pluma y vine a devolvértela...yo no quise ser tan inoportuna
Harry se puso colorado de pies a cabeza al darse cuenta que le grito a su maestra
de pociones.
-Ah, perdone profesora- susurró él, recuperando la pluma.
-Buena suerte-le deseó- Espero de verdad que te vaya bien
Harry se sintió como un idiota.
-Creo que, tratan de burlarse de ti porque te ponen más atención... solo ignóralos
-Pero eso no sirve repuso el chico
-Claro que si yo lo he intentado con Snape todo el mes y ha funcionado
-Creo que lo pondré en práctica
-Oh espera Hagrid me aviso que te ve a las once y media esta noche
-Sabe para que
-Ya lo sabrás- dijo ella- pero no te preocupes
Sara siguió caminando hacia los jardines del castillo, cuando se encontró con un grupo de aurores del ministerio que estaban en el colegio para hablar con Dumbledore acerca de temas de seguridad en el torneo de los tres magos y los dragones que utilizarían. Sara había trabajado un tiempo en el ministerio de magia en Rumania por lo que tenía algunos conocidos allí, enseguida se aproximó a saludar a los aurores y entablaron una animada conversación. Luego de despedirse de ellos salió del castillo con el ánimo de caminar un rato por los alrededores del lago, Severus quien la había visto con los aurores y luego salir, la siguió. La vio caminar alrededor del lago, vio como el viento desordenaba su cabello, de repente sintió arrepentimiento, por haberla llamado fracasada y otras cosas más en la cantidad de discusiones que habían tenido, después de meditarlo durante unos minutos decidió acercarse y hablarle, ella iba tan
ensimismada que cuando escuchó la voz de Severus se exalto un poco:
-Señorita - lo escuchó decir mientras se acercaba.
-¿Qué necesita, Snape? -dijo ella mientras imaginaba que él la tomaba por la nuca y le metía la cabeza al lago.
-Saber porque hace dos días y diecisiete horas que no va a cumplir con su trabajo, aunque creo que tal vez prefiera dedicar el tiempo a sus... coqueterías -Respondió Severus, ácidamente.
-¿Coqueterías? ¿De qué me está hablando? ¿Y porque carajos lleva presisamente el tiempo que no he ido?-Sara fruncía el entrecejo expectante a la respuesta del profesor, ¿Quien diablos se creía?
-La vi hablando con los aurores del ministerio, tal vez usted prefiera coqueteos mutuos con ellos antes que ir a cumplir con su trabajo -mientras hablaba levantaba una ceja.
-Son viejos conocidos, y si no lo fueran y yo estuviera efectivamente coqueteando con ellos ¿A usted que le importa? ¿Qué le importa si les coqueteo o si me acuesto con ellos? -Respondió Sara a su acusación reprimiendo las ganas de decirle que era un entrometido, mientras Severus se hacía a si mismo las mismas preguntas que ella le había acabado de hacer ¿A él que le importa si coqueteaba con el mismísimo Dumbledore?
-No me mal interprete señorita, no me importa su vida personal, me importa que vaya a mí despacho y haga lo que le corresponde. -dijo tratando de mostrarse lo más seguro posible.
-Usted me echó de su despacho la última vez ¿Lo recuerda? -dijo ella tratando de no sonar afectada.
-Sí, lo recuerdo.
-Mire, sé que fui un poco ofensiva, pero traté de disculparme, lo que dije
solo fue producto de mi ira -Dijo ella.
-Eso no borra la imprudencia de su actitud -dijo él, con indiferencia y acidez.
-¿Imprudencia de mi actitud? -ella no podía creer que él hablara enserio -¿imprudente defenderme porque usted me trató de fracasada?....Por Merlín Snape vayase al carajo
Y así Sara camino furica de nuevo al castillo....
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-Asi que si la pocion ya les salio decuerdo a las instrucciones debera de ser de color verde azulado- se dirio Sara a su clase, la cual respondio asintiendo- bien entonces enfrasquenla y dejenla en mi escritorio al salir- de inmediato se escucho el movimiento de calderos y frascos por parte de los de primer año, y asi cada uno dejo su frasco en la mesa- y señor Watters- se dirio hacia un niño- recuerde no volver a tenerle miedo a la piel de serpiente
-Si profesora- le respondio un niño
Y en ese preciso momento tocaron la campana para anunciar la hora de la comida, Sara se levanto de su escritorio y se dirigio a la puerta. Caminaba por los incontables pasillos para ir al gran comedor mientras su mente iba por diferentes rubos. No es que Sara diera su brazo a torcer tan fasilmente, pero en esta ocasion si, pues ella también se había portado como una colegiala descarriada con el profesor, así que iba a pedirle una disculpa.
Mientras caminaba hacia el Gran Comedor, escucho algunas risas provenientes de un pasillo. Ella se quedo helada y solo le dio tiempo de convertirse en una pequeña araña para no ser descubierta por
los autores de esas voces.
-Cierto, Severus no había contado con esa parte- sonrió la maestras de estudios muggles
-Pues es algo elemental- contesto el con un tono picaro en su voz.
Sara se quedo totalmente impactada.
-Creo que me emociona tanto el poder ir a tomar un café contigo- dijo la profesora con sierto brillo en sus ojos avellana, enganchando su brazo con el del profesor
-A mi también se me es emocionante- contesto Snape- claro que si consigo mas tiempo podríamos ir a mi casa- dijo el con un tono meloso e incluso ¿sensual?
-Adoro ir a tu casa- dijo Charity Burbage en tono soñador y suspirante , recostando su cabeza en el hombro del profesor
-Pero dudo que Albus nos de mas de un par de horas, depues de lo que paso hace dos semanas
-Ni me lo recuerdes, Dumbledore nos tacho de anti eticos
-Y no era para menos, después de como nos encontró...de hecho me extraña que no nos haya echado del castillo
-El jamas lo haria
-Tienes Cherry
-Claro que siempre tengo la razón Severus
El profesor le dedico una sonrisa a Burbage y ella le correspondio, entonces sonaron las campanas del castillo para dar el ultimo aviso de la comida.
-Hay que ir a comer, o sino le daremos un motivo al director de que no nos deje ir- ella le dio un beso en la mejilla y se fue no sin antes agitar su rubia cabellera, el se quedo como idiota admirandola mientras se iba.
Mientras tanto, Sara debatía si volver a convertirse en ella y armar una gran escena de celos o ahorca a Snape, el hasta hacia unas horas le había dicho que dejara sus coqueterías
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Sara tardo un poco mas en llegar, por algún motivo tenia la gran necesidad de llorar. La verdad, se sentía culpable por sentir tantos sentimientos encontrados por el profesor, segun ella recordaba, habia provocado todo esto. Ademas ella y Snape no eran ni siquiera amigos, para que llorar por algo que jamas fue tuyo, tal vez se sentia asi por alguna influencia del juramento inquebrantable. Desde hacia tiempo ella habia visto que no habia ninguna oportunidad de tener algun tipo de relacion con Snape, hasta se habia convencido de eso la noche que discutieron....pero por que.
Al llegar ella al Gran Comedor de inmediato todo el mundo supo que algo andaba mal, pues el cielo encantado comenzo a nublarse de la nada y generar una tormenta en ek techo, tamnien Sara llevaba la mirada distrida, cualquiera a kilometros se podria dar cuenta de que no estaba bien. Se sento en la mesa ante la mirada de todos lo aurores, de sus amigos y del profesorado y alguno que otro alumno.
-Tienes algo querida- pregunto Minerva
-No- dijo Sara en un susurro
Uno no tenia que ser adivini para saber que ella mentia, pero la subdirectora decidio no seguir preguntando
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Todo el día había trascurrido normalmente. A las once esa noche. Los terrenos del colegio estaban envueltos en una oscuridad total. Sara bajó por la explanada hacia la luz que reflejaba el lago negro. La razón por la que estaba ahí era para asegurarse de que Harry fuera al importante encuentro con el guardabosque, pues ahí sabría, que la primera prueba era sobre dragones. Solo debía de esperar
a que el chico se dirigiera al castillo, pues había acordado con Alastor que el chico debía de saber lo que le esperaba. Entonces escucho a al pasto crujir cerca de ella.
-Que quieres Alex- pregunto Sara
-Saber cómo estabas- dijo el sentándose a su lado
-Ya sabes cómo estoy
-Si sentada
-Enserio
-Sabes... tú no puedes esconder que has estado evadiendo hablar con Dumbledore, con Minerva y... hace un mes desbordabas de alegría, pero ahora no
-Pues... después de saber eso... ya no se
-A mí me gusta que seas alegre, pase lo que pase, además... tus ojos
En efecto esos ojos que Sara tenia cambiaban de color según como, estuviera.
-De color morado... el original
-A mí no me hace ninguna gracia, sabes que cuando mis ojos tienen su color original es porque he bajado la guardia... con mi cabeza y cualquiera puede entrar.
-Ojala...
-Que
-Recuerdo a esa pequeña niña de ojos morados, pidiéndome que la cargara cuesta arriba
-Yo también la recuerdo
-En aquel entonces eras feliz
-Es verdad
-Al igual que cuando...
En ese momento se ilumino parte del bosque prohibido, dejando en claro que ahí se ocultaron los dragones.
-Sabes Alex... creo que tienes razón debo de ser un poco como la pequeña niña y perdonar... y tal vez bajar la guardia... un poco. Bueno ahora me tengo que ir ya vi que Harry está saliendo del bosque así que mi misión ya ha terminado.
-Buenas
noches
-Sí, buenas noches
El tiempo pasaba de forma más rara que nunca, como a saltos, de manera que estaba sentada en su primera clase, y al momento siguiente iba a comer... y de inmediato (¿por dónde se había ido la mañana, las últimas horas sin pruebas?) tal vez es por la emoción; la profesora McGonagall entró en el Gran Comedor y fue a toda prisa hacia los campeones. Muchos los observaban. Entonces, ella se acercó a la mesa de los profesores y les hizo una seña y todos se levantaron a unísono de sus asientos.
-Los campeones tienen que bajar ya a los terrenos del colegio... Y por ende tenemos que estar ahí ajustando para la primera prueba.
Salió del Gran Comedor con la profesora McGonagall. Tampoco ella parecía la misma; de hecho, estaba casi tan nerviosa como ella. Al bajar la escalinata de piedra y salir a la fría tarde de noviembre, se encontró con Harry y le puso una mano en el hombro.
-No te dejes dominar por el pánico -le aconsejó, conserva la cabeza serena. Habrá magos preparados para intervenir si la situación se desbordara... Lo principal es que lo hagas lo mejor que puedas, y no quedarás mal ante la gente. ¿Te encuentras bien?
-Sí -le oyó decir Harry-. Sí, me encuentro bien.
-Bueno ya sabes cómo va a hacer lo demás... y cuídate mucho... suerte...y quiero verte en mi siguiente clase
Ella lo conducía bordeando el bosque hacia donde estaban los dragones; pero, al acercarse al grupo de árboles detrás del cual habría debido ser claramente visible el cercado, Sara vio que habían levantado una tienda que lo ocultaba
a la vista.
-Tienes que entrar con los demás campeones - dijo la profesora con voz temblorosa- y esperar tu turno. El señor Bagman está dentro. Él te explicará lo que tienes que hacer... Buena suerte.
-Gracias -dijo Harry con voz distante y apagada
Mientras Sara, se dirigía a las gradas se encontró a mucha gente la cual no la dejaba pasar, pero cuando al fin se encontró con Dumbledore él ya sabía que dragón le había tocado al pobre Harry. Ella había decidido perdonar al director e ignorar lo de Ollivander, así que ya se hablaba bien con todos... bueno casi todos.
-Así que un Colacuerno- dijo Sara angustiada mientras tomaba su asiento al lado del director
-Sí, pero confió en que el chico sabrá que hacer
-Pues yo igual, aunque claro con las precauciones... yo estoy lista para salir volando en mi escoba si algo sale, mal...
-Es verdad, pero aun así...
Y en ese momento Minerva llego muy nerviosa
-Ya está Albus... el chico ya... todo está bien- dijo ella en un jadeo
-Minerva tranquila- dijo Sara ofreciéndole un asiento al lado del director- no te preocupes Harry... perdón Potter estará bien
-Pues me cuesta admitirlo
-Bueno pusimos pruebas que si no son fáciles... nadie va a morir
-Ojala Sara... que Merlín te escuche...
Pero en ese momento llego Rita Skeeter pavoneándose con un camarógrafo.
-Hola... me permiten una foto- dijo ella
-Si no hay otro remedio- dijo Albus hastiado
Todos se enfilaron en las gradas.
-Pero veo que falta un juez- dijo la periodista
-No
Entonces todos saltaron de sus asientos, al ver que Snape había llegado sin que nadie lo hubiera visto. Pero antes de que racionaran. Se escuchó, procedente de no se sabía dónde, el sonido de un silbato.
-¡Santo Dios, tengo que darme prisa! -dijo Bagman alarmado, y llego corriendo.
Sara observo la tienda y vio a Cedric que salía, con la cara más que verde. Entonces Bagman se fue a un podio y con un hechizo sonoro comenzó a hablar.
>>Hoy comienzan las pruebas que decidirán al campeón que...
Entonces, un fuerte rugido se escuchó.
>>El torneo queda inaugurado
La multitud gritaba, ahogaba gemidos como si fueran uno solo, cuando Cedric hacía lo que fuera para burlar al hocicorto sueco. Sara solo enfoco los ojos en la tienda donde estaba Harry. Por qué hacen eso solo es un niño... no debió... ojala que este bien. La angustia crecía en ella y no sabía bien por qué. Y los comentarios de Bagman lo empeoraban todo y mucho... En la mente de Sara se formaban horribles imágenes al oír: « ¡Ah, qué poco ha faltado, qué poco...! ¡Se está arriesgando, ya lo creo...! ¡Eso ha sido muy astuto, sí señor, lástima que no le haya servido de nada!»
Y luego, tras unos quince minutos, Sara oyó un bramido ensordecedor que sólo podía significar una cosa: que Cedric había conseguido burlar al dragón y tomar el huevo de oro.
-¡Muy pero que muy bien! -gritaba Bagman-. ¡Y ahora la puntuación de los jueces!
Y por un momento Sara regreso a la realidad, ella era una de los jueces y debía de dar su puntuación.
-Creo que ha
bien- dijo Bagman- le doy ocho puntos
-Si ha hecho un gran esfuerzo pero...,- dijo Minerva- estuvo a punto de incendiar las gradas... cuatro puntos
- «Pego... queo que... se aguesgo mucho y aunque lo hizo no se meguece mas que cuatro puntos estoy de acuegdo con Minegva»- dijo Madame Maxime
-No es por elitismos- dijo Dumbledore- pero lo hizo de una forma muy... eficaz... seis puntos
-Claro debo de admitir que el pobre salió ileso y no provocó gran cosa- dijo Karkarov - cuatro puntos
-Yo no creo que haya dado gran dote de sus talentos, pero a lo que a mí respecta el señor Diggori no se merece más que un punto- dijo Snape cortante
-Qué piensas tu Sara- dijo Bagman
-Que... ammm- Sara ni había escuchado bien la pregunta- creo que siete
- Bartemius, tu qué opinas- dijo Dumbledore
-Cuatro puntos
-Pues bien necesitamos seguir así que yo voy a dirigir el programa- dijo Bagman
Ya sentada Sara mientras esperaba a Delacour, comenzó a angustiarse
-Es usted poco imparcial- dijo Karkarov detrás de ella
-Pues no ha visto lo que hizo el chico- dijo ella ligeramente enojada- es el primero, ahora los demás harán un mejor esfuerzo que él, ya se dieron cuenta de cómo va todo
-Apuesto lo que sea a que a que Potter no le gana a mi estudiante, en vista de que justifica a ese... Diggori... Potter lo hará mejor o temería perder
-Enserio quiere apostar conmigo- Y a Sara le brillaron los ojos en ese momento- pues adelante
-Le parece que...- entonces él se le acercó y le susurro algo que nadie alcanzo a oír
-Bien- dijo ella
-¡Uno que ya está,
y quedan tres! -gritó Bagman cuando volvió a sonar el silbato-. ¡Señorita Delacour, si tiene usted la bondad!
Fleur temblaba de arriba abajo. Cuando salió de la tienda con la cabeza erguida y agarrando la varita con firmeza, Sara sintió por ella una especie de afecto que no había sentido antes... o talvez lastima...piedad. De repente ella se dio cuenta de que estaba al lado de Snape... no le había dirigido ni la palabra ni la mirada. Entonces ya que había perdonado al director, también lo podía perdonar a él.
-¡Ah, no estoy muy seguro de que eso fuera una buena idea! -oyeron gritar a Bagman, siempre con entusiasmo-. ¡Ah... casi! Cuidado ahora... ¡Dios mío, creí que lo iba tomar... esperen eso debe de dejar una gran quemadura!
Diez minutos después oyó la multitud volvía a aplaudir con fuerza. También Fleur lo había logrado. Se hizo una pausa mientras se mostraban las puntuaciones de Fleur las cuales se tomaron muy rapido. Hubo más aplausos y luego, por tercera vez, sonó el silbato
En ese instante Madame Pomfrey llego un poco alterada.
-Sara...-dijo ella con una mano en el pecho de seguro había corrido- Severus necesito que... vengan
Ambos se levantaron, y por primera vez en semanas se dirigieron la mirada, pero sin basilar siguieron a la enfermera corriendo a toda prisa hacia la tienda. La tienda estaba dividida en cubículos. A través de la tela, Sara distinguió la sombra de Cedric, que no parecía seriamente herido, por lo menos a juzgar por el hecho de que estaba sentado. La señora Pomfrey examinó el hombro de Fleur aun sangrante, por la quemadura.
-No
sé qué más hacer, jamás había tratado una quemadura de dragón- dijo la enfermera
-No te preocupes- dijo Sara examinando el brazo de la pobre chica- solo necesitamos un poco de agua fría y...
-Díctamo- dijo el profesor
Limpió la herida con un poquito de líquido púrpura que echaba humo y escocía, pero luego le dio un golpecito con la varita mágica y la herida se cerró al instante. Los dos maestros habían logrado poder curar y vendar a la chica, así salieron de la tienda no sin antes escuchar.
-¡Y aquí aparece el señor Krum! -anunció Bagman cuando salía Krum con su aire desgarbado.
Sara bacilo un momento antes de seguir.
-Sabe Snape yo me tengo que quedar aquí- dijo ella
-¡Muy osado! -gritaba Bagman, y Sara oyó al bola de fuego chino proferir un bramido espantoso, mientras la multitud contenía la respiración, como si fueran uno solo-. ¡La verdad es que está mostrando valor y, sí señores, acaba de tomar el huevo!
-Maldi... voy a perder- dijo Sara entonces se percató que Snape, estaba a su lado observándola, un momento que la hizo sentir más que incomoda así que prefirió regresar a la tienda y desearle buena surte al chico
El aplauso resquebrajó el aire invernal como si fuera una copa de cristal fino. Krum había acabado, y aquél sería el turno de Harry. Ella entro y vio de nuevo al chico el cual se levantó, y pudo notar que las piernas parecían de merengue.
-Felicidades...- y ella le dio un gran abrazo- te voy a ver desde las gradas haz tu mejor esfuerzo
-Yo no creo que vaya a poder- dijo Harry
-Claro que si- dijo ella
Aguardó. Y
luego oyó el silbato. Y al igual que el chico salió de la tienda, sintiendo cómo el pánico se apoderaba rápidamente de todo su cuerpo.
Desde las gradas Sara veía claramente al chico el cual al observar a su oponente quedo petrificado igual que ella pues allí, al otro lado del cercado, estaba el colacuerno agachado sobre la nidada, con las alas medio desplegadas y mirándolo con sus malévolos ojos amarillos, como un lagarto monstruoso cubierto de escamas negras, sacudiendo la cola llena de pinchos y abriendo surcos de casi un metro en el duro suelo. La multitud gritaba muchísimo, pero Sara ni sabía ni le preocupaba si eran gritos de apoyo o no. Era el momento de hacer lo que tenía que hacer: concentrarse, entera y absolutamente, en lo que constituía un plan en caso de que pasara algo más... por alguna extraña razón el chico le importaba pues, después de todo lo que él había vivido era ligeramente diferente a su vida; huérfana, viviendo la mayor parte de su vida con gente a la que odiaba.
Pero entonces el chico levanto la varita.
-¡Accio Saeta de Fuego! -gritó.
Y entonces se oyó el aire vio la Saeta de Fuego volar hacia allí por el borde del bosque, descender hasta el cercado y detenerse en el aire, a su lado, esperando que la montara. La multitud alborotaba aún más... Bagman gritaba algo... pero los oídos de Sara ya no funcionaban bien, porque oír no era importante... pues ese dragón era uno de los más peligrosos en su gama y como se había comportado las últimas semanas no dejaba más que rezar por que todo saliera bien. Pasó una pierna por encima del palo de la
escoba y dio una patada en el suelo para elevarse. Un segundo más tarde sucedió algo milagroso... por fin estaba en su elemento.
Aquello era sólo otro partido de quidditch... nada más, y el colacuerno era simplemente el equipo enemigo... oh... esa ideología la debía de practicar Harry o al menos eso pensaba Sara, miró la nidada, y vio el huevo de oro brillando en medio de los demás huevos de color cemento, bien protegidos entre las patas delanteras del dragón.
Descendió en picado. El colacuerno lo siguió con la cabeza. Sabía lo que el dragón iba a hacer, y justo a tiempo frenó su descenso y se elevó en el aire.
«Bien -se dijo Sara para sí misma-, tácticas de distracción. Adelante.»
Llegó un chorro de fuego justo al lugar en que se habría encontrado si no hubiera dado un viraje en el último instante... pero a Sara no le preocupó: era lo mismo que esquivar una bludger.
-¡Cielo santo, vaya manera de volar! -vociferó Bagman, entre los gritos de la multitud-. ¿Ha visto eso, señor Krum?
-¡Gracias a Merlín! que el chico sabe volar a la perfección una escoba- dijo Minerva dando saltos de alegría
-Pues por lo menos fue ¡MEJOR QUE KRUM!- dijo Sara resaltando estas últimas palabras
-Pues el chico sabe volar una escoba qué más da- dijo Karkarov con ironia
-Ya veremos quien le gana a quien- corroboro Sara
Harry se elevó en círculos. El colacuerno seguía siempre su recorrido, girando la cabeza sobre su largo cuello. Si continuaba así, se marearía, pero era mejor no abusar o volvería a echar fuego. El chico se lanzó hacia abajo justo cuando el dragón abría
la boca, pero esta vez tuvo menos suerte. Esquivó las llamas, pero la cola de la bestia se alzó hacia él, y al virar a la izquierda uno de los largos pinchos le raspó el hombro. La túnica quedó desgarrada. La multitud gritaba, pero la herida no parecía profunda. Sobrevoló la espalda del colacuerno. Aunque retorcía la cabeza y plegaba y desplegaba las alas sin apartar de Harry sus terribles ojos amarillos, era evidente que temía apartarse demasiado de sus crías. El truco estaba en hacerlo con cuidado, poco a poco.
Empezó a volar, primero por un lado, luego por el otro, la cabeza del dragón se balanceaba a un lado y a otro, mirándolo por aquellas pupilas verticales, enseñándole los colmillos...Harry se elevó un par de metros más, y el dragón soltó un bramido de exasperación. El chico era como una mosca para él, una mosca que ansiaba aplastar. Abriendo las fauces, echó una bocanada de fuego... que él consiguió esquivar.
-<<Pego que está haciendo>>- dijo madame Maxime- <<no estaga getando al dagon>>
-Pero, no debe- dijo Bagman- es muy peligroso
-Madame Maxime sabe que le está diciendo- dijo Sara confiando en que la mujer, sacara un amplificador de sonido, pues ella poseía uno
La mujer saco un aparato de color azul marino, en forma de cilindro, con unos botones de color plata, los cuales movió y salió el sonido sonido
-¡Vamos! -lo retó Harry en tono burlón, girando sobre el dragón para provocarlo-. ¡Vamos, ven a atraparme...! Levántate, vamos...
Todos se miraron impresionados por el atrevimiento del chico.
La enorme bestia se alzó al fin sobre las
patas traseras y extendió las correosas alas negras, tan anchas como las de una avioneta, y Harry se lanzó en picado. Antes de que el dragón comprendiera lo que Harry estaba haciendo ni dónde se había metido, éste iba hacia el suelo a toda velocidad, hacia los huevos por fin desprotegidos. Soltó las manos de la Saeta de Fuego... y tomo el huevo de oro. Y escapó acelerando al máximo, remontando sobre las gradas, con el pesado huevo seguro bajo su brazo ileso.
-¡Miren eso! -gritó Bagman-. ¡Mírenlo! ¡Nuestro paladín más joven ha sido el más rápido en tomar el huevo! ¡Bueno, esto aumenta las posibilidades de nuestro amigo Potter!
Sara vio a los cuidadores de los dragones apresurándose para reducir al colacuerno; y a la profesora McGonagall, el profesor Moody y Hagrid, que iban a toda prisa a su encuentro desde la puerta del cercado, haciéndole señas para que se acercara. Aun desde la distancia distinguía claramente sus sonrisas.
-¡Excelente, Potter! -dijo bien alto la profesora McGonagall cuando bajó de la Saeta de Fuego. Viniendo de la profesora McGonagall, aquello era un elogio desmesurado. Le tembló la mano al señalar el hombro de Harry-. Tienes que ir a ver a la señora Pomfrey antes de que los jueces muestren la puntuación... Por ahí, ya está terminando con Diggory.
-¡Lo conseguiste, Harry! -dijo Hagrid con voz ronca-. ¡Lo conseguiste! ¡Y eso que te tocó el colacuerno, y ya sabes lo que dijo Charlie de que era el pe...!
-Gracias, Hagrid -lo cortó Harry
para que Hagrid no siguiera metiendo la pata al revelarle a todo el mundo que había visto los dragones antes de lo debido.
El profesor Moody también parecía encantado. El ojo mágico no paraba de dar vueltas.
-Lo mejor, sencillo y bien, Potter -sentenció.
-Muy bien, Potter. Ve a la tienda de primeros auxilios, por favor -le dijo la profesora McGonagall.
Sara salió del cercado aun jadeando y vio a la entrada de la segunda tienda a la señora Pomfrey, que parecía preocupada.
-¡Dragones! -exclamó en tono de indignación, tirando de Harry hacia dentro.
-Tranquila- dijo Sara cuando vio que la enfermera corría horrorizada- sabes que yo puedo cuidar al chico a Fleur la cure de inmediato
-El año pasado dementores, este año dragones... ¿Qué traerán al colegio el año que viene?
-Has tenido mucha suerte- dijo Sara acercándose y examinando al chico- sólo es superficial. Pero te la tendré que limpiar antes de curártela.
-Ahora quédate sentado y quieto durante un minuto. ¡Sentado! Luego podrás ir a ver tu puntuación. - Y la pobre enfermera salió aprisa del cubículo, y la oyó entrar en el contiguo y preguntar-: ¿Qué tal te encuentras ahora, Diggory?
Sara noto que Harry no podía quedarse quieto: estaba aún demasiado cargado de adrenalina. Se puso de pie para asomarse a la puerta, pero antes de que llegara a ella entraron dos personas a toda prisa: Hermione e, inmediatamente detrás de ella, Ron.
-¡Harry, has estado genial! -le dijo Hermione con voz chillona. Tenía marcas de uñas en la cara, donde se había apretado del miedo-. ¡Alucinante!
-Hermione, ven tienes muchas maras de uñas- dijo Sara mientras la chica accedió luego de soltar al chico
Mientras Sara curaba a Hermione entre los dos chicos, ella miraba nerviosa, paseando la mirada de uno a otro. Ron abrió la boca con aire vacilante. Harry se dio cuenta de que quería disculparse y comprendió que no necesitaba oír las excusas.
-Está bien -dijo, antes de que Ron hablara-. Olvídalo.
-No -replicó Ron-. Yo no debería haber...
-¡Olvídalo!
Ron le sonrió nerviosamente, y Harry le devolvió la sonrisa. Hermione, de pronto, se echó a llorar.
-¡No hay por qué llorar! -le dijo Sara, entendiendo la situacion
-Pero es que ellos ¡Son tan tontos los dos! -gritó ella, dando una patada en el suelo al tiempo que le caían las lágrimas. Luego, antes de que pudieran detenerla, les dio a ambos un abrazo y se fue corriendo, esta vez gritando de alegría.
-Has sido el mejor, ni punto de comparación.- dijo Sara cuando los dejaron solos- Cedric hizo una cosa bastante rara: transformó una roca en un perro labrador, para que el dragón atacara al perro y se olvidara de él. La transformación estuvo bastante bien, y al final funcionó, porque consiguió agarrar el huevo, pero también se llevó una buena quemadura porque el dragón cambió de opinión de repente y decidió que le interesaba más Diggory que el labrador. Escapó por los pelos.- dijo Sara con algo de desdén- Y Fleur intentó un tipo de encantamiento... Creo que quería ponerlo en trance,
o algo así. El caso es que funcionó, se quedó como dormido, pero de repente roncó y echó un buen chorro de fuego. Se le prendió la falda. La apagó echando agua por la varita. Y en cuanto a Krum...- entonces hasta ella esbozo una sonrisa- no lo vas a creer, pero no se le ocurrió la posibilidad de volar. Sin embargo, creo que después de ti es el que mejor lo ha hecho. Utilizó algún tipo de embrujo que le lanzó a los ojos. El problema fue que el dragón empezó a tambalearse y aplastó la mitad de los huevos de verdad. Le han quitado puntos por eso, porque se suponía que no tenía que causar ningún daño. Pero ven tenemos que salir.
Sara tomó aire al llegar con Harry hasta el cercado y dejo al chico para ir dónde estaban sentados los jueces: justo al otro extremo, en elevados asientos forrados de color oro.
Entornando los ojos, Sara vio a Madame Máxime, la primera del tribunal, levantar la varita, de la que salió lo que parecía una larga cinta de plata que se retorcía formando un ocho.
-¡No está mal! -dijo Dumbledore mientras la multitud aplaudía
A continuación le tocó al señor Crouch, que proyectó en el aire un ocho.
-¡Qué bien! -gritó Minerva.
Luego le tocaba a Dumbledore. También él proyectó un ocho, y la multitud vitoreó más fuerte que antes.
Ludo Bagman: un nueve.
Y entonces Karkarov levantó la varita. Se detuvo un momento, y luego proyectó en el aire otro número: un dos.
-¿Qué? -chilló Bagaman furioso-. ¿Un dos?, pero no ha visto al chico
-¡Eres un maldito cerdo partidista, a Fleur le diste un cero, la cual estuvo de maravilla y a Krum le diste un diez!- dijo Sara, saltando de su asiento
-No tiene ni idea, de lo que es ser sensato,- dijo Karkarov- lo único que ha hecho desde que la conocí, es comportándose como una niña estúpida, la cual ni siquiera podría defenderse del mas mínimo peligro y actúa de una forma que no convence ni al más tonto de los seres
-Usted no tiene idea de lo que yo soy- dijo Sara
-No creo que se equivoca yo sé que no es más que una simple mocosa, y sé que no tiene ni idea de con quien se mete
En cuanto el termino todos pudieron observar que en los ojos de Sara se veía un destello de color rojo, y entonces ella tomo a Karkarov por el brazo izquierdo y con un solo movimiento lo tenía arrodillado y suplicando en el suelo.
-Ojala, aprenda- y ella hizo otro movimiento y el estaba en el suelo- que yo no soy nada de indefensa y débil
Ella lo soltó y nadie sabía bien si salir o que...
-¡Muy bien todos! -dijo Bagman, entrando en la esena con su andar saltarín y tan encantado como si él mismo hubiera burlado a un dragón-. Ahora, sólo unas palabras la segunda prueba, que tendrá lugar a las nueve y media de la mañana del veinticuatro de febrero. ¡Pero mientras tanto les vamos a dar algo en que pensar!- dijo mientras entraba con los chicos- Si se fijan en los huevos que están sujetando, ven que se pueden abrir... ¿Ven las bisagras? Tienen que resolver el enigma que contiene el huevo porque les indicará en qué consiste la segunda prueba, y de esa forma pueden prepararse para ella. ¿Está claro?, ¿seguro? ¡Bien, entonces pueden irse!
Bagman miro a todos con cara de asombro.
-Y que paso aquí- dijo el
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"Adieu"
"Adieu"
El comienzo del mes de diciembre llevó a Hogwarts vientos y tormentas. Aunque el castillo siempre resultaba frío en otoño por las abundantes corrientes de aire, a Sara le alegraba encontrar en el salón de pociones, donde todos los días se prendían los calderos y por primera vez era el salón preferido de los alumnos.
Después de hacer sus prácticas con todos los alumnos.
-Bueno chicos... fue divertido, morder esa cola de rata... pero ya se acabó mi clase
Todos salieron del salón dándole palmadas a un chico de tercero que tuvo la desgracia de ser sometido al castigo que ella le había impuesto. Y asi Sara se puso a escribir algunas cartas que tenía pendientes antes de bajar a comer. La única forma de que se quedaba en las mazmorras ese día era porque Snape todavía estaba dando clase a Beauxbatons, así que no tenía que hacer contacto con él. Pues desde hacia tres semanas que no se dirigían la palabra.
-Me es sorprendente que le de clases a Beauxbatons si ni siquiera sabe hablar francés- dijo Sara para si misma
Entonces se levantó de su escritorio para ver los objetos que a veces dejaba los alumnos en sus asientos, y así pudo escuchar una conversación de una chica.
-Segura Nous écoutent pas fleur, n'a aucune idée de la façon de parler notre langue
-Segura que no nos escuchan flor, él no tiene idea de cómo hablar nuestro idioma
-Puis,
comme je l'ai dit, ce professeur est un total de stupido quand je qualifier avec moins qu'excellent mon essai.
-Entonces como te decía, este profesor fue un total estúpido cuando me califico con menos de excelente mi ensayo.
-Si Mais il vous permet d'économiser, fils putain
-Si pero ya sabes que es un jodido hijo de...
Entonces Sara se levantó y fue al lugar donde estaban secreteandose las chicas. Sin hacer caso a que Snape estaba a la mitad de la clase.
-Mesdames, je vois que ses manières sont éloignés, je suppose que Madame Maxime vous ne ferai pas la grâce ce comportement afin que se ils avaient un peu... quitter la classe et attendre à l'extérieur...
-Señoritas veo que sus modales quedan muy aparte, supongo que a Madame Maxime no le hará ninguna gracia este comportamiento así que si tuvieran un poco de... salgan de la clase y esperen afuera...
Así se paró enfrente de la clase. Apartando a el profesor del frente y comenzó a decir con toda seguridad frente a los alumnos que habitualmente no prestaban atención hasta ese momento.
-Sabe que esta es mi clase y...- dijo Snape notalmente fastidiado
-Enserio no se da cuenta cuando lo insultan en francés en su clase... necesita una traducción. Déjeme decir algo y lo dejo de molestar.
-Pour le reste d'entre vous qui sentent qu'ils ont un burlarce minimale droit de nous devrait réfléchir à deux fois parce que je vous rappelle que vous êtes ici
-Para el resto de
ustedes que sienten que tienen un mínimo derecho de burlarse de nosotros deben de pensarlo dos veces por que les recuerdo que aquí son invitados
Todos bajaron la cabeza a sabiendas que si Madame Maxime se enteraba lo lamentarían. Entonces ella hizo aparecer un diccionario.
-Tal vez necesite esto- dijo Sara dándole el diccionario de francés - Adieu
Sara caminaba por los pasillos del colegio en dirección a la clase de Minerva pues con tal de no verle la cara ni un segundo a Snape, se propuso a arreglar el baile de navidad, al llegar a la puerta no dudo dos veces y entro.
-¡Potter!, ¡Weasley!, ¿quieren atender?.
La irritada voz de la profesora McGonagall restalló como un látigo en la clase de Transformaciones del jueves, y tanto Harry como Ron se sobresaltaron.
-Oh, Sara, solo dame un momento- así fue al frente de la clase -Ahora que Potter y Weasley tendrán la amabilidad de comportarse de acuerdo con su edad -dijo la profesora McGonagall dirigiéndoles a los dos una mirada de enfado cuando la cabeza de la merluza de Harry cayó al suelo (súbitamente cortada por el pico del loro de hojalata de Ron) -, tengo que decirles algo a todos ustedes... la profesora les dará un informe más detallado.
-Como ya saben- dijo Sara- Se acerca el baile de Navidad: constituye una parte tradicional del Torneo de los tres magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros
invitados extranjeros. Al baile sólo irán los alumnos de cuarto en adelante, aunque si lo desean pueden invitar a un estudiante más joven...
Lavender Brown dejó escapar una risita estridente. Parvati Patil le dio un codazo en las costillas, haciendo un duro esfuerzo por no reírse también, y las dos miraron a Harry. Las profesoras McGonagall y Sara no les hicieron caso, lo cual le pareció injusto a Harry, ya que a Ron y a él sí que los había regañado.
-Será obligatoria la túnica de gala -prosiguió la profesora McGonagal
- El baile tendrá lugar en el Gran Comedor, comenzará a las ocho en punto del día de Navidad y terminará a medianoche. Ahora bien... -Sara recorrió la clase muy despacio con la mirada.
-El baile de Navidad es por supuesto una oportunidad para que todos echemos una cana al aire -dijo Minerva en tono de desaprobación.
Lavender se rio más fuerte, poniéndose la mano en la boca para ahogar el sonido. Sara comprendió dónde estaba aquella vez lo divertido: la profesora McGonagall, que llevaba el pelo recogido en un moño muy apretado, no parecía haber echado nunca una cana al aire, en ningún sentido.
-Pero eso no quiere decir -prosiguió la profesora McGonagall- que vayamos a exigir menos del comportamiento que esperamos de los alumnos de Hogwarts. Me disgustaré muy seriamente si algún alumno de Gryffindor deja en mal lugar al colegio.
Sonó la campana, y se formó el habitual revuelo mientras recogían las cosas y se echaban las mochilas al hombro.
La profesora McGonagall llamó por encima del alboroto:
-Potter,
por favor, quiero hablar contigo.
Dando por supuesto que aquello tenía algo que ver con su merluza de goma descabezada, Harry se acercó a la mesa de la profesora con expresión sombría.
La profesora McGonagall esperó a que se hubiera ido el resto de la clase, y luego le dijo:
-Bueno Potter, Sara es la que vino a informarte
Ella asintió.
-Potter, los campeones y sus parejas...- dijo Sara
-¿Qué parejas? -preguntó Harry.
La profesora McGonagall lo miró recelosa, como si pensara que intentaba tomarle el pelo. Y Sara solo sonrió un poco, pues sabia que a esa edad y con tantos problemas el no quería uno mas.
-Tu pareja para el baile de Navidad, Potter -dijo con frialdad Minerva-.Tu pareja de baile.
Harry sintió que se le encogían las tripas.
-¿Parejas de baile? -Notó cómo se ponía rojo-. Yo no bailo -se apresuró a decir.
-Sí, claro que bailas -replicó Sara con una risa-. Eso era lo que quería decirte. Es tradición que los campeones al igual que los maestros y sus parejas abran el baile.
-Yo no bailo -insistió. El chico
-Es la tradición -declaró con firmeza la profesora McGonagall-. Tú eres campeón de Hogwarts, y harás lo que se espera de ti como representante del colegio. Así que encárgate de encontrar pareja, Potter.
-Pero... yo no...
-Ya me has oído, Potter -dijo la profesora McGonagall en un tono que no admitía réplicas- Además deberás de por lo menos llevar a una chica que te ayude a practicar
el primer baile, hoy después de la comida se hará una práctica, en el salón.
El chico salió del aula.
-Enserio Minerva, hoy hay practica -dijo Sara
-Si
-Pero apenas hace cinco horas se planeo esto.
-Lo se, pero cuanto antes comencemos, antes terminaremos
-Pues yo no he invitado a nadie
-Ya veremos que hacemos
-Sabes Minnie creo que no habrá necesidad de buscar, le diré a Jack.
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-Como que no- dijo Sara extrañada
-Pues ya te dije...tienes poción revitalizante - contesto Jack
-Si, pero no me cambies el tema, porque no quieres ir al baile conmigo.
Sara ni siquiera se dio cuenta de que habían bajado a las mazmorras hasta que choco la puerta. En el interior ya se encontraban los alumnos esperando que ella llegara.
-Pero yo soy tu amiga
- ¿Y?.
-Pues...ahsss... con quien voy a ir
-Creo que Filch esta libre- Sara rodó los ojos.
-Muerte- dijo ella renegando. -Pagina cien... - dijo a su clase
-Entonces, ¿ dónde esta la poción?
Ella le aventó un frasco rozandole la cabeza y estrllandolo contra un muro.
-Que te pasa-dijo Jack después de esquivar la poción
-La invitaste a ella... a Tiffany...enserio
-¡Sara!...porque leíste mi mente.- dijo indignado
-Eres un... vete de una vez con esa zorra.- apunto contra la puerta
-Pero no fue mi intención... ella me acorralo
-Aja. Como la vez que me iba a casar contigo.
-Pero ya te lo he dicho mil veces, ¡ ella me acorralo!.
-Mejor vete- dijo ella con pesar, poniendo sus manos en la sien
Jack salio del aula pues había tenido millones de veces esa discusión con Sara.
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-Gracias campeones y maestros por haber salido de sus ocupaciones así que vamos a iniciar con...- decía Minerva
-Ya llegue- dijo Sara jadeando- es que...nada- se retracto
-Bueno, como les decía es un baile algo complicado, pues consiste en cambiar de la posición de brazos y después cargar a su pareja. Se que fue muy repentino esto pero, nosotros los profesores posteriormente tendremos que enseñarle a nuestros alumnos de las casas respectivas - dijo Minerva- Ahora todos... Filch si fueras tan amable... tomen a su pareja y practiquemos.
Todos tomaron a su pareja incluso Minerva ya la tenía, el director , así que Sara se acercó a ella, cautelosa pues al parecer era la única, pues ni siquiera los aurores estaban, porque al termino del torneo, regresaron a Rumania.
-Minerva es que yo... no... mm mm
-Tienes pareja.- dijo rápidamente
-Exacto... bueno yo iba a ir con Alexander pero... Liz va a venir entonces él ya tiene pareja
-Supongo... em... Harry... no, no, no... quien más queda... Severus
-¡¿Qué?! Minerva está bien que este tan urgida pero... no es para tanto... incluso...
-Ya, solo
es por hoy
-Pero
-Severus
Y en menos de dos segundos él ya estaba ahí. De todas las personas a las cuales podría bailar, él no era una de ellas.
-Sé que ambos no han invitado a nadie, así que serán... bailaran los dos juntos hoy
-Minerva, yo...- dijo Sara convencida de que ella le daría permiso de ir a otro lugar.
-Ya fin de la discusión- dijo ella
Sara a regaña dientes se paró enfrente de Snape sabiendo que esto sería una experiencia próxima a la muerte... Ambos se quedaron viendo como niños pequeños (con vergüenza) de que los vieran bailando juntos.
- Tomen la cintura de su pareja- dijo Minerva
-¡¿Qué!?- dijeron ellos dos
-Si lo que acaban de escuchar- dijo ella sería- y las damas pongan una mano en el hombro del caballero y su otra mano en la de su pareja
Sara fue la primera en hacer lo que le decían y... la verdad que otra cosa peor podría pasar; se acercó muy lentamente a él y le tomo la mano y coloco la otra en su hombro, lo que provoco que Snape diera un respingo, después el tomo la cintura de Sara, y al igual que el dio un respingo pues nadie le tomaba la cintura.
-Ahora damos un paso a lado y al otro, lentamente- dijo Minerva que estaba al lado de Filch- y lo repiten siete veces
Una melodía Suave pero rítmica....comenzó a sonar.
Entonces ambos comenzaron a hacer lo que dijo Minerva...pero era difícil seguirle el paso a la zancadas que daba Snape.
-Por que no va mas lento.- dijo Sara irritada
-Y usted porque
no mas rápido- aspecto él
Sara rodó los ojos y dejo escapar un suspiro.
-Si hubiera buscado antes... no estaría aquí.
- Y cree que a mi me hace mucha gracia.
-No. Como no me la hace a mi.
Daban, vueltas sin sentido, una y otra vez, pues algunos de los campeones no lograban siquiera de hacer algo tan sencillo.
- Esto es aburrido- dijo Sara recargando su cabeza en su hombro.
-Y el estar sobre mi lo hace divertido.
-No, lo hace soportable- dijo ella cerrando los ojos.
-Pues para mi no
-Usted no esta conforme, amenos que lo haya hecho...- suspiro...la maestra de estudios muggles, pensó.
-Quien.
-Nadie.
-Bueno ahora- recobro la profesora McGonagall- damas ambas manos en el hombro del caballero y ustedes en la cintura... y después cargan a su compañera.
Snape y Sara hicieron lo que Minerva dijo pero... justo cuando Sara estaba en los brazos de el... empezó a temblar y ambos cayeron al suelo, Snape sobre Sara.
-Están bien- dijo Minerva acercándose para levantar a ambos
-No Minerva... auch... creo que me rompí algo- dijo Sara mientras se ponía de pie
-No sea tan quejumbrosa- dijo Snape
Y así Sara le puso los ojos en blanco... pero tenía que seguir bailando, aunque...
Había pasado ya una hora y Sara estaba de nuevo en el suelo.
-Esta es la 950- dijo ella en cuanto se puso de pie
-No claro que no- dijo Alexander mientras sostenía a
Sara- es la 953
-Bueno supongo que es suficiente- dijo Minerva- si practicamos más tiempo Sara se va a romper algo
-Gracias a Merlín- dijo Sara
Entonces ella se fue rengueando y con las manos en las caderas, después de caerse tantas veces le sorprendida caminar, así llego al gran comedor, y dirigirce a la mesa de los profersores, se sentó con una mueca de dolor.
-Que te paso- dijo el director
-Pregúntale a Snape- dijo Sara
-Supongo que probo su gran coordinación- dijo Albus lo que hizo sonreír a Sara
-950 veces me hizo caer- dijo ella
-953- dijo Snape haciendo acto de presencia
La comida siguió tan normal como siempre, después de ella Sara tenía una hora libre así que planeaba sentarse en la orillas del lago negro para descansar, pues ningún alumno la podría molestar ahí... no es que no quisiera hablar con nadie es solo que necesitaba reposar. Se sentó en la orilla y observo el agua, su reflejo contra el agua, así que comenzó a cantar.
Au clair de la lune
Mon ami Pierrot
Prête-moi ta plume
Pour écrire un mot
Ma chandelle est morte
Je n'ai plus de feu
Ouvre-moi ta porte
Pour l'amour de Dieu
Au clair de la lune
Pierrot répondit
Je n'ai pas de plume
Je suis dans mon lit
Va chez la voisine
Je crois
qu'elle y est
Car dans sa cuisine
On bat le briquet
Au clair de la lune
L'aimable Lubin
Frappe chez la brune
Qui répond soudain
Qui frapp' de la sorte
Il dit à son tour
Ouvrez votre porte
Au dieu de l'amour
Au clair de la lune
On n'y voit qu'un peu
On chercha la plume
On chercha du feu
En cherchant d' la sorte
Je n' sais c' qu'on trouva
Mais je sais qu' la porte
Sur eux se ferma.
Al claro de la luna
Mi amigo Pedro,
Préstame tu pluma
Para escribir una carta
Mi candela se acabó
Ya no tengo luz
Ábreme la puerta
Por amor de Dios
Al claro de la luna
Pedro contestó
No tengo pluma
En mi cama estoy
Ve a casa de la vecina
Creo que allí está
Porque en su cocina
Sacan chispas.
Al claro de la luna
El amable Lubín
Llama a casa de la morena
Que súbitamente contesta
¿Quién llama así?
Dice a su torno
Abre su puerta
Al dios del amor
Al claro de la luna
Sólo se ve poco
Buscaron la pluma
Buscaron
fuego
Buscando así
No sé qué se encontró
Pero sé que la puerta
Detrás de ellos se cerró.
Entonces dejo de cantar cuando se dio cuenta de que Snape la miraba.
-Que hace aquí- dijo Sara
-Le traje una poción- dijo el todavía enbobado
-Gracias- dijo ella cuando tomo la poción de Snape
-Que es lo que cantaba
-Una canción, se llama Au clair de la lune - Sara sonrio al ver la expresión de extrañesa en la cara del profesor- es una canción en francés... al claro de luna, miama me la cantaba cuando me sentía triste, y cambio la letra a propósito, la vercion original dice Petter, pero ella le puso mi nombre para que me hiciera feliz
-¿Así?, supongo que no le traerá recuerdos muy gratos
-Pues, tristes a decir verdad
«Pero lo más hermoso que haya escuchado» - pensó el
-Gracias- contesto ella morando al horizonte
-Pero ya me dijo gracias por la poción
-No, es por su comentario
Entonces Snape se quedó asustado- nunca nadie había entrado en su mente después de Voldemort-.
-Que dijo- rectifico, pensando que había escuchado mal
-Creo, que... ya metí la pata - dijo Sara hundiendo su cara entre las manos-... se leer los pensamientos y la mente de la gente sin que se den cuenta...
-Deje de jugar
-No lo digo de broma, sé que piensa todo el tiempo... bueno a veces... cuando... se me ocurre...estar de entrometida...y no siempre es algo que pueda controlar, llega
a ser espontáneo.
-No tiene la menor idea de lo que pienso- contestó el incrédulo
-Sí, claro que si... también de lo que hace a veces, pero como dije, es espontáneamente
-Como que
-La fotografía que mira todo el tiempo en su cuarto, la de una niña pelirroja... la madre de Harry Potter y usted... supongo, de niño.- dijo Sara nerviosa mirando sus manos
-Pero como, se supone que para leer la mente... no me habrá espiado- dijo el alarmado
-No, de hecho, lo supe la tercera semana que estuve aquí... en el desayuno, pero no fue intencional
-Pero no es lógico no tiene la menor idea de lo que pienso, pudo haber sido una fotografía cualquiera
-No, si sé qué piensa usted,mm mm comí se lo demuestro- ella. pensó detenidamente- sabe que le jode, que el único recuerdo que tiene de esa mujer sea una desteñida fotografía, le jode que jamás volverá a verla sonreír, que jamás la mirara, y le jode aún más que la única forma de ver sus ojos sea en su hijo... el cual también le trae el recuerdo de la persona que más odia,... ve como se en que piensa
-Pero que está diciendo está desvariando
-No de hecho no... solo, que pude entrar en su cabeza sin ser vista, cuando usted esta distrido... así que mejor me voy, antes de que me insulte... hasta luego Snape
Sara se levantó y tomo rumbo al castillo pero...
-Espere- dijo Snape
-Está bien-dijo Sara suspirando, pues de nuevo venia esa imagen de su cabeza en el lago
-Solo respóndame una cosa
-Tal vez
-¿Qué cosas sabe de mí?
-Recuerda la vez que yo le dije que no se metiera con mi vida...pues imagine que no dije nada
-Pero como lo hace...
-Solo lo que piensa más recurrentemente y cuando esta vulnerable y cuando es espontáneo, como cuando piensa en Lily, sobre el torneo, y sobre sus clases... yo no soy tan metiche con la gente, solo no lo puedo controlar
En ese momento se tocó la campana.
-Le propongo un trato,-dijo Sara algo nerviosa- yo no digo nada y usted hace como que no le dije nada
-Es conveniente
Entonces ella se puso en marcha.
-Sabe debe de practicar, porque 953 veces que su pareja se le caiga... debe de hacer algo
*****
Ya había pasado una semana desde aquella plática, y todo seguía tan normal como siempre... dentro de lo que cabe.
-Y con esta caída ya son 5538- dijo Sara desde el suelo
-Bueno creo que ya está bien- dijo Minerva- creo que Severus es un caso perdido
-Yo se lo dije desde hace una semana- dijo Sara ya de pie
-Bueno, alumnos pueden retirarse, igual que ustedes profesores... menos tu Sara y Severus... si me hacen el favor de reparar la mesa que rompieron- dijo Minerva saliendo del gran comedor
Sara miro la mesa, y era muy gracioso, pues hasta hace unos minutos ella la había roto cuando cayó al piso, entonces no pudo contener las ganas de sonreír, la reparo en un dos por tres con un
hechizo.
-Enserio la he tirado 5538 veces
-Sí, bueno la verdad es que me he golpeado tanto la cabeza que bueno...
-Lamento, no saber hacer...
-Shh. - dijo ella pues había alcanzado a escuchar algunas voces, o risas mejor dicho.
-Jack...enserio quiero intentarlo.- dijo una voz melosa
-Ambos sabemos que no va a funcionar- dijo otera voz decidida.
-Claro que...
Pero esas voces, se convirtieron en Tiffany y Jack que calaron en cuanto vieron a Sara.
-A mm...- dijo Jack- Profesor Snape dice la profesora McGonagall que hoy le diera a su casa la noticia del baile, que ya están todos reunidos esperándolo.
-Esta bien,- dijo secamente y se dirigió a la puerta.
Y Sara solo se quedo ahí, sin bien saber que hacer. Pues Jack, había tratado durante días pedirle perdón.
-Sara, podríamos hablar.
Ella negó con la cabeza, sintiendo como los ojos se le llenaban de lágrimas.
-Tengo cosas que hacer- dijo con la voz entrecortada
-Claro que no- dijo el.-solo tengo que decirte
-Pero se me hace tarde- dijo Sara mintiendo.
-Hay por favor, claro que no- dijo Tiffany
Sara estaba apundo de quebrarse ahí, desde hacia semanas evitaba hablar del tema, Alex sabía bien el porque y a pesar de que todos le preguntaban ninguno decía algo, pero eso era lo que la afectaba
tanto. Severus escucho todo lo que estaba ocurriendo, y aunque iba muy encontrar de sus razonamientos lógicos.
-Señorita que hace, distrayendose con el señor Miller, usted tiene muchos pendientes que lamentablemente debe de hacer conmigo.
Ella no dudó dos veces en acudir a la ayuda que Snape le había dado, y salio corriendo a su lado, y hasta que estuvieron dos pasillos antes de llegar a las mazmorras ella pudo hablar, pues el nudo en la garganta no se lo permitió.
-Gracias
-De nada- dijo Snape secamente
-¿Por que lo hizo?
-Para cobrarle un favor
-¿Enserio?
-Si.
-¿Y que favor?
-El que usted les enseñe a mis alumnos a bailar, suficiente va a ser el ridículo que voy a hacer con usted u otra en navidad, como para comenzar desde hoy.- dijo sin pensarlo aunque el sabia que esa no era la razón.
-Ah, esta bien- dijo desepcionada, pues incluso le había por alguna extraña razón, ilucionado que el dijera "otra cosa"
La sala común de Slyterin no era nada fuera de lo cumun, era tan cliché como Sara había esperado. Al entrar todos los alumnos se callaron, era obvio que idolatraban a Snape.
-Si los he reunido aquí, -dijo cortante- es porque pronto sera el baile de navidad. Para aquellos y serán muchos, que no sepan que es, era una festividad con la que se celebraban los campeones de las tres escuelas, una noche de suma importancia y riurosa etiqueta, la casa de Slyterin se a caracterizado por su buen comportamiento durante siglos, y unos niños estúpidos no van a poner el desorden,
esta claro.
- Si profesor, - dijeron a unisono
-Ahora si la señorita tuviera el suficiente cerebro para enseñarles algo, debo pedirles que le presten atención.
Ella sonrió.
-Vaya. Usted pidiéndome un favor - dijo con voz fingida poniendo una mano en su pecho- debí de haber hecho algo muy bien
El negó.
-O algo muy estúpido.
Sara rodó los ojos. Siempre tenia que ser tan cortante...pero era entendible, en algún momento, cuando el estaba mas enomorado lo mandaron al demonio, no era una justificación, pero al menos explicaba algo de lo que el sentía.
-Bueno...supongo que voy a tener que enseñarles a bailar, la pieza central de esa noche.
Ella miro a cada uno de los Slyterins, no iba a ser muy fácil. Comenzó por aparecer un tocadiscos, para poner la música.
-Lo que quiero que hagan es muy simple, tomen una pareja, solo para practicar hoy.- los alumnos hicieron lo que Sara dijo sin siquiera chistar.
Mientras ellos comenzaban la molesta danza de encontrar parejas, ella pensaba, nostálgica, que si había sido buena idea evitar a su mejor amigo.
-Porque tan curiosa- dijo Severus detrás de ella. Pues desde que ella les había dado orden a sus alumnos ella estaba triste.
-Amm...yo sólo- hablo bajo, pero después se aclaro la garganta y subió su tono- miraba que, mi ropa no combina con el ambiente...de calabozo verde.
-¿Y solo en eso pensaba?- dijo el curioso, pues quería saber más... y por muy increíble
que a el le pareciera, sí le interesaba los secretos de esa mujer, qué desde el día en que llego no dejaba de sorprenderlo.
-Adelante, pregunte lo que quiera...- dijo ella resignada, pues le llegó un impulso de estar con el.
-¿ A que se refería con que se iba a casar?- esa pregunta le cayo como un balde de agua helada.
Ella, trago en seco, y prefirió decirles que hacer a los Slyterins.
-Esta bien, ya que todos tienen pareja, comencemos practicando el vals, no es nada del otro mundo, sólo es un paso lento de un lado a otro.
»Damas, tomen el hombro y la mano del caballero, y ustedes hombres una mano en la cintura de la chica y la otra la entrelazan
Comenzó una pieza de vals, fácil de seguir, y así como la música Sara siguió su curso y les enseño a Slyterin a bailar, a pesar de que muchos tenían la gracia y belleza de un manatí.
Cuando dio por finalizada la clase ya era notablemente tarde, así que todos se fueron a dormir.
-Nunca pensé que usted supiera enseñale a ciertos alumnos que carecen de algún tipo carisma, a que se vieran lo suficientemente bien.
-Gracias... supongo, además era lo menos que podía hacer, después de todo usted me ayudo.
-Cierto...aunque claro, no puedo hacer alegorías a nuestro mal trabajo bailando.
Ella río un poco.
-Al parecer, es lo único que no sabemos hacer, estar juntos.
Ella no termino de decir la frase cuando se encendió el tocadiscos; ambos trataron de apagar el objeto pero era inútil, como obviamente funcionaba con magia, no se podía apagar con esta.
-Déjelo- dijo Sara- tal vez se apaga después de que termine la canción...oh el disco
-Así que hay que esperar- dijo Snape, que estaba haciendo un gran esfuerzo por no parecer...¿ alegre?
-Sí.
La canción sonaba tan insistentemente que era incluso hasta fastidioso. Incluso, Sara que hasta hacia unos momento le parecía bonita la melodía, ahora le taladraba las orejas.
-Ya se le ocurrió con quien ira al ridículo baile- pregunto el
-No,... de hecho la verdad no tengo opciones- entonces ella suspiro- creo que no iré, pero en fin... supongo que...es bonito, practicar con usted todas las tardes para que me rompa la cadera- sonrió ante la idea.-¿ Y usted va a ir?
-Tengo qué.
-¿Entonces ya tiene con quien ir?
-No, pero un baile escolar no me hace ninguna gracia, así que no importara con quien este
-Yo pensé qué iría con su amiga
El la miro extrañado.
-No lo dice enserio.
-Si, si lo digo enserio ¿Qué hacía con la profesora de estudios muggles hablando de ir a su "casa"? - dijo sin preámbulos ni rodeos.
-Iba a enseñarle las cosas muggles que tengo en mi casa-siseo ofuscado.
-Mmmm-susurro Sara irónica, Severus alzó la ceja divertido.
-Por casualidad no estará celosa...
¿No?- dijo haciendo una mueca de diversión
-¿Yo?-preguntó señalándose a sí misma, totalmente incredula-¿De esa rubia ridícula?. ¡No seas ridículo Severus!, ¡Yo soy mucho más bonita, inteligente y divertida! -gruño rodando los ojos y poniendo sus manos detrás de la espalda
-Ya veo-murmuró Severus.
Sara torcia la boca por estar enojada, mientras Severus observaba la escena con total incredulidad... acaso Sara Dumbledore tenía algún sentimiento contra el.
No tuvo mucho tiempo para pensar, pues la canción del maldito tocadiscos cambió. Tornándose en una mas agradable y bailable.
-¿Por que todo aquí es plateado y verde...dicho hay mas colores?
-Bueno es que usualmente nadie usa un vestido rosa a la mitad del otoño.
-Si, supongo-dicho ello, con un chasquido cambio su atuendo por un vertido verde señido al cuerpo hasta la rodilla
.(«MULTIMEDIA »)
Ella simplemente se veía fantástica, el tono de su cabello resaltaba con aquel verde, al igual que el de su piel. Simplemente al verla uno estaba en una especie de hechizo.
Severus Snape simplemente olvido lo ocurrido durante varias semanas, olvido que muchas veces había querido ahorcar a Sara. Ahora veía lo que realmente era, una hermosa mujer, con la cual se había portado como un patán; ella era inteligente, sensible, alegre, hermosa, inteligente, desafiante, solo al verla sabias que todas las alegorías que se le dieran quedarían cortas. A pesar de ser una mujer
con diferentes matices que conllevarian muchos secretos y virtudes, simplemete era una joya. El dejo de pensar claramente, su cabeza daba vueltas entre lo que esta bien y mal.
Sara esta ahí a la mitad del salón, tarareando la canción, fijándose en el brocado de su vestido, se veía tan inocente, pero a la vez tan astuta.
Snape, no lo dudo dos veces y se acerco a ella lentamente, intentando no ser tan desesperado, temiendo que ella se riera. Tomo una de sus manos y la otra la coloco en su cintura, comenzando a danzar lentamente. Sara no opuso resistencia, pero mostraba una cara de asombro y diversión, no era normal que el tuviera ese tipo de trato con ella, pero era algo nuevo, un ambiente solo de ellos dos, sin insultos, ni rencores ni estúpidos comportamientos. Solo ellos.
Sara recargo su cabeza en el pecho de Severus, escuchando cada latido de su corazón, el cual iba muy rápido, siento su fresco olor a menta invadiendo sus sentidos y engañando su mente. Mientras ella pasaba uno de los momentos mas felices de su estancia ahí, Snape experimentaba una fuerte confusión, seguida por tranquilidad y sustituida por el deseó.
-Cuando yo tenia veinte- comenzó a decir Sara- regrese una navidad a París, extrañaba tanto a mis amigos que no veía la
hora </i><i>de</i><i> </i><i>llegar</i><i>. </i><i>Cuando</i><i> </i><i>me</i><i> </i><i>recibieron</i><i> </i><i>fue</i><i> como </i><i>si</i><i> </i><i>no</i><i> </i><i>hubiera</i><i> </i><i>pasado</i><i> </i><i>ni</i><i> </i><i>un</i><i> </i><i>minuto</i><i>, </i><i>y</i><i> </i><i>yo</i><i> </i><i>simplemente</i><i> </i><i>deje</i><i> </i><i>que</i><i> </i><i>todo</i><i> </i><i>sucediera</i><i>, </i><i>me</i><i> </i><i>deje</i><i> </i><i>llevar</i><i>. </i><i>Yo</i><i> </i><i>tenia</i><i> </i><i>planeado</i><i> </i><i>quedarme</i><i> </i><i>una</i><i> </i><i>semana</i><i>, </i><i>pero</i><i> </i><i>no</i><i> </i><i>fue</i><i> </i><i>así</i><i>, </i><i>un</i><i> </i><i>día</i><i> </i><i>antes</i><i> </i><i>de</i><i> </i><i>regresar</i><i>, </i><i>Jack</i><i> </i><i>me</i><i> </i><i>pidió</i><i> </i><i>que</i><i> </i><i>me</i><i> </i><i>casara</i><i> </i><i>con</i><i> </i><i>el</i><i>, </i><i>y</i><i> </i><i>yo</i><i> </i><i>como</i><i> </i><i>estúpida</i><i> </i><i>acepte</i><i>, a pesar </i><i>de</i><i> </i><i>que</i><i> </i><i>sabia</i><i> </i><i>que</i><i> </i><i>era</i><i> </i><i>un</i><i> mujeriego. Todo </i><i>iba</i><i> </i><i>bien</i><i>, supongo, </i><i>pero</i><i> </i><i>cuando</i><i> </i><i>llego</i><i> </i><i>el</i><i> </i><i>día</i><i> </i><i>de</i><i> </i><i>la</i><i> boda...</i><i>cinco</i><i> </i><i>minutos</i><i> </i><i>antes</i><i>...</i><i>Tiffany</i><i> </i><i>esta</i><i> </i><i>a</i><i> horcadas </i><i>sobre</i><i> </i><i>Jack</i><i>, </i><i>detrás</i><i> </i><i>de</i><i> </i><i>uno</i><i> </i><i>de</i><i> </i><i>los</i><i> </i><i>arbustos</i><i> </i><i>de</i><i> </i><i>la</i><i> </i><i>iglesia</i><i>... </i><i>Y</i><i> </i><i>ahora</i><i>
todo esto, verlos juntos...no supe como manejarlo, aveces no controlo lo que hago, y tiendo a arruinar la situacion, por eso creo que, yo soy la que jamás puede estar con usted, sin pelear. Pero creame que me encantaría arreglar todo con usted, y tal vez volvernos amigos...
Entonces se dieron cuenta que la canción había terminado, pero ellos dos seguían así, juntos, se miraron mutuamente a los ojos. creando que sus respiraciones se acelerarán.
-Sus ojos- dijo extrañado el profesor- son de color
-Morado- dijo ella
-Si- comento extrañado
-Bueno me pasa cuando bajo la guardia, si usted quisiera podría entrar a mi mente y no podría poner resistencia, pero me molesta.
-Y por qué pasa
-Bueno... yo...- Sara repaso su mentira no podía decir la verdad- es que... yo... -Estoy enamorada- bueno es que... deberíamos de... irnos....ya termino la canción
-Claro
Entonces ella fue la que se separo de golpe y se puso en marcha hacia su cuarto, dejando extrañado al profesor.
«En que estás pensando Sara, - se decia asi misma- si lo hubieras dicho, pero es inútil... la verdad creo que todos estos golpes me afectaron un poco la cabeza, pero... pero ¿y si?... no... no, no, no ,no....y definitivamente no, ya una vez pensaste y no salio bien. No puedo haberme enomorado de Snape. ¿o si?»
***------******
Holisss...
¿Ahora que creen que pase con Sara?
¿Se habrá vuelto loca?
¿ Snape, ya la quiere?
¿Los elefantes conspiran para volar?
espero que comenten!!! y pongan sus votos...
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"Una invitación"
"Una invitación"
Canción: Take What- Maroon 5
Cada día de la última semana del trimestre fue más bullicioso que el anterior. Por todas partes corrían los rumores sobre el baile de Navidad, aunque Sara no daba crédito ni a la mitad de ellos. Por ejemplo, decían que Dumbledore le había comprado a la señora Rosmerta ochocientos barriles de hidromiel con especias. Parecía ser verdad, sin embargo, lo de que había contratado a Las Brujas de Macbeth. Sara sabía quiénes eran exactamente porque había tenido una radio mágica; había crecido escuchando la CM (los Cuarenta Magistrales), y era un grupo musical muy famoso... bueno para ser exactos su grupo favorito.
A pesar de todo esto, Sara no olvidaba la cosa que estuvo a punto de decirle a Snape. Pero en fin, tenía cosas en las que concentrarse, como en que ponerse... o con quien ir... y sobre todo que tenía un enorme moretón en el brazo a causa de las heridas por caerse. De todos modos, faltaban seis semanas para el baile y...
-Chicos- dijo Sara- como se darán cuenta, la poción, debería de estar tornándose azul... cuantos de ustedes han cumplido el requisito.
Todos los chicos de primero levantaron la mano.
-Está bien, ahora, tomen un frasco y podemos probarla... recuerden etiquetarla, es que no quiero decir nombres pero...la señorita Adams...no lo hizo.
Después de esto, los alumnos hicieron lo que Sara les indico, y por fin habían terminado la clase, dio lugar a las recurrentes preguntas que hacia al final de la clase.
-Bueno, hay alguna pregunta- dijo ella, pues aún faltaban diez minutos de
la clase
Una niña alzo la mano, cosa que era raro para ella, pues los alumnos entendían a la perfección sus explicaciones.
-Sí, querida- dijo ella impasible por responder
-¿Porque a nosotros no nos dejaran ir al baile de navidad?- dijo la niña
-Mmm... señorita Williams, yo me refería a alguna pregunta sobre la clase... pero... es que ustedes son de segundo, y el baile... es...es para los mayores, puesto que se acabara a la media noche... y...
-Eso es muy romántico- dijeron todas las niñas a coro, y Sara puso los ojos en blanco, pero con una sonrisa en el rostro.
-No lo creo-dijo ella
-Pero lo es- dijo la niña que le pregunto- además no se supone que es un baile,... de seguro ira con un hermoso vestido y bailara toda la noche, con... ¿Con quién ira al baile?
Sara sonrió e hizo una cara de incredibilidad.
-No iré al baile
-Pero ¡¡¡¿Por qué?!!!- gritaron las niñas, pero en ese momento tocaron las campanas, y los alumnos se fueron al gran comedor.
Sara dio gracias a Merlín, que no tuviera responder las preguntas de las niñas, así que recogió sus cosas, para ir a comer y cuando termino, se dirigió al gran comedor. Ya una vez sentada, se dispuso a comer. Estaba tomando un poco de jugo de calabaza cuando...
-Entonces no sirve de nada que yo la halla tirado todo el mes- dijo una voz detrás de ella
-Depende de cómo lo vea- contesto Sara- claro que sirvió, ahora sabe, que no sabe bailar, no lo cree Snape
-Y como cambio de opinión- dijo el
-Pues desde que Liz, mando la carta- dijo Sara con algo de tristeza- mí plan era ir
con Alex
-¿Quién es Liz?
-Amm... la esposa de Alexander- dijo ella como si fuera algo obvio
-Yo siempre pensé que...
-Que...
-Nada...
-De nuevo va con sus largas...
-Yo pensé que era su novio
Entonces Sara partió en risa, lo que hizo que todos en la mesa de los profesores, quedaran en silencio. Y cuando al fin ella recupero la capacidad de hablar dijo:
-Sus conclusiones no son muy acertadas,- dijo Sara, recuperando la calma- para mi Alexander, es como un hermano, y no lo veo, ni lo vi como nada más... porque usted lo creyó así.
-Simplemente por sacar conclusiones- dijo el
-Pues debería de dejar de hacer eso
-Bueno, pero no me ha contestado, porque no va a ir a al baile
-Pues no hay una causa en específico, así las enumerare:
1. No tengo ningún vestido para eso
2.Nadie me ha invitado
3.Y jamás... jamás... jamás, nadie me invitaría
-No pensé que le preocuparan cosas tan trilladas- comento el
-Claro que no es trillado.- se defendió ella- es...es...importante
-Enserio- contesto incrédulo
-Que para usted no lo sea no significa que para los demás no
-Nunca imagine que usted estuviera reclamando eso...parece toda una niña.
-Claro, aunque parezca sorprendente, supongo que soy la única... bueno y los alumnos...esto es de las peores cosas que me han pasado
-Al parecer...- tomo un sorbo de su café -hablando de cosas sorprendentes- le paso un trozo de pergamino- esto le parecerá aun más...pero no lo abra hasta que sean las cuatro de la tarde.
-Y que dice- dijo ella
sorprendida.
-Le incumbirá cuando sean las cuatro...además, si lo abre antes se mure.
-Aja
- Enserio
-Por favor dígame
-¿Porque?
-Soy curiosa
-La curiosidad mato al gato...
-Pero el gato murió sabiendo- Sara respiro hondo- además tengo muchas maneras de saber las cosas
-Entonces tendrá que usar sus muchas maneras, porque yo no le informare
-Pero, porque, me gustaría saberlo sin la necesidad de sentir que le saco información sin permiso
-Entonces no lo haga- dijo él
Sara volvió a su plato, últimamente Severus se comportaba...diferente.
Sonrió ante la idea de que era lo que contenía ese dichoso papel, así que lo arrugo, producto de la presión en su mano, ahora, por nada en el mundo soltaría ese papel.
-Hay, Sara, jamas te había visto comer callada- dijo una voz femenina detrás de ella
Sara, se sorprendió, y se dio la vuelta.
-Liz... pero, que, como- comento ella abrazándola
-Hoy en la mañana,... pero donde esta Alex- dijo aquella mujer, la cual era mas alta que Sara
-Oh, bueno, supongo que estará hablando con Minerva, detrás de ti.
-Claro, pero y...- dijo señalando a su profesor favorito y a Minerva
-Ahhh, cierto, Liz, él es Severus Snape y es el maestro de pociones... y Snape ella es Elizabeth la esposa de Alexander..., pero te esperábamos para la semana próxima- dijo Sara muy agitada
-Mucho gusto- dijo Elizabeth- pero Sara y Madame Maxime
-Ella está en el carruaje, normalmente no come aquí
-Después la iré a buscar
-Ah... y ahí vienen McGonagall
y Alex
Entonces, Alexander llego al gran comedor, y Elizabeth corrió hasta donde se encontró el y comenzaron a abrazarse y hacer puras cursilerías. A lo que Sara hacía gestos de asco, después de todo, era raro ver a sus dos mejores amigos, casados.
-Así que ella es la antes mencionada Elizabeth- dijo Snape
-En efecto- dijo Sara mientras los miraba- le apuesto lo que quiera a que ya se dijeron por lo menos quince veces te amo, ellos dos, como si jamás se hubieran visto
-Pero es un matrimonio joven creo yo.
-Vuelve a herrar, no ellos llevan cinco años casados
-Entonces cuantos años tiene el- pregunto el profesor
-Treinta
-Y ella
-Por qué le interesa tanto
-Simple curiosidad
-Hablando de curiosidad, 29 y en Agosto cumple 30
-¿Y usted?
-No le interesa.- comento ella levantándose
El resto del día fue divertido, Elizabeth había traído millones de conjuntos de ropa, que hizo que Sara se probara. Había hermosos diseños que a ambas amigas les encantaban, pero había otros que solo merlín sabia porque Liz había escogido.
-Sabes fue hermoso- dijo soñadora Liz- cada fotografía, los paisajes...y los vestidos.
-La verdad, yo no podría estar todo el tiempo en el glamuroso mundo de la fotografa Elizabeth Hooper...la mujer que crea las pasarelas.- dijo Sara riendo.
-Tu también leíste ese artículo,- dijo su amiga.
-Y como no mirarlo- dijo Alex- si eres hermosa.
Todos comenzaron a reír, pero su amiga comenzó a buscar algo.
-También traje algo para Lu- dijo enseñando una caja.- Sabes donde
esta
-No...Albus me prohibió buscarla...pero la extraño.
Comenzó a medirse otros vestidos, mientras miraba incesantemente el pergamino en blanco. Pero cuando menos reviso, se dio cuenta que había llegado la hora. Eran las cuatro. Se detuvo por completo incluso se quedo medio vestida. Púes aquel pergamino comenzó a revelarse.
Señorita Dumbledore.
En vista de su arduo trabajo, enseñándoles a mis alumnos a bailar, y con un gran éxito obtenido, he decidido hacerle una cordial invitación a mi despacho en dos minutos.
Sara no supo que hacer, comenzó a saltar y correr hacia el espejo. Comportamiento que sorprendió gratamente a sus amigos.
-Sara ahora que paso- dijo Liz.
Ella sonrió- Que bueno...voy a ir a tomar el té- mintió, mientras se ponía algo de maquillaje
-Aja...tu nunca usas maquillaje... con quien
-Nadie - repitió Sara al momento en que aplicaba brillo en sus labios.
-Entonces si vas a ir con nadie, al menos ponte algo bonito...sólo llevas una falda y ropa interior.- comento Elizabeth
Sara fue rápidamente a su armario, ignorando por completo las preguntas de sus amigos. Enserio estaba muy emocionada y contenta, usualmente nadie la invitaba a nada, amenos que fuera a una junta de maestros.
-Bueno, si vas a ignorarnos - comenzó Alexander- no te podríamos decir que vestido te quedaría hermoso, para conquistarlo a él
-Amm- dijo Sara nerviosa- quien te dijo que...ayudame
Sus amigos sonrieron, eran pocas las veces que Sara pedía ayuda, y una oportunidad así no se podía dejar pasar.
-Yo te recomendaría
este- dijo Alex- es azul marino con estampado de flores, escote en forma de corazón, tirantes finos, ajustado en la cintura, acentuando los pechos y con una hermosa caída, hasta la mitad del muslo.
Sara quedo maravillada. Y no dudo dos minutos en ponerse aquel hermoso vestido. Sólo tuvo tiempo suficiente para ponerse unos zapatos bajos color negro y recoger su cabello con un broche. Ni siquiera se despidió de sus amigos, pues se apareció en las mazmorras, frente a la puerta del despacho de Snape, tocó la puerta escucho el y frío habitual "pase"
-Buenas noches señorita -dijo Severus levantándose del sillón de cuero en el que se encontraba sentado, dejando sobre el escritorio un libro que estaba leyendo.
-Buenas noches Severus-contestó ella, entrando al despacho y cerrando la puerta.
-Tome asiento- dijo Severus cordialmente señalando un espacio a su lado.
Sara, se sentó, al lado del profesor, tratando de no colapsar a causa del millón de nervios que ahora mismo insistían con hacerla caer.
-Gracias. Emm... Severus, porque la invitación.- dijo Sara, con voz suave
-Simplemente para felicitarle que logro enseñarles a mis alumnos.- dijo sin más- Desea algo de tomar...- sugirió mientras se levantaba y se dirigía a un mueble.- Té, café, jugo...- saco un pequeño vaso y una botella de líquido color ámbar.
-La verdad preferiría algo un poco mas fuerte- admitió ella.
Severus sonrió, y saco un segundo vaso, ambos los lleno hasta la mitad, para posteriormente ofrecérselo.
-Así que esto es una...cita- dijo Sara tomando un sorbo de su trago.
-Tal vez...- comento
él- necesitó que vea algo.
Él se acercó a su escritorio y ella hizo lo mismo, él se disponía a mostrarle algo cuando ella lo interrumpió:
-¡Por Merlín! -gritó Sara mientras tomaba el libro que Severus había estado leyendo antes de su llegada, lo ojeo un poco -Esto es genial, siempre he querido este libro pero conseguirlo ha sido tarea difícil, solo existen 5 ediciones-dicho esto pareció caer en cuenta que el libro no era suyo y que lo estaba tomando sin permiso, se sonrojo ante su propia torpeza, cuando lo iba a dejar de nuevo en el escritorio Severus la detuvo:
-No, tranquila señorita, si le gusta tómelo, sabía que le gustaban las artes oscuras, pero no creí que supiera de este libro, sólo un verdadero conocedor sabe de este libro - a Severus le brillaban los ojos, en verdad no conocía a nadie que le interesara tanto ese libro como a el
-Pues no puede negarme que aunque son muy peligrosas también son fascinantes, tiene cierta belleza lo desconocido -dijo ella mientras se sentaba en el sillón de cuero hojeando el libro.
-Como usted -Dijo Severus sin darse cuenta de lo que había dicho.
Enseguida compaginaron, no fue necesario nada más para que los dos se convirtieran en amigos, pasaron horas enteras en las que hablaban del tema y parecían nunca cansarse de ello, leían los libros de la estantería de Severus o a veces contaban anécdotas, ni siquiera las pociones lograron unirlos de dicha manera aunque también era un gusto compartido, Severus pensaba que no podía haber en el mundo mujer más perfecta que ella por el simple hecho de compartir
ese gusto con él, hasta que ya entrada la noche sentados en el sillón de cuero, comenzaron a dejar el tema de las artes obscuras y dieron paso a temas mas personales.
-Juguemos un juego-dijo ella de pronto mirándole a los ojos.
- ¿Qué juego? -gruño.
-Se llama las veinte preguntas, tú me haces una pregunta, yo otra y así sucesivamente, hasta llegar a veinte - explicó ella divertida, mientras terminaba su trago.
Él no le respondió, pero instantes después con un «¡pop!», apareció una elfina del castillo.
-¿Qué desea el amo profesor? -preguntó con su voz chillona, haciendo una pequeña reverencia
-Tráenos la cena-dijo Severus, la elfina asintió desapareciéndose al instante.
Sara se sorprendió, no se había dado cuenta de la hora.
-Que hora es Severus- dijo alarmada
-Las once y media- contesto rápidamente
Sara río un poco- No me había dado cuenta de la hora, la verdad me lo estoy pasando bien así.
-Es verdad
-¿Comeremos aquí? -pregunto ella.
-Eso es evidente-siseo Severus como respuesta.
-Supongo, que ni siquiera de lo evidente me he podido dar cuenta, supongo que después de tantos tragos...- sonrió
Severus negó con la cabeza a la vez que la elfina entraba y dejaba, disimuladamente, la bandeja al lado de Sara.
Luego de desaparecerse Sara se acerco a el para sentarse a su lado y empezar a comer.
-Haga su pregunta -siseo tragando en seco.
Ella le sonrió mirándolo a través de sus pestañas y Snape se derritió por completo, tuvo que controlarse con mucha fuerza para no saltarle encima.
-Está
bien- contesto el
-Entonces comience primero- dijo Sara
-No primero las niñas
-No primero los ancianos
-Pero que... ¿Cuántos años cree que tengo?
-63,... no sé... 67, pero eso contó como su primera pregunta, ahora me va mi...- dijo jugando un poco
-Yo no tengo 63 ni 67- se defendió Severus
-Usted pregunto y yo respondí, además déjeme preguntar ¿Cuántos años tienes? -preguntó divertida, ella ya lo sabía, pero quería preguntarlo de todas formas. -si no tiene ni 63 ni 67
-35, y entonces ¿Cuántos años tiene? usted,
-Muy buena pregunta, 22, pero...
-Es una niña- interrumpió el
-Discúlpeme fósil, testigo de la creación, hijo de Merlín ... ¿Alguna vez fue a algún baile?
-Si, al de graduación. ¿Con quien planea ir?
-No lo se, supongo que la primera persona que me lo pida. -¿Y sus padres? - preguntó ella con astucia.
Vio el cambio de expresión y se arrepintió de haberle preguntado.
-Murieron-dijo sin dejar de mirarla- ¿Por que acepto venir aquí? - preguntó de vuelta, Sara sonrió
-¿Para romper una regla? - dijo con malicia.
-¿Haciendo qué?- pregunto con el mismo tono de voz
-Lo invito a beber.
-¿Qué le hace pensar que me gusta beber?...además que no es eso lo que le he servido
-Si, pero no.
-Entonces para usted que es un trago
Sara se levanto del sillón, e hizo aparecer una botella cuyo liquido era acaramelado.
-Tiene suerte de que sea una descarriada, y sepa preparar tragos-dijo divertida y minutos después le dio un vaso a Severus y se sentó a
su lado
-Quien le dijo que quiero beber
-Que no se ha negado a mi propuesta.
-¿Con qué intención me invita a beber?
-Con la intención de embriagarse
-Estaríamos rompiendo las reglas del colegio.
-Fuera y dentro del colegio, usted y yo rompemos las reglas, sólo que jamas nos han descubierto
-Está bien, acepto su atractiva invitación.
Ambos tomaron un sorbo de aquel liquido ahora marrón.
-Nunca en la vida había propuesto algo tan loco -Aseguró él.
-Entonces, esta es la primera vez que deja de ser "el señor formal"
-Así es...que es presisamente lo que me dio.
-Una simple combinación... Aguamiel, Wisky de fuego y algo de licor de cereza
-¡Usted esta loca!
-¡Corrección. Estamos locos! -vociferó Sara
-Se equivoca, usted está loca -Dijo él.
-Los amigos me mal influencian -Dijo ella dándole un guiño de complicidad -bueno siguiendo con mi juego ¿Quien fue la primera persona con la que tomo?
-Albus Dumbledore- contesto el incrédulo
-A usted también lo convenció...es deprimente un anciano nos enseño a beber
Los dos rieron y continuaron conversando acerca de todo tipo temas, Sara en su vida había llevado a cabo ciertas travesuras, por lo que la situación le imprimía cierto toque de adrenalina a su ser, por el contrario, Severus nunca había hecho tal cosa, sin embargo, estar con Sara le tranquilizaba, le agradaba, y no podía seguir ocultándolo más, la chica le gustaba, le inspiraba deseos de ser algo más que su amigo, y una sensación de desazón se apoderó de él al recordar
que la chica no le correspondería, pero alejó aquel sentimiento rápidamente, y siguió con decisión, pues aquella noche desfogaría sus nostálgicos sentimientos y curiosamente lo haría en compañía de quien se los provocaba.
-Bueno ¿Cual es su estupidez más grande? - le dijo Severus
-Mm mm pregunta difícil... yo creo que tratar de ser mortifaga...nunca lo logre, pero...casi y usted ¿Cual es su estupidez más grande?
-Haber insultado a Lily Potter
Sara sonrió nostálgica, y se acomodo en el hombro de Severus.
-¿Que es de lo que más se arrepiente? - soltó de pronto
-De no haber disfrutado a mi mamá- dijo Sara-¿ Y Tú?
-De haber matado a los Potter
Entre ellos se hizo un silencio, no incómodo, sino simplemente triste.
-Es increíble.- le susurro Sara
-¿Qué es increíble? -Preguntó él.
-Que usted esté dispuesto a dar la vida por el hijo de ella, es decir, es un amor demasiado grande el que siente por Lily -respondió Sara, con voz soñadora.
-Solo lo hago por ella, y porque tengo cargo de consciencia -dijo él, con amargura
-No fue su culpa, no fue culpa de nadie -dijo ella
-Usted sabe que si soy de cierta manera culpable -Apremió él.
-Está bien, suponiendo que si es culpable de la muerte de los Potter, usted está haciendo algo que no todo el mundo hace, ¿Sabe qué es?
Severus negó con la cabeza.
-Tratar de enmendar su error -Continuó Sara-estar dispuesto a proteger a un niño que no supone ningún valor sentimental para usted, solo por tratar de enmendar su error...,
eso no siempre suele hacerlo la gente ¿sabe? La gente solo se equivoca, solo dice "Lo siento" y ya, y vuelven a cometer siempre el mismo error, y vuelve a pedir perdón, y todo esto se convierte en un círculo vicioso...pero usted no, no tiene miedo de hacer lo que sea para merecer ese perdón
-Tengo miedo, como cualquier persona -Dijo él.
-¿De qué? -Inquirió ella.
-De que alguien más llegue a mi vida, y me haga olvidar de aquel propósito -respondió él.
- Sabes Severus tu lógica es un poco estúpida
-Claro que no, yo no tengo teorías estilo Albus Dumbledore
-Claro que las va a tener...solo dos vasos más- dijo Sara riendo
-Aun planea embriagarme más
-No lo se- contesto Sara- Pero algo si lo se, si usted de verdad siente devoción por las promesas inquebrantables, nada ni nadie le hará olvidar su propósito, es decir, profesor, que el hecho de que usted haya hecho una promesa de tal índole no quiere decir que no pueda rehacer su vida, ¡A la mierda con esas creencias! -Alegó Sara con el vaso de Whisky en la mano.
-La persona con la que me gustaría rehacer mi vida no creo que me corresponda- argumento Severus! sin darle importancia
-¡Pues haga que le corresponda! -alegó de nuevo Sara levantando los brazos
-¡Lo haré! -Dijo Severus con acritud y decisión, azotando su vaso en la mesa
-¡Lo hará! -exclamó Sara gritando y levantándose
-¡Lo haré, maldita sea! -Exclamó Severus ya de pie
Juntos rieron con histeria y chocaron las palmas de sus manos, después Sara lo tomo del brazo e hizo que ambos se sentaran en el piso.
-Solo
imagine la cara del profesor Dumbledore al vernos, en este estado -Dijo Sara aun con su ataque de risa
-Tendremos problemas, estoy seguro -Dijo Severus.
-Olvidémonos de eso, sígame contando historias de su juventud -Pidió Sara
-Habla como si yo fuese un anciano -Reclamó Severus.
-Está bien, entonces historias de su época de colegio -Se corrigió Hannah.
-No me interesa seguir contando malos recuerdos.
-Malos recuerdos...¡ Malos recuerdos!, es el sombrero de urraca de la profesora Sinistra
Ambos estallaron en carcajadas. Pero alguien toco la puerta, haciendo que ambos se quedaran callados. Se levantaron en un segundo y se miraron mutuamente. Todo el despacho olía a alcohol. Sara tenia el cabello alborotado, no llevaba zapatos pues en algún momento de la noche le incomodaron. Severus se había desabotonado la levita y al igual que Sara llevaba el cabello algo revuelto.
Con un movimiento rápido de varita ambos se arreglaron, y dejaron impecable el despacho.
Entonces Dumbledore entró grácilmente al despacho con su peculiar sonrisa.
-Buenas noches Severus ¿cómo...¡Oh hijo luces sofocado! -exclamó de pronto acercándose a él- y Sara ya es muy tarde para estar sola con un profesor
-No me pasa nada Albus, ¿Qué sucede?- prácticamente ladró.
«-Listo, estoy muerta». Pensó cerrando los ojos aterrada.
-Ammm yo sólo estaba aquí por...- Sara miro a todos lados...- por un libro...y ya lo encontré, ya me. voy
-Oh nada en particular en realidad...pues supongo..., ¿te apetece jugar una partida de ajedrez en mi despacho Severus? -preguntó Albus de una manera tan dulce que ni siquiera Severus Snape podría rechazar.
-Vamos-cedió casi haciendo un berrinche.
Entonces Sara salió del despacho, despavorida totalmente. Era. realidad...ya estaba convencida, estaba totalmente enamorada de Severus Snape.
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Que conste Luh que ya esta el capitulo.....yo te incluyó en el siguiente. ;)
Ahora....me gustaría que sus comentarios me los dijeran....no se los guarden para ustedes...
Besos. BJ.
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"Interrupciones innecesarias
"Interrupciones innecesarias"
Canción: Haunted- Beyonce
«Hace 20 años »
Noche estrellada
Por: Rita Skitter 26 de Diciembre de 1995
No hay alumno que se haya podido escapar de, por lo menos una vez, bailar en un baile escolar en un cierre de cursos, fechas idóneas para poner a los párvulos en parejitas y sacar sus dotes de bailarines. Recuerdo muy bien ese momento en el que Dumbledore nos daban el aviso y comenzaba el proceso de busca de parejas y te preguntabas quién sería tu compañero o compañera, esperando que fuera quien te gustaba y no al que le sudan las manos. Pues chicos ese baile al fin llego y se realizó ayer; claro que para los chicos de cuarto a séptimo
están más que enterados. El atuendo, ¿cuántos no salimos de fin de semana a Hosmedage a comprar túnicas y vestidos de gala? O ¿Cuántos no pasamos frío por la delgadez de la tela o tuvimos comezón por la crinolina?
El tema para una noche perfecta y sueño de toda bruja adolescente fue "La noche estrellada", por lo que estrellas y lunas recortadas de color plata y oro no se hicieron esperar. Además, un baile no sería lo mismo sin los globos y serpentinas. La selección musical, los clásicos bailes, fueron sustituidos por una nueva agrupación, -claro chicas conocemos quienes son- los ahora llamados Brujas de Mazebeth.
Los bailes escolares tienen sus pros y contras, pero al final, todo ese esfuerzo y dedicación se ve recompensado cuando tu pareja y tú mismo están arriba del escenario, bailando Magic Works; pero obviamente no estaríamos, leyendo si no quisiéramos saber que peculiaridades ocurrieron.
La velada había pasado totalmente tranquila, o por lo menos hasta que se perturbo la poca compostura que guardamos...o mejor dicho a la nueva parejita... Porque si chicos y chicas aunque nos cueste creerlo el bombón de James Potter (el guapo cazador, de quiddich, de Griffindor, y el chico más, guapo divertido, guapo, alegre, guapo, interesante, guapo, conquistador, guapo, y sobre todo guapo... de todo Hogwarts) y Lily Evans (una matadita, sin chiste y con el cabello algo quemado de las puntas) anunciaron su noviazgo... y aunque las chicas estamos muy consternadas por no haber atrapado al chico guapo, nos tenemos
que resignar.
Pero esto no sería chisme sin contar; como decía, después de eso... como a las once de la noche quejicus (el chico que molesta al guapo de James), trato de bailar con la tal Evans... lo que obviamente molesto a ambos enamorados. Él se acercó y le pidió a la tal chica, casa hombres, y esta le dijo que se muriera y se fuera mucho... a freír espárragos, y después le tiro una copa de vino. Como años atrás recordamos quejicus le dijo a Evans "sangre sucia" después de los Timos. Así que como la ven. Yo creo que... si indagamos un poco, a lo mejor quejicus está enamorado de Evans, ¡¿Ustedes que creen?!
Cuéntanos, ¿participaste en el baile escolar? ¿Qué bailaste? ¿Qué era el mejor y peor vestido? ¿Con quién fuiste? Se despide Rita no sin antes decirles, que si saben sobre lo poco que escribí en este artículo háganlo saber vía lechuza.
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No podía haber peor circunstancia como aquello, Dumbledore lo había llamado, de seguro había recapacitado lo que paso con ella la noche anterior y a ambos los iba a despedir. La única persona que le había ganado a Potter el privilegio de desquiciarlo más rápido que cualquier otro era Sara y la única capaz de hacerlo sentir mas feliz que con Lily fue Sara.
Mientras Snape caminaba hacia la oficina del director, se encontró con una escena muy familiar. A un alumno de tercero de Hufflepoff lo estaban agrediendo unos de su propia casa. El no hizo nada, pues aunque le pesara,
esos eran hijos de dos mortifagos, a los cuales les debía varios favores y desde que había iniciado el año, los mortifagos se habían comunicado, así que el pendía de la cuerda floja. Pero mientras contemplaba tal escena, Sara llego, hecha furia, fue raro para él, así que le llamo la atención, Sara jamas se enojaba con los alumnos, pero esa vez les reprendió haciendo que dejaran de molestar al chico. Después les hizo a los agresores que le pidieran disculpas y les castigo durante un mes y claro que él no se podía entrometer.
Pero eso hizo recordarle a una persona, ella era valiente, siempre lo salvaba de James y por su culpa... pero alejo esos pensamientos de su cabeza, ya había discutido de eso con Sara, y eso le recordaba a un mas que cosas se avecinaban para fin de cursos.
Al llegar a la gárgola dijo las palabras secretas «Nutella» la gárgola descubrió las escaleras para subir con el director; y cuando estuvo frente a la puerta toco dos veces como era su costumbre y un simple «pase» del otro lado abrió la puerta.
-Así que llegas temprano- dijo Albus desde la silla que estaba detrás del escritorio
-Acaso te incomoda- dijo él desde el umbral
-No, no, lo que me incomodo fue otra cosa-dijo el director levantándose de la silla-pero pasa y cierra la puerta, por favor.
-Y que querías tratar
-Ya veo que estas muy apurado, Severus; no quieres un caramelo de limón
-Podrías ir al grano
-Claro
-Y...
-Bueno Sara... veo que has estado compaginando...
-Por enésima
vez no estábamos haciendo nada
-Entonces Severus, cual es la razón que estés tan nervioso.
-Yo no estoy nervioso- replicó
-¿Y cuál es el problema?
-Mira Albus yo accedí a ser su niñera como la de Potter porque te debo un favor, pero ella es muy testaruda, no paso nada y si nos encontraste así fue por otros motivos, debo admitir que fue buena compañía, pero yo no puedo compaginar con ella, con sus ideales de liberación, y sus pensamientos que todo el mundo debe de ser correcto y su compasión...
-Quien no te conociera diría que describes a...
-Lily, no ella era mejor en todos los aspectos, siempre fue considerada, además Sara se comporta como una adolescente y Lily siempre fue madura; y además, no solo en eso se diferencian, yo no creo conveniente que compares a dos mujeres totalmente diferentes
-Sabes mi querido amigo una persona no compara dos cosas a menos que quiera tomar una decisión de que es lo mejor y en tú caso la mejor mujer para poder estar con ella, antes que me interrumpieras yo iba a decir que ella se parecía a una mujer liberal, el único aquí que está comparando eres tú y el que sugirió compararla con Lily fuiste tú.
-Pero que cosas tan más absurdas
-Yo no creo que el amor sea una locura
-Supongo que tanto tiempo comiendo dulces te han afectado el cerebro
-Hay... hijo cuando te darás cuenta de que a veces eres tan ciego y cuando abres los ojos ya es demasiado tarde, pero...
-Yo estoy en pleno uso de
mi visión y yo no he visto nada que necesite
-Claro que si... solo te digo que vayas con cuidado
-Para eso hiciste que viniera aquí solo para darme tu insinuación de que me... -«Gusta» pensó el-... por favor no me hagas reír
-No de hecho no vine para hacerte ver que te estas enamorando de Sara, vine para que indagaras más en su pasado en vista que son buenos compañeros...- el director le lanzo una mirada picara- como ya sabes yo la cuide, ... pero después de que cumplió dieciocho perdí contacto con ella así que quiero que investigues que paso en esos siete años.
-Y ya me puedo ir
-Si así lo deseas, por qué no, pero antes- dijo el director haciendo detener al profesor en el umbral- quiero que veas que por lo que tú quieres llegar a tu clase, es porque ahí estará Sara.... pero sí, ya puedes irte...sólo ten cuidado con ella.
Ya habían pasado una semana, desde aquella noche en el despacho de Snape. El y Sara comenzaban a formar lazos de amistad, y no desaprovechaban ninguna oportunidad de lanzarse indirectas y una que otra mirada discreta. Y a pesar de comenzar a ser algo mas que colegas, no habían podido volverse a ver, pues Elizabeth había pasado día y noche al lado de Sara, lo que provocaba, que muchas veces ni siquiera los alumnos podían hablar con ella. Su amiga le contaba todo lo que había pasado en su viaje a Milán.
-Y entonces todos admiraban las túnicas y conocí a Miranda Cronswork-dijo Liz más que fascinada - y me dijo que le
había fascinado mi trabajo en la revista.
-Pero... debió de haber sido fantástico- dijo Sara intentando mostrar interes- conocer a los grandes...y, bueno ser importante durante un día
-Bueno si lo dices en ese tono suena a funeral. Sara...últimamente estas pensativa.
-Pues...las clases requieren mucho esfuerzo.
-Aja- su amiga la miro incrédula- como también pasarte las clases enteras mirando a tu "profesor".
-No es...ahgg... simplemente sino buenos compañeros- dijo Sara sonrojada
-Si, "MUY BUENOS COMPAÑEROS"- dijo Elizabeth resaltando las palabras - no te hagas la desentendida si babeas por el
-Yo no... bueno, lo admito si me...agrada de sobre manera, pero a el le gusta otra persona
-Pues has que se olvide de ella. Mira si dejaras de vestirte tan dulce y...veras que yo te voy a ayudar. Tienes demasiados vestidos sensuales que solo te has puesto una vez.
Entonces Sara lanzo una mirada al reloj.
-Amm... Supongo que ya es mucha emoción por una noche no lo crees, son las- bostezo, tratando de cambiar el tema - cinco cuarenta y cinco de la madrugada
-Entonces duerme.- dijo Liz recostándose en el sillón, con una sonrisa maliciosa
Y así, Sara y Elizabeth se durmieron en el sofá de la habitación de ella, se abrigaron y apagaron la chimenea. Sara estaba cayendo en un profundo sueño y por alguna razón se sintió como si un dragón la hubiera pisoteado, había estado practicando toda la semana el baile de navidad y ya no podía mover ni un musculo mas....
-¡¡¡¡¡¡DESPIERTA!!!!!!-
grito Elizabeth agitando a Sara , lo que provoco que ella se sobresaltara y callera al suelo
-Qué te pasa maldita loca- dijo Sara desde el suelo aventándole una almohada , reviso el reloj- las seis de la mañana, me acabo de dormir hace quince minutos,... quince
-Ya lo sé, pero para mí plan necesito arreglarte y si no te levantas a esta hora no terminare para el desayuno.
-Piensas preparar poción multijugos
-No, solo te arreglare, porque si no mi plan no funcionara
Sara refunfuño
-Y si solo fue encaprichamiento y mañana se me olvida.-dijo Sara
-Pues me importa poco, acabo de hacer un plan detallado y no lo voy a tirar por la borda... además de cuando acá te encaprichas con hombres,... sabes que esa mentira no te va a funcionar
-De todos modos yo me se arreglar sola, y no tardo más de cinco minutos
-Y que te pones... como te arreglas- dijo Liz
-Yo me pongo un vestido, zapatos y me suelto el cabello, fin
-Y de maquillaje...
-Un poco de brillo y perfume de vainilla... qué más puedo pedir,
-Pues ese es el problema... ven vamos a ver que se puede hacer
Pasadas dos horas, Sara y Liz estaban afinando detalles para ir a desayunar... entonces alguien toco la puerta.
-Quien- dijeron las dos a unísono
-Alex
-Qué quieres- contesto Elizabeth
-Quería
saber si ya estaban listas
-No así que ya vete y nosotras vamos en un minuto
-Está bien- dijo el alejándose de la puerta
Sara se vio en el espejo, había cambiado totalmente; llevaba puesto un vestido largo, con una abertura desde la mitad del muslo en la pierna izquierda de cuello en forma u, sin mangas, con un lindo cinturón negro delineando su esbelta figura. Lo que mas llamaba la atención era que el vestido comenzaba con un color morado obscuro y terminaba en un tono. ciruela. (multimedia)
-Te vez esplendida- dijo Elizabeth
-Yo creo que es atrevido
-¿Atrevido?, sí y muchísimo, pero eso es lo que estamos buscando ¿o no? -preguntó mirándola de arriba abajo con mirada evaluador
-Por supuesto que no, siento como si hubieran agarrado unas tijeras y hubieran cortado la mitad de la tela que lo conformaba- respondió sintiendo la brisa en su cintura.- además es demasiado llamativo
-No seas exagerada, te ves espectacular y apuesto a que no soy la única que va opinar eso, ¿qué te parece si llamamos a Alex para ver qué es lo que él dice? -sugirió mientras se dirigía a por su batuta
-No crees que es muy corto como para estar en pleno invierno- dijo Sara
-No es para tanto... solo está haciendo un poco de aire
-Un poco... está nevando afuera
-Hay... detalles, detalles... mejor vámonos
- ¿Pero qué hay de mi cabello y el maquillaje? no nos tomara mucho tiempo ¿verdad? - preguntó preocupada de que el tiempo no les fuera a alcanzar.
Elizabeth
rodo los ojos exasperada, a veces Sara resultaba demasiado, anti femenina, con un movimiento de varita hizo que su cabello automáticamente se arreglara, no quiso cambiar mucho el estilo de su amiga porque su cabello era hermoso lo único que hizo fue darle forma y brillo dándole una apariencia hermosa, con otro movimiento la maquillo levemente, sabía que no estaba acostumbrada al maquillaje por lo que solo le puso lo suficiente para que se siguiera viendo natural.
-Listo, ¿contenta? -dijo abriendo de un tirón la puerta indicándole que saliera.
-Mm mm...no lo sé, me veo muy extraña...-comentó viéndose al espejo con desconfianza, su imagen la sorprendía demasiado, era otra totalmente.
- ¡Por Merlín que necia eres!-repuso Liz empujándola por la espalda para que saliera de una buena vez
Ambas chicas bajaron la escalera de mármol, y se dirigieron a la pequeña puerta donde entraban los profesores, giraron la manija, varias veces, e incluso con magia pero no funcionaba...
-No sirve la puerta- dijo una voz detrás de la puerta
-Pero quien lo hizo Minerva- dijo Sara
-Alastor, pensó que un asesino podría entrar desde ahí y matarnos... y así que sello la puerta, por lo tanto tendrán que llegar por la puerta principal
Sara miro un minuto a Elizabeth, con preocupación.
-Que- dijo Liz despreocupada
-Yo no quería que todo el mundo me viera
-Pues camina rápido
Las dos amigas, dieron la vuelta completa al gran comedor, se situaron en una
de las puertas y solo la abrieron un poco, para no llamar la atención. Pero era difícil pues normalmente todos los alumnos volteaban para ver quien de sus amigos había entrado y por supuesto los profesores, se sentaban enfrente y veían directamente la puerta. Sara entro agarrada del brazo de Elizabeth, y se puso de mil colores, pues todo el bullicio del comedor seso al verla tan... ¿bonita?, a pesar de que no era la primera vez que el colegio la veía así no dejaba de sorprender a quien la viera. Pero para hacer el peor ridículo de su vida al estar enfrente de la mesa de los profesores, después de recorrer el comedor casi a zancadas, Elizabeth le soltó el brazo, y se puso como si fuera a decir un discurso.
-Queridos profesores- dijo Liz- les presento a mi creación- y si ya todo estaba hecho había llamado la atención de todos y cuando digo todos son todos
-Ya cállate- dijo Sara con un hilo de voz, pues ahora estaba de un color rojo.
Ella se fue a sentar y Liz la siguió; ambas se sentaron y comenzaron a comer... pero para Sara fue difícil, pues debido a su aspecto todos los hombres del comedor no le quitaban la mirada.
-Así que- dijo Minerva- ya has decidido si iras al baile
-No- dijo Sara aun con una voz muy delgada aun abochornada- la verdad todavía no me llama la atención
-Bueno, quería pedirte esto desde hace una semana pero... no sé por qué últimamente no recuerdo las cosas, así que quería que acompañaras a los alumnos a Hogmedae, el viernes
-Claro Minerva
-Es bien,
creo que es todo
-Bueno si me disculpas...- dijo Sara- creo que si sigo aquí un minuto más todos los profesores, me desnudaran con la mirada
-Creo prudente tu decisión
Así Sara, se preparó para levantarse, y desde ahí pudo ver que la mayoría también lo hacían menos cuatro hombres (Ojo loco, Dumbledore, Alexander y Snape...). Así que ella hizo un hechizo por debajo de la mesa, para que cuando ella se levantara nadie más en la mesa lo hiciera.
-Si me disculpan- dijo Sara mientras se levantaba
Entonces a unísono muchos se levantaron... pero con la silla adherida al trasero, lo que provoco que ella riera mientras salía del comedor. Lo que llevo a un lunes muy divertido.
-Como les decía, chicos y chicas, tendrán que asistir a un pequeño ensayo para, el baile, usualmente, solo lo practican los profesores y campeones pero si algunos de ustedes desearan integrarse deberán de ir... a y es obligatorio- dijo Sara a el grupo, y tocaron la campana para ir a su ultime clase antes de la comida, haciendo salir a los alumnos del aula.
De nueva cuenta quedo sola y comenzó a escribir sus notas de regalo, pero no muy atenta, pues estaba soñando despierta. Recordaba que estuvo a punto de decirle a Snape que lo amaba pero, se imaginaba que pasaría si se lo preguntara... además... no era un tipo de lo más lindo, de hecho, había más contras que pros, y además él era de los pocos que no la pretendían en Hogwarts y por lo que había leído en el artículo de 1995, que encontró mientras buscaba un libro
la semana pasada iba a tener que...
-Como decía la Amortentia es el Filtro de Amor más fuerte del mundo. Causa una poderosa obsesión en el bebedor. Tiene un brillo nacarado, su vapor asciende formando unas inconfundibles espirales y tiene un aroma diferente para cada uno que lo huela, recordándoles las cosas que más les atrae, incluso si esa persona no conoce la verdadera afición a dicho objeto. Por supuesto, la Amortentia no crea amor. Es imposible crear o imitar el amor. Sólo produce un intenso encaprichamiento, una obsesión. Probablemente sea la poción más peligrosa y poderosa de todas las que hay en el mundo. Los efectos de esta poción son descritos como prácticamente instantáneos. La persona que la bebe toma una apariencia bastante pálida y enfermiza, y se vuelve obsesionado con el objeto de su afecto, pudiendo volverse peligrosamente inestable hacia otras personas. La poción debe ser tomada continuamente si se quiere mantener el falso amor en el bebedor. Si no, los efectos se irán degradando hasta que se pase totalmente y la víctima retoma su personalidad. -dijo Snape desde su lado del aula-También hace que la persona pierda el apetito, a menudo este distraída y en un trance, para cada uno de ustedes tiene un olor diferente, el cual dirán inmediatamente sin poder controlar lo dicho, claro que como ustedes son demasiado jóvenes, el simple respirar les provocaría que dicha poción diera efecto, así que para hacer la comprobación de que sirve, le pediré a la señorita Dumbledore si puede percibir algo.
Sara seguía en sus ensoñaciones, sin prestar atención
de lo que le estaban pidiendo.
-Señorita Dumbledore ...señorita
Pero ella estaba en su mundo y cuando reacciono, salto de su asiento.
-Presente- dijo Sara levantándose rápidamente del escritorio y tirando todo, lo que provoco risas de los alumnos de sexto grado que atendía Snape- lo siento... en que estaba...que querías
-Que si podría decir que percibe de la amortentia, puesto que los alumnos son jóvenes y...
-Cuáles son las palabras mágicas- dijo Sara interrumpiéndolo, mientras se levantaba
-Por favor...-dijo el cortante
-No... la palabra es wingardium leviosa... me sorprende que sea mago sin saber un hechizo tan simple.
Ella camino hasta donde estaba el caldero humeante, y cerró los ojos para distinguir mejor, e inhalo profundamente el contenido... tenía que mantener la concentración, o soltaría la sopa en un dos por tres. Pues ella tenia gustos excéntricos los cuales debía de ocultar.
-Ammm- Sara no podía retener las palabras tan fácilmente como ella pensaba-...mmm- entonces se giró de talones y miro al profesor preocupada y titubeando, casi en un susurro- si le digo que, olí rosas y... todas esas cursilerías me deja ir...
-No
-Pero...
-No puede ser tan difícil... solo es inhalar y las palabras saldrán de su boca
Sara se quedó un minuto sosteniéndole la mirada y abrió la boca dos veces pero no dijo nada, suspiro nuevamente y se giró a la clase.
-No creen que el profesor
es el que debe de hacer las prácticas en su clase- dijo Sara esperando así poder zafarse de todo el asunto.
Pero ninguno respondió, era obvio que no dirían nada que lo contradijera.
-Si yo le pedí algo es porque al oler la amortentia pasa un lapso de tres minutos donde la persona queda en silencio- dijo el profesor detrás de ella- y yo necesito dar la clase
-Es que... yo no, no lo voy a hacer- dijo Sara en un susurro
-Y por que
Ella sabia bien la respuesta temía que de quien estuviera enamorada fuera de otra persona menos de el, no le importaba si todo Hogwarts se enterase el porque de ciertos aromas que podría llegar a percibir.
-Por qué... no debe de haber algo en específico
-Entonces hágalo
-No
-Y me dirá algún motivo
-Que no y punto- entonces ella camino hacia la puerta pero a la mitad del camino.
-Supongo que no es capaz de poder hacer algo tan fácil- dijo él desde el caldero
-No- dijo Sara con irritación
-Tal vez - la incito.- ¿No seria capaz?
Si de algo se había enterado Snape desde el día en que Sara fue a su despacho, era que jamas se negaría a una apuesta que ella sabia que podría ganar.
-Es una apuesta- dijo ella con una sonrisa
-Si para usted es tan difícil... tal vez
-Pues no- recobro ella, caminando tan rápido que llego en un dos por tres al caldero- además que gano yo... si según usted es un reto que gano yo.
-Nada
-Así no es un juego limpio
-Yo
jamás juego limpio
-Ni yo
Entonces Sara, se dirigió a la poción y se puso a ver que podía oler, y la verdad, que podía perder... ningún alumno descubriría su amor platónico con alguien con quien se peleaba todo el tiempo. Además el único que se daría cuenta era él. Destapó el caldero y unos remolinos de vapor empezaron a danzar sobre el líquido nacarado. Se acerco, y de pronto se sintió embriagada por aromas exquisitos que la transportaron como en una nube.
-Creo, son...-dijo Sara, con una voz melosa- es pino negro, libros viejos, tinta, veneno de serpiente, escamas de basilisco, veneno de acromantula y la sangre de aquellos que...-jadeo deteniendo por completo sus palabras, no debería de seguir. Ella lo volteo a ver, y sonrió al ver su cara de sorpresa, del pobre profesor,claro que no le podía decir nada, pero...- ve, le dije, usted lo debió de haber hecho, porque yo puedo hablar y todavía no han pasado tres minutos, conmigo no se aplican las reglas- entonces camino y tropezó con su propio pie- la única regla que respeto es la gravedad- dijo mientras se levantaba- hasta luego profesor- y así ella salió del aula a la mirada de los alumnos.
Cuando llego hasta la mesa de los profesores, con el corazón en la mano y jadeando, se sentó al lado de su amiga. Toda la comida resulto tan igual como siempre a pesar del pequeño percance, parecía que ni siquiera Snape que estaba sentado a su lado iba a hacer comentario de aquel inconveniente, así que su alma pudo descansar en paz...
Salió del
gran comedor después de haber hablado un rato con Minerva, y la verdad debía de matar tiempo pues, todavía le quedaban dos horas libres, como todos los lunes después de comer. Recorrió uno de los pasillos más alejados del castillo esperando encontrar al barón sanguinario, para decirle que Peeves, molestaba a los alumnos de primero y que con las festividades tan cerca se debía de comportar... Camino durante media hora, y jamás dio con el fantasma, pero si con la dama de gris y con...
-¡¡Demonios!!- dijo Sara cuando sintió que tiraban de su brazo hacia un aula, pero no pudo ver quien era aunque estaba dentro del salón, pues estaba a obscuras
-¿Y por qué veneno y sangre?- dijo una voz
-Enserio quiere saberlo- dijo Sara más que nerviosa
-Y por qué tan nerviosa
-Yo no estoy nerviosa, además no dicen que lo murciélagos no pueden ver- dijo ella muy altaneramente
-Siempre tiene que sacar comentarios tan irónicos de su lengua viperina
-Y lo dice aquel que se enoja con un niño de primero por no haber podido hacer bien un ensayo que dejo de una hora para otra, y le dice con toda ironía que si cree que está bien
-Y como lo sabe
-Si es secreto, por ende todo e castillo lo sabe, profesor, y creo que usted debería de saberlo
Simplemente fue un correctivo
-Ja, lo hizo llorar no fue un simple correctivo
-Y a usted le incumbe
-No tanto como a usted el porqué de la amortentia- Entonces Sara sintió como el se acercaba a donde estaba
ella y por instinto Sara retrocedió, aunque no podía ver que había puso una mano detrás de ella, por si se topaba con algo
-Usted un día me pregunto, sombre mi vida privada que acaso usted tiene más derecho de entrometerse en la vida de los demás que yo en su vida
-Así que si le interesa Snape
-Solamente el por que
-Pues porque si...además, este juego no se juega así, normalmente no se tiene que acorralar al oponente
-Yo jamás he accedido a jugar con usted
-El simple hecho de interesarse por mi vida lo convierte en un jugador
-No comprendo
-Para mí la vida es un juego a veces pierdes y otras no, y quienes se interesan por mi juego se convierten en jugadores- entonces ella topo con la pared o por lo menos algo parecido a eso, ya estaban muy cerca el uno del otro, demasiado- así que desde la primera pregunta que me hizo se convirtió en jugador, y sabe yo jamás pierdo un buen juego
-Que le hace creer que quiero jugar
-Y usted cuando me dijo que no
Sara lo podía sentir tan cerca, la estaba aprisionando contra la pared y en este caso no tenía como zafarse, pues había dejado la varita en su escritorio«maldito vestido, maldita Liz por hacerme un vestido tan apretado, ni siquiera puedo mover las piernas para darle una patada y maldita yo por no poner más atención»
-Así, que piensa que es un juego
-Si-dijo Sara con hilo de voz
-Entonces deberá saber, que yo tampoco pierdo
Ahora si Sara se había preocupado, podía sentir la encontrada respiración del profesor y de ella misma, y pensar que ella lo había provocado, (aunque ese era el fin del vestido), pero ella no quería llegar a tanto ¿o sí?
-Entonces es una invitación a jugar-dijo Sara en un susurro, pues la voz se le escuchaba tan bajo que ni siquiera ella sabía cómo había reunido las fuerzas para poder siquiera formular una palabra coherente
-Si así lo desea-dijo el con su voz tan segura como siempre
Sara hubiera dado mucho por haber tenido alguna idea para amenazarlo y romper ese silencio que solo incitaba más; pero cualquier intento era inútil, y ella más que nadie sabía que sus ojos habían cambiado de color y...
-No sabe dónde está el barón sanguinario
-No
-Ammm...
Si, ahora sabía bien que no iba a servir cualquier pregunta que pudiera formular, pero de un momento a otro, todo en su mente voló muy, muy, lejos de donde ella estaba, pues ella sentía la respiración cada vez más encontrada, solamente si se inclinaba un poquito más estaría posando sus labios en los de el... y por primera vez en 22 años deseaba con locura que la besaran, jamás había deseado tanto un beso como ahora.
Pero, tocaron la puerta....
*-*-*
Hola....antes que nada les tengo un anunció....* redoble de tambores *...¡Voy a hacer un maratón por mi regreso a clases!. Así que todos los días a la misma hora publicare un capítulo. El maratón constara de 4 capítulos.
Espero sus comentarios o si no....no publicare * risa de Bellatrix *
Los quiere...alguien en mundo ;D
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"¿Quisiera...?"
"¿Quisiera...?"
Canción: I need you - M83
Si, ahora sabía bien que no iba a servir cualquier pregunta que pudiera formular, pero de un momento a otro, todo en su mente voló muy, muy, lejos de donde ella estaba, pues ella sentía la respiración cada vez más encontrada, solamente si se inclinaba un poquito más estaría posando sus labios en los de el... y por primera vez en 22 años deseaba con locura que la besaran, jamás había deseado tanto un beso como ahora.
Pero, tocaron la puerta.... Y la volvieron a tocar.
-Donde crees, Liz que Sara se habrá metido-decía la voz detrás de la puerta
-No lo sé Alex, pero te apuesto que aquí no esta
Bueno, esa era una de las mejores oportunidades para gritar e irse pero... ese no era el caso, ella si quería estar así, lo deseaba y demasiado, como para salir corriendo. Aun con la respiración encontrada, y sin visión aparente, se quedó callada; anhelante de cualquier movimiento que pudiera hacer Snape, un silencio imperturbable los rodeaba, mientras se escuchaban los pasos a distancia cada vez más lejos de ese lugar, hasta que ya no se escuchó más.
-Usted me dice cuando iniciamos el juego
-Por qué no desde ahora- dijo Sara titubeando
-Cuáles son sus reglas
-Ninguna
-Entonces será fácil
Toda esta carga se sentía en el ambiente, solo faltaba que salieran chispas de la habitación.
-Y cuál es el premio
-Yo jamas dije que habría un premio... pero en
vista de que eres tú. Usted decide-dijo ella- es un privilegio que le puedo otorgar, después de que gane diez puntos se otorga el premio
-Y cuando será eso
-Usted se dará cuanta cuando, yo lo deje sin palabras será una anotación mía, y viceversa
-Entonces, últimamente ha hecho bien sus jugadas
-No lo se
-Pues sus comentarios sarcásticos, y sus formas de evadir mis preguntas la convierten en ganadora de la primera ronda, aunque no sea por mucho tiempo
-Cuál es su punto
-Salga después de mí
-Supongo que si quiere un juego, las formalidades se pueden dejar a un lado, asi que puede llamarme Sara y no señorita
-Si respeta eso, no veo ningún inconveniente
-Claro que lo respetare Severus y también lo de salir después de usted
-Entonces esto quedara entre nosotros
-Si, al igual que el encantamiento inquebrantable
-Aún quedan términos que no hemos arreglado, le parece bien vernos en la torre de astronomía después de la cena
-Si
Él se acercó de nueva cuenta hacia ella, un poco más cerca
-Tal vez este pueda ser su premio, por única ocasión y después podamos establecer otro
La distancia era corta, y factible. Lo que ella esperaba era una cosa y lo que él esperaba era esa misma, pero dar un paso tan rápido se podría mal interpretar, todo en ellos era impulso en ese momento. Él se acercó a la comisura de sus labios, rosándola suavemente, embotellando mil emociones
en algo tan prometedor, no era un beso en los labios pero poco faltaba. Y a pesar de que ambos querían que ese momento fuera duradero, sabían que no podía ser así o por lo menos no ahora. Él fue el primero en soltarla, y salió casi corriendo, dejando a Sara sola en la inmensa obscuridad, con el corazón palpitante, espero dos minutos y salió de ahí, no volteo atrás, lo haría, pero por lo menos no ahora. Se sentía mucho más consciente de su cuerpo de lo que era habitual: notaba con claridad la rapidez a la que le bombeaba el corazón, el hormigueo que el miedo le producía en los dedos... Y al mismo tiempo le parecía hallarse fuera de él: veía las paredes del castillo y oía a la multitud de alumnos que salían para ir a su clase.
Un día demasiado, largo, excitante, absurdo, así lo describía Sara, cuando llego la hora de cenar, sus clases fueron ordinariamente ordinarias y salvo por, ese... momento en la obscuridad. En todo el día no se había topado con Snape, así que eso le dio tiempo para pensar, si para pensar. Se había metido con fuego, y no se juega con el fuego por que te quema y eso es a lo que había accedido Sara, ya había pasado, varios años desde que ella se involucró con alguien en una situación similar, y, pues la última vez habían juagado con ella, llevaba una promesa aun arraigada al corazón, como una espina que desiste en salir y liberar a su portador; un recordatorio, para no volver a caer. Llego a la mesa de los profesores, saludo como de costumbre, antes de sentarse en su lugar al lado
del profesor de pociones, hablo con su amiga
-Hola Liz- dijo Sara en voz baja
-Dios santo Sara, traes una carita, parece que viste un muerto
-Algo así
-Que paso- dijo Elizabeth
-Mejor te lo cuento afuera, después de la cena, en la torre de astronomía
-Está bien
Sin más ella se sentó al lado de su querido profesor, pero no planeaba hacer ni la menor mención sobre lo ocurrido, aunque todo el día había preparado un extenso discurso, no quería arruinar el buen recuerdo que tenía hasta ese momento. Cuando al fin, llego el postre y con el final de la cena, Sara se sintió liberada por una parte. Mientras ya muchos profesores se habían retirado y entre ellos Liz y Alex, supo que sus escudos humanos para no hablar con él, se habían ido al demonio, y se preocupó aún más cuando Minerva se fue; así que tomo la iniciativa no podía quedarse ahí.
Mientras subía por las escaleras para la torre, comenzó a divagar en lo que había pasado ese día, y una palabra llego como rayo a su cabeza «Aún quedan términos que no hemos arreglado, le parece bien vernos en la torre de astronomía, después de la cena» Claro, ahora recordaba con claridad, iba a ver a su amiga y al profesor a la misma hora. Cuando al fin se encontró en la torre vio a su amiga de espaldas, observando el horizonte.
-Tan nostálgica-dijo ella
-Si, mira que, en cuanto se termine el baile, me iré y esto es hermoso
-Que te puedo decir, sé que esto es hermoso, pero... sabes que para
mí... esto solo es una tabla salvavidas, fuera de estos muros, soy...
-Peligrosa, mala, horrible...cruel, por el amor de Merlín, Sara desde aquella noche de infortunio, te cargas con algo que no te corresponde y a pesar de que has cometido cosas,... que ni en pesadillas me imaginaria, y aun así has cambiado y mucho. Pero, aquí el tema es otro...
-Creo que la nostalgia está bien... además...
-Sara- rogó su amiga
-Ok, ok... es que es complicado de decir y...
Entonces la chica, tomo su varita y saco una tira de color plateado de la cien y después coloco esa tira en la cabeza de su amiga...
-Wow... pero... por Merlín... por que no te beso
-Elizabeth- dijo ella entre risas
-Bueno, es que... que te puedo decir, enserio le dijiste sobre tus juegos, sabes el producto de la última partida
-No, sigue presente aquí- dijo, señalando su pecho
-Bueno querida basándome en el recuerdo, él te va a venir a buscar... ven te voy a arreglar
La mujer se abalanzo a la chica y le desato el cabello, le dio pellizcos en las mejillas, a lo que Sara respondió dando pasos hacia atrás.
-¡Ya!- dijo Sara- me vas a dejar un enorme moretón en la cara
-Todavía que te ayudo
-Todavía... todavía... ya mejor vete de aquí
-Discúlpeme señora- dijo Liz en forma burlona
Así, Sara se cambió de vestido por otro mas conservador.
-Que atuendo más inspirador-dijo Elizabeth- lo que vas a conseguir es dar sueño
-Pues que quieres que me ponga,
estamos en invierno y está nevando... no me voy a poner un traje de baño
-Y por qué no... tú crees que Albus deje que te pongas lencería
-¡Que!... como se te ocurre... estas bien jodida si crees que me pondría... ya vete por el amor a Merlín, además no tienes marido ve con el
-Ah, es cierto, bueno me voy
Sin más Elizabeth se fue, claro que volviendo a ponerle el vestido a su amiga; y mientras ella, se acomodaba el cabello (para que no pareciera nido de pájaros), y bajaba el color de sus mejillas, su amiga daba una catedra con el profesor de pociones.
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Desde que ella había llegado al colegio le había colmado la paciencia y deseaba darle algún susto, para dejarle en claro con quien se metía... pero todo salió al reves. Ahora, tenía que verla, no estaba nervioso, pero algo que bien había aprendido de todos esos años al servicio del señor tenebroso, era no confiar en nadie, por más inofensivo que pareciera el oponente... Al parecer todo este día la había visto como una oponente, pero para el ya había dejado de serlo, pero algo en el no estaba del todo convencido.
Mientras subía las escaleras hacia la torre de astronomía, sus cavilaciones mentales iban al límite, recordaba con exactitud que lo había orillado a todo lo ocurrido ese día, y solo era una cosa... estupidez. Esa misma cosa lo había hecho cometer todos sus errores en la vida. Entre más se acercaba a la punta de la torre, más cercanas eran unas voces que se lograban percibir, pero prestarles atención era algo sin mayor trascendencia. Pero, en
cuanto se dejaron de escuchar los murmullos, se escucharon los pasos de alguien quien bajaba, darle explicación del por qué estaba ahí era lo único que ocupaba su mente. Y cuando pudo descubrir quién era, supo que las explicaciones podían quedar muy atrás.
-Buenas noches- dijo aquella mujer, Elizabeth
Ya como era su costumbre se limitó a asentir con la cabeza.
-Pero, por que va con ella con cara de pocos amigos -comento la mujer
Al parecer, no solo el director tenía el poder de entrometerse y hacer conjeturas innecesarias.
-Tiene algún problema- aspecto el
-Sara sí que está loca, pero no, no tengo ningún problema, pero al parecer usted si, tiene una cara
Sin más se dispuso a dejar a la mujer hablando sola.
-Déjeme hablando sola... pero a Sara, eso no le va a gustar, pero claro, supongo que conociéndola, ya ha de saber más de usted que tú mismo... solo te pido que ella ya está muy lastimada... no la termines de volver loca
Sin más la mujer siguió su camino escaleras abajo, dejándolo con más incertidumbre que desde un inicio. Pero acaso seria verdad, Dumbledore le había advertido que no se confiara de ella y que con todo lo que él pensaba que podía haber hecho la joven en seis años, era mejor no confiarse. En cuanto llego a la torre, estaba ella, con ese vestido que lo estaba volviendo loco, que con la poca luz se confundía con el negro de la penumbra, con la varita en la mano y señalando su brazo izquierdo recito.
-Latet secretum, et tabellarius
Y de la varita de ella salió
una legua dorada.
********
Su amiga ya había bajado las escaleras, y ella se preparaba para su reunión, pero no sin antes hacer un hechizo, una última palabra...algo que ella bien sabia, y que todos quien la conocía a profundidad conocían, pero que no permitía que le vieran hacer.
- Latet secretum, et tabellarius
Enseguida, salió una legua dorada de su varita, y sintió un pinchazo en el cuello y el brazo izquierdo; con eso aseguraba que por lo menos podía olvidar sus heridas físicas, al igual que sus secretos. Pero no estaba sola, lo había percibido, en sus pensamientos.
-Así que eres puntual Severus- dijo ella tratando de desviar los pensamientos
-No, solamente tengo cosas que hacer y entre más rápido termine, más rápido me iré
- Entonces que se levante la sesión- Sara sonrió, tratando de quitar el habiente a funeral
-Si ya dejo sus niñerías a un lado...
-¿Por qué el cielo es azul?
Él se quedó pensativo
-Y para que quisiera saberlo
-Pues, el cielo está ahí, todo los días y jamás sabemos el por qué esta ahí
-Y eso va ayudarme a irme de aquí
-Tal vez... pero usted está aquí por su incertidumbre de saber, el porque de lo que yo hago y cuando no se la respuesta a algo, pienso en otra pregunta para que cuando vuelva a pensar en la primera incertidumbre se me sea más fácil pensar... es ver las cosas desde otro ángulo
-Es perder el tiempo, ya dígame como son sus tonterías de
juegos que comienza a parecer el director
-El premio... es...- ella comenzó a dudar y la verdad no era para menos- puede ser aquello que...una pregunta... si claro, debe y puede... usted me puede hacer una sola pregunta y yo la tengo que responder, no importa que sea y eso aplica para los dos... pero claro después de que gane diez veces y eso pasa cuando... usted logra callarme o yo lo hago...le parece
Asintió sin saber bien a que accedió
-Al menos respóndame- dijo ella gritando, pero con notable alegría en su voz
-Disculpeme, pero yo no tengo euforia en este tipo de asuntos
-No es como si estuviéramos enterrando a un muerto... o por lo menos hoy no
-Supongo, que será más un premio su silencio que la pregunta
-Si, tal vez, calladita me veo más bonita y bien portadita pero... me encanta provocar problemas
-No sería una novedad, no cree que debería de cambiar su comportamiento y ser más madura
-No soy fruta para estar madura
El hizo una curvatura en sus labios, parecida a una sonrisa torcida, lo que provoco una carcajada por parte de Sara
La noche había terminado y alba llegaba al castillo, Sara desde muy temprano, se había preparado para cerrar la puerta...ya no dejaría que su amiga la vistiera, aunque solo llevara una semana, su forma de vestir era excesiva y ella no era la única con un plan. Se puso una falda plisada hasta antes de la rodilla de color rosa suave o rosa palo, y una blusa de manga hasta los codos, de estampado
de flores. Se peinó dejando su cabello en un broche, unos tacones blancos y su clásico labial rojo...claro que tenía años sin pintar sus labios de ese color... desde hacía cuatro años. Antes de salir, se miró al espejo, esa era ella, claro que era ella, pero no la que había llegado a Hogwarts sino la chica que conocía, la verdadera y no la muchacha con un gran secreto entre manos. Debía de cambiar, casi se cumplirían cuatro años desde que no se vestía así, desde que no se sentía así, y aunque bien el recuerdo de aquel amor quedaba presente en su corazón, no debía de opacarla a ella, no más, lo debía de hacer por ella, por sus amigos, por Albus y por ella... bueno y por qué no quería ocultar sus secretos a los demás, quería liberarse de sus demonios y como sus amiga le había dicho <<deja de tener cargas que no son tuyas, o si no, no podrás con tu juego>>, esas cosas se las llevaba diciendo desde que tenía siete años o por lo menos desde que Sara le conto su secreto máximo, así que si quería iniciar algo nuevo, retomaría viejas aficiones. Así que se decidió y tomo un libro de su bolso.
Mientras bajaba por las escaleras de mármol hacia el comedor comenzó a recordar todas y cada uno de sus momentos felices, y entonces supo que por lo menos haría el intento de pensar diferente de ella. Así, que comenzó a tararear, tenía tiempo que no lo hacía y para ella era inevitable, estaba extrañamente feliz.
Llego a la mesa de los profesores, sin siquiera percatarse de
nada, no se dio cuenta que sus allegados la miraban impactados, que nadie en el comedor hablaba y que sobre todas las cosas que había hecho que el techo encantado hiciera que nevara. Mientras daba una ojeada a su libro, sintió que los profesores y "el mundo entero" la miraban.
Mmm... me puse la falda al revés- pregunto ella viendo la total impresión del profesorado-... lo sabía, desde hace mucho...que...
-No, solamente te vez diferente- dijo Alexander
-Te pareces a ti- dijo Liz, con nostalgia - pero, no a ti
-Bueno... solamente, quería... recuerdas la carta de Lu- dijo Sara, enseñando una carta- pues la recibí, anoche y al parecer dieron el fallo a mi favor
-Fantástico- dijo Alex
-Hay que celebrar- dijo Elizabeth- tenemos, que... enserio... Wow
-En efecto, por fin después de seis años voy a poder ir a verla
La semana paso muy rápido, y el viernes llego, desde muy temprano en la mañana los alumnos se prepararon para la tan esperada salida al pueblo. Y por supuesto, como a Sara le encargo la profesora McGonagal, también se alisto para ir, claro después de que terminaran las clases. Y aunque pareciera increíble solo faltaba una semana para el baile.
Estaba en la clase de pociones dando su última clase, y por supuesto ella no les dejo estudiar, como otros maestros, pues la emoción del baile tan cerca, era inevitable no querer planear todo a
la perfección.
-Hoy que vamos a hacer- dijo Hermione
-Nada- respondió Sara- creo que se merecen un descanso anticipado. Solo no hagan mucho ruido.
Todos sus alumnos se alegraron por la noticia, así que se pusieron a platicar, y Sara se puso a escribir las tarjetas para los regalos de navidad. Justo estaba escribiendo « esto es algo que espero sea algo especial» cuando una alumna se puso enfrente de su escritorio.
-Profesora- dijo Hermione, exaltándola
-Si querida- dijo Sara
-Bueno... es que yo... no sé cómo arreglarme para el baile
-Pero supongo que ya tendrás vestido
-No
-Pero si el baile es esta la próxima semana
-Ya lo sé... pero míreme... soy un desastre y... bueno usted siempre se ve bien
-Ya veo, sabes, el profesor Alex... Hooper, está haciendo un vestido para mí pero,- entonces Sara noto preocupación en la chica- habrá pocas ocasiones para brillar y verte hermosa y salir con Víctor, así que ven a mi despacho un día antes del baile y yo te arreglare y te regalare mi vestido.
-Que... no profesora, sería mucho
-Pero lo voy a hacer
-Bueno gracias es... fantástica
-Claro... bueno y Harry con quien ira, bueno es que es curiosidad
-Es que el ira con Patil o es con Parvati, bueno la verdad es que él quería ir con Cho pero ella va a ir con Diggori y bueno fue su última opción
-Bueno al menos tiene con quien
ir... y Ron
-Amm... bueno él quería ir conmigo pero nunca me lo pregunto y fue un... idiota... perdón
-Tranquila
-Así que Krum me pregunto y yo acepte pero en realidad quería ir con Ron... pero él me quería utilizar como última opción, porque en realidad con quien quería ir es con Fleur pero todo le salió mal.
-Supongo
-Discúlpeme maestra pero con quien ira...
-La verdad iré sola
-Que malo...
-No de hecho no.
-Discúlpeme maestra... pero que no todos los profesores tienen que abrir el baile...
-Bueno, cierto... solo... que estoy esperando que... alguien más me diga que...
Y en ese momento tocaron la campana, y para Sara significaba que ya empezaban sus vacaciones, así su lado del aula se desocupo muy rápido. Al igual que sus alumnos ella se fue, pues estaba ansiosa por ir al pueblo.
Cuando todos los estudiantes se reunieron, y los profesores subieron a los carruajes, se dio marcha hacia Hosgmedae. A Sara a quien se le había asignado los chicos de tercer año, supo que podía descuidarlos solo un poquito...
-Chicos, puesto que son de tercer año, no tienen el permiso de ir a las tres escobas y pedir una cerveza de mantequilla, la señora Rosmerta tiene indicaciones estrictas, así que vayan y no quiero que ocurra un desastre
Todos rompieron filas, esperando así comprar regalos para sus familias. Mientras tanto Sara fue a comprar, algo para entretenerse esas dos horas. Llego a una tienda de libros muy pequeña, que al
entrar sonaba una campana, dicha tienda contaba con demasiados estantes, y en cada uno de ellos estaba la clasificación del libro, conforme iba recorriendo cada uno de los títulos volvió a escuchar el tintineo de la puerta, no presto mucha atención pues un título había llamado su atención << Aplicaciones del ópalo en pociones de todo tipo>>.
-Ópalo, ópalo... pociones- dijo Sara, en voz muy baja, mientras veía el libro, ajena siquiera a lo que estaba diciendo- baile...pff, el baile, ¿con quien voy a ir?- ahora comenzaba una conversación consigo misma, mientras revisaba algunos títulos cuyo contenido no llamaba su atención- con Severus obviamente no ...aunque quisiera ni en un millón de años...podría obligarlo.
Ella se sorprendió de lo que había dicho, así que dejo el libro en el estante... miro a los dos lados del pasillo.
-Ya estoy loca... si, en eso estoy de acuerdo... por el amor a Merlín... hay cientos de tipos mejores que me están invitando... porque siempre busco imposibles... el, solo... jamás me va a invitar al baile... Ahgg- entonces se golpeó con un libro la cabeza- porque, tuve que nacer, porque... está bien Sara- dijo dejando el libro- ya demostrase tu punto, solo que si alguien te ve hablando sola te va a creer loca... pero si ya lo estoy... Muy bien, de acuerdo, no sé cómo no sé por qué. Me gusta. Ya está, lo he admitido Snape me gusta. No puedo seguir con mis locuras... y si mi subconsciente ya está contenta, roguemos a Merlín que nadie me haya escuchado
Ella salió de la tienda hecha un nudo de nervios, si ya no podía más... ni siquiera ella sabía porque él se le había metido a la cabeza. Así que por más que trataba de encontrar algo para quitarse tal idea de la cabeza... regresaba. Llego a las tres escobas, tan concentrada en sus ideas que ni siquiera se había dado cuenta de quien la había escuchado. Entro al establecimiento, respiro hondo y pidió una cerveza de mantequilla. Se sentó en unas de la mesas, mirando hacia la ventana y se quedó pensando... ella había tenido tantos cambios de humor que luego ni siquiera ella sabía si estaba bien o no, cerro lo ojos por un momento. Entonces alguien se sentó frente a ella... Abrió los ojos y ahí está frente a ella, su querido profesor, el impacto provoco que tirara la cerveza que tenía frente a ella.
-Por qué caraj...- dijo Sara mientras se limpiaba la cerveza-...no vuelva a hacer eso...
-Hacer que- dijo Snape muy altaneramente
-Molestarme... que quiere,... es el único día de la semana que no lo he buscado para molestar... y sin embargo, usted viene.
-Quería hacerle una pregunta
Ella lo miro sorprendida
-Claro
-Eh... -balbuceó, y era la primera vez que ella lo escuchaba balbucear o dudar de cualquier cosa.-¿Quieresveviralmailecombigo?
-¿Cómo? -dijo Sara, riendo un poco con tal escena
-¿Que... quisiera venir al baile conmigo? -le preguntó.
-¡Ah! -exclamó Sara, y se puso roja eso le paralizó la
risa.
-Bueno es que, usted es una mujer...
-¡Qué observador! -dijo ella ácidamente.
-Usted acaba de decir, que la debía de invitar
-Y por qué demonios me estaba escuchando- dijo Sara enojada
-Eso importa
-Si porque...
-¡Maldita sea! entonces es un si
-Sí. Está bien -contestó al final, poniéndose muy roja, y saliendo de las tres escobas
Mientras caminaba hacia el centro del pueblo, se dio cuenta de que se escuchaban truenos de lluvia, y eso la hizo caminar más rápido... llego hasta una banca cubierta de escarcha, a la mitad de una fuente rodeada de árboles petrificados por el hielo.
-Por qué no puedo tener una vida normal- se lamentó ella
Entonces volvió a mirar hacia la calle, y de nuevo frente a ella estaba el, si bien aún seguía enojada, se alegró al ver que él siempre la soportaba aunque ella lo mandara a freír espárragos y esa no era la acepción.
-En verdad la estoy volviendo loca- dijo Snape
-Sí,... desquiciada diría yo
-Entonces todo lo que dijo ahí es verdad
Ella asintió, y lo miro con una sonrisa en los labios...
-Que secretos esconde tras esa pinta de niña buena
-Más de lo que podría imaginar
Ambos se miraban a los ojos, no tenían que decir nada, se acercaron lentamente el uno al otro.
-No sé cuándo se va a dar el valor en usted para que...
-Eso es lo que intente hacer aquella vez
Sara, le dedico una sonrisa y en un murmullo dijo
-Entonces hazlo
Él se acercó a sus labios y ella cerro los ojos, el la roso en los labios suavemente, embotellando mil emociones en algo tan pequeño, con el corazón palpitante, se sentía mucho más consciente de su cuerpo de lo que era habitual: notaba con claridad la rapidez a la que le bombeaba el corazón, el hormigueo que el miedo le producía en los dedos...... ese beso tan anhelado que le robo el aliento primero su corazón cayo a su estomago y salpico todo su Interior, sintió esas mariposas en el estomago, la hizo suspirar profundamente, y toda esa condensación hizo un corto circuito en sus cerebro y su boca se desconecto, estaba ocurriendo, ya no les importaba que los vieran juntos, que el todavía no se enterara de lo había hecho ella, ese momento era real y duradero... ella siguió el ritmo de sus besos pues era lo que había deseado más que nada, entonces sintió una gota de agua en las mejillas y abrió los ojos. Estaba lloviendo en pleno invierno, y de un momento a otro la lluvia se hizo más fuerte, empapando a los dos y Sara supo que... enserio podía olvidar. Y que podía llover en invierno. Así que sonrió, sonrió con tanta fuerza y alegría como nunca en su vida.
-*-*-
Como dije antes ¡¡comenten!! ;D o sino quito el maratón * riza de voldemort* Ok no...pero ¡COMENTEN!
=================
Adelanto
Adelanto
( no es un capítulo sólo es un....)...
Cada vez faltaba menos para el gran baile y conforme pasaba la semana, los nervios se hacían presentes, era miércoles, y el baile se celebraría el viernes.
-Conozco a una chica de una fantasía- dijo Liz detrás de Sara
-De un mundo de arco iris y misterio- dijo Jack poniéndole una venda en los ojos
-Cierra los ojos- dijo Alex
Ella los cerro, pues desde que era niña, cuando le querían dar alguna sorpresa o regalo, usaban ese "método". Ella no podía imaginar que era, pues apenas era el desayuno y sin comida, no podía pensar con claridad. Se escuchó, una pequeña risita de su lado derecho, claro que no podía ser el profesor, el timbre de la voz era muy agudo.
-Adivina- dijo Alex
-Hoy no es ningún aniversario - dijo ella
-No- dijo Jack
-Ni navidad, eso es el viernes
-Correcto- dijo Elizabeth
-Y si no es mi cumpleaños es el...
-Mío- dijo una vocecita
Ella abrió los ojos y rápidamente se quitó la venda, sonrió. Estaba frente a ella, el niño con el que había compartido muchas de sus alegrías, tenía sus ojitos color azul muy sorprendidos, su cabello obscuro alborotado, y sus manitas incitándola a cargarlo, mientras se movía incómodo en los brazos de Liz. Ella, lo abrazo, muy, muy fuerte, desde que había entrado al colegio no lo había visto.
-Mi niño- dijo ella mientras abrazaba a su pequeño...
-Mama-
dijo el niño
Todo el gran comedor quedo en silencio, todos los profesores se atragantaron con su bocado, muchos escupieron su jugo, y el director, la subdirectora y Severus, se quedaron contemplando la escena. Como era posible, nadie lo esperaba, de pronto nadie respiro, se esperaban respuestas.
-Te gusto la sorpresa- dijeron Elizabeth, Jack y Alex en coro
-Me encanto- dijo ella maravillada le encantaba estar con el niño...
-«Pol» que no me «esquibiste»- dijo el pequeño
-Por qué no tenía tiempo mi amor
-Y te «acoldaste» que mañana es mi cumpleaños
-Claro, como no me iba a acordar, ya son tres años
-No son dos «pol» que no cuentas bien mama
-Ven- le dijo mientras se levantaba y cargaba al niño- vamos a ver, la nieve de afuera
-Siiii- dijo el pequeño
Y así sin más, Sara, Alexander, Jack, Elizabeth y el niño salieron del gran comedor, a la vista de todos, nadie hablo, ni hizo ningún movimiento hasta que la puerta principal se cerró completamente. Los murmullos se dispararon, las especulaciones estaban a más no poder, y nadie se salvó de estar completamente sorprendido.
-Y cuando uno pensaba que un cuarto campeón era la noticia más grande que se iba a anunciar en este año- dijo Alastor, que por primera vez en mucho tiempo hablaba en el comedor
-Quien lo hubiera pensado- dijo Minerva
El director, estaba paralizado miraba su copa, como si esperara alguna respuesta y claro no era el único, Snape también estaba, más que sorprendido, ella
jamás le había dicho, tal vez era cierto lo que una vez le había dicho el director...ella era un mar de secretos, y ahora sabía bien porque, tal vez en esos siete años había ocurrido, tal vez...
Hacia un buen tiempo afuera, la nieve se había detenido un poco, y era perfecto para jugar con el niño. Sara lo bajo de sus brazos y dejo que se acostara en la nieve para poder hacer ángeles de nieve, aunque ella se estaba helando.
-Y les vas a decir- dijo Liz
-Si- contesto Sara
-Todos querrán una respuesta- dijo Jack
-Sí y lo sé- contesto Sara- si ustedes hubieran podido leer los pensamientos de todos, creo que tendré que sacarles las dudas
-Pero cuando-dijo Alex
-En la comida-dijo Sara despreocupada
-Mami, me ayudas a hacer este muñeco de nieve
-Si mi hijito querido- dijo...
Conforme el día avanzaba las conjeturas eran más, como era posible, nadie lo sabía, ni en las más locas suposiciones lo había pensado. Otra vez, siendo citado con el director, podía pensar, aclarar la mente, ojala...ese era lo poco que podía pensar, el viejo le podría dar alguna respuesta aunque ya desde hacia mucho tiempo que había perdido la confianza en él. Esta vez no dudo dos veces en pasar, no había tiempo para siquiera perder el tiempo.
-Gracias a Merlín que ya has llegado- dijo Albus, totalmente preocupado
No estaban solos como las últimas veces, esta vez estaban Minerva, Alastor y Madame Maxime
-Yo sigo pensando que es un error- decía Alastor, porque de seguro estaban enfrascados en una plática, antes de que hacer presencia- además la conocemos muy bien ella seria incapaz de hacer semejante cosa
-Pues, a mí jamás me había contado nada-decía Minerva
-«Pego», es imposible, sabemos aquí que lo que ella más «aboguese» es «pegsisamente» eso
-Lamento decir que las pruebas son contundentes- rectifico Dumbledore- por eso es de mayor importancia saber que paso...Severus tu que has investigado sobre esto, que sabes
-Lo mismo que todos los presentes
La hora de la comida llego aún más rápido de lo que ella podía querer, no tenía nada que esconder, claro que su plan había tenido un pequeño desliz, pero no era nada que no pudiera arreglar con algunas palabras...o con un buen hechizo. Los cuatro caminaron con algo de dificultad debido a la nieve, a pesar de todo ese había sido un muy buen día, pero claro que podían decir algo en defensa de ambos, Sara ya había trazado un ingenioso plan, llegaron al gran comedor, y así podían terminar con las dudas de los presentes.
-*-*-
Como dije antes en la amenaza... perdón recomendación... ¡¡comenten!! ;D
Ah y mi celular se murió...así que Luh...ahora ya no tengo wattsapp...
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"Sorpresas"
"Sorpresas"
Cancion: Happy Birthday- Katty Perry
Deseosos de impresionar a los visitantes de Beauxbatons y Durmstrang, los de Hogwarts parecían determinados a engalanar el castillo lo mejor posible en Navidad. Cuando estuvo lista la decoración, Sara pensó que era la más sorprendente que había visto nunca en el castillo: a las barandillas de la escalinata de mármol les habían añadido carámbanos perennes; los acostumbrados doce árboles de Navidad del Gran Comedor estaban adornados con todo lo imaginable, desde luminosas bayas de acebo hasta búhos auténticos, dorados, que ululaban; y habían embrujado las armaduras para que entonaran villancicos cada vez que alguien pasaba por su lado. Era impresionante oír Adeste, fideles... cantado por un yelmo vacío que no sabía más que la mitad de la letra. En varias ocasiones, Filch, el conserje, tuvo que sacar a Peeves de dentro de las armaduras, donde se ocultaba para llenar los huecos de los villancicos con versos de su invención, siempre bastantes groseros.
En aquel momento nevaba copiosamente en el castillo y sus alrededores. El carruaje de Beauxbatons, de color azul claro, parecía una calabaza enorme, helada y cubierta de escarcha, junto a la cabaña de Hagrid, que a su lado era como una casita de chocolate con azúcar glasé por encima, en tanto que el barco de Durmstrang tenía las portillas heladas y los mástiles cubiertos de escarcha. Abajo, en las cocinas, los elfos domésticos se superaban a sí mismos con guisos calientes y sabrosos, y postres muy ricos. Claro que la calma en el colegio era tan efímera
como la misma resolana del sol, desde aquel día, nada se comentó, ella solo le mandaba pequeñas sonrisas y guiños de vez en cuando a su profesor. Por supuesto nadie debía de notar que algo había cambiado en ellos dos, así que Sara hacia todo lo posible por seguir peleando y claro que lo lograba, así que nadie noto alguna diferencia.
Cada vez faltaba menos para el gran baile y conforme pasaba la semana, los nervios se hacían presentes, era miércoles, y el baile se celebraría el viernes.
-Conozco a una chica de una fantasía- dijo Liz detrás de Sara
-De un mundo de arco iris y misterio- dijo Jack poniéndole una venda en los ojos
-Cierra los ojos- dijo Alex
Ella los cerro, pues desde que era niña, cuando le querían dar alguna sorpresa o regalo, usaban ese "método". Ella no podía imaginar que era, pues apenas era el desayuno y sin comida, no podía pensar con claridad. Se escuchó, una pequeña risita de su lado derecho, claro que no podía ser el profesor, el timbre de la voz era muy agudo.
-Adivina- dijo Alex
-Hoy no es ningún aniversario - dijo ella
-No- dijo Jack
-Ni navidad, eso es el viernes
-Correcto- dijo Elizabeth
-Y si no es mi cumpleaños es el...
-Mío- dijo una vocecita
Ella abrió los ojos y rápidamente se quitó la venda, sonrió. Estaba frente a ella, el niño con el que había compartido muchas de sus alegrías, tenía sus ojitos color azul muy sorprendidos, su cabello obscuro alborotado, y sus manitas incitándola a cargarlo, mientras se movía incómodo en los brazos
de Liz. Ella, lo abrazo, muy, muy fuerte, desde que había entrado al colegio no lo había visto.
-Mi niño- dijo ella mientras abrazaba a su pequeño...
-Mama- dijo el niño
Todo el gran comedor quedo en silencio, todos los profesores se atragantaron con su bocado, muchos escupieron su jugo, y el director, la subdirectora y Severus, se quedaron contemplando la escena. Como era posible, nadie lo esperaba, de pronto nadie respiro, se esperaban respuestas.
-Te gusto la sorpresa- dijeron Elizabeth, Jack y Alex en coro
-Me encanto- dijo ella maravillada le encantaba estar con el niño...
-«Pol» que no me «esquibiste»- dijo el pequeño
-Por qué no tenía tiempo mi amor
-Y te «acoldaste» que mañana es mi cumpleaños
-Claro, como no me iba a acordar, ya son tres años
-No son dos «pol» que no cuentas bien mama
-Ven- le dijo mientras se levantaba y cargaba al niño- vamos a ver, la nieve de afuera
-Siiii- dijo el pequeño
Y así sin más, Sara, Alexander, Jack, Elizabeth y el niño salieron del gran comedor, a la vista de todos, nadie hablo, ni hizo ningún movimiento hasta que la puerta principal se cerró completamente. Los murmullos se dispararon, las especulaciones estaban a más no poder, y nadie se salvó de estar completamente sorprendido.
-Y cuando uno pensaba que un cuarto campeón era la noticia más grande que se iba a anunciar en este año- dijo Alastor, que por primera vez en mucho tiempo hablaba en el comedor
-Quien lo hubiera pensado- dijo Minerva
El director, estaba paralizado miraba su
copa, como si esperara alguna respuesta y claro no era el único, Snape también estaba, más que sorprendido, ella jamás le había dicho, tal vez era cierto lo que una vez le había dicho el director...ella era un mar de secretos, y ahora sabía bien porque, tal vez en esos siete años había ocurrido, tal vez...
Hacia un buen tiempo afuera, la nieve se había detenido un poco, y era perfecto para jugar con el niño. Sara lo bajo de sus brazos y dejo que se acostara en la nieve para poder hacer ángeles de nieve, aunque ella se estaba helando.
-Y les vas a decir- dijo Liz
-Si- contesto Sara
-Todos querrán una respuesta- dijo Jack
-Sí y lo sé- contesto Sara- si ustedes hubieran podido leer los pensamientos de todos, creo que tendré que sacarles las dudas
-Pero cuando-dijo Alex
-En la comida-dijo Sara despreocupada
-Mami, me ayudas a hacer este muñeco de nieve
-Si mi hijito querido- dijo...
Conforme el día avanzaba las conjeturas eran más, como era posible, nadie lo sabía, ni en las más locas suposiciones lo había pensado. Otra vez, siendo citado con el director, podía pensar, aclarar la mente, ojala...ese era lo poco que podía pensar, el viejo le podría dar alguna respuesta aunque ya desde hacia mucho tiempo que había perdido la confianza en él. Esta vez no dudo dos veces en pasar, no había tiempo para siquiera perder el tiempo.
-Gracias a Merlín que ya has llegado- dijo Albus, totalmente preocupado
No estaban solos como las últimas veces, esta vez estaban Minerva, Alastor y Madame Maxime
-Yo sigo pensando que es un error-
decía Alastor, porque de seguro estaban enfrascados en una plática, antes de que hacer presencia- además la conocemos muy bien ella seria incapaz de hacer semejante cosa
-Pues, a mí jamás me había contado nada-decía Minerva
-«Pego», es imposible, sabemos aquí que lo que ella más «aboguese» es «pegsisamente» eso
-Lamento decir que las pruebas son contundentes- rectifico Dumbledore- por eso es de mayor importancia saber que paso...Severus tu que has investigado sobre esto, que sabes
-Lo mismo que todos los presentes
La hora de la comida llego aún más rápido de lo que ella podía querer, no tenía nada que esconder, claro que su plan había tenido un pequeño desliz, pero no era nada que no pudiera arreglar con algunas palabras...o con un buen hechizo. Los cuatro caminaron con algo de dificultad debido a la nieve, a pesar de todo ese había sido un muy buen día, pero claro que podían decir algo en defensa de ambos, Sara ya había trazado un ingenioso plan, llegaron al gran comedor, y así podían terminar con las dudas de los presentes.
La hora de la comida llego aún más rápido de lo que ella podía querer, no tenía nada que esconder, claro que su plan había tenido un pequeño desliz, pero no era nada que no pudiera arreglar con algunas palabras...o con un buen hechizo. Los cinco caminaron con algo de dificultad debido a la nieve, a pesar de todo ese había sido un muy buen día, pero claro que podían decir algo en defensa de ambos, Sara ya había trazado un ingenioso plan, llegaron al gran comedor, y así podían
terminar con las dudas de los presentes. Llego a su lugar, a la mira del profesorado, respiro hondo. Se dirigió al director, el cual la miraba como aquel día en Askaban.
-Sé que quieres respuestas, y te las daré- entonces sonrió pícaramente
Así se fue a donde el director usualmente daba la bienvenida al colegio, silencio al comedor...de nuevo, y sonrió ante la propia escena.
-Sé que a muchos les di algo en que pensar todo el día, y claro que debe de haber una respuesta... es demasiado simple- entonces señalando a su amiga la cual subió donde estaba ella
-Bueno...hola...creo que...yo fui la que metió en un embrollo a Sara y...-entonces Elizabeth la miro, esperando alguna ayuda, pero Sara solo le señalo que continuara- la verdad es que el niño es mío...bueno no mío, mejor dicho es de un orfanato...y, y...fin de asunto
Entonces bajo del estrado y enseguida el gran comedor estallo en un nuevo bullicio y los profesores la dejaron de asesinar con la mirada, e incluso escucho decir a Dumbledore -«solo era eso, un mal entendido...profesor ya le había contado aquel chiste de...»-. Sara se sentó y triunfante sonrió, claro que no tenía la culpa de que hubiera un gran mal entendido. Se giró hacia él y comenzó a reír y le susurro.
-Enserio pudo creerse tal mal entendido- el solo asintió- entonces no me conoce lo suficiente
-Pues si a usted le llegaran con semejante noticia de la que no sabe nada...también lo sospecharía
-Entonces dice que si le dan algún tipo de información de la cual no tiene fuente, lo cree ciegamente- volvió
a asentir- yo pienso que solo no trata de conocer a las personas lo suficiente
-Pues al menos yo no me entrometo en la mente de los demás.
-Pero le gustaría ¿o no?
-Si ya sabe porque pregunta
-Porque siempre es tan huraño
-Eso le importa
-Lo suficiente para preguntar
-Pues espero que le deje de importar
-No claro que no
Entonces la comida dio inicio con los habitúeles manjares de las cocinas del colegio, todo estaba de vuelta a lo planeado. Pero de repente Sara se levantó estrepitosamente.
-Mañana es navidad -dijo, en tono de sorpresa
-Que novedad- dijo Snape en tono de fastidio
-Vaya y, todavía no sé qué me voy a poner, como me voy a peinar, que voy a hacer y luego...no,no,no...me tengo, que...pero, si...no
-Sara querida- dijo Alexander desde su lugar- no recuerdas el vestido que te regale...
Sara miro a su amigo.
-Sobre eso...
-¡Qué demonios le hiciste!.
-Digamos que accidentalmente, intencionado, se regaló a la señorita Greanger, pero así por su cuenta, yo no tuve nada que ver.
-Entonces juro que accidentalmente yo te mato-entonces se levantó- dame una buena razón para no matarte...por que...
-Pues era una muchacha en apuros y...
-Gracias a Merlín, tú le regalaste algo que tarde dos años en hacer...y de cuando acá te importa los problemas de los demás
-Tú dijiste dos días
-Porque es una formalidad
-Elizabeth- reprocho Sara en tono chocante
-Bueno ya los dos, está bien, Sara hoy a tenido la culpa de muchas cosas, casi todas malas, además sabemos
que no es la más inteligente, sensata, madura...
-Oye
- Y el punto es que ella así es, y tú lo sabes
-Supongo, pero es, ahggg- dijo Alexander sentándose de nuevo en su lugar.
-Papi no te enojes con mami - dijo el niño mirando a su padre
-Charles, me enoje con ella porque regalo algo que yo le hice, y eso no se hace
-«¿Pol que?»
-Mi niño deja de preguntarle a tu padre- dijo Liz- mejor hay que festejar tu cumpleaños
Charles sonrió.
-Siii...mi fiesta...hoy cumplo años...mami donde me vas a «hacel» mi fiesta
-En mi despacho- dijo Sara
-Yupii...mama «Sala» van a «il» todos.
-Si tu quieres
-Entonces va a «il Dombledole»
-Si
-Y tio Jack
-También
-Y tía Tiffany
-Lamentablemente
-Y el «señol de nego»- Sara sonrió ante la idea de ver a Severus en una fiesta infantil, y lo miro, el tenia una expresión de asombro.
-No se...a el no le gustan las fiestas, además si tu lo convences yo lo invito
Ella sabia que el no iba a aceptar, después de todo ella había notado que el estaba enojado con ella después del mal entendido. El niño se bajo con algo de dificultad de su asiento, pero al hacerlo corrió inmediatamente a donde estaba Snape.
- «Señol de nego»...puede «il» a mi fiesta
Severus arqueó las cejas, confundido por no saber que decir.
-Como dijo la señorita a mi no me agradan las fiesta- el niño lo miro tiernamente - creame jovencitó que a con sus estúpidos chantajes de niño malcriado no me convencerán - dicho eso Charles regreso con Liz y comenzó a
llorar.
-Es usted un cretino- dijo Sara furiosa, mientras iba con el niño a consolarlo
Después de unos minutos Charles se calmo y Sara se retiro junto con sus amigos a celebrar su cumpleaños.
-Creo que debiste de ser un poco mas sensible en ese asunto- dijo Albus
-Y que quieres que haga- aspecto el
-Ve con ella
Severus dudo por un momento, pero claro que accedió. No quería que Sara se enojara con el. Subió hasta el cuarto piso donde estaba en cuarto y despacho de Sara, a pesar de que nunca había entrado, sabia exactamente donde quedaba pues ella misma se lo había dicho hacia dos días.
Al llegar toco la puerta lo suficientemente fuerte como para que se escuchara entre todos los sonidos que podía percibir. No tardo demasiado esperando, pues ella abrió la puerta, casi de inmediato.
Hizo una mueca con su boca- Que quieres Snape- dijo ella cerrando la puerta detrás de si.
Severus trato de meditar sus palabras, pues había aprendido que cuando Sara le llamaba por su apellido era por que se había enojado con el.
-Ya sabes a que vengo- dijo el con todo el tacto posible.
-No, no se a que vienes- comento ella, a pesar de que sabia que venia a disculparse. Aunque ella estaba a'punto de arrojarse a sus brazos, se contuvo, Severus no aceptaba sus errores tan fácilmente y eso era algo que ella quería cambiar.
-Por favor no me hagas decirlo.
-Entonces si no te gusta pedir disculpas solo no hagas nada para hacer méritos...entra Severus.
El despacho de Sara no era mucho mas grande que el de Snape.
Había una
mesa con manteles azules en el centro, algunas sillas y varios globos blancos y azul marino que adornaban el ahora concurrido lugar.
-La decoración no es muy buena...pero es lo mejor que pude hacer con diez minutos de anticipación - murmuro ella.
Todo el lugar estaba lleno de una euforia que fácilmente se podía distinguir, Charles estaba jugando a las escondidas con sus padres, y algunos adultos que ahí se encontraban platicaban cómodamente en torno a la mesa.
-No me «atapas»- dijo el niño
-Claro que si- decía Alexander con una mano en la espalda.
-Eso mismo dijiste el día en que te conocí- dijo Sara en tono de burla
-Si, pero ese día yo tenia 26 años menos- contesto el
-Y aun así perdiste
-¡Ya te dije que yo no perdí!
Sara rió- Eres un tonto
-Yo gane- dijo Charles, dirigiéndose donde estaba Sara-«Mila» papa el «Señol de nego»
-Si- dijo Alex cargando a su hijo- Pero ya te he dicho que no le puedes poner apodos a las personas si ellas no te lo dicen
-«¿Pol que?»
-Por que si no te mandan a freír espárragos- dijo Sara
-Ahhh- dijo Charles meditando lo que ella le había dicho
-Que te parece si partimos el pastel- dijo Sara, el niño asintió
Todos se acercaron a la mesa en el centro, en la cual se encontraba un pequeño pastel de color azul cielo con glaseado blanco. Antes de que comenzaran a cantar cumpleños feliz, tocaron levemente la puerta.
-Yo voy- dijo Jack
Al abrir la puerta, entro el director y la subdirectora.
-Perdon por venir tan tarde, pero
tenia que arreglar unos asuntos con los directores- dijo Albus
-«Mila» mami es el «señol de baba gande»- todos los presentes soltaron una carcajada
-No te preocupes Albus- dijo Liz- apenas íbamos a partir el pastel
-Gracias
Ya todos entorno a la mesa, apagaron las luces y prendieron tres velas.
-Mama «Sala», cumplo dos no «tes»- replico el niño
-Pff...ya pide tu deseo y luego veras por que es una tercera vela- dijo Sara sonriente hacia el niño
-Sara que tendrá que saber el niño- dijo Alex
-Por que no mejor vez que pasa cuando Charles pida su deseo
Todos en la sala la miraron curiosos.
-Por favor dime que no implica ningún perro, animal, sustancia peligrosa o broma de Zonko- dijo Jack
-Noo- dijo Sara dudosa- ya pide tu deseo
El niño gustoso soplo las tres velas en su pastel, y de la tercera vela salio un pequeño pregamino con un rastro de confeti.
-«Mila» mama, que dice en el papel- dijo el niño con el pergamino en la mano
-No lo se mi vida- dijo Elizabeth- por que no mejor le dices a papi que lo lea
-Shi mami
Charles le dio el trozo de pergamino a su padre, que no comprendía aun el motivo de la "sorpresa". Mientras tanto Liz y Sara se mandaban miradas de nerviosismo.
-¿Cual es la sorpresa que la tiene tan nerviosa? - le susurro Severus
-Ya lo vera, pero no me ponga tan nerviosa- dijo ella, con un aparente temblor en las manos
Y sin previo aviso Snape le tomo la mano, haciéndola suspirar de sorpresa.
-Lo único que quiero que le haga poner nerviosa soy
yo- le susurro
-Eres muy autoritario- respondió ella apretando un poco mas su mano- supongo que en eso no me fije cuanto me enamore.
-Haber que tenemos aquí- dijo Alex- Estos últimos dos años-comenzó a leer- han estado llenos de nuevas experiencias, llenos de cientos de cosas que hemos vivido con nuestro hijo, por eso se me es difícil decir tantas cosas en un pequeño papel, así que en lugar de agobiarte con tantas indirectas y palabras innecesarias, me reduzco a solo una pregunta ¿ Niño o niña?.
Todo el mundo pareció contener la respiración y por un momento Alex pensó haber leído mal. Pero no le tomo mucho tiempo comprender lo que iba a suceder, así que abrazo a Liz. El despacho estallo en aplausos y hermosas palabras para la feliz pareja.
-¿Que pasa mami?- dijo el niño que todavía no captaba la idea
-Bueno mi amor, luego te lo diremos- dijo Elizabeth
-Bueno, supongo que no habrá mas que decir felicidades- dijo Albus- y claro, a partir el pastel
La tarde fue muy amena y feliz, llena de risas y buenos deseos; el festejo duro hasta la noche.
-Entonces te gusto la sorpresa - insistio Elizabeth
-Claro que me gusto...- contesto Alex- pero, necesitas cuidados especiales o algo asi
-No mi amor
-Por que necesitaría cuidados especiales- pregunto Minerva
-Pues Elizabeth no podía tener hijos-contesto Sara- por eso adoptaron a Charles
-Cierto- contesto la pareja a unisono
-Entonces esta noticia debe ser maravillosa- dijo el director
-Perfecta- dijo Tiffany - mi hermanita adora a los niños, igual que
yo
-Pero tu odias a los niños- dijo Jack- si a ti y a mi Charles jamás nos a dicho mama o papa.
-Por que no se lo hemos pedido...Charles- llamo Tiffany
El niño miro a la mujer con reprobación.
-Que te hace queel que yo te voy a decil mama, tu y tio Jack siempe acen llolal a mama Sala cuando va a la casa en Palis- contesto el niño que estaba en el regazo de Sara
Tiffany bufo- Si yo le hago eso a esa zorra es por que se lo merece
-Por favor Tiffany deja de molestar a Sara- dijo Alex- Charles te esta escuchando
-Dejar de molestar...pues siempre se lo busca
Sara suspiro y siguió jugando con el niño en su regazo. Albus se aclaro la garganta.
-Creo que ya es muy tarde, así que mejor me retiro
-Bueno, yo también- dijo Minerva- mañana tengo mucho que planear
-Al parecer es lo mejor, a estas alturas de la noche- dijo Severus- yo también me retiro
-Entonces si ya se van, creo que los acompaño- dijo Sara
-No, yo quielo dolmil con tigo- dijo el niño abrazándose a ella
-No mi amor- dijo Liz- ella también debe ir a dormir, igual que tu
Todos comenzaron a despedirse y desearse las buenas noches.
-Mami, diles que no se vayan- dijo Charles
-Ya te dije que tienen cosas que hacer mañana, por eso adelantamos tu cumpleaños hoy- contesto Elizabeth
-Entonces déjame il, con ellos, me polto bien
-No
Sara al ver la escena se arrodillo hasta llegar a la altura del niño.- Mira, si te portas bien, vamos a jugar todo un día
-Entonces ve, yo me polto bien con mama y papa
-Eso espero...dame
mi beso de las buenas noches
Charles beso la mejilla de Sara, dejando un rastro de baba. Al salir del despacho, todos se encaminaron a sus habitaciones. Pero, Sara y Severus no; ellos prefirieron bajar a las mazmorras a conversar con mas privacidad.
-Por que el niño quería que fuera a su fiesta- dijo Severus
-La verdad no se...intente preguntarle durante toda la fiesta pero lo único que me dijo fue, por que te quiero. No se a que se refiera.
-Entonces, planeaste toda la fiesta
-No, yo solo puse mi despacho.
Siguieron caminando por los intrincados pasillos del castillo hasta llegar al despacho de el.
-Odio tener que bajar cuatro pisos- dijo Sara mientras entraba
-Hablas como una anciana- comento Snape
Sara le dio un golpe en el brazo.
-Eres un bruto Severus. Ademas de que te preocupas tu, yo soy la que va a tener que subir.
-Créeme que hoy no vas a subir cuatro pisos- dijo el, tomándola de espaldas por la cintura.
Sara sonrió ante tal gesto, sabia a que se refería con que no iba a tener la necesidad de subir.
-Que me estas proponiendo
-Nada en especial.
Ella se giro hasta quedar cara a cara con Snape, para después darle un apasionado beso en los labios. Sara paso sus brazos por el cuello de el, para acortar la distancia.
-Necesito que me digas que somos...- pregunto ella
-Amigos, queda claro que no
-Cierto, pero tampoco novios
-No, no lo somos, para eso debimos ser amigos.
-Entonces...¿Que somos?. Por que para amigos con derecho, no somos amigos. Y para novios iríamos muy
rápido.
-Tu crees que vamos rápido, nos conocemos desde hace cuatro meses, ademas somos adultos y sabemos que hacemos.
-Tu razonamiento me deja perpleja. Pero, si, tienes razón, sabemos lo que hacemos. Que te parece si simplemente somos una pareja, sin la palabra novios, por que para tu edad esa palabra suena infantil.
-Para mi edad. - dijo aprisionándola contra la pared-Te voy a enseñar que puedo hacer con mi edad.
Severus beso a Sara fervientemente en los labios, dejándola sin aliento. Ella solo se aferro mas a el, aspirando su aroma y quedando, estupefacta con la sensación que provocaban sus besos, besos que fueron tornándose mas apasionados, suplicando mas cercanía, mas piel. Sin perder tiempo y obedeciendo a sus instintos Sara comenzó a desabotonar lentamente la capa de los hombros de Severus, provocando que el descendiera sus besos hasta la barbilla de ella. Sara gimió levemente al sentir que el también comenzaba a retirar su vestido.
Pero algo interrumpió el acto, tocaron la puerta.
Ambos se miraron nerviosos y con un movimiento de varita regresaron sus ropas a la normalidad. Severus fue el que abrió la puerta, descubriendo que quien había importunado era.
-Albus, que haces aquí
-Vine por que quería que Sara fuera con Minerva...ella esta indecisa con la selección de música
-Y porque crees que ella esta aquí- respondió Snape agilmente
-Es muy obvio hijo, muy obvio.
+++++++******++++++
Holazzz.....bueno casi no publico...y gracias a sus comentarios.
Que les pareció este momento apasionado....la verdad nunca he escrito escenas subidas de tono, así que si estuvo media barata y simple....ya lo saben. Pero me esmerare....en la siguiente.
Bueno también quería decir que ya voy a entrar a la escuela así que ya casi no voy a poder publicar (pero no se preocupen lo voy a hacer por lo menos una vez a ala semana)
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"Baile de navidad"
La noche había sido perfecta, pues Sara se quedo soñando en el encuentro tan intimo que casi tuvo con el , y la mañana era su continuación, no había nevado y el bullicio era a gran medida más excitante que veces anteriores, en cualquier mesa que se colocara, el tema de conversación era el gran baile y no era para menos. Todo iniciaría después de la siete hasta media noche. Y en cualquier rincón del castillo se preparaba la gran noche.
-¿Todos tienen el plan de esta noche?- dijo alterada la profesora de trasformaciones
-Siii- respondieron todos a unísono
-¿Perfecto...y los...?
-Siii
-¿Y...?
-Siii
-Minerva, ya cálmate, todo saldrá bien, -dijo Sara, dejando su plato de cereal-solo hay que confiar...tenemos bien vigilado el castillo
-Supongo, menos mal que no hay nada de que preocuparse- suspiro rendida
-Pues no canten victoria- dijo Elizabeth- si no mal recuerdan los medios querrán cobertura completa de este baile
Y estrepitosamente se abrieron de par en par las puertas del gran comedor, claro que no era más que...
-Skitter-Murmuro Sara. Mientras que ella caminaba agitando los brazos dándole órdenes a dos fotógrafos
-Quiero un panorama completo...y entrevistas con los alumnos antes, durante y después del...
-Pero que haces aquí- dijo la subdirectora
-Pues por el profeta- contesto altaneramente
-Pero usted no tiene por qué- dijo Sara levantándose- debió de haber pedido permisss...
Pero se detuvo por que una luz proveniente de la cámara la segó completamente, e hizo que se sentara.
-Bueno
si no haya mayor inconveniente- dijo la periodista mientras iba a una de las mesas
Sara refunfuño...no era para menos, si algo le había aprendido a Rita aquella vez, era que cualquier fotografía la usaba en contra.
-Así que por fin llega alguien peor de entrometida que usted- dijo Snape entre dientes
Y ella lo volteo a ver, a veces él era tan, arrogante...pero eso era lo que más le gustaba.
-Sí, y con un coeficiente intelectual más bajo que el suyo.-dijo guiñándole un ojo- Por que tenia que venir ella- alzo los brazos al cielo en forma de suplica- por que Merlín...
-No es para tanto-dijo Alexander llegando con el niño en sus brazos- las cámaras te adoran.
Sara medito lo que había dicho su amigo.- Supongo que tienes razón...pero no toda
-Buen día- dijo Albus que acababa de llegar al comedor- no creen que fue una noche muy bella.
-Siii, en la noche salielon las estellitas- dijo Charles contestando a la pregunta de Dumbledore.
-Esperemos que esta noche sea igual de maravillosa que la de ayer, tal vez ahora si la puedan ver ustedes dos- comento el director, señalando a Sara y Severus.
-A que te refieres Albus- dijo Alex
-A nada en especifico verdad Sara- insinuo
-No tengo ni idea de lo que me quieres decir- contesto ella tomando un trago a sus jugo de calabaza.
-Esta bien si no quieren compartir sus temas íntimos con toda la mesa- comento en tono insinuador
-¡Que hiciste que!- grito Liz
-Albus, cállate- dijo Sara regresando a su jugo de calabaza
-No eso me lo debes de decir- dijo Alexander
-Pero
yo no hice nada- comento sonrojada
-¿No?- pregunto Albus, el cual estaba resistiendo estallar en risas por la expresión de Sara- Entonces por que Severus salio tan agitado de su despacho
Minerva los miro con una sonrisa en los labios y una mirada cómplice.
-Albus cállate- insistió Severus- no hagas acusaciones incoherentes
-Entonces por que ambos estaban a solas a altas horas de la noche
-Que te importa- contestaron los dos abochornados
-Entonces he de suponer que anoche...
-Albus- grito Minerva- debes saber que anoche Sara me ayudo con la selección de música y estaba en el despacho de Severus por que yo le dije que buscara un pergamino que había olvidado
-Enserio yo pensé que se habían acostado.- comento como si nada
Sara escupió el jugo de calabaza que estaba por tomar, Severus se atraganto con un pedazo de comida y Minerva le miro con desaprobación.
-Que silnifica acostalse- dijo Charles
-¡Albus!- gritaron los profesores.
-Bueno es que yo a su edad- comenzó el director con con su relato- iba por la vida...
-¡Un desayuno normal!- le grito Sara terminando su desayuno- es lo único que pedía...pero no, tenia que escuchar las experiencia sexuales de Albus Dumbledore.
Sara se comenzo a despedir de sus amigos y del niño.
-Mama Sala pol que el si se puede dolmil contigo y yo no- reprocho Charles
-¡Vez lo que provocas!- grito Sara al director, señalando al niño- mi vida yo no dormí con nadie.
Sara camino enfadada fuera del gran comedor.
-A donde vas- le dijo la profesora MacGonagall
-Al
cementerio- contesto Sara
-Y a que- le grito Alexander
-Yo dije que iba a profanar las tumbas, y ninguno de ustedes me creyó
A las doce se había citado que los maestros fueran a ensayar la entrada para el baile, así que como el gran comedor estaba en preparativos para poder realizar el baile, era perfecto para poder imaginar que pasaría horas después. Así, también se les había solicitado ir vestidos como si en ese mismo instante fuera el baile.
-Como ya sabemos, lo único que tendremos que hacer, es ir entrando después de un minuto, después de que los campeones estén en la pista- dijo la subdirectora iba vestida con una elegante túnica color esmeralda
>>Asi que primero iremos Albus y yo...después los directores...- dijo Minerva
Entonces un estrepitoso sonido hizo retumbar el castillo entero...y después las puertas del comedor se azotaron dejando ver una figura detrás de una cortina de humo. Era Sara quien entro corriendo y tropezando.
-Sabían que los vociferadores explotan si se avientan a la chimenea por accidente- dijo Sara acomodándose el cabello un poco
-Claro Sara...- su amiga la miro de pies a cabeza-estas hecha un asco que demonios hiciste- dijo Elizabeth
-Pfff, no me veo tan mal
-No como crees- decía Alexander-estas perfectísima
-Enserio- contesto con felicidad fingida
-Siii...si fueras a un funeral
-Como viuda
-No como muerto...de donde sacaste ese vestido
-Tú crees que es ilegal profanar tumbas
-Si
-Entonces es de una tienda
-Profanaste una tumba- dijo Dumbledore
-Tal
vez
-Por qué no me invitaste- comento el
-Pues...yo grite que iba al cementerio- ella le guiño el ojo
-Al menos si le quitaste eso a un muerto, debiste de buscar algo mejor- dijo Elizabeth- por que con ese vestido pareces muerto nada combina, en el baile de navidad vas a parecer uno de los fantasmas de...
-Siii...ok, soy un asco pero...no se han dado cuenta de que todo combina- Y Sara los volteo a ver incrédula- miren yo soy la muerta y Snape el del luto, solo falta la caja
-Bueno, ya...estamos perdiendo el tiempo- dijo Minerva- pónganse en sus posiciones
Sara triunfante se fue hacia donde el profesor y ella fue la que comenzó a ensayar, porque casi a rastras tenía que moverlo a él.
-No fui al cementerio, fui con...no fui al cementerio
-Acaso yo le pregunte- dijo Snape
-No, pero sé que tenía curiosidad
-Tal vez
-Pues no, no le quite esto a un muerto, lo encontré en mi armario
-Y así planea ir a la ridiculez de baile
-Si, además tengo todo para el baile - entonces se acercó y bajo lo suficiente la voz para que nadie los escuchara- y te prometo que me voy a portar como una buena niña
-Perfecto- dijo Minerva,- ahora solo falta saber cómo nos turnaremos
Todos se formaron en una fila.
-Lo de niña no lo creo- dijo Snape
-Claro solo tiene que verme soy todo un asco...en este momento- dijo Sara en una risita
-Ya lo sé, pero estas preciosa cuando estas hecha un asco
Entonces Sara hizo una sonrisa nerviosa y volteo a otro lado para ocultar que estaba completamente roja.
-Se sonrojo por mi comentario
-No...solo
que el vestido me asfixia
No había cena de Navidad porque el baile incluía un banquete, así que a las siete, el vestíbulo estaba abarrotado de estudiantes que se arremolinaban en espera de que dieran las ocho en punto, hora a la que se abrirían las puertas del Gran Comedor. Los que habían quedado con parejas pertenecientes a diferentes casas las buscaban entre la multitud. Se abrieron las puertas principales de roble, y todo el mundo se volvió para ver entrar a los alumnos de Durmstrang con el profesor Karkarov. Krum iba al frente del grupo, acompañado por una muchacha preciosa vestida con túnica azul. Por encima de las cabezas se podia ver que una parte de la explanada que había delante del castillo la habían transformado en una especie de gruta llena de luces de colores. En realidad eran cientos de pequeñas hadas: algunas posadas en los rosales que habían sido conjurados allí, y otras revoloteando sobre unas estatuas que parecían representar a Papá Noel con sus renos.
-Así que todavía no baja- dijo Dumbledore a sus espaldas
-No- dijo el cortante
-Por qué no bajan todavía- se acercó Minerva a ellos dos- ni Alex, ni Elizabeth y mucho menos Sara han bajado...ya todo está a punto de comenzar y nosotros entramos después de los campeones
-Ya voy- decía Alexander mientras bajaba
-Pues apúrate- grito una voz desde lo alto de las escaleras
-Cálmate Eli...mujeres- renegaba Alexander.
Iba con un traje de gala de color negro.
-Por Merlín Alex te tardas mas que Tiffany escogiendo un vestido- le critico Jack
-Alex,
ya van a bajar- dijo el director
-Claro...perdón por la tardanza, es que con Sara... nada mas no podía arreglarla...ocho horas, ocho...pero debo de admitir que nunca la he vista tan hermosa
Entonces bajo Elizabeth con una túnica de tela de Tafetán vaporosa color azul, y cabello suelto.
-Ya está apunto de bajar...me dijo que faltaba solo terminar de hacer un regalito y que bajaba- comento en una sonrisa
-Pues ojala que sea rápido- dijo Tiffany que iba detrás de ella. Estaba vestida con una túnica de añil azul.
Así, Alexander se acercó a Snape
-Créame que ella se esmeró...debió de hacer algo importante con ella
Y él lo volteo a ver incrédulo, que pudo haber logrado con ella si siempre se veían que estaban peleando.
-Pues aunque lo dude, espero que esta noche logre dar un paso más con ella, solo que le pido un favor...a ella ya le rompieron el corazón, no lo vuelva a hacer usted
Pero en ese momento se asomó una zapatilla que en verdad parecía como de cenicienta, hecha de cristal con un moño negro en la punta y parte de un vestido color blanco.
(Love me like you do ellie goulding)
En ese momento el mundo para ella paro, respiro hondo y sujeto su largo vestido para no caer...Todos la vieron bajar por las escaleras con una expresión de asombro y ella solo les dio una risa nerviosa. Entonces se detuvo a la mitad de una de las escaleras y soltó el vestido.
-Así estoy bien- dijo Sara aun nerviosa
Y todos asintieron, así que decidió seguir su camino. En verdad estaba hermosa, su vestido era esponjado
y tenía una hermosa caída, en la cintura llevaba una pretina plateada con pedrería y el escote llevaba encaje, la manga era corta con listones blancos y dorados, la espalda era de una tela trasparente adornada con flores; no llevaba joyas más que unos pequeños diamantes como aretes, lo que hacía relucir su hermoso peinado, que constaba en una media coleta con algunos mechones sueltos, en el cual llevaba algunas flores de cristal.
-Ya comenzó el baile- dijo ella más que nerviosa
-No-dijo Minerva en un suspiro, pero recordó- pero el baile comenzara si no nos damos prisa
Entonces fue como si despertaran de un sueño a los profesores, por que inmediatamente tomaron posiciones. Sara se acercó a Snape, esperando...un milagro
-Nunca he estado tan extasiada como en este momento- dijo ella
-Entonces hay que irnos- dijo el aun observándola- tenga- le dijo colocando algo en su mano- esperaba que combinara con lo que llevaba puesto.
Sara vio su mano. era un gran anillo rosado, el cual por el tamaño y el peso debía de ser muy caro.
-Es una propuesta- dijo ella poniéndoselo discretamente
-No...una sugerencia
-Los campeones por aquí, por favor
Sin dejar de hablar, la multitud se apartó para dejarlos pasar. La profesora McGonagall, que llevaba una túnica de tela escocesa roja y se había puesto una corona de cardos bastante fea alrededor del ala del sombrero, les pidió que esperaran a un lado de la puerta mientras pasaban todos los demás: ellos entrarían en procesión en el Gran Comedor cuando el resto de los alumnos estuviera sentado. Fleur Delacour y Roger Davies se pusieron al lado de las puertas: Davies parecía tan aturdido por la buena suerte de ser la pareja de Fleur que apenas podía quitarle los ojos de encima. Cedric y Cho estaban también junto a Harry el cual iba acompañado de Parvati . Entonces volvió a mirar a la chica que acompañaba a Krum era Hermione y se veía hermosa con el vestido que le había regalado.
Continuara..... ( siempre quise poner esto)
---+++++---
Bueno como se habrán dado cuenta esto continuara...voy a dividir el baile en dos partes...y en los capítulos siguientes aparecerán cosas que Sara uso...en este fue el escote en el siguiente el vestido, después el anillo...etc.
¡IMPORTANTE!
La música que yo ponga es importante escucharla...por que eso le dará mejor...ambientación a la cosa.
Luh...puedes decirle a Valeria que me saque del grupo hasta que vuelva a tener celular.
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"¿Bailar?"
-Los campeones por aquí, por favor
Sin dejar de hablar, la multitud se apartó para dejarlos pasar. La profesora McGonagall, que llevaba una túnica de tela escocesa roja y se había puesto una corona de cardos bastante fea alrededor del ala del sombrero, les pidió que esperaran a un lado de la puerta mientras pasaban todos los demás: ellos entrarían en procesión en el Gran Comedor cuando el resto de los alumnos estuviera sentado. Fleur Delacour y Roger Davies se pusieron al lado de las puertas: Davies parecía tan aturdido por la buena suerte de ser la pareja de Fleur que apenas podía quitarle los ojos de encima. Cedric y Cho estaban también junto a Harry, quien no los miró para no tener que hablar con ellos. Entonces volvió a mirar a la chica que acompañaba a Krum; era Hermione y se veía hermosa con su vestido que ella le había regalado.
Cuando todos se hubieron acomodado en el Gran Comedor, la profesora McGonagall les dijo que entraran detrás de ella, una pareja tras otra. Lo hicieron así, y todos cuantos estaban en el Gran Comedor los aplaudieron mientras cruzaban la entrada y se dirigían a una amplia mesa redonda situada en un extremo del salón, donde se hallaban sentados los miembros del tribunal.
Habían recubierto los muros del Gran Comedor de escarcha con destellos de plata, y cientos de guirnaldas de muérdago y hiedra cruzaban el techo negro lleno de estrellas. En lugar de las habituales mesas de las casas había un centenar de mesas más pequeñas, alumbradas con farolillos, cada una con capacidad para unas doce personas.
Mientras Sara se esforzaba
en no tropezar y sonreír a todo el mundo, Snape la llevaba con tanta determinación que ella se sentía como un perro de exhibición al que el dueño la obligara a mostrar sus habilidades en un concurso.
-Si me jala más el brazo me cortara la circulación...como si no lo hiciera mas este vestido- dijo con aparente arrogancia, sabia había
-Imagínese la vergüenza que va a pasar si no se apura, en lo personal no es de mi agrado que me vean bailar
Dumbledore sonrió de contento cuando los campeones y profesores se acercaron a la mesa principal. La expresión de Karkarov, en cambio, recordaba más bien a la de Ron al ver acercarse a Krum y Hermione. Ludo Bagman, que aquella noche llevaba una túnica de color púrpura brillante con grandes estrellas amarillas, aplaudía con tanto entusiasmo como cualquiera de los alumnos. Y Madame Maxime, que había cambiado su habitual uniforme de satén negro por un vestido de seda suelto de color azul lavanda, aplaudía cortésmente. Pero faltaba el señor Crouch, como no tardó en notar Sara. El quinto asiento de la mesa estaba ocupado por un chico de no mas de veinte años, pelirrojo.
Cuando los campeones, asi como los profesores y sus parejas llegaron a la mesa, Dumbledore retiró un poco la silla vacía que había a su lado, mirando a Sara. Ella entendió la indirecta y se sentó junto al director,
-¿Y Crouch?- pregunto Sara
-Señor Weasley, nuestra profesora quiere saber el por que su superior no ha podido venir.
-Lamento tener que decir que el señor Crouch no se encuentra bien, nada bien. No se ha encontrado bien desde los Mundiales.
No me sorprende: es el exceso de trabajo. No es tan joven como antes. Aunque sigue siendo brillante, desde luego: su mente si que es la misma de siempre. Pero la Copa del Mundo resultó un fiasco para el Ministerio, y además el señor Crouch sufrió un revés personal muy duro a causa del comportamiento indebido de su elfina doméstica, Blinky o como se llame. Como era natural, él la despidió inmediatamente después del incidente; pero, bueno, aunque se las apaña, como yo digo, la verdad es que necesita que lo cuiden, y me temo que desde que ella no está en la casa su vida es mucho menos cómoda. Y a continuación tuvimos que preparar el Torneo, y luego vinieron las secuelas de los Mundiales, con esa repelente Skeeter dando guerra. Pobre hombre, está pasando unas Navidades tranquilas, bien merecidas. Estoy satisfecho de que supiera que contaba con alguien de confianza para ocupar su lugar.
-Ammm...bueno gracias...- ella miro al chico, pues nisiquiera sabia su nombre y el ya le habia dado una catedra completa de la vida y obra de su superior
-Percy Weasley
-Mucho gusto...Sara Dumbledore
Aún no había comida en los brillantes platos de oro; sólo unas pequeñas minutas delante de cada uno de ellos. Sara tomo la suya como dudando, y miró a su alrededor. No había camareros. Observó que Dumbledore leía su menú con detenimiento y luego le decía muy claramente a su plato:
-¡Chuletas de cerdo!
Y las chuletas de cerdo aparecieron sobre él. Captando la idea, los restantes comensales también pidieron a sus respectivos platos lo que deseaban. Sara le echó una mirada ha Alexander
para ver qué le parecía aquel nuevo y más complicado sistema de cena, que seguramente implicaría más trabajo para los elfos.
Ella reviso la carta y había desde el tradicional pavo hasta un ffewhgjkh...quien sabe qué cosa. Así que se decidió por Coq au vin <<pollo al vino>>. Mientras comía en silencio, con las incesantes miradas sobre ella recordaba cada una de las cosas que había tenido que hacer para que hubiera motivo de halagarla; ( entre ellas), soportar los tirones de cabello de Alexander, las innecesarias fotografías de Elizabeth, los raros versos o posibles artículos del periodico de Jack e incluso el excesivo maquillaje de Tiffany.
-Bueno, «nosotrros» tenemos también un castillo, no tan «grrande» como éste, ni tan «conforrtable», me «parrece» -le decía Krum a Hermione la cual estaba al lado de Sara- Sólo tiene «cuatrro» pisos, y las chimeneas se «prrenden» únicamente por motivos mágicos. Pero los terrenos del colegio son aún más amplios que los de aquí, aunque en «invierrno» apenas tenemos luz, así que no los «disfrrutamos» mucho. «Perro» en «verrano» volamos a «diarrio», «sobrre» los lagos y las montañas.
-¡Para, para, Viktor! -dijo Karkarov, con una risa en la que no participaban sus fríos ojos-. No sigas dando más pistas, ¡o tu encantadora amiga sabrá exactamente dónde se encuentra el castillo!
Dumbledore sonrió, no sólo con la boca sino también con la mirada y Sara decidió darle algo de chispa a l practica...después de todo su tiempo en el castillo se estaba acabando
-Con todo ese secretismo,
Igor, se podría pensar que no quieres visitas.
-Bueno, Dumbledore -dijo Karkarov, mostrando plenamente sus dientes amarillos-, todos protegemos nuestros dominios privados, ¿verdad? ¿No guardamos todos con celo los centros de saber en qué se aprende lo que nos ha sido confiado? ¿No tenemos motivos para estar orgullosos de ser los únicos conocedores de los secretos de nuestro colegio? ¿No tenemos motivos para protegerlos?
-Pues el que nada debe nada teme, y si Hogwarts está protegido es por la regla del secreto- exclamo Sara
-¡Ah, yo nunca pensaría que conozco todos los secretos de Hogwarts, Igor! -contestó Dumbledore en tono amistoso para aminorar el sarcástico comentario de Sara-. Esta misma mañana, por ejemplo, me equivoqué al ir a los lavabos y me encontré en una sala de bellas proporciones que no había visto nunca y que contenía una magnífica colección de orinales. Cuando volví para contemplarla más detenidamente, la sala había desaparecido. Pero tengo que estar atento a ver si la vuelvo a ver: tal vez sólo sea accesible a las cinco y media de la mañana, o aparezca cuando la luna está en cuarto creciente o menguante, o cuando el que pasa por allí tiene la vejiga excepcionalmente llena.
Sara escupió todo su jugo de calabaza, ante tal comentario y comenzó a reir. Snape fruncía el entrecejo, pero ella hubiera jurado que Dumbledore le había guiñado un ojo. Mientras tanto, Fleur Delacour criticaba la decoración de Hogwarts hablando con Roger Davies.
-Esto no es nada -decía, echando una despectiva mirada a los centelleantes muros del Gran Comedor-.
En Navidad, en el palacio de Beauxbatons tenemos «escultugas» de hielo en todo el salón «comedog». «Pog» supuesto, no se «deguiten»: son como «enogmes» estatuas de diamante, «bgillando pog» todos lados. Y la comida es sencillamente «sobegbia». Y tenemos «cogos» de ninfas de «madega» que nos cantan «seguenatas mientgas» comemos. En los salones no hay ni una de estas feas «agmadugas», y si «entgaga» en Beauxbatons un poltergeist lo «expulsaguíamos» de inmediato -añadió, dando un golpe en la mesa con la mano. Roger Davies la miraba con expresión pasmada, y no acertaba a apuntar con el tenedor cuando pretendía metérselo en la boca. Sara tenía la impresión de que Davies estaba demasiado ocupado mirando a Fleur para enterarse de lo que ella decía.
-Tienes toda la razón -dijo apresuradamente, pegando otro golpe en la mesa con la mano-: de inmediato, sí señor.
Sara sonrió ante la detallada explicación de la chica, pues le traía tantos recuerdos aquel colegio. Llamo la atención de sus amigos y ellos no tardaron en mirarla.
-Fleur, serias tan amble de volver a decir lo de Beauxbatons- comento ella
-«Clago»- respondio esta- En Navidad, en el palacio de Beauxbatons tenemos «escultugas» de hielo en todo el salón «comedog». «Pog» supuesto, no se «deguiten»: son como «enogmes» estatuas de diamante, «bgillando pog» todos lados.- Los amigos de Sara, ella, e incluso el direcctor de Hogwarts estallaron en una risa estruendosa- «Pog» que se «guien». pregunto la chica confundida
-Es, es, que cuando estábamos en tercero...-
dijo apenas Alexander que estaba casi tan rojo como las capas de los alumnos de Durstramg- hicieron que las estatuas no se derritieran... por que...
-Por que Sara...- comento Jack tratando de controlar la risa- antes las estatuas eran de hielo real, así que cuando te castigaban, te ponían a modelar las esculturas o hacer hielo...pero Sara- siguió riendo- a Sara cuando la castigaban, que era casi todo el tiempo, ponía licor en las estatuas, así que cuando se derretían.
-Se embriagaba todo el mundo- finalizo ella en una carcajada.
-Si «Pog» eso la «»- dijo Madame Maxime quien estaba al lado del director.
-Que le puedo decir madame- contesto Sara- si siempre he sido tan «»
Sara echó una mirada al Gran Comedor, aun con unja gran sonrisa. Hagrid se hallaba sentado a una de las otras mesas de profesores. Había vuelto a ponerse el horrible traje peludo de color marrón y miraba a la mesa en que Harry se encontraba. Sara lo vio saludar con la mano, y que Madame Maxime, con sus cuentas de ópalo que brillaban a la luz de las velas, le devolvía el saludo. Hermione le enseñaba a Krum a pronunciar bien su nombre. Él seguía diciendo «Ez-miope».
-Her... mi... o... ne -decía ella, despacio y claro.
-Herr... mio... ne.
-Se acerca bastante -aprobó Sara sonriendo.
Cuando se acabó la cena, Dumbledore se levantó y pidió a los alumnos que hicieran lo mismo. Entonces, a un movimiento suyo de varita, las mesas se retiraron y alinearon junto a los muros, dejando el suelo despejado, y luego hizo aparecer por encantamiento a lo largo del
muro derecho un tablado. Sobre él aparecieron una batería, varias guitarras, un laúd, un violonchelo y algunas gaitas. Las Brujas de Macbeth subieron al escenario entre aplausos entusiastas. Eran todas melenudas, e iban vestidas muy modernas, con túnicas negras llenas de desgarrones y aberturas. Tomaron sus instrumentos, y Sara, que las miraba con tanto interés que no advertía lo que se avecinaba, comprendió de repente que los farolillos de todas las otras mesas se habían apagado, los campeones y sus parejas estaban de pie y los profesores no tardaron hacer lo mismo...ella quien estaba tan nerviosa que podía jurar que estaba temblando
-Vamos -le susurró Snape-, se supone que tenemos que bailar
-Ya tan pronto- contesto ella nerviosa
Al levantarse, tropezó con el vestido, sonriendo, pues de todos los incidentes posibles que había planeado tener este era el mas mínimo.
-Recuerdan todos los que tienen que hacer,- comento Minerva
-Si- contestaron todos
Las Brujas de Macbeth empezaron a alistarse para lo que sería una velada mágica. Sara y Snape fueron hasta la parte más iluminada del salón, evitando cuidadosamente mirar a nadie (aunque de reojo vio que más de uno se sorprendió de quién demonios la estaba acompañado), y, al momento siguiente, Snape le agarró las manos, le colocó una en su cintura y la agarró la otra fuertemente. Y de un momento a otro la música comenzó a tocar. -No era tan terrible como había temido- pensó Sara, dando vueltas lentamente casi sin desplazarse. La verdad estaba tan ocupada bailando que ni siquiera se había
dado cuenta de cuánto tiempo pasaba, en su mente solo ese momento era realidad nada más, podía sentir esa corriente eléctrica.
-Si me dejas caer, te juro que te mato- comento Sara, viendo a Severus a los ojos
-Creo que sera una lastima que ya no haya profesor titular de pociones- contesto socarronamente
-No seas un maldito - dijo ella, tratando de ver si mentía, pero, en su mirada no había ni rastro de duda- No, por favor, me tarde horas arreglándome, como para que tu seas tan idiota como para...
-No lo voy a hacer- contesto- ademas no delante de la prensa- el dirigió una mirada hacia la multitud
-Ah, el profeta, ahi esta
-Skitter
-Si, también corazón de bruja
-No se por que Albus se empeño en traerlos, solo traen problemas
Y entonces con una de las notas del violín daba entender que las parejas debían de cargar a su acompañante
-Si no la conociera bien diría que tiene miedo
-Yo, miedo...pfff, no...- Severus la miro como miraba a sus alumnos- ok, ok, estoy aterrada, de hecho podría salir corriendo, pero he tenido peores momentos...no se cual, pero estoy un 25% segura de que paso algo peor que esto.
El momento llego, unos minutos después y
-Me es sorprendente que no hayas gritado- contesto Severus a mitad de la canción
-Yo gritar.- Sara rió un poco- es que los estoy reservando para esta noche
El ambiente entre ellos dos, se hizo mas tenso, por un momento deseaban que todo el mundo se fuera al demonio.
-Me esta insinuando algo profesora- contesto Snape, en un tono
tan sugerente como la pregunta anterior
-Yo- se hizo la ingenua- no, claro que no, no es propio de una señorita...- ella se acerco un poco mas a el- lo bueno es que yo no soy una señorita- murmuro ella.
Con la ultima nota, por parte de la orquesta, dio por terminado el primer baile, para dar paso a otro. Los profesores se retiraron a sus asientos, para dejar el lugar a los alumnos.
-Albus, cual es mi limite- le pregunto Sara desde su lugar en la mesa de los profesores.
El director se lo pensó- Supongo...Que, pongan atención todos, el limite de ustedes los profesores, es no hacer el ridículo frente a los alumnos y los medios...- varios celebraron en voz baja-ah... y cuidadito con descuidar a los niños
-Pero Albus- intervino la profesora McGonagall- son adultos responsables...esta fiesta es para adolescentes nosotros...
-Mi querida profesora, las fiestas son para divertirse y perder un poco el control...ahora si me lo permite, voy por una buena botella de whisky de fuego, por que el ponche adulterado no es de muy buena calidad.
Así el viejo director se retiro. Algunos que quedaban en la mesa de los profesores conversaban con el personal del ministerio.
-Bueno creo que el nos dejo mucho a la imaginación- Sara rió un poco- supongo que habrá algo bueno de este baile aparte de la música...- ella se quedo congelada unos minutos- Mierda, las brujas de Macbeth.
Inmediatamente salio corriendo hacia el escenario, tropezando con algunos alumnos. Corrió hasta que llego con aquel grupo musical, y en cuestión de instantes les dio instrucciones. Así, se dirigió al alumnado, el
cual para nada prestaba atención.
-Damas y caballeros su atención por favor....Damas y caballeros...Emm- tosió- Damas y caballeros, su atención...- se comenzó a desesperar, así que amplifico su voz con un hechizo- ¡CON UN CARAJO, QUE ME PONGAN ATENCIÓN!- los estudiantes miraron sorprendido, por lo cual ella bajo el tono de voz. - Ok, perdón...Damas y caballeros, ¡Por primera vez tocando en vivo desde Hogwarts , denle la bienvenida a la banda que no necesita presentación...LAS BRUJAS DE MACBETH!
El vocalista inmediatamente tomo el lugar de Sara y ella regreso a su lugar en la mesa.
-Están bien, Hogwarts!
¿Están listos para escuchar música de verdad?
Dije: ¡¿están listos?!
¡¿ESTÁN LISTOS?!
No puedo escuchar...
Esta bien
Vamos, quiero ver sus manos en el aire
Les vamos a enseñar un nuevo baile, esta noche
Muevan su cuerpo
Tienen que ayudarnos, Hogwarts
¡¿Están listos?!
¡¿ESTÁN LISTOS?!
Los estudiantes enloquecieron con aquellas notas que retumbaban en el Gran Comedor.
-Vamos a bailar- le pregunto Sara a Snape por encima de la música, no sin antes darse cuenta de un enorme bicho que rondaba por la mesa
-No- le contesto el, notando el mismo escarabajo.
Sara, noto al instante, por los pensamientos de "la pequeña criatura", que no era mas que la entrometida periodista del profeta. Así que con leve movimiento de labios formulo ( Skitter), Snape noto el comentario y
se dio a la tarea de comportarse menos llevadero.
-Pfff, entonces de que sirve estar en un baile sin bailar- replico Sara cruzándose de brazos
-Se ha dado cuenta de que yo les llevo a todos esos niños por lo menos 20 años...esas "canciones", no son mas que ruido, ademas si yo estoy aquí es por compromiso no por gusto
Ella, rodó los ojos.
-Ah, claro ya se me olvidaba, que tu, la prueba viviente de que los dinosaurios existieron no podría aguantar el ritmo de estas canciones
-Me esta colmando la paciencia
Sara suspiro.
-Bueno creo que me voy a tener que sacrificar, - dijo una voz conocida por detras
-Lowren- comento ella sorprendida- que no se supone que debes estar en Londres.
-Si, por eso vine...que te parece si bailamos- señalo el contingente de alumnos
Sara no lo dudo ni por un segundo y sonriente, fue con el a la pista de baile.
Muevan su cuerpo como un peludo trol
Aprendiendo el rock an roll
Den vueltas como un duende loco
Que esta bailando solo
Bailen como un unicornio
No paren hasta que salga el sol
Pongan las manos en el aire
Como un ogro descarado
.
Como era una canción rápida, no hubo mucho acercamiento por parte del auror hacia Sara. Pero si demasiadas risas y guiños entre ellos, dichas acciones hacían enfurecer a Snape, cada vez mas. Usualmente no se pondría así con sus habituales amigos, pero el no era nada habitual.
style="text-align:left;">-Si tensa mas la mandíbula le va a reventar- comento Liz sentándose a su lado- es un lindo gesto
-¿Que cosa?
-Todo...el anillo, su comportamiento, - Elizabeth suspiro- me alegro por ustedes
-Gracias, pero sin su ayuda, no hubiera tenido ni la menor idea de como darle...ese anillo
-De nada, pero lo importante es que ella se de cuenta de que hay algo oculto.
-Ojala
¿Pueden bailar como un hipogrifo?
Na na na na na na na na na.
Volando desde un risco
Na na na na na na na na na.
Cayendo al suelo en picada
Na na na na na na na na na.
Girando, y girando, y girando y girando.
Na na na na na na na na na.
Yeah! yeah! yeah!
Oh, Vamos!
Tienes que moverlo
Como una loca criatura de la noche
Si, eso es
Una criatura de la noche
¿Se sienten bien?
¿Se sienten bien?
Lowren, hablaba en claves con Sara, pues ambos no podían permitirse que les descubrieran, por lo menos ella no.
-Entonces, simplemente viniste por eso- pregunto ella dando media vuelta
-Claro, ademas, que esperas," eso" nos esta esperando
-No lo se... no puedo "escapar contigo", por lo menos no otra vez
-Sabes que es la única oportunidad de ver a la LUna
-Si, pero aun no esta todo listo, no puedo traer a la LUna, al castillo, se supone que...bueno...tu sabes
-Bueno pues este es el mensaje - le comento dándole una pequeña carta- ojala que nos encuentres en la LUminaria
....----.....-----
Y este es el momento en donde ven que el capitulo se tardo y es corto...lo se, lo se. pero si no ¡¡¡¡COMENTAN!!!!, tengo menos imaginaron...
Saben ya recordé por que la escuela y yo nos odiábamos...el primer día de clases y me dejaron ocho exámenes, trabajos, tareas...ahgggg....y luego acababa rendida, así que por ahora no puedo publicar tan seguido.
Ahora, a cosas mas importantes... LU, ya te puse....me costo mucho, no tengo celular, y odio esta vida muggle... oh, y me puedes mandar la carta de esa vez que escribiste, cuando aun tenia celular de la hermana de ya sabes que...
Bye.
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"Invernadero tres"
Primero que nada, no tengo tiempo, segundo, nadie comenta, tercero, la inspiración es efímera y por ultimo, si alguna persona pudiera hacer mi sexy portada le agradecería.
Sara continuo bailando toda la noche, con tantas personas que Severus no sabia siquiera de su existencia en el castillo, lo cual de cierta manera lo tranquilizaba, pues quería retrasar todo lo posible su "propuesta".
-Solamente una canción mas- suplicaba Sara a su amigo.
-¡No!, Sara hemos bailado toda la noche que acaso nunca te cansas- contesto Alexander jadeante
-Nop, no creo que me vaya a cansar hoy, hay demasiadas canciones hasta antes de la media noche.
-Entiendo pequeña, pero es demasiado- reafirmo Jack- ademas tu no sabes de uno mas.
-Pfff, son unos ancianos.
-Que tu no sepas quedarte quieta no significa que debamos estar todo el tiempo haciendo locuras- comento Tiffany
-Por favor solo faltan dos canciones
-Ni aunque falte media- recobro Alexander -por que no mejor bailas con Severus, te apuesto que el es el único que no esta cansado de ti
-Que cruel eres, pero te haré caso
Sus amigos agradecieron que por fin los dejaría descansar. Sara fue caminando hacia Snape, con la esperanza de que por fin en toda la noche pudiera bailar otra pieza con ella.
-No- contesto el cuando Sara se sentó a su lado
-Por que...tu me dijiste que cuando fuera la ultima canción...
-Exacto, dije la ultima, no quince minutos antes de acabar el baile.
-Por favor...
Le miro suplicante. Y el accedió
a su petición, después de todo que mas podría pasar.
-Esta bien, pero una que me ponga en ridículo ante el colegio
-Cuando te he puesto en ridículo.
-Enserio lo preguntas Sara
-Esta bien, pero piensa en esto, aun no ha sido el día en que de verdad desearas que la tierra te tragara.
De pronto como si las brujas de Macbeth hubieran escuchado la infantil propuesta de un baile lento, estas comenzaron con una de las canciones mas "románticas" de su repertorio.
Hablando:Esto va para todos los amantes alla afuera
-Deacuerdo, este es de los momentos mas humillantes de mi vida- confirmo el
-Ah, entonces odias estar conmigo querido- contesto Sara sonriendole
-No, no dije eso
-Pues lo insinuaste,- contesto riendo
-A veces no te entiendo, haces una cosa, piensas otra y demuestras una totalmente diferente
-Es que no me conoces lo suficiente, sino sabrías que lo que yo hago no tiene sentido
Y baila, tu última baile
Esta es tu última oportunidad
Para aferrarte a quien amas
Sabes que has esperado suficiente...
-Enserio cree que no la conozco...lleva cuatro meses aquí,
-Pues se lo digo enserio, te apuesto a que yo se mas de ti que tú mismo
-Claro que no
-Que acaso no recuerda el día en el lago
-Y desde aquel día no deja de sorprenderme, como hoy
-Pues ese ha sido mi propósito...
Así, que cree
Esta magia funciona
No tengas miedo
De salir herido
No dejes que
esta magia muera
La respuesta esta ahí
Oh, sólo mira sus ojos
-¿Su propósito?
-Si...
-¿Cual?
-El de evaluarlo
Y haz tu último movimiento
No tengas miedo, ella también te quiere
Si, es dificil, tienes que ser valiente
No dejes que este momento se te escape
-Y para que quisiera evaluarme
-Para saber si no está loco
-Para que debería de...evaluarme
-Para decirle mi vida, para confiar, para espiarte
-De que está hablando
-De lo que Dumbledore le envió a investigar
Ahora, cree
Que la magia funciona
No tengas miedo
Miedo de ser herido
No, no dejes que esta magia muera
La respuesta está ahí
Si, sólo mira sus ojos
-Si lo sé, Severus...todo lo que ha hablado con el...y créeme que no entiendo para que tanto misterio...bien se los pude haber dicho
-Y entonces que piensa al respecto
-Que a pesar de todo, jamás intento sacarme información, ¿Por qué?
-Es deshonesto...
Y no creas que esta magia puede morir
No, no, no, esta magia no puede morir
-Claro que debe de haber algo más
-Entonces por qué no intenta leer la mente
-Por qué me encanta escuchar tu voz
Así que baila, tú ultima pieza
/>
Por que ésta es, tu última oportunidad.
-¿Así?
-Si...aunque a veces siento que es una tontería, solo para eso...no cree que no vale la pena
-Usted más que nadie vale la pena
-No es cierto...sabe, creo que lo que hacemos esta de mas, siempre hacemos como que no pasa nada...Que estos meses de tiras y aflojas no nos importan, hacemos como que no nos importamos. Nos conformamos con vernos de reojo toda la semana, cuando a mí no me importaría pasarme los días enteros contigo. Nos va lo de querernos un ratito y olvidarnos después. Y queriendo o sin querer, nos hacemos daño. Fingimos que no sentimos nada el uno por el otro y así nos va...creme que esto me está haciendo dudar incluso de mi poco criterio
-Quizás...solo no hay alguna oportunidad
-Pero ha habido muchas
-Y con que garantía... no hay nada que te retenga aquí, ni una pista, ni un indicio... Nada. Creo que ya va siendo hora de algún día tengas que partir, alzar el vuelo o como se quiera decir. Quizás tenga demasiadas ganas de querer y muy pocas de jugar.
-Y porque lo piensas, ahora más que nunca he deseado estar en un lugar y ese lugar es este
-Pero que pasara después, suponiendo que intentamos algo...recuerde que yo no precisamente tengo veinte
-Y...
-Pues, yo ya no estoy para intentar cosas
-Claro que no, sino ni siquiera estaría aquí
-A veces te piensas las cosas demasiado
-Desde que está aquí pensar claramente
es cada vez más difícil
-No...no es cierto, la única razón por la que no te crees que esto está sucediendo, es porque aun tienes miedo de olvidarla y junto con ella tú pacto...y sabes, no va hacer así, yo no te pido tanto, solo que me des una y cada una de tus mañanas y noches...el resto puedes hacer lo que quieras
-Pero como puede pensar en alguna oportunidad
-Pues te conozco...detrás de esa finta de hombre serio, estas tu...
-Entonces...que quieres
-Que imagines que hoy es la última de tus noches...solo eso
-Está bien
Así que baila, tú ultima pieza
Por que ésta es, tu última oportunidad.
Ella sonrió siguiendo el ritmo de la canción; miraba por encima de la gente. Neville y Ginny bailaban junto a ellos: vio que Ginny hacia muecas de dolor con bastante frecuencia, cada vez que Neville la pisaba. Dumbledore bailaba con Madame Maxime. Era tan pequeño para ella, que apenas llegaba con la punta de su alargado sombrero a hacerle cosquillas en la barbilla, pero ella se movía con bastante gracia para el tamaño que tenía. Ojoloco Moody bailaba muy torpemente con la profesora Sinistra, que parecía temer a la pata de palo.
Entonces sin previo aviso se escuchó con alivio el trémolo final de la guitarra y, los aplausos volvieron a retumbar en el Gran Comedor y Sara soltó inmediatamente a Severus y le susurro en el oído
-Si enserio quieres intentarlo...en el invernadero tres, hasta media noche
Y sin más, camino a la puerta del comedor, despidiéndose con alguna escusa tonta.
*-*
Ella ferviente
esperaba sentada la llegada de él, que tenía que perder...el tiempo...nada más. Solo media hora había trascurrido. Y para su fortuna, el llego. Sara con inquietud se levantó, fue a donde él.
-Si llegaste
-Estoy aquí o no
-Claro...ten- le dijo ella dándole una pequeña botella de color azul
-Qué es esto
-Mi vida...y la tienes que ver antes que Dumbledore, esta es la suya- y mostro una botella rosa-solo que será cuando yo me vaya, y eso será al final de la noche...claro si estás dispuesto a todo.
-Depende...
-Pues primero quisiera que creyeras todo lo que te digo...porque si, si es posible que cualquier cosa suceda
-Entonces para que tu vida...
-Para no guardarte más secretos...créeme que todo este tiempo me carcome el alma, no poder ser sincera contigo...
-Y para que quieres dejar de ocultar cosas
-Para saber si todo esto está bien, si tú sigues ferviente a mi llegada después de que sepas quien soy, créeme que estaré totalmente bien
-Todo irá bien, no importa que tanto sepa de ti, la verdad es así como te conocí, todo un enigma...solo dime que tendré que decirte cuando estés de vuelta
-Yo llegare el 30 de Diciembre
-Y qué esperas encontrar a tu llegada
-De hecho nada que no puedas decir...quiero oírte decir que si estás aquí no es por mis bonitos ojos, que más allá de eso hay otras razones que te hacen feliz, si te guastarían mucho nuestra pereza y nuestras mañanas de enamorados, que es el principio pero ya ves una continuación para los dos, que soy la única a la que has deseado tanto
-Y si yo ya no quiero más.
-Pues a pesar de que es evidente que contigo estoy dispuesta a olvidar mi pasado, entendería, siempre me ha gustado cautivar pero no importa si solo te gusto a ti, de cualquier modo, todo esto lo hago porque nos conocemos, nos gustamos...y, yo no estaría dispuesta a entregarme completamente en este momento si no fuera por mis recuerdos...necesito que sepas que fui.
-Y por qué no me lo cuentas tú
-Por qué no tengo las agallas...y nunca imagine que tu significaras tanto para mí, aún recuerdo cuando nos conocimos, entonces éramos dos extraños
-Quien nos viera ahora
-Es por eso que estoy más que dispuesta a correr riesgos, solo por ti...
-Y que te hizo pensar eso
-Porque cada noche, cada día, cada hora, solo tú puedes prender mi corazón en fuego
-Es algo similar lo que me ha pasado
-Entonces...si aceptas, quedarte conmigo aun después de todo...voy a dejar que marques el ritmo
Entonces Sara se levantó y fue hacia la puerta, no sin antes darle una mirada a su futuro.
-Y todo lo que dijiste esta noche lo cumplirás- le dijo el
-Claro...por ti incluso daría mi vida
Ok....espero no decepcionar con este capitulo y que comente, por que voy a tardar otro rato en publicar...he tenido exámenes cada tres días....
Besos.
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Recuerdo
Recuerdo
Si bien era verdad que Sara era un gran misterio para el profesor de pociones no era su intención cambiar la opinión que el tenia de ella. Pues como bien Dumbledore le repetía "Nuestro pasado son los errores que aprendimos a sobrellevar al presente y que podemos remediar en el futuro"...ahora el tenía que aplicar esa misma teoría con la mujer que aunque completamente no lo admitiera remplazaría a Lily, pero no de una forma de tratar que ambas fueran la misma persona sino aceptando que Sara había sido demasiado diferente a lo que Lily fue en algún principio.
Y ahora estaba a punto de comprobar que era aquello que Sara guardaba con tanta desesperación. Se dirigió hasta su habitación no sin antes asegurarse que nadie lo siguiera. Vertió el espeso líquido plateado en su pensatero el cual lo absorbió dejándolo en una penumbra la cual comenzó a disiparse en cuestión de segundos.
Se encontraba en un cuarto el cual era iluminado con tenues luces producto de escasas velas. En aquella habitación se encontraba una mujer y su hija. Al instante Severus reconoció a las dos mujeres, ya las había visto en ocasiones paralelas. La mujer adulta era la madre de Sara y la pequeña...no tuvo que pensarlo mucho.
-Así que en esos momentos, los invitados del banquete que están en el nivel superior se preguntan qué ha sucedido con ellos. Al cabo de unas horas y tras buscar por todo el castillo, los encuentran en la mazmorra. En el suelo descansa la joven, muerta, con su pecho abierto. Agachado a su lado está el "warlock enloquecido", acariciando y lamiendo su corazón
escarlata todavía brillante y planeando cambiárselo por el suyo. Su corazón se ha vuelto fuerte y se niega a abandonar el cuerpo. El joven, que jura que nunca será manejado por su corazón, empuña una daga y se lo corta, haciéndole sentir la victoria por momentos con un corazón en cada mano antes de caer al suelo y morir...mi amor eso fue muy...feo, ojala que no tengas pesadillas
-No te preocupes mami.- dijo Sara acostada en la cama- sabes que yo no le tengo miedo a nada...mejor cuéntame otro cuento
-No, ya es muy tarde y mañana debemos de ir a festejar tu cumpleaños
-Entonces por mi cumpleaños cuéntame otro cuento
-Eres muy persuasiva o no, igual que tu padre...mejor ya duerme
-No, todavía tengo ganas de seguir despierta además mañana cumplo 7 y desearía que me contaras quien es mi papa, porque ni creas que pienso que el cuento de la cigüeña es verdad
-Entiendo que lo quieras saber pero, aun no comprenderías
Y la mirada de la madre de Sara se entristeció.
-Entonces si no quieres hablar de el...cuéntame una canción para dormir, por favor
-Si no hay más remedio...
Mantente segura y cerca, corazón
Tu corazón es preciado para mí
cuando lo explores
recuerda todo lo que ves
es solo la vista del mundo
Desde tu escoba voladora
Tan distante paseas, sin rumbo fijo te acercas
Has
perdido tu camino, parece estar cerca
Pretendiendo ser feliz, otra vez sin fin
Esos días están quedando atrás
En compañía distinguida
El mirlo
El tordo
Las diminutas abejas de miel
Te extraño mi amor...
Pero un sonido estridente paro el canto de la madre de Sara, haciedole estremecer y tomar rápidamente su varita mágica.
-Sara, por favor quédate aquí- dijo la mujer
-No, yo voy a ir a investigar
-Que no yo voy...sabes que te amo con todo el corazón y que jamás estarás sola
-Si mama, pero que paso
-Nada, mira pequeña, a veces las personas se deben de ir o tienen que mentir para que el mundo no colapse ante sus pies...si las cosas salen mal debes de ir con Albus, necesito que no te vayas de aquí
-Pero por qué y que cosas pueden salir mal...mama habla un poco mas claro
-Sara, solo promételo, y también promete que vas a ser valiente
-Solo si me dices por que
-Hay cosas que cuando seas grande entenderás
Así tan pronto como la madre de Sara salía de aquella habitación el recuerdo cambio. Y las sombras cubrieron de nuevo todo el recuerdo.
Cuando todo volvió a la claridad, era una escena totalmente paralela a la maternal de hacía unos minutos.
-Te lo voy a preguntar una vez mas- dijo una bruja de cabello desordenado y ropajes negros- ¡donde
está la maldita niña!
Severus al escuchar tal timbre de voz descubrió inmediatamente de quien se trataba. Bellatrix Lestrange.
-Ya te dije no te voy a decir- dijo la madre de Sara
-Ya saben que hacer
Y enseguida de esa frase, un grupo de mortifagos lanzo un hechizo, que hacia retorcer de dolor a la mujer.
-Entonces cooperaras querida
-No
Pero Snape dejo de ponerle atención a aquella pelea, pues Sara bajaba las escaleras lentamente, en silencio para descubrir lo que pasaba en su propia casa. El se colocó frente a la niña quien miraba con horror a su propia madre, al no saber bien que hacer Sara solo se escondió entre las sombras, tapando con su mano su boca para no emitir ningún grito de horror.
-Pues si no me dices voy a mandarla a buscar.
-Hazlo...aquí no esta
-Pues yo no te creo- siguió insistiendo-Bellatrix
-Entonces no me creas pero a mi hija no...perra
N/A: Debía de poner esa frase Me encanta
-Avada kedavra- se escuchó gritar de entre las penumbras...y la madre de Sara solo callo al piso, inerte
-Idiotas- grito Lestrange- el señor tenebroso la necesitaba viva...quien fue el imbesil que la mato
-Pero señorita nadie fue- contesto uno de ellos- nosotros teníamos nuestras varitas guardadas
-Pues no les creo, hay que irnos antes de que llegue el ministerio, pero les aviso que alguien deberá de responder ante esto y esa no sere yo
Al igual que el alma de la madre de Sara ellos se escaparon dejando un cuerpo a la mitad de la sala. Solo que esta vez una niña temerosa caminaba
hacia su madre, Sara se arrodillo y comenzó a llorar, sobre el cuerpo sin vida de su mama.
-Perdón mami, pero yo...yo...perdón, no quería que te fueras, pero tenías que dejar de sufrir y tu me dijiste que siempre fuera valiente...perdón...pero...
El tiempo en el recuerdo comenzó a avanzar y tan pronto como Sara se calmaba llegaba un nuevo huracán de preguntas y respuestas, había llegado Dumbledore, el cual estaba observando aquella escena con tal tristeza.
-Sara, ven- fue lo único que pudo formular el director.
-Esta bien.
El recuerdo volvió a cambiar, ahora, suponía debía de haber pasado por lo menos una semana desde aquella noche, pues Sara estaba con un vestido negro al lado de Dumbledore, en una casa muy pintoresca llena de flores. En esa casa estaban dos señores y dos niños, los cuales hablaban con el director.
-Claro que voy a cuidar de la hija de Emily, ella siempre fue una buena bruja- le dijo una mujer de cabello rubio y ojos verdes
-Gracias, desde su perdida, Sara ha estado muy callada- le decía Albus tocando el hombro de ella
-Lo entiendo. Sara, quieres ir con mi hijo
-Si señora- dijo la niña saliendo al jardín con dos niños
Tan pronto como Sara caminaba por los jardines Severus también la siguió
-Hola, yo me llamo Alexander, pero no me gusta, haci que dime Alex- dijo un niño saltando de alegria
-Y yo me llamo Elizabeth, yo soy amiga de Alex y me puedes decir como quieras ¿Tu cómo te llamas?
-Sara- dijo ella en un susurro
-Me gusta mucho tu nombre, quieres jugar con nosotros, estábamos jugando a trepar árboles
y yo le iba ganando a Alex
-¡No es cierto mentirosa!- grito el niño enojado, cruzando los brazos y sacando la lengua
Sara sonrió un poco.
-Claro que si, yo siempre gano- dijo Elizabeth sacando la lengua- siempre, siempre, siempre
-Sabes que, mejor que Sara vea quien gana
-Si Sara- dijo el niño
-Sip
-Lo vez Eli, una dos tres
Y el recuerdo volvió a cambiar dejando una vez más la infancia de ella, después de que la obscuridad se disipo, Sara era mucho más grande, no más de 15 años debía de tener, estaba recostada en la hierba, bajo un cielo estrellado junto a sus dos amigos.
-Entonces que vas hacer- dijo Alex
-Pues la verdad no se, ir a Albania...la verdad ya no me importa, no me importa que diga Albus, ni el ministerio, ni los aurores, solo quiero escapar
-Y crees que escapando de aquí la conseguiras- dijo Elizabeth
-No lo se...pero quedándome aquí no puedo ser libre...mi vida aquí en Paris es como estar en Askaban
-Porque tu así lo has querido- dijo Liz- si no mal recuerdas todo lo que has hecho...has estado en Azkaban más veces que un mortifago y eso solo es en una semana
-Y no crees que lo sé, mira Elizabeth cada vez que me ve un auror ya sabe por qué estoy ahí, y ustedes solo me regañan por lo que hice...pero no creen que ya lo sé, todo lo que hago en mi vida es una estupidez seguida de otra peor
-Entonces cambia- se levantó Alexander hablando con severidad
-Y no crees que lo he intentado, pero no puedo...a veces ciento que he jodido mi vida hasta más no poder, a veces incluso me he propuesto la
muerte pero no puedo...ya no puedo mas
-Sara...- dijo Alex- entonces si eso deseas...por favor piénsalo, no estás sola
-Alex, ya lo sé, pero cada vez que hago algo y ustedes me ayudan... ya sé que voy a parecer niña pequeña, pero, en verdad necesito a mi mama.
Entre ellos hubo un silencio incómodo.
-Por eso tengo que irme...necesito aprender algo mas
-Y que sería eso- dijo Liz- te sabes todo hechizo existente
-Pero hay algo más...le escuche decir a un auror que en Albania hay un brujo cuya mente es impenetrable y...bueno hay cosas de la oclumancia que todavía no comprendo.
-Pero es un viaje peligroso...que le vas a decir a Albus y a mama.
-No te preocupes ya me encargare.
Nuevamente el recuerdo cambio, solo que ahora lo que Snape estaba viendo no tenia ni un gramo de humanidad, ahora solo veía una escena de dolor, guerra y sufrimiento. Sara estaba con la varita apuntando a un niño de unos nueve años, mientras reía macabramente, aquel niño en cambio lloraba pues en uno de sus brazos estaba una marca, la marca de lo impuros.
-¡Ya deja de llorara maldito niño!, puedo hacer que te quede peor- grito ella con total satisfacción
-Por favor a mi niño no- grito una mujer en el rincón
-¡Crucio!- recito Sara
-Sara, ya vámonos los aurores están por llegar.- grito un hombre que hasta ahora Severus se había percatado
-Esta bien, esta bien....
Sara y aquella figura salieron de una casa en medio de la obscuridad, dejando como fondo los gritos desgarradores de una familia.
-¡Yaxley eres todo un maldito idiota,
estaba apunto de hacerle un truco mental a la pobre mujer!-chillo Sara
-Si pero debes de saber medirte, a menos que quieras que los aurores otra vez casi te pesquen, mira querida en este juego cometer mínimos errores como el de hoy significa mucho en la batalla contra la pureza de la sangre.
-Pero ya estoy lista, he cometido los mismos crímenes que un mortifago, incluso cometí los mismos que el señor tenebroso, y créeme que me esmere mucho
-Y lo entiendo, pero aun eres menor de edad y mi lord jamas aceptaría a niñas tontas las cuales no saben medirse
-Pues para eso tu me estas enseñando
-Claro, pero hasta que no cumplas 17 no te puedo poner la marca tenebrosa...pero no te pongas mal, una bruja como tu llegara fácilmente al circulo exclusivo del señor tenebroso, has burlado azkaban 542 veces, ningún auror te ha podido pescar, eres in detectable y eso que haces con la mente de las personas es impresionante.
-Y que valor tiene estar atestada de ordenes y condenas de muerte cuando no puedo tener la marca
-Cuestión de unos meses, y ahora vámonos los aurores están llegando
Ellos desaparecieron y nuevamente un escenario apareció. Si bien los pocos indicios que Sara le había dado a Snape eran suficiente como para creer que la Sara que todos "conocían" no le llegaba a los talones a su pasado. Ahora Severus podía confiar en Sara igual que antes....
-Y se le condena a la señorita Sara Dumbledore a la pena máxima en nuestro mundo- decía Barty Crounch por encima de todas las otras voces.
Snape reconocía esta sala, ahí mismo habían juzgado a todos los mortifagos a la caída del señor tenebroso. Todo el que estaba ahí titubeaba, pero Sara sin embargo estaba de pie, arreglando su cabello como si fuera medio dia
-Tiene algo que decir en su defensa señorita- pregunto de mas Barty
-No...bueno de hecho si, cuando el dementor me quite el alma lancen un avada kedavra a mi cuerpo...oh, también necesito tomar un baño de agua caliente antes de todo este show
-Eso seria todo
-Si
-Entonces llévenla con los dementores y digan que...
-¡Alto al juicio!- grito Albus Dumbledore entrando a la sala
-No puedes hacerlo- dijo Crounch
-Claro que si, deben librerarla, pues hay pruebas contundentes que demuestran que ha estado bajo varias malas influencias
-¿Así?, y como cuales....y si la dejara libre que...
-Yo personalmente me haría cargo, por favor Barty...
-Saben una cosa- dijo Sara admirando sus uñas- yo jamas pedí ser rescatada, voy a ser MUY FELIZ ESTANDO MUERTA, así que Albus regresa a tu escuelita y déjame de estar jodiendo la noche
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Ya se necesitó un crucio por no publicar, pero...nadie, nadie publica un misero comentario...y la verdad eso me anima tanto como un patronus en azkaban.
Besos y mucha cerveza de mantequilla.
D.Q.L.
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Conoce lo que quieres
-Entonces llévenla con los dementores y digan que...
-¡Alto al juicio!- grito Albus Dumbledore entrando a la sala
-No puedes hacerlo- dijo Crounch
-Claro que si, deben librerarla, pues hay pruebas contundentes que demuestran que ha estado bajo varias malas influencias
-¿Así?, y como cuales....y si la dejara libre ¡¿que?!...
-Yo personalmente me haría cargo, por favor Barty...
-Saben una cosa- dijo Sara admirando sus uñas- yo jamas pedí ser rescatada, voy a ser MUY FELIZ ESTANDO MUERTA, así que Albus regresa a tu escuelita y déjame de estar jodiendo la noche.
-Pero querida, debes de recapacitar...todavía...
-¡NO!. YA ESTOY HARTA, HARTA DE QUE ME DIGAS QUE NADA ES MI CULPA CUANDO NO ES ASÍ. YO SOY LA QUE NO PUEDE MAS. - grito sorprendiendo a todos en la sala de juicio
-Lo se querida, se que siempre has preferido la muerte antes que intentar remendar errores de tu pasado, pero si tan solo, me dejaras decir cual es mi oferta...por favor...
Sara se sentó fastidiada, he hizo un ademan para que el director continuara.
-Bueno como sabrá el ministerio - se refirió al jurado- Sara, cuyo nombre verdadero no es de revelar, ha estado en azkaban 12 329 782 veces en toda su vida, por lo tanto muchos de ustedes no creen que ella pueda regresar al mundo mágico sin causar destrozos, por eso les traigo la prueba de algo que se debe mencionar sin precedentes.
>>Como saben Sara fue concebida por magia muy obscura, contra la voluntad de su madre, y siendo ella hija única, o me equivoco - nadie negó solo asintieron- bueno, esa versión era hasta hace
dos años del todo cierta- Sara se levanto tan sorprendida por el rumbo repentino de la conversación
-Albus a que te refieres- comento ella temiendo lo peor.
-Creo que ya me has entendido...
Ella se dejo caer en el suelo, con los ojos tan abiertos como platos, tan pálida como la cera y sorprendida como nunca en su vida.
-Imposible- susurro
-No querida, es cierto y mas posible de lo que crees...tu padre...bueno el señor que tuvo la fortuna de engendrarte...no se quedo solo contigo, recuerdas el día que te capturaron en la casa de la señora Hooper.
-Si, hace...dos...años. Ahí un mortifago me hizo un tajo en el cuello y...me...saco...
-Sangre. Eso es todo lo que se necesita para tal hechizo, una gota de sangre de la madre o pariente eso y una intención tan atroz y poco...humana- dijo Dumbledore apretando los dientes- por eso necesito y te imploro que si no quieres que aquello corra peligro necesitas estar a mi lado, Lord Voldemort cayo la semana pasada, pero eso no quiere decir que esta todo bien.
-E-esta bien, supongo
-Señor ministro, le juro que Sara no volverá a pisar ni una vez mas Azkaban en calidad de presa
-Albus, créeme que si hay algún desacato por parte de ella regresara a juicio sin consideración...Sara Dumbledore juras que esto no volverá a pasar, juras ante el comento Barty, el cual no estaba convencido, pero era la palabra de un mago tan importante como lo era Dumbledore contra la suya
-Si...si lo juro, lo juro incluso con mi alma pero yo necesito estar...afuera
-Eso es lo que necesitaba escuchar- dijo Crounch, dirigiéndose hasta Sara, y con un solo movimiento
de varita libero a la joven, no sin antes hacerla jurar- sabes que pactos haci, se juran con sangre...comprometiéndote a, dejar esto.
-Claro que lo haré Barty...
El recuerdo cambio tan inesperadamente que a Severus le tomo por sorpresa. Tan de sorpresa como la imagen que se revelo de entre la penumbra.
-Albus...sigo sin entender que quieres- decía Sara en un rincón alejado de lo que al parecer parecía un sala de estar de la sala.
-Digo que tal vez deberías de irte.
-¡NO!, creeme que jamas no puedo partir ahora- contesto Sara algo alterada
-Pero no esta a discucion! Sara yo no pedí tu opinión, te estoy diciendo que en quince minutos Lowren vendrá por Lucian para llevarla a Azkaban y a ti te llevaran a parís.
-Por que, por que Albus, que hicimos ambas...no lo entiendo
-Mira querida a ambas se les necesita dar resguardo ahora que al parecer el señor Tenebroso volvió
-Pero tu mismo lo dijiste padrino, Potter lo detuvo y ahora que esta solo no hay...
-Sara yo te dije que a partir de que las cosas se pusieran mal te irías, tu y tu hermana estarán separadas, no por que me complazca ni por otras cuestiones, pero si ambas se quedan juntas...algo les pasara, en cambio si a las dos se les separa y encuentran a una, les tardara encontrar a la otra.
Sara se sentó en un pequeño sillón individual, derrotada ante tal declaración.
-Entonces por que a ella a Azkaban, por que no a mi...mira Albus ella tiene edad para ir a Hogwarts, de hecho
esta retrasada por dos años.
-La voy a mandar ahi por que nadie en el mundo se atreveria a ir ahi, ademas no es como si la mandara a una celda con dementores, ella estará en las instalaciones, mas no estará presa.
-A veces no te entiendo...
A cada cambio de recuerdo Severus se sentía cada vez mas confundido, había veces donde no entendía nada de la vida de ella. Así que se sintió aliviado cuando hubo sucumbido la bruma de otro recuerdo.
Esta vez apreciaba un panorama que conocía muy bien. El castillo. En la escena se encontraba Sara sentada en el escritorio de Dumbledore, negando con desdén, mientras que el dirrector observaba en crispante el fuego de la chimenea.
-Ya me dirás por que estoy aquí- le aspecto Sara- tengo que ir con Elizabeth para ayudarle con la fiesta de Charles y...
-Dejaran salir a tu hermana, Lowren te lo quiere decir en el baile de navidad, pero yo no quiero que se perturbe tu felicidad ese día.
-Enserio- contesto incrédula- pero eso es fantástico...es totalmente...
-Horrible- contesto Albus- la libertad de tu hermana significara que tendrás que pasar el verano encerrada y de ahora en adelante deberás de tener a alguien de confianza todo el tiempo.
Sara medito un poco las palabras del director, y también Severus...si algo había entendido de Sara es que lo único que ella buscaba era libertad, libertad que ahora le era negada.
-Esta bien- susurro ella
-Si lo se, esta bien...
Sara se bajo del escritorio, cruzada de brazos, mirando a Dumbledore, preocupada por todo lo que podría significar estar...encerrada. El ambiente del despacho quedo imperturbablemente
callado, aspecto que cambio ante la inesperada carcajada de Albus.
Sara le miro extrañada y no era para menos.
-De que te ries- pregunto ella con una lever sonrisa en sus labios
-De ti- contesto sin mas
-Albus, te sientes bien
-Mas que bien, me siento encantado de esta noticia, por que si lo analisas bien, te quedaras pegada quiera o nno a alguien que tengar que velar por ti...
-¿Y te ries de eso por que...?
-Pues ya tengo al candidato perfecto.
Sara sonrio aun mas, denotando su perfecta dentadura.- Creo que yo tambien, tambien tengo a mi candidato.
-Querida, no sabes cuanto me alegra que tu y Severus se amen, pero debes de pensar en que si quieres estar con el...deberas de involucrarlo en...
-En la caja de sorpresas que es mi vida
-Si.
-De hecho no tanto el ya deberia de estar acostumbrado a que jamas me va a conocer completamente
-Y tu lo conoces...
-Mmmm...no...pero el tampoco a mi, eso deja muy interesantes platicas.
-Si supongo
Y entre una mirada complice sus recuerdos terminaron. Ahora Severus no sabia que pensar...el 30 Diciembre esta cerca
Querida (bueno eso de querida suena algo vulgar) Hermana
Hola Sara, creería que por mi caligrafía sabes quien soy, o tal vez no, por que si no mal me ha comentado Albus hay un tipo que te roba de sobre manera tus pensamientos (cursi). Hace un par de años que no te veo (mejor dicho milenios) y hace un par de días me dejaron salir de Azkabán (por fin), ahora me hospedo en una habitación del Caldero Chorreante. Te escribí principalmente para que nos volvamos a encontrar, si es que me quieres volver volver a ver; tu pon el día y la hora que yo estaré. Atentamente y con cariño,
Lucian.
Que gracias a Merlín única hermana
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Hola
El amor no puede planificarse. Puedes pasarte la vida entera buscándolo o encontrar a alguien que crees amar, pero cuando bajas la guardia, cuando no te lo esperas, encuentras a alguien.
Y eso era lo que le había pasado a Severus Snape, aunque le costaba decirlo no había ni la más mínima duda.
Mientras aclaraba su, ahora revuelta mente, caminaba con destino a el despacho del director. Pues Sara le había especificado que le entregara una botella de recuerdos a Albus.
No le sorprendió llegar tan rápido al despacho, pues había ido hasta ahí de tal forma que parecía simple inercia. En cuanto dijo la palabras secretas y en cuanto estuvo frente a la puerta, simplemente entro.
-Sara es una excelente bruja- exclamo Dumbledore que estaba en medio del despacho sosteniendo una carta - Severus por la botella en mi escritorio y siéntate
Severus no entendía que estaba pasando, pero como no tena cabeza para renegar u oponerse solo hizo lo que le dictaron, y tomo asiento frente al director.
-Así que ya viste los recuerdos que amablemente Sara nos dejo a ambos- comento el director mientras examinaba la botella color rosa.
Pero Severus solo asintió.
-Impactante ¿o no?- pregunto Albus- por lo que me dejo en esta carta, te entrego recuerdos que eran relevantes para ella.- señalo es trozo de pergamino que estaba en su mano.
-¿Enserio?- pudo articular por fin Severus
-Claro...ahora si me lo permites...te aconsejaría que pensaras con claridad. Te voy a dar cuatro consejos. Como director: sabes que esta estricta
mente prohibido que tengas alguna relación fuera de amistad con ella. Pero como amigo: Digo que mandes al carajo al director y seas feliz. Como padrino de Sara y tutor de ella: Te advierto que seria una estupidez si consideras alguna mínima oportunidad con ella, por que estar con Sara es como firmar tu sentencia a muerte. Pero como un padre ve a su hijo: digo que sigas a tu corazón...Severus se feliz con ella, ambos ya pagaron lo que tenían que pagar, ambos sufren mas de la cuenta, por que no se hacen un favor y se casan, viven felices y afrontas todos sus problemas con una tacita de te a las tres.
-Albus, no creo que me tengas que dar una cátedra sobre lo que debería elegir o no. De todos modos yo ya lo hice, y tal vez a ti te disguste.
-Oh por Merlín, no me digas que la vas a olvidar y...
-Nada de eso. Yo tome una decisión en el momento en que le entregue un anillo. Solo comente que no te iba a gustar por que no quiero que el colegio se entere jamas que mi deseo es casarme con Sara.
Albus sonrió como nunca antes en la vida, saltaba prácticamente por todo el despacho, mientras alegremente le servia una copa de whisky de fuego a su futuro "cuñado".
Pensar que el castillo podría quedar tranquilo, sin la presencia de Sara, era una idea totalmente errónea. Pues al parecer todos los maestros (amigos de Sara) estaban mas movidos y alegres que de costumbre, actitud que no paso desapercibida por los alumnos.
Pues desde que un pajarito...(Albus)...había divulgado las intenciones de cierto prifesor de pociones, no habia otro tema que hablar a "escondidas". Aunque Severus
tenia claras sus intenciones no sabia si Sara tan bien las tenia.
La semana paso demasiado rapido para la preferencia de algunos. El año estaba apunto de terminar y la nostalgia del tiempo pasado se hizo presente.
Esa mañana, del 30 de Diciembre estaba particularmente calida, a pesar del frio invierno que dejaba claro que para primavera quedaba mucho.
Ya siendo habitual la hora de bajar a desayunar,todo el castillo se encontraba ahi.
Entre murmullos y repiqueteos en los platos el silencio del gran comedor quedo obsoleto y abrio paso a conversaciones triviales. Hasta que una persona aparecio en las puertas del Gran comedor.
-Sara...- dijo Dumbledore levantandose a modo de saludo en cuanto escucho el sece de las conversaciones
Ella sonrio desde la puerta, no habia duda de que estaba especialmente preciosa ese dia.
-Hola Albus- contesto Sara caminando tranquila hacia la mesa de los profesores.
-Me alegro de que hayas llegado temprano, ¿que tal tu viaje?- pregunto el director cuando ella estuvo frente a el
-Mejor de lo que esperaba- contesto,con una sonrisa picara- Pero,que torpe soy - dijo con fingida sorpresa- Albus, este año creo que tendras que poner una silla extra en el banquete
-Al fin la tragiste.- contesto sorprendido
-Lucian- dijo Sara hacia la puerta.
Automaticamente todo el comedor dirigio su mirada a otra joven. Que era en extremo parecida a Sara. Solo que con algunas diferencias minimas: el cabello de ella era ondulado, castaño obscuro y sus ojos eran de color negro con una tonalidad del vino en el centro.
-Hola Albus...me extrañaste- pregunto la joven,arrancando una sonrisa de director.
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Que les parecio... yo siento que le falto algo....mmm...no se !!!!COMENTEN COMENTAR ES GRATIS!!!
Gracias por sus votos y nuevas lecturas...les tengo un AVISOS IMPORTANTES.
1.- Tengo un celular nuevo y por ende ya puedo actualizar por lo menos una vez a la semana. PERO SI NO COMENTAN...NO PUBLICO....JAJAJAJA...(OK NO....si voy a publicar.
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Hacer valer
Sara siempre habia sido un misterio para el castillo,pero aquello sobre pasaba los limites.
-Entonces Albus, se queda o se va- pregunto Sara con esperanza
El director dudo por un momento. Aquella era una decision dificil de tomar.
-Sera una lastima regresar a Londres una chica con tantos dones como el de Lu...- Sara entristecio la mirada- Pero gracias a Morgana que hoy no sera asi.
La muchacha en cuestion y Sara sonrieron mutuamente.
-Entonces creo que habra que otorgarle una casa- comento Sara agradecida
-Profesora McGonagall -nombro el director -, podria traer el sombreo en cuanto antes...
La subdirectora asintio y salio encarrerada hacia la oficina del director.
-Ahora todos- anuncio con esmero el director- les agradeceria que cantaramos el himno de nuestro colegio...siendo hoy visperas de año nuevo.
A pesar de que era obvio que la razon no eran las fiestas ningun presente dudo en hacer caso.
Los alumnos se levantaron y los profesores formaron una linea frente la mesa principal.
Al estar todos en posiciones y con la letra de la cancion frente a ellos en color oro un cantico desigual se entono.
Sara no dudo ni dos minutos en acudir al lado de Severus el cual agradecio que ella tuviera tantas ansias de verlo.
-Hola- saludo ella con una sonrisa discreta.
-Eres una caja de sorpresas- le comento el a modo de saludo.
-Un buenos dias hubiera quedado mejor...pero si...soy una caja de sorpresas.- argumento Sara.- Se me olvidaba...Feliz navidad Severus.
El nego con la cabeza, de tantas cosas que se pudieran decir
solo existian aquellas para saludarse.
Tan pronto terminaba el horrible cantico, Minerva llego jadeando con un sombrero en manos.
-Por lo visto mi querida profesora McGonagall usted fue practicamente volando por el sombrero.- le dijo el director con asombro
La profesora, se sonrojo, al tiempo en que colocaba un taburete. Sonriendo hacia Sara y Lucian se retiro hacia el profesorado.
La chica, la cual no habia podido articular muchas palabras debido a lo sorprendente de la situacion, se sento con un rapido movimiento.
-Alumnos- exclamo el director- hoy una nueva integrante se incorporara a sus compañeros de 16 años, esperando fervientemente que la reciban en su futura casa.
El director no perdio tiempo en colocarle el sombrero, el cual cobro vida de inmediato.
-Vaya...vaya...una mente brillante...eres valiente si, pero, al igual que tu hermana no puedes ocultar que eres...¡Slytherin!.
La mesa de la casa de las serpientes estallo en educados vitores vijilados bajo la mirada de Snape.
-Fantastico...- continuo el director- dadas las circusntancias, lo mejor seria desayunar- indico Dumbledore.
Sara con toda algarabia se fue a sentar al lado de Severus, que hasta ese momento se habia quedado analizando toda la escena con sigilo.
-Es sorprendente la manera en que sorprendes al castillo- dijo el.
-No mas de lo que esperaba...como has estado.
-Pensativo...todo lo que me confiaste fue...complicado.
Ella se
atraganto con un sorbo de jugo de calabaza que estaba ingiriendo.
-Complicado para bien o para mal.
-Lamentablemente para bien
Sara rodo los ojos. Despues de haberle dado tanto en que pensar y de una semana de no haber tenido contacto,eso era todo lo que le podia expresar.
El desayuno transcurrio "normal", a pesar de ello se podia persibir cierto aire de incredulidad, por los acontecimientos recientes....
En el viaje, Sara no solo se llevo una gran sorpresa al saber que podria estar con su hermana, sino una muy grande cuando observo el anilo que Severus le habia entregado.
Asi Severus, al acabar el desayuno se fue rapidamente del comedor sin dirigirle la palabra a nadie. Cosa que alegro a Sara enormemente pues eso era parte de su plan. Por lo cual, ella termino el desayuno mas rapido de lo usual, dandole entender al profesorado que ya era la hora esperada.
Ella camina a paso desidido por el sendero que llevaba al embarcadero, pensando en lo que Severus le tenia preparado.
En su viaje a Londres, dias antes de su regreso, el anillo que conservaba con esmero en su mano, se cayo, estallando en varios fragmentos. Cosa beneficiosa, pues al recoger los pedazos del anillo, encontro una pequeña nota, cuyo apunte detallaba el plan que estaba efectuando.
Al llegar al punto de reunion, las ansias en ella eran evidentes, pues la forma en que el corazon le latia era rapida y descomunal. Así, siguiendo las instrucciones entro sin mas.
Encontrando el
embarcadero sumido en la penumbra y el sonido del agua chocando contra los botes.
Al principio ella se desepciono, pensando que solo era una treta barata, para darle a entender que el ya no queria nada; conclusion que descarto, pues el entro en aquella obscuridad.
-Pense que no vendrias- comento Sara con sierto mal humor.
-Pues pensaste bien...- respondio Snape con cansancio.
Ella le miro incredula.- ¿Y porque no vendrias?
-Pues tus queridos amigos me soltaron un sermon demasiado largo y sentimental respecto a ti.
Ella solto una risa.
-Bueno...lo siento...son demasiado sobreprotectores.
Ambos se miraron, incapaces de pronunciar palabra alguna.
- ¿Y...?- aspecto Sara con evidente nerviosismo- Que hacemos aqui...
Severus suspiro.- Pues tengo que preguntarte algo...-Ella asintio con la cabeza- ¿Como es posible que pienses estar conmigo?
Sara se encogio de hombros- No lo se, simplemente...paso.
-Podria preguntarle a un gnomo y me daria un argumento mejor que ese.
-Entonces que quieres que diga...simplemente...comenzo la noche en que llegaron los colegios , tu comenzaste con tus estupidos insultos,que siguieron en inutiles peleas...pero cuando te disculpaste, a pesar de que no querias...no se, simplemente me di cuenta de que tuviste las oportunidas de hechizarme, de hecharme del castillo, no se...pero a pesar de eso no lo hiciste, trataste de comportante, claro algunas veces no funcionaba, pero...fue eso, así me enamore.
Severus no dudo mas tiempo, si bien habia cuestiones las cuales no entendia y pensaba arduamente, en esta no debia de titubear, si dejaba
escapar a esta mujer se lanzaria un Avada Kedavra.
-Acompañame-solto el, abriendo la puerta.
Sara quedo un tanto confundida, pues las espectativas que tenia ella eran algo diferentes, en comparacion con lo que pasaba en estos momentos.
A pesar de eso ella le siguio; saliendo del embarcadero; ambos, caminaron con direccion al lago negro, sin dirigirse la palabra, solo el soplar del viento los acompañaba.
Tras un largo recorrido, el caminar de Sara disminuyo a medida que se acercaban al lago.
-Severus...ya me puedes decir a donde vamos.-comento ella con la respiracion entre cortada.
El se giro a mirarla.
-Iremos por algunos ingredientes; he estado planeando un experimento y es de suma importancia conseguir estos materiales.
Ella suspiro, todo aquello seguia sin cubrir sus espectativas.
Para cuando al fin llegaron, Severus saco un pequeño frasco de su capa, afreciendoselo a Sara, la cual tomo aquel objeto de mala gana.
-¿Que ingrediente es?- contesto de enojada
-Un alga de color grisaseo, esta a las orillas del muelle -le dijo señalando una estructura de madera sobre la que estaban parados- no es necesario que te metas al agua, solo observala bien
Sara se agacho, observando el agua, la cual, en honor al nombre del lago, era turbia, casi negra, por lo cual dudo que encontrara rapido dicha alga.
Ella estuvo durante un muy buen rato esperando a que las aguas se aclararan, pero, cuando casi pierde la esperanza, estas comenzaron a burbugear, soltando un sonido armonico.
Mi amante, mi
amiga.
Te quiero unida siempre a mis brazos
Cuando tu no estás aquí mi sonrísa se ensombrece.
Aunque tu me mientas.
Amor, amante y enemigos
Estén en tu contra,
yo olvidáre eso.
Quiero despertar cada mañana
En tu acogedor cuerpo cerca del mío
Quiero que tengas mi corazón en tus dos manos
Para que ambos latan al mismo tiempo.
Creo que te extrañaré por siempre,
Al igual que las estrellas extrañan al sol en los cielos de la mañana,
Mejor tarde que nunca.
Y de entre las aguas salieron algunas chispas de colores que expulsaron una pequeña caja de color turquesa, adornada con un lazo plateado, cuyo destino fue caer hasia las manos de Sara, quien maravillada la sostuvo.
-Sirenas...- susurro Sara aun estupefacta
-En efecto, Sara son sirenas -contesto Severus que tenia un asomo de indesicion.
-Pero como...es casi imposible que las sirenas canten- comento ella
-No tan imposible como esto- señalo la caja- Abrela.
Sara no dudo mucho en abrir la pequeña caja, cuyo contenido tenia mas que sabido.
-No esperaras que me arrodille- le dijo Severus al mirarla con una sonrisa, que desarmaba a cualquiera que estuviese delante de ella.
Ella nego con la cabeza, y de un segundo a otro se lanzo a los brazos de el.
-No...no es necesario.- le susurro.
A pesar de lo irregular de su relacion, ambos estaban conformes con las desiciones que habian tomado.
Durante toda la tarde conversaron animadamente en el despacho de Severus, sobre lo que les depararia el furturo, y a pesar de que lo unico que ambos tenian bien entendido
era que debian de mantener todo en secreto hasta las vacaciones, estaban completamente felices por su compromiso.
Al ser visperas de año nuevo, debia de haber un festejo para despedir el año que se iba. Celebracion que no se haria en Hogwarts, debido al reciente baile efectuado en la institucion; a pesar de eso Sara y Severus tuvieron un pequeño festejo particular, con algo de whisky de fuego, ayuda de los elfos domesticos y un par de hechizos silenciadores, contaron anecdotas, particularmente felices o graciosas que les hicieron conocer un poco mas el uno del otro; y asi ente copa y copa llego la media noche y consigo el cierre de un año maravilloso.
-Feliz año nuevo- dijo Sara al escuchar las manecillas del reloj.
Cuyo acto fue el de chocar las copas con apenas un roce, brindando y bebiendo lo que restaba de su bebida.
-Feliz año nuevo Sara- le contesto Severus.
Quien se acerco a ella propinandole un beso. Tal vez el pequeño gran efecto del estado etilico les hizo desear mas que una simple cariacia, tenian que hacer valer la noche.
Y por una vez en su vida, ambos sabian que tienian razón y no buscaron más respuestas, simplemente disfrutaban cada décima de segundo, como si fuera a morir mañana saboreando la experiencia, de la promesa de compartir la vida, aspiraciones y sueños con alguien mas que amigos
El lento y apasionado contacto pronto evolucionó en frenéticos besos y ávidos brazos y piernas que se aferraban a todo lo que lograban alcanzar, mientras que la desesperada necesidad de consumir y ser consumidos los sobrepasó, hasta que ese desesperado comtacto llevo a ambos al extasis...
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¡¡¡¡¡¡¡FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO!!!!!
(aunque falten cuatro semanas).
Espero que les haya gustado, es la primera vez que escribo esenas, algo subidas de tono, asi que no sabia bien que hacer de todos modos...ya saben que hacer, ¡¡¡COMENTAR!!!...por que ¡¡¡COMENTAR ES GRATIS!!!...y por si no saben que es comentar, es apretar el jodido boton del dialogo, escribir...lo que sea...y ayudarme a ser feliz. Ok no. Simplemente es para saber si les estan gustando las ideas que implemento.
Estaba pensando...ya que es muy común esto del wattsapp...por que no...un grupo. Si les interesa mandenme su número por privado.
Hasta el proximo capitulo.
Besos, abrazos, cerveza de mantequilla y condones (bueno eso ultimo para los protagonistas).
B.J.
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Buenos augurios
La mañana se hizo precedente y con ella un nuevo año, él cual dejaba entre ver que seria mejor que los anteriores.
Severus despertó hacia las siete de la mañana, con un notable cansancio en el cuerpo, producto de una noche de desvelo.
A pesar del inminente dolor de cabeza, resultado de la resaca del día anterior, no podía evitar pensar en los acontecimientos que se dieron en la madrugada. Pues aun la parecía totalmente imposible, que una mujer se encontrará enredada entre las sábanas blancas, durmiendo plácidamente contra la almohada.
Esa imagen le hizo sonreír incrédulamente.
Si hace cuatro meses le hubiesen dicho que algo así podría haber pasado, hubiera tachado de loco a quien lo insinuara, pero ahora...ahora le habría dado un esmerada felicitación.
Sara se movió un poco, murmurando algo incoherente, señal de que estaba por despertar. Acción que hizo saltar de la cama al profesor, dirigiéndose directamente hacia él baño, procurando no despertar a Sara, pues quería estar lo mas presentable posible cuando ella se incorporará.
No demoró tanto como esperaba, pues en un simple movimiento de varita quedo impecable.
Sara despertó hacia las nueve de la mañana, sintiéndose terriblemente confundida de pies a cabeza, pues la primer cosa que tenia que hacer un primer día del año no era despertar en la cama de alguien más.
Ella no se dio cuenta que ese no era su cuarto, hasta que decidió moverse de lugar, fue entonces cuando se topo con Severus quien le había hecho segundo al haberse quedado dormido a la espera de que ella despertara.
-Hola- fue lo primero que dijo cuando logro despertar al profesor de pociones.
-¡Demonios!- grito él, al tiempo que se levantaba.
Sara se sintió confundida por la acción tan espontánea del profesor, solo lo observaba danzar por la habitación buscando su capa de un lado al otro, mientras soltaba maldiciones que no alcanzó a escuchar.
-Esta en la silla- dijo Sara después de unos minutos.
Severus confundido se dirigió hacia la silla, donde efectivamente se encontraba la capa.
-Me puedes explicar, por que de un momento a otro...saltas de la cama gritando maldiciones- le cuestiono ella- y por que demonios, me dejaste llegar tan lejos anoche...por él amor a Merlín, no teníamos ni un día comprometernos. ¡Eres un idiota!, lo sabias.
Snape le miro triunfante, provocando una mirada de desaprobación por parte de ella.
-Eso no fue lo que dijiste anoche.- le reprocho con arrogancia.
Contestación que divirtió a Sara, quien le lanzo una almohada en medio de una carcajada.
- Eres un tonto.- dijo ella cuando termino de reír- No entiendo como es que todo paso tan rápido...- se cuestiono pensativa- a penas parece ayer cuando me echabas de tu despacho...
-Hablando de tiempo- divago Severus- ¿Que hora es?
-Las nueve y cinco- contesto ella mirando el reloj que estaba en el buro de la cama.-¡Merde!- grito ella saltando de la cama y buscando desesperadamente su ropa.
-¡Por Merlín!...Dumbledore-
se recrimino Snape.- me ha estado esperando 45 minutos en su despacho, para discutir la siguiente prueba del torneó.
Ella suspiro, mirándole divertida.
-Entonces que haces aquí- le reprocho- por tu culpa yo llego 2 horas tarde...yo tenia que llegar antes- le aspecto Sara mientras se abrochaba él sostén.
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Sara corría despavorida por los pasillo del castillo, chocando distraídamente con alguno a alumnos que rondaban por ahí. En cuestiones normales ella se disculparía, pero en verdad llegaba tarde a su cita con él director, y todo por haberse quedado dormida, habito que últimamente se hacia muy presente en su vida.
Desde las mazmorras al despacho de Dumbledore , hizo 5 minutos caminando, y no fue que bajo él paso hasta que llego a la gárgola.
Toco muy levemente la puerta, de aquella torre, esperando que esta se abriera a modo de pase; Sara solo tuvo que esperar un par de segundos para entrar.
Dentro se encontraba, él ministro, Barty Crounch, Percy Weasley, Ojo Loco Moddy , Minerva y Albus Dumbledore.
Que al entrar Sara, la miraron, con cierto descontento.
-Perdón Albus, se me hizo algo tarde.- se disculpo ella, situándose frente a este.
-Bueno si por algo tarde, comprendemos dos horas, entonces si llego algo tarde- contesto Weasley, quien estaba al lado de ella.
Sara en ese momento quería soltarle un buen golpe en la cara, que le dejase una semana en la enfermería, pero prefirió guardarse ese golpe para después, así que simplemente le ignoro.
-¿Que
asuntos han tratado?- preguntó ella.
-La verdad, solamente hablamos del resultado de las pruebas anteriores- le contesto con serenidad él director.- Aunque estábamos por tratar el asunto de la siguiente prueba...así que prosiga Minerva.
-Claro; comentaba, que fuese una prueba de agilidad mental, podríamos utilizar su conocimiento académico, para descifrar los retos que se les impongan.
Los presentes no quedaron muy conformes con lo aportado por la maestra, así que Moddy decidió levantar la mano.
-Claro Alastor- le indico Dumbledore.
-Bueno, sabemos que la prueba consiste en que buscaran a su ser querido, dentro del lago negro, por lo tanto, creo suficiente él reto, sino mal recuerdo hay varias criaturas contra las que se enfrentaran ahí abajo.
-La verdad, yo concuerdo con Alastor, dentro hay sirenas y Grindylows -añadió Sara.
-Muy bien- anuncio él ministro- si no hay más por él momento supongo que todos se pueden retirar.
-Si, señor ministro, supongo que eso haremos. Barty, señor Weasley y señor ministro podrían retirarse.
-Claro Albus.- contesto Crounch, quien se dirigía a la salida.
-Hasta luego profesor Dumbledore, respondió Percy quien cerro la puerta detrás de él.
Sara suspiro ante su partida.
-Juro que la próxima vez que a Weasley se le ocurra hacer estúpidos comentarios le voy a lanzar un crucio-dijo ella con toda seguridad.
Albus sonrió ignorando él comentario de Sara, cosa que causo extrañeza en ella.
-Albus, ¿estas bien?- cuestiono Sara.
-Claro - dijo este con picardía
-Aunque no tan bien como tu querida- se le unió Minerva con notable felicidad.
-De seguro tú, debes de estar excelente - finalizo Alastor con aprobación.
Ella levanto una ceja, producto de la extrañeza.
-No entiendo que pasa- contestó confundida
-Estas cosas no se entienden, querida...no se entienden- explico él Director- ahora bajemos a desayunar, me muero por una porción de tocino.
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¡Es corto....lo se....pero su regalo de navidad queridos lectores!
Actualizare lo mas pronto que la inspiración me deje.
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Espero comentarios y feliz navidad...ojala que se la hayan pasado bien.
¡¡¡¡Comentarios !!!!....comenten.
Los ama, adora y amor-odia a la vez.
B.J.
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¡BRINDIS!
¡COMENTEN!
Él gran comedor estaba engalanado con la presencia de los tres colegios que participaban en la prueba de los tres magos. Debido al nuevo año, él alboroto que se presenciaba era exorbitante a comparación con él habitual. Este exceso de ruido provocaba aun más, la confusión de Sara ante los últimos sucesos.
-Albus, sigo sin comprender...que es lo que no se puede entender- pregunto ella.
-Un minuto querida...un minuto- le contesto amable él director
Ella sin protesta alguna, prefirió tomar asiento al lado de Severus, quién ya se encontraba desayunando.
Después de los acontecimientos recientes, ninguno de los dos paso desapercibida algunas miradas cómplices que se lanzaban.
Él almuerzo continuo sin ningún acontecimiento de relevancia, hasta que,...Albus decidió levantarse y dar un discurso.
-Queridos alumnos- Se dirigió Dumbledore a la multitud- hoy, es un día de felicidad, nuevos deseos y un comienzo.
>> Como él fénix que renace de sus cenizas, hoy renacemos con un año nuevo, lleno de anhelos y sueños. Por eso hemos compartido este día con nuestros invitados, esperando que con la fecha tan especial que es hoy , convivamos y festejemos que estamos todos reunidos esperando cumplir nuestros propósitos.
Él comedor estalló en aplausos por parte de los alumnos de Hogwarts y uno que otro de Beuxbatons.
-Gracias, profesores y alumnos- continuo él director- Pero hoy me encantaría dar un enorme
anuncio- hablo con voz picara.
En un solo movimiento, él profesorado entero se levanto, excluyendo a los profesores de pociones; los cuáles, debido a su perspicacia imitaon a los demás.
-Sabemos que las paredes de este castillo han sido testigo de grandes descubrimientos, aventuras, eventos y momentos que pasaran a la historia, hoy uno de esos días que pasará a la historia. Él amor es algo intangible, hermoso para aquellos que lo brindan y lo reciben...
Ambos profesores se miraron comprendiendo la situación. ¿O si no?, de que otra manera Dumbledore comenzaría su discurso sobre él estúpido amor.
-Ambos sabemos que va a hacer...¿verdad?- le susurro Sara emocionada.
-En efecto- contestó Severus, con él mismo tono inaudible, pero notablemente molesto- y mas le vale no hacerlo.
-Así mismo quiero ofrecer un brindis por todo él amor que se recibe en él colegio- ordeno Albus con toda la seriedad que pudo, conteniendo una risa interior
De la nada salieron copas de cristal con un liquido color ambar por todo él comedor, las cuales se movían levemente, invitando a tomar una.
-¡Bien!, alcen sus copas - Indicó el director . Y un solo movimiento se escucho en él comedor- Así que brindemos. ¡Brindemos por él amor recibido y por recibir!
¡Salud!. Se escucho a forma de coro por él comedor.
-También debemos de ser consientes de lo afortunados que somos...debemos recordar quien esta a nuestro lado y aun mas importante, los lazos
que formamos con ellos.
¡Salud! Volvió a resonar en el Comedor.
-Y festejemos que todo es posible si tenemos él suficiente ahínco para lograrlo. Como él ganar él torneo - miro a los campeones- mejorar las calificaciones- observo a los alumnos- y para celebrar él compromiso matrimonial de nuestros profesores de pociones. -concluyo con una gran sonrisa.
¡Salud!. Se escucho únicamente de los profesores, quienes no cabían de la emoción por la noticia.
Un panorama totalmente diferente para los alumnos, que miraban con incredulidad a los profesores, esperando que fuera una broma del director, pero al no encontrar ningún rastro de mentira se limitaron a beber de la copa.
Durante toda la tarde ambos profesores recibían felicitaciones de sus compañeros y alguno que otro alumno perteneciente a la casa de las serpientes. Mientras que Sara muy cordial, agradecía los buenos deseos con un enorme entusiasmo, Severus se mostraba reticente a mostrar alegría por su compromiso.
¿Por que demonios Dumbledore se había a atrevido a divulgar tal noticia tan personal?, se preguntaba él, cada vez que alguien se acercaba a felicitar.
-Sara, podríamos hablar en privado- dijo Severus arrastrando las palabras, después de que un alumno de su casa los felicitara en las mazmorras.
-Claro- respondio ella, cerrando la puerta del aula con un hechizo.
-Bien, ya no quería mas interrupciones.-contesto él con enfado.
Sara le miro preocupada- ¿Que pasa?.
Severus
sonrió burlónamente- A mi, nada...simplemente no quepo de la felicidad de que todo él mundo se entere de nuestro compromiso...-dijo con total sarcasmo- ¡No te podías callar la noticia al menos una semana!...¡Qué acaso no pensaste que no es la mejor idea gritar a todo él mundo que nos vamos a casar!.- estalló él.
-Ahora soy yo la culpable...-le reprocho ella- ¡pero si tu fuiste¡...claro, ¡como el perro faldero que eres de Dumbledore!, le contaste todo...y ahora me quieres echar la culpa.
-¡Yo, no dije nada!- aspecto Snape.
-¡Pues yo tampoco! - se defendió ella.
-¡Claro...y le voy a creer a la niña inmadura que no puede cerrar la estúpida boca!
-¡Eres un idiota! ¡ Si me conocieras lo suficiente sabrías que yo no fui!
-¡Pues por que te conozco se que no eres capaz de guardar silencio, siempre te pones a gritar a los cuatro vientos cualquier idiotez que te sucede en la vida!
-¡ Disculpame por no ser igual de amargada que tu!...¡Que las demás personas no se lamenten de todas las cosas malas de su vida y se alegren por las cosas buenas, no significa que sean estúpidas esas cosas.!
-¡Una cosa es alegrarse y ser feliz y otra muy diferente es parecer estúpida!
Sara no se podía creer ni una sola palabra de lo que Snape le decía.
-¡¿Entonces eso, es lo que piensas de mi?!
-¡Si!
-¡Bien...me voy!
-Adelante...ve y dile a todo él mundo que tuvimos una discusión...también al profeta, tal vez lo saquen en la primer hoja mañana.
-¡Si tal vez lo haga...voy a decirles que me iba a casar con estúpido viejo rabo verde!
Y sin mas Sara salio de las mazmorras tan enojada que algunas lagrimas de coraje salían de sus ojos.
¿Como era posible que él se atreviera a levantarle la voz? Y aun peor ¿Po que no confiaba en ella?
Si bien, él inesperado anuncio de Albus la había tomado por sorpresa no era para reaccionar como lo había hecho él, ¿acaso no estaba feliz de que todos supieran?, después de todo algún día se casarían y tendrían que anunciarlo... O simplemente era que Snape dudaba casarse con ella y por eso no quería decir nada...
-Quería mandandarme al diablo en privado.- se dijo Sara a si misma mientras lloraba en algún pasillo del colegio.
********
Este día es muy triste...
Un día lamentable, un gran mago se fue de nuestro mundo. pero donde quiera que este...él siempre nos demostrara que ...Afther all this a time?...Always, es mas que una sola pregunta.
Por Severus, Profesor Snape, Príncipe mestizo, jefe de la casa de Slytherin, éxdirector de Hogwarts y él mago mas valiente que hemos conocido.
Él siempre vivirá en nuestros recuerdos.
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La segunda prueba.
Desde aquel día Sara no se acerco ni un palmo a Snape, cada vez que lo veía en algún pasillo o se acercaba a ella cambiaba de dirección y lo evitaba magistralmente, o cuando alguno de los profesores mencionaba su "compromiso", desviaba radicalmente la conversación. Dicha circunstancia no cambio cuando tuvo que regresar a impartir clases de pociones; y cualquier intento de dirimir la situación era tan inútil como tratar de revivir a los muertos. Ambos eran demasiado orgullosos como para pedir perdón de rodillas.
Y como era de esperar, paso mucho tiempo antes de que Dumbledore planeara algo suficientemente bueno como para que ambos bajaran las defensas.
-Como sabrán, mañana se efectuar la segunda prueba del torneo- Inicio Dumbledore con la reunión a la había citado a todo el profesorado- y por el grado de dificultad, se me es conveniente tener preparadada una solución a cualquier posible caso así que- Saco un pergamino- La academia de transformaciones se encargara de verificar que la transformación que tomen los participantes sea legal, de encantamientos sera, que cualquier hechizo realizado no viole los estatutos establecidos con la gente del agua -Y así, él director encomendó una tarea a cada maestro y ayudante, hasta que toco darles algún trabajo a los maestros de pociones- Excelente, en vista de que Sara se lleva TAN BIEN, con Severus, se me es conveniente dejarles elaborar una poción de transformación...
embrollo-interrumpió Moody-
No se para que una poción transformadora, Madame Pomfrey es muy capaz de curar a los concursantes.
-La verdad Alastor, no dudo en las capacidades de de Madame, pero si algo sale mal, alguien tendrá que bajar a arreglar él embrollo. Recordemos que las criaturas del lago son temperamentales.
-Bien, profesores, pueden retirarse.
Casa uno de los maestros, desfilo hacia la puerta, menos dos, que estaban disgustados de trabajar con él otro.
Él director, al percatarse de aquella acción, comenzó a buscar un libro ignorando a los profesores.
-Albus - Comenzó Sara, tratando de llamar la atención del director.
-Oh, querida, siguen aquí -Comento Dumbledore.
-Sí...la verdad Albus, es que me niego a hacer alguna actividad con él -Señalo a Snape.
-Vaya, así que ese es él problema...
-Es muy obvio Dumbledore, que ese él problema -Comento Severus.
-Pues simplemente ignorense, durante estos meses les ha funcionado bastante bien...
A pesar de todo, Sara no pudo convencer a Dumbledore de trabajar por su parte, cosa que la tenia bastante molesta.
Por la tarde llego a las mazmorras, mal diciendo su suerte y lanzando una mirada de odio a quien se le cruzara por él frente.
Por costumbre ella entro en él laboratorio sin tocar, y por inercia se coloco cruzada de brazos al lado de Snape, quien ya estaba
preparando la poción.
-¿Que falta? -Preguntó hostil.
-Escamas de sirena -Contestó Snape, bastante enojado.
Ella se dirigió a un armario buscando él ingrediente faltante, no tardo tanto tiempo en encontrar las escamas, debido a que Snape tenia todo ordenado.
Sin pronunciar palabra alguna, comenzó con la elaboración de la poción, la cual era en extremo complicada. Los vapores del caldero hacian que la tranquilidad reinará en la mente de ambos profesores, dejándoles aclarar sus dispersas ideas.
Como era de esperar, para tan complicado procedimiento, las horas pasaban sin advertencia haciendo lugar a la obscura noche.
No fue hasta que un golpe en la puerta les hizo separar la concentración de la poción y darse cuenta, de la ya entrada noche.
-Pase -Exclamo Sara, dejando de cortar nenúfares.
La puerta se abrió con un estrepitoso chirrido, dejando ver la figura del anciano director.
-Veo que han trabajado arduamente durante toda la noche -Comento Dumbledore.
-Aja -Contesto Sara regresando a su tarea.
-También me he percatado, que no han bajado a cenar.- Cuestionó Albus.
-Excelente Albus, con eso se comprueba que aun tienes buena visión. -Aspecto Snape.
Él director le sonrió- Claro muchacho, según Madame Pomfrye
tengo muy buena visión... Pero en realidad vengo a dejarles la cena, no es bueno dejar de comer tanto tiempo.
Y con un crujido aparecieron diversos alimentos, los cuales se mantenían suspendidos en él aire.
-Por que no dejan a un lado la poción y se dedican a tomar la cena- Sugirió él director, quien tomo una tostada.
Ambos profesores, no se opusieron a la sugerencia, ya que, preparar pociones durante tanto tiempo dejaba agotado a cualquiera.
Comieron y bebieron en completo silencio, en la compañía del director; él cual, al finalizar los dejo con su trabajo. Varias horas transcurrieron hasta que la poción solo necesitaba hervir.
-Severus -Comenzó Sara- Creo que...no debí actuar tan inmaduramente como lo hice estos meses. -Finalizo con un suspiro.
Ella no esperó la respuesta a su comentario, pues conocía bien él ego de él...
-Lo lamento.- Dijo sin más
Ella lo miró y sonrió.
+-+-+-+-
Por la mañana al bajar a la carrera por la explanada, vio que las mismas tribunas que habían rodeado en noviembre el cercado de los dragones estaban ahora dispuestas a lo largo de una de las orillas del lago. Las gradas, llenas a rebosar, se reflejaban en el agua. El eco de la algarabía de la emocionada multitud se propagaba de forma extraña por la superficie del agua y llegaba hasta la orilla por la
que Sara corría a toda velocidad hacia el tribunal, que estaba sentado en el borde del lago a una mesa cubierta con tela dorada. Cedric, Fleur, Krum y Harry se hallaban junto a la mesa, y la observaban acercarse.
--¡Ya llegue! ¡Estoy... aquí...se me hizo tarde! -dijo jadeando
-¿Dónde estaba? -le reprocho una voz severa y autoritaria- ¡La prrueba está a punto de darr comienzo!
Busco el lugar del que provenía la voz. Era Igor Karkarov sentado en la mesa del tribunal. Pero faltaba el señor Crouch.
-¡Bueno, bueno, Igor! -dijo Ludo Bagman, que parecía muy contento de ver a que todo iba viento en popa --¡Dejémosla que recupere el aliento!
Dumbledore le sonrió, pero Karkarov y Madame Maxime no parecían nada contentos de verlo... Por las caras, resultaba obvio que habían pensado que no aparecería. Se inclinó hacia delante poniendo las manos en él pecho, y respiró hondo.
Ludo Bagman iba en aquel momento entre los campeones, espaciándolos por la orilla del lago a una distancia de tres metros.
-¿Todo bien, Severus? -susurró Sara al acercarse a Snape, distanciándolo un poco más de los otros miembros del tribunal
-Sí -musitó el- ¿Tienes algún plan?
-Claro -Respondió ella
Bagman volvió a la mesa del tribunal y apuntó a la garganta con la varita como había hecho en los Mundiales, dijo «¡Sonorus!», y su voz retumbó por las oscuras aguas hasta las tribunas.
-¡Bien, todos los campeones están listos para la segunda prueba, que comenzará cuando suene el silbato. Disponen exactamente de una hora para recuperar lo que se les ha quitado. Así que, cuando cuente tres: uno... dos... ¡tres!
El silbato sonó en el aire frío y calmado. Las tribunas se convirtieron en un hervidero de gritos y aplausos. Sin pararse a mirar lo que hacían los otros ...
Donde nuestras voces suenan,ven a buscarnos,
que sobre la tierra no se oyen nuestros cantos.
Y estas palabras medita mientras tanto,
pues son importantes, ¡no sabes cuánto!:
Nos hemos llevado lo que más valoras,y para encontrarlo tienes una hora.
Pasado este tiempo ¡negras perspectivas!demasiado tarde,
ya no habrá salida.
Esa canción retumbaba en los oídos de Sara. Si lo que tenia planeado salia bien, no habría problema por la prueba...
+-+-+-+-+-+.
Capítulo por mi cumpleaños!!!....
¿Que les esta pareciendo la historia?.
Espero que se hayan percatado que estoy corrigiendo la historia desde los primeros capitulos...por eso me estoy tardando en actualizar.
Como siempre les digo comenten!!!!
B.J.
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Valores Morales
Los cuatro campeones se sumergieron en la obscuridad del agua hasta ser imperceptibles a la vista de los espectadores.
-¡Increíble!...no lo creen directores -Dijo Albus tratando de cortar la tensión por él concurso.
Pero dejar la preocupación por un rato era imposible, las criaturas del agua eran muy temperamentales y en cualquier momento podían cambiar de opinión.
Nos hemos llevado lo que más valoras, y para encontrarlo tienes una hora ... ya ha pasado media hora, así que no nos des largas si no quieres que lo que buscas se quede criando algas...
Ningún participante parecía salir hasta que, en medio de la desesperación, Credric salio buscando oxígeno, con su novia a un lado.
-¡Primer participante fuera del agua!...Cedric Diggori -Anuncio Bagman.
Un estallido de vítores por parte de las tribunas de Hogwarts, dejo impactados a los directores de los otros colegios.
Pero, en medio de la emoción el cuerpo de un hombre en bañador con cabeza de tiburón salio de entre las aguas; era Krum. Parecía que se había transformado, pero mal. El hombre-tiburón traía a Hermione la cuál, estaba muy desorientada.
- ¡Segundo participante fuera del agua!...Víctor Krum -Anuncio Bagman.
Y estallaron los gritos por parte de Durstramg. Hasta que un nuevo participante salió del lago.
- ¡Tercer participante fuera del agua!...Fleur Delacour -Anuncio Bagman.
Todos él jurado ayudo a salir a los tres chicos.
-¿Y tu hegmana? -Pregunto Madame Máxime.
-No puede contag los Ggyndilows -Respondió la chica temblando.
-Pogfesog Dumblegdore...
¿Que haguemos? -Dijo la directora.
-Tranquila, Madame... Las sirenas nos ayudaran. Además si todo sale mal, los profesores de pociones tienen un plan.
-Bien -Respondió si mucho ánimo, regresando a su lugar con los demás directivos
Todo él jurado estaba atento a cualquier movimiento de aquellas aguas.
Transcurrían, los minutos y no había señal de qué, él cuarto participante fuera a salir del agua; los profesores estaba impacientes y las tribunas llenas de emoción; solo faltaban unos segundos para que ocurriera una catástrofe ...pero en él último instante Harry Potter salió victorioso, en compañía de Ronald Weasley y la hermanita de Fleur. Justo en ese momento finalizo él tiempo para la prueba.
-¡Cuarto participante fuera del agua!... Harry Potter.
En la comida no había otro tema de conversación, más que él torneo y sorpresivo desenlace de éste.
Todos hablabam entusiasmados; entre gritos y estruendosas carcajadas, recrearon sus expresiones y reacciones ante tal prueba.
Sara aun conservaba la sonrisa de haber ganado, pues ella había sugerido darle puntos a Harry por sus valores morales, y así hacer callar a Karkarov, quién seguía colérico por la victoria de Hogwarts.
-Me alegra que todo haya salido bien -Indico Minerva, mientras partía un trozo de pie de manzana.
-Ve profesora, no había nada de que preocuparse -Confirmo Alexander.
-Además teníamos un plan de emergencia -Concluyo Sara.
-Sí, eso es lo que me permitió no desmayar por los nervios -Comento la subdirectora -Y precisamente... ¿Que plan tenían?.
-Bueno, si algún participante no salia, Severus y yo preparamos una poción, que nos permitiera rescatar a los chicos. -Sara explicó brevemente
-¿Entonces ya se encontentaron otra vez.... No es así? -Preguntó Minerva con toda curiosidad.
-Así es Minerva -Respondió Severus, quién, no había pronunciado palabra hasta ese momento.
-Me alegro por ambos -Les felicito la profesora
Todos retomaron la comida, dejando por un tiempo las conversaciones que abundaban hasta él momento.
-A mi también me alegra- Susurro Sara.
Severus hizo un gesto de aprobación, y con un movimiento casi imperceptible se acercó a ella.
-Te veo en 15 minutos en mi despacho -Le indico.
Seguido de esto, Snape salio rápidamente del Gran Comedor, con la excusa de que aun tenía trabajo por hacer.
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Peligrosidad de la situación
Adam Lewis. R.
Jefe del departamento de peticiones y trámites maicos.
Ministerio Británico de Magia
14 de Febrero del presente año
Asunto: Respuesta de su petición.
Solicitud 1709019722381290101.
Apreciable señor Severus Snape, le envió un cordial saludo y mis más sinceras disculpas: La presente carta es la NEGACION, a su compromiso con la señorita Sara Dumbledore; a llegado a oídos del ministerio, que desea contraer nupcias, y dada la situación, tanto de usted como de su... "pareja" no puede ser procesada por las siguientes razones:
Debido a la alta peligrosidad de la señorita Dumbledore y de sus antecedentes como seguidora del que No-Debe-Ser-Nombrado
y en cumplimiento de las instrucciones recibidas directamente de Cornelius Fudge, seria un completo error por parte del ministerio permitir la unión de dos personas tan afines a la magia obscura.
Esperamos que entienda que hacemos esto, en beneficio y seguridad de la comunidad mágica.
Mis mas sinceros deseos. Adam L. R.
Jefe del departamento de peticiones y tramites mágicos.
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Si tenemos secretos ¿Por que no?... Uno más
Sara salió un par de minutos después que Severus, con la mentira de necesitar un poco de paz ante tanto bullicio del Gran Comedor.
No demoro mucho en llegar al despacho de él, pues prácticamente había ido volando.
Toco muy levemente la puerta de madera, escuchando un par de voces dentro de aquella habitación, la cuál al abrir la puerta revelo a sus ocupantes: Severus y su hermana.
Él ¿por qué?, ambos estaban reunidos era todo un enigma para ella, pues desde que había llegado al castillo jamás se habían cruzado la palabra...o al menos eso pensaba.
-TE ODIO -Recrimino su hermana- Y A ADAM. VOY A SACARLE LAS TRIPAS
A DESCUARTIZARLO Y VENDER SUS PARTES EN EL MERCADO NEGRO.¡VA A CONOCER A LUCIAN CASSANDRA DUMBLEDORE, Y LA VA A CONOCER BIEN! -Dictaminó ella.
-Buenas noches hermana, yo también te amo, estoy muy bien y gracias por preguntar. -Dijo Sara con bastante sarcasmo.
-¡¿Por que no me has dicho nada?! -Replico.
-¿Precisamente que debía decir?.-Cuestiono Sara.
-Que tú y esté -Su hermana miro a Snape con él ceño fruncido- hombre... Se quieren casar.
-Ah, eso...- Murmuro
-Pues sí, eso. Sara, por él amor a Merlín...soy tu única familia de sangre que aun sigue a tu lado, y ni siquiera te das él tiempo de informarme de la decisión mas importante de tu vida.
-No tenia nada que menciónarte, por lo visto... has leído la carta del ministerio -Comento Sara para su hermana y dirigiéndose en pasos cortos, fue hasta Severus - Y tú... Aparentemente has estado
muy ocupado, hablando con ella.
-Simplemente comentaba, ciertos acontecimientos a mi futura cuñada -Explico con naturalidad.
-¡¿Futura Cuñada?!... Pero si en la carta del ministerio ha quedado más qué, claro. No, nos podemos casar.- Comento Sara
-¿Y desde cuando complaces al misterio?- Le dijo Severus, mientras tomaba unos polvos flu, de la repisa en la chimenea.
-¿Como qué, desdé cuando?...-Ella miro a Severus arrojar los polvos dentro de la chimenea, creando llamas verdes -¿A donde vas? -Dijo cruzando los brazos.
-Ya sabrás...-Dijo antes de desaparecer tras una cortina de humo esmeralda.
Sara inmediatamente se giro hacia su hermana.
-¿Ahora que sucede? -Pregunto ella
-Pues...-Ella suspiro- Mira Sara, se que no has tomado decisiones faciles, ni tampoco las mejores... Es más, si mi vida dependiera de ti genio por seguro que...
-Llega al punto -Replico Sara.
-Pues, qué ese sujeto -Señalo la chimenea- a pesar de que es un cretino, un egocéntrico y...bueno, cientos de sinónimos más; es alguien que en verdad quiere quedarse contigo por toda la eternidad.
-Luh, a qué quieres llegar con todo esto- insistió Sara.
-A qué, Severus Snape, te está esperando para casarse contigo en 15 minutos.
Sara abrió los ojos de la sorpresa y alegría que la embargaban en ese momento.
-¿En verdad?...¿Pero...Y él ministerio?
-Yo jamás dije qué todo él mundo se enteraría de eso- confirmó su hermana.
-Entonces...- abrió los labios para agregar algo más, pero
de ellos solo salio un suspiro.
-Ahora...Debes de cambiarte, por que no vas a ir a tu boda vestida con camisa y falda...
^.^ .......
Aquella mañana de sábado estaba extrañamente perfecta, los alumnos llenaban él Gran Comedor con anécdotas y divertidos acontecimientos suscitados en las últimas semanas y los profesores se relajaban después de unos meses de caos.
Él único que sorprendentemente no parecía divertirse y disfrutar en lo absoluto, era Albus Dumbledore; quién se había pasado las ultimas trece horas tratando de localizar a su ahijada y a Snape.
Minerva que a mitad del desayuno se percato del extraño comportamiento intuyo que era por él retraso de Sara en él desayuno, pero no entendía él por que, del director para estar preocupado.
-Albus, no sera la primera vez que ese par llega tarde al desayuno... No creo que debas amargarte los alimentos- Le explico Minnie.
-No Minerva, me preocupa en demasía que no lleguen, ya revise él castillo con ayuda de los retratos, fantasmas y elfos, y al parecer ninguno los ha visto desde anoche.
-Tal vez solo se dieron una escapada de amantes...-La subdirectora sonrió picaramente- conociendo a Sara, debió sugerir él plan anoche.
Él director hizo un bufido de exasperación.
-Que Merlín te escuche...Ojala que solo sea eso. Esperó que no estén relacionados con nada de lo que paso anoche...
Mientras tanto en otra parte del castillo dos recién casados caminaban apresuradamente hacia él Gran Comedor.
-Te lo dije -Exclamo Sara cuando se encontraron con él inconveniente de la puerta
de los Profesores la cual estaba completamente cerrada. -Alastor sigue hechizando la puerta.
Severus hizo una mueca de exasperación.
-Por que no usas magia para aparecer dentro del Gran Comedor -Dijo algo molesto.
-Cierto -Le respondió Sara tomando su mano.
Y con un chasquido, lograron aparecer en sus lugares de la mesa de los profesores, logrando sacar una expresión de asombro por parte de ellos.
-Pensé que uno no se podía aparecer dentro de Hogwarts -Dijo Alastor desde su lugar.
-Pues, siempre hay medios alternativos de hacerlo -Le respondió Sara encogiéndose de hombros y tomando un poco de omelett.
-¿Y dónde, precisamente estaban ustedes dos a noche? -Preguntó Dumbledore con un tono molesto.
-En él castillo...Donde más, si no es aquí -Contesto Severus.
-Es curioso que respondas eso Severus, ya que toda la noche estuvimos buscándolos -Dijo Minerva con una sonrisita en él rostro.
Sara caspareo un poco.
-Es muy fácil encontrar un escondite en la obscuridad -Corroboro.
Dumbledore miraba a aquellos dos, sin creerles una sola palabra de lo que decían, y durante todo él desayuno hizo preguntas que ayudaran con su teoría, hasta que pregunto algo de lo cual ni siquiera ellos podrían sacar una excusa.
-¿Por que Lucían llego ayer tarde a su sala común? -Dijo él director
-De seguro estaba estudiando -Se apresuro a decir Sara
-Claro... ¿Anoche vieron a Barty?...según él, estuvo
platicando con ustedes
-Ammm...claro -Dijo Sara extrañada.
-Y según comentó ocurrió algo anoche...
-Claro...-Severus intervino- Aclarábamos ciertos puntos de la la siguiente prueba -Se aclaro la voz.
-Me da gusto -Comento Albus- ¿Y donde conversaron... En él bosque, no es así?
-Por supuesto -Hablo Sara mientras tomaba un poco de jugo -Estuvimos con él, en-en él bosque ...
-¿A solas? -Pregunto Alastor quién, se coloco detrás de ellos dos.
-De que otra manera -Respondió Sara un tanto nerviosa.
-¿Así que aseguran que Barty Craunch estuvo con ustedes dos, anoche en él bosque ?... -Les interrogó Minerva, quién los veía con ojos de sorpresa mezclada con una profunda desesperación.
-Correcto -Dijo Sara aminorando la pregunta.
-Bien... No puedo creer él grado de cinismo que puedes llegar a tener -Dijo un muy decepcionado Dumbledore.
-Y pensar que te habíamos alejado del mal camino -Dijo Alastor negando con la cabeza.
-Bien, si no hay otra interrupción -Dijo Albus algo cansado -Pueden seguir con su procedimiento.
-¿De que hablas Álbus? -Le dijo Sara preocupada, ya que sintió él brazo de Alastor jalando él suyo.
-Barty fue encontrado muerto, ayer...en él bosque. -Contestó él.
Ella y Snape abrieron los ojos como platos.
-Y todo apunta a que fueron ustedes dos -Le explico Alastor levantándola.
-Pero yo no lo mate...yo no estaba...anoche yo...-Negó con la cabeza, no podía hablar de lo que había pasado anoche.
-Sara, aunque me cueste decirlo, se que eres la única capaz... Severus
no podría con él cargo de culpa y se hubiese entregado él mismo -Le dijo Dumbledore -¿Y si no fuiste tú? ¿Donde estabas anoche?
Sara observo a Severus y con movimiento imperceptible de labios formo la palabra "No".
Ambos sabían que aunque su vida dependiera de ello no dirían que se habían casado la noche anterior, ya que casarse y tener sexo, no era lo único que habían hecho anoche. Su vida corría peligro y cualquier cosa que los comprometiera mas de lo que ya estaban significaba puntos menos a su favor; además tenían él grandísimo detalle del ministerio... Contradecir al ministerio con su historial significaba una sentencia.
-Notifiquen a Azkaban que encontramos al culpable de la muerte de Barty Craunch -Dijo Alastor con voz seria.
-¡Pero yo no hice nada! -Reclamó exaltada- ...¡Revisen mí varita si es necesario!
-No hay nada que pueda hacer, para comprobar tú posible "inocencia "-Le comento Albus
-¡Yo se que probara su inocencia! -Dijo una persona a la entrada del Gran Comedor.
-Lowren -Susurro Sara.
Lowren le entrego una carta a Alastor.
-Ahí queda completamente explicado que hacían ellos dos anoche -Hablo con tranquilidad.
Sara le miro extrañada y solo pudo mover los labios para formar una sonrisa de alivio.
-¿Estuvieron ayudando a entrenar a los futuros aurores?...-Dijo él cazador- vaya...es por eso que no podían...
Y pronto toda sospecha fue cubierta por excusas y buenas mentiras por parte del auror y del matrimonió.
Sabiendo que este número les costaría muy caro, Sara y Severus le agradecieron a Lowren preguntando él por que de su visita.
Él les explico que las cosas en él mundo mágico iban peor de lo qué, incluso Dumbledore sabia, mucho peor...y por ende eso incluía a Sara.
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Que les parece?
Quieren ver él capitulo de la boda?
O lo dejo a la imaginación?
AVISO!!
TENGO NUEVO FIC DE SNAPE
Este sera SeverusxGinny
Leanlo espero su apoyo. ;D
Besos y cerveza de mantequilla
B.J.
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¿Elogiandome?
Desde aquel día, Dumbledore vigilaba todo él día a Snape y Sara, quienes poco a poco comenzaron a darse cuenta.
A pesar de eso, no se sintieron ultrajados por la poca intimidad que les dejaba él director, sino tranquilos por la protección involuntaria que le brindaba.
-Entonces... ¿Tienes un regalo para mí? -Dijo Snape en tono sarcástico, mientras ambos terminaban de arreglase para ir a desayunar.
-Pues, aunque lo digas así; sí, tengo un regalo para ti.-Le dijo ella arreglando su vestido.
-¿Algun motivo en específico? -Hablo Snape con pesadez.
-He terminado mi trabajo estupendamente.-Dijo Sara con alegría.
-Y según tu lógica, te elogias...¿Elogiandome?-Cuestionó Severus
-Bah, calla... Intento ser buena contigo; pero llegaremos tarde si me sigues cuestionando.
-Entonces vámonos-Le indico él abriendo la puerta.
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Llegaron al Gran Comedor antes de que dieran las siete de la mañana, ya que Dumbledore comenzaba a sospechar incluso si demoraban un par de minutos más.
-Buenos días -Les saludo MacGonagall, cuando ocuparon sus lugares
-Buenos días Minerva -Le dijo Snape formalmente.
-Hola Minnie -Le dijo Sara cortésmente.
Pronto la mesa de los profesores comenzó a llenarse de pláticas amenas en torno a la ultima prueba del torneo de los tres magos, que tan soló se celebraría en tres semanas.
-¿Saben sí ya han llegado las esfinges de Egipto? -Preguntó Minerva
-Sí, llegaron ayer por la tarde. Me parece que solo faltan dos boggarts más y terminaremos con él laberinto -Le comunicó
Sara.
- Aún no -Dijo Severus- Faltan los hechizos de protección.
-Cierto, había olvidado ese detalle... -Sara negó con la cabeza. - Últimamente olvido las cosas.
-Bueno, eso es normal debido a tu larga lista de actividades -Le dijo Snape.
-Claro...-Dijo negando con la cabeza- Tengo que hacer unas cuantas cosas -Ella se disculpo y levantándose de la mesa, salió del Gran Comedor ante la inquisitiva mirada de Albus Dumbledore; en cuanto se perdió de vista, él director se dirigió a Severus para preguntar él ¿porque? Sara había salido... Siempre era lo mismo, cualquier excusa era sospechosa para Dumbledore.
-Sara sale mucho últimamente...¿No es así? -Comento él director, mirando desde sus gafas de media luna.
-Así es, pero tú también saldrías todo el tiempo sí estuvierás encargado de la organización de la ultima prueba. -Le respondió Severus tan tajante como siempre -La cuál, sino mal recuerdo es tú responsabilidad.
-Preferí dejarlo en las mejores manos-Contesto tomando de la copa que tenia al frente.
-Pues sí ya estas enterado del porque esta tan ocupada, deja de preguntarme todos los días -Dijo Snape levando una taza de café a su boca.
-Yo sólo lo digo, por qué resulta raro en Sara, él dejar él plato intacto.-Dicho esto Albus se levanto y salió del Gran Comedor.
En eso tenia razón él director, desde hacia meses Sara no comía su plato entero. Pero, después de todo él estrés al que estaba sometida era extenuante, si ella no hacia bien su trabajo en la tercer prueba, seria un punto menos a su favor.
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Hasta bien entrada la noche y después de haber hecho más de mil hechizos protectores en él laberinto a las afueras del castillo, Sara pudo dar por terminada su tarea de proteger y organizar el dédalo; solo faltaba colocar la copa que elegía al ganador y la ultima prueba podría realizarse sin falla alguna.
Sin muchas ganas de ir al Gran Comedor y comenzar con un terrible y largo interrogatorio por parte del director del colegio, camino con denotada pesadez hasta su cuarto, qué desdé hacia cinco meses compartía con el profesor de pociones. Ni siquiera toco cuando llego a la habitación, ni se percato de que ahí dentro, Dumbledore no dejaba de preguntar por ella, sólo pudo sentirse consciente cuando cayo rendida en la cama.
Y no fue hasta horas después de que se dio cuenta de que Snape se encontraba a su lado revisando algunos pergaminos.
-¿Y cuál era tu brillante sorpresa? -Dijo Snape socarronamente, mientras tachaba una pregunta de un pergamino.
Sara abrió lo ojos de golpe, se había olvidado por completo del regalo de su "prometido".
Se levanto de la cama y fue directo a la mesita de noche que tenia al lado, de ella saco un paquete de color azul índigo y listón plateado.
-¿Colores de Ravenclaw? -Le cuestionó Severus.
-En efecto, porque para tú regalo necesitaras la inteligencia de un Ravenclaw.-Le dijo Sara mientras lo veía con una sonrisa de oreja a oreja.
Severus abrió él regalo ante la mirada de felicidad de Sara. En esa gran caja había otras dos, las cuales hicieron dudar del regalo de Sara, ya que bien, podría ser una broma.
-Anda, abrelos
-Le insistió ella, casi saltando de emoción.
-¿No es una treta verdad? -Preguntó Snape.
-Claro que no...-Ella le dio un beso en los labios- abre ambos y sabrás la sorpresa.
-¿El que sea?
- Así es.
Severus negó con la cabeza. Primero tomo él mas pesado, él cual desenvolvió rápidamente para terminar percatándose de que se trataba de un libro.
-Pedagogía para infantes...-Leyó él
-Es para que dejes de amenazar a tus estudiantes- Contesto Sara con sinceridad.
Snape hizo una mueca de lado y prosiguió en abrir él siguiente paquete; dentro de éste, estaban dos objetos que dejaron perpleja su mente.
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Al día siguiente, durante la comida, varios aurores de diferentes partes del mundo llegaron al castillo a la espera de presenciar la última prueba de los tres magos.
-Un excelso trabajo -Dijo con notable acento un representante de Uagadou.
-Me parece magnífica la idea de un laberinto -Hablo el subdirector de Castelobruxo.
-Y después de su periodo como ayudante del profesor titular, ¿qué espera hacer? ¿Tiene algún trabajo en mente? -Le pregunto un auror.
-La verdad... No. -Contestó ella. -Estaba pensando tomar un año de descanso.
-¿Segura?...-Hablo Minerva- Es que estás en la edad precisa para viajar, conseguí un buen trabajo... Además con tu intelecto puedes hacer cualquier cosa; trabajar definitivamente es una gran oportunidad para conseguir hombres -Le dijo la mujer.
Hacía dos semanas, Dumbledore había puesto en contra a todos sobre la relación de Snape y Sara. Estas medidas no era algo qué ellos dos no se esperarán, lo único que les había sorprendido es la rapidez con la que el director cambio de opinión.
Sara torció los labios.
-La verdad Minerva -Dijo Sara hostilmente- no necesito conocer más hombres.-Se levantó de la mesa de los profesores y sin disculparse salió notablemente furiosa del Gran Comedor.
Los invitados permanecieron tan callados, que parecían haberles hecho un hechizo silenciador.
-¿Que pasó? -Dijo en portugués el subdirector de Castelobruxo.
-Nada que le incumba - Le aspecto Snape, él cual de la misma manera en que salió Sara, hizo él.
-Los ingleses son muy raros - Exclamó el representante de Uagadou, tomando una gran porción de cereal.
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Como dije antes -y si no lo he dicho, de una vez lo hago- estos son los últimos capítulos de la primera parte, así que disfruten los capítulos que nos quedan.
Por lo tanto fantasmamitas comenten, voten y denme alegría para escribir.
Y para todos los que leen el fic, en la madrugada.
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/▌ ¡Aecus Visus!
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Hasta el siguiente capítulo y Félix felicis hasta entonces.
B.J.
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La Ultima Prueba
- Tu propuesta me suena a misión suicida; pero, que yo recuerde la orden sólo se necesita en caso de...-Dijo Sara negando con la cabeza
-Así es querida, en caso de que Lord Voldemort regresara- Continuo Albus, como si hubiese leído su mente.
-¿Entonces que quieres que hagamos?- Pronunció Snape por primera vez dentro del tiempo en que estuvieron ahí.
El director se levantó de su asiento y acarició delicadamente la cabeza del Fénix, el cuál descansaba en un cercano perchero.
-Bueno, es más que obvio... Ambos me dieron su lealtad en un momento de necesidad. Así qué, es hora de comenzar a contribuir con su pago- Dijo Dumbledore en tono tranquilo.
-No me uniré a la orden del Fénix -Hablo Sara tan calmada que parecía perturbador su aparente tranquilidad.
-Lamento informarte querida, qué ninguno de los dos tiene muchas opciones para elegir -Insistió el director.
Ella se levantó de su asiento, fastidiada por la situación tan parecida a la de años atrás.
-Albus... Es que... -Tartamudeo ella- no...yo...la verdad es que...-Movió la cabeza- ¡No lo hago y punto final!
Y con un crakc, desapareció de la habitación, dejando al director en la compañía de Severus. Ambos se miraron atentamente, como sí en cualquier momento uno pudiera atacar al otro.
-Por que siento que hay algo que no me están contando -Exclamó Dumbledore.
-Esa misma sensación es la que tenido yo, desde que trabajo contigo -Le comento Severus.
💕 💕
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Todo el ruido que habia en el castillo era impresionante. No había lugar en el colegio donde el júbilo y los buenos deseos no rondarán.
Precisamente, ese día, las clases habían terminado más temprano de lo normal, igual que al principio del curso.
-Se les solicita a todos los profesores, a la entrada del castillo -Dijo la profesora MacGonagall desde un altavoz.
Sara fue la primera en llegar al lugar, ya qué, ella era la organizadora de todo. Poco a poco el profesorado comenzó a llegar a la entrada principal.
-Mmmm...Pues...-Titubeo ella- Hoy es la última prueba del torneo, así qué debemos de estar aún más atentos, para que no haya ningún percanse. Como bien saben hay criaturas y plantas muy peligrosas ahí dentro, las cuales nuestros campeones tendrán que enfrentarse.
-Ahora, cada jefe de casa llevará a sus respectivos estudiantes al laberinto, dónde están instaladas unas gradas, para ser espectadores del torneo -Indicó Minerva.
-Recuerden mantener el orden de los alumnos al momento de iniciar la prueba -Dijo Sara -Y sobre todo, que no haya disturbios en caso de que el colegio no gane.
Todos asintieron con la cabeza.
-Bien, si ya todo a quedado claro...Cada uno vaya a su puesto. -Dijo la subdirectora dispersando a los profesores.
Sara se quedó en compañía de Severus, quién rápidamente noto su nerviosismo.
-Segura qué, nadie va a morir.-Pregunto Snape haciendo un gesto de molestia.
-N-No se...-Sara negó con la cabeza- Quiero que todo salga perfecto, pero al mismo tiempo, que sea un desastre,
para perder la confianza de Dumbledore y no entrar a la orden.
Aquel tema, era algo que ambos no podían sacarse de la cabeza desde la reunión con el director.
-Severus, simplemente no lo haré.-Declaró ella mirándolo a los ojos.
-No tenemos opción, al menos uno debe de aceptar -Comento Snape acercándose a ella.
-No. Ser mortifago o pertenecer a la orden tiene el mismo destino...una muerte segura -Hablo Sara tomando las manos de su "prometido"- Por favor, no lo hagas, encontraremos la manera de salir bien librados de esta.
-Sabes que no hay otra manera -Le Dijo Snape con el mismo tono seco que en sus clases, soltando sus manos -No es que quiera morir, pero, prefiero ser yo, que arriesgarte a ti.
Sara bajo la cabeza y simplemente se alejó de Severus. No tenía ganas de volver a tener esa discusión, o por lo menos no por ahora.
Se dirigió al laberinto, el cuál a muy temprana hora había estado rodeado de gente, entre ellos, reporteros del profeta y algunos aurores del Ministerio.
-Ha quedado perfecto -Dijo Alexander a sus espaldas.
-Sí, supongo que sí -Comento Sara, no muy animada.
-¿Discutieron? -Pregunto su amigo.
-Algo así. -Dijo ella girándose hacia él.
-A nosotros también nos ha ofrecido entrar -Dijo Alexander.
Su amiga abrió mucho los ojos; le había toma por sorpresa tal noticia.
-¿De verdad?...¿Aceptaron? -Inquirió ella.
-Lamentablemente sí. -Le Contestó Alex- Elizabeth y yo, pensamos qué, sí queremos un mejor futuro para nuestros hijos, es muy buena idea apoyar una causa que lo va a lograr.
Sara suspiro
pesadamente. Todo el mundo parecía haber entrado a la orden, esperando que ella también lo hiciera, pero, por más que se planteaba entrar, era mayor su miedo de terminar tres metros bajo tierra.
-Muy en el fondo sabes que tarde o temprano va a pasar -Dijo Alexander poniendo una mano en su hombro.
Ella se quedó pensando durante un largo tiempo, ni siquiera noto que los minutos pasaron y comenzaron a ocuparse las tribunas.
Pronto aire se llenó de voces excitadas y del ruido de pisadas de cientos de alumnos que se dirigían a sus sitios, lo que hizo reaccionar a la profesora y comenzar a organizar a los alumnos.
Hagrid, el profesor Moody, Dumbledore, la profesora McGonagall y el profesor Flitwick llegaron al estadio y se aproximaron a Sara y los campeones.
-Lista.. -Dijo el Director, sacando la varita de la túnica.
-Creo que no -Contesto Sara despabilandose.
Dumbledore trato de llamar la atención del público, pero al no conseguirlo, uso un hechizo que amplificará su voz.
-¡Sonorus! -Recitó él.-¡Brujas y Magos, va a dar comienzo la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos! Permítanme que les recuerde el estado de las puntuaciones: empatados en el primer puesto, con ochenta y cinco puntos cada uno... ¡el señor Cedric Diggory y el señor Harry Potter, ambos del colegio Hogwarts! --Los aplausos por parte de las cuatro casas de Hogwarts no se hicieron esperar- En segundo lugar, con ochenta puntos, ¡el señor Viktor Krum, del Instituto Durmstrang!. Y, en tercer lugar, ¡la señorita Fleur Delacour, de la Academia Beauxbatons!.
La
banda de música comenzó a entonar el himno de los tres colegios; los cuáles, al término, guardaron un sorprendente silencio.
-Recuerden qué, en caso de que tengan la necesidad de salir...lancen chispas rojas con sus varitas -Explico Sara -Y ojalá tengan suerte al encontrar la Copa, el profesor Moody la escondió muy bien.
Los cuatro campeones asintieron.
-Entonces... cuando sople el silbato, entrarán Harry y Cedric! -dijo Dumbledore- Tres... dos... uno... -El pitido sorprendió a los chicos, que en un principio no supieron que hacer.
Ambos corrieron dentro del laberinto, seguidos por los otros campeones. Pronto comenzaron los cotilleos y pronósticos acerca de los resultados finales.
Un auror se acercó a Sara, la cuál, estaba pendiente del cielo por si había algún avistamiento de chispas rojas.
-Señorita Dumbledore...Ya comenzaron a vigilar el exterior del laberinto -Le informó esté.
-Gracias -Dijo sin más.
-Presiento que estás tensa -Dijo Moody mirando la entrada del laberinto junto a ella.
-Ahora también eres adivino -Comento Sara
-No. -Contestó el auror- Pero algo te aqueja desde hace días.
Sara suspiro lentamente- Pues, Albus cree que Voldemort ha reunido a los mortifagos para retornar... Pero yo no opino lo mismo... No... no hay pruebas que afirmen sus teorías.
-Ya sabes cómo es Albus, siempre ve algo más -Dijo Moody.
-Ese es el problema... A veces no hay nada "más "-Le contestó Sara.
-¡Chispas rojas! -Grito Dumbledore, haciendo mirar al
cielo a todos los asistentes.
Pronto, los aurores se movilizaron y comenzaron a conjurar hechizos para sacar al participante del laberinto.
-De seguro fue el boggart que pusimos -Dijo Sara esperando que la chica fuera sacada por personal del Ministerio.
Al salir, la chica estaba totalmente horrorizada, no paraba de sollozar y balbucear incoherencias, algo que alarmo notablemente a la audiencia, ya que se observaban varios cortes en los pómulos y restos de sangre en la barbilla.
-¿Que sucedió? -Pregunto Sara, examinando a la competidora.
-Vig-vigtog Kugm -Formulo la joven.
Varios hicieron un sonido de exclamación, denotando la sorpresa por la aclaración chica.
-Te das cuenta de que esa es una acusación extremadamente grave -Dijo Sara tratando de interrogar a Fleur. -Tienes que decirme exactamente lo que paso...
-Estaba en un callejón sin salida en el labeginto... cuando caí con una gama y cuando la tagtaba de quitag, alguien me empujo y comenzo a atacagme...y cuando al fin pude veg su cagga, ega kugm...-Hizo una pausa, tratando de controlar vagamente su respiración- Solo que tenia los ogos pegdidos... y fuega de si...luego...un chico me gestcato y lanzo chispas gojas...y coggio paga ahuyentag a Kugm.
Los periodistas que estaban cerca, no tardaron en tomar una detallada nota que los dejo en silencio un par de minutos, antes de formular preguntas amarillistas.
Mientras tanto, los profesores comenzaron a sacar las conclusiones menos descabelladas que podrían haber ocurrido.
-Sin duda fue un error -Dijo Dumbledore -No creo capaz al señor Krump de hacer semejante cosa.
-Yo tampoco... Pero...creo que no hay muchas posibilidades de que él sea inocente.
-Entonces alguien tendrá que entrar al laberinto y verificar si lo que dijo la chica es verdad -Dijo Alastor tocando el hombro de Sara -Si no te importa yo lo haré...
-No. Todo esto es mi responsabilidad y no sería justo que mandará hacer el trabajo que me corresponde a mi. -Contestó ella muy decidida.
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Como ya sabrán estamos en la recta final... Eso quiere decir que el fanfic esta por acabar.
Agradezco a todas las personas que se hacen el tiempo de leer mi historia.♥y sobre todo a los que comentaron, agregaron a sus favoritos o dieron me gusta...
Si he tardado en actualizar, es por que estoy por hacer mi examen de admisión, cosa que me tiene muy preocupada.
Félix felisis.
B.J.
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Sangre y lealtad del heredero.
-No. Todo esto es mi responsabilidad y no sería justo que mandará hacer el trabajo que me corresponde a mí. -Contestó ella muy decidida.
-Estas segura que no quieres que nadie te acompañe, así no tendrías de que preocuparte -Dijo el auror esperando que Sara aceptará su ayuda.
Pero lamentablemente la necedad de la chica era mucho más grande.
-De seguro fue un simple susto o algo por el estilo -Sara saco su varita y la tomo con más fuerza de la necesaria.-Estoy segura de que en diez minutos estoy de vuelta.
Y con esto se despidió; camino tan deprisa a la entrada del laberinto que sólo pudo observar a Severus un par de segundos antes de que los arbustos obstruyeran por completo su visión.
Tuvo que entrecerrar los ojos para adecuarse a la terrible obscuridad que ahora la invadía, y cuando lo consiguió, pudo ver que se encontraba cerca de la Copa de los Tres Magos, ya que está despedía un resplandor que se podía observar con claridad.
Camino por uno de los pasillos, tratando de escudriñar entre las sombras. Hasta que escucho crujir algo entre las sombras e hizo ponerla en guardia de inmediato.
-Se...se...-Dijo una voz proveniente del suelo.
Prontamente Sara conjuro un "Lumus", para darse una gran sorpresa al ver que era uno de los competidores.
Éste, parecía estar herido y por el leve destello en sus ojos debía de estar confundido.
-¿Pero que...?-Ella lanzó chipas Rojas con la varita sabiendo que debía de rescatar al chico- Tranquilo en un segundo vendrán por ti.
Se alejó del joven y se dirigió al lugar
donde reposaba la copa. Inmediatamente Sara noto algo sumamente raro en el trofeo, pues emitía una especie de vibración; ella tocó las relucientes asas de la copa, y al instante, sintió una sacudida en el estómago. Sus pies despegaron del suelo. No podía aflojar la mano que sostenía la Copa de los tres magos: la llevaba hacia delante, en un torbellino de viento y colores. Y cuando esté se detuvo, callo de espalda contra el arenoso terreno.
Algo desorientada intento ponerse de pie, pero claramente fue un error, pues las piernas le temblaban como gelatina.
Se hallaban en el cementerio oscuro y descuidado de una pequeña iglesia, cuya silueta se podía ver tras un tejo grande que tenían a la derecha. A la izquierda se alzaba una colina. En la ladera de aquella colina se distinguía apenas la silueta de una casa antigua y magnífica, que en algún momento debió haber sido encantadora.
Suspiró lentamente, buscando su varita qué esperaba, no se hubiera roto. Jamás noto que alguien la estaba observando, ni siquiera que estaba a unos pasos de ella, sólo pudo percibir está presencia cuando él extraño le lanzó un hechizó que la dejo inconsciente.
Sólo unos gritos la despertaron de aquel sueño.
-¡Nooo!- Grito Harry, sacudiéndose, atrapado entre la hoz de una estatua.
-Harry -Dijo Sara, apenas con un hilo de voz.
No se podía mover, estaba encima del suelo, con una especie de hechizo inmovilizador, que no le permitía más que observa y mover con lentitud los labios.
-Ahora colagusano -Dijo una siniestra voz, proveniente de un manto qué
él hombre que le había lanzado el hechizó traía en las manos.
-Si amo -Contestó esté ante la orden.
Al hacerlo la capucha que tenía en las manos capucha, y Sara pudo percibir, a la luz de la fogata, una expresión de asco en el pálido rostro de Colagusano mientras lo llevaba hasta el borde del caldero. Luego vio, por un momento, el rostro plano y malvado iluminado por las chispas que saltaban de la superficie de la poción, y oyó el golpe sordo del frágil cuerpo contra el fondo del caldero.
Colagusano habló. La voz le salió temblorosa, y parecía aterrorizado. Levantó la varita, cerró los ojos y hablando ala nada recito.
-¡Hueso del padre, tomado sin permiso!- La superficie de la sepultura que se encontraba a los pies de Harry se resquebrajó. Horrorizado, vio que salía de debajo, un frágil hueso amarillento y caía suavemente en el caldero. La superficie diamantina del agua se agitó y lanzó un chisporroteo; arrojó chispas en todas direcciones, y se volvió de un azul vivido de aspecto ponzoñoso. En aquel momento, Colagusano estaba lloriqueando, como si dudará o no de seguir. Sacó del interior de su túnica una daga plateada, brillante, larga y de hoja delgada. La voz se le quebraba en sollozos de espanto. - ¡La carne... del sirviente...entregada voluntariamente... revivirás a tu señor! -Extendió su mano derecha, la mano a la que le faltaba un dedo. Agarró la daga muy fuerte con la mano izquierda, y la levantó. Sara no comprendió lo que iba a hacer, tan sólo un segundo antes de que ocurriera comprendió lo que ocurriría. Cerró los ojos con todas
sus fuerzas, pero no pudo taparse los oídos para evitar oír el grito que perforó la noche. Oyó un golpe contra el suelo, oyó los jadeos de angustia, y luego el ruido de una salpicadura que le dio asco, como de algo que caía dentro del caldero.
Ella ya no se atrevía a mirar, pero la poción se había vuelto de un rojo ardiente, y producía una luz que traspasaba los párpados e hizo irremediablemente abrir los ojos. Colagusano sollozaba y gemía de dolor, pero aun así camino hacia el muchacho quien se movía totalmente inquieto.-Sa... sangre del enemigo... tomada por la fuerza... resucitarás al que señor tenebroso
Sara contuvo el aliento, pues el silencio de la noche había sido sustituido por interminables jadeos y gritos de dolor; mientras colagusano cortaba la piel de Harry para poder extraer su sangre, ella trato de hacer magia no verbal y liberarse del hechizo, pero tal acción parecía imposible.
Colagusano vertió la sangre de la daga en el caldero, el cuál parecía a punto de explotar; así, él se acercó a Sara.
-La...lealtad que le profesas a tu padre...es su garantía, y la sangre que corre por tu venas, lo traerá de vuelta. -Dijo Colagusano, tomando la varita y apuntando con la mano que aún conservaba. -Imperio.
Ella conocía bien aquel maleficio, lo había practicado tantas veces que conocía perfectamente cada una de sus cualidades. Aun así, no pudo librarse de sus efectos a pesar de saber el remedio. Colagusano hizo qué se levantara, guiándola hacia el caldero y haciéndola colocar unas gotas de sangre "voluntariamente".
El caldero comenzó a burbujear
y en un dos por tres, explotó, lanzando fragmentos por todas partes. El estallido dejo sorda, (momentáneamente), a Sara; la cuál aprovechó la confusión para tomar la varita de Colagusano.
Inmediatamente corrió hacia Harry Potter, intentando liberarlo de la estatua sobre la lápida.
-¿Harry, estas bien? -Pregunto Sara, articulando las palabras con dificultad.
-Profesora...-Intento decir el chico, preocupado por lo que había detrás de Sara.
-Pero que grata sorpresa -Comentó una voz tenebrosa detrás de ellos.
La temperatura pareció haber bajado varios grados con esas cuatro palabras. Inmediatamente ella le hizo frente al autor de la voz, si algo debía de pasar tenía que ser rápido. Sara inspecciono cautelosamente el rostro del mago, esperando encontrar algún rasgo familiar, el cual no encontró; pensaba encontrar a un hombre al cual temer, no un monstro parecido a una serpiente.
-Colagusano, mi varita, debo de darle a los invitados un buen recibimiento- Dijo el mago obscuro, mirando con desdén al otro.
-Si amo -Contestó su vasallo haciendo una reverencia y entregándole la varita mágica.
-Levanta el brazo-Ordeno Voldemort al tener la varita en su mano.
-Amo, gracias amo.- Contesto agradecido.
-¡No!, el otro brazo.
Todo aquello parecía ser una completa mentira, el segundo mago más poderoso de todos los tiempo estaba de regreso, y no solo eso, al parecer todos sus seguidores continuaban a su lado. Ya qué al invocarse la marca tenebrosa varias personas aparecieron en el cementerio.
Ninguno dejaba ver ni un solo centímetro de piel o cabello que pudiera reconocer alguien, todos estaban cubiertos por túnicas y capas de color negro, tapando su cara con una máscara en forma de cráneo.
-Piensa Sara, piensa...-Se dijo así misma esperando salir viva de ahí.
-Profesora...-susurro Harry- que tendremos que hacer.
Ella giro hasta ver claramente al muchacho.
-No lo sé...
Suspiro, y Tardó un momento en percatarse que todos la observaban, ocultos tras máscaras de hueso.
-Como verán, hoy tenemos la particular presencia de la señorita Sara Dumbledore. Ahijada del mismo director -Comentó Voldemort haciendo un ademán hacia la mujer.-Debes de conocerla ¿No es así Lucius?
-Así es mi señor, me parece que es maestra de mi hijo.-Contesto el mortifago con voz sepulcral.
-Así que educadora...-Dijo él Lord- me parece que tu padrino ha hecho bien en alejarte de las artes obscuras, así no supondrás un reto al eliminarte.
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Espero les guste...y sigan comentando. Tenía algo más que decir....mmm...Oh...cierto. En estos meses comenzaré con la preparatoria, pero descuiden, publicaré más seguido.
Este tiempo me he retrasado por qué he tenido demasiadas cosas que hacer y planear, pero ya me haré tiempo para escribir, ya que aparte de "Casualidades" pondre en marcha otro fanfic, aun no se cuando exactamente publico el primer capitulo, pero esten atentos.
Besos de cerveza de mantequilla.
BJ.
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Un plan
Morir....Aquella palabra que ponía en duda la valentía de cualquier hombre. Sara, todavía no estaba lista para su muerte, apenas había comenzado una nueva vida al lado de Severus. Y no planeaba echar a la basura aquel deseo.
-Es lamentable tener que asesinarte, pero...no me es conveniente que sigas viva. -Dijo el Lord caminando entre sus mortifagos.
Que podía hacer en aquella situación...
Esperar por un plan.
Observó a acada uno de los hombres ocultos tras la máscara, temblando como árboles al correr del viento, algunos incluso parecían haber dejado de respirar.
-Asi como también es lamentable que no todos los hombres que alguna vez consideré aliados están aquí -Expuso el Lord acercándose a Sara.
-Supongo que no eran tan allegados a ti, como piensas -Hablo Sara en tono retador.
-¿Eso crees? ... Entonces por qué comienzan a llegar...
Ella giro la cabeza hacia el cielo, esperanzada que no fuera lo que pensaba.
Diversas formas brumosas se aproximaban al cementerio, aterrizando al lado del Lord.
-Sabia que no declinarían -Saludo Voldemort haciendo ademanes con la varita.
A pesar de su disfraz, Sara pudo distinguir a uno de ellos.
Severus.
Conocía perfectamente cada detalle de él, incluso en la oscuridad; parecía tan raro que todo esto estuviera pasando y en especial que el se encontrará ahí. Aunque, era más que obvio.
- Tendrán una escusa muy buena para haber llegado tarde -Dijo el Lord acercandose tanto a Sara, que podía oír los latidos de su corazón.
-Mi señor, el ministro de magia necesitaba que yo
estuviera...-Dijo uno de ellos
-Entonces es más importante un traidor que tu propio señor -Dijo Voldemort negando con la cabeza. -Crucio...Crucio....
El mortífago se retorcía en el suelo, hasta quedar inconsciente, dejando en claro que Lord Voldemort era aún menos tolerante que la última vez.
-Me sorprende cómo es qué, en algún momento fueron tan valiosos a la causa y ahora no son más que viles gusanos.-Dijo él mago obscuro.
Mientras su...padre, insistía y torturaba a los diferentes mortífagos ella no perdió el tiempo y comenzó a buscar una salida.
Aún seguía ahí Harry Potter esperando que algún milagro le salvará, sin embargo eso no sucedería, tendría que hacer más que una ingeniosa plegaria.
-Harry -Sara llamó su atención lo más discreto posible.
-Profesora...No podremos contra todos -Susurro el chico.
-No si trabajamos en equipo. Yo lo distraigo y tu intentas liberarte, así tendremos una oportunidad para escapar -Contestó haciendo sonar todo tan fácil. -Pero solo funcionara sí, pase lo que pase te irás de este maldito lugar.
-Pero...-Contradijo el pelinegro.
-Te. Irás. De. Este. Maldito. Lugar -Puntualizo ella, esperando dejar bien claro el asunto.
Solo tendrían una prqueña oportunidad, y sabía que sólo uno podría salir.
Armandose de mucho valor y algo de estupidez pudo hacerle frente al hombre que la había engendrado.
-¡Ja!, Te lo había dicho TOM, no son más que mentirosos con una habilidad increíble de mentir.-Se atrevió a gritar.
Todos la observaron, comprobando así que ella está completamente loca.
-Comó te atreves a faltarle el respeto así a un hombre tan poderoso -Pregunto uno de ellos con irá.
-¿Un hombre? ¿A caso una serpiente puede ser un hombre?...No, creo que no -Dijo ella.
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Adelanto...
-Si en verdad es tanta lealtad que me profesas Severus, tendrás que matar a la ingenua de mi hija.
-Si mi señor.
"Solo hazlo" Dijo Sara con la mirada...
X-X
Lo sé ...¿Les gusto? -sale corriendo antes de que la maten.- pero se detiene un Segundo, se pone un sombrero de maestro de ceremonias y se sube a un banco.
Lectores...se acerca el final, ¿Quieren una segunda temporada?...o...Bien se puede zanjar todo en un solo capítulo.
-Muajajajajaja.
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Un casi final.
Todos la observaron, comprobando así, qué ella estaba completamente loca.
-¿Comó te atreves a faltarle el respeto así a un hombre tan poderoso? -Pregunto uno de ellos con irá.
-¿Un hombre? ¿A caso una serpiente puede ser un hombre?...No, creo que no -Dijo ella mirando con odio a Voldemort -Un mounstro que mató a mi madre y me dejó sóla desde que era una niña, tal vez.
-Veo que sabes lo que le paso a la inútil de tu madre -Contestó el Lord haciendo una especie de sonrisa- Supongo que es algo que debes saber, si, lo debes saber. Ella pudo haber tenido todo con el simple hecho de criarte en base a mis ideales, sin embargo sus estúpidos impulsos la llevaron a un error.
-¿Y por eso la tenías que matar? -Cuestionó en tono sarcástico.
-Por supuesto. Personas como ella debería dejar de existir -Respondió mirando a los ojos a la mujer.
Sara observó de reojo al niño que vivió, escuchando con melancolía los relatos de su vida. No quería que sintiera remordimiento de dejarla ahí, así que hizo lo que debía.
Le escupió a Lord Voldemort con todas sus fuerzas, logrando vencer el hechizo que la tenía atrapada. Arrebatado de improviso la varita magica de un mortífago cercano, creo una distraccion lo suficientemente buena para efectuar su plan.
-Me sorprende con cuanta facilidad puedo librarme de ti, tal vez todas esas historias de tu grandeza sean simples cuentos para asustar a los niños -Dijo ella con rabia.
A lo lejos pudo observar
como Harry Potter caía del agarre de la estatua estrellándose contra el suelo sin que nadie se diera cuenta.
Respiró profundamente antes de mirar a Severus, quién no creía la estupidez que acababa de hacer.
-Mis poderes no deberían ser cuestionados por tí -Dijo Voldemort levantando las manos en son de paz- tranquila...debemos de tener una conversación pacífica. -Se burló.
Dicho eso le siguieron varias risas compradas, llenas de miedo y horror.
Todo marchaba bien, en cualquier momento ella también podría salir corriendo. Sin embargo algo la sujeto fuertemente del cuello, haciéndola soltar un grito de sorpresa.
Intentó girar y observar a su agresor, pero tan sólo al sentir las hileras de botones de una conocida levita supo que no todo iba tan bien.
-Bien hecho Severus -Dijo él Lord observando como su hija volvía a ser capturada.
Ella intentó liberarse del agarre de su esposo, pero él solo la tomó más fuerte.
-Me sorprende que esa misma estupidez de tu madre se vea reflejada en ti -Dijo con repudio.
-Tal vez la estupidez viene de familia...-Contestó irónica.
El Lord sólo mostró sus dientes amarillentos e hizo un ademán con la mano que hizo a todos apuntarle con firmeza.
-Si en verdad es tanta lealtad que me tienes Severus, tendrás el honor que matar a la ingenua de mi hija.-Ordenó Voldemort con total seguridad -No creo que sea de mucha ayuda, así que no me servira.
Era así como todo un plan de escape de iba por el caño.
-Si mi señor - Contestó mecánicamente, tratando de reaccionar del shock de la propuesta.
Observó la expresión por unos minutos,
olvidando por completo que el también tenía intenciones de contribuir con el plan de ayudar a escapar a Harry Potter y a su esposa.
"Solo hazlo" Dijo Sara con la mirada, comprendiendo el dilema en el que se debía encontrar el amor de su vida.
Ambos habían conversado un par de veces acerca de los riesgos que podría representar trabajar para la orden. Y uno de ellos era morir a manos del otro, en aquel entonces la idea era una reverenda barbaridad, pero ahora era tan real e inesperado que no sabían a ciencia cierta si debían seguir con la farsa.
-Más te vale Severus que termines pronto, o sino vendrán los Aurores a rescatarla -Dijo Lucius Malfoy sospechado de la ineficacia de su amigo.
Asintió con la cabeza, sabiendo que El señor tenebroso estaba a la espera del asesinato de su hija.
No podría hacerlo. Ni siquiera tendría la valentía de apuntarle, ella era el amor de su vida. Siempre había estado con el, incluso cuando la mandaba al demonio Sara estaba a su lado. Siempre...
Haciendo uso de algún poder sobrenatural situó a su mujer frente a él y sin mirarla apunto su varita directo a su pecho.
Un destello de luz hizo voltear a todos ignorando la escena de muerte que se llevaba a cabo.
El niño que vivió había tomado, frente a las narices de todos el traslador de regresó a Hogwarts y aunque no era necesario y era completamente inútil, tomo el cadáver del chico que lo acompañaba.
Severus no perdió el tiempo y mientras todos miraban hipnotizados la cara de furia de su amo, conjuro un hechizo.
-Avada Kedavra -Dijo apuntando al suelo.
El "cadaver" de ella se encontraba en el suelo, con la mirada vacía y sin aparente pulso.
-¡¿Quién permitió que eso pasara?!-Gritó Voldemort a punto de lanzar fuego por la boca.-Les aseguro que el responsable tendrá su merecido. Y está vez no seré tan bondadoso.
Todos quedaron en silencio. Nadie se atrevía a mover ni un músculo hasta que su amo no les diera la orden.
-¡Todos largo de aquí! -Dijo él Lord totalmente furioso.
No les tuvo que decir dos veces a sus mortífagos para que la mayoría de ellos salieran corriendo de ahí.
Sin embargo no podía pasar por alto el hecho de que sus mortífagos más leales hubieran llegado tarde.
-¿Severus por qué habías tardado tanto al acudir a mi llamado? -Preguntó con histeria
Él no tuvo que pensar dos veces su mentira.
-Dumbledore comenzó a sospechar de la prueba y mientras me inventaba una excusa lo convencí de que sólo era un retraso de los jóvenes -Dijo Snape sin rastro de preocupación
Voldemort dudo un par de segundos antes de aceptar esa versión de la historia.
-Bien... Ahora tira el cadáver. No quiero dejar la evidencia aquí -Comentó mirando a Sara.
-Por supuesto -Dijo Severus tomando a su mujer.
Antes de irse, el Lord le indicó con la mano que se acercará.
-En un par de horas los volveré a llamar y quiero que estés presente.
....................&..................
Todo el público estaba alterado. Harry Potter había llegado con el cadáver de Cedric Diggori y terribles noticias.
El mago más temido de todos los tiempos había regresado. Era inminente el caos que se desataria los próximos días. Sin embargo ahora el único asunto importante era, al padre destrozado llorando por la muerte de su hijo.
-¡¿Por qué?! -Gritaba el padre con lágrimas en los ojos.
La escena era perturbadora, pero lo suficientemente importante para desviar la atención de la desaparición de cierto profesor de pociones.
Aunque no pasó mucho tiempo para que el regresará tranquilamente con Sara en brazos. A la vista de todos los asistentes ella estaba muerta. Su acto de presencia provocó una inquietud más grande en la multitud.
-¿Severus que le paso a Sara? -Dijo Alexander mirando el cadáver
-Esta muerta - Contestó Snape con calma.
Todos abrieron los ojos de par en par, negando el hecho de su muerte. Aunque era muy difícil, varios gritos y llantos apagaron el silencio que gobernó a los espectadores por unos segundos.
-¿Como que está muerta? -Inquirio Albus Dumbledore sumamente preocupado.
-Sí Albus, es el estado de todo ser vivo cuando sus cualidades son inexistentes -Dijo Severus recostando a Sara en el pasto.
Nadie podía creer sus palabras, pero una imagen valía más que todas ellas, y lo que se podía observar era el cuerpo sin vida de Sara.
La chica que había llegado a Hogwarts para ponerlo de cabeza, parecía estar inmersa en un dulce sueño.
No habría más locuras por parte de la profesora que había logrado enamorar a él profesor más temido de Hogwarts. Y todo parecía apuntar que a él no le importaba.
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Epílogo.
Aún no podía creer como había ocurrido todo. Barty Crouch Jr. Se había disfrazado de Alastor para sabotear todo el torneo y conducir a Harry Potter a una trampa mortal. Aunque tenía bastante sentido si se le veía de otra forma.
Al final el criminal había sido llevado a Azkaban, los muertos habian recibido un funerla digno y todos estaban impactados por los acontecimientos recientes, nadie daba crédito a lo que había ocurrido.
Así qué el día del entierro de Cedric Diggori y Sara Dumbledore todos estaban en un estado de negación total.
Sus amigos a pesar de llorar desconsoladamente, tenían la leve esperanza de ver a Sara salir del ataúd riendo por hacer una gran broma. Aunque no sucedió. Uno a uno depósito una flor en su tumba, dejando a Snape al final.
Sorprendentemente el no había mostrado rastro de culpa, ahora todos sabían que el había matado a su mujer, debido a que el mismo lo declaró en una junta de la orden.
Elizabeth, Alexander y Luh le reprocharon cruelmente , dejando en claro que no querían saber nada de él.
¿Como era posible que pudiera dormir por las noches?
Parecía imposible.
Terminado el sepelio, Severus salió corriendo de ahí, ignorando los desesperados llamados de Albus Dumbledore.
Pero no se detuvo, no hasta que llegó a las afueras de Hogwarts, cruzando el bosque y saliendo por la puerta principal.
No muy lejos de Hogsmedae se encontraba una casita bastante modesta,
de la cual nada sospechoso parecía suceder.
En ese pequeño inmueble, reposaba sobre la cama de uno de los cuartos el cuerpo de Sara.
El cuál, con mucho esfuerzo y mentiras pudo tomar y llevarlo hasta ahí.
Ella seguia igual de hermosa que siempre, sólo que algo descolorida y en aparente putrefacción.
Aún así Severus le dió un beso al llegar a ella. Sin importar como se viera tomo una de sus manos heladas por la falta de circulación y comenzó a murmurar un poderoso contra hechizo.
Un conjuro tan poderoso que hizo bombear sangre del corazón de Sara y traerla nuevamente a la vida. Sólo espero un par de segundos antes de volver a ver sus ojos de color violeta.
-¿Te encuentras bien? -Preguntó Snape sumamente preocupado.
-Sí -Dijo Sara con la voz ronca- Sólo algo confundida.
-Es normal, estuviste "dormida" durante días -Dijo Severus acariciando la mano de su amada con amor.
-Todo salió bien -Preguntó ella con cierto nerviosismo.
-Por supuesto. Si tú estás viva quiere decir que nada más en este mundo puede estar mal -Respondio su marido besando su frente.
Ella le dedicó una sonrisa y acarició su cara con la mano libre.
-¿Todos creen que estoy muerta?...
-Por supuesto, tal como habíamos acordado.
-Perfecto. -Dijo ella haciendo un espacio en la cama para Snape.
El cuál no dudo en ocupar.
-Me alegra estar viva.
-A mi también me alegra eso.- Comento Severus acomodandose para estar a su lado.
-Severus...gracias por no matarme.-Dijo Sara abrazando a su marido, esperando que esa muestra de afecto le dijera, sin necesidad de palabras todo lo que sentía en ese momento.
-De nada.
Ambos permanecieron un largo tiempo así, abrazados sobre la cama, sin decir nada, escuchando la respiración del otro, asegurándose de que no había nada importará en el mundo, más que ese momento.
-Severus. -Dijo Sara después de un rato.
-¿Sí?
-Te amo.
-Eso ya lo sé.
-Siempre sabes cómo arruinar el momento...-Suspiro enojada- pero aún así me alegra que mis últimas palabras no hayan sido dichas aún.
-¿Por qué? -Cuestionó Snape mirándola a los ojos.
-Pues...ninguna era para tí, quiero que la última palabra que diga sea para tí Severus. -Confesó algo apenada.
Él suspiro algo cansado. Pensando en todos los peligros a los que tendrían que enfrentarse de ahora en adelante.
-Entonces me tendré que asegurar se que así sea.-Respondió dándole un beso en los labios, ahora rosados por la sangre que circulaba correctamente por ellos.
Ella sabía a lo que se refería su marido, y aún así estaba feliz. Tal parecía que el hecho de cambiar de identidad e ignorar su pasado sería fácil. Sin embargo a su lado todo parecía más fácil.
Fin de la primera parte
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Agradecimientos
En primer lugar quiero agradecer a las personas que se dieron el tiempo de leer mi primer historia. Cuando comencé a escribirla pensé qué no funcionaria, pero afortunadamente sí lo hizo. Así qué, quiero agradecer a los lectores de:
México.
Estados Unidos.
Nicaragua
Costa Rica
Colombia
Venezuela
Paraguay
Uruguay
Chile
Argentina
España
Alemania
Reino Unido
Y demás países que vayan leyendo (por ahora sólo estos me aparecen)
Gracias a ustedes he podido mejorar como escritora (aunque aún me falta mucho) y darme cuenta que escribir es mi pasión. La verdad, este proyecto se creo en momentos muy difíciles para mi y que afortunadamente los pude sobrellevar gracias a la escritura.
Este fue un proyecto de tres años muy importante el cual culmina hoy, casi por la primer fecha de publicación en Potterfics.
También quiero agradecer a mi amiga (Gaby), la cual me soportó mientras le preguntaba todo el día que les parecía la historia, a Luh, por apoyarme y hacerme escribir cuando quería abandonar y Mariela por comentar y darme esa certeza de saber que hacía bien las cosas.
Y sobre todo a las lectoras que sabían que comentar era gratis y lo hicieron.
Espero que sigan leyendo mis demás historias, por que tengo varios fanfiction y proyectos en mente, así que hasta la próxima. Alguna sugerencia, comentario o dato que quieran saber pueden consultarlo en mi perfil o por mensaje privado.
Hasta el siguiente Fanfic. Y feliz navidad.
BookJacket
�� recién veo que publicaron mi fanfiction aquí, solo espero que también lo actualicen cuando lo edite bien. Porque realmente tiene muchos fallos en cuanto a trama y ortografía. ;)
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